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THEÀ TR "*
CRITICO UNIVERSAL
WS O
DISCURSOS VARIOS
EN TODO GENERO DE MATERIAS,
PARA DESENGAÑO
«fé
DE E R R O R E S COMUNES.
DEDICADO
AL MUÍ ILUSTRE SEñOR D . J U A N D E G O Y E N E C H E ,
Señor de Belzunce en el Reino de Navarra, y de las Villas de
Mana, Saceda de Trafici-ra, Olmeda, y Nuevo Bañan
en Canilla, Teícrero Mayor de la Reina,
3«
nucftra íeñora,&c.
¡¡|j E S C R I T O j|£
% I POR EL M. R. P. M. FR. BENITO GERONTMO FE2J00, \ §?J¡
\ Mae/íro General de la Religión de San Benito , Abad que ba Jt'd-o,
-$v£ di el Colegio de San Vicente de Oviedo , Graduado en la Univsr- ¡
<6& Jidad de dicha Ciudad , Catbedr ático de Santo Tbomds, y de Su- %tpt
grada Efcritura, y actualmente de Vi/peras /^ív^St^
de fbeologia,&c /S^t**
T O M O Q U I N T O .
C O N P R I V I L E G I O .
EN MADRID .- En la imprenta de la Viuda de Franciíco del Hierro
Año de M . D C C . X X X I Í L ! 3»
^ . . . _*%«5
»f * * * * * * *•* * * *.* # * * * * " ® *
D O N JUAN DE G O Y E N E C H E ,
rojo.
Adas no por ejfo, feñor, quiero jactar-
me de que vaya dejando de toda ambición el
refpetojo cuito de colocar el nombre de V.S.
en la jrente de ejle libro. Soi tan jtncero,
que be de confejjar lo que tengo de ambicio -
Jo. Un alto interés acompaña a mi grati-
tud en e/la acción. Ajpiro con ella a un
grande honor. Quales* Que conozca todo el
mundo, queF.S. es mi amigo. 'Para los
que j'aben quien es el fe ñor 'Donjuán de
(foyeneche (y quien hai que lo ignore)) fig-
nifica mucho a mi favor fu amifiad. Los
raros talentos de V. S. tan acreditados en
el mundo, a todo el mundo perfuaden , que
nunca yerra en la elección de amigos, ni co-
loca fu cariño, fino donde enquentra la pro-
porción de los méritos. Doto Dios a V,$+
de una [ingulanjsima per ¡pie acia ,y clari-
dad de entendimiento ; y ¡obre todo le con-
cedió en grado eminente aquella parte la
mas
mas aba , la mas titila y juntamente la mas
dificil de la política , que es la intima pene-
tración de losJugetos, que trata» Quanto
yopuedo,y debo inferir de aqui, es que algo
de bueno debo detener , quandoV < S, me
ama tan de veras, Tero es fin duda , que el
publico inferirá aun mucho mas ¡porque fon
pocos los que adviertan, que por difcreto,y
juflo, que fea, el que favorece a muchos,
nunca la difpenjación es tan independiente
de lafortuna, que en uno, u otro individuo
nofupla por el mérito la fuerte.
Ello es confiante, que en la opinión co«
mun la afición de V. S, es una calificación
de mui fingidar caraBer, por la experiencia
que h ai,de que V,S. aunque en general ama
todo lo bueno ,folo Je prenda de lo exquifi*
to, T>ias ha, que empecé a obfervar,que no
o) nombrar fugeto alguno por amigo, ó fa-
vorecido de V,S, que por un camino, u otro
no efluvieffe adornado de excelentes pren-
das. Yo mijmo efiando en la Corte noté, que
fiempre que v) a V, S. le hallé acompañado
de Jugetos tales: como 'Planeta Juperior
del
del Cielo literario, circundado fiempre de
Jatelites luminofos. Es la cajú de P\S.no-
ble Academia donde concurren los mas ej*
cogidos Ingenios, no humilde Tertulia don-
de Je admiten miferos pedantes. ü\(o ha-
llo en la Hiftoria exemplar mas aju/íado al
genio de V.S. que el de aquel gran 'Ro-
mano , Luculo , a cuya habitación, dice
'Plutarco, acudían los doFlos como a hofpi-
cw proprio délas Mujas (velut ad M u -
faiTun hofpitium ) y donde hallaban
meja franca los Ingenios JobreJalientes de
aquella Era, efto es los (/riegos: ín fu ol-
ma erant c o n v i v i u m , 6c prytaneutn
Graecis omnibusRomam cominean-
tibus eius penates.
Hajia aquí he celebrado a V. S» Jólo
en aquella parte donde por reflexión vuel-
ve a%ia mi per Joña el eco de el aplau/o. A
mi mijmo me adulo con el elogio. Mas Jt
vuelvo los ojos a todas las demás brillantes
qualidaáes de F.S. pierdo la vi/la, y el ti-
no en tanta copia de luces, como el que Je
pone a contar las ejlrellas. Que parte hai.
w
en la Ethka, ni en la Tolitica, donde no
Je pueda jenalar a ¥ S como exemplar de
% %
B. L. M. de V . S.
Su mas obligado fervidof,
a m i g o , y Capellán
Fr.Bmito Feyjob.
AP%Q-
APROBACIÓN DEL M.R.P. Ms*
Fr.Marcos Martínez, Abad que ha ¡Ido
del Monaflerio de San Salvador de Lo-
renzana, y ahora Regente de los Eflüdios,
y LeBor de Prima de Tbeologia del
Colegio de San Fícente de
Oviedo, & c»
genium non debet duabus curis partir i ; pero lean los Q u i n e ¡ib,
feñores Médicos el Aphorifmo fin pafsion , y conftru- io^<-' niuf. [
yante bien , y verán como merece el infame titulo que " P ' * "
le dà el P . Feyjoò ; y en quanto à lo que dice Quin-
tiliano , elio fe queda para aquellos genios poco cía»
ros , que fe ofufean , y fe ciegan con la variedad de los
affumptos ; no para el genio de el Autor de eñe Thea-
tro Critico, à quien nunca ha podido ofufear la mul-
titud ; pues le vé todo el Mundo tan claro, y tan fu-
til en qualquiera materia , que toca , como fe vé cada'
dia en la Cathedra en materias delicadas de Sagrada
ITheoíogia, que ha fido íiempre fu principal tarea; con
que podré decir de fu Rma. lo que de Aod dice la Ef- (gy
priptura : ( 8 ) Utraque manu pro dextera utebatur. Judie j ¿
Los aífumptos,que propone en eñe quinto tomo,fon
iriui plauiibles , por lo autorizados, y por la novedad
muí guftofos , y todo quanto enquentro en efla obra
es digno de la mayor alabanza ; conque puedo yo decir
en fu aplaufo lo q u e , aprobando otra obra como efta,
dixo el eloquente Plinio : Opus pukbrum , validutn,
acre yfublime , v&rium , elegans , purum , jìguratum,
fpatiofum etiam , &" cum magna tua laude diffuffum{9) . O)
y aun dixera mas, porque mas iiento , pero me impi- j ^ . ^ ^ 1 1
^
de la diftancia , que hai entre la voluntad, y el difeur- ^ ' 1 0 ,
JSmus.(io) g ^ . j f c
Gloriefe , pues , la Nobilifsima Religión Bene- v
*
. 'íom.y, ^ dij¿?
diclina de fcr íiernpre fecunda Madre de Sabiduría,
con la qual enriquecidos fus Hijos , han fabido iluñrar
aun los Paifes mas remotos : teftigos fon las Librerías
' • délo mucho que han tatigado fus prenfas ; y teftigo
es nueftra Efpaña , pues en mis años , que no fon mu-
chos , pues no llegan, Á treinta y quatro, han eferito
en varias materias hombres eruditifsimos ; pero aun-
que no la honraran tantas diferetas Plumas antiguas,
y modernas, bailara eíle Autor para llenarla de honra;
pudiendofe decir de efte Do&o ( fin que la compara-
ción lirva de difgufto ) refpecto de los Efcritores de fa
tiempo , lo que de Salomón en el libro tercero de los
Reyes, efti eferito : Et pracedebat Sapientia Salomonis
Sapientuim omntum Qfientalium , & Egyptiorum , Ó*-
erat faplentior cuníiis howinibus : faplentior Etban,
& Hernán , & Chalcol, & Dorda::::: O" erat nominatus
(n) inuniverfisgentibusper circuitum. ( i i) Y fu Religión
j . R c g . 4.V. fe puede gloriar , diciendo lo que en otro tiempo decía
3 0 ,
Piinio : Si quando Religionojira LiberalibusJludijsfifi~
ruit , mine máxime jíoret , multa , claraque exem~
P i n üb y P^ f f ffi ^ °bis unus , Enp>brates Pbilofo-;
a unt : íí c t n
pe, quodfuper tuis fcriptis fentiatnus \legimus opus ope- j^' " p 1
di Ll-
LICENCIA DEL ORDINARIO.
P o t fu mandado
ABRO-,
¿PROBACIÓN DE El Rmo. P.
Antonio de Goyeneche , de la Compañía de
Je fus Mae jiro que fue de Efcrtiura en fu
y
M. P. s.
riaSj
rías , no tuviéramos también difpucftos , b coordinados
. Jos; .Anuales de-uno , y otro teft£D-.u>to. Si los eruditos
] Jciuitasde Ambcres no trabaxaran o;as ha de ochenta
( años, no se que íuera de las vidas de los pantos : todo ef-
. tuviera cor.tuío , y mezclado lo claro con lo obfeuro , lo
cierto con lo incierto, y el grano con la paja: á fu eftudio-
fa diligencia debe la íglefía , que los enemigos de ella no
...fe rian yá de nueftra fimple crédula piedad , quando tene-
mos vidas de innumerables Santos, bien comprobadas,'
para confuíion fu y a , y edificación nueftra. Si no huviera
Mabillones , y Germonios , aquel Benedictino , y efte Je-
fuita, tan verfados en el obfeuro difícil manejo de los Ma-
'nuferiptos, ni aun de nombre conociéramos la Diplomá-
tica , á cuya curiofa inveftigacion deben tantas ignoradas
.verdades fu feliz defeubrimiento. No olvidemos las cele-
bres Memorias de 'Trevü , en cuyo fiel contralle fe pefá
la calidad de los buenos , y malos eferitos , aquella para
el elogio, y eíla para la precaución, con que de antemano
fe le avifa al lector , para que no fe dexe coger del veneno,:
que la malicia de los Proteftantes fabe efeonder éntrelas
flores de fus eferitos: Latet Anguis in berba.
Bailan, y aun fobran , eftos exemplares para conoced
la grande utilidad , que le viene al Mundo de una juiciofa
Critica. Como eftos infignes Efcritores no dexaron de
trabajar, ápefar de las muchas , y graves contradiciones,
que les fufeitaron fus émulos, no es mucho que el nueílro ¥
m i b i l a a d
modo dé'deíehdérfé? Qué ha deshacer fino armarle con . .*'
trael agreflór, que intenta divertirla de la grandie obra, O ¿ „jjfl c it um
:
milagro ¿e la naturaleza, a que efta aplicada? ignominia—
Y pues nos han venido á las manos las Abejas,no fue f« m
con güfto á las alabanzas del Autor; con quien también felleñs.
1 u
fofpechó, que no harian lo que hicieron , fegun fe refiere, Qy> f pr«
con un '"curiófo , que queriendo explorar el admirable ^H^"*
oculto modo, que ufan para'fabricar fu miel, les pufo una
Vidnera'crijftalina, ques:llas luego advertidas,para que no
,
^'án^lfaíГé^ftíin§ehfó.»tó^ciIbrieroп•de cera : digo que no
'ferian'tan refervadas con el Autor ; porque a fer capaces
de'libertad , á élfólo revelarían el fecreto /ambiciólas'de Difc.J.
.qüeri'p con otra phiñia que la fuya fe efcribieíTe la maravi « Í* tom
P.Antonio de Goyenecbe¿ 4
;,.,EL REY.:;;;:.-» 1
FEB
FEE DE t RR ATAS.
SU-
SUMA DE LA ?A$SA.
trarios.
Ahora bien lector mió , ya no hai lugar á tergiver-
facion alguna. El Maeftro Sarmiento eftá en la Corte, y
rarifsima vez fale de fu Monafterio de San Martin : con-
que , íi tu también eftás en la Corte.•, quando quieras
le hallarás. Apunta , pues , todas las citas , y efpecies
de cuya verdad , ó falfedad quifieres aífegurarte , y acu-
de con eífe apuntamiento al Maeftro Sarmiento. El te
abrirá al punto los Autores , y te hará patente que no
hai cita , ni noticia, fuya, ni mia , que no fea verdade-
ra i y que todas las que el ha notado de faifas en los
contrarios ciertamente lo fon. Si no eftás en la Corte,
por un correfponfal de tu confianza , que habite en ella^
puedes adquirir el mifmo defengaño. Pero digote, que
fea de tu confianza , y conocimiento , porque no fien-
do afsi , podrías caer en manos de alguno de la Congre-
gación Tertuliana, que te engañafie de nuevo, y feria ne+
vifsimus e*ror peior pejore.
Contra efta Demonftracion no hai replica , ni efca-
patoria. N o por' elfo te d i g o , que los contrarios no
cfcribirán de nuevo, 6 Folletos , ó Librejos,ó Librotes.
Antes eftoi moralmente cierto de que lo harán. Uno de
ellos ha confeflado que hamenefter eícribir para comer;
y riéndole impofsible efcribir otra cofa , que mordif-
.cones á agenas obras ( cofa para que los mas ignoran-
g «s,
•tés, y' rudos-'tiehenbaítante HABILIDAD', efpédklméntí-<
fi fe arrojan a. toda irhpoftura, y á toda inepcia ) Ó al-: -
gana fruslériá'de POCO bulto y ningún momento , qué
s
RE
Pag.r:
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* * -x- * * * * * * * * * * * * * * * * * *tfvf»
REGLA
MATHEM ÁTICA
DE LA FEE HUMANA.
DISCURSO PRIMERO.
§. I.
¡Reguntado una vez Thales Mileíio,
quanto diftaba la verdad de la men-
tira : Lo mifmo (refpondió con agu-
deza ) que dijian los ojos de los oídos.
2 Sin duda, que aquel primer Philofofo de la Grecia
conocía bien el Mundo, y que el Mundo era entonces co-
mo ahora. Son los ojos el órgano común de el defenga-
,úo , y lo's oídos de ei embulle. Es tan poca la finceridad,
que hai entre los hombres , que ya que la razón no deba
defcaminar, como géneros de contravando, todas fus no-
ticias , le havia de fer licito , por lo menos , detenerlas k
las puertas de las orejas, hafta examinarlas por medio de
fieles teftimonios. Si todos los objetos fueífen viíibles , y
efiuvíeflen en proporcionada diftancia, deberíamos apelar
continuamente de el informe de los oídos al de los ojos.
Ver,y creer dice el adagio: y dice bien en quanto fea pof-
fible la practica.
Tp_m,V t A Mas
2 R e g l a M a t h e m a t i c a de l a Гее Humana.
3 Mas como hai muchos objetos inviíibles , unos,
que lo fon effencialmente, otros por accidente, es precifo,
para no padecer engaño refpe¿to de ellos , ufar de otro
teftimonio, que el de la vifta. Tres géneros hai de obje
tos : Sobrenaturales, Metafificos, y Materiales. De eftos
los dos primeros fon eífencialmente invifibles. Los terce:
i*os lo fon muchas veces por accidente ; porque aunque fe
confideren abfolutamente dentro de la jurifdiccion de la
vifta, es impofsible el ufo de ella por la diftancia.
4. Las noticias, que de eftos tres géneros de objetos
llegan alas puertas de los oídos , deben tralíer refpectiva
mente difuntos teftimonios para fer admitidas. Las de los
objetos Metaficos, el de la evidencia; las de los Sobrena
turales,el de la autoridad divina; las de los Materiales,que
no puede examinar la vifta, el de la autoridad humana.
Los dos primeros fon abfolutamente infalibles. Pero el
tercero ella mui expuefto á error, y efle es el que pretende
mos en efle Difcurfo precaver.
§• п .
5 T Lamafe Бее Humana aquel affenfo, que fe fun
1 da únicamente en la autoridad de los hom
bres ; y efta autoridad mal entendida , o mal regulada es
quien ha llenado el Mundo de fábulas. ElfuceíTo mas ex
traordinario, mas peregrino , mas irregular fe juzga baf
tantemente comprobado con la aíTcveracion de un hom
bre fidedigno ; mucho mas íi fon dos , quatro , o feis los
que deponen. Eftc juicio fe hace á bulto , y fe hace mal.
Debiera preceder un examen circunfpefto de la fidedigni
dad de el fugeto; porque hai muchos que á primera vifta
parecen fidedignos , y en la realidad no lo fon. Examina
da la fidedignidad , fe debe pefar con la irregularidad , ó
inverisimilitud de el fuceílo, para ver quien prepondera á
quien : pues no hai hombre alguno , que fea infinitamen
te fidedigno , ó cuya fidedignidad fea de infinito pefo.
Unos lo fon mas que otros , pero todos en grado determi,
nadeAfsi,fegun el mayor,ó menor grado de fidedignidad,'
Discurso Primero. 3
gozan mayores , 6 menores derechos íbbre nueftra ice.
Hai hombres , que fon baftantemente fidedignos para que
fe les crea un fuceílo ordinario , pero no íi eíle fale de las
reglas comunes; y quanto mas fe alexare de ellas , tanto
mas alto grado de fidedignidad fe ha menefter de parte de
el teftigo, para fer creído.
6 Efta es la gran clave de la Prudencia humana en ef-
ta materia. Ella es la regla, de que debe ufar para fufpen-
der, conceder, ó negar el afienfo á lo que fe oye. Puedas
en la balanza intelectual por una parte lainveriíimilitud
de el fuceífo , y por otra la autoridad de el que íe refiere,
fe ha de ver qual pefa mas ; íi pcfare mas aquella que efta,
fe ha de negar el affenfo ; fi efta mas que aquella , conce-
derfe ; y íi quedaren las dos en equilibrio , dexar también
en equilibrio el juicio, no afíntiendo, ni difsintiendo.
7 Siendo efto lo que dicta la reéta razón, es mui con-
trario á ella el proceder común. Por extravagante , por
irregular que fea la noticia , fe afsiente á ella, luponiendo
fer fidedigno el fugeto que la refiere. En que íuelen co-
meterfedos errores : El uno , que la fidedignidad fe juzga
fobre unas reglas comunes mui falibles ; el otro , que aun
íiendo cierta la fidedignidad, no fe mide , b peía , para
examinar fi iguala , b fobreexcede á la inverifimilitud de
la narración. Sin embargo al que mas cauto , b mas ad-
vertido , mirando mas bien las cofas , b difiente , b fuf-
pende el juicio, fe le impropera como á un hombre teme-
rario , tenaz, incrédulo : Se le da en roftro con que echa
por los fuelos la Fee Humana , tan refpetada en todo el
Mundo, y es injuriofo á la reputación bien adquirida de
el autor de la noticia.
§. IV.
[1 í A Un conocida la fidedígnidad de el fugeto^
[ ~ \ refta graduarla , ó examinar hafta donde
ílega fu valor. Todo lo que tiene algo de irregular, admi-
rable , ó prodigiofo , pide teftimonios mas fuertes para
fu comprobación. Una noticia extraordinaria, y Angular,'
necefsita de ungulares , y extraordinarias pruebas. Baila-
rá, pues , una veracidad, común , para hacer creer una co-
fa , que nada tenga de efpecial; mas tratandofe de dar af-
fenfo á alguna noticia , que por mui efpecial, ó prodigion'
fa hace ardua la creencia , es menefter que venga teftifw
cada por una veracidad heroica , y peregrina. Efto llama-
mos Reglar Matemáticamente la Tee Humana. Y tar^
claramente dicta la luz natural fer neceflario el ufo de eíl'a
Regla ,que no puedo ver fin admiración el que fea tanra-i
ra entre los hombres fu practica.
(a) Hombres que no tienen mas que un ojo. (b) btmlr-Qi (en CaIüíii dé
gtrre, (c) hombres fin cabeza, (d) hembra fin bt(0,
SJ
6 REGLA MATHEMATICA d e LA FE E HUMANA;
1 2 Si huvieran obfervado cita mathematica propor-
ción , ni los Ifraelitas huvieran creído à los Exploradores
de Canaan la affombrofa eftatura de los habitadores de
aquella tierra ; ni los Luropeos à Marco Paulo Veneto la
exiftencìa de una Ciudad de el Oriente, tan enormemente
populofa , que dentro de fu ambito havia doce mil, y fe-
fenta Puentes de piedra. Yo no hallare repugnancia en
creer á un hombre , que tenga las feñas comunes de ho-
neíto, v veraz , el que haya vifto un diamante legitimo de
el tamaño de una grande avellana, ù de una pequeña
nuez ; mas para aíTentir à que le haya vifto tan grande co-
mo una manzana ordinaria , fera nienefter que conozca
en él una extraordinarifslma virtud ; porque se , que el
mayor , de que hai hafta ahora noticia en el Mundo, es en
tamaño , y figura como la mitad de un grueffo huevo de
gallina, y eftà valorado cerca de quatro millones de
pefos.
§. v.
I
"O^
3 -° r a r o , y maravillofo deben contarle
t r e
§. vr.
r
i4 " \ 7 * No es menos ridicula la razón, con que los
j[ efpiritus crédulos defienden al que refiere
alguna cofa extraordinaria, quando alguno le niega el
aflenfo. N o es impofsible (dicen) lo que cuenta; pues por
qué no fe ha de creer á un hombre de bien ? Argumento
fummamente defpreciable , y á que hai mil cofas , que re-
poner. Lo primero , que de la hombria de bien fuele no
haver mas teftimonio , que el veftido , que trahe fobre los
hombros. Lo fcgundo , que la hombria de bien es por la
mayor parte fingida , y contrahecha ; fiendo cierto que
hai en el Mundo muchos mas hypocritas de efto que vul-
garmente llamamos honradez, que de la Chriíliana, y ver-
dadera virtud. No todos quieren que los tengan por San-
tos ; pero todos quieren fer reputados por hombres de
bien. Lo tercero , que aun fuponiendo fer verdadera la
hombria de bien , es menefter medirla , y faber que exten-
fion tiene. Quando para acreditar fus noticias, fe dice que
un fugeto es hombre de bien , b fe quiere folamente figni-
ficar que es t a l , que no puede prefumirfc de él, que come-
ta alguna acción gravemente alevofa , ruin , y torpe. O
que es tan confiante enamorado de la verdad , que jamás
míente , mintió, ni mentirá. Lo primero no es de el cafo,
porque muchos de los que fon hombres de bien en eiie
íentido , dicen fendas mentiras , quando con ellas á nadie
quitan brazo , pierna - honra , ni hacienda. L o fegun-
y
B $.VII.
-lo REGLAMATHEMATICA DE LA FEE HUMANA.
§. vir.
i8 O U p u e í t o , pues , que la inverisimilitud no fe
»^3 mide por la impofsibilidad, fino por la eftra-
ñéz; y que la exiftencia de qualquiera cofa tanto fe reputa
mas, ó menos inverifimil, quanto es mas,ó menos extraor-
dinaria , es vano recurrir á la pofsibilidad para perfuadir
la veriíimilitud, y dar derecho á qualquier Relacionero,
para que le creamos cofas admirables , á titulo de que no
hai impofsibilidad alguna en lo que cuenta. Lo que fe ha
de hacer es poner en la balanza de el entendimiento la '
autoridad de el teftimonio , y la irregularidad de el obje-
to, y íi aquella no pefare mas que eíla, ó negar el aíTenfo,ó
fufpenderle.
ip Supongo , que efto ha de fer fin violar las Reglas
de;la Caridad, y de la Urbanidad: quiero decir, que el dif-
íenfo-no falga de los labios en prefencia de el fugeto , á
quien no fe cree ; falvo que fea en juila defenfa propria,
pues fe reputa en elMundo injuria grave decirle á un hom-
bre que miente , aunque no fe le diga con ella mifma
•yoz.
§. VIII.
ib T _ T Afta aqui hemos tratado de el aíTenfo , que
JL J. fe funda en la autoridad de uno folo. Pero
'qué diremos , quando los teftigos fon muchos ? Lo pri-
mero que ocurre es, que para eíte aífenfo extrajudicial, ele
que tratamos, no favorece á la multitud de teftigos la Re-
gla común de los Tribunales de Jufticia, donde dos,ó tres
hacen plena probanza : ya porque ellos deponen con ju-
ramento , lo que no fucede en la comunicación común de
noticias , que fea de palabra, que por efcrito : ya porque
aquella Regla fe eftableció , no porque no fe juzgaíTe ex-
puefta á muchos errores, finp por parecer el expediente
mas commodo para la terminación de las caufas , y para
.no dexar la fentencia pendiente de el mero arbitrio de los
Jue-
DISCURSO PRIMERO, rr
Jueces. Afsi fucede no pocas veces , que los Jueces fien-
ten en el fuero interno , que la información hecha no folo
por dos , ú tres , mas aun por ocho , u diez teftigos.es fai-
fa ; con todo arreglan á ella la fentencia. Y muchas fuce-
de , que creen lo que depone un teftigo folo , fin que efto
para íéntenciar en el fuero externo tenga fuerza alguna.
2 1 Lo fegundo , que ocurre es, que también quando
ios teftigos fon muchos fe ha de ufar de la Regla Mathe-
matica ya expreffada , haciendo colección de la calidad, y
numero de ellos, y pefandolo todo. Puede haver tales
dos teftigos , que no valgan por uno mediano ; y puede
haver tales dos , que valgan por feis. Si en la calidad no
hai diferencia , es claro que fu autoridad crece á propor-
ción que el numero fe aumenta.
22 Lo tercero , que quando los teftigos , aunque
muchos fe fundan en el dicho de uno folo , folo fe ha de
atender á la autoridad de aquel de donde dimanó la n*-
ticia. £fta Regla, aunque con tanta evidencia dictada
por la luz natural, fe halla frequentemente abandonada
por los mifmos , que debieran tenerla mas prefente : efto
es , los profeílbres de letras , quando fe trata de la com-
probación de algún hecho hiftorico , que eftá en opinio-
nes. Difputafe , fi hai, ó huvo Phenix; y al que niega fu
exiftencia le cargan con la multitud de Autores , que la
afirman , fin advertir que lo fueron tomando unos de
otros, de modo que apurándolo, venimos á parar en una
folo , que es Herodoto , Autor no digno de mucha fee ; y
aun eñe dice , que no vio el Phenix , fino pintado ; aun-
que viajó por Egypto , donde coloca el nido de efta ave.
BJl in ís£gypto Volucris Sacra , nomine Phoenix, (juam •
equidem nunquam vidijiifi inpitfura,
(Herod. lib.2.)
(*)
B a; §. IX,
i_i R e g i a M á t h e w Á T I C A d e LA F e e H O M A Ñ Í J
auieraj
§• X .
§. XI.
,í8 T"? N otra Inadvertencia grande cae el Publico
JL_LI fobre ellas informaciones , en que con gran
numero de teftigos fe prueban las patrañas , y es no repa-
rar,que jamás pallan de la fumaria. Levantafe el rumor de
algún portento fucedido en un Pueblo,á que dio principio,
6 un embuftero, ó un halucinado; y no pocos, que tienen
igual ligereza en la creencia que en la pluma , defpachan
por la hftafeta la noticia á otras partes. Aclarafe defpues
la verdad , y viene el defengaño para aquel Pueblo ; mas
no para los otros donde fe comunicó la efpecie , porque
los que la eferibieron , ó no fe acuerdan ( efpecialmente fi
medió efpacio de tiempo coníiderable ) de eferibir el def-
engaño , ó no quieren hacerlo , porque no fe les atribuya
el primer aflenfo á ligereza : Con que queda eftampada en
los otros Pueblos la patraña , porque no llegó el cafo de
pedir ratificación á los teftigos , y deshacer en la plenaria
el engaño padecido en la fumaria.
29 En todo el Pueblo de Llanes (diñante de efta Ca-
pital diez y ocho leguas) corrió uno de eftos años panados
por indubitable la exiftencia de un Duende , grande enre-
dador, que fe decia infeftaba continuamente una de las ca-
fas de aquella Villa. Llegaron aqui repetidas noticias de
el cafo , tan circunftanciadas, y citando tantos teftigos
de vifta, que aun los mas incrédulos de Duendes llegaron
á dar aflenfo , y de mi confieflb, que eftuve harto inclina-;
do á lo mifmo. Sin embargo , defpues por muchos, y fe-
gurifsimos informes fe fupo , que el Duende havia falido
fingido , y que dos muchachas , con un enredillo bien po-
co artificiofo , havtan puefto á todo el Pueblo en aquella
ere-
DISCURSO PRIMERO. 15
creencia. Pero quien duda, que el defengaño , que con
facilidad pudo venir aqui por el continuo comercio , que
hai entre los dos Lugares ; no liegaria á otros muchos,
adonde fe havia efcrito el embufteí
30 Ya en otra parte dixe, que á los principios de efte
figlo corrió en toda Efpaña el fudor milagrofo de un Cru-
cifixo, y de Efpaña pafsó á otras Naciones. Acá luego
nos defengañamos de la falfedad; pero á las demás Na-
ciones pafsó la ficción , y no el deíengaño. Enefeéto efte
fupuefto milagro fe halla eftampado en las Memorias de
Trevoux , como mui verdadero; y fin duda , que los que
por allá vieren la noticia acreditada por los doctos , gra-
ves, y religiofos Autores de aquellas Memorias , la admi-
tirían como mui legitima , fiendo en la realidad moneda
faifa, que pafsó los Pirineos metida en muchas cartas ; y
los Autores no pudieron difcernir el fraude, porque, para
diftinguir en las noticias elHierro de el Oro de Efpaña no
hai allá piedra de toque.
§. XII.
31 T O mifmo , que decimos de los noticiflas de
Jt maravillas, que las comunican en converfa-
ciones, y cartas , fe puede aplicar á los que las gritan á
todo el Mundo por medio de la Imprenta. Qué dificultad
tiene el que entre tantos millares de millares de Efcritores
Hiftorieos haya mil, ó dos mil dignos de poca , y aun
ninguna fee , ó por fu audacia en fingir, ó por fu ligereza
en creer ? Hacen por ventura los Autores de libros algu-
na claíTe. de hombres aparte , á quienes no fe eílienda la-
fentencia de David, Omnis horno mendax ? N o hai duda,
que no :"Y por configúrente tampoco hai duda, en que no
es menor error citar como prueba concluyente de alguna
cofa admirable diez , doce, ó veinte Autores , que alegar
quarenta , ó fefenta teftigos verbales difperfos en varias
partes.
3 2 Ufaré también aqui de exemplo. Dudafe fi huvo
Gigantes: entiendo por ella v o z , no aquellos, quefolo
. ' ex-
r
i6 R E G L A MLATHÉM Á T I C A DE L A FEE HUMASAÍ
exceden de la eftatura ordinaria tres, quatro pies , 6 poco
mas ( que e9 todo lo que puede confiar de la Efcritura)
íino hombres ele catorce , veinte , ó treinta codos. Algu-
nos los niegan , y yo foi uno de ellos. Los que defienden
la exiftencia de eííbs montes organizados , juzgan tener
yencldo el pleito con mofirar veinte , ó treinta Autores,
que los afirman. Salen al theatro Plinio con el cadáver,
hallado en Creta , de diez y feis codos; Solino, duplican-
do la partida , con otro , defenterrado en la miíma Isla,,
de treinta y tres ; Apolonio Gramático con el diente, ma-
yor que un pie ordinario , defeubierto en Sicilia ; Plutar-
co con el cadáver de Anteo de fefenta codos, defeubierto
por Sertorio en la África; Paufanias con el hueífo de el
pie de Ayaz Telamonio , que fervia de lanza ; Suidas con
¡Ganges Rey de Ethiopia, de diez codos, muerto por Ale-
jandro Magno ; Sigebcrto con el efqueleto defeubierto
en Inglaterra de cinquenta pies ; Nauclero con el de Pa-
lante hijo de EvandroRey de Arcadia, y muerto por Tur-
no con una lanzada , cuya externa abertura era de quatro
pies y medio ; Odorico con el Gigante, que vio en la
Corte de el Gran Kan de veinte pies; Melchor Nuñez
con los de quince pies , que guardaban las puertas de la
gran Ciudad de Pequin ; Fazelo con los cadáveres enor-
mes de Sicilia; Pedro Simón con el diente molar tan gran-
de como el puño , hallado quatro leguas de México ; el
Autor de el Theatro Europeo con otro diente de un cadá-
ver hallado en la Auítria , que peso cinco libras ; Juan
¡Bocado con ei cuerpo defeubierto en fu tiempo por unos
Rufticos en Sicilia , que en la mano tenia una lanza ma-
yor que el maftil de un Navio; Luis Vives con el diente
de San Chriftobahmayor que un puño; un Autor Moder-
no (citado por nueftro Calmet en fu Diccionario Bíblico)
con otros dientes hallados en el Delfinado el año de 1667.
cada uno de el pefo de diez libras ; y havia alguno que pe-
laba diez y fíete. Juan Sommer con cadáveres Giganteos
yiílos por él en las cabernas fubterraneas , donde fe cree
eftuvo el Laberinto de Creta.
33 Poco rehará al cafo el qué a lo* Autores, que
DISCURSO PRIMERO. 17
Jié n o m b r a d o , fe añadan otros veinte , ó treinta ; fiendo
tan fácil decir de aquellos lo mifmo, que diremos de eftos.
Entre los nombrados folo hai cinco , ó feis, que hablan
como teftigos de villa. Algunos de eftos folo vieron dien-
tes feparados, prueba mui equivoca , y falaz , como ad-
vertimos en otra parte , pudiendo fer eífos dientes de al-
guna beftia marina Cetácea , ó facticios , 6 piedras de la
figura de dientes , como teftifica el Padre Kirker que las
hai. Juan Sommer , que dice vio los hueífos giganteos de
el fitio de el Laberinto de Creta , es creíble que ni aun el
íitio vio , ó por lo menos que no entró en aquellas caber-
nas ; pues el famofifsimo Botanifta de la Academia Real
de las Ciencias Jofeph Pitton de Tournefort, que las vifí-
tó , y examinó mui de efpacio al principio de efte ligio, ó
fin de el paitado , nos da una idea de ellas totalmente
opuefta á la de Sommer. Efte dice , que cree habitaron en
ellas los Gigantes, cuyos defpojos vio ; pero fegun la Re-
lación de Tournefort, ni pudieron habitarlas vivos , ni
fepultarfe en ellas muertos, fiendo tan baxas las bobedas,
ó tan cercanas al fuelo , que al Botanifta , y fus compañe-
ros en varias partes , pata palfar adelante , les era precifo
baxar las cabezas, y en otras caminar á gatas. Por lo qual
el mifmo Autor impugna á Pedro Belonio, que, haviendo
vifto el mifmo íitio, creyó fer aquellas cabernas unas dila-
tadas Canteras , de donde en la antigüedad fe facó toda
la piedra, con que fe edificaron algunas Ciudades vecinas.
Sobre lo qual remitimos al Lector á nueftro Quarto Tora.
Difc.VIIl.num.53. para que con efta noticia corrija la
que alli dimos derivada de Belonio. Por lo que mira á
Odorico, y Melchor Nuñez , á quienes folo hemos vifto
citados por el Padre "¿úffc, lo que podemos decir es , que
.afsi como los Gigantes , que guardan las puertas de Pe-
quin fon fabulofos , pues de tantos Mifsioneros, como
han entrado en aquella gran Ciudad , y han efcrito las
particularidades de ella, y de todo el Imperio Chino, nin-
guno dio noticia de ellos, no creemos fea mas verdadero
el Gigante de la Corte de el Kan.
3 4 Los demás Autores efcribieron lo que oyeron , ó
Tora,y. ' C fun-
x8 REGLA M A T H E M A T I C A DE LA FEE HUMANA;
fundados folamente en rumores j 6 tradiciones populares^
fundamento el mas ruinofo de el Mundo para efpecies de
efte genero. Si alguna tradición de eftatura gigantefca
hai en Europa algo autorizada , es la que en Alemania fe
conferva de aquel famofo Roldan , Orlando, ó Rolando,
terribilifsimo guerrero en tiempo de Carlos Magno , y
fobrinofuyo', pues tiene el adminiculo de varias eílatuas
de enorme grandeza , las quales fe mueftran en algunas
Ciudades de Alemania, y fe dice fer imágenes de aquel
Héroe. No obílante Phelipe Carnerario tcftifica haver oí-
do , no una vez fola , á perfonas fidedignas , que Francif-
co Primero Rey de Francia, defeofo de faber ii lo que fe
decia de la eftatura de Roldan era verdad, hizo abrir fu
fepulchro , donde los hueífos fe hallaron enteramente po-
dridos , y deshechos , pero entera la armadura de hierro,
conque guarnecia el cuerpo en los combates , la qual el
Rey fe viftió para probar como le venia, y la halló, con
. poquifsima diferencia , acomodada á fus miembros : por
donde fe conoció fer fabulofa la tradición , pues el Rey
Francifco no excedía mucho la eftatura ordinaria,
§, XIII.
35 A ^ n
^
n o s
l t a
fundamento dé
e x a m n a r o t r o
§. XIV.
r l í l
37 C' ^ focili^imo amontonar ¿xemplos de notl
v 3 cías univerfalmente recibidas , como autori
zadas uniformemente por la voz publica , que fin embar
go fe defcubrió luego fer falfifsimas. Pero folo apuntare
mos quatro , dos de Efpaña , y dos de Francia. De Efpa
ña ponemos en primer lugar ei milagrofo fudor de el Cru
cifixo, de que hablamos arriba ; y en fegundo otro famo
fo milagro , que en algunas Ciudades de Efpaña fe dio á
publica luz , como fucedido en efta de Oviedo. Decia la
Relación , que una feñora vecina de efte Lugar, que tenia
el marido en Indias, y havia mucho tiempo que carecía
de noticias de el,y de medios para paífar commodamente,
havia ido al Convento de San Francifco á hacer oración
delante de la Imagen de. San Antonio de Padua, ponien
do á efte Santo por interceífor, para alcanzar de Dios al
guna noticia de fu marido , y algún focorro á fu necefsi
dad; que el dia figuiente,volviendo á repetir el mifmo rue
go , vio la Imagen con una carta en la mano ; y el Sacrif
tan , que concurrió al mifmo tiempo , defpues de notar
una cofa tan extraordinaria , advirtió también algo de
bulto , y pefo en la manga de el Flabito , que vcftia la
Imagen. Enfin llegando á reconocer uno , y otro, fe halló
que la carta era de el marido , que eftaba en Indias , para
fu conforte , en ella le decia , que le remida cien pefos de
focorro, y los cien pefos fe hallaron en la manga déla
Imagen. Efta Relación llegó aqui imprcífa de Sevi!la,con
tan menudas, ё individuales circunftancias,que no eftraño
fueífe creída en todo el Mundo , exceptuando el Lugar á
quien fe atribula el fuceífo. ExpreíTabanfe nombre, y ape
llido de marido , y muger ; y ni aqui hai, ni huvo hom
bre , ni muger de tal nombre, y apellido.. Defpues oi,
DISCURSO PRIMERO; 21
¡ p e la mlfmaRelación vino aqui impreíía de Barcelona;
y no dudo fe imprimiria en otras muchas partes. Efte mi-
lagro no folo fe eftendiò por toda Efpaña , como muí
cierto, pero volò en las alas de la Fama à otras Regiones:
de modo , que dentro de un año , poco mas, ò menos, ef-
ta Ciudad recibió una carta de el Magiftrado de Strasbur-
go, en que pedia le remitieífe teílimonios auténticos de fu
verdad, con el fin de confundir con ellos la terquedad de
los Hereges. La Ciudad refpondió , como debia, que el
milagro era foñado.
38 De los dos exemplos de Francia fea el primero el
de Jacobo Aymar, de quien dimos ampia noticia en el"
Difcurfo V. de el tercer Tomo. Toda Francia fe llenó de
los admirables descubrimientos , que fe decia executaba
efte hombre por medio de la Vara Divinatoria. Todos
hablaban de ellos , como de cofa que no admitía la menor
duda. Citabanfe muchos teftigos de vifta. Pafsó la noti-
cia , como fobradamente calificada, à otros Reinos. Al
fin fe fupo que todo era embufte. Sobre lo qual veafe el ci-
tado Difcurfo.
39 El fegundo aun puede reputar fe mas admirable/
que el primero , y mas apto para introducir una defcon-
fianza grande de la voz publica.Siglos enteros ha que cor-
re en Francia , como cofa inconcufa, la maravilla natural
de una montaña invería , íituada en el Delfinado, efto es,
que tiene la punta abaxo , y la bafa arriba , fiendo fu cir-
cuito , por lo mas alto , de dos mil paífos , y folo de mil
por la parte que toca la planicie. Llamafe la Montaña
InacceJibU por razón de efta particular firuacion. Pero à
los principios de efte figlo haviendo la Academia Real de
las Ciencias comprehendido, entre fus muchos, y utilifsi-
mos alfumptos,el de examinar las maravillas naturales que
hai dentro de la Francia, fupo por teílimonios fidedignif-
fimos de teftigos oculares , que no hai en el Delfinado tai
Montaña Inverni, y que aquella, à quien fe dà el nombre
de Inaccejible, y que eftà ocho , ó nueve leguas de Grano-
ble al Medio dia , es una Rocacfcarpada , plantada fobre
la altura de una montaña ordinaria, y que tampoco la mif-
ma
22 REGLA MATHEMATICÁ DE LA FBE HUMANA.'
ftia Roca tiene figura , ni aiíomos de pirámide inverfai
tjue tampoco havia alguna verifimilitud , ó apariencia de
que de la cima fe huvielTen deftacado algunas porciones
de la Montaña , ú de la Roca , que mudaífen fu antigua
figura , porque efiá toda circundada de durifsimos peñafi-
cos , donde no se vé el menor veftigio de algunas ruinas
precipitadas.
4 0 Cofa fin duda notabilifsima, que en Francia fe
conlérvalfe ligios enteros un error tan craíTo en orden á
un objeto tan viíible , y que millares de hombres verían,
no folo cada año , mas aun cada mes. Si fuellé algún dije
raro metido en el Gavinete de un Principe de el Oriente,
6 una menudencia corpufcular, que folo fe defcubrieífe á
la villa por medio de algún excelente Microfcopio , no
havria que eftrañar. Pero de toda una Montaña , patente
á los ojos de vecinos , y paífageros , mantenerle tanto
tiempo un engaño tan monftruofo en el mifmo Reino,
donde eftá limada , es aífumpto fin duda digno de la ma-
yor admiración. Qué hemos de decir de efto , fino que la
inveríion fingida en la Montaña es verdadera en el efpiri-
tu de el hombre , y que efte, teniendo fin exercicio el en-
tendimiento , y los ojos , folo fe govierna por los oídos?
L a faina es fu oráculo , aun quando le dicta un impofsi-
ble; y la fama fuele tener fu principio , ó en un infenfato,
á, quien por tener puerta al revés el alma fe le reprefenta lo
de abaxo arriba, y lo de arriba abaxo; ó en un embuftero,
que por darle el placer iniquo de mentir , no repara , ni
en traftornar los entendimientos , ni en traftornar los
Montes.
§• xv.
41 TJi Arecerá fin duda álos tenaces en fegulr la cor-
Jt riente de el vulgo , que hemos examinado
con denudado rigor los fundamentos de la Fee Humana,
y colocado en excefsiva altura la dificultad de el aífeníb.
Con todo , les intimo , que aun le falta un buen efpacio
que fubir, para'conftituiríé en el lugar debido. Hafta aqui
folo hemos regulado la Fee Humana reípeótivamente á la
DISCURSO PRIMERO; 33.
veracidad de los hombres. Falta regularla en orden al cc*f
nocimiento.
42 Explicóme. Supongo, que olmos á un hombre
tan fidedigno , que fu veracidad pefa mas , y mucho mas,
que la inverifimilitud de la noticia , que nos participa co-
mo teftigo ocular. Deberemos creerla como fegura ? Ref-
pondo, que muchas veces no : porque unque el teftigo no
flaquee en la veracidad,puede faltarle la advertencia, ó co-
nocimiento neceífario para enterarfe de lo mifmo , que
afirma. Serviránme de exemplos en efte aílumpto las mif-
mas materias , .que hemos tratado arriba. Dice un hom-
bre extremamente fidedigno, que vio un diamante fino de
el tamaño de un huevo de gallina. Aun quando no mien-
ta , lo que doi por fupuefto ahora , quedaré dudofo , de
íi hai, ó no tal diamante. El motivo es claro , porque no
me confia , que tenga tanto conocimiento en la facultad
Lapidaria , que no pudieíle engañarfe, aprehendiendo co-
mo fino un diamante falfo. De hecho los de Alanfon (11a-
madojafsi, porque fe crian en un litio diftante dos leguas
de aquella Ciudad) entre los quales hai tal qual, que igua-
la, y aun excede á un huevo ordinario de gallina , han en-
gañado algunas veces á los uñimos Lapidarios.
43 Otro dice,que vio un Nigromántico, el qual con-
turbaba el aire, y movia tcmpeftades, quando quería. Es
menefter, que me confie, que no folo es fummamente ve-
raz,mas también baftantemente advertido,porque fino,pu-
do engañarle un embuftero, que por feñales naturales pre-
viene las tempeftades venideras , y fingjeílé fer Autor de
lo que folo era pronoftiquero : como en efecto algunos de
las Regiones Setentrionales , los quales tenían tal qual co-
nocimiento de el viento , que luego fe havia de levantar,
perfuadieron á muchos limpies navegantes , que con arte
Mágica excitaban el viento que querían , y afsí fe concer-
taban con ellos, y recibían dinero por Jevantar el viento
que les pedían. Y íi bien que muchifsimas veces fe halla-
ban los Viagcros burlados , no dexó de correr la fábula
por las Regiones Eftrangeras, é introducirfe como verdad
confiante en, muchos.libros. .
Otro
'&4 REGLA MATHEMÁTTC A DE LA FEE HUMANA;
- 4 4 Otro cuenta, que vio un gran fantafmon. Qué
cil es , que al que camina de noche ocupado de el miedd
fe le figure tal un tronco , una columna , y aun fu propria
fombra caufada por los rayos de la Luna. Otro , que le
habló un difunto, ó que le inquietó varias veces un duen-
de. Son innumerables ios artificios con que fe pueden
contrahacer Duendes , y difuntos , y algunos tan fútiles,
y tan bien trazados , que es menefter efpecial perfpicacia
para difcernir lo verdadero de lo aparente , la realidad de
la ficción. Y no folo es menefter perfpicacia , también es
neceífario valor ; porque el hombre mas agudo , íi llega
á dominarle el pavor, no queda en eftado de ufar de el en-
tendimiento.
45 A efte modo fe puede difcurrir en otras muchas
materias. Pero fobre todo en las de Magia fe pide eípe^
cialifsima advertencia, por fer infinitas las Huilones, ó ar-
tificios, con que fe fingen operaciones Mágicas. Quantas
veces quedaron Pueblos enteros alfombrados con el em-
beleco de algún prestigiador , creyendo firmifsimajnente
no poder executarfe aquello fin la afsiftencia de el Demo-
nio ; y averiguada defpues la traza, fe halló fer una inven-'
cion bien fútil, y nada ingeniofa ! En una Plaza de Ro-J
ma dexó uno de eftos pafmado á todo el concurfo , que
ejra mui grande , moftrando un pequeño papelito , donde
iban efcritos no sé que eftraños caracteres , y diciendo,'
que como fueífe alguno á echarle entre los vidros , que ef-
taban de venta en una tienda vecina, fin que lo enten-
dieífe el dueño de ellos , quantos efte tomaffe en la mano,
fe le caerían irremediablemente de ella , y fe harían peda-
zos. Hizofe afsi, y fucedió lo que havia pronofticado el
preftigiador ; en tanto grado , que el Vidriero irritado, y
furiolo de ver , que quantos vidros tomaba en la mano fe
le eftrellaban al Suelo, ya como totalmente fuera de si hizo
pedazos, tirándolos contra las paredes, quantos tenia'
íbbre una qrande meSá. Quantos fabían la maula de el
papelillo introducido furtivamente entre los vidros , ha-
cían á fu parecer evidencia de que los caracteres estampa-
das en él eran Mágicos, y afsi en aquella tragedia havia
DISCURSO PRIMERO.' 'i?
•intervertido pació con el demonio. Sabido el cafo , todo
fe havia hecho de concierto con el mifmo Vidriero,el qual
prevenido de antemano por el preíligiador , y alTegurado
de que con la invención le redituaría mas de ioque valían
los vidros ( como en efedo lo hizo, moviendo á efcotar i
todo el concurfo ) efpontaneamente dexó caer los vidros,
y fingió todo aquel rapto de colera furiofa , fin que el pa-
pelillo, y fus caraderes tuvieíTen en todo otra culpa,que la
de engañar la gente. Refiere elle chifle el Padre Gafpar.
Schot en fu Magia Natural.
4 6 Si fraudes tan fuperficiales halucinan á los Pue-
blos , qué harán otras de mas profundo artificio , qual es
la que voi á exponer ahora ? Muchos fon los que defpre-
cian como fabulofa, por mas que quiera acreditarla mu-
cho mayor numero de crédulos limpies, la efpecie de que
hai Soldados invulnerables por arte Mágica , á quienes
por efta razón dan el nombre de Duros. Con todo, fi con
uno de ellos , que fe dicen invulnerables , delante de un
gran Pueblo fe hicieííé la prueba de difpararle á quema
ropa , y á pecho demudo quatro , ó feis veces una pillóla
bien cargada de pólvora , y balas, y fe vieífe que ellas al
llegar al pecho fe caían á fus pies fin hacer la menor mella,
pienfo que aun los mas incrédulos aífentirian á que ello
fucedia por arte de encantamiento. Pues vé aquí, que fin
encantamiento alguno, y por mero artificio podrá fuceder-
el cafo. El fecreto efta en el modo de cargar el canon.
Tomenfe dos , ü tres balas de calibre inferior al hueco de
la pillóla ( b fea efcopeta.,. ó carabina ) echefe debaxo de
ellas poca porción de pólvora, y mucho mayor fobre
ellas. Eneldifparo dará la pifióla un gran trueno , pero
•las balas no harán alguivefedo fenfible. El ajuftar los de-
más requifitos , para que quaje el embulle , como el que
ninguno de los circundantes perciba que fe ufa de arma
de fuego determinada , ni la difpara perfona de antemano
prevenida , es facílifsimo. Para ello hai innumerables ar-
bitrios. Efta traza es indiferente, ó parafimular encanta-
miento , b para fingir milagro ; y con qualquiera de los
dos fines podrá utilizarfemucho en ella el embuílero , que
FOMZÍ D la
*t6 REGLA M A T H E M A T I C A DE LA T E E HUMANA;
la ufare : Con el primero , vendiendo à gran precio el fin-
gido fecreto Magico à diferentes perfonas , que dirà con-
fine en un papel con tales caracteres colgado de el cuello,
ò en lo que el quiíiere : Con el fegundo , autorizando co-
mo preciofifsima reliquia qualquier harapo, ò cachibache
que traiga puefto al pecho. De qualquier de los dos mo-
dos puede ocafionar gravifsimos daños ; pues los que le
compraren el fecreto , ò la reliquia , creyéndole invulne-
rables , acafo fe meterán con fegura confianza en los peli-
gros , y perecerán en ellos. La precaución de tan gran
riefgo es el fin principal, porque hago publico efte artifi-
cio , fuera de el común à efta ultima parte de el Difcurfo,
cuyo aífumpto es moftrar , que aun fupuefta una veraci-
dad fumma de parte de el que administra las noticias, pue-
den falir inciertas, por haver fido engañado el que las
aífegura como teftigo. El modo de cargar la arma , de
modo que haga gran trueno , y ningún daño , fue experi-
mentado por M. Cafsini el hijo , y manifestado à la Aca-
r
***
888888SS §888?SS8¡38S88SS8fg
¥3
P H Y S I O NO MIA-
DISCURSO S E G U N D O .
§. n.
4 I j" L principal fundamento (omitiendo por ahora
JLL otro , que tiene lugar mas commodo en el
Difcurfo íiguiente ) de los que defienden la Phyíionomia
como Arte verdaderamente conjetural, es la obfervada
proporción de el cuerpo con el alma , de la materia con la
forma. A difuntas efpecies de almas correfponden orga-
nizaciones efpecificamente diverfas. Cada efpecie de ani-
males tiene fu particular conformación , no folo en los
órganos internos , mas también en los miembros exterio-
res : de modo que la figura es imagen de la fubftancia, y
fello de la naturaleza.
5 De la efpecie paífan los Phyfionomiítas al indivi-
duo.
DISCURSO SEOUNDO. 31
d u o , pretendiendo que como la diveriidad cfpecifica , y
eííencial (digámoslo afsi) de figura , arguye divería fubf-
tancia, y diverías propriedades en la forma -, la acciden-
tal , que hai dentro de cada efpecie , no íbio en la figura,
mas también en textura, y color, debe inferir diítintas in-
clinaciones , paísiones , afectos, y mas, ò menos robuítas
facultades en cada individuo, falvando la uniformidad ef-
fencial de la efpecie.
6 Supueíto efte fundamento de el Arte, eítablecen fus
Reglas generales, eíto es , feñalan los principios de donde
fe deben derivar las particulares. Ellos principios fon
cinco. El primero la analogia en la figura con alguna ef-
pecie de animales. El fegundo la íemejanza con otros
hombres , cuyas qualidades fe fuponen exploradas. El ter-
cero aquella difpoficion exterior , que inducen algunas
pafsiones. El quarto la reprefentacion de el temperamen-
to. El quinto la reprefentacion de otro fexo. Por el pri-
mer principio fe dirá, que es animólo aquel hombre, cuya
figura fymbolizare algo con la de el Leon. Por el fegundo
fe dirà, que es timido aquel que en el afpeeto fe parece à
otros hombres , que fe fabe fon timidos. Por el tercero,
que es mal acondicionado el cegijunto , porque el que ef-
tá enfadado fuele juntar las cejas , arrugando el efpacio
intermedio. Por el quarto , que es melancólico el de tez:
morena, y arrugada, porque el humor atrabilario fe fu-
pone negro , y íeco. Por el quinto fe dice , que los mui
blancos fon débiles , y timidos , porque efte color es pro-
prio de las mugeres. Balla para explicación de cada Regla
unexemplo.
7 Ariíloteles , que trato de intento efta materia , pro-
pone ellos cinco principios , aunque con tanta confufion,
que es cafi menefter un nuevo Arte l-'hyfionomico , para
explorar por la fuperficie de la letra la mente de el Autor.
Efto puede atribuirfe á la impericia de el interprete , que
tradujo el libro de Phyfionomia de Griego en Latin. Pe-
ro la falta de methodo , que reina en toda la obra , hace
fofpechar que fea parto fupueílo à Ariíloteles , fiendo
cierto , que en el orden , y diílribucion methodica exce-
dió
J~i P H Y s i o K o úi A ;
dio efte Phiiófofo á todos los demás de la Antigüé-?
dad.
8 Mas fea , 6 no de ArlMoteles el libro de Phyíiono-
mia , que anda entre fus obras , decimos , que los princi-
pios feñalados fon vanos , antojadizos , y defnudos dé
razón.
§• ni.
p "jT^ Mpezando por el primero , quien no ve , qué
JL_j! por mas que fe parezca un hombre al León
en la figura, mucho mas fe parecerá á otro hombre que es
tímido. Como, pues, puede preponderar para creerle ani-
mofo la femejanza imperfectifsima, que tiene,con un ani-
mal robufto , y atrevido , fobre otra mucho mas perfeóta
con un animal cobarde ? Mas. Es fin duda que muchos
brutos mui eílupidos fon mucho mas femejantcs ai hom-
bre en la figura que el Elefante : no obftante lo qual efte
fe parece mucho mas que aquellos al hombre en la facul-
tad perceptiva de el alma. Qué diremos de el govierno
económico de las hormigas í De la fagáz conducta de las
abejas ? Eftas dos efpecies de animalillos diftan infinito de
la figura, textura , y color de el hombre : fin embargo de
lo qual imitan la induftria , y govierno civil de el hombre
con fumma preferencia á otros brutos,cuya traza corporal
fe acerca mucho mas á la nueftra.
i o Juan Bautifta Porta, que eferibió un grueflo libro
de Phyíionomia , trabajó con tan prolixo cuidado en la
aplicación de efta primera Regla de el Arte , que hizo ef-
tampar en fu obra las figuras de varios hombres pareadas
con otras de algunas efpecies de brutos; pero tan infeliz-
mente , que efte careo mas firve al defengaño , que á la
perfuafion. Porque (pongo por exemplo ) parecen alii la
figura de Platón , y la de el Emperador Galba, facadas de
autiguos marmoles , cotejadas , y con alguna , aunque di-
minutifsima , femejanza , la primera á la de un perro de
caza , y la fegunda á la de el Águila. Qué femejanza tu-
¡vieron en las qualidades de el animo , ni Platón con un
per-
Di se c.iiso S E G U N D O . ' 33 1
§. IV.
[Tí E fegundo principio , fi folo pide la imita-
cion de un hombre á otro en una , dos , ó
tres feríales , inferirá qualidades opueftas en un mifmo in-
dividuo : porque (pongo por exemplo) carne blanda , cu-
tis delicado, y eftatura mediana fe dan por feñales de in-
genio , por haverfe obfervado eftas tres cofas en algunos
hombres ingeníofos ; pero de el mifmo modo ferán feña-
les de eftupidéz , porque fe enquentran las mifmas en in-
numerables eftupidos. Pero fi pide el complexo de mucho
mayor numero de feñales , digo que ferá rarifsima la con-
currencia de todas ellas en un individuo , y por coníi-
guiente moralmente impofsible la dbfervacion. Explica-
réme : El Padre Honorato Niquet, que goza la opinión
de haver efcrito de Phyfionomia con mas juicio, y exac-
titud que todos los que le precedieron, pone catorce fe-
ñales de buen ingenio , que fon : Carne blanda, cutis del-
gado , mediana eftatura, ojos azules, ó roxos, color blan-
co , cabellos medianamente duros , manos largas, dedos
largos , afpedo dulce , ó amorofo, cejas juntas, poca ri-
fa , frente abierta, íienes algo concavas , la cabeza que
tenga figura de mazo. Yo he viilo, y tratado muchos
-hombres ingeniofos ; pero en ninguno he encontrado efte
complexo de feñas. Como p o d r á , pues, la obfervacion
experimental aífegurarnos de que hai alguna verdad en
«efta materia?
§. Vi.
13 T 7 L quarto principio fuponé dos cofas , la una
cierta , pero la otra faifa. La, cierta es, que
'iafsilas inclinaciones , y pafsiones naturales, como la ma-
yor , ó menor aptitud de potencias internas, y externas
dependen en gran parte de el temperamento. He dicho
en gran parte , por no quitar la que fe debe conceder á la
organización , entendida eña como la hemos explicado en
otra parte (tom.i. Difc.XVl.num.82. y 83.) lo que fupo-
né falfo aquel principio , es que el temperamento indivi-
dual pueda conocerle por los lineamentos, color, ó textu-
r a de el roílro.
1 4 Que el temperamento coníifta en la mixtión de
las quatro primeras qualidades, como juzgan los Galéni-
cos , que en la combinación de mil millares de cofas , por
la mayor parte incógnitas á nofotros, como yo pienfo, lo
que no tiene duda es , que no hai medio alguno para co-
nocer el temperamento individual de cada hombre con
aquella determinación que fe requiere para juzgar de fu
Índole , capacidad , afectos, &c. Qué haremos con faber
(íi aun íiquiera eflo fe puede conocer por el roílro) que eñe
espituitofo , aquel melancólico , el otro colérico, fangui-
neo, &c. Quien no obferva cada diadentro de qualquiera
de las nueve claflesde temperamentos , que eftablecen los
, Galénicos, hombres de diverfifsima Índole , y capacidad?
DISCURSO SEGUNDÓ. 35
Hal fanguineos (pongo por exemplo ) de excelente inge-
nio , y fanguineos mui eftupidos; fanguineos de bella
índole , y fanguineos deperverfas inclinaciones-/fangui-
neos manfos , y fanguineos fieros ; fanguineos animofos
como Leones, y fanguineos timidos como ciervos.
1 5 Aun en lo refpeítivo precifamente á la Medicina
es impenetrable el temperamento. Qué Galénico prefu-
mírá entender mas de temperamentos que el mifmo Gale-
no ? pues Galeno confefsó fu ignorancia en ella parte , y
llegó á decir , que fe tendría por otro Apolo, ó Efculapio
(lo mifmo en fu intención que tenerfe por Deidad) fi co-
nocieíTe el temperamento de cada individuo.
'§. Vil.
'i6 T A falfedadde el quinto principio fe defcubre
I t diariamente por la experiencia , pues á cada
.paño fé vén hombres mui blancos, y mui animólos, y
valientes. Los habitadores de las Regiones Stíentriona-
les , que fon mucho mas blancos que nofotros, fon tam-
bién mas fuertes , y mas audaces.
§, VIII.
17 I ">Efcubierta la vanidad de las reglas genérales
i_J> de la Phyfionomia, ociofo es impugnar las
particulares , pues eñas fe infieren de aquellas , y nunca
puede de antecedente falfo falir configúrente verdadero. '
§. IX.
'18 #1 Legan los Phyfionomícos á favor de fu pro-
¿ ~ \ fefsion algunos experimentos decantados
en las hiftorias. Los mas famofos fon los figuientes. Un
tal Zopyro,que fe jactaba de penetrar por la infpeccion de
«1 femblante todas las qualidades de los fugetos , viendo á
Socrates,á quien nunca havia tratado, pronunció, que era
eftupido , y lafcivo. Fue reido de todos los circunftantes,
E 2 que
3¿ P H Y S I O Ñ O M I A.
que conocían la fablduria , y continencia de Socrates. Pe-
ro el mifmo Socrates defendió áZopyro affegurando, que
efte realmente havia comprehendido los vicios que tenia
por naturaleza ; pero que él havia corregido la naturaleza
con la razón, y el eftudio. Refiérelo Cicerón.
i p En el Theatro de la vida humana , citando á Arif-
toteles , fe lee que otro Metopofcopo, llamado Philemon,'
dixo cafi lo mifmo de Hippocrates , haviendo vifto una
pintura fuya ; y que haviendofe indignado contra él los
difcipulos de Hippocrates , efte abfolvió también á Phile-
mon de el mifmo modo que Socrates á Zopyro.
2 0 Plinio, ponderando la excelencia de Apeles en Iá
pintura, cuenta que facaba las imagines de los roftros tan
al vivo, que un profeífor de la Metopofcopia por ellas
inferia los años, que havian vivido , ó havian de vivir los
fugetos reprefentados en ellas.
21 Eftando el Sultan Bayazeto refuelto á quitar la:
Vida á Juan Duque de Borgoña , llamado el Intrépido , á
quien havia hecho prifionero en la batalla de Nicopolis, fe
dice que un Phylionomifta Turco le hizo retroceder de
aquella refolucion, porque haviendo hecho atenta infpec-
cion de fu roftro , y cuerpo , le aíleguró al Sultan , que
aquel prifionero havia de caufar immenfa efufion de fan-:
gre , y cruelifsimas guerras entre los Chriftianos. Cuén-
talo Ponto Heutero en fu Hiftoria de Borgoña. Lo que
no tiene duda es , que aquel reboltofo Duque fué Autor,
y confervador de unas pertinaces guerras civiles, que ba-j
ñaron de fangre toda la Francia.
2 2 Efcribe Paulo Jovio, que Antonio Tiberto, natu-
ral de Cefena, célebre Phyíionomifta , pronofticó á Gui-
don Balneo mui favorecido de Pandulfo Malatefta , Tira-
no de Arimino , que un intimo amigo fuyo le havia de
quitar la vida; y al mifmo Pandulfo , que havia de fer ar-
rojado de fu patria , y morir en fumma miferia. Uno , y¡
otro fucedió. Guidon murió á manos de el Tirano , y efi
te murió defterrado , pobrifsimo , y abandonado de todo
£l Mundo.
2 3 Algunos que quieren , que también haya Santos
*abq>
DISCURSO SEGUNDO! 37
abogados tte la Phyíionomia , añaden el exemplo de San
Gregorio Nazianceno , el qual viendo en Athenas á j u -
liano Apoftata , y confiderando fu roftro, y cuerpo, excla-
mo: O quanto mal fe cria en efie Joven al Imperio Romano]
[Y el de San Carlos Borromeo , que no admitia á fu fervi r
§. x.
'~T~'Odas ellas Hiftorias no hacen fuerza alguna."
A A la primera digo, que aun fuponiendo gra-
tuitamente fu verdad , no favorece al Arte Phyfionomico,
pues Zopyro diciendo, que Sócrates era eftupido, eviden-
temente erró el fallo. Sócrates, prefcindiendo de la Sabi-
duría, que pudo adquirir con el eftudio, naturalmente era
agudifsimo, y de fublime ingenio ; con que el Phyfiono-
mifta en efta parte desbarró torpemente ; y la confefsioa
de el Philofofo folo pudo caer , íiendo verdadera , fobre
la propenfion á la incontinencia , la qual á la verdad fuele
íigurarfe mayor á los que con mas cuidado la reprimen,
porque el miedo de el enemigo engrandece fus fuerzas eri
la idea. Afsi, aunque Sócrates no tuvieíle mas que una
inclinación ordinaria á la lafcivia, la juzgada excefsiva, y,
Zopyro la inferiria no de el roftro, fino de el concepto co-
mún de que pocos hombres hai, que no reconozcan en si
efte enemigo domeftico.
.25 He procurado bufcar en Ariftoteles la efpecie dé
el Metopofcopo Philemon, y no la hallé. Acafo es efta
una de las muchas citas faifas , que hai en los vaftos libros
de el Theatro de la vida humana. Doi que fea verdadera.
El acierto de Philemon fe deberá al acafo. Fácilmente fe
acreditará de Phyfionomifta con el vulgo qualquiera que:
fe jacte de adivinar las inclinaciones viciofas de los hom-
bres por el roftro , porque como ,poquifsimos gozan un,
temperamento tan feliz , y tan proporcionado á la virtud,;
que no fientan los eftimulos de algunas pafsiones en po-ü
3
§. XI.
32 \ Unque lo que hemos dicho hafta áqui nos'
/ \ perfuadebaftantemente que es vano , y fin
fundamento quanto eftá eferito de Phyíionomia, no te-
nemos nueftras razones por tan concluyentes, que no pue-
da apelarle de ellas á la obfervacion experimental. Y co-
mo yo no la he hecho, ni puedo hacer por mi mifmo, pues
mis ocupaciones no me permiten gaftar el tiempo en eflo,
me ha parecido poner aqui dividida en diftintas Tablas
toda la doctrina Phyfionomica de el Jefuita Honorato
Niqueto , que , como arriba dixe, tiene la reputación de
haver eferito en efta materia con mas acierto que otros,
por fi algunos Lectores , queeftán ociofos, qüifieren apli-
car algunos ratos á la diverfion honefta de examinar con,
fu obfervacion, defectivamente hay alguna correfpon-
dencia de los pretendidos fignos á los
Ggnificados,
DISCURSO SEGUNDO, .41
Habitud Je Cutis belIofa,mu- Dureza, agilidad, Mucha carne, era- Cuerpo tenue ,
el cuerpo cha carne, y blan- flaqueza, cutis ne fície mt!ch3 faliva,
3 1 lampiño , cutis
externo. da. Agilidad. In- gra,cabelios cref- poca íed , mucha feca^, y afpera,
cremento veloz, pos, y retorcidos, mucoíidad , cani- huellos duros.
Frequenccs íiido- cabeza- delgada , cie temprana , ve-
res. ojos pequeños , nas, y atterias an-
paífo acelerado, goftas , - cocción
lengua a^era, po- tarda. .
ca í'aüva.
Cara. Rofada , roxa , Algo negra , algo Blanca , nuigeril, Parda , obfeura,
amena , hermofa, parda,cetrina. gorda, camola. n c g r 3 , plumbea,
abatida.
Vi-
4¿ P H VSI 0N Ô M I A ;
Ta-
DISCURSO SEGUNDO.
Cuerpo: Significa;
i
De
De mediana eftatura. Excelente conítitucíoñ.
Cabeza. Significa.
Negro. Calido.
Largo. Agil.
Corto. Perezofo.
Mucho. Luxuriofo,
Cara. Significa.
Pe-
4¿ P H Y S I O N O M I A .
Pequeña. Aftuto, pendenciero, pre-
fumptuofo.
Purpurea. ¡Vergonzofo.
Maculofa. Afluto.
Flammea. Maniaco.
Frente. Significa.
Grande. Perezofo.
Me-
DISCURSO SEGUNDO. ¡4.7
Mediana, pero mas peque- : Agudo, ingeniofo.
ña, que grande.
Redonda. Eftupido.
Quadrada. Magnanimo,ingeniofo.
Defpejada. Alegre.
Eftendida. Colérico.
Sienes,Cejas,Peflañas,Niñas Significa.
de los ojos.
Bellofas. Luxuriofo.
Cal-
48. P H V S I ON 0 M I A.
Caídas. j. Triité.
Juntas, y denfas. Colerico, atrevido.
Arqueadas. Magnanimo.
Redas. 1 Timido.
Fixos. Cogitabundo.
Prominentes. Eftupido.
Al-
DISCURSO S E G U I D O ; '4^9
'Algo deprimidos. Magnánimo.
Abiertos. Cogitabundo.
M U Í abierta. Eñupido.
grande ira.
Gruef-
DISCURSO SEGUNDO. %t
GruelTa. Ingenio rudo.
G 2 Que-
52 P H Y S I O N O M [ A.
Cuello, cerviz., hombros, cía-1 Significa:
viadas. \
Breve, Voraz.
Deíiguales. Ptiíico.
Pequeña. Débil.
DISCURSO SEGUNDO; 53
Vellora. Melancólico^.
Grácil. Puíilanime.
Carnofos. Eloxo.
Vellofos. Lafcivo.
Manos. Significa.
Blandas.
1 obtufos.
Vivacidad, agudeza»
Sutiles, largas. Timido.
Grandes, bien articuladas, Robufto, valiente de larga3
nerviofas. vida.
Pequeñas , flacas. Timido, débil.
Crafías,breves,. con peque- Ingenio torpe.
ños dedos.
Vellofas. Agrefte, luxuriofo, caliente.
Ca-
54 P H Y S I O N O M I A.'
Calientes. Intemperie calida.
Pequeñas. Loquaz.
Trémulos. M U Í luxuriofo.
Pier-
« DISCURSO SEGUNDO; ¡¡¿
Pequeñas. Timido.
Pequeños. Floxo.
Grandes. M U Í calido.
vicie,
H: Man-
66 P H Y'S T O N O M I Ai
Ve
Vergüenza. Ojos húmedos , no muí abiertos , media-
nos. Baxar frequentemente los parpados.
Mexillas encendidas. Movimientos mo-
derados. Habla tarda, y fumiífa. Cuerpo
inclinado. Orejas encendidas,purpureas.
Dedos cortos.
DISCURSO SEGUNDÓ. 6i
OTE-
# ffi £ « g « &' £ £ í « $ ; fi « 1 fi « «tfc
NUEVO ARTE
PHYSIOGNOMICO,
DISCURSO TERCERO.
§• n.
Q "1T7S el magifterio de la naturaleza fapientifsimo;
C ( pero en la explicación algo confufo. Dicta in-
finitas verdades ; mas para fu inteligencia es menefter que
fean mui agudos los diícipulos. Todos oyen fus voces; pe-
ro poquifsimos las entienden , los mas ni aun las atienden.
Veefe efto en larhateria que tratamos. Apenas hai quien
no experimente que llegando á converfar con tal,y tal hom-
bre , antes que fus obras puedan informarle de fu interior,
fe halla preocupado á tavor fuyo, ó contra é l , inclinado, ó
al cariño, ó á la defeftimacion. Y qué reflexion hicieron los
hombres fobre efto ? Los mas ninguna; algunos pocos mui
errada.
5 Eftos fegundos fon los Phyíionomiftas, los quales re-
parando , que no pocas veces aquel exterior , que á prime-
ra vifta obfervamos en unaperfona, nos dexa impreflá en la
mente cierta imagen, ó hermofa, ó defapacible de fu efpiri-
tu , la qual aunque conhifa , no dexa de tener algún influxo
refpecto de el corazón , coligieron que la conformación ex-
terna de los miembros de el cuerpo era Índice de las difpofi-
ciones de el alma. Ella experiencia fué motivo practico
coadyuvante de el fundamento T'heorico déla PbyJionomia t
§. III.
7 " O S cierto , que hai tal comercio entre el cuerpo , y
JL-j el alma , que reciprocamente fe comunican va-
rias imprefsiones , fegun eftán variamente afectos uno , y
otro. Pero efta comunicación es diverfa en los dos extre-
mos. Es activa de el alma al cuerpo ; mas no de el cuerpo á
la alma. Es el cuerpo no folo inftrumento, mas también fu-
geto en quien obra el alma. Efta ni esfugeto, ni inftrumen-
to de el cuerpo. Afsi, aunque herido el cuerpo , 6 pcftrado
con una enfermedad , fe duele el alma , fe contrifta, y pade-
ce alguna decadencia en fus facultades, efta comunicación
no fe hace por medio de algún influxo activo de el cuerpo al
alma, si folo de la reprefentacion objetiva de el mal de el
cuerpo, el qual el afina no puede menos de fentir como pro-
prio en fuerza de la unión natural, que tiene con él. La de-
cadencia de facultades depende en parte de la aflicción de
el efpiritu,en parte de lámala difpoficion de los órganos.
8 He dicho, que aquel fentimiento nace de la reprefen-
tacion objetiva, no ignorando que en efto.voi contra la ge-
ncralifsitna opinión , la qual le atribuye al confenfo harmó-
nico , o fympatico, que hai entre el cuerpo, y el alma. Pero
es gravifsimo el fundamento , que me mueve á opinar con
.tanta fingularidad. El que efta padeciendo una aguda fiebre
tiene eleípiritu congoxado, y afligido,,.participando el alma
de los trabajos de el cuerpo. Sucede, que a efte tiempo le
analta un delirio, en que bien lejos de penfar en la enferme-
dad , y fus fymptomas , imagina que vé corridas de toros,'
que afsifte á comedias, cazas, bailes combites¿ &c, Ya le
3
DISCURSO TERCERO. ¿5
vemos contento, y regocijado en extremo. Pregunto: No
perfeveran la mifma hebre , los miíinos fymptomas , que
antes ocaíionaban aquella aflicción de el efpirku ? No hai
duda. N o fubfifte el fundamento de la pretendida corref-
pondeneia fympaticade cuerpo , y alma , que es la unión
natural de materia , y forma i También. La única nove-
dad, que haij, eftá en el celebro,donde por la preternatural
difpoficion de el órgano fe borra la molefta imagen de la
fiebre, y de fus fymptomas , y en fu lugar fe reprefenta ala
imaginación como exilíente un objeto dulce, y agradable,
como es el de banquetes, comedias, toros, ú otro equiva-
lente. Luego no es aquella conformidad fyrnpatica , ó
confenfo harmónico , ó defele el nombre que fe quifiere,
la caufa de que lienta el alma los trabajos de el cuerpo, si
folo la reprefentacion objetiva de ellos junta á la eficaz,
natural, inevitable perfuafion,con que los mira como pro-
prios. Dexo á parte, que elfo de fympatias ya queda def-
caminado en eltercerTomo,como contrabando de la Phi-
iofofia, y fraude de la Efcuela.
9 La comunicación de el alma al cuerpo fe exercé
con verdadera , y rigurofa caufalidad. Apenas hai en el
alma algún aféelo, á quien no correfponda en el cuerpo al-
gún efecto. Los pafíbs de el efpirku imprimen la huella en
el femblante. En elle eftá la fombra, cuyo movimiento fe-
ñala el curfo de el Aftro que le rige. La vergüenza, ile-
vando la fangre al roftro , le baña de una honefta confu-
íion ; la ira precipitándola tumultuariamente le vifte de
una turbación feroz ; el miedo retirándola le defnuda de
el nativo color ; el placer le aviva moderadamente, ferena
los ojos, y dilata un poco toda la textura de la cara;
el afeito de rifa la varia confidera-
blemente.
66 NUEVO ARTE PHYSIOGNOMIC©.
§. IV.
10 TT7 Stas feñales (digámoslo afsi) de mayor bulto,
C que todo el mundo percibe, nos guian, y lle-
van como por la mano á explorar otras mas menudas,mas
fútiles , que la común obfervacion no ha notado halla
ahora. Afsi como en el Cielo demás de aquellos Aftros,
que tienen bailante magnitud para fer viftos de todos , fin
que el Arte esfuerze la virtud natural de los ojos, hai mu-
chifsimos mas, que por fer de mui inferior tamaño folo fe
defcubren á favor cíe la ingeniofa , ó feliz invención de el
Telefcopio : de el mifmo modo en nueftro cuerpo , fuera
de aquellas feñales de los afectos de el animo , que aun al
vulgo fe ponen de manifiefto , hai otras muchas , que por
fu delicadeza folo fe dtxan dtfcubrir á una perfpicacia
mui reflexiva.
1 1 Hagamos patente á todos efta verdad con una
obfervacion , cuya folidéz podrá experimentar qualquiera
que feriamente fe aplique á ello. Es cierto , que precita-
mente por la atenta infpeccion de algunos fugetos., aun
quando ellos no fe explican con alguna acción, que perci-
bamos difuntamente , hacemos juicio deque efte es inge-
niofo, aquel rudo, efte iracundo , aquel manfo, &c. Efte
juicio fe hace natural, y directamente, fin reflexión alguna
fobre fi tiene tales, y tales facciones;de modo que los mas,
íi les preguntan porqué hicieron eñe concepto , no fabrán
dar refpuefta alguna. Notefe ahora, que por mas que con-
templemos un cadáver , nunca nos embia efpecie alguna
de fi fué ingeniofo, ó rudo, iracundo, 6 manfo , animofo,
ó tímido , trifte , ó melancólico el fugeto quando vivo.
Como es cadáver en si mifmo , lo es también para nofo-
tros: quiero decir , no produce en nueftra fantafia alguna
idea de las qualidades de el efpiritu, que antes le informo.
Cuerpo es, y no mas; cuerpo, y no mas concebimos. Afsi,
por mas que le examinemos,quedamos en una perfecta in-
diferencia para aflentir á los informes , que nos hicieren
los que le conocieron.
DISCURSO TERCERO. 6j
I 2. Qué fe infiere de aqui? Dos verdades, en que con-
fine toda la fumma de el aífumpto, que tratamos, la una
negativa , la otra pofitiva. La primera es , que los linea-
mentos de el cuerpo , ú de el roftro no Significan natural-
mente las difpoficiones de el animo, pues aquellos quedan
los mifmos en el cadáver, fin que nos expreflen eftas. He
dicho naturalmente : porque aqui hablamos de aquella re-
presentación , que viene de la mifma naturaleza, y afsi nos
informa, y períuade , aun fin hacer reflexión fobre alguna
regla que nos dirija ; á diftincion de aquella lignificación
artificial , y arbitraria , que establecen los Phyíiono-
miíias.
1 3 La fegunda es, que efta reprefentacion natural no
puede confiftir en otra cofa, que en varios futiles,y delica-
dos movimientos , que de las varias difpoficiones de el al-
ma refultan al cuerpo, efpecialmente al roftro, y fobre to-
do á los ojos. La razón es clara, porque todo lo que per-
cibe la vifta en el cuerpo vivo, perfevera en elcadaver,ex-
ceptuando el movimiento. La figura es perfectamente la
mifma , aun el color eftable es el mifmo , de modo que en
él fe diftinguen el rubio, el blanco, el moreno, el fufco,fin
otra diferencia que aquella, -que da á la tez la agitación^
ó movimiento de la Sangre,
§. vi.
1
7 " O N efto debió de poner fin duda efpecialifsimd
3d eftudio, y con fruto feliz , aquel famofo Pin-
tor, coetáneo de Apeles, Ariftides Thebano, de quien di-
ce l'linio , fué el primero que pintó el animo , y fus varios
afectos , y perturbaciones: Is omnium primus animum
pinxit, &fenjus omnes exprefsit, quos vocant Graci Ethe,
iternperturbationes. De donde , para prueba de que efta
perfección de Ariftides confiftia en reprefentar aquella ac-
cidental configuración , que producen en el femblante las
varias difpoficiones de el animo, noto dos cofas. La pri-
mera, que efte Pintor en el colorido no Igualaba á Apeles»
La fegunda, que en el dibujo , quando mas, no le excedia.
Lo primero confta de Plinio ,,el qual exprefla que Arifti-
des era algo defectuofo en aquella parte de la pintura,'
paulo duriorin coloribu* ; y.efte defecto ni Plinio , ni otro
alguno fe lo atribuyó á Apeles. Lo fegundo tiene por fia-
dores quantos Efcritqres antiguos hablaron de Apeles,los
DISCURSO T E R C E R O ; 6g
quales le conceden una fuprema excelencia en el dibujo.
La prueba que dio de ella en el Palacio de Ptolomeo Rey,
de Egypto, fué finguhrifsima. No sé porqué no le queria
bien aquel Principe, defde que le havia conocido en la co-
mitiva de Alexandro; y haviendo defpues difpuefto la des-
gracia de Apeles , que, navegando á otra parte , una tem-
peftad le arrojaífe á Alexandria , algunos émulos fuyos in-
duxeron á un criado de la familia Real,.para que de parte
de el Rey le llamaífe á cenar con él, efperando , como era
natural, que el Rey ignorante de el engaño caftigaíle la
oífadia de introducirfe a fu mefa. Llegó Apeles , irrltófe
Ptolomeo , difculpófe aquel diciendo , que de parte fuya
le havian combidado. Preguntó el Rey , quien ? Apeles,
que no fabia el nombre de el engañofo menfagero , y folo
le havia vifto de paffo , pidió un carbón , y con él formo
promptamente en la pared mas vecina un dibujo tan vivo
de el que le havia llamado,que todos al punto conocieron
el original. No pueden llegar á más ni la viveza de la ima-
ginación, ni la energia de el dibujo.
1 8 Supuefio,pues,,que Apeles fué fuperior á Ariftides
en el colorido; y en el dibujo, apenas igualado, es fixo que
en copiar con una perfecta femejanza los roftros eftaba la
ventaja de parte de Apeles. Como , pues , no logró efte
aquel efpecial primor de Ariftides de pintar los afectos , y
pafsiones de el animo ? Es fácil entenderlo. Apeles pinta-
ba folo la configuración natural, ó los lineamentos eíta-
bles de el femblante.. Ariftides pintaba también aquella
configuración tranfitoria , que procede de pafsiones , y
afectos. La configuración natural , que es mas eífencial
para los Pintores, es totalmente inútil para los Phyfiono-
miítas ,. porque no reprefenta el ánimo. La tranfitoria,
eme para los Pintores fe puede confiderar como acciden^
t a l , refpecto de los Phyfionomiítas es eífencial, pues
folo por ella fe pueden raítrear pafsio-
nes ,. y afectos.
NUEVO A R T E PHVSIOGNOMICO,
§. vir.
ip TH S infigne un lugar de Cicerón para confirmar
1
MA
li
¡8SS88S8&88S888iS86888SSfg
¡ssssns'SssassvsssgSi
MAQUIABELISMO
DE L O S ANTIGUOS.
DISCURSO QUARTO,'
§. I.
' A viendo de tratar en eíte Difcurfo de la
tiránica doctrina de Maquiabelo , creo
complaceremos á los mas de los Lecto-
res , dándoles alguna particular noticia
<5e eíte hombre, de quien todo el Mundo habla, y á quien
todo hombre de bien detefta ; porque por qualquier ca-
mino que fe hagan los hombres famofos, excitan la curio-,
íidad, y defeo de conocerlos.
2 Nicolás Maquiabelo, natural de Florencia, vivió á
los principios de el ligio decimofexto. Fué hombre de
más que mediano ingenio. Efcribia con hermofura el
idioma Tofcano,aunque tenia corta inteligencia de el La-
tino. Era dotado de bañante talento para la Poefía Có-
mica, lo que moítró en varias piezas de Theatro,efpecial-
mente en una, que haviendofe reprefentado en Florencia,
la fama de el aplaufo que tuvo, movió (fcgun refiere Pau-
lo Jovio) al Papa León Décimo á hacerla repetir en R o -
ma por los mifmos Farfantes , y con las mifmas decora-
ciones. Quando fe tramó la infeliz conjuración de los
tomV. ~ " K So-.
74 MAQUIABELISMODE LOS ANTIGUOS;
Soderinis contra los Mediéis , indiciado Maquiabelo de
cómplice en ella, fue puedo á queílion de tormento; pero
ó fu valor, 6 fu inocencia le hicieron refiftir la tortura, fin
confeífar cofa. No sé fi antes , ó defpues de elle fue elfo
fué hecho Secretario déla República ; pero es cierto, que
defpues de él fe le confirió el Titulo de Hiíloriador de
ella, y que lo debió, juntamente con mui buenos gages, al
favor de ios Mediéis: ó fueíle,que ellos le creyeífen indem-
ne en la conjuración paífada , y quiíiefTen e n eíta honro-
fa conveniencia reparar el agravio de la tortura , ó que,
confiderandole hombre hábil, quifieííén tenerle obligado,
ó en fin, que procuraffen áfu devoción una pluma buena,
qual lo era la de Maquiabelo.
3 Elle beneficio no impidió nuevas fofpechas contra
é l , de que huviefle concurrido defpues en otra maquina-
ción, formada por algunos particulares , para quitar la vi-
da al Cardenal Julio de Medicis , que en adelante fué Pa-
pa con el nombre de Clemente Séptimo. Efte rezelo pare-
ce fe fundó únicamente en las repetidas alabanzas con
que , tanto en las converfaciones privadas , como ealos
eferitos, celebraba Maquiabelo á Bruto , y Cafsio , como
defenfores, y vindicadores de la libertad de la República
Romana : lo que en aquella fazon fe interpretaba como
una indirecta exhortación á defender la libertad de la Fio*
rentina, que , ó en la realidad , ó en la apariencia querían
oprimir los Medicis. Sin embargo, ó por alguna mera po-
lítica, ó porque el motivo de la fofpecha pareció débil, no
fe hizo procedimiento alguno contra Maquiabelo.Confia,
que defpues pafsó todos ius dias en miferia, y abatimien-
to. Acafo los Medicis interiormente refentidos contra
é l , y precifados por alguna razón de eílado á no declarar
con calligo legal fu refentimiento,procuraron por ocultas
v.ias tila venganza forda. Acafo también fe acarreó la po-
breza con fu mala conducta. En fin murió, anticipandofe
la muerte, como fe la anticipan otros muchos. Un Medi-
camento precautorio , tomado á fin de alargar la vida , fe
la. quitó el año de 15 3 o.
4 Fué Maquiabelo de genio irriforio , y fatirico,
Creeíéj
DISCURSO QUARTO. 75
Créefe, que tuvo poco , ó nada de Religión. Hai quienes
digan, que fué menefter emplear la autoridad de el Magis-
trado para obligarle á recibir los Sacramentos al morir.
Otros,que murió profiriendo blastemias. Leefe en varios
Efcritores una infolente impiedad fuya con aire de chifle:
Efto es haver dicho , que mas queria ir al Infierno , que al
Cielo; porque en el Cielo folo hallaria Frailes, Mendigos,
y otra gente mifera, y defdichada ; pero en el Infierno lo-
graría la compañía de Papas, Cardenales, y Principes,con
quienes trataría materias de Eítado. Otros fubílituyen en
el dicho,por Papas, Cardenales, y Principes,los mas infig-
nes Philofofos , y Efcritores de Politica , como Platón,-
Ariitoteles, Séneca, Plutarco, y Tácito.
5 Dio á luz varios efcritos,entre ellos la vida de Caf-
trucio Caftracani, y la Hiíloria de Florencia , que no lo-
gran la mayor fee entre los Criticos. Pero el eferito , que
le hizo mas famofo en el Mundo , y juntamente mas infa-
me , fué uno de Politica , intitulado: El Principe , en que
enfeña á ios que lo fon á reinar tiránicamente , ó a. domi-
nar los Pueblos fin equidad, fin ley , fin Religión, facrifi-
cando la equidad, la ley, la Religión , y el bien publico al
interés, al güilo, al capricho, y á la grandeza propria.
§. II.
6 /*"^On fer tan pernicíofo eftelibro,no han faltado
V^/ quienes apadrinen al libro, y al Autor. Abra-'
han Nicolás Amelot de la HouíTaye le defiende por la par-
te mas odiofa , que es aprobando como útiles al publico
fus Máximas, las quales, dice,folo fon reprobadas por los
hombres ignorantes de lo que es politica, y razón de cita-
do ; y añade, que los mifmos , que íiendo particulares , y
citando fuera cíe el manejo de las cofas , las condenan , fi
por dicha afcienden ai Principado , ó al miniíterio , las
aprueban, y practican.
7 Otros , aunque convienen en que las máximas de
Maquiabelo fon perniciofas, fantifican la intención de el
Autor. Dicen, que efte,bien iexos de querer inílruir á los
— Ka Prin-
jS- MAQUI ABELÍSMÓ DÉ LOS ANTIGUOS:
Principes contra los Pueblos , folo miro á avifar á IóS
Pueblos de el proceder , y artes de los tiranos , con el fia
de que eftos fe contuvieífen viendo fus máximas defcu-
biertas, y aquellos pudieífen precaverfe mejor , enterados
de las armas , con que la tirania procura oprimir fu liber-
tad. Añaden , que le fué precifo á Maquiabelo el modo-
artificiofo de inftruir á los Pueblos debaxo de el velo de
favorecer el poder abfoluto de los Principes, porque eftos
110 tolerarían fu libro , fi claramente hablaífe contra fu to-
tal independencia.
8 Prueban efte fentir con la confideraclon de que
Maquiabelo fué enemigo acérrimo de la tirania, y amante
apafsionado de la libertad de la República. Sus dichos, y
fus hechos confpiraban á manifeftar efta inclinación. Sus
grandes Héroes eran Bruto, y Cafsio , que mataron á Ce-
far por reftituir á Roma fu libertad. Citafe el capitulo
décimo de el libro primero de fus difcurfos , donde habla
fuertemente contra los tiranos. Fué indiciado de cóm-
plice en la conjuración de los Soderinis contra los Medi-
éis, en quienes fe confideraba entonces la intención de ti-
ranizar la República de Florencia ; y defpues no exempto
de fofpechas en la confpiracion contra la vida de el Car-
denal Julio. El Nardi, Efcritor Florentino, y contempo-
ráneo fuyo, dice, que tenia eílrechas alianzas con los ma-
quinadores de aquel atentado, y con el relio de la facción
©puefta á los Mediéis. Qué interés podia tener en favore-
cer á los tiranos , quien dio tantas leñas de aborrecerlos?
U en eftender la potencia de los Principes fuera de fu na-
tural esfera , quien fiempre fe manifefto amante de la De-
mocracia ? Luego esfixo , que fu intención fué otra , y
mui contraria á la que fuena en la fuperficie de la letra...
Afsi razonan los que fon de efta opinión.
9 Otros en fin concediendo, que las máximas de Ma-
quiabelo fon detcftables , y prefcindiendo de qual haya
fido fu intención , fe limitan á efcuíar el Autor, afirman-
do que no tuvo , ni tiene algún inconveniente la publica-
ción de ellas. Eftos dicen , que Maquiabelo nada dixo de
nuevo j que fus máximas fon las rnilmas, que fe hallan ef-
DISCURSO Q U A R T O : 77"
tampádás en. las Hiflorias, como practicadas por inmune-,
-rabies Principes ; que qué mas inconveniente puede te-
ner el que fe lean en el libro de Maquiabelo , que en los
demás?
1 0 Efta mifma difeulpa pone el Bocalini en boca de
el mifmo Maquiabelo , hablando afsi en nombre fuyo de-
lante de Apolo. To no pretendo defender mis eferitos, an-
tes publicamente los acufo , y condeno por impíos , por lle-
nos de crueles, y execrables documentos degovtrn&r los Ef-
tados. De fuerte quefi la doitrina , que be dado d la ejiam-*
pa , es nueva , e inventada de mi cabeza , convengo en que
al momento fe execuie en mi la fentencia , que quifiejfen
fulminar los jueces. Pero fi mis eferitos no contienen otra
cofa , que aquellos preceptos políticos , y aquellas reglas de
efiado, que be deducido de las acciones de algunos Principes
contra los quales el decir mal tiene pena de muerte ; pero fi
V. M. me da licencia los nombraré aqui: quéjujlicia , que
razón bai que diíie \ que los que han inventadlo la rabioftj
y defe/perada política efrita por mi , feanrefpetados , «?-,
me punto menos que divinos , y yo que no hice mas que pu-
blicarla , fea tenido por un malvado, por un Atheifia ? Ta
cierto no alcanzo , porque razón fe deba adorar el original,
como Santo, y quemar la copia como execrable : ni porque yo-
merezca fer tanperfeguido , quando la letura de las Hifio-
?ias,r,ojólo permitida , mas aun recomendada, tiene virtud
para convertir en o'tros tantos Maquiabelos todos aquelfas^
qi'.e huleen con los antojos políticos,
§. 1 ir.
>3Tí T ) O r no dexar al Lector fufpenfo, 6 por no dar-i'
J le lugar á que juzgue que propongo citas tres
opiniones problemáticamente , expondré aqui el juicio,
que hago de ellas. La primera es faifa , horrenda, abomi-
nable, y folo digna de un fegundo Maquiabelo. Qué ra-
zón hai,no digo que dicte, pero ni aun que fufra las delei-
tables máximas de que el Principe mas debe a si miimo,qué
ÁldRepuklica í Que efia fue infiitmiapor la naturaleza d
y-8 MAQUÌABELISMO DE LOS ANTIGUOS.
favor de el Principe, no el Principado à favor de la Repu-¿
blicaì Que la tiranía fe funda en el mifrno derecho de la Co-
ronai Que la muerte defgraciada de los tiranos fe debe
atribuir al acafo , y no al juicio divino ? Y otras femé-»
jantes,
12 La fegunda tiene contra si el fentido literal, y na-
tural de el efcrito, y que la intención de el Autor no es fá-
cil adivinarfe. Admito por buenas todas las pruebas que
fe alegan, de que Maquiabelo era enemigo déla tiranía.
N o hai hombre alguno , que no aborrezca la tiranía entre
tanto que la confiderà gravofa à fu perfona , ò que tema
que parte del pefo de ella cargue fobre fus hombros.Pero-
muchos de los que la aborrecen en general, la defearán en.
particular , íi tienen efperanzas de que el favor de el tira-
no mejore fu fortuna. Es mui natural confiderai en efta
-
§• i v .
Yp TT7 Stoi tan lexos de penfar, que Maqüiabelo ha-
JC< ya-empeorado al Mundo en quanto à efia
parte , ni que los Principes de elle figlo hayan refinado la
iniqua politica de Maqüiabelo , que creo firmemente,
que ellos, fi atendemos precifamente á nueftra Europa,
ion mucho mejores,por lo común, que los de los antiguos,
tiempos.
20 Oy, fi fe trata, ù de imponer algún nuevo grava-
men à los vallados , ù de mover guerra à los vecinos , fe
confuirán Theologos , y jurdías, fe examinan leyes, fe rev
vuelven Archivos ; y aunque muchas veces la ambiciofa
adulación de los confultados atribuya à los Principes el
derecho que no tienen, la malicia de aquellos es compati-
ble con la buena fee de ellos.En otros tiempos no era afsi.
O fe quiíieííe atrepellar à los fubditos , ò fujetar los con-
finantes, nada fe confaltaba, nada fe examinaba , fino fí
havia bañantes fuerzas para la execucion. El poder lo de-
Drscuitso QUARTO. 8í
cidia todo. Aun en figlos no mui diñantes de el nueftro, y
en los Reinos de mayor politica , quando ya la Religión
verdadera havia humanizado los ánimos , íi al mover la
guerra un Principe poderofo á fu vecino , para defpojarle
departe de el Reino , reprefentaba el invadido los titulos
legítimos de poífefsion , fe reia el invafor de la reprefenta-
cion , como de una iníigne impertinencia , y refpondia fe-
rozmente con aquella íentencia hecha proverbial en aque-
llos tiempos en boca de Reyes, y Miniñros de eñado; que
el derecho de los Principes no confine en pergaminos
viejos, fino en armas flamantes.
§• v.
21 £ 7 Sto, quanto mas retrocede la memoria por ía
£ _ i ferie de los tiempos, tanto peor lo halla. De
aqui viene aquel mal concepto , que en la fuperior edad
por lo común fe hacia de los Reyes. Los Romanos fe af-
íbmbraron quando vieron, que los de Capadocia, á quien
querían hacer República libre , inftantaneamente les pi-
dieron , que los dexaflen vivir debaxo de un Monarca; re-
putándolo efto por verdadera , y rigurofa efelavitud. Ca-
tón decia :' Eñe animal,que llaman Rey zs mui devorador
y
§• vi.
N TI fe pienfe, que ello folo lo executaba la
fuerza defafiftida de la mana. Los mifmos
arbitrios , las mifmas Artes, que eftampó Maquiabelo, y
que exercieron los mas fagaces Tiranos de los pofteriores
ligios, fe hallan practicadas en aquellos. Mirefe á Romu->
lo bufcando un pretexto efpeciofo de jufticia , para qui-
tar la vida à fu hermano, y remover eñe eftorvo de reinar
fin riefgo : à fu fucelfor Numa Pompilio , confumado hy-
pocritOn, todo dado en lo exterior al culto,à la devoción,
y al rito , y aun fingiendo vifiones , y revelaciones de la
Diofa Egeria , para que , mirandole el Pueblo Romano,
como á hombre efpecialmente favorecido de el Cielo , no
folo no fe atrevieífe á derribarle de el Solio , mas fe le de-
xaííe engrandecer à fu arbitrio : à Tullo Hoftilio , que fu-
cedió à efte , introduciendo con grande arte aquellos of-
tentofos aparatos externos , qiie à los ojos de el Mundo
fon el medio mas eficaz para hacer ya refpetable , ya for-
midable la Mageílad , y bilicando dolofos pretextos para
hacer guerra i las Repúblicas vecinas : à Tarquino el So-
bervio, valiendofe de el eftratagema de que fu hijo Sexto,
como quexofo , y fugitivo de fu crueldad, fe refugiaífe á
los Gabios,y,efte manejando con tan artificiofa conducía
aquella gente , que le hicieron Generalifsimo fu y o con
abfoluto dominio ; conque fué fácil rendirlos á los Ro-
manos.
23 Aquel famofo precepto de Maquiabelo de que
con el enemigo pueflo en algún ahogo no fe ufe de medio,
fino que , fegun dictare el interés proprio ,' ó fe acabe de
arruinar de el todo , ó fe le dé la mano para facarle de el
riefgo, no es puntualmente el mifmo, que dictó H eren nio
á fu hijo Poncio , General de los Samnites , para que lo
practicaífe con los Romanos ? Quando efte General tuvo
cogido todo el Exercito Romano en las Horcas Caudi-
DISCURSO QUARTO. 8J
ñas, embió la noticia á fu padre , preguntándole junta-
mente, que deliberación tomaría con ellos. Refpondió el
viejo, que los abrieffe generofamente el paño, dexandolos
ir libres, fin condición , o limitación alguna , que fuelle
contra fu vida, fu libertad, ó fu honor. Creyó Poncio, y
creyeron todos los Principales de la República, que fe ha-
llaban en el Exercito, qu-e Herennio no fe havia enterado
bien de la noticia dada, ni entendido que los Romanos
filiaban enteramente á fu difpoficion. Embiaron, pues,
fegunda legacía, informándole mui por extenfo de el efta-
do ínfeliüde elExercito Romano , á quien tenían fin re-
medio debaxo de el cuchillo. Refpondió entonces, que le
degollaífen enteramente, fin dexar con vida hombre algu-
no. Dos refpueftas tan encontradas hicieron fofpechar á
algunos , que el viejo havia perdido el fefo ; fin embargo
como le havian refpetado muchos años por Oráculo, y al-
ma de la República, creyendo los mas,y bien,que aquella
contradicción contenia algún mifterio, que no entendían,
1c hicieron venir al campo, para que fe explicaffe. Vino,
y declaró fu penfamiento, el qual era, que todo , ó nada:
que, ó fe gauaííé enteramente el afeito de el enemigo con
•una generoíidad heroica , ó le deftruyeffen de el todo, pa-
ra que no quedaífe en eftado de vengarfe. No fe Siguió el
confejo de el viejo. Poncio tomó un medio , que fué de-
xar falirá losRomanos convida, pero fin honor; hacien-
do á Confules , Oficiales , Soldados , padecer la infigne
afrenta de paffar por debaxo de el yugo. La refulta fué
( bien fácil de adivinar) que los Romanos irritados de la
ignominia, no pudieron apartar los ojos de la venganza.
Faltando á las condiciones estipuladas, rompieron de nue-
vo con mayor ira, y con mayor fuerza la guerra, y derro-
taron enteramente á los Samnites.
2 4 El temperamento , que tomó Poncio, fué impru-
dente. Mas no por eífo fe debe aprobar el confejo de He^-
rennio. Era cruel en un extremo,y en el otro nada feguro.
O t r o medio mas proporcionado fe pudiera tomar , como
quedarfe con rellenes de toda fatisfaccion , hacer entregar
algunas tierras, ó plazas , antes de dexar falir el Exercito,
• L 2 Pe-
84'.' MAQUIBELISMO DE LOS ANTIGUOS;
Pero penfar, que á una gente vana, íbbervia, guerrera , y.
poderofa havia de hacer mas fuerza la fee de los pactos,;
que la ira concebida fobre una feifsima afrenta , fué mui
necia confianza.
25 Tampoco ( ya lo dixe ) el confejo de Herennio en
quanto al extremo benigno era nada feguro ; porqué en
los Romanos era mas poderofa la ambición , que la fee
publica , y que la ley de el agradecimiento. Buen teftigo
de efta verdad fué Numancia, como manifeftamos en o ira
parte: tal era la politica de aquellos tiempos,
'§• vil.
16 T ~ \ E aquellos tiempos digo , por no culpa?
t„.jF folo á los Romanos. En la Grecia el faltar
á la palabra dada , y aun jurada , quando fu obfervancia
fe oponia al interés de el Eftado,era tan corriente, que por
efto folo apenas fe perdia la opinión de Principe juño , u
de hombre de bien.
. 27 Agefilao Rey de Efparta, fué uno délos mas cele-
brados Principes, que tuvo la antigüedad. Con fer infig-
ne guerrero, colocaba fu principal gloria en los créditos
de amante de la Virtud , y de la Jufticia. A uno que lla-
maba gran Rey al de Períia , le dixo íévero : No es mayor,
Rey, que yo, quien no es mas jujto que yo. Era fummameiír
te fobrio , paciente en los trabajos , tan refpetuofo á fus
Diofes , que no permitía extraher á fus enemigos refugia-
dos en los Templos ; tan enemigo de el faufto, que apenas
havia en todo elExercito Soldado venido mas humilde-
mente que él. Pues efte Santón de el Paganifmo no hacia
efcrupulo alguno en violar la fee publica , quando en la
violación veia alguna utilidad de el Eftado. Por medio
de un emiífario fuyo forprendió en plena paz la Ciudad
de Thebas 5 y aunque en Efparta fe difputó algo fobre la
acción, luego que les moftró,que la confervacion de aqu^-r
Ha prefa era importante al Reino, configuió embiar guar-
nición á la Ciudadela. En fu expedición á Egypto aban-
donó-al Rey T a c o á cuyo fueldo militaba con las Tro-
pas
DISCURSO QUARTÓ. 85
pas cíe L'accdemonia , y fe junto al rebelde Nectanebo,'
fin dar otra difculpa á efta alevoíía, fino que fu Patria fe
interefiaba en elia.
2 8 Ariftides, el Catón de los Athenienfes, á quien
llamaron por Antonomafía elfufio, haviendo hecho jurar
áfu Patria cierta cofa, y jurado él en fu nombre, la per-
fuadió defpues ala violación de aquel juramento, porque
le trahia alguna incomodidad fu obfervancia. Plutarco,:
citando á Theophraílo, añade, que en obfequio de fu Pa-
tria cometió muchas iniquidades. Elfos eran los judos de
la Grecia,* y efta era fu poíitica. <
§. VIII.
2o TTilen sé, que en la opinión de muchos ella mo-;
J 3 neda también es corriente en ellos tiempos,
y que ya fe dice que las palabras , ó promeífas délos que
manejan lo-fumino de las cofas no tienen fuerza , fino en
tanto que no fe oponen al interés de el Eftado. He leido,
que negociando un Principe de Italia un Tratado de paz
con un Monarcapoderofo,y pidiendo éntrelas Condicio-
nes la reftitucion de una buena parte de fus Hitados , que
lé havia tomado , le replicó el Embiado de el Monarca:
Que feguridad tendrá de V. A. el Rey mi a?no , file da todo
¡o que pide ? A lo que refpondió el Principe : Affeguradle,
que yo le empeño mi palabra ; no en qualidad de Soberano,
porque en razón de tal esprecifo que yo /aerifique todo a mi
grandeza , y d la ventaja de mi Ffilado , fegun f ? ofrezcan
las coyunturas ;fino debaxo déla qualidad de Caballero , y
hombre de bien.
30 Sin embargo,en eíto hai un buen pedazo de hyper-
bole. Firmemente creo , que oy los mas de los Principes
obfervan reíigiofamente los Tratados. Es verdad , que
á cada paífo fe acufan reciprocamente unos á otros,como
infractores de ellos. Mas efto depende de que rara vez es
tan clara la jufticia, ó injufticia , ni de uno , ni de otro de
los contendientes , que no dé lugar á la diferencia de opi-
niones. Aísi entrambos obran probablemente, y también
pro„
8¿ MAQOIABELISMO DE LOS ANTIGUOS.
probablemente fe acufan. Si hai uno, ú otro,de tan ancha
Theologia , que con conocimiento atropelle todas las
obligaciones de la equidad, jufticia , y fee publica , bufca
por lo menos algún efpeciofo pretexto , y procura falvar
las apariencias. Ello mifmo prueba, que fe obra con ver-
güenza, y fe teme la nota; lo que no fucediera, íi fuera tan
corriente entre los Principes , como quieren algunos , el
faltar á fu palabra.
3 r Bien sé, que un Anonymo Francés efcribió pocos
años ha, que haviendofele dicho al Rey Don Fernando el
Catholico, que Luis Duodecimo.de Francia fe quexaba
de él que le havia engañado dos veces, refpondió : Por
Dios que miente el Francés , que no le be engañado dos ve-
ces,Jino diez. Si ello fucedió afsi, podríamos creer , que
-nueftro Don Fernando hacia gala de la perfidia. Pero
ellos fon cuentos de corrillo , de que los cuerdos no ha-
cen cafo. Supongo , que para que llegaífe el chille , ó
chifme defde la boca de Don Fernando á las orejas de el
francés que lo efcribió , ferian meneíler cien conductos
}
§.ix.
DISCURSO QUARTÓ.
«7
33 T ) ^ 'í ^
r o 11 m
q paflafle afsi, li aquel gran
u c n o u e
37 v c o
}° T
profundidad, ó agudeza en
t a n t a
§. XII.
I V 1 O por eíTo pretendo , que la letura de Ma-
1 %l quiabelo no pueda fer nociva. Serálo fin
duda para muchos , efpecialmente fi fon de un tempera-
mento mui resbaladizo ázia la ambición. Ha havido infi-
-nitos Tiranos , y los havrá íiempre , fin leer El Principe
-de Maquiabelo ; pero El Principe de Maquiabelo podrá
hacer Tiranos algunos, que no lo fueran fin eífa letura.
Eñe libro hará lo mifmo pueño en las manos de un Prin-
cipe flaco , que aplicado á fus oídos un Confejero ini-
quo.
M2 Uno
P'j MAQUIAVELISMO DE LOS ANTIGUOS.
4 7 Uno de los hechos atroces , y alevofos , que nía?
raido hacen en las Hiftorias , la muerte indigna de el gran
Pompeyo, no dependió de otra cofa,íino de tener el joven
Ptolomeo Rey de Egypto un Maquiabelo á fu lado en la
perfona de el depravado Theodoto.
4 8 Roto Pompeyo en la batalla Pharfalica , fugitivo
de el Cefar, y de la fortuna de el Cefar, no difcurrio afylo
mas oportuno para fu feguridad, que el Reino de Egypto,
porque el Principe , que alli reinaba entonces , le debia el
gran beneficio de haver repuefto á fu padre en el Trono,
de donde los proprios vaífailos le havian derribado. Sobre
effa confianza arriba al Puerto de Alexandria,avifa al Rey
de fu llegada , pidiendo fu protección , que le era tan de-
Jalda : juntafe confejo , para difcurrir fobre la materia:
aplicanfe los mas votos á lo jufto , y recto , perfuadiendo
fe dé acogida á aquel Héroe infeliz. Pero Theodoto , que
por fer Maeftro de el Rey joven, tenia con él autoridad íu-
perior á todos, le fugiere , no folo que no le conceda fu
protección, fino que le quite la vida.
4 9 Pero ferá bien oir á Lucano las razones de conven
¡niencia en que aquel Politico depravado fundó una atro-
cidad tan horrenda, porque fe vea , fi los principios de el
ÍMaquiabelifmo eftaban bien penetrados en aquel tiempo.
Aunque fe debe advertir, que Lucano pone el coníejo,
lio en la boca de Theodoto , fino en la de el Eunuco Pho-
tino, al qual otros Efcritores no hacen coníejero,fino exe-
cutor de la maldad en compañia de el General Aquilas; y
algunos á elle ultimo atribuyen, ó en parte,ó en el todo la
fugeftion.
50 Fuelle Theodoto, fueíTe Aquilas, ó fueífe Photino
(cuya diverfidad es material para el intento) el primer au-
tor de la maldad, lo que reprefentó á i tolomeo para inci-
tarle á ella, fué lo figuiente. Que por grande que ccníide-
xaífe el beneficio hecho á fu padre , mas fe debia á si mif-
mo , que á Pompeyo : Que la fortuna fe havia declarado
contra cfte, y á favor de Cefar , y feria fumma impruden-
cia colocarfe en aquel partido , á quien era contraria la
fortuna: Que acoger a Pompeyo parecía á la verdad una
DISCURSO QUARTO. 93
Konéílá acción ; pero los Principes no debían mirar á lo
honeílo, fino á lo útil: Que el Monarca, que quiere con
tener dentro de los limites de lo julio fus operaciones,
mas es efclavo de fus leyes, que dueño de fus Eitados: Que
la fuprcma poteftad ignora toda ley , como ignora toda
fujecion : Que era indubitable, concediendo el afylo de
aquel Reino á Pompeyo,tener fobre si luego las armas in
vencibles del Cefar, y el poder de todo el imperio Roma
no , á quien no podia hacer lamas leve renitencia : Que
ellos havian cumplido con fu obligación antes , dcfeando
la victoria para Pompeyo; pero ya confeguida por Cefar,
debían feguir al vencedor , cuya amiftad podían ganar»
quitando la vida á Pompeyo : Que tomar el medio de no
admitirle, ni matarle, feria abrazar el arbitrio peor de to
dos , pues fe perderia lo útil, fin ganar lo honeílo : Que
Celar íicmpre miraría como enemigo al que , pudicndo
matará fu enemigo, no lo hicieífe,y todo el relio del Orbe
contemplaría como ingrato al que no protegía á fu bien,
hechor : Que era fácil reprefentar como religiofa la ac
ción cruel de matar á Pompeyo ; pues efto en la realidad
era hacer un facrificio á la Deidad de la fortuna , y era
ponerle de parte de los Diofes, que ya le havian declarado
contra aquel Hcroe infeliz : Que eflc facrificio parecía
no folo dictado por ia Religión, mas también por la Jufti
cia, pues acogerle Pompeyo cútales circunílancias en
aquel Reino, no era otra cofa, que procurar fu defolacion,
fiendo cfta inevitable , íi protegiéndole , como él defeaba,;
feprovocaílé la ira de el Celar : por tanto , fe podia pro
ceder contra él á fangre, y fuego , como contra un enemi
go de el Eftado.
5 1 Pregunto, fi diría mas Nicolás Maquiabelo,pueflo
en aquellas circunílancias, á ia oreja de el Rey de Egypto?
Afsi, qse íicmpre huvo Maquiabelos , y que fiempre fue
ron perniciofos colocados en el minifierio , no folo para
los Pueblos,mas por lo común aun para los Principes mif
mos , cuya exaltación , ó confervacion procuraban сод
impías, y crueles máximas.
% г Creo y o , que aunque quautos lean el fuceflo , en
<?4 MAQyrAB'fiT.ISMO DE I.OS ANTIGUOS.
que vamos tüfcurriendo, abominarán de el confejo de
Theodoto, como torpe, tiránico, violento, inhumano , y
atroz , havrá muchos , que atendiendo preciíamente á la
conveniencia temporal, le juzgarán faludable. Pues vé
aqui, que no fué , fino extremamente nocivo. Executófe
la muerte de el gran Pompeyo, añadiendo á la crueldad la
alevofia de facarle de la Nave á tierra , debaxo de la fegu-
ridad de la Real palabra. Qué reinita tuvo elfo? Que Pto-
lomeo configuieífe la efperada amiftad de el Cefar ~. Que
(
§. XIII.
53 O I el cafo , que fe confultó en el Confejo de el
v 3 Rey Ptolomeo, fe propufieffe á los Políticos
de nueílra Europa, y de nueílro figlo, cierto eíloi, de que
ninguno perfuadiria la muerte de Pompeyo. Pero tam-
poco havria quizá alguno tan generofo , que aconfejaffe
admitirle , y ampararle. A la verdad las refoluciones ge-
nerofas, pero arriefgadas , pueden permitirfe tal vez á la
bizarría de los Principes , mas nunca fugerirfe por fus
Confejeros. Afsi , confiderandofe muí peligrofo el arbi-
trio de amparar á Pompeyo , y mui torpe el de facrificar-
le á la ira de el Cefar , es natural que todos los votos íi-
guieífen el medio de no-admitirle , ni dañarle , dexando á
fu libertad la elección de otro afylo , y á fu fortuna el
buen , ó mal éxito. Ni dudo yo , que en la aula de Ptolo-
meo
DISCURSO -QUARTO. CJJ
meo havrla algunos (acafo los mas ) de efta opinión. Sin
embargo , fi yo me hallaífe en aquel congrefio , daria mi
voto , atendiendo no folo á lo honefto , mas aun á lo útil,
por la refolucion mas benigna; y aun pienfo, que haria al-»
gima tuerza al Rey , fi alguno de los que aísiitieron en él
le períuadicííé el amparo de Pompeyo en efta, 6 íemejante
forma. : J S S S S Í S S S 3 Í S S S 5 : $ S S S : S ^
N a yien-
Yoo MAQUÍABEL'TSMÓ DE i o s ANTIGUOS.-
viendo quan fielmente correfpondes á un bienhechor tÚ4
yo , no havrá Principe alguno, que no defee ferio. Lo que
puedes eíperar de Pompeyo, no cabe en mi voz, ni aun en,
mi imaginación.
. 5 4 Pero d o i , feñor , que tan bien fundadas efperan-;
zas fefruftren , que el Cielo profiga en felicitar las armas
de Cefar, que la fortuna fixe á favor fuyo fu inconftante
rueda , que veamos las Legiones Romanas batir los mu-
ros de Alexandria, que caigan tras de ellos los de Mem-
phis , y amenace la mifma ruina á las demás Ciudades de
el baxo Egypto , que en confequencia de efto nos veamos
en la preciíion de capitular con Cefar. Efte es el mayor
ahogo, en que puede ponernos la fortuna. Pues vés aqui,
feñor, que aun colocados en é l , tenemos en mejor citado
nueftras cofas , que executando el confejo , que te propo-
ne Theodoto. Pedirate Cefar , que le entregues á Pom-
peyo , ofreciéndote la reftitucion de todo lo conquiftado,
porque para él pefa poco toda la tierra, que inunda el Ni-
lo , cotejada con la poífefsion de un Perfonage , á quien
mil accidentes pueden poner en citado de traftornar todo
fu Imperio. Podrás entonces hacer efte cange , y quedar
Señor de tu Reino , difeulpandote la dura ley de la necef-
fidad con todo el Mundo. Pues qué demencia, qué frene-
s i , feñor , es perfuadirte á que mates ahora á Pompeyo
con alevoíia , fin mas interés , que el mifmo , que logras,
entregándole defpues fin infamia ? He dicho, fin mas in-:
teres : debo añadir, con mucho mayor riefgo. Si cometes
tan torpe atentado , es verifimil, que Cefar le caftigue fe-;
Veramente, ó por virtud , ó por hypocreíia. Si le juzgas
generofo, júzgale también extremamente irritado contra
t i ; ya por tu crueldad , ya por tu ingratitud , ya porque
le hicifte una grave injuria en penfar , que havia de admi-
tir como obfequio una alevofia, yá porque le robafte una
ocafion preciofa de oftentar con Pompeyo defgraciado fu.
clemencia. Si le contemplas folo como un politico ambi-
ciofo, y fagáz, hará por fimulacion lo mifmo, que podría
executar por generofidad , y procurará acreditarfe con el
Mundo, tratándote como deiinquente. N^ada de efto puc-.
DÍSCÜRS'Ó QUARTO; tot
Hes tèìrier , quando llegue el cafo de entregar , obligado
de la necefsidad, à Pompeyo : yà porque faita uno, y otro
motivo: yà porque no fe vio hada ahora, que Cefar faltaf-
fe jamás a la fee de los pa&os , nitrataííe con crueldad à
los vencidos.
6 5 Ni es de omitir lo que la difpoíicion de el animo
de Cefar àzia tu perfona puede cooperar , ò à fu virtud , ò
à fu Politica. N o ignora Cefar , que halla ahora has fc-
guido con el afeito el partido de Pompeyo. Quando tile
haya perecido à tus manos , bien comprehenderi Cefar,
que con el hicieras lo mifmo , y de mejor gana , fi el ven-
cedor huviera fido vencido. Contempla ahora con que
ojos te mirará entonces Cefar , teniendo prefente , que el
no cometer con él la rnifma alevofia conllite en fu fortuna,
no en tu voluntad, ò que à pefar de tu voluntad lo debe à
fu fortuna.
66 Las razones, con que he probado, feñor, que,aun
dexando à parte lo julio, es mas conveniente proteger á
Pompeyo , que matarle, perfuaden afsimifmo, que es mas
útil acogerle , que dcfpedirle. La defpedida no obliga à
Cefar, ofende i Pompeyo , y te acula también de ingrato
à los ojos de el Mundo. Pompeyo repelido de efta orilla,
irà errando por mares, y tierras , bufeando rincón íeguro
donde ocultarfe , hafta que la defefperacion de uno , ò la
confpiracion de muchos quite la vida à Cefar , lo que ve-
rifimilmcnte no tardará largo tiempo. Será entonces
Pompeyo dueño mas feguro, que Cefar , de todo lo que
oy domina Cefar. Mira lo que debes efperar de cl,havien-
do repelido de efee Reino al que pufo la Corona en las
fienes de tu Padre. Cefar, mientras mandare,como no ig-
nora que le eres defafecto , íiempre confiderarà en ti un
enemigo , á quien folo la falta de poder , ò de valor quita
obrar como tal. El fervido de abandonar á Pompeyo no
le obliga, y te envilece, porque bien, comprehende, que lo
hiziílepor miedo. Su defafeéto queda en pie, y te añades
fu defeílimacion.
67 Mas fi benigno acoges á Pompeyo, puedes hacera
te cuenta, que en.cierta manera te haces dueño de Pompe-:
ro2 MAQUTABELISMO DE LOS ANTIGUOS.
yo,y de Cefar: de Pompeyo; porque le tienes en tu Reino;
de Cefar , porque te concederá partidos mui ventajofos,
porque le entregues á Pompeyo. No por elfo quiero de-
cir, que efto es lo que fe debe hacer. Mi dictamen abfblu-
to es, que por Pompeyo fe arriefgue todo,pues todo fe de-
be á Pompeyo. Efto perfuade la verdadera virtud. Mas
yá que nos hallamos en los términos de confultar folo la
razón de Eftado, admitafe á Pompeyo con animo de de-
fenderle ; pero no de eftender fu defenfa hafta el peligro de
tu Corona. Efto no baña á la verdad, para que el Mundo
te aclame generofo; pero es fuficiente, para que no te con-
dene por injufto. Salvafe tu honor, y fe atiende á tu uti-
lidad. El voto de el Cielo es en efta materia elmifmo,que
el de el Mundo. Pompeyo te quedará fummamente agra-
decido. Veremos acafo á Cefar irritado ; pero eftes mo-
vimientos de fu ira cederán luego á fu conveniencia , y
aun á la tuya. Si los Diofes , como pueden , favorecen
nueftras armas mandadas por Pompeyo, refpetará tu per-
fona, tu virtud , y tu poder toda la tierra. Si pudiere mas
Cefar,quando llegues á hacer aquellas perdidas,que baften
para tu difeulpa, con entregar á Pompeyo,reparas todo el
¿año. sSSSGSSSSS-SSSSíSSSSlSSSSSSSSSSíSSSSíSSSSSSSSS
* * * * * *
'68 "CT Sta Oración me pareció introducir aqui,aten<-
diendo no folo al deleite de el Leétor , mas
también á fu utilidad. Es el cafo, que haviendo propuef-
to en efte Difcurfo tantas máximas , y exemplos de la po-
lítica tirana , podrian algunos entendimientos flacos per-
fuadirfe á la conveniencia de ella, fi no les dieífemos mez-
clada con el veneno la triaca, moftrandoles con efte exem-
plo , que ellos arbitrios violentos , que el Maquiabelifmo
propone como convenientes , fon por lo común nocivos,
ó por lo menos nadafeguros , y que en los mifmos cafos,
en que los reprefenta neceífarios, no faltan expedientes en
quienes fe concilla lo honefto con lo útil, íi hai voluntad
rec~ta,que los defee,y entendimiento claro,que los bufque.
De modo que eíTa, que llaman política refinada, no es mas
que
DISCURSO QUARTO. 103
qué una efcoría de la politica,una producción de ingenios
grofleros , que no paflan de la fuperficie de las cofas. Sue-
len los Maquiabeliftas confiderar folo el efecto immedia-
to de aquel golpe, que meditó fu malicia, fin advertir, que
la maquina politica ella muchas veces difpucfia de modo,
que aquel movimiento fe vá propagando con varias refle-
xiones , hafta retroceder contra el mifmo que hizo eldif-
paro. Otra vez lo he dicho, y lo repito ahora. Rarifsimo
de eftos Politicos perverfos fué mucho tiempo feliz. Ra-
rifsimo ha logrado mas que un breve refplandor de la for-
tuna. Cafi todos naufragaron , revolviendofe el viento,
quando á fu parecer iban conducidos de la mas favorable
aura. Quanta infenfaféz es feguir un rumbo , donde to-
dos los efcollos eftan manchados de fangre de infelices!
Quien puede cfperar racionalmente fu fortuna de las má-
ximas de \4aquiabelo,fabiendo, que fu autor vivió pobre,
y defpreciado ; y murió dcfdichado, y aborrecido ? A cafo
efte implo Político, como aquel dcfdichado Phlcgyas,que
pinta Virgilio , defengañado donde no aprovecha el defi-
engaño , con lamentables , y efpantofas voces tefiifica el
error de fus dcteftables máximas á todo el miferable piu>
blo de los prefeitos.
Pblegyafque miferrimus omnes
Admonet, Ó" magna tejiatur voceper timbras:
Dijcite• j,ufiitiam,moniti,& non temnere Divas,
OB-
io4
<^-#.£ £ £ £ £ £ £ £ £ & £ £ £ £ £ & £ £ £ £ £
OBSERVACIONES
COMUNES,
DISCURSO QUINTO;
§. 11.
4 T A mayor parte de mi vida he eflado lidiando
J , con ellas fombras, porque mui temprano em-
pecé á conocer, que lo eran. Siendo yo muchacho, todos
decian , que era peligrofifsimo tomar otro qualquiera ali-
mento poco defpues de el chocolate. Mi entendimiento,
por cierta razón, que yo entonces acafo no podría expli-
car mui bien , me difuadia tan fuertemente de ella vulgar
aprehenfion, queme refolviáhacer la experiencia, en que
fupongo tuvo la golofina pueril tanta , 6 mayor parte que
la curiofidad. Immediatamente defpues de el chocolate
comi una buena porción de torreznos , y me hallé linda-
mente afsi aquel dia, como mucho tiempo defpues; con-
que me reia á mi falvo de los que eílaban ocupados de
aquel miedo. Afsimifmo reinaba entonces la perfuafion
de que uno que fe purgaba ponia á riefgo notorio , unos
decian la vida, otros el juicio, fi fe entregafle al fueño an-
tes de empezar á obrar la purga. Yo confiderando , que
muchos tomaban las pildoras, que llaman de Régimen
JornV, O (al-
io6 -OBSERVACIONES COMUNES.
(algunas veces en bailante cantidad) quando eílabanpara
ir á la cama , 6 ya pueílos en ella , y defpues de dormir
mui bien defpertaban,llamados de la operación de el pur-
gante , fin lefion alguna ; y no pudiendo en quanto á ello
hallar diferencia alguna entre los purgantes dados en for-
ma liquida, ó en forma folida, ni aun en las varias efpe-
cies de purgantes , me dexé dormir lindamente en ocafion
que havia tomado una purga , fin padecer por ello la me-
nor immutacion. Defpues oi decir, que elfueño impedia,
ó minoraba la acción de el purgante; lo qual también es
falfo , como he experimentado muchas veces , porque en
mi juventud me purgaba con bailante frequencia , de lo
que ahora eíloi mui arrepentido , y mui emendado. Eftá,
pues , tan lejos de íer nocivo el fueño fobre la purga , que
antes es fummamente commodo. Libra de las vafcas,que
ocaíiona el purgante , precave el vomito , y refuerza el
cuerpo para tolerar mejor la purgación.
5 En Francia no muchos años ha havia una aprehen-
fion general femejante á la que acabamos de refutar.
Creiafe como cofa confiante , que los que tomaban las
aguas minerales de Forges, fi dormían defpues de comer,
morían mui en breve; y fobre efto fe referían muchos fu-
ceífos funeílos: hafta que Dionyfio Dodart, célebre Medi-
co Parlfienfe , haviendo ¡do á tomar dichas aguas, quifo
creer mas á fu razón , que á la voz común ; y todos los
dias que usó aquel remedio , durmió bellamente defpues
de la comida, fin recibir el menor daño.
6 A viíla de ello no eftraño , ni debe eflrañar nadie la
faifa aprehenfion délos habitadores de la Isla de Mada-
gafcar , los quales aunque abundaban de uvas , ni las co-
mían , ni hacían vino de ellas , juzgándolas venenofas,
hafta que arribando alli los Francefes los defengañaron.
Antes fife mira bien fe hallará que fu error es mas difcul-
pable, que los que notamos arriba. Suponefe , que los
Madagafcares , que tenían por venenofas las uvas , nunca
las havian probado, y afsi no tenían principio alguno por
donde entrar en fofpechas de fu error. Pero los que juz-
gaban peligrofo elfueño fobre la purga , y mortífero def-
pues
DISCURSO QUINTO. 107
pues de la comida durante el ufo de las aguas de Forges,
tenían un gran motivo para prefumir , que eífa común
apreheníion era vana, por las continuadas experiencias de
los beneficios , que prefta á nueftra naturaleza el fueño.
Áfsi fe puede decir, que el Vulgo de Francia, y de Efpaña
no es mas fabio , que los barbaros de Madagafcar. Lo
peor es , que para ellas cofas caíl todos los hombres fon
Vulgo , fin otra diílincion que la de Vulgo alto, y Vulgo
baxo.
7 Ya que eftamos en Francia , no omitamos dos fa-
enólas Obfcrvaciones Comunes de aquella Nación, cuya
íalfedad califican fus mifmas tiiftorias , y de que oy
creo eílarán todos defengañados. La primera , como tef-
tifica el Padre Zahn (tom.3. Mund. mirab.) era, que nin-
guno de fus Reyes paífaba de la edad de Hugo Capeto,
Cabeza de la tercera Eílirpe Real de Francia. Notable
error! pues fuera de otros algunos, que vivieron mas que
aquel Principe , el mifmo que le fucedló immediatamen-
te en la Corona , que fué Roberto el Devoto , le excedió
en qúatro años de vida. Hugo vivió cinquenta y flete
años , y Roberto fefenta y uno. La fegunda , que era
fatal inviolable deftino de aquella Corona, que todos los
Reyes que terminaífen unfeptenario havian defer prifio-
neros. Eíle error fué ocafionado de dos , ó tres cafualida-
des. Fué el Santo Rey Luis hecho prifionero por los In-
fieles. Contados defpues flete Reyes fué elvdtimo de el
feptenario el Rey Juan , á quien hicieron prifionero los
Inglefes. Y al fin de otro feptenario cayó Francifco Pri-
mero , que lo fué de los Efpañoles. Como el gran Luis
Decimoquarto no padeció la mifma defgracia , aunque
le tocaba por la regla de el feptenario , me perfuado elle
de el todo defvanecido elle error. Tampoco fué prifio-
nero Roberto el Devoto, anterior otro
feptenario al Santo Rey
Luis.
o 2 §.III.
loí* OBSERVACIONES COMUNES.;
§. III.
8 TT? L hacer regla de las cafualldades es el principio
XZL mas ordinario de ellas faifas observaciones^
Apenas hai territorio alguno donde el Populacho no ten-
ga por infaufto para tempeftades alguno ele los dias de el
Eftio donde cae alguna feftividad feñalada. En una parte
fe tiene por fatal el dia de San Juan , en otra el de San¡
Pedro , en otra el de.Santiago, en otra el de San Loren-
zo , &c. Si les preguntan , porque ? refponden porque es
obfervacion , y experiencia continuada de tiempo imme-i
•morial; y tal obfervacion , y experiencia continuada no
ha havido. Dos , 6 tres tempeftades, que hayan acaecido
en tal dia por efpacio de veinte, ó treinta años , hacen tal
imprefsion en el Vulgo , que queda en fu idea feñalado
para fiempre el dia por infaufto. Quando yo vine á efta
Ciudad , halle en ella la general perfuaíion de que fiempre
el dia de Santa Clara havia truenos. Ha que vivo en ella
veinte y tres años, y folo dos veces oi truenos el dia de
Santa Clara. Aqui hai también la vanifsima apreheníion, 1
§• v.
íí T A obfervacion de las mudanzas de temporal
I .i arreglada á los quatro ternarios de dias de
ayuno eftablecidos por la Igleíia, que vulgarmente llaman
Quatro Témporas , no tiene fundamento alguno , ni en,
la razón , .ni en la experiencia; antes la razón , y la expe-
riencia militan contra ella. Dicefe , que el aire , que que-
da levantado al efpirar cada Témpora , domina habitual-
mente hafta la Témpora Siguiente. Mil veces , que lo he
notado , vi falsificado efte ruftico axioma. La razón tam-
bién, convence fu falfedad ; porque aqueUog ternarios no
no OBSERVACIONES COMUNES.
tienen conexión con alguna caufa phyfica , capaz de eíta-
blecer efle dominio habitual de el aire. Aunque fe quiera
decir , que hai alguna conftitucion de Aftros , que deter-
mina el temporal para los tres mefes íiguientes (lo que es
una quimera ) de nada fervirá para el propoíito , pues la
difpollcion de la Igleíia no liga elfos ternarios á tal deter-
minada conftitucion de Aftros , y afsi en diftintos anos
caen debaxo de afpedos mui diferentes.
12 Citafe á favor de aquella regla la autoridad délos
Labradores , como de gran pefo en ella materia, por fer
los que con continua íolicitud eftán atendiendo la dura-
ción, y mudanza de el temporal. A ello refpondo, queaf-
fi los Labradores, como todo el relio de la Plebe, dan mas
aífenfo á las patrañas, que heredaron de fus mayores, que.
á los defengaños , que les miniftran fus proprios fentidos.
El juicio de el Vulgo en todos los pleitos movidos fobre
la verdad de las cofas decide por la polTefsion; nunca por
lapropriedad.
§. vi.
Í3 T A grande difplicencia , y faftidlo , con qué
j , todos ios Chriftianos miramos á la Nación
Judaica, produjo entre nofotros dos errores comunes en
orden á efta defdichada gente. El primero , que todos los
Individuos de ella tienen cola. El fegundo, que los Médi-
cos Judíos quintan; efto es , que de cada cinco enfermos,
á quienes vilitan , facrifican uno al odio que nos tienen.
U n o , y otro manifieftamente es falfo. En quanto a lo
primero confia , que los Judíos fon organizados como los
demás hombres ; fuera de fer totalmente ínverlfimil, que;
Dios efté obrando contra las leyes de la naturaleza en los
individuos de toda una Nación. El caftigo temporal,que
fe fabe les ha dado por fu pecado, y pertinacia, es la dif-
perfion en las demás Naciones , y probablemente el odio
de todas las demás Sedas. Todo lo demás es fábula ori-
ginada de eífe mifmo odio.
1 4 En quanto al quintar de los Médicos Judíos fe
con-
DISCURSO Q U I N T Ó . ir i
convence la falfcdad. Lo primero , porque no hai Medi-
co alguno , que no ame mas el interés , y crédito proprio,
que la ruina agena; afsi procurará la reftauracion de los
enfermos , de donde pende fu crédito , y por configuiente
fu interés ; falvo uno , ü otro cafo particular , que efpere
no fea obfervado. Sin duda fe defacredltaria fummamen-
te un Medico , en cuyas manos murieíTen tantos enfer-
mos. Lo fegundo , porque con elfo mifmo malograrían,
fu depravado intento ; pues ádos , ó tres mefes de expe-
riencia todos huirían de un Medico tan fatal, aun quando
lo atribuyeíTen á ignorancia , ó infelicidad. Notefe, que,'
exceptuando el cafo de epidemia, ó pefte , de cien enfer-
mos , que vifita el Medico mas ignorante, apenas mueren
dos , ó tres. La razón es, porque fon con grandifsimo ex-
ceífo mas numerofas las enfermedades leves para que fe
llama el Medico , que las graves. De aquellas todos con-
valecen , por mas que el Medico yerre ; y en muchas de
las graves hai enfermos , que refiften la fuerza de la dolen-
cia, y el abufo de la Medicina. Si huvieífe, pues, un Me-
dico , el qual de cinco enfermos mataífe u n o , feria tan vi-
fible la enormidad de el eftrago , que fin duda nadie le
daria el pulfo , y á breve tiempo fe quedaría fin exercicio.
Luego mejor le eftaria , aun para el fin de fu perverfa in-
tención , mantener fu crédito , y exercer la Medicina to-
da fu vida , en cuyo difcurfo podria matar cien Chriftia-
nos , ó mas , fin íer obfervado , que atropellar los homi-
cidios de manera, que folo le duraffe el exercicio dos, 6
tres mefes, en cuyo tiempo folo podria matar , ocho , ú
diez.
i 5 Lo que yo , pues , únicamente creeré , es , que al-
gunos de ella canalla hagan en los Chriftianos tal qual ho-
micidio , que con dificultad pueda obfervarfe , efpecial-
mente en las perfonas que confideran mas útiles á la Igle-
fia, ó mas zelofas por la verdadera creencia , fuera de los;
que acafo Sacrificarán á fu odio particular. Y efto bafta '
para huir, y abominar los Médi-
cos Judios.
$. VII.
[iií OBSERVACIONES COMUNES. ¡
§. VII.
? ;i 6 T A Obfervacion, que ahora voi á notar, crea
a / que eftá mas univerfalmente recibida que
las paífadas, pues la he vifto dar por aíTentada á períbnas
de todas clanes. Dicefe , que todos los que mueren de,
enfermedades chronicas , efpiran al baxar la marea. Pro-
tefto, que he obfervado varias veces lo contrario. La
muerte es una gran feñora fin duda ; pero que no repara ;
en formalidades , y afsi viene ya al fubir , ya al baxar la
marea, tanto en las enfermedades chronicas, como en las
agudas.
§. VIII.
§. IX.
21 T A fafcinacion , ó mal de ojo (comovulgar-
f , mente fe llama) no puede menos de tener
lugar en efte Difcurfo. Entre todas las obfervaciones va-
nas entiendo que efta es la mas común , y también la mas
antigua. Entre los Romanos ya era ordinaria ella canti-
lena , como fe colige de teílimonios de Plinio , Plutarco,
Aulo Gelio, y otros. Bien trivial es lo de Virgilio,
• co-
" DISCURSO QUINTO. irj
comunicada defpues, por falta de reflexión , a los de nías
capacidad. - -
• ' 24 Llamafe fafcinacion la acción de dañar á otro con
la villa; pero fe añade comunmente, como precifa circunf-
tancia , que el facifhante mire al fafcifnado con afecto de
embidia. Creefe , que los niños hermofos eftán mas cx-
pucflos á efte daño ; porque la ternura de fu edad es mas
capaz de recibir la maligna imprefsion , y la hermofura
excita la embidia en los que la miran. Quieren algunos,
que no folo la embidia , mas también el amor produzca á
veces efte mal efecto, y no folo mirando, mas aun alaban-
do al fugeto.
25 Es claro en buena Phiíica, que nada de efto puede
fuceder. La villa no es activa , fino dentro de el proprio
órgano.-. Los ojos reciben las efpecies de los objetos ; pe-
ro nada embian á ellos. Las palabras , por fer de alaban-
za , ó vituperio , no tienen acción phiíica alguna, si folo
la-lignificación , ó reprefentacion intencional, que les dio
el libre arbitrio de los hombres. Luego quanto fe dice de
fafeinaciones es una quimera. De los Autores Médicos,
que tengo en mi Libreria , y tocan efte punto , fienten lo
mifmo que yo, Valles, Paulo Zaquias , y Lucas Tozzi; y
foló Miguel Luis Sinapio afirma lo contrario.
- 26 Valles fofpecha , que efte error nació de que los
niños quanto mas hermofos , fanos y carnoficos eftán,
tanto eftán mas expueftos á caer en alguna grave indifpo-
ficion ; para lo qual alega el Aphorifmo de Hippocrates:
Habitus, qui adfummum bonifatis pertingit , periculofus
ejl; y el de Corneíio Celfo: Qiti nitidiores folito funt,fuf-
peclabona fuá, habere debent; y el Vulgo ignorando ella
regla de la Medicina, ó ella ley de la naturaleza, atribuye
aquel repentino tranfito de la falud á la enfermedad á la
pafsion de quien los mira. Pero fea lo que fuere de la ver-
dad de los dos Aphorifmos ; la aplicación de Vahes no es
oportuna : Lo primero , porque ni Hippocrates, ni Celfo
dicen, que en aquel eftado de perfecta falud la decadencia
a la enfermedad fea repentina : Lo fegundo , porque en-
trambos fon igualmente aplicables á los. adultos, que á
:
P2 los
lió OBSERVACIONES COMUNES.
los niños ; y afsi los entienden generalmente los Médicos.'
Tampoco creo , que ella decadencia repentina de los ni-
ños fea frequente. Si fucede en ellos mas veces que en los
adultos, fe debe atribuir á la ternura , 6 poca firmeza de
fus fibras , las quales fiendo de tan débil refiftencia , por
varias caufas internas,y externas pueden perder prompta-
mente fu tono.
2 j - Efta es fin duda la caufa mas verifimil de effas re-
pentinas mutaciones, y totalmente inverifimil la de el mal
influxo de los ojos invidos , no folo por la razón , que yá
hemos dado , mas también, porque fi fueffe afsi, padece-
rían effe daño con mucha mas frequencia aquellos niños,
en quienes hai mas que embidiar ; efto es los hijos de N o -
bles , y perfonas iluftres , que andan comunmente mas
limpios, mas bien tratados , mas terfos, y mas ricamente;
.ceñidos ; y no fucede afsi, antes lo contrario ; pues las
que mas comunmente fe quexan de que fus hijuelos han
(ido fafeinados, fon las mugeres pobres , y humildes : lo
qual confiffe en que como los cuidan menos , y los expor
nen frequentemente yá al viento , yá al frió , ya al excefsi-
vo calor, yá á otras muchas incomodidades , mas fácil-
mente caen en effos accidentes repentinos. Bien que á vc«
ees otra alguna cáufa puede originar, refpecto de los hijos
de los Nobles , effa fuperfticiofa creencia. Oi á una feño-
ra , que , fiendo niña, todos los dias de Fiefta padecía al-
guna indifpoficion. Era el cafo , que para facarla á Miíía,
por componerla bien , la apretaban demafiadamente la
ropa. Efto la producía dentro de poco tiempo la indifpo-
ficion que hemos dicho, lo que ella conocía , y lloraba.
Pero á los domefticos no havia quitarles de la cabeza,'
que como havia falido en publico , á que fe anadia la
circunftancia de linda , alguien la havia dado mal de
ojo.
28 Y no dexaré de notar aquí, que la precaución;
que comunmente fe toma contra el mal de ojo , colgando
á los niños una higa de azabache, u otra figura , que fig-
nifique irrifion , y defprecio, como que efta rebata el mal
afpedo de los ojos invidos , viene por legitima fucefsion
DISCURSO QUINTO. T17
de ía fuperfticion Gentílica. Entre tantas ridiculas Deida-
des , como adoraban los Romanos , era una el Dios Taf-
ciño , á quien dieron efte nombre , porque le tenian por
protector contra el mal de la íafcinacion. La imagen de
ella Deidad, que era torpifsima, y irriforia en extremo,
colgaban no íblamente á los niños , mas aun á los carros
triunfales , perfuadidos á que los que iban en ellos gozan-
do la gloria de el triunfo, como objetos de la mas rabiofa
embidia , nccefsitaban de aquel focorro. La conformi-
dad de los dos ritos mueftra, que el pofterior nació de el
anterior.
29 El argumento, que á favor de la fafcinacion haceni
los patronos de ella con los hálitos , ó efluvios nocivos,'
que manan de algunos cuerpos , ninguna fuerza hace , ni
es de el cafo. Lo primero, porque el movimiento de eífos
efluvios no depende de la acción de mirar. Que el que
tiene efluvios malos mire, ó dexe de mirar , no dexará de
defpedir elfos efluvios. Lofegundo, porque tampoco de-
pende fu movimiento de los afectos de embidia, ú dé
amor , si folo de el calor , ó interno , ó externo , que los
agita , y hace falir de el cuerpo. Diráfe acafo , que hai
una efpecie particular de efluvios venenofos , los quales
folo falen por los ojos. Pero ella ferá una nueva phyíica,
inventada á placer folo á fin de mantenerla fábula. Mas.
Demos que los poros de los ojos fean los únicos conduc-
tos de eífos efluvios ; luego que eftos fe defpidan al am-
biente , fe efparcirán por él como todos los demás eflu-r:
yios , en vez de ir en derechura á la perfona que fe mira*
La acción de mirar no puede dirigirlos á fu objeto , por-:
que, como yá fe infinuo , aquella acción es inmanente,;
como dicen los Philofofos ; efto es, no tiene efecto al-
guno ázia afuera, toda fe exerce dentro de el órgano de lá
villa.
30 A otro argumento que fe hace, fundado en Varios
exemplos de morir las aves, romperfe los efpejos, &c. fo-
lo por la acción de mirarlos los que tienen efta efpecie de
veneno nativo , no daremos otra refpuefta , que la que da
Valles , diciendo : Mera nuga mera fábula: Meras pa~
?
íi8. . OBSERVACIONES COMUNES.
tranas, f fábulas. N o haí que alegarme teílígos de el he-
cho , porque me remito á las reglas dadas en el Difcurfo
primero de efte tomo. Pero baila-de elle alTumpto : pafle-
mos á otro.
§• x i.
34. / ^ O n c l u y o efte Difcurfo , proponiendo cierta
dudafobre otra obfervacion gcneraiifsima,
efta es, que el fonido de las campanas conduce para difsi-
par los terrores de los nublados. N o hablo aqui de la vir-
tud moral, que para efte .efecto fe confiderà exilíente en
la bendición de las campanas , 0 por mejor decir , en las
preces , que intervinieron en la bendición , la qual no es
otra Cofa , que aquel influxo moral con que generalmente
mueven à la Piedad Divina las oraciones. Tampoco ha-
blamos aqui de otro influxo moral indirecto , exifte.nte'en
el mifmo fonido de las campanas, que confitte en defper-
tar la memoria de los Fieles, para que imploren la Divina
Clemencia contrarios amagos, de íu Juílicia. Verdadera-
mente efte influxo moral indirecto era grande en la pri-
mera mftitucion de efte rito, porque fe ordenaba á convo-
car los Fieles al Templo , donde todos unidos oraban pa-
ra apartar el peligro ; pero oy íe puede confiderar ningu-
no , porque quien no fe mueve à orar, y compungirfe por
el eftampido de el trueno, tampoco fe moverà por ti foni-
do de la campana.
So-
•J20 OBSERVACIONES COMUNES.
3 5 Solo , pues , fe trata de aquella virtud natural , y
phyfíca , que univerfalmente fe atribuye al fonido de las
campanas , fuponicndo, que efte commovicndo el airein-
terpuefto entre el nublado , y la tierra, llega á commover,
atenuar , y dividir el mifmo nublado , de fuerte que re-
duciendofe á menor denudad , pierda mucho de fu ma-
licia.
¡6 De cita virtud me ha hecho dudar , y aun inclina-
do á fofpechar la contraria , un fuceflo acaecido en Fran-
cia el año de 1 7 1 8 . El dia de Viernes Santo cayó una fu-
rioíifsima tempeftad en parte de la cofta de Bretaña. Vein-
te y quatro Iglefías fueron heridas de rayos. Lo que es
muí de notar , y lo que hace á nueítro intento , es, que los
rayos cayeron precifamente en aquellas Iglefías donde fe
pulfaron las campanas , fin tocar en alguna de otras mu-
chas donde fe obfervó el. rito de no tocarlas el dia de
Viernes Santo. El V u l g o , cuya religión es fummamente
refvaladiza á la fuperíticion , creyó que huvieífe fido una
infigne profanación violar aquel rito, por lo qual irritado
el Cielo havia explicado fus iras con los Templos donde
fe havia faltado á é l ; como íi el precepto de una ceremo-
nia Ecleíiaítica fubfiftieífe en fu vigor , quando la necefsi-
dad publica , ó verdadera , ó exiftimada , difpenfa en eífa
¡obligación: delirio femejante al de los Judíos de la Ciu-
dad de Modín, que por juzgar que profanaban el Sábado
trabajando en el exercicio de las armas, al verfe invadidos
por los Soldados de el Rey Antioco , fe dexaron degollar
todos como unas ovejas. Fuera de que aun quando en
aquella circunítancia obligaífe el r i t o , la ignorancia , y la
buena fee de los que le violaron los eximia de toda culpa.
Debe, pues, fuponerfe,que no fué caftigo de efTaimagina-.
ría profanación aquella ruina.
17 Por otra parte ningún cuerdo lo calificará de puro"'
ácafb. Es demaíiado para mera cafualidad, el que eítando
entreveradas las Iglefías donde fe guardó la ceremonia
( muchas en numero ) con aquellas donde fe tocaron las
campanas , folo ellas padecieífen , y ninguna de aquellas:
Luego parece precifo conceder, que el fonido 4 las cam-
e
pa*
. DISCURSO Q U I N T O . rir
panas obró como caufa phifica en el defcenfo de los rayos.
Pero como puede fer efto ? De elle modo. Aquel fonido
comunicandofe por el aire intermedio , hada el nublado,
le abre un poco en la parte colocada verticalmente , ó caíí
verticalmente fobre el Templo donde fe pulfan las cam
panas» Hecha efta abertura, la exhalación encendida, ha
llando, falida por ella , cae por la mifma linea por donde
fubió el fonido de las campanas. Afsi difcurrió un Philo
fofo Francés , que fe hallaba en el fitio de la tempeftad , y
comunicó el fuceífo referido á la Real Academia de las
Ciencias , concluyendo de el, que el fonido de las campa
nas es útil para defviar mas el rayo , que efta algo diftan
te; pero llama el que efta vertical, ó cerca de el punto ver
tical. .
38 Pero acafo efte difcurfo no hizo mas que palpar Ы
1
ropa á la verdad. Yo entiendo , que fe debe atender mas
á lafeifsion, ó abertura de el aire interpuefto entre la nu
be, y la tierra, que á la fcifsion de la mifma nube, la qual,.;
oes imaginaria, ó no hace tanto al cafo como lafeifsion;
:
de el aire. Digo ¿ que la fcifsion de la nube , ó es imagi.
4
naria, ó levifsima; porque el fonido de las Campanas
quando llega á ella es ya mu i remiífo , y la refiftencia de
la nube para abrirfe es mucho mayor, que la dé el aire , á
proporción de fu mucho mayor denudad. Por otra parte:
baña que el aire interpuefto entre las campanas , y la nube'
fé rompa , para que el rayo defeienda figuiendo la direc
ción de el fonido., ó de aquel rompimiento , que el foni
do hace en el aire. La razón es, porque el rayo baxa por.
donde el aire interpuefto le hace menos refiftencia ; y el
aire hace menos refiftencia en todo aquel efpacio donde le
rompió el fonido , pues el aire fe rompe impeliéndole en
torno ázia los lados, por configuiente el efpacio de donde
fe expele debe quedar mas raro , ó.con menos cantidad de
aire : fiendo , pues , confiante , que el aire quanto es mas
raro refifte menos,es configuiente que el rayo halla menos
refiftencia en aquel efpacio por donde fubió el fonido.
39 Opondrafeme la experiencia de que en los ExcrcÍ " r
SE-
124
--SEÑALES . :
# É MUERTE ACTUAL.
DISCURSO SEXTO.
J
*•
§• I-
£N el Difcurfo paflado havía empezado át
tratar el alTumpto, que explica el titulo
propuefto, introduciéndole en él como
una de las obfervaciones comunes, que
ídeben fer llamadas á examen. Pero á pocos paños, que di
con la pluma, conocí que una materia de tanta importan-
cia pedia examinarle feparadamente ; no íiendo pofsible
tratarla con la exteníion debida, en un parágrafo folo, co-
mo parte de otro Difcurfo , fin dar á fu cuerpo un miem-j
bro de defproporcionado tamaño.
2 ' No es la queftion de las feñales prognofticas , ó an-
tecedentes , fino de las diagnofticas , ó coexiftentes. De
aquellas tratan dignamente los Autores Médicos, Señalan-
do no folo las que fon generales, mas aun determinando
en cada efpecie de enfermedad los indicios particulares,
por donde' fe puede defefperar de la vida de el enfermo , 6
conocer que la enfermedad es incurable. Pero de las fe-
ñales de muerte aétual , 6 coexiftentes de la mifma muer-
te j han efcrito pocos, y ligeramente , de que no puedo,
•. ,» mea
DISCURSO SEXTO. 125
menos de admirarme ; fiendo cierto, que es cite un punto
importantifsimo , y de fumino pefo , como luego moñra-
rémos.
3 Si las feñas de muerte actual,. b exilíente, que co-
munmente fe obfervan como ciertas, fon falibles , a los
ojos fe viene, que elle error pone á rieígo en muchos ca-
fos la vida temporal, y la eterna. La temporal, porque
juzgando muerto al que ella vivo, fe le puede quitar la vi-
da miferablemente , ó fepultandole , ó defamparandole.
Ello fegundo baila, para que muera realmente el que fo-
lo era muerto imaginariamente. Pongamos , que vuelve
de aquel deliquio , que á los ojos de los aísiftentes le re-:
prefentó muerto ; es mui pofsible , que fí promptamente
le acuden con confortativos , fe recobre enteramente^
como de hecho ha fucedido en varios cafos. Mas fí, por-
que todos le han abandonado yá como muerto , no fe le
preña eñe focorro , lo mas natural es que caiga luego en
nuevo accidente, de el qual no vuelva jamás. Baña para
caer en nuevo accidente el fuño de verfe amortajado.
4 Muchas veces fe puede también arriefgar la vida
eterna. Luego que fe vé á alguno acometido de un acci-
dente improvífo , en que fe juzga lidiar con las ultimas
agonías , fe llama corriendo á un Sacerdote, que le ab-
fuelva. Llega eñe , y le halla fin refpiracion , fin, color,
fin movimiento. Lo que hace , es volvcrfc fin darle la
abfolucion , porque le juzga muerto. Con que fi no-
vuelve de el accidente , y eñe no le cogió en eftado de
gracia, ni con otro dolor de fus pecados , que el de atri-
ción , perece para fiempre aquel miferable, el qualpudie^
ra falvarfc, fi fuellé abfuelto , como pudiera
ferio debaxo de condi-
ción.
frfc* ##*¡ .
^jjfi
###
i %$ SEUALES DE MUERTE ACTUAL.'
§. ii.
5 H T ^ J ^ ° ^ ^ ' precaver tan graves daños me
u c e o c e
§• in.
8 T ^ R u e b o lo fegundo la conclufion : porque , aun-
l que la refpiracion fe confidere neceflaria para
la confervacion de la vida , mirando la naturaleza ázia to-
das partes, fe enquentra algúnfnplemento de ella, pues
el feto vive fin refpirar mientras eftá en el clauftro mater-
no, y aun defpues que fe extrahe de él conferva la vida fin-
refpiracion , como eílé contenido en las fecundinas , y na-
dando en aquel licor que eftá dentro de ellas. Quien fabe,
pues , II como en aquel eftado tiene la naturaleza un quid
pro quo (aunque ignoramos qual fea) que fuple por la ref-
piracion para el efecto de confervar la vida, tiene tam-
bién refpecto de los adultos, en tales quales calos , por las
extraordinarias difpoficiones de el cuerpo , algún otro
quid pro quo equivalente de la refpiracion ? En efecto Ga-
leno (lib. de Loe. affeet. cap.5.) en los gravifsimos afectos
hiftericos pone por equivalente de la refpiracion la gran
refrigeración de el corazón , ó , lo que viene á lo miímo,
enfeña, que el corazón mui refrigerado 110 necefsita de
ref-
T28 SE¡ÍAI.5S ON MUERTE A C T U A D
reípiracion , si que puede paíTar con la tranfpiracíon fóJai
Quien podra afirmar , ni que efta refrigeración no pue-
de hallarfe en otros afectos , que los hiftericos, ni que no
pueda haver otra difpoíicion , fino efta , que efcufe la ref-
piracion?
§• IV.
9 T O tercero : porque nadie fabe qual es la ultima
:
£ i operación , que el alma exerce en el cuerpo,
fli qual es de parte de el cuerpo aquella difpoíicion , que
effencialmente fe requiere , para que fe conferve la unión
de el alma con él; y no fabiendo efto, es impofsible faber
en que punto mucre el hombre. Pongamos un cuerpo,
que por fus grados de decadencia en las facultades vino á
parar últimamente en aquel eftado , en que fe nos repre-
senta totalmente exanime , fin refpiracion , fin color , fin
fentido , fin movimiento. Todo lo que podemos affegu-
rar como cierto , es que el alma no exerce en efte cuerpo
alguna operación perceptible á nueftros fentidos. Pero
de donde podemos affegurarnos, que no exerce alia en al-
guno , ó algunos de les fenos interiores , alguna , ó algu-
nas operaciones, ó vitales , ó animales ? N o porque falte-
el fentido en las partes externas fe debe inferir, • que falta
en todas las internas. Ya fe vio en un cuerpo confidera-
do. cadáver, el qual eftaba fegun las partes externas infen--
fíble, dar un grito al penetrarle con un cuchillo las entra-
ñas , para hacer la difeccion Anatómica. Luego general-i
mente de que elalmadexe de obrar en las partes exter-
n a s , ó ceííé de animarlas , nada fe infiere para las in-
ternas.
10 Diránme,que, en ceífando la circulación de la fan-
gre, y movimiento de el corazón, ceña la vida. Pero yo
preguntaré lo primero de donde fe fabe efto , pues es im-
pofsible faberlo , fin que algún Ángel lo diga, ó Dios por
otro medio lo revele. Todo lo que podemos afirmar , es
que en llegando effe cafo , no hai alguna operación vital
perceptible por nueftros fentidos; pero no el que no la ha-
_ ya •
DISCURSO SEXTO. Ytg
ya abfolutamente. Qu ancos millares de cofas hai , aun
dentro de la esfera de la materia , tocalmente efcondidas
¿ la percepción fenfitiva , y que folo fe conocen por ila-
ción ? Lo fegundo digo , que entretanto que la fangre ef-
tá liquida , nunca fe puede aíTegurar que haya ceñado fu
circulación. Puede fer efta tan tarda , que no fe perciba;
Puede circular acafo fu parte mas fútil, y efpiritofa, de-
xando enancada la grofera, y efto bailar para la conferva*
cion de la vida. Digo lo mifmo de el movimiento de el
corazón , que puede fer tan tardo , que no fe conozca.
§• v.
r
Ii Ruebafe últimamente la concluíion, y con ma-
1 yor eficacia , exhibiendo varios exemplares
de hombres, que por la obfervacion de las feñas comunes
fe juzgaban muertos,y volviendo en si largo rato defpues,
fe hallo que realmente eftaban vivos. Plinio, Valerio Má-
ximo , y Plutarco refieren muchos de eílos exemplares;
aunque no á todos califican por ciertos , y en algunos fus
proprias circunílancias mueftran , que fon fabulofos. El
que parece efta baftantemente juílificado , es el de Acilio
Avióla, Varón Confular , que creído de todos muerto, y
arrojado en la pyra, la llama le defpertó de aquel profun-
difsimo deliquio en que yacia , y dio con fus movimien-
tos manifieftas léñales de vida ; pero fué tan defgraciado,
que no fe le pudo focorrer , por fer tan grande la llama,
que lo eflorvo. Digo , que efte fuceflb parece bailante-
mente juílificado , porque le refieren como cierto Valerio
Máximo , y Plinio , de los quales el primero fué coetáneo
al mifmo Avióla , y el fegundo poco pofterior , Romanos
entrambos,que por coníiguiente no eferibirian como ver-
dadero un hecho , de cuya falfedad , fi fueífe falfo , havria
en Roma muchos teftigos.
12 Es famofo también entre los Antiguos el cafo de
el Medico Afclepíades, que encontrando por accidente la
pompa funeral de uno , á quien eftaban para arrojar en la
pyra , con curiofidad llegó á ver quien era , y haviendá
"4 %my% & no.-'
"i j o SEñÁLÉs DE MUERTE A C T U A L ;
notado no se que delicados indicios de que vivía, le hizo
reftituir á fu cafa , donde con medicamentos le recobró, y
reftableció la talud. Refieren efte fuceflb Cornelio Celio,
Piinio , y con mas extenfion Apuleyo ( lib.4. Elorid.) el
qual dice, que antes que Afclepiades lograiíe fu intento,
huvo una grave alteración , haciendo la mayor parte de la
gente, y entre ella los mifmos parientes de el difunto,
gran mofa de el Medico , porque aífeguraba tener vida el
que para ellos era cadáver con evidencia. Ellos cafos
fon notabilifsimos, porque los Romanos detenian los ca-
dáveres en cafa por algunos dias antes de entregarlos~áias
funerales llamas.
13 El Emperador Zenon , haviendo caldo en im pe-
fado accidente epiléptico , fué creído muerto , y enterra-
do v i v o , de lo qual fe hallaron defpues evidentes ferks,
porque abierto el fepulchro , fe vio que ü de hambre , u
de rabia fe havia comido fus zapatos , y aun fus proprias
manos. Verdad es , que en efta fatalidad no acufan •tanto
los Efcritores la ignorancia dé los afsiftentes , quanto la
malicia de la Emperatriz Ariadna , de quien fe creyó que
con conocimiento le havia hecho enterrar vivo, por ha-
jlarfe mui faílidiada de él, y mui enamorada de Anaílafio,
á quien hizo luego proclamar en fu lugar ,,en perjuicio de
jLongino hermano de Zenon , á quien tocaba el Imperio,
Añaden, que haviendo vuelto en si en la bobeda donde le
fepültaron, clamó para que le abrieffen , y oyéndole los
líjuardas, piíeílos por la Emperatriz, lé refpondieron, que
ya reinaba otro Emperador , á que el infeliz Zenon repli-
có , que no pretendía ya recobrar la Corona, fino que lo
cerraflen en un Monafterio ; pero los Guardas , arreglán-
dote á los ordenes de la impúdica , y cruel Ariadna, no
quiíieron abrirle. Hai también alguna variedad entre
los Efcritores fobre las circunftancias de eíte fuceífo , por
lo qual no le juzgamos mui decifsivo para nueílro propo«
fito.
14 Con mayor razón no puede alegarfe el exemplo de
Ú Sutil Dodor Efcoto , de quien corrió un tiempo , que
goffeido de un accidenté apopleifticq fué enterrado vivo,
• X
DISCURSO .'SEXTO; TJ i
ydefpues vuelto en fu acuerdo , viendo impofsibie ia
íalida de el fepulchro, fe quitó la vida defefperado , ha-
ciendofe pedazos la cabeza contra la bobeda. Ningún
cuerdo ignora oy , que efta fué una fábula inventada por
fus enemigos, cuya falfedad fe ha convencido con folidas
razones.
1.5 Pallando , pues , á cafos de mas reciente data , y
de mayor certeza, nos ocurre lo primero el de Andrés Ve-
-faüo, que referimos en el Difcurfo V. de el primer Tomó.
Yendo efte Medico á hacer difeccion Anatómica de un
Caballero Efpaúol, á quien havia afsiftido en la enferme-
dad , al romperle con el cuchillo el pecho , dio un grito
el imaginado difunto, con que fe conoció que eftaba vi-
v o p e r o prefto dexó de ferio por la herida mortal, que
acababa de recibir. . . .
16 Paulo Zaquias, citando á Schenckio, refiere otro
error fcmejantifsirho á efte, en que cayó un docto Medico
con una muger accidentada. Solo huvo en eñe la parti-
cular circunftancia , que no fe debe omitir , que la muger
no grito, ni diórnueftras de fentimiento halla que recibió
el legundo golpe. D i g o , que no fe debe, omitir efía cir-
cunftancia , porque en ella fe mueftra , quan altamente ef-
condida, ó lépultada (digámoslo afsi) eftáá veces la vida
en el cuerpo, quando no fe da por entendida al primer re-
cio golpe de un cuchillo.
1 7 Bacon efcribe , que en fu tiempo un Medico In-
glés reftituyó con friegas, y baños calientes á un hombre,
media hora defpues que le havian. ahorcado. Gafpar de
los Reyes cuenta de otro ahorcado en Sevilla , que fué ha-
llado vivo largo rato defpues. La circunftancia de que el
campo , llamado de laTablada , donde fe executó el fupli-
eio, eftaba ya totalmente defpejado de la gente, que havia
concurrido al efpectaculo, quando un Mercader, que
tranfitaba por allí-, notó en el ajufticiado leñas de vida,
perfuade que huvieífe panado mas de media hora. Y no
dexaré de notar aqui la eftupenda perverfidad de efte mal-
hechor, porque nadie fie jamás en femejante canalla. Cor-
tó el Mercader el cordel, pufo al Ladrón alas aneas de fu
Ra ' ca-;
"ij'i- SE H A L E S D E M U E R T E A C T U A L " ;
caballo , con animo de Calvarle , y á poco que fe havíarf
apartado de Sevilla, haviendo por la converfacion fabido
el libertado , que fu libertador iba á hacer empleo á una
Feria , quitándole un puñal, que tenia pendiente al lado,
leatravesó el pecho con é l , por aprovecharfe de el dine-
ro , que llevaba deftinado para la Feria. Tengo prefcntes
dos cafós de Ladrones , que haviendofe falvado de las
manos de la Jufticia con el pretexto de Immunidad Ecle-
íiaftica , robaron defpues á los mifmos que havian fído
principales inílrumentos de fu evafion. Uno de los roba-
dos fué Monge de mi Religión , hijo de la Cafa de San Be-'
nito de Valladolid, y Mayordomo de ella quando fuccdio
el cafo.
1 8 Miguel Luis Sinapio dá noticia de otro Ladrón
ahorcado en Vienade Aullria, que haviendo fido condu-
cido de la horca al Theatro Anatómico , en él fe recono-
ció que eftaba vivo. El año pallado nos refirió la Gaceta
de París un cafo perfectamente femejante a eíte , que aca-
baba de arribar entonces. Suponefe , que á ninguno de
dichos ahorcados fe havia quebrantado la que llaman nuez
de la garganta.
í p Poco ha que murió en la Villa de Vega , fita en,
eíte Principado, Don Francífco de el Ribero , de quien
me aífeguró el Licenciado Don Manuel Martinez, fugeto
Veraz, y hábil, que fe hallaba prefente , que dos , ó tres
horas defpues que todos le tenían por muerto, levantó
la mano derecha , haciendo clara , y difuntamente feña
con los dedos para que defpavilaífen una luz , que junto a
él eftaba ardiendo.
. 20 Mas admirable que todo lo referido es lo que fu-
cedió á David Hamilton , Medico de Londres , con una
muger Noble. Cuéntalo él mifmo en el tratado , que ef-
cribió de Febre miliari. De refulta de un parto trabajólo:
fué invadida la enferma , de quien hablamos , de una fie-:
bre miliar, y agravandofe frequentemente los fymptomas,'
defpues de una convulfion univerfal cayó en tan profundo
deliquio , que todos la creyeron muerta, de modo que
yendo el Medico Hamüton á vifitarla, de orden de el ras-.
DISCÜRSO'SEXTÓ; ijj
rielo de la paciente , le eftorvaban los criados la entrada,;
pero él porfió nafta que logró verla. Hallóla con toda la
palidez , é immobilidad propría de la muerte. Tocó la
arteria; ni el menor veftigio de movimiento pulfatorio ha-
via en ella. Aplicó un efpejo á la boca , y narizes ; no re-
cibió la menor turbación. Sin embargo , por alguna con-
jetura tomada de los antecedentes , iofpechó , que era fe-*
mejanza de la muerte aquella, y no muerte verdadera. Or-
denó luego , que la dexaíTen eftár en la cama , fin hacer
novedad alguna en la ropa , hafta que pafláífen algunos
dias , ni la enterraífen (lo que es mui digno de fer notado)
hafta que fe paíTaífe una femana entera. Prefcribió algu-
nos remedios , para recobrarla. Apenas querían oírle.
Venció en fin al marido , y fué llamado un Cirujano para
fajarle ventofas , que era uno de los remedios ordenados.
V i n o el Cirujano, y defpues de bien contemplado el cuer-
po de la enferma , preguntó con irrisión á los domefticos,
para qué querían que fe aplicaífen ventofas á una difunta..
Mas al fin , cediendo á fus iuftancias , las aplicó. Conti-
nuaronfe de orden de el Medicólos remedios , la enferma
Siempre como muerta , hafta que panados dos días empe-
zó á refpirar biandiSsimamente , el día Siguiente á hablar,
y moverSe. En fin Sanó de el t o d o , y vivió deSpues cinco
años.
2 1 Efte notabilísimo cafo es igualmente oportuno
para confirmar mi opinión , que para abrir los ojos á los,
Médicos. Es fin duda, que aquella Señora , Si cayeííe en
las manos de un Phyfico ordinario , Seria enterrada viva.
Su felicidad confiítió en que la vi elle un Medico de más
que vulgares luces. No hai que penfar , que efte fea un
fuceííb fingido. Su data es mui reciente , efto es del año
i6pj. Dióle á luz Hamilton pocos años defpues en el
mifmo Lugar donde acaeció, nombrando la feñora, la ca-.'
lie en que vivía ,. y aun el Sitio determinado de la calle
(propé Divi Georgij teniplam. ) Quien creerá , que un
hombre,que tenia que perder, mintieile al publico en tales
circunstancias? Omito otros muchoscafos, que pueden
yerfe en Paulo Zaquias, en Juan, Schenckio, y en Brábo
rj4 S E I I A L E S OH M U E R T E ACTUAL.
de Sobranonte , entre los quaies haí algunos de revivií¿
cencía dcípues de paitado uno , y aun dos días. Pero no
es razón callar , que en efta Ciudad de Oviedo á los últi-
mos años de el ligio pallado fe vio recobrarte en el féretro
un pobre , á quien llevaban á enterrar en la Parroquia de
SanTíidro. Teftiricómelo el Doctor Don Juan Francifco
de Paz, oy dignifsimo Cathedratíco de Prima de Ca-
ñones de efta Universidad , que fe halló prefente al fu-
ceííb. ¡
§. vi.
22 " | ^ \ E las razones, y exemplos , que hemos pro-
L/ puefto , fe colige con evidencia, que es cor-
tifsima precaución lá de aquellos Autores Médicos , que'
eferibén , que en los cafos de apoplexia , fyncope, y Sufo-
cación de útero fe deben folicitar mas rigurofas Señas de
muerte , que las que eomunmentefe o b f e r y a n p u e s con:
razones , y exempíos hemos probado , que las feñales co-.
muñes faitean no folo en eflbs cafos , fino en otros.mu-
chos. La enferma de Hamilton no padeció alguno de ef-
fos tres afectos, cómo puede verte en la relación de fu
cura. Y Si alguno me replicare, que acato le padecería¿
aunque el Medico juzgaífe lo contrario , de efto mifmo
formaré un argumento terrible, pues como Hamilton fe
engañó , podrán engañarte los demás Médicos con otros
enfermos, que caigan en deliquio por alguno de aquellos
tres afectos , y juzgando fer otra enfermedad mui diver-
fa , darlos por muertos, quando no lo eftán. Y quien du-
da que fucederá muchas veces fer apoplexia lo que el Me-
dico juzga muerte, Siendo la apoplexia en fu mas alto gra-
do , de confefsion de los mifrnos Médicos, tan femejance
á la muerte en todo lo que fe prefenta á los tentados ? Fue¿
ra de que Si en los cafos de apoplexia, y fufocacion de
útero fon las feñas falibles, lo fon abfolutamente , ó Sin
elfa reftriccion ; pues eíTa mifma excepción prueba que no
hai conexión de la privación de refpiracion ,:y movimien-
t o externo con la privación de vida *, y quitada -efia co-
pe-
DISCURSO SEXTO. 135
héxlon ; para ningún cafo pueden fer fíxas aquellas fe-i
nales.
2 3 N o ignoro , que uno , ü otro Autor Medico ef-
tiende á mas cafos que los tres expreffados la defconfian-
zade las feñales comunes de muerte. Pero á efto digo dos
cofas. La primera , que eíTa defconfíanza debe fer uni-
verfalifsima, como prueban nueftras reflexiones. La fe-
gunda, que importa poco, que algunos Autores fean mas
cautos , fi eíTa es una Theorica que fe queda en fus libros,
fin reducirla jamás á Practica los demás Médicos. Es tan-
to en eña parte el defcuido, que no folo no fe apela á
pruebas extraordinarias , mas aun pocas veces fe ufa de
las vulgares de el efpejo, y la candela.
24 Si alguien me opufiere , que obran prudentemen-
te los Médicos figuiendo en orden á las feñales de muerte
la opinión comunifsima de fus Autores: Refpondo lo pri-
mero , que eíTa opinión comunifsima no fale de la esfera
de probable , pues no eftriva en algún principio cierto; y
en materia , donde es tanto lo que fe arriefga,. nadie debe
fiarfe en probabilidades , sibufcar, quanto fe pueda , lo
nias feguro. Lo fegundo, que contra eífa opinión común
hemos alegado tan fuertes razones , que fi no le quitan de
el todo la probabilidad, fe la debilitan mucho. En los dos
Tribunales de la Razón , y la Experiencia refide fiempre
autoridad legitima para defpojar de la poiTefsion á las
opiniones mas recibidas. :
§• vn.
25 T T Aviendo condenado por infuficientes las fe-»
JL J. nales comunes de muerte , efperará fin du-
da de mi el Lector otras , que fean totalmente feguras.
Mas yo le confeífaré defde luego con ingenuidad, que no
tengo cofa cierta que decirle en efia materia , niacafo la
hai. El no eftornudar, fiendo provocado con efternutato-
rios fuertes,, que algunos proponen como feña fegurifsi-
ma, para mi es inciertifsima , pues de que efté totalmente
privada de fentido la túnica interna de la nariz, y filamen-
tos
':i"3<5 SEÚALES DE MUERTE ACTUAL.
tos de nervios , de que efta túnica fe compone n í proba-?
v
§. VIII.
27 T A feña , que juzgo fe acerca mas á la fegurk
| 1 dad , es la total frialdad de el cuerpo , afsl
cxtenfiva , como intenfiva. Total en lo extenfivo , efto es,
que comprehenda toda la fuperficie de el cuerpo. Total
en lo intenfivo , quiero decir, que fea tanta la frialdad,
quanta es la de un cuerpo inanimado , v. g. una piedra,
colocado en el mifmo ambiente en que ella el cadáver.
2 8 Pero como no todos los cuerpos , aun colocados
en el mifmo ambiente , dan al tacto igual fenfacion de
frió, fino mayor , ó menor, fegun fu diferente textura, af-
íi vemos que fe fienten mas frios los cuerpos denfos, que
los raros , y los húmedos, que los fecos , fe debe efcoger
para regla un cuerpo, que en humedad , y denudad difie-
ra poco de el cuerpo humano ; y tal me parece la rama re-
cien cortada de un árbol medianamente denfo, y mas que
medianamente jugofo. Colocada , pues, efta en la quadra
mifma ,, don de. cita, el cadáver , el tiempo que parezca fu-
ficiente para que fe temple fegun el ambiente de ella,
quando fe hallare que aquel en.toda fu fuperficie fe repre-
senta tan frió como efta , fe puede hacer juicio , que falió
para fiernpre.de el comercio con los mortales. Explicóme
-con efta frafe , porque no quiero aífegurar que efta fea fe-
iíal cierta, ni aun con certeza moral, de que el alma fe
haya defanidado ya enteramente de el cuerpo , sí folo de
que finólo h i z o , brevemente lo hará , excluida toda
efperanza de el.recobro; lo que viene a valer lo mifmo pa-
ra el efecto de dar al cuerpo fepultura.
2 9 Lo que me mueve á hacer efte juicio , es confide-
rar que entretanto querella algún calor en las entrañas,
neceífaríamente en virtud de la continuidad , y poca dif-
tancia , que hai entre ellas, y la fuperficie de él cuerpo, fe
comunica algún grado de calor á efta. Luego quando en
la fuperficie no fe encuentran mas grados de calor , que
en la fuperficie de un tronco colocado en el mifmo am-
biente , fe puede hacer juicio, qne fe extinguió el calor
TCMY. " ^ S " de.
Y^S SEDALES DE M U E R T E ACTUAL;
de las entrañas. Y extinguido el calor de las entrañas
(prefcindiendo de si aun entonces puede por brcvifsimo
tiempo exercer alguna tenue operación en ellas) parece fe
debe defefperar enteramente de el recobro.
30 La comparación de un frió con otro, para fcr juf-
ta , no debe fiarfe al confufo informe de el tacfo , si à la
demonftracion de el Thermomètre Si à alguien le pare-
ciere mucha prolixidad, advierta quanto fe aventura en el
yerro. Santorio ,. que invento el Thermometro , no le
deftinó al ufo que oy fe hace de el , siifolo al de explorar
los grados de calor de los febricitantes.. Dexófe la utili-
dad por la curioíidad ; y fe pudiera recobrar cou gran-
des ventajas la utilidad , examinando con el Thermome-
tro, no folo el calor de los vivos ; mas también la frialdad
de los muertos.
3 1 He dicho que eíia feña es la que mas: fe acerca à la
feguridad , no que fea abfolutamente fegura, porhaver
leído , que en muchas mugeres hiftericas fe notó por dias
enteros juntamente con la falta de movimiento, íencido, y
refpiracion , la extinción total de calor.. Y aunque me
.perfuado à que el examen de efta ultima, parte no fe hizo
en ellas con el rigor ,. y exactitud , que he propuefto., fino
à bulto , tomando por extinción total una diminución
considerable de el calor , que goza el cuerpo humano en
fu eftado natural, no dexa aquella excepción de tener bat-
tante fuerza para fufpcnder elafenfo firme á la feña toma-
da de la frialdad total , hafta que la.materia fe examine
con mas rigor: lo qual ruego encarecidamente à todos los
Médicos executen , Siempre que haya oportunidad , pues
yo no la tengo , Sino para leer , cabilar, y difeurrir den-
tro de mi Eftudio. He hecho por mï parte quanto pude
para el beneficio publico en efta importantifsima materia,
probando (. à mi parecer eficacifsimamente )' la falibilidad
de las feñales comunes de muerte. Refta, que los que por
fu oficio tienen mas eftrecha obligación , y juntamente
frequentifsimas ocafíones de inquirir mas feguras feñas,
fe apliquen à ello con mayor cuidado , el qual hafta ahora
no ha havido con.proporción à la importancia de el af-
. fump-
DISCURSO QUINTO. ij9
fumpto. Entre tanto advierto , que de las mifrnas feñales.
que hemos prppuefto , quantas mas fe junten , tanto ma-
yor probabilidad darán de que la ruina es irreparable.
3C T * \ E ^° q
u e
^ aquí he difcurrido como Vh y-
n a a
• §, X.
T*" Sta reflexión es adaptable à todos los caíos
1
^^t^ '-^fc*
#*# ### #*#
#^.*
§.XL
*44 SfiñALES DE M v E R T E ÁCTÜAt';
§. XII.
41 t ? S de difeurrir , que no faltarán quienes me
X_L noten de temerario, porque pretendo intro-
ducir una novedad en la practica de la Theologia Moral.
A que diré tres cofas. La primera, que yo defpfecio , y
defpreciaré fiempre efta efpecie de Cenfores , que , ciegos
para todo lo demás , folo vén , y liguen aquella carretilla
en que los pulieron , caminando fiempre , como dice Sé-
neca : Non qua eundum eji ,Jid qua ituv. La fegunda,
que en tales aíTumptos no nos importa faber, ni inquirir,
qual
DISCURSO SEXTO. 'T¿LJ
qual es lo antiguo , ni qual lo nuevo , fino qual es lo ver-
dadero. Conheflb, que la prefumpcion eftá á favor de las
opiniones generalmente recibidas ; pero efto folo fubíifte
entre tanto que contra ellas no fe proponen argumentos
'concluyentes , quales fon los que yo he exhibido. ELde-
recho no atiende las prefumpciones , quando contra ellas
hai pruebas decifsivas. La tercera, que aunque propongo
nueva practica, pero no nuevadoótrina ; antes efta es la
mas común , y recibida. Todos los Theologos Morales
•fientan , que haviendo necefsidad, y juntamente duda de
fi hái fugeto capaz deabfolucion , fe debe dar condicio-
nalmente. De la Theologia Moral no tomo para el af-
íumpío otra propolicion lino efta. La duda de fi en el cafo
de la queftion hai fugeto capaz , ello es, fieftávivo, ó
muerto , o la refolucion de que hai dicha duda ya no per-
fenece á la Theologia Moral , fino á la Phyíica ; y ni aun
en efta parte afirmo , fino lo que evidentemente fe infiere
ya délos experimentos , ya de la do&rina de los mifmos
Autores Médicos.
4 2 El Do&o Padre La Croix , que oy con tan juftá
aceptación anda en las manos de todos , es el único, entre
los Autores que yo he vifto , que toca , aunque miii.de
paífo , en una objeción que fe hace , el motivo de efta
queftion, en el lib.6. part.2. num.i 1 6 4 . donde defpues de
afirmar, que no fe puede abfolver Sacramentalmente al
que eftá difunto , fe arguye afsi: Algunos Médicos afir-
man , que el alma racional permanece unida al cuerpo uno y
§. XII.
44 V I O debo omitir aquí, que Paulo Zaquias, Autor
1/SÍ tan claíico,como todos faben(Queíl.Med.Leg.
lib.4.tit.i. q.i 1.) citando á otros cinco Autores, agrega á
los cafos de apoplexia,fyncope, y fufocacion uterina otros
muchos , que fon análogos á la apoplexia , para el efecto
de fundar duda razonable de íi los que, padeciéndolos , fe
reprefentan perfectamente exanimes, eílán vivos, ó muer-
tos. Tales fon la fufocacion en agua; la fufocacion por
cordel, ó lazo ; la fufocacion por humo de carbones , 6
por vapor de vino , ó cerbeza, quando yerben, ó por em-
briaguez ; la exanimación por herida de rayo , por caida
de alto., y por la infpiracion de qualquier aura peílilente.
Todos eftos cafos, / otros femejantes d ellos (note el Lector
quan ancha puerta fe abre en eíla exteiiíion á cafos feme-
jantes) dice, que quanto al intento prefente lio deben dif-
tingúirfe de la apoplexia , porque fe han vino algunos,
que padeciendo tales accidentes han íido revocados á Vi-
da defpues ele d o s , p tres dias. Afsi concluye , que quart-
do en tales cafos fe recobran , no fe debe hacer juicio de
refurrecion milagrofa ( que es Ío que en aquella queíllon
trata) fino de reftauracion- natural. N o puedo fin grave
DISCURSO SEXTO. 147
dolor confiderar, que haviendo Autores Médicos famo-
fos, que afirman , que en tanto numero de accidentes,
defpues de una perfecta exanimidad aparente pueden vi-
vir , y á veces viven dias enteros los pacientes, no hai Sa-
cerdote que los abfuelva á dos credos que hayan panado.
La ignorancia , y buena fee los ha efcuíado fin duda hafta
ahora ; la que ya no podrá fubfiftir en adelante ( aun ref-
pecto de otros muchos cafos difuntos de eftos , pues mis
argumentos prueban evidentemente con mas generalidad)
reípeéto de los que leyeren elle Difcurfo.
EL'
c¿r,:.<£ £ S & &«,f.í? át.f * * f, € £ 5?¡
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EL. APHORISMQ
E X T ER M I N A D O R .
DISCURSO SÉPTIMO,
§. I.
§. Ií.
j f~\ Uan horrible eítrago haya hecho en los mife-
\ / ros mortales efte peftilencial Aphoriímo , fe
conocerá fácilmente , confiderando , que
quantos homicidios cometieron hafta ahora los malos
Médicos por íu deteftable contumacia en profeguir el
rumbo curativo , que erraron defde el principio de la en-
fermedad , todos fueron ocafíonados de efte Aphoriímo.
Supongo , que no hai Medico alguno , que al empezar á
recetar no juzgue;., que obra conforme á razón. Sucede á
cada paffo , que executando todo lo que ordena , el enfer-
mo empeora. Qué cuita aqui la luz natural ? Que fe mu-
de de rumbo , ó fedexe la cura por cuenta de la naturale-
za. Pero effo es lo que no hará el Medico : porque el
Aphoriímo le manda, que obrando fegun razón, proíiga,
aunque el efecto no correfponda. En que obró fegun ra-
zón no pone duda , y tanto mas afíégurado eítará de effo,
quanto fea mas rudo ; con que íi empezó fangrando, aun-:
que vea que executada la primera fangria fe figue deca-
dencia en las fuerzas , ordena la fegunda , y aunque exe-:
cutada la fegunda fe aumente la poítracion , fe paila á la
tercera.
4 Ya fe v é , que eftá clamando la experiencia, y á ve-
ces claman también los afsiftentes , parientes , y amigos
de el enfermo contra el proceder de el Medico. Pero efte
ancorado en fu Aphoriímo afirma , que aquello es lo que
conviene, que las fangrias eftán legítimamente indicadas!,
que íi no fe ha feguido el efecto defeado, es porque la eva-
cuación de fangre , que fe ha hecho, no fué la que bailaba
para fatisfacer á la indicación , que afsi fe debe profeguir
en ella hafta lograr el intento. N o importa , que contra
efto fe haga la replica coneluyente de que fi la evacuación
de fangre fueflé el remedio indicado , ya que la primera,
ó primeras fangrias no fean bailantes para extirpar el
mal , por lo menos havian de aliviarle en parte , lo qual
«o'fe experimenta, antes lo contrario. No importa., digo.
..ij2 EL APMORISMOEXTERMTNADOR.
cita replica , porque contra todas ellas baterías íírve de
parapeto el Aplioriíino.
§. IIÍ.
'5 T ^ E r o palie ya el Aphorifmo ; y preguntémosle,-
¿ de donde le confia que en elle cafo cumple con
él ? Ello es , qué principios tiene para juzgar que empezó
obrando en la cura conforme á razón ? Satisfará con un
.texto de Galeno , u de Avicena , ú de Valles, u de Pedro
Miguel, &c. que en ral ocurrencia ordena la evacuación
de íangre.. Pero aquí de Dios, y de la razón. Lo primero:
Ninguno de elfos Autores fué Ángel, que no pudieífe en-
gañarle , si hombre como los demás, por configuiente ca-
paz de errar. Lo fegundo : No un Autor folo , ni dos, ni
quatro , ni diez , fino cien mil enfeñan , que el fiador mas
léguro de los aciertos en la Medicina es la experiencia; y
la experiencia en efte cafo mueíira,que la evacuación de la
íansrre no íírve , antes daña. Lo tercero: Es máxima in-
concufa entre los Médicos , que ajuvantibus, & nocenti-
bus fumitur indicatio ; efto es , que fegun correfponden
los efectos á los medicamentos fe debe hacer juicio de que
fon útiles , ó nocivos. Si el remedio alivia algo al enfer-
mo , íe debe hacer juicio que es útil; fi al ufo de el reme-
dio fe figüe alguna peoria, que es nocivo. Pues como fe
deíatiende una máxima tan común,y tan' fegura de la pro-
fefsion Medica , por feguir el precepto particular de uno,
íi otro Autor? Lo quarto : No puede tener feguridad al-
guna el Medico de que el texto , que cita , fea adaptable,
ó determinado al cafo prefente , en el qual pueden con-
currir tales circunítancias, que , fi fe hallarle en ellas el
mifmo Autor alegado , no ordenaría evacuación defan-
gre, De hecho cada diafucede diferepar dos Médicos en
el dictamen curativo de. un enfermo , negando cada uno
que los textos, que el otro alega , fean
de el cafo.
DISCURSO SÉPTIMO". | Д
§. IV.
'6 ¿ ^ P o n d r á f e m e lo primero , que el fentido de el
\^Jr Aphor i fmo no es que haya de conti nuar el
mifmo rumbo aquel Medi co , que erradamente juzga»
que obra fegun razón , fi no el que realmente obra fegun
razón. Refpondo concedi endo , que es afsi. Mas que te
nemos con eífo ? El mifmo Medi co , que yerra el juicio,
hace jui ci o reflexo de que realmente acierta ; y como el
es quien deci de íi ha de profeguir, 6 n o , por el camino
que tomó , i nfali blemente fe ligue de el Aphorifmo , que
proíiga errando el mifmo que empezó errando.
7 Opondráfeme lo fegundo , que el Aphorifmo fe
debe encender , no en los cafos en que executado el re
medio el enfermo empeora, si folo en aquellos en que no
fe obferva ni mejoría , ni peoría : pues en ellos puede
hacer jui ci o el Medico de que aunque el medicamento no
haya caufado aun ali vi o alguno, cont i nuado le logrará.
Refpondo, que no ignoro , que hai Medicos, que enti en
den de eífe modo el Aphorifmo ; pero se también , que
fon infinitos los que le entienden , y practican de el otro;
lo que eftoi harto de ver , y lamentar. Y á la verdad Hip
pocrates no puede menos de fer culpado de haver habla
do con tanta generali dad , que fu fentenci a tomada á la
letra es apli cable á entrambos cafos. Veo que muchos
aplauden la conci fsíon de Hippocrates ; pero yo qui fi era
menos conci fsíon , y mas clari dad, pues por fobra de
aquella , y falta de ella , fe hacen pedazos los Medicos
en las Aulas, y en los quartos de los enfermos, fobre fi
quifo deci r ello, ó aquello.
§• V.
8 TQUede fer, que algunos di fi culten el que haya
L Med i cos tan barbaros , que viendo , que á la
éxecucion de fu receta fe figue empeorar el enfermo, com
tinüen con ella. Pero les afleguro, cpe fucede. efto ñеч
Тш.Ул. 2£ ' iq ü u€
1^4 E L APHORISMÓ E X T E R M Í N A D O R .
quentifsimamente. Verdad es , que quando la peoría es
poca , ó poco perceptible , procuran trampearla , y per-
íuadir con alguna fophífteria , que fe logró elle , ó el otro
fruto de el remedio. Mas quando el daño es ran confide-
rable , que no fe puede ocultar , fe refugian al Sagrado de
el Aphorifmo, facienti fecundum rationem , que es afyld-
ordinario de'Medicos-delinquentes.. Lomas graciofo, ó
lo mas defgraciado es , que quando de tal modo fe agra-
van los fymptomas, que apenas queda duda de que aquel
tumulto fué ocafionado de el remedio , tienen otra admi-
rable efeapatoria , que es decir que ya lograron defeubrir
el enemigo. Efto oftentan , como un triunfo de el arte,
aun quando. para si conocen el daño que hicieron; y la ne-
cia credulidad de los oyentes celebra la acción, como que
fué gran induftria , y labiduria facar de la embofeada al
enemigo oculto,} ponerle en campaña rafa, donde le pue-
7
S'.VI.
DISCURSO SÉPTIMO.
§• v r.
10 A Bandonada, pues, la regla Hippocratica,por
nociva en una parte , y en otra inútil, la
que juzgo fe debe feguir en ía materia prefente es la de
Cornelio Celfo. Efte Autor, que fin duda fué de excelente
juicio , tratando de lo que debe hacer el Medico , quando
el medicamento aplicado no logra el efecto que fe intenta,
refuelve de efte modo : Opportet it.jque, ubi aliquid non
refpondet, non tanti putare Auflorem , quanti ¿egrum, &
experiri aliud , atque aliud , fie tamen, ut in acutis mor-
bis cito mutetur quod nihilprodeji ; in longis , quos tempus.
ut facit, fie etiamfolvit, nonftatimcondemnetur Ji quid
non Jlatim profuit; minus viro retnoveatur Ji quid paula-
lum faltera juuat, quiaprofertas tempore expkvur. (iib.j.
cap.i.)
1 1 Eíta regla infiere una practica totalmente opu'efta
á la que fe deduce de el Aphorifmo Hippocratico. Dice,
que quando al medicamento aplicado no correíponde ei
efecto defeado , fepaiTe á experimentar otros remedios
difuntos ; porque el Medico debe apreciar mas la vida de
el enfermo, que el precepto de el Autor , por quien fe go-
bernó para la aplicación de el remedio. Divinamente ad-
vertido ; pero rara vez practicado por los malos Médicos,
cuya rudeza eíta tan dominada de una ciega veneración
por el Autor , ó por la Efcuela, que liguen, que ni aun la
muerte puefta delante de los ojos es poderofa para des-
viarlos de fus preceptos.
1 2 Añade luego, que debe hacerfe diftincion entre
las enfermedades agudas , y las chronicas: que en aquellas
fe abandone al inflante el medicamento , que nada apro-
vechó , porque fiendo tan executivas no debe perderfe un
momento ; pero en las chronicas , porque conceden mu-
cho mayores treguas, no fe condene luego el remedio , á
quien no fe figuió promptamente el alivio. Parece quiere
decir ( y es razón legitima) que como las enfermedades
chronicas fon perezofas en fu aumento, lo fon también
" Y_2. en
Í5¿ V-L Á P H O R I S M o " E X T E R M I N A D O ? , ,
en la declinación ; afsi los remedios obran en ellas müi
lentamente , por lo qual, aunque aprovechen , halla que
paíTe algún tiempo , es imperceptible el alivio. Concluye
con que no fe abandone el remedio, que aprovecha algo,
por poco que fea.
13 Todo efto es dictado por la recta razón. Todo di-
rige á una practica prudente , y fegura. Nada dexa al ar-
bitrio de un Medico ignorante , ó prefumptuofo , 6 ha-
lucinado ; al paífo que el Aphorifmo Hippocratico confti-
tuye por única regla , para abandonar , ó continuar el re-
medio , la apreheníion de el Medico de que fué fu elec-
ción oportuna ; la qual apreheníion en ningún Medico
falta , y en los mas ignorantes es mas fíxa, y tenaz. Con-
fielfo , que no quifo Hippocrates que el Medico , que eli-
gió mal, pero faltamente aprehende, que eligió bien,
proíiga por donde empezó. Pero aunque él no quifieífe
cito, puefta la regla, que pufo, es precito fe liga elfo.
§. VII.
'24 pVT® faltarán quienes den tal fentido al Apho-
¿yj ritmo Hippocratico, que de él no fe figa cf-
fe inconveniente. Pero fcrá la explicación violenta,y con-
traria á la letra. Y qué haremos con que uno , ü otro Me-
dico le den eífa explicación , fi los demás no la admiten,
antes toman el Aphorifmo , comofuena? Es Hippocra-
tes Oráculo de los Medicos ; pero Oráculo como los de
el Gentilifmo , cuyas retpueílas ambiguas tomaba cada
uno como queria. Efte Autor dice, que aquel no entiende
á Hippocrates, y aquel dice lo mifmo de eñe. Parece,que
traduciendo á Hippocrates de el Griego al Latin,le pulie-
ron mas Griego, que cftaba antes.
1 5 Quede falvo , fin embargo , fu honor á Hippocra-
tes, que le es mui debido. Dexónos eñe grande hombre
copiofifsimo aparato de excelentes preceptos, efpccial-
mente en la parte prognoftica. Culparle porque haya er-
rado en algunos , es acufarle de que fué nombre. La obf-
curidad, que hallamos en otros, acato no es tanto tuya,
co-
DISCURSO SÉPTIMO; 157
como nueftra. No quedó obra de aquella , y aun de algo
menor antigüedad, que no padezca la mifma deígracia.
La traducción liempre quiebra algo la fuerza exprefsiva
de el original. Lo principales, que el Difcurfo de el
tiempo altera conliderablemente dentro de elmifmo idio-
ma la lignificación de muchas voces , de que pudiera
moílrar innumerables exemplos en las lenguas Latina , y
Efpañola.
16 Afsi me parece totalmente agena de razón la pon-
deración , que hace de la obfeuridad de Hippocrates el
Doctor Bravo de Sobremonte, folo á fin de engrandecer
á Galeno. Dice, que es la Doctrina Hippocratica tan
obfeura , que halla que Galeno vino al Mundo cali nin-
guno la entendió ( Tyrocin. Pratt, feci. 3 , cap. 3 . ) Lo
peor es , que añade , que de intento envolvió Hippocra-
tes en ellas tinieblas fu doctrina , como cofa di-vina , que
debia ocultar fe en el fagrario. Qué extravagancia 1 Cier-
to que es dignifsimo de alabar fu zelo , fi quifo que fu
doctrina , por efeondida, quedaífe inútil, halla que vi-
nieífe al Mundo un Ingenio de aquellos tan portentofos,
que apenas fe logra uno en cinco , ó feis ligios , qual pre-
tende el Doctor Sobremonte hayafidoel de Galeno. De
hecho defde Hippocrates á Galeno paífaron feifcientos
años , poco mas, ó menos, y todo eñe tiempo nada, ó cali
nada firvió la doctrina Hippocratica al Mundo (feguq
la fentencia de Sobremonte)por haverla ocultado fu Autor
en el fagrario como cofa divina.
17 Si. alguno quifiere faber porque llama el Doctor
Sobremonte cofa divina á la Medicina Hippocratica , lo
hallará explicado con otra extravagancia mayor de el mif-
mo Autor , en fu Difputacion Apologética por la Me-
dicina Dogmática fect. 1. refolut. 8. §. 5. donde afirma, y
prueba con autoridad de Arnaldo de Villanova , que
Hippocrates , y Galeno adquirieron el Arte Medico por
Divina revelación. El texto de Villanova es formalifsi-
ino : Quibus (Hippocrates, y Galeno) Medicinam di-i
vina Qoncefsione veraciter , & perfeffé novimus ejfé revé-
15§ EL APHORISMO EXTERMINADOR;
latam. A tanto llega la fuperfticiofa veneración que á fu
Hippocrates, y íu Galeno profcí'ian los Medicos cicla
Efcueia común. Pero efto mifmo debe fervir de excitati-
vo , para que los que tienen los ojos abiertos examinen
con mas atenta reflexion la doctrina de eflbs dos Maef-
tros; pues difcipulos tan ciegamente apaísionados no
dificultarán elevar á infalibes mifterios
los mas palpables er-
rores.
DI
i $9
DIVORCIO
D E LA HISTORIA,
Y LA F Á B U L A .
DISCURSO OCTAVO.
§• i-
1 ^ S ¿ ^ ^ Erníciofa es en el Mundo aquella maxí-
% D|p2^ ma trivial de que íiempre la mentira es
^JsllPiS hija de algo, porque autoriza la ficción,
^•sssiy* atribuyéndola un iluílre nacimiento en
la cuna de la verdad. Suponen los que la liguen , que no
hai error alguno que no tenga poca , ó mucha mixtura de
realidad,y que la fábula íiempre fe fabrica fobre el cimien-
to folido de alguna verdad hiftorica.
2 La experiencia, y la razón militan contra efte vul-
gar apotegma. La experiencia ,. porque á cada paííb fe
vén embudes, que únicamente deben fu origen a la mali-
cia de el que los profiere. Qué fundamento tuvo la muger
de Putifar para atribuir un infame atrevimiento al Caíto
Jofeph ? Qué mezcla de verdad huvo en la acufacion in-
tentada por los dos lafeivos viejos contra la inocente Su-
fana \ Pero ociofo es repetir exemplares de lo que á cada
pallo encuentran los ojos, y los ordos.
Si.
s'6o D I V O R C I Ó D E L A H I S T O R I A ' , Y L A F Á B U L A .
r
§• ii
4 f~? Sta Imaginación de que la mentira fiempre eílá
mezclada con alguna verdad , de quien tomó
principio , no folo eftá apoderada de el Vulgo , mas tam-
bién fe hizo lugar entre muchos fabios , los quales eften-
dieron la máxima aun á aquellas verdades , y mentiras,
que mas diítan entre s i , elfo es á las verdades reveladas,
y errores opueftos á ellas. Pretenden eftos , que todas las
fábulas de el Gentilifmo tuvieron fu principio en los fu-
ceifos , que refiere la Efcritura , ó que no fon otra cofa
dichas fábulas , que las mifmas Hiftorias fagradas altera-
das, y corrompidas.
5 Immenfa es la erudición que fe ha gallado en efte
aflumpto. Pedíala fin duda la arduidad de el empeño,
pues era neceífaria una gran letura de cafi todos los Auto-
res profanos, para entrefacar de ellos todas las circunftan-
cias, en que fe encontraífe alguna alufion entre las fábulas,
y las hiftorias , y un profundo conocimiento de las len-
guas Orientales , para bufear por medio, ú de el fignifica-
do , ú de la etymologia, la conformidad de los nombres
de los Héroes, ü Deidades de el Gentilifmo con los de los
Perfonages de la Efcritura. Uno , y otro fe executó por
fugetos extremamente hábiles , como .el Obifpo Huet,
el Padre Tournemine, Samuel Bochart, Nicolás Burtlero^
Heirv-
DISCURSO OCTAVO. itfr
Heinfio , Vofsio , y otros. Pero todo fué cultivar cou
grande afán una tierra, que no podía producir fino flores:
quiero decir, que todas las fatigas de ellos grandes hom-
bres firvieron à oftentar fu ingenio , y erudición, mas no
à defcubrír la verdad.
6 Bien conozco , que elle dictamen mio necefsita de
mucho apoyo, por el gran fequito,que entre los Literatos
ha logrado aquella maxima , de que en las fábulas de el
Gentilifmo eftan envueltas , ò disfrazadas las verdades de
la Efcritura ; y no teniéndolo yo en la autoridad , es pre-
cifo apelar à la razón. Pero por ella parte me confiderò
tan bien puedo , que efpero ganar la caufa con los lecto-
res , que eftuvieren defnudos de toda preocupación.
§• n i .
*7 T O primero, que hace fuerza contra aquella ma»
I t xima, es la grande opoficion , que hai en or-
den á las aplicaciones , entre los mifmos Autores que la
apadrinan ; pues en una mifma fabula unos pienfan hallar
una hiftoria fagrada, y otros otra mui difunta. Pongo por
exemplo. Monfeñor Huet pretende, que en la narración
fabulofa de Hercules eftà envuelta, ò disfrazada la hiftoria
Sde Jofué ; y Nicolás Burtlero halla en la mifma fabula los
fuceífos de Adán. Monfeñor Huet pienfa , que la fabula
de Perfeo reprefenta à Moisés ; y M*. Burtlero defcubre
<en la mifma tabula la hiftoria de Joñas. N o es mas claro
que la luz de el medio dia , que fiendo tan diverfos los fu-
cefTos de Jofué de los de Adán , y los de Moisés de los de
'Jonàs, folo à beneficio de alufiones violentas fe pueden
defcubrír los de Jofué , y Adán en una fabula , y los de
Moisés, y Joñas en otra?
8 Aun es mucho mas enorme la difcrepancia, que voi
à proponer ahora. Monfeñor Huet, que en los errores de
el Gentilifmo pretende defcubrir multiplicadas figuras de
Moisés, juzga vèr pintado al vivo eíte Héroe en la fabula
de Prometheo ; y en la mifma fabula de Prometheo cree
el Padre Tournemine eítar dibujados el delito ,. y caftigo
lomV, X de
j6.2 DIVORCIO DE LA HISTORIA, Y LAFABULA.
de Lucifer. Una contradicción tan grande hace viíible;
que los Autores , que fe emplean en femé jante tarea , no
fe gobiernan por algunas luces firmes , que hallen en el
objeto, fino por algunos falfos vifos , que le da fu propria
fantafia.
§. iv.
g T ^ E r o aun fe hará efto mas evidente , reduciendo
1
Ü
DISCURSO OCTAVO. r¿¿
el Cielo, por embidia que tuvo á la dicha de el hombre, le
folicitó á la calda. Pero ni el Padre Tournemine fefula
los Autores , que atribuyen efle pecado de embidia á
Prometheo , ni yo he podido ver alguno , que tal diga;
antes bien parece íuponen todos , que Epimetheo tenia
mucho que embiiiar en Prometheo,y aquel nada que em-
bidiar en eñe pues a Prometheo le pintan fummamente
T
§• v.
14 T 7 Amos ya á las aplicaciones de el Iluftrifsimó
V Huet. Eftas fon en dos maneras : unas di-
rectas , otras reflexas. Llamo directas aquellas , en que fe
propone alguna femejanza immediata entre Moisés, f
Prometheo ; y reflexas aquellas , en que fe bufea la feme-
janza por medio de algún tercero. Pongo por exemplo.
Pretende el Señor H u e t , en virtud de ciertas analogías,
que Prometheo es la mifmaperfona que Mercurio; y def-
pues prueba con otras analogias, que Mercurio es el mif-
mo que Moisés. Efte genero de pruebas es frequéntiísi-
sao en el Señor H u e t , el qual figuiendo el fy flema de con-.
DISCURSO OCTAVO. idf
fundir en una todas , 6 caí! todas las Deidades de el Gen-
tiíifmo , qualquiera femejanza , que enquentre en Moisés
refpedo de alguna de elias, le íirve para identificarle con
qualquiera de las otras. Mas porque abaxo combatire-
mos de intento efte fyftema, nos reduciremos ahora úni-
camente á la enumeración délas aplicaciones directas,
que hace el Autor , de la hiftoria de Prometheo á la de
Moisés.
15 Primera aplicación. Herodoto llama d Prometheo
marido de la AJia,otros hijo. Moisés fue oriundo de la AJia,y
toda la gente ifraelitica volvió de el Egipto d la Afia. (De-
monftr.bvang. prop.4. cap.8. n u m . 7 . ) He pueílo las pro-
prias palabras de el Autor , con la cita puntual, porque
nadie pieníe que le impongo algo en tan arraflrada, y vio-
lenta aplicación. Es fin duda de admirar , que un hombre
célebre en la República Literaria, para aílumpto tan ferio,'
ufafle de tan deípreciable alulion. Quien no vé , que por
efte capitulo puede Prometheo fer copia de quantos hom-
bres nacieron en la Alia ? Y aun con mas razón que de
Moisés , pues efte no nació en la Afia , de donde folo fue
oriundo , fino en la África. Fuera de que lo que dice H e -
rodoto de que Prometheo fué marido de la Afia, y otros
que hijo , no debe enttnderfe de aquel vaftifsimo Pais,
que fe reputa una de las quatro partes de el Mundo , fino
de la Ninfa Afia , á quien fingieron los Poetas hija de el
Océano , y de T e t i s , y de quien diceromó nombre aquel
yaftifsimo Pais.
16 Segunda aplicación. En la opinión de algunos
Autores Prometheo fué hermano de Deucalion , de quien
Apolonio refiere , que fué el primero que erigió Templos
á los Diofes. Ello fe adapta á Aaron hermano de Moisés,
que fué el primer Summo sacerdote de la gente Ifraeliti-
ca. Aun mas de eftrañar es ella aplicación , que la paila-
da , porque para hacerla cae el lluftriísirno Huet en dos
crafas contradicciones. La primera e s , que poco mas
abaxo , para lograr otra aplicación , fupone á Deucalion
no hermano , fino hijo de Prometheo ; y efta es la opinión
Común. Por lo menos yo no he hallado otra cofa en Au-
tor
i6'6 D I V O R C I O DU L A H I S T O R I A , Y L A FÁBULA".
tor alguno. La íegunda contradicción es , que en el capi-
tulo décimo afirma , y procura probar , que Deucalion es
la miíma perfona que Noé. C o m o , pues, pueden fer una
mifma perfona Deucalion , y Aaron , fiendo la de Aaron
tan diilinta de la de Noé ? Quien creyera efto de un Va-
ron tan docto ? Dexo aparte, que el edificar Templos no
tiene coherencia alguna con el Summo Sacerdocio. Mu-
chos mas Templos erigieron los Principes Legos, que los
Sumiuos Sacerdotes.
17 Tercera aplicación. Refiere Diodoro , que Pro-
metheo reinó en una parte de Egypto. Moisés fué Cau-
dillo de los Hebreos, que habitaron una porción de Egyp-
t o , efto es la tierra de CeíTen. Fuera de efto Thermutis,
hija de Pharaon , que le adoptó por hijo , ledeftinaba al
Reino paterno. Efta aplicación por la primera parte pro-
cede fobre un fupuefto falfo , pues Moisés no fué Rey , ni
Principe délos lfraelitas mientras eftuvieron en Egypto,
ni fe puede decir con alguna verifimilitud que dominaffe
alguna porción de Egypto ; antes lo contrario confia cla-
ramente de la Efcritura. Por la fegunda es violenta, pues
eftár deftinado al Reino , y gozarle fon cofas tan diftintas,
como la poíTefsion , y la efperanza. Fuera de que de efta
deftinacion de Moisés á la Corona de Egypto no habla
palabra la Efcritura. Solo la refiere Jofepho , á quien de
tan remota antigüedad no es creible llegaíTe inftrumento
alguno con que comprobarla.
1 8 Quarta aplicación. Prometheo fe vio en grandes
anguftias , por una exorbitante inundación de él Nilo fo-
bre las tierras, que dominaba, de cuyo aprieto le libró
Hercules. En efte fuceíTo quiere el Señor Huet fe figure el
tranfito de los lfraelitas , y fumerfion de los Egypcios en
el Mar Vermejo , fuponiendo para hacer verifimil la alu-
fion, que Jofué, Caudillo Militar de los lfraelitas, y com-
pañero de Moisés, es la mifma perfona que Hercules.
Todo claudica en efta aplicación. El Nilo voluntaria-
mente fe transforma en el Mar Vermejo. A efte fe le fu-
pone una inundación , ó exundacion (que no huvo) fobre
la tierra de Eg/pto. La ruina que ocafionó el Mar Ver-
me-
DISCURSO OCTAVO. •s6f
mejo en los Egypcios tan lexos eftuvo de anguíliar á Moi-
sés , que antes le pufo en faivo. Como , pues , fe apro-
prian á Moisés las anguíiias de Prometheo ? Jofué en na-
da cooperó al traníito de Moisés. Qué relación , pues,
puede tener con el fuceíTo de librar Hercules á Prometheo
de fus ahogos?
i p Quinta aplicación. Las eftatuas de Prometheo te-
nían un Cetro en la dieftra , imagen de la Vara prodigiofa
de Moisés. Terrible es el prurito de bufcar alufiones,
quando fe mendigan de tales impertinencias. A efta quen-
ta todas las Eftatuas de Principes , que tienen Cetro en la
mano ferán imagen de Moisés , y fe podrá decir con la
mifma razón , que todos los Principes reprefentados en
ellas fueron indiftintos de Moisés. Si el Señor Huet dexa
fentado , que Prometheo fué Rey , para qué bufca otro
mifterio , ii otro fymbolo en que fe figurarle con Cetro en
la mano , fino el proprio , y natural de fer reprefentacion
de la autoridad Regia ? Finalmente es tan diminuta la fe-
mejanza , que hai entre un Cetro , y una Vara , que aun
íin atender á otros capitulos , por elle folo fe debiera re-
probar la apropriacion.
20 Sexta aplicación. Julio Africano dice , que la fá-
bula de que Prometheo formó al hombre , tuvo fu origen
de que con Labias inftrucciones hizo á los hombres adver-
tidos , y prudentes, que antes eran rudos , y agreftes.
Moisés con leyes oportunas formó la Religión , y Policia
de los Ifraelitas. Mirando las cofas á efta luz , con mas
propriedad fe pueden identificar con Moisés , Romulo,
Numa Pompilio, Minos, Dracon, Solón, Licurgo',y todo
el Areopago.
11 Séptima aplicación. Quentafe , que Prometheo
tuvo algunos coloquios con Júpiter. Moisés los tuvo con
Dios. He leído los coloquios de Moisés con Dios en la
Efcritura ; pero en ningún Autor los de Prometheo con
Júpiter. Doi que los huvieífe. Con otros muchifsimos
mortales habló Júpiter ; conque todos ellos ferán copia
de Moisés. En verdad que en materia de coloquios con
if>S D I V O R C I O D E L A H I S T O R I A , Y L A F Á B U L A .
Júpiter , yo apollaré por Ganimed.es contra Prometheo,
y contra todos los demás.
2 2 Octava aplicación. En una tragedia de Efquilo fe
introduce Prometheo diciendo , que él fué el inventor de
el arte de adivinar por la infpeccion de las victimas. Moi-
sés regló á los Ifraelitas todo el culto , y rito de los Sacri-
ficios. Qué tiene que ver lo uno con lo otro ? De ofrecer
á la Deidad victimas á adivinar por la infpeccion de ellas
hai toda la diftancia, que media entre el culto , y la fuperf-
ticion. Y qué cafo fe debe hacer tampoco de lo que dice
ton Poeta , y Poeta Griego , en una pieza de Theatro?
N o fe fabe , que los poemas , y efpecialmente los de efte
genero , piden como eifencialmente ficciones proprias , y
particulares , ó fobre losfuceíTos verdaderos , ó fobre las
fábulas comunes ? Afsi el texto de una tragedia jamás fe
debe alegar quando fe trata de examinar la verdad.
ll Nona aplicación. En un Dialogo de Luciano fe
propone Prometheo como hombre , que conocíalos futu-
ros. Moisés fué Profeta. Tan oportuno es para efte af-
fumpto alegarlos LUalogos de Luciano, como las Trage-
dias de Efquilo. Nadie ignora que Luciano en fus Diálo-
gos dio plenifsima libertad á fu imaginación , introdu-
ciendo en ellos quantas graciofas ficciones le ocurrieron,
efpecialmente las que halló conducentes para hacer burla
de todas las Deidades de el Gentilifmo. Pero doi que la
Antigüedad tuviefle por adivino á Prometheo. A otros
infinitos atribuyó efta qualidad : conque ó todos tendrán
derecho para reprcíéntar á Moisés , ó ninguno le tendrá.
Mas : Por eíte capitulo no hai mas razón para identificar
á Prometheo con Moisés , que con qualquiera de todos;
los demás Profetas, de quienes dá noticia la Efcritura.
24 Decima aplicación. El fuego, que fe dice traxo
Prometheo de el Cielo , puede hacer aluíion , ya á los re-
lámpagos ,'que mezclados con granizo hizo Moisés baxar
para aterrar los Egypcios ; yá al fuego con que abrasó á
docientos y cinquenta fediciofós de los rebeldes de Coré;
yá al fuego de la Zarza; yá alcelefte refplandor de el Mon-
te Sinai, quando Moisés hablaba con Dios ; yá al fulgor
Di-
DISCURSO OCTAVÓ. 16$
divino de la cara de Moisés quando baxaba del monte; yá
al fuego perpetuo,que ordenó ardieífe fiempre en el Altar.
Mucho fe abaratan las alufiones, fi,para encontrar la hifto-
ria en la fábula, bafta hallar en una , y otra el nombre de
fuego , fin conformidad en circunftancia alguna. De efte
modo quanto fe halla eferito de agua en las hiftorias fa-:
bulofas, fe podrá aplicar á quanto dice de agua la Efcri-;
tura.
2 5 Undécima aplicación. Júpiter embió Pandora á
Prometheo, para que le engañaífe ; mas efte conociendo el
dolo no la admitió. En Pandora fe reprefenta Eva , cuya
hiftoria eferibió Moisés abominando fu delito. Confidere
el leétor,que concernencia tiene el fer eferitor de un fucef-
fb con fer actor en él,
26 Duodécima aplicación. Júpiter , por haverle re-
velado los hombres el hurto de Prometheo, les concedió
el don de perpetua juventud. Hace alufion al privilegio,
que Dios concedió á los Ifraelitas , de que fus vellidos no
fe gaftaífen en el defierto. Ellas mas parecen ilufiones,que
alufiones. A los ojos falta la extravagancia. Para qué fe
ha de gallar tiempo en ello?
2 7 Tercia decima aplicación. En una gruta de el
Caucafo hizo atar Júpiter á Prometheo , y que alli una
Águila le royelfe las entrañas. Dios colocó á Moisés en
tina caverna del Sinai, para moftrarle alli fu gloria. Eftra-
iio modo de apropriar ! donde fe confunde el Caucafo
con el Sinai: un delinquente aborrecido de Júpiter con un.
Julio qneridifsimo de Dios ; y enfin el tormento cruelif-
fímo de un deftrozo continuo de las entrañas con la mayor
dicha, que halla ahora logró algún mortal.
28 Ultima aplicación. Hercules libró á Prometheo;
de aquel Suplicio. Ello quiere el feñor Huet, que haga
alufion á la batalla de Jofué (de quien fupone fer uno mif-
mo con Hercules) contra los Amalecitas , durante la qual
Moisés eftaba en la cima de un monte con las manos le-,
vantadas , halla que fe configuió la victoria, como que.
ello fuelle librar Jofué á Moisés de un genero de prifiony
que padecia en el monte. Todo es incongruendas,y con-.
"Í70 • D I V O R C I O D E I.A H I S T O R I A , Y I A FA?.VI.A.
tradiccioncs. Para la aplicación pallada le acomoda la
prifion de Prometheo á Moisés en una Caverna delSinah
para efta á Moisés en el collado de Amalee. La tabula de
Prometheo. no incluye batalla de Hercules contra alguna.
Nación. En fin (omitiendo otros muchos reparos) la apli-
cación de la fábula es un traítorno de la hiftoria, pues fe-
gun efta , mas fe debe confiderar Moisés bien hechor de
Jofué , que beneficiado. Quando Moisés levantaba las
pianos vencia Jofué : luego la victoria de Jofué dependió-
de la acción de Moisés. Pues como en la fábula hace todo
el beneficio Hercules figura de Jofué , y de parte de Pro-
metheo figura de Moisés no hai acción alguna fino la. de
recibir el favor?
§• vi.
29 ^"~"Reo que con efte exemplo he evidenciado al
V j t Lector,que es quimérica la emprelía de def-
•cubrir las verdades de la Elcritura en los errores de ei
Gentilifmo. Los dos Autores alegados abundaban, quan-
ío otros qualefquiera,de ingenio, y erudición. Sin embar-
go , aplicando al empeño ellos dos talentos con el mayor
esfuerzo-pofsible , nada pudieron lograr fino unas aplica-
ciones tan violentas. tan arraftradas , trahidas ( como fe
T
§• VIL
3° 7V~Í® e s m a
^ I ft i^
s
Huet en las de-
e i U r s u r i 0
. ten-:
DISCURSO OCTAVO. 179
tendiéndolas ala letra, vino á formar de ellas una Theo-
logia, y Religión ridicula, en que jamás penfaron fus Au-
tores. Confia , que los Egypcios debaxo de geroglificos
efeondian, no folo fu Religión , mas aun fu Hiftoria, Po-
li tica,yPhilofofia,y folo fe manifeftaba la explicación á los
Reyes , y á los Sacerdotes de el Sol. Veriíimil es, que á
imitación de los Egypcios (en aquellos figlos en que eftos
eran venerados como los mas fabios de el Mundo ) en
Otras muchas Naciones fe praéticáífe lo mifmojcomo tam-
bién es pofsible, que los Egypcios imitaílen á otra alguna
Nación anterior á ellos en la opinión de fabiduria , ó que
ella practica fueífe común en la antigüedad. Lo cierto es,
que muchifsimas fábulas Gentílicas tienen mucho mas
commoda aplicación á la Phyíica, á la Moral, y á la Poli-
tica, que ala Hiftoria. Véale el famofo Bacon en el trata-
do de Sapientia Veterum , donde íiguiendo efte rumbo ex-
plica felicifsimamente no pocas de aquellas fábulas.
. 50 Afsi, que efta es una materia capaz de innumera-
bles conjeturas , y de ningún fyftema general, que es lo
que hemos procurado demonftrar en efte Difcurfo , efpe-
cialmcnte en orden á la unión de la fábula con la hiftoria,
y mas efpecialmente de la hiftoria Sagrada, que tanto dif-
ta de los errores de el Gentilifmo , como la ma-
yor verdad de la mayor
mentira.
Tom.V. NUE--
x8a
NUEVAS PARADOXAS
PHYSICAS.
DISCURSO NONO.
¡i ^ ^ ^ f ^ O hai materia alguna tan acomodada pá4
ra humillar el orgullo de el efpiritu hu-;
mano.., como las que fon objeto de la
Phyfica. Dos mil años ha ( dexando á
"parte lo que pudo trabajarte en los ligios anteriores, de
que no tenemos clara , y pofitiva noticia ) que muchifsi-
mos hombres de grande ingenio cultivan con bailante
aplicación efta facultad. Y en la mayor parte de efte largo
eípacio de tiempo , que fe ha adelantado en ella ? Mui
cerca de nada. Todo fué eftablecer , 6 feguir máximas,
que la experiencia , ayudada de una atenta meditación,
defcubre faifas, 6 inciertas. En el fegundo tomo hemos
defengañado de algunas de las que fe juzgaban mas ffft
guras. En efte Difcurfo intentamos defterrar
otras, que no fe reputan menos
confiantes.
DISCURSO NONO.
PARADOXA PRIMERA.
§, I.
PARADOXA SEGUNDA.
§. ii.
. 4 T~* Sta es una cofa tan clara , que no puedo dexar
de admirarme de que hombres de razón ha-
yan introducido tales qualidades en la Philofofia, y dado-
k s tanta parte en la naturaleza , que fin ellas faltarían t o -
dos los mixtos , y todos los elementos. La humedad no
es qualidad, ó accidente , fino fubftancia , la qual no folo
en si recibe efta denominación , mas también la comunica
á- los cuerpos fecos , en cuyos poros fe introduce. Coge
un poco de tierra perfectamente deífecada , conjura con-
tra ella quantos agentes hai en toda la naturaleza ; no lo-
grarás humedecerla , á menos que la rocies con agua , 6
con otro licor , que, introduciéndote en los poros , ó in-
terfticios , la ponga húmeda. Afsimifmo para deífecarla
no es menefter introducir alguna qualidad , si folo facar
por via de evaporación aquella fubftancia liquida de fus
poros.
5 Hacefe efto palpable contra los Ariftotelicos en la
deífecacion de los cuerpos húmedos, hecha por el viento.
N o es el viento otra cofa que el aire impelido. El aire es
húmedo , y aun mas húmedo que el agua , fegun la Efcue-
la Peripatética. Luego no puede deffecar,produciendo en
los cuerpos huniedos la qualidad , que llaman fequedad;
porque como ha de producir una qualidad perfectamente
contraria á la que domina en él ? Como los deífeca pues?
Expeliendo con repetidos embates , y difsipando en me-
nudas partículas de vapor aquella fubftancia liquida , que
eftaba introducida , y repartida en los poros , ó interfti-
cios de los cuerpos. Efto es tan viftble, que agraviaría-
mos
DISCURSO NONO. I8J
fríos ai Lector, íi nos detuvieíTemos mas en probar el
aüimipto.
PARADOXA TERCERA.
§. ni.
r
6 Sta Paradoxa moverá fin duda, ó á admira-:
cion , 6 á rifa á qualquiera que la lea, por fer
tan univerfal la experiencia, que, al parecer, acredita evi-
dentemente lo contrario. Todos vén , que el ambiente
calido de el Eftio eftando quieto nos acalora , y movido
con un abanico, u otro qualquiera cuerpo , nos refrefea;
que el mifmo aire que refpiramos , aunque fale calido de
nueftras entrañas , impelido con fuerza contra la mano la
enfria ; que lo mifmo fucede refpeáto de qualquiera li-
cor,que fale calido de el fuego,y afsi el modo mas fácil de
templar el caldo , quando eftá mui caliente, es foplarle.
7 Sin embargo la Paradoxa es verdaderifsima. P r o -
pongo en prueba de ella un experimento claro. Soplefe
con unos fuelles , quanto fe quiera , contra la vola de un>
Thermometro ; no baxará el licor poco ni mucho ; y ba-
xaria precitamente , fi el Thermometro fe enfriaífe. Elfo
fucede conílantemente en qualquier grado de frió, ú de
calor , en que efté el efpiritu contenido en el Thermome-
tro. Solo es meneíler la precaución de que los fuelles a n -
tes de hacer el experimento eftén algún tiempo en la mif-
inaquadra , donde eftá el Thermometro , porque fi eftu---
vienen expueítos. á otro ambiente mas frió , con la frial-
dad adquirida.enfriarían algo el mifmo ambiente, que re-
ciben , y foplan, por configúrente el foplo enfriarla leve-
mente el Thermometro.
i$4 NUEVAS PARADÓXAS PHISICAS.'
8 Porque no todos tienen á mano Thermómétrb§
para hacer efte experimento, digo , que lo miímo fucede-
ra univerfalmente , foplando , ó con fuelles , ó con la res-
piración propria, qualefquiera cuerpos, de quienes no fai-
sán efluvios calidos , como informará manifieftamente el
ta£to. En efta excepción de cuerpos de quienes no falgan
efluvios calidos,empiezo á moftrar la clave, con que fe deS-
cifra el mifterio de efta Paradoxa , y la folucion conque fe
delata el nudo de la dificultad, que ocafionan los expeti-
mentos al parecer encontrados.
9 Digo , pues , que el aire impelido no hace otra co-
fa , que apartar los efluvios calidos de la fuperficie de los
cuerpos , de donde emanan , los quales con fu contigüi-
dad , ó immediacioñ confervaban , ó fomentaban el calor
de los mifmos cuerpos. Nueftros cuerpos , por exemplo,
inceflaatemente citan expirando gran cantidad de efto'S"
efluvios , de modo que fiempre eítán ceñidos de una At-
mofphera de exhalaciones , y vapores , que , Saliendo c a -
lientes de el cuerpo, confervan algún tiempo el calor, por
configuiente defienden de el frió de el ambiente externo ia
fuperficie de los miembros. Lo que hace , pues , el aire
impelido , es remover efta caufa confervante de el calor,
y entretanto reciben los cuerpos en fu fuperficie aquel
grado de frió , y no mayor , que es capaz de producir el
inifmo ambiente quieto , no eftorvado de la Atmofpher*
calida.
1 0 La explicación de efte P.henomeno me conduce a
la de otro también mui triviaL El que mete las manos en
nieve, ó en agua mui fria , y las detiene en ellas un rato,
retirándolas defpues, en breve tiempo las fíente mucho,
mas calientes que eftaban antes. Preguntafe la caufa de
ello, Refpondo que la nieve , entretanto que duro fu
contacto, apretando los poros eftorvó la emanación de
los efluvios ; de aqui fe figue , que defpues que la nieve fe:
aparta , Salen en mucho mayor copia , á que es -
r
PARADOXA QUARTA.
§. iv.
[Ti ^ 7 O pocos eftrañarán efta Paradoxá poco mé-
¿%) nos que la pallada. Pero la experiencia,
que la convence , es fácil de hacer. Pongafe el agua á elar
en una valija de bailante buque, y de cuello largo, y eftre-
cho. Veráfe , que defpues de elada fube en el cuello algo
mas arriba de la linea , que tocaba antes de elarfe : luego
ocupa mayor efpacio , y por coníiguiente eftá mas rara, o
mas enrarecida que antes.
12 Quien no quiíiere fatigarte en hacer efte experi-
m e n t o ^ n él podrá perfuadirfe á la verdad de la Paradoxa,
folo con obfervar , que el yelo nada fobre el agua liquida:
luego es mas leve, y por configuiente mas raro.
13 La caufa de efta rarefacción , ó dilatación de el
agua , quando fe yela, es de mui difícil averiguación. Dos
conjeturas racionales pueden hacerfe. La primera , que
muchas partículas futilifsimas de nitro, 6 efpiritus nitro-:
fos , mas leves específicamente que el agua, fe introdu-:
cen por fus poros , las quales los dilatan. Efta conjetura
fe funda en la opinión oy mui recibida de que el nitro es
caufa de todas las congelaciones. La fegunda es, que po-
niendofe rigidas las partículas de el agua , es verifimil,
que algunas fe defunan , ó defvien algo de fus vecinas , y
el aire contenido dentro de el agua fe dilate en aquellos
interfticios. Efta fegunda conjetura me parece es la que
acierta con la verdad , por la experiencia que hai de que
fi fe yela la agua , á quien fe extraxo el aire en la maquina
Tom.V z Aa Pneu-;
i85 NUEVAS PARADOXAS PHYSTCAS.
Pneumática, no fe dilata, antes fe reduce á menor efpa-
cio. Teftifica de efta experiencia M Hartfoeker en fus
r
#
principios de Phyíica.
PARADOXA QUINTA.
§. V.
PARADOXA SEXTA.
§. VI.
-2 3 T T AI animales, cuya fangre en fu citado natural
1 J. es fria : luego fe verifica la Paradoxa. El
antecedente tiene por fiador en primer lugar al Padre Car-
los-Plumier , fabio Mínimo , y uno de los grandes explo-
radores de la naturaleza , que huvo en ellos últimos tiem-
pos. Eíle aplicado , y docto Religiofo, que por orden de
el gran Luis Decimoquarto hizo diferentes viages á la
America, á fin de enriquecer con fus obfervaciones la Hif-
toria Natural de aquellos paifes , tuvo en uno de ellos la
oportunidad de afsiftir á la pefca de Tortugas , que fe ha-
cia en una de las Islas Antillas. Son las Tortugas de aquel
Mar de exquifita grandeza. Recogieron buena cantidad
de ellas vivas en el Navio donde defde aquella Isla volvió
el Padre Plumier á la Martinica. Sucedió, que,fiendo mas
prolixo de lo que fe podia efperar el viage,por fer contra-
rio el temporal, llegó á faltarles el agua. En efta penuria
les ocurrió focorrer la fed con U fangre de ana Tortuga
(era
DISCURSO NONO; ipí
(era la ünica que havia quedado viva) y aquí entra lo que
hace á nueftro propoíito. La Sangre Sacada de la Tortuga
viva Se halló al tacto de la mano , y á la experiencia de el
paladar, fria en aquel grado de frialdad, que tiene el agua
de las fuentes comunes de Europa. Efta es la exprefsion
de el Padre Plumier , fugeto dignifsimo de toda fee , fien-
do notorio en toda la Francia, que en nada fueron infe-
riores fu Virtud, y Religiosidad á fu Sabiduría. Es en fe-
gundo lugar fiador de la Paradoxa el Noble Phyfico
Francifco R e d i , el qual teftifica afsimifmo en el tratado
de Animalculis vivís, &c. haver hallado fria la fangre de
las Tortugas.
24 A efte fundamento experimental añadiremos una
prueba Theorica. El calor de la fangre proviene , fegun
los Phyficos , de el movimiento fermentativo de fus par-
tículas heterogéneas. Supongo que efte movimiento fer-
mentativo es precifo en toda Sangre ; pero puede haverle
fin calor fenfible , como fe ve en las fermentaciones artifi-
ciales , que llaman los Chimicos frias; y aun en las natu-
rales de los vegetables. Una manzana ( pongo por exem-
plo ) efta en continua fermentación defdeque nace , hafta
que fe pudre , y la encuentra Siempre el tacto frefea , á me-
nos que la caliente el Sol , ó el fuego. Pues por qué en la
fangre de algunos animales no podía haver movimiento
fermentativo fin calor fenfible , y aun con frío manifiefto?
El fer fria , ó calida la fermentación depende precitamen-
te de fer el movimiento fermentativo mas , ó menos lea*
to ; y es naturalifsimo , que para la confervacion de la
vida de muchos animales fe requiera un movimiento fer-
mentativo tan lento , que la fangre parezca al tacto fria.
Qiianta diverfidad hai en la fangre de unas efpecies á
otras ? Aun dentro de la nueftra es notabilifsima, como fe
ha obfervado mil veces. Las experiencias déla transfu-
fion han moftrado , que la fangre mas bien condicionada
de un hombre fanifsimo trasladada á las venas de un en-
fermizo , en vez de corroborarle , le daña. Por qué efto,
fino porque cada temperamento efpecial pide efpecial
mixtión, configuración , y textura de las partículas de la
IP2 NUEVAS PARADOXAS PHYSICAS;
fangre ? Es manifiefto , que á diferente mixtión corréf-
ponde diferente movimiento fermentativo , de fuerte que
es mas , ó menos veloz , fegun la naturaleza , y dofis ref-
pectiva de las parricidas heterogéneas , que componen el
liquido. Luego en unos animales es mas tardo que en
ottos el movimiento fermentativo de la fangre. Supuefto
efte principio , que es inconcufo , es verifimil en fupremo
grado , que fiendo diferentifsima la conftitucion , y tem-
peramento en varias efpecies de animales , fe fermente en
algunos la fangre con movimiento tan tardo , que á la
experiencia de el taóto fe halle fria como el agua de las
fuentes.
25 Notefe , que en cita Paradoxa , y fus pruebas to-
mamos el calor , y frió fegun la acccpcion vulgar, efto es,
hablamos de el calor, y frió feníibles : pues, hablando en
rigor philofofico , no hai licor alguno , por frió que efté,
en quien no haya algunos grados de calor , por lo menos
entretanto que es licor , ó fe conferva fluido. Si faltafle
todo calor, fin duda fe congelaría. Pero en el Idioma
común fe llama frió todo lo que es menos caliente que el
ergano de nueftro tacto.
PARADOXA SÉPTIMA.
§. V I I .
26TIRuebafe lo primero con dos obfervaciones dé
J[ el citado R e d i , hechas en dos Tortugas.
A la una abriéndole la cabeza, le quito enteramente el ce-
r
PARADOXA OCTAVA.
§. VIII.
Bb ¿ PA-
ífgd» NUEVAS PARADOXÁS PPYSICASÍ
PARADOXA NONA.
PARADOXA DÉCIMA.
§. X.
49 /""^Onfieífo , que para probar efta Paradoxa 110
tengo otro fundamento , que el de la Auto-
ridad ; pero autoridad, en el alfumpto prefente , mui ref-
petable. Efta es en primer lugar la de M_ de la Quintinie,
r
PARADOXA Xí.
§• xí.
5<? T Mpugnamos aqui aquella máxima recibida co-i
J. mo inconcufa en las Efcuelas, Nullum agens
in dijlans operatur. Para lo qual fupongo que los mifmos
que la admiten , conceden que el agente puede eftár fegur»
fu entidad diñante de el paño , como produzca en el me-
dio interpuefto alguna cofa , que contenga fu virtud, ó fe
haya como agente, que hace fus veces , el qual llegue á
locar el pafib. Explicafe efto en el Sol, el qual aunque
206 NUEVAS PARADOXAS PHYSICASV
diftantifsimo de nofotros nos alumbra,y calienta medían^
re el calor , y luz que produce en todo el medio ínter-
puedo.
57 Digo , pues , que algún agente puede obrar en el
paito• diñante, fin producir cofa alguna en el medio. Prue-
bolo : Quandofe enciende una grande hoguera, toda la
llama de ella, y no folo la ultima fuperficie de la llama,
calienta á uno que eñe dos , 6 tres paños diñante de el
fuego. Es claro ; pues quanto es mayor la hoguera, mas,
y a mayor diñancia calienta:de que con evidencia fe infie-
re , que no folo las partes que componen la fuperficie ex-
terior calientan , mas también las que conftituyen fu pro-
fundidad. Ahora profigo afsi. Las partes que conftitu-
yen la profundidad, no tocan el paño , ni por si mifmas,
ni por alguna cofa que produzcan en el medio : luego
obran en paño rigurosamente diñante. Pruebo el antece-
dente. Las partes profundas de la llama , que diñan , por
exemplo , media vara de la fuperficie de la llama , nada
obran , ni producen en las partes que componen aquella
media vara de llama, que hai defde ellas á la fuperficie:
luego nada obran en el medio. Pruebo el antecedente;
porque fegun otro axioma común de la Efcuela , ningún
agente obra en paño perfectamente Semejante á é l ; fei
jic eji, que las partes profundas , ó ponedores de la
llama fon perfectamente Semejantes á las delanteras:
luego, &c. •
5 8 Eña prueba puede multiplicarfe en todos aquellos
agentes , que fegun fu mayor cuerpo , 6 quantidad mate-
rial , obran mas eficazmente, lo que creo fe verifica en to-
dos , ó cali todos.
5 9 Verdad es, que el argumento propueño folo tiene
fuerza en elfyftema común de caufas, y cauSalidades ; mas
no en el de los Ph'ilofofos Modernos, que no conocen
otra acción , que la emifsion de átomos , corpufeulos , 6
efluvios ; pues eftos fácilmente refponderán , que quanto
mas corpulenta fea la llama mayor copia de efluvios ig^
neos defpide, por configuiente calienta mas, fin que tenga
inconveniente alguno el quedos corpufculos,que defpideii
las
DISCURSO NONO; 207
las partes poíterlores de llama , paiten por medio de las
anteriores , pues eflo puede fer fin acción , ó producción
alguna de aquellas en eftas. Y acafo tampoco hallarán
embarazo en negar el axioma de que ningún agente obra
en paffo perfectamente femejante, como niegan otros mu-
chos igualmente recibidos en las Efcuelas.
PARADOXA XII.
§. XII.
(So TT7 S otro axioma confiante en la Efcuela , el
£2* que ninguna cofa , que eftá en eftado vio-
lento , permanece mucho en eífe eftado violento. Nullum
•violentumpermanet. El qual entendido abfolutamente, y
fin alguna condición , ó limitación añadida , digo que es
falfo.
6 1 La prueba eftá clara en efte aire en que vivimos,'
y que refpiramos , el qual eftá íiempre en eftado violento,
por la prefion de el aire fuperior, quien con fu pefo le con-
denfa, comprime , y reduce á mucho menor efpacio, que
aquel que naturalmente pide ocupar : de el mifmo modo,
que una efponja fuertemente comprimida con la mano ef-
tá en eftado violento , por reducirte á menor efpacio , y
afsi luego que fe fuelta vuelve á ocupar aquel mayor efpa-
cio , que ocupaba antes de compri.mirfe. Efto es general
á todos los cuerpos, que tienen elafticidad, ó reforte, que
Vulgarmente llaman muelle.
6 2 Para inteligencia de efta razón fe ha de advertir,
que el aire es capaz de una grandifsima compreíion , y de
una grandifsima rarefacción. Efte es uno de los puntos
mas curiofos de la Phyfica moderna , y que fe ha exami-
m-
2o8 NUEVAS PARADOX AS PHYSICÁ?;
nado con Infinito numero de artificiofifsimos experimen-
tos. Es tan enorme la diftancia entre la mayor compre^
fion , y mayor rarefacción de el aire, que , fegun los expe-
rimentos de Roberto Bode , el efpacio , que ocupa el aire
en fu mayor dilatación, excede al que ocupa en fu mayor
comprefion , en la proporción , que el numero quinientos
y veinte mil excede á la unidad. Pero fe ha de notar, que
haciendofe eftos experimentos en el aire, que refpiramos
fegun fu efiado ordinario , la rarefacción es fin compara-
ción mayor , que la condenfacion : de modo , que dicho
aire fe enrarece hada ocupar trece mil tantos de el efpacio,
que ocupa ordinariamente , y fe comprime halla ocupar
la quadragefima parte de effe mifmo efpacio , que ordina-
riamente ocupa. Y como multiplicando quarenta por
trece mil refulta el numero de quinientos y veinte mil, el
exceífo de efte numero , refpecto de la unidad , feñala la
proporción en que excede el efpacio de el aire en fu ma-
yor rarefacción al de el rnifmo aire en fu mayor conden-
facion.
6 3 He dicho , que efta diftancia entre la mayor com-
prefion , y la mayor dilatación de el aire es arreglada á los
Experimentos de Boile. Pero fegun los de otros aun es
mayor. Francifco Bayle en fu Curfo Philofofico dice,que
algunos fagacifsimos Philofofos Inglefes comprimieron
el aire , hafta reducirle a la fexagefima parte de el efpacio,
que ocupaba antes en la ordinaria comprefion de la At-
mofphera. Y tomando la diftancia defde efta comprefion
á la mayor dilatación hallada por Boile , refulta , que el
efpacio que ocupa el aire en fu mayor dilatación , excede
al que ocupa enfu mayor comprefion lo que excede el
numero de fetecientos y ochenta mil á la unidad. Ni hai
que admirar , que otros comprimieífen el aire mucho mas
que Boile : lo uno , porque efte le comprimió folo en vir-
tud de el frió , fin el auxilio de alguna maquina : lo otro,
porque , llegando al grado de condenfacion , en que ocu-
paba la quadragefima parte de el efpacio antecedente , fe
rompió el vidro , en que hacia el experimento , cediendo
á la fuerza elaftica de el aire comprimido : conque hai lu-
' gar'
DISCURSO NONO. '109
lugar á qué el aire fe comprimieííe mas, íi huvietfe mas re-
nitencia en el vafo. Veafe el Autor en el tratado de Con-,
dznfatione a'éris per foium frigus.
6 4 No fon eílos á la verdad los últimos términos de
la dilatación , y comprensión de el aire. Nadie duda, que
puede dilatarfe mas , y comprimirte muchifsirno mas, co-
mo fe aplique peto , ó fuerza correfpondiente capaz de
vencer- la refiílencia de fu reforte. Mas para la explica-
ción , y prueba de la Paradoxa propueíla bailan la com-
prefsion,y dilatación iníinuadas, y baftarian tambien,aun-
que'mellen mucho menores.
¿5 Digo , pues, que pudiendo elle aire , en que vivi-
mos , dilatarfe tanto , es evidente , que liempre eftá en ef-
tado violentifsimo. La razón es, porque la dilatación,
que puede adquiriros proporciónala la comprefsion, que
actualmente eilá padeciendo fiempre por el peto de toda
la Atmofphera , ú de el aire fuperior que carga fobre él.
Ella comprefsion es fin duda violenta al aire, como lo es á
todo cuerpo elaflico. Afsi fe vé, que al momento que efte
aire fe defearga de el peto de el aire fuperior , ó celia la
fuerza comprimente de la Atmofphera, fe dilata tanto co-
mo hemos dicho. El experimento , que lo prueba en la
Maquina Pneumática , es facilifsimo. Introdúcete en el
recipiente de ella una vexiga cali de el todo arrugada , 6
con poquifsimo aire , y fuertemente atado el cuello , de
modo que el aire , que tiene , no pueda efeaparfe por él.
Ciérrate luego por la parte fuperior el recipiente , y fe
evacúa el aire de elle por la parte inferior en el modo or-
dinario. Al paflo , que fe vá evacuando el aire de el reci-
piente ( porque eíla es obra que dura algún tiempo ) fe vá
entumeciendo la vexiga , porque el aire , que eftá dentro
de ella fe vá dilatando mas, y mas , á proporción que vá
ceñando la prefsion , que fobre él eftá haciendo el aire de
el recipiente. Y enfin , apurando mas la evacuación , fe
dilata tanto el aire de la vexiga , que la rompe con grande
cftrepito.
66 En cite experimento fe vé claro , que no intervie-
ne cauta alguna extrinfeca, que pofitivamente enrarezca
• Tom.V. Dd el
a 10 NUEVAS PARADOJAS PHVSTCÁS.
el aire de la vexiga. El por si miíino en fuerza de fu elafti-
cidad , o reforcé fe enrarece, eftendiendoíe á aquel mayor
efpacio , que en virtud de ella mifma elafticidad , que le c¿
incrinfeca , connaturalmente exige. Lo que la operación
de la Maquina únicamente hace, es quitar el comprimen-
te , ello es el aire de el recipiente , el qual como antes de
empezar la evacuación efta en el mifmo grado de compref-
íion que todo el refto de aire , fobre quien eftá el pelo de
la Atmofphera, en fuerza de fu violenta elafticidad man-
tiene en el mifmo grado de comprefsion el aire contenido
en la vexiga , con quien eftá en equilibrio. Luego que
empieza á evacuarle aquel, el que queda en el recipiente
fe vá enrareciendo á proporción que la evacuación fe au-
menta ( porque vá quedando fiempre menos ) que es lo
mifmo que decir, que los muelles de las partículas de el
aire fe van defeogiendo mas , y mas. Y como todo mue-
lle vá perdiendo tuerza á proporción que fe va defeogien-
do , ó apartando de la retracción, es configuiente que
quanto el aire de el recipiente fe vá enrareciendo , tanto;
comprima menos el aire de la vexiga, y elle á propor-
ción vaya adquiriendo por el reforte el efpacio mayor,
que naturalmente le es debido, halla romper la vexiga.
6j Refponderá acafo alguno de los Philofofos vul-
gares , que no fe eftiende aquel aire á mayor efpacio, por-
que le pida naturalmente , antes fe eftiende á mayor ef-
pacio de el que pide , para impedir el vacio , que reful-
taria en el recipiente por la extracción de el aire , que ha-
via en él.
68 Pero efte gran miedo que antes havia al vacio , ya
oy no cabe en ningún Philofofo confiante , ni es capaz de
facar á ninjmn elemento cuerdo de fus calillas , como he-
mos probado en el Tomo 2. Difcurfo XI. por la razón
(la qual milita aqui de el mifmo modo ) de que no puede
refultar movimiento alguno por el influxo folo de la cali-
fa final, y fin intervención de alguna caufa eficiente ; y
efta , afsi como no lafeñalan los Philofofos vulgares , pa-
ra que impela al agua , ii otro licor á afcender en los tu-
bos , si folo la final de impedir el vacio , tampoco en el
ca-
DISCURSO N O N O ; 211
cafo prefente la pueden feúalar , y es claro qué no la hai,
pues al aire contenido en la vexiga,fuponemos , que no fe
aplica agente alguno,que le enrarezca. Es manifiefto,pues,
que fu propria tuerza elaftica le hace dilatar , luego quefé
le aparta el eitorvo de el aire externo.
69 Arguyo también efpecialmente al cafo en que ef-
tamos , de efte modo. Quando no fe introduce vexiga
con aire en la Maquina Pneumática , no por eílo dexa de:
extraherfe el aire contenido en el recipiente. O entonces
fe íigue vacio , ó no. Si lo primero : luego ya hai vacio en
la naturaleza. Si lo fegundo : luego tampoco fe feguirá
vacio por la extracción de el aire , aunque el que efta en la
vexiga no fe dilate. M a s , y mas claro. Supongo que fe
introduce la vexiga con el aire que bafta á llenar las dos'
partes de fu capacidad. Puefta afsi en el recipiente , á po-
cas entradas , y falidas de el embolo fe romperá ia vexiga,
porque íiendo tanto el aire que hai en ella, no ha meneíler
dilatarte mucho para romperla. Defpues de rota fe con-
tinua la operación de extraher el aire de el recipiente por
mucho tiempo , de modo que fe extrahe defpues mucho
mas aire , que el que havia en la vexiga. Todo efto es he-
cho confiante , y evidente para quaiquiera que eftá inf-
truido en el manejo de aquella Maquina. Ahora arguyo
afsi. O quando fe rompió la vexiga inftaba el peligro de
el vacio, ó no. Si efto fegundo : luego el aire de la vexiga
no fe dilató , y rompió la vexiga por impedir el vacio , ó
no fué el peligro de el vacio quien le obligó á dilatarte,
pues aun no havia tal peligro. Si lo primero : luego def-
pues délas repetidas extracciones de aire , que fe hacen,
pofteriores al rompimiento de la vexiga , havrá fin duda
vacio en el recipiente , pues ahora hai mucho menos aire
en él, que quando fe rompió la vexiga. Veafe , por omitir
mas pruebas, el Difcurfo fobre la Exijlencia de el Vacio.
- 70 De lo dicho' hafta aqui fe infiere con toda certeza,
que el aire en que vivimos eftá violentifsimamente com-
primido , y que efte eftado violento fiempre dura, porque
liempre perfevera el peto de el aire fuperior , que le com-
prime. Luego hai algún violento , que perfevera mucho
Dd 2 tiem-
ai? NUEVAS PARADOXAS PHYSICAS.
tiempo , o por mejor decir, perfevera fíempre. Luego fí
falíifica el axioma Nallttm violentum permanet,
7 1 Puede fer , que nos diga alguno , que el fentido
de el axioma no es el que le damos , si folo , que las cofas
no permanecen en eftado violento , fino entretanto que
perfevera la acción de el agente que los violenta, y remo-
rida efla al momento vuelven á fu eftado natural. A que
replico lo primero , que effa explicación es forzada, y buf-
cada como recurfo para evadir la invencible fuerza de el
argumento ; pero la nueftra immediata , y natural. Lo fe-
gundo , que tomado en eífe fentido el axioma , es bien
efeufado en las Efcuelas , pues no enfeña mas que aque-
llo , que el mas rudo alcanza por fu razón natural. El cafo
es que á todos, 6 los mas axiomas de la vulgar Philofo-
fia alcanza efta defgracia , que , ó padecen evidentes ob-
jeciones , ó fe efeapan de ellas, reduciéndote á verdades;
de Pedro Grullo.
PARADOXA XIII.
§. X I I I .
!* *
# #*#
21$ NUEVAS PARADOXAS PHYSICAS;
PARADOXA XIV.
§. XIV.
cabuz.
9 0 No ignoro fe me dirà , que efta fuerza no al aire,'
fino al fuego fe debe atribuir, pues ette es , quien , enra-
reciendo el aire, le pone en movimiento. Pero à cfio ten-
go mucho que reponer. Lo primero es , que para probar
la Paradoxa , en la forma que efiá propuefta , lo mifmo
hace al cafo poco fuego, que poco aire , pues de uno , y
otro modo correfponde mucho efecto à poca caufa. Lo
fegundo , que fiempre fe verifica , que el aire es , por lo
menos, agente inftrumental de el fuego (pues fin aire nada
hace el fuego , como probamos arriba) y q u e , como tal,
tiene fuerza proporcionada para tan violento impulfo.
Lo tercero , que aunque la fuerza impuiíiva venga origi-
nariamente de el fuego , la fuerza refiftitiva toda es de el
aire. Quiero decir , tienen fus partículas unos muelles
invencibles , que no fe rompen à ningún choque , por
violentoque fea. Y elio es acafo lo mas maravillofo, que
feai en la materia.
91 Lo quarto , porque a u n , fin intervención de el
fuego, explica el aire fu elafticidad con terribilifsima vio-
lencia. Veefe efto en el aire contenido en el agua que fe
yela ; el qual, fi no tiene falida , rompe los mas firmes va~
fos de qualquier materia que fean. El Padre Cabeo refie-;
re , que viò romperte , por la congelación de el"agua, que
tenia dentro , una gran valija de marmol, que no rompe-
rían cien yugadas de bueyes, tirando de fus lados con;
opuefio movimiento. Boile dice , oyó à un Artífice , que
trabajaba en marmoles , que haviendo fido algunos dé ;
ellos mojados de la lluvia , por incuria de los Oficiales,
Sobreviniendo defpues una violenta elada , fe le havian
hecho pedazos. Lo mifmo oyó à otro Artífice, le havia •
Sucedido con algunos utenfilios de metal de campanas,que ;
tenia.
i>2'. Que el aire contenido en el agua con Su dilata-
ción hace eftos portentoSos efectos , es claro, porque* el
agua, de quien Se extraxq.el aire en la Maquina Pncuma-,
DISCURSO NONO: 2 2I 1
de
224 NUEVA S P A R A D O S A S PHYSTC AS;
de la Academia Real de las Ciencias,año i707.) citando al
Marifcaí de Yauban , el mayor Ingeniero de Guerra, que
tuvo la Francia á los últimos de el figlo paflado , y princi-
pios de el prefentc , dice , que el aire , que inflaman en
una mina de ciento y qnarenta libras de pólvora , es ca-
paz de íbftener un pefo de docientas y noventa mil libras;
aunque efto fe entiende en la fupoficion de que toda la
fuerza elaftica de el aire fe exercite en orden á dicho pefo,
lo que en las minas nunca fuccde por varias razones , que
aqui feria mui prolixo referir. Ciento y quarenta libras
de pólvora ocupan el efpacio de dos pies cúbicos ; y fu-
poniendo , que el volumen de aire contenido en los inter-
valos , y poros de la pólvora fea igual al volumen de los
materiales de la mifma pólvora considerados por sí folos,
refulta , que unpie cubico de aire inflamado es capaz de
foftener el .pefo dicho.
1 0 0 Sobre eñas fupoííciones entra mí computo para
el affumpto propuefto. una braza cubica tiene docientos
y diez y feis pies cúbicos. Sale , pues , á quenta fegura,
que fi un pie cubico de aire inflamado foftiene docientas
y noventa mil libras de pefo ; docientos y diez y feis pies
cúbicos de aire inflamado foftienen feifcientos y veinte y
feis mil y quatrocientos quintales de pefo.
1 0 r Paitemos adelante. Elle airé antes de inflamarte
puede comprimirte mucho ; pongo por exemplo, halla
ocupar la quadrageíirna parte de el efpacio que ocupaba
antes, que es reducirfc de la exteníion de docientos y diez
y feis pies cúbicos á la de cinco, 6 poco mas. Es confian-
te por razón , y por experiencia, que el aire (lo mifmo fu-
cede en todos los cuerpos elafticos ) quanto mas fe com-
prime mayor ímpetu tiene , y que el ímpetu crece á pro-
porción de la comprefsion ; de modo que el aire , que de
quarenta partes de efpacio fe reduce á la una , multiplica
por quarenta la fuerza , que tenia en la antecedente ex-
teníion. A efía quenta refulta , que el aire que ocupando
docientos y diez y feis pies cúbicos era capaz de foílener
<P2<5.vj4oo. quintales de pefo: reducido ácinco pies puede
foílener 250j<5.0ooo. quintales.
DISCURSO NONO. 225
T02 Parece, que el aire que inflamado puede foítener
tan enorme pefo , podrá con fu agitación commover to-
do el terreno donde eftá plantada una Ciudad ,. de modo
que derribe todos fus edificios. Pero el cafo es, que aun
falta mucho mas , pues hafta ahora no tenemos mas aire,
que el que condenfado ocupa cinco pies cúbicos, o la qua-
drageíima parte de una braza cubica. Debemos , pues,
añadir otras treinta y nueve porciones Iguales de aire,que
en igual grado de condenfacion ocupen, juntas con la.;
otra, toda la braza cubica. De eñe modo fe multiplica fe-
gunda vez por quarenta aquella fuerza,y refulta que íi cin-
co pies cúbicos de aire en el grado de condenfacion ex-
preífado podían foftener 2 505 <5uooo. quintales,una braza
cubica de aire en. el mifmo grado de condenfacion podrá
foftener (1002 2405000.) mil y dos millones , docientos y¡
Cuarenta mil quintales de pefo,
103 La condenfacion de el aire en los lugares fubter-
ranéos puede venir de dos principios. El primero es el in-
tento frió; el qual aunque no es en ellos regular, fe ha ob-
fervado en una , ú otra caverna, por producirte en ella, o
en fus vecindades gran copia de nitro. El fegundo puede
fer precipitándote algún gran peñafeo fobre la caverna,,
i¿e modo que dexe hueca en la profundidad alguna peque-
ña parte de ella, en cuyo cafo comprimirá violentifsima-,
snente el aire , que ocupaba toda la extenlion de la caver-
na, reduciéndole áaquel corto eípacio, que queda hueco-
Arriba hemos dicho, como Boyle en virtud de el trio fo-
jamente reduxo el aire á la quadrageíima parte de elefpa-
c i o q u e ocupaba antes. Luego en.las cavernas fubterra-
neas podrá fuceder lo mifmo ; y fi á la comprefsion que
hace el frió fe añadieífe la que puede provenir de el fegun-
do principio, que hemos propueño, feria fin duda la con-;
ídenfacion de el aire mucho mayor : por configuiente.
ípenor cantidad de. aire , que la que hemos iníi-s.
rj.uado baftaria para hacer igual
3
eftrago..
NUEVAS P a r a d o x a s P h y s i c a l
PARADOXA XV.
§• XV.
104 A Unque el hombre, y demis animales tienêa
parece
que la vegetación de eltas goza grandes ventajas fobre lx
de aquellas. Si á un árbol cortan una rama, fácilmente fe
repara la pérdida, ó á beneficio de la naturaleza fola, que
por la parte mifma donde fe hizo la herida hace nueva
producción, ó con la ayuda de el arte, ingiriendo la rama
de otro árbol.
-' 105 Mas efto de reparar un miembro , ó parte orgá-
nica perdida, que en las plantas por común fe defprecia,
feria una gran maravilla, en los animales. Solo los can-
grejos tienen el privilegio de que quebrándoteles las pier-
nas les renacen otras. En todos los demás animales parece
no hai á que apelar , fino á curar la llaga , y procurar que
á la perdida de la parte cortada no fe figala ruina de el
todo.
- 106 Efta era la perfuafion general de todo el Mundoj
hafta que en el figlo decimoquinto un Medico Italiano,
llamado Taliacoto, publico un Methodo Chirurgico para
reponer nueva nariz á un hombre , que por mutilación
huvieífe perdido la que tenia. Dicefe, que efte Medico no
fué verdaderamente inventor de el remedio , fino que efte
eftaba archivado de tiempo immemorial en una familia
llamada Boyani, habitadora de Tropea,Lugar de la Cala-
bria , cuyos individuos de padre en hijo fuecefsivamentei
fin interrupción, practicaban la Medicina,y fe iban tranf-
firiendo uñosa otros efte raro arcano , elqual por la reve-
lación de alguno de dicha familia vino á conocimiento de
Taliacoto, que le perfícionó , practicó, y publicó. La
operación, tomada fumariamente, es como fe .ligue. Ha-
ce-
DlSCURrSO'NoNO. 227
céfe vina íncifsion en aquella parte de el brazo , que pueda
acercarte mas al litio de la nariz , deícarnando un pedazo
de la piel, el qual quedará no obftante pegado al brazo
por las dos exttemidades , defuerte que la piel defcarnada
quede en forma de puente. Hacefe la íncifsion fobre el
mufado bíceps. Curafe la llaga, y fe cicatriza la piel defta-
cada , en que fe atiende, no folo á la curación de eiia, mas
también á que, cicatrizándole , fe engrueífe , halla tomar
cuerpo bailante, para que con nueva conformación pueda
hacer el oficio de nariz. Cicatrizada ya, fe rompe, ó def-
taca de el brazo por una de las dos extremidades,y-abrien-
do Haga, ó defcubriendola carne en lo alto déla nariz,fe
pega , y cofe allí la extremidad de la piel de el brazo , que
fe defprendió de él; y bien vendado todo á fin de que bra-
zo , y cara fe conferven fin movimiento alguno en laim-
mediacion debida , fe efpera á que aquella extremidad fe
confolide , incorpore , y una con la carne de lo alto de te.
nariz , ú de elfitio donde correfponde; lo qual logrado, fe
defprende la otra extremidad de la piel de el brazo , y
fe .pega , y cofe en lo alto de eilabio fuperior ;abrenfe en
aquella parte dos agujeros,y fe conforma el todo, de m o -
do que logre figura de nariz. Paífado algún tiempo fe une
efta exttemidad como la otra, y cftá todo hecho.
107 Son muchos los Autores , que dan noticia de ef-
ta practica de Taliacoto , como real, y verdadera, y aun
fe citan tefligos muí claficos , como Marlilio Ficino , Fa-
bricio Hildano, Ambrofio Pareo, y Eliíio Calendo , que
dicen la vieron exercer felizmente yá á Taliacoto,ya á utj
Siciliano llamado Branca , yá á otros, que aprendieron el
fecreto, ú de el mifmo Taliacoto, ú de alguno de la fami-
lia de los Boyanis. >':-•••
1 0 8 Sin embargo de todos eflos teílimonlos , hai
fuertes motivos para dificultar el affenfo. Laioperación es
mui prolixa, porque dura fefenta dias; de eftos los catorce
ha de guardar el paciente perfecta immobilidad, teniendo
el brazo , y el cuello en poftura violentifsima, paralo que
parece no puede haver valer, ni tolerancia en hombre al-
guno. Lo-s cafos de mutilación de nariz fon rarifsimos.
Ff 2 A pe-
SaS NUEVAS'PAR ADOSAS PHVSTCAS;
Apenas en nna Región dilatada fucederán quatró*, 6 feís"
en medio Siglo. De ios quarro, ó feís infelices, que padez-;
can eífa dcfgracia , ferá mucho que haya uno que tenga
valor para fujetarfe á tan terrible, y tan prolongado mar-i
tyrio. Y también ferá mucho, que fujetandofe , no inter-
rumpa la cura , perdiendo la paciencia , ó la moleftia hor-
renda de la cura no le haga perder la vida. Lo raro de la
operación hace poco veriíimil, que fe adquirieífe bailante
pericia en ella. Apenas en cada generación de la familia
de los Boyanis havria una ocalion de exercerla. Y que
defefperado fe pondría en las manos de un hombre , de
quien nadie havia hecho experiencia , para una operacionf
donde era cierto un terrible martyrio , y muí incierta 1^
cura ? Efta dificultad es mucho mayor refpeéto de el pri-j
aier inventor de ella. Quien fe arrojaría á curación tan(
dolorofa, quando no havia exemplar alguno de fu execu-j
d o n , íbío porque á algún Cirujano ocurrió aquella idea?
109 Eftos reparos , vuelvo á decir , algo dificultan el
aílenfo; mas no le impofsibilitan , porque no carecen dc¡
folucion. Y en quanto al ultimo , que es el mas fuerte,;
puede decirfe, que acafo efta practica tuvo principio en el
Imperio Griego , donde las crueles mutilaciones de nari-j
ees, orejas, y lengua eran frequentes ; y fiendo afsi, es na«i
tural, que muchos fe aplicaffen á inveftigar el remedio, y
algunos de mayor robuftéz, y corazón fe expufieflen á la
prueba.
110 N o faltan quienes digan, que elía infercion fe
puede hacer con mucho menor moleftia , ó cali ninguna,
ufando para fuplir la nariz .mutilada , de la carne de otro
5
N O T A ;
D E S C R I P C I Ó N DE LA M A Q U I N A
Pneumática, y explicación
de fu ufo.
LIBROS POLÍTICOS.
DISCURSO DÉCIMO.
§. I.
% SC&^O? Penas fe oye alguna vez hablar de los An-
f&pzSíi^ tiguos en aquel temperamento , que
|¡5||¡PI® prefcribe el buen juicio. Ya fe les tribu-
*^ ta una veneración defmefurada , ya fe
les aja con •mi defprecio injufto. Efto es , fegun las mate-
rias de que fe trata. Si fe habla de puntos de Ciencia , ó
Doctrina, fe nos proponen los antiguos Profeífores como
unos Maeftrazos de compreheníion muifuperior á todos
los modernos, y apenas fe quiere conceder , que tilos
vean algo , que aquellos no hayan antes defcubierto. Mas
quando fe trata de induftria , y fagacidad politica, toda la
ventaja fe da á eftos poftrimeros tiempos; en tanto gra-
do , que los hombres de los ligios anteriores fe coníideran
como unos femibrutos, en quienes folo obraba una fero-
cidad ciega, una fuerza definida de razón , y una oífadia
defamparada de la maña.
2 Yo creo, que efte cotejo de los antiguos con los
modernos fe debe invertir , y colocarfe en opoíicion dia-
metral las cofas. Digo, que los modernos fe deben coníi-
derar fuperiores á los antiguos en la ciencia, pero no en la
induftria politica. La razón es, porque la ciencia fe co-
munica por los libros; y hallando, como hallamos, expri-
Gg 2 mi-
"¿34 LIBROS POLÍTICOS.
mido en ellos todo lo que alcanzaron los antiguos Profef-,
fores, podemos enriquecer el efpiritu con los hallazgos,:
no folo de uno , fino de muchos fabios. Ais i un moderno
de ingenio , y aplicación igual á la de los antiguos puede
contemplarle como un r i o , que fe engruefla con el caudal
de todas aquellas fuentes , y que fobre elfo tiene en fu
difcurfo un manantial proprio , conque puede añadir
algo.
3 No afsi de la induftria política. De efta apenas tie-
ne hombre alguno mas caudal, que aquel que le reditúa
fu proprio fondo. Hallanfe á la verdad libros llenos de
documentos políticos, y las Hiílorias proponen numero-
fos exemplares , que aun fon mas inftructivos que los do-
cumentos , porque reprefentan mas fenfible la aplicación
á la practica , fegun las circuftancias ocurrentes. Mas mi-
rándolo con fútil reflexión , efta inftruccion es folo apa-
rente , que hace alguna figura en laTheorica , y es inútil
para la Practica.
4 La razón es, porque quando quieren ponerfe aqué-
llos preceptos en execucíon , nunca concurre en el hecho
el mifmo complexo de circunftancias , que fe halla én el
libro. Nunca ? No cabe en la pofsibilidad , que uno , ú
otro raro acafo traiga las mifmas ? No por cierto. Siem-:
pre de abfoluta necefsidad ha de faltar una, que es la de la
perfona , que obra. Efta circunftancia , en quien nadie
hace reparo, es de fummo pefo. La miírna máxima poli-
tica , que es utilifsima manejada por un fugeto , es inútil,'
y aun nociva puefta en las manos de otro.
5 "El modo fuele importar tanto , á veces mas, que la
fubftancia de las acciones ; y efte es inimitable. Cada
hombre tiene el fuyo efpecial, y caracteriftico, que le dif-
tingue de los otros ; y aun en el mifmo individuo varia,'
fegun la diftinta temperie de fu cuerpo , ó diverfa difpofi-
clon de fu cfpiritu. Una fentcncia libre dicha con valor,'
y gracia, fuele excitar la admiración , el refpeto , ó el
aplaufo de aquel mifmo , á quien en alguna manera hiere;
y la propria pronunciada con miedo , con dcfaire, ó con
un ingrato ceño, mueve; á defprecio., ó á ira.
DISCURSO DÉCIMO; '¿¿f
3 Trato claramente de ladrón á Alcxandro un Pyra-
ta , que havia caido en fus manos , fin que aquel Príncipe
fe commoviefle ; antes parece quedó prendado de la li-
bertad. No llegó atan grave injuria la iníolencia de Cu-
to , y Alexandro le atravesó con una lanza. De qué de-
pendió efta extrema diverfidad ? De que el Pyrata habló
con una conftancia heroica, y ferena; Clito con una impa-
ciencia groífera , y ruftica. Efto nunca lo da el eftudio,
porque es producción privativa de el genio.
7 Suele decirfc,que la adulación es uno de los medios
mas feguros para hacer fortuna. Con todo , cuantos mi-
llares de aduladores vemos defpreciados , y defatendldosí
Confute en que pocos dan á la adulación aquel punto en
que tiene fuerza de mérito. Ni les aprovecha á ios dcfdi-
chados cftudiar por ápices los movimientos, las pala-
bras, el aire, el gefto de los dichofos. Efto depende de una
genial virtud , que nunca contrahace bien la imitación.
Quantos fe hacen ridiculos imitando aquello-mifmo, que
á otros hace venerados!
8 Qualquiera negociación política es como una Ma-
quina compuefta de muchos muelles , de los quales uno
folo que efté , ó mas rígido , ó mas floxo de lo que debe,
toda la Maquina es inútil; ó como una operación Quími-
ca de larga duración , cuyo logro depende de diferentes
grados de fuego dados en diferentes tiempos con exquifi-
ta puntualidad, y precifsion. Por mas que los libros en-
feñen , ó al Químico, ó al Maquinario , el pulfo de elfos
es el todo , para que fe logre, o no , fu intento. Aun en
ellas obras materiales, por delicadas que fean , aunque la
ultima exactitud ha de quedar al tino de el Artífice , pue-
den acercarle á ella los preceptos. En las políticas no hai
regla , ni hai compás , que determine la intenfion , la re»'
miísion, la aceleración, la lentitud, y otros mil niq-
(dos, ó accidentes de las opera-
ciones.
LIBROS P o n ricos.
§. ni.
13 V TI te parezca, que eflasmenudas diferencias
1 > ( fon de poca, ó ninguna importancia en el
ufo politico. De ellas depende muchas veces el todo. Se-
vero nos pintan las Hiftorias á Phelipe Segundo. Severo
nos representan también al gran Tamorlan , y aun feroz,
y cruelifsimo ; pero ello fegundo es falfo , ó incierto;
Quien podrá comprehender la diferencia que havia entre
la feveridad de uno , y otro ? Acafo feria imperceptible.
Con todo era bailante , para producir en algunas ocafio-
nes efectos diametralmente opueílos. Un bufón, de quien
guflaba mucho Phelipe Segundo , le dixo en una ocafion
á eíle Principe una chanza , que le pareció poco decorofa
á fu foberania , y fué caíligado con pena de deílierro. Un
Poeta graciofo , con quien le divertía el Tamorlan, le di-
xo otra, que fignificabapoco aprecio de fu perfona,y reci-
bió de él un gran regalo.
Si
2jS LIBROS POLÍTICOS;
14 Si me dixeres , que efto pudo depender, no de la
diveríidad fubítancial, curárnoslo afsi, de los genios, lino
de el humor accidental, que á lafazon reinaba en uno , y
otro Principe , Tiendo cierto , que un mifmofugeto tiene
momentos ya favorables , ya adverfos , fegun que varías
caufas internas , y externas colocan en diverfa poíitura fu
efpiritu , volteándole ya ázia el enojo , ya ázia la compla-
cencia : repongo , que para mi intento tanto vale lo uno,
como lo otro. Eífamifmadifpoíicion accidental de el ef-
piritu es por lo común impenetrable , y folo fe conoce
por experiencia en el mal fuceífo , quando ya cftá hecho
el daño. Los nublados de el alma tal vez fe vén en el ceño
de el roitro; pero los mas citan ocultos, halla que los hace
conocer el rayo de la ira.
1 5 De modo , que ello , mirado bien , es añadir difi-
cultad fobre dificultad. Debe un pretendiente examinar
el genio de el Principe , ii de el Magnate , y quando á
fuerza de gran induflria , y fatiga llegue á conocerle con
la exactitud pofsible , le reíta averiguar los momentos, en
que fon benignos, o adverfos los influxos de aquel Aítro;
lo que no hallará en algún Almanaque politico.
16 De todo lo dicho fe infiere , que las inflrucciones
éferitas fon de ningún provecho. Hacen Politices de
corrillo ; no de Gavineto. Sirven para hablar ; no para
obrar. Ya porque es cafo metaphyfico,que la poíitura de
los negocios fea adequadamentc la mifma en el hecho,
que en el libro. Yá por la diveríidad, tanto fubílancial,
como accidental, de los genios con quienes fe trata. Yá
por la.diveríidad de el tniíino agente que obra. Eíta cir-
cunílancia ultima , que es la menos obfervada, baila por
si fola , por lo que hemos dicho arriba , para producir
efectos totalmente contrarios á los que prome-,-
ten ios documentos.
)(§.)(
DISCURSO DÉCIMO; 230
§• iv.
17 P I la inftruccion de buenos Maeñros fuelle ca-
p á de formar fugetos políticos, huviera fido
z
§. v.
23 "ta J O h a i , como dixe ya, inftruccion alguna ca-'
1 ^ paz de fuplir , ó corregir eftos defectos. La
enfeñanza no da valor á quien no le tiene. El conocer de
qué fugetos fe puede hacer confianza en tales, ó tales oca-
siones , es efecto precifo de una perSpicacia , y Sagacidad
nativa , acompañada de una Solicitud vigilante. ¡Ni aque-
lla , ni efta fe aprenden jamás. El que por temperamento
es perezofo, nunca fe hace activo ; porque el temperamen-
to es inemendable. Sucederále , quando mas, loque á un
caballo pefado , que fi le dan dos efpolazos , aviva por
breve efpacio el movimiento, pero luego vuelve á fu ordi-
naria lentitud.
24 Aun es mas irremediable la pefadéz intelectual.'
Eípolead, Si podéis, á un entendimiento tardo para que
}
§. vi.
27 A ñadafe , que la utilidad de muchas máximas,
J~\ que fe leen en las hiftorias , nació única-
mente de eldefcuido , pereza , ignorancia, ó inadverten-
cia de los fugetos, con quienes fe trataba. Si no fupongo
en el negocio, que me ocurre, alguno de aquellos defectos
por la parte opuefta ; la imitación de aquellas máximas
no folo ferá inconducente , pero podrá ferme nociva. El
mifmo movimiento de el brazo , que en la efgrima mata á
un enemigo defeuidado , le abre puerta a o t r o , que es
advertido , para triunfar de el que con aquel movimiento
iba á herirle.
§. VIL
28 i finalmente la experiencia decide en efta maté-
JL^ ria, como en otras. En todos tiempos huvo
infignes Politicos fin libros , y cortifsimos Politicos con
el ufo de ellos. Es cierto , que en Tácito fe hallan bien
reprefentados los errores , por los quales algunos Princi-
pes perdieron la Corona, y los artificios conque otros la
adquirieron, ó confervaron. Carlos Primero de Inglater-
ra era mui dado á la letura de Tácito , á quien refpetaba
como Oráculo manual de fu gobierno. Sin embargo , ni
acertó á evitar los errores de los unos, ni á imitar los ar-
tificios de los otros. Con toda la gran guia de Tácito,
apenas dio paffo alguno , que no le conduxeffe al precipi-
cio ; y íiguiendo los rumbos , bien , ó mal entendidos, de
aquel Politico, baxó de el Solio al Cadahalfo.
2 9 A Carlos el Primero de Inglaterra puede contra-,
ponerfe Carlos el Primero de Efpaña , y Quinto de Ale-
mania , el qual fin el focorro de la letura , dexado á la
fuerza ventajóla de fu genio,fué uno de los mas profundos
Politicos de fu ligio.
DISCURSO DÉCIMO. 245
• 3 0 Los Romanos conquiítaron el Mundo fin libros,
y lo perdieron defpues que los tuvieron. En tiempo de
Augurio fe abrieron en Roma las primeras Efcuelas de Po-
lítica : quiero decir empezaron á leerfe las hiftorias Grie-
gas , donde eftán representadas las induftrias , y ardides,
que innumerables fugetos de aquella fagacifsima Nación
practicaron en el manejo de las cofas. De qué lirvió toda
efta inílruccion á los Romanos ? De lo que antes havia
férvido a los mifmos Griegos. Los Griegos teniendo
prefente en las hiftorias la conducta de fus mayores Poli-
ticos , hirvieron de rendirfe á la habilidad de los Roma-
nos defnudos aun de aquellas inftrucciones ; y los Ro-
manos , defpues que admitieron aquel cultivo , fueron
perdiendo poco á poco todo lo que fin él havian ga-
nado.
3 r Livio , y Saluítio, Hiftoriadores Romanos , en
nada fueron inferiores á los mejores Griegos. Ambos ef-
cribieron en la edad de Augufto. Ya tenemos á los R o -
manos con Maeltros domeitícos , por fi acafo no havian
entendido bien á los eítraños , ó por fi fus máximas no
eran adaptables á otra República diferente. Añadióle pa-
ra fu enfeñanza el grande exemplo de Augufto , que no
por la letura, fino por la excelencia de fu genio fué fin du-
da un eminentifsimo Político. Todo fué inútil , y acafo
nocivo. Roma que fe havia ido profperando continuada-
mente entretanto que no tuvo ellas lecciones , fe fué def-
truyendo defpues que las efeuchó. O digámoslo de otro
modo : Fueron grandes Politicos los Romanos , quando
acafo no penfaban ferio ; y dexaron de ferio, quando eftu-
diando máximas agenas juzgaban adelantar mucho en la
Politica.
3 2 Mas para qué es repetir exemplares ? Quantos
fundaron las Monarquías , y las Repúblicas, fueron dota-
dos de una fuprema habilidad politica. Como fin efio
atraherian a la multitud libre , y feroz á recibir el yugo, u
de un Principe folo , u de muchos Magiftrados \ Qué li-
bros eítudiaron, quando apenas los.havia ? Qué exempla-
res atendieron , fi ellos fueron los primeros en aquel ge-
ne-
2 4<f LIBROS POLÍTICOS.
ñero de manejo ? Los que fucedieron á eítos, los túvíé-;
ron por exemplares á ellos. Con todo los mas no pudie-
ron paliar de confervar la dominación heredada, pocos la
adelantaron, y algunos la perdieron. Por lo que á unos,
y á otros fe puede aplicar refpectivamente lo que Cefar
dixo al Senado Romano en la Oración por Catilina.
ProfcBdvirtuí , atque fapientia major in illisfuit, qui ex
parvis opibusm.ignum imperium fecere, quam in nobis %
§. VIH.
33 T ® 1 u e n e
dicho en elle Difcurfo,es adap-
m o s
EL GRAN M A G I S T E R I O
D E LA EXPERIENCIA.
DISCURSO XI.:
§. I.
§. II.
' de
•2 54 EL GRAN MAGISTERIO DE LA EXPERIENCIA,;
de la materia , fin que cito halla ahora haya producido
máxima alguna en orden al beneficio , conque fe debe dif-
poner la tierra para la feliz producción de eíla, ó aquella
planta , qué tiempo, qué otras circunftancias fe deben ob-
íervar. Tratan los Efcolafticos latamente de las qualida-
des , á quienes colocaron en predicamento á parte , fi-
guiendo á Ariftoteles ; fin que por efte camino fe haya:
defeubierto qualidad alguna, ni en los mixtos, ni en los
Elementos; antes bien errómiferablemente Ariftoteles en
las que quifo feñalar á eftos por fus reglas de proporción,
ó combinación , como en orden al aire , y agua fe probó
en otra parte, y no es difícil probarlo también de la tierra.
Si acaío fe acertó con las de el fuego (lo que también en
orden al calor in fumino hemos negado en las Paradox as
Pbyficas) no es porque la Philofofia las haya penetrado,
lino porque nos las manifeftaron nueftros fentidos.
11 Eftos fon los órganos por donde fe conduxeron á
nueftro efpiritu todas las verdades naturales , que alcan-
zamos. Aun en las Facultades Mathematicas , que pre-
tenden fiarlo todo á Theoricas demonftraciones , no fe
pudiera (exceptuando las dos Elementales Arithmetica, y
Geometría) dárunpaffo, fin llevar delante la luz de la
experiencia. Efta*enfeñó á la Geografía la pofitura de las
diverfas partes de el Orbe ; á la Náutica la virtud directi-
va de el Imán ; á la Statica el pefo , defeenfo , y acelera-
ción de los cuerpos , que llama graves; á la Mecánica, ó
Maquinaria el aumento de la potencia por la Maquina;
á la Aftronomia los movimientos , y rumbos de los Af-
tros ; á la Hydroftatica la gravitación refpectiva de los
fluidos; á la Muíicalos intervalosconfonantes , y difo-
nantes ; á la Óptica , y Perfpeétlva quanto pertenece á la
villa refpecto de fu objeto; á la Catoptrica, y Diop-j
trica todas las leyes de la reflexión^
y refracción.
DISCUIÍSO XI. 2J5
§• IV.
12 \ 7 * Es muí digno de uotarfe , que aun defpues
j[_ que la experiencia hizo los primeros des-
cubrimientos , en que eftriva la Theorica , y Practica de
las Artes , no bailó por lo común aquella luz primitiva,
para que el difcurfo profiguieffe adelantándolas, antes fué
necelfario , que la mifma experiencia fueífe dirigiendo fus
parios,ó corrigiendo fus errores. Explicaránme dos exem-
píos tomados de la Náutica.
13 El primero es fobre la dirección de el Imán ázii
el Polo. Efta admirable propriedad , totalmente incógni-
ta á los antiguos , fe defcubrió el figlo decimotercio , y
luego fe aplicó á la navegación. Ya defcubierta, los Phi-
íofofos Efpeculativos la creyeron, Según Su coftumbre,
efecto de oculta fympathia derivada de la mifma eífencia,.
forma, ó fubftancia de el Imán : y como eftafefupone in-
variable , fupufieron , como conSequencia forzofa , inva-
riable la dirección. En efta buena fee fe eftuvo trecientos
años poco mas , ó menos : á cuyo dilatado plazo Griñón,
Piloto de Dieppa, fegun unos, ó Caboto , navegante Ve-
neciano , fegun o t r o s , obfervó el primero las declinacio-
nes de el Imán , ello es , que no miraba por lo común en
derechura al Polo , si que declinaba algún tanto , ya mas,
ya menos, fegun los diferentes parages, ya ázia el Orien-
te, ya ázia el Poniente. Oyeron con gran difguílo efta no-
vedad los Philofofos , porque defmentia algunas de fus
mas confiantes máximas , y afsi la contradixeron con to-
das fus fuerzas. Mas al fin fué precifo rendirle á conti-
nuados experimentos, autorizados por innumerables tef-
tigos fidedignos.
14 Haviendofe defpues viílo , que debaxo de el Me-í
ridiano de las Islas Azores no padecía declinación alguna
el Imán , fe creyó por los Aftronomos, y Geógrafos ha-:
ver hallado un principio fixo , para colocar allí el primer
Meridiano , que antes fe havia Señalado arbitrariamente;
Mas luego fe defvaneció efta idea , deScubriendoSe otros
TomV. Kk dos
2 í ¿ Et g r a n M a g ' s t e r t o D E L\ EXPERIENCIA.
CI.TS Meridianos exempeos de declinación, ei uno que
paila por un Cabo cerca de el de Buena tfperanza , que
por ella razón fe llamó defpues Cabo de las Agujas, toman-
do la Juiominacion de la Aguja Náutica ; el otro por la
Ciudad de Cantón en la China. Sobre eñe hecho fe pensó
haver encontrado un principio kguro para formar fyfte-
ma completo fobre las declinaciones de el Imán , gra-
duando ellas á proporción de la mayor , ó menor diftan-
cia de ios Meridianos intermedios a aquellos dos , donde
no havia declinación.
15 Como la naturaleza frequentemente fe burla de
las ideales proporciones , que fabrica el celebro de el
hombre, eñe alegrón fe difsipó algunos años defpues, ave-
riguándote , que la declinación de el Imán variaba en un
miímo lugar de unos años á otros , y que eña variación
era perpetua : de fuerte que el mifmo Imán, y en el miímo
íitio declina ya mas, yá menos de el Polo en diferentes
tiempos. Ello no folo acabó de desbaratar las reglas an-
tecedentemente imaginadas , mas cali quitó la efperanza
de hallar en adelante alguna íégura ; bien que aun oy tra-
bajan algunos infignes Phyfieos, y Mathematicos fobre el
aflumpto.
16 En eñe exemplo fe vé quan falibles fon los mas
plauíibles raciocinios , que no van acompañados de los
experimentos. Lo mifmo fe verá en el otro , que vamos
á proponer , tomado de el fluxo, y refluxo de el Mar.
17 Como el fluxo , y refluxo de el Mar eñá patente á
los que habitan fus orillas , y el curfb de la Luna á todos
los mortales , fué fácil notar la correfpondencia de uno á
otro movimiento , efto es , que la matea fube, y baxa á
proporción que la Luna fube , y baxa, ya en eñe , yá en el
contrapuefto Horizonte; y fin duda que los primeros, que
lo notaron,con efta fola obfervacion juzgaron tener com-
prehendido el fyftema de ellos admirables movimientos.
Pero duraría poco efta Satisfacción , porque luego fe ad-
vertiría dentro de ei mifmo. mes Lunar la desigualdad de
las mareas , y que ellas fon mayores en el Novilunio , y
Plenilunio, y menores en las (.Cuadraturas. Abalizado ef-
te
DISCURSO XI. 257
té paño , es veriíímil, que creyeífcn haver llegado al cer-
mino , y que íabian quanco havia que íaber t u la materia;
mayormente , porque viendo tan exacta correfpondencia
en las mareas á los movimientos, y phales de la Luna, no
dudarian íér única caula de eiias eñe Aftro. Mas también
de eñe error deíengañó a los hombres ia experiencia, no-
tándole defpues otra variación en las mareas , correípon-
diente , no á la revolución de la Luna , fino á la de el Sol,
eño e s , que fon mayores ( fuponiendo iguales las demás
circunftancias) en los Equinoccios, ó cerca de ellos, que
en los Soiñicios. Eño dio á conocer, que no era la Luna
tan defpotica en el Mar, que no le tocaffe algo de dominio
al Sol.
18 Mas defpues de averiguado todo eño , en quanto
á la mera combinación de las exprefladas obfervaciones
fe fio el arribo de los Baxeles á los Puertos, y fe cayó en
muchos peligrofos errores : porque hai otras dos varia-
ciones muí graneles , y que no pueden ( especialmente la
una) comprehenderfe baxo de alguna regla fegura; la una
en quanto al tiempo , la otra en quanto á la magnitud.
Varían las mareas en diferentes Puertos en quanto al
tiempo , porque no en todos , aun los que eftán baxo de
el mifmo Meridiano, ocurren á una hora. Varían tam-
bién en quanto á la magnitud ; porque fon mas altas con
enorme diferencia en unos Puertos, que en otros , pues
hai orillas donde las aguas fe levantan á fefenta pies,y mas;
otras donde folo fe aumentan algunos dedos; otras donde
apenas es fenlible el aumento.
§• v.
ip ( £ 1 fon tan falibles las reglas generales deduci-
v 3 das de experimentales oblervaciones , y es
precifo , para evitar todo error , feguír el hilo de eftas tan
efcrupulofamente , que tímido el dilcurfo no fe atreva á
dar un paño finia luz de algún experimento apropriado;
que confianza fe podrá tener en aquellas Máximas , cuyo
primer origen fe debe á nueñras arbitrarias ideas?
Kk 2 La
5"5'8 EL GRAN MAGISTERIO DE LA EXPERIENCIA»
20 La Naturaleza figue la idea de fu Artifice , no la
de el hombre-, y es gran temeridad de el hombre prefumir,
que puede coinprehender la idea de fu Artifice. Algunas
veces he penfado , que fi tuvieífemos noticia de que hai en
el Cielo eftos cuerpos Luminofos,que llamamos Eftrellas,
pero no las vieífemos , cada uno idearia la diftribucion, y
colocación de ellas en la Esfera, fegun aquella propor-
ción , que quadraife mas á fu gufto particular. Uñólas
concebiría repartidas en varios cuerpos de figuras regula-
res , como Triangular,Hexagona, Circular,&c. que harían
otras tantas conitelaciones : otro, formando entre todas
un hermofifsimo lazo de bien feguidos , y harmonlofos
rafgos : otro, difpueftas á la manera de las flores, que hu-,
vicífe viílo en algún jardín : otro, en la pofitura de formar
varias imágenes , ó naturales , ó myfdcas. En fin , nadie
havria , que no les atribuyeífe algún bellifsimo dibujo á
imitación de otro , ú otros, que con mas complacencia
fuya huvieífc prefentado áfus ojos , ó el Arte , ó la Natu-
raleza. Sin embargo todos fe engañarían , y todos que-
darían Sorprendidos ,fi, defcubriendofelcs deSpues el Fir-
mamento , vieífen las Eftrellas colocadas en otra pofitura
refpe&iva, diftintifsirna de todo lo que havian imagU
nado.
§• vi.
2í k Ssi Sucede frequentemente, que los hombres
¿ \ pienfan de un modo , y Dios obra de otro»
Suponen los hombres , y fuponen bien , que Dios obra
íiempre con orden , y proporción ; pero aunque fuponen
bien , difcurren mal, porque pienfan , que no hai otro
orden, y proporción que la que á ellos fe reprefenra como
tal. Obra Dios con proporción; pero una proporción
altifsima , y mui fuperior á todas nueftras reglas. Ciega
temeridad de el hombre imaginar , que Dios en fus obras
fe ha de atemperar áfus craflas proporciones.
2 2 Por efto erró torpemente Pythagoras en la ¿U
menfíoa de la magnitud, y djitancia de los Cielos, que
DISCURSO XI. 2
quifo reglar por la ferie numérica de los intervalos múll-
eos. Y no fueron mucho mas fabios que Pythagoras
otros, que hallando no sé que efpecial perfección en el
numero quaternario, quilieron fellar con él toda la Natu-
raleza. De aqui vinieron los quatro Elementos, las quatro
Qualidades primitivas , los quatro Puntos Cardinales de
el Orbe, las quatro Eftaciones de el año , los quatro Hu-
piores de el cuerpo ,&c.
§. V I í.
23 A Un aquellas confequencias, q u e , á nueftro
y~Y parecer , deducimos immediatamente de
las verdades , que la mifma naturaleza prefenta á nueftros
fentidos, falfean muchas veces ; quanto mas aquellas, que
fe fundan en principios , que fin confultar á la naturaleza
eftablece nueftra fantafia ? Qué confequencia pareció
mas bien inferida , que la de la repugnancia de el vacio,
fundada en la feníible experiencia de el afcenfo de el agua
en la Bomba ? A la luz de otros innumerables experi-
mentos fe conoció el error , defeubriendo fer el pefo de
el aire legitima cama de aquel Fenómeno , y otros ferrre-
jantes.
24 Nueftros ojos vén, que la gravedad ( expliquefe
como fe quiíiere , ó por qualidad intrinfeca , ó por atrac-
ción, ó por impulíion) precipita con prompto movimien-
to los cuerpos ázia la tierra. Parece difeurfo naturalifsi-
mo , fundado en el famofo axioma ,Jicui fe hsbet Jimplici-
ter ad fiwpliciter , ita magis ad magis , que á duplicada
gravedad eorrefponde duplicada aceleración en el mo-
vimiento. Pero el hecho difta muchifsimo de eífa propor-
ción.
25 Es claro , que el aire es mucho mas fútil, y tenue,'
'que el agua. Quien de aquí no inferirá, como confequen-
cia forzofa , que el aire penetra todos los cuerpos , que
penetra el agua ? N o obftante vemos , que el agua pene-
tra el papel, á quien no penetra el aire , ó le penetra tan.
jpoco y tan lentamente, que puede reputarte por nada.
3
2Óo EL GRAN M A G I S T E R I O DE LA EXPERIENCIA.
2<5 Siguiendo los principios comunes , quien no di-
rà que el heno mojado eftà mucho mas lexos de encender-
fe , que el heno feco \ Pero la experiencia hace vèr , que
amontonado mucho heno húmedo fe enciende por si mif-
mo, lo qual nunca fucede al heno feco.
2 7 Que cofa mas fentada entre los Phyíicos , que el
que el calor vivifico de la fangre es indifpcnfabkmente
necesario para la confervacion de la vida ? Con todo el
Padre Plumier , fabio Minimo , que en un viage por el
Mar ¿Americano , por falta de agua fe viò precitado à be-
ber fangre de Tortugas, que iban vivas en el Navio, certi-
fica haverla hallado tan tria , como el agua común de Eu-
ropa (Meni. Trev. a n . 7 0 4 . t o m . i . pag.175.) Quien por
la ley de el raciocinio no dirà que el tercero, que refulte
de la mezcla de tres, ò quatro cofas fétidas, fera fétido?
La experiencia manifeftò , que la confequencia no es for-
zofa. M. Lemeri haviendo comprado à un Droguifta
r
***
5.VIH.
-o.c% E L CP»AN M A G I S T E R I O m L A EXPERÍÉNCIÀV
§. VIII.
j3 ^ 1 O ignoro , que algunos Efcolaflícos acufim
>J como empleo poco decorofo à la nobleza
Phüofofica la aplicación à los experimentos. Abfurdifsi-
mo error ! Será a efta quenta ocupación mas honrada eílu-
diar las imaginaciones de los hombres, que las obras de
Dios. En los libros Theoricos fe hallan eftampadas las
ideas humanas; en los entes naturales las Divinas. Decida
ahora la razón qual es mas noble eftudio.
34 De otro modo lentia , que ellos Philofofos EfcoJ
ìafticos, el Principe de ellos Ariltoteles,quando dixo, que
no debemos defdeúarnos de examinar con ios fentidos
aun las obras menos nobles de la naturaleza , porque en
todas refplandece un alto numen, y un honeílo , y her-:
moSo ingenio : Aggredì enim qua quefineullo pudore de4
bemus , cum in omnibus natura numen , & honefium , pul-
ehrumque tnfit ingenium. Es aSsi, que en la mas humilde
planta, en el mas vil infecto , en el peñaSco mas rudo Se
vén los rafgos de una mano Omnipotente, y de una Sabi-?¡
duria infinita.
3 5 Fuera de que à quien bufca la Verdad lo que IrrH
porta es eligir aquel camino , que le conduce al termino»
no aquel que le aparta de é l , aunque mas hermofo à la
viila. No hai duela, que hace figura mas oílentofa un Me-
dico prendiendo un acto en la Aula, que afsiíliendo en el
Hofpital á la dhTcccion Anatomica de un cadáver ; pero
en el Hofpital averiguara la difpoficion de las partes in-
ternas de el cuerpo humano , à lo que jamás arribará dis-
putando toda fu vida en la Aula. El oro foñado le hallan
los errores de la imaginación en los ocios de el lecho ; el
verdadero fe enquentra à fuerza de brazos , cabando en la
Mina. No de otro modo folo una apariencia , ò fombra
de la verdad , que llamamos verifimilitud , puede lograr^
fe à esfuerzos de nueílra imaginación en los retiros dé
el Gavineto ; mas la verdad mifma folo fe hallará pene-;
trando en los objetos fenfibles los hondos fenos de la na-í
turaleza.
DISCURSO XI,
§• x.
57 " \ 7 ~ Es fin duda precifo hacer las obfervacioneS
j£_ experimentales con tan exquifita diligen-
cia , para que no nos engañen , como engañaban á nuef-
tros mayores , y aun oy engañan á muchos , que fiandofe
á una experiencia fuperíicial, y grofera, precipitan las
confequencias fobre el primer informe de los fentidos,
Tom.K L1 "~ De
iSq. EL G R A N M A G I S T E R I O D E I.A EXPERIENCIA.
De el afcenfo de el agua en la Bomba tomado á vulto fe
infirió la repugnancia de el vacio. O á quantas fatigas fe
fujetaron , quantos experimentos diferentes hicieron , y
quan ingeniofámente los combinaron , Torrizcli , Pafcal,
y otros nobles Ingenios, para defengañar el Mundo, y
darle á conocer la verdadera caufa de aquel afcenfo; fobre
que fe puede ver nueftro Difcurfo de el Pe/o de el Aire.
38 De el movimiento de la llama ázia arriba fe infirió
la quimérica Región de el Fuego immediata al Cielo de la
Luna. En las Paradoxas Pbyjicas numero 28. referimos
el fútil experimento con que Bacon probó , que la llama
fube,no por inclinación fuya , fino mui contra ella , obli-
gada de la prefsion de el aire.
3 9 Hallándome en una converfacion con ciertos Phi-
lofofos de la Efcuela , y ofreciéndote hablar de algunas
materias Phyficas, propufo uno la novedad de que la agua
fria (lo mifmo fe debe entender de otro qualquiera licor
frió) era mas fútil, y penetrante , que la caliente, la qual
le pareció probar concluyentcmente con la experiencia de
que quando bebia frió de nieve en el Eftio, luego que
echaba agua en el vidro le vtia mojarte por la parte exte-
rior , lo qual no podia atribuir , fino á que la agua fe re-
zumaba por los poros de el vidro; y como efto no fuceda
citando el agua tibia , ó templada , infería que efta no es-
tan tenue , y fútil como la fria. A fee que les hizo á los
demás circunftantes no poca fuerza la prueba experimen-
tal , que alegaba , y á mi me coftó no poco trabajo def-
engañarlos a todos , aunque al fin lo logré , haciéndoles
notorio con varios experimentos clarifsimos, que aquella
humedad , que baña el vidro por defuera , no es refudor
de el licor contenido dentro , fino coagulación de los va-
pores errantes en el ambiente vecino , los quales cuando
algo calientes fe quaxan de nuevo en agua , fiempre que
encuentran algún cuerpo frío, y tanto mas , quanto me-
nos poroto fuere cfte. Por efta razón los vapores, que
eleva el fuego , fe quaxan luego que llegan á la cabeza de
el Alambique. Por la mifma li reípiramos ázia una rexa
de hierro, ¿i otro qualquiera cuerpo metálico , que cfte
trio,
DISCURSO XI. 26"j
frío , fe quaxa en el el vapor, que exhalamos por la boca.
Por la mifma en las noches de elada fe ven las vidrieras
mojadas por la parte de adentro , quedando enjutas por
defuera, lo que he viílo Sorprendía á algunos, que penía-
ban , que aquella humedad venia de el aire externo. Por
la mifma nueílro vaho , y el de otros animales fe hace vi-
fible en tiempo frió , porque el ambiente le condenfa lo
bailante , para que fe haga perceptible á la vifta. Pero lo
mas decifsivo en el caib de nueílra diSputa , y que propu-
fe como tal, es que cubriendo por la Superficie exterior el
vidro con un papel, no Se humedece por defuera poco, ni
mucho , y es claro, que el papel aplicado afsi no puede
impedir, que el licor fe rezume, si folo que el vapor eítra-
ño fe acerque.
4 0 Y no dexaré de notar aqui , porqué concierne á la
mifma materia de la impenetrabilidad de el vidro refpeéto
de los licores , otro error comunifsimo, originado de
confultar con poca reflexión la experiencia. Ordinaria-
mente fe cree , que el zumo de la cafcara de el limón pe-
netra el vidro , fundandoSe efta perfuaíion en que expri-
miendo el luquete Sobre fu fuperficie externa , fe percibe
defpues por el paladar en el licor contenido. Yo juzgan-
do impofsible efta penetración , y meditando fobre la ma-
teria , fácilmente defcubrila caula de el error. Es el cafo,
que al exprimir el luquete , algunas partículas de el zumo
llegan al borde de el vafo , ó mui cerca de é l , en aquella
parte donde defpues fe aplica el labio para beber : afsi el
paladar percibe el gufto de el zumo , que chupa en el bor-
de de el vafo, y la razón engañada juzga que efta en el
mifmo licor. Para aífegurarme de efto , haviendo difpa-
rado el zumo de el luquete contra el vidro en la forma
ordinaria , volví la copa , y bebiendo por el lado opuefto,
no percibí el mas leve veítigio de fabor de limón. A
qualquiera que haga el mifmo experimento
Sucederá lo mifmo.
X§)(
L12
2d5 E L G R A N M A G I S T E R I O DE L A EXPERIENCIA!!
§. XI.
41" X 7 O bailan , pues, los fentidos folos para el
buen ufo de los experimentos : es menefter
advertencia, reflexión , juicio , y difeurfo; y á veces tan-
to , que apenas bailan todos los esfuerzos de el ingenio
humano para examinar cabalmente los Fenómenos. El
Caballero Newton, Ingenio de primer orden de la Socie-
dad Regia de Londres , publico á los principios de efte
figlo en varios tratados ele Óptica una gran novedad para
los Phiiofofos , y .Vlathematicos , ello e s , que todos los
colores exilien actual, y formalmente en los rayos de la
luz , los quales por tanto conftituyó heterogéneos, y de
defígual refrangibilidad. Probo ella Ungular opinión con
muchos experimentos de exquifita invención , reflexiona-,
dos con no menos exquifita delicadeza , y de hecho hizo'
no pocos Sectarios , efpecialmente entre los Mathemati-
cos Inglefes. M.r Gauger , uno de ellos, esforzó con ma-
yor copia de experimentos la opinión Nevvtoniana.Efcri-:
bió luego contra elle el Señor Rizetti Italiano , no folo
alegando á favor de la opinión común otros muchos ex-
perimentos, mas aun pretendiendo , que los mifmos, que
proponía Gauger , probaban contra la fentencia de
N e w t o n . Volvió ala paleílra Gauger , y pagó a Rizetti
en la mifma moneda , ello es, no folo falvó la confequen-
cia que facaba de los experimentos proprios, mas retor-
ció contra el Autor Italiano los fuyos. Tan cierto es, qua
la experiencia abre en muchos objetos un dilatadifsimo,y
fertilifsimo campo al ingenio de el hombre, y que la natu-
raleza , aun á quien la bufea por efte camino, es en varios
cafos inaccefsible.
42 Pero fe debe confeífar , que por lo común no fon
las dificultades tan invencibles , que no puedan fuperarlas
el difeurfo, y la aplicación, y que los engaños, que tal vez
refuitan de los experimentos nacen de faltar, ó la diligen-
cia debida, ó el ingenio neceffario.
4.3 En las obfervaciones Medicas fucede eílo frequen-
. . . . . . . - _.. .~ tlf.
DISCURSO XL 267!
£ifsimám£ñté: dé aquí viene la enorme difcrépancia de las
opiniones, que fe fundan en ellas. Elle funda en la expe-i
rienda la utilidad de tal remedio para tal enfermedad ; y¡
otro funda en la experiencia, que elmifmo remedio en las
mifmas circuftancias es nocivo. Uno délos dos fe enga-
ña , y no pocas veces fe engañan ambos, porque ni es no-
civo , ni útil, fino indiferente. De qué depende efto í De
que aquel vio , que un enfermo haviendofele aplicado me-
joró; y elle vio, que otro haviendofele aplicado empeoró^
íiendo mui pofsible , que ni uno mejoraífe , ni otro em-
peorarte por el remedio , fino por otra cauta diftintifsima,
ó porque las enfermedades de los dos en virtud de la di-
ferente difpoficion interna, oculta por la mayor parte
á los Médicos , efiaban pueftas en contrarios movimien-
tos, la una ázia la diminución, la otra ázia el aumento.
44 Ni arriban jamás al defengaño , aunque fean mu-
chos los enfermos, en quienes hacen experiencia , porque
íuponiendo , que ni todos mueren , ni todos viven , cada
uno fegun fu preocupación imputa al remedio , ó la felici-
dad de los que mejoran, ó la defdicha de los que perecen,
fin que ni uno , ni otro pienfen fiquiera en hacer un com-
puto prudencial de los buenos,y malos fuceífos, que ocur-
ren en los que ufan de aquel remedio , cotejándolos con,
ios de aquellos que no ufan de él.
§. XII.
Spy t * Sta inatención es fin duda lá que produxo , y.
JCL la que conferva en el Mundo laeflimacion,'
que efte dá á infinitas cofas inútiles con el noble nombre
de Remedios: efta la que ha llenado los libros de Medicina,'
y las Boticas de innumerable broza , que leída tolo firve
de fatigar la memoria, y tomada de desbaratar el cuerpo.
Para las enfermedades leves , y que por si mifmas fe cu-
ran , hai muchifsimos remedios, aunque no todos aprue-
ban unos mifmos. En qué confifte efto ? En que cada
uno mejoró tomando t a l , ó tal cofa. Pero tu enfermo
imprudente no advertirás, que otros muchifsimos, que
no
2óS EL GRAN M A G I S T E R I O DE LA EXPERIENCIA;
no ufan de effe remedio , ni aun de otro alguno, mejoran
.como tu, y tan promptamente.como tu?
4 6 Llega la epidemia de un catarro benigno , corno
lo es ordinariamente , por una Ciudad. Unos llaman al
Medico , y fe medican, otros no ; y es tal la ceguera de los
que fe medican , que creen deber al Medico el recobro de
fu falud , aunque -ven , que la recuperaron como el todos
los que no fe medicaron.
47 La feñorita delicada , que à qualquiera leve dolor
de cabeza llama al Medico, queda, aunque el dolor dure
veinte , ò treinta dias , en la perfuafion de que las pildo-
ras capitales , de que usò , fe le quitaron ; y no repara la
pobre , que efta , y la otra vecinas , amigas fuyas , que
padecen también à tiempos fus dolores de cabeza , fin to-
mar pildora alguna mejoran , y muchas veces con mas
promptitud que ella con todas fus pildoras.
48 Ordinariamente los que padecen dolores ele mue-
las ( lo mifmo digo de otros dolores , que por si mifmos
fe vienen , y fe van ) califican t a l , ò tal remedio , con el
qual dicen les và bien ; pero fe debe entender , que cada
uno alaba el fuyo , y reprueba como inútiles aquellos de
que ufan otros. De que depende efto ? Dirà alguno, que
como fon diferentes los temperamentos puede , aun den-
tro de la mifma efpecie de enfermedad, aprovechar à efte
individuo el remedio , que para aquel es inútil. Evafsion
ordinaria , pero infuficiente , y que dà por el pie à toda
la Medicina ; pues fi ello fucífe afsi , como todos los indi-
viduos tienen diíllnto temperamento , no menos que dis-
tinta cara , feria menefter eftudiar diftinta Medicina para
cada individuo , y à todas fus enfermedades aplicarles
unos remedios particularifsimos, diftintos de todos aque-
llos , que en las enfermedades de la mifma efpecie fe apli-
can à qualquiera otro individuo.
4 9 La caufa , pues , de aquella opoficion de dictáme-
nes es la que ahora expondré. La primera vez que uno
padece dolor de muelas es lo ordinario ufar de muchos
remedios , porque , aun dexando à pártelos que ordena
el Medico , entre los acuchillados de el mifmo mal uno le
re-
DISCURSO XI. 169
recomienda u n o , otro otro , y como el dolor es agudo, el
pobre paciente, anliofo de el alivio , íucceísivamente fe
va aplicando todos aquellos remedios. Llega el cafo de
quitarfe el dolor , fea al termino de ocho , diez , ó quince
dias ; y como no hai dia alguno en que el paciente no ufe
de alguna rezeta, dichofa aquella que usó la ultima. A
aquella atribuye fu alivio , y reprueba las demás como in-
útiles. Otro enfermo lleva los remedios por difunto or-
den , porque efto depende de la cafual ocurrencia de los
confultores , y de la tuerza que cada uno tiene para per-
fuadir; conque viene á fuceder, que efte ufa en ultimo lu-
gar de el remedio, que á aquel tocó entre ios primeros , y
y ufa entre los primeros el que á aquel tocó el ultimo. De
aqui refulta que califica el remedio que aquel reprueba , y
reprueba el que aquel califica. Toda la dicha de el reme-
dio , fea el que fe fuere, eítá en fu cafual aplicación en
aquel tiempo en que eítá yá para terminar el dolor , por-
que de aqui depende que fe le atribuya el alivio. Y no
obfta , que defpuesen otra ocaiion , ufando de el mifmo
remedio á los primeros ataques de el dolor , no experi-
mente alguna mejoria. Yá preocupado de el dictamen, que
formó la primera vez, aunque la convalecencia fe retar-
de muchos dias, fiempre pienfa deberfela á fu querida re-
zeta , y juzga s que fin ella, ó feria el dolor mas dilatado,
ó mas intenfo. Tampoco obfta el ver , que otros que no
ufan de aquel remedio, ú de ninguno ufan , no por elfo
padecen mas vivos , ni mas prolixos los dolores , porque
elfo aunque lo vea , no lo mira, y fi lo mira no lo pefa.
§. XI ir.
50 T~* Nfin no sé que ilufion, feliz para los Botica-
'.£__, rios , y fatal para los dolientes, les perfuade
á muchos de ellos , que fus males ferian eternos, ó incu-
rables , fin el auxilio de la Medicina , aunque vean á cada
pallo fanar otros de las mifmas dolencias fin elle focorro.
Aunque el mal fea de aquellos leves, de que todos con-
valecen dexados folo al beneficio de la naturaleza , en lle-
gan-
270 EL GRAN MAGISTERIO DE LA F.XPERTENCÍA;
gando la conválefcencia fe agradece al Medico la cura , el
qual acato no hizo otra cofa que retardarla. Protefto ha-
ver oblérvado en varias epidemias catarrales, que tanto
tiempo duraba el catarro á los que fe medicaban , como á
los que no. La diferencia folo eítaba , en que eftos, luego
que les ceñaba el catarro , fe hallaban perfectamente reí?
tablecidos en fu natural robuftéz; pero aquellos , íi ha-
yian ufado de remedios mayores , tardaban mas en reco-\
brarla.
51 Coincide en lo mifmo otra experiencia engañofa,
conque algunos defienden los remedios mayores mas co-
munes contra los que los impugnan. Los rígidos Hel-
moncianos de teñan como perjudiciales en todos cafos la
purga, y la fangria. Oponefeles la ordinarifsima expe-
riencia de los infinitos que fe purgan , y fangran, fin que
por cflo dexen de recobrar la falud. Hai femana en que
un Medico fangra á cinquenta hombres , y purga otros
tantos, fin que ninguno de ellos perezca. Como á viña
de efto puede decirfe , que la purga , y la fangria fean tan
nocivas?
5 2 No defiendo á los Helmoncianos , ni tengo fu
opinión por mas probable que la opuefta ; pero digo, que
de aquella experiencia nada fe puede concluir contra ellos.
Debe fuponerfe , que los que declaman contra la purga,
y la fangria , no las juzgan tan perniciofas , que degüe-
llen á quantos fe adminiñran. Aun debaxo de la fupoíi-
cion de fer mui nocivas , no folo no matarán á quien fe
halla en entera falud, mas ni aun á quien padece poco mal.
,Yo creo que bien que fu intempeñiva aplicación mata á
muchos , pero folo á aquellos que gimen debaxo de una
gravifsima dolencia , porque como entonces eñá la natu-
raleza mui débil, y lidiando con una enfermedad fuerte,
añadiéndotele otro enemigo en el imaginado remedio
acaba de dar con ella en tierra. Pero los que padecen una
dolencia benigna (y muchas lo fon , aunque en la aparien-
cia graves ) confervan bañante refiduo de fuerzas para re-
tiñir la enfermedad , y demás á más algunas purgas , y
fangrias, de modo que eítas harán.al enfermo algún daño,
DrscuRso XI. 271
'debilitaranle mas las fuerzas, y atrauarán la cura, pero
uo llegarán á quitarle la vida.
5:1 Siendo , pues, cierto , que es con enorme exceífo
mayor el numero de las enfermedades benignas, que el de
ías peligrofas, qué mucho que los mas enfermos conva-
lezcan , por mas que los purguen , y Sangren \ De cien
oerfonas , que vifita en una femana un Medico ,. apenas
íai uno, ú dos enfermos de peligro. Para un flemón, pa-
ra un catarro, para un dolor de cabeza, para una epheme-
ra , para una fluxión á los ojos, para una replecioncilla de
eflomago , y otras indifpoficiones Semejantes fe llama al
Medico, y elle , íi es de los vulgares, no dexa de Sangrar,
ó purgar. Por elfo han de morir , por malas que Sean la
purga, y la Sangria ? Por qué ? fi en eífa fituacion no mu-
rieran aun de una puñalada, que no fueífe mui profunda,
ni tocaffe en parte principe.
54 No eftoi, como he dicho , de parte de los Hel-
moncianos ; peto tampoco á favor de los Galénicos. Lo
que tengo por confiante, es, que la purga,y la fangria,por
fu intempeíliva aplicación degüellan no pocos hombres,
por la razón ya exprefiada de hallar fus fuerzas mui deca-
dentes. Perfuadome á que fon convenientes en algunos
cafos. Si fon precifas, ello es, fi pueden, 6 no fubftituirfe
por otros remedios , es lo que yo no me atreveré á decir,
porque tengo prefente , y me hace fuerza una mui feria
proteíla de el famofo Medico Lucas Tozzi. Efte expo-
niendo el Aphorifmo 3. de el libro 1. de Hippocrates,
Habitus Athletarum, &c. defpues de impugnar con razo-
nes , al parecer mui eficaces, el ufo de la fangria, proban-
do que en ninguna enfermedad es conveniente , fe pro-
pone por objeción la experiencia de fu utilidad , que ale-
gan los Galénicos. Y qué refponde ? Que fu experiencia
cílá en contrario. Si apela» (dice) a la experiencia , que les
niuefira, que muchos han Jido curados con la fangria; yo
teflifico por lo contrario, que en el Hofpitalde la Anunciada
de Ñapóles, donde exerci la Medicina muchos años , he cu-
rado promptamenté, finfacarles una gota de fangre, d cen¿,
tenares, y millares de enfermos de frenejies, (ojiados , ef-.
lom.V. Mm quH
272 EL GRAN M A G I S T E R I O DE LA'EXFERI'EKCTA;
quinencias , encendimientos de hígado , efputos Jr.nguineos,
erifipelas, yfiebresde todos géneros.
55 Que hemos de ¡decir á efto ? Lucas Tozzi fué no
folo un granTheorico , mas también expertifsimo , feli-
cifsimo , )' acreditadifsimo Practico , y como tal folicita-
do con añila para la afsiftencia de los mas altos perfona-
ges. Veafe lo que de él decimos Tom.2. Difc.X. en una
Nota al fin de el Difcurfo. Si él curaba fin fangria aque-
llas enfermedades que , fegun la opinión común, mas
nccefsitan de eífe auxilio , y las curaba brevemente , qua-
les ferán las que no puedan curarfe fin tacar fangre?
56 Y es muí de notar , que de el mifmo modo que oy
comprueban los Galénicos con la experiencia la necefsi-
dad de la fangria en muchas enfermedades, comprobaban
antes la elección de vena refpeétiva á varias partes de el
cuerpo , como la Hepática, y Cephalica. Sin embargo la
Anatomia hace mas claro que la luz meridiana , que eífa
elección no eftriva en fundamento alguno, y que no tiene
mas relación , ó conexión la Cephalica con la cabeza, que
la Hepática; ni la Hepática con elhigado, que la Cephali-
ca ; y que todas las venas de un mifmo brazo fon indife-
rentes para todas las partes de el cuerpo , por la razón
Anatómica, que hemos expuefto en otra parte. Como
aquella experiencia fué engaúofa , puede ferio también
la que fe alega en general á favor de las fangrias.
57 Lo que veo es , que la regla decantada antes por
los Galénicos , como generalifsima, de fangrar en los cof-
tados padece tantas excepciones , que ya no fe debe mirar
como regla general. Yá en otra parte notamos , que en
algunas epidemias de collado fe experimento manifiefta-
mente nociva. Y ahora poco ha un doéto Medico Fran-
cés (de quien , y de cuyo eferito dan noticia las Memorias
de Trevoux) eferibió fuertemente contra la fangria en los
coftados , y peripneumonias de Invierno : é hicieron gran
fuerza fus razones á algunos Médicos de París. Yo certi-
fico, que el Invierno paitado de el año de 3 1 . en que huvo
muchos coftados en efte pais , de varias partes de él vinie-
ron noticias, que morian los que fe fangraban, y fe falva-
ban los que no. £q
"DISCURSO Xí. 27J
'58 Entiéndate todo lo dicho en orden á la utilidad,
o inutilidad de purga, y fangria confideradas generalmen-
te , fin tomar partido , y folo propuefto como problema-
ticamente , a fin de perfuadir , que fe confulte con exacti-
tud, y fin preocupación alguna la experiencia , que es uno
de los defignios de eíie Difcurfo.
5P Es notable flaqueza de el juicio eftimar alguna co-
fa como remedio para tal enfermedad, no advirtiendo una
diferencia muí feniible , y que incurra en los ojos de to-
dos, entre losfuceífos de los que ufan.de ella, y de los
que no. No han faltado , ni aun oy faltan Médicos ene-
migos de la Quina. Con todo nadie le difputa la quali-
dad .de rebrifugo en las intermitentes , porque la expe-
riencia mueftra que las ahuyenta , prefeindiendo de fi re-
piten defpues , 11 de fi la Quina dexa alguna mala impref-
fion en el cuerpo. Si la fangria , 6 la purga hicieran lo
mifmo en algún genero de fiebres , convendrían de el mif-
mo modo todos en atribuirles la virtud febrífuga, aunque
algunos acafo prefirieífen otros remedios por mas fegu-
ros , ó por mas benignos. Bien lexos de elfo, fobre eífo
mifmo fon fuertes las conteftaciones, porque la expe-
riencia no ha manifeftado que eífos fean remedios , con
algún cotejo , 6 computo, que no fea fummamente dudo-
fo,y difputable.
§. XIV.
60 / " X U a n t o lo permitleífela materia (porque no
\J todas fon capaces de una averiguación
Mathematica, ni decifsiva) fe debiera imi-
tar la diligencia de muchos Médicos lnglefes en el examen
de el remedio precautorio , que ufan los Turcos contra
las viruelas, y que llaman ya infercion , ya inficion , ya
inoculación de las viruelas , materia de que fe habló mu-
cho eftos años paífados, pero que en Efpaña Se ignora por
la mayor parte que cofa Sea. Efto fe reduce á hacer dos,
ó tres cifuras mui pequeñas en el cutis de un hombre Sa-
n o , que quiere precaver el riefgo mortal de las viruelas,
Mm 2 e
á'74 ^ L
G*HAN M A G I S T E R I O D E L A EXPERIENCIA,
e introducir cu ellas la materia purulenta dedos , ó tres
portillas de alguno , que actualmente padece ella enferme-
dad. El fuceífo es , que efta fe comunica por medio de di-
cha infercion , pero en un grado mui remiífo , y acompa-
ñada de levifsimos fymptomas , de modo que los mas no
han menefter hacer cama , y con efta prevención fe re-
dimen de padecer mas la enfermedad de viruelas en toda
la vida.
61 La noticia de eñe remedio fe comunico á Ingla-
terra , y á otras Naciones Europeas por Maisland , Ciru-
jano de el fe ñor Vvorthei Montaigiü , Embaxador de el
Rey Británico en la Porta , el qual haviendo vifto eftable-
cida fu practica en todas las Ciudades de Levante, donde
reinan mas que acá, y hacen mayores eftragos las virue-
las , y obfervado tener cafí fiempre felices íuceífos , hizo
fabidores de todo lo que havia notado a fu amo , y ama,
los quales tuvieron bailante valor para hacer experiencia
luego en un hijuelo fuyo de feis años, y repetirla en otto
defpues de fu vuelta á Inglaterra. Animaronfe muchos,
ya con los exemplos , yá con las noticias , y empezó á to-
mar vuelo eíle genero de cura precautoria en aquel Reino.
Mas no por elfo faltaban quienes la contradixeífen. Efpe-
cialmente los Médicos de París fe declararon fuertemente
contra ella.
62 Como elle pleito no debia decidirfe por razones
efpeculativas , fino por experimentos , fe apeló á la expe-
riencia , y á una experiencia , que parecía que excluía to-
da perplexidad , por parte de los que defendían la cura.
Recibieronfe , y fe dieron al publico, impreífas, las aten-
taciones de m-uchos Médicos rendentes en varios paifes
de la Gran Bretaña ; por las quales confiaban dos cofas:
La primera , que la infercion libraba ciertamente de el
riefgo de padecer de nuevo viruelas : La fegunda , que
era contingencia fummamente rara el que alguno murief-
fe de las viruelas artificiales, exceptuando el cafo de conf-
titucíon epidémica, en la qual morían algunos de los mif-
mos , que procuraban precaverlas , pero fin comparación
«íenqs que los que padecian las viruelas naturales, ha,
DISCURSO X I . 27j
llandofe, por "computos fieles, que de eftos moría la octa-
va parte,y aun algo mas,de aquellos ni aun moría la oéto-
gefima.
61 Efto es lo que he leido en las Memorias de Tre-
voux de los anos 24. y 2 5. fi defpues huvo alguna nove-
dad la ignoro. Puede fer , que aquellas ateftaciones no fe
hallaífen tan fieles , como fe publicó. Pero mas de creer
es , que fi las conteftaciones duran aun , las fomenta por
la parte-negativa únicamente el efpiritu de emulación , y
parcialidad ; porque haviendo llegado á hacerfe efta cura
precautoria aun en perfonas de la familia Real de Ingla-
terra , como fe lee en las mifmas Memorias de Trevoax,
como es creible que no precedieífe una experiencia infali-
ble de fu feguridad?
64 Ni fe me oponga , que fi la experiencia fueffe tan
confiante, ya havria aquietado todas las contradicciones.
Poco conoce la fuerza de las pafsiones humanas quien
juzga folida efta replica. Los que contradicen , ó por una
preocupación ciega , ó por emulación , ó por interés , ó
por embidia, rara vez fe rinden aun á la mifma evidencia?
ni hai evidencia , que cierre todas las puertas a un falfo
efugio, ni á mil objeciones fophifticas , en quien domi-
nado de alguna de aquellas pafsiones le bufca. O quanto
he palpado yo efta verdad defde que empezé á efcribir pa-
ra el publico!
65 Enefeóto algunas objeciones , que fe hicieron
contra la inoculación , fueron de las mas ridiculas de el
Mundo. Ciertos Presbyterianos rígidos lo hacían caufa
de Religión , affegurando que aquella practica era opuefta
á la Soberanía , y á los Decretos de Dios : y un Theologo
Proteftante predicaba , que era invención diabólica, pro-
curando perfuadir, que el demonio mediantela inocula-
ción havia comunicado á Job las viruelas , y que eítaha-
via fido la enfermedad , que tanto afligió á aquel Santo
Patriarca. En qué abfurdos no precipita el ardor violen-
to de una controvertía ? Entre quantos paífan plaza de
cuerdos en el Mundo , no hai hombre alguno tan pareci-
do á un, loco como un difputante apafsionado.
$j6 E L G R A N M A G Í S T É R T Ó D É L A ÉxpÉRrEÑcl A .
66 A vueltas de tan reñida queílion fe vino á fabo?
lina cofa harto curiofa, y es , que la cura precautoria de
viruelas, que tanto ruido hacia como trahida de Turquía,
eílaba mucho tiempo antes eftablecida dentro déla mifma
Inglaterra. Ella practica era frequente defde tiempo im-
memorial en la parte Meridional de la Provincia ele Ga-
les , y fe hacia de dos maneras , ó refregando una parte
de el cutis contra las portillas de un virolento , 6 hacién-
dote en él algunas picaduras con una aguja mojada en la
materia purulenta de las poftillas. Ello fe llamaba com-
prar las viruelas. En efecto era afsi, que fe concertaban
en algún baxo precio con el doliente : y fe alegan teflimo-
nios fidedignos de que ninguno , que adquiría las virue-
las con elle methodo las padecía fegunda vez , como ni-
tampoco havia memoria de que alguno murieffe de las
viruelas artificiales , exceptuando una muger , en la qual
concurrieron las circunflancias efpeciales de haverfe he-
cho alguna herida, y de haver comprado las viruelas á un
enfermo, que eílaba mui á los últimos.
§• xv.
6j j ^ O n c l u i t é m o s eñe Difcurfo , manifeílando
V^» tres errores capitales , de donde fe derivan
otros infinitos, y que por falta de reflexión fe incurren en
las experimentales obfervaciones. El primero, es el de to-
mar por efecto lo que es caufa, y por caufa lo que es efec-
to. El fegundo , tomar por caula alguna cofa , que por
accidente concurre fin influxo alguno. El tercero,es, entre
dos efectos de una mifma caufa, tomar uno por caufa de
otro. Pondré exemplo de ellos tres errores en obfervacio-
nes pertenecientes á la Medicina, porque importa mucho
mas el defengaño en ella materia, que en otras de Phyfica
común.
6$ Sucede que uno acofado deunafed ardiente, y
extraordinaria , fin caufa manifieíla de ella , bebe agua
con grande exceffo , y dentro,de algunas horas le allalta
una fiebre, 6 una fluxión acre. Es corriente en elle cafo
atri-
DISCURSO XI. 277
atribuir la indifpoíicion al exceflo cometido , y aprehen-
der eñe como caula, de aquella. Eftà tan lexos de fer afsi,
que antes la indifpoíicion es caufa de el exceflo. Nótele,
que hablo de el cafo en que la fed no fué ocafionada de
eaufa manifiefta , como de haver hecho algún exercicio
violento , ò haver padecido algún gran calor, ù de el Sol,
ù de el fuego , ù de haver eftado mucho tiempo fin beber.
Pueftas afsi las cofas es claro , que la fed nació de caufa
interna. Y que caufa interna Ì No otra que la difpoficion
morbofa , que yá havia empezado à reinar dentro de el
cuerpo , ò , digafe de otro modo , el humor acre , ò falfo,
que ya fe havia puefto en movimiento , y velicando las fi-
bras , donde fe hace la fenfacion de la fed , la havia exci-
tado. Todo efecto preternatural, y extraordinario pide
caufa preternatural, y extraordinaria : fuponefe que la fed
lo fué, y que no huvo caufa externa à que atribuirla: luego
huvo caufa preternatural interna ; y no es otra cofa que
eño la difpoficion morbofa.
69 Por falta de efta advertencia fe cometen gravifsi-
mos errores en la Medicina, porque tomando al revés el
rumbo de la Naturaleza , es precifo errar el camino de la
cura. Lo que es efecto fe aprehende como caufa , à que
es configuiente aplicar como Medicina lo que es veneno:
pues ya fe vé , que fi fe acufa la humedad , y frialdad de la
agua como caufa de la dolencia, quando tiene toda la
culpa un humor acre, falfo, mordaz, ò ardiente , el Medi-
co irà à corregir aquella, y los correctivos de aquella fon
incentivos de eñe.
7 0 Efta efpecie de error no efta limitada al cafo , que
hemos propuefto, antes tiene una extenfion dilatadifsima.
Inclinóme mucho à penfar , que todos los movimientos
extraordinarios , y vehementes , tanto de lairafcible , co-
mo de la concupiscible' ¿ que preceden en la diftancia de
pocas horas , à las enfermedades en fu eftado vifible, y no
tienen caufa efpecial externa , fon efectos de ellas confide-
radas en fu principio ; quienp decir, en aquella primera
agitación de el humor pecante. Concibe un fugeto una
grande ira por algún leve motivo, de el qual tiene expe-
rien-
278 EL GRAN MAOISTEn.ro DE IA ExPERrE'ÑCÍA,
rienda , que en otras infinitas ocafiones no le alteraba po-
co ni mucho : á la ira fucede immediatamente , ii dentro
de pocas horas , una fiebre. Júzgate , que la ira es caufa
de la dolencia ; y yo digo , que la dolencia es caufa de la
ira. Pues efte hombre en fu eftado natural nunca padecia
algún violento rapto de colera por él mifmo , ni aun por
algo mas fuertes motivos , parece confequencia forzofa,
que el que ahora padece fea efecto de caufa preternatural,
y extraordinaria , que tiene dentro de s i , la qual no pue-
de fer otra que aquel primer movimiento fermentativo de
el humor pecante , que poco defpues fe hace manifiefto al
tacto en el pulfo. £n efecto es fácil obfervar , como yo lo
he obfervado muchas veces en m i , y en otros , que la
irafcible eftá mucho mas prompta á inflamarte, aun con
levifsimas ocafiones, en aquellos primeros amagos, 6 cali
infenfibles preliminares de qualquiera indifpoficion tanto
quanto grave.
7 1 No por effo niego, que el ardor de la ira pueda
encender el de la fiebre. Tiene fin duda aquella una pro-
porción grande para fer cauta de efta, y fe puede difeurrir
que lo es , quando refpectivamente al temperamento de el
fugeto huvo ocafion bailante para la colera ; mas quando
» 0 la huvo , lo mas que puede penfarfe, es, que la ira ha-
ya dado algún aumento á la indifpoficion fubfiguiente , la
qual aun fin elfo exiftiera , aunque en grado mas remilfo.
L o mifmo que decimos de la ira, fe debe aplicar á la'trif-
teza, y al miedo, que fon, en el lenguage Philofofico, paf-
fiones pertenecientes á la parte irafcible.
72 Con no menos generalidad fe puede razonar en
orden á los efectos de la concupifcible. Qualquiera ape-
tito vehemente , totalmente infolito al fugeto, refpectiv»
á objeto ordinario , que frequentemente ocurria áfus fen-
tidos , y que efté demudo de toda circunftancia efpecial
externa , que pueda excitar la inclinación, fe debe difeur-
rir , que nace de alguna preternatural difpoficion interna.
La explecion, ó Satisfacción de aquel extraordinario ape-,
tito nunca dexa de qualificarfe de excéffo , a cuyo mal in-
ñuxo fe atribuye la indifpoficion, que foco defpues fe
DISCURSO X I. 270-
cl efe ubre ; fiencío afsi que la indifpolicion , qué antes cita-
ba oculta,irritando el apetito, fue caufa de el exceflo,no el
exceflo de la indifpolicion.
. 73 Elle error fe comete frequentlfsimamente. Uno
que miró fiempre con indiferencia tal, ó tal manjar, pon-
go por exemplo lechugas, fe halla con apetito vehemente
de ellas , y cena dos , ú tres. Si amanece defpues con do-
lor de cabeza, ó con una fluxión al pecho, ó con diarrhea,
no dexará de echar la culpa á las lechugas , las quales ya
hallaron hecho el daño dentro de el cuerpo , y el daño¿
que citaba dentro de el cuerpo , induxo á cenar las le-
chudas.
74 No por elfo quiero decir, que los defordenes de el
apetito no caufen frequentcmente varias enfermedades.
Nótenle bien las circunftancias , con que viílo mis aífer-
ciones, cuya inadvertencia,en muchos de los que leen mis
cfcricos,cs caufa de que me hagan mil objeciones imper-
tinentes. Digo, que mi refolucion fe debe entender quan-
do el apetito es vehemente , extraordinario al fugeto , y
no ha havido caufa alguna externa , que pudieife irritarle,
porque debaxo de citas circunftancias es precifo que la
haya interna , y que fea de bailante gravedad para merecer
el nombre de difpoficion morbofa ; á lo que no llegaría,;
íi el apetito , aunque extraordinario, fuelle leve.
75 Confírmale eficazmente lo dicho con la reflexión
de que la diverfidad de apetitos nace fin duda de la diver-
fidad de temperamentos : de donde es configuiente forzo-
fo , que á toda alteración en el temperamento fe figa al-
guna alteración en el apetito. Afsi es fácil ver , que nin-
gún enfermo conferva el apetito perfectamente en el mif-
mo tenor , que le tenia en el citado de fano; y efto no folo
en quanto á la cantidad de comida , y bebida , mas tam-í
bien cu quanto á la calidad ; y no folo en orden á los ob-r
jetos de el güito , mas también de las demás po-
tencias , afsi internas, como
externas.
§.XVI.;
a8o EL GRAN MASISTERIO DE LA EXPERIENCIA^
§. XVI.
~*f6 Y"? L fegundo error capital de las obfervaciones
JLZi experimentales , que confifte en tomar por
caufa lo que concurre cafualmente, y ni es caufa , ni efec-
to , aun es mas frequente que el primero. Apenas hai en-
fermo que no prefuma tener bien averiguada la caufa de
fu mal, y efta caufa la halla fiempre en qualquiera parti-
cularidad , que haya tenido poco antes en fu modo de vL
yir , tenga , ó no proporción con la dolencia , que le afli-
ge. Una azeituna , que haya comido fuera de fu coftum-.
b r e , medio quarto de hora mas de madrugada, dos gotas
mas de bebida , dos paffos menos de el exercicio ordina-
rio , y otras cofas aun mas impertinentes fe juzgan tener
la culpa en el mal que ocurre , fin advertir , que efta ma-
quina nueftra en la debilidad de fu propria contextura tie-
ne fuflcientifsimo principio para fus quiebras. Los humo-
res de el cuerpo , aun quando el influxo de todas las cali-
fas externas , y quanto depende de nueftro albedrio eftu-
vieífe fiempre reglado en una perfecta uniformidad , no
dexarian de padecer varias alteraciones. La heterogenei-
dad de ellos , no folo refpecUva de unos á otros , mas
aun de las partículas de cada uno los conduce neceífaria*
mente á diferentes eftados. Si confideraííen eíto bien
aquellos efpiritus fuperfticiofos, idolatras de fufalud,que
en orden al proprio régimen quieren pefar aun los áto-
mos, fe librarían de aquel continuo afán con que viven, y
que es mas molefto , que las mifmas indifpoíiciones , de
que con terror pánico huyen.
77 Pero la acufacion mas vulgar de todas es contra
el tiempo. El que no hace exceílos , no defcubriendo otra
cania de fus males , echa la culpa al tiempo , y aun el que
los hace fuele echarfela , por no culparfe á si mifmo. Que
fea templado, que frió , que caliente , que húmedo , que
feco , que vario , que conftante , nunca falta alguna quif-
quilla, por donde hacerle el proceffo. Si en Julio , como
íuele y hace calor correfpqndiente a la e ilación , fe dice
DISCURSO XI. 28r
que eí calor es caufa de el mal ; fi el calor es mas benigno,
ò templado , también fe le culpa con el motivo de que no
es conforme á la eftacion aquella templanza. Lo mifmo
fucede refpe¿tivamente al frió , ò mas intenfo, ò mas re-
miífo en el Invierno. Si el tiempo es vario , nadie hai que
no lefuponga delinquente; pero fies conftante tampoco
fe exime, porque fe dice , que nueflros cuerpos necefsitan
indifpenfablemente de la alternación de temporales ; que-
qualquiera temperie , que dure mucho , les hace guerra;
que el frió los conftipa , el calor los difsipa , la humedad
los ahoga, la fequedadlos confume.
78 Varias veces he notado,que à dos enemigos nuef-
tros fe imputan vulgarmente cafi todos nueflros males : al
Demonio todos los de la alma, al tiempo los mas de los
de el cuerpo. Apenas hai quien , à fin de minorar en par-
te fu delito , no diga que el Diablo le tentò. Tan irracio-
nal es quien pienfa , que, fino huvieífe diablo que nos ten-,
talfe , nunca pecaríamos , como quien juzga , que reglan-
do el tiempo en alguna forma la mas perfecta de todas,
nunca eílariamos enfermos. Dentro de nofotros , en el
fondo de nueílro mifmo sèr eftà el origen de todos nuef-
tros males , afsi efpirituales , como temporales : por fu
proprio pefo es llevada nueílra naturaleza à una , y otra
ruina ; aunque à la primera fiempre con libertad , à la fe-
cunda muchas veces fin dependencia de el albedrio.
§. XVII.
. Y? I •' t tercer error de las obfervacionés experí-
JL~L mentales , aunque no tan frequente como
los dos primeros , no dexa de ocurrir bailantes veces. Si
el que (pongo por exemplo) por haver hecho algún exer-
cicio mui violento , excede en la bebida , padece luego
una fiebrecilla , ordinariamente fe le imputa efta al excef-
fo en la bebida , porque el común de los hombres apenas
confiderà otros exceííos nocivos à la falud, que los de el
paladar. Sin embargo , como un exercicio violento , por
lo que enciende la fangre, y contúrbalos demás humores,
Nn z es
28¿ EL GRAN M A G I S T E R I O DE LA EXPERIENCIA.
es mucho mas proporcionado a excitar la fiebre , que el
exceííb en la bebida , eípecialmente íi efta en la qualidad
es templada , es mucho mas racional juzgar, que el excef-
lo en la bebida no tuvo algún iníluxo en la fiebre,fino que
la fiebre , y el exceflo ambos fueron efectos de el exer-
cicio.
• 8o Creo que de efta equivocación de aprehender en-
tre dos efectos de una mifma caufa , el uno por caufa de el
otro , nació la fentencia, tan valida entre los Médicos, de
que todas las fluxiones catarrales en qualquiera parte de
el cuerpo que hieran ( comprehendiendo muchos aun la
Gota ) baxan de la cabeza. Sucede, fiempre que fe padece
alguna moietta fluxión en qualquiera parte de el cuerpo,
fentirfe , ó dolor , ó por lo menos peladez en la cabeza.
De aqui, digo, es mui creíble,que vino el colocar en el ce-
lebro el origen de todas las fluxiones; lo que ya no pocos
Modernos contradicen, y en mi fentir con bailante funda-
mento.
81 Lo primero , yo no sé, porqué los humores vicio-
íbs, que fon materia de las fluxiones, han de hacer el gran,
rodeó de tranfitar por la cabeza para venir á caer en cita,
ò aquella parte ; pudiendo en virtud de el circulo, que ha-
cen con la fangre, por venas, y arterias, derivarte de ellas
immediatamente à qualquiera miembro?
82 Lo fegundo , que fi en el celebro fe amontonaiTe,
tanta copia de humor, quanta cae en algunas fluxiones, le
hiciera totalmente eftupido , é inepto para todas fus fun-
ciones.
83 Lo tercero , que no es fácil feñalar el conducto
por donde el humor fe deriva de la cabeza. Muchos di-
cen,que por el huello Ethmoides,ó Cribofo. PeroSchnei-
dero lo contradice , porque no fe notan en él algunos agu-
jeros , por donde el humor fe cuele , especialmente fiendo
pituitofo, y craflb, como lo creían los Antiguos : á que fe
añade , que elle hueflb eftà apretadamente ceñido de las
meninges, y de Ja tunica interior de la nariz. Es verdad
(como advierte el Doctor Martinez en fu Anatomia com-
pleta) que fu parte fuperiqi: es mui porofa , y por elfo fe
-— ' lia-
DISCORSO XL ì8J
llama Crlbofo , ò Efpongiofo ; pero comò elfos poros no
lo taladran todo ( aun dexando à parte el embarazo de las
túnicas que le ciñen ) no podrá derivarfe por ellos el hu-
mor. Si fe dice, que baxapor los nervios, pregunto , co-
mo no caufa en ellos obílrucciones , y otros peligrofos
efectos?
. 84 Lo quarto , y ultimo , que qualquiera conduelo,
que fe feñale , fe ofrece la grave dificultad de como en él,.
y en las partes immediatas no fe hace fentir, si folo en
aquella, que fe confiderà termino, ò aficnto fuyo ? N o es
totalmente increible, que fi el humor fluyente, ò al pecho,'
ò aleftomago, ò a los intcítinos, ò à las articulaciones de
los pies,baxa de la cabeza, no fe haya de fentir (íiendo por
lo común tan acre , y mordaz) en las partes intermedias?
Eíla dificultad, que muchos años ha me ha ocurrido , he
propueilo à algunos Médicos , pero no me hice bailante-
mente capaz de fus Soluciones.
85 Si fe me opone (lo que arriba hemos apuntado )
que es frequente acompañar dolor de cabeza à las fluxio-
nes , que Se hacen à otros miembros : ReSpondo , que de
ello no fe puede inferir, que el humor fluyente baxe de la
cabeza. Lo primero , porque muchas veces , aun las mas
( como en mi mifmo he obíervado bien ) no hai dolor de
cabeza; y para que la ilación fucífe buena, debiera haverlo
íiempre. L o Segundo , porque aun quando acompañaffe
regularmente ei dolor de cabeza a la fluxión , Se evacuaría
oportunamente la dificultad , diciendo , que fu concur-
rencia fimultanca depende de que fon efectos de una mif-
ma cauSa , no uno caufa de otro. De hecho la razón per-:
fuade, que efto fea afisi. El humor acre , que feparandofe
de la mafia de la Sangre fluye à ella , ò à la otra parte , no
tiene eílorvo para verter alguna porción fu ya en la cabe-
2a, y excitar dolor en ella; mayormente, porque el aliento
de dicho humor fluyente fon las glándulas, entre quienes
puede numerarie el celebro; por cuya razón HippocrateSj
y Vvarton le llaman la grande Glándula.
S<5 Si Se me replica , que en teda fluxión algo fuerte,!
¿a que; no dolor propriamente t a l , à loftiíUQjiíe percibe
Í4T¿
284 EL GRAN MAGISTERIO DE LA EXPERÍENCIA.'
un genero de pefadéz en la cabeza, por lo qual eftá menos
apta para todas las operaciones , que-fe exercen en aquel
órgano : Conteííaré c]ue es afsi ; pero añadiré dos cofas.
La primera, que ello no es privativo de las fluxiones. En
las demás enfermedades íucede lo mifmo , fin que p>or elfo
pretendan los Médicos (exceptuando los pocos que liguen
á nueílra Doña Oliva de Sabuco) que todas dependen de
la cabeza. La fegunda, que efía pefadéz, ó ineptitud tam-
poco es privativa de la cabeza. La mifina, íi fe hace refle-
xión, fe obferva en los demás miembros. Qualquiera que
padezca una fluxión fuerte, que fea en la garganta, que en
el pecho, que en el eílomago, que en otra qualquiera par-
te, hallará que tiene todo el cuerpo mas peíádo, que en el
eílado de fano;que todos los miembros eftán menos aptos
para el movimiento ; que todos á poco que trabajen fe fa-
tigan mucho. Afsi con ninguna razón fe atribuye á la ca-
beza como propria privativamente de ella , una pefadéz
compañera de todas las fluxiones, quando ella es común á
los demás miembros, y por no hacer reflexión fobre efto
fe ha creído venir todas las fluxiones de
la cabeza.
fe" 8 5
N U E V A S PROPRIEDADES
D E LA LUZ.
D I S C U R S O XII..
A en otra parte dixe, que para los ojos dé
¿[ entendimiento no hai cofa mas obfcu-
ra que la luz. Algunos de los Philofofos
mas fútiles de elle figlo, y de el paitado,
"que trabajaron con infatigable aplicación en el examen de
eftabellifsima criatura , hicieron dudofo ( y en parte ha-
llaron falfo ) cafi quanto de ella creyó la Antigüedad. De
fuerte , que como poco ha la Autonomía halló no pocas
Manchas en el Sol, la Philofofia defcubrió muchas fom-
bras en la luz. Digolo afsi, porque mucho de lo que la
Antigua Philofofia tenia por claro, y evidente , en fuerza
de la invefiigacion de los Modernos fe ha vifio fer obfcu'i
ro, y dudólo. Bien que por otra parte en fuerza de la mif-
ma invefiigacion fe ha dado nueva luz á la luz, defcu-:
briendo en ella, ya por lo que toca á la Philofofia, ya por
lo que mira á la Óptica, algunas verdades, que ignoraron
los paliados ligios. En efte Difcuríb propondremos, para
Iníiruccion , y deleite de el Lector, lo mas delicado , cu-i
riofo,y exquifito, que nos ocurre fobre la materia,
dividiéndolo en diferentes
Conclufiones.
PRI-:
Z§6. NUEVAS P R O P R I E D A D E S D E L A TLVZG
PRIMERA C O N C L U S I Ó N ,
La Lugres pojada^
§• i.
Sí TTTSta Conclufion fe prueba eficazmente con los
IH experimentos de M . Duelos,y M . Homberg,
r r
SEGUNDA C O N C L U S I Ó N
§• n.
B T A propagación de la luz por línea recta fe-há ¡
tenido por máxima inconcufa en la Óptica,
y en la Philofofia, y aun oy eftá comunmente recibida co-
mo tal por ignorancia de las obfervaciones , que perfua-
den lo contrario, El Padre Francifco Maria Grimaldi,
célebre Jefuita, fué el primero que obfervó, que los rayos
de el Sol al encuentro de. cuerpos opacos fe doblan un po-
co , de modo que los.que tocan fus lados opueííos ya no
profiguen paralelos , lino algo divergentes, y afsi la fom-
bra de el cuerpo opaco interpueíto es de mas anchura que
el mifmo cuerpo. El experimento, que hace mas fenfible
ella verdad, es el de un cabello , pueílo a u n agujero muí
pequeño , por donde entren los rayos de el Sol á uivquar-.
to obfeuro. En él fe vé , que la fombra de el cabello es
mucho mas ancha que el mifmo cabello, lo qual no pudie-
ra fer , fi los rayos, que tocan los dos lados opueííos de
el cabello, profiguieífen obfervando el paralelifmo. El
Caballero N e w t o n confirmó., e.ilufiró en eran manera
las obfervaciones de. el Padre Grimaldi. A efta mudanza
de, determinación de el curio de la luz dieron el nombre
de Inflexión , á diílincion de las dos que eran únicamente
Conocidas antes , conviene á faber, Reflexión, y Refrac-
ción.. .
9 Siendo eílo afsi, me parece que nunca la luz de el
Sol fe nos comunica por linea recta, pues los corpufeulos
opar
DISCURSO XII. %i$
©pacos, qué nunca faltan en la Atmofphéra , deben dar
alguna inflexión á fus rayos, bien que efta es tan poca,que
íi la materia no fe examina con particulares obfervaciones,
parecen venir por linea recia.
10 El Caballero N e w t o n , que á fuerza de muchos
experimentos , acompañados de agudifsimas reflexiones,
eftableció , ó pretendió eftablecer la heterogeneidad de los
rayos de el Sol, conftituyendo en la diverfidad intrinfeca
de ellos toda la diverfidad de los colores , y no en la dife-
rente modificación , que les dan las Superficies de los
cuerpos opacos , en quienes inciden , afsimifmo preten-
de, que unos rayos padecen mas inflexión que otros; pon-
go por exemplo los rayos roxos , ó que conftituyen el co-
lor roxo fon los que fe doblan mas , y los de color viola-
do fon los menos flexibles. Es de fácil execucion un ex-
perimento , con que lo prueba. Abierto un pequeño agu-
jero , por donde entre la luz de el Sol en un quarto obfcu-
ro , pongafe en él un cuerpo opaco que no le ocupe todo,
si que quede algún efpacio , por donde entre la luz , entre
las extremidades de el cuerpo, y las de el agujero ; veráfe
que en la femifombra formada á las extremidades de la
Sombra total (llamémosla afsi) de el cuerpo interpueífo fe
forman tres vandas difuntas de diferentes colores, en que
el mas cercano á laSombra total es violado , y elmas diS-
tante roxo. Para que no yerre el experimento alguno
que quiera hacerle , advierto , que Si el agujero por donde
entra la luz Se enfancha algo mas , los tres colores fe pier-
den , ó confunden , y folo queda á las extremidades de la
fombra total una vanda de femifombra, en la forma
mifma que lavemos cotidianamente en las fombras de
todos los cuerpos, que no eftán colocados con la pre-
caución dicha de dexar eñrecha entrada á la luz.'
i r Pero á mi me parece, que afsi la inflexión déla
luz , como la mayor inflexión de unos rayos que de otros
(prefcindiendo de que eflo provenga de fu mifma natura-
leza , ú de otra caufa ) fe pueden probar bien con el Phe-
nomcno regular de la femifombra mifma , que ciñe las ex-
tremidades de la fombra total de los'cuerpos opacos de-
Oo 2 xa-
2'£o NUEVAS P R Ó P R I É O A Ü E S D É L A E Ú Z Í
xados libremente á toda la plenitud de la luz , quiero déA
cir colocados, no en algún agujero por donde la luz entre
entechada , como propone Newton , fino en litio total-:
mente iluftrado, 6 á Cielo defeubierto.
1 2 Notefe lo primero , que aquella femifombra no es
igualmente obfeura en toda fu latitud ,si que es mas obf-
cura á proporción que fe va acercando á lafombra total,
y fe vá aclarando á proporción que fe alexa de ella, de
modo que de lafombra total á la luz total fe vadifminni
yendo la obfeuridad por grados infenfíbles. Notefe lo
fegundo, que la femifombra tiene mas latitud , quanto ;
TERCERA CONCLUSIÓN.
§. III.
QUARTA CONCLUSIÓN.
§, IV.
1
^ T T Afta eftos últimos tiempos nadie pufo duda
i ~ | en la propagación inftantanea de la luz.
Todos han creido , que no obftante la enormifsima díf-
tancia que hai délos mas remotos Aftros à nofotros , en
aquel momento mifmo , que fe coloca qualquiera Aftrq
fobre uueftro Horizonte, llega fu luz a la tierra.
1 9 Algunos iníignés Aftronomos Modernos , comò
Romer , N e w t o n , Huighens, y otros , pretenden haver
demonftrado claramente lo' conttario, hafta llegar à calcu-
lar los minutos , que tarda en venir la luz de el Sol defde
fu fuperficie à la de la tierra. La demonftracion es como
fe figue; Sabefe por las Tablas Aftronomicas el punto fixo
en que fe deben eelipfar. aquellos Planetas menores, 0 fe-
cundarlos , compañeros de Júpiter, que llaman Satélites
fuyos. Hallaífe empero, que hai tiempos en que eftos
. Eclipfes fe ven de acá liete, ù ocho minutos primeros mas
temprano, y tiempos en que fe ven liete, ù ocho minutos
mas tarde de lo que deben arribar fegun las Tablas. Di-
cen eftos Aftronomos , que la anticipación fucede, quan-
do fegun el fyftema Copernicano la Tierra con fu movi-
miento annuo fe pone entre el Sol, y Júpiter , y la retar-
dación , quando fegun el mifmo fyftetna.el Sol eftà colo-:
ca-
DISCURSO XII, ap-j
cado entré Júpiter, y la Tierra, ello es quando la Tierra
con fu revolución annua eftà en la mayor cercanía, y en la
mayor diftancia, que puede tener refpeéto de Júpiter. De
•que fe Sigue, que la luz tarda de catorce à diez y Seis minu-
tos primeros en correr todo el diametro de el Orbe annuo,
ù de el circulo que forma la tierra con fu revolución an-
nua , que fe computa tener fefenta y feis millones de-le-
guas ; y. Siendo la mitad de efte diametro la distancia que
hai de el Sol à la tierra,fale que la luz tarda de liete á ocho'
minutos en correr efta diftancia , por consiguiente- en ca--
da minuto primero anda quatro•millones de leguas-coii
corta diferencia.
2 0 Es verdad, que ellos Aftronomos envuelven en la
demonftracion el movimiento annuo de la Tierra, porque
Siguen el fyftema Copernicano ; pero en la realidad la de-
monftracion es independiente de e l , y-fe verifica de el
mifmo modo en los demás Syflemas que fuponen.la Tierra
immobil, liendo cierto, que, Según los mas ajustados
computos, Júpiter Se alexa de la tierra de fefenta y dos i
fefenta y Seis millones de leguas mas en unos tiempos que
enotros. Que efta gran diferencia ele diftancias provenga
de el movimiento déla tierra por el Orbe annuo , como
quería Copernico, ù de el movimiento de Júpiter , y fus
Satélites por un circulo mui excentrico à la tierra , como
pone Tico. Brahe , ò en fin de hacer los Planetas fu curfp
por lineas efpirales , como oy defpues de Keplero eftà mui
recibido , no hace al cafo. De el mifmo modo correspon-
den las obfervaciones en qualquier fyftema. Por confi-
guiente fi ni en ellas , ni en la conftkucion de las Tablas
Astronómicas huvo error, fale por confequeneia fixa, que
la luz tarda los minutos que fe ha dicho en la diftancia re-
ferida. Pero el error en tantos minutos primeros-, que
hacen la quarta parte de una hora , feria tan grande, y
monftruofo,quefe hace increíble en unos Aítronomostan
hábiles. Adviértete que las leguas, de que aqui hablamos,
fon de las que caben veinte en un grado.
2 1 Fuera déla demonftracion dicha, fe prueba la
propagación SuceSsiva de la luz por los miSmos experi-
; ' men_
§94 NUEVAS PR-OPRIEDAHES P E LA luí;
¡meneos, con que probamos la tercera Concluííoñ: piles c§
ímpofsible tener la luz fuerza impulíiva , 6 exercerla fin
movimiento local,como es claro. Para que un cuerpo im-
pela , ó mueva localmente áotro, es precifo que tenga en
.si el m'ifmo movimiento., fin que fea poísible feñalar en
toda la naturaleza algún exemplar en contrario. Ahora
profigo afsi: Ningún movimiento local fe puede hacer en
inflante: luego la luz no fe propaga inftanta-neamente. La
menor fubfumpta fe prueba concluyentemente. Lo prime-
ro , porque el movimiento local, en confefsion de todos
los Philofofos, o eflencialmente es fuceísi vo, ó por lo me-
nos fin milagro no puede dexar de ferio. Lo fegundo,
porque de fer inftautaneo,fe feguiria neceífariamenteeftár
el cuerpo movido en el mifmo inflante en dos lugares,
conviene á faber en el lugar de donde fe mueve, y en el lu-
gar adonde fe mueve.
2 2 Puede probarfe lo mifmo por la primera Conclu-
fion , pues los corpufeulos de la luz , que aumentan el pe-
ío á los cuerpos , con quienes fe mezclan, no pueden in-
troducirle en fus poros fin movimiento local, como pare«¡
££ evidente: por configuiente hai en ella progrefsion,
alguna fucefsion, aunque cortifsima,
de tiempo.
i
EXISTENCIA
D E EL V A C I O .
DISCURSO XIIL
§. i.
(F Hfü^alJ A qneftion fobre la pofsibilidad, yéxlft
tencia de el vacío fe hizo tan famofa eti
ellos tiempos, que vino á dar una nueva
denominación á los Philofofos , que
Contienden en ella, fegun los diferentes partidos , que li-
guen ; pues fe llaman Vacuijlas los que afirman la exilien-
cía de el vacio; Plenijias los que la niegan.
2 Aristóteles pufo al Mundo en poííefsion de la pleni-
tud , dando por absolutamente repugnante que haya en él
algún efpacio , ni aun minimo , que no eflé lleno , ú ocu-
pado de algún cuerpo. Los Ariftotelicos Chriflianos mi-
tigaron el rigor de la Sentencia de fu Maeftro , limitando
la-impofsibilidad de el vacio, ó dexandola fqlo refpe&iva
Tom.F. Pp h.
ip6 EXISTENCIA DE EL VACIO.
á la fuerza de los agentes naturales , pues conceden qué
Dios ufando de fu abfoluto poder es capaz de inducir al-
gún vacio en el Univerfo. Y no es dudable , que Arillo-
teles pondria la mifma limitación , ii tuvieíie la miíma
idea, que nofotros tenemos, de el infinito poder de la pri-
mera caufa. Pero el mal es, que aquel futilifsimo Philo-
fofo alcanzo mu i poco délo que eftá de tejas arriba.
3 Defcartes , que con fu nuevo Sy fiema traíiornó to-
do el Ariftotelifmo, en confequencia de elmiímo Sy fiema
volvió á establecer en quanto á efta parte , bien que fun-
dado en difunto principio , la doctrina de Aristóteles. No
folo la reftableció , pero la pufo mucho mas rígida , pues
no folo afirmó , que Dios , ufando de todas las fuerzas de
fu omnipotencia , no podía introducir vacio alguno en
parte alguna de efte grande cfpacio comprehendido por la
circunferencia exterior , ó convexa de el Cielo Empyreo,
mas también que aun aquellos immenfos efpacios , que
nofotros llamamos Imaginarios, fon verdadera mente cor-
póreos, ó eílán llenos de alguna materia. Veafe lo que en
orden á efta opinión Cartefiana hemos efcrito Tom. i .
DiSc.XIII. defde el num. 17. hafta 20. inclujivé; y Tom.2.
Difc.I. defde el num.37. hafta ¿¡¡i.inclujivé.
4 Eftando la difputa entre Ariftotelicos , y Carteiia-
nos fobre la menor , ó mayor impofsíbilidad de el vacio,
fe aparecieron nuevos contendientes en la campaña , que
los obligaron á confederarte en algún modo para refiltir
á fus comunes enemigos. Eftos fon muchos Philofofos
Modernos (fu mayor numero compueíto de Gaífendiítas,
y Maignaniftas) los quales no folo afirman fer el vacio
pofsible, mas aun existente. Nueítro dictamen
fe verá en las con chillones
Siguientes.
##*
§. ir.
DISCURSO XIII.
§. II.
5 T""\ Tgo lo primero , que la razón conque prueba
Í_^J Arifloteles la impofsibilidad de el vacio ef-
triva en fundamento falfo ; y aun quando fe admita el
fundamento , no prueba fu opinión. Confia nueílra con-
clulion de dos partes , que fe probarán feparadamente.
Funda Arifloteles la impofsibilidad de el vacio en que en
él no fe podria dar movimiento, pongo por exemplo,
que pueílo en él algún cuerpo grave no podria moverle
ázia el centro ; lo qual prueba afsi. Un cuerpo grave fe
mueve con mayor velocidad á proporción Arithmetica
que es menos denfo , ó mas raro el medio por donde fe
mueve, de fuerte que fi el medio B es de duplicada rari-
dad que el medio A el cuerpo fe moverá con duplicada
velocidad por el medio B , que por el medio A : porque
parece fer , que la velocidad de el movimiento fe ha de
proporcionar á la mayor, 6 menor reíiílencia de el medio,
y el medio tanto menos reíiíle quanto es mas raro , ó me-
nos denfo. De aqui infiere, que en el vacio, donde no hai
refiftencia alguna en el medio , porque no hai medio , el
cuerpo , fi fe movieffe, fe movería con infinita velocidad:
infinita velocidad repugna : luego repugna movimiento
alguno en el vacio.
6 Repito,que la fupoficion,que hace Arifloteles de que
un cuerpo aumenta fu velocidad en proporción Arithmeti-
ca de la mayor raridad del medio,es faifa. Demueftrafc ef-
to claramente en dos medios dcligualifsimos en denfidad,
que fon el aire, y el agua,de los quales el primero es ocho-
cientas veces, poco mas, ó menos, mas raro que el fegun-
do. Si la fupoíicion de Arifloteles fuelle verdadera , una
piedra baxando por el aire tendria ochocientas veces mas
velocidad , que baxando por el agua; lo que eílá tan le-
xos de fer verdad , que apenas el aumento de velocidad
en el aire llegará á quatro, ó cinco tantos de la que hai en
el agua.
7 Pero demos , que el fupueíto de Arifloteles fueífe
Pp 2 ver-
sí>8 E X I S T E N C I A DE EL V A C I O .
verdadero : lo que puede fcguirfe de é l , es que una pié-,
dra , ü otro cuerpo grave colocado en el vacio no le mo-
verla ; pero na que el vacio repugna ; fino es que íe prue-
be primero, que la quietud de el cuerpo grave en él es re-?
pugnante : lo qual nunca fe probará.
§• i".
8 T"*\Ig 1° fegundo , que el fundamento con qu(S
0
§. IV.
Igo lo tercero, que las razones de los Aristo-
télicos no prueban la impoísibilidad natu-
ral de el vacio. Dos fundamentos tienen los Ariitotelicos,
uno Theorico, otro Experimental. El primero e s , que
haviendo vacio fe turbarla toda la harmonía de el Uni-
verfo , porque por el efpacio vacio no podrian comuni-
carfe á la tierra los inrluxos celeftes, y como ningún agen-
te natural tiene fuerzas para turbar todo el orden de la
naturaleza, fe infiere, que ningún agente natural puede in-
troducir vacio en la naturaleza.
15 Efte difeurfo claudica por dos lados. Lo primero
feria menefter probar , que los infiuxos Celeftes no pue-
den comunicarle por el vacio , lo qual fe fupone , y no Se
prueba ; pero no fe Supone bien. Confieífo, que íi dichos
in~
300 E X I S T E N C I A DE EL VACIO.
iaduxos coníiftidfen en meras qualidades , que propaga-
das de fugeto en fugeto defceneiieflén de los Aftros á la
tierra, no podrían comunicarle por el efpacio vacio, por-
que no hallarían en él cuerpo alguno , que firvieífe como
fugeto de inherencia para.fuftentarlas. Pero íi confiílen
en efluvios fubftanciales , como íienten todos los Philo-
fofos Modernos , no veo porqué eftos no puedan derivar-
fe por el vacio.
16 Lo fegundo concedemos, que el turbar el orden
de la naturaleza en todas fus partes, fupera las fuerzas de
todo agente natural; mas no el turbarle en alguna peque-
ña parte. A cada paífo eflán los agentes naturales turban-
do de eñe modo el .orden de la naturaleza. Turbar el or-
den de la naturaleza es calentar el agua, fegun la fentencia
común , que concede al agua exigencia natural de el frió,
y efto á cada momento fe hace. Turbar el orden de la na-
turaleza es alterar er. algún individuo aquella organiza-
ción , que es debida á.fu efpecie; lo qual fucede en todos
los monftruos. Alterar, el orden de la naturaleza es tirar
una piedra á lo alto, pues es contra fu gravedad natural,
&"c. Concederemos coníiguientemente, que ningún agen-
te natural puede introducir un vacio tan grande , que in-
terceptafle los inñuxos de el Cielo á toda la tierra , ni aun
á una gran parte de ella; pero negaremos, que no los
pueda eñorvar á una pequeña parte. De hecho con qual-
quier edificio que fe levanta fe eñorva , refpecto de el ter-
reno en que fe fabrica, aquella parte de el influxo folar,
que hace producir , y crecer las plantas. Afsi, eñas frafes
de eñorvar los influxos Celeftes , turbar la harmonía de el
Univerfo, deben contarfe entre aquellas exprefsiones alti-
fonas con aire de myñerio , que hacen gran fuerza á los
pobres Eftudiantes gritadas en las Aulas, y no contienen
dificultad alguna , II defembarazandolas de toda equivo-
cación fe penetra bien fu fignificado.
17 Ei fegundo fundamento de los Ariñotelicos fe to-
ma de aquellos experimentos , que hemos propueño en el
Segundo Tomo,. Difc.XI. num. 2. 3 . y 4. y de que pre-
tendeftinferir la impofsibilidad natural de el vacio. Pero
en
DrSCURSO X I I I . 301
en aquel Dlfcurfo hemos moftrado con toda evidencia
que no infieren eííb , si íblo el pelo , y fuerza elaftica de el
aire. Veafe todo el Difcurfo , por efcnfarnos de repetir
aqui lo que alli tenemos dicho.
18 Sin embargo , por fupcrerogaclon añadiremos
otra prueba concluyeme , tomada de la Maquina Pneu-
mática. En aquella Maquina , donde con las repetidas in-
troducciones , y extracciones de el Embolo fe va facando
el aire de el Recipiente , fe experimenta , que á los princi-
pios fe extrahe el Embolo fin la menor dificultad ; pero
hechas algunas extracciones ya es menefter aplicar bañan-
te fuerza para extraherle , y la dificultad va creciendo lé-
gun crece el numero de extracciones , de modo que llega
el cafo , que apenas hai tuerza bañante para extraherle.
En efte eftado , en que para extraherle fe aplica el ultimo
esfuerzo , defpues de la ultima extracción fe tiene fuertif-
fimamente afsido el Manubrio , para continuar los expe-
rimentos , que fe pretenden hacer en el Recipiente , de
donde fe ha facado el aire. Fucilas afsi las cofas , fi los
que tienen afsido el Manubrio le fueltan , el Embolo al
momento , contraía natural inclinación de fu gravedad,
fube arriba con un Ímpetu terrible á ocuparla cavidad de
la Antlia. Es claro, que los Ariitotelicos eftán precilados
á explicar efte Phenomeno por el mifmo principio por
donde explican el afcenfo , y fufpeníion de la agua en los
Tubos , diciendo que el Embola fube a impedir el vacio
en la cavidad de la Maquina , pues noven tuerza alguna
que le mueva contra la inclinación de fu gravedad , lino
la necefsidad de impedir el vacio. Pero vé aqui , que por
el mifmo cafo fe hallan convencidos á conceder el vacio,
que iban á evitar : porque fi el Embolo fube por impedir
el vacio , fube por impedir un vacio , que ya eftaba exil-
íente defpues de la ultima extracción de el embolo, no un
vacio que amenaza de futuro. Es claro ; porque quando
fube , ningún aírente extrahe el aire , ni otro cuerpo algu-
n o , ni aun cítá próximo , ó difpuefto á extraherle de la
cavidad de ia Maquina. Bien lexos de elfo , entonces ya
fe va introduciendo mui poco á poco alguna porción de
aire
302 EXISTENCIA DE E L VACIO.-
aire por las tenuifsimas rendijas que hai en las junturas de
la Maquina , de modo que pallado algún tiempo conlidc-
rable.vuelve á llenarte de aire fu cavidad , porque nunca
pueden ajuftarfe tan perfectamente todas las piezas , que
fe eílorve toda entrada al aire.
1 9 Es , pues, indifpenfable que los Ariílotelicos con-
cedan una de dos cofas , ó que en aquel tiempo interme-
dio entre la ultima extracción de el Embolo , y fu afcenfo
quando fueltan el Manubrio havia vacio en la cavidad de
la Maquina , ó que digan con nofotros , que no la necef-
fidad de impedir el vacio , fino el pefo , y fuerza elaíiica
de el aire es quien hace fubir el Embolo, quando fe fuelta
el Manubrio. Elio fe entenderá fácilmente confiderando,
que antes de empezar la evacuación el aire contenido en
la cavidad de la Maquina refiftia laprefsion de el aire ex-
terno , porque la comprefsion de aquel eñaba en equili-
brio con la fuerza de elle , por cuya razón era precifo,
que el Embolo dexado á fu libertad, como fufpcndido en-
tre dos fuerzas iguales , no fe movieffe ázia dentro : que
al palfo que el aire de adentro fe va evacuando , el que
relia en la cavidad fe va enrareciendo mas , y mas , y á la
mifma proporción fe vá minorando fu rcíiílencia á la pref-
íion de el aire externo; de aqui depende , que quantos mas
movimientos fe d a n á el Embolo para extraher el aire,
tanto con mayor facilidad fe introduce, y con mayor di-
ficultad fe baxa : halla que en fin , defpues que queda po-
quifsima porción de aire en la cavidad de la Maquina , la
que fe fupone fummamente enrarecida , es menefter gran-
difsima fuerza para extraher el Embolo , porque fe lidia
contra la prefsion de el aire externo , y eíie, fi fe fuelta e l
ManubriOjle arroja con poderofo ímpe?
tu ázia dentro.
KS)(
DISCURSO XIII.
§• VI.
j ! |. T ~ \ I g o lo ultimo , que actualmente fe da vacid
\_Jf en la naturaleza. Efta Concluíion prueban
muchos con los experimentos de la Maquina Pneumática,
donde fe hace fenfiblc la caíi total extracción de el aire;
y por coníiguiente parece queda la cavidad de la Maquina
caíi de el todo vacia. Pero debemos confeffar , que eftos
experimentos no prueban la vacuidad, pues aunque fe ex-
traiga todo el aire de la Maquina, queda lugar á que otra
materia mas fútil que el aire , que pueda penetrar por los
poros de la Maquina , fe introduzca en fu cavidad , al
paífoquefe extrahe el aire de ella. Tal pone Defcartesá-
fu Materia etberea;y aun prefeindiendo de el Cartefianif-
mo , es , fi no cierta de el todo , por lo menos probabilif-
íima la exiftencia de otro cuerpo mucho mas fluido , fútil,
y delicado, que eñe aire grofero , que rcfpiramos. Por lo
qual á efta materia futilifsima, á quien ningún cuerpo es
impenetrable, recurrirán fin duda los Pbilofofos Plenijlas^
para evitar el vacio en la Maquina Pneumática.
22 Lo mifmo fe puede rcfponder á otro experimento
vulgar, que es de un Tubo de vidro largo tres pies , b
mas , cerrado por una parte , y lleno de azogue ; donde íi
fe invierte el Tubo , de modo que mire á la tierra la ex-
tremidad abierta , cae el Mercurio un poco, defuerte que
queda fufpendido la altura de tres pies,y unos quantos de-
TomJ ^ 7
Cl^i dos.
EXISTENCIA DE EL VACIO.
dos. Digo, que aunque en efte experimento queda aquella
parte de la cavidad de el Tubo , comprehendida entre fu
extremidad fuperior , y el azogue , vacia de aire, fe puede
recurrir para llenarla á la materia fútil, que penetra los
poros de el vidro.
23 No fiendo , pues , pofsible facar de efte atrinche-
ramento á los contrarios , acometiéndolos de frente , to-
maremos el fefgo de admitir eífa mifma materia fútil con
que quieren impedir el vacio, y con ella probaremos, que
realmente le hai. Arguyo afsi : La materia fútil es con-
dcnfable : luego hai en ella poros , b pequeños efpacios
vacíos de roda materia. Supongo cierto el antecedente
por la regla general de que no hai cuerpo alguno , que no
fea capaz de poca , b mucha couckníacion , y rarefacción;
y ala verdad íi el frió , y el calor condenfan, y enrarecen
aun el vidro, y los metales mas duros, como confia de in-
dubitables experimentos , como podrá negarfe que el ca-
lor enrarezca , y el frió condenfe un cuerpo tan tenue co-
mo es la materia fútil ? Pruebo , pues , la confcqucncia:
Condenfarfe un cuerpo es juntarle, b acercarle mas unas
á otras las partes de el mifmo cuerpo ; pero cito no puede
fuceder fin que entre ellas huvielte antes algunas vacuida-
des : luego las havia. La mayor es per fe nota. Y la me-
nor fe prueba; porque fi entre ellas no huvieffe algunos
efpacios vacíos , yá eítarian todas juntas , b immedía-
tas unas á otras, por coníiguiente no podrían acercarte
mas.
24 Ni puede decirfe,que los efpacios intermedios efta-
ban llenos de otra materia difunta , la qual fe exprime , y
fale fuera al tiempo de la compreísion , y afsi fe pueden
acercar unas á otras las partes de la materia fútil. Lo pri-
mero , porque feria precito decir , que ella materia es mas
fútil que la mifma materia fútil , contra la fupoficion que
hacen todos de que la materia etherea, cié la cual procede
el argumento , es el mas fútil de todos los cuerpos. Digo,
que feria precifo decir ello ; porque fi la materia , que
ocupa los poros de la materia fútil, fuelle igualmente fú-
til que ella , feria homogénea á ella, b feria todo un cuer-
po
DISCURSO XI.IT. 305;
po homogéneo, por configuiente incapaz de comprtfsion,
por eftár ya todas fus parces en la mayor immediacion ; y
li fueífe menos fútil , no podría foftenerfe entre los poros
de la fútil, porque ningún cuerpo fluido es capaz de fof-
tener entre fus poros otro que fea mas compreífo , ó.me-
nos leve que él.
25 Lo fegundo , porque de eífa materia , que ocupa
los poros de la fútil, haremos el mifmo argumento , eílo
es , que efla materia es también capaz de comprimirfe , y
dilatarte, por configuiente hai en ella algunas vacuidades.
Conque, ó los contrarios han de dar un procefio infinito,
ó confeifar efpacios vacíos en la materia fútil.
§. Vil.
26 ~Cy\zn sé , que muchos Ariftotelicos explican la
jT? rarefacción , y condeníacion, de modo, que
ni para aquella es menefter introducción de materia eftra-
ña en los poros de la materia , que fe enrarece , ni para
eífa es menefter expulíion de alguna materia eftraña de el
cuerpo que fe condenfa ; fin que por eílo concedan vacui-
dad alguna : porque difiniendo ellos el cuerpo raro aquel
que debaxo de grandes dimenjiones tiene poca materia , y el
denfo aquel que debaxo de pequeñas dimenjiones tiene mu-
cha materia , configuientcmente dicen , que un cuerpo fe
enrarece fin introducir en fus poros nueva materia , y fe
condenfa fin expeler alguna , que eíluvieíle contenida en
ellos. Ni tampoco ( añaden ) fe han de fnponer algunos
poros vacíos en el cuerpo raro ; fi fueífe afsi , no alimen-
taria en realidad fus dimenfiones el cuerpo , que fe enrare-
ce , pues cada parte fuya no ocuparia mas efpacio que an-
tes , porque, los efpacios, que quedaífen vacíos en fus
interfticios , no ferian ocupados por ellas , y afsi la exten-
fion fe alimentaria en la apariencia , mas no en la rea-
lidad.
27 Dice Francifco Bayle , que es tan chimenea efla
explicación de la rarefacción , y condenfacion , que ape-
nas puede creer que los mifmos, que la dan, la entiendan,
Qil 2
- y
Зоб EXISTENCIA D E EL VACIO."
y yo me conformo con fu dictamen : porque íi fe mira
bien , fe hallará uelve contradicción manifieíta,
afsi mucha materia con poca exteníion, como poca mate
ria con mucha exteníion. Lo qual explico afsi : Mucha
materia con poca exteníion es mucha cantidad de materia
con. poca cantidad de materia ; eíto implica contradic
ción : luego, &c. Pruebo la mayor : La exítenfion de la
materia es la cantidad de la materia,pues la quantidad no
es otra cofa que la exteníion ; por otra parte mucha mate
ria no es otra cofa que mucha cantidad de materia : luego
mucha materia con poca exteníion es mucha cantidad de
materia con, poca cantidad de materia. El mifmo argu
mento milita , como es claro , contra el otro extremo de
poca materia con mucha exteníion.
28 Mas: Si en los poros de el cuerpo raro ni hai va
cuidades , ni materia alguna eítraña , fino que todas fus
partes minutifsimas eítán por todos lados con fu mina im
mediacion de unas á otras, es impofsible que fe condenfe,
fin que entre algunas partes haya penetración . porque
concibamos con la mente ( pues para eíto no importa que
fean, ó no deiignables) dos partes minutifsimas immedia,
tas una á otra , de las quales cada una por coníiguiente
ocupa unefpacio minutifsimo; es impofsible que entre ef
tas haya condeniacion fin penetración , pues no pueden
reducirle á menor efpacio , lino ocupando entrambas jun
tas un mifmo efpacio minutifsimo , como antes ocupaban
entrambas dos eipacios minutifsimos difuntos; pero ocu
par dos partes un miímo efpacio es citar penetradas : lue
go, &c. Lo mifmo que fe arguye de las partes minutifsi
mas fe infiere de otras de qualquiera magnitud que lean.
Tomemos un cuerpo que ocupa un palmo cubico de efpa
cio , y coníideremos que en toda iu exteníion no hai ni un
efpacio minimo vacio. Como podrá cite cuerpo conden
farfe , ó (digámoslo afsi) apretarte mas de lo que eflá , fin
que algunas partes fe penetren con otras ? En aquel cuer
po no hai parte alguna grande, ni chica, la qual por todos
lados no cite immediatiísima á otras partes : luego es im
pofsible apretarte mas unas con otras fin que algunas fe
?
compenetren. £f
DISCURSO XIII. "307
2 9 Efta és una demonífracion tan ciará , que mas pa-.
rece Mathematlca, que Phyííca, y no dudo, que qualquie-
ra que la penetre bien , admirará , que haya Philoíoíos
que defiendan la explicación de la rarefacción , y conden-
facion, que hemos impugnado. Pero yo nada admiro,por
la antigua obfervacion que tengo hecho , defde que fre-
quento las Aulas, de que fon innumerables los Phllofofos,
b que tienen nombre de tales, cuya folicitud única es lle^
narfe de voces , b frafes facultativas , fin examinar fi ha!
objeto verdadero , y real correspondiente a ellas ; loque
en algunos , y acafo los mas , es dlfculpable , porque fu
rudeza no alcanza á mas que tomar de memoria las voces
como los Papagayos ; pero mui reprehenfible en otros,
que , b por no aplicarle á defentrañar las cofas en si mif-
mas, b por mantener obftinadamente la errada doctrina
en que los criaron, defienden lo mifmo que no entien-
den.
§. VIII.
'30 "J^Ruebo lo fegundo la conclufion con otro ar-
| gumento, que muchos Philofofos Modernos
tienen por demonflrativo , y pienfo darle mas vivas luces
que las que le han dado halla ahora. Si no huvieífe vacui-
dades en el Univerfo , no podría haver en él movimiento
alguno; lo qual fe explica aísi: No podria un cuerpo mo-
verfe en el aire fin mover juntamente el aire immediato
ázia la parte mifmapara donde el cuerpo fe mueve , y efíe
aire tampoco podria moverle fin mover otro aire , y afsx
continuadamente , de modo que elle impulía neccílaria-
mente le propagaría hafta los términos de el Mundo, á
menos que dentro de eflbs miímos términos huvícíle al-
gunos vacíos , donde repoíáífe el aire movido. La razón
es clara, porque fuponiendo , que el aire fe mueve de
Oriente á Poniente,necesariamente ha de imprimir fu im-
pidió al otro aire , que mira en rectitud ázia ti Poniente:
de elle fegundo fe debe decir lo mifmo , lo mifmo de el
¡tercero., y aí'si consecutivamente, fi todo eílá lleno. Como
no
30S ExrSTtXGÍ A DE EL VACIO.
no haya , pues , fuerza alguna para mover tan immenfo
volumen , fe infiere que eftarian en eterna quietud todos
losmobiles.
31 Entenderáfe efto bien con el exemplo figuiente;
Si pufieffen á un hombre dentro de una fala cerrada por
todas partes , y llena de piececillas de madera perfecta-
mente ajuíladas unas con otras , es cierto que no podría
moverfe poco ni mucho , por no haver algún efpacio va-
cio dentro de la quadra, ázia donde movieífe las piezas de
madera , quando quifieífe moverfe ; y aísi fi imprimieífe
algún impulfo á las piezas que tiene delante de si , efte fe
havia de ir continuando en linea reda hafta la pared de
enfrente , y no teniendo fuerza bailante para derribar la
pared , neceífariamente fe havia de quedar immobil. La
aplicación al cafo de la queftion es literal.
32 Refponden los contrarios , que nueftro argumen-
to feria concluyeme , íi los cuerpos por donde fe hace el
movimiento , ó progrefsion local , fueffen folidos , ó fir-
mes,pero no, íiendo líquidos , ó fluidos, como fon el aire,
y agua , porque las partes de eftos ceden facilifsimamentc
unas á otras, por lo qual no hai dificultad alguna en que
qualquiera cuerpo fe mueva en ellos.
3 3 Pero efta refpuefta procede de falta de inteligen-
cia de la dificultad ; y los que refponden afsi , no advier-
ten , que los cuerpos folidos refiífen al movimiento , que
haya vacuidades en ellos , que no , pues aunque tengan
varias vacuidades diífeminadas , ó muchos poros vacíos,
fubíííte en ellos la coheíion , 6 ligadura de las partes,
que impide el movimiento de otro cuerpo por medio de
ellos. Pero el impedimento para el movimiento , que
refulta de la plenitud , es , y no puede dexar de fer, co-
mún á folidos, y líquidos. Supongafe una ferie conti-
nuada de partículas de aire en derechura de Oriente á Po-
niente, y que un cuerpo quiere moverfe de Oriente á
Poniente impeliendo la primera. Digo , que no podrá
moverfe , fin mover toda aquella ferie continuada de
partículas,ázia donde imprime el impulfo. La razón para
mi es clara : porque para moverfe qualquiera partícula
de
DISCURSO X I I I . 309
de toda aquella ferie es forzólo , que mueva otfa que cité
immediata á ella , y haviendo de mover alguna debe fer
aquella , que mira en recta linea ázia Poniente , no algu-
na de las que eíUn á los lados , porque la renitencia,
prefcindiendo de la dirección de el impidió , es igual de
todas partes , pues azia todas partes hai igual plenitud:
luego haviendo de forzarte al movimiento alguna partícu-
la , debe fer la que ella puefta en rectitud ázía Poniente,
pues ázia aquella patte fe dirige el impulfo. De efta fe
hace el mifmo argumento reípeéto de la otra immediata
ázia Poniente, y afsi infinitamente hafta llegar á algún
cuerpo folido , v. g. al primer Cielo (íi es folido efte )
ó fino al Firmamento , y íi tocios los Cielos fon fluidos,
llegaria el movimiento ele la materia movida hafta los
eípaeios imaginarios. Pero íi hai algún Cielo folido, con-
tinuandofe hafta alli el movimiento , de alli refluítuaria
ázia los lados , y afsi fucefsivamente , por no hallar va-
cuidad alguna donde colocar las partículas movidas lia
que movieíícn á otras , fe movería toda efta gran mafla
liquida, que eftá contenida en la fuperficie concava de el
Cielo; y por otra parte feria impoísible moverfe, por
no haver efpacio vacio ázia donde pudieífe moverfe ; de
el mifmo modo que las piezas de madera contenidas den-
tro de una quadra , y totalmente immediatas unas á otras
por todas partes, no podrian moverfe fin romper las pare-
des, ó techo de la quadra.
3 4 De aquife infiere contra lafupoíicion , que hacen
los contrarios en fu refpuefta , que fi no huvieife vacui-
dades en el Univerfo , no havria en él cuerpo fluido al-
guno , antes todos ferian infinitamente mas folidos , que
elbtonce, y el marmol: porque cuerpo fluido es aquel,
cuyas partes fe mueven promiícuamente con facilidad
ázia todoslados ; íiendo , pues impofsible tal movimien-
to en el aire , v. g. feria efte un cuerpo de extrema fo~
lidéz.
35 Por concluíion advierto , que nueftros argumen-
tos folo prueban el vacio diíeminado , 6 repartido en
in-
3i0 EXISTENCIA DE EL VACÍO;
innumerables pequeiiii.siu.ios cfpacios , que. podemos, lia-.-
mar poros de los cuerpos mas fútiles pues efte folo fe
requiere ais i para la rarefacción , y condenfacion , como,
para el movimiento , ò progrefsion local de los cuerpos.
En quanto al vacio , que llaman coacervado , ò vacui-;
dad , que coja un conliderablc eíoacio , juzgo mucho
nías probable que no le hai ; pero no hallo razón ^ que
me perfilada, fu impofsibilidad , ni Meta-i
IN
INTRANSMUTABILIDAD
DE LOS ELEMENTOS.
DISCURSO XIV,
§. IIÍ. ^
T ) E r o ya que el Fuego no pueda convertir en
l Fuego el Agua , que es Elemento difymbolo
refpecto de él, podrá por lo menos convertir á la Tierra, y
al Aire , con quienes , fegun los Ariílotelicos , fymbo-
liza , con aquella por la fequedad, y con efte por el calor?
Tampoco.
5 Lo primero fe prueba: Porqué qué Tierra (hablan-
do de la que vemos acá en la fuperficie de el Globo ) es
atormentada por el Fuego tan diuturnamente , ni con
tanto rigor, como la de los ladrillos, de que fe forman los
hornos ? Sin embargo aquella fubíifte muchifsimos años,
fin que un átomo fuyo fe tranfmute.
6 Si eftendemos la coníideracion á la que circunda los
Volcanes , aun es mas fuerte el argumento. Si el Fuego
tranfmutaífe la Tierra en Fuego , yá por la actividad de
tantos volcanes eftaria abrafado todo el Mundo. Acafo fe
refponderá , que en el continuado combate de eftos dos
Elementos fe alternan los triunfos, de modo que unas ve-
ces el Fuego tranfmuta la Tierra , otras la Tierra el Fue-
go , y por configuiente fubíiftan fenfiblcmente en equili-
brio. Pero efta refpuefta carece de toda veriíimilitud,
pues fe fabe , que al Fuego una vez que empiece á vencer,
no le debilita el combate, antes le aumenta las fuerzas,
de fuerte que no ceífa hafta deftruir enteramente á fu ene-
migo.
7 N o ignoro , que en el Etna , y otros Volcanes fe
ha obfervado , que fus aberturas fon oy mucho mayores
que eran algunos figlos ha. Mas de aqui no puede inferir-
fe , que aquella porción de Tierra que falta, fe convirtió
en fuego. Lo que fe infiere , y lo que hace evidente la ex-
periencia , es que el Ímpetu de la llama, quando fe de- ¡
Rr 2 bor-
314 INTRANSMUTABILTDAD D E LOS ELEMENTOS;
borda , arrebata íiempre , eleva , y arroja fuera alguna
cantidad de la tierra que la circunda. En la Relación que,
como teíligode villa , hizo Plinio el Menor de la trágica
muerte , que á fu tio Plinio el Mayor ocafionó la ardien-
te curiofidad de examinar de cerca los incendios de el
en una de fus mayores furias , fe lee , que nafta las
Naves de la Armada Romana, ancoradas en el Puerto ve-
cino , llegaban las piedras , que la violencia de la llama
arrancaba de la concavidad , y hazia volar por grandes ef-
pacios de aire. Qué no hará con la Tierra un Ímpetu que.
rompe , y difpara peñafeos?
8 Si fuelle verdad lo de el Fuego central, 6 grandiofo
depoíito de llamas, que en el centro de la Tierra quiíieron
eftablecer los Padres Kirker , Callad , Caftel, y con ellos
otros muchos , íubiria mucho de punto la eficacia de ella
razón probaciva ; pues íiendo aquel como un Océano de
Fuego, q re ocupa dilatadifsimo efpacio, y de quien fe de-
rivan halla la fuperficie del Globo eftos arroyos de llamas,
que llamamos Volcanes , á pocos dias feria fuego todo el
Orbe, y á pocos mas feria todo ceniza, íi el Fuego tuviefle
actividad para tranfmutar la Tierra en fu efpecie.Pero na-
da debemos fundar en lo que folo fe permite á Phyficas
conjeturas.
§. IV.
í? / ^ O n t r a la tranfmutacion de el Airé en Fuego
v » ^ yá es argumento anciano el que toda la Esle-
ía de el Aire mucho tiempo ha diaria hecha Esfera de
Fuego. A ello refponden , que el Fuego , que tenemos
acá abaxo , por fer mui impuro , necefsita pábulo mas
denfo , ó craflo que el aire. A los ojos fe viene la replica,
que contra los Ariftoteücos fe puede hacer con ei Fuego
que conftituyen entre la Esfera de el Aire , y el Cielo de la
Luna , pues íiendo aquel, como ellos quieren , purifsi-
mo , podrá mui bien cebarle con el delicado alimento de
el aire vecino , y de aili ir baxando íuccefsivamente nafta
encender nucítra. Atmofphera, /
El
DISCURSO XIV.
10 Es de advertir , que quando á los Ariflotelicos fe
les propone contraía exigencia déla Esfera de el Fuego el
inconveniente de que abrafaria el Aire , refponden que
aquel es un Fugo tenuifsimo , y rarifsimo , por tanto in-
capaz de quemar. Mas quando aqui fe les reprefenta el
mifmo inconveniente en el Fuego de acá abaxo , ocurren
con que es impuro , y craífo , y afsi el Aire por fer tan ra-
ro , y tenue no es para él alimento proporcionado. Con
que unas veces por puro , otras por impuro , unas por t e -
nue , otras por craífo , dcxa el Aire como fe citaba. Qual
fe puede llamar contradicción , fi ella no lo es \ Y el cafo
es , que aun admitidas eftas fonaciones , dexan el campo
al enemigo , pues yá por una razón , ya por otra nunca
llegará el cafo , ni puede llegar de tranfmutarfe el Aire en
Fuego. Corno, pues , defienden, que no hai Elemento al-
guno , que no pueda tranfmutarfe immediatamente en
otro qualquiera Elemento , y mucho mas fácilmente fien-
do Elementos fymbolos, como lo fon en fu fentir el Aire,
y el Fuego?
11 Pero demos un nuevo, y eficacifsimo golpe en ef-
ta contienda , que atajará toda evalion , proponiéndoles
otro Fuego , que ni tiene la impureza de el de acá abaxo,
ni la falta de actividad de el que imaginan allá arriba , y
que con todo no convierte jamás el Aire en Fuego. Hile
Fuego diílinto es el de el Sol congregado en el foco de el
Efpejo Uílorio. Todos afsientan, que eñe es un Fuego pu-
rifsimo , y nadie ignora, que es extremamente activo, tan
puro por lo menos como el de allá arriba , y mas activo
que el de acá abaxo. Vé aqui un Fuego , que tiene bien
hechas las pruebas de eílár exempto de las dos nulidades,
que los Ariílotelicos atribuyen á los otros dos Fuegos , y
que con todo jamas convirtió en fuego una pulgarada de
Aire, f s claro : pues fi empezaffe á encenderle , profegui-
tia en el de toda una Región , y defpues en el de todo el
jidundo , falvo que acudieífe á tiempo una co-
pióla lluvia al focorro.
m
3¡£ IN t r a n s mutabili dad de los ELEMENTOS.
§• V.
li ^ I el Fuego , que es el mas activo, y eficaz dé
todos ios Elementos , no puede tranfmutar
otro alguno à fu efpecie, parece que ni los demás podrán
reciprocamente tranfmutarfe. Creo firmemente, que fi en
un vafo de agua, por grande que fea, fe echa un poco de
arena , efta ie irá al fondo , y alli fe citará años enteros en
fu íer de arena. De el mifmo modo fi alguna cantidad de
arena feca fe rocía , y humedece con un poco de agua , y
fe cierra de modo que el calor no pueda difsipar , ò vapo-
rar la humedad , me parece infalible , que la arena fe con-
fervará fiempre húmeda , lo que no fucederia fi convir-
tieífe en fu propria fubítancia la agua conque la humede-
cieron.
13 Acafo fe me arguirà con las concreciones , que de
el agua fe hacen en crittales , piedras comunes , y precio-
fas. Pero á eífo digo lo primero , que ni los criftaies, ni
las piedras fon tierra , y afsi la objeción no es de el cafo,
quando fe difputa fi la tierra puede hacerfe de el agua. Lo
fegundo , que aunque en el criítal, y las piedras entre al-
guna porción de agua , concurren otros principios, como
Ácidos , y Alkalis, que intimamente, y por minutifsimas
partículas mezclados con ella la fixan. Lo de que el crif-
tal no fea otra cofa que agua congelada , es error vulgar.
Si lo fuera fe derretiría al fuego , y feria mas ligero que
el agua, pues la agua elada es mas leve que la fluida , y
afsi nada íobre ella. Lo tercero , que aun quando ad-
mitieííemos alguna converfion de agua en tierra, ù de
tierra en agua, no por eífo lograrían nada los contrarios,
mientras no nos prueben , que en la converfion de agua
en tierra es el agente la mifma tierra , y en la de tierra en
agua lo es el agua: pues lo que aqui fe difputa , no es fi
abíblutamente un Elemento fe puede tranfmutar en otro,
fino fi la virtud activa de la tranímutacion refide en el
Elemento , à cuya efpecie fe tranfmuta el otro. El que
ha-
DISCURSO XIV. 317
haya otro agente en la naturaleza que pueda hacerlo no
es de el cafo, y afsi puede permirirfe fin riefgo.
§. vi.
14 T A converfion de la agua en aire , y de el aire
.L,¿ en agua eJlá mui admitida. Pero no veo
experiencia alguna que la pruebe. La vulgar de la Eoli-
pyla , con que pretenden eftablecer la tranfmutacion de el
agua en aire, eltá mui lexos de concluir cofa alguna. Da-
fe el nombre de Eolipyla á un vafo de cobre , ó hierro,
cerrado por todas partes , exceptuando un pequeño agu-
jero , que fe le dexa á la punta de un pico , ó cola de baf-
tante longitud. El uío de él es el iiguiente. Caliéntale
bien al fuego , para que le enrarezca el aire , que tiene
dentro. Luego metiendo el pico en el agua , recibe toda
la que es meneftet para ocupar el eípacio, que dexa el
aire enrarecido , al condeníarle de nuevo con la frialdad
de el agua. En efte citado le aplica otra vez al fuego , y
luego que empieza á calentarfe, empieza á foplar por el
agujero , creciendo la tuerza de el íoplo á proporción de
lo que crece el calor: de modo , que eftá foplando con
vehementifsimo Ímpetu por un buen rato , que es lo que
tarda en difsiparfe totalmente el agua contenida en el va-
fo. La vehemencia de el foplo, continuada por tanto
tiempo , que puede encender toda una buena fragua , ha
hecho creer que toda la agua contenida en la Eolipyla fe
convierte en aire.
1 5 Aun quando ello fueífe afsi, nada lográbanlos
Ariftotelicos para fu pretenfion , pues la fupucíta tranf-
mutacion de el agua en aire en el cafo prefente no fe ha-
ría por el aire , fino por el fuego , que con la fuerza de el
calor enrareciendo muchb la agua, llegaría á darle te-
nuidad aerea; y lo que los Ariltotelicos pretenden , es,
que cada Elemento tranfmute á fu fymbolo , ó difymbo-
lo , no en otro tercer Elemento diílinto de los d o s , lino
en la fubílancia de el mifmo Elemento agente de la tranf-
mutacion.
3 1S Is'TRAVSMUTAB.LIDAD D E LOS E L E M E N T O ? .
16 Pero realmente en el cafo propueíto ni por el
Aire, ni por el Fuego, ni por otro algún agente fe hace la
tranfmutacion de aeua en aire. Efto fe hace maniriefto:
porque el agua fe vé falir de la Eolipyla refuelta en vapor
baftantemente denfo , guardando figura cónica exacta-
mente formada, cuya cufpide eítá en la entrada de el agu-
jero , y de alli fe va eftendiendo en torno con gran regu-
laridad, y ocupando fuccefsivamente mayor efpacio, haf-
ta que enteramente fe pierde de vifta , como fucede a
todos los vapores , quando fus partículas fe difgregan
mucho unas de otras. Es evidente , que aquel vifible Py-;
ramide no es de aire , lo uno porque el aire no es vifible,
lo otro , porque íi al encuentro de el Pyramide fe pone
promptamente qualquiera cuerpo denfo , y frió , fe vé al
momento bañada de agua fu Superficie , volviendo á con-
gregarfe en ella las partículas difperfas de el vapor. Por
otra parte el vapor, que fale , es tanto , quanto verisímil-
mente correfponde á toda la agua contenida en la Eoli-
pyla : por lo qual no queda lugar á difeurrir razonable-
mente , que alguna porción de agua , ya que no toda, fe
haya convertido en aire.
17 Si Se me opone, que aquel Soplo violento que en-
ciende el fuego con tanta actividad, no puede fer fino de
aire impelido, pues el vapor Solo no puede hacer cite
efe&o , por consiguiente alguna porción confiderable de
agua Se convierte en aire : reSpondo , concediendo el an-
tecedente , y negando la conSequencia : porque fin re-
currir á eííé alce imaginario , termino de la transmuta-
ción de el agua , hai elque es meneSter , parte dentro de
la Eolipyla, parte fuera de ella. Dentro de la Eolipyla
hai aquel aire, que antes fe condensó al introducir la
agua tria, y enrareciéndote defpues con el calor de el
fuego fale con notable Ímpetu , por necefsitar mayor ef-
pacio. Pero concurre también el ambiente , que eftá en-
frente de el agujero de la Eolipyla , el qual es arrebatado
con violencia ya de el aire de ella , yá de el vapor , que
eambien fe mueve con mucha rapidez.
DISCURSO XIV. grp
18 En q ü a n t o á la tranímutacion de el aire en agua,
fconvence al parecer que no la hai el que en toda agua fe
ha hallado incluida alguna porción de aire dividida en
Enínutiísimas partículas , las quales íe perciben clara-
mente , congregándole q u a n d o el agua íe yela¡, y enrare-
ciéndole quanüo hierbe. También en la Maquina Pneu-
mática, de qualquitra agua que íe introduzca en ella fe
,íaca alguna cantidad de aire. Pues fi el agua no puede
convertir en iubfiancia aquellas minutiísin ¡as partí*
culas de aire , quando llegará el cafo
de que le tranfmute£
Ss
3ÌÓ
SOLUCIÓN
DE EL GRAN P R O B L E M A
HISTÓRICO
SOBRE LA P O B L A C I Ó N
DE LA A M E R I C Ai
Y R E V O L U C I O N E S D E EL ORBE
T E R R A Q U E O.
D I S C U R S O XV.
§. I.
• A arduifslma queftion de la población de
la America, elio es , corno , ò por donde
paííaron à aquellos vaftifsimos paifes fus
primeros habitadores , ha fido tratada
por muchas plumas, con bailante diligencia,y aplicación;
mas no con igual felicidad, porque deípues de haverfe dif-
currido mucho , y por diferentes fendas en eíla mate-
ria , no fe ha encontrado halla ahora idèa capàz. de
aquie-
DISCURSO XV. 32'f"
aquietar á uñ entendimiento , que fínceramente buíca la
yerdad.
2 De efte mifmo fentir es el docto Anonymo , que
poco ha dio de nuevo á luz el libro intitulado: Origen de
los Indios de el nuevo Mundo, compuefto á principios de el
íiglo pafTado por el Padre Prefentado Dominicano f rai
Gregorio García , ilustrándole con muchas Adiciones,
donde reinan una acertada Critica , y una copiofa Erudi-
ción. Es cierto , que en aquel libro , ya por el eíludio de
el que le compufo , ya por la diligencia de el que le au-
mentó , fe hallan recogidas, y esforzadas (quanto en ellas
cabe) todas las opiniones , que hafta ahora fe han inven-
tado fobre la primera población de la America. Pero fea-
me licito decir , que entre tanta variedad de fentencias
ninguna encuentro, que haya acertado con la veriíimili-
tud. Algunas ni aun tocaron en la pofsibilidad. Efto me
ha eftimulado á proponer al Orbe Literario un nuevo fyf-
tema fobre el aíTumpto. El juzgará , íi el mió es mas bien
fundado, que todos los que hafta aqui parecieron en fu
dilatadifsimo Theatro.
§• ir.
3 "C ^ q fti°
c a u e n
de mucho mayor importancia,-
e s
§. ni.
'5 T ~ L fy flema , pues , de la Peirere , y los demás
V i Preadamitas es, que el fexto diadela crea-
icion de el Mundo crio Dios al hombre , varón , y hem-
bra , eíto es (como ellos lo entienden) no un varón folo, y
una fola hembra , fino muchos varones, y hembras repar-
tidos por las varias Regiones de el Orbe , de el milmo
modo que no produxo una planta fola , fino muchas de
cada efpecie , en varios parages de la tierra. Que mucho
tiempo defpues crió á Adán , y Eva , y que ella creación
es la que fe expreífa en elítgundo capitulo de el Cyeneíis,
como diferente de la otra , que fe refiere en el primero.
Que Adán por configniente no es cabeza , ó progenitor
de todos los hombres , si folo de el Pueblo judaico , y
por elfo Moisés , cuyo defignio no era eferibir hiíloria
general de el Mundo , si folo de aquel Pueblo , refiriendo
prv-
DISCURSO XV. 323
primero de paflb , y en términos generales la producción
de las demás gentes , deípues mas individualmente ex-
prtfsó la formación de Adán , y Eva , tomando de ellos,
como padres únicos , y privativos de la gente iíraelitica,
el principio de la ferie hiftorica de aquella ¡Sacion. Que el
dar padres particulares , é independentes de la común
creación á la gente Judaica, fué configuiente al defignio
Divino de conftituirla por fu Pueblo eícogido, y fingular-
mente deftinado á recibir , y mantener la Religión vérda-,
dera, y fincero culto de la Deidad.
§• IV.
6 T Os apoyos de tan detestable fyftema fe teman
lo primero de un paífage de San Pablo , en el
capitulo quinto de la Carta á los Romanos , perverfamen-
te interpretado. Lo fegundo,de la repetición de la forma-
ción de Adán , y Eva , hecha en el fegundo capitulo de el
Geneíis , la qual, como hemos dicho , quieren losPrea-
•damitas no fea repetición , íino relación de otra creación
diverfa de la que fe noticia en el capitulo primero. Lo ter-
cero , de las Chronicas fabulofas de los Chaldeos , y los
Egypcios, los quales fe fingían una antigüedad portento-
la , y anterior muchos millares de años á la formación de
.Adamcuya impoílura en orden á losChaldeosfe averiguo
yá en tiempo de Alexandro , luego que efte Principe con-
quilló á Babylonia ; porque el PhilofofoCalifihenes, que
.era de la comitiva de Alexandro , á felicitación de Arif-
.toteles regifirb todos los mom-mentos de las obfervacio-
nes Aítronomicas de los Chaldeos, confervados en aque-
lla Ciudad , y halló que fu mayor antigüedad era de mil
novecientos y tres años , en lugar de qnatrocientos y fe-
tenta mil años de edad , que los Chaldeos atribuían á fus
primeras observaciones.
7 Últimamente , forman los Preadamitas prueba pa-
ra fu fyfiema fobre los Pueblos de la America , porque
fuponiendo , como ftipo-m n , que de nueílro continente
#lde U America ¡10 hai comunicación alguna por tierra.,
aiv.
'% I A SOLUCIÓN DE EL GR AN P R O B L E M A HISTÓRTCO,&C;
antes median, grandes mares entre uno , y otro continen-
te , infieren que ni de Europa, ni de Aísia , ni de África
pudieron paífar hombres algunos á la America antes de la
invención de la Aguja Náutica , cuyo ufo es abfbluta-
mente neceffario para los viages de Mar , en que las Em-
barcaciones pierden de vifta las orillas. Siendo , pues,
•confiante , que la America eftaba poblada mucho tiempo
antes de la invención de la Aguja Náutica , infieren , co-
mo confequencia fixa , que fus habitadores nofondef-
cendientes de los de nueftro continente , por configuien-
te no deben fu primer origen á Adán, y Eva, fino á
otros varones, y hembras , que Dios crió en aquellos
paites.
§. V.
Sf A Efte argumento puede refponderfe de tres
f~\. maneras. Puede decirfe lo primero, que los
•ántiqíiifsimos pobladores de la America no con defignió
formado paitaron de efte continente al otro,si arrebatados
de alguna tempeftad , cuya violencia pudo tranfponerlos
á é l , quando fu intento folo era navegar á vifta de tierra,'
-fegun la limitación de la Náutica,antes que fe defcubrlefíe
el ufo déla Aguja Magnética. Puede decirfe lo fegundo,;
que acato los antiguos conocieron, y ufaron la Aguja; pe-
ro perdido defpues, y ignorado por muchos figlos efte ar-
te fe reítituyó otra vez al Mundo , creyéndote fer inven-,
cion nueva la que folo fué recuperación. Puede en fin ref-
ponderfe , que los dos continentes no eítán en todas par-
tes divididos por los Mares, antes en alguna fe comunican;
por tierra.
o Empezando por efta ultima foluclon,juzgo que ente-
ramente carece de probabilidad. Innumerables relaciones
de viages marítimos deílruyen la fofpechade comunica-
ción por tierra éntrelos dos continentes. Ni en eíto es
razón detenernos , porque feria materia de mucha proli-
jidad , ti fobre ella inítituyefTemos una exacta difeuf-
üon.
La
DISCURSO XV. 325 -
TO La primera rcfpuefta nada contiene ni dejmpofsi-
ble,nide inveriíimií. habido es,que el primer origen de ei
descubrimiento cíelas Indias Occidentales hecho á los fi-
nes de el figlo decÍmoquinto,fe debió á una tempeftad,que
arrojó ázia aquellas partes al PilotoVizcaino llamado An-
dalouza , elqual muriendo defpues en los biv.zosde elfa-
mofo Colon,le pago la caridad de ei hoípcdage con la no-
ticia bien reglada de aquel hallazgo.
11 Tampoco en la fegunda reípucíla hai cofa que"
choque la razón. En el Difcurfo Duodécimo de el Quarto
Tomo dimos noticia de varios artificios , cuyo conoci-
miento havia logrado el Mundo en los antiguos tiempos,:
yperdiendoleenlosfubiiguient.es, le recobró en ios úl-
timos figlos. Ello pudo fuceder en el ufo de la Aguja-
Náutica , efpeciaimente fi entre los antiguos fué conocido
de pocos fu uío, y fe guardaba como fecreto.
§• Vi.
12 A L a verdad,fi el argumento propuefto arriba
f~\ a favor de los Preadamitas no fe adelanta
m a s , bailan para quebrantar toda fu fuerza las dos ref-
pueftas dadas , y aun cada una por si fola. Pero refta lo
mas arduo de la dificultad,cuyo mayor apuro confine en el
traníito de los brutos a la America. Lo qual declaro afsi.
Es confiante por teftimonio de la Efcritnra Sagrada, que
en el Diluvio Univerfal perecieron quantas beílias terref-
t r e s , y volátiles havia en el Univerfo , á la referva de
aquedas pocas de cada efpecie, que fe Salvaron en el Arca.
Es afsimilmo confiante , que únicamente de aquellos in-
dividuos, que fe faivaron en el Arca, fe propagaron def-
pues todas las efpecies , de modo que no huvo defde en-
tonces acá, ni hai oy bruto alguno fobre la haz de la tier-
ra (por lo menos fi le habla de los que folo pueden fer en-
gendrados por la mixtión de los dos íexos ) que no def-
cienda de aquellos. Todo ello confia claramente de el ca-
pitulo Sexto , y feptimo de el Genefis. Y enfin es hecho
irrefragable , que quando los Efpaúoles entraron la pri-
me-
3 i(y SoLUC'tON DE EL GRAN PROBLEMA HrSTORí C0,CVCV
mera vez en la America, hallaron en varios palles de aquel
continente muchos brutos , unos conocidos, y de las mif-
mas eípecies que hai acá, otros que no havian vifto jamás.
Pues aquellos brutos defeienden fin'duda de los que fe
recogieron en el Arca de Noe , fe pregunta ahora , como
palTaron de nuefiro continente á aquel. Y la dificultad
tendría fácil falida , fi en la America folo fe hallaífen , o"
aves de largo vuelo , que pudieffen atravefar muchas le»
guas de piélago ; ó folo aquellos brutos, que fon útiles ai
hombre, como Caballos, Bueyes, Ovejas, Gallinas , Per«
ros , de quienes fe podría difeurrir , que los llevaron par*
£k ufo los primeros hombres, que, 6 por accidente, 6 poc
defignio palTaron a la America. Pero el negocio ella en
que en muchas tierras de el Nuevo Mundo íe hallaron , al
defeubririas los Efpañoles, como también fe hallan ahora,,
Leones, Tigres , Olios , Lobos , Zorras , y otrasbeitias
que Incomodan infinito al hombre , de .quienes por confi-
guíente no es creíble que los primeros pobladores de ht-
America los tranfportaffen allá en Navios. Y fi alguno fe
echaífe á adivinar , que las tranfportarian para lograr en
ellas el deleite de la caza, fe le preguntará, quien hafta.
ahora pensó en tranfplantar Lobos , y Zorras de un país
á o t r o , b poblar felvas de ellas fieras para cazarlas. El
Padre Acorta, que en el libro primero de fu Hiftoria de
las Indias fe hizo cargo de la dificultad , que vamos pro-
poniendo , llegando á apuntar efta folucion , hace burla-
de ella , y añade , que hai en el Peni una efpecie de Zor-
ras , que llaman Añas, animales mui fucios, y hediondos»;
N o es extrema ridiculez penfar , que haya havido jamás
hombres, que paitando de unpais á otro quifieífen trans-
portar en fu compañia tales animalejos , para que fe muí?
tiplicaflen en la Colonia, que iban á fundar?
i j Defefiimada , pues , como es juño , efta folucion,:
no hallo en lo que he leído fobre la materia otra alguna,
que pueda abrazarte : porque lo de que hai camino por
tierra de un continente á otro , es inverifimil, como y¿
apuntamos arriba : y lo que dicen algunos , que fueron
-conducidos los brutos por ministerio de los.Angeles al
Nuc-
DISCURSO XV. 527
№ e v o Mundo , es un recurfo á que folo fe debe acudir
en la extrema necefsidad , eíio es , no íiendo pofsibíe ha
llar otro alguno. Ni los dos exemplares , que pueden ale
garte , de que por minifterio de los Angeles fueron con
ducidos los brutos á Adán,para que les pufieífe nombres,
y al Arca de Noe para falvarfe en eíla, perfuaden algo.
L o primero , porque es incierto el aífumpto, de que los
Angeles intervinieflen en aquellas conducciones , pues ni
tal fe expreíla en la Efcritura , ni eran neceífarios los An~
geles para una , ni para otra conduda , pudiendo execi*
tarfe todo con folo un impulfo , que Dios imprimieífe á
ios brutos moviéndolos con é l , yá ázia Adán , yá ázia el
Arca. Lo fegundo , porque en aquellos dos cafos era ne
ceífarlo , que Dios uíáífe de alguna providencia extraor
dinaria á falta de los medios naturales , y comunes; y
no hai efta necefsidad en el nueítro, como veremos mas.
abaxo.
§. vi 1.
^4 TV T Ada de lo dicho incomoda á losHereges
l *4 Preadamitas , porque ellos para ir confl
guientes, cerrando los ojos , y echándote en todo , y por
todo , con la carga , no folo niegan que el Diluvio Noe
tico inundaífe toda la tierra,pero afirman que folo cubrió
la Judea , y acafo algunas Regiones vecinas. De efte mo
do no folo falvan de aquel eílrago los hombres, y brutos,
que fuponen criados, y exiftentcs en la America , mas re
fervan también de la ruina nueítro proprio continente, ex
ceptuando una pequeña parte de él. Qué ceguera tan vo
luntaria ! Qyjando eftá expreífado con la mayor claridad
jpofsible en la Efcritura , que el Diluvio fué univerfalifsi
mo , y que cubrieron las aguas la fuperficie de todo el
Orbe Terráqueo : Omnia repleverunt infuperficie térra::::
epertique funt omnes montes excelfifub univerfo Ccelo. En
fin , que perecieron quantos hombres, y brutos , terres
tres , y volátiles havia en toda la tierra : Confumptaque eji
smnis caro , quee movebaturfuper terram > volucrum, ani?
TomV* Tí " piatí-¡
328 SOLUCIÓN DE EL GRAN PROBLEMA HISTO'RTCO^&C;
mantium , bejliarum , omniumque rept'úium , i\u& reptant
fuper terram, univerfibomines, & cuneta,in qiúbus¡pira;
eulum vita eji in térra, mortua funt.
15 Debiendo , pues , fuponcr por una parce la infali-
ble verdad de la Hiíloria Sagrada , y bufear por otra el
modo mas veriíimil, conque puedieífen paífar á la Ame-
rica , no folo los defendientes de Noé , mas también los
de muchos brutos, que fe falvaron en el Arca , y no ha-
llando efta verifimilitud en alguna de las opiniones comu-
nes, propondré , y fundaré , a mi parecer eficazmente lq
3
§. VIH.
16 | " > I g o , pues , que efte negocio commodamen-
| . / te fe compone, Suponiendo que en virtud
de muchas alteraciones , que huvo en el difeurfo de tan-
tos figlos , la difpoficion exterior de el Orbe Terráqueo
es oy baíbntcmente difunta de la que huvo en otro tiem-
po. Puerto ello , es fácil concebir , que aunque oy los dos
continentes cftán Separados, en los tiempos antiquiSsimos
cftuvieífin unidos, ó te comunicaífen por tierra, por con-
figuiente que por aquella parte, donde havia la comuni-
cación por tierra, pallafien hombres , y brutos á la Ame-
rica.
1 7 A la poSsibilidad de el Supuerto , que hacemos,
nadie puede contradecir: porque qué repugnancia, ni aun
dificultad hai en que en aquel fitio donde le creyó eífár el
eítrecho de Anian , ó en otro alguno de los mas Setentrio-
nalesde Afsia,ü de Europa huvieíle un lithmo , ó eílrecho
de tierra , que firvicííe como de puente para tranfitar de
un continente á otro , y al qual defpues los continuos, y
violentos embates de el Océano fueífen rompiendo poco
á poco , harta abrirle de el todo , y hacer piélago lo que
antes era tierra firme ? Ni eramenefter la reiterada bate-
ría de el Mar por el dilatado efpacio de tantos figlos. Un
terremoto en poco momento podia hacer todo eífe eíira,-
go.. En Plinio, Eílrabor;, Séneca, y otros Autores hai re-
pe-
DTSCURSO XV.
petidos teítimonios de que varios terremotos , dividien-
do , ó precipitando en anchifsimas cavernas grandes ef-
pacios de tierra, dieron lugar áque los cubrieiie el Océa-
no. Afsi fueron fumergidas , con fus territorios, las
dos Ciudades de Pyrrha , y Antufa , cuyas ruinas cubre
oy la Laguna Meotis ; y las de Elice, y Bura en el feno de
Corintho. Afsi robó el Mar mas de treinta mil palios á la
Isla de Cea. Confia por la relación de antiguos Efcrito-
res , que ei'luvo un tiempo unida la Sicilia á Italia ; la Eu-
boea , que oy llamamos Negroponte , á la Beocia ; la de
Chypre á la Syria;la Leucoíia al promontorio de las Sire-
nas. Que eñas difrupciones fuellen hechas , ó por terre-
motos , ó por el porfiado impulfo de las olas en algunas
grandes tempeftades, no nos hace al cafo. De qualquiera
modo que fuelle , es cierto , que la mifma caufa que rom-
pió aquellas tierras para dar palto al Mar entre ellas,
pudo , fiendo mas continuada , ó mas vehemente, romper
la unión , que havia entre nueílro continente , y la Ame-
rica , fubílituyendo por la tierra , que los enlazaba , ó un
eílrecho de Mar , como juzgan algunos que hai oy, ó un
anchurofo piélago.
1 8 En el primer tomo de las Memorias de Trevoux
'de el año de 3 1 . fe da noticia de un libro , poco ha im-
prelfo en Holanda , cuyo Autor, ó Autores eferiben , que
oy fubfiften indicios de que huvo un continente , ó paila-
ge de tierra de mil leguas , ó algo mas, que unia la extre-
midad de la Tartaria Oriental con la extremidad de la Ca-
lifornia , peninfulade la America Setentrional. Mas co-
mo en las citadas Memorias no fe expreíü , ni quales fon
ellos indicios , ni en que fundamentos eflriva la noticia,
nada quiero firmar fobre ella; y tampoco la he meneílet
para nada.
19 Aun con mayor defeftimacion miro la decantada
hifioria de la Atlantida de Platón ; aunque, porque algu-
nos Autores la aprecian mas que debieran , la expondré
para impugnarla. Hablando Platón (en el Timado ) de la
converfacion que tuvo con Solón un Sacerdote EgypciO;
íebre las nías remotas antigüedades de Athenas, dice cor
TT 2 MO
^¡o SOLUCIÓN' DE EY/GRAN PROBLEMA HISTÓRTCÓ^CJ
1110 con ocafion de ellas le refirió el Sacerdote a Solón-
que en tiempos mui anteriores havia havido una grandif-
íima Isla, mayor que la África , y la Aíia juntas , colocan;
d a á l a v i f t a d e el Eftrecho que oy llamamos de Gibral-i
tar , y eftendida ázia el Poniente por todo aquel efpacio,'
queoy tiene el nombre de Mar Atlántico ; pero que efta
Isla deshecha con un gran terremoto , havia fido forbida
toda de el xVlar.
ao Digo, que algunos Autores hacen para el affump-
t o , que ftguimos , mas aprecio de efta noticia , que de-
bieran , porque , fuponiendola verdadera , fe imaginan
haver hallado en la Isla Atlantida fácil palfo á los prime-
ros pobladores de la America. Pero que la referida hifto-;
ria es fabulofa , fe probará eficazmente. Lo primero,
porque fiendo la Atlantida mayor que la Aísia, y la África
juntas, no podía caber en el efpacio , que hai entre nuef-
tro continente , y el de la America , como es fácil de-
monstrar geométricamente , mayormente , porque en la
relación de el Sacerdote Egypcio la Atlantida no fe aveci-
naba por la otra extremidad , ó llegaba á villa de el otro
continente , sifolo de otras Islas , que mediaban entre el,
y ella. Lofegundo, porque en el mifmo coloquio con
Solón daba el íígypcio nueve mil años de antigüedad á la
Ciudad de Athenas, que era hacerla algunos millares de
años mas antigua que el Mundo , fegun lo que por preci-
fa confequencia refulta de las fagradas Letras. Y quien
mentía, ó erraba tan torpemente en cfto , qué fee merece
en lo demás? Lo tercero , por otra circunftancia fabulo-
fa que fe envuelve en aquella narración , ello es , queha-
viendo falido Immenfas gentes de la Atlantida , con el de-
íignio de fubyugartodo el Mundo , y teniendo conquif-
tada yá toda la África halla Egypto , y todo lo que hai de
Europa halla el Mar Tyrreno , fueron refluidas, y expug-
nadas porfiólos los Griegos,)' aun porfolosios Athenien-
•fes. Quien creerá, que una pequeña República deftru-
yeífe la mayor Potencia que jamás huvo en el Mundo?
Afsi fe debe hacer juicio de que toda la narración de
aquel venerado Sacerdote fué un texido de fábulas.
re-.
DISCURSO XV.
§. IX.
21 T j E r o aun quando la Isla Atlantída no fueííe fa-
£ bulofa , no bañarla fu exiftencia para refol-
Ver la dificultad en el punto en que arriba la hemos pro-
pueíto. Quiero decir , que daría tranfito fuficiente á los
hombres para el continente de la America; mas no. á los
brutos. La razón es , porque entre la Atlantída , y el
otro continente mediaban , íegun la relación de el Egyp-
cío , otras Islas per quam ad alias próximas Ínfulaspate-
bat aditus, atquc ab lnfulis ad omnem continentem e conf-
peclu jacentem. (Plat. in Tima?o.) Ellas Islas intermedias
quieren los Autores, que fuponen la hiftoria de el Egypcio
verdadera, que fean las de Barlovento. Sean eflas^ú otras,
fácil feria á los hombres navegar de una á otra , y déla
ultima al continente ; podrían también llevar configo las
beftias domefticas , y titiles. Afsimifmo podrían volar las
aves de la Atlantída á las otras Islas , y de ellas á la tierra
firme. Mas para las beftias terreílres feroces , y nocivas,
las quales no es creíble fuellen conducidas por aquellos
pobladores , ni pudieífen , ó quiíieífen paitar á nado los
efpacios intermedios de M a r , fiempre queda la dificultad
en pie.
2 2 Y verdaderamente yo no puedo dexar de admirar,
que los Autores , que bufeando camino á los primeros
pobladores de la America, encontraron la eípecie déla
Atlantída, nohicieflenmejoruio.de ella. No tolo erra-
ron en imaginar verdadera una Isla fabulofa , y en creerla
commoda para el tranfito de todos los animales,que hai en,
el otro continente,aun quando fueíte verdaderas mastam-.
bien padecieron la infelicidad de que aquella noticia no
excitaífe en ellos (fiendo cfto naturalifsimo ) la idea mas
oportuna , que es la que yo figo , para defatar el nudo de
la queftion. Luego que tratando efte aifumpto fe encuen-
tra la efpecie de una grande Isla , que ocupó todo el ef-
pacio , que hai defde Efpaña a las Islas de la America , y
fué enteramente deftruida por un terremoto, hallando por
otra.
3 j a S O L U C I Ó N D E E L G R A N P R O B L E M A Hrsf Ó R Y C Ó , & C .
otraparte poca , ó ninguna verifimHitud en el hecho , y
aun poca , ó ninguna comodidad para el intento , que co-
fa mas natural, ni mas razonable , que trasladar con la
idea el fuceflb á otra parte, donde fea mas pofsibk , mas
veriíimil, y mas oportuno para refolver la dificultad? T o -
dos tienen comprehendido , que el efpacio de Océano,
que media entre la parte mas Setentrional de la Tartaria,
y la extremidad también Setentrional de la America,
es fin comparación menor , ó de incomparablemente me-
nor anchura, que el que media entre el Eítrecho de Gibral-
t a r , y la America. Que un terremoto enteramente hi-
cieífe forber de las aguas una Isla, que ocupaba todo efte
efpacio , b , lo que es mas , una isla mayor que la África,
y Afsia juntas , fino impofsible , es á lo menos fumma-
mente inverisímil. Pero que un terremoto, b muchos ter-
remotos , y aun fin ellos el continuado impulfo de las olas
rompieífen algún Iilhmo , que atravefaífe por la parte de
el Setentrion de uno á otro continente, no contiene el me-:
lior veíligio de inverisimilitud.
23 Si acaSo Se me opufiere, que ello es difeurrir io>
que pudo fer , no lo que fué , refpondo , que en efta parte
todas las opiniones van iguales. De el tranfito de hom-
bres, y brutos á la America no hai oy en el Mundo teílígo
alguno de villa , ni aun de oídas. Tampoco ha quedado
monumento alguno de el SuceíTo en eferituras , libros , o
marmoles. Lo mas, pues , que Se puede hacer , es bufear
el hecho por el rodeo de la pofsibilidad , y aquel fe debe
juzgar que le encuentra , que propone un modo nofolo
pofsible, fino el mas verifimil, que Salva todos los incon-;
venientes , y ocurre á todas las dificultades. ESta Substan-
cial ventaja creo goza nueftra opinión , b ninguna otra fe
puede ja&ar de otro tanto , pues aunque en otras fe pro-;
ponga modo probable para el tranfito de los hombres ala
America, en ninguna fino en la nueftra le abre cami-
no para todos los brutos , que hai en
aquellas Regiones.
)(§)(-
DISCURSO XV.
353
§. X.
24 T A fuerza de eíta razón, que , quanto permite
|_ , la materia, parece dcmonítrativa , fe hace
«mas fenfible con varias pruebas experimentales , que hai,
de que la fupcrfcie de el u r b e Terráqueo padeció muchas
alteraciones ¡tmejantes á la que proponemos. Arriba vi-
mos , como r c r ei teftimonio de muchos Lfctitores conf-
ia , que el Mar ocupa oy varios, y grandes eípacios , que
antes eran de tierra firme. Ahora veremos con.o hai oy
muchos , y grandes efpacios de tierra firme , que en otros
üglos futren cubiertos de el agua de el Mar.
25 Ellos dos Elementos Tierra , y Agua, fondos
contendientes, que dcfde que el Mundo es .Mundo fe
han citado haciendo continua guerra, y alternando repre-
falias , ó ufurpacioues uno fobre otro. En un tiempo , y
.en un Pais roba el Mar algún efpacio a la tierra; en otro
tiempo , y otro i ais recobra la tierra la pérdida robando
algún cípacio al Mar. De modo, que no hai figlo, en que
no pueda decir el que obfervare eftas reciprocas hoftili-
dades de los dos Elementos , lo que Ovidio en el quinto
décimo de los Metamorphofeos pone en la boca dePydra-t
goras:
Vidi ego quodfuerat quondam Jblidifsima tellas
EJfefretum, vidi fadías ex aquore térras.
La producción de nuevas Islas en diferentes tiempos , y
fitiosts un hecho tan confiante, que nadie puede negarle,
t n nueitros dias fe formó una nueva Isla de bañante ex-
tenfion en ei Archipiélago, cerca déla de Santorin, ó San-
terin ; y lo que es mu i admirable, en un fitio donde el
Mar era proíuudifsimo. Hizofe manifiefto, que la vio-
lencia de los fuegos fubten aneos , levantando la tierra , y
peñaitos, que citaban en el fondo de el Mar , produxo
aquella Isla. Algunos creen , que antes de el Diluvio no
luvia Isla alguna , si que Dios crió toda la tierra firme
unida , y defpues ya por aquella general inundación , ya
SoLuerÓMDE E L GRAkPRÓBLEMAHrStÓRTCÓjSíJ
por otras caufas, y en otros tiempos fe formaron todas las
Islas: materia en que nada fe puede afirmar , ó negar con
bailante fundamento.
26 Afsimifmo es confiante, que por el difeurfo de al-
gunos ligios el Mar fe ha retirado á bailante dillancia de
muchas Playas. Ravena fué un tiempo Puerto de Mar , y
el principal que tenían los Romanos fobre el Adriático.
'Aun oy fe vén en la parte de fus muros , que mira aquel
Golfo , argollas donde amarraban las Naos. Oy diílade
el Mar tres millas , y todo el efpacio intermedio es niui
fértil. En algunas partes de efta Coila de Afturias hai fe-
ñas manifieftas de que el Mar fe ha retirado baílantemen-
t e , como yo mifmo lo he notado en un parage á media
legua de Aviles, ázia poniente. Y en el Rio que corre jun-
t o á nueilro Monaílerio de San Salvador de Cornellana,
fubíiften en las ruinas de un Puente algunas argollas,
como las de Ravena , donde citaban los Baxeles ; íiendo
afsi, que oy no pueden arribar ni aun una legua mas
abaxo»
§. XI.
#7 T As alteraciones dichas fon de poco moméiitd
I ^ j comparadas con otras mucho mayores, que^
5nos reftan. Baptifta Fulgofo, Balthafar Moreto , y otros
refieren,que el año de 1460. (El P.Zahn cita el de 15:42.)
cerca de Verona , no la Ciudad de Italia , fino otra de el
mifmo nombre, que hai en los Suizos, cabando una mina
ala profundidad de cinquenta brazas, fué hallado un Na-r
vio entero , con fus ancoras, rotos los maftiles , y en él
los efqueletos de quarenta hombres. Efte fuceffo , mirado
á primera luz , parece perfuade , que donde eftán oy los
'Suizos huvo un tiempo Mar navegable , porque fino , co-
mo podia haver parado en aquel fitio un Navio con los
cadáveres de los navegantes.
28 Sin embargo confieífo , que efta prueba es muí
equivoca. Edmundo Dickinfon , Philofofo Inglés , usó
de ella para mui diferente intento, ello es, para confirmar
fu
Drfcuitso X V . f$f
Su opinión de k circulación de las aguas marítimas, y
comunicación íubterranea , por donde Huyen de uno á
£>tro Polo. Ella fentencia , que oy tiene mediano nume«<
r o d é Sectarios , fe funda en algunas obfervaciones dt
que aria el Polo Árctico hai una corriente continua dirigi-
da al mifmo Pol-o , tanto mas impetuofa , quanto es me-
'íiorla dillancia de é l ; y al contrario ázia el Antárctico fe
experimenta otra corriente, que repele las Naos, y no les
permite acercarte á aquel Polo. Lo qualfupueílo, parece
precito , que en el Polo Árctico haya una abertura, ó tra»*
gadero, donde fepuítandofe las aguas por un canal fub-
terraneo , ó acato muchos , corran halla falir por el An-¡
tarctico. Añaden para confirmación la hifioria de que
furcando unas Naves { no me acuerdo en que tiempo , ni
con qué defignio) en un parage mui abanzadode el Nor-i
te , reconocieron la corriente acia el Polo tan impetuofa,
que dificnltofamente podían refiftirla, mas al fin pudieron
retroceder , exceptuando una algo mas abanzada, que
fué arrebatada fin remedio , para no parecer jamás , y t
§. XII.
52 I" ." Ste fe toma de el repetido hallazgo de coti-
la chas marinas, y peces petrificados en varios
parages de la tierra mui diñantes de el Mar. Es confiante
por innumerables teñimonios fidedignos , que en el cen-
tro de Inglaterra, y de Sicilia , en diferentes territorios
-.de la Francia , y otros muchos de Europa , y Afsia , bien
al.xados de todos los Mares, fe hallan en gran copia con-
chas marinas de pecos conocidos, los quales folo deben
DISCURSO XV/ "3¿'7"
fu origen i y educación á las aguas Salobres. Afsimifmo,
aunque no con tanta abundancia, fe hallan en el centro de
las tierras peces petrificados , cuya perfecta Semejanza en
ía configuración á algunas efpecies de animales maríti-
mos no permite la menor duda de que fiendo un tiempo
individuos de aquellas efpecies, al tiempo que por quedar
en feco les fué faltando la vida , y el movimiento , fe fue-
ron introduciendo por fus poros varios corpufculos fer-
reos , ó Salinos , ó metálicos, con que haciendofe como
piedras organizadas Se preServaron de corrupción ; fi ya
fu miSmo humor fubftantifico no fe petrificó por algún
agente, cuya efpecie, y virtud ignoramos : pues tampoco
conocemos la caufaque engendra piedras en los riñones s
§. X I i r .
encuentran»
36 Otro,argumento de bailante peíb fe forma fobre
un hecho referido en las Memorias de la Academia Real
de las. Ciencias de el año de 17.18..y es , que M.. jufsieu, r
§. XIV.
3^' ^ T ^ - clifsimulare im-a grave dificultad,..que fe
[ %| me puede oponer,. y que parece deílruye la
prueba principal de mi fy fiema.- Las conchas marinas , de
quehemos hablado arriba , no foio fe hallan-en fitios hu-
mildes , ó baxos de la tierra , mas también,, y en graa
numero , fobre altas montañas, las quales no es veriíimll
hayan fido cubiertas jamás de el Mar , pues efte no podía
cubrir aquellas cumbres fin inundar todos los valles , 6
fitios.mas.humildes-,. por configuiente fin-hacer inhabita-
ble toda la tierra , exceptuando las cumbres de algunos-
elevadifsimos montes.. Es confiante por las Sagradas Le-
tras , que defpues de el Diluvio nunca la tierra eftuvo tan¡
generalmente, ó cafi generalmente inundada de el Mar r
§. xv.
4-1 T~*^lfputafe éntrelos Eruditos , fi los monté!
fueron criados en el principio de el Mun-
do , ú ocafionados de el Diluvio Univerfal. Afsienten
muchos á lo primero. Otros afirman, que Dios crió la
tierra uniforme , ó en igual diílancia de el centro por t o -
das partes; mas defpues las aguas de el Diluvio , remo-
viendo tierra, piedras , y plantas de unos litios , y agre-
gándolas en otros , levantaron ellas agigantadas mafias,
íjue llamamos Montes.
5 2 Ella fegunda opinión juzgo abfolutamente inverír
íimil, por dos razones. La primera e s , que la Tierra no
pudo tener antes de el Diluvio la igual altura que fe fu-
p o n e , pues , fiendo afsi, no havria declividad alguna pa*
radárcurfo á las aguas de las fuentes , por configúrente
todas quedarían enancadas , ó todas fe fumirian por los
poros de la tierra , fiendo cierto , que las aguas no corren
por terreno , que no tiene alguna calda; y eíte eílanca-:
miento de las aguas (concediéndole gratuitamente lapof-
íibilidad) ahogada la fecundidad de la tierra, y feria fum-
mámente incommodo á lafalud de hombres , brutos , y
plantas. La fegunda razón es , porque el cuerpo de los
montes es cafi todo piedra , ó por mejor decir , no es ca-
da monte otra cofa que un peñafeo continuado , pues
aunque algunos cftén cubiertos de tierra, fe experimenta
que ella baxa á muí poca profundidad , encontrándote
luego la peña. Pregunto yo ahora, como es pofsible, que
jas aguas dt el Diluvio (aunque fe finja en ellas el ímpetu
mas
. <<•••• ' DISCURSO XV. • H r
§, xvr.
55 "O^ q ^° >
ro uanc
dirás, fe formaron eítas
m e
§. XVII.
<?2 T""^ Exando yà queíliones phyficas , y reducien-
JL>? donos folo á lo que conftantemente refulta
íde los experimentos , tenemos quanto es menefter para
probar la formación de las montañas , que infinuamos ar-
riba. Ellas confian por la mayor parte de piedra , ò por
mejor decir no fon otra cofa por la mayor parte,que unos
.grandifsimos peñafeos. Las piedras nacen , y crecen con
la fucefsion de los tiempos. De ellos antecedentes fale por
confequencia forzofa , que con la fucefsion de los tiem-
pos fe formaron muchas montañas , y que oy hai muchas,
y muchifsimas , que ni exiflian al principio de el Mundo,
ni immediatamente defpues de el Diluvio.
í>3 Para explicación de lo que difeurrimos ha Sucedido,-
pongamos lo que puede fuceder. Pongamos, digo, que en
frente della Cofia à feis, ù ocho leguas de Mar,debaxo del
Mar,y aun debaxo de la tierra, que le firve de lecho,fe for-
ma ahora un peñafco,cuya pofsibildad es configuiente ne-
ceífario de la fegunda fupoficlon probada arriba. Ponga-
mos también (por la tercera fupoficion , que afsimifmo fe
Xx_ 2 pro-
§ 4 ^ S O L U C I Ó N S É E L G R A N P R O B L E M A HISFÓRFCC) &¿^
}
'*** ***
DTSCÜP.SO X V.
§. XVIII,
^5 T Rayendo ya á nueftrcprincipal intento eñe
X nuevo fyftema de la formación de las mon-
tañas , es fácil concebir en é l , como oy- fe hallen en las
•cimas-de algunas , conchas marinas ,• peces petrificados,,
b fus efqueletos íépultadosen las peñas-, y aun ancorasy
y maft-iies . íi es verdad-que también eftos fe han hallada;,
3
§. XIX.
jo T P \ E todo lo dicho refulta, que ha havído mu-
l.Jp chas, y grandes mutaciones en el Theatro
de el Orbe Terráqueo : que mucho de lo que oy es tierra
fué Mar, y mucho de lo que oy es Mar, fué tierra: ya por-
que la violencia de terremotos , y fuegos fubterraneos le-
vantó grandes mallas de Islas , ü de montes en unas par-
tes , y las demolió en otras : Ya porque el Ímpetu de las
Olas de el Mar rompiendo algunas tierras, quitó la comu-
nicación,que por aquella parte tenían ápie enjuto las Na-
ciones : Ya porque muchos montones de arena, y cieno
acumulados por el Mar , en unos litios hicieron ellender
las aguas por otros : ya porque el efpiritu lapidifico , que
eftá eftendido por toda la tierra , pero con gran predomi-
nio reina en algunas porciones de ella, levantó eftendidos
efpacíos de fuelo , hafta fuperar con muchas ventajas el
nivel de el Mar r ya en fin , porque otras muchas caufas
ocultas levantan el fuelo en unas partes, y le rebaxan en,
otras.
71 Eftos antecedentes infieren como confequencía
neceíTaria, que esociofo bufear en los Mapas el rumbo
S> J O Soi.rCTÓN DE El GRAN PttOBLEMA H í STORTCO,&'C¿
: p©r donde los primeros pobladores de la America palla-
.L'on á aquellas Regiones. Eftaba.la fupcríi.cie de el Globo
•dire-rcndísima entonces, que ,ahora. El traníito .de los
.animalcsinutilcs., feroces , ó nocivos prueba invencible-
mente que havia.paffo por tierra. N o fe.halla ahora. Qué
..contradicción hai en eito ? Ninguna, ú-ijlingue.témpora*
concordabis jura. Afsi fe .refuelve fácilmente tita
gueftion tenida .halla ahora por diíicilifsinia , y fe corta
ík un golpe el nudo Gordiano , que tantas
plumas tentaron inútilmente
.defatac
# * ** * # # * * * * * ífr**^
TRADICIONES
POPULARES.
D I S C U R S O XVI.
§. IL.
3 / " ~ \ U a n d o la tradición es de algún hecho fingu-
\ / lar , que no fe repite en los tiempos fubíi-
guientes, y de que por tanto no pueden ale-
garte teftigos , íuplepor ellos , para confirmación ,qnal-
quiera vei¡igio imaginario , ó la arbitraria delignacion de
el (itio donde fuc.edió el. hecho.. Juan Jacobo Scheuzcr,
docto Naturalifta , que al principio de eíte ligio , ó fines
de el paitado hizo varios viages por los montes Helvéti-
cos , obfervando en ellos quanto podia. contribuir á la
Hiitoria Natural, dice que hallándole, en muchas de aque-
HasRocas varios lineamentos,que rudamente reprefentan,
ó eílarnpas de el pie humano , ú de algunos brutos, ó efi-
gie entera.de ellos , u de hombres (de elmifmo modo que
en las nubes , fegun que variamente las configura el vien-
, to ,.hai también citas reprefentacioues) la Plebe fuperfti-
ciófa ha adaptado varias hiftorias prodigiofas , y ridicu-
las á aquellas eítampas , de las. quales. refiere algunas.
Pongo ella por exemplo. Hai en el Cantón de Uri un Pe-
ñafeo , que en dos pequeñas cavidades reprefenta las pa-
tas de un Buei. Corre junto á él un arroyo llamado '~tie-
renenbaeb , que en la lengua de el Pais ñgmñca. Arroyo
de el Buei, ó cofa fem'ejante. Qué dicen fobre citólos
Paifanos ? Que. en aquel fitio un Buei lidió con el Diablo,
y l é v e n c i ó q u e lograda la victoria bebió en el arroyo
con tanto exceífo , que murió de é l , y dexó imprcífos los
pies de atrás en la Roca.
• He
DISCURSO XVI. jjjf
4" He oído Varías veces, que fobre la cumbre de
una Montaña de el territorio de Valdeorras hai un peñaf-
c o , donde fe reprefentan las huellas de un Caballo. Dicen
los milicos de el Pais , que fon de el Caballo de Roldan,
el qual defde la cumbre de otra Montaña puefta enfrente
falto á aquella de un brinco , y de hecho llaman al litio
el Salto de Roldan. Defuerte que ellos imaginarios, rudos,
y groferos veftigios vienen á fer como fellos , que autori-
zan en el eftupido Vulgo fus mas ridiculas, y quiméricas
tradiciones.
• 5 Los habitadores de la Isla de Zeilan eftán perfuadí-
dos á que el Paraifo Terreftre cíluvo en ella. En efto no
hai que eftrañar , pues aun algunos Doctores nueftrosfe
han inclinado á penfar lo inilmo en coníidcracion déla
lingular excelencia de aquel clima , y admirable fecundi-
dad de el terreno. Pero añaden los de Zeilan una tradi-
ción mui extravagante á favor de fu opinion. En una Ro-
ca ele la Montaña de Colombo mueflran una huella , que
. dicen fer de el pie de Adán ; y de un Lago de agua falacia,
que eftá cerca,, afirman que fué formado de las lagrymas,
que vertió Eva por la muerte de A b e l . Raro privilegio de
llanto! á quien no enjugaron ni los foles, ni los vientos de
tantos figíos.
6 Igualmente fabulofa , y ridicula , pero mas torpe,
y grofera, es otra tradición de los Mahometanos , los
qualcs cerca de el Templo de Meca feñalan el fitio donde
Adán , y Eva ufaron la primera vez de el derecho conyu-
gal , con la individual menudencia de decir , que tal
Montaña íirvió á Eva de cabecera, que los pies corref-
pondieron á tal lugar , á tai las rodillas, ¿re. en que
fuponen una eftatura enormifslmamente grande á nuef-
tros primeros padres. Bellos monumentos pa-
ra acreditar mas bellas imagu
naciones.
¡YYL §.111*
.'j Aréce que en las tradiciones , que nafta ahorav
JL hemos referido fe vé lo fumo á que puede
llegar en efta materia la necedad de el Vulgo.. Sin embar-'
go no han faltado Pueblos , que pujaflen laeftravagancia 3
§. IV.
9 ' 13^ r 0
^°
a c a
Pueblos Barbaros fe eftablé-
e n
§. VIL
fií" T A primera , y mas célebre , qué ocurre, ès dé-
l _ j la Carta, y Efigie de Girino Señor Nueilro, 1
SALUD.
§. VIH.
34 Ti La tradición, que hemos Impugnado , fe le
Jr\ dio defpuespor compañera otra , que hace
un cuerpo de hiftoria con ella. Cueutafe , que el mifmo
Rey Abgaro embió á Chrifto Señor nueftro un Pintor, pa-
ra que le facaffe copia de fu rofiro , pero nunca el Artifice
pudo lograrle, porque el refplandor Divino de la cara de
el Salvador le turbaba la vifta , y hacia errar el pincel. En
cuyo embarazo fuplió milagrofamente la benignidad So-
berana de el Redemptor el defecto de el arte humano,por-
que aplicando al roftro un lienzo , fin mas diligencia tacó
eftampadas perfectamente en él todas fus facciones, y efte
Celeftial Retrato embió al devoto Abgaro,
2 5 Ella tradición fe ha vulgarizado , y eflendido mu-
cho por medio de varias pinturas de la cara de el Salva-
dor , que fe pretende fer traslados de aquella primera ima-
gen , y con efte fobreefcrito fe hacen fummamente re-
comendables á la devoción de la gente crédula. Pero la
variedad , ó diferepancia de eítas mifmas copias deícubre
la incertidumbre de la noticia. Yo he vifto dos , una que
fe venera en la Sacriftia de nueftro gran Monafícrio de
San Martin de la Ciudad de Santiago , otra que traxo á
cfta de la America el Reverendifsimo Padre Maeftro Fraí
Francifco Tineo, Francifcano, facadade una que tenia el
Principe de Santo Bono , Virrey que fué de el P e n i , titas
dos copias fon poco parecidas en los lineamentos , y di-
'erfifsimas en el color , porque la primera es morena , y
.a fegunda mui blanca. A fu ge t o s , que vieron otras , oi
que notaron en ellas igual diferepancia.
26 Eita variedad constituye una preocupación nada
favorable á aquella tradición. Pero no puede tomarle co-
mo argumento eficaz de fu faltedad : pues no lu-i incom-
r¿atibilidad alguna en que haviendo quedado una Imagen
ver-
• DISCURSO XVL jgf
Verdadera déla cara de Chrifto en la Ciudad de Fdeíla, eti
otras partes fingicíTen eñe , y el otro Pintor fer copias de
aquella algunos Retratos que hicieron Siguiendo íu fanta*-
fia; y de aqui puede depender la diverñdadde elios.
27 Dexando , pues , eñe argumento, lo que á mi pa-
recer prueba concluyentcmente la fupoficion de aquella
Imagen , es el íilencio de Eufebio. Eíte Autor haviende
vino las Actas de la iglelia de Edeña, no habla palabra de
ella ; y tan fuera de toda creencia es que los Edefsianos
no tuvieficn apuntada aquella noticia, fi fuelle verdadera,
como que Eufebio hallándola no la publicaífe. La hifto-
ria d;- ja correspondencia Lpiítolar entre Jefu Chrifto , y
Abgaro trahe tan unida con íigo la circunítancia de el Re~
trato , y efta circunítancia añade tan efpeciofo luftre a
aquella hiíloria , que fe debe reputar moralmente impof-
íible , tanto el que en las Actas de la Iglefia de EdciTa de-
xafle de eftár apuntada , como que Eufebio encontrán-
dola allí dexañe de referirla ; efpccialmente quando cuen-
ta con mucha individuación las confequencias de aquella
Embaxada de Abgaro , ello es la Mifsion de Thadeo á
Edeffa, fu-predicación en aquella Ciudad, y la curación de 1
§. IX.
3i Orno la Ciudad de Edefla fe hizo famofa cori
: V_v la fupuefta Carta de Chrifto á A b g a r o , la
de Mecina ha pretendido , y aun pretende oy iluñrarfé
con otra de fu Madre Santifsima eferita á fus Ciudada-
nos , la qual guarda como un preciofifsimo teforo. No sé
el origen , ó fundamento de eña tradición. Pienfo , que
ni aun los mifmos que fe intercífan en apoyaría, eftán
3
acor-
DISCURSO XVI.- 363
acordes íbbre íi la Carra fué efcrita por Maria'Santiísima,
quando vivía en la tierra,ó embiada defpues de íu alíump-
cional cielo.
3 2 Como quiera que fea , el. Cardenal Baronio con-
dena por apocryía efta Carta, alario 4 8 . de la Era Chrif-
tiana. Síguenie todos , 6 cafi todos los Críticos defapaf-
fionados. Un Autor Alemán quifo vindicar ia verdad de
efta Carta en un Efcrito , que intituló : EpiJioU B.María
Virgínis ad Me¡f:,nm[es voritas vindícat a. Acafo la auto-
ridad de;eíte Efcritor , que fin duda era muí erudito , ha-
rá fuerza á algunos, coníiderandole deíintercílado en el
alfumpto , porque no era Mecinés , ni aun Siciliano , fino
Alemán. Pero es de notar , que aunque no natural de
Mecina, eítaba , quando efcribió , y. publicó dicho libro,
domiciliado en Mecina , donde enfeñó muchos años Phi-
lofofía , Theologia , y Mathematicas: circunítancía , que
equivale para el efecto á la de nacer en Mecina , porque
los que fon foraíteros en un Pueblo , yá por congraciarte
con los naturales , yá por agradecer el bien que reciben
de ellos , fuelen oítentar tanto , y aun mayor zelo , que
los mifmos naturales , en preconizar las glorias de el
País.
3 3 Añadafe á efto lo que fe refiere en laNaudeana;
eme haviendo el do¿to Gabriel Naudé reconvenido al di-
cho Autor Alemán fobre el alfumpto de fu libro , probán-
dole con varias razones , que la Carta de N ueftra Señora
haviafido fupueíta por los de Mecina •, le rcfpondió , que
no eítaba ignorante de aquellas razones, y de la fuerza de
ellas ; pero que él havia efcrito fu libro no por perfua-
¡fion de la verdad de la Carta , fino por cierto motivo po-.
utico.
3 4 Por otra parte confia , que la tradición de Mecí-
1
§. X.
37 ¥~*\ ^ ^ Ciudad ^ Mecina paitaremos á las de
a e
N U E V A P R E C A U C I Ó N
CONTRA LOS ARTIFICIOS
DE LOS ALQUIMISTAS,
Y VINDICACIÓN DE EL AUTOR
DISCURSO XVII.
§• ii.
<?'T * N efte eftado fe quedo por entonces la Chry- 1
§. Iíí.
r
ío es fácil adivinar quien fue el Autor de efj
! %l ta Carta. Lo mas veriíimil e s , que no fe
efcribiò de Zaragoza , fino de Madrid , y que fe fabricó
en aquel conciliábulo de Tertulios de iniima clalfe, que
hicieron gabilla para inventar patrañas contra el Theatro
Critico, porque todo fu contenido es un texido de fal-
sedades. Dexarè para lo ultimo las que fon en ofenfa de
mi pe.-fona , porque es lo primero , y principal defenga-j
ñar de las que pueden fer perjudiciales al publico.
ti Yoledexaria à faivo de mui buena gana al Tra-
ductor de Phiíaletha el honor,que en la Carta fe le preten-r
d e , de fer inventor de la tranfmutacion de el hierro er»
cobre , fi el descubrimiento de ella faifedad no tuvieífe
conexión neceífaria con el defengaño de que no hai tal
tranfmutacion ; que es lo que importa revelar al publico,:
porque no fe dexe llevar de las vanas promeílás de los Al-
quimistas , y pierda en inútiles eSperanzas el tiempo , y el
dinero. Pero en el caSo prefente eítan los dos intentos
tan ligados , que no Se puede lograr el Segundo fin el pri-
mero ; fuera de que haviendo fido yà patentemente con-
vencida por el Padre M. Sarmiento en fu excelente
obra , Demonfiracion Criticò-Apologetica de el Theatro
Critico Univerfal, tom.2. mim. 7 1 5 . y 7 1 7 . la faifedad
de fer elTraduótor de Phiíaletha inventor de la tranfmuta-
cion
DISCURSO XVII. 373..
clon de el hierro en cobre , ya feria inútil mi fdencio para
íbílener la patraúa.
§• iv.
12 T3^ c o
^° l
c s
S°
c u e
añadir fobre lo que
t e n
§. v.
r
i7T A fegunda es fuponer,qué en Efpaña fe abor-
l_j rece.la Alquimia, ó Arte.tranfmutatorio
con alguna efpecialidad mas que en otras Naciones, co-
mo confia de aquella claufula de la Carta: Como fe abo-
mina en Efpaña bajía el nombre de,Alquima? &c. Antes
bien
DISCURSO XVTí; fff
Bien en Efpaña Te padecen mas ilufiones en efta materia^
que en otra alguna Nación de las cultas de Europa. Qual-
quiera Charlatan Eftrangero, que venga por acá (y vienes
¡muchos) oitentando con algún artificio , que poífee el fe-:
ere to de la Piedra Philofofal, logra engañar , y tacar
porción de dinero á algunos fugetos. He vifto á perfonas
de mas que mediano carácter , y doctrina , tan encapri-
chados de efta vanidad , que uno , ú otro forafiero les
iiavian metido en la cabeza , enfeñandoles talqual prepa-
ración iluforia , con nombre de rudimentos , y aun mas
que rudimentos de el arte , que no podia oírlos con pa-
ciencia. Ello nace de lo poco que fe eferibe , y fabe en
Efpaña, de Chimica. En otras Naciones hai Charlatanes,
y embusteros ; pero abundan también de defengañadores.
Acá nos vienen los Charlatanes de otras Naciones , y fe
quedan en ellas los defengañadores, y fus eferitos.
§. vi.
18 T A tercera falfedad de la Carta , eíTencialifsí-
|_ ma á nueítro propofito , es que haya verda-
dera tranfmutacion de el hierro en cobre por medio de el
¡Vitriolo azul. El Padre M. Sarmiento prefeindió de
efta controverfia , porque , aun admitida la realidad de
dicha tranfmutacion , no fe ligue la de los metales inferio-
res en Oro. Pero como es pofsible , que muchos , por
no percibir el defecto de ilación de una tranfmutacion á
o t r a , deípues de affentir a l a primera, confientan en la
íegunda , importa no folo moftrar el defecto de la confe-
quencia, mas también la falfedad de el antecedente.
19 Es cierto , que hecha la operación propuefta por
el Traductor de Philaletha, fe halla cobre en la redoma, y
al mifmo patío fe defaparece el hierro. Efto es lo que im-
pone á los que no examinan con ojos phyficos la opera-
ción. La verdad e s , que no hai tranfmutacion alguna, si
folo una precipitación de el cobre contenido en el Vitrio-í
lo , y una difolucion de el hierro por medio de la qual fe
fiace dicha precipitación,
ÍPm.V.. Bbbj m
'*-y'6 N U E V A P r e c a u c i ó n C O N T R A A I bjy I M I S T A S , S : C .
20 Nadie duda, que el Vitriolo azul contiene mucho'
cobre. Efto confia lo primero por la analyfis Chimica de
el Vitriolo. Confia lo fegundo por el cobre ,, que fe faca
de varias fuentes vitriolicas de Suecia , y Dinamarca.
Confíalo tercero, porque el Vitriolo azul facticio, ó Pie-
dra Lipis artificial fe hace de cobre, fcgun el methodo
que propone el Traductor de Philaletha deíde la pag.46"..
y dicha Piedra Lipis artificial es tan eficaz , y aun mas,,
íegun el mifmo Traductor ,. para la pretendida tranfmuta-
cion , que la Piedra Lipis natural.. Puefto efto fácilmente
fe entiende como fin tranfmutacion alguna,, únicamente
por medio de la precipitación fe halle en la redoma aquel
cobre engaña bobos ; pero mas hai que lo dicho..
2 1 M . Gofrcdo-, citado arriba ,. hizo la operación,
r
§.yn,
DISCURSO XVII. 119
§• VII.
"id T A quarta falfedad de la carta de el Anonymo
1 , á los Autores de las Memorias de Trevoux
es , que el fecreto de la tranfmutacion de que fe habla en
dichas Memorias en el mes de Agofto de 1729. fea el mif-
mo que el Traductor de Philaletha publicó en fu libro el
año de 2 7 . La prueba de que efto es falfo es concluyente.
El fecreto , de que fe habla en el lugar citado de las Me-
morias , confine únicamente en unos polvos de proyec-
ción , de que ufaba el Conde de Salvañac , dueño de el
fecreto, para tranfmutar el hierro en cobre. Los Autores
de las Memorias no dan mas noticia de el cafo , que una
Carta , que ponen , copiada al pie de la letra , de M r .
Chande a M . Poftel. M r . Chande dice expreífamente,
r
§. VIII.
3 O
T T A viendo notado ya las falfedades que hai
r
§. IX. :
;
^8 T 701viendo ya al aíTumpto principal, qué es
" ; :
V prevenir al publico contra los artificios de
los Alquimiftas , me pareció concluir elle Difcurfo , co-
piando las importantifsimas advertencias , que íbbre elle
aíTumpto publicó M . Gorredo , citado arriba, en la Aca-
r
Ddd 2 ,,zas
3#4 NUEVA PRECAUCIÓN CONTRA Ar.QÜ'ÍMrsTAS.&c.'
:¿> zas haviari íldo antes enteramente de Plata, pero mo-
jando la mitad de. ellas en una tintura Philoíofal, 6 -en
el Elixir de ¡os Philofofos, la mitad , que fe havia mo-
jado, fe havia tranfmutado en Oro, fin que la forma ex!-
,„ terior de la Medalla,, ó fus caracteres fe huvieífen alte-.
¿, rado cqnficjerablemente.Yo digo,que efta Medalla nun-
? , cafué enteramente de Plata, fino que ellas fon dos por-;
ciones de Medallas, la una de Orq» la otra de Plata,foí-
dadas con gran deílreza, de modo que las figuras, y ca-
racter.es fe correfpondan exactamente; lo que no es muí
,j, difícil. Vé aqui el modo con que fe hace efto,&c. ;
60 Pareceme , que feria nimia prolixidad profeguir
copiando todo el Difcutfo de M . Gofredo, aunque en lo
r
O» So C» S« R . Eo
INDICE ALPHABETICO
D E LAS COSAS N O T A B L E S .
A
A Bejas. Obfervaclones hechas Agejílao. Rey de los Efpartano.s,
en una Colmena de vidro.
Difc.IX. niim, 36.
Dichofuyo.4.a7.
Agu.i,no fe condenfa, antes fe en-
Abgaro. Las cartas de Chrifio á rarece quando fe yela.p.l1.N0
Abgaro , y de efte á Chriíto es mas fútil la tria que la ca-
apocriphas.i<5. \6. liente. 1 1 . 3 9 . Hallafe porción
Abfolucion Sacramental. Quando de aire en los poros del agua.
fe debe dar a los moribundos, 14.18.
fub conditione. 6. 3 2. Aguar diente.Es provechofa en los
'Acepbalos. Hombres fabulofos. 1. climas calidos. 11.3 1.
1 0 . y 48. Abogados.St juzgan eftár muertos
Aciolo Avióla. Creído de todos antes que lo eftén.d. 4 5 .
muerto , defpertó en la Pyra. Aire.Es mas pefado en tiempo fe-
6.n. reno,que en tiempo lluviofo.p.
'Adriano (el Emperador) Fabrico 14. Por qué? 1 8. Su grande ra-
Templos á Antinoo.8. 47. refacción , y comprefsion. 6 2 .
Agente. Es incierto que ninguno Es el agente mas vigorofo que
pueda obrar en pallo diñante. hai.<?. 8 3 .
Al~
Índice AI p h a b é t i c o
r
¡Alqiihmftas. Nueva precaución
contra fus artificios. 17. todo,
y enefpecial. n.^p.
Ambiente. N o enfria mas el impe-
lido,que el que eftá quieto.g.<5\ B arómetro.Utilidades delBa-;
rometro.9.7 j . y 7 8 .
'America.Población de la America Becerro. El de los lfraelitas ima-,
por donde? Difc.XV. todo. gen del Apis de los Bgypcios.
'Ampbibios. Qué animales fon? 6 . 8-33-
Bola. Una bola de oro arrojada al
And'okuza. Dio noticia á Colon centro de la tierrazo llegarla a
del Nuevo Mundo. 15. 10. él.9. 7 2 .
Antinoo. Fabricóle Templos Borxa (Cefar) Su caracter.4. 14,'
Adriano. 8 . 4 7 . Boyani, Familia de Calabria fi 5
c
Arimafpos. Hombres fabulofos. r.
10.
Arifti&es. Pintor famofo,por qué?
C
, 3- 7-
r
Aliftbenes. N o t ó la vanidad
Arijioteles. Máxima fuya iniqua. de los Caldeos en orden á
Ajiomos. Hombres fabulofos. r. fu antigüedad. 15.6.
10. Calor.,E1 calor de la agua hirbíen-¡
Atlantida.t^o era la America. 1 5 . do no es calor en octavo gra-:
do. 1 4 . 3 .
S.Auguflin.Tcxto fupofiticio que Campanas.Sl fu fonido difsipa los
fe le atribuye. 1. 4 9 . nublados? 5 . 3 4 .
Axiow -Muchos de los que eftán Cangrexos.Les renacen las-piernas.
( as
/<?.D.8.todo.
Cbrifíuval. Significación de efta
voz.id. 30.
Cbryfpeya. Inpugnafe. D. 17.tod.
E
Cicerón. Quilo erigir aras á fu hi-
ja.-8.46. E 'Fí¿?oí.Tomados por caufa,y;
¡ al contrario. 11.68.
Cobre.No fe convierte el cobre en El Aforifrno Exierminador. D . 7 .
hierro. 17.13. todo.
Combas. Hailanfe conchas mari- jE/í'WíKí'oj.Intranfmutabilidad de
nas petrificadas en palles dif- los Elementos.D.i^.todo.
tantes delmar.15.32. El Gran Magifierio de la Expe-
Comellana.($m Salvador de)Mo- riencia. D.i t . todo.
naílerio ele San Benito en Aítu- Enfermos. No efpiran quando ba-
rias. Llegaba á él el mar en xa la Marea. 5.11?. Ninguno
tiempos remotifsimos. 15.26. muere en aquel momento, que
Cromuel ( Oliverio) fu carácter, vulgarmente fe juzga. 6. j .
10.17. Exemplos de efto. n. 11. &c.
Cromuel (Ricardo) quien fué. 19. Eolipyla.'SvL explicación,)' efectos.
.18. 14.1«.
Cynocephalos.Hombres fabulofos. Efcoto (el Sutil Doctor Efcoto) es
1.10. fábula que fe enterralfe vivo.
6.14.
Evoe.Qahfignifica?8 . 4 1 .
Experiencia. El Gran Magífierid
F
<
H
. do que fe cree.5.2 r.
Fe* Humana.Qué es? t . 5.
Fernando (D.Fernando el Catho-
lico) dicho que fe le impone.
4 . 3 1 .
Fluxiones. N o todas baxan de la
H Amtlton (David) Medico de
Londres,notabilifsimo ca-
fo que le.fucedió con una en-
cabeza. 1 1 . 8 0 . ferma reputada por muerta. 6.
Forges. Averiguafe una proprie- 20.
dad de las aguas Minerales de fff?mí»/<?.Refpuefta fúya. 4 . 5 3 .
Forges.5.5. Hierro.tio fe convierte en cobre.
Francia. Si los Reyes de Francia
pallaron de la edad de Hugo HippocratesSu'elágló.J. if. 1
IJ
Fábula fobre eñe fitio.i(S.8.
Libros Políticos. D.io.todo. Son
inútiles, lbi.
M
cada en el Oriente 61. Era
practica antiquifsima en Ingla-
M
terra. 66. /| Adagafcar. Los de efta Isla
Infeiios. Son animales perfectos. creían ier venenofas las
uvas. D.5.6.
Infere ion animal. 9.104. Madreporas.Plantas pedrofas. En
Ifaac de la Peyere. Sus errores. donde fe han hallado? 15.16.
15.4, Magia, f mbufte de uno , que fe
Isla. Noticia de una nueva Isla. jactaba de poner la Magia. 1.
15.25. 45.
Int r&n/mutabilidad de los Ekmen-Maquiabslifmo de los Antiguos.
tos.D. i4.todo. D.4.todo. Su origen, lbi.n.18.
jfudios.tSo tienen coh.5.13.Si ios Maquiabelo (Nicolás) Noticia de'
Médicos Judios quintanrn. 1 4 . elle r'olitico abominable. 4. 2.
Su libro , el Principe, mui per-
niciofo. 11.46.
Maquina.Ucí'cvipcion, y ufo de la
L
Emitía (Tierra) Sitio en don- Maquina Pneumática, p. np.
de fe caba la tierraLemnia. defde el n. 1.
Ece z Mar
-Infice Al[" il a b é t i c o
Mar. Inconñancia- delfiuxo»yre- Nilo.Los Egypcios le Sacrificaban
• . fiuxo del rhar.i 17. y 18. una doncella. 1 . 3 5 .
•Marínela ( Lucrecia ) ignorancia Nueva precaución contra ios Arti-
que padecen algunos, acerca'del ficios délos A'iquimijlas; y Vin-
= libro de Marínela.-174,/.! dicación del Autor contra ima
'Mecnia.Es fupuefta la Carta-, que groíiera calumnia. D.5.7. todo.
. ios deMecina creen les eferibió Nuevas Paradoxas Phyjìcas. D . 9 .
Maria Santiísima. 16.3!, todo.
, '.'Mediéis (Cathaíina de) fu Politi- Nuevas propriedades de la Luz,
, . ca. 4 . 4 0 .
, , -. ,-, i . D. 1 2 . t o d o .
'Mentiras,1N0fiemprefon hijas de Nuevo Arte PbyJtognomicQ. D . 3.
algo. 8.1. todo.
Minas. Computo de la fuerza que NUma Pompilio. Grande Hypo-
exerce el aire inflamado en ias criton.4.22.
O
; <; Minas.9.9.9.
'Montes, Formación de ios Mon-
tes. D. 15.defde el 11,41.y enef-
- pedal 5 5 . •.; :, - Bfervaciones Gomune's. D. 5.
, 'MovimigMo, N o podria haver todo.
movimiento alguno , fino hu- Obferv¿clones. Lunares. Inútiles
vieífe vacíosdiffeminados. 1 3 . para ia Agricultura.9.49.'
30. Oración en favor de Ponipeyo. 4 .
k MuertoSzíyúés de muerte actual. 54. :
.D.í^tod.o.^Muchas.delas que Oro. Proporción de fu gravedad,
fe creen fer feñales,fon falibles. y peSo con la de el aire vecino
. n.i i . Las quiejparecen fer mas
( á la tierra, 9 . 7 7 . . ' •!
ciertas.n. 2 7 . Oviedo. Prodigio que fe fingió, é
difeminados. lbi.n.23.
Vefatió ( Andrés) Gafo quelefu- dagafc ar, 'qué. las 11 vas eraií Vp-
cedió con un Efpanol reputa- neiioí'as. 5. 6. 5