Asterisc War 13

Traducción al español: Jaden
Corrector: Jaden
Editor del Archivo: McKnight
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The Asterisk War
Volumen 13 The Steps of Glory - [Light Novel]
INDICE
Capítulo I – Akari Yachigusa II ............................................................................................10
Capítulo II – Akari Yachigusa III ..........................................................................................20
Capítulo III – El Comienzo...................................................................................................29
Capítulo IV – Los Preliminares I ..........................................................................................45
Capítulo V – Los Preliminares II ..........................................................................................57
Capítulo VI – Los Preliminares III ........................................................................................73
Capítulo VII – Acelerando..................................................................................................102
Capítulo VIII – Contra Preparaciones................................................................................118
Capítulo IX – Cuarta Ronda ..............................................................................................131
Epílogo ..............................................................................................................................153
Palabras Del Autor ............................................................................................................160
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Capítulo I – Akari Yachigusa II
Akari Yachigusa nunca había visto a su madre sonreír.
Incluso en sus primeros recuerdos, la expresión de su madre siempre había sido como una
hoja de hielo, sus ojos fríos e indiferentes cuando miraba a Akari. Si, de vez en cuando, algún
indicio de emoción pudiera brillar, inevitablemente no sería otra cosa que ira u odio histérico.
Y aunque nunca había recurrido a la violencia física, había hecho llover tempestades de abuso
verbal más veces de las que Akari podía recordar:
"¿Por qué tenías que ser un monstruo?" "Si nunca te hubiera tenido..." "¡Desearía que nunca
hubieras nacido!" "¡Todo es culpa tuya!"
Su madre nunca la había llamado por su nombre.
Pero aún así, Akari siempre había querido que su madre la amara.
Todo lo que se necesitaba era que mostrara el más mínimo indicio de una sonrisa, y su
madre le frunciría el ceño, como si no pudiera ni siquiera atreverse a llorar. Y así, antes de que
se diera cuenta, para no molestar a su madre, Akari se encontró con una expresión
permanentemente ambigua, una mirada que no sugería ni alegría ni tristeza. Pero aún así, su
madre inevitablemente desviaría su mirada tan pronto como viera el rostro de Akari.
La familia Yachigusa era de un antiguo y noble linaje al borde del colapso, aferrándose
obsesivamente a sus anticuadas tradiciones, incapaz de adaptarse a un mundo cambiante. Se
las habían arreglado para mantener una pizca de su antigua gloria a través de sus tratos con
la fundación empresarial integrada Galaxy, pero aún así, ahora eran poco más que una tenue
sombra de lo que habían sido antes de la Invertia. Para la familia Yachigusa, la Invertia no era
sólo una calamidad que había reformado el mundo, sino también una pesadilla que los había
llevado a la ruina.
Y en esa familia había nacido un producto de los Invertia, una Genestella. Era sólo cuestión
de rutina que actuaran de la manera en que lo hicieron. Primero alejaron al padre de Akari,
que se había casado con la familia, y luego comenzaron a mirar a su madre con un desprecio
desenmascarado.
La desgracia de Akari se complicó aún más por el hecho de que ella había sido capaz de
manifestar sus habilidades Strega incluso siendo aún una niña. Se sabía que los Stregas y los
Dantes, incapaces de controlar sus habilidades, se desbocaban y, dadas sus características
físicas y mentales, eran capaces de causar una considerable perturbación en la vida de
quienes los rodeaban. Considerando que su habilidad le otorgaba el poder de detener
completamente el flujo de maná dentro de un rango determinado, a menudo había apagado
sin querer aparatos eléctricos y otros servicios que dependían de la ingeniería meteórica. Esto,
por supuesto, sólo había servido para condenarla al ostracismo y había hecho la posición de
su madre aún más precaria.
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La desgracia de Akari se complicó aún más por el hecho de que ella había sido capaz de
manifestar sus habilidades Strega incluso siendo aún una niña. Se sabía que los Stregas y los
Dantes, incapaces de controlar sus habilidades, se desbocaban y, dadas sus características
físicas y mentales, eran capaces de causar una considerable perturbación en la vida de
quienes los rodeaban. Considerando que su habilidad le otorgaba el poder de detener
completamente el flujo de maná dentro de un rango determinado, a menudo había apagado
sin querer aparatos eléctricos y otros servicios que dependían de la ingeniería meteórica. Esto,
por supuesto, sólo había servido para condenarla al ostracismo y había hecho la posición de
su madre aún más precaria.
En poco tiempo, la salud de su madre se había deteriorado hasta tal punto que dejó de ver
a la gente. Por su parte, Akari fue expulsada de la residencia y se vio obligada a vivir sola en
un pequeño edificio independiente que antes había servido como almacén. Los sirvientes se
encargaban de su comida y sus necesidades diarias, por lo que perdió todo contacto con los
demás miembros de la familia. Ni siquiera se le permitía caminar libremente y estaba
esencialmente en un estado de confinamiento perpetuo. La familia hizo todo lo posible para
ocultar su existencia. Incapaz de asistir a la escuela, había pasado su infancia encerrada en
ese estrecho y sombrío edificio.
Su único consuelo era una terminal de ordenador anticuada. Fue a través de esta terminal
que conoció la Festa y Asterisk, un lugar donde los Genestella podía vivir en libertad, una
ciudad en la que era posible hacerse un nombre con sus propios esfuerzos. Devoró toda la
información que pudo encontrar sobre este mundo de ensueño y, aunque no pudo reconocerlo
exactamente en ese momento, encontró que su corazón lo anhelaba.
◇◇◇
El primer punto de inflexión en su vida llegó cuando tenía diez años.
Se celebraba un banquete para celebrar el 70 cumpleaños del jefe de la familia Yachigusa,

el abuelo de Akari. Aunque la familia había pasado por momentos difíciles, y aunque las otras
casas antiguas los miraban con desdén, buscaban mantener las apariencias de la forma más
miserable posible.
Por supuesto, Akari no asistiría. El bullicio y la conmoción del evento no llegaron a su rincón
del vasto terreno, de hecho, no pudo oír nada más que el habitual crujido de los árboles que
cerraban el edificio de sus alrededores. Pero entonces, de repente, detectó una débil presencia
fuera y abrió la puerta corrediza de la terraza.
Mientras miraba a su alrededor, vio a una chica parada, con una expresión de perplejidad
en su cara, sola en medio del camino que lleva a la arboleda. Parecía tener la misma edad que
la propia Akari y estaba vestida con un extravagante traje a medida. Sin duda era la hija de
uno de los invitados.
Cuando la niña notó a Akari, una ola de alivio bañó su rostro, y se apresuró hacia el pequeño
edificio.
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"¡Ah, gracias a Dios! Salí a tomar un poco de aire fresco, pero luego me perdí... Quiero decir,
¿cómo pueden esperar esos adultos que me quede ahí parado luciendo linda mientras ellos
hablan? Es tan aburrido, ¿no crees?" La chica le sonrió mientras se sentaba en el borde de la
terraza. Tenía una actitud algo frívola, al menos hasta donde Akari podía decir.
"Ah ...", Akari respondió con una sonrisa vaga y forzada, sin saber qué hacer con su
visitante.
La chica, sin embargo, brilló con una sonrisa radiante e impecable. "Soy Kotoha Rokujou.
¿Eres de la familia Yachigusa?"
Akari se encontró perdida en esta simple e inocente pregunta.
Ella simplemente no sabía por sí misma si realmente era considerada una Yachigusa, ni si
estaba bien que lo admitiera ante una completa desconocida. Además, era la primera vez que
hablaba con una chica de su edad. Simplemente no tenía idea de cómo debía actuar en esta
situación.
Al final, ella pudo responder con nada más que un ligero asentimiento.
Sin embargo, la chica llamada Kotoha se inclinó hacia adelante con entusiasmo, tratando
de verla mejor. "¿¡De verdad!? ¿Cómo te llamas?"
"...Akari Yachigusa."
"Akari. Akari. Hmm... ¡Ese es un nombre maravilloso! Pero ¿qué estás haciendo aquí afuera
tú sola, Akari? ¿No es solitario?"
Nunca había pensado en eso antes. Era ciertamente posible que se sintiera sola, pero había
estado viviendo así desde que tenía memoria, y por eso sentía como si se hubiera quedado
insensible a tales sentimientos. Pero ahora que lo pensaba, no parecía haber otra manera de
describir el desolado y vacío agujero en el centro de su corazón. En cuyo caso...
Kotoha esperó, balanceando sus piernas hacia adelante y hacia atrás, mientras Akari
reflexionaba sobre esto.
"Me pregunto...", dijo finalmente. "No lo sé realmente." Fue una respuesta vaga, dicha con
una sonrisa vaga y un tono de voz vago. De hecho, esa palabra vaga parecía describir su
existencia.
"Vaya, ¿en serio? Si fuera yo, estaría tan sola que terminaría llorando!" Kotoha, sin
embargo, no era nada si no era sencillo. "Dime, Akari. ¿Te importa si me quedo aquí un rato,
para que podamos hablar? Quiero decir, si yo regresara, sería tan aburrido!"
Akari se sorprendió de lo directa que era la chica sentada frente a ella, y no podía hacer otra
cosa que asentir en silencio.
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Con eso, las dos entraron en una conversación casi sin rumbo, hablando de sus comidas
favoritas, sus familias, las flores que florecen en el jardín, los sueños que habían tenido la
noche anterior, y más.
Estrictamente hablando, Kotoha hizo la mayor parte de la conversación, con Akari

simplemente escuchando. De vez en cuando, sin embargo, le hacía una pregunta, o decía una
palabra propia, hasta que los detalles de su vida comenzaron a filtrarse gota a gota.
"Así que eres una Genestella, ¿Akari? Eso es tan genial!" Los ojos de Kotoha se abrieron
con asombro cuando esto también salió a la luz. "Conozco a otra Genestella, ¿sabes? Un
chico. Su familia es de una larga estirpe de espadachines, e incluso puede enfrentarse a los
adultos. Bueno, quiero decir, no lo conozco tan bien... El estilo Toudou, creo que se llama...
Algo así, de todas formas. ¿Has oído hablar de él?"
"...Un poco."
Entre los que había visto compitiendo en la Festa, había varios espadachines que
pertenecían a esa escuela. Por lo que sabía la pequeña Akari, parecía ser una de las más
prominentes, con dojos de rama en todo el mundo. Si la familia de Kotoha se ocupaba de una
casa tan importante, entonces ellos también deben tener un estatus considerable.
"Hay dos hermanos, ¿verdad? El mayor, Kou, es una persona normal, pero el menor, Sei,
es una Genestella, ¡y también es muy simpático! Fue el primer Genestella de mi edad que
conocí, ¿sabes? Así que le seguí haciendo todas estas preguntas, pero respondió a cada una
de ellas sin molestarse lo más mínimo."
"...Parece una buena persona."
Kotoha no estaba exactamente dejando sus pensamientos libres, pero su suave voz
continuó sin pausa. "¿Verdad? Ah... lo he hecho de nuevo, ¿eh? Heh-heh, lo siento. ¿Quizás
me pasé un poco? Estoy tan feliz de tener una segunda amiga Genestella". Kotoha sonrió con
una linda sonrisa, bromeando y golpeándose la cabeza.
"...¿Amiga? ¿Quieres decir... yo?"
"¡Ah! Tal vez fui un demasiado rápido... Pero ya sabes, realmente quiero ser tu amiga,
Akari!"
"A-ah, quiero decir ... yo. ..", tartamudeó Akari, inseguro de qué hacer o decir.
Pensar que alguien como ella podría hacer una amiga...
Sin embargo, en ese momento...
"Bueno, bueno, mira lo que tenemos aquí. Tal como dijeron."
"Parece que valió la pena".

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De repente, dos hombres aparecieron en el pequeño sendero que atraviesa la arboleda.
Uno estaba vestido con una camiseta sin mangas, a pesar de que la primavera acababa de
empezar, su físico musculoso cubierto de tatuajes. El otro hombre llevaba gafas de sol, una
chaqueta de cuero y vaqueros. A juzgar por su apariencia, no parecían el tipo de personas que
habrían sido invitadas al banquete.
"No deberías vagar sola, señorita", dijo el hombre tatuado con una sonrisa vulgar. "Sabes
que esta gente no puede permitirse una seguridad adecuada, ¿verdad? No son como tú,
Rokujous".
Estaba claro por la forma en que los dos hombres se comportaron que albergaban
intenciones maliciosas.
"Um, ¿quién eres?" Kotoha preguntó con curiosidad, tal vez aún para comprender la
situación.
"Vamos, no esperará que le demos nuestros nombres, ¿verdad? Sólo actúa con amabilidad
y ven conmigo ahora."
Parecía que habían venido por ella.
"¿Qué debemos hacer con la otra?" dijo el de las gafas de sol, señalando a Akari con el
pulgar.
Su compañero tatuado soltó una pequeña risa, antes de agitar la mano

despreocupadamente. "No puedo tenerla haciendo una escena. Será mejor que nos
deshagamos de ella."
"Lo tengo".
Al momento siguiente, el hombre con gafas de sol rápidamente dio vueltas alrededor de ella.
"Lo siento por esto".
Con eso, puso su mano derecha sobre su boca, llevando un cuchillo en forma de Lux hacia
su cuello con la izquierda, pero antes de que pudiera empujar hacia abajo, Akari lo empujó con
el codo, agarrándolo por la muñeca y arrojándolo lejos.
"¿¡Ngh!?"
Tan pronto como el hombre cayó al suelo de espaldas, Akari se lanzó hacia él y, sin la más
mínima vacilación, le aplastó la garganta con el puño.
“¡!” El hombre se retorció, soltando una escofina tosca, pero Akari no le prestó más atención
mientras ella dirigía su mirada hacia su compañero.
"¿Qué diablos...?"
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"¿¡Eh...!?"
Los ojos del hombre tatuado se habían abierto de par en par en la incredulidad, mientras
que Kotoha, también, la miraba fijamente.
"¡Tú, pequeña...!" El hombre recuperó rápidamente el sentido común, alcanzando un Lux en

forma de pistola en su cintura.
Pero era demasiado lento.
Antes de que tuviera tiempo de apuntar, Akari se lanzó hacia él. Le dio una fuerte patada
en la entrepierna, y luego golpeó con el codo en su mandíbula mientras se inclinaba hacia
adelante con dolor. Cayó al suelo, mostrando el blanco de sus ojos, con espuma saliendo de
su boca.
"Uf ..." Akari dejó salir un profundo suspiro.
No tenía experiencia en la lucha, y por supuesto nunca había sido entrenado en defensa
propia. Además de eso, esta fue la primera Genestella aparte de ella misma que conocía.
Así que había imitado las acciones que había visto en la televisión, de las personas que
había visto en la Festa. Eso era todo. Sin embargo, estaba segura de que aprender esos
movimientos sería efectivo. Después de todo, los dos hombres estaban claramente lejos de
esos luchadores que había visto compitiendo en Asterisk.
"...¡I-Increíble! Eres tan fuerte, Akari! " Kotoha saltaba de arriba a abajo con emoción,
aplaudiéndola.
"Yo... sólo estaba protegiendo a mi amiga", respondió, reuniendo su coraje.
En ese momento, Kotoha rompió en una amplia sonrisa.
Y con eso, un grupo de hombres en pánico con traje vinieron corriendo hacia ellas desde la
mansión.
◇◇◇
Por lo que Akari escuchó varios días después, los dos hombres tenían la intención de
secuestrar a Kotoha. La familia Rokujou había jugado un papel importante en la fundación de
la Galaxy y, aún hoy, tenía fuertes lazos con su alta dirección. El plan de los posibles
secuestradores, al parecer, era utilizar a Kotoha para chantajear a su querido padre y, a través
de él, obligar a la Galaxy a satisfacer sus demandas.
Por supuesto, Kotoha estaba en parte equivocada por haber abandonado la mansión sola;
pero permitir que los atacantes se infiltraran en su propia residencia, la responsabilidad
principal, claramente, recaía en la familia Yachigusa. La única forma en que podían salvar
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cualquier cara era gracias al hecho de que Akari había acudido en defensa de Kotoha y porque
el padre de Kotoha quería mantener el incidente en privado. Sin embargo, esto no era un acto
de buena voluntad hacia los Yachigusas, sino que los Rokujous parecían tener sus propias
razones para querer evitar que el conocimiento del ataque entrara en la arena pública.
Sin embargo, Akari comenzó a ser tratado de manera un poco diferente. Ella seguía siendo
odiada, todavía condenada al aislamiento, todavía mantenida a distancia - su situación en ese
sentido no había cambiado - pero desde el incidente, Kotoha comenzó a hacer sus visitas
regulares. La familia Yachigusa, por su parte, no estaba en posición de rechazar las atenciones
de los todopoderosos Rokujous. Lo que significaba que ya no podían permitirse el lujo de tratar
a Akari de la misma manera que hasta ahora.
Akari, por supuesto, no tuvo nada que ver con estas deliberaciones. En cualquier caso,
Kotoha fue su primera y única amiga. Esas horas que pasó con la joven alegre e inocente se
convirtieron, en cierto modo, en una especie de salvación.
Después de todo, fue gracias a Kotoha que finalmente se le permitió asistir a la escuela.
Kotoha había insistido, al parecer, en que ella estuviera en su misma clase. Viendo su
existencia como una fuente de vergüenza, su familia, incluida su madre, sin duda habría
preferido mantenerla encerrada en su pequeño rincón de la residencia durante toda su vida y
se resistió a ello con una letanía de excusas. La más significativa de ellas fue aparentemente
su preocupación de que ella no podía controlar sus habilidades Strega. De vez en cuando, ella
seguía con sus pequeños ataques y detenía el flujo de maná a su alrededor. Si lo hacía en el
exterior, el daño, argumentaban, sería enorme.
Así que durante el año siguiente les demostró que podía controlarse. Aunque no tenía su
habilidad completamente bajo control, estrictamente hablando, dejó de intentar huir, y dejó de
alborotar el terreno. Hasta ahora, siempre había odiado sus habilidades, siempre había odiado
el hecho de ser una Genestella, una Strega. Eran esas cualidades las que estaban en la raíz
de todos sus problemas, y era por ellas que su madre no la veía. El hecho de que se aceptara
a sí misma como era no era porque deseara ir a Asterisk, sino más bien porque había grabado
sus sueños en su mente desde una edad temprana, y ahora ejercían un poderoso efecto sobre
sus habilidades. En otras palabras, las suprimió con su fuerza de voluntad, sin importarle el
precio que tenía que pagar por ello.
Al final, habiendo perdido su principal razón para retenerla, la familia de Akari finalmente dio
su permiso para que comenzara la escuela. Eso fue ayudado, al parecer, por la insistencia del
padre de Kotoha. También puede haber sido, Akari pensó, algún grado de ayuda económica
involucrada. Pero, sospechaba que a la que tenía que agradecer era a Kotoha. Aunque su
padre no tenía los mismos prejuicios hacia Genestella que la familia Yachigusa, no tenía
ningún afecto particular hacia la propia Akari. La había ayudado, sin duda, simplemente como
muestra de su aprecio por haber salvado a su hija y porque quería mantener feliz a Kotoha.
En cualquier caso, Akari comenzó a asistir a la misma escuela de niñas que Kotoha. Era la
única Genestella allí, pero con la familia Rokujou cuidándola, pudo experimentar una cómoda
y pacífica vida estudiantil.
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Su única preocupación era su madre, que se había opuesto a que dejara la residencia de
los Yachigusa hasta el final. Cuando Akari pidió su permiso directamente, la mujer se limitó a
denunciar sus abusos a través de la puerta corrediza, sin siquiera salir a verla. El hecho de
que, a pesar de la oposición de su madre, Akari fuera autorizada a asistir a la escuela era una
señal de lo bajo que había caído el estatus de su madre a los ojos del abuelo de Akari y otros
parientes. De hecho, por lo que Akari podía decir, su madre era ahora vista como incluso
menos importante que ella misma, dado que al menos tenía una conexión con los Rokujous.
Al final, el resentimiento reprimido de su madre comenzó a consumir no sólo su corazón sino
también su cuerpo, y fue enviada a un hospital lejano, lejos del camino marcado.
Desde entonces, Akari no la había visto ni una sola vez. Después de todo, incluso si ella iba
a visitarla, su madre sin duda la rechazaría.
◇◇◇
El segundo punto de inflexión en la vida de Akari se produjo durante el invierno antes de su

graduación de la escuela secundaria. Había estado charlando con Kotoha en la terraza del
edificio que había aceptado como su casa, cuando su amiga le dio la noticia.
"Dime, Akari, hay algo que quiero decirte. Estoy pensando en casarme una vez que me
gradúe."
"¿Eh...?" Akari se encontró tensa en esta repentina confesión.
"Lo conoces, ¿verdad? Es Sei."
"...Ah, de la familia Toudou."
Ahora que lo mencionó, Akari recordó haber conocido al joven serio en varias ocasiones.
Era el segundo hijo de la rama principal de la familia Toudou y había sido amigo de Kotoha
desde la infancia. La propia Akari había sido invitada a visitar su dojo unas cuantas veces e
incluso se había enfrentado a él en un simulacro de duelo.
"Eso es ... Felicidades."
"Heh-heh, gracias. Pero si le dijera a papá que quiero unirme a su familia, estoy segura de
que se opondría a la idea", dijo Kotoha con su habitual sonrisa brillante.
Akari no tenía ninguna duda al respecto. Kotoha era hija única, así que, por supuesto, sus
padres y parientes esperaban que todos los futuros maridos fueran a casarse con su propia
familia.
"¡Pero no me voy a rendir!" añadió, poniendo las manos juntas mientras se esforzaba. "Lo
convenceré. ¡Sólo espera!"
Akari no pudo evitar estar impresionado.
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No importaba lo que Kotoha se propusiera, no importaba el tiempo que le tomara, sin duda
alguna lo haría hasta el final. El hecho de que Akari haya podido asistir a la escuela en primer
lugar se debió a la perseverancia de su amiga.
Así como ella sin duda persuadiría en última instancia a su familia en este caso, también.
"¿Y qué hay de ti? ¿Qué vas a hacer una vez que te gradúes?" Kotoha le preguntó.
"¿Eh? Uh, yo... no lo sé todavía." Akari fue sorprendida por haberse convertido tan
repentinamente en el tema de su conversación, pero su respuesta fue honesta. A diferencia
de Kotoha, que siempre supo exactamente lo que quería, sus propios pensamientos eran tan
vagos como siempre.
"Ya veo... Pero sabes, deberías hacer lo que quieres hacer."
Frente a un sentimiento que parecía ver a través de sus deseos más íntimos, Akari no pudo
hacer más que devolver una sonrisa forzada.
Como sucedió, ella estaba luchando con ella misma precisamente por eso.
Quería ir a Rikka, a Asterisk, a esa ciudad legendaria donde se celebraba la llegada de los
Genestella. Si lo hacía, creía que sería capaz de transformar su vaga e indiferente
personalidad en algo más.
Pero por supuesto, su familia nunca lo permitiría. Más bien, se opondrían a ella en cada
paso del camino. Y más que nada, no podía deshacerse de la idea de que sólo terminaría
trayendo más sufrimiento a su madre.
"Sabes, Akari... Como hija de una familia rica, supongo que he llevado una vida protegida,
sin querer nada, así que tal vez no soy realmente capaz de comprender plenamente tus
problemas..."
"En efecto. Pero sabes, me gusta esa franqueza tuya".
"Aún así, haré todo lo que pueda para apoyarte", dijo Kotoha, agarrando sus manos con
fuerza. "Así que quiero que vayas a por ello."
"... Gracias", respondió Akari, agarrando ligeramente sus manos a su vez.
Fue una cosa egoísta decir, pero al mismo tiempo, era muy parecida a Kotoha.
Esa noche, Akari le dijo a sus parientes lo que quería. No lo aprobaron, como ella esperaba,
pero su oposición no fue tan fuerte como su propia resolución. Y además, su existencia ya no
era un secreto, así que parecían haberse resignado a la realidad de su situación. Tal vez por
eso se habían rendido ante ella mucho antes de lo que ella esperaba. O tal vez, al darse cuenta
de que ya no podían llevar el secreto de su existencia a la tumba, la vieron como una
oportunidad para enviarla a un lugar lejano y fuera de la vista.
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Sin embargo, la hicieron aceptar varias condiciones. Primero, no la apoyarían
económicamente, ni siquiera un centavo. En otras palabras, ella tendría que pagar su matrícula
y gastos de mantenimiento por sí misma. Segundo, no debía atraer más atención sobre sí
misma de la que ya tenía. Eso significaba que no entraría en la Festa, ni en los rankings, ni en
cualquier otra cosa que pudiera arrastrar el nombre de Yachigusa por el barro.
Dado que todo lo que quería era vivir en la ciudad de Asterisk, aceptó esas condiciones sin
queja alguna y escribió una carta a su madre para transmitirle sus sentimientos.
◇◇◇
Poco después, aprobó el examen de ingreso para el programa universitario de la Academia

Seidoukan sin problemas y dio sus primeros pasos en el brillante y soleado mundo de la
afamada Ciudad Academia sobre el Agua.
Y entonces, una noche, conoció a Madiath Mesa.
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Capítulo II – Akari Yachigusa III
"Pero, ¿estás seguro de que estás de acuerdo con ese tipo de promesa?"
Akari se encontró siendo sacada de su ensueño al presente por la voz de cierto joven.
"Para ser honesto contigo, se me ocurren muchas palabras para describir al presidente del
consejo estudiantil", continuó, "pero confiable no es una de ellas. No es que esté tratando de
interponerme en su camino ni nada, quiero decir".
Estaban regresando de la oficina del presidente del consejo estudiantil. Madiath, caminando
a su lado, se rascó la cabeza, todo su comportamiento es de desconfianza.
Los dos habían entrado en el Eclipse justo el día anterior, pero como ocurrió, el presidente
del consejo estudiantil de la Academia Seidoukan había estado entre los espectadores y,
habiendo visto de primera mano lo bien que se habían desenvuelto allí, ahora insistía en que
los dos entraran en el próximo Phoenix. Tanto ella como Madiath simplemente querían pasar
sus días en paz y tranquilidad, pero dado que Madiath sólo podía asistir a la escuela gracias a
su beca especial, no había podido negarse. Por su parte, dado que sus parientes estaban casi
garantizados a oponerse, Akari había rechazado la sugerencia, pero al final, se había visto
casi obligada a aceptar que la academia intentara persuadir a su familia para que le permitiera
entrar.
No había rastro de nadie más que ellos en el pasillo, bañado por el sol poniente. Se detuvo
de repente, sacudiendo la cabeza y mostrando a Madiath su habitual sonrisa ambigua. "Estoy
agradecida por tu preocupación. No puedo evitar pensar que no te habrías expuesto si no
hubieras entrado en el Eclipse por mí. Así que es realmente mi culpa por haberte atrapado en
todo esto. Me gustaría disculparme", dijo, inclinando la cabeza.
"No hay necesidad de eso", respondió Madiath, agitando sus manos con una mirada torpe.
Madiath Mesa era sin duda más que un poco raro. A primera vista, parecía un joven amable
y agradable, pero de vez en cuando sus ojos tomaban una apariencia fría y escalofriante. Eran
los ojos de alguien que se había aislado completamente de todo lo demás, de alguien que
miraba a todo el mundo fuera de sí mismo como si no fueran más que terrones de tierra en
movimiento.
Aunque parecía estar mostrando algún grado de emoción durante el combate en el Eclipse,
cuando se había enfrentado a Scarmask y al allen Swordsman, incluso entonces parecía haber
mostrado poco cuidado de una forma u otra con sus oponentes.
Esa frialdad suya se debió sin duda a su educación. Akari sólo había escuchado un poco
hasta ahora, pero por lo que le había dicho, a menudo se había visto obligado a luchar hasta
la muerte desde que era un niño pequeño. No hacía falta mucha imaginación para imaginar lo
que eso le haría al corazón de alguien.
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Y ese lado en particular de él parecía llamarla. No era simpatía o lástima o solidaridad. Más
bien, lo que ella sentía era algo cercano al respeto por esta persona, tan parecida a ella misma
pero que había pasado por experiencias tan diferentes en la vida.
Hasta ahora, Akari nunca se había enamorado de nadie. Por supuesto, Kotoha había sido
una amiga importante durante muchos años, pero no había duda de que las dos pertenecían
a mundos diferentes, con un vasto e invisible muro que se interponía entre ellas. Una vez lo
atribuyó a que era una Genestella, pero incluso después de haber llegado a Asterisk, seguía
sintiendo lo mismo hacia todos los demás Genestella que había conocido. En otras palabras,
su sensación de aislamiento era un problema único, una deficiencia única, que provenía de
ella misma, y por lo tanto había concluido que no era el tipo de cosa que podría ser curada. Se
había resignado a ese destino cuando Madiath apareció ante ella.
"Bueno, no hay necesidad de que entres en el Phoenix si no quieres...", señaló.
"No, está bien", contestó Akari, saliendo una vez más por el pasillo. "Y además... Esta podría
ser una buena oportunidad."
"¿Una buena oportunidad?" Madiat repitió mientras la seguía.
"Sí. Para que me enfrente a mi madre".
Y para superar la incertidumbre que parecía definirla.
"...¿Realmente necesitas hacer eso, sin embargo?"
"Bueno... Ahora que lo mencionas, me pregunto. No puedo decirlo con seguridad... Pero es
gracias a ti que he empezado a sentirme así, Madiath."
"¿Yo?" Levantó una ceja por sorpresa. "¿Qué he hecho?"
Sin responder, Akari dio otro paso adelante y luego se giró y le mostró una sonrisa
enigmática.
Él había hecho mucho. Había venido en su ayuda, tanto cuando se conocieron como cuando
entraron en el Eclipse. Pero más que eso, había sido él mismo. Le había demostrado que
había otros como ella en este mundo, que no estaba sola.
"Gracias. Por entrar en mi vida."
Para Akari, Madiath Mesa fue, tal vez, la primera persona de la que se enamoró.
◇◇◇
La semana siguiente, Akari fue llamado a la oficina del presidente del consejo estudiantil
una vez más.
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Cuando entró en la habitación, se sorprendió al encontrar a varios de sus parientes
esperándola, incluido su abuelo. Cada uno de ellos era una figura importante en la familia.
"...Abuelo", dijo ella, inclinando la cabeza en saludo.
Su abuelo la miró, con los mismos ojos llenos de odio y desprecio que siempre le había
mostrado, antes de resoplar con desprecio. "Hmph. Así que todavía llevas esa mirada de
idiota".
Era una voz fría, que no mostraba ni el más mínimo indicio de preocupación familiar.
"Vergonzoso".
"No has cambiado nada".
Las voces de los otros dos, de pie detrás de él, eran prácticamente ecos de las de su abuelo.
¿…?
Había algo en esas voces, sin embargo, que la dejó incómoda.
Su aversión hacia ella no parecía haber cambiado, y sin embargo no podían ocultar una
cierta inquietud, un cierto algo que rayaba en la vulgaridad.
"...¿Puede esta chica chapucera serte realmente útil?" murmuró su abuelo, sacudiendo la
cabeza y mirando al presidente del consejo estudiantil que estaba detrás de su escritorio. Esa
mirada, sin embargo, normalmente tan cáustica, ahora ocultaba una pizca de entusiasmo.
Eso fue todo lo que hizo falta para que Akari entendiera lo que estaba pasando.
Como prometió, el presidente del consejo estudiantil realmente había persuadido a su

abuelo, y a través de él, a toda la familia Yachigusa.
"Por supuesto, por supuesto, ella es realmente muy excepcional. No tenemos ninguna duda
de que ella hará una gran contribución a la academia", dijo el presidente con una risa alegre.
"Y no hace falta decir que a usted también".
"Eso estaría bien, si es verdad... Realmente hemos tenido las manos llenas con su descuido
desde que era una niña... Pero si insistes, estaremos encantados de complacerte, de hecho..."
Su abuelo asintió repetidamente.
Esta era prácticamente toda la confirmación que necesitaba.
El patriarca de la familia dirigió su fría mirada hacia ella. "Así es, Akari. Sólo por esta vez, te
dejaremos entrar en este... ¿cómo lo llamaste? ¿Festa? - que has puesto tus ojos en ella. "
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Su repugnancia y su odio no habían cambiado. Akari no tenía forma de saber exactamente
lo que el presidente del consejo estudiantil, o mejor dicho, Galaxy, le había ofrecido a cambio
de dejarla entrar, pero dudaba que, fuera lo que fuera, hubiera mejorado su propia posición a
los ojos de ellos.
Pero ella sabía que desde el principio. Ni siquiera se había molestado en esperar que su
abuelo y sus secuaces se dignaran a reconocerla.
Todo lo que quería era el amor de una persona, aunque nunca lo recibiera.
"...¿Y qué dijo mi madre?" preguntó con voz suave.
Su abuelo frunció el ceño de mal humor. "Ella aceptó. Obviamente".
Akari se encontró preguntándose si eso era realmente cierto.
Sabía muy bien que su madre no había tenido voz en los asuntos desde hace mucho tiempo.
Incluso si se hubiera opuesto a ello, no habría habido nada que pudiera haber hecho. Y como
su madre estaba institucionalizada en algún lugar, Akari no pudo evitar preguntarse si los
demás se habían molestado en informarle.
"¿Qué pasa con esos ojos, chica? ¿Crees que te estoy mintiendo?" su abuelo se encendió,
la ira y el enojo comenzaron a brotar de todo su cuerpo.
"No, en absoluto..."
"Bueno, Akari ciertamente ha estado preocupada por su madre", interrumpió el presidente

del consejo estudiantil, mostrándole una cálida sonrisa. "Puedo garantizarle que no la hemos
agobiado de ninguna manera o la hemos obligado en contra de su voluntad. Hemos tratado a
todos de manera justa, tal como lo prometimos. Pero no es necesario que me crea, Srta.
Yachigusa. Véalo usted misma." Y con eso, presionó un botón en el terminal incorporado en
su escritorio, abriendo una gran ventana aérea.
“¡!”
Allí, delante de ella, estaba la imagen de una habitación familiar de estilo japonés.
Una habitación en lo profundo de la residencia de los Yachigusa.
La figura, sentada en un futón extendido en el suelo, era inequívocamente su madre.
"Mamá..."
¿Cuántos años hace que Akari no veía esa cara, su largo pelo negro, sus altos y elegantes
rasgos? Parecía un poco más delgada de lo que Akari recordaba, pero aparte de eso, no
parecía haber envejecido mucho.
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"Pero mamá ... Pensé que se suponía que estaba en el hospital ... "
"Fue dada de alta. Se ha recuperado", explicó su abuelo desinteresadamente.
"Ya veo... no lo sabía."
"¿Qué te hace pensar que nos esforzaremos en decírtelo?", dijo bruscamente.
"Akari".
Tan pronto como escuchó esa voz, una onda expansiva recorrió todo su cuerpo.
No recordaba que su madre la hubiera llamado por su nombre.
La expresión de su madre era ilegible. Su mirada frígida y desinteresada, mezclada con la

confusión y el cansancio, era tal como Akari la recordaba, pero al igual que con las de su
abuelo y los demás, había algo más mezclado también. Sin embargo, ella no podía precisar lo
que era.
"No necesito decirte esto, pero no puedo aceptarte. Somos demasiado diferentes. No soy
lo suficientemente fuerte para superarlo". Su madre hablaba con una voz suave y ronca, como
si exhalara un suspiro de cansancio. "Y sin embargo... También es cierto que finalmente has
traído algo al nombre de Yachigusa. Puede que mi padre no esté dispuesto a reconocerlo,
pero por mi parte, estoy agradecida." Al otro lado de la ventana aérea, su madre inclinó la
cabeza.
"Por favor, madre, no es necesario... Yo sólo...", tartamudeó Akari.
Su madre, sin embargo, le prestó poca atención. "Hago esto porque es necesario. Este
torneo tuyo puede ser simplemente una diversión para ti, pero aún así... Si puedo ayudar a la
familia, haré lo que tenga que hacer. No puedo aceptarte, pero al menos estoy dispuesta a
tener esta conversación".
“¡—!” Los ojos de Akari se abrieron de par en par, conmocionados.
Su cuerpo temblaba mientras luchaba por evitar que sus emociones estallaran, se las
arregló para abrirse débilmente: "Es suficiente, Madre..."
Sabía que su madre no estaba mintiendo. Y siendo ese el caso, ¿qué más podía esperar?
"¿Está convencida ahora, Srta. Yachigusa?" preguntó el presidente del consejo estudiantil,
dándole una ligera palmada en el hombro. "¿Podemos contar con usted para entrar en el
Phoenix?"
◇◇◇
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Cuando salió de la oficina del presidente del consejo estudiantil, Akari encontró a Madiath
apoyado contra la pared exterior.
"Ah, ¿estabas esperándome? Gracias, Madiath."
"...no esperaba esto. A juzgar por tu aspecto, supongo que la discusión ha ido bien."
"Sí, afortunadamente".
Madiath entrecerró los ojos sospechosamente por un momento pero rápidamente regresó a
su habitual expresión despreocupada. "Bueno, supongo que eso es bueno. Supongo que serás
mi compañera en el torneo, entonces."
"Se ve de esa manera. Espero no acabar pesándole", dijo, inclinando profundamente la

cabeza.
Madiath le dio un encogimiento de hombros exagerado. "Me superarás con un poco de

entrenamiento. Aunque puede que ni siquiera sea necesario".
"¿Eh?"
"Lo he investigado, y no parece que haya ningún jugador importante entrando en el Phoenix
esta vez. Mientras nadie como los Ban'yuu Tenra se inscriba en el último minuto, no
deberíamos tener dificultades reales para tomar la corona", dijo, como si realmente no fuera
ningún problema. "Así que si quieres prepararte para ello, probablemente sería mejor que
pensaras en qué tipo de deseo quieres que se te conceda."
"¿Deseo...? Eso podría ser difícil..."
Si pidiera dinero, al menos no tendría que preocuparse más por pagar su matrícula, pero
ganar la Festa parecía una exageración si eso era todo lo que quería. En ese caso, se
preguntó, ¿tal vez sería mejor usar su deseo para beneficiar la perspectiva de su familia?
"Hablando de eso, ¿has decidido lo que quieres?" le preguntó a Madiath.
"Hmm... Bueno, ahora que he sido expuesta, estaba pensando en liberarme de esta beca
especial. Pero entonces otra vez, viendo que sólo tengo que aguantar hasta que me gradúe,
podría guardar mi deseo para otra cosa. Aunque no es que quiera algo en particular..." Se
detuvo allí, frotándose la barbilla con la mano mientras caía profundamente en el pensamiento,
cuando de repente, miró hacia arriba. "Ah, claro. ¿Tal vez pregunte por ti?"
"...¿Eh?" Akari, sin darse cuenta por un momento que estaba enfatizando el sustantivo en
esa frase y no la preposición, encontró su cara volviéndose escarlata. "¡Eso es, Madiath, yo...!"
"Ha-ha, estoy bromeando. De todos modos, la Festa afirma que no concede deseos que
violen los derechos humanos de las personas. No entregarían a nadie de esa manera".
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"...Correcto."
Al darse cuenta de que se burlaba sobre ella, Akari había fingido estar sorprendida por lo
que había dicho, pero se sorprendió al descubrir que, en el fondo, estaba algo decepcionada.
"Bueno, no sirve de nada contar nuestros pollos antes de que hayan salido del cascarón.
¿Por qué no vamos a entrenar un poco?"
"Ah... Cierto."
No quedaba mucho tiempo antes de que el Phoenix se pusiera en marcha.
Madiath puede tener razón en que no hay ningún oponente particularmente fuerte que entre
este año, pero la Festa siempre estuvo llena de sorpresas. No se sabía cómo iba a resultar
antes de tiempo. Akari, que había pasado gran parte de su vida atrapada en esa oscura y
solitaria existencia, lo sabía muy bien.
"Bueno, entonces, estoy deseando trabajar contigo, Akari", dijo Madiath, extendiendo su
mano derecha.
"Hee-hee, el placer es mío", respondió Akari, tomándola en sus manos.
"¿Eh...?" Madiath murmuró, frunciendo el ceño.
"¿Hmm? ¿Qué pasa?"
"Nada... Es sólo que es la primera vez que te veo sonreír así."
"¿Eh...?"
◇◇◇
Ese día, ese momento, iba a ser un punto de inflexión en sus vidas.
Para bien o para mal.
◇◇◇
"Presidente. Ya casi es la hora."
Madiath abrió sus pesados párpados ante el sonido de la voz de su subordinado y se

encontró mirando el techo de su familiar oficina.
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Debe haberse dormido en su silla, se dio cuenta. Revisando la hora, parecía que la
ceremonia de apertura del Lindvolus iba a comenzar en breve.
"Ah, mis disculpas. Gracias por despertarme. No sería bueno dormir en un día como este,
¿verdad?"
"Pareces exhausto", respondió su subordinado, trayéndole su abrigo.
"Los peces gordos del FEI no nos dejan en paz en esta época del año. Supongo que me
está agotando incluso a mí".
"Es comprensible. Estás supervisando tanto la Festa más esperada de la historia como la
Concordia, después de todo." La voz de su subordinado estaba llena de alabanzas y
admiración. Era un hombre sencillo y honesto, este subordinado, lo que sin duda significaba
que no haría muchos progresos en la vida.
"La Concordia ha estado fuera de mis manos desde hace tiempo. Sólo he participado en la
preparación de las instalaciones y en la recepción de nuestros invitados. Todo para mantener
y desarrollar la Festa, por supuesto", dijo Madiath, poniéndose su abrigo y mirando por la
ventana.
Se dirigía hacia el enorme domo, más allá de las ordenadas líneas de edificios frente a él,
hacia esa arena que sería, a partir de hoy, el centro de la diversión y las pasiones del mundo
durante las próximas dos semanas.
También era el lugar donde él y Akari habían luchado codo con codo.
"Es hora", dijo su subordinado de nuevo, incapaz de contener su propia emoción.
"... En efecto, lo es", murmuró Madiath en respuesta a la avalancha de emociones que se

abatieron sobre él.
No había manera de que su subordinado fuera capaz de entender la naturaleza de lo que

había detrás de esas emociones, ni que sus camaradas Dirk o Varda fueran capaces de
captarlas. Eran suyas, y sólo suyas. Odio, ira, lástima, conflicto y todo lo demás que les
acompañaba.
"Vamos a seguir adelante. Este Lindvolus será uno de los mejores de la historia, se lo
garantizo."
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Capítulo III – El Comienzo
"En la ceremonia de apertura de los Gryps el año pasado, les dije que las habilidades y
destrezas de nuestros concursantes continúan aumentando con cada año que pasa. Ese es
un hecho duro e innegable. Confío en que las habilidades de Genestella continuarán creciendo
con cada generación, que el desarrollo de Lux seguirá alcanzando nuevas e inimaginables
alturas, y que las tácticas y estrategias de batalla continuarán avanzando junto a ellos. Todas
las futuras Festas son evoluciones del pasado, y eso incluye los eventos que hoy
presenciamos aquí".
En la plataforma del borde del escenario del Domo Sirius, Madiath Mesa ensalzaba las
alabanzas de la Festa tanto a los concursantes como a sus espectadores.
Era la tercera vez que Ayato estaba en este escenario, viendo a Madiath pronunciar su
habitual discurso.
"Sin embargo, eso no disminuye en modo alguno el valor de todas y cada una de las Festas.
Como estoy seguro de que ustedes, los fans, son muy conscientes, no hay dos Festas iguales,
y el espectro de almas brillantes que vemos cada vez es siempre único. Desde la dos veces
campeona del Lindvolus Helga Lindwall hasta nuestra ganadora del Grand Slam Xinglou Fan,
debería ser evidente para todos que algunos combates siguen siendo memorables a pesar del
paso del tiempo."
La voz de Madiath era clara, alegre y rebosante de confianza, la mezcla perfecta de

cualidades para conmover a las multitudes. Como siempre, su discurso fue pronunciado con
maestría para controlar la emoción de los más de cien mil espectadores y para poner en
marcha los corazones de los concursantes que habían empezado a dudar en su decisión de
competir.
Su habilidad retórica era, francamente, algo digno de admiración.
Al menos lo había sido, antes de que Ayato se enterara de que era el hombre detrás de
Lamina Mortis.
"Sin embargo, permítanme añadir una cosa más. La Festa es una lucha por la superioridad,
y eso es lo que deja a tantos absolutamente cautivados. Siempre se manifiesta de diferentes
maneras, pero en lo que respecta a la fuerza bruta, siempre hay quienes brillan más. Tales
individuos trascienden el flujo del tiempo. Los dos anteriores concursantes de los que acabo
de hablar pueden ser tomados como prueba de ello."
Las investigaciones de Ayato y los demás habían procedido de manera constante en los
últimos meses, y ese tiempo no se había desperdiciado. Habían tamizado y reunido
innumerables pruebas, desde las imágenes de vigilancia proporcionadas por la guardia de la
ciudad, hasta la información sobre las actividades de Madiath proporcionada por Galaxy (que
comprensiblemente ascendía a una gran cantidad), hasta los análisis de Ayato y los demás de
los sitios físicos donde se habían encontrado con Lamina Mortis o la Varda-Vaos y esas pistas,
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intrascendentes cuando se miraban individualmente, juntas apuntaban a una sola conclusión:
que Madiath Mesa era Lamina Mortis.
Por lo que Ayato entendió, Claudia e Isabella estaban cerca de obtener la necesaria
evidencia concluyente: el conocimiento de los conspiradores dentro de la enorme organización
que era Galaxy.
Sin embargo, no tenían ninguna prueba indiscutible relacionada con esos cómplices
todavía. Claudia sospechaba que había varios individuos de este tipo dentro de la Galaxy,
todos probablemente con el cerebro lavado por Varda-Vaos. Aún así, como presidente del
Comité Ejecutivo de Festa, Madiath se benefició de algo similar a la extraterritorialidad y
normalmente estaba fuera del alcance de cualquiera de los IEF. Acorralarlo, por lo tanto, no
sería fácil.
"Y así, permítanme declararles a todos ustedes aquí y ahora mi confianza en que el
Lindvolus de este año será considerado como el más grande de la historia! Espero que las
próximas dos semanas brillen más que todas las anteriores Festas y, de hecho, que todas las
que están por venir. ¡Ese es el milagro de los concursantes que hemos reunido hoy aquí!"
Madiat extendió sus brazos, su tono de voz dramático avivando las llamas de las pasiones del
público.
En respuesta, una ola de vítores parecida a un tsunami envolvió el domo Sirius. La tormenta
parecía haber alcanzado una altura que empequeñecía las Festas anteriores en las que Ayato
había participado. Tanto el Phoenix como los Gryps habían sido acompañados por un
entusiasmo salvaje, pero el frenesí actual era algo totalmente distinto.
Madiat tenía razón en que nunca más habría otra Festa que rivalizara con la actual de
Lindvolus. Había muchas posibilidades de que terminara con el primer caso de alguien que
ganara tres victorias consecutivas en el torneo en solitario, o con el segundo gran slam de la
historia del torneo, y había un número excepcionalmente alto de luchadores de alto rango y
otros individuos famosos de varias escuelas compitiendo.
"Ahora, entonces...", Madiath continuó con calma, después de esperar que los ánimos
disminuyeran. "Dada esta rara ocasión, permítame mencionar una cosa más."
Se detuvo allí una vez más, como para lograr un efecto dramático. No se podía negar que
tenía a la multitud completamente dentro de la palma de su mano.
"El honor y la gloria de los compañeros de etiqueta que salieron victoriosos en el Phoenix
fueron parte del equipo que conquistó los Gryps y, por supuesto, fueron los campeones
supremos de este mismo Lindvolus. Son dignos de la más alta alabanza, ¡sus nombres no
tienen comparación! No se puede dudar de sus triunfos".
Mientras escuchaba el interminable discurso de Madiath, Ayato miró al otro lado del
escenario hacia Julis.
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Había 256 concursantes reunidos en la arena. Había habido el doble de ese número en el
Phoenix, y cinco veces más en el Gryps, pero aún así, la energía que irradiaba la arena no era
de ninguna manera inferior a los torneos anteriores, y a los ojos de Ayato, al menos, parecía
excederlos.
Había muchas caras familiares entre ellos. A su lado estaba Saya, que casi se dormía.
También entre los Page Ones de Seidoukan estaban Lester, taciturno, de pie con los brazos
cruzados; Feardorcha O'Neill, alias Cuélebre, el Rey de la Serpiente Anillada; y Azumachi
Ibara, alias Touki, el Demonio Ruinoso.
Y por supuesto, un poco más lejos, estaba la Bruja de las Llamas Resplandecientes, Julis-
Alexia von Riessfeld, la Rosa de Glühen.
Julis...
Ella estaba de pie con atención, con sus actitudes tan dignas como siempre. Sin embargo,
Ayato pudo ver que había caído en un sentimiento de desesperación. Su resolución y
determinación en apostar todo en este torneo fue más allá de la mayoría de los otros
participantes.
"Sin embargo", continuó Madiath, su voz se volvió más animada. "Lo sé, y estoy seguro de
que todos ustedes lo saben, la gente ya está llamando a este Lindvolus la Festa de Festas.
Hace setenta y tres años, cuando se celebró la primera Festa en esta ciudad, empezamos con
un torneo individual. Tal vez sea apropiado que, con el paso del tiempo, hayamos nombrado
este torneo en honor a la más grande de todas las criaturas, el mítico dragón... Tal y como yo
lo veo, la esencia de la Lindvolus es diferente de las otras Festas. En el Phoenix y los Gryps,
esperamos dos cualidades en nuestros concursantes: fuerza y un vínculo entre los
combatientes. Allí, es sólo luchando mano a mano con su compañero de equipo, y probando
la fuerza de esos lazos, que nuestros campeones suben a la cima. Eso es de un mérito
incomprensible y digno de respeto eterno". Mientras hablaba, su tono se tornó repentinamente
febril, enviando una avalancha de confusión a través del estadio.
No faltaba que el discurso de Madiath entrara en un territorio inusual. El Lindvolus era a

menudo referido como la Festa de Festas, pero era muy irregular para sus organizadores
admitirlo. No hace falta decir que hacerlo podría llevar a una pérdida de estatus para el Phoenix
y los Gryps. Tal vez algunos apreciaran los comentarios, pero el número de personas que se
arriesgaban a ser molestados no sería de ninguna manera pequeño.
Incluso cuando Ayato conoció a Madiath en persona, su impresión de que el hombre se

esforzaba por mantener un equilibrio. Nunca hubiera esperado que tuviera un lapsus tan obvio.
Lo que significaba que era indudablemente intencional.
"Sin embargo, el Lindvolus es diferente. En esta forma original de Festa, los campeones
nacen sólo de la fuerza. No importa cuán grandes sean sus lazos con amigos o aliados, no lo
salvarán aquí. Es la forma más pura de batalla, en la que todos ustedes labrarán el camino a
seguir usando no más que su propio poder y habilidades. Eso, en mi opinión, es lo que hace
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que el Lindvolus sea la Festa de Festas... ¡Fuerza! ¡Un lenguaje universal que ilumina el
camino a seguir!"
Las palabras de Madiath se volvieron más acaloradas, hasta que en ese momento, el
zumbido de la audiencia se calló de repente. Los espectadores, los participantes, incluso el
mismo Ayato, todos tomaron un respiro colectivo ante la intensidad de esas palabras.
"¡Ahora, a ustedes, los luchadores reunidos aquí en los escalones de la gloria!" Madiath
gritó, con el puño cerrado levantado. "¡Muéstrenos su poder!"
En este momento, un rugido ensordecedor de aplausos más allá de lo que Ayato había
experimentado hasta ahora engulló el escenario.
Muchos de los concursantes, al parecer, también se dejaron llevar, animando a la multitud

mientras levantaban los puños.
¿Qué estás planeando, Madiath Mesa...?
Ayato, sin embargo, podía sentir la fría mirada del hombre mirándole y se encontró incapaz
de agitar la premonición de que algunos grandes engranajes invisibles acababan de ponerse
en marcha.
◇◇◇
"Aquí tienes, Ayato."
"Gracias, Sylvie."
Habiendo terminado de prepararse, Ayato aceptó la toalla que Sylvia le ofreció en la ahora
familiar sala de preparación.
"Ese es mi Ayato. Siempre manteniendo la calma, incluso cuando estás a pocos minutos de
tu primer combate. No vas a dejar que algo como esto te haga sentir mal, ¿eh?"
"Ya estoy acostumbrado. Quiero decir, este es mi tercer año consecutivo aquí."
Por supuesto, no podía decir que no estaba nervioso, pero al menos estaba mucho más
relajado de lo que había estado durante el Phoenix.
"Pero esta es la primera vez que eres elegido para el combate de inauguración, ¿verdad?"
"Bueno, supongo que sí..."
El combate de Ayato no sólo fue el primero de la Festa de este año, sino también el primero
que se celebraría en el Domo Sirius. Es justo decir que quizás recibía la mayor atención de
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cualquier partido tan temprano en el torneo, incluso entre los que se celebraban en el Domo
Sirius, donde se asignaban la mayoría de los favoritos.
En esencia, la estructura del Lindvolus no era muy diferente a la del Phoenix o el Gryps.
Treinta y dos combates se celebraban cada día en todas las sedes, la primera ronda hasta el
cuarto día, la segunda hasta el sexto día, y la tercera hasta el séptimo día. Esa primera semana
servía como preliminares. Después de eso, el octavo día servía como día de descanso, y luego,
el noveno, venía el torneo principal.
Por cierto, el combate más esperado de las preliminares, el debut de la actual campeona
Orphelia Landlufen, más conocida por su alias Erenshkigal, iba a tener lugar el cuarto día.
"Bueno, supongo que es normal que se lo den a uno de los favoritos", dijo Sylvia con un
guiño malicioso.
"Pero tú también tienes un combate mañana. ¿Estás segura de que estás bien al venir aquí
a apoyarme? ¿O esto también es algo natural?"
En lo que respecta a los corredores de apuestas, Orfelia era considerada la favorita absoluta
para ganar de nuevo esta vez. La siguiente en la lista probablemente era Sylvia, la
subcampeona de la última vez. Y luego, Ayato sospechaba que él mismo era el tercer favorito.
"Piensa en ello más como una expresión de mi amor." Sylvia se rió, dándole un golpecito en
el pecho con el dedo.
"Ah, amor..." Como de costumbre, Ayato no sabía si estaba bromeando.
En ese momento...
Un silbato tuiteó dos veces antes de que alguien hablara.
"Bien; ¡deténgase ahí! ¡Aléjate, aléjate!"
Mientras Ayato se giraba en dirección del estridente sonido que resonaba por toda la
habitación, vio a Saya, de pie proyectada en una ventana aérea, que le miraba con un silbato
entre los labios.
"Te estás acercando demasiado, Sylvie. Esta es tu advertencia."
"Oh cielos... Eres tan estricta como siempre, Saya", dijo Sylvia con una sonrisa irónica,
levantando ligeramente las manos para mostrar que no iba a discutir con ella.
Ante esto, Saya entrecerró los ojos. "No puedo ser demasiado cuidadosa contigo. Es bueno
que haya venido preparada con este silbato."
"Ah, ¿lo hiciste tú misma?"
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"Heh-heh, nunca se puede estar demasiado preparada. "
"Si te vas a preocupar por los preparativos, ¿no deberías centrarte en tu combate? El tuyo
está por llegar, también, ¿no?" Sylvia señaló con una expresión fingida de estar confundida.
Puede que los dos estuvieran ocupados burlándose del otro, pero hasta donde Ayato pudo
decir, en realidad se llevaban bastante bien. Eso fue sin duda gracias al hecho de que habían
estado trabajando juntos como un equipo durante los últimos meses mientras investigaban la
Alianza de la Rama Dorada. Y no era sólo Saya con quien Sylvia había hecho amistad, también
se había hecho buena amiga de Kirin y Claudia.
Su personalidad única sin duda jugó un papel importante en todo eso.
"Mientras Julis y Kirin no estén aquí, soy la única que puede proteger a Ayato. Así que no
importa cuán lejos esté, mientras respire, no dejaré que nadie lo toque."
"...Vamos, vamos, no está tan lejos. El Domo Procyon está, qué, a sólo veinte minutos de
aquí, ¿si eso?"
Ayato se encontró queriendo decir casi lo mismo. Para empezar, Saya había estado a su
lado durante la ceremonia de apertura hace poco. Segundo, como el suyo era también uno de
los primeros combates de la temporada, no había tenido más remedio que abrirse paso hasta
el Domo Procyon tan pronto como la ceremonia de apertura había terminado.
"Exactamente. Ese es el problema. ¿Por qué es sólo mi combate el que se encuentra aquí?
El de todos los demás está por allí. Es extremadamente insatisfactorio." En la ventana aérea,
Saya se hinchó las mejillas de disgusto. Parecía un poco mayor ahora que le había crecido el
cabello, pero cuando actuaba así, era tal como Ayato la recordaba.
"Bueno, supongo que es por todos los grandes nombres que tienen este año. En cualquier
otra circunstancia, estoy seguro de que tus logros serían más que suficientes... Aunque, he
oído que esta vez podrían inspirarse en nuestras posiciones en los rankings."
Como Sylvia había dicho, dado que Saya había alcanzado los cuatro primeros puestos en
el Phoenix y formaba parte del equipo ganador en los Gryps, era natural esperar que sus
combates también tuvieran lugar en el Domo Sirius. Sin embargo, dado el inusualmente alto
número de figuras notables que participan en el Lindvolus esta vez, el hecho de que ella no
era miembro del culto nombrado sin duda la puso en desventaja.
Además, para mantener un cierto equilibrio entre los tres grandes estadios y los siete
medianos, también se enviaron a otros participantes fácilmente reconocibles a otras partes de
la ciudad. Saya, adivinó Ayato, fue vista como una de esas personas, siendo enviada al Domo
Procyon para ayudar a atraer al público a algunos de los combates menos esperados que
tuvieron lugar después del suyo.
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"Estuve aquí para el último Lindvolus, pero el Comité Ejecutivo parece hacer las cosas de
manera diferente esta vez. Ni siquiera nos dijeron quién hace el comentario principal hasta el
último minuto. Hablando de una gran sorpresa, ¿eh?"
"Ah, claro... tampoco esperaba que lo hiciera", dijo Ayato, dirigiendo su mirada hacia la
ventana aérea junto a la pared.
Se proyectó allí la locutora habitual que cubría el escenario principal, Mico Yanase de ABC,
junto con otra mujer, una figura sombría de cabello despeinado y gafas gruesas. No se
cuestionaba su belleza natural, pero contrastaba con el aspecto meticulosamente cuidado de
su homóloga.
"Y ahora para presentar al experto de ojos afilados a cargo de los comentarios y análisis de
este año! El administrador del sitio web privado más popular asociado con Asterisk, que según
se dice recibe cientos de millones de visitas cada día durante el curso de la Festa, ¡demos la
bienvenida al editor de Odhroerir, Zaharoula!"
"...Hola."
"¡Estoy seguro de que nuestros espectadores deben estar muy sorprendidos! ¡Las medidas
que has tomado para evitar aparecer en los medios son legendarias, Zaharoula! ¿Qué te
convenció de hacer una excepción esta vez?"
"¡No quería hacer esto! ¿¡Quién en su sano juicio querría hacer un espectáculo como este!?
Todo es por ese maldito entrometido, D-" Zaharoula se detuvo allí, tirándose del cabello con
una mano como para arrancarlo de su cráneo mientras bajaba la cabeza.
Mico, sentada a su lado, parecía desconcertada por una fracción de segundo, pero
rápidamente volvió a su auto-posesión profesional. "¿Um, Zaharoula...?"
"Ah... Bueno, quiero decir, estaría mintiendo si dijera que no quiero ver el Lindvolus de este
año con mis propios ojos. Dejémoslo así".
"¡Claro que sí! ¡El Lindvolus de este año parece que va a ser algo especial!"
Era bastante fácil ver que Zaharoula no sería una persona fácil de mantener en el guión.
Ayato no pudo evitar preguntarse si estaba a la altura de la tarea de seguir todo el torneo de
dos semanas.
"Er, sigamos adelante, entonces. ¿A qué participantes crees que nuestros espectadores
deberían prestar más atención esta vez...?"
"Argh, odio tener que elegir. Quiero decir, cada concursante tiene sus propias fortalezas y
debilidades. Puedes verlo por ti misma si entras en Odhroerir. Podría darte algo más una vez
que sepamos quién está siendo puesto en contra de quién en el torneo principal, pero no hay
manera de que pueda decir nada sobre las preliminares."
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"B-bueno, tienes razón, por supuesto, pero aún así..."
"...tiene la costumbre de decir lo que piensa, ¿eh?" Ayato murmuró, sin darse cuenta.
"Me gusta mucho ese tipo de persona, yo misma. Sin embargo, probablemente le haga
pasar un mal rato a Mico". Sylvia sonrió.
"¿Estás seguro de que ella es la verdadera?" Saya preguntó dudosamente.
Ciertamente, la identidad de Zaharoula había estado envuelta en el misterio hasta hoy.

Incluso su edad y su género no eran de conocimiento público. Probablemente no sólo a Saya
le costaba creer que la mujer de la ventana era la famosa administradora de uno de los sitios
no oficiales de mayor prestigio.
"Bueno, supongo que lo descubriremos una vez que escuchemos su análisis. Por mucho
que odie admitirlo, los análisis de Odhroerir son bastante acertados. Estoy esperando con
ansias". Sylvia se rió.
Se dijo que las clasificaciones de Odhroerir eran incluso más precisas que las de cada
escuela individual. Se rumoreaba que incluso la mayoría de los corredores de apuestas de
todo el mundo basaban sus probabilidades en el sistema de clasificación del propio sitio web
no oficial. Así que si esta persona era realmente Zaharoula, Ayato quería escuchar su análisis
del torneo para él también.
"Ella tiene razón, sin embargo," continuó Saya. "Prácticamente tenemos una oferta de
favoritos en esta ocasión, con todos dispersos en los diferentes bloques. Si me pidieras que
adivinara quién sería el ganador tan pronto en el torneo, no podría nombrar a nadie más que
a Erenshkigal".
"Estoy agradecida de que no tengamos que enfrentarnos hasta el torneo principal al

menos...", comentó Sylvia.
Era una práctica común que los participantes más prometedores de la Festa fueran
asignados intencionalmente a diferentes bloques para que no terminaran enfrentándose en las
preliminares. Gracias a eso, Ayato no tendría que enfrentarse a Sylvia, Saya, o Julis hasta por
lo menos haberse sorteado el bloque para el torneo principal.
"Pero también hay bastantes participantes de raza oscura esta vez", añadió Sylvia. "Tendrás
que tener cuidado con nuestra pequeña Minato, y luego están todos los que Xinglou ha estado
entrenando también."
"Ah, el Liangshan..."
Era bien sabido en las altas esferas de cada una de las seis escuelas de Asterisk que
Xinglou Fan de Jie Long, el Ban'yuu Tenra, había comenzado secretamente a entrenar a
estudiantes selectos de cada una de las otras instituciones en su propia escuela privada, la
Liangshan. Ayato no tenía ni idea de lo que esperaba conseguir al poner en desventaja las
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posibilidades de su propia escuela de obtener la victoria, pero parecía que Minato Wakamiya
de Queenvale, junto con Lester y Julis de Seidoukan, estaban entre sus estudiantes. Esa era
la única explicación posible que Ayato podía pensar para que Julis estuviera continuamente
lesionada como lo había estado recientemente.
"...Sin embargo, ¿cuántos de ellos participan en el Lindvolus?" Saya murmuró, sacudiendo

la cabeza.
Sabían cuántos estudiantes de Seidoukan y Queenvale participaban, gracias a que Claudia

y Sylvia eran las presidentas del consejo estudiantil de ambas escuelas, respectivamente, pero
en lo que respecta a las otras escuelas, no tenían forma de saber con precisión cuántos
estudiantes asistían realmente al Liangshan.
En cualquier caso, ninguno podía permitirse bajar la guardia ni siquiera en los preliminares.
"¡Aha...! ¡Agárrense de sus asientos, ya casi es hora de que empiecen los partidos
inaugurales!" La voz de Mico sonó desde la ventana aérea.
"Ah, será mejor que me vaya", murmuró Ayato mientras comprobaba la hora.
"¡Puedes hacerlo, Ayato!"
"Cuídate, Ayato."
"Gracias, ustedes dos", respondió, saludando a Saya y Sylvia.
El entusiasmo y la emoción de la masa de espectadores se abrió paso hasta el oscuro

pasaje que conducía desde su sala de preparación hacia el escenario. El estruendo era un
verdadero remolino de emoción: La anticipación y la envidia, las burlas y el desprecio, el
estímulo y el resentimiento se mezclaron, descendiendo sobre él mientras caminaba hacia el
campo de batalla empapado en el más indecoroso de los deseos.
La primera vez que recorrió este camino, tenía una compañera a su lado.
La vez siguiente, había tenido un equipo completo de compañeras.
Ahora, sin embargo, estaba solo.
“¡…!” En ese momento, abrió bien los ojos al ver una figura que estaba delante de él más
adelante en el pasillo. "Julis...", murmuró, su nombre saliendo de sus labios mientras se
detenía.
Dado que ella también tenía un combate hoy en el Domo Sirius, no era del todo inesperado
que estuviera en algún lugar cercano. Sin embargo, Ayato no había previsto que ella lo
esperaría aquí, dada la distancia que había puesto entre ella y las demás en los últimos meses.
“…”
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Permaneció en silencio, con una expresión de luto mientras se apoyaba en la pared.
Sacudiendo su vacilación, lo miró. "Yo... tengo que ganar este torneo, cueste lo que cueste.
Soy la única que puede detener a Orphelia Landlufen. No tengo otra opción que derrotar a
cualquiera que se interponga en mi camino... incluso a ti..."
"...lo sé." Ayato asintió comprensivamente.
"Por lo que..."
Ella se acercó lentamente a él. Al pasar, murmuró con una voz casi demasiado baja para
entenderlo: "Por eso sólo puedo apoyarte hasta que tenga que golpearte yo misma".
Ayato se encontró dando la vuelta ante estas palabras, pero Julis siguió caminando hacia
la distancia.
Esas palabras, sin embargo, fueron suficientes.
Ella no había cambiado. Ahora lo sabía.
"¡Gracias, Julis!", dijo después de ella.
No hubo respuesta, pero Ayato siguió mirando hasta que su figura desapareció en la
distancia.
También tenía una razón para necesitar ganar el torneo: La vida de su hermana, Haruka,
estaba en juego. Quizás, se preguntó, Julis se había encontrado en una situación similar,
teniendo que dejar todo lo demás de lado para reclamar la victoria a cualquier precio.
Sin embargo, ella acababa de decir que lo apoyaría hasta que la presión se hiciera sentir.
Por supuesto, no había garantía de que terminaran enfrentándose. Había muchas

posibilidades de que fuera derrotado antes de que llegara ese momento o de que Julis fuera
derrotada en su lugar, o de hecho, que ambos fueran eliminados.
Pero aún así, sus palabras le infundieron confianza.
El mejor resultado con diferencia sería que uno o ambos problemas se resolvieran antes de
ese momento. Para ello, Kirin y Claudia trabajaban desesperadamente para detener a Lamina
Mortis y a Varda-Vaos.
Ojalá pudiera ayudarlas... Pero acordamos que los participantes se centrarían en el torneo.
No tenía otra opción que creer en ellas.
Con eso, aclaró su mente al pasar por la puerta de entrada a la luz cegadora del estadio.
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"¡Y aquí estamos! Por la puerta este se abre paso uno de nuestros concursantes más
esperados, el campeón del Phoenix de hace dos años y de los Gryps del año pasado, y por
supuesto, una de las principales estrellas de esta temporada, con la esperanza de conseguir
el segundo Grand Slam de la Festa. Con el Ser Veresta, la Hoja del Fuego Negro, con el poder
de quemar toda la creación, es el número uno de la Academia Seidoukan, ¡Ayato Amagiri!"
Manteniendo la calma a pesar de los deslumbrantes focos y los entusiastas aplausos, Ayato
cruzó el puente que conducía al estadio y saltó al escenario.
Su oponente, al parecer, había entrado antes que él y estaba esperando en su lado del
escenario con una sonrisa desafiante.
"¡Heh-heh! ¿Qué se siente al ser tan popular, Ayato Amagiri? ¿Te gustaría compartir un
poco de protagonismo?"
De pie frente a él, con las manos en las caderas, había un imponente estudiante con un
uniforme de la Academia Allekant. Su cabello negro estaba muy corto, su piel oscura, y su
constitución grande. Sus ojos malos y su cara sin afeitar le hacían parecer mayor de lo que
era, y aunque sólo era dos años mayor que Ayato, parecía estar bien entrado en los veinte
años.
Gose Kevut. Pertenecía a la facción de Sonetos de Allekant, especializada en el combate

físico, y estaba en el vigésimo primer lugar de la clasificación de la escuela. Aunque no era un
Page One, su posición es relativamente alta, sin embargo, atestiguaba su habilidad.
En principio, los participantes más prometedores no se enfrentaban entre sí en las

preliminares, para que todos llegaran al torneo principal. Sin embargo, la Festa era, al fin y al
cabo, una forma de entretenimiento, por lo que siempre se asignaban ciertos individuos
prometedores a cada bloque para tener en cuenta el potencial de una sorpresa inesperada
(aunque, dado el número inusualmente alto de participantes hábiles, esta vez sólo se aplicaba
a los concursantes más notables).
Además, los organizadores querían sin duda evitar que el primer combate fuera demasiado
unilateral.
"¡No podía creer mi suerte cuando me enteré! Si puedo hacerte caer aquí, me habré hecho
un buen nombre, ¿eh?" Gose gritó, activando su Lux en forma de lanza.
"Me temo que no pienso perderte tan fácilmente", respondió Ayato, sacando el Ser Veresta
del soporte en su cintura para animar al público.
"¡Ugh! ¿¡Me estás escuchando!? ¡Mejor que no me hagas perder, o volverá para hacerte
daño!" Gose escupió de regreso, arreglándolo con un brillo mortal.
"¡El combate inicial está a punto de comenzar! ¿Podrá el concursante Kevut anotar un
punto? ¿Será capaz de seguir el ritmo del concursante Amagiri? ¡Estoy deseando averiguarlo!"
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"Hmm... Por lo que he visto en las grabaciones de sus combates de clasificación oficial, es
difícil decir cómo resultará..."
"Estoy seguro de que no hay necesidad de repetir la historia de Amagiri aquí en este estadio,
pero también hay grandes expectativas en torno a Kevut! No perdió tiempo después de
trasladarse a Allekant a principios de este año antes de abrirse camino en la clasificación, y el
mes pasado llegó hasta el veintiuno!"
"Bueno, puede que sea un recién llegado, pero normalmente diría que es demasiado viejo
para que esperemos tanto de él, al menos en mi opinión... Aunque lo más importante, esta
vez..."
Mientras escuchaba el vaivén de Mico y Zaharoula, Ayato activó su arma, ajustándola al

tamaño de una katana japonesa.
"¡Wow, espera un segundo, Zaharoula! ¡Eso es...!"
"Ah, parece que finalmente es capaz de controlar su tamaño ahora. Será mejor que actualice
su perfil en el sitio..."
Este sería el primer combate público de Ayato con el Ser Veresta en el tamaño que le
resultaba más cómodo. El público comenzó a bullir de emoción al darse cuenta de lo que
estaban a punto de presenciar.
"¡Hmph! ¿Crees que puedes intimidarme sólo presumiendo?"
Gose estaba claramente sorprendido por esta revelación, pero él mismo era un luchador
relativamente exitoso, y por lo tanto no estaba claro cuánto esta nueva variable influiría en el
combate. Ayato había visto varias grabaciones de los combates oficiales de Gose, también, y
había visto lo suficiente para saber que era un luchador bastante ortodoxo con la capacidad
de llevar sus combates a su ventaja.
"Dado que el concursante Amagiri no tenía muchas debilidades para empezar, si finalmente
puede optimizar ese Orga Lux, ¡esta es una gran noticia!"
"Eso es cierto, pero aún así"...
Con Mico y Zaharoula todavía discutiendo entre ellas, las crestas de la escuela de Ayato y
Gose se iluminaron de repente, la voz automatizada sonó en todo el estadio.
◇◇◇
"Bloque A de Lindvolus, Ronda 1, combate 1-comienza!"
◇◇◇
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-...esa fuerza bruta suya es otra cosa, ¿verdad?" Zaharoula terminó.
Y con eso, la punta afilada de la lanza de Gose se precipitó hacia él.
“¿¡—!?”
Ayato logró esquivarlo, pero su oponente lo siguió con una ráfaga de rápidos golpes.
Claramente apuntaba directamente a la cresta de la escuela de Ayato. Ayato desvió el ataque
en el último momento posible, antes de encontrar finalmente una apertura e inclinarse para un
contraataque. Gose, sin embargo, como si hubiera leído sus movimientos, se retiró
repentinamente, y mientras lo hacía, la punta de su lanza comenzó a brillar y a hincharse.
¿¡Artes meteóricas...!?
Ayato, con un escalofrío corriendo por su columna, saltó hacia atrás, renunciando a su
contraataque.
En ese momento, la lanza, ahora de gran tamaño, se lanzó hacia él, rozando las puntas de
su cabello antes de golpear profundamente el suelo, el impacto fue tan poderoso que dejó un
cráter de gran tamaño.
"¡Ah, vamos! ¡Estaba seguro de que eso funcionaría...!" Gose murmuró, readoptando su
postura de lucha mientras el polvo se asentaba.
Tanto el público como el comentario habían quedado completamente en silencio, como si

la emoción de hace un momento nunca hubiera ocurrido.
"Sí, la mezcla de ataque y defensa de Ayato Amagiri es realmente magnífica. Sólo hubiera
tenido un error, y hubiera perdido todo el combate."
El único sonido que rompió el silencio fue el de la voz de Zaharoula resonando en el

escenario, cuando...
“¡Whooooooooooooooooooooooooooooooooa!”
Un rugido ensordecedor descendió de las galerías, un verdadero grito de guerra de emoción

vertiginosa.
"Er, ah, ¡lo siento! Pero espera, ¡espera un segundo! El concursante Amagiri es el número
uno de Seidoukan y el campeón tanto del Phoenix como de los Gryps... ¡Pero su oponente
acaba de...!"
"Dejando sus logros a un lado, ya viste lo que pasó. El concursante Kevut no parece estar
a punto de superarlo, no importa quién sea su oponente".
Ayato se encontró de acuerdo. La habilidad de Gose era inequívocamente de primera clase,

tal vez incluso del mismo nivel que la de Ernest o Xiaohui.
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"Argh, maldición, me hiciste pensar que te había atrapado allí, haciendo un movimiento
como ese. ¿Por qué no muerdes el anzuelo? Tomar a la gente por la nariz se supone que es
lo mío."
"...No, casi me engañaste allí."
Era un hecho innegable que Ayato había juzgado mal la habilidad y la capacidad de Gose.
Como mínimo, estaba empleando ahora un estilo de lucha completamente diferente al que
Ayato había visto en las grabaciones de sus anteriores combates. Su juego de pies y sus
movimientos, por ejemplo, estaban a un nivel totalmente diferente.
De todas las personas en ese estadio, quizás sólo Zaharoula había visto a través de él.
"he, interesante. Supongo que eres el tipo de persona que no toma atajos, no importa a
quién te enfrentes. Habla de una molestia", dijo Gose con una sonrisa.
Su tono de voz, sus expresiones faciales, incluso todo su estado de ánimo había sufrido un
cambio repentino y dramático. El brillo burlón de sus ojos ya había desaparecido, su apariencia
ahora más suave parecía algo espeluznante e inquietante.
"Por supuesto que no", respondió Ayato. "Eso sería una falta de respeto hacia mi oponente."
Mientras Ayato hablaba, la punta en forma de lanza del Lux de Gose comenzó a emitir una
lluvia de chispas, antes de caer repentinamente de su mango.
"Oops, maldición... Eh, muy inteligente, Murakumo. Parece que me has pillado", dijo Gose,
tirando la parte restante de su Lux y encogiéndose de hombros.
"Parece que Amagiri consiguió dar un contragolpe cuando esquivó el ataque de Artes
Meteóricas. Es un luchador bastante astuto, que uno."
"¡Ya veo! Supongo que no importa lo fuerte que seas, ningún Lux normal puede enfrentarse
a Ser Veresta del concursante Amagiri!"
Zaharoula debe haber sido la auténtica si hubiera visto su contador, pensó Ayato.
"he, he, supongo que ella tenía razón. Es inútil tratar de enfrentar una de las cuatro espadas
rúnicas de color con cualquier viejo Lux", dijo Gose, sacando otro cuerpo de activación de su
bolsillo.
En el momento en que Ayato vio su núcleo, una ola de inquietud se apoderó de su columna
vertebral.
"Parece que voy a tener que usar mi reserva, ¿eh?" Gose murmuró, activándolo.
A primera vista, se veía notablemente similar al Lux con forma de lanza que había estado
usando hasta hace unos segundos.
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The Asterisk War
Sin embargo, Ayato podía sentir algo retorcido y brutal emanando de su extraño núcleo.
"Er, eso... no es un Orga Lux? Por lo menos no se parece a ninguna de las Orga Lux
registradas por Allekant... Dada la afiliación del concursante Kevut, ¿podría ser una de esas
nuevas Orga Lux producidas en masa que el equipo Androcles anunció en los Gryps de al
menos hace un año?"
"Hmm, nunca he visto nada como eso antes, tampoco... No, espera, espera un segundo.
Hay una coincidencia, pero parece bastante anticuada..."
Ayato trató de cerrar el confuso comentario de su cabeza mientras miraba al otro lado del
escenario hacia Gose.
En ese momento, la imagen de la joven de cabello plateado pasó por su mente.
"Un lux perdido..."
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Capítulo IV – Los Preliminares I
"¿Qué es eso?"
Al oír la repentina voz que resonaba a sus espaldas, Dirk Eberwein se sentó en el sofá,
frunciendo el ceño y mirando a su alrededor. "¿Qué estás haciendo aquí?" gruñó.
Estaba en el lujoso salón especial del Instituto Negro Le Wolfe en el Domo Sirius, y se
suponía que estaba solo.
"Vine a ver a Madiath, pero parece que sería mejor no acercarse a él ahora mismo",
respondió su visitante, la Varda-Vaos.
"Por supuesto. Los Enfields y los de su calaña todavía están husmeando."
El hecho de que le prestaran tanta atención últimamente, sin duda significaba que habían
desenmascarado a su alter ego, Lamina Mortis. A pesar de eso, sin embargo, todavía tenían
que hacer un movimiento directo contra él. Eso sólo podía significar que Galaxy estaba detrás
de ellos. Después de todo, si alguna de las otras fundaciones sabía lo que los Enfields parecían
saber, sin duda pondrían todo su empeño en detenerlo inmediatamente. Sin embargo, Galaxy
tenía consideraciones más importantes que les impedían actuar: sin duda querían recuperar a
Varda o, al menos, hacerla desaparecer para siempre, y cualquier acción precipitada podría
ponerlo en peligro. Lo que significaba, también, por supuesto, que si Varda iba a ir y revelarse
descaradamente, terminaría arruinando todo.
"¿Y? ¿Qué estás haciendo aquí? Ve a otro lugar si quieres ver el combate. A algún lugar
donde no nos molestes."
Dirk agitó la mano como para ahuyentar a un pequeño cachorro, pero Varda simplemente
lo ignoró, acercándose a la ventana. Debajo de ella, el encuentro de Ayato Amagiri contra Gose
Kevut estaba en marcha.
"¿Qué es eso?", repitió, con una voz inusualmente hosca. "Los Orga Luxes producidos en
masa el año pasado eran casi todas abominaciones... pero difícilmente se pueden comparar
con eso. Es... tan desagradable."
"¿Oh...?"
Dirk encontró sus labios rizados de alegría por la obvia frustración de ella. Para él, ver los
infortunios o fracasos de otros era como tener el páramo estéril de su alma alimentado con un
fresco y dulce néctar.
Más aún cuando era esta visitante del otro mundo la que casi nunca revelaba sus
emociones.
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"Huh", dijo, cruzando los brazos. "¿Me estás diciendo que nunca has oído hablar de los
Luxes Perdidos?"
"... ¿Luxes perdidos?"
Dirk activó la ventana aérea junto a su apoyabrazos, ampliándola para que ella la viera.
Se mostró la transmisión en vivo del combate que se estaba desarrollando abajo. En lo que
a Dirk se refiere, esta era la forma más fácil de verlo.
En ese momento, la segunda lanza de Gose en forma de Lux logró, de alguna manera,
repeler hábilmente el rápido contraataque de Ayato con el Ser Veresta.
"¡Hmm! Azdaja debe haber estado escondiendo un peón bastante poderoso, si es que
puede detener al Murakumo. Bueno, supongo que es un tesoro inútil en lo que respecta a esos
viejos fantasmas..."
"¿Azdaja? En ese caso, los Luxes Perdidos son..."
"Bien. Azdaja los desarrolló... o los estaba desarrollando. Nunca se terminaron."
Desde el principio, los Luxes Perdidos fueron diseñados con el objetivo de producir armas
más poderosas que cualquier otro Lux, incluyendo los Orga Luxes. El incidente de la página
perdida que había tenido lugar muchos años antes y, de hecho, la similar pero no nombrada
perturbación que había ocurrido hace poco tiempo había involucrado a estos Luxes perdidos.
Los individuos responsables de ambos incidentes habían sido arrestados, pero las
investigaciones oficiales no habían llegado tan lejos como para llegar a la organización detrás
de ellos.
Eso era de esperar. Se creía ampliamente que la organización "Azdaja" no podía existir.
"Hay unos cuantos prototipos por ahí... Son bastante poderosos, pero exigen un coste
tremendo. He oído que sacrificaron docenas de personas para probarlos, con un solo éxito,
así que deben haber decidido que no valían la pena. Supongo que no fue el resultado que
esperaban, ¿no?"
"¿Qué intentan conseguir haciendo esto?" Varda, todavía mirando fijamente el combate en
curso, preguntó fríamente.
"Bueno... Con lo emocionados que están todos por el Lindvolus, probablemente sólo están
tratando de agitar las cosas. Yo no me extrañaría que intentaran echar una mano con todo
esto".
El principal rector de Azdaja era claro: vengarse de las seis fundaciones que controlaban la
sociedad y el mundo en la actualidad. Simplemente no tenían los medios para librar esa guerra
directamente.
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Desde que la economía mundial se había derrumbado después de la guerra de Invertia, el
resto de las corporaciones se habían involucrado en una agresiva competencia de fusiones,
adquisiciones y asociaciones, hasta que al final sólo quedaban ocho grandes monstruos:
Galaxy, Jie Long, Elliott-Pound, W&W, Solnage, Frauenlob, y los ya desaparecidos Samandal
y Severclara.
Samandal se había originado como una gran empresa petrolera con sede en el Oriente
Medio y, al principio de la Reconstrucción, se decía que tenía una ventaja abrumadora sobre
las otras fundaciones empresariales integradas. Sin embargo, comenzaron a declinar una vez
que la principal fuente de energía de la sociedad pasó a la manadita. Finalmente, al
encontrarse en el lado perdedor de una prolongada guerra económica, sus competidores los
separaron y dividieron lo que quedaba entre ellos.
Severclara tenía su base en el norte, con una división de investigación y desarrollo que se
decía que era la más avanzada de su tiempo. Sin embargo, se habían encontrado en una
confrontación directa con las otras fundaciones tras el descubrimiento de un depósito
meteorítico de vértice de una clase en Asia Central, que finalmente se convirtió en un conflicto
abierto a gran escala en el que participaron Solnage, Frauenlob, Jie Long y Galaxy. Aunque
habían tenido un éxito inicial en sus esfuerzos bélicos, las empresas restantes trabajaron para
aislarlas y eliminar a sus partidarios, hasta que finalmente, abandonadas por sus antiguos
aliados Solnage y Jie Long, su derrota quedó asegurada. Como resultado de esa disputa, las
restantes FEI acordaron evitar el conflicto abierto en la medida de lo posible, y así nació el
moderno equilibrio de poder.
Azdaja había sido fundada por los restos de esas dos organizaciones y, aún hoy, poseía un
considerable grado de poder e influencia. Por lo tanto, era razonable sospechar que habían
colocado peones propios dentro de las seis escuelas de Asterisk.
Sin embargo, los recursos que poseían todavía palidecían en comparación con los de los
cimientos de arriba. A lo sumo, sólo podían esperar ser una molestia momentánea.
"¿Tirar una manta húmeda sobre ello? ¿Qué quiere decir específicamente?"
"Vamos, piénsalo. Por ejemplo... si pudieran evitar que Orfelia se llevara tres victorias
consecutivas o se interpusiera en el camino de que Murakumo o Glühen Rose anotaran un
grand slam. Probablemente quieran eliminar a esos tres lo antes posible."
"Patético", Varda casi escupió. "Qué desperdicio de esfuerzo".
"No me gusta decir esto, pero estoy de acuerdo", respondió Dirk, asintiendo ligeramente con
la cabeza. "Por otra parte, ¿quién puede decir con certeza? Pero ese no es el problema aquí.
Este es el primer combate, de todas las cosas. No lo atribuiría a una coincidencia, pero dudo
que tengan suficiente influencia en el torneo".
"...debe haber sido Madiath, entonces..."
"Probablemente. No me extrañaría que hiciera algo así sin consultar a alguien".

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Era difícil de creer que Madiath hubiera tenido algún contacto directo con Azdaga. Dada su
historia, la posibilidad de que se asociaran con alguien directamente afiliado a los FEI era muy
remota. Probablemente sólo se estaba aprovechando de ellos como un medio para su propia
agenda.
Dirk echó un vistazo afuera a las multitudes amontonadas. Basándose en la forma en que
se estaban preparando, cualquiera hubiera pensado que estaban viendo el campeonato en sí
mismo.
Claro, los mantendrá alerta, dándoles un combate de alto nivel desde el principio. Pero no
se alegrará si Murakumo acaban perdiendo. No es que me importe de una forma u otra, pero
¿no se está arriesgando demasiado últimamente?
En lo que respecta a la Alianza de la Rama Dorada, cuanto mayor sea el frenesí que rodea
al torneo, mejor.
Dirk lo entendió, y aún así...
"Ya casi ha terminado".
"...¡Hmph!" resopló, devolviendo su mirada a la ventana aérea.
◇◇◇
"¡ha, eres mejor de lo que dicen, Ayato Amagiri!"
Una cegadora ráfaga de luz estalló cuando Ayato repelió con el Ser Veresta la cabeza de la
lanza de Gose que se aproximaba. El impacto fue tan fuerte que casi se sintió como si le
arrancara el brazo del hombro.
"¡Ugh...!"
"¡Eso tiene una patada...!" Gose parecía estar teniendo un tiempo igualmente difícil
soportando el golpe, así que saltó hacia atrás para salvarse de toda su fuerza, usando su lanza
para suavizar su aterrizaje. Puede que tuviera una gran complexión, pero era claramente muy
flexible, sus movimientos eran rápidos, dejando pocas aberturas que Ayato pudiera intentar
abrir.
Aún más apremiante era el hecho de que cada vez que su lanza, ese Lux Perdido, hacía
contacto con el Ser Veresta, las dos armas se repelían con una fuerza tremenda. No sólo eso,
sino que con cada golpe, el Ser Veresta parecía gritar con un inmenso dolor.
Por lo que parece, el Orga Lux parecía estar pasándolo aún más mal que su usuario.
Lo mismo, sin embargo, podría decirse de su oponente.
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Las chispas ya estaban empezando a volar salvajemente desde el núcleo del Lux Perdido
de Gose, y su brillante y resplandeciente punta de lanza parecía estar volviéndose inestable.
Ayato dudaba que pudiera soportar el intercambio de golpes con el Ser Veresta por mucho
más tiempo.
Tal vez habiendo notado que Ayato miraba su arma, los labios de Gose se rizaron con una
sonrisa. "Oh, ¿estás preocupado por eso? Qué considerado. Pero, ¿qué puedo hacer, eh? Se
supone que tu pequeño Ser Veresta es capaz de cortar casi cualquier cosa. Por supuesto que
va a doler."
"...Déjame preguntarte de nuevo," dijo Ayato. "¿Cómo conseguiste ponerle las manos
encima a ese Lux perdido?"
Aunque las dos armas se repelían tan violentamente entre sí, era la lanza de Gose, con su
considerable longitud, la que llevaba la ventaja. Debido a que el Lux perdido siempre lo
alcanzaba antes de que pudiera acercar el Ser Veresta a Gose, se vio obligado a jugar a la
defensiva.
"¿Cuántas veces tengo que decírtelo? Sólo estoy usando el arma que me dieron. Claro,
tenía mis dudas cuando la tuve en mis manos, pero no está tan mal. Pero supongo que
tampoco es tan poderosa como ellos la hicieron parecer".
"Pero, ¿quién te lo dio...? ¡Deberían haberte dicho lo peligroso que es...!"
"Ah, no hay necesidad de preocuparse por eso. Este no es el Lux perdido de esa señora,
nuestro personal ha usado los datos de ese para hacerlo más general... Se deshicieron de
todas esas funciones inútiles y sólo aumentaron su producción... Aunque, aún necesitaba el
valor de prana de unas pocas docenas de personas para activarlo la primera vez."
“¡…! Si lo sabías, ¿cómo pudiste...?"
"¡Eh, eh! No te pongas tan nervioso. ¿No deberías preocuparte más por lo que tienes
delante?" Con eso, mostrándole una sonrisa que no parecía contener ni el más mínimo indicio
de malicia, Gose apuntó su arma al Ser Veresta. "Si este fuera cualquier Lux viejo,
probablemente lo destrozarías de un solo golpe. Pero ahora he demostrado que el
todopoderoso Ser Veresta no es nada de eso."
"...me parece que el tuyo ha sufrido más daño que el mío."
El Lux Perdido podría haber sobrevivido haciendo contacto con el Ser Veresta, pero a
diferencia del Orga Lux, no parecía que pudiera aguantar mucho más tiempo; de hecho, Ayato
sospechaba que incluso un golpe más podría terminar siendo demasiado para él.
"Eh, tienes razón, por supuesto... supongo que ya es hora de que traiga un reemplazo,
entonces" dijo Gose, sacando el cuerpo de activación de otro Lux de su bolsillo.
"¿Otro...?"
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Al activarse ante él, Ayato retrocedió al ver otro Lux perdido idéntico.
"Sabía que uno no sería suficiente para tu Ser Veresta. Y si dos no lo hacen, ¿qué tal tres?
¿O cuatro? No puedo permitirme el lujo de ser ahorrativo aquí." Gose lanzó una sonrisa burlona
mientras preparaba su nueva arma. "Y deja de llamarlos Luxes perdidos. En estos días,
preferimos llamarlos Comedores de Luxes".
Tan pronto como Gose terminó de hablar, se lanzó hacia Ayato.
"¡Ugh!"
Ayato, incapaz de captar cada golpe del ataque de tres etapas con el Ser Veresta, trató de
saltar fuera del camino, pero no fue lo suficientemente rápido. El arma cortó su mejilla, su
flanco y la parte superior de su brazo, lo suficientemente profundo como para extraer una
notable cantidad de sangre.
"¡Qué sorprendente desarrollo! El concursante Amagiri, uno de los favoritos del torneo,
parece estar en desventaja! Zaharoula, ¿significa esto que nos enfrentamos a un gran revés?"
"Hmm, me pregunto. Amagiri todavía tiene la ventaja en lo que respecta a las

especificaciones y la habilidad. Pero por otra parte... Kevut es bueno."
"¿Bueno...?"
"Básicamente, tiene más experiencia, supongo que está más familiarizado con este tipo de
encuentros... Probablemente esté acostumbrado a luchar contra oponentes más fuertes."
Ayato, por su parte, ya había llegado a la misma conclusión.
Como Zaharoula había señalado, la fuerza bruta de Ayato era probablemente superior. Sin
embargo, Gose parecía sobresalir en su habilidad para engañar a su oponente... y era
notablemente capaz de capitalizar esa habilidad. Por la forma en que fingió, el momento en
que saltó hacia adelante, e incluso la forma en que sostuvo su cuerpo, todas y cada una de
sus acciones fueron casi imposibles de leer correctamente.
Cuando Ayato pensaba que estaba tratando de derribarlo, ajustaba su trayectoria y hacía
una arremetida hacia arriba. Cuando parecía que estaba apuntando a su pecho, al instante
siguiente cambiaba a un amplio golpe por encima de la cabeza.
Y siempre que Ayato intentaba contrarrestar, Gose inevitablemente cambiaba su postura de

lucha una vez más, quitándole cualquier ventaja momentánea que pudiera haber tenido.
Y debido a todo eso...
"¿Qué pasa, Murakumo? Podemos seguir jugando al gato y al ratón así, pero algo me dice
que no puedes seguir esquivándome para siempre!"
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Ayato utilizó la palma de su mano para desviar un golpe contundente desde el extremo
inverso de la lanza de Gose, luego se inclinó hacia atrás para esquivar un golpe contundente
de seguimiento, pero su oponente, como si hubiera leído sus movimientos, en su lugar dio una
patada inesperadamente devastadora.
"¡Guh...!"
Ayato enfocó su prana para soportar el golpe, pero el impacto fue tan poderoso que lo lanzó
hacia atrás a través del escenario. Parecía que la habilidad de su oponente en las artes
marciales también era mayor de lo que había dejado ver inicialmente.
Gose no perdió tiempo en lanzarse a un ataque consecutivo. Sin tiempo suficiente para
recuperar su postura de lucha para evadir, Ayato no tuvo más remedio que atrapar el golpe
con el Ser Veresta.
"¡Urgk!"
El choque lo hizo retroceder una vez más, pero esta vez se las arregló para mantener el
equilibrio y aterrizar preparado.
"Ah... Lo siento, Ser Veresta", le dijo al Orga Lux agarrado fuertemente en sus manos.
El arma respondió con una ligera vibración. No había duda de que sentía dolor cada vez
que hacía contacto con el llamado Come-Lux, pero Ayato sabía que tampoco iba a rendirse.
De hecho, podía sentir algo que rayaba en la ira burbujeando desde su interior.
Aún así, ninguno de los dos podía permitirse el lujo de atacar a ciegas en un ataque frontal
completo.
Así que esto es lo que se siente al luchar como uno con el Ser Veresta...
Dado que ni él ni su oponente podían permitirse el lujo de cruzar espadas entre sí, Ayato se
quedó con sorprendentes pocas opciones. Pero mientras que él entendía que a nivel
intelectual, era otro asunto totalmente distinto en el calor de la batalla.
"...supongo que no tengo otra opción."
Lamina Mortis estaba sin duda viendo el combate. Ayato había querido guardar esta técnica,
una de varias, para su eventual confrontación con él, y odiaba tener que revelarla tan pronto,
pero todo sería en vano si perdiera esta batalla.
Dejó escapar un profundo suspiro, dejando caer el Ser Veresta de su mano derecha
mientras ajustaba la parte superior de su cuerpo, levantando su centro de gravedad y
desplazando su peso a las puntas de los dedos de los pies.
Y entonces...
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"¿Qué es esto? ¿¡El concursante Amagiri ha cerrado los ojos en el calor de la batalla!?"
"Hey, hey... ¿Qué es todo esto, entonces?""
Ayato, sin embargo, no hizo ningún esfuerzo para responder al desconcierto de su

oponente, sino que centró toda su atención en un solo punto.
El estado de shiki, la técnica de expansión de la percepción del estilo Amagiri Shinmei, daba
a aquellos que podían dominarlo la capacidad de sentir su entorno lo suficientemente bien
como para que el no poder ver no supusiera un obstáculo, pero éste era un estado mental
cada vez más profundo y desarrollado.
Al llevar su concentración a sus límites máximos, podía concentrarse puramente en su

enemigo y sus movimientos, permitiéndole sentir inmediatamente cada movimiento de Gose.
Cada uno de esos movimientos, desde su respiración, a los latidos de su corazón, a las más
sutiles contracciones de sus músculos, aparecía en ese mundo de oscuridad como una
constante corriente de silencio y movimiento. Sin embargo, si su concentración fallaba por el
más mínimo momento, esa corriente de luz continua se disipaba inmediatamente. Para evitar
que eso ocurriera, continuó empujando los límites de su conciencia, como si estuviera afilando
una cuchilla en una piedra de afilar.
Y luego...
"No parece que te hayas rendido... Ah bueno. Veamos si puedes..."
-en ese mismo instante, con los ojos aún firmemente cerrados, Ayato supo que Gose se
había acercado.
"¿¡Qué...!?"
No había necesidad de apresurarse. Sólo necesitaba dar el golpe correcto en el lugar

correcto.
Un movimiento amplio y suave en ese río de oscuridad.
Gose siguió corriendo hacia adelante, claramente con la intención de lanzarse a un asalto
devastador. Ayato, sin embargo, se movió apenas lo suficiente para esquivarlo por un pelo
literalmente, y luego, con un destello del Ser Veresta-
"Estilo Amagiri Shinmei, Técnica Definitiva - Tsugomori!"
Cuando Ayato abrió los ojos, el escudo de la escuela de Gose estaba roto en el suelo,
esquilado en dos mitades limpias.
"¡Fin del combate! Ganador: ¡Ayato Amagiri!"
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◇◇◇
"Ha-ha... ¿En serio...?" Gose tenía una mirada de asombro mudo mientras la voz
automatizada anunciaba la conclusión del combate.
Un segundo más de silencio pasó antes de que todo el estadio estallara en un ensordecedor
aplauso.
"¡Qué final tan impresionante para el primer combate! Creo que fue mucho más difícil de lo
que muchos de nosotros predijimos, pero el concursante Amagiri se recuperó para conseguir
la victoria al final!"
"Sí, eso fue bastante impresionante. Supongo que valió la pena venir aquí, después de
todo".
La voz de Mico, que resonaba en la arena, sonaba de alguna manera aliviada, mientras que
la de Zaharoula, por otro lado, sólo podía describirse como vagamente satisfecha.
"Argh, me has atrapado", gritó Gose. Parecía sorprendentemente indiferente al resultado

del combate. "Pensé que te tenía hasta el último movimiento. ¿Qué clase de truco era ese?
¿Una especie de contador de ultra alta precisión o algo así?"
"Algo así". La respuesta de Ayato no fue convincente. Si podía evitarlo, no quería revelar
más de lo que ya había hecho.
"Me parece que todo fue cuesta abajo cuando cambiaste de postura, cuando dejaste de
usar esa postura anticuada, manteniéndote cerca del suelo. Cambiaste a una que priorizaba
el movimiento, ¿verdad?"
“…”
Ayato no respondió.
Parece que Gose tenía muy buen ojo.
La técnica definitiva del estilo Amagiri Shinmei Tsugomori era esencialmente el

contramovimiento perfecto, hecho posible por una completa y total conciencia de cada acción
del oponente - ya sea defensa, ataque o evasión - y realizado como un único e infalible golpe
preciso. Esas cualidades lo hacían perfecto para lidiar con las normalmente impredecibles
fintas de Gose.
Además, no había una forma fija en su aplicación, aunque esto era común a todas las
Técnicas Definitivas del estilo Amagiri Shinmei, que se esforzaban por alcanzar ideales
abstractos mucho más que por aprender de memoria.
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Por lo tanto, incluso si un oponente le veía usarla una vez, no podía prepararse
completamente para enfrentarla una segunda vez. Dicho esto, Ayato sospechaba que un
luchador con la habilidad de Gose no se permitiría ser víctima fácilmente del mismo truco
demasiadas veces.
Lo mismo se aplicaba, por supuesto, a Lamina Mortis.
"Eh, bueno, supongo que ya está hecho. Una derrota es una derrota. Fue divertido." Gose
le mostró una sonrisa despreocupada y, con un movimiento de su mano sobre su hombro, se
fue.
"Ah...", Ayato comenzó a gritarle, antes de detenerse.
Tenía muchas preguntas que quería hacer sobre los Luxes Perdidos, pero sospechaba que
Gose no podría responderlas.
"Phew... Pero si así es como el primer combate terminó siendo, voy a tener que empezar a
planear un poco mejor los demás..."
Lo sabía desde el principio, a cierto nivel, pero ahora estaba claro que ganar el Lindvolus
no sería una hazaña fácil.
El combate inicial lo había hecho perfectamente obvio.
◇◇◇
Cuando Gose regresó a la puerta que conducía a su sala de preparación, una pequeña
figura se apoyó en la pared esperándolo.
"Te lo dije, ¿no? Es fuerte."
"¿Oh? ¿Así que viniste después de todo?" respondió.
"Cuando se trata de esta ciudad, soy tu superior".
La figura estaba encapuchada, haciendo imposible que Gose leyera la expresión de la

persona.
"Pero que nuestro mejor as pierda su primer combate... es una verdadera lástima".
"Eh, ¿qué puedo decir?", respondió. "Pensé que ser asignado a él en el primer combate
inaugural era demasiado bueno para ser verdad. Supongo que nos superaron, ¿no?"
La única explicación posible era que alguien del Comité Ejecutivo de Festa había visto a
través de la identidad de Gose y trató de manipular la situación en su propio beneficio.
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"Bueno, al menos todavía sabes cómo engañar a la gente. No te quedaba ningún otro
comedor de Lux, ¿verdad?"
"Eh, no tienen precio", respondió Gose con una sonrisa intrépida.
Puede que le haya sugerido a Ayato que había preparado tres o cuatro de las armas, pero
en realidad, sólo había tenido dos.
"Me tenías preocupado de perder la segunda allí. El plan es, después de todo, que yo tome
posesión de ella."
"Sí, sí, lo sé", murmuró Gose, lanzando su cuerpo de activación a la figura encapuchada.
"Será mejor que nos vayamos de aquí. ¿Quién sabe lo rápido que llegará la guardia de la
ciudad? Supongo que es hora de decir adiós a este lugar, ¿eh?"
Sin duda había atraído una atención significativa sobre sí mismo, al usar ese Lux perdido
tan descaradamente en público.
"En efecto. El calentamiento ha terminado. Nos encargaremos del evento principal." La

figura escondió el cuerpo de activación del Lux en lo profundo de su capa cuando los dos
comenzaron a dirigirse por el pasillo en dirección opuesta a la sala de preparación de Gose.
Azdaja le había dado a Gose dos órdenes.
La primera fue entrar en el Lindvolus y eliminar tantos jugadores estrella como pudiera.
Hacerlo era una molestia, por supuesto, pero el trabajo era el trabajo, y por eso se había
esforzado en llevar a cabo sus instrucciones al pie de la letra, sin importar lo insignificantes
que fueran.
Y el segundo...
"Por cierto", le decía la figura, "todavía no está claro qué está tramando esta Alianza de la
Rama Dorada. Estoy agradecido de que hayas empezado a ayudar. Estaba en mis límites
tratando de sondearlos por mí mismo".
"Toda la ciudad está llena de seguridad, con la llegada del Concordia. Va a ser difícil para
nosotros permanecer en las sombras."
Últimamente, los rumores sobre las actividades de la Alianza de la Rama Dorada

comenzaron a extenderse incluso en la sociedad clandestina en la que Gose y Azdaja
operaban.
En lo que respecta a Azdaja, la organización quería averiguar qué tipo de efecto podrían
tener los planes de la Alianza de la Rama Dorada en los cimientos.
Dependiendo de cuáles fueran precisamente los objetivos del grupo, podrían incluso
inclinarse a cooperar.
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Y, por supuesto, lo contrario también podría ser cierto.
"Será mejor que nos pongamos a trabajar, entonces. Echa un vistazo a los muelles, Gose.
Ha llegado mucha carga al puerto en los últimos días. Nada ha destacado hasta ahora, pero
definitivamente hay algo sospechoso en todo esto."
"Sí, sí, lo tengo. Seguro que haces que tu gente se esfuerce, ¿eh, Ruf?"
Conversando así, las voces silenciosas de la pareja se desvanecieron en el silencio mientras

desaparecían en la oscuridad del corredor.
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Capítulo V – Los Preliminares II
De las seis escuelas de Asterisk, el Instituto Negro Le Wolfe fue el que más campeones
tuvo en el Lindvolus, la famosa Festa de Festas. Hubo varios factores que contribuyeron a ello,
pero la explicación más simple fue simplemente que sólo aquellos que ya eran fuertes venían
a Le Wolfe en primer lugar.
De hecho, aquellos que se inscribieron en Le Wolfe no venían por amistad, ni por belleza,
ni por armas, ni por sabiduría, ni por fama, sino para alcanzar el poder o, al menos, para
experimentar algo de él (aunque no se puede negar que, como resultado, también hubo
quienes, al salir de esta feroz competición, se volcaron a la depravación y al crimen).
Las espadas gemelas, el emblema de la regla militarista de Le Wolfe inscrito en el escudo

de cada estudiante, era el alma misma de la institución y el reflejo de la ferocidad de la lucha
por la supremacía. Además, Le Wolfe era famoso por ser la más dura de las seis escuelas de
Asterisk, con una tempestuosa y rápida rotación de Page Ones, tanto que los que subían al
número uno eran normalmente derribados por sus rivales casi de la noche a la mañana.
Ahora, sin embargo, ese estado de cosas era cosa del pasado.
Eso fue porque, desde hace varios años, la posición número uno de Le Wolfe -estrictamente
hablando, sus dos primeras posiciones- había permanecido completamente estática.
Orphelia Landlufen, la Bruja del Veneno Solitario, alias Erenshkigal, había ocupado el trono
más alto, mientras que Rodolfo Zoppo, el Mago de la Estrella Aplastadora, alias Basadone,
había seguido siendo el número dos. Ambos se habían resistido a todos los aspirantes a ser
desafiantes.
"¡Ha-ha-ha! ¡Así que esto es lo que se siente! Supongo que no es tan malo, ¡tomar el centro
del escenario de vez en cuando!" dijo Rodolfo de buen humor mientras miraba las
deslumbrantes luces que iluminaban el domo Canopus.
Con su cabello rojo peinado y su enorme complexión, y sus brillantes dientes blancos
asomándose por su sonrisa arrugada, todo su cuerpo parecía desprender la fragancia de la
vitalidad en bruto.
"¡Yahoo! Todo el mundo mirando, ¡dése un festín a sus ojos! ¡Rodolfo Zoppo ha entrado en
escena!"
Esa voz demasiado emocionada era la de Christie Baudouin de ABC, la locutora que cubría
los encuentros en el Domo Canopus. Con su forma de hablar franca y entusiasta, y sobre todo,
su buena apariencia y su ropa excesivamente reveladora, recientemente se había disparado
su popularidad en toda la ciudad. Incluso ahora, en pleno invierno, su atuendo, poco más que
un traje de baño, era suficiente para cuestionar su cordura.
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Aún así, si tenía que haber un comentario en vivo, en lo que respecta a Rodolfo, quería que
fuera lo más enérgico posible.
"A pesar de su renombre como el número dos de Le Wolfe, ¡esta es la primera vez que
Rodolfo entra en la Festa! Se dice que es el jefe de un brutal grupo mafioso que opera en los
Rotlicht, así que, ¿qué podemos esperar de este feroz Dante ahora que finalmente ha entrado
en la lucha?"
"¡Aaaaaah! ¡No deberías decir eso, Christie...!" interrumpió una voz nerviosa del analista.
Por lo que había escuchado, ese hombre de mente débil que proporcionaba el análisis había
llegado a los cuatro primeros puestos en un Lindvolus diferente hace más de una década, pero
Rodolfo no le prestó atención.
Y aparentemente, el Domo Sirius consigue que el bueno de Z haga su análisis... ¡Habla de

una reunión predestinada!
Dejó escapar un bajo gruñido desde lo profundo de su garganta mientras dejaba que sus
pensamientos fluyeran hacia el pasado, hacia sus camaradas con los que había competido
durante sus años de infancia en el Instituto.
Primero ese bastardo D, luego P, y ahora Z. Es casi suficiente para hacerme llorar.
En el Instituto, sólo se permitía a aquellos que habían logrado resultados ejemplares tomar
nombres propios, aunque, técnicamente, eran iniciales en lugar de nombres propiamente
dichos. Rodolfo, alabado como la mayor obra maestra del Instituto, se conocía entonces como
R.
Había otros antiguos miembros del Instituto aquí en Asterisk, pero él sólo conocía a los que
habían sido coronados con sus propias iniciales.
"...Rodolfo Zoppo!" llegó una voz aguda, perturbando sus recuerdos.
Actualmente, delante de él estaba un joven con un uniforme de Jie Long, con los ojos llenos
de rabia mientras le miraba fijamente.
"Hey, hey, ¿qué es todo esto? ¿Tienes un rencor o algo así?"
"Sí", el joven de Jie Long-Zimo, su nombre era, si Rodolfo lo recordaba correctamente, su

vigésimo quinto luchador, respondió bruscamente, con una expresión muy seria. Con su figura
bien tonificada, vestida de bandana, era prácticamente la imagen prototípica de un artista
marcial de Jie Long.
"¡Ha-ha! Ya veo, ya veo! Eso es muy malo!" exclamó Rodolfo, riéndose de él. "¡Mírame todo
lo que quieras! ¡No podrás hacer más que eso!"
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En esto, la expresión de Zimo sólo se hizo cada vez más severa. "...¿ni siquiera vas a
preguntarme por qué?"
"¿Cuál sería el punto? La gente me ha estado arrojando sombra desde que tengo memoria.
¡No hay forma de que pueda recordarlos a todos! ¡Pero si quieres decírmelo, no voy a
detenerte!"
Zimo suspiró profundamente antes de sacudir la cabeza. "En ese caso, puede responder a
esto por mi causa. Recuerdas la disputa que tu Omo Nero tuvo con el Grupo Jianghu, ¿no?"
"¿Eh? ¿De qué estamos hablando? ¡Tenemos problemas con esos tipos casi todos los
días!"
Como el Omo Nero de Rodolfo, el Grupo Jianghu era una sociedad mafiosa que operaba
desde los Rotlicht. Sus miembros provenían en su mayoría de Jie Long, y no eran
particularmente grandes en sus operaciones, pero el Omo Nero había estado involucrado en
escaramuzas con ellos en varias ocasiones.
"Entonces, ¿qué pasa con el hombre que fue lo suficientemente imprudente como para tratar
de atacarte directamente durante la última?"
Finalmente, Rodolfo recordó: Hace algún tiempo, hubo un gran enfrentamiento en una
esquina de la zona de reurbanización, donde un individuo había atacado de frente a su escolta.
"¡Ah, claro! Ese pequeño mocoso! ¡Tenía más agallas que la mayoría de ustedes, payasos
de Jianghu! Bien, ¿me estás diciendo que es tu amigo o algo así?"
"...ese indigno tonto es mi hermano." Con la voz baja, como si ahogara sus emociones, Zimo
cogió sus armas.
No eran Luxes, sino un par de cuchillas circulares de unos quince centímetros de diámetro
- legendarias armas de lanzamiento chinas conocidas como anillos del universo.
Rodolfo, por otro lado, se limitó a cruzar los brazos. "Oh, tu hermano. Ya veo. Una lástima.
Si estuviera de mi lado, creo que nos llevaríamos bastante bien. Pero ya sabes cómo es.
Nosotros los hacemos en un día, ellos lo hacen en el siguiente. Me parece que no tienes
derecho a criticar lo que pasa en nuestro mundo. Y no estás siendo precisamente razonable,
odiándome por ello".
"Tal vez no. Tal vez sólo perdió su camino y sucumbió al bandolerismo. Pero aún así... A
pesar de eso, para que tú..." Zimo se detuvo aquí, apretando los dientes como para evitar que
las palabras se desbordaran de sus labios.
"¿Qué es esto? Estoy agradecido. Me dio un poco de diversión. Cualquiera que sepa cómo
divertirse un poco es un buen tipo. Por eso le perdoné la vida. Aunque, supongo que podría
haberlo dejado en algunos pedazos."
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Rodolfo sonrió ampliamente, mostrándole a Zimo sus dientes blancos como huesos.
"¡Vaya, tú...!"
◇◇◇
"Bloque B de Lindvolus, Ronda 1, Partido 1 - comienza!"
◇◇◇
En el mismo instante en que Zimo comenzó a gritar de rabia, una fría y metálica voz emanó
de las crestas de su escuela, anunciando el comienzo del combate.
"¡Esto debe ser el destino, que se te enfrente en el primer combate! ¡Te daré tu justa
recompensa, demonio!" Con eso, Zimo saltó por él, girando por el aire, con el arma lista. "¡Pò!"
gritó, usando todo su impulso para lanzar su espada anillada directamente hacia él.
Al momento siguiente, Rodolfo fue golpeado por lo que parecía un muro de aire sólido, el
anillo de hierro todavía volaba hacia él.
"¿¡Eh!?"
Aunque había sido tomado por sorpresa, todavía era capaz de evitar el proyectil volante sin
recibir ni un solo rasguño, aunque la fuerza de la onda expansiva había sido suficiente para
arrancar varios cortes largos a través de las mangas de su uniforme. No pudo evitar
preguntarse cuál habría sido el resultado si Zimo hubiera recibido un impacto directo.
"¡No ha terminado! ¡Toma esto!" su oponente gritó de nuevo, esta vez lanzando la hoja
anillada que aún tenía en su mano izquierda.
Además, el anillo anterior todavía trazaba un amplio arco en el aire, girando como un
bumerán. Zimo estaba evidentemente empleando un ataque de pinza, tratando de golpearle
desde dos frentes a una velocidad increíblemente alta.
Aún así, los labios de Rodolfo comenzaron a enroscarse, causando emoción. "¡ha, ha! ¿Qué
es esto? ¡No lo vi venir!"
Cuando se hizo a un lado, esquivando ligeramente los dos proyectiles que se aproximaban
mientras volaban uno al otro, la enorme multitud en las tribunas que rodeaban el estadio rompió
en un ensordecedor aplauso.
"¡Ngh...!" Zimo hizo una expresión de disgusto al alcanzar el anillo de regreso, aunque desde
fuera no parecía haber ninguna forma segura de agarrar la cosa. La fuerza del impacto fue
suficiente para darle la vuelta, pero se las arregló para recuperarlo.
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"Ya veo, así que ni siquiera puedes manejar ese juguete tuyo adecuadamente todavía. ¿Y
qué diablos es esa cosa? Seguro que no se parece a un Orga Lux."
Dicho esto, a Rodolfo le resultaba difícil creer que cualquier anillo de metal viejo tuviera esa
cantidad de poder.
Por un lado, la onda de choque del arma había sido suficiente para abrir un camino a través
del suelo del escenario a lo largo de su trayectoria.
"...Este es el Hunnongquan, una sabia herramienta creada por mi maestra, la Ban'yuu

Tenra. Es uno de los tesoros más valiosos de Jie Long, normalmente nunca se permite sacarlo
del campus. Pero mi maestra me ha dado un permiso especial esta vez. Rodolfo, me vengaré
de ti!"
"Oh, ¿así que es una de esas herramientas de sabio?"
Por supuesto, había oído rumores sobre las armas, pero era la primera vez que veía una en
persona.
"¡Suena bien! ¡Esto será divertido!"
"¡Cállate!" Zimo liberó el arma anillada una vez más, enviando una onda expansiva que se
desplazó salvajemente a través del escenario.
"¡Vaya! ¡Este tipo es impresionante! ¡Esos feroces ataques no están cortando el viento, sino
que están excavando en el aire mismo! Rodolfo se ha puesto a la defensiva, y no parece que
pueda hacer nada al respecto! ¿¡Tal vez el gran Basadone no es todo lo que los rumores dicen
que es!? Pero de nuevo, ¿no es bastante cobarde por parte de Zimo el depender únicamente
de las armas de distancia?”
"Bueno, sería un suicidio para él probar suerte en el combate cuerpo a cuerpo. Creo que
casi cualquiera querría confiar en los ataques a distancia con este oponente. Sea como fuere,
sin embargo, ese poder destructivo está más allá de lo que esperaba..."
En efecto. Como dijo el comentarista, cualquiera que supiera lo más mínimo sobre Rodolfo
sabría lo suficiente para no estar dentro de su rango de ataque. Por eso sus oponentes siempre
intentaban atacarlo desde la distancia, aunque tenía que admitir que este tipo Zimo lo hacía
mejor que la mayoría. Como mínimo, era un refrescante cambio de ritmo con respecto a los
habituales ataques desde edificios lejanos o a los innumerables proyectiles que le lanzaba una
multitud de asaltantes.
Y sin embargo...
"Si todo lo que tienes es velocidad, se te hará más difícil ganar ahora que conozco tu truco.
¿No me digas que esto es todo?"
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Ya había visto a través de su oponente el uso de este Hunnongquan. Las trayectorias de
las armas lanzadas eran, después de todo, particularmente fáciles de leer, y aunque sus
usuarios podían generalmente variar sus patrones de ataque en una u otra medida,
simplemente no se podían comparar con la libertad de movimiento, la velocidad o el poder
absoluto de un Rect Lux.
"En ese caso, ¿qué tal esto...?" Zimo se estiró por detrás con los dos brazos, esta vez
lanzando dos armas simultáneamente, haciendo un total de tres.
Rodolfo no tuvo dificultad en esquivar el ataque que venía de la izquierda y la derecha, pero
entonces, las dos armas comenzaron a orbitar a su alrededor en una amplia elipse de varios
metros de diámetro. Estaba efectivamente enjaulado, y no tenía ni idea de cómo lo había hecho
el hombre.
La hoja que quedaba voló de vuelta a la mano de Zimo, pero él simplemente usó su impulso
para lanzarla una vez más en dirección a Rodolfo.
"¡Oh-ho, esto no es bueno...!"
"¡No puedes correr ahora!" Zimo gritó victorioso.
De hecho, con los otros dos discos voladores todavía enjaulados, simplemente no tenía
suficiente espacio para maniobrar.
"...Bueno, supongo que no tengo elección, entonces", refunfuñó, enfocando su prana para
soportar la onda expansiva que se aproximaba y tratando de agarrar el proyectil que se
aproximaba en la palma de su mano.
Naturalmente, el impulso se sintió como si le enviara volando hacia atrás, pero controló la
rotación de su cuerpo de la misma manera que Zimo y lo lanzó de nuevo directamente a los
otros dos discos que se arremolinaban a su alrededor.
"¡Yargh!"
"¿¡Qué!?"
El resultado cuando las armas chocaron entre sí fue exactamente como él esperaba.
"¡ha, ha! Estas sabias herramientas tuyas son más frágiles de lo que pensaba!" Se burló
cuando miró los fragmentos rotos del Hunnongquan.
“¡—! Imposible... ¿Cómo has...?" Zimo, completamente estupefacto, no pudo ni siquiera

terminar su frase.
"¿Eh? Si tú puedes hacerlo, ¿qué te hizo pensar que yo no podía? Ya me has mostrado
todo lo que hay que hacer."
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"No me lo digas, ¿te has dado cuenta de cómo hacerlo a través de la observación
solamente...?"
"Olvídate de eso", continuó Rodolfo, ignorando la pregunta de su enemigo. "Supongo que

ya no tienes más de esas sabias herramientas tiradas por aquí, ¿verdad? Bueno, ¡fue divertido!
¡Estaré esperando el próximo!" Rodolfo mostró sus dientes una vez más con una amplia
sonrisa mientras abría sus manos.
“¡…!” Zimo, rechinando los dientes por frustración, metió la mano en su cinturón, sacando
un Lux con forma de pistola.
"...¿Qué se supone que es eso?"
Los hombros de Rodolfo se desplomaron de decepción al ver lo que sin duda era el respaldo
de Lux de su enemigo.
"Ah... Así que estás acabado, ¿eh?"
"¡Silencio, demonio!" Zimo lloró, disparando primero una bala de luz, luego otra.
Rodolfo, sin embargo, las apartó todas sin ayuda, antes de pulsar un interruptor mental.
Su objetivo en la vida era disfrutar de las cosas tanto como fuera posible. Para vivir la vida
al máximo, no quería nada más que aumentar la cantidad de diversión que tenía durante todos
y cada uno de los días. No importaba si eso significaba saciarse con comida deliciosa, estar
en el abrazo de una buena mujer, o entregarse a la emoción del juego o de la batalla, lo
importante era tener la capacidad de cambiar el punto de vista sin importar la situación para
poder divertirse al máximo.
Incluso había sido capaz de disfrutar de su derrota contra Orphelia Landlufen, que una vez
había luchado contra ella en un combate de clasificación oficial. Después de todo, ella había
sido la primera persona que había conocido que era claramente más fuerte que él mismo, y
así por primera vez en su vida, había descubierto una meta que podía esforzarse por superar.
Por lo que, ahora que había quedado claro que no se emocionaría más por su situación
actual, lo único que le quedaba por hacer era agitar las cosas y divertirse de otra manera.
"Bueno, entonces, mi turno", dijo, quitando el cuerpo de activación de su Rect Lux del
soporte de su cintura.
"¿¡Qu-qué es esto!? ¡Es enorme! ¡Demasiado grande! ¿¡Rodolfo está llevando un Rect Lux
con tres terminales enteros!? ¿¡Y todos son de peso ultra pesado!?"
"Hmm, se supone que los Rect Luxes son más difíciles de manejar cuanto más grandes
son..."
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El Rect Lux favorito de Rodolfo estaba especialmente diseñado, con una hoja brillante de
más de un metro de longitud.
En la percepción general, el Rect Luxes era prácticamente sinónimo de la Nova Spina

perteneciente a Glühen Rose de la Academia de Seidoukan. Controlando seis terminales
simultáneamente, sin embargo, requería un extraordinario nivel de percepción espacial, y
Rodolfo no era tan vanidoso como para admitir que esta habilidad estaba más allá de él.
Cuando se trataba de terminales de gran tamaño como la suya, sin embargo, lo que se
requería no era la percepción espacial sino un fino control sobre el prana de uno. Ahí era donde
estaban sus propias habilidades, y por lo tanto tenía este nuevo Rect Lux con tres terminales
superpotentes hechas a medida para él. La unidad principal estaba guardada en el brazalete
que llevaba en la muñeca para que no interfiriera con sus habilidades Dante si quería usarlas
simultáneamente. Después de todo, prefirió usar sus propias habilidades en lugar de confiar
en las armas.
"¡Eh, vamos a divertirnos!" gritó, balanceando su brazo y enviando las tres terminales
remotas hacia Zimo a la vez.
"¡Tch!"
Como él esperaba de uno de los luchadores de Jie Long, los movimientos de su oponente
eran de primera clase. Como un acróbata, continuó saltando fuera del camino de las armas
que volaban hacia él desde todas las direcciones posibles, disparando ráfaga tras ráfaga con
su pistola en forma de Lux en cada terminal mientras se acercaba, aunque, por supuesto, su
propia arma era poco más que un disparador de guisantes contra el Rect Lux de Rodolfo.
"Haah... Haah... ¡Urgh!"
No pasó mucho tiempo antes de que uno de esos terminales remotos cayera sobre su
oponente, que ahora respiraba con dificultad, cortando en dos su Lux en forma de arma de
mano.
"¡Ha-ha-ha-ha-ha! ¡Estás desarmado! ¿Qué vas a hacer ahora, Sr. Artista Marcial?" Rodolfo
se rió, llamando a sus tres terminales remotas.
Durante una fracción de segundo, Zimo lo miró fijamente con miedo en sus ojos, pero
rápidamente fortaleció su resolución, adoptando una vez más su postura de lucha. "¡Aunque
haya agotado todas las demás opciones, todavía tengo mis puños!"
"¡Eh, veamos lo que tienes, entonces!"
"¡Voy a por ti!" Zimo gritó, levantándose del suelo y volando hacia él, poniendo la fuerza de
todo su cuerpo en su puño mientras se estrellaba contra el abdomen de Rodolfo.
Sin embargo-
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"...¿Y ahora qué? ¿Acabas de hacer algo?"
"¿¡Ngh-!?" Una mirada de horror se extendió por el rostro de su oponente.
Si un artista marcial entrenado en Jie Long enfocara su prana en su ataque, ni siquiera

Rodolfo habría sido capaz de salir sin sufrir un daño grave.
Eso era un hecho simple.
"¡A-arghhhhhhhhhh!"
Zimo soltó un grito de guerra que le partió la oreja, azotando con una tempestad salvaje de
puñetazos y patadas feroces, pero ni una sola de ellas fue capaz de herir a Rodolfo de ninguna
manera.
Eso fue porque su habilidad, como Dante, le permitía un control total sobre el flujo de todo
el prana dentro de un rango fijo - incluso el que pertenecía a otra persona.
Los artistas marciales de Jie Long se destacaban por concentrar su prana en sus puños o
piernas para aumentar su poder ofensivo, pero Rodolfo, por su parte, sólo podía disipar ese
prana, haciendo que sus ataques no fueran más fuertes que cualquier otro puñetazo o patada.
Por supuesto, comparados con los ataques de una persona promedio, seguían siendo
impresionantes, pero cuando usaba su propio prana para aumentar su defensa, tenían poco
efecto sobre él en absoluto.
"¡Ugh... A-argh...!"
No pasó mucho tiempo antes de que Zimo, exhausto, cayera de rodillas con un suave golpe.
"¿Oh? Parece que ya has tenido suficiente. ¿Quieres terminarlo, entonces?" Rodolfo se
burló con una sonrisa.
Zimo simplemente lo miró fijamente, con sus ojos llenos de una abyecta desesperación.
Atormentando a los débiles, pisoteándolos, sí, estaba de buen humor.
"Ha sido más divertido de lo que esperaba", dijo, detonando una explosión que engulló todo
el cuerpo de Zimo.
En sentido estricto, había tomado el control del prana de su enemigo y lo había incitado a
explotar. Dado que la disposición natural del prana funcionaba para proteger la vida, incluso si
la persona en cuestión había caído inconsciente, este tipo de fenómeno no debería haber sido
posible. Rodolfo, sin embargo, tenía el poder de hacerlo.
Por eso la gente le temía.
Por eso se murmuraban entre ellos que ninguna Genestella podía esperar derrotarlo.
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"¡Fin de la batalla! Ganador: Rodolfo Zoppo!"
◇◇◇
"Hmm, así que Zimo perdió. Bueno, esperaba eso." Xinglou, con un aspecto imposiblemente
pequeño en su silla demasiado grande, descansando su barbilla en sus manos mientras veía
el combate a través de una ventana aérea en la sala de observación especial del Séptimo
Instituto Jie Long en el Domo Procyon, dejó escapar un suspiro tranquilo.
"Esto es muy decepcionante. Especialmente después de que nos permitió usar una
herramienta tan valiosa... Es inexcusable. Como jefe de la secta Wood, por favor acepte mis
más profundas disculpas, maestra." Hufeng, a su lado, no podía hacer nada más que inclinar
la cabeza avergonzado.
Después de todo, Zimo pertenecía a la secta Wood y era un estudiante suyo particularmente
prometedor. Hufeng también tuvo que asumir cierto grado de responsabilidad por este
resultado.
"No te preocupes. Dejando a un lado los hechos de la primera o segunda generación, mis
sengu son poco más que insignificantes bagatelas."
Hufeng dio un suspiro de alivio al ver lo desinteresada que parecía estar Xinglou con todo
esto. Aquel que sin duda iba a ser el más preocupado por haber perdido el sengu era el propio
Zimo. Por lo que Hufeng había oído, sólo había perdido el conocimiento, y su vida no corría
ningún tipo de peligro grave, pero no había duda de que tendría que ser hospitalizado por algún
tiempo. Lo menos que Hufeng podía hacer para aligerar la carga era decirle que Xinglou no
parecía echarle en cara la derrota.
"Más importante aún, este Rodolfo Zoppo es formidable", dijo Xinglou. "Sus habilidades
como Dante son bastante impresionantes, pero además, su destreza física, su sentido de la
batalla y sus técnicas de combate están por encima de los demás. Sólo se ve ese tipo de
prodigio una vez en un siglo."
"¿Oh? Él debe ser el verdadero si estás dispuesto a decir eso." Cecily, que esperaba al otro
lado de Xinglou, la miraba con gran sorpresa.
Hufeng, por su parte, no quería tener que admitirlo, pero parecía innegable a estas alturas
que la fuerza de Rodolfo era realmente abrumadora. Dudaba de que incluso él tuviera muchas
posibilidades de victoria si luchaba contra este hombre. En cualquier caso, los artistas
marciales de Jie Long eran probablemente los más inadecuados para enfrentarse a él.
"...¿Sería el hermano mayor capaz de derrotarlo?" preguntó con recelo.
En esto, Xinglou cruzó sus brazos, cayendo profundamente en el pensamiento. "Hmm, es

difícil de decir. Si la habilidad fuera lo único que importa, la victoria sería de Xiaohui. Pero dudo
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que sus técnicas sean suficientes para resistir las habilidades de este Rodolfo Zoppo. Sin
embargo, lo más importante es que no puedo decir cuán fuerte es ese hombre".
"Oh..."
"Volverá a tiempo, ¿verdad? El hermano mayor, quiero decir", preguntó Cecily con una
sonrisa forzada.
Xiaohui les había informado a todos que volvería a Asterisk antes del comienzo del
Lindvolus, pero aún no había regresado de sus viajes para mejorar sus habilidades.
Su combate era mañana. A este ritmo, terminaría perdiendo por abandono.
"Al menos podría haberse llevado un teléfono con él..."
Pero, por supuesto, fue la propia Xiaohui la que se negó a poseer cualquier cosa que
pudieran usar para contactar con él, argumentando que tales dispositivos sólo interferirían con
su entrenamiento.
"Bueno, si no lo logra, eso será todo. Además... Si el oponente es este Rodolfo Zoppo, sería
más apropiado."
Un poco sorprendido por las palabras de Xinglou, Hufeng miró hacia el escenario, sólo para
ver a una mujer de cabello negro que llevaba un chal estampado sobre su uniforme de Jie
Long.
"¡Ah, está fuera! ¡Muéstrales, Fuyuka!" Cecily, habiéndose dado cuenta de ella también,
levantó su voz de apoyo.
"¡Ahora, entonces! Nuestro próximo combate de inicio del Bloque Y es entre el número tres
de Jie Long, la Bruja de Dharani, la concursante Fuyuka Umenokouji, y el número treinta y dos
de Allekant, Aegaeon, la concursante Sanjeev Jain!"
"No hay duda de que los lugares más altos de la clasificación de Jie Long están envueltos
en misterio. Por cierto, su número uno nunca ha entrado en la Festa y es probablemente
demasiado joven para hacerlo de todos modos."
"Pero el número dos de Jie Long, el concursante Xiaohui Wu lo hizo bastante bien en los
Gryps y está entrando de nuevo este año, también! Parece que el misterio de Jie Long
finalmente está siendo retirado! Estoy esperando con ansias!"
En el Domo Procyon, las alegres observaciones y análisis fueron hechos por Nana Andersen
de ABC y Chitose Sakon, una antigua estudiante de Allekant. Normalmente, los comentarios
eran proporcionados por antiguos concursantes que habían hecho un buen trabajo en la Festa,
pero Chitose, por alguna razón, era una excepción a esa regla.
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"Su oponente, el concursante Jain de Allekant, pertenece a la clase práctica de Ferrovius.
Me pregunto si será capaz de usar ese nuevo y mejorado dispositivo Centimani suyo para
escenificar la sorpresa."
"Ugh..."
"Vaya..."
Así que tenía un Dispositivo Centimani.
Tan pronto como escucharon esas palabras, tanto el rostro de Hufeng como el de Cecily se
nubló.
"Oh-ho! ¡Ya veo, ya veo! ¡Eso debe traer recuerdos!" Xinglou dijo en broma.
"...Todavía éramos jóvenes, en ese entonces."
"Ganaríamos, si lo enfrentáramos de nuevo hoy."
Para Hufeng y Cecily, por otro lado, ese era un tema delicado.
Antes de estar bajo el ala de Xinglou, sus oponentes como compañeros de etiqueta en el
combate del campeonato del Phoenix habían sido estudiantes de Allekant armados con
Dispositivos Centimani. Hufeng aún no había olvidado la humillación de luchar en vano sólo
para terminar en segundo lugar.
Me pregunto cómo le irá a Fuyuka contra esa cosa...
A decir verdad, Hufeng todavía no había visto ninguna de las técnicas milenarias de Fuyuka
por sí mismo.
Técnicas que le habían permitido asestar un golpe a la propia Xinglou.
Sólo podía inclinarse hacia adelante en anticipación mientras esperaba ser testigo de su
verdadero poder.
◇◇◇
"¿Puedo decir algo antes de empezar, señorita?" llamó el joven de piel oscura a su
oponente. Se llamaba Sanjeev; tenía un comportamiento fresco y gafas sin marco.
Fuyuka levantó una mano a su mejilla, con la cabeza ligeramente inclinada hacia un lado,
antes de aclararse la garganta y responder lentamente: "¿Pasa algo?"
"Nosotros en Ferrovius estamos seguros de que nuestro más reciente Dispositivo Centimani
es nuestra mayor obra maestra hasta ahora. Podemos ser denunciados como cobardes por
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emplearlo, pero estamos preparados para enfrentar ese resultado. Entendemos si terminas
resentida con nosotros."
"Bueno, bueno, gracias por su amable consideración", Fuyuka respondió con una dulce
sonrisa, sin parecer ni un poco preocupada.
Sanjeev aclaró su garganta antes de continuar. "Ejem... Bueno, lo entiendo si todavía no me

crees. Puede que no tenga muchos datos sobre ti, pero estando aquí ahora, creo que puedo
deducir una estimación aproximada de tus habilidades. En un combate normal de uno contra
uno, sospecho que sería imposible para mí ganar contra ti".
Se detuvo allí, activando el dispositivo.
Y con eso, ocho apéndices metálicos emergieron de la unidad de respaldo sujeta a su

espalda. La mitad de ellos estaban equipados con Luxes de largo alcance, mientras que los
cuatro restantes estaban armados con una espada, una lanza y otras dos formas de Luxes de
corto alcance.
"Nuestros anteriores dispositivos Centimani no permitían más de dos miembros auxiliares

adicionales y eran poco más que herramientas de apoyo. Con este nuevo diseño, sin embargo,
hemos logrado evitar las limitaciones anteriores aumentando directamente el número de
usuarios a través de la cirugía neural. Esta unidad funciona ahora como una extensión natural
de mi cuerpo".
El Dispositivo Centimani tenía varias ventajas sobre los proyectos de otros investigadores
de Allekant, entre las que destaca que no interfería con las capacidades latentes de su usuario.
Las marionetas de Ernesta y Camilla, por ejemplo, compitieron de forma autónoma en el torneo
como luchadores suplentes, mientras que los trajes de combate potenciados de última
generación de Narcisse no habían logrado un amplio uso entre Genestella precisamente por
sus considerables limitaciones.
Sin embargo, con la ayuda de este nuevo Dispositivo Centimani, fue posible lograr una
ventaja numérica manteniendo el uso de las habilidades individuales. Con las unidades que
proporcionaban ocho brazos adicionales, en conjunto su usuario se quedaba con diez
extremidades operativas capaces de llevar armamento, y así el Dispositivo Centimani permitía
efectivamente a un combatiente operar como si fuera un equipo completo de cinco. No hace
falta decir que esto le daba a su usuario una ventaja increíble.
Además, sin posibilidad de variación en las acciones o respuestas de esos apéndices, el

equipo que formaban era casi perfecto.
"Oh, estoy temblando en mis botas. Si tan sólo pudiera huir de ese aterrador artilugio". La
sonrisa amistosa de Fuyuka no vaciló ni un segundo.
"...Muy bien", respondió Sanjeev, las comisuras de sus labios temblando mientras hablaba.
"Veamos cuánto tiempo puedes mantener ese sentido de compostura, señorita."
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"Bloque Y de Lindvolus, Ronda 1, combate 1-comienza!"
◇◇◇
Con la señal dada para comenzar el combate, Sanjeev apuntó cada uno de sus brazos de
armas hacia su oponente. Dada su flexibilidad y la falta de articulaciones notables, era quizás
más apropiado, pensó, pensar en ellos como tentáculos.
"Hmm, ciertamente no sería justo que me atacaras desde cualquier dirección. ¿Quizás
también llame a un amigo?" Fuyuka dijo, sacando un abanico plegable de su bolsillo del pecho.
A primera vista, parecía como cualquier otro, pero cuando Sanjeev miró de cerca, pudo ver
que había patrones complejos y lo que parecían encantamientos cubriendo toda su superficie.
No... ¡Espera! ¡Es un encantamiento! No lo encantó, ¡todo es un hechizo!
Era el tipo de herramienta de apoyo que el daoshi de Jie Long era aficionado a usar. Sanjeev
no tenía idea de qué tipo de encantamiento era, pero dudaba que quisiera averiguarlo. Tendría
que resolver esto antes de que se activara.
"¡Fuego!" gritó cuando cinco de sus brazos Lux comenzaron a liberarse con una lluvia de
balas brillantes.
Sin embargo-
Esa tormenta de proyectiles simplemente pasó justo por delante de Fuyuka, su cuerpo se
balanceaba en el aire como las llamas.
"¿¡Una ilusión!? ¿¡Pero cuándo pudo haber...!?"
No perdió tiempo en explorar su entorno, sólo para encontrar a su oponente parado

tranquilamente en su punto ciego, sosteniendo su abanico extendido en medio de lo que
parecía casi una especie de baile.
"Jí jí rú limage lìng, chì!"
Su voz resonó con gracia en el escenario y con ella, un gran círculo mágico lleno de humo
blanco se abrió en el suelo.
El momento siguiente...
"¿Qué...?"
Al ver los extraordinarios monstruos que emergían de esa nube de humo, Sanjeev cayó de
rodillas, y sus fuerzas lo abandonaron. Se parecían, en algunos sentidos, a gigantescos
cuervos, aunque poseían un solo ojo, estaban vestidos con exoesqueletos acorazados y tenían
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enormes fauces alineadas con hileras de colmillos terriblemente afilados... Y siguieron
viniendo, uno tras otro, hasta que debió haber por lo menos un centenar.
"¿¡Qu-qu-qué!?"
"...¿No son adorables, mis pequeños shikigami?" Fuyuka se rió mientras sus creaciones
conjuradas continuaban emergiendo de la nube.
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Al mirarlos, quedó claro que cada uno de esos monstruos se movía por su propia voluntad.
Fuyuka no se limitaba a manipularlos.
"¡Cobarde! ¡Esto va contra las reglas! ¡Este tipo de cosas no pueden ser permitidas!" gritó.
Los monstruos continuaron acercándose, sin embargo, rápidamente se abalanzaron hacia

los brazos del Dispositivo Centimani. Estaba claramente superado en número y en poder, y
antes de que se diera cuenta, las criaturas habían hecho pedazos todos y cada uno de los
brazos del dispositivo.
"¡No te acerques más! ¡Quédese atrás!"
Todavía en el suelo, Sanjeev se retiró frenéticamente sobre sus manos y rodillas, hasta que
se encontró en un rincón del escenario.
"El concursante Jain acaba de acusar al concursante Umenokouji de violar las reglas... pero
me pregunto... Chitose, ¿qué piensas?"
"No ha habido muchos invocadores en la historia de Asterisk. El más reconocible es

probablemente Gustave Malraux, más famoso por su participación en el Incidente del
Crepúsculo de Jade. Sin embargo, como las criaturas son invocadas por las propias
habilidades del usuario, no hay una verdadera violación de las reglas aquí, incluso si son
capaces de moverse por sí mismos".
"¡Ya me lo imaginaba! ¡Lo siento, concursante Jain!"
"¡Eso no puede ser...!" Sanjeev murmuró conmocionado.
Fuyuka, todavía con su dulce sonrisa enfermiza, comenzó a agitar su mano. "Vamos,
vamos, Sr. Allekant-pandemonium espera", susurró, su voz sonaba como pequeñas
campanas.
◇◇◇
Hufeng tragó fuerte mientras veía a los monstruos de Fuyuka casi devorar a Sanjeev. "Así
que así es como son las habilidades secretas de Umenokouji..."
Era ciertamente una técnica asombrosa, pero aunque requería la asistencia de un amuleto
para que surtiera efecto, claramente no era el trabajo de ningún humano normal.
Esa era la única forma que se le ocurrió para describirlo.
"No es más que un despliegue intimidatorio", dijo Xinglou a su lado, con su voz severa. "El
linaje Umenokouji ciertamente se especializa en invocar y hacer uso del shikigami, pero esas
cosas que ella ha creado ahora no significan mucho."
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"No me di cuenta..."
"Si ella intentara el mismo truco contra Ayato Amagiri, él los dispersaría a todos con ese Ser
Veresta suyo en una fracción de segundo. Espero que no pensaras que fui víctima de un truco
tan básico."
"¡N-no en absoluto! Yo nunca...!" Hufeng agitó la cabeza en negación.
Cuando se les mira individualmente, esas criaturas invocadas, los shikigami, no parecen
especialmente poderosas. Aún así, Hufeng dudaba sinceramente de que incluso varios cientos
de ataques simultáneos fueran una amenaza para Xinglou.
"Bueno, hablando como alguien que ha estudiado seisenjutsu durante tanto tiempo como
yo, me parecen bastante impresionantes", añadió Cecily. "Pero me imagino que todavía tiene
un as bajo la manga."
"¿Un as, dices?" Xinglou respondió, sonriendo. "¡Heh-heh-heh! Ese sería el último shikigami
de Umenokouji, transmitido por más de mil años: el Meidouki."
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Capítulo VI – Los Preliminares III
Incluso entre los Orga Luxes de la Academia Seidoukan, la Hoja de Serpiente Ororomunt
era conocida por ser especialmente peligrosa de manejar y se la conocía comúnmente como
la Espada Maldita. La brillante hoja en forma de colmillo del arma, que se expande y contrae
constantemente como un fuelle, poseía un veneno que podía hacer delirar a sus víctimas con
el más mínimo rasguño. Pero más que eso, su cualidad más peligrosa era inequívocamente el
costo de su uso.
Al activarlo, su usuario se veía atacado por una euforia irresistible parecida a la de una
droga, hasta tal punto que sus anteriores poseedores se habían vuelto tan dependientes de él
que habían empezado a utilizarlo incluso fuera de la batalla. Sin embargo, mientras estaba
activada, devoraba poco a poco el prana de su usuario, hasta que finalmente lo devoraba por
completo y lo reducía a un estado completamente debilitado.
Además, aunque sus antiguos usuarios podían recuperarse si se mantenían alejados del
arma durante el tiempo suficiente, la mayoría de ellos, incapaces de resistir la atracción de su
dependencia de ella, la buscaban una vez más, atacando a su nuevo usuario y
arrebatándosela para ellos mismos, esta situación no se veía favorecida por el hecho de que
el Orga Lux podía alcanzar un alto grado de compatibilidad con casi cualquier persona, por lo
que casi nunca se quedaba sin un usuario. A menudo se decía que la primera maldición que
caía sobre cada nuevo usuario de la Hoja de la Serpiente Ororomunt era la necesidad de
derrotar a su anterior poseedor.
Su usuario actual, el tercer clasificado de la Academia Seidoukan, Feardorcha O'Neill, el

Rey Serpiente Anillado, Cuélebre, se había aferrado a esa Espada Maldita durante casi cuatro
años y aún no había sido derrotado por ella.
"Keh... Hablando de depresión," dijo Feardorcha en voz baja mientras se cepillaba su larga
cabellera color castaño. Estaba demacrado, y sus ojos brillaban con intensidad.
El costo de la hoja de serpiente Ororomunt se presentó de dos formas: una abrumadora

sensación de exaltación o una profunda y tranquila sensación de arrebato, pero no había forma
de saber cuál sería en una ocasión determinada hasta que el arma fuera activada.
"...Ah, hoy es otro día maravilloso, Ororomunt." Feardorcha suspiró, sus ojos se estrecharon
cuando el sonido seco y chirriante que emanaba de su brillante hoja lo envolvió.
Por supuesto, la afinidad de uno con un Orga Lux no podía ser medida sólo por su grado de
compatibilidad. Al igual que con la relación que Claudia Enfield de la Academia Seidoukan
tenía con el Pan-Dora, o el antiguo Pendragon de Gallardworth, Ernest Fairclough, con el Lei-
Glems, los usuarios especialmente competentes de cualquier Orga Lux tenían sus propios
trucos para hacer frente a sus gastos concomitantes. Feardorcha no fue la excepción en ese
frente.
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Y eso era porque sabía: La Hoja de la Serpiente Ororomunt estaba simplemente sola.
Simplemente buscaba desarrollar un vínculo con su usuario y aferrarse a ese vínculo a
cualquier precio.
Por eso podía sumergirse en esa sensación de euforia sin ahogarse. Y regulaba su uso,
estableciendo límites diarios en cuanto al tiempo que se permitía tomar un baño con su calor.
Haciendo esto, podía permanecer cerca del Orga Lux tanto tiempo como fuera posible. Porque
Feardorcha O'Neill amaba al Ororomunt, tal como el Ororomunt lo amaba a él.
"¡Keh-heh-heh-heh! Oh querido, qué espléndido! Y aquí estaba yo pensando que tendría

que esperar un poco más antes de enfrentarme a un Orga Lux!" gritó la mujer que estaba
parada al otro lado del escenario, mirándolo con una sonrisa ominosa. Su oponente, vestida
con una bata de laboratorio blanca de Allekant, tenía las piernas largas y una constitución
delgada, sus ojos vueltos hacia arriba se asomaban a través de sus gafas gruesas, y llevaba
una especie de aparato que se parecía a un par de auriculares sobre su cabello hasta los
hombros.
Su nombre, si lo recordaba correctamente, era...
"Y aquí estamos, a punto de empezar. Zaharoula, ¿no es la concursante Rowlands parte de
la clase de investigación de Allekant? ¿Qué deberíamos esperar de ella en este combate
contra la Hoja de la Serpiente Ororomunt?"
"Entre los investigadores de ingeniería meteórica, Magnum Opus es algo así como un
prodigio. Pero tengo que admitir que no esperaba que ella misma entrara en el torneo de esta
manera..."
Bien. Rowlands. Hilda Jane Rowlands.
Feardorcha había hecho algunas investigaciones básicas sobre su oponente, y de hecho

parecía ser más una investigadora que una luchadora. Incluso era la cabeza de una facción
llamada Tenorio o algo por el estilo. No era algo inaudito para los miembros de las clases de
investigación de Allekant entrar en la Festa, el equipo Androcles en el último Gryps era un
ejemplo de ello, pero al menos, Hilda no parecía tener tal experiencia en combate en la vida
real.
Pero...
"...lo que sea."
-no tenía ningún interés real en ella.
O quizás más precisamente, Feardorcha no tenía ningún interés real en nada excepto en la
Ororomunt. Los únicos pensamientos reales que ocupaban su cabeza eran su necesidad de
ganar este torneo y usar su deseo de reclamar la Ororomunt para sí misma.
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No importaba quien fuera su oponente, todo lo que se necesitaba era un golpe de la hoja
de la serpiente, y la batalla estaba ganada. Después de todo, su Orga Lux, con su forma
siempre cambiante, era capaz de golpear desde cualquier ángulo a 360 grados y así podía
deslizarse a través de las defensas de incluso el más hábil de los enemigos.
"Ah, parece que el Dispositivo de Instalación de Habilidades aún no ha sido configurado

correctamente. Supongo que tendré que usar su nivel de potencia más bajo", Hilda pareció
murmurar para sí misma mientras se golpeaba la cabeza con el dispositivo parecido a un
auricular, sin que su comportamiento revelara ningún indicio de nerviosismo.
"Bloque 1 de Lindvolus, Ronda 1, combate 3-comienza!"
◇◇◇
Como en tantas otras ocasiones, la victoria sería para el que hiciera el primer movimiento.
Feardorcha balanceó su brazo hacia abajo, y el Ororomunt, siguiendo su voluntad, se

retorció como su tocayo, su cuerpo de brillantes fragmentos de luz se inclinó de un lado a otro
mientras se abalanzaba hacia Hilda. Su velocidad era tal que un luchador promedio
probablemente no habría sido capaz de ver el golpe que se aproximaba.
Sin embargo-
"¿Hmm...?"
La punta de la cuchilla se detuvo de repente sobre su cabeza, encaramada como si

estuviera esperando.
Feardorcha, sin embargo, no le había dado tal orden. La confusión emanaba de la hoja de
la serpiente que tenía en su mano. Pero no importaba cuantas veces intentara llamarla de
nuevo, no se movía. Algún tipo de poder invisible debe haberla mantenido en su lugar.
"¡Keh-heh-heh-heh! ¡Sí, sí! Tal como pensaba, este nivel de Orga Lux no es ninguna
molestia."
Hilda no se había movido en absoluto. Simplemente siguió de pie, con los brazos caídos
frente a ella, sus dientes puntiagudos asomando por esa extraña e inquietante sonrisa suya.
"¿Qué es esto? ¿Por qué el concursante O'Neill detendría su ataque...?"
"¿¡Qué tan estúpido eres!? ¡Mira de cerca! Tú también eres un Genestella, ¡deberías ser
capaz de ver lo que acaba de pasar!"
Sólo tomó un segundo más después del arrebato de Zaharoula para que Feardorcha se
diera cuenta por sí mismo.
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"Qué... qué...? Eso es..."
"¡Keh-heh-heh-heh!"
Una enorme cantidad de prana había comenzado a hincharse del cuerpo de Hilda, tanto
que era difícil de creer que fuera siquiera humana. De hecho, la única vez que Feardorcha
había visto tal poder antes fue en la forma de ese monstruo Orphelia Landlufen...
"¿¡Eh!? ¡Whoa! ¡De verdad que sí! Er, um, ¿qué está pasando aquí...?"
"Se ha convertido en una cantidad casi imposible de maná. En otras palabras, Hilda Jane
Rowlands es una Strega. No hay duda de eso."
"P-pero no tenemos ningún dato sobre eso..."
Feardorcha compartió la confusión de Mico.
Hilda simplemente no pudo haber sido una Strega. Si bien era de conocimiento común que
no todos los Strega y Dantes estaban inscriptos en los distintos registros nacionales, era una
cosa completamente distinta que alguien ocultara exitosamente ese hecho hasta su
participación en la Festa.
Y sin embargo, no había duda de que estaba logrando mantener a raya a la Ororomunt
usando una habilidad del Strega. Aún así, como principio general, las habilidades de Stregas
y Dantes no eran rival para el poder de una Orga Lux. Si, por ejemplo, alguien con la habilidad
de lanzar fuego se enfrentara a una Orga Lux con los mismos poderes, sin duda perdería. Esa
era una ley natural no escrita.
Por supuesto, dependiendo de las circunstancias, no sería imposible que tal individuo
repeliera o evadiera un ataque, pero aún así, no debería haber habido manera de que Hilda
pudiera haber logrado dominar los movimientos de la Hoja de la Serpiente de la manera en
que lo hacía ahora.
"¿Qué clase de habilidad es esa? ¿Viento? ¿Un campo magnético? No, espera un
segundo..." La voz de Zaharoula temblaba de incredulidad.
El público también debió darse cuenta de la inusual situación, ya que un inquietante

murmullo comenzó a propagarse por las tribunas.
"Bueno, entonces... continuemos." Hilda, ignorando la aturdida incredulidad de todos los

que miraban, comenzó a levantar los brazos.
De repente, Feardorcha fue enviado volando hacia atrás por una tremenda explosión de
fuerza.
"¿¡Guh!?"
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Mientras caía al suelo, vio a Hilda levantando los brazos una vez más.
¡Esto es malo...!
Saltó sobre sus pies, y en ese momento, una red de fisuras se desgarró a través del suelo
casi exactamente donde se habría detenido, alguna fuerza invisible que aparentemente estaba
cayendo sobre él.
Supongo que esto significa que puede ser esquivado, así que esa habilidad probablemente
no afecta directamente a su objetivo...
Mientras se secaba el sudor frío que se acumulaba en su frente, Feardorcha se puso a

analizar la habilidad de su oponente.
"¡Impresionante! ¡Puedo ver como llegaste al tercer lugar! Sí, una reacción muy fina... ¿O
tal vez mi respuesta fue un poco tardía? Sí, probablemente sea eso. ¡Keh-heh-heh-heh!
Supongo que todavía no estoy acostumbrada a esto!"
Con Hilda aparentemente hablando consigo misma una vez más, Feardorcha aprovechó
esa momentánea apertura para correr de vuelta para recuperar el Ororomunt.
"¡Oops!"
Hilda volvió a bajar el brazo, pero un luchador de alto rango como Feardorcha no iba a
dejarse caer por el mismo truco una vez más. Hábilmente se hizo a un lado, esquivando ese
algo invisible, antes de torcer sus labios con una sonrisa. "No subestimes a Ororomunt y a
mí..."
"¿Oh?"
"¡Estalla!" Feardorcha ordenó que su arma, aún congelada en el aire, se extendiera para
tomarla.
En ese instante, los innumerables fragmentos de luz que componían su hoja explotaron
repentinamente, dispersándose hacia Hilda con gran velocidad.
"¿Eh?"
Era como una mina terrestre que explotaba en el aire, enviando una onda expansiva de luz
que volaba en dirección a Hilda. No debería haber habido forma de evitarlo.
Al principio, parecía haber usado su habilidad para defenderse, pero al examinarla más de
cerca, su cuerpo estaba cubierto de pequeñas heridas.
Para el Ororomunt, eso era suficiente.
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"Oh... ¡Oh, Dios mío...! Esto no servirá de nada. Ya veo, ya veo. Así que este es el veneno
del Ororomunt..." Cayó de pie con un quejido, levantando una mano a su frente.
El veneno de Ororomunt tenía un efecto inmediato. Provocó mareos y fatiga sin demora,
haciendo casi imposible que uno pueda enfocar su prana en un intento de combatirlo. Para
Stregas y Dantes en particular, significaba una derrota segura.
Hasta ahora todavía congelada en el aire, la Ororomunt cayó al suelo con un ruido sordo,
liberada de la habilidad de Hilda. Ya se habían empezado a formar nuevas escamas en su
hoja.
"¡Oh, qué espléndido! Incluso puedes controlar esa Orga Lux tuya a distancia! Su grado de
compatibilidad, no, su vínculo con ella, ¡es más que impresionante! ¡Oh, oh, todo está girando
en círculos! ¡Qué experiencia! ¡Keh-heh-heh-heh!" El sudor se acumuló en su frente, y Hilda
se puso a reír con dolor.
A juzgar por su reacción, claramente tenía más que unos pocos tornillos sueltos.
"Lo que sea. Una vez que rompa ese escudo escolar tuyo, se acabará", respondió
Feardorcha sin preocuparse mientras iba a recuperar su arma, cuando-
"Ah, eso no servirá. No, en absoluto. Todavía tenemos que hacer otro experimento".
“¡—!”
En ese momento, se detuvo en seco, chocando contra lo que parecía una pared invisible.
"¿Qué de...?"
Para asombro de Feardorcha, Hilda, sentada con las piernas cruzadas en el suelo, le mostró
sus afilados y puntiagudos dientes.
"¡Neh-heh-heh-heh! Tendrás que perdonarme-es difícil ponerse de pie ahora. Parece que
tampoco puedo enfocar mi prana... Así que esto es sólo una estimación aproximada."
El joven palpó a lo largo del borde de la pared invisible, con la esperanza de encontrar una
abertura, pero por difícil de creer que fuera, parecía atravesar todo el escenario.
"Ahora bien, sé bueno y observa. Sí, esto debería mantenerte entretenido. Están a punto de
ser testigos de un momento histórico. -¡Keh-heh-heh-heh!"
"...¿A qué estás jugando?"
Mientras Feardorcha la miró fijamente desde el otro lado del escenario, Hilda, que aún le
sonreía como un demonio, levantó su mano derecha en el aire, y la dejó caer.
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En ese momento, el Ororomunt emitió un violento grito, antes de hundirse en el suelo ante
sus ojos, su núcleo de urm-manadita emitiendo un penetrante lamento de angustia que
atravesó el escenario.
"¿Qué...? ¡Detente!" Feardorcha gritó alarmado.
Hilda, sin embargo, no le hizo caso. "Ahora, entonces. Es hora del evento principal."
A continuación, hizo un puño con su mano derecha como para canalizar su poder y con un
horrible chasquido, fila tras fila de fisuras comenzó a correr por la brillante longitud del
Ororomunt.
"¡No!"
Las grietas continuaron bajando por la hoja del arma, engullendo una escala brillante tras
otra, acelerándose a medida que se acercaban a su base.
"¡Detente! ¡Deténgase!"
Feardorcha golpeó repetidamente contra la pared invisible bloqueándole con sus puños,
pero no cedió ni un centímetro.
"Detente!"
Un brillo de alegría brilló en los ojos de Hilda. "¡Keh-heh-heh-heh! Ahora, a envolver las
cosas!"
Tan pronto como terminó de hablar, la ola de destrucción alcanzó el montículo de

Ororomunt, destrozando incluso su núcleo de urm-manadita.
“¡…!”
Feardorcha, con sus ojos congelados por el shock, cayó silenciosamente de rodillas.
"Esto no puede estar sucediendo... Ororomunt..."
"¿¡Ha destruido el núcleo de urm-manadita!? ¿¡Cómo es eso posible!?"
"Se sabe que ocurre cuando dos Orga Luxes chocan entre sí, pero aún así... es sumamente
raro. Incluso cuando el Ser Veresta atacó directamente el Gravisheath en el último Phoenix, el
exterior puede haber sido destruido, pero el núcleo de urm-manadita quedó intacto. Pero por
otra parte, la urm-manadita es increíblemente duradera. Es inaudito que una Strega sea capaz
de destruirlo usando nada más que sus habilidades personales".
Las dos continuaron conversando, pero ni las análisis ni los comentarios pudieron llegar a
Feardorcha.
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"Ahhh... Arrgh... ¡Ahhg...!"
Las lágrimas corrían por su cara, su llanto se hacía más fuerte con cada sollozo.
"Sí, sí, como esperaba. Gracias por tu ayuda... er, ¿cómo dijiste que te llamabas? Ah, bueno.
¡Adiós!"
La voz de Hilda pareció llegar a Feardorcha desde detrás de una gruesa cortina, y con eso,
perdió el conocimiento.
◇◇◇
"Supongo que hay que felicitarte, ¿no?"
Hilda, bajando por el oscuro pasillo hacia su cuarto de preparación después de la entrevista
con el ganador, se detuvo al ver a las dos figuras que la esperaban. Una la conocía bien, la
otra nunca la había visto antes.
"¡Neh-heh-heh-heh! No, en absoluto, deberías guardar ese sentimiento para más tarde,
¡para después de que yo haya ganado el campeonato!"
La primera de las mujeres, la que conoció -Ernesta Kühne- le lanzó una amplia sonrisa.
"Estás tan rebosante de confianza como siempre." Se rió. "Te ves un poco temblorosa ahora,
sin embargo... ¿Supongo que eso no es nuevo para ti?"
"Analizé los datos de ese Orga Lux antes del combate, por supuesto, y preparé un antídoto
en consecuencia. Aunque, debo decir, fue más fuerte de lo que esperaba."
Se dio cuenta de que había sido un error intentar absorber ese ataque. Si el dispositivo que
se había preparado para llevar sobre su cabeza hubiera funcionado como estaba diseñado,
habría sido capaz de soportarlo sin ninguna consecuencia negativa, pero como estaba ahora,
estaba en mal estado. Había hecho algunos ajustes menores hace poco tiempo para estabilizar
su rendimiento, pero tendría que perfeccionarlo antes del próximo combate.
"¿Viniste aquí para observar mi debut en la arena? Tendrás que compartir tus impresiones
conmigo."
En esto, la sonrisa de Ernesta se desvaneció por completo. "Esa habilidad tuya... es la

fuerza misma, ¿no?"
"¡En efecto! ¡Sí, tu discernimiento es tan claro como siempre! Siempre he pensado que las
habilidades de Stregas y Dantes son más que un poco injustas, ya que usan poderes como el
fuego, el rayo y similares. Así que esto es probablemente una manifestación de mi sensibilidad
en ese sentido."
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La recién descubierta habilidad Strega de Hilda era simplemente eso: ser capaz de
manipular el poder en sí mismo. Se asemejaba a la telequinesis a un nivel amplio, pero esa
similitud era sólo superficial.
"...Así que eso te convierte en la segunda Strega artificial, después de Orphelia Landlufen.
Si las felicitaciones están en orden, supongo que eso es lo que debemos elogiar."
"¡Keh-heh-heh-heh! En ese caso, no hay necesidad de contenerse!"
Había sido capaz de reiniciar con éxito su Proyecto Hércules, con su objetivo de crear
Genestella artificiales, y ya había funcionado sin problemas para producir el Strega más fuerte
de la historia. Además, su segundo experimento, utilizándose a sí misma como sujeto de
prueba, había sido un completo éxito, aunque, en sentido estricto, siempre había sido una
Genestella, por lo que simplemente se había transformado en una Strega. Como tal, la
siguiente etapa requeriría usar una persona promedio como sujeto de prueba.
Por eso había entrado en el Lindvolus, para poder usar su deseo de quitarse los grilletes
que Ayato Amagiri le había puesto y recuperar su libertad.
"En ese caso, ¿por qué no mencionaste nada de eso durante tu entrevista?" Ernesta
preguntó.
De hecho, Hilda ni siquiera había tocado el Proyecto Hércules en su entrevista ganadora y

había desviado incluso las preguntas relacionadas con sus propios poderes.
"Todavía es demasiado pronto, por supuesto. Revelaré todo a su debido tiempo, una vez
que tenga pruebas de que la nueva fase del proyecto supera a la anterior."
"...¿Te refieres a una vez que hayas derrotado a Orphelia Landlufen?"
"En efecto. ¡Si voy a ganar este torneo, ese es un obstáculo que tendrá que ser eliminado!"
"¡Realmente estás rebosante de confianza!" Ernesta se rió.
"¡Keh-heh-heh-heh! Tal vez un poco."
Antes de reiniciar el Proyecto Hércules, Orphelia Landlufen había sido su único éxito, pero
al mismo tiempo, ese éxito había sido una irregularidad que no había podido reproducir.
Ahora, sin embargo, la situación había cambiado.
Ahora ella misma era el éxito definitivo, demostrando de una vez por todas que el proceso
era realmente reproducible.
"¡Hmph! ¡Lena es la que va a ganar!" exclamó la joven escondida a la sombra de Ernesta,

inflando sus mejillas.
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True Flames Project
The Asterisk War
"Querida mía... ¿Y quién podría ser?"
"Prototipo de títere autónomo LN-T, Lenaty. Va a ganar el Lindvolus como mi sustituto".
"¿Oh? ¡En efecto!"
Ernesta e Hilda se quedaron de pie frente a frente por un breve momento, cada una mirando
a la otra con una sonrisa inquebrantable.
Ernesta era la única persona cuyo talento Hilda estaba dispuesta a reconocer como igual al
suyo. Las clases de investigación de Allekant pueden haber servido como terreno de cultivo
para los incompetentes, pero Ernesta era diferente, Ernesta, estaba dispuesta a admitir, que
era una genio. De hecho, mientras que sus títeres autónomos Ardy y Rimcy que había usado
en el Phoenix eran todavía toscos, estaban innegablemente llenos de promesas. La tecnología
necesaria para controlar la urm-manadita usando inteligencia artificial parecía estar tomando
un enfoque diferente para entrar en el mismo dominio en el que ella misma estaba comenzando
a incursionar.
"Ella debe ser una gran modelo, si estás dispuesta a hablar así. Déjame echar un vistazo."
Hilda no pudo evitar estar intrigada por la más reciente creación de Ernesta. Sin embargo,
cuando intentó poner su mano debajo de la mejilla de Lenaty para levantar su cara, la pequeña
figura la abofeteó.
"¡Qué asco! ¡No toques a Lena!" Lenaty gruñó, casi como un animal amenazado.
"Oh Dios, parece que no le gusto del todo. Bueno, no puedo decir que yo haya gustado
alguna vez a los niños o a los animales... ...pero pensar que hasta los que son como una simple
muñeca se sienten así..."
"¡Lena no es una muñeca!"
Con eso, los ojos de Lenaty parecían cambiar de color, y un enorme Lux en forma de espada
se manifestó en su mano derecha. Era notablemente desproporcionada comparada con su
pequeño cuerpo, la empuñadura por sí sola parecía tener casi la mitad de la longitud de su
altura.
"Mamá, ¿puedo romperla?"
La hoja brillante, que fácilmente excedía los dos metros de longitud, era demasiado grande
incluso para caber dentro del estrecho pasillo, su punta sobresalía en la pared lejana.
"¿Oh? A juzgar por la estructura que rodea el núcleo, eso parece ser obra de Camilla Pareto.
Aunque, es un diseño muy atrevido para ella..."
"¡Yargh!"
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The Asterisk War
Antes de que Hilda terminara de hablar, Lenaty lanzó su gran cuchillo contra la pared.
Despreocupada, Hilda usó su poder para retenerla, o eso pensó.
"¿Oh?"
La amplia cuchillada, de hecho, se detuvo, pero entonces...
"¡Yarrrrrrrrgh!" Lenaty lloró, sacudiéndola.
Hilda saltó rápidamente hacia atrás pero apenas impidió que la punta de esa larga hoja la
rebanara limpiamente. El dobladillo de su bata de laboratorio cayó suavemente al suelo.
"¡Esto es una sorpresa! ¡Qué poder! O mejor dicho, ¡qué urm-manadita! Supongo que hay
múltiples núcleos instalados en ella."
"¿Me pregunto?" Ernesta respondió con una sonrisa demasiado amplia.
"Pero no es muy disciplinada, ¿verdad?"
"Eso duele, oírte decir eso... Pero supongo que no se puede evitar. Tengo que estar de
acuerdo con ella. Eres un poco asquerosa".
"¡Keh-heh-heh-heh! Qué cosa tan desagradable dices. Estoy acostumbrada, sin embargo,"
respondió Hilda, todavía mirando a Lenaty.
Le había estado molestando por un tiempo, había algo incongruente en el comportamiento

de la marioneta.
Ernesta rodeó su marioneta con sus brazos por detrás.
"¡Mamá! ¡Déjame ir!"
"Vamos, vamos, ten paciencia, Lenaty. Pronto tendrás una oportunidad. No quieres
desperdiciar tu energía aquí, ¿verdad?" Ernesta remarcó.
"¡No! ¡Quiero romperla!" Lenaty se quejó, haciendo berrinches.
Mientras la miraba fijamente, Hilda se encontró con una idea.
"¡Ha-ha...! No me digas, Ernesta..."
"¿Eh? ¿De qué estás hablando?"
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The Asterisk War
"Esta niña no está bajo tu control, ¿verdad?" Hilda preguntó.
En ese momento, Ernesta sonrió con una sonrisa genuina, completamente diferente de la
expresión que había mostrado hasta ahora. "Eh... Tienes buen ojo. Supongo que por eso te
llaman Magnum Opus."
"¿Oh? Es sólo instinto. Simplemente se me ocurrió que es el tipo de cosa que harías".
"En efecto. No creé a Lenaty para que siguiera mis órdenes. No, ella no está diseñada para
seguir las órdenes de nadie. La hice pensar por sí misma, decidir por sí misma, y crecer por sí
misma. Y, por supuesto, tampoco he creado ninguna función restrictiva". Ernesta se detuvo
allí, acariciando amorosamente a Lenaty en la cabeza, antes de continuar en voz baja: "Quiero
decir, ¿qué sentido tendría? Aunque tuviera la capacidad de actuar libremente, si tuviera que
acatar algún tipo de sistema de restricción, seguiría siendo una máquina. Pero mis marionetas
son más que eso".
"¡Keh-heh-heh-heh! Esto puede sonar extraño viniendo de mí... pero realmente estás loca,
Ernesta. Esa muñeca tuya podría matarte en cualquier momento. Podría entrar en las tribunas
y masacrar a todo el mundo. ¿Y no vas a asumir ninguna responsabilidad por eso?"
"¡Lena nunca haría eso!" respondió la marioneta, claramente ofendida.
Hilda, sin embargo, no le hizo caso. "¡Ah, pero qué... qué espléndido! Sí, muy impresionante,
muy impresionante! ¡Realmente eres como yo!"
Esa era la verdadera naturaleza de Ernesta Kühne.
Esa era la locura de Ernesta Kühne.
Había un mundo más allá de la era actual esperando que extendieran la mano y lo tocaran,
y parecía que Hilda no era la única que lo miraba.
"¡Heh-heh! No quiero que me metan en el mismo saco... Pero bueno, no puedo negarlo. De
todas formas..." Ernesta se detuvo allí, estrechando sus ojos. "¿Cómo evitaste exactamente el
ataque de Lenaty hace un momento?"
"¿Ah...?"
"Puede que seas una Genestella, pero nunca antes has intentado entrenar tu cuerpo,
¿tengo razón? Nadie que entre en el Lindvolus sin ningún tipo de entrenamiento debería ser
capaz de evitar los ataques de Lenaty."
Sí, Ernesta era realmente perspicaz.
Se golpeó los dedos contra la cabeza antes de continuar, con un tono de voz mortalmente
frío: "Esos auriculares gigantes tuyos son del Proyecto de Instalación de Habilidades, ¿no?"
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The Asterisk War
"¡Qué perspicaz eres! Sí, de hecho lo son. Yo estaba, después de todo, ayudando en ese
proyecto durante el tiempo que estuve fuera de mi verdadero trabajo. Así que hice que uno de
mis estudiantes pusiera en uso parte de la tecnología nacida de él."
"En otras palabras, lo robaste."
"Qué cosa tan vergonzosa dices. Yo fui quien hizo que ese proyecto tuviera algo de utilidad
práctica. Es sólo una compensación por mis esfuerzos".
El Proyecto de Instalación de Habilidades fue diseñado originalmente para copiar datos y

técnicas de combate del Maestro Espadachín de segunda generación Gilbert Premelin,
anteriormente de la clase práctica de la Academia Allekant, a otros combatientes. En teoría,
debería haber sido posible producir en masa luchadores con el repertorio de técnicas de
Premelin, pero los sujetos fueron incapaces de procesar todo adecuadamente y terminaron
siendo muy volátiles psicológicamente. Eventualmente, alcanzó un estado en el que uno de
esos sujetos asesinó a un transeúnte inocente.
"Aunque, debo decir, dudo que ese frágil cuerpo tuyo esté a la altura de las habilidades de
nuestro maestro espadachín."
"Somos bastante parecidos en ese aspecto, ¿no? Algo me dice que tú tampoco has perdido
el tiempo trabajando en tu cuerpo. ¿No?"
"Hmm, a diferencia de ti, tengo un poco de carne en los huesos."
"...y precisamente qué se supone que significa eso?"
Pero incluso Hilda podía ver que estaban perdiendo de vista su tema principal.
"Bueno, de todos modos, la reestructuración física es nuestra especialidad en el Tenorio.

Sucede que me he sometido a una cierta cantidad de temple, y por desagradable y apresurado
que haya sido, este cuerpo mío puede replicar los movimientos de Premelin sin causar ningún
daño indebido".
"¿Oh? ¿Un cuerpo remodelado basado en los procesos de Tenorio? Eso debe ser increíble".
"En efecto. Soy una verdadera Übermensch. ¡Keh-heh-heh-heh!"
Con las abrumadoras habilidades Strega que había recibido del Proyecto Hércules, y con la
habilidad de lucha de Premelin del Proyecto de Instalación de Habilidades, era realmente
insuperable.
"...El talento a posteriori supera los dones a priori. Ese es tu lema en el Tenorio, ¿no?"
"Oh, tienes una buena memoria. Precisamente."
El mundo estaba desequilibrado e injusto.

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The Asterisk War
Ya fuera una Genestella, un Strega o un Dante, si uno estaba dotado de fuerza física,
agilidad o belleza, desde el mismo momento en que nació, siempre se estaba comparando a
las personas con otras, y de ese proceso de medición, unos pocos individuos selectos
verdaderamente destacados llegarían a la cima, y la gran mayoría se quedaría fuera. Y sin
embargo, era este último grupo, una mayoría, sobre el que giraban las ruedas de la sociedad.
Era un estado verdaderamente deplorable de las cosas.
Si esa impotente y poco iluminada mayoría podía ser levantada, entonces había esperanza
de que este vulgar mundo suyo pudiera ser iluminado de alguna manera.
Ese era el principio rector de Tenorio.
"Bueno, no tengo ningún deseo de hablar de tu dogma", dijo Ernesta. "Sin embargo... seré
yo, y Lenaty, quien gane este torneo. Te lo prometo."
"¡Keh-heh-heh-heh! ¡En ese caso, vamos a resolver esto en el escenario...! Ah, si tan solo."
"...si tan sólo..."
"No, no tengo ganas de golpear a esa niña tuya ahora mismo."
Tanto ella como Lenaty sin duda saldrían adelante en los preliminares -Hilda no tenía
ninguna duda al respecto-.
Sin embargo...
"Ha-ha, ¿es esa tu legendaria intuición la que habla?"
"En efecto, algo así", respondió Hilda con claridad.
A Ernesta le temblaban los hombros por diversión. "Realmente eres un dolor con el que
tratar. Supongo que siempre lo he sabido".
"¡Keh-heh-heh-heh! Estoy segura de que nuestro buen amigo Shuuma preferiría que no
acabáramos peleando entre nosotras... ...pero supongo que tendremos que esperar y ver,
¿no? Hagamos lo mejor que podamos, las dos".
"Sí. Para la Academia."
"En efecto. Para Allekant".
Y con esas fingidas palabras de aliento, las dos se separaron.
Ninguna de ellas sabía aún que sería la última vez que se encontrarían cara a cara en el
Domo Sirius.
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The Asterisk War
◇◇◇
Mientras tanto, el primer combate de la tercera ronda del Bloque N estaba en marcha.
"Haah... Haah..."
"Impresionante, Priscilla. Vi cómo luchaste en el Phoenix... y para ser honesta, nunca pensé
que serías capaz de ser tan fuerte", dijo Sylvia mientras reconfiguraba su Lux favorito, el
Fólkvangr en forma de bayoneta, en modo de disparo.
"¡Gracias...! ¡Tú también eres increíble, Sylvia...! ¡Ni siquiera has tocado una de tus
canciones todavía...!"
De pie en el centro del escenario, Priscilla se sostenía con su bastón, su aliento era débil y
desigual. Aún así, su espíritu de lucha vivía en sus ojos.
Y eso fue a pesar de estar continuamente bajo fuego desde el comienzo del combate.
"Lo siento. No estoy tratando de tomarte a la ligera ni nada, y definitivamente no estoy

tratando de ser fácil contigo... pero preferiría no mostrar mi mano todavía."
En las batallas de equipos, no era necesariamente desastroso revelar la carta de triunfo

antes, ya que la mayoría de las batallas dependen de la habilidad del jugador para coordinar
con su compañero o equipo. En el Lindvolus, sin embargo, esa lógica no se aplicaba. Si
terminabas atascado con un mal oponente, no había forma de recuperar lo que ya habías
revelado. Ni siquiera Sylvia, con sus inusuales y poderosas habilidades, era una excepción a
esa regla.
"¡No hay necesidad de disculparse! ¡Sólo lamento mi propia falta de habilidad...!"
Priscilla se detuvo allí, recuperando el aliento y preparándose con el bastón.
Priscilla Urzaiz era la ex compañera de equipo y hermana menor de Irene Urzaiz, la famosa
Lamilexia de Le Wolfe, y encima de eso, una clase extremadamente rara de regeneración.
Dicho esto, en el Phoenix, ella sólo había estado allí para apoyar a Irene, dando su sangre
hasta el punto de agotarla para alimentar a la Orga Lux de Irene, la Gravisheath.
Habían pasado dos años y medio desde entonces. Ciertamente era tiempo suficiente para
que alguien cambiara, pero demasiado corto para que se volviera tan fuerte como ella.
O al menos, debería haberlo sido.
"¡Estoy yendo, Priscilla!"
"¡Si!"
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The Asterisk War
Sylvia se acercó a su oponente, disparando un continuo bombardeo como cobertura. Sus
disparos fueron dirigidos directamente a los puntos vitales de su enemigo y a la cresta de la
escuela, pero Priscilla desvió todos y cada uno de ellos con la ayuda de su bastón. Mientras
tanto, Sylvia, habiendo dado vueltas alrededor de su lado derecho, soltó otra andanada a
quemarropa, pero Priscilla usó su bastón como soporte para saltar por encima de su cabeza,
aterrizando a salvo en el suelo detrás de ella y dando un golpe puntiagudo propio. Sylvia no
perdió tiempo antes de cambiar el Fólkvangr al modo de cuchillada y pasar al modo de
contragolpe.
Ella... ya tiene una defensa de primera clase...
A pesar de que los ataques de Priscilla no habían logrado dar un golpe significativo, era
difícil de creer que ella pudiera haber desarrollado tales técnicas defensivas sin haber hecho
ya un esfuerzo considerable, e incluso entonces, era todavía increíble dada la cantidad de
tiempo que había tenido para desarrollarse a sí misma. Además de eso, sin un maestro
magistral...
"Ya veo. ¿Así que estudiaste en el Liangshan?" Sylvia susurró mientras hacía caer al
Fólkvangr sobre ella.
"¡Ngh!" Priscilla recibió el golpe con su propia arma, pero su expresión parecía sorprendida.
Por lo que parece, Sylvia había acertado.
"... ¿Sabes algo al respecto?"
"Bueno, soy la presidenta del consejo estudiantil". Sylvia sonrió, su cara se acercó a la de
Priscilla mientras guardaban sus armas.
"¡Erg!" Priscilla se alejó, saltando hacia atrás para poner algo de distancia entre ambas.
"Yo... yo sólo pude ir allí por mi hermana. No tengo mucho que mostrar en cuanto a resultados".
"¿Resultados?"
"La Srta. Xinglou clasifica a todos los estudiantes de Liangshan según su propio sistema.
Pero dado que sólo estoy clasificado como teibu, debo haberme quedado corta. Estrictamente
hablando, sólo conocemos nuestras propias posiciones en el ranking. No he conocido a
ninguno de los otros, y ni siquiera sé cómo son. Excepto a mi hermana, por supuesto."
"Oh... Qué interesante. ¿Pero estás seguro de que está bien contarme todo esto? ¿No se
supone que es un secreto?"
"Según Xinglou, somos libres de revelar lo que queramos ahora que el torneo está en
marcha. No es que sepa más que eso, sin embargo," dijo Priscilla, preparando su bastón una
vez más.
Parecía que quería seguir adelante.

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The Asterisk War
Sylvia debería haber esperado lo mismo. Si Priscilla hubiera sido entrenada por Xinglou, no
se hubiera permitido rendirse sólo porque su oponente fuera más fuerte.
En ese caso... supongo que no tengo mucha opción más que vencerla.
Dejó escapar un profundo suspiro, abriendo bien los ojos.
"¡Corre, corre! Derribemos nuestros muros; ¡superémonos! ¡Corre, corre!"
Mientras su poderosa voz resonaba en el escenario, el nivel de entusiasmo de la multitud

se disparó repentinamente. No importaba si era un combate o un concierto en vivo, Sylvia
nunca se cansaba de este momento.
"¡Tu canción...!" La expresión de Priscilla se hizo repentinamente más severa.
Las canciones de Silvia eran capaces de producir casi cualquier efecto, con la notable
excepción de que no podían curar las heridas.
Sin embargo, no eran todopoderosas, y había, por supuesto, limitaciones. Para empezar,
cada canción sólo tenía un efecto fijo. Segundo, tenía que componer todas esas canciones
diseñadas para manifestar habilidades específicas por sí misma, y eso incluía escribir la letra.
Además, sus habilidades eran extremadamente sensibles, incluso una palabra equivocada
o una nota fuera de lugar podía ser suficiente para cambiar los efectos producidos por
completo.
Además, cuanto más fuerte era el efecto producido, más prana consumía. Por ejemplo, si
ella tratara de replicar la fuerza del comandante del Stjarnagarm, Helga Lindwall, sin duda
quemaría sus reservas en poco tiempo.
Y finalmente, los efectos de sus canciones correspondían a su duración total. Esos efectos
no se disiparían si dejara de cantar a medias, pero su eficacia se vería muy disminuida.
"Si los pensamientos no pueden llegar a ti, si los deseos no son suficientes, entonces iré
más allá de mis límites, ¡seguiré adelante!"
Podía sentir el poder que brotaba de su interior.
Aún cantando, Sylvia saltó hacia adelante, golpeando a su oponente desde el frente.
"¡Guh...!"
Priscilla logró esquivarla por un pelo, pero Sylvia no perdió ni un segundo antes de seguir
con una feroz secuencia de golpes adicionales.
Esta fue la última versión de uno de sus números musicales estándar, actualizado y
mejorado para aumentar aún más su fuerza. Como estaba ahora, sospechaba que sería capaz
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True Flames Project
The Asterisk War
de estar cara a cara incluso con Ayato luchando sin las restricciones de los sellos que le habían
puesto.
Hizo girar el Fólkvangr por el aire, tejiendo una compleja cadena de golpes superiores,
medios e inferiores.
Sin embargo-
"¡Yo... yo no me rendiré...!"
De alguna manera, Priscilla se las arreglaba para soportar toda la intensidad de su ataque.
Balanceaba su bastón desesperadamente, a veces esquivando, a veces enfrentando los

golpes que se acercaban, a veces alejándolos, adaptándose frenéticamente al rápido ataque
de Sylvia.
No, en sentido estricto, no se las arreglaba para desviar cada uno de los golpes. Aquellos
que alcanzaban su objetivo dejaban heridas profundas y evidentes.
Esas heridas, sin embargo, desaparecieron casi instantáneamente.
Ya veo... Su defensa ya es impresionante, pero combinada con su capacidad de

regeneración, es realmente excepcional.
Sin relajar su ataque, Sylvia se hizo cargo de la situación. Por lo que pudo ver, Priscilla no
estaba simplemente fallando en desviar ciertos ataques, sino que se estaba enfocando
selectivamente en proteger sus signos vitales y su escudo escolar. En ese caso,
probablemente era justo decir que se las arreglaba para ver a través de sus movimientos. Pero
aún así, incluso regenerando sus heridas, tendría que haber tenido dolor.
Sylvia retrocedió por una fracción de segundo, antes de poner toda su fuerza en otra serie
de golpes, pero esta vez, Priscilla se las arregló para rechazar todos y cada uno de ellos,
impidiendo que hiciera un golpe directo.
"¡haah...! Haah...!"
"...estoy impresionada, Priscilla", dijo Sylvia mientras recuperaba el aliento y terminaba su

canción. "¿Tienes un deseo por el que estás luchando?"
Su oponente, sin embargo, sacudió la cabeza, mostrando una valiente sonrisa. "No, sólo
quiero mostrarle a mi hermana lo fuerte que me he vuelto... Sabía desde el principio que no
era rival para ti, Sylvia. ¡Pero si me rindiera, significaría que no he crecido en absoluto!"
"Ya veo... Eso me recuerda que dijiste que no puedes confiar en ella para que te proteja
para siempre. Y parece que eres tan buena como tu palabra... creo que eres increíble".
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True Flames Project
The Asterisk War
Priscilla la miró fijamente. "¿Eh...? ¿Cómo...? ¿Nos hemos conocido en algún lugar
antes...?"
"Ah, así que no me reconociste, después de todo. Fue en la feria escolar el año pasado, con
Ayato."
"A... ¡Ah!" Priscilla exclamó conmocionada, abriendo y cerrando la boca sin decir nada.
Sí, no era la primera vez que las dos se encontraban cara a cara. En la feria escolar del año
pasado, Sylvia había ido con Ayato a visitar las otras escuelas de Asterisk y se había detenido
a almorzar en un pequeño puesto que Priscilla había estado operando en Le Wolfe.
Por supuesto, estaba disfrazada en ese momento, y a juzgar por su reacción, Priscilla no
había visto a través de eso.
"¿Así que eras tú...? ¡Qué sorpresa!"
"Hee-hee, gracias de nuevo. Tu paella estaba deliciosa."
"Gracias... Ahora me has dado otra razón para no rendirme!" Priscilla declaró con una
sonrisa atrevida mientras bajaba su bastón una vez más.
"¿Oh? ¿Es una declaración de guerra, entonces?"
Incluso entonces, Priscilla parecía albergar algo más que gratitud hacia Ayato. Lo último que
Sylvia quería era hacer otra rival, pero también sabía que no tenía derecho a intentar disuadirla.
Priscilla, sin embargo, aún agarrando su arma, se puso nerviosa. "¡No es eso!", balbuceó
en negación. "Yo sólo... le estoy agradecida. Porque salvó a mi hermana y a mí también".
"...ya veo," respondió Sylvia.
"Dejémoslo así", añadió en voz baja.
"En ese caso, ¡mejor que estés preparada! ¡Voy a poner todo mi empeño!"
Dada la determinación de su oponente, no sería justo que no respondiera de la misma

manera.
"¡Por favor!" Priscilla respondió, levantando su bastón sobre su cabeza y doblando sus
rodillas.
Sylvia la reconoció inmediatamente por lo que era, una de las posturas defensivas de Jie
Long. Sus habilidades defensivas eran realmente impresionantes.
En ese caso, ella simplemente tendría que abrirse paso a través de ella.
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The Asterisk War
"¡Rarghhhhhhhhhh!" Sylvia gritó, lanzándose hacia delante y golpeando la cresta de la
escuela de su oponente.
"¡Aquí!" Priscilla, como si esperara este movimiento, paró con su bastón.
Luego, después de levantar su arma para empujar al Fólkvangr fuera de su camino, apretó
su agarre y se dirigió hacia el escudo de la escuela de Sylvia.
Era un contraataque de todo o nada, en el que ella había puesto toda su energía.
"¡De ninguna manera!"
Sylvia, habiendo anticipado esta posibilidad, ya había cambiado el Fólkvangr a su modo de

disparo. Saltó hacia atrás para evitar el contraataque de Priscilla, giró su Lux en una vuelta
completa y apretó el gatillo.
"¡Arghhhhh!"
La bala de luz que salió de su cañón hizo contacto directo con la cresta de su escuela de
doble hoja, el impacto fue lo suficientemente poderoso como para hacer que Priscilla cayera
de espaldas.
"¡Fin de la batalla! Ganador: Sylvia Lyyneheym!"
◇◇◇
"Phew..."
Si hubiera una oportunidad de romper la completa y total devoción de Priscilla por su

defensa, sería en medio de uno de sus contraataques. Todo dependía del momento adecuado,
pero afortunadamente para Silvia, había logrado dar el golpe perfecto.
"Ay..." Priscilla se puso de pie con una mueca, antes de fijarla con una tierna sonrisa. "Tú
ganas... Por favor, hazlo lo mejor que puedas en el torneo principal."
"Gracias, Priscilla. En realidad... hay algo que he querido preguntarte desde hace tiempo".
"¿Eh? ¿Qué quieres decir?"
"...¿crees que podrías enseñarme a hacer tu paella? ¿La de la feria escolar?"
Priscilla parecía desconcertada por un segundo ante esta petición, pero no pasó mucho
tiempo hasta que su expresión se convirtiera en una expresión de placer. "¡Sí, por supuesto!"
◇◇◇
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"¡Fin de la batalla! Ganador: Noelle Messmer!"
En la sala del consejo estudiantil de la Academia Saint Gallardworth, el presidente del

consejo, Elliot Forster, dio un suspiro de alivio. Al otro lado de la ventana aérea, la joven con
un flequillo tan largo que le cubría casi por completo los ojos apretó el puño con deleite.
"Santo cielo... Ha llegado hasta el torneo principal..."
Elliot, por supuesto, quería ir al lugar para apoyar a Noelle en persona, pero había mucho
trabajo que hacer. Se avergonzaba de sí mismo por no haber asistido a su combate por una
razón tan patética, pero no veía la forma de salir de su situación actual.
En cualquier caso, la victoria de Noelle estaba casi asegurada incluso sin su presencia.
Aunque su posición en la clasificación de la academia seguía siendo la misma, ahora era tan
fuerte que probablemente sería capaz de mantenerse en pie incluso contra los luchadores de
la escuela de primer y segundo rango. Tan avergonzado como se sentía, sabía también que
sin el Lei-Glems, ella estaría indudablemente más allá de su nivel de habilidad también.
Le dolía sólo pensar que todo esto era el resultado de la guía de Ban'yuu Tenra.
"Cielos... Ese es el verdadero problema aquí."
Dejó escapar un profundo suspiro antes de encoger la ventana aérea que mostraba la
transmisión en vivo del combate de Noelle y luego se giró hacia la que estaba a su lado.
Proyectado allí, el siguiente combate con otro de los luchadores de Gallardworth ya estaba
en marcha en el Domo Procyon.
"Y ahora tenemos a... Floberge, por lo que parece. Supongo que es una de las mejores
alternativas, aunque cuanto antes le ganen, mejor será para todos nosotros..."
Ese tipo de declaración no era particularmente apropiada para el presidente del consejo
estudiantil de la academia, pero Elliot tenía sus razones.
Eran un tema tabú en Gallardworth. Por lo que pudo ver, la alta dirección de la academia
les había obligado a entrar en el torneo contra su voluntad.
Tal vez sólo estaba ansioso por Noelle. Había tratado de disuadirla de entrar tanto como
pudo, pero no pudo anular su decisión.
Por mucho que le molestara admitirlo, si Ernest aún fuera presidente del consejo estudiantil,
la alta dirección no habría tenido la audacia de intentar algo tan peligroso. Era doloroso, que
le recordaran continuamente lo poco que pensaban en él.
"Es un dolor de cabeza tras otro..."
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Se inclinó hacia adelante sobre su escritorio, descansando su barbilla en sus manos
mientras fruncía el ceño al joven presentado en la ventana aérea.
Como mínimo, rezó para que el combate terminara sin incidentes.
◇◇◇
"...¿Qué demonios es esto? ¿Quieres estar aquí?"
La pequeña joven de cabello negro, la novena luchadora del Instituto Negro Le Wolfe, el
Dragón de Arena, Roswitha Dietze, alias Amphisbaena, se burló. En sus manos agarraba un
pequeño martillo en forma de Orga Lux, el tifón Ankh, capaz de manipular la arena.
Había algo increíblemente extraño en el hombre que estaba de pie frente a ella.
Tenía una figura alta y delgada, con rasgos faciales bien proporcionados, pero su boca
estaba escondida detrás de una máscara de cuero negro, y el cabello que se extendía hasta
su espalda era una mezcla de los colores del arco iris, o mejor dicho, una mezcla compleja de
todos los colores imaginables.
No había duda de que Le Wolfe tenía un número considerable de rarezas dentro de sus
filas, pero a Roswitha le costaba creer que Gallardworth, normalmente tan quisquilloso con el
orden y la regularidad, pudiera ser el hogar de un individuo tan idiosincrásico.
Y lo llaman el Caballero Negro... ¿A quién intentan engañar?
Dado que los estudiantes que participan en la Festa fueron listados de acuerdo al nombre
registrado en los registros de sus respectivas escuelas, había aquellos, especialmente de
Queenvale, que en efecto entraron bajo un alias. Pero eso significaba que el tipo que estaba
delante de ella normalmente se llamaba el Caballero Negro. Y para colmo, era de Gallardworth.
Todo parecía una especie de broma pesada.
Este Caballero Negro esgrimía un típico Lux en forma de espada, pero aunque el combate
ya había comenzado, no mostraba indicios de usarlo para lanzar un ataque. Todo lo que hizo
fue esquivar casualmente cada golpe que ella intentó lanzarle. Ni siquiera parecía que
estuviera interesado en luchar.
"¿Quiero estar aquí...? Hmm, me pregunto. Si tuviera que decir de una forma u otra,
entonces probablemente no", llegó la voz apagada del caballero mientras se encogía de
hombros.
"¿Qué demonios? ¿Me estás jodiendo? ¡Ve y retírate, entonces!"
Blandiendo el Ankh, miró hacia arriba y de repente, el suelo a sus pies estalló en una
explosión de arena, de la cual tres gigantescas figuras de lobos descendieron sobre su
oponente.
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The Asterisk War
"Me gustaría mucho, pero desafortunadamente, esta fue la decisión de la mayoría," continuó
mientras esquivaba cada arremetida de sus colmillos y garras. "Dicho esto, no me gusta este
tipo de salvajismo. Pero no siempre conseguimos lo que queremos en la vida."
Claramente estaba bromeando, pero ella no podía negar que tenía habilidad.
De hecho, había dado el golpe final a sus oponentes en la primera y segunda ronda
prácticamente al principio de cada combate. Lo único que le preocupaba a Roswitha era que
había usado diferentes armas y estilos de batalla en todos sus combates hasta ahora.
En el primer asalto, había empuñado varios Luxes de tipo pistola de forma llamativa y
demasiado dramática, mientras que en el segundo asalto, había usado un Lux convencional
de tipo espada y cortó a su oponente desde abajo. Era la primera vez que entraba en la Festa,
y no había registros de su participación en ningún combate de clasificación oficial, por lo que
no había ningún otro dato que Roswitha pudiera utilizar para continuar y, por supuesto, no
había grabaciones de vídeo. Pero si era tan fuerte como parecía, al menos debería haber
habido rumores, sin importar lo raro que fuera. Y sin embargo, nada.
"Um... Hey, Chitose. ¿Qué crees que el Caballero Negro está tratando de lograr en este
momento?"
"Me pregunto... Su estilo de batalla es completamente diferente comparado con sus dos
últimos combates... Me rindo. No tiene sentido para mí".
Por lo que parece, ni siquiera la locutora o la comentarista sabía qué hacer con él.
"Ah, en efecto. ¿Por qué no se retira, señorita? Eso nos ahorraría a los dos tener que ver
este inútil concurso", sugirió el caballero.
A juzgar por la sinceridad de su voz, estaba hablando en serio.
“¡!”
Fue entonces cuando Roswitha se quebró.
Siempre había tenido mal genio, siempre más rápido para pasar a la acción que a las
palabras. Tampoco era el tipo de persona que se siente obligada a ejercer autocontrol.
Así que vertió su prana en su arma, y un gigantesco brazo de arena de más de tres metros
de altura se levantó de la tierra.
"¡Muere!"
"Oh, Dios. Y pensé que era una buena idea..."
El enorme brazo de arena se zambulló hacia la cabeza del Caballero Negro en un intento
de aplastarlo mientras luchaba por evadir los ataques de sus lobos de arena.
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Aun así, su velocidad fue tal que logró esquivar cada uno de los ataques que se avecinaban.
"¿Oh...?"
El gran puño, después de chocar contra el suelo, estaba empezando a derrumbarse en una
montaña de arena, pero de ese enorme montículo emergieron innumerables criaturas
parecidas a serpientes que se enredaron alrededor de sus piernas.
El Caballero Negro fue incapaz de escapar de las serpientes que emergían a sus pies.
"¡heh!" Roswitha mostró a su oponente, atado ahora de pies y manos, una sonrisa triunfante.
"¡Eso está mejor!"
"Eso fue descuidado por mi parte... Bueno, entonces, supongo que estoy en un aprieto."
La incansable sensación de enigma de su oponente seguía irritándola, pero no tendría que

sufrirlo mucho más tiempo.
"Es hora de terminar esto. ¡Estén preparados!"
"Debo instarle a que no lo haga... aunque puede que ya sea demasiado tarde. Muy bien.
Sin embargo, ten en cuenta que ya no seré yo, y no se sabe cuán salvaje me volveré".
Roswitha no tenía ni idea de lo que su oponente intentaba decir al final de eso, ni le

importaba especialmente. Levantó el Ankh en posición, lista para dar el golpe final, cuando...
"¿Eh...?"
Un líquido negro, parecido al barro, surgió de la nada, envolviendo al Caballero Negro y

devorando en un abrir y cerrar de ojos a las serpientes de arena que lo ataban.
"Oye, ¿qué estás...?"
Vio como su oponente levantaba los brazos para proteger sus ojos de la arena furiosa, y
luego, aún envuelto en ese lodo negro, inclinaba la cabeza. Ante sus ojos, ese fluido se
endureció, cubriendo su cuerpo como una armadura. De la sección que cubría su cabeza,
brotaron dos cuernos retorcidos, haciendo que toda la combinación pareciera una especie de
mezcla impía de una armadura occidental y un demonio viviente y respirante.
Mirándolo ahora, Roswitha finalmente entendió por qué la gente lo llamaba el Caballero
Negro.
"¡Eh, así que eres un Dante! ¡Eso sólo prueba que no eres rival para mí, entonces!"
Dado que ella había sentido una repentina oleada de maná que emanaba de él, no podía
haber duda de que era un Dante. Lo único inusual era que ella había sentido varias fuentes de
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prana, todas superpuestas en el mismo momento. Nunca había sentido tal cosa antes, pero
no tuvo tiempo de detenerse y preguntarse sobre ello.
En ese momento, el Caballero Negro lanzó un profundo y terrible grito de guerra:
"¡Hraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!"
Se congeló en su lugar al sonido de ese aullido bestial, que a su vez estaba completamente
desprovisto de razón o sensibilidad.
"¿¡Qu-qué demonios!? ¡No me asustes así!"
El Caballero Negro, sin embargo, simplemente giró su cara hacia ella sin responder.
"¡Eep...!"
Los dos ojos que la miraban a través de ese casco negro estaban llenos de locura. Roswitha
lo supo inmediatamente, casi dolorosamente.
A lo que se enfrentaba ahora era completamente diferente de su oponente de hace un

momento. Frente a ella había algo desconocido, algo nauseabundamente peligroso.
"Ugh... ¡Ahora lo he hecho...!"
Pero aún así, el sentido innato de determinación de Roswitha tomó el control.
Con una oleada del Ankh, los tres lobos de arena que aún rodeaban al Caballero Negro se
abalanzaron sobre él de una sola vez. Puede que estuvieran compuestos de arena, pero sus
colmillos eran lo suficientemente fuertes como para atravesar el acero templado. Incluso si su
oponente estaba completamente blindado, todavía podía confiar en la victoria.
Sin embargo-
El Caballero Negro parecía prestar poca atención a sus secuaces cuando le rompieron el
cuello, el brazo izquierdo y la pierna derecha al mismo tiempo. Él simplemente blandió su
enorme espada y casualmente se los quitó uno por uno. La espada, similarmente cubierta por
una capa brillante de esa sustancia negra parecida al lodo, cortó sin esfuerzo a través de la
arena convocada, reduciéndolos a todos a montones de suciedad.
Y luego, lentamente, comenzó a acercarse a ella.
"¡E-eso es...!"
En pánico, Roswitha se apresuró a manipular la arena de sus pies para producir cientos de
lanzas puntiagudas.
"¡Adelante!"
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Con eso, todas esas lanzas volaron hacia el Caballero Negro, preparadas para atravesarlo,
cuando todas rebotaron débilmente en su armadura, colapsando de nuevo en partículas
sueltas.
"¿Qué... qué...? Eso es... ¿¡Qué demonios es eso!?"
Los Stregas y los Dantes capaces de producir medios de blindaje por sí mismos no eran
raros - tal vez el más famoso de ellos era Brightwen de Gallardworth, que había competido en
el Phoenix, mientras que el Strega que lo había derrotado, Glühen Rose de Seidoukan,
también había sido capaz de crear un escudo de llamas puras.
Sin embargo, los escudos y armaduras producidos por las habilidades de uno no tendían a
ser particularmente duraderos, y deberían haber sido absolutamente incapaces de desviar los
ataques de un Orga Lux.
Debería haber sido imposible.
Pero eso era lo que estaba haciendo.
"¿Qué demonios es eso? ¡Dímelo!"
Roswitha vertió hasta el último gramo de su prana en el Tifón Ankh, invocando espadas,
hachas e incluso una imponente figura de dragón, todo ello compuesto de arena, pero nada
de lo que hizo fue suficiente para detener el indomable acercamiento del Caballero Negro.
Todo lo que se necesitó fue un golpe de su espada para disipar cualquier cosa que ella le
arrojara.
Continuó acercándose, lenta y firmemente.
"¡Ngh...!"
Cuando por fin se dio cuenta de que no tenía otra opción que retirarse y le dio la espalda a
su oponente...
"¡Graaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaar!"
-con un terrible rugido, la espada del Caballero Negro parpadeó en el aire.
"¡Aaagh!" Gritó en agonía mientras la sangre salpicaba sus dos piernas. Se desplomó en el
suelo, su cara se retorció de dolor. Todo lo que pudo hacer fue girar la cabeza hacia su
atacante, sólo para ver que se alzaba sobre ella.
Con la luz oculta tras él, esa figura imponente con su gran espada levantada sobre su
cabeza se parecía nada menos que al mismísimo diablo.
"¡Yeek...!"
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Más que el dolor, fue su sentido del terror el que se impuso.
Sus pensamientos estaban por todas partes, pero sabía que tenía que escapar, de alguna
manera, a algún lugar... Incapaz de mantenerse en pie, se arrastró por el suelo con sus manos,
poseída por un solo pensamiento: que tenía que escapar, aunque fuera un poco, de esta
criatura demoníaca.
"¡Raaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!"
Pero con un aullido que sonaba con el sonido de la pura locura, el Caballero Negro le clavó
su espada en la espalda.
◇◇◇
"¿Cómo podría...?" Elliot, viendo el combate desde su oficina, se golpeó la mano contra su
escritorio en shock.
Tenía miedo de que algo así pudiera suceder.
Y aún así, a pesar de sus temores, no había podido hacer nada para detenerlo. Estaba
avergonzado por su completa y total falta de poder.
"Apuñalar a un oponente que ha perdido la voluntad de luchar por la espalda de esa

manera..."
Apretó la mandíbula con aprensión, incapaz de apartar la mirada de la imagen proyectada

en la ventana aérea. Sólo pudo respirar un suspiro de alivio cuando descubrió que el golpe no
había alcanzado sus órganos vitales. Sin duda, un equipo médico ya estaría en camino hacia
ella, y mientras la llevaran al hospital a tiempo, su vida no correría peligro. Los Genestella tenía
una fuerza vital comparativamente más fuerte que la mayoría de la gente promedio, y sus
cuerpos eran igualmente más duraderos.
Sin embargo, eso no significaba que la conducta del Caballero Negro pudiera ser excusada.
Lo que acababa de hacer era muy probablemente una violación de la Carta de Stella, y si había
algo de justicia, no podría escapar al castigo. Ni el propio Gallardworth podría escapar a la
censura. Además de eso, el mismo Elliot sería sin duda llamado para dar una explicación.
"¿Pero cómo explico esto...?"
¿Cómo se puede explicar que el Caballero Negro, un Dante con múltiples personalidades,
entrenado en secreto en Gallardworth?
Eran veinte en total, esas personalidades cambiando de lugar prácticamente todos los días.
Dado que era casi imposible reconocerlos a todos individualmente, parecía que se les había
dado colectivamente el apelativo de Caballero Negro por conveniencia. Elliot no tenía ni idea
de quién había pensado primero en el título, pero no podía evitar preguntarse qué habían
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pensado exactamente. Aunque, por lo que él sabía, esas personalidades parecían estar más
bien tomadas por él.
El Caballero Negro normalmente se mantenía aislado y nunca entraba en contacto con la

población estudiantil en general, incluido el consejo estudiantil. El cuerpo estudiantil general
probablemente no sabía de la existencia del caballero hasta que "ellos" habían sido inscritos
en el torneo. "Ellos" estaban bajo la supervisión directa de Sinodomio y la alta dirección de la
academia.
En cuanto a por qué la alta dirección toleraba a un estudiante tan pesado, sin duda la
dirección sólo estaba interesada en sus extraordinarias habilidades.
Todas esas veinte personalidades eran Dantes por derecho propio, y en situaciones críticas,
sus pensamientos se enredaban, al igual que sus respectivas habilidades. En tales momentos,
cuando esa habilidad combinada se ponía de manifiesto, se volvían completamente feroces, y
si se encontraban en el fragor de la batalla, no se daban por vencidos en su ataque hasta que
su enemigo quedaba completamente incapacitado.
Esa habilidad fue referida sólo como invencibilidad.
La armadura negra producida por la mezcla de esas numerosas habilidades tenía increíbles
propiedades defensivas y podía desviar incluso los ataques de Orga Luxes, como de hecho
había ocurrido poco antes.
Aunque Elliot no podía decir si esa armadura sería efectiva contra una de las Cuatro
Espadas Rúnicas de Color, estaba al menos a la par de esa barrera defensiva que había sido
empleada por la marioneta autónoma de Allekant, Ardy, durante el Phoenix.
"Argh... En cualquier caso, será mejor que vea cómo la dirección quiere manejar esto."
Pero, por supuesto, sería él mismo quien soportaría todo el peso de las críticas por este
incidente.
Tendría que dar algún tipo de explicación para minimizar la inevitable pena, pero no le
correspondía a él decidir cuánto revelar.
"El Lindvolus de este año está realmente fuera de control..."
Agarrando su palpitante cabeza con una mano, abrió una línea directa con la alta dirección.
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Capítulo VII – Acelerando
Un poco antes, durante el desarrollo de la primera ronda...
◇◇◇
Había varias ciudades situadas a orillas del Lago Cráter de Impacto Masivo del Norte de
Kanto en las que se encontraba Asterisk. Antes de la inversión, había habido varios municipios
suburbanos en la región, pero desde entonces, la mayoría de ellos se habían desarrollado
considerablemente como bases de distribución física para dar servicio a Asterisk. La mayoría
de ellas no eran más que ciudades de nombre y eran operadas 24 horas al día, 7 días a la
semana, casi exclusivamente por legiones de marionetas autónomas y vehículos no tripulados.
Kirin estaba visitando actualmente una de esas ciudades, generalmente conocida sólo como
Seven; estaba situada al oeste de Asterisk.
"...se parece mucho a la zona portuaria de Asterisk", murmuró para sí misma mientras se
escondía a la sombra de un enorme almacén.
Era de esperar; el área en la que se encontraba era prácticamente idéntica a los centros de
almacenamiento y distribución que se encontraban en los márgenes de Asterisk. Un poco más
al interior había un enorme centro de operaciones para almacenar mercancías traídas por
tierra, pero lo que a Kirin le interesaba ahora no era eso.
El cielo nocturno estaba nublado, cubriendo completamente la luna y las estrellas, y aunque
había faroles elevados instalados a lo largo de las carreteras a intervalos regulares, éstos eran
insuficientes para iluminar completamente la zona cercana. Sin duda, la zona había sido
diseñada desde el principio para ser operada por máquinas. Había lo que parecía ser un gran
equipo de iluminación de emergencia esparcido por aquí y por allá, pero por el momento, eran
meros adornos. Gracias a eso, era fácil moverse sin ser detectado. Sin embargo, para estar
seguros, había memorizado los puntos ciegos de los sistemas de seguridad con antelación.
"Ahora bien, lo siguiente que tenemos..."
Vestida con su pobre coartada de disfraz, un traje negro y su correspondiente gorra, Kirin
se abrió paso de sombra en sombra, mirando hacia el siguiente gran almacén. La luz tenue
era suficiente para que ella apenas pudiera ver, con esfuerzo, el contenido de la vasta cavidad.
No había señales de ninguna persona, ni tampoco de ninguna máquina.
"Tampoco ésta..."
Abrió una pequeña ventana en su dispositivo móvil para comprobar su mapa. Hasta ahora,
había investigado tres de los almacenes. Según la información de Claudia, la Alianza de la
Rama Dorada supuestamente estaba haciendo uso de todos ellos... y sin embargo, todos
habían estado completamente vacíos.
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"Será peligroso ir sola, pero siendo la situación como es, eres la única persona en la que
podemos confiar ahora mismo, Kirin", recordó que Claudia le había dicho disculpándose, con
la cabeza inclinada.
Con el Lindvolus en marcha, Ayato, Saya y Sylvia naturalmente no podían dejar el lugar del
torneo por mucho tiempo sin ser notados. Además, Hilda y Haruka tenían una montaña de
asuntos que tratar, y en cualquier caso, las ciudades de la orilla del lago estaban fuera de la
jurisdicción de Stjarnagarm. Apenas podían pedir a los oficiales de la guardia de la ciudad que
hicieran algo que era tan obviamente ilegal.
Lo que significaba que, al final, Kirin era la que tenía que hacerlo.
Habría mentido si hubiera dicho que no estaba ansiosa, pero su antiguo deseo de ayudar a
Ayato de cualquier manera se lo había ganado. Ella había aceptado la tarea sin la más mínima
duda.
"Según mis investigaciones, la Alianza de la Rama Dorada, o mejor dicho, Madiath Mesa en
persona, está usando una compañía ficticia llamada Nemorensis Holdings como tapadera.
Como es de esperar, no hay pruebas concretas, pero definitivamente hay algo sospechoso.
Queremos que investigues los almacenes de Seven propiedad de esta Nemorensis".
Claudia había dicho que Nemorensis había tomado el control de cuatro almacenes la
semana pasada, lo que significaba que sólo quedaba uno.
Kirin se dirigió a la entrada del último almacén. A diferencia de los tres anteriores, se podían
ver luces brillantes emanando del interior. Ella se asomó, tratando de desvanecerse en el
fondo, pero en contra de sus expectativas, este almacén también estaba vacío.
Excepto que no estaba completamente vacío. En el centro de ese enorme espacio había
una figura, de pie con los brazos cruzados.
"Llegas demasiado tarde. Todo ya ha sido enviado."
La voz desinteresada pertenecía a una joven, probablemente miembro de la Alianza. Pero

lo más importante era que la figura estaba hablando claramente con Kirin.
Ella había sido expuesta. Podría intentar escapar, pero había una alta probabilidad de que
esta mujer supiera algo que pudiera ser útil.
En ese caso...
"...Tienes sentidos agudos. Escondí mi presencia lo mejor que pude", respondió,

escudriñando sus alrededores mientras se mostraba en la entrada.
Como ella esperaba, los dos estaban solos.
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"Mis ojos pueden ver a través de todas las verdades. No puedes ocultarme nada. Piensa
que es similar a tu clarividencia, Kirin Toudou".
“¡—!” Ante esto, los ojos de Kirin se abrieron de par en par, sorprendidos. La mujer había
visto a través de ella.
Tal como ella había visto a su vez a través de ella.
"Percival Gardner... de Gallardworth, ¿no?"
Era la quinta luchadora de la Academia Saint Gallardworth, poseedora del Santo Grial, una
Orga Lux también conocida como la Cabra Amalteana y miembro del Equipo Lancelot de los
Gryps.
Kirin nunca le había hablado directamente, pero la había visto una vez en persona en la
ceremonia de apertura de los Gryps.
Incluso ahora, lamentaba profundamente el hecho de no haber podido participar en el

combate por sí misma debido a las lesiones que había sufrido en su combate de semifinales,
pero había visto el campeonato desde su cama en el hospital. No podía haber ningún error en
la persona a la que se enfrentaba.
Sin embargo, a diferencia de entonces, Percival no estaba vestida ahora con su uniforme
blanco de Gallardworth sino con lo que parecía ser un atuendo militar negro. Su afición por
llevar ropa de hombre era bien conocida, pero con su actual atuendo, se veía realmente
elegante.
"¿Qué... qué estás haciendo aquí...?"
"¿No es obvio? Estoy aquí para eliminar a cualquiera que intente interferir", respondió
Percival, activando dos Luxes tipo pistola.
Kirin no perdió tiempo antes de desenvainar el Hiinamaru y levantarlo delante de ella.
"Dicho esto, D es realmente impresionante. Si hubiéramos sido un poco más lentos, nos
tendrías agarrados por la cola ahora mismo. Predicciones perfectas e instrucciones precisas.
¿Qué más podrías querer en un maestro?" Percival murmuró.
Había algo extrañamente inorgánico en su apariencia. De hecho, toda su atmósfera era

completamente diferente a la que Kirin recordaba. Seguía siendo tan inexpresiva como
siempre, pero ahora la impresión que dejaba era completamente diferente, oscura y estancada
como un fango lleno de lodo.
"¿Eres parte de la Alianza de la Rama Dorada...?" Kirin preguntó mientras se acercaba con
cuidado.
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Percival, sin embargo, sacudió la cabeza. "No exactamente. No soy más que su arma. Mi
trabajo es sólo enterrar a sus enemigos".
"¿Sabes lo que están tratando de lograr?"
"No me importa".
Kirin no tenía ni idea de si simplemente estaba tratando de esquivar sus preguntas o si

sinceramente se sentía así, pero en cualquier caso, dudaba de que le respondiera con
sinceridad.
"Si trabajas para la Alianza... ¡no te dejaré escapar!"
"Me parece bien".
Kirin cambió su postura de lucha, levantando su espada por encima de la cabeza.
Percival, por otro lado, cerró los ojos, murmurando para sí misma como si estuviera rezando:
"Yo soy tu arma, no más. Tomaré los pecados de la destrucción de tus enemigos para mí".
Tan pronto como abrió los ojos, desató una lluvia de balas de luz de ambas pistolas.
Fue un ataque preciso, sin debilidades obvias, pero Kirin sabía que no tendría problemas
para esquivarlo. Con su sentido de la clarividencia, podía leer cada movimiento de Percival.
Empujó hacia adelante, cerrando la distancia entre ambos, hasta que estuvo lista para golpear
el torso de su oponente. No tenía intención de prolongar este intercambio, lo terminaría lo más
rápido posible.
"¡Rrgh!"
Percival disparó otra descarga de sus pistolas para desviar su ataque. La habilidad de
desviar su ataque con balas, por sí sola, puso su habilidad a la par de la de Saya, pero para
Kirin, eso no sería un problema. Ella ya había iniciado las Nuevas Grúas conjuntas.
Sin embargo-
"¡No tan rápido!"
"¿¡Eh...!?"
Con la pistola en su mano derecha, Percival mandó al Hiinamaru a retroceder. Luego,

aprovechando la apertura momentánea, presionó la pistola en su mano izquierda contra el
abdomen de Kirin.
"¡Ugh...!"
Las balas de luz atravesaron el aire sin piedad, perforando profundamente el suelo.
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Sólo gracias al hecho de que había previsto las acciones de su enemigo con su clarividencia,
Kirin pudo esquivar el bombardeo por un pelo. En un combate cuerpo a cuerpo, donde una
fracción de segundo puede significar la diferencia entre la victoria y la derrota, la vida y la
muerte, hasta la más mínima vacilación puede resultar fatal. En ese sentido, la capacidad de
Percival para atacar casi instantáneamente era una grave molestia.
Pero lo que más había sorprendido a Kirin era el hecho de que había sido capaz de atravesar
las Nuevas Grullas conjuntas tan fácilmente.
"¿Sorprendida? Como le dije hace un momento, mis ojos pueden ver la verdad entre todas
las falsedades. Eso significa que también puedo ver a través de cada golpe de tu arma", explicó
Percival con calma.
"...ya veo", respondió Kirin mientras caía de espaldas.
El propósito de las Grúas Conjuntas era controlar los movimientos más diminutos,
incluyendo la respiración, el tiempo y la visión, para crear una situación unilateral en la que se
impidiera al oponente contrarrestar. En otras palabras, eso significaba lanzarse a una
secuencia interminable de fintas. Si Percival podía ver a través de eso, entonces hasta las
nuevas Grúas Conjuntas eran aún imperfectas.
"En resumen, soy la oponente perfecta para enfrentarte. Por eso D me designó para llevar
a cabo esta tarea."
“…”
Por lo que parece, la Alianza de la Rama Dorada había anticipado su llegada aquí.
Kirin suspiró brevemente, bajando el Hiinamaru extendido a su lado. "Eso no importa",

respondió. "¡Mi espada es más que sólo las Grullas!"
Era cierto que la esencia del estilo Toudou era la combinación de movimientos. Sin
embargo, eso no era todo lo que su propia habilidad con la espada tenía para ofrecer. Todo lo
que necesitaba era un golpe, un empujón de su espada en el que había vertido todo su ser.
Eso era lo que el padre de Ayato, Masatsugu, le había enseñado.
No podía haber duda de que la técnica de Percival con sus armas era extraordinariamente
precisa, ni podía ponerse en duda la naturaleza desalentadora de su poder para ver a través
de sus movimientos. Kirin no tenía ni idea de cómo su oponente había cambiado tan
significativamente desde los Gryps, pero el cambio que ella tenía era evidente. Obviamente
era más fuerte ahora, más ágil, más formidable.
Pero aún así, Kirin no iba a dejarse perder.
Había sido tomada por sorpresa cuando Percival había atravesado por primera vez las
nuevas grullas conjuntas, pero incluso sin esa técnica, seguía teniendo ventaja en el combate
cuerpo a cuerpo.
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Para su sorpresa, Percival se apresuró a reconocer lo mismo: "En efecto. Si seguimos así,
sospecho que me derrotarás tarde o temprano. Mi especialidad es apoyar a los demás desde
atrás, después de todo".
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"En ese caso, ¿no te rendirás?"
Percival, sin embargo, con la expresión en blanco, sacudió la cabeza. "Por supuesto que
no. ¿No te lo dije? Me ordenaron que me enfrentara a ti, y me he preparado de antemano para
hacer precisamente eso."
Mientras hablaba, un estruendoso rugido estalló sobre sus cabezas.
"¿¡Qué...!?"
Kirin saltó hacia atrás cuando una enorme figura se estrelló desde el techo, la enorme figura
se clavó en el suelo y envió fragmentos de hormigón y polvo.
Pero ella había escaneado sus alrededores antes de entrar en el almacén. No debería haber
habido nadie más allí aparte de Percival y ella.
¿Otro miembro de la Alianza de la Rama Dorada...?
Se esforzó en sospechar y vio dos luces rojas brillando misteriosamente en medio del polvo.
En el momento en que hizo contacto visual, lo entendió.
No había forma de que pudiera haber sentido a esta criatura.
Después de todo, ni siquiera era humana.
"Eso... no es Ardy. Pero es el mismo diseño, ¿no?"
"Sí, es un nuevo y mejorado modelo de producción en masa."
Mientras Percival hablaba, la marioneta dio un paso adelante, revelando su cuerpo

completo. Era en efecto muy similar a la marioneta autónoma contra la que Kirin había luchado
tan ferozmente en su combate de semifinales durante el Phoenix, y aunque los diseños y
colores de algunas de sus partes parecían ser ligeramente diferentes, su figura general era
notablemente parecida. Lo mismo ocurría con el martillo gigante que tenía en sus manos.
Dicho esto, no se sentía como si estuviera mirando al mismo tipo de oponente abrumador
al que se había enfrentado durante el torneo. Ardy había sido ferozmente intimidante, pero
esta marioneta era claramente menos. Más bien, su profundo silencio le dio el efecto contrario.
Kirin supo inmediatamente por qué era eso.
"Esta marioneta no tiene sentido de sí misma, ¿verdad?"
"Por supuesto que no", respondió Percival sin rodeos. "Las armas no necesitan
personalidades. Nosotros lo llamamos un Valiant, la máxima marioneta de batalla autónoma".
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"Ya veo...", murmuró Kirin, cuando la marioneta, el Valiant, se acercó rápidamente a ella.
Ella esquivó hacia atrás para evitar el martillo que se acercaba. Se balanceó sobre su lado
derecho cuando una pared de luz repugnantemente familiar apareció de la nada, bloqueando
su camino.
"¿¡También tiene una barrera defensiva...!?"
"En efecto. Aunque, dado que no está impulsada por la urm-manadita, no es tan poderoso
como el original."
En ese caso, Kirin se dio cuenta de que tendría que cambiar de rumbo.
El martillo del Valiant se precipitó hacia ella por el costado. Fue un ataque preciso y sin
fallas, muy similar al de Percival. Procedió a lanzar una cadena de golpes consecutivos, un
poderoso golpe tras otro, todos sin interrupción.
"Tu clarividencia, Kirin Toudou, depende de que seas capaz de leer visualmente el flujo del
prana de tu oponente, lo que significa que es completamente ineficaz contra un enemigo que
no posee ningún tipo de prana".
En otras palabras, esta fue una estrategia altamente calculada diseñada específicamente
para ella.
"...Hmm."
Kirin, sin embargo, respondió con no más que un ligero fruncimiento del ceño mientras
contrarrestaba con el Hiinamaru.
El Valiant desplegó otra barrera defensiva para mantenerla a raya, pero con un rápido ajuste
de su puntería y un destello de luz plateada, se deslizó a través de ese escudo y envió el brazo
izquierdo de la marioneta cayendo sin esfuerzo al suelo.
En esto, Percival, mirando desde la línea de banda, comenzó a parecer un poco incómodo.
"¿Qué clase de monstruo es esa hoja tuya...? ¿Cómo te las arreglaste para deslizarte a través
de su escudo? ¿O cortar el acero sólido tan fácilmente?"
Kirin miró al Valiant mientras caía hacia atrás antes de sacudirse el espeso líquido parecido
al aceite que ahora goteaba del Hiinamaru con una elegante floritura.
"Desafortunadamente, esta marioneta no está a la altura de la original", respondió. "Está

claro que puede luchar, pero a diferencia de Ardy, no sabe cómo luchar. Puede ser capaz de
usar esa arma, puede tener velocidad y poder, pero nunca será una amenaza real. La
tecnología de lujo por sí sola no es suficiente. Si yo fuera tú, ordenaría a ese modelo modificado
que se retirara".
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"...Hmph. Informaré a D de tu evaluación", respondió Percival con un inesperado y franco
asentimiento. "Pero los otros no se retirarán."
"¿Los otros?"
"¿No te lo dije? Son producidos en masa".
Mientras Percival hablaba, otra figura, idéntica al último Valiant, saltó desde el enorme
agujero del techo.
Y no estaba sola. Varios más se unieron a ella, una verdadera cascada de formas humanas,
hasta que Kirin se enfrentó a cinco de las marionetas autónomas en total.
"Uno puede no ser suficiente, pero tal vez esto lo haga".
◇◇◇
Las gruesas y plomizas nubes que ocultaban la luna y las estrellas comenzaron a dejar salir
una fría lluvia de invierno.
"¡Hyaaaaaaaaaa!"
Kirin atacó con un golpe bajo, pero al hacerlo, varias barreras defensivas se activaron
simultáneamente, repeliendo su espada. Mientras tanto, una Valiant, habiendo dado vueltas
alrededor de ella, comenzó a bajar su martillo desde arriba. Rodó hacia un lado, enviando una
salpicadura de agua, sólo para encontrar otra que la esperaba. Movió su espada hacia un lado
para golpear su martillo, pero al desplegar más barreras defensivas, no pudo seguir adelante.
Si los enfrentaba uno por uno, confiaba en que no serían capaces de afrontar demasiados
desafíos, pero al enfrentar a los cinco a la vez, y además, dada su experta coordinación,
estaban demostrando ser una gran molestia. Pero aún así, con el tiempo suficiente, debería
haber sido capaz de cambiar la situación a su favor.
Eso habría sido cierto, por supuesto, si no fuera por Percival.
"Un halo de misericordia y expiación te doy".
Cada vez que esa voz desapasionada pronunciaba esas palabras, eran seguidas por un
torrente de luz dorada.
Kirin se lanzó al aire, usando las barreras defensivas desplegadas por los Valiants como
puntos de apoyo para escapar del diluvio. Sin embargo, con el lago a sus espaldas, no había
una clara vía de retirada.
Cualquiera que fuera derribado por el diluvio de esa Orga Lux, la Cabra Amalfitana de
Percival, se encontraría inconsciente al instante. No había forma de defenderse de ella.
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Además de eso, los Valiants, que para empezar carecían de conciencia, eran
completamente inmunes a sus efectos. Aprovechando este hecho, ellos, junto con Percival, la
tenían acorralada. Su sincronización fue magníficamente precisa, al igual que su exactitud.
Percival, mientras tanto, estaba proporcionando apoyo logístico mientras los títeres trabajaban
juntos para acorralarla. De hecho, la habilidad de Percival para luchar en la retaguardia era
aún más desconcertante de lo que había dejado ver.
Obligada a ponerse a la defensiva, Kirin había sido expulsada del almacén bajo una lluvia
torrencial. Aún no había sido superada por las habilidades conjuntas de sus seis oponentes,
pero a este ritmo, era sólo cuestión de tiempo que lo fuera.
Voy a tener que usar el Fudaraku... Pero no, si hago eso...
Ella dirigió su atención a la otra arma en su cintura, su Orga Lux, pero rápidamente se retiró.
La habilidad única del Fudaraku residía en su poder de acumular energía a lo largo del
tiempo, cuanto más tiempo se almacenara esa energía, más afilada y poderosa se volvería.
Sin embargo, si se acumulaba demasiada, se volvía incontrolable (según sus pruebas
anteriores, había sido capaz de utilizar tres meses de energía acumulada sin problemas). En
este momento, tenía cerca de cuatro meses acumulados.
Si la utilizara ahora, sin duda tendría pocas dificultades para escapar de su predicción
actual, ya que sospechaba que sería más que suficiente para derrotar no sólo a los Valiants
sino también a Percival.
Y sin embargo, ella estaba dudando. No podía dejar de pensar que lo que la rama dorada
quería en este momento era obligarla a desperdiciar el poder conservado de los Fudaraku.
Después de todo, era de conocimiento general que el arma estaba en su posesión, y dada la
obligación de las fundaciones de revelar toda la información relevante sobre sus reservas de
urm-manadita, era probable que la Alianza hubiera adivinado su potencial.
La habían atraído hasta aquí. Esperaban que viniera. Sin duda eran conscientes de que,
dadas sus circunstancias actuales y las de los demás, sólo ella habría podido venir a Seven.
Y si podían eliminarla como una amenaza aquí, o al menos forzarla a desperdiciar la reserva
de los Fudaraku, eso daría un duro golpe a sus habilidades para combatirlos. Esa era la única
explicación posible.
Si Claudia tenía razón, entonces la Alianza de la Rama Dorada estaba preparando algo
grande para coincidir con el Lindvolus. Y si eso era cierto, entonces necesitaban mantener el
Fudaraku bajo la manga.
Si la única persona en peligro era ella misma, Kirin no habría dudado en usar el Orga Lux.
Pero ese no era el caso. En este momento, el destino de alguien que ella valoraba más que a
sí misma estaba en juego.
Sin embargo, si ella iba a ser derrotada aquí, habrían terminado perdiendo todo de todos
modos.
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¿Qué se supone que debo hacer...?
"Eso es descuidado por tu parte".
"¡Ngh! ¡Oops...!"
Percival no era de los que pasaban por alto su breve momento de vacilación.
No parecía que hubiera tenido tiempo de cargar completamente la Cabra Amalfitana, pero
eso no le impidió desencadenar una descarga de balas con sus dos pistolas.
Para Kirin, desviar esas balas de luz no fue difícil, pero en el mismo momento, dos Valiants
descendieron sobre ella por ambos lados.
¡Esto es malo...!
Corrió a través de un sinnúmero de posibles rutas de escape en su mente mientras desviaba

el continuo bombardeo de Percival, pero ninguna se mostró prometedora. Incluso si lograba
evitar un ataque, estaría indefensa contra el siguiente. Además de eso, todo lo que se
necesitaría sería un error, y perdería a su preciado Hiinamaru.
La única opción que quedaba era minimizar el daño tanto como fuera posible...
Determinó hacer lo que tenía que hacer, cuando...
"¡Pēn!"
En ese momento, el suelo debajo de ella se balanceó violentamente, y con un tremendo

estruendo, el Valiant de su lado derecho fue enviado volando.
“¿¡—!?”
Confundida, saltó de lado para evadir el martillo del Valiant que quedaba y luego
rápidamente reevaluó su situación.
En medio del fuerte aguacero, la figura de un hombre alto, de constitución robusta, vestido
con una capucha andrajosa y llevando sobre su hombro un saco igualmente andrajoso, se
había colocado entre ella y Percival.
El suelo debajo de él estaba fuertemente abollado.
A juzgar por sus acciones, parecía que había venido a rescatarla de su dilema.
"Espero no estar interfiriendo... Me habría mantenido al margen si esta fuera una

competición normal... pero no parece que sea así."
Kirin miró hacia arriba con sorpresa el sonido de esa voz familiar.
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"No, gracias, Xiaohui Wu."
¿Esa cara, una vez que se quitó la capucha usada, se veía de alguna manera más gentil de
lo que recordaba cuando había luchado contra él hace más de un año? Con la forma en que
se había dejado crecer el cabello, a primera vista parecía una persona completamente
diferente.
Pero no se podía confundir ese físico templado, ni la abrumadora sensación de poder que
fluía a través de él. De hecho, ese poder parecía haber aumentado considerablemente
comparado con lo que Kirin recordaba.
"Xiaohui Wu... el Guerrero Celestial de Jie Long. ¿Por qué estás aquí?" Percival exigió con
una mirada hacia el Valiant caído.
Apenas quedaba nada más de la marioneta que partes sueltas.
Xiaohui no parecía llevar ninguna arma. Eso no era particularmente sorprendente, dado que
era un artista marcial. Probablemente había causado el temblor que ella había sentido hace
un momento usando nada más que la fuerza de sus piernas. Además de eso, sin embargo, de
alguna manera se las había arreglado para romper las barreras defensivas de los Valiants
usando nada más que sus manos desnudas.
"¿Eh...?"
En ese momento, los agudos ojos de Kirin notaron una cantidad inusualmente densa de
prana enfocada a través de sus brazos, una cualidad que ella nunca había visto antes.
"¿Por qué estoy aquí? Sólo estoy de paso. Estoy regresando de un viaje para mejorar mis
habilidades. Si no estoy de regreso en Rikka para mañana, me perderé mi primer combate."
"Entonces, por favor, no dejes que te retrasemos." La voz de Percival se mantuvo en calma,
pero ahora tenía un claro filo.
Era comprensible - Kirin estaba lista para admitir que su enemigo había estado en la cúspide
de la victoria.
"Por mi orgullo de guerrero, me temo que estoy en deuda con esta joven", respondió Xiaohui
con una sonrisa. "No permitiré que sea derribada hasta que pueda enfrentarme a ella de
nuevo."
Sí, no había duda de que él había cambiado desde la última vez que ella lo conoció.
Al momento siguiente, una ventana aérea se abrió repentinamente al lado de Percival, de

la que salió una voz mecánica que disimulaba la identidad del hablante: "Ya es hora.
Abandonar el Plan E y pasar al Plan G."
"Pero, D, no puedo..."
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"¿Me estás diciendo que estás desobedeciendo a tu maestro?"
"...Entendido." Percival dejó escapar un débil suspiro, fijando a Kirin y Xiaohui con un fuerte
resplandor antes de darle la espalda. "Nos veremos de nuevo".
"¡Espera!"
Kirin comenzó a perseguirla cuando uno de los Valiants se movió para bloquearle el camino.
Sólo había uno de ellos, y ella debería haber sido capaz de cortarlo sin incidentes, pero tan
pronto como pensó eso, se le pusieron los pelos de punta.
Un segundo después, una luz destelló desde el interior del cuerpo del Valiant, seguida de
una explosión ensordecedora que envió metralla volando en todas las direcciones.
"¡Guh!"
Enfocó su prana para minimizar el daño, pero para cuando el polvo se había asentado,
Percival y los Valiants restantes no se veían por ninguna parte.
"Parecería que se ha escapado", dijo Xiaohui, con un tono de voz desinteresado, mientras
levantaba su andrajosa capucha una vez más y se iba en la dirección opuesta, con la mirada
fija en el lago.
"U-um, ¡gracias de nuevo!"
Enfundando el Hiinamaru, Kirin le hizo una profunda y formal reverencia. No se puede negar
que, sin su ayuda, ella habría estado en serios problemas.
"No te preocupes por eso. Lo dije en serio. Espero la revancha contigo... Es una pena que
no entres en el Lindvolus."
"...viéndote ahora, no sé si seré capaz de mantenerme en contra tuya nunca más."
Eso no fue humildad, ella honestamente pensó eso.
Cuando se habían peleado durante los Gryps, había habido una diferencia insuperable en
la capacidad de ambos. Si Ayato no hubiera estado luchando a su lado, dudaba que hubiera
sido capaz de superarlo.
Gracias a su clarividencia, apenas había conseguido asestar el golpe ganador, pero aunque
eso podía constituir una victoria según las reglas del torneo, no se sentía como si realmente
hubiera sido capaz de derrotarlo.
Y aunque puede haber continuado su entrenamiento durante el último año, aunque puede
haber acumulado más experiencia y desarrollado más su técnica, lo mismo puede decirse sin
duda de Xiaohui.
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Pero me pregunto qué posibilidades tendría si utilizara el Fudaraku...
"Bueno, entonces, es hora de que me vaya. Necesito regresar a Jie Long tan pronto como
sea posible."
"Ah... Pero no habrá ningún barco que salga a esta hora de la noche. Y además, sólo los
buques de carga se detienen en el Seven..."
Las ciudades costeras que servían de puerta de entrada a Asterisk estaban situadas en la
mitad del lago en un amplio arco, pero debido a las restricciones aduaneras y similares, no se
permitía que los buques de carga transportaran pasajeros.
Kirin había llegado hasta aquí en su propia embarcación en miniatura, pero sólo era lo
suficientemente grande como para acomodar a una persona.
"Eso no será un problema", respondió Xiaohui por encima de su hombro, saltando

casualmente al agua.
"¿¡Qué...!?" Kirin lo persiguió, sólo para encontrarlo enfocando su prana bajo sus pies y
parado no en la superficie oscura sino en ella.
"No me digas que así es como planeas volver..."
Sólo una Genestella con un control verdaderamente excepcional sobre su prana habría sido
capaz de enfocarlo de tal manera que literalmente caminara sobre el agua sin ninguna
preparación previa. Xiaohui ciertamente cumplió con ese criterio. Sin embargo, hacerlo
agotaría rápidamente el prana, y sería increíblemente difícil mantener el efecto sobre una
superficie en movimiento. Para decirlo claramente, era una locura tratar de recorrer todo el
camino hasta Asterisk.
"Será más rápido ir a pie directamente en lugar de tomar un largo desvío, ¿no? Así es como
he llegado hasta aquí. Aunque me avergüenza decirlo, no tengo mucho presupuesto para
viajar... O mejor dicho, lo he gastado todo."
"¿Hasta aquí? ¿A dónde fuiste exactamente?"
"Europa", respondió Xiaohui simplemente, antes de darle una rápida señal y desaparecer
en la oscuridad de la noche.
Kirin sólo podía mirar fijamente su figura que desaparecía con mudo asombro.
El Lindvolus de este año está realmente lleno de gente increíble...
Incluso ahora, una parte de ella quería tratar de encontrar una manera de entrar en el torneo,
pero sabiendo que era imposible, reafirmó su determinación de ayudar a Ayato en todo lo que
pudiera.
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No importaba dónde estuviera, no importaba su situación, ella pondría todo lo que tenía para
estar ahí para él cuando la necesitara.
Porque esa era la única opción disponible para ella ahora.
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Capítulo VIII – Contra Preparaciones
Cuando Ayato llegó a la habitación del Hotel Elnath, Saya y Sylvia ya lo estaban esperando.
"Bueno, hola, Ayato. Bienvenido."
"Gracias por venir, Ayato."
Saya, que estaba tumbada y despeinada en el sofá mientras comía un bocadillo, y Sylvia,
que preparaba una tetera, le saludaron.
Todos habían venido a una de sus reuniones regulares para discutir sobre la Alianza de la
Rama Dorada, aunque, en sentido estricto, la reunión no estaba programada para comenzar
hasta dentro de poco.
"Tú también. Y felicitaciones por haber pasado los preliminares también", respondió Ayato
calurosamente.
Sonriendo, Saya y Sylvia intercambiaron miradas alegres.
"No fue nada."
"Lo mismo va para ti, Ayato. ¡Felicidades!"
"ha, ha, gracias".
Ayer él también había superado la tercera ronda de las preliminares y, como los demás, se
había clasificado para el torneo principal.
Ya habían llamado para ofrecer sus felicitaciones después de cada combate, pero había
algo diferente en transmitirlas cara a cara.
"Fue más difícil de lo que esperaba, sin embargo, dado que sólo eran los preliminares. Hay
algo diferente en los participantes esta vez en comparación con el Phoenix y los Gryps, como
si tuvieran una mentalidad diferente en lo que respecta al combate."
"¿Verdad?" Sylvia respondió. "Tengo la impresión de que esta vez hay muchos más
oponentes de alto nivel."
"¿Oh? Aunque lo pasé muy bien." Saya, por otro lado, les mostró a ambos una sonrisa
triunfal.
"Bueno... supongo que tus combates se terminaron con relativa rapidez", comentó Ayato.
No había mucha gente que fuera capaz de soportar un golpe directo de uno de sus Luxes.
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"Probablemente también fuiste afortunado en tus emparejamientos, sin embargo, creo."
"Qué grosero. Simplemente es un hecho. Yo llegué a la victoria, mientras que tú casi pierdes
tu primer combate, y Sylvia se puso en una situación difícil en su combate contra Priscilla."
"Bueno, no puedo negar que..."
"Ha-ha, ¿qué puedo decir...?"
Tanto Ayato como Sylvia no podían hacer otra cosa que intercambiar sonrisas de
vergüenza.
Ciertamente, sus respectivas actuaciones hablaban por sí mismas.
"Ah, hablando de eso... ¿Has visto la lista de jugadores del torneo principal?"
"Por supuesto".
Hoy fue el día central del Lindvolus, sin encuentros programados. También fue el día en el
que se sorteó la lista para el torneo principal, y el anuncio se hizo hace poco tiempo.
"Eso es...", comenzó Sylvia, cuando...
"Uf... Gracias a todos por venir. ¿Estamos todos aquí?" Cuando la puerta se abrió, Claudia,
con un gran abrigo, entró en la habitación.
Como presidenta del consejo estudiantil de la Academia Seidoukan, Claudia tuvo que asistir
al sorteo del soporte para el torneo, así que debe haberse apresurado a venir aquí justo
después de que terminara.
"¡Felicidades a todos!" Detrás de ella estaba Kirin, que la acompañó al domo Sirius.
Después de colarse en el Seven el otro día, probablemente quiso reportar lo que había
encontrado directamente a Claudia antes de la reunión. Hasta ahora, Ayato sólo había
escuchado los hechos básicos.
"Es bueno verlas a ambas. Pero, er, ¿qué hay de Helga, Haruka e Isabella? ¿No estamos
todavía esperándolas...?" Preguntó Ayato, antes de que se encontrara abriendo los ojos
conmocionado.
Después de Kirin llegó otro individuo completamente inesperado.
"¡Yo! ¡Felicidades!"
"¿E-Eishirou...?"
Saya y Sylvia miraban con sospecha tanto a Claudia como al siempre alegre Eishirou.
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"Sí, entiendo sus preocupaciones", continuó Claudia. "Si me permite explicarme..."
◇◇◇
La noche anterior, muy tarde...
Eishirou se encontró temblando mientras se abría paso por el oscuro patio de la Academia
Seidoukan, iluminado sólo por unas pocas columnas de luz distantes.
Aunque había sido entrenado para soportar las bajas temperaturas, eso no significaba que
no pudiera sentir el frío cortante. El aire invernal era suficiente para filtrarse profundamente en
los huesos. Se frotó las manos, sin querer nada más que acabar con este pequeño recado,
cuando vio una figura de pie frente a la glorieta.
"Yo", saludó. "¿Te he hecho esperar?"
La figura, la presidenta del consejo estudiantil de la Academia Seidoukan, Claudia Enfield,

rompió en una amplia sonrisa. "No, en absoluto. Llegas justo a tiempo, Yabuki."
"Entonces, ¿qué es? Debe ser muy importante si me vas a llamar aquí a esta hora justo
cuando estás tan ocupada".
Si ella hubiera querido simplemente proporcionar a Eishirou las instrucciones normales

como miembro de Shadowstar, la organización de inteligencia encubierta de Seidoukan,
entonces la línea privada normal habría sido suficiente. En otras palabras, viendo que ella
deseaba discutirlo con él en persona, lo que ella quería claramente no era típico.
"De hecho, es muy importante". Aún sonriendo, Claudia metió la mano en su abrigo y sacó
el Pan-Dora, activándolo. Las hojas gemelas dejaron escapar un brillo ominoso, dibujando un
arco brillante en el aire como meteoros que caen.
"¿Qué? ¡E-e-espera un segundo! ¿¡Qué estás haciendo, Prez!? ¿¡Hice algo malo!?"
Aturdido, dio un paso atrás, levantando las manos para mostrar que no quería hacer daño.
"Como dijiste, estoy muy ocupada. Así que dejemos de lado las bromas, ¿sí?"
"...¿Qué es?" Eishirou preguntó tímidamente, aún encogiéndose hacia atrás.
"No voy a andar con rodeos. Yabuki, ¿a quién le dijiste sobre el paradero de Kirin? ¿Acerca
de su viaje al Seven?"
"¿Eh...?" Eishirou se encontró sin palabras. "Um, er, ¿qué quieres decir, exactamente...?"
"Creí haberte dicho que estábamos prescindiendo de las bromas, Yabuki." Claudia dijo,
empujando la punta de una de las hojas gemelas de Pan-Dora peligrosamente cerca de su
nariz.
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"Er, quiero decir..."
Miró a la izquierda y a la derecha con incertidumbre, pero Claudia no era de las que bajaban
la guardia.
"Siempre he sabido que has aceptado asignaciones privadas por tu parte, Yabuki. Pero no
eres el tipo de persona que se equivoca y deja cualquier evidencia atrás."
"No, no, piensas demasiado bien de mí..."
En realidad, a pesar de ser miembro de Shadowstar, Eishirou había estado aceptando en

secreto el trabajo de su propia red privada de contactos. Le gustaba pensar que era un trabajo
independiente. Por supuesto, a ningún agente de ninguna organización de inteligencia se le
permitiría hacer tal cosa, pero nunca había dejado atrás nada que pudiera ser rastreado hasta
él... o eso creía.
"Respeto su humildad. De hecho, es precisamente por eso que pongo tantas acciones en
ti."
"...¿Eh?"
"Cuando aceptas un trabajo, no te importa si implica a tus amigos o incluso a un amante.

¿Estoy en lo cierto?"
“…”
Eishirou se quedó en silencio. Lo que Claudia había dicho era correcto, en cierto sentido.
Lo que más deseaba en su trabajo era la capacidad de disfrutar. Si un futuro trabajo cumplía
con ese estándar, entonces lo aceptaría, sin importar lo que implicara.
Siempre quiso vivir la vida lo más relajadamente posible. Atesoraba a sus amigos y
amantes, si los tenía, y, por supuesto, tenía un sentido de obligación y deber hacia ellos, pero
al mismo tiempo, también eran una carga. Y si estás agobiado, no puedes disfrutar fácilmente
de la vida. Por eso, de vez en cuando, los dejaba de lado para poder disfrutar del momento
presente.
"No te llamaría exactamente despiadado, pero es una excelente cualidad para un agente
como tú." Aún sosteniendo el Pan-Dora frente a su cara, Claudia se acercó gradualmente,
forzándolo a dar un paso atrás. "Así que normalmente no lo sostendría contra ti. Después de
todo, también he hecho uso de sus servicios en ocasiones. Sin embargo... esta vez es
diferente. Lo digo en serio. Esta vez, no te hablo como presidente del consejo estudiantil de la
Academia Seidoukan, sino como Claudia Enfield".
"ha, ha, ha..." Sonrió con fuerza, tratando de convencerla de que se tranquilizara, pero sabía
que esta vez no le salvaría.
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Porque ella tenía razón. Había asumido la tarea de vigilar sus movimientos, los suyos y los
de los demás también. Y como parte de eso, había reportado que Kirin estaba en camino a
Seven.
"¡Bueno, está bien! Digamos que lo hice! Hipotéticamente. Digamos que tomé el trabajo...
Si yo renunciara al cliente, tú serías más fácil conmigo, ¿verdad? Quiero decir, vamos, Prez,
tú sabes cómo es. En este tipo de trabajo, nadie sigue las reglas todo el tiempo, ¿sabes?"
Por supuesto, sabía que si revelaba la identidad de uno de sus clientes, probablemente
nunca más podría encontrar trabajo.
"Hee-hee. Por supuesto que lo entiendo", respondió Claudia con una ligera risa. "Entonces,
¿qué tal esto? Renunciarás a tu trabajo independiente y sólo recibirás instrucciones de mí."
"Ah..."
Eishirou sabía que no estaba en posición de protestar por su propuesta.
Lo que ella quería era apartarlo de todos los clientes externos y meterlo en su propio círculo.
Supongo que lo programó a propósito...
Él tenía una idea básica de lo que ella hacía desde hace tiempo, habiendo captado
indirectamente los temas de sus conversaciones con Ayato. También había entendido que ella
también sabía de sus asuntos secundarios, pero que estaba dispuesto a pasarlos por alto para
poder contar con sus servicios cuando ella misma los requiriera.
¿Por qué entonces, habiéndolo llamado así, estaba dispuesta a pasar por alto sus acciones?
Él había asumido que ella todavía había visto algún valor de utilidad en mantenerlo cerca, pero
a juzgar por la situación actual, parecía que se había equivocado.
Pero no, ella había esperado hasta que la situación hubiera madurado completamente para
poder cosecharle para sí misma, y al hacerlo, adquirir información vital sobre sus enemigos,
eliminar una de sus piezas y fortalecer su posición.
"...Bien jugado, Prez", murmuró Eishirou, suavizando su expresión. "Pero hay algo que no
entiendo. Dijiste que no soy el tipo de persona que deja pruebas. ¿En ese caso...?"
"En efecto. Lamentablemente, no tenía ninguna prueba directa. Eres realmente excepcional,
Yabuki. Pero desafortunadamente para ti... no necesito pruebas."
En ese momento, un frío escalofrío recorrió su columna vertebral y Eishirou saltó hacia atrás.
“¡…!”
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"¿Oh? ¿Cuál es el problema?" Su amplia sonrisa permanecía inalterable, pero estaba claro
que la sed de sangre fluía por su cuerpo. Mientras se acercaban volando hacia él, sus espadas
gemelas brillaban espeluznantes en la oscura noche como hojas separadas.
"¿Hablas en serio, Prez...?"
"Te lo dije desde el principio, ¿no?"
"...supongo que no tengo otra opción, entonces." Eishirou agarró el cuchillo tipo Lux que
siempre tenía disponible en su cintura, preparándose, o al menos fingiendo.
"¡Toma esto!" gritó, lanzando al suelo la bomba de humo que había estado escondiendo.
Este tipo de técnicas anticuadas nunca se volvieron obsoletas. La bomba de humo era una
vieja herramienta ninja producida en masa en su pueblo natal, el humo blanco que salía de
ella engullía toda la zona en menos de un segundo y ocultaba sus movimientos incluso de la
mayoría de los sensores digitales.
No hay manera de que pueda ganar contra ella...
Claudia puede haber consumido la mayor parte de las existencias de Pan-Dora durante los
Gryps, pero ha pasado más de un año desde entonces. Podría haber tenido una oportunidad
si la hubiera tomado por sorpresa, pero sabía que no había ninguna posibilidad de que pudiera
triunfar en una lucha directa.
Lo mejor que podía hacer ahora era escapar y esconderse por un tiempo. Podría pensar en
sus próximos movimientos más tarde.
Pero mientras intentaba huir, algo apareció por el rabillo del ojo, haciéndole tropezar y
haciéndole caer al suelo.
"¿Eh...? ¿¡Gah...!?"
Acostado boca abajo, sintió que algo afilado le presionaba la espalda.
En un aterrador shock, esperó a que el humo se despejara, hasta que finalmente pudo ver
a Claudia de pie sobre él con una elegante sonrisa.
"¿Cómo...?"
Había usado la bomba de humo en un intento de contrarrestar su capacidad de

precognición. Dado que ella podía ver el futuro (pero sólo en el sentido literal), su única
esperanza de escapar, había razonado, sería obstruir su visión. Debería haber sido impecable.
Él mismo conocía los terrenos de la academia como la palma de su mano, lo suficiente para
poder escapar sin poder ver y tenía innumerables rutas de escape ya planeadas.
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Por supuesto, si podía probar los resultados futuros cientos de veces, la probabilidad de
encontrar un curso de acción ganador no era cero, pero ese tipo de prueba y error ciego
debería haber agotado sus existencias en poco tiempo. Incluso si ella había empezado a usar
su habilidad antes de que él hubiera lanzado la bomba de humo, no debería haber sido capaz
de usarla para detener su fuga.
Al menos, eso era lo que había pensado.
"Eh... Esto es un poco duro, ¿eh...?"
Por alguna razón que no pudo comprender, el rostro de Claudia se retorció de dolor. Tal vez
estaba fatigada o herida, pero aún así, no era el tipo de persona que normalmente deja que
sus emociones se muestren tan claramente.
"...¿Qué es exactamente lo que acabas de hacer, Prez?"
"Me temo que es un secreto", respondió con una sonrisa forzada mientras cruzaba sus
espadas a ambos lados de su cuello. ¿Planeaba cortarle la cabeza?
"¿Sabes la otra razón por la que tengo tan buen concepto de ti, Yabuki?"
"No tengo la menor idea..."
En su situación actual, no sería prudente hacer una broma.
"Porque siempre te pones en primer lugar, no importa lo que pase... como yo solía hacer."
Con esto, su perenne sonrisa se desvaneció por completo. "Normalmente, esperaríamos que
un agente de Shadowstar, no, cualquier agente de cualquier organización de inteligencia, diera
prioridad a completar su misión y guardara sus secretos hasta el final. Es precisamente por
eso que les confiamos un trabajo tan vital".
Eso no hace falta decirlo. El Grimalkin de Le Wolfe fue prácticamente el epítome de esa
ética desinteresada.
"Pero no te gustan esos individuos, ¿verdad, Yabuki? Creo que es justo decir que incluso
los desprecias."
"...Bueno, no puedo discutir con eso."
De hecho, por eso había dejado su pueblo natal en primer lugar.
"Si fuera un villano de tercera categoría en alguna película, me pregunto qué diría ahora
mismo... "¡Escúpelo! Dime lo que quiero saber, y te dejaré vivir,' ¿tal vez?"
"...y yo diría "nunca", supongo... Haah, lo entiendo. Me has vencido. Hablaré."
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Como Claudia había dicho, si Eishirou fuera el típico agente, nunca estaría dispuesto a
romper su silencio.
Pero no era un típico agente, era, en definitiva, Eishirou Yabuki, y eso significaba algo muy
diferente.
"Muy bien", respondió Claudia, asintiendo con satisfacción.
◇◇◇
"Y así Yabuki se unirá a nosotros a partir de ahora. No le reprochamos el hecho de que
estuviera vendiendo información sobre sus amigos."
"Gracias por eso, de verdad", dijo Eishirou en su habitual tono frívolo mientras inclinaba la
cabeza. "¡Estoy deseando trabajar con todos ustedes!"
“…”
Ayato, que había estado sentado durante un rato en silencio, vio como Saya frunció el ceño
y luego, de repente, sacó una gigantesca pistola tipo Lux, apuntando directamente a su
compañero de clase.
"Un disparo no hará daño, ¿verdad?"
"¡Espera, espera, Sasamiya! ¡Yo... lo siento! ¡Realmente lo siento! Habiendo palidecido

mortalmente, Eishirou levantó sus manos vacías en el aire como súplica.
"Entiendo tus sentimientos, Saya, pero por favor, baja el arma", dijo Claudia, cortando la
atmósfera hostil.
"Pero es su culpa que Kirin estuviera casi...", murmuró Saya oscuramente.
"Estoy bien, de verdad", interrumpió Kirin, nerviosa. "De todos modos, el Sr. Yabuki debería
tener todo tipo de información útil para ofrecernos..."
En esto, Saya desactivó a regañadientes su Lux.
"De hecho, eso es lo que más importa ahora mismo. ¿No nos dirás otra vez a quién le
informaste que Kirin iba a ir a Seven, Yabuki?" Claudia lo pidió educadamente.
"...fue el Tirano."
“¡!”
Al oír ese nombre, una corriente tensa recorrió la habitación.
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El tirano, el presidente del consejo estudiantil del Instituto Negro Le Wolfe, Dirk Eberwein.
Fue él quien había ordenado a Irene y Priscilla que entraran al Phoenix y quien, aunque Ayato
y los demás no tenían pruebas directas, con toda probabilidad había ordenado el secuestro de
Flora. El destino de Ayato parecía estar estrechamente ligado al hombre.
"¿Así que estás diciendo que Dirk es parte de la Alianza de la Rama Dorada?" Sylvia
preguntó con agudeza.
"Eso parece." Claudia asintió seriamente.
"Ah... Eso será una molestia." Sylvia dejó escapar un suspiro de cansancio.
Como Claudia y Sylvia eran presidentes del consejo estudiantil en sus respectivas escuelas,
ambas sabían lo problemático que sería tratar con Dirk.
"Supongo que es justo decir que no es el propio Le Wolfe sino Dirk Eberwein quien está
involucrado en esto, entonces?" Ayato preguntó.
"Esa es la evaluación de mi madre, también. Y yo estoy de acuerdo. Sería demasiado

arriesgado para una fundación involucrarse en este tipo de cosas", respondió Claudia con una
sonrisa forzada.
Su madre, Isabella, junto con Helga, la capitana de la guardia de la ciudad, y la hermana de

Ayato, Haruka, estuvieron ausentes de la reunión debido a sus apretadas agendas.
"Hmm... En ese caso, ¿podemos descartar que Gallardworth y Allekant estén involucrados?"
Sylvia preguntó.
"Ah, ¿te refieres a Agrestia y a esos títeres autónomos? Sospecho que las escuelas no
están directamente involucradas allí, tampoco."
"¿Qué te hace estar tan seguro? Gardner estaba usando el Santo Grial, ¿no? Gallardworth
ni siquiera permite batallas privadas, y seguro que no dejarían que alguien usara una de sus
Orga Luxes en una", señaló Sylvia.
En esto, Claudia se giró hacia Eishirou.
"Bien, bien", comenzó. "Er, lo he investigado. Parece que nuestra amigo Percival Gardner
desapareció hace unos meses. Llevándose el Santo Grial con ella. Oficialmente, dicen que se
ha tomado un permiso de ausencia, pero Sinodomio ha estado ocupado tratando
frenéticamente de localizarla."
"Siendo así, creo que podemos descartar con seguridad cualquier implicación directa por
parte de Gallardworth. Voy a hacer que Eishirou investigue a Agrestia un poco más por sí
mismo. Si la situación se torna difícil, podemos usarla como palanca contra la academia."
"...Está bien. Eso suena razonable", respondió Sylvia.

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Saya levantó la mano. "¿Qué hay de Allekant, entonces? Kirin dijo que esas marionetas
eran casi idénticas a las de Ardy. En ese caso..." Ella se quedó callada allí, con una expresión
grave.
"En efecto. Dejando de lado la escuela, no podemos descartar la posibilidad de que su

facción Pigmalión coopere con la Alianza de la Rama Dorada. Dicho esto, el líder de Pigmalión,
Ernesta Kühne, parece estar obsesionado con la creación de marionetas con emociones,
pensamientos y capacidad de crecimiento similares a los de los humanos. Pero por lo que Kirin
informó, esas marionetas eran más parecidas a armas producidas en masa, ¿no?"
"Hmm..."
"¿Y no ha introducido una nueva marioneta autónoma para el Lindvolus? ¿Cómo se

llamaba? Lenaty?"
"Sip. Eso fue muy astuto. No puedes permitirte dejarte engañar por su apariencia".
Escuchando a Saya, Ayato imaginó esa marioneta, casi indistinguible de una joven de carne
y hueso. Ella había cruzado los preliminares con su abrumador poder de ataque y movilidad,
pero él sospechaba que aún no había revelado todo su potencial de batalla.
"Hmm... Ernesta parece ser bastante pragmática. Podría haberles ofrecido simplemente
algo de su tecnología... Aunque, supongo que si ese fuera el caso, no podemos decir que no
esté involucrada, ¿verdad?"
"La Alianza de la Rama Dorada tiene un Orga Lux que puede lavar el cerebro de la gente,
¿no? Podrían estar manipulándolos, entonces..."
Ayato asintió. Las explicaciones de Sylvia y Kirin tenían sentido.
"Bien. En ese caso, los Varda-Vaos pueden estar controlando a Agrestia o a Dirk...",
murmuró Ayato.
"Ah, no sé sobre Agrestia, pero algo me dice que ese no es el caso del Tirano."
"Sí, lo dudo."
Claudia y Sylvia se apresuraron a desafiar su sugerencia.
"No hay que manipular eso".
"No, en absoluto".
Ambos asintieron con la cabeza como si compartieran un secreto íntimo.
"De todos modos, hagamos que Yabuki investigue la situación en Allekant también."
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"Santo cielo, dame un respiro", respondió Eishirou con un encogimiento de hombros
exagerado.
"Pero... suena como si hubiéramos tropezado con demasiadas pistas a la vez. No tiene
sentido", dijo Saya sospechosamente mientras se sentaba profundamente en sus
pensamientos, con los brazos cruzados.
"Eso... yo también lo creo." Kirin parecía estar igualmente dudosa. "¿Podrían estar tratando
de atraernos a una trampa?"
"Tenemos que considerar esa posibilidad también. Sin embargo, debemos esperar que
dejen más pistas a medida que sus planes avancen. Han estado al acecho en su mayor parte,
hasta ahora. Y por muy poderosa que sea la Varda-Vaos, ella, la llamaré por comodidad,
parece haber estado haciendo frecuentes viajes de entrada y salida de Asterisk. Aún no he
podido averiguar qué hace fuera de la ciudad, pero la capacidad del grupo para ocultarse
disminuye notablemente mientras está fuera. El hecho de que estén saliendo a la luz ahora a
pesar de eso sugiere que sus planes están llegando a un punto crítico."
"Dices que no les importa revelar sus planes un poco... ...pero, ¿qué es exactamente lo que
intenta hacer esta Alianza de la Rama Dorada?"
Pero por supuesto, ninguno de ellos podía responder a la pregunta de Ayato.
Mientras se acercaban a correr el telón de la organización, no tenían ni idea de cuál era su

objetivo final. Si lo sabían, podrían haber sido capaces de encontrar una mejor manera de lidiar
con ellos.
"Dejando todo eso a un lado, el torneo principal comienza mañana. Todos los participantes
deben concentrarse en eso primero", dijo Claudia con un aplauso decisivo, cambiando de
tema.
"Bien", añadió Kirin, aplaudiendo ligeramente con sus propias manos. "Especialmente ahora
que todos han pasado por las preliminares. Me alegra ver que Saya y Sylvia han sido
asignadas a un bloque diferente al de Ayato."
"Es un alivio. Si todo sale bien, podré luchar contra Rimcy en los cuartos de final. No me
interpondré en el camino de Ayato."
"Y todo lo que quiero es luchar contra Orfelia en los cuartos de final, así que también me
parece bien."
Ayato necesitaba asegurarse la victoria final, pero todo lo que Saya y Sylvia querían era
derrotar a ciertos oponentes. En ese sentido, la horquilla había funcionado a su favor.
Sin embargo-
"P-pero si Ayato va a tomar la corona, entonces...", comenzó Kirin.

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"En efecto... Puede que termine luchando contra Julis en las semifinales," terminó Claudia
por ella.
Tanto Ayato como Julis habían sido asignados al mismo bloque, así que asumiendo que
ambos lograron pasar todos sus combates, terminarían enfrentándose en las semifinales. No
había forma de escapar a ese hecho, dado que se había hecho el sorteo correspondiente.
Además de eso, el objetivo de Julis en el torneo era derrotar a Orfelia, pero para ello, tendría
que pasar primero por Ayato.
Él no quería pelear con ella, si podía evitarlo.
No podía decir que entendía completamente su situación, pero podía ver que ella estaba
dispuesta a apostarlo todo en esta oportunidad.
Y aún así, como la vida de Haruka dependía de su propia victoria, tampoco podía ceder.
"Bueno, centrémonos en lo que sabemos que está por delante de nosotros, Ayato", dijo
Sylvia, dándole una palmadita en la espalda. "Después de todo, nuestros dos combates son
mañana."
"...Bien", respondió, mostrándole una sonrisa agradecida.
"Me enfrento a... alguien de Le Wolfe", comenzó Sylvia. "Por lo que he visto, no están al
nivel de Priscilla. No bajaré la guardia, sin embargo."
"Y yo... Qué molestia. ¿Por qué tengo que tener este tipo de oponente desde el principio?"
En contraste con Sylvia, la expresión de Saya estaba nublada. "Ningirsu de Allekant. Será
difícil."
"Ah... Es fuerte; no hay duda de eso. Últimamente no deja de subir en los rankings". Sylvia
asintió, dando una palmadita a Saya en el hombro.
"En otras palabras..."
"...debe estar entrenando en el Liangshan."
"Eep..." La expresión de Saya se tornó peligrosamente pálida.
"Hagan lo mejor que puedan, ambas", dijo Claudia con una risa cálida. "Y, Ayato, te
enfrentarás..." Se detuvo allí, mirando hacia el soporte de su dispositivo móvil.
"Minato Wakamiya, parece", terminó Kirin por ella.
Ayato estaba muy familiarizado con el nombre. De hecho, era casi como si tuvieran algún
tipo de conexión predestinada. También sabía que ella había estado entrenando en el
Liangshan.
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La expresión de Sylvia de repente se puso seria. "Cuida tu espalda, Ayato. Como presidente
del consejo estudiantil de Queenvale, tal vez no debería decir esto, pero estaré detrás de ti
todo el tiempo. Sólo recuerda... Minato se ha hecho fuerte. Realmente fuerte."
"...Sí, lo sé", respondió, apretando los puños.
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Capítulo IX – Cuarta Ronda
"Haah... ¡estoy tan nerviosa!"
Minato Wakamiya iba de un lado a otro en su sala de preparación en el Domo Sirius.
"...cálmate un poco, Minato." La acompañaba con voz fría su compañera de equipo Chloe
Flockhart.
"Así es, Minato. No podrás mostrarles todo lo que tienes si te esfuerzas. Actúa con
naturalidad". Con una cálida sonrisa, Yuzuhi Renjouji, la más relajada de todos, le dio una
suave palmada en la espalda.
"¡D-D-De verdad, Minato! E-aunque haya logrado aplastar a mi hermano, has estado
entrenando con Xinglou, ¿verdad? ¡Ten un poco de confianza!" Sus palabras pueden haber
sido alentadoras, pero Sophia Fairclough parecía aún más nerviosa que la propia Minato, la
taza de té y el platillo en su mano sonando tan fuerte que parecía que podrían romperse en
cualquier momento.
"¡Estarás bien! Quiero decir, ¡nos tienes a todas nosotras, Minato!" Nina Achenwall,
normalmente la más tímida, había tomado sus manos firmemente con las suyas.
"C-Cierto. ¡Sí! ¡Gracias a todos!"
Gracias a sus amigas, la tensión que la dominaba se había calmado un poco.
"Bueno, todavía tenemos tiempo antes del combate. Si necesitas una distracción, ¿por qué
no vemos a algunos de los otros?" Chloe propuso abrir una ventana aérea a través de su
dispositivo móvil.
Casi instantáneamente, una feroz batalla se extendió ante ellos.
"Por cierto... pensé que el combate de Minato y Ayato iba a ser el primero... ¿Por qué los
otros han empezado antes?" Preguntó Yuzuhi.
"Ah, aquí guardan el horario más popular para el escenario principal. Quieren mantener el
equilibrio entre las diferentes salas, ¿sabes? Así fue también en los preliminares", respondió
Chloe, claramente desinteresada.
"Sí..."
Minato giró su mirada hacia el combate que se celebraba en la ventana aérea, cuando de
repente algo le llamó la atención.
"¡Eh, eh, mira! ¡Todos! ¡Mirar!"
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Había tomado el primer asiento frente a la ventana aérea, haciendo un gesto a los demás
para que vinieran.
Los otros se miraron entre sí confundidos, antes de unirse a ella.
"¿Qué está pasando?"
"Es el número dieciocho de Le Wolfe y el número nueve de Seidoukan. También se pelearon

en el Phoenix, ¿verdad?"
"¡No esa mirada! ¡La forma en que se mueven!" Minato apuntó a la ventana aérea, hasta
que, después de un segundo, los demás parecieron darse cuenta también.
"¡Oh...!"
La sorpresa se reflejaba en sus cuatro caras.
"Sí, tenía razón. ¿Ves cómo se mueven, cómo se pelean? ¡Ambos han estado entrenando
con Xinglou!"
◇◇◇
"¡Hrraaaaaaaaaaagh!"
"¡Hyaaaaaaaaaaaagh!"
Dos estruendosos rugidos resonaron por toda la arena cuando el poder chocó con el poder.
El primer Lester MacPhail, alias Kornephoros, se lanzó con su gigantesco hacha tipo Lux,
el Bardiche-Leo.
La otra, Irene Urzaiz, usó sus manos desnudas para apartar su arma.
Este combate, en el escenario del Domo Canopus, fue su primer encuentro en casi dos años
y medio.
"¡Conozco ese movimiento! ¿¡No me digas que también estabas entrenando en el

Liangshan!?"
"¡Esa es mi línea, idiota gigante! ¡No me extraña que te hayas vuelto tan fuerte!"
Lester balanceó el Bardiche-Leo con una enorme velocidad, mientras que Irene saltó hacia
adelante cuando pasó a un lado, demasiado cerca para que él pudiera dar un golpe directo.
"¡Eso va para ti también! Erenshkigal puede que te haya arrebatado tu Orga Lux, ¡pero eres
mucho más fuerte que la última vez!"
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Irene apuñaló con su mano a una velocidad increíble, pero eso solo no sería suficiente para
detenerlo.
Mientras cerraba la poca distancia que quedaba entre ellos, Lester se movió para golpear
con su mano extendida con el codo, pero ella terminó dando un fuerte golpe en la parte superior
de su brazo.
"¡Idiota! ¿Creíste que me había olvidado de eso? ¡No me engañarás dos veces con eso!"
"¿Sí? ¡Esta es la oportunidad perfecta para recompensarte por lo de la última vez! ¡Toma
esto!"
Ignorando el dolor, Lester cambió su agarre para agarrar al Bardiche-Leo con una sola
mano, usando su mano libre para dar un poderoso puñetazo.
"¡Guh...!"
Irene logró atrapar el golpe con ambas manos, pero la fuerza detrás de él fue suficiente para
enviarla volando hacia atrás a través del escenario.
Al momento siguiente, Lester reajustó su arma y se abalanzó sobre ella desde arriba,
apuntando a un decisivo golpe por encima de la cabeza.
"¡No tan rápido!"
Irene, sin embargo, retorció su cuerpo por el aire, esquivando el golpe por una fracción de
centímetro. Luego, aterrizando con su pie derecho sobre el Bardiche-Leo, que ahora estaba
encajado en el suelo, usó su pie izquierdo para dar una poderosa patada giratoria.
"¡Tch!"
Lester lo protegió con su brazo izquierdo, pero el golpe fue tan poderoso que prácticamente
hizo eco en todo su cuerpo. Pensar que podía dar un golpe tan formidable desde una posición
tan desventajosa...
"¡Impresionante, Irene Urzaiz...!"
"he, tú tampoco te quedas atrás! ¡Seguro que no pudiste haber hecho eso la última vez...!"
Con ese intercambio, cada uno de ellos se retiró para recuperar el aliento.
Y luego...
"¡Raaaaaaaaaarrrgh!"
"¡Hraaaaaaaaaaaaaah!"
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Una vez más saltaron el uno hacia el otro, ambos desatando terribles gritos de guerra.
Esta vez, sin embargo, Lester atacó desde el frente, mientras que fue Irene quien trató de
dar la vuelta a su lado.
¡Maldita sea, es rápida!
Antes de que pudiera alcanzarla, Irene saltó y luego, enroscando su cuerpo en una pelota
mientras se lanzaba por el aire, giró y dio una impactante patada de hacha.
"¡Gah...!"
Lester se protegió con su brazo y extendió la mano para agarrar su pierna, pero Irene fue
un paso adelante, usando ese brazo extendido como punto de apoyo y lanzándose en una
voltereta sobre su cabeza. Entonces, de cabeza y en el aire, ella desató un poderoso golpe
con la mano derecha en la parte posterior de su cabeza.
Se las arregló para esquivar el golpe haciendo una finta hacia adelante, mientras que al
mismo tiempo se retorcía y balanceaba el Bardiche-Leo.
Su alcance, sin embargo, se quedó corto.
"¡Ngh...!"
"¡Tch...!"
Irene, habiendo aterrizado a salvo en el suelo, y Lester, levantando su hacha delante de él

y restaurando su postura de lucha, se fijaron el uno al otro con miradas torpes.
Estaban, a todos los efectos, igualados. Lester tenía la ventaja en cuanto al poder
destructivo de cada golpe, pero Irene estaba en primer lugar en cuanto a la velocidad y el ritmo
de sus ataques.
El poder absoluto del Bardiche-Leo de Lester era tal que normalmente no tendría dificultad
en empujar a su oponente con el pie trasero. Irene, quizás cautelosa de esa hacha de guerra,
o quizás recelosa dada la diferencia en el alcance de sus respectivos ataques, estaba siendo
inusualmente cuidadosa al perseguirlo.
Sin embargo, con la forma en que enfocaba su prana en sus puños, su propio poder de
ataque no podía ser subestimado. Incluso si dedicaba parte de su prana a la defensa, si esos
golpes con la mano de lanza hacían contacto, lo atravesarían como un papel. De hecho,
dudaba que enfocar cualquier cantidad de prana fuera efectivo para detener esos golpes
cortantes. Había investigado a luchadores similares antes del combate y encontró un viejo
artista marcial de Jie Long con un estilo de ataque similar, pero desafortunadamente, eso no
le había ayudado a desarrollar una contraestrategia.
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Para añadir más complicaciones, Irene evidentemente había templado sus habilidades
hasta el extremo. No había manera de que un luchador promedio pudiera lograr ese
movimiento en el aire que ella había logrado unos momentos antes.
"...Sólo por curiosidad", dijo, "¿cuál fue tu clasificación final en el Liangshan?"
"Otsubu. ¿Tú?"
"Koubu".
"¡Tch! ¿¡Así que estás más arriba que yo!?" Irene frunció el ceño frustrada.
El sistema de clasificación de Xinglou en el Liangshan se dividió en cuatro niveles: koubu,

otusbu, heibu y teibu, en ese orden. En otras palabras, Lester se clasificó entre los luchadores
más fuertes reunidos allí. Sin embargo, era prácticamente imposible medir mucho más sobre
el sistema que eso. Para empezar, Xinglou nunca había revelado qué factores contribuían a
ello, ni tampoco les había dicho a cuántos estudiantes estaba enseñando.
Bueno, entonces... ¿qué sigue?
Desde que había empezado a entrenar en el Liangshan, el nivel de destreza y técnica de

Lester había superado sus más salvajes expectativas. Como uno de los luchadores de más
alto rango allí, confiaba en que podía derrotar a la mayoría de los oponentes, pero para su
disgusto, le era difícil controlar los movimientos de Irene.
Sin embargo, por su parte, Irene no sería capaz de dar un golpe decisivo sin ponerse a su
alcance, tampoco.
En ese caso...
"Muy bien, gran tonto. Tengo una propuesta para ti", dijo Irene. "Estirar esto se está
volviendo aburrido. ¿Por qué no decidimos esto ahora? ¡Pongamos todo lo que tenemos en
un ataque final!" Y con eso, levantó su dedo índice en el aire, sujetándolo con una sonrisa
indomable.
"...Todo o nada, ¿eh?"
"Eso será más interesante que desgastarnos mutuamente de esta manera, ¿no crees?"
"...Está bien. ¡Suena bien! ¡Picaré!"
Tuvo que admitir que ese tipo de batalla también se ajustaba mejor a sus propios gustos.
"¡Heh-heh! ¡Ahora estás hablando!" Irene se rió, poniendo una pierna adelante y
preparándose para atacar.
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En respuesta, Lester apretó el agarre de su mano derecha en el Bardiche-Leo,
manteniéndola en posición horizontal, así que no importaba la dirección desde la que su
oponente se lanzara, estaría listo para contrarrestar.
"Muy bien... ¡Ahora!"
Y con eso, Irene parecía desaparecer completamente.
"¡Tch!"
Por supuesto, ella no se había desvanecido simplemente. Su velocidad explosiva era tal
que no había sido capaz de captar sus movimientos.
¡Igual que ese mocoso de Jie Long...!
Era una técnica de movimiento de ultra alta velocidad, producida por enfocar el prana en las
piernas. Aunque era raro, dado que era bastante común para los artistas marciales enfocar su
prana en sus puños, no había nada particularmente extraño en ello.
Balanceó el Bardiche-Leo a su derecha, pero era demasiado lento. No había manera de que
pudiera llegar a tiempo.
Y sin embargo...
"¿¡Guh!?"
-El golpe de la mano de Irene se detuvo repentinamente a pocos centímetros de la cresta

de su escuela.
"¡Tú...!" Al toser sangre, lo arregló con una mirada torva.
"Lo siento, pero no fuiste la única que mantuvo su mejor movimiento para el final."
Irene bajó la mirada, sólo que ahora viendo que, en su mano izquierda, Lester estaba
agarrando un segundo Bardiche-Leo, con su pomo incrustado profundamente en su abdomen.
Era una técnica defensiva-ofensiva mixta, posible sólo con el uso simultáneo de dos armas.
Este era el nuevo estilo de batalla que había dominado durante su estancia en el Liangshan.
"Feh... ¡Tú... tú me tienes...!" Irene exhaló, antes de caer inconsciente al suelo.
Tomándola en sus brazos, Lester murmuró: "Considere la cuenta saldada, Irene Urzaiz".
"¡Fin de la batalla! Ganador: Lester MacPhail!"
Y con eso, la voz automatizada sonó, anunciando que había llegado a los dieciséis finalistas.
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◇◇◇
"Ngh... ¡Aquí!"
Saya desató una descarga simultánea del último barril de su pistola tipo 41 Lux, la
Waldenholt Mark II.
Seis líneas de tiro atravesaron el aire, descendiendo sobre su oponente, Curtis Wright, el
Ningirsu de Allekant, el Águila de Doble Cabeza, cuando...
"¡Ha-ha-ha-ha-ha-ha! ¡Sigue adelante!" Curtis esquivó las seis explosiones, como si bailara
en el aire.
Había sido capaz de seguir a su oponente lo suficientemente bien y había usado el

Waldenholt Mark II, el Lux más preciso de su arsenal, para disparar seis cargas sincronizadas,
y aún así no fue suficiente.
Deslizándose a través de ese torrente de luz, arremetió contra ella con una velocidad
increíble. A sus pies había dos grandes lanzas, o más precisamente, dos espadas brillantes
en forma de lanza pertenecientes a la Rect Lux.
En otras palabras, estaba usando esa Rect Lux para volar por el aire.
"Ugh... ¡Ustedes los Allekant y sus molestos artilugios...!" Saya escupió, retrocediendo en
un intento de evitar que llegara al vernier de su unidad de espalda.
Sin embargo, no fue lo suficientemente rápida. Curtis pasó rozando, rasgando la sección
que cubría su brazo. Su increíble velocidad era demasiado. Saya había desviado la potencia
que podía permitirse del vernier a sus mecanismos de control de retroceso y lo había ajustado
específicamente para maniobras aéreas de alta velocidad, pero aún así no era suficiente contra
el Rect Lux de su oponente.
"¿Artilugios molestos...? ¡Podría decir lo mismo de los suyos, Srta. Sasamiya! Nunca he
visto nada en Allekant como los Luxes que usted usa!" Curtis, flotando en el aire, se rió mientras
cruzaba los brazos.
Era un estudiante de primer año del Instituto Académico de Allekant, asignado a la clase
práctica, con el cabello castaño rebelde y un rostro joven, casi infantil.
Su habilidad para el combate, sin embargo, estaba muy por encima de la norma.
Puede que sólo usara un Rect Lux normal, pero su grado de control sobre él desafiaba toda
razón, y los ataques de Saya no podían alcanzar su objetivo.
"Cañón Gatling tipo 35 Lux, Granvaleria", murmuró, devolviendo el Waldenholt a su soporte

en la cintura y activando un gigantesco cañón automático del tamaño de un tronco.
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"¡Whoa! ¡Parece que está guardando todavía algo más que el anterior!" exclamó Curtis,
cayendo al otro lado del escenario.
En lo que respecta a la velocidad bruta, Hufeng Zhao de Jie Long hizo que su actual
oponente fuera fácilmente vencido.
Y en cuanto a la movilidad, Rimcy, con su unidad de vuelo, era innegablemente su superior.
La verdadera razón por la que Saya no podía dar un golpe a Curtis era su gran
imprevisibilidad, no podía predecir lo que haría a continuación en un momento dado. Los
terminales del Rect Lux a sus pies funcionaban efectivamente como impulsores vernier,
permitiéndole acelerar rápidamente y cambiar de dirección en el aire. Pero aún más
preocupante, las acciones de su usuario eran simplemente tan caóticas que se quedó sin poder
leerlas en absoluto.
Tendré que recurrir a la superioridad numérica, entonces...
Poniendo a su propio Lux bajo su brazo, apuntó directamente hacia él y disparó.
La Granvaleria podía disparar cuatro mil balas por minuto. La descarga que dejó escapar
fue prácticamente un huracán.
"¡Yahoo!"
Aún así, ni uno solo de ellos alcanzó su objetivo. Curtis más o menos pasó por encima de
su barrera en un amplio arco mientras lo perseguía.
"¡Grrrrrr...!" Saya rechinó los dientes por frustración.
El único medio de ataque de su oponente era anotar un golpe directo con su Rect Lux. No
parecía llevar ninguna otra arma. En lo que respecta a Saya, eso era más estupidez que
valentía.
Siendo así, hubiera sido lógico intentar atraerlo a una emboscada mientras hacía su ataque,
pero para gran frustración de Saya, eso también había resultado ineficaz. Se balanceaba de
un lado a otro como una corriente salvaje, a veces subiendo peligrosamente por el aire, y otras
cayendo en picado hacia el suelo. Tan pronto como parecía estar saltando hacia arriba, se
ponía detrás de ella y bajaba volando desde lo alto.
Pero a pesar de sus limitadas opciones de ataque, continuó variando tanto que Saya quedó
completamente asombrada. De hecho, su oponente tenía que ser una especie de genio natural
para poder hacer un uso tan eficiente de sus limitaciones.
Lo que significaba, sospechaba, que su talento había sido forjado por Ban'yuu Tenra.
"¡Vamos! ¡Ah-ha-ha-ha-ha!"
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Esta vez, giró en círculos por el aire en su Rect Lux mientras esquivaba el continuo
bombardeo de la Granvaleria.
"¡Necesitarás algo mejor que ese tirador de guisantes para derribar a este Rect Lux mío!
¡No subestimes al Shalurgus!"
"¡Eres un hablador...!" Saya murmuró en voz baja.
Era cierto que cada bala individual disparada desde la Granvalería no era particularmente
poderosa - la idea era usarla para lanzar una abrumadora andanada - o bien como fuego de
supresión. Si no se instalaban múltiples piezas de manadita usando el método de transición
LOBOS, si se intentaba aumentar la potencia de salida más allá de lo que se había hecho, el
núcleo del Lux inevitablemente se colapsaría.
Para Saya, que siempre había hecho hincapié en las grandes armas y en la enorme potencia
de fuego, las palabras de Curtis fueron nada menos que humillantes.
"¡Velocidad, libertad y fuerza! ¡Ese es mi lema!" Curtis exclamó mientras se movía por el
aire, las terminales de su Rect Lux dejando cegadores arcos de luz en su camino.
¿¡Aún se está volviendo más rápido...!?
Mezcló balas de vuelo recto con las de arco, pero aún así ninguna logró alcanzarlo.
Y entonces...
"¡Te tengo!"
“¡—!”
Saya saltó hacia adelante para esquivar el siguiente ataque de Curtis, mientras él se
balanceaba detrás de ella y se abalanzaba desde arriba. Se las arregló para escapar de la
herida, pero él se acercó lo suficiente como para arrancar unos cuantos mechones de pelo,
enviándolos a caer suavemente al suelo.
"¿Hu-uh? Qué raro, creí que te había atrapado esa vez... ¡Ah, ya veo! ¡Señorita Sasamiya,
usted es tan pequeña que debo haber juzgado mal mi puntería!"
"¿Cómo te atreves? ¡Es imperdonable!"
Una vez más, Saya dio un gran golpe con la Granvalería, pero como temía, no fue suficiente
para anotar algún golpe.
"¡Ah-ha-ha-ha-ha! Sabes, pensé muy bien de ti después de ver tu batalla con Rimcy, ¡pero
supongo que esa marioneta no debe haber sido todo lo que la gente dice que es!" Curtis rió
alegremente mientras saltaba por el aire, su tono de voz, a pesar de sus palabras,
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aparentemente desprovisto de malicia. "¡Bueno, no es que pensara que tendría algún problema
para vencer a Rimcy yo mismo!"
"...¿Oh?"
Con eso, Saya dejó de disparar y bajó la cabeza.
"Ahora bien, ¡quizás es hora de terminar esto!" Tan pronto como Curtis terminó de hablar,
las espadas gemelas de su Rect Lux dividido comenzaron a crecer.
Estaba usando las Artes Metereolicas para aumentar su tamaño. Sin duda cualquier intento
de defensa resultaría ineficaz.
"¡De acuerdo, entonces, voy a por ti!"
Incrementó su velocidad aún más, arqueando el aire en círculos cada vez más pequeños
como un taladro gigante. Un poderoso vórtice de viento envió el cabello de Saya en todas las
direcciones posibles.
"¡Imdolgud!"
"...te vas a arrepentir de esto, mocoso." Completamente compuesta, Saya activó uno de sus
nuevos Luxes. "Tipo 42 Lux de pila de explosivos": Aresbringer."
Mientras hablaba, un largo y cilíndrico Lux emergió para abarcar todo su brazo derecho.
Este fue uno de sus nuevos Luxes, el arma personalizada definitiva, diseñada
específicamente tanto para liberar un tremendo poder a corta distancia como para hacer el
máximo uso de sus propias técnicas específicas de lucha.
Había conseguido engañar a Curtis para que se lanzara en picado sobre su Rect Lux,
esperando a que estuviera lo suficientemente cerca para atravesarla, antes de apartarse
hábilmente y aplastar al Aresbringer contra él con todas sus fuerzas.
"Estilo Amagiri Shinmei, Técnica de la Espada Sasamiya: ¡Detonación de cuatro cuernos!"
"¿¡Qué!?"
Cuando la explosión fue liberada, una ultrapotente explosión de energía de rango

ultrasónico engulló las hojas del Rect Lux de Curtis, enviándolo en picada indefenso al suelo.
Su núcleo de manadita destruido, el Rect Lux de Curtis explotó en una brillante explosión,
dispersándose por el escenario en minúsculos fragmentos.
"¿Qué... qué... qué... qué...? ¡E-eso fue intenso...!" Después de haber sido arrojado a través
del escenario por la explosión, Curtis, sentado en el suelo, se frotó la mano contra la espalda,
con los ojos llorosos. "En retrospectiva, creo que hay algo que debería decirte..."
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"¿Oh...?"
Mientras Saya bajaba el Aresbringer frente a sus ojos, Curtis le mostraba una sonrisa torpe,
levantando sus manos vacías en el aire:
"Yo... lo siento..."
◇◇◇
"¡Gracias, Sr. Amagiri! ¡Estoy deseando que empiece el día de hoy!" La chica inclinó su
cabeza tan profundamente que casi parecía que su largo flequillo podría llegar al suelo.
Parecía algo mayor que la última vez que Ayato la había visto, más madura.
"No seas tan dura conmigo, Minato...", respondió él, extendiendo su mano. "Ha pasado
mucho tiempo, ¿verdad?"
"S-sí. ¡Tienes buen aspecto!" respondió ella, agarrando nerviosamente la mano de él con la
suya.
La fuerza de ese agarre fue suficiente para que él pudiera decir cuánto esfuerzo y
entrenamiento había estado acumulando desde la última vez que se encontraron.
Técnicamente, sólo se habían visto una vez, cuando ella y sus compañeras de equipo
vinieron a presentar sus respetos después del final de los Gryps. Minato había formado parte
del equipo Kaguya de Queenvale en el torneo de grupo y, como ocurrió, uno de sus
compañeros de equipo, Yuzuhi Renjouji, era un viejo conocido suyo y un estudiante del estilo
Amagiri Shinmei.
El equipo Kaguya había llegado hasta las semifinales, pero debido al importante daño que
cada uno de sus miembros había recibido a manos del equipo mercenario de Le Wolfe en su
combate de cuartos de final, finalmente no pudo competir. Incluso ahora, sin embargo, Ayato
todavía podía imaginar lo maravillosamente que habían luchado uno al lado del otro. El hecho
de que hubieran llegado al punto en el que habían y se hubieran enfrentado al equipo de
Gallardworth, Lancelot, dejando de lado si habrían ganado ese combate, era una prueba en sí
misma de lo hábiles que eran cada una.
"Y ahora, habiendo entrado en el escenario, el concursante Amagiri y la concursante

Wakamiya se dan la mano! Esta clase de deportividad es un buen cambio de ritmo
considerando el nivel de algunos de nuestros combates anteriores, ¿no te parece, Zaharoula?"
"Bueno, en realidad no me molesta, siempre y cuando tengamos un buen combate... Pero

aún así, para ser totalmente sincera contigo, Kennin Fubatsu fue increíblemente poderoso en
los Gryps del año pasado. En lo que respecta a la actuación en combate cuerpo a cuerpo,
tiene que estar entre mis cinco mejores esta vez. Así que o la pondría a la par con el Murakumo
en ese aspecto, o tal vez incluso..."
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Ante estas inesperadas palabras de elogio de la comentarista, Minato se encontró
sacudiendo la cabeza.
"¡No, no, no! ¡No estoy ni cerca de tu nivel, Sr. Amagiri!"
"Ha-ha, no hay necesidad de ser modesta. Cualquiera que haya visto sus anteriores
combates debe saber que Zaharoula no está exagerando allí."
El propio Ayato estaba profundamente impresionado por su actuación en los preliminares.

Puede que lo haya pasado mal en el segundo combate, ya que se enfrentó a un oponente
especializado en el combate a larga distancia, lo que demostró que su estilo de lucha no era
perfecto, pero en sus otros combates había podido demostrar su abrumadora destreza en el
combate cuerpo a cuerpo. Él mismo dominaba las técnicas de lucha del estilo Amagiri Shinmei,
pero no tenía ni idea de cuál sería el resultado si intentaba enfrentarse a ella directamente.
"Además", Ayato se acercó cuando la voz de Zaharoula resonó repentinamente en el

escenario:
"Además, Kennin Fubatsu nunca ha usado un Orga Lux antes. Eso podría realmente inclinar
la balanza".
"Bien, según mis datos aquí, la concursante Wakamiya está actualmente en posesión de
Járngreipr de Queenvale, los guanteletes de acero laminado, pero no terminó de usarlos en
las preliminares!"
"El costo de su uso hace difícil su uso en un torneo. Y no sé si serán capaces de hacer
frente a la Ser Veresta de Murakumo, tampoco..."
"...Eso se acerca bastante a lo que iba a decir", dijo Ayato, mostrándole una sonrisa de
disculpa.
Minato le devolvió la sonrisa, quitando el cuerpo de activación del soporte en su cintura.

"¡Por supuesto, esta vez pienso usarlos!"
Mientras activaba el Orga Lux, un par de gigantescos guanteletes plateados se

materializaron alrededor de sus puños.
"Así que ese es el Járngreipr..."
"Sus habilidades no son las más poderosas... pero se ajusta a mi estilo de batalla", dijo
Minato, presionando los guanteletes gemelos.
El Járngreipr era capaz de ajustar su propio peso. En ciertos aspectos, era similar a la
habilidad del Gravisheath para manipular la gravedad, pero en este caso, sólo era el propio
peso del Orga Lux el que estaba siendo controlado, no el de su usuario u objetivo.
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El coste de su uso era el sueño. Se decía que cuanto más se usaba, más necesitaba su
usuario un largo período de descanso para recuperarse. Comparado con el deseo de sangre
de los Gravisheath, era un coste bastante bajo, pero viendo que el Járngreipr podía fácilmente
exigir más de veinticuatro horas de sueño a la vez, su uso en un torneo como el Festa introdujo
la posibilidad de que su usuario no pudiera llegar a su siguiente combate. Además, el sueño
en el que ponía a su usuario no era un sueño ordinario, simplemente no había forma de
despertarlo hasta que su costo requerido hubiera sido satisfecho.
Parte de la razón de Minato para no haber usado el Járngreipr hasta ahora puede haber
sido ocultar su potencial a futuros oponentes, pero sin duda le preocupaba aún más el costo
que le exigiría.
"Bueno, el coste es un poco molesto... ¡Pero no puedo permitirme preocuparme por el

mañana contra un oponente tan hábil como tú, Sr. Amagiri!" Minato declaró.
"En ese caso, será mejor que yo también me prepare", respondió Ayato, activando el Ser
Veresta.
Mientras lo hacía, la multitud reunida en la tribuna estalló en gritos de entusiasmo.
"Ahora que nuestros dos concursantes han activado sus Orga Luxes, ¡es hora de poner en
marcha este espectáculo! El ganador de esta cuarta ronda se abrirá camino entre los dieciséis
primeros!"
Ayato y Minato se inclinaron el uno al otro y retrocedieron a sus respectivas posiciones de

partida. Minato mantuvo su puño derecho listo frente a ella, mientras Ayato mantuvo el Ser
Veresta a la altura de los ojos.
"Lindvolus Ronda 4, combate 1-comienzo!"
Tan pronto como la voz automatizada sonó, Minato corrió directamente hacia él. Ayato
levantó su espada para contraatacar, pero Minato saltó inmediatamente a su lado, girando su
cuerpo mientras se lanzaba a un poderoso golpe de revés.
"¡Yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!"
Ayato empujó el Ser Veresta hacia atrás para atrapar el golpe, cuando...
"¿¡Qué!?"
-el tremendo shock lo hizo volar hacia atrás más de diez metros.
¿Cómo puede ser tan poderoso...?
El shock fue de un nivel que nunca antes había experimentado, como ser golpeado con toda
la fuerza de una montaña escarpada. No había absolutamente nada que le permitiera
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prepararse para el ataque. Comparado con esto, el Comedor de Lux que había enfrentado en
el primer combate era prácticamente un juguete para niños.
No podía decir cuánto había aumentado el peso de esos guanteletes, pero era bastante
claro que el peso correspondía directamente con su potencial destructivo. No importaba desde
qué ángulo intentara ver el Járngreipr, el Orga Lux de su oponente era mucho más amenazador
de lo que había imaginado.
"¡Todavía no...!" Minato se precipitó hacia él, lanzándose a su persecución.
Mientras se lanzaba hacia él con su mano derecha, Ayato se echó atrás para evitar, aunque
fuera apenas, su puño.
Y con eso, Minato perdió el equilibrio, cayendo hacia adelante. Probablemente sólo había
aumentado el peso de sus guanteletes en el momento en que planeaba hacer contacto, pero
dado que estaba balanceando algo tan increíblemente pesado, Ayato había sospechado que,
si fallaba en su objetivo, el peso de esos guanteletes sería suficiente para llevarse todo su
cuerpo con él. No importa cuán físicamente robusta sea una Genestella, si ese Orga Lux no
se manejaba correctamente, probablemente terminaría arrancando los brazos de su usuario.
Ayato se apresuró a aprovechar la apertura momentánea, pero se dio cuenta

inmediatamente de que este pensamiento había sido demasiado optimista.
Minato utilizó el impulso de su ataque fallido para girar por el aire, lanzando un segundo
golpe con su mano izquierda. Su velocidad fue tan increíblemente rápida que su puño terminó
rozando la punta de su nariz mientras caía hacia atrás.
"¡Hrgh...!"
Dejando que su impulso la llevara, Minato giró como un trompo, sin dejar ni una sola abertura
que Ayato pudiera aprovechar.
Ya veo... Así que esto es lo que quiso decir cuando dijo que se ajustaba a su estilo de
batalla...
El estilo de lucha de Minato Genkuu era una escuela especializada de combate mano a
mano que enfatizaba la rotación del cuerpo y el movimiento en arcos y círculos. Sus
practicantes habían perfeccionado los sentidos del equilibrio, y por lo tanto no podía haber un
arma más apropiada para tales luchadores que una que combinara ese impulso con el poder
destructivo de un peso tan aplastante.
Ayato no pudo evitar observar con admiración.
Comprendió muy bien que sería una desventaja para él intentar permanecer a la defensiva.
Podía intentar usar su técnica Tsugomori para contrarrestar sus ataques, pero como ya la
había usado una vez en el torneo, no quería presumir más de lo que ya lo había hecho. En
cualquier caso, con la forma en que la postura de Minato mantenía la cresta de la escuela
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protegida por su mano izquierda, incluso usando la técnica Tsugomori para intentar pasar a
través de su Orga Lux resultaría difícil.
En ese caso, su mejor opción era permanecer a la ofensiva.
"¡haah!"
Bajó al Ser Veresta en un corte diagonal, obligando a su oponente a atraparlo con sus
guanteletes y empujarlo a un lado.
Mientras lo hacía, Ayato echó las muñecas hacia atrás y llevó su espada hacia el torso de
ella, con el objetivo de liberar un rápido empujón. Pero para su sorpresa, Minato siguió
recibiendo el primer intento, y luego el siguiente. No bloqueaba sus ataques, sino que los
devolvía contra él.
Sin embargo, no podía permitirse el lujo de dejar de atacar.
Aunque no estaba al nivel de la técnica de las nuevas grúas conjuntas de Kirin, puso todo
su empeño en empujar, avanzar y cortar hasta la última abertura posible que se revelara.
"¡Wow! El concursante Amagiri se ha lanzado a una increíblemente feroz cadena de

ataques! Pero mira que magníficamente la concursante Wakamiya se las arregla para
mantenerse firme!"
"¡Ugh...!" La frustración, o quizás el dolor, se reflejó en la cara de Minato, pero aún así ella
continuó bloqueando cada uno de sus movimientos.
Francamente, Ayato debería haberla vencido fácilmente en cuanto a fuerza física y

resistencia. Mientras ambos estuvieran peleando con sus armas preferidas, él con una espada
y ella con sus puños, él debería haber sido el más competente de los dos.
¿Cómo, entonces, se las arreglaba para mantenerlo alejado de esta manera?
La única explicación posible es que estaba acostumbrada a recibir ataques aún más
poderosos. Y no sólo una o dos veces seguidas.
"¡El Ban'yuu Tenra te han entrenado bien...!" Ayato murmuró sin disminuir el ritmo de su
ataque.
Los ojos de Minato se abrieron de par en par, sorprendidos por un breve momento, antes
de que ella respondiera con más de un indicio de vergüenza: "¿Sabes algo de eso?"
La única manera en que Ayato podía creer que alguien pudiera mostrar un crecimiento tan
dramático en sólo un año era si había recibido entrenamiento a manos de la presidenta del
consejo estudiantil de Jie Long.
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Sin embargo, era poco probable que Xinglou Fan estuviera dispuesta a entrenar a los
estudiantes de las otras escuelas sin algún tipo de condición previa. Ella sin duda exigía algo
de sus estudiantes a cambio.
"Debes tener un deseo que necesites que se te conceda si estás dispuesto a llegar tan
lejos..."
Ayato se precipitó hacia adelante, bajando su espada sobre su oponente desde arriba.
Minato, sin embargo, recibió el golpe con sus puños y luego lo pateó en un contraataque.
"¡Claro!" respondió ella. "¡Tengo un sueño que necesito hacer realidad!"
Ayato se giró hacia atrás para evitar las puntas de sus zapatos.
Al principio, le había sorprendido su considerable nivel de poder, pero la naturaleza de sus

ataques, todos los cuales requerían un aumento de la velocidad al lanzar largos arcos por el
aire, era en sí misma una limitación considerable. Si se acercaba a la batalla con calma, no le
sería imposible evitar sus ataques, incluso a corta distancia, pero por supuesto, no sería capaz
de bajar la guardia.
Un sueño, ¿eh?
El deslumbrante brillo de los ojos de Minato sugería que realmente estaba luchando por
algo.
Aunque Ayato conocía a muchos estudiantes de Asterisk que luchaban para que se les
concediera un deseo, no conocía a ningún otro que luchara por una razón tan pura como un
sueño. Para Julis y Kirin, y para él mismo, por lo que luchaban no era tanto un sueño sino un
medio para alcanzar una meta. Por muy parecidos que fueran, había una diferencia inequívoca
entre la necesidad de lograr algo, la necesidad de evitar que algo ocurriera y el deseo de hacer
realidad un sueño.
Tal vez por eso había algo refrescante, algo que lo dejaba sintiéndose inesperadamente
cálido por dentro, sobre esta estrecha competencia de ataque y defensa.
"Si no le importa, ¿no me contará sobre este sueño suyo?"
Ayato se apresuró a golpear a su oponente con el codo derecho, antes de agacharse y tratar
de tropezar con ella con su pierna, pero Minato rápidamente se giró, saltando hacia atrás para
poner algo de distancia entre ellos.
"¿Oh? ¿Estás interesado?" Ella rompió en una sonrisa alegre mientras corregía su postura
de lucha. "¡Mi sueño... es ir a la luna!"
"¿¡Eh!?"
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Minato arremetió con una estocada directa. A diferencia de sus anteriores ataques con arco,
éste era mucho más similar a los movimientos empleados por los artistas marciales de Jie
Long.
Ella saltó a través del suelo, cada paso dejando la tierra temblando mientras corría,
golpeándolo con un golpe decisivo.
"La luna... ¡Qué... bonito... sueño!"
“¡—!”
Ayato no pudo evitar impresionarse al repeler cada uno de sus golpes consecutivos. Había
algo puro y honesto en su ambición, algo que hacía que pareciera el deseo más adecuado
para un torneo como la Festa.
"¡Gracias! Originalmente era el sueño de mi padre, ¡pero ahora lo he hecho mío!"
"¿Oh...?"
Ayato se contrarrestó con las Serpientes Gemelas, pero Minato cruzó sus brazos, cogiendo
su espada con el Járngreipr.
En ese momento, Ayato se dio cuenta de algo que le hizo detenerse en seco.
¿Eh...? ¿La luna...?
En la era actual, quedaban muy pocas organizaciones dispuestas a invertir en la exploración

espacial a gran escala. Pero había una que recordaba haber escuchado no hace mucho
tiempo...
"¡No bajes la guardia!"
"¡Ups...!"
Se había permitido distraerse, retrasando su respuesta. Incapaz de esquivar el golpe de

Minato, enfocó su prana en un lado de su cuerpo mientras una sacudida de dolor penetrante
lo atravesaba. El golpe fue tan poderoso que probablemente terminó rompiendo al menos una
de sus costillas.
"Ha-ha... Tal vez debería concentrarme en el asunto en cuestión...", dijo, cayendo de

espaldas.
Un destello de dolor recorrió su cara, pero rápidamente trabajó para tener su respiración
bajo control, corrigiendo su postura con el Ser Veresta.
"En ese caso... ¿tal vez deberíamos terminar esto?"
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La expresión de Minato se tornó grave cuando se lanzó hacia adelante, pegada al suelo.
Por lo que parece, se preparaba para asestar el golpe decisivo.
Había pocas dudas de que Ayato tendría la ventaja en una competencia prolongada.
Siempre podía elegir mantener el actual intercambio de golpes, esperando que ella cometiera
un error, como él mismo acababa de hacerlo.
Antes del combate, había revisado todos los datos disponibles sobre su oponente y encontró
que ella tenía dos grandes debilidades. La primera era su menor capacidad para hacer frente
a los ataques de largo alcance, mientras que la segunda era su relativa escasez de prana. De
hecho, había terminado de agotar toda su prana durante los Gryps el año anterior. Y viendo
que la cantidad de prana era parte de la constitución física de uno, y permanecía fija desde el
nacimiento, ni siquiera su entrenamiento por parte de Ban'yuu Tenra debería haberla afectado.
Si seguían peleando como lo hacían, ella terminaría agotando su prana, quisiera o no. Su
uso del Járngreipr ciertamente no ayudaría en ese sentido. Era definitivamente mejor que
luchar con las manos vacías como uno de los artistas marciales de Jie Long, que requería un
considerable prana para empezar, o combinar ese tipo de estilo de lucha con un Lux normal
de tipo nudillos, que habría requerido el uso de las Artes meteóricas para enfrentarse a los
tipos de luchadores que habían entrado en el Lindvolus. Comparado con eso, un Orga Lux que
no requería el consumo inmediato de una gran cantidad de prana era claramente el medio más
apropiado para aumentar su potencial de lucha, pero aún así sólo retrasaba lo inevitable.
En cualquier caso, esperar a que agotara su prana era claramente una estrategia lógica.
Lógica, sí, y sin embargo...
"Quiero pelear contigo con respeto. No todo el mundo entra en este torneo en busca de un
sueño tan puro".
Ayato perfeccionó su prana, igualando el espíritu de lucha de Minato mientras se preparaba

para lanzar su próximo ataque.
Por supuesto, tampoco podía permitirse perder este combate. Sabía también que no era la
mejor opción si quería estar seguro de ganar.
Sin embargo, si se centrara sólo en la victoria inmediata, confundiría lo insignificante con lo

esencial. Si el combate se prolongaba, terminaría también agotando su propio prana, y podría
terminar revelando su mano antes de estar preparada. Teniendo en cuenta que tenía la
intención de llegar al siguiente combate, y al siguiente, hasta el final, no era la mejor opción
disponible.
Siendo así, sus acciones actuales conllevaban cierto riesgo, pero un final rápido y decisivo
también se ajustaba a sus necesidades.
"¡Aquí voy!" Minato gritó, saltando delante de él. "¡Raaaaaaaaah!"
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Ella es rápida... Pero todavía puedo...
Ayato se hizo a un lado, dejando que su puñetazo con la mano abierta se le escapara.
Entonces, con su cresta escolar expuesta, levantó su hoja sobre su cabeza y...
"¡Ahora!"
“¿¡—!?”
Minato, quizás habiendo adivinado sus movimientos, retiró rápidamente su brazo.
No, aunque hubiera leído sus acciones, no habría tenido tiempo de corregirse tan rápido
como lo hizo.
Y para que ella pudiera hacer eso, el Járngreipr tendría que ser increíblemente liviano...
¿¡Eliminó su peso por completo...!?
Dado que tenía el poder de controlar libremente la masa del Orga Lux, debería haber sido
más que posible para ella aumentarla sólo en el momento del impacto, en todas las demás
ocasiones, sólo tenía sentido mantener esos guanteletes tan ligeros como fuera posible. Sin
embargo... ¿qué pasaría si estuviera acostumbrada a usarlos en un estado algo más pesado?
Entonces, en el momento crítico, podría dejar que ese peso disminuyera y tomar a su oponente
desprevenido...
"Oh, ¿qué es esto? ¡La concursante Wakamiya ha atrapado al Ser Veresta en el aire!"
Cuando Ayato se dio cuenta de su error, Minato ya estaba levantando los brazos en el aire,
cogiendo su espada entre las manos.
Una increíble fuerza envolvió al Orga Lux, arrancándolo de sus manos. Ella debió aumentar
su peso por un breve momento, lo suficiente para desarmarlo. La propia Minato se había
agachado en el suelo para evitar que le arrancaran los brazos, formando un cráter debajo de
ella.
"¡Ugh...!"
Ayato se movió inmediatamente para recuperar el Ser Veresta, pero antes de que pudiera
alcanzarlo, Minato lo tiró por encima de su hombro en el aire.
"¡Uy...!"
No tenía ni idea de si sería capaz de derrotarla si él la desafiaba con las manos desnudas.
Como mínimo, necesitaba poner algo de distancia entre ambos, y entonces podría...
"¡Te tengo ahora!"

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De repente, Minato saltó hacia arriba, empujando su puño derecho hacia él con todas sus
fuerzas.
Si llegamos a esto...
Sin perder tiempo en tomar una decisión, Ayato concentró su prana en una pierna y, justo
antes de que el puño de Minato revestido de Járngreipr pudiera alcanzarlo, saltó alto en el aire.
"¿¡Eh!?"
Por supuesto, si hubiera calculado mal su tiempo, aunque fuera una fracción, podría haber
sido enviado volando en cualquier dirección o incluso haber terminado volteándose, o peor
aún, si lo hubiera juzgado seriamente mal, podría incluso haber terminado aplastando sus
propios huesos.
Sin embargo, a mitad de su actual ataque, las opciones de Minato para contraatacar eran
extremadamente limitadas. Siendo así, leerlas no fue muy difícil.
"¡Guh...!"
Aparentemente lanzado al aire por el golpe de su oponente, Ayato, con la cara retorcida por
el dolor, extendió la mano y arrancó el Ser Veresta del aire. Casi alcanzó el techo del gel
protector que cubría el escenario antes de empezar a caer.
"¡Impresionante, Sr. Amagiri! ¡Pero todavía tengo la ventaja!"
Por supuesto, Minato le estaba esperando.
Hubiera sido diferente si hubiera tenido habilidades que le permitieran volar por el aire como
Julis podía, o un Orga Lux como el Tongtianzu de Hufeng Zhao, pero en su estado actual, era
imposible para él controlar libremente su descenso. A este ritmo, prácticamente caería
directamente en el próximo ataque de Minato.
En ese caso, simplemente tendría que terminar el combate antes de eso.
"¡Hauuuuuuuuuuuuuuuh!"
Con todas sus fuerzas, vertió hasta el último gramo de su prana en el núcleo de urm-
manadita de Ser Veresta.
"¡Artes meteóricas...!"
Habiendo desencadenado una sobrecarga de excitación de maná, la hoja de la Orga Lux

se hinchó hasta un tamaño gigantesco mientras Ayato soltaba un terrible rugido.
Minato, tal vez al darse cuenta de que no podría evitar el golpe que se avecinaba, levantó y
cruzó las manos sobre su cabeza en un intento de atraparla.
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"¡Aaaaaaaaaugh!"
"¡Yaaaaaaaaaaaah!"
Los núcleos de urm-manadita tanto del Ser Veresta como del Járngreipr brillaban con fuerza,
un patrón oscuro que fluía a través de la brillante hoja al chocar con esos nudillos de plata en
un deslumbrante estallido de luz.
Ambos Orga Luxes se tensaron el uno contra el otro, hasta que...
"¡Ugh... Ahhhhh!"
Incapaz de soportar el ataque por más tiempo, los brazos de Minato fueron apartados.
Y con eso, la punta del Ser Veresta cayó hacia abajo, atravesando la cresta de la escuela
de Minato al caer de espaldas.
"Minato Wakamiya, cresta rota."
"¡Fin de la batalla! Ganador: ¡Ayato Amagiri!"
Tan pronto como Ayato aterrizó a salvo en el suelo, la voz automatizada resonó en el
escenario.
"Phew..."
Se limpió el sudor de su frente antes de acercarse a su oponente caído.
"¿Estás bien, Minato?"
"Ah-ha-ha... Supongo que todavía no soy lo suficientemente buena..." Pero a pesar de sus
palabras, su expresión parecía ser de desahogo.
"No, en absoluto. Si hubiera cometido un solo error, me habrías tenido."
Ayato innegablemente tenía mayor fuerza en general, pero si era honesto consigo mismo,
apenas había logrado salir adelante. En términos de estrategia y técnicas, Minato, al parecer,
había hecho algunos preparativos muy exitosos.
"Sí, eres realmente fuerte", continuó, tendiéndole la mano como lo había hecho al principio
del combate.
"...Gracias, Sr. Amagiri," respondió tímidamente mientras la ayudaba a ponerse de pie.
Una ola de aclamaciones y aplausos llovió sobre ellos desde las tribunas.
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Epílogo
Desde la ventana aérea que iluminaba la oscuridad, sonó la discusión de Mico Yanase y
Zaharoula sobre el torneo.
"Bueno, bueno, bueno, la cuarta ronda fue una batalla muy reñida tras otra, ¿no crees?
Ahora que finalmente estamos entre los dieciséis primeros... ¿por qué no revisamos a cada
uno de los concursantes, Zaharoula? Empecemos con el primer combate de la quinta ronda.
Para empezar, tenemos al número uno de la Academia Seidoukan, Ayato Amagiri, el
Murakumo, quien, como estoy segura de que todos nuestros espectadores saben, fue parte
de los equipos ganadores tanto del Phoenix como del Gryps esta temporada y espera
convertirse en el primer concursante desde el segundo Ban'yuu Tenra en conseguir un grand
slam!"
"Si quitara a la abrumadora favorita, Orphelia Landlufen, diría que está en la cima de los
tres contendientes más prometedores", asintió. "Tiene un alto nivel de habilidad física y un
amplio conocimiento de una variedad de artes marciales. Sin mencionar su increíble cantidad
de prana-y ese Orga Lux suyo, el Ser Veresta, con su habilidad para cortar casi cualquier cosa.
Parece que no era muy bueno controlando su prana hasta hace poco, pero ahora que puede
optimizar el Ser Veresta para que se adapte a su propio estilo de batalla, diría que su debilidad
más evidente ha sido solucionada."
"Ya veo, ya veo. ¿Qué hay de su próximo oponente, entonces? ¿Rodolfo Zoppo? Basadone
es el segundo mejor luchador de Le Wolfe, ¿verdad? La gente ha estado diciendo que es el
verdadero desde hace años, pero esta es la primera vez que entra en la Festa. ¡Él seguro que
hizo una emocionante demostración en los preliminares cortando a sus oponentes!"
"Esa habilidad suya para manipular el prana de otras personas es extraordinaria. Quiero
decir, no importa quién seas, una vez que estés a su alcance, será capaz de darte un KO así
como así. Si tuviera que decir que tiene una debilidad... esa habilidad sería completamente
inútil contra un oponente que no tiene ningún prana para empezar, como, por ejemplo, esas
marionetas autónomas que los participantes de Allekant están usando como luchadores
suplentes. Por suerte para Rodolfo, los dos títeres que han entrado en el torneo principal no
están en su bloque, así que no tendrá que enfrentarse a ellos hasta la final, si es que llegan.
Aunque, incluso sin sus habilidades de Dante, sigue siendo un formidable artista marcial, así
que estoy seguro de que todos sus potenciales oponentes están ocupados elaborando
contraestrategias".
"Pasando al segundo combate, echemos un vistazo a Fuyuka Umenokouji del Séptimo

Instituto Jie Long", continuó Yanase. "Esta es también la primera vez que la Bruja de Dharani
sale al escenario público. La he oído llamar el tesoro escondido de Jie Long... ¿Pero no
pensaste que esa habilidad suya era un poco extraña, con ella convocando a esas extrañas
criaturas durante los preliminares?"
"Algo me dice que aún no hemos visto todo lo que es capaz de hacer, así que no puedo
decir nada sobre esto. Sus habilidades parecen un poco como un conjunto único de
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seisenjutsu, pero aún así... parece que es capaz de luchar por sí misma, también. Es una
persona interesante, eso es seguro. Y dado que ella está en un rango aún más alto que Raigeki
Senka en Jie Long, que, como sabes, valora la fuerza por encima de todo, estoy segura de
que esa habilidad suya no es sólo para mostrarla."
"Enfrentándose a la concursante Umenokouji está la luchadora de la Academia de Saint

Gallardworth, Noelle Messmer, que ocupa el séptimo lugar en el ranking. Perceforêt ha hecho
un movimiento bastante inusual para uno de los Page Ones de Gallardworth al entrar en el
Lindvolus. En Gallardworth, normalmente esperan que sus diez mejores luchadores se unan a
los Gryps mientras ignoran los otros torneos, ¿verdad? De hecho, la concursante Messmer fue
parte del equipo Tristan en los Gryps del año pasado, ¿no?"
"Ha habido más de unos pocos concursantes que han mostrado un crecimiento inesperado
en un corto período de tiempo y han llegado al torneo principal este año", ofreció Zaharoula.
"Noelle Messmer es ciertamente una de ellas. Ha mostrado mejoras dramáticas en el combate
cuerpo a cuerpo, especialmente considerando que solía ser su principal punto débil, pero
encima de eso, es difícil no ver cuánto han mejorado sus habilidades de área, también. Puede
que no sea tan famosa como nombres conocidos como Sigrdrífa o la Rosa de Glühen, pero
como Strega, está entre las mejores".
"Hmm, hmm, ya veo. Y a continuación... en el tercer combate, tenemos al luchador de la

Academia Seidoukan en el undécimo puesto, Lester MacPhail. El tremendo poder de ataque
de Kornephoros logró atravesar las defensas de sus oponentes en las preliminares. Entre los
dieciséis primeros, es uno de los tres únicos contendientes que no confían en las habilidades
o en Orga Luxes. Es el tipo de luchador al que le gusta decidir las cosas en un solo combate,
ya sea un combate de clasificación oficial o aquí en la Festa".
"Lester MacPhail es otro de esos luchadores que ha mostrado una increíble cantidad de
crecimiento en un corto período de tiempo. Prácticamente todo en él se ha nivelado, desde su
estilo de batalla diseñado para mantener a su oponente en la retaguardia a través de la fuerza
bruta pura, hasta sus habilidades ofensivas únicas y su forma de lucha abrumadora. Bueno,
siempre fue bueno adaptándose a las circunstancias cambiantes, pero aún así. Hablando por
mí, su combate en la cuarta ronda contra Irene Urzaiz fue algo digno de verse".
"Probablemente es justo decir que el oponente del concursante MacPhail es el caballo

oscuro de este año, el Caballero Negro de la Academia Saint Gallardworth. Su combate contra
Roswitha Dietze fue... ¿Cómo puedo decir esto...? Un poco aterrador, para ser totalmente
honesta contigo." Yanase se rió nerviosamente. "Fue fuertemente reprendido y perdió la mitad
de sus puntos como penalización, y aún así..."
"El presidente del consejo estudiantil de Gallardworth lo describió como un Dante con
múltiples personalidades diferentes. Nunca había visto un caso así antes, tampoco... ¿Cómo
llamó a su habilidad? ¿Invencibilidad? Tal vez sea un poco exagerado, pero su fuerza
definitivamente va más allá de lo normal. Estoy deseando ver cómo los otros participantes
planean tratar con él".
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"Y a continuación, en la cuarta y última ronda del Bloque Oeste, tenemos a la número cinco
de la Academia Seidoukan, Julis-Alexia von Riessfeld. La Rosa de Glühen es una Strega de
primera clase que también aspira a ganar un grand slam esta vez, y una auténtica princesa.
Cada vez que la veo pelear, es más y más asombrosa".
"Ha aumentado todas sus habilidades a un alto nivel. Con su rango de habilidades
adecuadas para el combate de medio y largo alcance, y con su Rect Lux apoyándola en el
combate cuerpo a cuerpo, tiene una gran ventaja como jugadora de todos los oficios. Además
de eso, tiene una clara aptitud para la estrategia y un buen control de su prana. Definitivamente
la incluiría en mi lista de favoritos".
"Su oponente es el número dos del Séptimo Instituto Jie Long, Xiaohui Wu", continuó
Yanase. "Estos dos últimos se enfrentaron en su combate de semifinales durante los Gryps,
pero no llegamos a verlos enfrentados directamente en ese entonces. ¡Estoy deseando ver lo
que nos tienen reservado esta vez! Se rumorea que después de su derrota en los Gryps, el
Guerrero Celestial se ha tomado una licencia para viajar por todo el mundo para mejorar sus
habilidades... Probablemente por eso fue capaz de terminar cada uno de sus combates durante
las preliminares de un solo golpe".
"Xiaohui Wu es el primer discípulo de la tercera generación de Ban'yuu Tenra, y está a la

cabeza de sus otros estudiantes en cuanto a técnicas de combate. Después de Erenshkigal,
es mi segunda elección para el ganador esta vez. Ya sea que se trate de combate cuerpo a
cuerpo, armas o seisenjutsu a corta o media distancia, él está a la cabeza de la multitud. El
hecho de que Ayato Amagiri y Kirin Toudou hayan tenido que formar un equipo durante los
Gryps para derrotarlo es bastante significativo, diría yo. Además de eso, parece que ha
desarrollado algunas nuevas técnicas para lucirse esta vez también".
"Continuando, iniciando el Bloque Este, en el quinto combate, tenemos a Saya Sasamiya

de la Academia Seidoukan. Seidoukan ha tenido cuatro estudiantes que han llegado hasta los
dieciséis primeros, su mayor número en esta etapa del torneo. Han hecho grandes progresos
desde la temporada pasada, lo suficiente para hacer difícil de creer que habían estado en
medio de una pequeña caída hace sólo unos años. Bastante sorprendente, considerando que
Le Wolfe tuvo el mayor número de participantes que llegaron a los treinta y dos primeros, pero
se han reducido a sólo dos luchadores ahora que estamos entrando en la quinta ronda".
"Bueno, considerando que esos dos entrantes sobrevivientes son sus primeros y segundos
luchadores, diría que sus posibilidades son todavía bastante buenas", previno Zaharoula.
"Pero en lo que respecta a Saya Sasamiya, todos hemos visto a sus ultra poderosos Luxes en
exhibición tanto en el Phoenix como en los Gryps. En lo que a mí respecta, están prácticamente
a la par con los Orga Luxes. Hasta ahora le ha ido bien, y puedes estar segura de que tiene
una gran potencia de fuego en lo que se refiere a combates a larga distancia. No soy una mujer
de apuestas, pero si fuera a apostar por alguien, probablemente sería por ella. Los favoritos
son bastante aburridos a estas alturas, y si esperas obtener un gran beneficio de tu apuesta,
las posibilidades de hacer una fortuna con ella no son en absoluto escasas".
"¡Oh, es un punto interesante! La concursante Sasamiya se enfrentará a Violet Weinberg

de la Academia de Queenvale para jóvenes señoritas. La especialidad de Overliezel es
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también el combate de largo alcance, pero ella tiene una buena variedad de movimientos en
la manga. Habla de lo emocionante que es tener a dos luchadores de largo alcance
enfrentándose de esta manera!"
"Violet Weinberg es otra participante que ha mostrado un crecimiento dramático en un

período de tiempo muy corto. De hecho, como yo lo veo, ella es la crema de la cosecha en lo
que respecta a ese grupo. La forma en que se maneja en el combate cuerpo a cuerpo
especialmente ha mejorado hasta un punto casi imposible, pero el desarrollo de sus
habilidades es lo más dramático de ella. Es como si fuera una persona completamente
diferente a la que compitió en los Gryps el año pasado. Si tengo que señalar una cosa que
realmente me ha llamado la atención, es que estos participantes que han mostrado un rápido
crecimiento tienen un cierto estilo de combate cuerpo a cuerpo. Es casi como lo que enseñan
en Jie Long..."
"El sexto encuentro va a ser inusual. Se trata de un combate entre los dos luchadores
suplentes de la Academia Allekant, ambos títeres autónomos. Por un lado, tenemos a la
concursante Rimcy, a quien vimos por última vez en el Phoenix, y por otro lado, tenemos a una
recién llegada, la flamante concursante Lenaty. La primera lucha en nombre de Camilla Pareto,
mientras que la segunda representa a Ernesta Kühne. Estas dos son aparentemente las
mejores amigas, fueron compañeras de equipo durante el Phoenix para empezar, y ambas
fueron responsables de desarrollar inicialmente las marionetas autónomas en primer lugar.
Este fatídico encuentro va a ser emocionante de ver, ¿no crees?"
"Para ser honesta, no estoy muy interesada en las máquinas", dijo Zaharoula con un
zumbido. "Pero... por lo que vi en los preliminares, Rimcy parece haber dado un salto evolutivo
propio también. Su armamento ha sido mejorado, así que tal vez eso lo explique. Las
especificaciones de Lenaty, por otro lado, son, para decirlo simplemente, increíbles. Supongo
que ambas tienen más movimientos ocultos que aún no han tenido que mostrar en los
preliminares, por lo que es difícil conseguir una lectura adecuada de ellos".
"Pasando al séptimo combate, estamos viendo un choque entre dos estrellas de la

Academia de Queenvale para Jóvenes. En primer lugar, tenemos a su luchadora número dos,
Neithnefer. A pesar de ser una de las mejores bailarinas del mundo, aparentemente no le gusta
enfrentarse a los medios. Es la primera vez que entra en la Festa desde el último Lindvolus,
pero dado lo espectaculares que eran sus habilidades de lucha mano a mano en aquel
entonces, ¡no puedo esperar a ver cuánto ha mejorado!"
"De los dieciséis participantes restantes, ella es definitivamente la mejor cuando se trata de
luchar con las manos desnudas. Los mejores peleadores de Jie Long pueden vencerla en
cuanto a técnicas, pero la forma en que emplea sistemáticamente sus habilidades es otro tipo
de fuerza en sí misma. La suya es una habilidad flexible, aunque violentamente primitiva, con
infinitas posibilidades de adaptación y cambio. Tal como yo lo veo, sólo alguien del nivel del
Guerrero Celestial podrá tener una oportunidad contra ella".
"Y por supuesto, su oponente que lucha por una posición en el top 8 no es otra que la
número uno de Queenvale, la cantante más popular del mundo y la subcampeona del último
Lindvolus, ¡Sylvia Lyyneheym! Pero estoy seguro de que no hay necesidad de explicar los
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logros de Sigrífa, sus habilidades hablan por sí mismas! Y estoy segura de que todos nuestros
televidentes recuerdan su combate en el campeonato contra Erenshkigal en el último
Lindvolus! "
"Sigrdrífa es la última de mis tres favoritas una vez que saques a Erenshkigal de la
ecuación", señaló Zaharoula. "Probablemente ya lo sabías, sin embargo. De todos modos, la
forma en que es capaz de aplicar sus habilidades es nada menos que increíble. Me inclino a
pensar que su combate en el campeonato la última vez fue un poco unilateral, pero se las
arregló para dar una buena pelea. No creo que haya lugar a dudas de que tendrá la mayor
oportunidad de derrotar a Orphelia Landlufen esta vez."
"¡Bueno, entonces deberíamos pasar al último combate de la quinta ronda!" Yanase tocó el
timbre. "En primer lugar, tenemos una sorpresa: la impresionante Hilda Jane Rowlands de la
Academia Allekant. Es una famosa investigadora por derecho propio y una joven de renombre
y talento en Allekant, pero lo más misterioso de todo tiene que ser que nunca antes había
participado en un combate de clasificación oficial, y mucho menos en una Festa. Incluso ahora,
me cuesta creerlo, pero en los preliminares, sus poderosas habilidades fueron suficientes para
destruir literalmente el núcleo de urm-manadita de una Orga Lux. Fue aterrador, déjame
decirte!"
"Tengo muchas cosas que me gustaría decir sobre esto, pero seré breve. ¿No te recuerda
a alguien más? Eso es lo que me molesta".
"¿Te recuerda a alguien?"
"¿No es obvio? Su oponente esta vez, Orphelia Landlufen."
"¿Eh? ¿Eso crees? Hubiera pensado que eran exactamente opuestos... ¡Ah, lo siento! Bien,
la concursante Rowlands se enfrentará al actual dos veces ganadora del Lindvolus, la
campeona invicta que actualmente espera convertirse en la primera persona de la historia en
conseguir tres victorias consecutivas! Para colmo, ¡esta vez incluso lleva una Orga Lux! ¡Con
el Gravisheath, es difícil decir que tiene un solo punto ciego! Erenshkigal, Orphelia Landlufen,
es..."
En ese momento, la ventana aérea se cerró de repente.
La joven en el centro de la sala había perdido todo interés en el reportaje.
Era una habitación vacía, amueblada con nada más que una cama, sin ventanas e invadida
por una tenue oscuridad, y a primera vista parecía más una celda de prisión que el domicilio
de un estudiante. La joven mujer de cabello blanco, sentada en el borde de la cama, cerró sus
vacíos ojos carmesí y dejó escapar un débil suspiro.
"...No falta mucho... Sólo un poco más, y finalmente... todo habrá terminado..."
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The Asterisk War
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Hola, soy Yuu Miyazaki. Ya que esta vez sólo tengo un poco de espacio para el epílogo,
trataré de ser breve. Con este decimotercer volumen de la historia, el Lindvolus finalmente se
ha puesto en marcha, y así tenemos un número comparativamente alto de batallas esta vez.
Quería incluir tantos combates como pudiera de las preliminares (originalmente, había
planeado incluir todos los combates del torneo principal), pero me topé con varias
limitaciones... Al final, me costó todo lo que tenía para mostrar a los protagonistas luchando al
máximo. Sin embargo, me alegro de haber podido dedicar más tiempo a la conversación sobre
los Luxes perdidos gracias a este cambio. Con las preliminares fuera del camino, debería poder
incluir todos los combates principales de la quinta ronda, ¡así que tranquilos! Eso significa que
el próximo volumen, el número catorce, estará absolutamente lleno de batallas, también. ¡Haré
lo mejor que pueda para hacérselo llegar a todos ustedes lo antes posible!
Ahora bien, me gustaría agradecer a Okiura una vez más por el maravilloso diseño de la
portada y las ilustraciones. Saya y Ayato son los protagonistas de la portada. Con su cabello
largo, su gentil expresión es realmente algo para contemplar. La última vez, tuvimos a Julis y
Ayato; esta vez, tenemos a Saya y Ayato; y la próxima vez... ¿quién, me pregunto? ¡Espero
que esperes el volumen 14 tanto como yo!
Por último, pero no menos importante, me gustaría expresar mi gratitud a todos los
involucrados. A mi editor, O; a S, por ayudarme con el dialecto de Kyoto una vez más; a todos
los del departamento editorial; y por supuesto, a ustedes, mis lectores, gracias. Espero verlos
a todos de nuevo con el próximo volumen.
Yuu Miyazaki
Febrero de 2018
Página 162
True Flames Project

Asterisc War 13

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Asterisc War 13

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Traducción al español: Jaden

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Su madre nunca la había llamado por su nombre.

El primer punto de inflexión en su vida llegó cuando tenía diez años.

Se celebraba un banquete para celebrar el 70 cumpleaños del jefe de la familia Yachigusa,

Akari se encontró perdida en esta simple e inocente pregunta.

Estrictamente hablando, Kotoha hizo la mayor parte de la conversación, con Akari

"...Parece una buena persona."

"...¿Amiga? ¿Quieres decir... yo?"

Pensar que alguien como ella podría hacer una amiga...

Sin embargo, en ese momento...

"Bueno, bueno, mira lo que tenemos aquí. Tal como dijeron."

"Parece que valió la pena".

Parecía que habían venido por ella.

Su compañero tatuado soltó una pequeña risa, antes de agitar la mano

"¡Tú, pequeña...!" El hombre recuperó rápidamente el sentido común, alcanzando un Lux en

Pero era demasiado lento.

"Uf ..." Akari dejó salir un profundo suspiro.

"Yo... sólo estaba protegiendo a mi amiga", respondió, reuniendo su coraje.

En ese momento, Kotoha rompió en una amplia sonrisa.

El segundo punto de inflexión en la vida de Akari se produjo durante el invierno antes de su

"¿Eh...?" Akari se encontró tensa en esta repentina confesión.

"Lo conoces, ¿verdad? Es Sei."

"...Ah, de la familia Toudou."

"Eso es ... Felicidades."

Akari no pudo evitar estar impresionado.

"Ya veo... Pero sabes, deberías hacer lo que quieres hacer."

"En efecto. Pero sabes, me gusta esa franqueza tuya".

"... Gracias", respondió Akari, agarrando ligeramente sus manos a su vez.

Poco después, aprobó el examen de ingreso para el programa universitario de la Academia

Y entonces, una noche, conoció a Madiath Mesa.

"Bueno, no hay necesidad de que entres en el Phoenix si no quieres...", señaló.

"¿Una buena oportunidad?" Madiat repitió mientras la seguía.

"Sí. Para que me enfrente a mi madre".

Y para superar la incertidumbre que parecía definirla.

"...¿Realmente necesitas hacer eso, sin embargo?"

"¿Yo?" Levantó una ceja por sorpresa. "¿Qué he hecho?"

"Gracias. Por entrar en mi vida."

"...Abuelo", dijo ella, inclinando la cabeza en saludo.

"No has cambiado nada".

Había algo en esas voces, sin embargo, que la dejó incómoda.

Como prometió, el presidente del consejo estudiantil realmente había persuadido a su

Esta era prácticamente toda la confirmación que necesitaba.

"...¿Y qué dijo mi madre?" preguntó con voz suave.

Su abuelo frunció el ceño de mal humor. "Ella aceptó. Obviamente".

Akari se encontró preguntándose si eso era realmente cierto.

"Bueno, Akari ciertamente ha estado preocupada por su madre", interrumpió el presidente

Una habitación en lo profundo de la residencia de los Yachigusa.

La figura, sentada en un futón extendido en el suelo, era inequívocamente su madre.

"Fue dada de alta. Se ha recuperado", explicó su abuelo desinteresadamente.

"Ya veo... no lo sabía."

"¿Qué te hace pensar que nos esforzaremos en decírtelo?", dijo bruscamente.

No recordaba que su madre la hubiera llamado por su nombre.

La expresión de su madre era ilegible. Su mirada frígida y desinteresada, mezclada con la

"Por favor, madre, no es necesario... Yo sólo...", tartamudeó Akari.

“¡—!” Los ojos de Akari se abrieron de par en par, conmocionados.

"Ah, ¿estabas esperándome? Gracias, Madiath."

"Se ve de esa manera. Espero no acabar pesándole", dijo, inclinando profundamente la

Madiath le dio un encogimiento de hombros exagerado. "Me superarás con un poco de

"¿Deseo...? Eso podría ser difícil..."

"Hablando de eso, ¿has decidido lo que quieres?" le preguntó a Madiath.

No quedaba mucho tiempo antes de que el Phoenix se pusiera en marcha.

"Hee-hee, el placer es mío", respondió Akari, tomándola en sus manos.

"¿Eh...?" Madiath murmuró, frunciendo el ceño.