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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN CRISTÓBAL DE HUAMANGA

“FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS ADMINISTRATIVAS Y CONTABLES”

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN...........................................................................................................................4
REPRESENTANTES DE LA ESCUELA CLÁSICA................................................................................5
1. JEREMY BENTHAM..............................................................................................................5
1.1. Biografía......................................................................................................................5
1.2. Obras...........................................................................................................................5
1.3. El utilitarismo de Jeremy Bentham.............................................................................5
2. JOHN STUART MILL.............................................................................................................6
2.1. Biografía......................................................................................................................6
2.2. Obras más importantes...............................................................................................7
2.3. El utilitarismo de Mill..................................................................................................8
2.4. El positivismo de Mill..................................................................................................9
2.5. Principios de Economía política...................................................................................9
2.6. Diferencia entre el utilitarismo de Bentham y de Mill..............................................13
2.7. Crítica al utilitarismo.................................................................................................14
3. JEAN-BAPTISTE SAY...........................................................................................................15
3.1. Biografía....................................................................................................................15
3.2. Ideas económicas......................................................................................................16
3.3. Ley de Say.................................................................................................................16
3.4. Los impuestos y el estado.........................................................................................19
3.5. Teoría del valor del trabajo.......................................................................................19
4. SENIOR NASSAU WILLIAM.................................................................................................20
4.1. Biografía....................................................................................................................20
4.2. La crítica de Senior a la teoría Malthusiana..............................................................20
4.3. Teoría de la abstinencia............................................................................................20

“ESCUELA PROFESIONAL DE ECONOMÍA”

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INTRODUCCIÓN

El presente trabajo surge del esfuerzo de cada uno de los miembros que integra este
equipo estudiantil; nace de la reflexión acerca de las necesidades y dificultades con el
aprendizaje y la lectura, hace la reflexión de su proceso en el desarrollo de la formación
profesional de los universitarios, y en general para el beneficio de los estudiantes,
principalmente para la carrera de economía.
Este trabajo desarrolla sobre algunos de los representantes más conocidos de la escuela
clásica, siendo este, parte de la historia del pensamiento económico. El cual ayuda en un
mejor aprendizaje acerca de la teoría económica.
Esperamos que sea de su fácil comprensión y de mucha utilidad para la comunidad
estudiantil.

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REPRESENTANTES DE LA ESCUELA CLÁSICA

1. JEREMY BENTHAM

1.1. Biografía
Filósofo, economista y jurista británico, creador de la doctrina del utilitarismo
Nació el 15 de febrero de 1748 en Londres.
Niño prodigio que a los tres años leía tratados, tocaba el violín con cinco y
estudiaba latín y francés con seis. Ingresó en la Universidad de Oxford con doce
años, cursó estudios de Derecho y fue admitido en el Colegio de abogados, aunque
nunca llegó a ejercer.
En 1789 consiguió reconocimiento y fama por su: Introducción a los principios de la
moral y la legislación, donde propone el utilitarismo como base para las reformas
sociales.
La moralidad, según Bentham, puede ser calculada matemáticamente como
balance de satisfacciones y sufrimientos, resultado de determinadas acciones
cualesquiera que sean.
Líder de los filósofos radicales, entre los que se encontraban James Mill y su hijo,
John Stuart Mill. Fundaron la revista Westminster Review, difusora de sus ideas
reformistas.
Escribió también Fundamento de la evidencia judicial (1827) y el Código
constitucional 1830).

Jeremy Bentham falleció en Londres el 6 de junio de 1832. Su cuerpo fue


diseccionado en presencia de sus amigos. Su esqueleto, totalmente vestido y con
una cabeza de cera (la auténtica fue momificada), se guarda en una vitrina de
cristal en el University College de Londres, en cuya fundación había participado.

1.2. Obras
Entre sus principales obras encontramos:
 Introducción a los principios de la moral y la legislación (1789).
 En defensa de la usura ((1787).
 Fragmento sobre el gobierno (1776).
 Entre otros.

1.3. El utilitarismo de Jeremy Bentham


El mayor aporte de Benthan y el hecho por el cual pasó a la historia fue haber
fundado el utilitarismo. En él, preconizaba que todo acto humano debía ser
juzgado según la Utilidad que reporta: esto es, según "el placer" o "el dolor" que
produce a las personas. A partir de esa simplificación de un criterio tan antiguo,

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proponía formalizar el análisis de las cuestiones políticas, sociales y económicas


sobre la base de medir la Utilidad de cada Acción o decisión.
Dado que el placer y el dolor, según él, eran posibles de medir en algún sentido
objetivo, entonces cada política pública que llevara a cabo la autoridad podría
juzgarse sobre la base del Beneficio que generara.
El utilitarismo agregó al hedonismo griego (el cual postulaba que el deber moral se
satisface en la búsqueda de placer individual, sin hacer referencia al Interés
general) la doctrina ética según la cual la conducta humana tiene que ser dirigida
hacia la maximización de la felicidad del mayor número de gente. Eso explica que
el utilitarismo pueda resumirse Bien en la frase: "Se debe buscar la mayor felicidad
para el mayor número".
Por lo tanto, de acuerdo con la doctrina de Bentham, si una Acción gubernamental
aumenta la felicidad de la comunidad más de lo que la disminuye, se justifica
llevarla a cabo.
Pero una vez elaborada su teoría, el propio autor admitió que no era posible
realizar un cálculo de la felicidad implícita en cada disposición legislativa; con esto,
se anticipó a la crítica de que su teoría era impracticable. Sin embargo, replicó que
los cálculos utilitarios se harían siempre, a lo menos, inconscientemente.
En general, el utilitarismo tiene la gran debilidad -y es por esa razón que perdió
fuerza- de que en economía no es posible hacer comparaciones interpersonales
(debido a que las personas tienen gustos, Rentas, objetivos y ambiciones
diferentes). No obstante, generó gran adhesión entre los políticos de la época y
ejerció una importante influencia sobre la doctrina económica del siglo XIX
(especialmente sobre John Stuart Mill) y sobre doctrinas subjetivas del Valor que
se impusieron en la teoría económica occidental a partir de la revolución
marginalista de principios del siglo XX.

1.3.1. Tipos de utilitarismo:


 Utilitarismo negativo
 Utilitarismo del acto
 Utilitarismo de las normas

2. JOHN STUART MILL

John Stuar Mill fue el economista más grande de la escuela clásica, sin duda el más relevante
desde la muerte de Ricardo en 1823.Mill hizo algunas contribuciones significativas y
sistematizo y popularizo todo el conjunto del pensamiento económico de sus predecesores.
La escuela clásica ya estaba en decadencia durante los años maduros de Mill y se apartó de
algunos de los conceptos claves incorporados en la estructura clásica de Smith y Ricardo.
Antes de su muerte la economía la escuela neoclásica ya había parecido en escena para
desplazar finalmente a sus antepasados clásicos. La obra más importante de mil, PRINCIPIOS
DE ECONOMIA POLITICA, publicada por primera vez en 1848, fue el principal libro de texto
en este terreno, por lo menos hasta la publicación de principios de economía de Alfred
Marshall, en 1890.

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2.1. Biografía
John Stuart Mill (1806-1873)
fue un filósofo y economista
inglés nacido en Londres. De
muy niño, con tres años, ya dio
pruebas de una inteligencia
fuera de lo común. James Mill,
su padre, se encargó de dirigir
estrictamente la educación de
su hijo desde su más tierna
infancia, de forma que a los
ocho años ya había leído en
lengua original a varios de los
grandes autores griegos; a
continuación, aprendió latín,
lógica, matemáticas, física,
química y con trece años
siguió, dirigido por su padre y
al estilo peripatético, un curso de economía política empleando como texto
los Principios de Economía Política de Ricardo. Entre los catorce y quince
años completó su formación en Francia y residió algún tiempo en casa de
Say, amigo de su padre. En su adolescencia, con diecinueve años, escribió
artículos para las revistas Traveller y Westminster review. A los veinte años
y debido a un ritmo de vida acelerado y a la presión de una educación tan
estricta y forzada, padeció una prolongada depresión. De adulto visitó
Francia con frecuencia, país por el que sintió una gran afición y donde
conoció a los más famosos intelectuales galos: Say, Saint-Simon y Comte; Y
en una ciudad francesa, Avignon, encontró la muerte. Transcurridos los años
y consciente de su inteligencia y extraordinaria aplicación en su educación,
Mill manifestó en su Autobiografía, con agradecimiento, condescendencia y
a la vez con altanería lo siguiente:
Según Ekelund y Hébert: “Lo que yo hice, puede hacerlo cualquier
muchacho o muchacha de una capacidad media y de una sana constitución
física; y lo que he hecho lo debo, entre otras afortunadas circunstancias, a
que, gracias a la anticipada preparación con que me favoreció mi padre, yo
partí con la ventaja de un cuarto de siglo sobre los de mi edad” p. 184.
Subyugado desde muy joven por las ideas progresistas y liberales con
diecisiete años le detuvo la policía cuando repartía los folletos
anticonceptistas de Francis Place. A esa misma edad, su padre, directivo de
la Compañía, lo incorporó a la East India Company, en la que trabajó treinta
y cinco años, hasta su disolución en 1858, fecha en que traspasó todos sus
poderes a la Corona. Con la liquidación de la sociedad se le asignó una
pensión anual de 1.500 libras con la que pudo dedicar su tiempo a la escritura
de su obra filosófica y a la política. Su obra económica ya la había escrito
con anterioridad. En 1851 se casó, poco después de haber quedado viuda,
con Harriet Taylor, su musa y amor desde hacía veinte años. Sus relaciones

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con la Taylor, mientras ésta estaba casada, eran tan manifiestas, pues ella le
acompañaba alguna vez en sus viajes a Francia, que dieron pábulo al
chismorreo en Londres. De 1865 a 1868 fue parlamentario en la cámara de
los comunes.

2.2. Obras más importantes.


John Stuart Mill, progresista y liberal, intentó conciliar la economía clásica inglesa
con las corrientes histórica y socialista durante el siglo XIX.

 Sistema de Lógica raciocinante e inductiva (1843)


 Ensayos sobre algunas cuestiones no resueltas de política
económica (1844)
 Principios de economía política (1848)
 Sobre la libertad (1859)
 Pensamientos sobre la reforma parlamentaria (1859)
 Consideraciones sobre el gobierno representativo (1861)
 Utilitarismo (1861)
 Augusto Comte y el positivismo (1865)
 La servidumbre de la mujer (1869)
 Autobiografía (1873).

2.3. El utilitarismo de Mill


Bentham ejerció una gran influencia sobre el joven hijo de su amigo James
Mill. Pero a raíz de la muerte de aquél, J.S. Mill, abierto a toda tendencia
progresista, fue desarrollando su propio pensamiento utilitarista
independiente del de Benthan, que expuso en Utilitarismo (1861). Sobre la
idea central del utilitarismo de Benthan respecto a que las acciones son
buenas (socialmente útiles o valiosas) si contribuyen al logro de la felicidad
general y malas si no la consiguen, Mill añadió un elemento cualitativo; para
él "algunos tipos de placer son más deseables y valiosos que otros; los
placeres de mayor calidad, que los hacen más valiosos que otros, son los que
desean satisfacer las personas “con facultades superiores” y que son propios
de un modo de existencia que emplea las capacidades humanas más elevadas
. En función de estas consideraciones, Mill se inclina hacia prácticas políticas
elitistas, por las que también se decanta en sus Consideraciones sobre el
gobierno representativo. No obstante, procuró mitigar las diferencias sociales
proponiendo políticas más igualitarias. En este último libro expresa la
conveniencia de otorgar un voto de calidad a favor de los individuos que
tuvieran superioridad mental, también reservaba a los más instruídos un
papel destacado en la dirección del estado y de la sociedad. Para Mill la
tendencia general de las cosas a través del mundo es a hacer de la
mediocridad el poder supremo en los hombres. Pero esto no hace que el
gobierno de la mediocridad deje de ser mediocre. Ningún gobierno ha sabido
elevarse sobre la mediocridad, excepto en aquellos casos en los que el

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soberano “Muchos” se ha dejado guiar (como siempre ha hecho en sus


mejores tiempos) por los consejos e influencia de Uno o Varios mejor
dotados e instruídos”. La moderna teoría de la utilidad se considera
independiente del atributo de la calidad; sólo repara en elecciones entre
unidades marginales de utilidad en el consumo de bienes sin tener en cuenta
el sujeto que interviene. Sin embargo, algún eminente economista, en su
teoría del coste humano, asociada a un consumo malsano, contempla el
elemento cualitativo, A este respecto es muy significativa la teoría del poder
compensador de John Kenneth Galbraith, este autor pone de relieve el gran
dominio de las empresas sobre el mundo económico, mediante el control y la
influencia que ejercen con la publicidad. Aprovechando su capacidad de
persuasión, se consigue atraer el consumo hacia la producción de bienes
privados que benefician a las empresas en detrimento del bienestar general
del público; la búsqueda del mínimo coste, en la producción privada, provoca
un consumo nocivo de bienes públicos aire, agua y medio ambiente
contaminados). Galbraith opina que si el voto igual de los consumidores,
según la manifestación de sus preferencias en el mercado, no conduce a
orientar la producción hacia parámetros no degradantes, se haría obligatorio
confiar en el juicio superior de un poder (el del estado) que contrarrestase los
nocivos efectos provocados por la empresa privada. Como se ve, la vieja
polémica de la armonía de intereses, públicos y privados, sigue viva en
nuestros días. Pero en la actualidad se pretende incorporarla a la teoría
económica, supera.

2.4. El positivismo de Mill


John Stuart Mill también se vio atraído hacia la teoría comtiana del consenso y su
método positivista. Para Comte tanto la Ciencia Social como los grupos sociales
constituían una unidad propia e independiente que no era igual a la suma de las
partes. En el plano personal esa unidad social se convierte en operativa mediante
el consenso. Este consenso es la expresión de una voluntad general y de una
conciencia colectiva y se logra, ante la volubilidad individual, bien coactiva o bien
voluntariamente a través de castigos o de premios. Por otro lado, el método
positivista propuesto por Comte para las ciencias sociales abomina toda
explicación y todo postulado que rebase la experiencia y no sea verificable en la
realidad. Por eso, Comte rechazaba en las investigaciones económicas el método
abstracto y deductivo tan en boga en su época. No obstante, Mill, que asumía tales
propuestas en su aplicación a la sociología, acabó encontrando el positivismo de
Comte muy restrictivo para poder ser aplicado en toda su integridad al campo de la
economía. Mill había escrito a Comte comunicándole su intención de publicar un
tratado sobre economía política sin perder de vista la provisionalidad de sus
conclusiones, sobre todo las concernientes a la distribución y el cambio por estar
vinculadas a los peculiares estados concretos de cada sociedad. Comte le contestó
que, en su opinión, un análisis económico independientemente de la sociología en
general no debería afrontarse, pero que podría tener una cierta eficacia provisional
en tanto no estuviera más desarrollado el análisis sociológico; pero, de una forma
ambigua y con ánimo conciliador, Mill le insistió a Comte que no perdería de vista

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el carácter provisional de toda doctrina referente al movimiento general de la


humanidad. En resumidas cuentas, Mill daba a entender que calificaba de
provisionales a sus investigaciones sobre economía política. Pero Comte lo
entendió de forma distinta a lo que quería decir Mill; lo interpretó en el sentido de
que la economía política acabaría siendo integrada en la ciencia general de la
Sociología. Sin embargo, Mill se refería a que sus análisis estarían sujetos a
cambios en función de los que experimentaran las instituciones sociales, en
especial el régimen de la propiedad privada.

2.5. Principios de Economía política.


El título completo de esta obra de Mill es Principios de Economía Política con
algunas de sus aplicaciones a la Filosofía Social. Por su intención y por el estilo, la
metodología y la popularidad que alcanzó el libro (siete ediciones y varias
traducciones) se asemeja a La riqueza de las naciones de Adam Smith. Los
Principios de Mill constan de cinco libros dedicados a la producción, la distribución,
el cambio, la influencia del progreso y la influencia del gobierno. Al igual que otros
autores, Mill separó la producción de la distribución por creer que obedecían a
diferentes tipos de leyes. La producción se rige por las leyes de la naturaleza que
imponen unos topes máximos a la producción debido a los rendimientos
decrecientes.
Sin embargo, reconoce que esos topes son flexibles, ya que están fijados por el
estado de la tecnología (en continuo avance), de los niveles educativos y de otros
factores institucionales; a todo esto, lo denomina "el progreso de la civilización". La
distribución se rige por las instituciones humanas, eminentemente cambiantes. La
teoría del valor la trata en el libro III (sobre el cambio) después de las dos
anteriores, porque no la utiliza para enlazar la producción y la distribución, como lo
hiciera David Ricardo. En el libro IV, que trata de la influencia de los progresos de la
sociedad sobre la producción y la distribución, efectúa dos tipos de análisis, uno
estático y otro dinámico, que tienen gran relevancia para la economía por la
novedad del enfoque de este tipo de estudio que, con el tiempo, daría lugar a la
moderna dinámica económica. Y en el último libro, al tratar de la influencia del
gobierno, Mill rompe con el ya tradicional laissez faire por no creer en el
automatismo de las armonías de los intereses económicos dentro de un régimen
de libertad (las revueltas sociales y las luchas de clases eran un ejemplo demasiado
palpable). El propio régimen de libertad es una institución humana y como tal
sujeta a regulación por las leyes positivas y, muy en especial, sometida a la prueba
de su utilidad social. Para Mill, la utilidad social debía valorarse en función del
humanitarismo y del bienestar de los trabajadores; para lograrlo recurre a la
intervención del gobierno, pero sin renunciar al régimen de libertad. La actuación
del gobierno debía mitigar los perniciosos efectos de la distribución favorable a los
más ricos.

A) La riqueza y el valor:
Según Stuart Mill: “todas las cosas útiles o agradables que poseen valor de
cambio; o, en otros términos, todas las cosas útiles o agradables excepto
aquellas que pueden obtenerse, en la cantidad deseada, sin trabajo o
sacrificio alguno” p. 35

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Pero ante la generalidad de esta definición, Mill se siente obligado a


delimitarla y dice (que entiendo por riqueza sólo la llamada riqueza
materia, debido a que “una característica esencial de la idea de riqueza es
el ser susceptible de acumulación”. Por tanto, a la primera definición
habría que añadirle un matiz: “consideramos como riqueza todo producto
que es a la vez útil y susceptible de acumulación. Este autor, siguiendo a
David Ricardo y a Lord Lauderdale, también distingue entre la riqueza
privada (o de un individuo en particular) y la pública (o de una nación o de
la humanidad): En la riqueza de la humanidad no se incluye nada que no
responda por sí mismo a algún fin de utilidad o de placer. Para un
particular es riqueza todo aquello que, aunque inútil en sí, le faculta para
reclamar de los demás una parte de su provisión de cosas útiles o
agradables. Para aclarar la distinción pone varios ejemplos, como el del
aire que es absolutamente necesario, pero no tiene precio en el mercado,
porque puede obtenerse gratuitamente ,Pero si bien el aire no es riqueza,
la humanidad es mucho más rica por el hecho de obtenerlo gratis, ya que
puede dedicar a otros fines el tiempo y el trabajo que necesitaría para
satisfacer la más urgente de las necesidades en lugares en los que el aire
no penetra como en las campanas de buzo hundidas en el mar, una
provisión de aire suministrada por medios artificiales tendría, como el agua
que se lleva a las casas, un precio; y si por cualquier cataclismo de la
naturaleza, la atmósfera se hiciera demasiado escasa para el consumo
general, o se monopolizara, el aire adquiriría un precio muy alto en el
mercado, El valor de cambio de los bienes económicos, según la
apreciación de Mill, está asociado al concepto de escasez y es, por tanto,
una condición objetiva. De ahí que Mill nos haga observar que mientras la
cantidad disponible de un agente natural sea prácticamente ilimitada, no
puede tener ningún valor en el mercado, a menos que sea susceptible de
monopolizarse por medios artificiales, pues nadie pagará nada por lo que
puede obtener gratis Es preciso que notemos el cambio de enfoque
introducido por Mill respecto al pensamiento de Cantillon , para quien la
riqueza no es otra cosa que los alimentos, las comodidades y las cosas
superfluas que hacen agradable la vida, y de Smith , que considera
riqueza ,las cosas necesarias, convenientes y gratas de la vida. Esto nos
lleva a las siguientes consideraciones: La finalidad de la economía deja de
tener su principal fundamento en el consumo; es decir, en la satisfacción
de las necesidades humanas que aportan una vida grata al hombre. En su
lugar, la finalidad de la economía es conseguir bienes escasos, de un modo
u otro monopolizados, que así adquieren valor de cambio. Este enfoque
pone el énfasis en la producción, en la obtención de bienes escasos y con
valor de cambio. El fundamento último del valor se encuentra en la
institución de la propiedad privada, ya que sólo a través de ésta es posible
impedir a los individuos el acceso libre (o sea, gratis) a los bienes. La
escasez no se contempla en su sentido absoluto, tan sólo en términos
relativos provocados artificialmente, mediante la monopolización, esto es,
la apropiación por unos y la exclusión de otros del uso de los bienes. El
campo de la economía se reduce a lo mercantil. Únicamente se
contemplan los bienes con valor de cambio en el mercado. Curiosamente,

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Mill critica al sistema mercantilista, por haber confundido riqueza con


acumulación de dinero en forma de metales preciosos. Pero su propuesta
desemboca en el más genuino mercantilismo, pero disfrazado con la
contemplación de una riqueza equivalente a los bienes materiales
susceptibles de acumulación, que adquieren valor de cambio en el
mercado. En realidad, sustituye el dinero por el conjunto de todos los
bienes susceptibles de ser intercambiados; es decir, contempla la
economía real y no la monetaria. En el sistema económico concebido por
Mill el dinero es perfectamente suprimible; éste es un intermediario
neutral que se usa por comodidad, para ahorrar tiempo y molestias
“Se es rico cuando se tiene una provisión de artículos uno bajo”. útiles, o
los medios para adquirirlos. Todo aquello que sirve para comprar, todo
aquello por lo que se dé a cambio algo útil o agradable forma parte de la
riqueza. Aquellas cosas por las que no puede obtenerse nada a cambio,
por muy útiles o necesarias que sean, no son riqueza en el sentido en que
se emplea este término en economía política. Por consiguiente, Mill
restringe el campo de la economía a lo meramente mercantil; y tan sólo
son bienes económicos los que tienen valor de cambio. Mill y sus
seguidores (que hasta hoy son la mayoría de los economistas) no
contemplan dentro del campo de la economía aquellos bienes producidos
para la donación o el autoconsumo, por más que colaboren al bienestar y
al aumento del nivel de vida de las personas.

B) La producción y el capital:
La elaboración de bienes económicos requiere la intervención de dos
requisitos, o factores: el trabajo y los objetos naturales. Siguiendo a Say,
para Mill, la producción consiste en crear utilidad. Pero como para la
economía política tiene un especial relieve la riqueza, termina por concebir
la producción como la obtención no sólo de utilidad, sino también de
riqueza. Debido a esta dicotomía de la producción, clasifica a todo trabajo
que produce utilidad en dos categorías: trabajo productivo e improductivo.
Trabajo productivo es el que produce utilidades permanentes, ya se
incorporen en seres humanos [como la educación y la formación
profesional o en cualquier objeto y como Mill entiende por riqueza sólo la
llamada riqueza material matiza que trabajo productivo sólo es el esfuerzo
que produce utilidades incorporadas a objetos materiales. Trabajo
improductivo es el que no se concreta en riqueza material. observó que,
en cualquier época, para obtener la producción se recurre también al uso
de una cierta cantidad de bienes, que ya se encuentran disponibles al
principio del periodo productivo para facilitar la producción: el capital.
Debido a que debe estar disponible antes de iniciarse la producción y a que
la facilita grandemente, Mill acabó considerando al capital como tercer
factor de la producción. En Inglaterra, Lauderdale ya lo había considerado
abiertamente; ahora lo hacía Mill, pero con la consideración de ser el
capital un resultado del trabajo anterior. De ahí que los factores
fundamentales o indispensables fueran el trabajo y los agentes naturales
(materiales y fuerzas motrices); el capital no es pues un factor

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indispensable. Al final de una larga disquisición acerca del capital, y


habiendo partido de dos factores, acaba concluyendo que los factores de
la producción pueden reducirse a tres: trabajo, capital y materiales y
fuerzas motrices que la naturaleza provee. Esta peculiar forma de reducir
de dos a tres no ha dejado de llamar la atención de los historiadores.
inspirándose quizás en la teoría del fondo de salarios de Smith, establece
cuatro teoremas o proposiciones fundamentales respecto al capital.

C) La distribución:
El reparto de la producción nacional entre los propietarios de los factores
se corresponde con tres tipos de retribuciones: salarios, beneficios y
rentas.

D) Teoría del valor:


La formación de los precios es el tema que ofrece más interés de su Libro
III, sobre el cambio. El valor cobra sentido cuando es el sistema de
mercado, a través de la competencia, el procedimiento de distribuir la
riqueza producida; porque si fuera la costumbre o el uso el agente
distribuidor no sería necesario tener en cuenta los valores, Por
consiguiente, el cambio no es la ley fundamental de la distribución de los
productos, sino que depende de las instituciones sociales. Las leyes del
valor no son necesarias para quienes pretenden construir un nuevo orden
social. Pero si el orden de una sociedad se basa en la compra y la venta, y
por este procedimiento adquieren los hombres sus medios de vida,
entonces las leyes del valor son primordiales.

E) La estática y la dinámica:
Antes de Mill ya hubo autores que utilizaron un análisis dinámico (Quesnay
y Sismando, por ejemplo), pero Mill fue el primer economista que
conscientemente introdujo en el análisis económico los dos conceptos de
estática y dinámica.

F) La influencia del gobierno:


Atraído desde joven por las ideas socialistas, Mill estuvo muy sensibilizado
por la mejora de las condiciones y nivel de vida de los trabajadores. A
efectos prácticos, sus teorías del valor y de los salarios están encaminadas
a justificar esas mejoras. No tuvo reparos en resaltar las ventajas de una
sociedad más igualitaria, en la que la producción no fuera repartida en
razón inversa al trabajo realizado para obtenerla, puesto que el producto
social se distribuía de forma que la mayor proporción la recibían quienes
nada habían hecho en la producción. Sus ideas socializantes no le
impidieron analizar críticamente los movimientos obreros, socialistas y
comunistas. Pensó que la realización de los ideales sociales tropezaría con
muchas dificultades prácticas y que mucho más difícil sería su implantación
por la vía revolucionaria. Las principales dificultades serían de dirección y
gestión de la nueva sociedad; entre los dirigentes obreros no se
encontraban precisamente los individuos intelectualmente más aptos para

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dirigir la sociedad. Por otra parte, la viabilidad de una transformación


revolucionaria de la sociedad implicaba un gobierno que anulara las
libertades individuales; y esto era algo que bajo ningún concepto estaba
dispuesto a tolerar. La libertad, la tolerancia y la instrucción son tres
principios básicos que todo gobierno debe fomentar, pues de ello depende
el bienestar y el engrandecimiento de los ciudadanos. A este respecto
declaró: según mil:” El valor de un Estado, a la larga, es el valor de los
individuos que lo componen, un Estado que empequeñece a sus hombres,
a fin de que puedan ser más dóciles instrumentos en sus manos, aun
cuando sea para fines beneficiosos, hallará que con hombres pequeños
ninguna cosa grande puede ser realizada”.

2.6. Diferencia entre el utilitarismo de Bentham y de Mill

 Bentham creía en el UTILITARISMO INDIVIDUALISTA, defendía


que la felicidad de la persona se identifica con los intereses de la
humanidad; e ir en contra de la satisfacción de un deseo individual es
ir en contra de la humanidad.

 Mill creía en el UTILITARISMO ALTRUISTA, en el que debe


distinguirse entre satisfacción puramente privada y el bien público, y
reducir la diferencia entre ambos. El sacrificio de la persona por el
bien público es considerado la virtud más alta.

 La famosa formulación de Mill del utilitarismo se conoce como el


"principio de la mayor felicidad”: Se debe actuar siempre con el fin
de producir la mayor felicidad para el mayor número de personas,
dentro de lo razonable. La mayor contribución de Mill al utilitarismo
es su argumento para la separación cualitativa de los placeres.
Sostiene que los placeres intelectuales y morales son superiores a las
formas más físicas de placer.

 Bentham trata a todas las formas de felicidad como iguales, mientras


que Mill sostiene que los placeres intelectuales y morales son
superiores a las formas más físicas de placer. Mill distingue entre
felicidad y satisfacción, afirmando que la primera tiene mayor valor
que la segunda, una creencia ingeniosamente encapsulada en la
afirmación de que "es mejor ser un ser humano insatisfecho que un
cerdo satisfecho; mejor ser Sócrates insatisfecho que un necio
satisfecho. Y si el loco o el cerdo, tienen una opinión diferente, es
porque sólo conocen su propio lado de la cuestión".

2.7. Crítica al utilitarismo


 El utilitarismo ha sido criticado por llegar a tales conclusiones
contrarias a la moral del "sentido común". Por ejemplo, si
estuviéramos forzados a escoger entre salvar a nuestro propio hijo o

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salvar a dos hijos de gente a la que no conocemos, la mayoría de


gente escogería el salvar a su propio hijo. En cambio, el utilitarismo
defendería salvar a los otros dos, pues dos personas tienen un
potencial mayor de felicidad futura que una.

 Los utilitaristas responden diciendo que el "sentido común" ha sido


utilizado para justificar muchas posiciones en temas controvertidos y
esta noción de sentido común varía según el individuo, haciendo que
no pueda ser una base para una moralidad común.

 John Rawls (1921-2002) rechaza el utilitarismo, tanto el normativo


como el de los actos, pues hace que los derechos dependan de las
buenas consecuencias de su reconocimiento, y esto es incompatible
con el liberalismo.

3. JEAN-BAPTISTE SAY

3.1. Biografía
Nacido en Lyon el 5 de enero de 1767 y fallecido en París el 15 de
noviembre de 1832. Es uno de los principales exponentes de la Escuela
Clásica de economistas.
Su familia, originaria del distrito de Florac en Lozère, era protestante. Con la
revocación del Edicto de Nantes debe refugiarse en Ginebra, donde se
asimila a la burguesía local, y donde nació el padre de Jean-Baptiste Say en
1739. Su padre se trasladó a Lyon, donde conoce a su mujer Françoise, y se
dedica al comercio de sedas tras trabajar un tiempo para su suegro. Jean-
Baptiste Say nació dos años después de la boda, en 1767. Tenía tres
hermanos, Denis (1768-1769), Jean-Honoré, llamado Horacio (1771-1799) y
Louis (1774-1840), creador de una azucarera que ha perdurado más de dos
siglos y que se convirtió en 1973 en la empresa Beghin-Say.

Su primera educación, por voluntad de su padre, es relativamente liberal,


alejada de las rígidas normas de la escuela religiosa. Cuando cumple quince
años, la familia se traslada a París. Entra a trabajar como mensajero en una
empresa de comercio, lo que le permite trasladarse a Inglaterra durante dos
años, en los que aprende el idioma y se convierte en un espectador
privilegiado del auge de la Revolución Industrial.
Durante un tiempo, se dedica a la literatura. En el periodo de la revolución
francesa, y en 1793 asumió y se convirtió en secretario de Étienne Clavière
entonces Ministro de Finanzas. En el desempeño de su trabajo lee por
primera vez en inglés La Riqueza de las Naciones, obra publicada por Adam
Smith en 1776.

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En sus últimos años, Say sufrió sucesivos ataques neurológicos,


desencadenando una apoplejía. Perdió a su esposa en enero de 1830; y desde
ese momento su salud empeoró constantemente. Cuando estalló la revolución
ese mismo año, fue nombrado miembro del Consejo General del
Departamento del Sena, pero rechazó la designación debido a su precario
estado de salud.

Jean-Baptiste Say murió 14 de noviembre de 1832 en París y fue enterrado


en el cementerio del Père-Lachaise. A su muerte, era el economista francés
más famoso

3.2. Ideas económicas


Say retoma muchas de las ideas de sus predecesores franceses y de Adam
Smith, sistematizándolas en este magistral tratado, que incluye numerosas
contribuciones originales, expresadas con una gran claridad de estilo.
Algunos economistas de la escuela clásica inglesa, en particular McCulloch,
seguidor de David Ricardo, consideraron que Say era meramente un
divulgador y sistematizador de La Riqueza de las Naciones, pero se puede
defender que las aportaciones que hizo fueron mucho más allá.

Otro aspecto importante en el que difiere de la escuela inglesa es en la crítica


a las teorías ricardianas de la distribución de la renta, que tienen un sesgo
marcadamente pesimista, con predicciones de un estado estacionario de
estancamiento. Say, además de tomar una postura mucho más optimista,
considera que estas teorías no tienen carácter científico, y que su rigor lógico
se ve contrapesado por su dependencia de una cadena de supuestos poco
realistas o muy discutibles (como el valor trabajo), así como porque la
evidencia empírica no jugaba a su favor. Esta discrepancia profunda con
Ricardo se debe también a una concepción del método de la ciencia
económica, en la que los razonamientos deductivos han de vigilar su
dependencia de los supuestos, tratando de no alejarse en exceso de la
realidad, y no abusar de los ejemplos numéricos o algebraicos para no perder
claridad.

3.2.1. Obras principales de Say


 En 1800, publicó « Como reformar la moralidad de las
naciones » .
 En 1803, publicó su trabajo más conocido, “Treatise on Political
Economy” (Tratado de Economía Política).
 En 1814, publicó la segunda parte de “Tratado de economía
Política”.

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3.3. Ley de Say


La llamada Ley de Say, o Ley de los Mercados de Say, es una contribución
central que ha perdurado en el tiempo. La Ley de Say recorre, de alguna
manera, el centro de la teoría económica afectando desde aspectos básicos de
la economía hasta dificultades en los ciclos económicos.
Siguiendo la teoría clásica de Adam Smith y de David Ricardo, donde
postuló que antes de poder demandar, se debe producir para intercambiar con
lo comprado. Esta teoría se describió como que “la oferta crea su propia
demanda”.
La Ley de Say sostiene que es la oferta la que generadora de demanda, y no
la demanda la que genera oferta. Para ver esto con mayor claridad es
importante abrir demanda en dos de sus componentes. Necesidad o
preferencias, y poder de compra. Que una persona desee comprar una
Ferrari, o un auto Porche, no quiere decir que pueda demandarlo si no ofrece
nada a cambio. Su efecto en la demanda de Ferrari y Porche es nulo. Aquello
que puede ofrecer para demandar bienes determina su poder de compra. De
modo tal que su demanda depende del poder de compra de su oferta. Aquel
que quiere demandar un bien o servicio sin ofrecer nada a cambio no tendrá
éxito.
Como lo menciono en su libro “Tratado de Economía Política, sobre la
composición y distribución de la riqueza”:

“Un producto terminado ofrece, desde ese preciso instante, un mercado a


otros productos por todo el monto de su valor. En efecto, cuando un
productor termina un producto, su mayor deseo es venderlo, para que el valor
de dicho producto no permanezca improductivo en sus manos. Pero no está
menos apresurado por deshacerse del dinero que le provee su venta, para que
el valor del dinero tampoco quede improductivo. Ahora bien, no podemos
deshacernos del dinero más que motivados por el deseo de comprar un
producto cualquiera. Vemos entonces que el simple hecho de la formación de
un producto abre, desde ese preciso instante, un mercado a otros productos”.

Inicialmente Thomas Malthus y luego John Maynard Keynes, criticaron su


análisis, pensando en el corto plazo. No obstante, llegó a ser bastante
aceptado que en el largo plazo era cierto. Aunque esta teoría llevó a muchos
a decir que la oferta crea su propia demanda, en términos más comunes se
podría decir que, sin dinero no puedo comprar y para conseguir dinero,
necesito trabajar, es decir, producir.

3.3.1. Ley de say en el corto y largo plazo


A largo plazo esta doctrina conserva cierta validez. Por ejemplo:
las economías subdesarrolladas se caracterizan por una producción
baja que corresponde con los ingresos bajos de las personas. A
medida que crece la economía, genera una simultánea y creciente
oferta de bienes e incrementos en los pagos a los factores de
producción, que a su vez generan una creciente demanda de bienes.

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Del mismo modo, en el comercio internacional, conforme un país


produce más, exporta más y se permite más importaciones. Tanto
en el comercio doméstico como en el extranjero, a la larga “la
oferta crea su propia demanda”. Sin embargo, este principio no es
válido a corto plazo en las economías basadas en el mercado. Aun
cuando los pagos a los factores de producción serían suficientes
para comprar todos los bienes producidos, no hay ninguna garantía
de que los receptores de esos ingresos los gastarán en la
producción existente.

3.3.2. Crítica de Marx


Señala que la ley sería válida si el intercambio de mercancías se
realizara a través del trueque. En ese caso, un «exceso general de
oferta» sería imposible.
Para Marx, en cambio, en una economía capitalista el dinero
también se demanda como depósito de valor; puede ser dejado
inactivo. El dinero también puede atesorarse. Una vez se admite
que el dinero puede estar ocioso, ya no existe ningún motivo por el
que los actos de comprar y vender deban coincidir. En algunas
circunstancias, los poseedores del dinero pueden preferir no
comprar mercancías, sino mantener atesoramientos de dinero; en
este caso, la demanda agregada se sitúa necesariamente por debajo
de la oferta agregada.

3.3.3. Crítica de Keynes


Keynes, contradice la ley de Say, sosteniendo que al generarse un
exceso de oferta no disminuye el precio, sino que el mercado se
mantiene un largo tiempo en situación de desequilibrio ( o
equilibrio sin pleno empleo) o desempleo ( Según Say nunca
habría desempleo porque siempre que se oferte trabajo, éste se
demandará). Keynes, argumenta que la solución a este estado de
desequilibrio debe provenir desde el Estado, el cual deberá poner
en práctica la política económica traducida tanto en políticas
fiscales, aumentando el gasto público, interfiriendo en la cuestión
impositiva y demás, como en políticas monetarias.
Los empresarios destinarán dinero a la producción si esperan que
sea rentable (en términos monetarios) hacerlo. Si se prevé que la
producción no sea rentable, el dinero se mantendrá inactivo y,
como consecuencia, los empresarios ofrecerán menos empleo: «La
elección... de decidir si ofrecer empleo o no es una elección entre
utilizar el dinero de esta o de otra forma o de no utilizarlo para
nada».
Keynes criticó también, la ley introduciendo de forma explícita el
dinero y su esencial importancia. Tradicionalmente, el dinero ha
sido considerado por los economistas solamente como un

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instrumento útil que facilita el intercambio, pero que es neutral en


lo que refiere a sus efectos sobre el conjunto de la economía. Una
economía en la que el dinero tiene estas características es lo que
Keynes llamó una «economía del intercambio real», que es muy
diferente a su concepción de una «economía monetaria». En una
economía monetaria, el tipo de economía en la que vivimos, el
dinero juega un papel específico; influye sobre motivos y
decisiones y afecta a la tasa de interés así como a la relación entre
el output y el gasto total.

La ley de Say es aplicable a una economía en la que el dinero es sólo un


medio de intercambio, una «conveniencia transitoria». Pero en una economía
capitalista, el dinero también se utiliza como depósito de valor. Los
empresarios capitalistas pueden gastar dinero para iniciar procesos
productivos o pueden mantenerlo inactivo. La rentabilidad de la producción
y de la inversión es el factor esencial que determina cómo se utiliza el dinero.
Si las expectativas de los capitalistas referentes a la rentabilidad de sus
procesos productivos se vuelven pesimistas, la demanda de dinero ocioso
(atesoramiento) crece, mientras que la demanda de mercancías y de trabajo
se reduce. El dinero es el mejor depósito de valor en un sistema en el que
todas las transacciones exigen dinero. El dinero puede convertirse en
mercancías, o en trabajo, en cualquier momento futuro.

3.4. Los impuestos y el estado


Crítica de la intervención pública en la economía. Declara que el interés
propio y la búsqueda de beneficios impulsarán a los empresarios hacia la
satisfacción de la demanda del consumidor. “La naturaleza de los productos
está siempre regulada por los deseos de la sociedad” y por tanto “la
interferencia legislativa es completamente superflua”
Los impuestos directos son los recaudados sobre renta o riqueza. Los
indirectos son los relativos a ventas, aranceles y productos especiales.
Independientemente de su forma o método concretos de recaudación, “de
todo impuesto se puede decir que daña a la producción, en la medida en que
impide la acumulación de capital productivo”.

3.5. Teoría del valor del trabajo


Contrariamente a Smith y a los economistas clásicos ingleses como David
Ricardo, Say se oponía firmemente a la teoría del valor trabajo (que
consideraba, sucintamente, que la forma objetiva de medir el valor era
mediante horas de trabajo), considerando que el fundamento del valor está en
la utilidad que los distintos bienes reporten a las personas. Esta utilidad
puede variar en función de la persona, del tiempo y del lugar. La concepción
de Say es, por lo tanto, que el valor es subjetivo.

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En Tratado de economía política sobre el valor, en los libros, primero,


dedicado al análisis de la producción, y en el segundo, donde trata de la
distribución de la riqueza. En el primer libro están las afirmaciones que
David Ricardo criticara tan contundentemente:

“La producción es la creación no de materia sino de


utilidad. No es estimada según la longitud, el
volumen, o el peso del producto, sino por la utilidad
que ofrece... el precio es la medida del valor de las
osas y su valor la medida de su utilidad”.

Más adelante aclara que: El valor en cambio, o el


precio, es un índice de la utilidad reconocida de una
cosa, en un acto de compraventa el comprador paga
por la utilidad que le reporta el objeto adquirido, pero
podría ocurrir que dicha transacción fuera injusta.
Supone que los precios corrientes se aproximan al
valor real de las cosas, "en proporción a la libertad de
producción y de intercambio.

4. SENIOR NASSAU WILLIAM

4.1. Biografía
Economista británico, nacido el 26 de septiembre de 1790 en la localidad de
Compton Beauchamp (Berkshire) y fallecido en Londres el 4 de junio de
1864. Pensador de reconocida influencia, integrado en la corriente de la
economía clásica, tuvo un gran peso intelectual y político en la sociedad
británica de la primera mitad del siglo XIX.
Se educó en el prestigioso Colegio Eton y completó su formación en el
Magdalen College de la Universidad de Oxford, donde después ejerció como
docente y se convirtió en el primer catedrático de Economía Política de la
institución. Ocupó esta plaza en dos períodos; el primero entre 1825 y 1830,
y el segundo entre los años 1847 y 1852. El paréntesis entre ambos lo dedicó
a la investigación teórica y al activismo político en el partido Whig.
Progresivamente retirado de la vida pública, falleció en Londres en el verano
de 1864.

4.2. La crítica de Senior a la teoría Malthusiana


En los aspectos teóricos, Nassau Senior mantuvo un claro enfrentamiento
con respecto a las posturas mantenidas por Malthus y desarrolló estudios
relacionados con la renta, la población y la teoría del valor, entre otros
aspectos. Su propuesta más conocida fue la llamada teoría de la abstinencia,
con la que pretendía explicar la forma en la que las personas renuncian al
consumo presente de bienes. Esta teoría surgía como explicación al

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fenómeno del ahorro, que producía la acumulación del capital y, en el largo


plazo, el aumento de los bienes de consumo. En su actividad política,
intervino en la promulgación de la ley de pobres de 1834 y mantuvo
posiciones negativas con respecto a reivindicaciones sindicales, como la
reducción de la jornada laboral. Asimismo, la defensa de su teoría de la
abstinencia le condujo a un enfrentamiento con los irlandeses, que se
mostraron poco favorables a reducir su capacidad de consumo.

4.3. Teoría de la abstinencia

“El ahorro debe ser un valor fundamental para impulsar el crecimiento”

4.3.1. Abstinencia
Este concepto se usa en el contexto de la Economía y las finanzas públicas.
Esta expresión concebida por el economista Nassau Senior para referirse a la
eliminación de consumos presentes con el objetivo de posibilitar la
acumulación de Capital. La expresión abstinencia, en este sentido, es la
actitud que conduce al Ahorro, adquiriendo gran importancia en el origen de
una Sociedad capitalista: si Bien la abstinencia lleva a la disminución del
Consumo inmediato, ella posibilita, por medio de la acumulación y
ampliación de los Bienes De Capital, que posteriormente aumente la Oferta
de Bienes y servicios.
Para que la abstinencia genere un Flujo constante de bienes de Capital se
requiere que la misma tenga alguna recompensa: de otro forma la abstención
del consumo presente se convertiría sólo en una des utilidad absoluta,
incompatible con una decisión económica racional. Esta Utilidad o
recompensa fue equiparada -por Senior y otros economistas del siglo XIX- al
Valor de la tasa de Interés, estableciéndose de esta forma en una de las
tempranas explicaciones dadas a los beneficios del capital.
La abstinencia, tal como se la concibe en la Ciencia Económica, debe verse
como un período de espera o suspensión transitoria del Consumo, más que
como una privación absoluta del consumo en sí.
Su fin es aumentar, en definitiva, el Consumo que se podrá hacer en un
futuro.

4.3.2. La teoría
La teoría de la abstinencia es una teoría según la cual el interés del capital es
una compensación al sacrificio que representa para el capitalista renunciar a
un consumo inmediato para realizar un ahorro acumulativo. Formuló esta
teoría W. N. Senior en sus Principles of Political Economy (1833).
Nassau William Senior fue un economista británico (1790-1864), que insistió
en que el capital es tan generador de valor como el trabajo mismo, al requerir
el sacrificio de la abstinencia de consumo que conduce al excedente
económico.

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En la teoría de Senior el ahorro debe ser un valor fundamental (por lo menos,


por parte de los productores o de la oferta) para impulsar el crecimiento
económico. Senior en su obra “Economía Política” advirtió que “la
limitación relativa de la oferta…, aunque no suficiente para constituir el
valor es, con mucho, su elemento más importante; la utilidad o, en otras
palabras, la demanda, depende principalmente de ella”.
De acuerdo a Eric Roll en su texto “Historia de las Doctrinas Económicas”,
Senior no fue un defensor incondicional del libre mercado. Reza este autor
que Senior en sus primeras proposiciones limitó la esfera de la acción estatal
a los tradicionales deberes de “policía”, en aras de salvaguardar el orden.
Pero pronto advirtió que podía existir miseria a pesar de la tendencia del
proceso económico a crear una producción y una distribución en
concordancia con el esfuerzo y previsión de los trabajadores; aquella miseria
ofrecía un campo adecuado para la acción del Estado, no sólo era un derecho,
sino hasta un imperioso deber del Estado aliviarla (siguiendo a Roll). Pero el
argumento decisivo en favor de todos los servicios sociales, para Senior
(según Roll), era la conservación de “la laboriosidad, la previsión y la
caridad”.
Puede decirse que Senior apoyaba la intervención del Estado en la economía,
mientras no obstaculizase perjudicialmente el libre desenvolvimiento de las
leyes económicas; abogando por un sistema de seguridad social que
garantizara bienestar.
Por el contrario, con John Maynard Keynes (1883-1946) surge la
importancia de la demanda para explicar el crecimiento económico. Según
Ricardo Torres en su libro “Teoría del comercio internacional”, la teoría
keynesiana niega que las leyes de la economía de libre mercado produzcan
espontáneamente el equilibrio al nivel de la ocupación plena. Es aquí cuando
el Estado debe intervenir de forma minimalista, implementando políticas
económicas que regulen las contradicciones que se den en el seno del
mercado. Si la inversión no tiene un respaldo en la demanda se producirán
crisis de sobreproducción, que terminarán generando desempleo.
Al contrario de la teoría de Senior, la keynesiana no explica el ahorro como
un “sacrificio de abstinencia”, sino que basa el funcionamiento del sistema
económico principalmente con base en la siguiente Ley psicológica
fundamental (en línea con Torres): a medida que aumenta el ingreso de una
comunidad, ésta destina una cantidad absoluta mayor al consumo, pero a una
tasa proporcionalmente menor respecto al incremento del ingreso; en
consecuencia, ante aumentos del ingreso el porcentaje destinado al ahorro
será mayor.

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