Seirei Gensouki - Spirit Chronicles - Volumen 18 Beast of The Land Light Novel) (Premium)

Seirei Gensouki: Spirit Chronicles
[Light Novel]
Volumen 18 Beast Of The Land [Light Novel]
Autor: Yuri Kitayama

Ilustrador: Riv
Traducción al español: Jaden

Corrector: Sakmutar
Editor De Imagen: AZAZEL 堕天王
Página de Facebook: Re: TFP

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Seirei Gensouki – Spirit Chronicles
Volumen 18 Beast of the Land [Light Novel]
ÍNDICE
Prólogo ............................................................................................. 8
Capítulo I: Comienza La Persecución ............................................ 10
Capítulo II: En El Camino ............................................................... 26
Capítulo III – Santa República Democrática De Erica .................... 40
Interludio I: Mientras Tanto ............................................................. 63
Capítulo IV – El Regreso De La Santa ........................................... 68
Capítulo V – Rescate...................................................................... 97
Capítulo VI – Bestia De La Tierra ................................................. 120
Epílogo ......................................................................................... 146
Historias Cortas De Bonificación .................................................. 148
Sólo por un rato ............................................................................ 148
Un Intercambio Una Mañana ........................................................ 150
Elemental ☆ Alice ......................................................................... 151
Palabras Del Autor ....................................................................... 153
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Prólogo
En el castillo de Galarc, justo antes de la entrada principal...
"Por favor, permíteme acompañarte en la misión de rescatar a la Dama Liselotte".
Aria Governess, la asistente principal de Liselotte, inclinó la cabeza ante Rio con profundo
pesar. No había necesidad de cuestionar sus motivos: Liselotte era su dueña.
Le guardaba una extraordinaria lealtad, ya que atesoraba a Liselotte más allá de la mera
lealtad. Viendo cómo iba vestida con ropas de aventurera, debió de prepararse para este viaje
con antelación. Puede que incluso se haya acercado al rey François para pedirle permiso para
irse sola si Rio no hubiera actuado como lo hizo.
Era fácil ver la lealtad detrás de la determinación en la expresión de Aria. Si Rio la rechazara,
ella simplemente actuaría de forma independiente a él. De todos modos, eso la llevaría a seguir
a Rio, ya que él era capaz de seguir a Erica desde lejos.
En cuanto a la habilidad, no había preocupación de que Aria se convirtiera en un obstáculo.

Era una fuerza tranquilizadora si la situación requería más gente. Además, la situación había
hecho que Rio comenzara a perseguir a Santa Erica sin conocer los detalles de lo sucedido.
Como le faltaba información, tener a Aria a su lado sería muy beneficioso.
La única razón que tenía Rio para rechazarla era Aishia. Hasta ahora, había mantenido su
existencia como espíritu en el mayor secreto posible para terceros. Como ahora la estaba
utilizando para seguir a Erica, tendría que revelársela a Aria. Sin embargo, no le importaba.
Tras cerrar los ojos y pensar un momento, priorizó los sentimientos que podía percibir de Aria
y asintió.
"Entiendo... Sin embargo, requeriré que sigas mis órdenes mientras la perseguimos. ¿Te
parece bien?"
"Por supuesto. Muchas gracias", dijo Aria inmediatamente con una reverencia baja.
Haruto, el objetivo se aceleró drásticamente tras dejar la puerta. Se dirige fuera del distrito
noble para evitar la atención, dijo el mensaje telepático de Aishia.
Entendido. Continúa siguiéndola en forma de espíritu.
Entendido.
Su conversación terminó rápidamente.
"Vamos. Parece que la santa ha acelerado", dijo Rio a Aria, mirando en dirección a la puerta
principal, a varios cientos de metros de distancia.
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True Flames Project
"...Claro". Aria asintió con una mirada ligeramente sorprendida; era imposible ver el exterior
del recinto desde su posición actual. Rio había afirmado tener un método para rastrear a la
santa sin ser notado, así que probablemente se preguntaba cómo lo sabía.
"Te explicaré los detalles más tarde. Por favor, mejórese con su espada encantada", ordenó
Rio, mejorando su propio cuerpo al mismo tiempo.
"Bien". Aria contuvo sus preguntas por el momento y agarró la empuñadura de su espada,
concentrándose en la tarea que tenía entre manos.
"Sígueme ".
Rio corrió hacia la puerta principal. Con Aria pisándole los talones, los dos abandonaron los
terrenos del castillo de Galarc.
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True Flames Project
Capítulo I: Comienza La Persecución
Diez minutos más tarde, Rio y Aria se encontraban fuera de la capital, a unos tres kilómetros
al noroeste de la ciudad. Esperaban junto a un peñasco situado más allá de los campos de
producción de grano fuera de las murallas de la ciudad, pero antes del bosque que se extendía
más allá.
"Se ha encontrado con alguien en el bosque: un hombre de unos veinte años. Parece ser
su guardaespaldas", dijo Rio a Aria, mirando al bosque.
"Ya veo..." Aria miró en la misma dirección que Rio, y su respuesta estuvo teñida de una
leve confusión.
No puedo ver nada a simple vista, así que ¿cómo ha podido...?
La posición en la que se encontraban les impedía ver a Erica: la vista estaba bloqueada por
los árboles y no tenían forma de saber en qué parte del bosque se encontraba. No había forma
de ver nada más allá de diez metros, y ni siquiera habían visto a Erica una vez durante su
persecución.
A pesar de ello, Rio proporcionaba continuamente información como si pudiera ver a Erica
dentro del bosque. Aria no dudaba de sus habilidades de rastreo, pero su confusión era
comprensible.
Sin embargo, era posible que Liselotte se encontrara dentro de este bosque. Dependiendo
de la situación, incluso podrían acabar lanzando un ataque de emboscada. Con esa posibilidad
en mente, Aria volvió a centrarse.
"Hay dos grifos entrenados junto a ellos. Por desgracia, Liselotte no está aquí".
"Es así..."
Parecía que Erica no tenía a Liselotte cerca de ella.
"Si van a viajar en grifos desde aquí, Liselotte probablemente fue transportada a otro lugar..."
Erica se había dirigido a este bosque. Era poco probable que Liselotte estuviera cerca.
Entonces, efectivamente, el mal presentimiento de Rio dio en el clavo.
"Parece que se suben a los grifos y se van".
"Seguirlos a pie será difícil..."
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True Flames Project
Sería posible correr a lo largo de ellos si mejoraran sus cuerpos con sus espadas
encantadas, pero su velocidad caería en áreas con elevación variable, y tendrían que correr
mientras gastan esencia mágica durante largos períodos de tiempo.
Perseguir en un área abierta crearía el riesgo de que la otra parte se diera cuenta de ellos,
por lo que estaban en gran desventaja al estar en el lado de la persecución. Debido a esto,
Aria tenía una mirada sombría en su rostro, pero...
"Entonces los seguiremos desde los cielos", dijo Rio despreocupadamente, como si eso no
fuera un problema.
"He oído que tu espada encantada puede otorgar la capacidad de volar, pero..."
Todo lo que Aria sabía era que la espada encantada de Haruto Amakawa tenía la capacidad
de controlar el viento, que podía utilizar para volar por el aire. No tenía ni idea de los detalles:
cuánto tiempo podía mantener el vuelo, con qué libertad podía moverse, etc. No conocía los
detalles de la habilidad, y nunca le había visto volar en persona.
"La santa está saliendo del bosque". Tan pronto como Rio habló, dos grifos aparecieron
desde lo más profundo del bosque. Dos figuras parecidas a Erica y su guardaespaldas los
montaban mientras se elevaban hacia el cielo.
"Están volando hacia el noroeste". Aria también pudo ver a Erica sobre el grifo. Con una
mirada feroz, expresó en voz alta la dirección de su movimiento.
"Acaban de salir de la capital, así que probablemente estén siendo cautelosos con los
perseguidores. Su vista se elevará drásticamente a través de sus Armas Divinas, así que los
seguiremos manteniendo la distancia. Por favor, infórmame inmediatamente si percibes algo
extraño", dirigió Rio con una mirada seria.
"Bien".
"Y así, me gustaría empezar a seguirlos por aire, pero..."
Cuando llegó el momento de partir, Rio miró a Aria con aire de incomodidad.
"¿...Qué?"
◇◇◇
Algún tiempo después, en los cielos de las afueras de la capital...
"Lo siento... Me he convertido en un completo estorbo", se disculpó Aria débilmente desde

los brazos de Rio.
Como ella no poseía un método para viajar por el aire, Rio tuvo que llevarla en brazos
mientras volaba. Sin embargo, Rio y Aria no eran del todo amigos. Eran más que conocidos,
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ya que habían practicado juntos en el evento de entrenamiento organizado en el castillo de
Galarc, pero no eran más que un instructor y un asistente a ese evento.
Celia y Aria tenían una amistad personal, pero Rio sólo consideraba a Aria como la asistente
de Liselotte, y Aria simplemente veía a Rio como un importante amigo de su maestra. Ambos
mantenían un adecuado sentido de la distancia entre ellos.
"No, yo también lo siento..."
Los dos estaban apretados, volando por el cielo, lo que hacía que la situación fuera bastante
incómoda. Ninguno de los dos tenía una personalidad especialmente habladora, lo que les
hacía sentirse aún más conscientes el uno del otro.
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"¿Por qué se disculpa, señor Amakawa?"
"Creo que es inapropiado que una mujer soltera esté en contacto tan cercano con el sexo
opuesto".
"Eres consciente de que no soy una noble, ¿verdad?" Aria parpadeó, mostrando una sonrisa
de leve diversión. Fue el momento en que su expresión, hasta ahora tensa por la confusión,
se suavizó. Eso fue suficiente para dejar una impresión en Rio.
"No creo que ser noble sea relevante..." Rio dijo con el ceño fruncido.
"Digo que tal consideración es innecesaria, ya que no soy una noble. En todo caso, es
mucho más inapropiado para usted, Sir Amakawa. Eres un noble soltero que lleva a una mujer
con la que no estás comprometido".
"Eso es aún menos relevante para ser un noble".
"Pero no se puede negar que alguien de tu posición debería evitar involucrarse con malas
mujeres. Temo que mi compañía provoque aprensión en quienes te rodean. Estaba tan cegado
por la santa que no tuve en cuenta eso cuando pedí acompañarte. Por favor, acepta mis
disculpas", dijo Aria con pesar.
"No creo que seas una mala mujer, así que esa suposición es incorrecta para empezar. Es
muy reconfortante tenerte aquí, así que, por favor, no te disculpes", dijo Rio con suavidad,
mostrando consideración por los sentimientos de Aria.
"Gracias... Pero ¿por qué estás dispuesto a llegar tan lejos?"
Rio ladeó la cabeza, confundido. "¿Qué quieres decir con "tan lejos"?"
"En cuanto la santa salió de la habitación, actuaste en nombre de la Dama Liselotte antes
que nadie. Apenas habías regresado al castillo, y aún no comprendías la situación. Pero a
pesar de eso..." Aria vaciló sobre sus palabras disculpándose, pero Rio la interrumpió
bruscamente.
"Liselotte había sido secuestrada. Eso era todo lo que necesitaba saber de la situación. Es
una amiga importante para mí, y para los que me rodean".
"..." Sus palabras eran tan seguras que Aria parpadeó sorprendida.
"Si está en problemas, debería haber algo que pueda hacer al respecto. Por eso hice lo que
pude", explicó Rio.
"Muchas gracias... Por actuar para ayudar a mi maestra".
"No hay nada que agradecerme. Tú también quieres salvar a Liselotte porque sientes una
conexión más fuerte con ella que una relación normal entre maestra y sirviente, ¿no es así?"
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"Sí..."
"Entonces tu razón para actuar es la misma que la mía. Combinemos nuestras fuerzas para
rescatar a Liselotte".
"Gracias... No. Vamos a rescatarla".
Aria estaba a punto de agradecerle de nuevo, pero en su lugar asintió con decisión.
"Y entonces, ¿podrías hablarme de la santa mientras nos movemos? Sólo sé que es una
heroína que secuestró a Liselotte en este momento".
"La fecha y la hora exactas son desconocidas, pero probablemente ocurrió alrededor de la
misma hora en que tú y los demás partieron del castillo. Los ciudadanos de una nación menor
al noroeste de Galarc se rebelaron contra la familia real. Al frente de la revolución estaba esa
mujer, que creó la Santa República Democrática de Erica en su lugar".
"Ella lideró la revolución sobre un reino, eh... También mencionó la abolición de la

monarquía a Su Majestad".
Rio tomó un ligero respiro. Estaba claro que la santa era una persona peligrosa por su
violenta interacción en el castillo, pero su peligro se había elevado al nivel de derrocar una
nación entera.
"Dice que trae la salvación al pueblo, a los débiles. Por eso quiere abolir la monarquía y
entregar el país a su pueblo. Creo que utilizó la misma justificación cuando lideró la revolución".
"Teniendo en cuenta el revuelo que ha causado, parece que tiene una gran iniciativa.
Ninguna persona promedio consideraría liderar una revolución para derrocar un gobierno
existente..."
¿Por qué una mujer que ha sido convocada desde la Tierra siente la necesidad de hacer
algo tan ambicioso como liderar una revolución en otro mundo? ¿Por qué tenía que llegar a
declarar la guerra a otros reinos? Rio consideró las posibilidades.
Una revolución no podía crearse sola. Comenzaba con las ideas de una o más personas
que actuaban según sus creencias, ganando poder al reunir a camaradas de ideas afines,
creando una revolución como resultado. Dirigir algo así requería una gran fuerza mental, muy
superior a la de una persona media.
Si las revoluciones pudieran iniciarse por el mero descontento con la realeza y la nobleza,
serían algo habitual. Era la tremenda cantidad de resolución requerida lo que hacía tan difícil
ejecutar una.
Con sus recuerdos de Amakawa Haruto, nacido y criado en Japón, Rio podía entender los
problemas del sistema de clases de la realeza y la nobleza. Había sido objeto de muchos
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prejuicios por parte de sus hijos mientras asistía a la Real Academia, pero eso no le había
hecho sentir la necesidad de iniciar una revolución en Beltrum como represalia.
La única parte de sí mismo que podía aplicar a la santa en un intento de comprenderla era
su venganza contra Lucius. No todo el mundo buscaba venganza sólo porque estuviera
resentido con alguien, pero Rio sí, y perseguía su venganza.
Eso era porque no podía perdonarlo. Había algo que no podía perdonar, y ese algo provocó
en él emociones lo suficientemente fuertes como para llevar a cabo su venganza. ¿Tenía la
santa sentimientos lo suficientemente fuertes como para causar una revolución?
¿Sucedió algo después de ser invocada, que la hizo resentirse con los que estaban en el
poder e iniciar una revolución? ¿O es que este mundo convocó por casualidad a una radical
con una iniciativa extrema...? Rio trató de imaginar qué motivos tendría la santa para provocar
una revolución.
No había duda de que era japonesa. Sólo por eso era improbable que estuviera tan decidida
a destruir las monarquías desde el principio. Amakawa Haruto nunca había visto que un
japonés se propusiera derrocar un gobierno -y tener éxito- en sus veinte años de vida. Ella era
demasiado diferente a su imagen del japonés medio. Sin embargo, aún le faltaba información
para perfilar adecuadamente a la santa.
"¿Por qué Liselotte fue secuestrada por la santa en primer lugar?", preguntó, buscando más
información sobre ella.
"Todo comenzó cuando ella visitó la finca de Amande. Buscaba el poder del Gremio Ricca
y vino a reclutar a su presidente para su causa. Le pidió a la Dama Liselotte que le prestara su
fuerza a la nación".
"Por supuesto, Liselotte lo rechazó, ¿verdad? ¿Así que las negociaciones se vinieron abajo,
que fue cuando ella causó una conmoción?"
"Eso es lo esencial, sí".
"¿Puedo preguntar de qué hablaron las dos en ese momento, como referencia?"
"Comenzaron con el asunto de la exploración de la Dama Liselotte y el Gremio Ricca, antes

de que ella criticara la monarquía y declarara que el país debía ser devuelto al pueblo. Luego..."
"¿Entonces...?"
Aria dudó por un momento, haciendo que Rio la incitara a continuar.
"Umm, en realidad no he informado a Su Majestad de esta parte, pero la santa vio el secreto
de la Dama Liselotte. Al parecer, escuchó el nombre de un producto al llegar a Amande y se
dio cuenta de la verdad. Al parecer, la santa destaca en la lectura de labios".
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True Flames Project
"Ya veo..."
"Después de que ella sacara a relucir el secreto de la Dama Liselotte, las dos empezaron a
interrogarse mutuamente por turnos. La Dama Liselotte preguntaba sobre todo por los
antecedentes de la santa, pero la santa sólo preguntaba por cuestiones triviales como su
nombre y edad de su vida pasada, donde vivía, etc."
"¿Hubo algo que le pareciera extraño en esa conversación?"
"Cuando el tema pasó a ser el secreto de mi maestra, la personalidad de la santa de

repente... Se suavizó hasta ser como otra persona, como una mujer con una personalidad
brillante y cálida... Dijo que ese era su verdadero yo antes de convertirse en santa".
"Su verdadero yo antes de convertirse en santa..." Algo de eso le pareció a Rio.
"Dijo que estaba creando un mundo sin debilidades, y que para ello estaba creando una
democracia del pueblo, para el pueblo y por el pueblo. No sé a qué se refería, pero dijo que
era parte de su gran venganza".
"Gran venganza..."
Eso no sonó muy pacífico.
En cuyo caso, algo debe haber sucedido después de que ella vino a este mundo después
de todo. Algo tan severo, que le arrebató sus valores pacíficos como persona japonesa... Ya
que ella avanza bajo la bandera de la abolición de las monarquías, supongo que debe ser un
rencor contra la gente en el poder...
El propio Rio se había ensuciado las manos con la venganza a pesar de sus recuerdos
como alguien de Japón. Por supuesto, los que eran trasladados aquí eran diferentes de los
que renacían aquí, y era su juicio como Rio el que había tomado la decisión final, pero
ciertamente había experimentado un conflicto interior que no habría sentido sin los recuerdos
de su antiguo yo.
Amakawa Haruto sólo había podido disfrutar de sus valores pacíficos como japonés porque
Japón era pacífico. Después de experimentar personalmente la forma en que la dignidad
humana y la vida eran despreciadas en este mundo, esos valores pacíficos se vieron
naturalmente sacudidos. Rio también era consciente de ello.
¿Y si la santa hubiera experimentado algo tan horrible como para buscar venganza y crear
una revolución? Esa era la suposición de Rio, pero...
No tiene sentido hacer más hipótesis en este momento.
Decidió dejar de pensar en la situación de la santa. Quería hacerse una idea de ella antes
de intentar rescatar a Liselotte, pero convertirla en una persona emocionalmente afín
basándose en especulaciones no parecía sensato.
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"Por lo que he oído, parece que ve a las figuras de poder como sus enemigos... Pero desde
que secuestró a Liselotte después de salir de su camino para reclutarla por el poder del Gremio
Ricca, no parece que vea a la propia Liselotte como un objetivo de su resentimiento. Sin
embargo, su disposición a hacer lo que sea necesario para lograr su objetivo es algo
preocupante..."
Si quería la cooperación de Liselotte, no recurriría a medios violentos inmediatamente. Eso

significaba que estaría a salvo en un futuro próximo, supuso Rio.
"Sí. Sin embargo, esa mujer sólo parece tener una personalidad incoherente y contundente.
Creo que en realidad es tranquila y astuta, calculando todo cuidadosamente antes de actuar".
"¿Dices que actúa así a propósito?"
"Sí. Puede parecer tonta, pero no lo es en absoluto. Por su forma de hablar y su conducta,
está claro que ha recibido una educación adecuada. Incluso dijo que ella misma era una erudita
de algún tipo en su mundo original".
"Ya veo... Si la serie de eventos fue completamente calculada, es muy probable que haya
secuestrado a Liselotte para hacer la guerra al Reino de Galarc. No parecía tener ninguna
intención de negociar desde el principio, y la declaración que hizo antes de abandonar el
castillo no hace más que corroborarlo."
"Efectivamente. Llegué a la misma conclusión después de ver su actitud en el castillo.

Tampoco parecía tener intención de negociar en Amande".
"Lo que no entiendo es por qué la santa desea entrar en guerra con Galarc. Por mucho que
odie a la monarquía, debe tener una razón para ir directamente a la guerra con un reino
importante. Si no, sería una autodestrucción".
Además, Galarc no era una nación importante normal: era una nación importante con una
heroína. La existencia de Satsuki debería haberse extendido por todo el mundo desde el
banquete. Si estaba al tanto del Gremio Ricca, también debía conocer a Satsuki.
Empezar una guerra con Galarc sin saberlo era irreflexivo, pero hacerlo a sabiendas parecía
suicida. Era inimaginable que el representante de toda una nación cargara con el destino de
su pueblo. Una cosa sería que quisiera llevar al país y a su gente a la ruina a propósito, pero...
¿Podría ser su razón para querer venganza realmente...? No, no debería ser... Es
demasiado improbable.
La posibilidad de que ese camino de destrucción fuera la venganza exacta que buscaba
pasó por la cabeza de Rio.
Sin embargo, la idea era tan absurda que terminó por descartarla. Era exactamente lo
contrario de la salvación que ella decía traer a los débiles. Ella era la santa que había liderado
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True Flames Project
la revolución y establecido un país. No había ninguna razón para que lo destruyera de nuevo;
eso significaría que estaba engañando a la gente que acababa de salvar. Lo que deja...
¿Tiene un as en la manga? Algo que la haga estar absolutamente segura de su victoria

contra una nación importante. Algo que le da la confianza para iniciar una pelea.
A partir de la información que poseía, no tenía ni idea de qué tipo de carta de triunfo le daría
tan altas perspectivas contra una nación importante. Rio sintió una inquietud al respecto.
"Por cierto, ¿La santa llegó a Amande para negociar sola?" preguntó Rio de repente, tras
soltar un suspiro para expulsar sus preocupaciones.
"Sí. Al igual que en el castillo, esa mujer apareció en Amande sola y pidió una reunión.
Luego nos impuso sus opiniones de forma prepotente sin escucharnos".
"Ya veo... Parece que dejó a Liselotte en manos de otro escuadrón después de secuestrarla,
y luego apareció en el castillo sin un solo guardia. En cuyo caso, probablemente no quería que
fueran un estorbo".
O eso, o el hecho de asistir sola a la negociación le daba la posibilidad de inventar lo que

había sucedido tanto como quisiera. Esta santa era venerada como representante de una
nación extranjera, por lo que nunca se dudaría de sus palabras. Si quisiera iniciar una guerra,
podría hacerlo en cualquier momento. Esa era otra posibilidad.
Lo único que se puede decir con seguridad es que la santa busca la guerra con Galarc...
Rio miró en dirección a Santa Erica en la distancia, ponderando la probabilidad de guerra

con una expresión severa.
"¿Ocurre algo, Sir Amakawa?" Aria se percató de la mirada sombría de Rio y ladeó la
cabeza, confundida, pero Rio la apartó con una sonrisa y cambió de tema.
"No, no es nada. Cualquier cosa más allá de esto es mera especulación, y analizar
demasiado las cosas no ayudaría. ¿Hubo alguna otra cosa que notaste?"
"Déjame pensar... No sé por qué, pero la santa dijo que tenía que mantener en secreto su
condición de heroína. En la última pregunta que se hicieron las dos, ella respondió en
confirmación y de repente atacó".
"¿Ella necesitaba mantenerlo en secreto? Así que ella tenía una razón por la que no podía
declararse como héroe. Si lo interpretamos claramente, significa que debía tener planes para
anunciarlo en un mejor momento..."
"Eso, o si ella ya estaba planeando agravar el Reino de Galarc en ese momento,

simplemente tomó la primera excusa para atacar. Por supuesto, puede haber tenido la
intención de anunciarlo en un momento más beneficioso también..."
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"Realmente no podemos especular demasiado, ya veo. Está bien, dejaremos los objetivos
de la santa en eso. Lo único que queda son sus habilidades, pero..."
Rio miró casualmente la cara de Aria mientras la llevaba. Como ella había estado presente
en el encuentro entre ellos, eso significaba que la santa había secuestrado a Liselotte sin
importar la presencia de Aria. En otras palabras, Aria había sido superada por ella. Teniendo
en cuenta lo bien que Rio conocía las habilidades de Aria, se preguntaba cómo habían sido
las cosas.
"Si era sólo en términos de combate cuerpo a cuerpo, sus técnicas no eran nada demasiado
impresionantes. Era como una aficionada que blandía un arma a ciegas, sólo que el arma se
potenciaba drásticamente con sólo sostener el Arma Divina", dijo Aria, recordando el combate
con una expresión de dolor.
"Aun así, no habría sido una oponente para ti, ¿verdad?".
"Todo fue provocado por mi negligencia. Pensé que la había neutralizado con un golpe
fuerte, pero no fue así".
"¿Aplicaste suficiente fuerza para neutralizar a un oponente promedio?"
"Teniendo en cuenta que su cuerpo estaba potenciado por el Arma Divina, la golpeé en el
abdomen con la fuerza suficiente como para hacer volar a un soldado fuertemente blindado a
través de un escudo. Seguí con una patada aún más potente en la misma zona. Cuando
confirmé que había caído al suelo sin vida, supuse que había caído inconsciente".
"Eso significa que, aunque tuviera una poderosa mejora que solidificara su cuerpo, debería
haber recibido daño..."
A diferencia de la magia, que sólo podía mejorar las habilidades físicas de uno, la hechicería
de las espadas encantadas y las artes espirituales podían reforzar el propio cuerpo físico.
La fuerza de esa mejora dependía de la competencia de la espada o del lanzador, pero

generalmente eliminaba el dolor de acciones como golpear una roca o un hierro con los puños
desnudos, y reducía en gran medida el daño de las armas contundentes contra zonas sin
armadura.
Sin embargo, si alguien con una mejora similar sufría un golpe fuerte, era extremadamente
difícil reducir ese tipo de daño a la nada.
"Era como si esa mujer estuviera completamente ilesa. Fingió caer inconsciente para
pillarme con la guardia baja, aprovechando ese hueco para hacer su movimiento. Como dijiste,
su Arma Divina puede haber aplicado una poderosa mejora física. Su velocidad no era
impresionante, pero su fuerza definitivamente sí".
"Ya veo..."
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"La última habilidad a destacar es probablemente otro efecto de su arma divina: era capaz
de atacar mientras creaba fenómenos que se asemejaban a la magia de la tierra. Si alguna
vez tienes que enfrentarte a ella, por favor, ten cuidado con eso".
"Entendido". La expresión de Rio se endureció mientras asentía.
◇◇◇
Al mismo tiempo, en los cielos de las afueras de la capital de Galarc...
Mientras Rio y Aria perseguían a la santa desde la distancia, alguien más los perseguía
desde muy atrás. Era Reiss; había estado siguiendo a la santa desde su visita al Imperio de
Proxia. La había visto secuestrar a Liselotte en Amande y marchar sola hacia el castillo de
Galarc, aunque no tenía idea de hasta dónde estaba dispuesta a negociar con el reino.
El hecho de que el Caballero Negro haya empezado a perseguirla significa que la relación
de la santa con el Reino de Galarc está acabada. Qué giro ideal de los acontecimientos.
Reiss analizó la situación y esbozó una sonrisa escalofriante.
El Caballero Negro se marchó al mismo tiempo que una poderosa presencia espiritual
desapareció del castillo; lo más probable es que ese espíritu humanoide se transformara en
forma de espíritu para seguir a la santa. Y ahora mismo, Celia Claire y sus allegados están en
el castillo. Con los dos más problemáticos persiguiendo a la santa, deberían estar escasos en
este momento...
Reiss miró detrás de sí la capital más allá del horizonte. Con Rio y Aishia fuera, ¿no sería
ésta la oportunidad perfecta para tomar un rehén? Ese fue el pensamiento que pasó por su
mente.
Sin embargo, nuestra futura respuesta dependerá en gran medida de lo bien que la santa
pueda utilizar sus poderes de héroe. El Caballero Negro y su espíritu de contrato son los
sujetos de prueba perfectos para ello. No puedo dejar pasar la oportunidad de que nuestras
dos mayores molestias se eliminen mutuamente; tendré que asegurarme de que tengan la
oportunidad de enfrentarse...
Era una oportunidad única en la vida. Para aprovecharla al máximo, no podía permitirse el
lujo de perder de vista a Rio, y tenía que actuar con cuidado.
No puedo arriesgarme a que noten mis movimientos y desconfíen del Imperio Proxia. Por
ahora, seguiré siguiéndolos mientras pienso en un plan. Tiene un rango de detección bastante
temible, así que debo tener mucho cuidado...
Con ese pensamiento, Reiss continuó su persecución.
◇◇◇
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Mientras tanto, en el castillo de Galarc, Celia y Miharu habían regresado a la mansión de
Rio en los terrenos del castillo con Satsuki y Charlotte, donde explicaron lo que había sucedido
a Latifa y a los demás que esperaban en el salón.
Les contaron que Liselotte había sido secuestrada por una heroína que se hacía llamar
santa, y que Rio, Aria y Aishia habían ido tras ella. A Charlotte le pareció extraño que Aishia
no estuviera presente, pero le explicaron que Rio la había llamado sin detenerse a explicar las
cosas. La parte de la telepatía no fue mencionada a propósito.
"No puedo creer que haya pasado algo así..."
Las chicas del pueblo espiritual estaban claramente conmocionadas.
"¿Por qué un héroe haría algo así...? ¿No se supone que las santas son buenas personas?
¿Por qué secuestró a Liselotte?" cuestionó Latifa con una mezcla conflictiva de preocupación
y enfado en su rostro.
"No sé en qué se basan para seleccionar a los héroes, pero supongo que esto significa que
no hay garantía de que la gente que se convoca sea buena. Tampoco se sabe qué clase de
persona era en su mundo anterior..." Dijo Satsuki con una expresión de amargura.
"El título de santa tampoco garantiza una buena personalidad. Sobre todo, porque ahora
mismo sólo se autoproclama. No es raro que la gente sea aclamada como santa sólo por
dejarse llevar por los asuntos de la política y el poder. Me duele decir esto de una heroína,
pero sus cualidades distan mucho de ser las de una santa", dijo Charlotte, sin pelos en la
lengua.
"Argh, sólo pensar en ella me hace enfadar de nuevo. ¿Cuál era su problema? Todo lo que
salía de su boca era absurdo, ¡y cómo se atrevía a tomar a Liselotte...!" Parecía que la rabia
de Satsuki había llegado a su límite. Incapaz de quedarse quieta por más tiempo, se levantó
de su silla para descargar su ira.
"Vamos a creer en ellos. Haruto y Ai-chan fueron juntos. Seguro que rescatan a Liselotte y
la traen de vuelta".
Miharu no estaba siendo demasiado optimista, de hecho, ella misma estaba bastante
preocupada. Pero como tenía una fe absoluta en Rio y Aishia, fue capaz de calmar a todos los
presentes con sus palabras.
"Así es... Yo también estoy de acuerdo con Miharu", dijo Celia. "Lo único que podemos hacer
desde aquí es rezar para que vuelvan sanos y salvos".
Sus palabras resonaron en los corazones de todos.
"Miharu, Celia..."
Satsuki parecía conmovida.

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True Flames Project
"Onii-chan y Aishia nunca perderían ante nadie cuando están juntos". La voz de Latifa volvió
a ser alegre.
"Correcto".
"De acuerdo".
"En efecto".
Sara, Orphia y Alma soltaron una risita de acuerdo.
"Es exactamente como todo el mundo dice. Lo único que podemos hacer es mantener una
vida normal aquí para que Sir Haruto vuelva. No hay duda de que los nobles de nuestro reino
tendrán opiniones divididas sobre este incidente, así que haré lo que pueda para minimizar los
efectos sobre Sir Haruto y Liselotte", dijo Charlotte con elocuencia mientras expresaba su
entusiasmo.
Satsuki pudo recomponerse con eso. "Gracias, Char... Si hay algo en lo que pueda ayudar,
házmelo saber. No es mi estilo habitual, pero haré lo que pueda como heroína".
"Eso sería muy apreciado. Los nobles sólo se impacientarán más mientras esperan el
regreso de Sir Haruto".
"Y no sabemos cuándo ocurrirá eso..."
Rio había comenzado su persecución sin tener idea de la ubicación de Liselotte. El tiempo
que tardaría en rescatarla dependía en gran medida de su ubicación. Podía estar dentro del
país, o podía estar muy lejos, en una tierra extranjera.
"Si el regreso de Haruto se prolonga, probablemente deberíamos ponernos en contacto con

Gouki en su nombre", dijo Orphia a Sara a su lado.
"Tienes razón. Se preocuparía si su regreso se retrasa".
"¿Tenía planes de reunirse con alguien?" preguntó Charlotte.
"Haruto tenía planes de reunirse con algunos conocidos suyos. Como es posible que no
pueda cumplir esa promesa, podríamos salir del castillo para ponerles al corriente de la
situación."
"Ya veo. Avísame cuando necesites salir. Le explicaré las cosas a Padre por ti".
"Muchas gracias".
"No hay problema. Ahora volveré al castillo".
"Oh, ¿ya te vas?" Preguntó Satsuki mientras Charlotte se levantaba.

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True Flames Project
"Sí. Tengo que preguntarle a papá sobre nuestros planes para el futuro. Le avisaré si ocurre
algo nuevo, para que todos puedan relajarse aquí".
"Ya veo... Gracias, Char".
"Esto es simplemente mi deber como realeza. Déjalo en mis manos".
Con esas palabras, Charlotte salió de la habitación.
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True Flames Project
Capítulo II: En El Camino
Había pasado casi una hora desde que Rio empezó a perseguir a Santa Erica. En ese
tiempo, la santa había montado en un grifo y se había alejado del camino para continuar su
viaje por aire.
"Han comenzado su descenso. No parece haber ninguna ciudad o pueblo cerca", dijo Rio,
señalando el grifo que montaba la escolta de la santa.
La mayor distancia a la que Rio y Aishia podían mantenerse en contacto telepático era de
algo más de un kilómetro, pero ahora mismo mantenían el doble de esa distancia por
precaución. Rio sólo se movía dentro del rango de contacto para comunicarse cuando era
necesario.
"Ya veo..." Aria murmuró después de un rato.
Una humana con un cuerpo físico mejorado era capaz de ver con claridad a dos kilómetros
de distancia, así que también podía confirmar el descenso de los grifos. Sin embargo, lo que
la santa estaba viendo a dos kilómetros era diferente a lo que ellos podían ver desde su
posición, oculta fuera de su línea de visión. Debería haber sido imposible para Rio y Aria
identificar si había una ciudad o pueblo cerca de la santa. Hasta ahora, había habido
numerosas ocasiones en las que Erica estaba completamente fuera de la vista, y sin embargo
Rio hablaba como si la tuviera delante, lo que a Aria le resultaba extraño.
"Parece que van a parar a un pequeño manantial en el bosque. Tal vez se estén tomando
un descanso. Deberíamos aterrizar a una distancia más lejana a ellos". Rio comenzó a bajar
su altitud, acercándose a un kilómetro de distancia de Aishia.
Dice que hay un manantial en el bosque, pero no hay forma de ver más allá de los árboles
desde aquí. Antes de salir del castillo, dijo que era imposible perderla de vista en un rango de
un kilómetro, así que debe tener alguna forma de obtener información sin usar la vista...
Aria tomó aire mientras formaba su hipótesis. Había algo en Rio que no podía leer: sus
muchas capas y sus amplios conocimientos la tranquilizaban como aliado, pero imaginarlo
como enemigo le producía un escalofrío.
En cualquier caso, casi habían llegado a tierra. Mientras la santa y su compañía habían
aterrizado en el bosque junto al manantial, Rio y Aria descendieron fuera del bosque.
"Aquí tienes". Rio dejó a Aria en el suelo.
"Gracias". Aria pisó suelo firme por primera vez en mucho tiempo.
No estaba sosteniendo su espada mientras nos movíamos, así que su vuelo ya no puede
explicarse como un efecto de su espada encantada. ¿Cómo lo hizo? Volar durante una hora
entera debe consumir una gran cantidad de esencia mágica...
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True Flames Project
Sentía curiosidad, pero no quería hacer preguntas indiscretas. Como guerrera, era de mala
educación hacer preguntas sobre las tácticas de los demás.
"Están descansando los grifos después de todo. No parece que se unan a nadie, así que
probablemente partirán en otra media hora o así".
No había forma de ver un kilómetro dentro del bosque, sin embargo, Rio hablaba como si
pudiera ver y escuchar su conversación.
"Ya veo..."
¿No tenía intención de ocultar sus habilidades? Aria hizo una pausa incómoda.
"Te estarás preguntando cómo puedo verlos u oírlos", comentó Rio.
"No hace falta que te obligues a decírmelo. Hay muchas espadas encantadas con
habilidades absolutas, así que es natural que lo mantengas en secreto. Como aliado, basta
con saber que es capaz de tales habilidades. No hay necesidad de dar más explicaciones; de
hecho, es información más que suficiente".
Las poderosas espadas encantadas eran especiales. Había muy pocas, y contenían
hechizos antiguos que podían otorgar a un solo soldado el poder de todo un ejército. Para
algunos reinos, el robo de sus espadas encantadas significaba que su poder se reducía a la
mitad.
Así, ya sea para un individuo, la nobleza o una nación, la gestión de las espadas encantadas
era vital. Las habilidades del arma se desperdiciarían en las manos equivocadas, y quien la
empuñara debía ser compatible con el arma y digno de confianza como persona. Algunas
personas cambiaban cuando se les otorgaba el mayor poder de influencia de una espada
encantada y, en el peor de los casos, podían traicionar al reino y huir con la espada, razón por
la cual había muchas espadas que permanecían intactas en los tesoros.
Además, como había dicho Aria, era una regla de hierro mantener en secreto las habilidades
de la espada encantada. El conocimiento de las habilidades significaba la preparación de
contramedidas, ya que, en una lucha entre dos portadores de espadas encantadas, el bando
que supiera más tenía una ventaja absoluta. Después de todo, no había estrategas que
revelaran todas sus cartas.
"Eres una confidente de Liselotte, así como una importante amiga de Celia. Creo que no
eres de los que hablan sin pensar, así que te explicaré algunos detalles. No estoy usando mi
espada encantada para rastrear sus posiciones", dijo Rio, expresando su confianza en Aria
para revelar su secreto.
"¿Entonces es algún tipo de artefacto mágico?"
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"En realidad es Aishia quien me ayuda a rastrearlos. Tenemos una forma de ponernos en
contacto en un radio de un kilómetro sin usar artefactos de transmisión a larga distancia como
el reino. Ella es la que me dice lo que está pasando junto al manantial".
"Así que así es como lo hicieron..."
Los artefactos de transmisión utilizados por el reino sólo eran capaces de enviar cien
caracteres de texto a la vez, y estaba claro que Rio no había utilizado una herramienta así en
el camino. Aria ya se había dado cuenta de que estaba obteniendo información por otro
método.
"Además, aunque el alcance es un poco menor que el de un artefacto, no hay riesgo de que
nos intercepten. No nos estamos enviando mensajes, sino hablando entre nosotros a través
de nuestras mentes".
"Eso suena extremadamente conveniente... Parece útil a pesar del corto alcance".
Aria comprendía la importancia de la velocidad de comunicación en los negocios y la política

gracias a su trabajo para Liselotte. Quien tenía la información primero era capaz de responder
antes, y tener a alguien que pudiera proporcionar actualizaciones en vivo durante una
negociación permitía un mejor manejo de los pedidos. Se le ocurrían muchas otras situaciones
en las que algo así podía ser útil. También había formas de abusar de esa capacidad. Si la
otra parte no conocía esa forma de comunicación, las apuestas podían manipularse fácilmente
a favor de uno.
"En realidad le pedí a Aishia que rastreara a la santa desde el momento en que salió del
castillo. Aishia es capaz de volar igual que yo".
"Ya veo... Es realmente tranquilizador contar con la ayuda de la Dama Aishia". Aria se
sorprendió al saber que Aishia también podía volar, pero se alegró más al conocer los
inesperados refuerzos.
"En términos de rastreo, ni siquiera yo puedo rivalizar con Aishia. Es imposible que nadie
detecte su presencia, así que es capaz de ver y oír cosas incluso en este momento. Al parecer,
Erica se dirige a su país de origen".
La santa se había mostrado alerta ante cualquier perseguidor en numerosas ocasiones a lo

largo del camino, pero aún no se había percatado de que Rio y Aria la seguían; era imposible
que detectara a Aishia en su forma espiritual de esa manera. Los humanos no podían detectar
a los espíritus en su forma espiritual. Al igual que los espíritus no podían interferir con la
realidad en sus formas espirituales, la realidad no podía interferir con ellos a la inversa.
Su esencia mágica fluía en forma de espíritu, pero esa esencia se mezclaba con la magia
del mundo natural. Un usuario experimentado del arte espiritual sólo pensaría que había más
esencia en la zona, mientras que la lectura de un artefacto de medición de la magia se
descartaría como un mal funcionamiento.
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"Ha estado moviéndose hacia el noroeste desde que dejó la capital. Eso está alineado con
la dirección de la Santa República Democrática de Erica".
"Entonces es casi seguro que enviaron a Liselotte a su país por delante. No se han referido
a su paradero ni una sola vez hasta ahora, y no han mencionado detenerse en ningún lugar
para dar un rodeo."
Mantener a un rehén fuera de su área de control era una carga para la mente. Una cosa
sería si pudieran recuperarlos en un día, pero por otra parte era más fácil enviar primero al
rehén a su país.
"Ya veo..." Aria bajó la mirada y apretó los puños.
"Sería ideal si pudiéramos emboscar a la santa mientras su guardia está baja durante su
descanso, obligándola a hablar. Serían tres contra dos; dudo que perdamos contigo y con la
Dama Aishia de nuestro lado", dijo Aria, reprimiendo sus crecientes emociones y sugiriendo la
opción de una emboscada.
"Efectivamente, este sería el momento perfecto para una emboscada. Sin embargo, me
preocupan las afirmaciones de la santa de que Liselotte será ejecutada si no regresa en una
fecha determinada. No puedo imaginar que ella trate a un rehén tan imprudentemente, así que
lo más probable es que sea un farol, pero..."
"Mientras no tengamos pruebas concretas, no deberíamos tenderles una emboscada. Si

actuamos, debería ser después de confirmar la ubicación de mi maestra. Me disculpo por
presentar una sugerencia tan irreflexiva", dijo Aria como para convencerse, mordiéndose el
labio e inclinando la cabeza en señal de disculpa.
El detestable enemigo que había secuestrado a su maestra descansaba alegremente a poca

distancia en el bosque. Era natural que sintiera el impulso de hacer algo al respecto. El hecho
de que fuera capaz de controlarse era una prueba de que seguía estando tranquila y serena.
No había hecho la sugerencia porque pensara seriamente que un ataque sorpresa era lo mejor.
"Está bien. Hay cosas que podríamos no notar con sólo pensar en nosotros mismos. Incluso
si es obvio, expresar tu opinión es una parte vital para determinar la validez. Yo también
consideré hacer un ataque sorpresa por un breve momento, así que sigamos diciéndonos lo
que se nos ocurra". Rio pareció leer las tensas emociones de Aria y habló suavemente para
calmarla. Su consideración por sus sentimientos pareció alcanzarla, y Aria se mordió el labio.
"Bien. Gracias".
Esto no va a servir... No debería actuar así con alguien más joven...
Reflexionó sobre su falta de compostura. Por alguna razón, él se sentía extrañamente

maduro en comparación con ella. No se trataba sólo de su cortesía, sino que se sentía como
si estuviera interactuando con un hombre mayor cuando estaba cerca de él. Celia también
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debía sentirse atraída por esa parte de él. Aria estaba teniendo la misma experiencia en este
momento.
"Todavía queda algo de tiempo hasta que partan... Dissolvo".
Rio vertió su esencia mágica en el suelo a través de sus pies, nivelando la tierra antes de
utilizar el caché espaciotemporal para asentar la casa de piedra.
"¿Qué... ¿Qué es eso?"
Aria miró la casa de piedra conmocionada. Normalmente no era de las que mostraban
expresiones en su rostro, pero hoy sus reacciones eran bastante vívidas.
"Ya le expliqué a Liselotte el alijo espaciotemporal delante de ti, ¿verdad? Así es como llevo
mi casa portátil. Está hecha para que parezca una roca para camuflarse".
También había barreras especiales que impedían que fuera percibida por los demás, pero
esos hechizos estaban desactivados mientras estaba guardada.
"En efecto, lo hizo. Pero... ¿una casa portátil?"
Según el sentido común de Aria, una casa no era portátil. Definitivamente no era algo que
se pudiera llevar de un lado a otro. Especialmente no una casa-no, una roca de este tamaño.
"Por favor, entra. Nos servirá de alojamiento en nuestro viaje, así que les daré una vuelta
durante nuestro descanso".
Rio se había acostumbrado a las reacciones de la gente que veía la casa de piedra por
primera vez, así que se limitó a sonreír débilmente antes de dirigirse a la puerta principal.
Presentó brevemente las habitaciones principales a Aria antes de que tomaran su descanso,
y luego reanudó su búsqueda de la santa.
◇◇◇
Varias horas después, tras dos descansos más para la santa y su compañía, el grupo
continuó hacia el norte, en dirección al cinturón de pequeños reinos.
"Es casi la puesta de sol. Deberían detenerse en la ciudad cercana para pasar la noche",
dijo Rio, mirando el cielo occidental mientras volaba.
Los grifos tenían una gran visión nocturna, por lo que eran capaces de volar incluso durante
la noche. Sin embargo, el hecho de que sus jinetes humanos tuvieran una visión limitada en la
oscuridad hacía más difícil asegurar un punto de descanso; era mejor moverse a la luz del día,
cuando el suelo de abajo no era un abismo negro.
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Era probable que no sintieran la necesidad urgente de regresar lo antes posible. El grupo
de Erica iba a abstenerse de moverse por la noche, según la información que Aishia le había
proporcionado durante el descanso anterior.
Apenas unos minutos después, Erica y su compañía comenzaron a descender en sus grifos.
"Han comenzado su descenso. Parece que van a pasar la noche en la ciudad de allí.
Deberíamos descender también". Rio también bajó su altitud, poniéndose en contacto con
Aishia.
Aishia, avísame cuando la santa encuentre una posada. Yo entraré en la ciudad mientras
tanto. Avísame si ocurre algo anormal.
Entendido.
Con los mensajes necesarios intercambiados entre ellos, aterrizó en una zona rocosa fuera
del camino.
"Voy a instalar la casa de piedra aquí. ¿Sabrías por casualidad qué escudo hay en la
bandera de esa ciudad de allí, Aria?" preguntó Rio, con la esperanza de confirmar su ubicación.
"Es el escudo de la familia del Margrave Baudrier. Es un noble del Reino de Galarc. Por el
tamaño de la ciudad, es poco probable que ésta sea la capital de su territorio, así que
probablemente esté regentada por un gobernador..." La respuesta de Aria fue inmediata, pues
había memorizado todos los escudos de las familias nobles del reino.
"Gracias, es una gran ayuda. Iré a hablar con el gobernador y le preguntaré si podemos
usar el artefacto de transmisión para contactar con el castillo. Tú espera aquí en la casa".
"Entiendo. Gracias por ocuparte de eso".
Aria no parecía muy contenta de esperar sola en la casa, pero el riesgo de encontrarse con
la santa en una ciudad tan pequeña era demasiado grande. Era mejor que una sola persona
se moviera en su nombre, y Rio estaba en mejor posición para negociar con un representante
utilizando su condición de noble. Aria no era tan incompetente como para dejar que su afán se
interpusiera en su camino, así que asintió obedientemente.
"Los artefactos mágicos que hay dentro de la casa se pueden utilizar tal y como he explicado
antes. Puedes comer lo que encuentres en la cocina y servirte del baño. Por favor, descansa
para prepararte para los próximos días de persecución".
"Agradezco tu consideración".
Aria se inclinó agradecida. Con eso, Rio se puso en marcha hacia la ciudad.
◇◇◇
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Alrededor de la misma hora Rio entró en la ciudad y llegó al edificio del gobernador...
La santa ha encontrado una posada, y ha entrado en lo que parece ser la finca del
gobernador. Como el jefe de la guardia está esperando solo fuera de la ciudad, probablemente
no planean hacer un movimiento aquí. Eso significa que Liselotte Cretia no se encuentra en
esta ciudad. Supongo que ha ido a pedir contacto con el castillo real, ¿eh?
Reiss observó la ciudad desde el cielo, siguiendo los movimientos de sus objetivos dentro
de las murallas. Hizo suposiciones precisas sobre sus respectivos motivos sólo por sus
posiciones y acciones.
Si siguen a este ritmo sin desvíos, llegarán a la Santa República Democrática de Erica en
pocos días... Tendré que dar las órdenes necesarias para esta noche.
Reiss se llevó una mano a la boca mientras decidía cómo avanzar. Tendría que apartar la
vista unas horas para ir a dar sus órdenes, pero era mejor tener el mayor tiempo de preparación
posible. Cuanto más tarde retrasara sus órdenes, menos tiempo tendrían los que las recibieran
para prepararse.
Los problemáticos Rio y Aishia tenían su atención centrada en la igualmente problemática

Santa: no podía dejar pasar esta oportunidad en la que sus fuerzas estaban divididas. Por lo
tanto, era importante que diera órdenes para que uno de sus peones se moviera. Y si iba a ir
con el plan que tenía la mayor probabilidad de éxito...
Teniendo en cuenta hacia dónde se dirigirá su atención, lo mejor sería que los Leones
Celestiales se movieran esta vez. Ya es hora de que trabajen para vengar a su comandante.
Reiss decidió movilizar a los subordinados de Lucius.
◇◇◇
"He vuelto, Aria", dijo Rio, regresando a la casa de piedra en las afueras de la ciudad una
hora después.
¿Hmm...?
Un aroma apetitoso le saludó en cuanto abrió la puerta.
"Bienvenido, señor Amakawa". Aria apareció en la sala de estar tras la entrada, haciendo
una reverencia cortés. Llevaba ropa del armario de Aishia, con el permiso de ésta:
normalmente, Aishia llevaba su ropa auto materializada en su forma física, por lo que su ropa
comprada en la tienda rara vez veía la luz del día. Ahora mismo, Aria llevaba un delantal.
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"He vuelto..."
"Usé tus ingredientes para preparar la cena". Siendo la hermosa chica que era, Aria se veía
bien usando cualquier cosa, pero la impresión que daba con un delantal era completamente
diferente a la de su ropa de asistente.
"Gracias. Huele delicioso", dijo Rio, ligeramente sorprendido.
"Todo está listo para ser servido inmediatamente. ¿Comerás primero o te bañarás primero?"
"Err, comeré primero. Pero deja que me lave las manos antes de hacerlo".
El intercambio con Aria, uno que se asemejaba a los típicos recién casados, fue una
sensación refrescante para Rio, que asintió con una suave sonrisa antes de dirigirse al lavabo.
Después de limpiarse, volvió al salón.
"Toma asiento en la mesa", le indicó Aria desde la cocina. Rio estaba a punto de ofrecerse
a ayudar a preparar la cena, pero ella se le había adelantado, así que se sentó. Poco después,
la comida fue llevada a la mesa del comedor.
"Son todos platos sencillos, así que no se pueden comparar con tu cocina..."
Aria puso sobre la mesa una quiche de espárragos y champiñones dorados, una olla con
mucho tocino y verduras de tamaño de un bocado, una ensalada y un plato de pasta cremosa.
"No, en absoluto. Tiene muy buena pinta". Era la primera vez que comía la comida casera
de Aria, pero tenía que ser una cocinera experimentada para preparar tantos platos
complicados en menos de una hora.
"Gracias. Por favor, cómete el plato". Aria se inclinó en señal de agradecimiento y animó a
Rio a empezar a comer. Luego le sirvió una bebida y se colocó al lado de la mesa como una
asistente.
"Umm, ¿no vas a comer tú también? No has comido ya, ¿verdad?" Rio miró confundido la
falta de la parte de Aria en la mesa.
"Sólo soy una asistente. Después de forzar mi camino para acompañarte en este viaje, no
puedo acompañarte en la mesa".
La relación entre Rio y Aria era la de un caballero honorario y la asistente de otra noble. Aria
comprendía perfectamente que no tenía el estatus para comer con él y trazó una clara línea
para demostrarlo. Era completamente normal que los nobles comieran bajo la vigilancia de
varios sirvientes, pero...
"Umm, no estoy muy acostumbrado a las costumbres de los nobles, así que no puedo
relajarme en circunstancias tan rígidas. ¿Podemos comer juntos? Preferiblemente, mientras
hablamos de manera informal", sugirió Rio con torpeza. Sabía que había situaciones en las
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que era más apropiado comportarse de acuerdo con su estatus social, pero tener que
mantener el acto de nobleza cuando estaba con otros se sentía sofocante.
"Por supuesto... Si eso es lo que deseas".
Así, Aria se unió a él para la comida. Una vez que los platos para dos fueron puestos en la
mesa, comenzaron a comer.
"Vamos a comer".
"Sí".
Rio empezó con la olla con carne. Las humeantes verduras calientes se habían hervido en
el caldo hasta que el sabor se había filtrado, derritiéndose en su boca.
"Está delicioso..."
Era imposible que no lo estuviera. Aria era la encargada de servir a Liselotte. Mientras que
Liselotte probablemente tenía chefs personales que hacían sus comidas, no sería extraño que
Aria preparara las comidas cuando la situación lo requiriera. Sus habilidades culinarias eran
inevitablemente de primera categoría.
"Qué bien".
Aria sonrió aliviada y cortó la tarta con el cuchillo y el tenedor con elegancia, llevándosela a
la boca.
"Aparte de eso, he podido contactar con el castillo sin ningún problema. Les he informado
de que vamos a salir del reino, por lo que nuestro regreso se retrasará. El mensaje debería
llegar a Su Majestad mañana. Los artefactos de transmisión conllevan el riesgo de que se filtre
información, así que no mencioné a Liselotte ni a la santa por su nombre", dijo Rio, informando
de su salida.
Los artefactos mágicos utilizados para la comunicación podían ser vistos por cualquier
persona con un receptor dentro del rango de transmisión, por lo que los mensajes enviados
solían ser bastante abstractos para evitar esos riesgos. Rio sólo había especificado su llegada
cerca del territorio del Margrave Baudrier, su intención de abandonar el reino y que su regreso
les llevaría al menos una semana.
"Gracias por ocuparte de todo".
"No es ningún problema. Debo agradecerte esta deliciosa comida". Rio dio un mordisco a la
quiche, saboreándola con deleite.
"..." Aria hizo una pausa en el manejo de sus cubiertos y se quedó mirando su cara.
Rio le devolvió la mirada con curiosidad. "¿Te pasa algo?"

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"No, pero cómo decirlo... Me alegro mucho de que esté aquí, señor Amakawa. Creo que
ahora entiendo por qué Celia y tantas otras personas te adoran. No puedo expresarlo con
palabras, pero hay un encanto misterioso en usted", dijo Aria con una mirada amable.
Rio parecía tímido, pero confundido. "¿Qué pasa de repente? Tus halagos hacia mí no
tienen desperdicio".
"Cuando pienso en cómo secuestraron a la Dama Liselotte, siento que aumenta mi ira contra
la Santa y mi propia impotencia. Pero cuando te miro, toda esa rabia inútil se disipa,
calmándome. Gracias a eso, soy capaz de seguir adelante con mi mente y mi cuerpo en las
mejores condiciones posibles".
La determinación de Aria se vislumbraba en su expresión, tensándose ferozmente. No era

como si su voluntad de rescatar a Liselotte se hubiera relajado; en todo caso, se había
intensificado. Pero impacientarse no serviría de nada, y eso era lo que Rio le había enseñado.
Sólo podía hacer lo que podía. Al igual que Rio, que había hecho lo mismo en silencio hasta
ahora.
"Cuando pediste acompañarme de vuelta al castillo, tenías una mirada atormentada.

Aunque no sé si eso es algo bueno o no, prefiero la cara que tienes ahora. No recuerdo haber
hecho nada especial, pero si mis acciones han tenido un buen efecto en ti, me alegro", dijo
Rio, sonriendo suavemente.
"Debe ser esa parte de ti..."
Rio siguió adelante con sus propios valores cuando más importaba. Pero nunca imponía
sus propios puntos de vista a los demás. Por supuesto, explicaba sus pensamientos cuando
le preguntaban, pero primero los mostraba a través de sus acciones.
Por eso la hacía pensar. Al verle avanzar en silencio, ella se veía obligada a considerar sus
propias acciones y lo que quería. Probablemente era esa parte de él la que atraía a los demás.
La comprensión hizo que los labios de Aria se rompieran en una suave sonrisa.
Rio ladeó la cabeza, desconcertado. "¿Qué quieres decir?"
Aria sacudió la cabeza bruscamente. "No es nada. Lo más importante es que la Dama Aishia
ha estado vigilando continuamente a la santa hasta ahora. Debe de necesitar un relevo en su
turno pronto; si es algo que puedo hacer, me gustaría hacer el turno de noche".
Por supuesto, dependía de la forma en que Rio se comunicara con Aishia, pero esperaba
aliviar la carga si era un método que ella pudiera utilizar también.
"Oh, no tienes que preocuparte por eso... También me ofrecí a hacer el turno de noche, pero
me rechazaron por ser innecesario. Aishia es capaz de trabajar sin necesidad de comida, agua
o descansos para dormir".
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Aishia era un espíritu, después de todo. Le gustaba comer y podía convertir inmediatamente
lo que comía en esencia mágica para reponerse, pero todo eso era innecesario para un
espíritu. Dormía mucho, pero eso era porque disfrutaba durmiendo; si quería, era capaz de
seguir trabajando sin dormir.
Sin embargo, Aria seguía sin saber que Aishia era un espíritu, así que Rio no sabía cómo
explicárselo.
"¿Eh...?"
Como se temía, Aria tenía una mirada interrogante de confusión. Eso era natural, ya que él
acababa de decir que ella no necesitaba lo que eran factores esenciales de la supervivencia
humana.
"Lo más fácil sería que lo vieras por ti misma, pero por ahora sólo puedo explicarlo
verbalmente. Lo cual funciona igual de bien, ya que puedo explicar otras cosas al mismo
tiempo. Por ejemplo, que mi vuelo no es un efecto de mi espada encantada".
Por supuesto, era posible volar usando una espada como catalizador para producir viento,
pero eso no era lo que Rio había usado en el camino. Su espada había estado en su vaina, ni
siquiera la había tenido en la mano.
La espada de Rio era capaz de refinar la esencia mágica para ayudar en las artes
espirituales, y amplificar el poder de las artes espirituales envolviéndolas en la hoja, pero no
siempre era necesario activar las artes desde la espada como origen.
Como las artes se activaban desde la espada, que estaba separada del cuerpo de Rio, no
era adecuada para lanzar ningún arte que afectara directamente al lanzador. Su forma de
espada también tenía límites, como la necesidad de ser sostenida por el mango de la espada.
En otras palabras, era fácil activar y controlar las artes espirituales que se centraban en la
espada, como envolver la hoja y acuchillar, lanzar algo mediante una estocada o clavar la
espada en algo. Pero usar la espada como punto de origen significaba que había un proceso
adicional, por lo que había casos en los que la velocidad de activación disminuía o tenía una
influencia negativa.
Por ejemplo, supongamos que activaba un arte espiritual en su espada y luego tenía que
cambiar el objetivo de ese arte por otro. Si iba a lanzar un arte sobre otra persona, no había
necesidad de usar su espada en primer lugar. Si Rio quería volar en el aire, usar su espada
para activar el arte no ofrecería ningún beneficio y simplemente tomaría más tiempo.
"Estoy seguro de que no es algo que debas difundir indiscriminadamente, así que ¿estás
seguro de esto? Supongo que es un secreto a la altura de una poderosa espada encantada".
Aria sentía curiosidad, pero tenía el suficiente honor como para no pedir una explicación de
inmediato.
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"Es como dije antes: eres la confidente de Liselotte y la amiga importante de Celia. Por eso
creo que no eres el tipo de persona que va por ahí difundiendo rumores. Para rescatar a
Liselotte, acabaré haciendo cosas que no se pueden explicar con una espada encantada. No
quiero disminuir nuestras posibilidades de un rescate exitoso ocultando mis habilidades", dijo
Rio, enumerando las razones para informarla.
"En ese caso, permíteme explicar primero el efecto de mi espada encantada. Si no fuera
así, no estaría equilibrada... Aunque todavía no está equilibrada así. Pero, por favor,
permítame hacerlo como muestra de mi confianza en usted, señor Amakawa", ofreció Aria con
decisión.
"¿Estás segura de que no necesitas el permiso de Liselotte?"
La espada encantada le pertenecía, después de todo.
"Obtendré un permiso retroactivo de ella. No hay duda de que ella lo aprobará. Si no lo hace,
me haré responsable de ello".
"Pero aun así..."
"La vacilación que sientes es la misma que siento hacia ti al revelar tu secreto", protestó
Aria en cuanto Rio expresó su incertidumbre.
"Lo entiendo... Ambos podemos revelar nuestras habilidades", Rio asintió con una sonrisa
tensa, decidiendo escuchar a Aria hablar de su espada encantada.
Después de eso, Aria reveló a Rio la habilidad de su espada encantada y el estilo de

combate basado en ella. La espada encantada que poseía se llamaba Lethal Bringer, que
podía aumentar la fuerza de corte de la hoja y ralentizar la curación de las heridas que causaba.
Por otro lado, Rio le habló a Aria de las artes espirituales y del hecho de que Aishia era un
espíritu. Como era un tema extenso, sólo le dio un resumen general de las cosas, pero aun así
Aria se vio obligada a escuchar una explicación mucho más larga de la que había dado.
"Siento que no era algo que debiera haber escuchado después de todo... La información
que ofrecí realmente no se puede comparar", dijo Aria después de que terminaran sus
explicaciones sobre la situación de cada uno. Su expresión se endureció ante la clara
diferencia en su valor informativo. Le sorprendió oír hablar de las artes de espirituales, pero le
chocó especialmente el hecho de que Aishia fuera un espíritu.
"Era necesario para aumentar nuestras posibilidades de rescatar a Liselotte. Ahora Aishia y
yo podemos utilizar todos nuestros poderes". Rio se encogió de hombros en tono de broma,
tratando de alejar las preocupaciones de Aria. En realidad, sus acciones se verían limitadas si
tuviera que ocultarle su fuerza. En lugar de tener que preocuparse por cómo explicar todos y
cada uno de los movimientos, era mucho más fácil darle la información de antemano y ponerla
al corriente de los hechos.
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"Sin embargo... Sigo sintiendo que me he convertido en una carga excesiva para ti", dijo
Aria con tristeza.
"Definitivamente no es el caso. No se sabe qué pasará en nuestro destino. Dado que se

desconoce la fuerza del enemigo, es muy tranquilizador que nos acompañe alguien con tus
habilidades. Y lo que es más importante, Liselotte también se sentirá más segura con la
persona en la que más confía a su lado", dijo Rio con claridad, sin dudar. No trataba de ser
considerado, simplemente lo creía de corazón.
Pero no pude proteger a mi maestra, que tanto confiaba en mí...
Una mirada de culpabilidad apareció en el rostro de Aria. Sin embargo, no podía permitirse
seguir mirando al pasado. Tenía que rescatar a Liselotte, lo anhelaba. Para ello, haría todo lo
posible. Su mirada se encontró con la de Rio, que la miraba fijamente desde el otro lado de la
mesa, y encontró una nueva determinación en su interior.
"No puedo agradecerle lo suficiente, señor Amakawa".
Con una sonrisa fugaz, Aria dirigió a Rio una mirada de profunda impresión.
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Capítulo III – Santa República Democrática De Erica
Hace aproximadamente una semana...
Al noroeste del Reino de Galarc, en el grupo de naciones menores, en su extremo más

septentrional, se encontraba la Santa República Democrática de Erica. En una habitación de
la mansión que se utilizaba como residencia oficial del jefe de estado se encontraba Liselotte.
Estoy agotada... De verdad.
Después de ser secuestrada, había sido enviada a la Santa República Democrática de Erica
antes que los demás, como Rio predijo. Llevaba una semana confinada en esta habitación.
Durante esta última semana, había considerado todas las formas de escapar de aquí. Pero
no había ninguna ventana en la habitación, la puerta estaba cerrada, había guardias fuera y
su magia estaba sellada con esposas.
Escapar era demasiado difícil. Incluso si lograba salir de la habitación, la atraparía uno de
los guardias de la mansión o los soldados de la ciudad antes de salir. E incluso si lograba salir
de la ciudad, no podría sobrevivir sin magia.
Sin su magia, Liselotte no era más que una niña de quince años sin poderes. Ya había
aprendido a defenderse, pero sería fácilmente derrotada si la atacaba un grupo.
Esto fue algo que comprendió el día que la trajeron a esta habitación, y por mucho que lo
pensara, su conclusión no cambió. Pero eso no significaba que se rindiera.
Durante una semana, había buscado una oportunidad para escapar. Pero el único contacto
que tenía durante la semana era cuando alguien le llevaba la comida. La persona asignada a
la tarea siempre se iba sin decir nada, así que no pudo obtener ninguna información, y mucho
menos sondear una ruta de escape.
La santa la había dejado inconsciente en Amande, y cuando volvió en sí ya estaba en un

grifo rumbo a la Santa República Democrática de Erica, así que no había hablado con nadie
desde el encuentro con la santa.
Los sirvientes que la transportaban no habían recibido ninguna información de la santa, y

estuvo vendada y amordazada durante todo el viaje, por lo que no pudo obtener información
ni hacer ninguna protesta.
Ahora sí que me han acorralado... Sé que secuestrar a alguien y aislarlo durante una
semana es una táctica para que se sienta incómodo, pero...
Entenderlo y que se lo hicieran a ella eran dos cosas totalmente diferentes. Le dio todo el
tiempo del mundo para pensar, y para darse cuenta de que no tenía ninguna esperanza. Era
la peor situación posible. Pero Liselotte no era del tipo que se rinde fácilmente.
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Si no puedo usar la magia, es imposible escapar. En ese caso, tendré que permanecer
confinada. Pero debo regresar al Reino de Galarc. Por eso tengo que pensar en cómo puedo
volver a Galarc en la situación actual...
Si tuviera todo el tiempo del mundo para pensar, seguiría pensando en lo mismo una y otra
vez. Tal vez se le ocurriera una nueva idea. Si hubiera una forma de salir del confinamiento y
volver a Galarc...
Ahora mismo no es realista, pero si consigo quitarme estas esposas mágicas, puedo robar
un grifo y escapar. Si su motivo para secuestrarme está relacionado con el Gremio de Ricca,
podría intentar usar eso como punto de negociación. Eso, o esperar a que me rescaten.
Podría hacer un movimiento por sí misma, o esperar a que alguien se mueva primero.
El mejor escenario sería ser salvada por alguien más, pero eso es sólo un sueño
conveniente...
Su secuestro fue causado por su descuido. Probablemente habría gente como su padre, el
duque Cretia, que clamaría por su rescate, pero también habría gente que se opondría,
diciendo que era cosa suya, sobre todo porque significaría oponerse a la nación formada por
un héroe. Ni siquiera el rey François podría ignorar las voces de los nobles. Era muy probable
que se viera obligado a sacrificar a Liselotte en aras de evitar la guerra.
La única posibilidad de que se formara un equipo de rescate sin problemas era que personas
influyentes como el duque Cretia pidieran a François que la recuperara, y se considerara que
la misión tenía muchas posibilidades de éxito.
Sin embargo, si su padre hacía tal petición, el reino sería criticado por actuar por motivos
personales. Esta vez no podía confiar en su padre.
También existía la posibilidad de que la gente se moviera en secreto para salvarla. Sin
embargo, si se infiltraban en la Santa República Democrática de Erica en esta situación, serían
inmediatamente sospechosos de moverse por orden del Reino de Galarc. Actuar por voluntad
propia sería visto como una traición al reino.
Y no hay nadie que se arriesgue a ir tan lejos por mí...
Hubo una persona que pasó por su mente, pero un sueño tan conveniente era imposible.
Sería más realista que sus asistentes hicieran un movimiento.
Sin embargo, los asistentes de Liselotte eran lo suficientemente inteligentes como para
comprender que pondrían a su maestra en una mala posición si se movían sin permiso. Sin la
aprobación del rey François, sabían que sólo podían observar en silencio.
Espero que nadie se sienta responsable de esto... Especialmente Aria.
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Liselotte recordó la batalla entre Aria y la santa. Erica utilizó una nube de polvo para obstruir
su visión y fingió ir tras Liselotte mientras esperaba el momento en que Aria dejara el polvo.
Liselotte predijo su emboscada y trató de advertir a Aria llamándola, pero al hacerlo alertó a la
santa de su posición.
Como resultado, Aria reaccionó a la emboscada de la santa dando un paso atrás, y apenas
logró evitar el ataque. Tenía un encantamiento para mejorar su cuerpo, así que la herida no
debería haber sido mortal. Incluso podría haber salido ilesa. Sin embargo...
Si no hubiera llamado a Aria...
Aria podría haberlo manejado sin su ayuda. Esa era la duda que masticaba su mente. ¿Y si
fuera cierto?
Realmente es mi culpa...
El bello rostro de Liselotte se retorció de arrepentimiento. Cuando imaginó que sus

subordinados eran culpables de lo ocurrido, se llenó de emociones de disculpa.
Quería decirles que no se preocuparan por ello. No podían causar más problemas al Reino
de Galarc. Por eso...
Debo regresar a Galarc pase lo que pase.
Liselotte descartó sus débiles esperanzas de que alguien la rescatara y reforzó su

determinación de volver a casa por sí misma.
El hecho de que la situación fuera desesperada no significaba que pudiera ser débil. No
tenía tiempo para ser débil. Hasta ahora, se había labrado su propio camino en numerosas
ocasiones. Esta vez haría lo mismo.
El primer paso es tener una discusión. Tengo que sondear sus intenciones e intentar
negociar con ellos. No me van a aislar para siempre, y ya es hora de que alguien se ponga en
contacto.
Si nadie se pusiera en contacto con ella, no habría ninguna discusión que mantener. Si
esperaran a que su mente se debilitara antes de negociar, ella sólo tendría que darle la vuelta
a la tortilla.
En una situación en la que no tenía contacto durante toda una semana, una visita sería su
primera oportunidad de tener una discusión. No era tan tonta como para abandonar esa
oportunidad.
Después de un encarcelamiento como éste, si quería demostrar que su voluntad seguía

siendo fuerte, debía adoptar una actitud rebelde. Por el contrario, si quería atraer a la otra parte
para que bajara la guardia, debería actuar de forma obediente.
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Sin embargo, ambas opciones tenían sus desventajas. Ser demasiado rebelde podría hacer
que la otra parte no estuviera dispuesta a comprometerse, y actuar con demasiada obediencia
podría hacerles desconfiar. Si quería evitar ambos escenarios, debía abstenerse de adoptar
repentinamente una postura dramática y actuar con neutralidad.
Para la situación de esta vez, lo mejor sería parecer algo fatigada. Eso era lo que pensaba
Liselotte, pero si había un problema con el plan...
Sólo espero que no sea esa santa la que haga el primer contacto.
Sería Santa Erica la que prohibiría a cualquier otro hacer contacto con ella.
Honestamente, no puedo entender a esa persona. Ya sea Santa Erica, o Sakuraba Erika...
Basado en su experiencia en Amande, ella sería la peor compañera de negociación. De

hecho, toda su impresión de ella era la peor.
Santa Erica siempre hablaba como si la conclusión estuviera resuelta, así que no había
forma de ver sus pensamientos. Sakuraba Erika también parecía ser desdeñosa y ocultar sus
verdaderos pensamientos. Liselotte ni siquiera estaba segura de si realmente tenía alguna
intención de negociar con ella en Amande.
Estoy segura de que se pondrá en contacto una vez que regrese al país, pero espero que
alguien más venga antes de eso.
◇◇◇
Al día siguiente...
Esa mañana, después de que Liselotte terminara de desayunar, aparecieron un hombre y

una mujer junto con la persona habitual que le quitaba los platos.
Uno de ellos era una de las personas que la acompañaron a este país, una espadachina. El
otro era un hombre al que nunca había visto.
Aparentemente, el espadachín femenino estaba allí como guardaespaldas del hombre.
"Hola. Soy el primer ministro de la Santa República Democrática de Erica Andrei".
El hombre, Andrei, colocó su mano derecha sobre el pecho y se presentó de forma elegante.
Sin embargo, parecía estar nervioso, ya que su expresión era bastante incómoda.
Es bastante joven para ser primer ministro. Hay una ingenuidad en él... y no parece una
actuación.
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Liselotte lo analizó con esa breve presentación, guardándose su confusión. Un primer
ministro era un cargo oficial que apoyaba al líder del país, por lo que era habitual que se
nombrara a alguien con mucha experiencia en política.
Sin embargo, Andrei parecía tener unos veinte años. Parecía un joven agradable sin ningún
signo de experiencia. El hecho de que el noble de otro reino pudiera ver sus nervios, significaba
que era demasiado poco fiable para un puesto así.
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Dicho esto, esta era la tan esperada oportunidad de Liselotte para negociar. Aunque su
aspecto poco fiable era preocupante, su posición era lo suficientemente alta como para
negociar.
"Hola, es un placer conocerte. Seguro que ya lo sabes, pero soy Liselotte Cretia".
Liselotte puso un aire de cansancio mientras daba una respuesta sociable a Andrei.
"Sí, le conozco bien o, mejor dicho, al Gremio Ricca. Antes dirigía una empresa comercial
en este país".
"Me honra escuchar eso".
"He oído rumores de que la presidenta del Gremio Ricca es hija de una importante familia
noble, y Natalia me informó de que apenas parecías mayor de edad, pero realmente eres
joven".
Andrei observó detenidamente el rostro de Liselotte. No la subestimaba por su juventud,

sino que la observaba con una mezcla de admiración y curiosidad.
"Err... Has venido aquí por negocios, ¿verdad?" preguntó Liselotte, confundida.
"Ah, perdóneme. He venido hoy a enseñarte el país".
Andrei se aclaró ligeramente la garganta y expuso su intención.
"¿Mostrarme el país?"
"Este país es una nación maravillosa, y me gustaría que lo vieras con tus propios ojos. Así
podrás entender por ti mismo la grandeza de la Santa Erica".
"¿Me dejarás salir de la habitación?"
"Sí."
"¿Estás seguro...? Me has aislado completamente de los demás durante esta última
semana, ¿y ahora de repente me dejas salir?"
"Sí. Todo es como la Santa Erica ordenó."
"Ya veo... Me gustaría preguntar qué intenciones hay detrás de esas órdenes, pero..."
"Los pensamientos de la Santa Erica son los que explicó en Amande, dice. Ella desea que
usted se una a la Santa República Democrática de Erica".
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"Creo que he rechazado esa oferta en repetidas ocasiones. Apenas pude hablar a través de
mi mordaza, pero le dije lo mismo a Natalia de camino aquí. Le rogué que me devolviera al
Reino de Galarc", dijo Liselotte, mirando a la espadachina que estaba detrás de Andrei.
"Señor Andrei, esta mujer es una noble arrogante que no entiende la benevolencia de la
Santa Erica".
Esto era todo. Natalia parecía extrañamente insistente en tratar a Liselotte como una
enemiga. Parecía ser causada por su condición de noble, pero parte de ella era probablemente
alimentada por su fuerte lealtad a Santa Erica también.
En el camino hacia aquí, había intentado explicar lo que había sucedido en Amande y cómo
las acciones de Erica eran un grave problema internacional, pero Natalia no le había prestado
atención. Como resultado, fue considerada una molestia y amordazada en su lugar.
"Parece que hubo un pequeño malentendido... con la Santa Erica, y con Natalia".
Andrei dejó escapar un suspiro preocupado.
"Un ligero malentendido, dices. Fui atacada de repente y secuestrada por la Santa Erica,
traído a este país injustamente..." Liselotte objetó en voz baja, cuestionando cómo la situación
actual era "leve" de alguna manera. Evitó que su voz se endureciera, pero su expresión y su
tono eran rígidos de descontento.
"En cuanto al hecho de que usted fue retenida por la Santa Erica y traída a este país...
Natalia dijo que eran órdenes de la Santa Erica".
Andrei miró a Natalia y aceptó una parte de la verdad: que Liselotte había sido trasladada
aquí por Natalia, que trabajaba de forma tangencial con Erica.
"En ese caso, me gustaría escuchar su opinión sobre la situación actual, en la que una
ciudadana extranjera ha sido secuestrada por la fuerza a su país", preguntó Liselotte con una
mirada aguda. Sin embargo...
"Creo en la Santa Erica. Y no puedo responder a más preguntas sobre la situación en

nombre de nuestro líder. Por favor, hable con la Santa Erica directamente sobre cualquier
malentendido que pueda tener. Como primer ministro, mis palabras corren el riesgo de
convertirse en las de la nación, así que le ruego que lo comprenda".
Andrei expuso claramente su impotencia respecto a la confirmación de los hechos sobre el

secuestro de Liselotte.
Erica era la líder de la nación, y Liselotte fue traída desde otro reino. La que estaba en una
posición más débil era Liselotte en este momento.
Sin confianza en Liselotte, había pocas posibilidades de que la otra parte creyera en lo que
ella decía. Si presentaba mal sus afirmaciones, dejarían de escucharla por completo.
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Por mucho que se reivindicara como víctima, no había forma de que Andrei y los demás se
sintieran avergonzados y arrepentidos, se disculparan y la enviaran de vuelta.
"Lo entiendo... Pero comprenda que no considero esto como un 'ligero malentendido', sino
como un grave problema internacional".
En lugar de enfurecerse, Liselotte advirtió con un suspiro.
Era fácil mostrar desprecio por Erica aquí, pero era igual de fácil imaginar cómo reaccionaría
Andrei al oír insultar a alguien a quien adoraba. Tenía que abstenerse de hacer enemigos en
una situación sin aliados.
Si podía hablar con Erica una vez que regresara, podría guardar sus críticas para entonces.
Esa fue la decisión que tomó.
"Lo tendré en cuenta".
"Entonces, ¿qué quieres de mí mientras la Santa Erica está fuera?"
"Como ya he mencionado, esta nación es un lugar maravilloso. Me gustaría que lo vieras

por ti misma. Si eres una buena persona, seguramente estarás dispuesta a cooperar con la
Santa Erica una vez que conozcas esta nación. Entonces se podrán aclarar tus
malentendidos", respondió Andrei con total convicción.
¿De verdad ha venido a enseñarme el país? ¿En un momento como éste?
Habiendo esperado alguna otra forma de negociación, Liselotte se sintió decepcionada.
"No lo entiendo. ¿Cómo puedes estar tan seguro? Entiendo que estás aquí ahora mismo
por orden de la Santa Erica, pero eres consciente de que soy una noble extranjera que ha sido
traída a la fuerza. ¿Cómo puedes seguir creyendo en ella tan firmemente?"
Su creencia en Erica era tan fuerte, que era como si estuviera mirando a una marioneta.
Ella no podía ver los propios pensamientos de Andrei en ninguna parte, dándole una sensación
inquietante.
"Es sencillo. Por favor, piensa en la voluntad de la Santa Erica como en la mía", respondió
Andrei sin dudar.
"Ya... veo..." Murmuró Liselotte, con su decepción interior cada vez más fuerte.
Para empezar, había tenido un leve presentimiento, pero parecía que eran creyentes
bastante devotos de la Santa Érica. Mientras siguieran así, no había forma de que aceptaran
sus palabras. Sin embargo, había una cosa que no entendía del todo.
Realmente... no lo entiendo. ¿Por qué se adora a esa santa hasta ese punto?
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Por lo que Liselotte sabía, la imagen de Erica estaba lejos de ser la de una santa, y sin
embargo la cúpula de este país creía intensamente en ella.
¿Qué había hecho para ser tan venerada? ¿Tenía algún tipo de secreto? Eso es lo que
Liselotte no podía entender en este momento. Por eso...
"Bien... ¿Podría mostrarme el lugar, entonces? Tienes razón; no sé nada. Ni de la Santa

Erica, ni de este país".
Si él iba a enseñarle, entonces ella podría aprender. Si le iba a mostrar este país, entonces
era la oportunidad perfecta para reunir información. Ser demasiado cautelosa no la ayudaría a
progresar. Dar el primer paso era vital.
"Eres una mujer sabia. No es de extrañar que la Santa Erica haya encontrado una promesa
en ti. Ahora, por favor, sígueme".
Andrei asintió satisfecho y luego llamó a Liselotte hacia la puerta. Así, Liselotte salió de la
habitación por primera vez en una semana.
◇◇◇
Liselotte salió de la mansión con Andrei, Natalia y varios guardias que estaban allí para
vigilarla.
Andrei se detuvo ante la puerta principal y se volvió hacia Liselotte. "¿Puedo preguntarle
hasta qué punto conoce nuestra nación?"
"La Santa República Democrática de Erica se formó después de que su revolución derrocara
a la anterior monarquía. Sin embargo, desconozco los acontecimientos que condujeron a la
revolución en sí".
"Hay innumerables reinos menores en el noreste de Strahl constantemente en guerra entre

sí, pero el Reino de Rivanoff en el que tuvo lugar nuestra revolución no estaba relacionado con
la lucha. Nuestra principal industria era la agricultura, pero nuestras tierras estaban secas. No
teníamos otros recursos sin explotar, y nuestras tierras no tenían valor militar, situadas como
están en los extremos del norte. Además, hace frío todo el año", explicó Andrei con una pizca
de autodesprecio. "Nunca se ha sacado ningún beneficio de atacar su país".
"..."
Liselotte no lo afirmó ni lo negó en voz alta, pero en su fuero interno estaba de acuerdo con
él. La revolución de un pequeño reino al norte era impactante, pero la larga distancia de Galarc
y la falta de presencia militar hacían que su recogida de información se pospusiera.
"Todos los reyes de la historia de Rivanoff eran pésimos gobernantes. Aprovecharon la falta
de valor de nuestra nación para unirse al Imperio de Proxia, y luego vivieron a salvo bajo su
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protección mientras se aseguraban de que sólo las familias nobles leales pudieran vivir con
lujo. El pueblo fue oprimido como resultado, y la revolución ocurrió como reacción".
"En otras palabras, incluso sin Santa Erica, ¿una revolución era inevitable?"
"Se podría decir que las bases para una revolución ya existían. Sin embargo, no hay duda
de que la revolución no se habría producido sin Santa Érica. La despreciable clase noble era
demasiado codiciosa y astuta, y los ciudadanos éramos simplemente demasiado ignorantes y
desinteresados en la política como para hacer algo al respecto. No éramos conscientes de la
situación de nuestro país y nunca desafiamos ninguna injusticia de la monarquía. Nos
dejábamos explotar sin oponer resistencia".
"¿Y la que cambió eso fue Santa Erica?"
"Sí."
"El estatus no importa. Los humanos nacen iguales, con los mismos derechos para vivir.
Esa es la mayor regla de este mundo, decidida por los propios dioses. A fin de cuentas, la
realeza y la nobleza también son humanos. Está mal que creen leyes injustas y usen su poder
injustamente".
Andrei empezó por subrayar esto, y luego continuó.
"Santa Erica dotó a nuestros ignorantes de ese conocimiento. Ella fue la que puso las cosas
en marcha y nos dio el valor para oponernos a la realeza. Ella salvó a nuestro pueblo de su
desesperación. Para evitar que los ciudadanos murieran en la revolución, ella se puso al frente
y lideró el camino".
El tono apasionado de su voz estaba respaldado por su experiencia personal, pero era sólo
un relato de segunda mano para Liselotte, que no lo había vivido ella misma.
"No sé qué hizo Santa Erica en este país. Si dices que salvó a la gente que sufría, entonces
diría que eso es maravilloso, pero no es que lo haya visto con mis propios ojos. Por eso me
cuesta entender por qué crees en ella tan incondicionalmente", dijo Liselotte con sinceridad.
En otras palabras, era incapaz de creer en Erica basándose sólo en las palabras, y la fe
ciega que veía en Andrei sólo hacía más incomprensible su impresión de la santa. La razón
principal era lo que había ocurrido en Amande.
"Simplemente puede aprender de aquí en adelante. Ella toma la iniciativa por los débiles,
creando resultados milagrosos con su poder milagroso. Esta nación es uno de esos resultados.
Por el momento, te mostraré una parte de la obra milagrosa de la Santa Erica".
Andrei se río con una sonrisa orgullosa y empezó a caminar hacia la puerta.
◇◇◇
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Su posición actual estaba a varios minutos de distancia del edificio donde Liselotte había
sido confinada.
"Como ya habrán oído, esto es Ericaburgo, la capital de la Santa República Democrática de

Erica. Originalmente era la capital real del Reino de Rivanoff. El edificio en el que te alojas es
la residencia del jefe de estado en las afueras del distrito noble", explicó Andrei mientras se
ponía al frente.
"¿Así que esta zona sería el antiguo distrito noble?"
"Sí. ¿No es una zona muy animada?"
"Hay mucha gente, pero todos son trabajadores. Hay obras por todas partes..." Liselotte
miró confundida a su alrededor.
Todos los que caminaban por las calles parecían ser trabajadores o ayudantes. No se veían
ciudadanos normales. Todos se llamaban enérgicamente y se afanaban por hacer su trabajo.
"El pueblo marchó sobre el castillo durante la revolución, destruyendo la mayor parte del
distrito noble. Actualmente estamos seleccionando terrenos y edificios para los edificios
gubernamentales, y construyéndolos por orden de prioridad."
La mayoría de los edificios del distrito noble habían quedado completamente arruinados.
Los que se encontraban a lo largo del camino hacia el antiguo castillo estaban en un estado
especialmente terrible. La propia carretera también estaba agujereada en algunos lugares,
haciendo que la destrucción sobresaliera como un pulgar dolorido.
Cicatrices de su revolución, ¿eh? La ira de los instigadores es evidente.
Liselotte observó su entorno con cara de conflicto. Como gobernante, no era un asunto que
le resultara desconocido. La rabia de la gente se acumulaba antes de explotar, incluso Amande
podía acabar así.
"Las huellas de la destrucción son especialmente graves en esta zona. ¿Ves ese montón
de escombros de allí? Ahí es donde estaba el castillo real". Andrei señaló en la dirección en la
que caminaban, hacia un punto situado a unos cien metros de distancia.
"¿El castillo real?" Liselotte puso cara de duda. No había nada que se pareciera a un castillo
en la dirección que señalaba Andrei. Sin embargo, ese era el único lugar que parecía
extrañamente vacío, una montaña de escombros y tierra. Era como si allí hubiera habido un
edificio más grande que las estructuras circundantes. El paisaje desprendía una sensación
extraña.
"Sí, solía estar allí. En tiempo pasado. Santa Erica destruyó el castillo durante la revolución,
enterrando a la realeza en su interior", afirmó Andrei con indiferencia.
"¿¡Qué!?" Liselotte se sorprendió.

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"Podrás comprobarlo cuando nos acerquemos un poco más. Antes había una colina allí, y
el castillo de piedra se construyó en la cima..." Dijo Andrei, continuando hacia adelante.
"¿Santa Erica lo destruyó ella sola?" preguntó Liselotte, corriendo tras él.
"Sí, de un solo golpe", respondió Andrei con orgullo.
"¿Un... golpe...?" Liselotte fijó su mirada en la montaña de escombros. La escala del castillo
que una vez se levantó allí podía deducirse por la posición y el tamaño del terreno. Puede que
fuera un reino pequeño, pero seguía siendo un castillo para un rey. El castillo se habría
construido sobre unos buenos cimientos con materiales resistentes. Además-
Solía haber una colina allí, y el castillo estaba en la cima... ¿Y ambos fueron aplastados de
un solo golpe? Eso sería imposible incluso con la clase más alta de magia de ataque.
Aunque no era tan resistente como la piel de dragón, las paredes de los castillos solían estar
pintadas con un material especial que tenía una alta resistencia mágica. No estaba claro si eso
se había utilizado en el castillo que solía estar aquí, pero era una hazaña increíble incluso si
no lo era. Era simplemente irreal que el castillo y la colina hubieran sido destruidos de un solo
golpe.
Liselotte logró hacer una pregunta a través de su mudez. "¿Cómo es eso...?"
Andrei pudo percibir la incredulidad en la reacción de Liselotte y sonrió con orgullo. "Ya te
lo he dicho. La Santa tiene un poder milagroso. Todos los miembros del ejército de la revolución
pueden dar fe de ello".
"¿Es el poder de su Arma Divina?"
"¿Arma Divina?" Andrei parecía desconcertado.
"Son las armas legendarias que poseen los héroes convocados en Strahl. Santa Erica tenía
un bastón de obispo, ¿verdad? Ese es su Arma Divina... ¿No sabías que era una heroína?"
"S-Sí, es la primera vez que oigo hablar de algo así. He oído los rumores de que los héroes
descienden en ciertos reinos, pero..."
Andrei asintió con los ojos muy abiertos. Un reino remoto de este tamaño tendría dificultades
para obtener mucha información. A juzgar por su reacción, Erica no les había revelado eso.
"Ya veo..." murmuró Liselotte.
Aquella santa ocultó su condición de heroína a sus propios compañeros. Dijo que quería
mantenerlo en secreto justo antes de estallar en Amande también...
Había dejado de lado sus preguntas, ya que no había nadie para responderlas, pero ¿cuál
era el motivo? Su curiosidad se despertó de nuevo.
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¿Podrían Satsuki y los demás héroes hacer algo similar con sus armas?
Hasta donde Liselotte recordaba, la mayor exhibición de un Arma Divina que había visto fue
cuando Hiroaki manifestó el dragón de agua Yamata no Orochi en su combate contra Rio.
Hiroaki no parecía tener un control total sobre él, pero después de invocar a todos los dragones
de agua, su poder estaba a la altura de la clase de magia más fuerte. Pero incluso un golpe
directo de un dragón de agua no sería capaz de destruir una colina.
Las leyendas tienden a exagerarse con el tiempo. Cuando Liselotte vio a Hiroaki controlar
el dragón de agua, asumió erróneamente que Armas Divinas podía crear fenómenos a la par
o ligeramente mejores que la clase más alta de magia. Incluso eso era suficiente para ser un
poder formidable.
Sin embargo...
¿Podría el verdadero potencial de las Armas Divinas ser incluso mayor que eso? Varias
veces la clase más alta de magia... ¿Suficiente para volar una pequeña colina de un solo golpe,
por lo menos?
No era sólo un poder formidable: era una amenaza. Se necesitaría un ejército de diez mil
personas para tener una oportunidad contra alguien así. Ese era el poder que tenían los
héroes.
Pero en el momento actual, era difícil decir si los otros héroes tenían tanto poder. Tenían la
misma arma divina, así que no había razón para que no pudieran hacer lo mismo que la Santa,
pero como mínimo era imposible para Hiroaki, que ni siquiera podía manifestar el Yamata no
Orochi completo contra Rio.
¿Sabe la Santa cómo sacar el misterioso poder de las Armas Divinas? Tal vez quería ocultar
su condición de héroe para mantenerlo en secreto. Aunque acabara en la guerra, un secreto
así sería una gran ventaja contra cualquier enemigo.
Si un ejército enemigo no tuviera ninguna información, no habría forma de contrarrestar un

movimiento así. Sería una tontería mostrar los propios poderes en esa situación. Si el poder
de la Santa estaba conectado a sus armas divinas, los reinos que poseían a los otros héroes
tratarían de sacar sus poderes también. Es posible que la Santa haya querido evitarlo.
No tenía pruebas, pero esa fue la conclusión a la que llegó Liselotte. Era una información
vital, así que fue una suerte que pudiera darse cuenta al ser secuestrada. Y ahora tenía algo
que hacer como noble del Reino de Galarc.
Necesito averiguar más información sobre la Santa, por muy trivial que sea.
Por ejemplo, qué pasó con la Santa después de venir a este mundo. ¿Por qué decidió
convertirse en santa? Justo entonces...
"¿Señorita Liselotte?"
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Andrei la llamó. Parecía sorprendido de oír que la Santa era una heroína, pero ¿hasta qué
punto entendía a los héroes? "¿Santa Erica es una heroína? Si eso es cierto, entonces qué
increíble", fue la impresión de aceptación incondicional que pareció dar. Después de calmarse
por expresar su alegría, miró a Liselotte, que estaba congelada en su sitio.
"Ah, lo siento, es que estaba tan sorprendida..."
Liselotte suavizó torpemente su expresión con una sonrisa.
"Valía la pena traerte aquí primero, entonces. ¿Lo entiendes ahora?" preguntó Andrei,
sonriendo con gran satisfacción.
"¿Entender qué, exactamente?"
"La razón por la que seguimos a la Santa Erica".
"Quiero decir que la seguís por el poder que tiene, pero no es el caso, ¿verdad?"
El poder por el que se regían cambió de poder político a pura violencia. Erica poseía la
fuerza para aplastar al propio poder político. Liselotte señaló indirectamente esa interpretación
con su pregunta.
"No lo es. Ella es el símbolo de la justicia misma. Ella piensa en el pueblo más que nadie.
Santa Erica sólo utiliza su poder para salvar a los débiles. No es una santa por su tremenda
fuerza. Tiene su tremendo poder porque es la Santa. Por eso creemos que el futuro está en la
dirección que ella tome. La vigilaremos y seguiremos sus pasos. Santa Erica es la luz que nos
guía", subrayó Andrei sin un ápice de duda en su rostro. Tenía absoluta confianza en ella.
Quizás confianza no era la palabra más adecuada.
"Tu fe en la Santa Erica suena casi como si estuvieras adorando a una deidad. Una al mismo
nivel que los Seis Dioses Sabios".
Sí, es fe, pensó Liselotte.
No había seguidores religiosos que dudaran de su dios. Santa Erica se había posicionado
como objeto de su culto. Su título de "santa" también estaba siendo encarnado.
"Sin duda. Eso es lo que es una santa, ¿no? Mucha gente de nuestro país ve a la Santa
Erica como una profeta que media entre nosotros y los Seis Dioses Sabios, o incluso como
una reencarnación de los Seis Dioses Sabios. Si dices que es una heroína, entonces es natural
que se la adore así. Los héroes son los discípulos de los Seis Dioses Sabios". Andrei parecía
completamente seguro de sus palabras; su fe en la santa había sido respaldada por el título
de héroe, después de todo. Sus emociones parecían estar a flor de piel después de saber que
Erica era una heroína. Probablemente ahora la veía como una figura aún más excepcional.
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Santa Erica no es adorada porque sea una heroína. El objeto de su adoración simplemente
resultó ser un héroe, por lo que su fe creció aún más. Esa fe sólo crecerá más fuerte de aquí
en adelante...
Un vistazo a ese proceso estaba ocurriendo ante Liselotte ahora mismo. Teniendo en cuenta
cómo Santa Erica estaba ocultando su condición de héroe, no había manera de que actuara
sin un plan.
¿Tenía planeado algún tipo de gran complot? ¿Era su actual estatus de figura de culto una
parte de sus planes?
¿Hasta qué punto todo esto es un acto calculado? Liselotte tragó saliva.
Sentía más curiosidad que nunca por saber cuándo y por qué Santa Erica había iniciado
sus movimientos. Había muchas cosas que quería preguntar, pero...
"Esto es sólo por curiosidad, pero dijiste que Santa Erica hizo esto de un solo golpe,
¿verdad? ¿Cómo hizo para destruir un castillo y la colina en la que se encontraba?" Comenzó
con una pregunta fácil.
"Golpeó el suelo con su bastón. Eso fue todo", respondió Andrei con orgullo.
"¿Eso es todo lo que hizo?"
"Sí. Para ser precisos, golpeó el suelo y una onda expansiva lo atravesó..."
"¿Como un fuerte terremoto?"
No ocurría con frecuencia, pero en Strahl había terremotos. También en la batalla entre
Santa Erica y Aria, el báculo del obispo había hecho estallar la tierra cuando se clavó en el
suelo. Liselotte había creído el poder del Arma Divina de Erica para controlar la tierra, así que
fingió calma para confirmarlo ahora.
"El suelo tembló con el impacto, pero no fue un terremoto. Es difícil de describir con
precisión, pero fue como si el suelo se abriera en una onda explosiva. La onda expansiva cobró
impulso y levantó el suelo, y una vez que éste empezó a derrumbarse se elevó, tragándose
toda la colina, con castillo y todo. Ah, incluso su recuerdo es sobrecogedor -explicó Andrei,
eligiendo sus palabras-. En efecto, debía de ser difícil explicar un fenómeno capaz de tragarse
un castillo entero.
"Estoy seguro de que debió de ser un espectáculo asombroso..."
El resultado se expuso ante ellos. Si el ejército de la revolución marchaba sobre el castillo,

habría habido personal no militar refugiándose en su interior. Es posible que algunos no
tuvieran voluntad de luchar y que sólo estuvieran en el castillo para trabajar ese día. A menos
que hubieran evacuado a la gente con antelación, habría habido gente inocente enterrada
entre esos escombros. Liselotte contempló la destrucción con cara de dolor.
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"Sí, fue más allá de lo imaginable". Andrei asintió con firmeza alabando la gran hazaña de
la Santa.
"¿Pero no fue un desperdicio destruir todo el castillo? Podrían haber reutilizado el edificio,
y seguro que había comida y tesoros almacenados dentro".
Si hubieran recuperado los tesoros y la comida primero, habrían tenido la oportunidad de

avisar a la gente de dentro también. Liselotte hizo su pregunta con la esperanza de que así
fuera.
"En efecto. Soy un antiguo comerciante, así que estoy de acuerdo contigo en eso.
Afortunadamente, parece que podremos recuperar los tesoros, y el castillo real era un símbolo
de los males de la monarquía de todos modos. Una pieza negativa del patrimonio, si se quiere.
No podíamos permitir que siguiera en pie", dijo Andrei con una expresión ligeramente
conflictiva.
"¿Incluyendo a los malvados miembros de la realeza y a los nobles de su interior?"
"Fueron un sacrificio necesario. Había algunos de la clase noble que estaban de acuerdo
con las ideas de la Santa, y los únicos que quedaban en el castillo al final eran los que se
oponían a ella con hostilidad."
"Ya... veo..."
Liselotte no hizo más preguntas. En su lugar, lanzó una mirada de reojo a los restos de la
destrucción y cerró los ojos en una oración silenciosa.
"No condenamos a nadie por el mero hecho de ser de la clase noble. Algunos nobles tienen
prejuicios por su condición, pero sabemos que hay nobles que se preocupan por el pueblo. Si
están de acuerdo con las enseñanzas de la Santa Erica, estamos dispuestos a tenderles la
mano. ¿Y tú?" Andrei se dirigió a Liselotte con una mirada juiciosa.
"A mí también me disgusta cualquier acción de tiranía hacia el pueblo. No me creo superior
sólo por ser un noble. Sin embargo, me crie en el bando que ustedes llaman de los
explotadores, como ciudadano de clase privilegiada. Por eso no puedo negar que puedo ver y
reaccionar ante las cosas de forma diferente a ti, miembro del bando que se crio oprimido".
Liselotte dio su sincera opinión sin tratar de parecer perfecta.
"Qué respuesta tan buena y sincera. He visto a muchos nobles dar acuerdos huecos en los
que no creen sólo para ser perdonados, pero tú eres realmente diferente." Andrei sonrió
ampliamente, mostrando sus blancos dientes.
"Me siento honrada. ¿Estarías dispuesto a contarme más? Creo que sólo se puede llegar a
una conclusión con un conocimiento adecuado de este país y de la Santa Erica". Liselotte se
inclinó una vez y miró fijamente a Andrei.
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"Efectivamente, es como usted dice. Me gustaría mostrarte otros lugares, así que hablemos
mientras nos movemos. El primero es la zona donde vive la población en general. Por aquí,
por favor".
Con un tono encantado, Andrei comenzó a guiar el camino con un salto en su paso.
◇◇◇
En el camino de las ruinas del castillo a la zona de la ciudad...
"En nuestro país, la legislación la llevan a cabo los asambleístas que participan en el
congreso. También toman algunas de las decisiones políticas. El líder del cuerpo administrativo
es el jefe de Estado, que actúa como representante de la nación".
"Así que has dispersado los derechos legales y administrativos que el rey habría tenido bajo
la monarquía".
"Exactamente".
"¿Cómo se eligen el congreso y el jefe de estado?"
"En una elección indirecta en la que los ciudadanos seleccionan al congreso y al jefe de
estado mediante elecciones, entonces cada votante propone su voto para el jefe de estado y
los miembros del congreso. En la primera elección, los miembros principales de la revolución
fueron seleccionados como el primer congreso, y la Santa fue seleccionada como jefe de
estado". Andrei explicó el sistema de gobierno de la Santa República Democrática de Erica
mientras caminaban.
"¿A quién se le ocurrió ese sistema de selección?"
"El marco general fue hecho por la Santa Erica. Sin embargo, hay algunos puntos que
todavía están en un punto muerto, por lo que todavía estamos en medio de establecer las leyes
básicas en torno a ese sistema."
El borrador del sistema de Erica probablemente se utilizó como una disposición temporal
para hacer la elección del primer jefe de estado y del congreso.
"Ya veo..." No podía estar segura sin leer las leyes reales, pero a Liselotte le pareció que
estaban muy motivados en la implementación de una democracia.
"Lo importante es que la participación en la política sea amplia, y que el país se mueva
según la voluntad del pueblo. La monarquía puede haberse movido según la voluntad de la
clase noble, pero atender sólo a la clase privilegiada es lo que llevó a la explotación de la clase
baja", dijo Andrei, haciendo hincapié en cómo debería ser la nación.
"Así que ampliando el ámbito de quién puede participar en la política, harás que sea más
difícil para los participantes darle importancia a los asuntos... Si el resultado les afecta, se
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sentirán responsables detrás de cada decisión. Hay muchas leyes que los nobles aprueban
porque, al fin y al cabo, no se aplican a ellos", dijo Liselotte. No había necesidad de escuchar
las opiniones de quienes no participaban en la política, así que era fácil emitir juicios sobre
cosas que no se aplicaban a uno mismo.
Era innegable que una monarquía facilitaba que las leyes sólo beneficiaran a los que
participaban en política. Y que la carga tendía a recaer sobre el pueblo...
"Ah, qué maravilla. Santa Erica nos dijo exactamente lo mismo. Los humanos son iguales.
Por eso debemos eliminar las leyes que se utilizan de forma desigual".
Andrei parecía complacido con la afirmación de Liselotte, ya que sus ojos brillaban de
pasión.
"Creo que es bueno que los altos cargos del país tengan en cuenta la voluntad de la
población. Eso reforzará su sentido de la responsabilidad hacia el pueblo", dijo Liselotte,
coincidiendo con las formas de la Santa República Democrática de Erica. Aunque su intención
era hacer que Andrei se sintiera bien al hablar positivamente del país, pensó que lo ideal sería
que eso ocurriera. Por eso no mentía.
"Sí, sí. Es importante que los elegidos tengan esas cosas en mente. No podemos dejar el
país en manos de alguien sin responsabilidad sobre el pueblo". Debía estar disfrutando de la
discusión, ya que Andrei acortó la distancia entre él y Liselotte con entusiasmo.
"S-Sí, estoy de acuerdo", asintió Liselotte, casi echándose hacia atrás.
"El plan original era mostrarte nuestro congreso, pero ahora no puedo esperar a hacerlo;
esta tarde se celebrará uno para establecer las leyes básicas. Debatimos todos los días sobre
ello, así que será una buena oportunidad para que veas nuestro fuerte sentido de la
autoconciencia. Ah, y por favor, lee también las leyes propuestas, me encantaría escuchar tu
opinión sobre ellas".
"Vaya, me interesaría mucho. Lo esperaré con impaciencia". Liselotte puso una sonrisa
inquieta pero amistosa.
No es que diga nada que no piense realmente, pero...
Para no levantar sospechas preguntando repentinamente por la santa, estaba de acuerdo

con lo que él dijera para obtener información. Pero la reacción de Andrei fue tan seria que la
hizo sentirse un poco culpable.
Me pareció un poco joven para ser primer ministro, pero ¿es posible que les falte gente con
experiencia política?
Andrei era un hombre bueno y honesto. Sin embargo, un hombre honesto era demasiado
poco fiable para tenerlo como primer ministro. Un primer ministro no debería creer en los
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demás con facilidad; en todo caso, debería estar constantemente alerta. Estaría mejor como
erudito que como político, pensó Liselotte, cuando-
"Hmph".
Sus ojos se encontraron con los de Natalia, que los acompañaba sin participar en la
conversación. Natalia observó la armoniosa conversación de Liselotte con Andrei y resopló
con descontento. Tal vez pensó que se dejaba llevar por la atención de una bella noble.
"Dejando eso de lado, ¿podrías contarme algo más sobre la Santa Erica?". Liselotte ignoró
la mirada de Natalia que podía sentir y en su lugar le preguntó a Andrei qué era lo que más le
urgía.
"Claro, ¿qué te gustaría saber?".
"No sé nada sobre cómo llegó a ser llamada santa, así que si podemos empezar por ahí...
¿Era ya una santa cuando la conociste?" Si se enteraba de cómo Erica se convirtió en santa,
tal vez podría ver algo nuevo.
"La primera vez que la conocí -o, mejor dicho, la primera vez que la vi- aún no se había
hecho santa. Sin embargo, no cabe duda de que en ese momento ya estaba planeando la
salvación del pueblo... Yo le he hecho la misma pregunta porque también tenía curiosidad".
Andrei recordaba con una sonrisa cariñosa.
"Si no te importa, ¿estarías dispuesto a decirme su respuesta? Me gustaría saber por qué
se hizo santa".
"De acuerdo. Santa Erica me dio permiso de antemano para contárselo si expresaba su
interés en escucharlo", dijo Andrei como prefacio. "Por lo que me contaron, Santa Erica vivía
originalmente en un pequeño pueblo con su prometido".
"¿Con su prometido?" Liselotte ladeó la cabeza.
Pero si recuerdo...
Cuando Erica le preguntó a Liselotte si había alguien a quien quería en Amande, Erica había
mencionado que no debía hacer nada de lo que se arrepintiera. Lo que significaba...
"Por desgracia, ya ha fallecido". Andrei sacudió la cabeza con tristeza.
Así que su prometido fue arrastrado a la invocación de héroes... y luego murió por algún tipo
de circunstancia.
"Santa Erica dijo que algún tipo de situación la llevó a ella y a su prometido al pueblo".
Según las leyendas transmitidas en la región de Strahl, había seis héroes que habían
participado en el período de la Guerra Divina. Los héroes llegaron desde lejos, convocados a
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través de las piedras sagradas, y los reinos que poseían esas piedras los mantenían bajo
estricta seguridad.
Es difícil creer que una piedra sagrada capaz de convocar a un héroe se guardara en una
aldea, pero no es que se conociera la ubicación de todas las piedras sagradas para empezar.
Tal vez yacía sin descubrir en algún lugar cerca de la aldea. Entonces, cuando llegaba el
momento, se producía la invocación, según la hipótesis de Liselotte.
En realidad, había cuatro reinos en la región de Strahl de los que se sabía que tenían piedras
sagradas. La almacenada en el Castillo de Galarc que convocó a Satsuki, la del Reino de
Beltrum que convocó a Rui, la que la Restauración tomó del Castillo de Beltrum que convocó
a Hiroaki, y la del Reino de Centostella que convocó a Takahisa. De los dos restantes, el que
invocó a Renji yacía intacto en un manantial aislado del bosque. Y el último estaba, como
Liselotte adivinó, sin descubrir en una montaña cerca de una aldea remota.
"Su prometido ya había fallecido, así que no dijo mucho sobre esa aldea, pero dijo que
decidió convertirse en Santa Erica a causa de la muerte de su prometido".
"¿Cómo falleció?"
"Una persona poderosa llegó a la aldea. Lo mataron tratando de proteger la aldea de ellos".
"Su prometido debe haber sido un hombre maravilloso..."
"Sí, aparentemente. Extendió su mano a la gente que sufría, preocupándose por los demás
antes que por sí mismo, dijo la Santa Erica. Después de aceptar su muerte, ella decidió
continuar su legado..."
"Ya veo..."
En un mundo en el que las vidas de la realeza y la nobleza pesaban más que las de los
plebeyos, acontecimientos desafortunados como ese estaban destinados a suceder.
"Tras presenciar la muerte de su prometido, Santa Erica se afligió, se enfureció y se hundió

en la más absoluta desesperación. ¿Por qué la gente está por encima de los demás? ¿Por
qué la gente no nace igual? ¿Por qué utilizan el estatus que obtienen para hacer daño a los
demás? Empezó a sentir un fuerte resentimiento contra el mundo que había creado personas
con poder. Entonces, recibió una revelación divina que le decía que debía salvar el mundo".
"¿Una revelación...?"
Qué palabra más extraña para sacar a relucir de repente. Revelación: una palabra que
significaba que Dios había concedido a los humanos una verdad que normalmente no serían
capaces de percibir.
"Antes, junto a los restos del castillo, dije que nuestra nación ve a Santa Erica como una
profeta, ¿no es así?" dijo Andrei con una sonrisa orgullosa.
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"No, pero... ¿Era cierto? Cuando dices revelación y profecía, ¿quieres decir que Santa Erica
recibió la voluntad divina de los Seis Dioses Sabios?"
Liselotte miró fijamente a Andrei. Parecía pensar que se trataba de una historia inventada,
e insinuaba con fuerza que él debía estar bromeando con su mirada.
Andrei esbozó una sonrisa forzada ante la reacción de Liselotte. "Es natural que se sienta
sorprendida. Al principio, mucha gente la trataba como un bicho raro. El caído rey Rivanoff
también la trató como una hereje hasta el final".
Cualquiera que se opusiera a la autoridad proclamándose santa portadora de la palabra de

los Seis Dioses Sabios sería naturalmente tratada como una hereje. La gente en el poder la
declararía bruja y la haría ejecutar. Eso era probablemente lo que ocurría también en la
realidad.
"¿Tienes pruebas? Que Santa Erica recibió la profecía de los Seis Dioses Sabios", dijo
Liselotte en un tono nervioso, algo raro en ella.
"Nadie más que la Santa Erica puede recibir la palabra de los Seis Dioses Sabios. No hay
manera de probar tal cosa".
Efectivamente, esa sería la prueba del diablo.
"Eso... puede ser cierto..."
Pero sin pruebas, no había nada que creer.
"Además, ni siquiera un profeta puede estar continuamente conectado a la voluntad de los

Seis Dioses Sabios. Las profecías no son el todo y el fin".
"¿Entonces por qué crees en sus profecías?" preguntó Liselotte.
"Hay tres razones para ello. La primera es porque todas las profecías de la Santa Erica han
sido exactamente como ella dijo; por ejemplo, que derrocaría al Reino de Rivanoff y
establecería una nueva nación en su lugar, por el bien del pueblo. Eso fue lo que predijo, y eso
fue lo que hizo que ocurriera".
"..." ¿No fue eso simplemente porque ella tenía un objetivo, y los medios para hacer que
ese objetivo ocurriera? Esa fue la refutación que inmediatamente vino a la mente de Liselotte,
pero se contuvo de discutir. En su lugar, esperó las otras dos razones.
"Otra es por su poder. Santa Erica dijo que se le otorgó un poder que los humanos no
pueden usar debido a la profecía. Entonces usó ese poder para realizar milagros dondequiera
que fuera".
"¿Como destruir el castillo real de un solo golpe?"
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"No fue sólo destrucción. Curó heridas sin usar magia, convirtió tierras baldías en fértiles y
cambió la tierra para alterar el flujo del río".
Todos esos son fenómenos causados por el Arma Divina... Pero Satsuki dijo que alguien le
enseñó a usar el Arma Divina en un sueño cuando vino por primera vez a este mundo,
¿verdad? Alguien le habló de forma unilateral en un sueño... ¿Podría ser esa la profecía?
No estaba segura, pero de repente recordó lo que Satsuki dijo una vez y se preguntó si
podría estar relacionado con esto.
"La tercera razón es que se puede confiar incondicionalmente en las palabras de la Santa
Erica. Así de fuerte es la confianza entre nosotros. Por supuesto, no sólo confiamos en ella
porque sea fuerte, sino que se ha ganado esa confianza porque ha utilizado continuamente su
poder para la salvación de los débiles. Antes de que la gente la llamara santa, vagaba de
pueblo en pueblo tras la muerte de su prometido, haciendo milagros allá donde iba, ayudando
a liberar a los débiles de la tiranía de los fuertes sin compensación. Conocí a la Santa Erica en
medio de ese viaje".
No había nadie que dudara de las palabras de quien adoraba. En otras palabras, el hecho
de haber construido su posición hasta el punto de ser adorada como una santa era la tercera
razón. Sin embargo, mientras que todo hasta el momento en que su prometido fue asesinado
tenía sentido, todo lo que sucedió después era un poco difícil de creer. Si tuviera el poder de
un héroe, no habría sido imposible que hiciera creer a la gente que era una profeta.
Eso es lo que Liselotte dudaba. Sin embargo, el sueño que Satsuki le contó una vez también
pesaba en su mente.
Satsuki dijo que había visto un sueño que le enseñaba a utilizar el poder del héroe. ¿Quizás
quien apareció en ese sueño fue el mismo que le dio a la Santa su supuesta profecía, y le
enseñó cómo sacar el poder de su Arma Divina aún más? ¿Pero no sería quien apareció en el
sueño los Seis Dioses Sabios?
No había manera de confirmar su hipótesis, pero eso sólo hizo que su imaginación creciera
más salvajemente. Liselotte se perdió en sus pensamientos con una mirada desconcertada.
Se suponía que estaba en medio de una gira, pero el impacto de esa información la había
hecho olvidar. Andrei aprovechó esa oportunidad para interrogarla de nuevo. "¿Y bien? ¿Crees
ahora en la profecía de la Santa Erica?"
"Sinceramente, soy medio dudosa", respondió Liselotte con sinceridad.
"Jaja. Realmente eres una persona sincera. Tu excelente educación y tus rectos valores te
permiten tener una visión cuidadosa del mundo. Por eso nos gustaría que prestaras tu fuerza
a nuestra nación. Ahora, estamos casi en la zona central".
Andrei parecía sentir que su conversación hasta ahora había valido la pena, ya que la
miraba apasionadamente mientras la invitaba hacia el centro de la ciudad que tenían delante.
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Interludio I: Mientras Tanto
En el Reino de Paladia, donde Rio había resuelto su venganza con Lucius, el hombre que
asesinó a su madre...
Los embajadores del Imperio de Proxia estaban visitando al Primer Príncipe Duran en el
castillo real, el día después de que Rio y Aria comenzaran su persecución de la santa. Eran
los seis subordinados del difunto comandante de los Leones Celestiales, Lucius, entre los que
se encontraban Arein, Lucci y Ven.
Sin embargo, el único que estaba en la sala de reuniones con Duran era Arein. Los otros
cinco esperaban fuera de la sala a que concluyera su discusión.
"Ha pasado un tiempo. Hace tiempo que no te veo con ese uniforme de escuadrón..."
Duran hizo pasar a Arein a la sala mientras se sentaba con fuerza en el asiento principal.
Sin embargo, cuando vio el atuendo de Arein tras entrar en la habitación, sus ojos se abrieron
de par en par. Arein llevaba el uniforme de los Leones Celestiales.
La mayoría de los trabajos de los mercenarios consistían en la guerra o en hacer el trabajo

sucio que los reinos no podían publicitar. Cuando los mercenarios participaban en la guerra,
llevaban el uniforme de su escuadrón para hacer evidentes sus logros, pero nunca llevaban el
uniforme mientras hacían trabajos sucios. Arein había estado trabajando para el Imperio Proxia
durante los últimos años, así que hacía tiempo que no se ponía el uniforme de su escuadrón.
"Hemos venido en nombre del señor Reiss, pero parece que estamos a punto de conseguir
un trabajo que podemos reclamar como Leones Celestiales. Así que me gustaría ir
directamente al grano", comenzó Arein.
"Soy consciente. Estás buscando el recuerdo de tu comandante, la espada encantada,

¿verdad? Aunque Reiss dijo que enviaría una espada de reemplazo. No has venido con las
manos desnudas, ¿verdad?".
Duran agarró una de las dos espadas que estaban a su lado. Pero en lugar de entregarla,
golpeó la punta de la empuñadura contra el suelo. "Sí. Los cinco que están fuera de la
habitación la guardan".
"¿Oh?"
"¿Pueden entrar?"
"No me importa".
Duran hizo un gesto con la barbilla, indicando a los caballeros junto a la puerta que la
abrieran. Los caballeros asintieron en silencio y abrieron la puerta.
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"Discúlpenos".
Los cinco miembros del escuadrón, incluidos Lucci y Ven, entraron. Todos llevaban el
uniforme de los Leones Celestiales, y todos llevaban dos espadas cada uno mientras se
colocaban detrás de Arein en su asiento.
"Son bastantes espadas las que han traído. El trato era para un número menor, creo".
Un total de diez no era un número pequeño cuando se trataba de espadas encantadas. Los
ojos de Duran se abrieron de par en par cuando miró a las cinco personas que estaban detrás
de Arein.
"Hay tres poderosas espadas encantadas con habilidades especiales y mejora del cuerpo
físico, y siete espadas más débiles con sólo mejora del cuerpo físico".
"¿Estás diciendo que elijamos entre las tres espadas o las siete?"
"No. Te estoy ofreciendo las diez".
"¡Bwahahaha!" Duran estalló en una sonora carcajada.
"¿He dicho algo gracioso?"
"Tonto, el trato es demasiado bueno para ser verdad. ¿Cuál es el truco?"
Una sola espada encantada podía elevar la destreza militar de una pequeña nación. Para
un reino menor, incluso tres espadas encantadas era mucho.
"También es una disculpa por haber llegado tarde a este acuerdo después de haber sido
los que hicieron la oferta. Hemos estado increíblemente ocupados estos días, ya ves".
"Sigue sonando sospechoso..."
Duran miró al hombre sentado frente a él con sus ojos afilados. Había una petición implícita
de ayudarles en tiempos de necesidad a cambio de las diez espadas encantadas.
"Bueno, sí. También es nuestra intención fortalecer el Reino de Paladia, con el que estamos
aliados".
"Ya veo".
"Las espadas encantadas más débiles son las mismas que usan los miembros de nuestro
escuadrón. Son más bien imitaciones de espadas encantadas que verdaderas espadas
encantadas".
"Espadas encantadas de imitación, dices... Casi parece que las espadas encantadas
pueden ser fabricadas. Aunque sus habilidades se limitan a la mejora del cuerpo físico..."
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"Sí, exactamente. No es que se puedan producir por cientos, pero entre tú y yo, estas siete
espadas fueron creadas en el imperio."
Por cierto, la razón por la que tardaron en recuperar la espada encantada de Lucius fue
porque habían tardado en preparar esta cantidad de espadas.
"¿Oh?" Había un brillo en los ojos de Duran.
Las espadas encantadas que podían mejorar el cuerpo físico en lugar de sólo proporcionar
habilidades físicas se consideraban artefactos antiguos que eran imposibles de reproducir con
la hechicería moderna de Strahl. Si un caballero que sólo podía usar magia para mejorar las
habilidades físicas se enfrentaba a un caballero con una espada encantada para el cuerpo
físico, el que tenía la espada encantada ganaba por goleada.
Encantar sólo las habilidades significaba que los resultados estaban limitados por los límites
del cuerpo, mientras que encantar todo el cuerpo físico permitía que los movimientos
superaran los límites del cuerpo. Si se formaba un pequeño escuadrón de soldados con
espadas encantadas, ese escuadrón sería extremadamente formidable en el campo de batalla.
"Bueno, el efecto de la hechicería es un poco más débil en comparación con las antiguas
espadas encantadas. Pero, aun así, si uno de tus subordinados equipara una, podrían
fácilmente enfrentarse a varios caballeros de los reinos circundantes."
"Qué país tan aterrador es el imperio".
"No es el imperio lo que es aterrador, sino el Sr. Reiss".
"Un hombre misterioso, sin duda". El ceño de Duran se frunció al pensar en una persona
tan espeluznante.
"Pero ya no nos importa lo que quiera el imperio. ¿Nos lo devolverás? El recuerdo del
comandante".
Arein y los mercenarios que estaban detrás de él miraron fijamente la espada de Lucius.
Parecían bastante obsesionados con el objeto, que era un recuerdo de su comandante.
"Bueno, no tengo motivos para negarme. Dicen que las espadas encantadas eligen a su
propio usuario, pero ésta parece extremadamente exigente. Ni yo ni ninguno de mis
subordinados podríamos usarla. Sería un desperdicio de una buena espada, así que tómala.
Aceptaré tu oferta".
Si tenía que elegir un tesoro, también podía elegir el que se podía utilizar. Duran colocó la
espada encantada que Lucius había usado una vez sobre la mesa ante él.
"Lucci". Arein ordenó al hombre grande que estaba detrás de él que recuperara la espada.
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"Bien". Lucci se dirigió inmediatamente a la mesa y recogió la espada de Lucius. Las miradas
de todos los miembros del escuadrón siguieron la espada con miradas furiosas.
"Por favor, dejen de lado la sed de sangre, todos ustedes".
Duran se encogió de hombros con un suspiro. Se daba cuenta de que la sed de sangre no
iba dirigida a él mismo, así que no los criticó con demasiada dureza. Lo entendía: los
mercenarios que tenía delante tenían la expresión de hombres a punto de ir a la guerra.
"Aparte de eso, ¿tendrían algún interés en trabajar para mí? Les recompensaré con creces".
Probablemente fue su disposición natural la que impulsó su intento de reclutar a Arein y a los
demás.
"Gracias por la oferta, pero hay algo que debemos hacer".
"¿Planeas vengar la muerte de Lucius o algo así?"
"Bueno, sí".
"Qué imprudencia. Aunque equipara a mis subordinados con todas las espadas de esta
sala, no querría enfrentarme a ese hombre".
No había nada que los detuviera. Duran recordó la pelea entre Lucius y Rio y miró a los
hombres con una mirada de lástima.
"Sí, pero nuestro objetivo esta vez no es ese bastardo en persona... Lo haremos
limpiamente, a la manera de los mercenarios".
Arein parecía estar pensando en alguien que no estaba presente, mientras miraba al
espacio vacío con la mirada de una bestia hambrienta.
◇◇◇
Mientras tanto, en el castillo de Galarc, habían pasado cinco días desde que Rio y Aria
salieron a seguir a la santa.
"Me voy entonces".
"Cuídate".
En la entrada de la mansión de Rio en los terrenos del castillo, Orphia se despedía de

Miharu, Celia, Latifa, Sara, Alma, Satsuki y Charlotte; se marchaba para poner al día a Gouki
y a los demás que esperaban en la aldea de los espíritus. Su plan original era regresar a la
aldea en un plazo de tres semanas desde su partida, por lo que sobrepasar ese periodo en
días sería motivo de preocupación.
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Orphia viajó hasta la puerta de la capital en el coche de caballos que Charlotte preparó, y
luego se bajó y reanudó su viaje sola.
Ahora, para encontrar algún lugar cerca de la capital bueno para teletransportarse...
No utilizó inmediatamente el cristal de teletransporte para alejarse porque aún tenía algo
más que hacer. Si se iba así, tendría que volar durante dos semanas para volver. Llevar a
todos los del grupo de Gouki a Strahl de esa manera sería difícil.
Por eso tenía que establecer un punto de teletransporte en las afueras de la capital de
Galarc para que el grupo de Gouki pudiera teletransportarse directamente desde el pueblo a
Strahl. Un lugar preferiblemente fuera de la vista de otras personas, donde hubiera abundante
esencia mágica en el entorno natural.
Se decidió que Orphia sería la mejor para encontrar un lugar así, ya que era una alta elfa
con afinidad por la oda y el maná. También era la que mejor entendía la hechicería de
teletransporte de los miembros restantes del castillo.
Empezaré con una vuelta alrededor de la capital.
Orphia apretó los puños en un bonito movimiento de automotivación, y luego mejoró su

cuerpo para correr a un lugar menos poblado.
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Capítulo IV – El Regreso De La Santa
Habían pasado casi dos semanas desde que Liselotte fue enviada a la Santa República
Democrática de Erica. Desde el día en que se le permitió salir de la mansión, se le dio permiso
para salir al exterior siempre que estuviera acompañada por Andrei. En caso contrario,
permanecía confinada.
A pesar de ese permiso, Liselotte sólo salió a observar varios lugares durante los primeros
días. Pronto dejó de salir y, en cambio, Andrei la visitaba con frecuencia en su habitación.
En parte se debía a que la capital de Ericaburgo era una ciudad pequeña con poco que ver,
pero sobre todo a que sus posiciones se habían invertido. El objetivo original era que Liselotte
aprendiera de Andrei sobre la Santa República Democrática de Erica, pero en algún momento
resultó que Andrei tenía más que aprender de Liselotte.
Liselotte había conservado sus recuerdos de su vida pasada, había recibido una educación
de clase noble en su vida actual y había sido presidenta de un gremio comercial y gobernadora
de la ciudad durante los últimos años. Esas experiencias no habían sido sólo un espectáculo.
En comparación, Andrei era el dueño de un pequeño negocio que acababa de asumir el

cargo de primer ministro, así que no había mucho que pudiera enseñar a Liselotte. Había
recibido un curso intensivo sobre su cargo por parte de la Santa Erica durante la revolución,
pero no tardó en darse cuenta de que Liselotte tenía una educación y una experiencia más
adecuadas para la política.
Andrei empezó a plantear a Liselotte preguntas sobre el gobierno, y Liselotte siguió las
discusiones para obtener más información. Eso le dio a Andrei una impresión favorable e
inteligente de ella, dándole más oportunidades de hacer sus propias preguntas.
"Ya veo. Así que habrá conflicto entre los derechos del pueblo, dices... Los ciudadanos son
ahora más conscientes de sus propios derechos, así que los conflictos serán también más
intensos... Qué teoría tan fascinante. Pero ¿cómo se relaciona eso con el desarrollo de las
leyes?".
Andrei volvía a buscar el consejo de Liselotte en ese mismo momento.
"Si toda la gente reclama sus derechos a la vez, puede causar conflictos en todo el país.
Cuanto más problemas haya, peor será el orden público".
"Sí."
"El pueblo tampoco querría eso. Por eso hay que dejar la resolución de estos asuntos al
país, para que el gobierno se encargue."
"Claro..."
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"Cuando los problemas se produzcan realmente, los que tendrán que actuar serán los que
estén en el lugar del asunto, y quien lleve el juicio. Tú también lo entiendes, ¿verdad?"
"Lo entiendo."
"Pero el mejor de los casos es que no haya ningún problema. Y para ello..."
"Nuestro congreso tiene que desarrollar las leyes".
"Sí. El conflicto de derechos es una de las perspectivas más importantes que hay que tener
a la hora de desarrollar las leyes para el pueblo. Para ser más precisos, al tener esta
perspectiva, podrás prever cuándo esos derechos entrarán en conflicto, qué situaciones
provocarán el conflicto y cuál sería el juicio correcto para responder."
Hay casos en los que es mejor dejar que las partes implicadas lo resuelvan por sí mismas,
y otros en los que es mejor que la nación intervenga en cuanto detecte el problema. La función
de las leyes es estar preparadas para esas situaciones. Incluso si se produjera una situación
inesperada, se podría crear una nueva ley para tratarla inmediatamente.
"Es exactamente como usted dice. Ya veo. Mirándolo así, sí que se relaciona con el
desarrollo de las leyes", dejó escapar Andrei un sonido de admiración al entender su punto de
vista.
"Al mismo tiempo, las leyes del país deben establecerse rápidamente por la misma razón.
Los conflictos serán más frecuentes inmediatamente después de una revolución, cuando todo
el mundo es hiper consciente de sus derechos. Si las leyes no están preparadas para manejar
eso, ocurrirá la situación que acabo de describir".
"Jaja, qué dolorosamente cierto. De hecho, hemos tenido tantas dificultades con las leyes
básicas, que hemos descuidado asuntos graves como el asesinato, la agresión y el robo. Santa
Erica dijo que las leyes básicas se convertirán en la columna vertebral del país, por lo que
hemos sido incapaces de crear otras leyes sin ellas..."
Las leyes básicas a las que se refería Andrei eran el equivalente a la constitución de un país
en la sociedad terrestre moderna. Para la Santa República Democrática de Erica, no había
nada más importante que los derechos del pueblo. Las leyes básicas eran la forma más
sustancial de demostrar que el país existía por el bien del pueblo, por lo que los congresistas
las estaban creando con fervor.
"Sí, eso sería correcto: la importancia de las leyes básicas debe ser definitivamente
enfatizada. Sin embargo, estoy de acuerdo contigo en que hay que preparar otras leyes
paralelamente a las básicas. Si una ley resulta ser un problema más tarde, se puede
simplemente revisar la ley básica".
Las leyes fundamentales debían establecer en términos abstractos los ideales de cómo el
país debía utilizar su poder, cómo el país existía para el pueblo, cómo el pueblo tenía
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garantizados sus derechos y libertades, y cómo el país nunca infringiría esos derechos. Se
convertirían en las leyes supremas de la nación, con prioridad sobre todo lo demás.
Sin embargo, posponer la creación de otras leyes para hacer realidad los ideales de las
leyes fundamentales no tenían sentido si, mientras tanto, sólo hacía más difícil la vida de la
gente. No tendría sentido dar prioridad a una descuidando por completo la otra; al fin y al cabo,
ambas existían con el propósito común de mejorar la vida.
"Ya veo... Lo que más importa es que nosotros, el pueblo, estamos haciendo las reglas.
Mientras garanticemos que el país ejerce su poder bajo el control del pueblo, deberíamos
poder hacer otras leyes antes que las básicas."
"Eso es lo que creo, sí. Sin una legislación adecuada, las personas implicadas en los
conflictos y las que llevan a cabo los juicios carecerán de una base legal clara para juzgar. La
cuestión de si el país utiliza su poder bajo el control del pueblo estará lejos de sus mentes.
Parece que el congreso está haciendo una votación sobre cada tema que surge en este
momento, pero..."
No podrían tratar todos los problemas del país con ese método.
"Lo entiendo. Se lo comentaré al congreso. Sin embargo, hay algunos miembros que están
fuertemente en contra del uso de leyes creadas por la clase noble, y prefieren examinar cada
ley como un congreso... Hmm. ¿Hay alguna buena manera de preparar las otras leyes de
forma rápida?"
"Puede haber sentimientos de aversión hacia las leyes de la monarquía, pero serían el mejor
punto de partida para la discusión. Puede que no sean leyes hechas pensando en el beneficio
del pueblo, pero hay mucho que aprender de ellas. También hay muchas normas lógicas que
no implican a la clase noble. Si se eliminan todas las excepciones creadas para la clase noble,
debería valer la pena revisar las antiguas leyes de la monarquía después de la revolución".
Requeriría algo de trabajo separar las leyes que beneficiaban a los nobles de las
regulaciones adecuadas, pero sería mejor que crear nuevas leyes desde cero.
"Hmm. La mayoría de los documentos sobre las leyes del reino se guardaron en el castillo
destruido. Hay algunos que han sido recuperados de las residencias de los nobles, pero no
son muchos".
"Las leyes que se usan en los reinos menores suelen ser copias de las que se usan en los
reinos mayores, así que podrías pedir ver las leyes de otra nación..."
"No tenemos vínculos con otras naciones en nuestro estado actual..." Andrei frunció el ceño.
Aunque quisieran apoyarse en otra nación, sus vecinos eran todos súbditos del Imperio de
Proxia. Todos temían las represalias del imperio, así que había pocas posibilidades de que
alguno de ellos cooperara.
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"En ese caso, puede ser mejor preguntar a un jurista, a un antiguo funcionario o a un
comerciante familiarizado con las antiguas leyes si posee una copia. Si después de eso sigue
sin encontrar una copia, tendrá que confiar en su memoria para reescribirlas... Los juristas
suelen tener conocimientos especializados, así que es preferible conseguir a alguien de cada
área de conocimiento".
Todas y cada una de las líneas de la ley se escribieron pensando en una determinada
situación. Tratar de escribir nuevas leyes desde cero sin ninguna comprensión era imposible.
Para crearlas, necesitaban la ayuda de eruditos bien formados o de funcionarios que utilizaran
las leyes. La siguiente mejor opción después de ellos serían los comerciantes ricos que
comerciaban con una amplia gama de leyes.
Sin embargo, bajo la monarquía, sólo la clase noble podía convertirse en funcionarios y
eruditos. Tampoco había mercaderes poderosos en una nación menor de este tamaño.
Dudo que hubiera varios juristas para cada especialidad antes de la revolución, así que
ahora que la clase noble ha sido purgada por la revolución...
Probablemente sería extremadamente difícil reunir el personal necesario. Este país sufría
una grave carencia de personas capaces, esa era la impresión que tenía Liselotte.
"..." Andrei probablemente tampoco tenía a nadie en mente. Frunció el ceño y se quedó
pensativo.
La legislación no parece ser el único problema que tienen.
Liselotte sólo llevaba unos días recorriendo la Santa República Democrática de Erica, pero
se había dado cuenta de muchas cosas en ese tiempo. El orgullo que tenía la gente al saber
que habían ganado a la monarquía. La sensación de plenitud que tenían al saber que su nación
existía para ellos. La tranquilidad y la confianza que tenían al saber que la nación estaba
representada por sus propios camaradas y no por una realeza desconocida. El vigor de la
gente que vivía en la ciudad estaba siendo apoyado por tales factores. Las altas esferas del
país también rebosaban de pasión en pos de la nación ideal. Sin embargo...
Este país carece de todo.
No había conocimientos. No hay tecnología. Sin experiencia. Sin recursos. Sin industrias
que no fueran la agricultura. Por eso no pudieron establecer plenamente las organizaciones y
sistemas necesarios para que la nación funcionara.
No había nadie en su congreso que estuviera familiarizado con la política. Ninguno de ellos
pertenecía a la antigua clase noble; los congresistas eran todos plebeyos sin relación con la
política, procedentes de orígenes como la agricultura, la construcción, la zapatería, la herrería
y el comercio.
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Aunque habían reunido a una amplia gama de personas de la clase plebeya, la forma en
que se les dejaba tomar decisiones políticas por su cuenta era bastante preocupante.
Probablemente ni siquiera entendían el estado de la política internacional.
En realidad, el congreso actual era inadecuado para desarrollar leyes, y la administración

corría el riesgo de volverse completamente disfuncional por ello. El constante aplazamiento de
la legislación individual y de cualquier definición específica también amplió la cuestión.
Por ello, el estado de la autoridad del país era vago y poco claro. Como había descrito
Liselotte, el congreso se reunía actualmente para cada decisión que había que tomar, y la
nación tenía demasiados problemas para resolverlos de esa manera.
Después de todos sus esfuerzos por crear un gobierno con un congreso para la legislación,
un líder del estado nombrado, y un control democrático de la autoridad...
...el sistema les está haciendo tambalearse. Observé una de sus reuniones del congreso, y
los miembros parecían disfrutar discutiendo sobre las cosas, como si estuvieran borrachos de
ello...
No estaban utilizando ese sistema. En particular, el principal órgano legislativo -el congreso-
era la raíz de la democracia. La razón por la que el poder legislativo y ejecutivo que tenía la
monarquía se dividió en el nuevo sistema fue para que el poder ejecutivo pudiera ser
controlado democráticamente a través de un congreso.
Si no hubiera un control democrático sobre el congreso como órgano administrativo, podrían

utilizar su poder igual que la monarquía anterior.
Si no solucionan primero esas cuestiones, este país se desmoronará en un futuro muy

cercano...
Francamente, la Santa República Democrática de Erica sólo se estableció con éxito porque
la nación era pequeña, sus actividades eran limitadas y no tenían nada de interés para las
naciones extranjeras.
Por ello, apenas lograban existir como país, y simplemente tenían suerte. Si una nación
extranjera atacara ahora, la Santa República Democrática de Erica no podría ganar. En
realidad, era difícil saber cómo habían tenido éxito en la revolución.
Tal vez no se le daba suficiente crédito a la Santa Erica en ese sentido. La fuerza militar de
la Santa República Democrática de Erica cambiaba mucho en función de su existencia. Ese
fue el análisis de Liselotte, muy influenciado por ver las ruinas del castillo destruido.
El efecto que Santa Erica tenía en la moral del pueblo era también inmenso. Fue gracias a
ella que la revolución se produjo, y tuvo éxito.
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Sin embargo, para bien o para mal, la existencia de la Santa Erica había influido demasiado
en este país. Puede que el pueblo haya secundado la revolución, pero quien la hizo triunfar
fue sólo Santa Érica.
El poder del Arma Divina ganó la revolución, estableciendo el país a una velocidad rápida.
¿Podrían los problemas de este país ser causados por la omisión de la mayoría de los
procesos de una revolución? Han experimentado éxitos consecutivos, por lo que el pueblo
tiene tanta confianza en sí mismo...
Erica había recorrido supuestamente el país para iniciar la revolución, predicando ante el
público en cada región gobernada por la nobleza.
Al hacerlo, había sembrado en la mente de la gente la imagen de las figuras de autoridad

como malvadas, y luego las había ejecutado. Esto había despertado a la gente de esas
regiones, y al hacerlo, se había saltado décadas de cómo ocurriría el proceso en la Tierra. En
lugar de diez o cien años de intelectuales ricos compartiendo sus conocimientos y su
conciencia sobre los derechos humanos, Erica había plantado esos pensamientos
directamente en las cabezas de la gente a través de una realidad clara.
Entonces, después de montar un sistema democrático improvisado y ser nombrada primera

representante de la nación, la santa se va de viaje... ¿Qué pretende conseguir? Parece que
sólo está tratando de iniciar una guerra con todas las personas de sangre real y noble que
pueda.
Debería haber sabido que secuestrar a Liselotte provocaría un grave problema internacional
con el Reino de Galarc. Sin embargo, eso fue exactamente lo que hizo.
Era difícil imaginar que quisiera enemistarse con todos los reinos e imperios de Strahl, pero
sus acciones fueron lo suficientemente indiscriminadas como para implicar exactamente eso.
Incluso ella debería saber que comenzar guerras innecesarias sólo resultaría en la muerte de
los débiles que estaba tratando de salvar...
No lo entiendo. ¿El objetivo de Erica es realmente llevar la salvación a los débiles? Dijo que
estaba creando un país para el pueblo, por el pueblo, para salvar a los débiles, pero...
Liselotte sólo podía ver a la santa como una persona peligrosa. Bueno, no había duda de
que era peligrosa para empezar, pero sus métodos para lograr sus objetivos eran fatalmente
defectuosos.
Al mismo tiempo, les dio permiso a estas personas para interactuar conmigo mientras ella
no estaba, revelando la debilidad de este país directamente a mí...
Liselotte había estado perdida en lo más profundo de sus pensamientos hasta ahora, pero
de repente levantó la vista y se dio cuenta de que Andrei la estaba observando con una mirada
acalorada.
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"Umm... ¿Pasa algo?"
"No, sólo estaba pensando en por qué Santa Erica te trajo a nuestro país. Ella entiende
realmente lo que más necesita nuestro país, es decir, gente como tú".
"O-Oh. Es así..." Liselotte murmuró torpemente.
"Liselotte, te necesito". Andrei pronunció de repente lo que parecía una frase de cortejo.
"Ya he rechazado esa oferta muchas veces". Liselotte sacudió la cabeza con un suspiro. De
hecho, había vivido esta conversación con Andrei en múltiples ocasiones desde que él empezó
a frecuentar su habitación.
"¡Pero te necesitan aquí!" Andrei no se echó atrás y protestó con firmeza.
"Me temo que no puedo ayudar".
Sabiendo que a partir de aquí sólo se volvería más persistente, Liselotte expuso sus
pensamientos con suavidad, pero con claridad. Andrei se dejaba llevar fácilmente por sus
emociones, así que ella sabía que no era del tipo que entendía con una simple respuesta
suave.
"Señor Andrei, sus palabras se están convirtiendo de nuevo en una confesión de amor",
comentó con una sonrisa Natalia, la chica que les acompañaba como guardia. No le importaba
la charla política, casi se adormecía en su silla en la esquina de la sala, pero el cambio de tema
la había hecho volver a prestar atención.
"¡Oh, no! Esa no es mi intención..." Andrei se sonrojó, reaccionando como un joven inocente.
"Hmm, ¿es así?" Natalia continuó con una sonrisa malvada.
"¿Qué es esa mirada, Natalia?"
"Oh, nada... Ahora que lo pienso, escuché un rumor ayer. El estirado devoto de la Santa
Erica, el señor Andrei, está pasando todos los días con una joven y bella soltera... ¿Quizás la
primavera ha llegado por fin para él?"
"¡Yo no...! ¡Sólo busco la cooperación de Liselotte por el bien de nuestro país!" Andrei negó
conmocionado.
"¿Oh? No he dicho nada de que la mujer sea Liselotte, ¿verdad? De hecho, yo también me
paso el día vigilando, ¿no?" Natalia iba un paso por delante de él.
"¡N-Natalia...! L-Lo siento mucho, Liselotte".
"Ahaha. Está bien..." Liselotte glosó las cosas con una sonrisa sociable.
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Andrei no era una mala persona. Su intensa creencia en la Santa Erica le cegaba a veces,
pero en el fondo tenía una buena personalidad. Mucha gente lo consideraba un hombre
honesto y trabajador. Todavía le faltaba experiencia como político, pero estaba muy dispuesto
a aprender y absorbía rápidamente la información que le daban.
Sin embargo, Liselotte fue secuestrada y traída aquí contra su voluntad. No lo había
olvidado, y no estaba dispuesta a cooperar con la Santa República Democrática de Erica sólo
porque las altas esferas y sus ciudadanos no fueran malas personas.
Como noble del Reino de Galarc, Liselotte tenía el deber de reunir información sobre este
país. Por eso cooperó hasta un nivel en el que la otra parte bajara la guardia y confiara en ella
lo suficiente como para darle información beneficiosa. Para ello, les dio algunos consejos útiles,
pero no servirían de mucho con su abrumadora falta de personal...
En realidad, parecía haber ganado bastante confianza de los dos en estos últimos días. Por
ejemplo, la guardia de Andrei, Natalia, que era una antigua aventurera. Después de escuchar
sus conversaciones todos los días, empezó a relajarse, incluso interviniendo a veces para
poner fin a los desplantes de Andrei. Tenía diecinueve años, y aunque al principio se había
comportado de forma bastante rastrera con Liselotte por ser una noble, su personalidad era en
realidad bastante amable.
Pero no debería acercarse demasiado a ella. Esta gente es de una nación potencialmente
enemiga. No puedo empatizar demasiado con ellos.
Ganar la confianza del otro bando manteniendo sus propias intenciones a distancia era algo
que Liselotte tenía que hacer, naturalmente, como noble y comerciante. Y el otro bando
intentaba hacer lo mismo con ella. A pesar de ello, sintió que los engañaba. Cuando pensó en
las futuras turbulencias que le esperaban a la Santa República Democrática de Erica, no pudo
evitar sentirse avergonzada.
Tal vez fuera porque sabía que, aunque señalara los problemas que pronto surgirían, no
existía una solución fácil para ellos.
O tal vez había aprendido demasiado sobre estos dos. Eran demasiado honestos para tratar
con un comerciante como Liselotte.
Si se hubieran conocido en otro lugar, tal vez se hubieran hecho amigos de ella como lo
eran Haruto y Miharu. Quizás era porque ella había empezado a pensar en estos dos de la
misma manera.
¿Cómo se vería este país a los ojos de Haruto, como alguien que también había renacido
en este mundo?
De repente, esa pregunta apareció en la mente de Liselotte. No consideraba que sus propias
opiniones fueran absolutas, y era posible que la impresión que recibía de este país fuera
errónea. Se preguntó qué pensaría Rio, como alguien nacido en este mundo con los recuerdos
de haber crecido en otro mundo democrático.
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Sir Haruto, eh...
Al pensar en Rio, una mirada algo triste, algo incómoda y conflictiva apareció en el rostro
de Liselotte mientras observaba el intercambio entre Natalia y Andrei.
"Basta de bromas, Natalia. Liselotte es una noble, así que estoy seguro de que tiene un
prometido mucho más digno que yo", dijo Andrei de repente, sacando el tema para ocultar su
vergüenza. Pero al hacerlo, había tocado un tema bastante delicado. Si Liselotte respondía
que sí tenía un prometido, las cosas sólo se pondrían incómodas para Andrei y Natalia, que la
tenían cautiva.
"Bueno, supongo que eso tiene sentido... ¿lo tiene?" preguntó Natalia nerviosa.
"No, no tengo prometido". Liselotte sacudió la cabeza con una sonrisa forzada.
"Hmm. ¿Y un enamoramiento?".
"Yo no... realmente..." Ella vaciló, incapaz de negarlo inmediatamente. Había alguien que le
vino inmediatamente a la mente, pero no estaba segura de sí sus sentimientos eran románticos
o no.
Ah, parece que sí. Los instintos de Natalia la avisaron de inmediato.
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"Ejem... De todos modos, es realmente difícil, ¿no? La tarea de crear un país para el pueblo,
por el pueblo. ¿No estás de acuerdo, Liselotte?" Parecía que esa charla romántica era todavía
demasiado pronto para Andrei, que se aclaró la garganta y cambió de tema avergonzado.
"Eso es de esperar... Si los métodos de la monarquía eran erróneos, la nueva nación tiene
que mostrar al pueblo cuál es el camino correcto. Esa carga recae en ti y en los demás
políticos", respondió Liselotte con una sonrisa ligeramente apenada, pensando en alguien que
no estaba allí en ese momento.
"Es realmente una gran responsabilidad. Espero que Santa Erica regrese pronto; debería
esperarse su vuelta por estas fechas, pero..." Sintiendo el peso de la nación sobre sus
hombros, Andrei sonrió con ironía. Erica regresaría al país al día siguiente.
◇◇◇
A la tarde siguiente, el primer jefe de Estado Erica de la Santa República Democrática de

Erica regresó.
"Oh, cuánto tiempo ha pasado. ¡Te hemos echado tanto de menos, Santa Erica! Menos mal
que has vuelto sano y salvo..."
Como primer ministro, Andrei trabajaba en la misma residencia oficial que Erica. En cuanto
se enteró de que Erica había vuelto, se apresuró a ir a su despacho, alegrándose de su regreso
desde el fondo de su corazón mientras ella permanecía sentada en su silla.
"Me alegro de verte lleno de energía, Andrei. Yo también me alegro de estar de vuelta. ¿Ha
ocurrido algo importante mientras yo no estaba?". Erica sonrió alegremente mientras buscaba
una actualización del estado reciente de las cosas.
"Veamos... No ha habido problemas importantes. Las reparaciones de la ciudad están en

marcha y la gente está muy animada. El congreso también está discutiendo activamente cómo
traer un futuro mejor al pueblo".
"Vaya, eso suena muy bien. Sabía que podía contar contigo, Andrei", dijo inmediatamente
Erica en forma de elogio.
"En absoluto. Todo el mundo hizo lo posible por proteger el país mientras tú estabas fuera.
No fue nada de mi incumbencia".
"Tú también hiciste lo que pudiste, ¿no? Eso fue lo que me vino a la mente en el momento
en que entraste en la habitación. Ah, qué buena expresión, pensé".
"¿De verdad? Tales palabras son un desperdicio para mí". Andrei inclinó la cabeza
tímidamente.
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"Puede que sea un poco tarde para decir esto, pero dejé este país porque quería que tú y
los demás congresistas adquirieran experiencia. Por supuesto, no dudaba de que todos fueran
capaces de manejarlo, pero escuchar tus palabras ahora mismo me ha hecho muy feliz".
"Has pensado tanto en ello..."
"Jeje". Erica sonrió ante la emotiva reacción de Andrei.
"O-Oh, es cierto. Hablando de cambios, Liselotte es realmente una persona maravillosa.

Como era de esperar que la Santa Erica viera en ella una promesa". La voz de Andrei era
aguda por la vergüenza al hablar de Liselotte.
"¿Verdad? Es una chica brillante e inteligente. A pesar de ser la hija de un noble importante,
piensa en el pueblo y lo gobierna bien."
"Sí, me sorprendió la profundidad de sus opiniones. Tenía más que aprender de ella que al
revés".
"La Santa República Democrática de Erica necesita más gente como ella en este momento".
"Sí. Al hablar con ella sentí vivamente nuestra escasez de personal. Por eso debemos
traerla a nuestro país. Eso es lo que pretendías, ¿verdad?"
"Andrei..." Erica no pronunció ninguna palabra de confirmación o negación, sino que

pronunció el nombre de Andrei como si estuviera conmovida.
"Definitivamente puede ser influenciada. Estoy segura de que pronto estará de acuerdo con
nuestros pensamientos".
"¿Qué piensa ella de cómo fue retenida y traída a la fuerza a este país?"
"Según las órdenes que recibieron Natalia y los demás, la primera vez que le mostré la
capital le dije que había un pequeño malentendido, y que esperara hasta que usted regresara
para discutir los detalles. Ella no ha sacado el tema desde entonces... Pero, por desgracia, no
creo que se sienta muy feliz por ello". Andrei frunció un poco el ceño. Desde que había
empezado a frecuentar la habitación de Liselotte, había empezado a comprender mejor su
naturaleza. Había nacido como una noble de alto rango, pero se relacionaba con plebeyos
como ellos en igualdad de condiciones.
Si una persona como ella se enfurecía tanto, ¿quizás su razonamiento fuera válido? Andrei
continuó siguiendo las órdenes de Erica por su devoción casi religiosa hacia ella, pero
empezaba a preguntarse si debía prestar atención también a los razonamientos de Liselotte.
"Ya veo... Te he dado un papel difícil de llevar, Andrei. Perdóname". Erica vio a través de
las sutilezas de la expresión de Andrei y se disculpó con una sonrisa amarga.
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"N-No, en absoluto. Es mi deber como primer ministro apoyarte, Santa Erica. Sé que eso es
lo que se espera de alguien con un cargo político". Andrei sacudió la cabeza con humildad.
"Realmente eres un trabajador serio. Pero a veces me preocupa que retengas todas tus
emociones".
"Soy indigno de tal consideración".
"..." Erica miró con cariño a Andrei mientras éste se humillaba, y luego se levantó de repente.
Se acercó a él y le acarició suavemente la mejilla.
"Eh... ¿Santa Erica?" Andrei se quedó helado.
"Si hay algo que te preocupa, cuéntamelo todo". Ella soltó una risita.
"¡Claro! Con mucho gusto". Andrei asintió con entusiasmo.
"Ahora, es el momento de hacer una visita a Liselotte. Andrei, reúne a todos los congresistas
que estén disponibles ahora mismo. Tan pronto como estén listos, trae a Liselotte a la oficina
del congreso".
"Entiendo". Andrei asintió de inmediato, y luego se apresuró a salir de la habitación con

pasos rápidos.
◇◇◇
Una hora más tarde, Liselotte fue sacada de la habitación en la que estaba confinada por
Natalia, que la condujo a la sala de reuniones. En el interior del despacho esperaban Erica,
Andrei y decenas de congresistas de la Santa República Democrática de Erica.
Liselotte no se había enterado de que Erica había vuelto, así que entró suponiendo que
estaba observando otra reunión del congreso. Cuando vio a Erica de pie en la plataforma, sus
ojos se abrieron de par en par. Natalia le dio un codazo para que se pusiera delante de la
plataforma.
"Hola, Liselotte".
No fue Sakuraba Erika quien la saludó, sino la santa. Tenía una actitud sociable, como si
nunca hubiera atacado a Liselotte en Amande.
"..." Liselotte no respondió. Arrugó las cejas en una mirada, expresando su ira. Incluso la
normalmente bondadosa Liselotte podía enfurecerse.
Así de horrible había sido esta santa con ella.
Se había comportado con madurez ante Andrei y Natalia porque no tenía sentido ser hostil
con ellos, pero no tenía por qué contenerse ante Erica.
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"Oh, querida Liselotte. Te van a salir arrugas así. Sería un desperdicio de una cara tan
bonita, ¿no crees?"
La expresión de Liselotte no era tan grave como para formar arrugas, pero Erica fingió
ignorancia y lo señaló de todos modos. La sala de congresos no era tan grande, por lo que su
voz se escuchaba con claridad incluso a un volumen de voz normal.
"Todavía tengo quince años, así que no necesito tu preocupación".
"¿Ah, sí? No pareces tener quince años en absoluto..." Teniendo en cuenta su conocimiento
de la vida anterior de Liselotte como Rikka, probablemente estaba siendo sarcástica.
"Yo tampoco podría reconocerla, señorita Sakuraba. La última vez que te vi en Amande,
tenías la cara de una bestia salvaje".
Liselotte le devolvió el favor llamando a propósito a Erica por su apellido. Andrei y Natalia,
que estaban detrás de Erica, ladean la cabeza confundidos, sin saber el apellido de Erica.
"Vaya, ¿de qué estás hablando?" Erica mantuvo su fingida ignorancia.
"¿Estás sufriendo una pérdida de memoria?"
"La verdad es que no me acuerdo. Ha sido un viaje largo y lleno de acontecimientos, así
que los asuntos insignificantes que ocurren en el camino se olvidan..."
"¿Asuntos insignificantes, dices? Ya veo, tus agotadoras tareas deben haber acelerado tu
envejecimiento. Cuida tu salud". Liselotte miró la cara de Erica como si estuviera realmente
preocupada.
"Vaya, gracias por tu preocupación. Jajaja".
Erica y Liselotte sonrieron suavemente mientras se lanzaban palabras afiladas. Andrei,

Natalia y los demás en la sala observaron su intercambio en silencio.
"Natalia, ¿te parece que el aire es bastante hostil...?"
"No es sólo el aire el que es hostil en este momento. Una mujer inteligente está hablando
sarcásticamente con una sonrisa; será mejor que grabes este momento en tu intuición".
De pie detrás de Erica, Andrei percibió el ambiente serio de la sala y se volvió para interrogar
a Natalia al respecto. Natalia respondió con un sudor frío.
"Ahora bien, ¿podrías explicar esta situación y por qué fui secuestrada a la Santa República
Democrática de Erica? Yo, Liselotte Cretia del Reino de Galarc, exijo ser devuelta
inmediatamente".
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Ya había esperado bastante tiempo el regreso de Erica. Sin paciencia para los juegos
mentales, Liselotte expuso su posición con claridad.
"Desgraciadamente, no puedes ser devuelta al Reino de Galarc. Te has enterado de nuestro

secreto nacional".
"¿Que eres un héroe, quieres decir?"
"Así es", aceptó Erica sin dudar.
"Seguro que lo has admitido fácilmente para ser un secreto nacional. Ni siquiera el primer
ministro Andrei sabía la verdad". Liselotte miró a Andrei.
"¿Es eso cierto, Santa Erica?" preguntó Andrei con una mirada esperanzada.
"Ahora que ha salido a la luz, sólo puedo aceptarlo. Es cierto, Andrei. Al parecer, soy una
heroína", respondió Erica. La sala bullía de ruido.
"Silencio, todos. Dejadme hablar con Liselotte", dijo Erica.
"Si está dispuesta a admitirlo tan fácilmente, entonces no creo que hubiera necesidad de
secuestrarme. ¿Estás diciendo que no me habrías secuestrado si no te hubiera preguntado si
eras el héroe de Amande?"
"No tiene sentido discutir sobre hipótesis. Te enteraste de un secreto importante, así que
simplemente pensé en traerme un recuerdo".
"¿El hecho de que seas la heroína es un secreto importante?"
"Alguien tan brillante como tú debería saber el valor de la información. ¿No has llegado ya
a una conclusión por ese motivo?"
"Sólo que puedes utilizarla en tu beneficio manteniendo el secreto hasta el momento

oportuno. Pero quiero escuchar la respuesta de ti, teniendo en cuenta todos los problemas que
he pasado por ello."
"Eso no puedo hacerlo. No te voy a dar respuestas". Erica declinó responder con una sonrisa
brillante.
"¿Está relacionado con que tú también eres profeta? La profecía que viste debería haber
aparecido en tus sueños poco después de la invocación del héroe, pero..." Liselotte utilizó
palabras clave que provocaran una reacción y observó el rostro de Erica en busca de más
información.
"Parece que estás bastante informada al respecto".
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"Ya he conocido a los otros cinco héroes. Por lo que sé, les enseñaron a usar sus Armas
Divinas en sus sueños".
"Sí, eso sería correcto. Yo también vi ese sueño poco después de ser convocada".
"..." Liselotte se quedó mirando cómo Erica asentía con facilidad.
"¿Qué es?" Erica parecía desconcertada.
"¿La profecía era de ese sueño?"
"¿Quién sabe? Si te unes a nuestro país, quizá pueda compartir esa información contigo..."
"Ya veo. Entonces, no gracias". Liselotte se echó atrás inmediatamente.
"Qué pena. Ah, hablando de héroes, conocí a la chica héroe de Galarc. Tenía un espíritu
decidido. Había otra chica japonesa tranquila con ella, pero ¿también era una heroína? Creo
que se llamaba Miharu", dijo Erica, como si le viniera de repente a la cabeza.
¿Miharu estaba allí...? ¿Significa eso que Sir Haruto también estaba presente?
Los ojos de Liselotte se abrieron débilmente, preguntándose si había regresado de su viaje.
"Pero allí había un chico de pelo gris que parecía más fuerte que ella. ¿Podría ser él el héroe
en su lugar? Su mejora corporal estaba a la par con la mía".
Resultó que Erica se había encontrado con alguien parecido a Haruto.
"¿Quién sabe? Si la información sobre los héroes es un secreto nacional como dices,
entonces no puedo responder. Tampoco quiero difundir indiscriminadamente información
personal sobre otros".
"Hmph. Dices eso, pero me has forzado a sacar la información". Erica hinchó las mejillas,
enfurruñada.
"¿Obligada? Eso es un poco engañoso. Ambos acordamos responder a las preguntas del
otro, y yo también seguí esas reglas".
"¿Y qué hay de todas las preguntas que sé que le habrás hecho a Andrei mientras yo no
estaba? Dices que no quieres difundir información personal, ¿pero te parece bien entrometerte
en la vida de los demás? ¿No es eso un poco injusto? Pero supongo que es la forma típica de
la clase noble".
"Indistintamente, he dicho. Depende de con quién esté hablando y de qué. Una cuestión de
confianza. Y tú mismo fuiste el que ordenó a Andrei que me enseñara sobre la Santa República
Democrática de Erica, ¿no? Es absurdo esperar que el jefe de Estado no salga en estas
discusiones".
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"Tienes una forma tan elocuente con las palabras. Y una actitud intrépida. Por eso no
pareces tener quince años, pero también es el tipo de personalidad que se busca en los
políticos. Todos deberían aprender de ti". Erica soltó una risita divertida, dirigiéndose a toda la
sala.
"Jaja..."
Andrei y Natalia esbozaban sonrisas tensas detrás de Erica. Liselotte nunca había mostrado
su actitud noble delante de ellos dos.
En parte se debía a que Andrei le había dicho en su primer encuentro que no tomaría
ninguna decisión política como representante de Erica, pero Liselotte también había querido
dar a entender que nunca lo veía como un político.
"Eso aparte, el chico del pelo gris. ¿Podría tener ese tipo de relación contigo?"
"Seguro que cambias de tema rápidamente. Dudo que sea un tema apropiado para un lugar
como éste, pero ¿a qué tipo de relación te refieres?" Liselotte parecía exasperada por el
repentino cambio de tema.
"Hmm... Yo no los llamaría amantes, pero usted dijo que estaba interesada en alguien, ¿no?
Me preguntaba si él podría ser esa persona. Parecía estar rodeado de muchas mujeres
encantadoras que lo adoraban", dijo Erica burlonamente, pero la respuesta de Liselotte fue
tajante.
"No tengo ninguna razón para responderte".
"Si te niegas a responder a cada una de mis preguntas, no responderé a ninguna de las
tuyas. Seguro que tú también tienes muchas cosas que preguntarme".
"No me importa que seas selectiva con tus respuestas, así que por favor pregunta algo que
valga más la pena. Y, para empezar, nunca he creído en todas tus palabras".
"Parece que, después de todo, me odian de verdad", dijo Erica, expresando un estado de
ánimo decepcionado que toda la sala pudo captar.
"Lo entiendo. Entonces vayamos al grano -aunque no estoy seguro de qué discutir primero-
. Si hay algo que quieras preguntar, no dudes en hacerlo", dijo Erica en señal de compromiso,
haciendo gala de lo generosa que era.
Seguro que se le da bien quedar bien...
Haciendo algo que mostrara la diferencia entre ella y la otra parte, podía rebajar su imagen.
Era un truco astuto pero inteligente. A la parte insultada no le haría gracia y sería más propensa
a estallar; estaba claro que Erica estaba acostumbrada a incitar a los demás. Sin embargo,
Liselotte no se dejaba provocar tan fácilmente para que se enfadara.
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"Si te reuniste con los tres, ¿significa que fuiste al castillo de Galarc?". Si Erica estaba
dispuesta a dar respuestas, entonces no se guardaría sus preguntas.
"Sí, supuse que tenía que abordar el asunto de tu secuestro. También hablé con el rey de
Galarc".
"¿Con Su Majestad...?"
"El Reino de Galarc no es bueno. Les advertí que abandonaran la monarquía, pero el
malvado rey está obsesionado con su poder. No quiso hacer caso a mis palabras y, en cambio,
me amenazó con su poder militar", suspiró Erica con tristeza.
"Eso no se parece al rey que yo conozco", dijo Liselotte, sugiriendo indirectamente que Erica
mentía.
"Pero esa es la impresión que recibí de él".
"..."
"Ah, sí, su fuerte asistente también estaba allí".
"Ya veo. Así que Aria está a salvo". Liselotte había sido secuestrada inmediatamente
después de que Erica enviara un poderoso ataque a Aria, levantando una nube de polvo y
bloqueando su vista, por lo que no había podido ver lo que había pasado. Saber que Aria
seguía viva fue suficiente para llenarla de alivio.
"Parecía muy animada y dispuesta a atacarme en cualquier momento. ¿Quizás nuestras

diferentes impresiones sobre el rey se deban a que ella dio un testimonio engañoso? Parecía
extremadamente hostil hacia mí".
"Eso es de esperar después de lo que hizo en Amande. Pero Aria nunca daría un testimonio
que tergiversara la verdad", afirmó Liselotte con claridad.
"Parece que confías mucho en ella. Igual que yo confío en la gente de este país, incluida la
que está aquí ahora mismo". Erica giró ligeramente la cabeza, mirando a los reunidos en la
sala con una suave sonrisa. Todos le devolvieron la sonrisa con alegría.
"Aria y yo hemos pasado muchas cosas juntas. Lo suficiente como para formar una base de
confianza".
Era difícil imaginar que Erica tuviera alguna confianza acumulada; en todo caso, parecía del
tipo que descartaba a los sujetos de sus relaciones humanas después de ganarse su
confianza. No había nada que creer de una persona así que despreciaba a Aria. Eso es lo que
Liselotte insinuaba con sus palabras.
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"Ya veo, así que atesoras esas experiencias. Eso debe ser lo que nos falta con usted. Nos
gustaría que te unieras a nosotros en este mismo momento, pero parece imposible pedirte que
confíes y nos ayudes sin esas experiencias", dijo Erica.
"Naturalmente".
Sí, eso era un hecho. Eso era lo último que Liselotte quería oír de ella, pero mantuvo su
sarcasmo limitado a una sola palabra de acuerdo.
"Andrei y Natalia se han portado muy bien contigo, ¿no? Realmente creen en hacer un país
por el bien del pueblo. ¿No deberías haber acumulado algunas experiencias con ellos mientras
yo no estaba?"
"Sí, supongo... Más que contigo, al menos".
Liselotte miró a Andrei y Natalia y asintió.
"En ese caso, ¿por qué no dices lo que piensas delante de ellos dos?".
"¿Deseas que repita aquí lo que dije en Amande? No importa cuántas veces lo preguntes,
mi respuesta no cambiará. Y he discutido muchas cosas con Andrei durante tu ausencia".
"Aun así, quiero que te expreses delante de todos los presentes. Como hija de un gran
señor, nacida y criada en un reino importante, dinos cómo ves el gobierno de la monarquía.
Como miembro de la clase noble con valores realmente respetables, ¿cuál es tu perspectiva?
He recibido un breve informe sobre lo que se discutió mientras esperaba en esta sala, y parece
que diste muchos consejos sobre nuestro sistema de administración. Gracias por ello".
"No dije nada de tanta importancia".
"En absoluto. El tema del conflicto de derechos me pareció muy fascinante. Es un problema
que seguramente surgirá entre la gente en el futuro de este país, y que influirá mucho en cómo
puede florecer nuestro sistema de administración como democracia. Por eso me gustaría
celebrar hoy un debate sobre ese tema", dijo Erica, dirigiendo la reunión con el aura de una
profesora.
Dijo que era profesora en una universidad, si no recuerdo mal. No me extraña que parezca
tan familiarizada con este tipo de cosas... Liselotte recordó lo que había escuchado de ella en
Amande.
"Me parece bien, pero ¿puedo preguntar una cosa antes?", preguntó, añadiendo una
condición antes de participar en la discusión de Erica.
"¿Sí?"
"A juzgar por la forma en que diriges la discusión, creo que debes haberte dado cuenta de
los problemas latentes que ya arrastra este país".
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Liselotte preguntó para confirmar si Erica ya era consciente de los problemas y los había
dejado a sabiendas.
"Jejeje. Qué observador eres. De hecho, ya me he dado cuenta de la dirección que lleva
este país y de los problemas que van a surgir."
"¿¡De verdad!? ¿Por qué no...?" Andrei miró sorprendido detrás de ella. Los congresistas
de la sala se removieron en silencio.
"Para mí es fácil ordenarles que hagan contramedidas, pero no puedo estar dándoles
órdenes para todo. Quiero que todos adquieran experiencia, no conocimientos. Ya tenéis una
creencia incondicional en todo lo que digo. El mero hecho de seguir órdenes no es suficiente
para que crezcas". Erica se dio la vuelta y sonrió con gracia a Andrei, luego miró a su alrededor,
a las caras de los congresistas.
"Realmente lo has predicho todo", murmuró.
"¿Por eso hiciste que me enseñaran el país en tu ausencia? ¿Para que pudiera ver los
problemas y contárselos a Andrei? Ya que es menos probable que tu gente me crea como
forastero".
"Jeje. Realmente tienes una magnífica capacidad de observación. Estaba segura de que te
darías cuenta de los problemas de este país. Sin embargo, si se los transmitieras a Andrei o
no, era una posibilidad al cincuenta por ciento en mi mente".
"..." Liselotte encontró la sonrisa de regodeo de Erica bastante desagradable e inquietante.

No podía saber en qué momento Erica tenía todo planeado, hasta dónde llegaba su plan, o
por qué haría algo así.
Aunque ella declaró sus diversas intenciones, Liselotte no pudo evitar sentir que esas
declaraciones también eran engañosas. Sin embargo, no tenía pruebas. Erica ocultaba todo
demasiado bien.
"Si has terminado con tu pregunta, pasemos a la discusión principal. Desde hace algún
tiempo, he estado predicando a la gente de los defectos del gobierno humano. Los
gobernantes humanos hacen leyes convenientes para ellos mismos, y esas leyes cambian
cada vez que el gobernante cambia. Es un sistema muy inestable".
"¿Por eso quieres crear una sociedad en la que las leyes gobiernen a la gente por igual?
Para que la gente pueda ser juzgada como iguales".
"Como se esperaba de ti. Entiendes que lo que quiero son leyes universales para llevar la
justicia y la salvación a los débiles, ¿no? Por eso los humanos no pueden crear las reglas. Son
cosas diferentes. Los humanos no pueden crear leyes de un orden superior al de otros
humanos, por lo que esas leyes no son absolutas. Por ejemplo, estaría fuera de lugar aceptar
una ley que apruebe el sistema de clases y estatus sociales de la nobleza. Es una
simplificación, pero eso es lo esencial".
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En términos terrestres, esta forma de pensar se denominó Estado de Derecho.
Originalmente era un principio desarrollado a partir de los fundamentos del derecho
angloamericano, pero actualmente se encontraban en un mundo con fundamentos culturales
muy diferentes. Era difícil decir si esas ideas habrían surgido aquí por sí solas. Por otro lado,
en este mundo existía un estado de derecho de nombre similar, con principios diferentes, que
se desarrolló como derecho continental.
Si el estado de derecho de la Tierra moderna se extendiera en este mundo -por ejemplo, si

la constitución de Japón se aplicara aquí- los privilegios de la realeza y la nobleza actuales
quedarían inmediatamente anulados. O bien sus estatus se abolirían por completo, o bien
permanecerían de nombre sin ningún privilegio real.
Sin embargo, difundir esta idea a la fuerza provocaría inevitablemente una feroz rebelión de
la realeza y los nobles, que no estarían dispuestos a desprenderse de sus intereses.
"¿No te parece una forma de pensar maravillosa?" Erica se volvió para interrogar a Liselotte,
que estaba sentada frente a ella, con una expresión alegre. Liselotte sabía que la estaban
poniendo a prueba como miembro de la clase noble.
"Creo que dije algo parecido en Amande, pero es injusto que la clase noble oprima a la clase
baja sin razón, y los humanos no tienen derecho a discriminar. Esta es mi opinión personal",
respondió con firmeza.
"Realmente tienes unos valores espléndidos. Si todos los miembros de la realeza y los
nobles fueran como tú, el mundo seguiría siendo un lugar amable para vivir durante mucho
tiempo. Sin embargo, no todos piensan como tú. Los humanos son criaturas insensatas. Hay
quienes quieren discriminar. Los que sienten una sensación de superioridad y alivio al mirar a
los demás por encima del hombro. Mientras existan ese tipo de personas en este mundo, los
débiles siempre estarán sujetos a los caprichos de los que tienen el control. Todos los
presentes lo han experimentado en carne propia".
En respuesta a la declaración de Erica, todos los congresistas se mostraron de acuerdo.
Antes de que nadie se diera cuenta, el ambiente de la sala había convertido a Erica en la
representante del pueblo, y a Liselotte en la representante de toda la realeza y la nobleza.
Esto no era una discusión.
Era un juicio. Todos los presentes en la sala, además de Liselotte, habían experimentado
dificultades en sus vidas por culpa de la clase noble, y todos estaban de acuerdo con los
pensamientos de Erica.
Liselotte había tenido una ligera idea de lo que iba a suceder desde el momento en que
entró en la sala y vio la cara de Erica, pero también sabía que en el momento en que
abandonara la discusión, sería plenamente reconocida como la villana. Sabía que no tenía
ninguna posibilidad de ganar, pero no tenía más remedio que justificarse a través de la
discusión.
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"Creo que puedo entender la razón por la que todo el mundo te encuentra a ti y a tus ideas
tan maravillosas, Santa Erica", dijo, mirando alrededor de la habitación.
"¿Y tú, Liselotte? ¿No está de acuerdo en que mis ideas son maravillosas?"
"A nivel personal, puedo empatizar con ellas en gran medida".
"Qué respuesta tan noble. No estás de acuerdo en que son maravillosas. Casi parece que
albergas malos sentimientos al respecto..."
"Simplemente pensé que las preguntas guiadas de sí o no, no serían suficientes para
expresar mis pensamientos".
"Y como resultado, percibí que había malos sentimientos en tu respuesta. ¿Qué hay de malo
en ello? ¿Estás en desacuerdo con la idea de guiar a la gente hacia el camino correcto a través
de una ley de orden superior, ¿una verdad del mundo que realiza la justicia de llevar la
salvación a los débiles?"
"No está mal... Sólo creo que promover rápidamente una idea así puede dar lugar al caos".
"¿Oh? ¿Cómo es eso?"
"Te estarás convirtiendo en enemigo de todos los nobles que quieran mantener sus
intereses. Tal cosa resultará en una guerra".
"La clase noble es la que está equivocada, ¿no? Si la clase noble no resuelve la injusticia
por sí misma, entonces el pueblo oprimido debe levantarse en revolución para corregirla..."
"No son sólo las figuras de poder las que viven en un reino. Hay mucha gente en un país, y
es gracias a esa gente que el país puede florecer. Entiendo que, si el pueblo desea una
corrección, entonces una revolución es inevitable y está justificada. Sin embargo, forzar una
revolución cuando el sistema del reino es sólido y estable podría resultar en una tragedia."
"¿Tanto miedo tienes de enfrentarte a otros nobles?" se burló Erica.
"Sí tengo miedo. Por ejemplo, digamos que dirijo al pueblo de Amande en una revolución
contra el reino. Todos los nobles de la nación dirigirían sus fuerzas militares hacia mí en
represalia. ¿Pero sería yo el único en riesgo? ¿No moriría la gente que vive en mi territorio en
el camino? ¿Cómo crees que el pueblo vería tal situación? Me criticarían por iniciar una guerra
sin sentido y sin posibilidades de victoria", dijo Liselotte sin dudarlo.
"¿Así que me estás diciendo que espere hasta que el paso del tiempo desgaste el sistema
de gobierno de la clase noble? ¿Que debo ignorar a la gente que está sufriendo en este
momento?"
"No quiero que esa gente sea ignorada... Pero tener una razón justa no hace que esté bien
ponerlos en un barco que se hunde".
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Liselotte frunció el ceño con amargura. Ante todo, las preguntas para las que Erica exigía
respuestas no eran asuntos que un individuo pudiera resolver solo. Eran problemas difíciles
que una solución forzada podría arruinar cualquier esperanza de resolver, arrastrando a otros
a la destrucción.
"Así que abandonaría la resolución del problema. En ese caso, deberías descartar tu
condición de noble. Si no lo haces, significa que quieres aferrarte egoístamente a tu estatus
para seguir viviendo cómodamente como noble. Crees que, si dices palabras para complacer
al pueblo, no serás odiada por él", dijo Erica, señalando a Liselotte y criticándola. Era una
forma terrible de etiquetarla unilateralmente.
Sin embargo, la mayoría de los congresistas presentes se pusieron del lado de Erica, que
estaba del lado de las víctimas: el pueblo. Muchas voces coincidieron en criticar a Liselotte,
que estaba del lado de los victimarios.
Creían que, si realmente pensara en el pueblo, estaría dispuesta a deshacerse de su estatus

que le permitía una vida cómoda.
"Soy una noble del Reino de Galarc. Como gobernante de Amande, tengo que ser
responsable de la gente que vive allí. Si abandono esa posición, la vida de los habitantes de
Amande se volverá inestable. ¿No sería eso una irresponsabilidad?"
Al final, Liselotte no declaró que fuera a descartar su condición de noble. Aunque su

expresión se endureció involuntariamente, expuso su opinión sin miedo. En respuesta, los
congresistas participantes expresaron su decepción y rabia. Algunas voces gritaron: "¡No
pongas excusas!" y otras se hicieron eco de ellas en señal de acuerdo. No tenían ni idea de lo
mucho que adoraba Liselotte la gente de Amande.
"Sé que Amande es una ciudad maravillosa. De hecho, sin ti, la vida de sus habitantes sería
de mucha menor calidad". En contra de lo que todos esperaban, Erica alabó de buena gana el
hecho de que Liselotte gobernara Amande.
"En ese caso, por favor, envíame de vuelta a Amande. No puedo cumplir con mi deber como
gobernadora en mi actual ubicación. Al sacarme de mi reino, has hecho que la vida de los
habitantes de Amande sea inestable. ¿Me equivoco?"
"Efectivamente, esa podría ser una forma de verlo. ¿Pero qué tal si lo vemos de esta
manera? La razón por la que Amande ha sido bien gobernada hasta ahora es porque Liselotte
Cretia es una buena noble. ¿Pero qué pasa si el próximo noble que gobierne Amande es un
tirano? Debe haber muchos que viven con miedo a eso".
"Precisamente por eso deberías enviarme de vuelta inmediatamente..."
"¿No crees que deberías tomar medidas para que el pueblo de Amande pueda vivir con
seguridad, incluso sin la presencia de Liselotte Cretia? Para que el pueblo no corra peligro,
independientemente de quién se haga cargo de Amande después de ti".
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"¿Qué estás tratando de decir?"
Liselotte parecía haber intuido algo en esa respuesta, ya que formuló su pregunta con una
mirada de hartazgo.
"En otras palabras, a pesar de tus afirmaciones de responsabilidad sobre el pueblo de

Amande, no has estado cumpliendo con ese deber. Puede que te vaya bien en el presente,
pero no has pensado en las próximas generaciones. Es lo mismo que despreciar todo el futuro
de la ciudad. ¿Alguien de los presentes desearía vivir bajo un gobernador así?". dijo Erica,
invitando a los congresistas que escuchaban a responder.
"¡No!"
"¡Un líder tiene que pensar en el futuro!"
"¡Eso es, eso es!", dijeron, uno tras otro.
Estamos dando vueltas en círculos. Esta santa dice que hay que democratizar la ciudad
para que la vida de la gente no se hunda en la depravación. Aunque sabe que al hacerlo se
enemistará con todos los reyes y nobles del reino, contradiciendo su propio punto. Pero,
aunque lo explique, nadie aquí escuchará.
Las reglas que Liselotte podía establecer para Amande estaban por debajo de las leyes
nacionales de orden superior y de las leyes del territorio. Por lo tanto, como gobernadora, no
tenía sentido hacer reglas que fueran en contra de las leyes nacionales y territoriales. Además,
los nuevos gobernadores podían derogar las normas establecidas por los gobernadores
anteriores.
Incluso si se introdujera un nuevo sistema para mantener la regla después de un cambio de

gobernador, requeriría un permiso especial del señor y el rey del territorio, e incluso ese
permiso podría ser revocado si un nuevo señor y rey llegara al poder. En cuyo caso, en última
instancia, sería necesaria una revolución para reconstruir la sociedad e implantar el estado de
derecho.
Esto es probablemente lo más lejos que Santa Erica quiere que llegue esta discusión.
Ya que no fue capaz de cambiar el destino de su charla, fue la derrota de Liselotte. Ella
sabía que tenía una pequeña posibilidad de victoria para empezar, y eso fue exactamente lo
que sucedió.
Ahora que las cosas habían llegado a esto, no tenía sentido repetirse en esta discusión. Lo
único que podía hacer era pasar ella misma a la siguiente fase.
"Creo que nos hemos desviado bastante del punto principal de la discusión. ¿Está bien?
Recuerdo que el tema era el conflicto de los derechos y cómo hacer que la democracia tenga
éxito en este país, pero la conversación fue en su mayor parte similar a la que intercambiamos
en Amande", preguntó Liselotte a Erica encogiéndose de hombros.
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Hubo voces que se opusieron. Sonaron gritos de "No cambies de tema", "Estás huyendo" y
"Acepta tu derrota con gracia", pero Liselotte no pareció molestarse por ellos.
"Creo que hemos debatido mucho el tema. Hoy se han presentado nuestros respectivos
derechos a la libertad de expresión. Pusimos en práctica la colisión de derechos".
"Eso suena a sofisma..."
"No, la mayor diferencia con nuestra conversación en Amande es que los congresistas se
reunieron aquí para decidir sobre el futuro de este país. Eso, y creo que nuestra discusión sólo
fue de tan alto grado porque la hicimos tú y yo. Si cualquiera de nosotros hubiera sido sustituido
por otra persona, la charla no habría llegado a ser tan acalorada. Tiene mucho sentido permitir
que los que están aquí hoy escuchen esta conversación. Sus pensamientos después de
escuchar la discusión seguramente influirán en el futuro de este país que ellos crearán. Estoy
seguro de ello". Erica miró a la sala con una mueca burlona.
"Bueno, entonces, ¿puedo suponer que has logrado tu objetivo al convocarme aquí?"
"No, hay una última cosa... Liselotte. ¿Me prestas tu fuerza? Llevemos juntos la salvación a
los débiles. Si tú y yo unimos nuestras manos, nuestro reinado pacífico durará mucho más que
el de Amande".
"Esa es una afirmación bastante peligrosa. ¿Me estás diciendo que traicione a mi país?"
Liselotte frunció el ceño. La declaración de Erica de hace un momento sonaba como si
estuviera planeando una revolución en Galarc, y quería ayuda.
"Cómo lo interpretes depende de ti. Pero como heroína, puedo hacerlo. Soy capaz de
hacerlo. Por eso hago esta propuesta".
"Hay otros cinco héroes, ¿sabes? Se ha confirmado que todos están afiliados a un reino.
¿Planeas enemistarte con los cinco?"
"Eso no será un problema. No perderé ante ningún héroe que haya vivido una vida cálida y
protegida proporcionada por su país. Mientras me mantenga en primera línea como la Santa y
heroína, el pueblo no conocerá la derrota".
"Esa es la confianza que tienes..."
"Sí. Por eso solicito tu ayuda una vez más. Lo entiendes perfectamente, ¿no? Que los
humanos son criaturas tontas. Por eso necesitamos gente inteligente como tú. Creemos juntos
nuestra realidad". Erica sonrió suavemente, ofreciendo su mano a Liselotte.
"Nunca me he considerado especialmente inteligente. La gente no puede ser valorada por

su inteligencia. Tu supuesto sistema de gobierno ideal tampoco mide a las personas así,
¿verdad? Por eso considera que las personas nacen iguales". Liselotte no aceptó la mano de
Erica.
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"Sí, exactamente".
"En ese caso, por favor, deja esta extorsión. ¿En qué sentido obligarme a obedecerte así te
diferencia de la malvada clase noble que tanto detestas?"
Gustos, disgustos. La gente era libre de expresar sus opiniones. Tenían la libertad de
transmitir sus pensamientos a los demás. Sin embargo, estaba mal forzar esos pensamientos
en otra persona. La gente tenía la libertad de no ser forzada a hacer cosas, después de todo.
Cuando el conflicto de derechos se producía sin ningún respeto por el otro, se producía la
imposición. El acto de obligar a otro a algo era coerción. Y cuando la coacción iba demasiado
lejos, se convertía en control.
Por supuesto, el mero hecho de debatir las opiniones e ideas propias estaba bien, ya que
era la esencia misma de la democracia. Sin embargo, tratar de doblegar las opiniones y
pensamientos de alguien con quien no se está de acuerdo, controlándolo pase lo que pase,
era el equivalente a un humano gobernando a otro humano. ¿No era eso esencialmente el
mismo abuso de poder que tanto odiaban?
Liselotte miró fijamente a Erica en señal de protesta.
"¿¡Qué acaba de decir!?"
"¿¡Cómo es que insistir en lo correcto nos convierte en lo mismo que la clase noble!?"
"¡Sólo actuamos como una voluntad colectiva! ¡El consenso del pueblo es lo correcto!"
"¡Qué calumnia!"
"¡Retira tus palabras!"
"¡Nobleza malvada que sólo se preocupa de sus propios intereses sin cumplir con sus
deberes!"
"¡Sólo se preocupa de sí misma! ¡Por eso no se desprende de su estatus!"
"¡Una mujer nacida en un entorno bendito no nos entendería!"
"¡Todo lo que hace es tomar los impuestos de la gente que debería proteger! ¡Esta mujer es
una criminal!"
"¡Ella sólo sabe montar su caballo alto! ¡Arrepiéntase!"
"¡Esta mujer es una bruja!"
"¡Condénenla! ¡Debe ser condenada por nosotros!"
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Los congresistas enrojecieron de rabia y gritaron abusivamente a Liselotte por unanimidad.
Intentaron culparla llamándola malvada, para enseñarle la verdad. Debieron sentirse
personalmente atacados por su punto, ya que sus reacciones fueron excesivamente
acaloradas.
"..." Liselotte se mordió el labio con tristeza, pero no replicó.
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"Silencio, por favor, todos".
Erica dio dos palmadas. Como era su orden, los congresistas no tuvieron más remedio que
callarse.
"Este es un lugar de debate. Deberíamos dar a Liselotte una oportunidad adecuada para
hacer su refutación. Dicho esto, dudo que haya algo que podamos hacer para llenar la trinchera
entre nosotros... ¿Hay algo más que quieras decir, Liselotte?"
"Creo que he dicho todo lo que quería decir. Cómo me juzgues por ello es cosa tuya",
respondió ella impertérrita.
"Ya veo... Entonces esto concluye la reunión provisional del congreso de hoy, creo. Pueden
irse todos". Erica indicó a los congresistas que salieran. Miraron a Liselotte con los puños
cerrados durante unos segundos, pero luego empezaron a salir por la puerta uno a uno.
"Andrei, Natalia. Después de que todos los demás hayan salido, por favor, acompañen a
Liselotte a su habitación", ordenó Erica a los dos que estaban detrás de ella.
"De acuerdo..."
Andrei asintió, a punto de decirle algo a Liselotte antes de morderse los labios. Entonces,
Erica se acercó a Liselotte.
"Ha sido un discurso maravilloso, Rikka. Si fueras una de mis alumnas, te pondría toda la
nota. No te preocupes. Cuando llegue el momento adecuado, te devolveré sana y salva a tu
reino", susurró al oído de Liselotte, no como Santa Erica sino como Sakuraba Erika. Tal vez
fue porque mostró su rostro como Sakuraba Erika, pero Liselotte tomó la decisión de preguntar
por su difunto prometido.
"Por favor, déjame hacer una pregunta más. He oído que empezaste por este camino como
una forma de suceder a la forma de vida de tu difunto prometido. ¿Continúa realmente su
legado en este momento? ¿Estaría él realmente de acuerdo en que tus acciones son por el
bien del pueblo?"
"Qué pregunta más tonta. ¿Cómo puedo saberlo, si nunca volveré a oír su voz? Sólo puedo
confirmar que inicié este camino tras aceptar su muerte".
Erica tenía una mirada conflictiva de tristeza en su rostro. Pero esa mirada sólo duró un
breve momento antes de que la máscara de la santa volviera a subir y diera su respuesta.
"Yo... veo..." Liselotte bajó la cabeza débilmente. Mientras tanto, los congresistas acababan
de salir de la sala.
"Ahora, por favor, acompañen a Liselotte a su habitación". Antes de que Liselotte pudiera
responder, Erica dio sus órdenes a Andrei y Natalia. Así, Liselotte fue devuelta a su habitación.
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Capítulo V – Rescate
Aproximadamente una hora antes de que Liselotte fuera invitada a la sala de reuniones, Rio,
Aria y Aishia habían llegado a la Santa República Democrática de Erica junto al regreso de
Santa Erica. Rio llevaba a Aria en brazos mientras contemplaba la capital a sus pies; surcaban
los cielos de la zona sur de Ericaburgo pasado el mediodía.
Rio y Aria llevaban capas encima de sus ropas de combate. El abrigo negro de wyvern
favorito de Rio había sido reparado en la aldea de los espíritus, pero caminar con él atraería
demasiada atención, así que no lo llevaba ahora.
Aishia, ve en busca de la santa para localizar a Liselotte. Ponte en contacto conmigo en

cuanto la encuentres. El plan A es comprobar dónde ha sido confinada, si es posible escapar
usando un arte de invisibilidad, y rescatarla enseguida si es así. Si parece difícil escapar,
idearemos un plan B dependiendo de sus condiciones de confinamiento.
Había ideado un esquema del plan con Aria mientras se movían, así que una vez que estuvo
a tiro de comunicarse con Aishia, le hizo un breve resumen de lo que habían decidido.
Entendido. La santa ha descendido en el corazón de la ciudad. Va a entrar en un edificio.

Me pondré en contacto contigo más tarde.
Gracias. Aria y yo comprobaremos el estado de la ciudad mientras tanto.
Rio pudo ver con sus propios ojos el descenso del grifo de la santa en el barrio noble. Luego
terminó su comunicación con Aishia.
"Ha entrado en un edificio oficial. Aishia va a seguirla y comprobar si Liselotte está dentro",
le dijo a Aria en sus brazos.
"De acuerdo. Por lo que puedo ver desde arriba, toda la ciudad está en reparación. Deben
ser las consecuencias de la revolución. Los edificios más allá de lo que parece el distrito noble
están todos en ruinas, y no hay nada más que una pila de escombros en el fondo..."
Pudieron ver a los trabajadores laborando en la ciudad en ruinas, una visión bastante
desgarradora.
"En cuanto a la posición, supongo que ahí debería estar el castillo".
"Tal vez. Sin embargo, ¿cómo pudo ocurrir esto?" Aria miró el castillo destruido. No era poca
cosa aplastar algo tan profundamente en una montaña de escombros.
"No puedo imaginar que el castillo se convierta en un montón de escombros sólo porque el
ejército revolucionario se acercó. O la Santa usó su Arma Divina, o se usó otro artefacto antiguo
para atacar..."
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El ataque tuvo que haber sido de una escala sustancial para crear tal fenómeno.
"La tierra al sur de la capital también está arruinada. Tal vez el ejército revolucionario se
acercó desde el sur y se enfrentó al ejército real allí".
No era tan simple como el paso de las tropas: el terreno estaba abierto, sobresaliendo en
varios lugares.
"El terreno sólo está arruinado, por un lado. El ejército revolucionario puede haber tenido
una victoria unilateral".
En realidad, el ejército revolucionario de diez mil hombres había marchado desde el sur,
dirigido por Erica. El ejército real de dos mil les esperaba.
Sin embargo, los dos ejércitos nunca entraron en combate. Erica había aniquilado a los dos
mil soldados del ejército real en menos de un minuto. Eso dio a las masas que marcharon
después a la ciudad el impulso para cargar directamente hacia el distrito noble.
"Había algo extraño en esa santa. Era increíblemente resistente. Si alguna vez tienes que
enfrentarte a ella, por favor, ten mucho cuidado", dijo Aria con una expresión de amargura, tras
haberse enfrentado a la derrota en Amande.
"Sí, permaneceré vigilante..." Rio asintió, observando la capital con una mirada severa.
Habían estado siguiendo un paso atrás todo este tiempo, pero-.
"Vamos a revisar el interior de la ciudad a continuación. Nos toca hacer un movimiento".
Rio comenzó a descender hacia el exterior desierto de la ciudad mientras llevaba a Aria.
◇◇◇
Mientras tanto, a unos kilómetros de distancia, alguien seguía a Rio-Reiss. Acababa de ver
a Rio y a Aria entrando en la ciudad a pie.
"..."
Reiss observó la capital de Ericaburgo a sus pies, al igual que Rio y Aria lo habían hecho
antes. Contempló las ruinas del castillo totalmente destruido.
Parece que, después de todo, la santa ha dominado sus poderes de héroe. Sólo queda
comprobar si puede materializar uno de ellos, y su despertar como héroe está confirmado. Lo
único que queda por hacer es rezar para que no haya despertado...
Reiss suspiró cansado, imaginando lo peor si eso ocurría.
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Por ahora, el Caballero Negro debería enfrentarse a la santa para comprobar si ha
despertado. Dudo que tenga alguna posibilidad contra ella si realmente ha despertado, pero
no debería tener problemas para huir si lo necesita.
Ya había preparado un plan en previsión de que Rio intentara escapar. La única cuestión
era cómo conseguir que Rio y la santa se aplastaran con seguridad, y qué hacer a partir de
ahí. Necesitaba confirmar si la santa era una heroína despierta lo antes posible.
Los espíritus humanoides se escabulleron para hacer el rescate mientras el Caballero Negro
y el asistente principal esperaban afuera como distracciones de respaldo, supongo.
Los usuarios de arte espiritual hábiles podían cambiar el índice de refracción del aire para
volverse invisibles, pero eso no cambiaba el hecho de que el usuario estaba físicamente allí.
Enviar a Aishia a infiltrarse en su forma espiritual era claramente la opción más segura. Su
obvio objetivo de rescatar a Liselotte hacía fácil predecir sus movimientos.
Alguien tan hábil como él podría recuperar fácilmente a Liselotte Cretia en secreto, pero me
temo que aprovecharé esta oportunidad para hacerle luchar.
Con una leve sonrisa, Reiss comenzó su descenso a la ciudad.
◇◇◇
Haruto. He encontrado a Liselotte.
Poco después de que Rio y Aria entraran en la capital de Ericaburgo, Aishia se puso en
contacto con ellos para avisarles del descubrimiento de Liselotte.
Actualmente se encontraban en una zona urbana, en una calle principal con muchos
ciudadanos paseando. Los negocios no estaban en auge ni mucho menos, pero las
expresiones de los peatones eran brillantes y llenas de vida. Estaban en medio de la
exploración de la zona antes de que el plan de rescate siguiera adelante.
"Aria, ven a este callejón un momento. Aishia ha enviado un mensaje". Rio salió de la calle
principal mientras llamaba a su compañera de viaje hacia un callejón desierto.
Gracias. ¿Cómo está ella?
Sana y salva. Ha sido convocada a una reunión que está a punto de celebrarse. Sus
guardias están con ella ahora mismo.
En ese caso, espera hasta que esté sola antes de hacer contacto con ella. Continúa
observando la situación por ahora.
Lo tengo.
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Estoy en la ciudad con Aria. Vamos a explorar la zona y luego intentaremos acercarnos a
su edificio lo más posible. Si ocurre algo extraño, usa tu propio juicio para hacer un movimiento.
Pero infórmame de inmediato.
De acuerdo.
Así, Rio le dio a Aishia las instrucciones necesarias y terminó sus comunicaciones una vez
más.
"Parece que ha encontrado a Liselotte. Todavía no se ha puesto en contacto, pero parece

que le va bien", informó a Aria.
"Me alegro de oírlo..." Aria inclinó la cabeza, embargada por la emoción.
"Todavía hay que salvarla. Nosotros también haremos lo que podamos. Vamos", dijo Rio
con suavidad, incitándola a moverse. La ruta de escape más rápida después de asegurar a
Liselotte sería salir volando, pero moverse enérgicamente levantaría el arte de invisibilidad que
les había sido arrojado. Por lo tanto, si querían rescatar a Liselotte sin que nadie se diera
cuenta, tendría que ser a pie.
Cuando la rescataran, querrían caminar hasta algún lugar aislado antes de despegar hacia
el cielo. Para ello, debían conocer bien el trazado de la ciudad. También tendrían que entrar
en el antiguo distrito noble.
"Bien".
Los dos reanudaron su exploración de la ciudad.
◇◇◇
Alrededor de una hora y media más tarde como máximo, la reunión tipo juicio había
concluido, y el congreso había terminado su ataque verbal a Liselotte.
"Aquí tienes..." Andrei abrió la puerta de la habitación donde Liselotte estaba confinada,
haciéndola pasar al interior.
"Gracias". Liselotte asintió y atravesó la puerta obedientemente. No había habido ninguna

conversación entre ella, Andrei y Natalia en el camino de vuelta a esta habitación.
No había forma de saber lo que pensaba por su expresión y tono de voz. Por otro lado,
Andrei parecía tener algunos pensamientos después de la reunión que acababa de ocurrir, y
había estado observando a Liselotte con una cara conflictiva todo este tiempo. Por ello, el aire
que les rodeaba era bastante pesado.
"Gracias por acompañarnos en la discusión de hoy. Por favor, descansen un rato". La actitud
de Erica era completamente diferente en comparación con la reunión anterior, ya que hablaba
por consideración a Liselotte.
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"Lo haré. Discúlpeme", respondió Liselotte sin volverse para mirar a Erica y entró en la sala.
Erica y Natalia se dieron la vuelta para salir también de la habitación, pero Andrei se quedó
congelado, observando la espalda de Liselotte.
"..."
Justo cuando iba a decir algo, Erica tomó la palabra.
"Vamos, Andrei", le dijo a su espalda.
"Bien..."
Andrei asintió con la cabeza caída, siguiendo a Erica y Natalia fuera de la habitación.
"Andrei. Puedes desahogar esas emociones conflictivas tuyas conmigo directamente", dijo
Erica una vez que la puerta se cerró tras ellas.
"Santa Erica..." La cabeza de Andrei bajó aún más mientras apretaba los puños.
"Sinceramente... Estoy decepcionado. A pesar de comprender la injusticia de la clase noble,
ella eligió seguir siendo noble. A fin de cuentas, incluso alguien tan sabio como ella prioriza su
estatus. Ella no piensa en el futuro del pueblo. La he juzgado mal", confesó.
"Pobrecito, Andrei... Creías en un futuro en el que podrías trabajar junto a ella. Eres una
persona muy pura, así que te duele que tus expectativas hayan sido traicionadas. Pero aún te
quedan algunas expectativas, ¿no? Por eso no has desahogado tus emociones negativas con
ella. Deseas su comprensión".
"Eso puede ser cierto..."
"Andrei, los humanos pueden sentirse fuertemente heridos cuando son traicionados. No
olvides estos sentimientos tuyos. Tu esencia como humano se pone a prueba por cómo te
enfrentas a ese dolor y desesperación. Por eso esta es una oportunidad para que crezcas.
¿Cómo vas a interactuar con Liselotte la próxima vez que la veas? Piensa en esa pregunta por
ti mismo".
"De acuerdo..." Andrei asintió con rigidez.
◇◇◇
Mientras tanto, inmediatamente después de que Erica y los otros salieran de la habitación...
"..."
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Liselotte se sentó, sofocando sus emociones vejatorias. Había sido secuestrada en un país
extranjero y obligada a recibir abusos unilaterales en una paliza pública. La realidad se estaba
imponiendo en este mismo momento, y las lágrimas brotaron de sus ojos. Los sentimientos se
arremolinaban en su pecho, a punto de explotar, pero los contuvo.
"Que alguien... me salve..." Liselotte murmuró con voz ronca, suplicando la salvación.
En ese momento, Aishia se materializó en la habitación vacía. "Liselotte".
"Sí..."
"¿Estás bien?"
"Creo que no".
Liselotte estaba tan aturdida que respondió a Aishia sin pensar. Tal vez por eso mostró un
lado débil de sí misma que normalmente mantenía oculto.
"Lo siento. He visto cómo se desarrollaba toda la reunión, pero no he podido hacer nada
para ayudar", se disculpó Aishia con pesar.
"Está bien... Espera, ¿qué? ¿A-Aishia...? ¿Eres tú?" Liselotte por fin se dio cuenta de con
quién estaba hablando.
"Sí".
¿Por qué estaba Aishia aquí? ¿Cómo se coló? Acaba de decir que observó toda la reunión,
pero ¿cómo pudo hacerlo? Todo tipo de preguntas llenaban su cabeza, confundiéndola cada
vez más.
"¿¡Qué!?" Dejó escapar un sonido raramente escuchado de claro asombro.
"Tranquila. He venido a salvarte".
"E-Espera un momento. ¿Qué significa esto?" Preguntó Liselotte en voz baja.
"Estaba esperando que te dejaran en paz. Por eso estoy aquí ahora. Vamos a escabullirnos
juntos de aquí".
"¿Saliste... de dónde? ¿Cuánto tiempo llevas aquí?"
"Te explicaré los detalles cuando salgamos. Haruto y Aria están esperando".
"¿Eh? ¿El señor Haruto y Aria también están aquí...?"
Habían venido a salvarla... Darse cuenta de eso la llenó de una felicidad indescriptible.
¿Podría ser esto un sueño? Se pellizcó la mejilla como para comprobarlo.
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"No es un sueño".
"Así parece..."
"Estoy aquí. No estás sola".
"A-Aishia..."
Incapaz de contenerse por más tiempo, las lágrimas se derramaron de los ojos de Liselotte.
"No llores".
"Lo siento..."
"No te disculpes. Espera, ahora mismo me pongo en contacto con Haruto". Aishia levantó
su mano izquierda para indicarle a Liselotte que esperara.
"¿Qué...?"
¿Qué estaba diciendo Aishia? ¿Cómo podía contactar con él desde aquí? Liselotte ladeó la
cabeza, confundida.
"..." Aishia se quedó en silencio por un momento.
"Haruto dio el visto bueno. Las investigaciones preliminares están hechas, y están listas
para salir. Sólo falta que te saque de aquí". Parecía que realmente había conseguido contactar
con él.
"¿De acuerdo?"
¿Qué estaba pasando?
"Voy a neutralizar a los guardias fuera de la habitación. Espera aquí un momento". Tan
pronto como dijo eso, Aishia se convirtió en partículas de luz y desapareció.
"¿¡Eh...!?" Los ojos de Liselotte se abrieron de par en par, sorprendida. Apenas unos
segundos después, la puerta de la habitación se abrió con un clic.
"Los he dejado fuera de combate". Aishia volvió a entrar en la habitación, después de haber
noqueado al guardia masculino. Cerró la puerta tras ella y lo dejó en el suelo.
"Una explicación. Por favor, dame una explicación... No tiene que ser ahora mismo, sino
después".
Liselotte se quedó sin palabras por un momento, luego renunció a pensar por ahora. Pidió
una explicación más tarde y templó sus nervios por cualquier sobresalto que pudiera ocurrir a
partir de este momento.
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"Claro, ahora voy a hacernos invisibles. No me sueltes la mano y no hagas ningún ruido
fuerte".
"¡Está bien!"
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¿Puede volverse invisible? ¡Vaya! Simples pensamientos pasaron por la mente de Liselotte
mientras daba una respuesta corta pero encantada, agarrando fuertemente la mano izquierda
de Aishia como se le indicó.
"..." Aishia abrió la puerta con su mano derecha y activó silenciosamente sus artes
espirituales. Un suave viento las envolvió.
Al momento siguiente, Liselotte ya no podía ver su entorno. Era como si estuviera separada
del mundo por una capa de niebla. Aishia, que podía visualizar la esencia mágica, no tenía
problemas para ver fuera de la niebla. Al mismo tiempo, cualquiera que estuviera fuera de la
niebla no podría verla dentro de ella.
¿Qué...? ¿Esto no es magia?
La confusión en la mente de Liselotte fue superada por el asombro. No tendría fin si actuaba
sorprendida por todo lo sucedido.
"No toques la niebla que puedes ver. El espacio se agitará y deshará la ilusión".
"C-Cierto".
Había una cosa que ella entendía: Haruto, Aishia y Aria eran las personas más fuertes del
Reino Galarc en este momento. Y los tres se estaban arriesgando por ella. Había sufrido sola
desde que la trajeron a este país, lo que la hacía más feliz de que los tres hubieran venido a
por ella. Eran tan confiables, que no podía reprimir sus emociones eufóricas.
"Muchas gracias". En lugar de responder en voz alta, Liselotte dio un firme apretón a la
mano de Aishia.
"No te preocupes. Lo único que queda es caminar tranquilamente hacia Haruto y Aria.
Vamos". Aishia tiró de la mano de Liselotte, llevándola hacia un futuro brillante.
◇◇◇
Al mismo tiempo, Rio y Aria esperaban en un callejón desierto a unos cinco minutos del
edificio donde Liselotte estaba cautiva. Estaban preparados para ejecutar su plan de rescate,
por lo que Rio llevaba puesto su abrigo negro de wyvern.
"Acaban de salir de la habitación de Liselotte. Podremos reunirnos con ellos en cinco

minutos como mínimo. Por fin ha llegado la hora", informó Rio a Aria. Debían actuar como
distracciones y guardias en caso de que ocurriera algo, pero si Liselotte y Aishia eran capaces
de salir de la habitación en estado invisible, no deberían tener ningún problema para llegar
hasta aquí.
Una vez que se reunieran, el plan era continuar a pie si nadie se daba cuenta de la
desaparición de Liselotte, o tomar los cielos y alejarse a toda velocidad si se armaba un
revuelo.
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"Esperemos que puedan alcanzarnos sin problemas..."
"Mientras el arte de la invisibilidad esté en marcha, será difícil detectarlos sin tener unos
sentidos extremadamente agudos. Estoy seguro de que estará bien".
"Si puedo preguntar por curiosidad... ¿Qué aspecto tiene realmente cuando desaparecen?"
preguntó Aria con dudas.
"¿Te gustaría verlo por ti misma?"
Rio activó sus artes espirituales. Un suave viento envolvió su cuerpo. Desde el punto de
vista de Aria, el aire donde estaba Rio se distorsionó durante unos segundos antes de que se
desvaneciera por completo. Quedó un espacio vacío sin ninguna distorsión. No importaba
cómo se mirará, no había rastro de nadie de pie allí.
"Ya veo... Es impresionante. Te conviertes en uno con el fondo en cuestión de segundos".

Los ojos de Aria se abrieron de par en par.
"Sólo te hace invisible a los ojos, por lo que aún se pueden oír las voces y sentir las
presencias. La ilusión sólo elimina la información visual. Un movimiento vigoroso deshará la
invisibilidad, y cualquier cosa que toque la barrera hará que el aire se agite. Cualquiera que
pueda visualizar la esencia mágica notará esa anormalidad. No es un truco todopoderoso, así
que no se puede confiar demasiado..." Dijo Rio, enumerando los deméritos de las artes de la
invisibilidad.
No era como si desaparecieran de este plano como cuando un espíritu se convertía en su

forma espiritual, así que era difícil de usar en combate. Contra un usuario de artes espirituales
que pudiera visualizar la esencia, era poco más que un truco para fiestas.
"Creo que sigue siendo muy útil. Es extremadamente difícil detectar su presencia desde
lejos. Cualquiera que no conozca el truco será completamente engañado. Además, gracias a
él podemos hacer un plan de rescate tan audaz", dijo Aria, impresionada.
Fue en ese momento cuando lo oyeron.
Una estruendosa explosión rugió desde la dirección del edificio oficial, varias veces
seguidas. Inmediatamente después...
Lo siento, Haruto. Alguien vio a través del arte de la invisibilidad.
Un mensaje telepático de Aishia llegó a Rio.
◇◇◇
Poco antes de que Rio mostrara el arte del espíritu de la invisibilidad a Aria, Aishia y Liselotte
marchaban por la mansión.
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Realmente no podemos ser vistos por nadie... Increíble.
Se cruzaron con numerosos soldados que patrullaban el edificio, pero ni uno solo se había
fijado en ellas.
El único problema era que el guardia que estaba frente a la habitación de Liselotte había
desaparecido; si alguien se daba cuenta y revisaba el interior de la habitación, vería que ella
había desaparecido. Pero era poco probable que eso ocurriera en el tiempo que les llevó salir
del edificio. Tampoco había señales de que alguien se apresurara por los pasillos.
Sin embargo, el verdadero problema ocurrió justo cuando estaban a punto de dejar la puerta
y salir al exterior. Estaban caminando por el patio hacia la puerta, cuando...
"¡Hey, el rehén está tratando de correr! ¡Es Liselotte! Liselotte Cretia está huyendo!" alguien
gritó con fuerza.
Aishia no había disipado su invisibilidad. Lanzó su aguda mirada alrededor de su entorno.
"Voy a llevarte". De repente, cogió a Liselotte en brazos de una novia. En el momento en

que lo hizo, el arte de la invisibilidad se canceló. Tan pronto como lo hizo...
"¡Aah!"
Orbes de luz de docenas de centímetros de diámetro cayeron sobre ella. Un sonido

explosivo rugió.
No fue un solo orbe el que llovió: un segundo, un tercero, un cuarto y un quinto disparo en
breve sucesión. Cada uno de ellos tenía un gran poder detrás, y caían a una velocidad
moderada. Con Liselotte en brazos, Aishia dio pasos ligeros para esquivar cada disparo. Cada
orbe aterrizó con una fuerte explosión, abriendo la tierra. Aishia miró al cielo, atenta a un ataque
posterior, pero la andanada parecía haber terminado. Sin embargo, la sucesión de ataques
había provocado un estruendo en la ciudad. Naturalmente, los guardias que les rodeaban se
habían dado cuenta de la anomalía y se acercaban a ellos.
Lo siento, Haruto. Alguien vio a través del arte de la invisibilidad, Aishia informó
inmediatamente a Rio.
Plan B. Vuela inmediatamente y prioriza la seguridad de Liselotte. Te apoyaré desde los

cielos, respondió Rio con prontitud.
"Liselotte, vamos con el plan B".
"¿Plan B?"
Liselotte parecía desconcertada ante la primera mención de un Plan B.
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"Allá vamos". Aishia dio una patada en el suelo, saltando hacia arriba. Ganó más y más
altura, justo cuando los guardias de la finca se reunieron fuera del edificio. Erica, Andrei y
Natalia estaban entre ellos.
"E-Espera... ¿Qué? ¿Qué?"
Habían saltado fácilmente varios metros de altura. El salto se realizó aparentemente sin
destino, por lo que Liselotte se preguntó al principio hacia dónde estaban saltando. Luego se
dio cuenta de que no estaban cayendo, sino que se estaban elevando más y más contra la
gravedad, lo que hizo que sus ojos se abrieran de par en par.
Liselotte había decidido dejar de escandalizarse por todo, pero los sucesos consecutivos
que superaban su sentido común la dejaron atónita.
Justo entonces, unos orbes de luz pasaron por encima de la cabeza de Aishia en un suave
arco. Eran más pequeños que los anteriores, pero eran muchos más, y mucho más rápidos en
velocidad.
"Guh..." Aishia bajó repentinamente su altura, deslizándose bajo el torrente de orbes. Si

hubiera seguido elevándose como antes, habría recibido el ataque directamente.
En el momento siguiente, llovieron más orbes. Esta vez no llovían hacia abajo para suprimir
su vuelo, sino directamente hacia ella. Era un ataque claramente calculado para controlar sus
movimientos.
"Agárrate fuerte a mí".
"¡De acuerdo!"
Aishia despegó en una ráfaga zigzagueante. Pero incluso mientras esquivaba los orbes, le
disparaban más sin parar.
Haruto, hay un enemigo disparando a larga distancia para evitar que gane altura. Un hábil
lanzador de artes espirituales. La misma persona que vio a través de mi invisibilidad, creo.
Aishia se puso en contacto con Rio mientras evadía los ataques. Habría sido capaz de
manejar la situación sola, pero era difícil hacer movimientos finos y aumentar su velocidad
mientras llevaba a Liselotte.
Entendido, respondió Rio. Al mismo tiempo, Santa Erica irrumpió desde el suelo hacia
Aishia, que volaba a una altura baja de unos cinco metros.
"No te vas a escapar".
Hizo girar su báculo de obispo, aparentemente intentando derribar a los dos al suelo por la
fuerza.
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Hemos llegado, la voz de Rio resonó en la cabeza de Aishia mientras alguien bajaba de un
salto hacia Santa Erica. Era Aria.
"¿¡Eh!?"
Erica se percató de la sombra que había sobre ella y levantó su bastón por encima de su
cabeza. Inmediatamente chocó con la espada que Aria blandió con todas sus fuerzas.
"¡Haaah!" Aria utilizó el impulso de su caída para añadirlo a la fuerza física de su cuerpo
mejorado, blandiendo su espada vigorosamente. Habiéndose preparado tarde, Erica fue
golpeada por el ataque.
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"Guh..." Su cuerpo fue derribado y se golpeó fuertemente contra el suelo. No pudo hacer un
aterrizaje seguro y rebotó ferozmente, rodando por él. Aria aterrizó tras ella ligeramente.
Mientras tanto, Rio cayó al lado de Aishia y blandió su espada revestida de viento, cortando
los orbes de luz que llovían sobre ella.
Aria... ¡Sir Haruto! Liselotte miró entre los dos, embargada por la emoción.
Aishia. Otro cambio de plan. Aria y yo nos haremos cargo aquí. Tú vuela fuera de la ciudad
así. No te preocupes por los disparos de largo alcance. Los bloquearé todos.
Tan pronto como Rio envió ese mensaje, él mismo creó docenas de orbes de luz. Tenían
menos de diez centímetros de diámetro, y eran los suficientes para no bloquear su visión.
De acuerdo. Aishia asintió, y luego aceleró hacia el perímetro de la ciudad.
"¡No dejes que se escapen! ¡Vamos! ¡Vayan tras ellos! Que alguien ayude a la Santa Erica".
Andrei, que había quedado aturdido por la serie de acontecimientos que se estaban
desarrollando, volvió a recobrar el sentido y dio órdenes a los guardias cercanos.
"Está bien. No me dejaré vencer por algo así". Erica se puso lentamente en pie y luego alzó
la voz para declarar su seguridad. Se quitó la suciedad de la ropa con fastidio, aparentemente
no había recibido ningún daño.
"¡Santa Erica!"
"¡Oh, Santa Erica!" Los que la observaban hablaron con asombro. Erica levantó su bastón
como para responderles.
La golpearon contra el suelo con tanta fuerza y se levantó sin un rasguño. Es tan dura como
la describió Aria... Rio observó a Erica debajo de él y tragó saliva.
"Me preguntaba quién estaba causando esta conmoción, pero ahora lo veo. Y el chico de
arriba es el del castillo de Galarc. ¿Así que me has seguido?" Erica miró entre Aria, de pie ante
ella, y Rio, que flotaba sobre ella, y luego suspiró cansada.
"¡Deja la santa le gritó Aria a Rio! Probablemente, parte de su intención era que Rio hiciera
guardia con sus habilidades para cubrir el cielo y el suelo, pero debía tener sus propias
emociones hacia Erica después de lo ocurrido en Amande. La intención y resolución de acabar
con la vida de Erica si la situación lo requería se podía ver en sus ojos.
"Entendido... No dejaré que nadie me interrumpa".
Ni los soldados en tierra, ni el usuario de artes espirituales que se escondía para dar apoyo
a distancia. Rio dirigió su atención a toda la zona con su aguda mirada.
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"¡Esta gente son sirvientes de los nobles de Galarc que han venido a recuperar a Liselotte
Cretia! Les infligiré un castigo divino".
Con esa declaración, Erica levantó su báculo de obispo y cargó contra Aria. Al mismo
tiempo, Aria se adelantó para cerrar el espacio entre ellas. Una vez que estuvieron a su
alcance, blandieron sus armas y comenzaron un feroz intercambio. Erica tenía más fuerza
física, pero Aria le hizo frente con maniobras y técnicas de combate superiores.
Aria dijo que Santa Erica tiene una poderosa mejora física, pero sus movimientos siguen
siendo los de una aficionada. Estoy de acuerdo: mientras nadie se lo impida, este combate
será de Aria.
Rio observó los movimientos de Erica desde arriba y juzgó que era seguro dejárselo a Aria.
"¡Apoyen a Santa Erica ahora! ¡Apresen a esa insolente!" ordenó Andrei a los soldados
reunidos en la finca, intentando bloquear los movimientos de Aria con su número.
"¡Raaargh!" Los soldados comenzaron a cargar contra Aria desde todas las direcciones. A
este ritmo, el campo de batalla se convertiría en un desorden.
Previendo sus movimientos, Rio esparció los orbes de luz que había colocado a su
alrededor, haciéndolos llover sobre los soldados desde una altura de diez metros. Ninguno de
los orbes tenía la fuerza suficiente para matar a menos que golpearan puntos críticos, pero
tenían la fuerza suficiente para enviar a un hombre grande volando varios metros con un golpe
directo.
"¡Guh!"
"¡Whoa!"
Todos los orbes dieron en el blanco, dejando a los soldados inconscientes. En el lapso de
unos pocos segundos, más de una docena de soldados cayeron al suelo. Todavía había
soldados en pie, pero...
"Eek..."
Titubearon al ver a sus compañeros ser arrastrados por la lluvia de luz que apareció de la
nada. Cuando se dieron cuenta de que acercarse a Aria significaba quedar bajo el fuego de
Rio, sus piernas se detuvieron. Rio reponía sus orbes de luz tan pronto como los disparaba,
por lo que su voluntad de luchar se vio mermada.
"¿¡Qué estás haciendo!? ¡Luchar! Si no pueden acercarse a esa descarada, apunten al

hombre que vuela allí. ¡Suelten sus hechizos, sus flechas!" Andrei ordenó de nuevo a los
soldados a su alrededor.
"Ngh..."
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"¡Glacies Projectilis!"
Varias personas con medios para atacar a distancia dispararon sus arcos y entonaron
conjuros de magia de ataque de bajo nivel, apuntando a Rio. Éste giró en el aire, dando vueltas
para tener una visión de 360 grados del terreno. Una vez que confirmó de dónde venían los
ataques dispersos, envió todos sus orbes de luz disparando al mismo tiempo. Los orbes se
movían erráticamente, como si tuvieran mente propia, mientras perseguían cada hechizo y
flecha de ataque. Algunos orbes extra incluso fueron a hacer un contraataque a los soldados,
dejándolos inconscientes.
"¿Qué es ese hombre...?"
"¿Cómo puede un humano flotar en el aire?"
"¿Qué son esas bolas de luz?"
Rio había conseguido el control total de su entorno. Al percibirlo, los soldados que quedaban
en tierra perdieron las ganas de luchar.
"¿No hay nada que podamos hacer más que mirar...?" Andrei cayó de rodillas, desesperado.
Sin nadie que los interrumpiera, la batalla entre Aria y Erica se había vuelto más intensa.
Erica seguía siendo la más fuerte en habilidades físicas, pero parecía que Aria tenía la ventaja
ganadora. Sus habilidades de combate le habían permitido tomar la delantera con los
contraataques.
La lucha se estaba inclinando a favor de Rio y Aria. Si seguían así, el resultado estaría claro
en cuestión de minutos. Pero por alguna razón, la Santa aún no había mejorado su cuerpo
físico. Su fuerza oculta era aún desconocida.
Hay algo extraño. He tenido el control del aire todo este tiempo, pero la persona que disparó
a Aishia no ha hecho ningún intento de atacarme.
A diferencia de cuando Aishia intentó escapar con Liselotte, todos los ataques aéreos
habían cesado. Rio se había posicionado en el aire ya que era el que más recelaba del
misterioso usuario de artes espirituales, por lo que esto le parecía bastante extraño.
"Parece que estoy en desventaja aquí después de todo. No puedo luchar con todas mis
fuerzas". Erica se detuvo de repente en el suelo.
"¿Te niegas a aceptar tu derrota?" dijo Aria, haciendo una pausa cautelosa.
"No puedo ejercer mi poder al máximo. Los ciudadanos que debería proteger han caído a
mi alrededor, retorciéndose de dolor. Si usara mi poder en estas condiciones, morirían. Este
hombre del cielo puede parecer un caballero, pero sus métodos son bastante astutos", dijo
Erica mientras levantaba la vista.
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Aishia, ¿cómo están las cosas por allí? ¿Algo extraño? preguntó Rio, ignorando a Erica.
Todavía nada. He llegado al límite sur de nuestro rango de comunicación. Es decir, que
estaba aproximadamente a un kilómetro al sur de Rio, a poca distancia de la ciudad,
probablemente.
Muy bien. El usuario de artes espirituales que te obstruyó ha dejado de atacar aquí. Puede
que se hayan ido por tu camino, así que ten cuidado. Estamos a punto de terminar las cosas
aquí.
De acuerdo.
Con eso, su transmisión terminó.
"¿Pretendiendo que no existo? Qué hombre tan frío", se lamentó Erica desde abajo.
"No veo a la persona que interrumpió tu huida antes de que llegáramos. Tengo un mal
presentimiento, retirémonos pronto", dijo Rio a Aria desde abajo mientras ignoraba las palabras
de Erica una vez más.
"Entendido", respondió Aria.
Si tenía que elegir entre luchar contra Santa Erica y garantizar la seguridad de Liselotte,
daría prioridad a lo segundo. No iba a olvidar eso por su odio. Aria seguía tan tranquila como
siempre.
"¿Oh? ¿Creíste que podrías escapar tan fácilmente después de armar semejante alboroto
en terreno enemigo?" Erica levantó su bastón, sonriendo desafiante.
"Tú fuiste la que empezó en nuestro reino. No tienes derecho a criticar a los demás", replicó
Aria inmediatamente.
"Jejeje..."
Aria levantó su espada, dispuesta a detener a Erica de un momento a otro. Pero al momento
siguiente, Rio lanzó todos sus orbes de luz al suelo, rodeando a Aria en forma de cono. El
muro de orbes separó a Aria de Erica, y en ese mismo instante Rio descendió al suelo para
coger a Aria en brazos.
"Vamos".
Se elevó en el aire una vez más, continuando a una altura de diez metros y pico.
Todavía no hay ataques que impidan nuestra huida...
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Al mismo tiempo, no hay informes de un ataque sorpresa de Aishia. ¿Por qué? Rio se
devanaba los sesos buscando una razón mientras se apresuraba a reunirse con Aishia y
Liselotte. Mientras tanto...
Así que ella no puede usar su poder completamente con gente alrededor. Pero si les deja
salir de la ciudad, estará indefensa... ¿Qué hará la Santa ahora, hmm?
Desde lo alto de los cielos, Reiss estaba observando el desarrollo de todo.
◇◇◇
Mientras tanto, en el jardín de la finca, inmediatamente después de que Rio y Aria se

marcharan, se respiraba un ambiente lúgubre. Todos los presentes acababan de probar lo que
era la desesperación. Era su primera derrota desde la revolución, y se les coló como un
veneno. La Santa República Democrática de Erica carecía de experiencia real en el combate;
la mayoría de las batallas que tuvieron lugar durante la revolución se ganaron con el poder de
Erica; fueron victorias inalcanzables sin ella. Por lo tanto, los soldados eran mucho menos
competentes en comparación con los ejércitos de otros reinos. Su oponente esta vez era un
mal rival, pero les había proporcionado una vívida lección. Estaban completamente mal
preparados. Totalmente impotentes.
"¡Aah! ¡Oh, Santa Erica! ¡Perdóname, perdónanos! ¡Estábamos indefensos contra él! No
pudimos hacer nada, ¡dejándote luchar sola!" Andrei estaba tan agitado como un hombre que
se hunde en un pantano de desesperación, disculpándose con Erica con todo lo que tenía.
"Está bien, Andrei. Todos los demás también. Todos han luchado con valor".
Erica les dedicó una sonrisa amable y maternal y negó con la cabeza.
"¡Santa Erica!"
"¡Santa Erica!"
"¡Santa Erica!"
Todos llamaron el nombre de Erica, buscando la salvación.
"¡Liselotte Cretia es una bruja después de todo! ¡Una bruja! ¡Ella trajo la desgracia a este
país! ¡Ella es el símbolo del desastre!" El rostro de Andrei se retorció con furia asesina al
declarar la existencia de Liselotte como el mal mismo.
"Lo siento. Fui yo quien la trajo aquí. Todo esto fue por mi mal juicio". Erica adoptó de
repente una mirada apenada al admitir su propio error.
"¡No! ¡En absoluto! ¿Quién iba a saberlo? ¿Quién iba a saber que su conducta amable y
santa escondía su verdadero rostro de bruja? ¡Simpatizaba con la gente y nos recitaba
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palabras impresionantes para ganarse nuestros corazones! Esa mujer es una bruja astuta".
Andrei insistió en que no había que culpar a Erica por expresar su desprecio hacia Liselotte.
"Los que nos invadieron hoy son los poderes que posee la malvada clase noble de una
nación importante. El mal que derrotamos mediante la revolución era minúsculo en
comparación. Mientras existan naciones enormes como la suya, nuestro país siempre estará
en peligro".
"¡Oh, oooh! ¡Éramos tan ignorantes, de verdad! ¿Cómo pudimos ser tan tontos?"
"No debes envanecerte, Andrei. Siempre te he recordado que los humanos son criaturas
tontas".
Andrei jadeó y luego se mostró aún más arrepentido. "Fui verdaderamente, verdaderamente
tonto... Cómo pude estar tan ciego..."
"Pero tampoco debes olvidar esto: los humanos sólo son capaces de enfrentarse a su
verdadero yo cuando se enfrentan a su desesperación. ¡Así que enfréntate a ella! ¡Aprende,
sin huir! Sobre ti mismo como persona, sobre tus emociones que quedan después de la
desesperación. Entonces, ¡utiliza esas emociones como combustible para dar un paso
adelante! ¿Todavía tienes la voluntad de seguir avanzando? La democracia no progresará sin
aplastar completamente a la clase noble del continente. Deberías ser muy consciente de ello.
¿¡Dejarás que eso te detenga!? ¿¡Todavía quieres hacer un mundo para el pueblo!?" Erica
levantó su báculo de obispo en alto, avivando las emociones de su público con sus preguntas.
"¡Quiero seguir adelante!"
"¡Queremos seguir adelante!"
“Pero ¿¡cómo podemos!?"
"¿¡Tenemos el poder de hacer algo así!?"
Los que la escuchaban levantaron la voz.
"¡Ustedes lo tienen! Les dije esto: ¿creían que podrían escapar tan fácilmente después de
armar semejante alboroto en terreno enemigo? Así que no te preocupes: ¡me tienes a mí
contigo! ¿Pueden creer en mí? ¿¡En mí, y en los milagros que he realizado hasta ahora!?"
"¡Por supuesto!"
"¡Sin duda!"
"¡Creo!"
"¡Creeremos en ti!"
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"¡Yo también!"
Las voces se fueron animando poco a poco.
"¡En ese caso, hoy les mostraré otro milagro! Pensaba guardar mi poder para invadir las
naciones importantes, pero no se puede evitar. Una nación importante ha pisoteado nuestro
suelo".
Con el báculo de obispo en la mano derecha, Erica extendió los brazos y miró al cielo.
"¡Protector de los débiles, del pueblo, de esta nación! ¡La mayor bestia divina, la bestia
guardiana, protegerá al pueblo y matará todo el mal! ¡Ahora es el momento del juicio! ¡Te
convoco, bestia de la tierra!"
Una sombra gigante cubrió inmediatamente el patio interior como una nube.
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Capítulo VI – Bestia De La Tierra
Ocurrió justo cuando Rio salió volando de Ericaburgo con Aria en brazos. Había visto a
Aishia y Liselotte escondidas detrás de una roca en el páramo al sur de la capital, cuando-
"¿¡Qué!?" Rio sintió un extraño aumento de la esencia mágica detrás de él. Se giró hacia la
capital, aterrado.
"¿Qué... es eso...?"
"Qué..."
Rio y Aria se quedaron sin palabras.
"..."
Los dos que estaban en el suelo también pudieron verlo; Liselotte se encogía con la
respiración contenida, y Aishia lo miraba con una expresión sombría.
Todos miraban a una bestia de cuatro patas que era tan alta que hacía que el enorme
wyvern negro con el que Rio había luchado una vez pareciera pequeño en comparación.
En un espacio de cien metros de diámetro, las partículas de luz se reunían para formar una
forma como la de un espíritu que se materializa.
No era exactamente igual, pero su forma se asemejaba a la de un toro de lidia robusto y

feroz. La mayor parte de su exterior estaba cubierta por una superficie rocosa, y de su parte
trasera se extendían tres colas retorcidas con forma de cabeza de serpiente. Era una criatura
más allá de este mundo, una bestia mítica.
Una vez que la bestia de cuatro patas se materializó en el aire, permaneció flotando y
observó a Rio y Aria desde un kilómetro de distancia. Sus ojos estaban llenos de un odio que
no podía describirse como simple rabia.
"¡ROOOOOOOOOOOH!" Un intenso rugido de furia sacudió el aire de toda la nación.
¡Haruto...!
La voz de Aishia se alborotó de forma inusual.
Sí, ¡esa cosa es mala! respondió Rio mientras descendía rápidamente hacia ella.
"¡Tienen que evacuar inmediatamente!" Desenfundó su espada, dando una orden a los tres
con una mirada de indisimulado pánico.
◇◇◇
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Mientras tanto, en los cielos de Ericaburgo, lo suficientemente alto como para que la bestia
de cuatro patas parezca de tamaño minúsculo...
Ese es un rugido que no se ha escuchado en mil años...
Reiss observó cómo se materializaba la bestia cuadrúpeda.
La santa ha despertado después de todo. Eso significa que ha obtenido el derecho a entrar
en el dominio de la trascendencia, por una vez.
Su mirada era bastante seria.
No esperaba que lo hiciera en este combate, pero... Ahora que las cosas han llegado a esto,
es el momento de ver cuánto puede luchar el Caballero Negro contra una bestia divina.
La feroz batalla comenzaría inmediatamente después.
◇◇◇
"¡Los tres tienen que evacuar inmediatamente!"
Justo cuando Rio dio su orden, la bestia de cuatro patas-no, la "bestia de la tierra", como la
llamaba Erica, miró a Rio y a los demás en el suelo, antes de que un poderoso caparazón de
esencia mágica apareciera en su boca. La esencia condensada tenía unos treinta metros de
diámetro.
¡Esto es malo! Rio envió inmediatamente su esencia a su espada.
"¡Hah!" La bestia liberó su caparazón de esencia.
"Oh..." Antes de que Liselotte se diera cuenta, el caparazón se estaba cerrando ante sus
ojos, y no pudo hacer otra cosa que temblar. Ni siquiera podía reaccionar. Mientras tanto, Aria
tiró de Liselotte hacia ella para cubrirla.
"Está bien", dijo Aishia al mismo tiempo que Rio blandía su espada. La hoja se enroscó en
un viento feroz, como una tormenta.
"¡Oh!"
El viento que se liberó con un tajo diagonal desde abajo a la izquierda hasta arriba a la
derecha cortó el caparazón de esencia. No fue suficiente para reflejar el disparo, pero sí para
desviarlo. El disparo redirigido aterrizó a varios cientos de metros detrás de ellos en el páramo,
explotando con una tremenda onda expansiva. Hubo suficiente impulso para que un tifón
alcanzara la posición en la que Rio y los demás se encontraban.
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"Gah..." Liselotte se tambaleó en su sitio, pero Aria sostuvo su cuerpo. Los fragmentos de
tierra rota del centro de la explosión también volaron hacia ellos. Rio se dio cuenta, pero antes
de que pudiera moverse, Aria creó un muro de viento para alejar las rocas de ellos.
"Los bloquearé".
De repente, la bestia comenzó a volar a una velocidad impensable para su enorme tamaño.
Se dirigió hacia Rio y los demás fuera de la ciudad. O eso parecía, cuando giró a la derecha y
puso un kilómetro de distancia entre ellos, pero sólo durante unos segundos. La velocidad de
movimiento de la enorme bestia había hecho temblar la atmósfera, creando un violento viento.
Una nube de polvo se levantó de la tierra, pero también fue bloqueada por el muro de Aishia.
¿Cambió de lugar? Pero ¿por qué?
Rio no estaba seguro de la razón por la que la bestia se había movido. Sin embargo, no
tenía ninguna información, por lo que no podía hacer una conjetura.
"¡Vrah!" La bestia de la tierra abrió su boca una vez más, y una tremenda cantidad de
esencia mágica se reunió de nuevo. Esta vez, era claramente más potente que el primer
disparo.
Con esa cantidad de esencia mágica, el ataque iría más allá de lo imaginable...
Si se movía precipitadamente, podría no ser capaz de proteger a todos. Con ese juicio, Rio
instantáneamente gritó con una voz más fuerte que antes. "¡Una vez que bloquee el segundo
disparo, Aishia se llevará a los dos y huirá hacia el sur! Corran hasta que sientan que es
seguro".
Al mismo tiempo, refinó su propia esencia para hacer frente al ataque de la bestia.
Sacó más de su poder que antes. La esencia, que normalmente no podía ser vista por los
humanos normales, se había hecho visible, pero no tenía muchas esperanzas.
¿Realmente puedo bloquear esto...?
Así de grande era la esencia que condensaba la bestia. Rio no tenía la confianza en sí
mismo para igualar eso.
"Eso es..." Al ver la luz pura de la esencia mágica fluyendo del cuerpo de Rio, los ojos de
Liselotte y Aria se abrieron de par en par.
"Haruto, bloquearé el primer disparo contigo", dijo Aishia desde detrás de Rio.
"Muy bien... Por favor, usa toda la esencia mágica que tengan. Yo iré primero, tú te unes
cuando hayas acumulado suficiente esencia", respondió Rio sin mirar atrás.
"De acuerdo". Aishia asintió y abrazó a Rio suavemente por detrás.

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"..." Liselotte y Aria observaron aturdidas.
El camino entre ellas permitió que la esencia que dormía dentro de Rio se transfiriera a
Aishia. Muy pronto, el cuerpo de Aishia también rebosaba de esencia visible para el ojo
humano.
Justo cuando los dos aumentaron su esencia al máximo, la bestia de la tierra terminó de
preparar su ataque.
"Está bien. Puedes protegerlos, Haruto", dijo Aishia en voz baja, susurrando al oído de Rio.
"Gracias..."
Eso permitió a Rio recobrar el sentido común, recuperando parte de su confianza. Para no
entorpecer los movimientos de Rio, Aishia dio un paso atrás y lo soltó. Inmediatamente
después...
"¡RAAAAAAAAAH!" Un grito desgarrador sacudió el aire. De la boca de la bestia de la tierra

se liberó pura energía destructiva. Energía que podía desintegrar todo material que tocara, sin
dejar ni siquiera polvo.
"¡Haaah!" Contra semejante oponente, Rio intentó neutralizar el ataque con su propia
energía destructiva. Dos haces de luz destructiva chocaron entre sí junto a las afueras de la
ciudad.
"¿Qué...?" Con Liselotte en brazos, Aria se mantuvo firme usando su cuerpo físicamente
mejorado.
"¿Están... igualados?" Liselotte entrecerró los ojos para ver lo que estaba pasando. Sin
embargo, no podía procesar la situación en absoluto; su visión estaba cegada de blanco por
la colisión de luz y luz. Teniendo en cuenta que el ataque no les había alcanzado, debían ser
capaces de competir entre sí...
"No lo sé. Es muy difícil de decir, pero..."
Aria tampoco podía saber qué estaba pasando. Le costó todo lo que tenía sólo para evitar
que salieran volando por los aires.
"¡De acuerdo! ¡Sólo podemos creer en ellos!" Liselotte cerró los ojos en oración, aferrándose
a Aria.
La situación actual era como un juego de empuje de ida y vuelta. En otras palabras, quien
no fuera capaz de mantener su ataque primero perdería el empuje.
No importaba cuánta esencia mágica durmiera en el cuerpo de Rio, activar las artes y
mantener su activación requería la acción de refinar la esencia y liberarla del cuerpo.
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Era imposible que incluso Rio mantuviera un arte de esta envergadura durante un periodo
de tiempo prolongado. Su límite se acercaba por momentos, pero Rio no estaba solo en este
momento.
"Ya tengo suficiente esencia. Vamos a empujarla, Haruto", resonó la voz de Aishia. Se puso
al lado de Rio y liberó su energía acumulada. Para un observador, habría parecido que el rayo
de la bestia de la tierra estaba ganando contra el de Rio, pero al combinar sus energías, Rio y
Aishia inclinaron la balanza del destino a su favor en un solo momento. El rayo de la bestia de
la tierra fue repelido en un instante.
"¿¡AAAAAA!?" El arte espiritual de los dos envolvió a la bestia de la tierra.
"¡Ahora!" Rio gritó.
"¡De acuerdo!"
Aishia se dio la vuelta, agarrando a Liselotte y Aria juntas. Luego aceleró en una sola ráfaga
de artes espirituales de viento.
"¡Oh!"
"Ugh..."
El cuerpo de Aria se fortaleció a través de su espada encantada, pero las fuerzas

gravitacionales fueron bastante dolorosas para el cuerpo desprotegido de Liselotte.
Sin embargo, esa velocidad era necesaria para escapar. Mientras Rio seguía manteniendo
el ataque, Aishia se llevó a Liselotte y a Aria lejos de la escena tan rápido como pudo.
◇◇◇
Mientras tanto, los que estaban en el centro de la ciudad pudieron observar la colisión de
esencia mágica entre Rio y la bestia de la tierra. Aunque se encontraban a bastante distancia
de la muralla exterior, los proyectiles de luz de varias decenas de metros de diámetro eran lo
suficientemente calientes como para bañar la ciudad en un viento caliente.
"Wh-Whoa..."
Los reunidos en el jardín del edificio gubernamental se quedaron continuamente sin

palabras ante el increíble espectáculo.
¿Qué...? ¿Qué significa esto? ¿Cómo pudo la bestia divina perder en poder? No debería
haber ningún humano lo suficientemente fuerte como para detener a la bestia divina. ¡Esto no
está bien!
La situación fue inesperada también para Erica, cuyos ojos se abrieron de par en par. Para
que conste, "bestia divina" era el otro nombre con el que Erica se refería a la bestia de la tierra.
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Sinceramente, ella había pensado que las cosas se acabarían con el primer ataque. Esa
era su intención cuando la invocó. Sin embargo, había necesitado un segundo ataque aún más
fuerte. Y justo cuando creía que había terminado esta vez, por alguna razón un ataque más
fuerte volvió a disparar.
De acuerdo con sus expectativas, Erica debería estar alegrándose por la derrota del
formidable enemigo de las afueras de la ciudad en este momento.
¿Está diciendo que la fuerza de este chico es igual al poder de una nación importante? No
había manera de que pudiera esperar esto. ¿Cuántas personas en una nación importante
tienen este nivel de fuerza?
¿Y si hubiera varias personas así?
Puede haber situaciones difíciles para que yo gane unilateralmente en el futuro. ¿También
es un héroe? ¿Es así como obtuvo un poder igual al mío? Si es así, mi plan puede verse
obligado a desviarse.
Muchas preguntas pasaron por la mente de Erica.
"Debo confirmarlo por mí misma", murmuró, y comenzó a caminar hacia la puerta de la finca.
"Por favor, espere, Santa Erica". Andrei recobró el sentido y la llamó.
"¿Qué pasa, Andrei?"
"¿A dónde vas?"
"A supervisar el combate con mis propios ojos".
En el momento en que Erica pronunció eso, los sonidos de desesperación vinieron de los
que estaban alrededor del jardín.
"¡Ah! ¡Aaah!"
El haz de luz de Rio y Aishia había envuelto a la bestia de la tierra.
"¡Agh!"
"¡Eek!"
"¡Nuestra bestia guardiana!"
"¡Se acabó!"
Todos se agacharon asustados, gritando de sorpresa. Estaban completamente convencidos

de que la bestia guardiana había sido derrotada.
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"¡Cálmense todos! ¿No creen en mí, en el milagro que he creado?"
Erica golpeó el extremo de su báculo de obispo contra el suelo, llamando a todos. La

conmoción se calmó inmediatamente cuando sus miradas se centraron en ella.
"Pero la bestia guardiana, la bestia de la tierra ha..." Andrei dijo en nombre de los demás.
Su rostro estaba pálido como una sábana mientras miraba hacia donde estaba la bestia divina.
El rayo que Rio había soltado ya se había desvanecido, pero una tremenda nube de polvo les
bloqueaba la vista en su lugar.
"Está bien, la bestia guardiana no será derrotada, así como así", afirmó Erica con decisión.
"Sin embargo, puede que haya juzgado mal el poder de una nación importante. Por eso quiero
verlo con mis propios ojos. Si es necesario, acabaré con las cosas con mis propias manos. No
me detengas".
"¡En ese caso, yo también iré!"
Andrei inmediatamente trató de seguir a Erica cuando se fue, pero-
"Andrei, tú eres el primer ministro. Toma el control de la ciudad en mi lugar. Puedes ayudar
más haciendo eso que siguiéndome".
"Yo... entiendo".
Andrei fue amonestado por Erica. Se mordió el labio y asintió con frustración.
"¡Entonces, por favor, permítame acompañarle en el lugar del señor Andrei!" ofreció Natalia
con firmeza.
Erica suspiró con fuerza. "Su vida puede correr peligro... ¿Estás preparada para ello?",
preguntó.
"¡Estoy preparada! Estoy dispuesta a sacrificar mi vida por ti, Santa Erica. ¿Cuándo voy a
luchar si no es ahora?"
Natalia expresó su deseo de luchar sin miedo. Entonces...
"¡Eso es!"
"¡Yo también iré!"
"¡Yo también!"
"¡Y yo!"
"¡Por favor, permítanos ir!"
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Los soldados se pusieron de acuerdo.
"Bien... Sin embargo, debemos movernos lo más rápido posible. Sólo aquellos que puedan
encantar sus habilidades físicas y mantener el ritmo como Natalia pueden venir. Permitiré que
seáis diez como máximo: lucharéis si es necesario. Yo iré primero". Erica parecía tener prisa,
ya que empezó a correr sin añadir nada más.
"¡Augendae Corporis!"
Natalia usó el artefacto mágico alrededor de su brazo para aumentar sus habilidades físicas
y comenzó a seguir a Erica. Los demás corearon el hechizo tras ella y las persiguieron en
grupos dispersos.
◇◇◇
Después de confirmar que Aishia había llevado a Liselotte y Aria lo más lejos posible de él,
Rio miró a la bestia de la tierra en lugar de huir tras ellas.
La esencia mágica de este tipo no se ha debilitado en absoluto.
Como retaguardia, Rio comenzó a refinar su propia esencia una vez más en preparación
para un ataque de seguimiento de la bestia, oculta como estaba por la enorme nube de polvo
de destrucción.
Tengo que derrotar a esta cosa aquí. No puedo permitir que se acerque al Reino de Galarc.
Puede que haya podido huir con Aishia, pero Rio tenía una razón para quedarse aquí y
luchar.
"¡Rah!"
De repente, tres haces de luz salieron disparados de la nube de polvo. Cada rayo era mucho
más débil que los proyectiles que se habían disparado hace un momento, pero incluso
entonces eran suficientes para quemar el suelo que tocaban. Cada rayo de luz se acercó al
punto en el que estaba Rio.
"¡Ah!" Rio echó a correr, utilizando las artes del espíritu del viento para acelerar en una sola
ráfaga. Se deslizó bajo los rayos de luz y se acercó a la bestia. La nube de polvo que cubría a
la bestia se disipó con el viento.
Sin daños, eh...
Rio frunció el ceño. La forma de la bestia era exactamente la misma que cuando Rio la vio
por primera vez. Las tres colas con cabeza de serpiente eran las que habían disparado los tres
rayos de luz. Cada cola se balanceaba como si tuviera una mente propia mientras apuntaba a
Rio.
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Fue un gran golpe saber que el ataque anterior no había dejado ni un rasguño, pero Rio
siguió adelante sin dudar. Que estuviera asustado no significaba que pudiera huir.
Se escabulló de la lluvia de rayos de luz y acortó la distancia con la bestia, creando varios
orbes de luz a su alrededor, cada uno de los cuales medía unos diez metros de diámetro.
Luego los envió volando hacia la bestia.
Cada uno de ellos tenía potencia suficiente para derribar el muro de un castillo con un
impacto directo, pero al ver que estaba ileso tras la anterior batalla de luz, no tenía muchas
esperanzas.
Dudo que un ataque de este nivel tenga algún efecto, pero...
Cuando las colas de serpiente vieron acercarse los orbes de luz de Rio, cambiaron la
trayectoria de sus alientos para cortar los orbes.
¿Bloqueó los orbes de luz? ¿Significaba eso que un golpe directo habría causado daños?
Ese fue el pensamiento que pasó instantáneamente por la mente de Rio.
...Quiero ver lo que pasa cuando un ataque golpea.
La escala de sus primeros ataques había sido tan grande que no había podido confirmar
visualmente el impacto directo. La nube de polvo se había despejado hasta lo que parecía una
bestia ilesa, por lo que pensó que no había logrado dañarla. Pero ¿por qué iba a necesitar
defenderse si era así?
En ese momento, la distancia entre los dos bandos era de menos de cien metros. La
diferencia de tamaño entre ellos era como la de un humano mirando a un castillo.
"¡Rah!" La bestia levantó una pata delantera y la golpeó hacia abajo en un intento de aplastar
a Rio, e inmediatamente sonó como si una enorme explosión hubiera estallado. El área
alrededor del punto de contacto fue doblada hacia arriba por la onda de choque, sacudiendo
todo el entorno.
Si hubiera dado un golpe directo, incluso un humano con un cuerpo físicamente mejorado
habría muerto al instante, pero...
"..."
Con su espada en alto, Rio se había movido por encima de la cabeza de la bestia. Mientras
flotaba con sus artes espirituales, dio un golpe directo contra la parte posterior de su cabeza
con una hoja revestida de viento...
"¿¡URAH!?" La bestia tropezó, cayendo hacia el suelo.
¿Así que puede ser dañada después de todo...?
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Rio vio claramente que el ataque fue un golpe directo, confirmando que la parte trasera de
su cabeza estaba abierta. Sin embargo, pudo ver cómo la herida se curaba limpiamente ante
sus ojos. Esto le hizo dudar de si contaba o no como un verdadero daño.
"Guh".
En lugar de la cabeza que fue lanzada fuera de balance, las tres cabezas en el extremo de
sus colas chasquearon a Rio en su lugar. Rio esperó hasta el último momento para ver a través
de los movimientos anormales de las colas, entonces se retorció en el aire para evitar el
ataque.
"¿Vrah?"
Aterrizó sobre una de las colas y pasó la punta de su espada de arriba a abajo, recorriendo
la cola. Se abrió como un corte de bisturí limpio.
Tal vez podía sentir dolor. Un rugido chirriante llenó los oídos de Rio, pero la herida ya se
estaba cosiendo sola.
Las otras dos colas se rompieron, tratando de tragarse a Rio y a la cola sobre la que estaba.
"¿¡Gwah!?" La cola mordida se retorció de dolor. Las otras dos colas parecían creer que
habían mordido a Rio, ya que masticaban furiosamente.
Sin embargo, Rio ya había saltado a la espalda de la bestia. Observó a las colas y les lanzó
dos enormes orbes de fuego, que impactaron directamente en las cabezas de las colas.
"¡GWAAAH!" Las dos colas dejaron de masticar al verse envueltas en fuego y comenzaron
a sacudirse para apagar las llamas. Al mismo tiempo, Rio puso más esencia mágica en su
espada.
"¡Haaah!"
Aceleró a lo largo del lomo de la bestia con las artes del espíritu del viento, corriendo hacia
su retaguardia. Al acercarse a las colas, lanzó un tajo de luz de más de diez metros de ancho,
cortando las tres colas en la base. Luego saltó de la parte trasera de la bestia e inmediatamente
se volvió para comprobar el estado de la herida.
¿Qué te parece...?
Las tres colas estaban decapitadas. Sin embargo, las tres seguían moviéndose y
comenzaron a volar como wyverns de cuerpo largo. Además, las tres se estaban curando
automáticamente del daño que Rio les había causado.
"Ngh..." Las colas dispararon rayos láser desde sus bocas hacia Rio. El cuerpo principal de
la bestia también miró a Rio y liberó cinco rayos de luz de su boca. Cada uno tenía tanta
potencia como los rayos que salían de las colas.
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Un total de ocho rayos de luz intentaron atravesar el aire y cortar a Rio. Rio cambió el rumbo
de sus movimientos y saltó, evadiendo los ataques.
Era difícil evadir ocho rayos a corta distancia, así que se distanció por ahora. Se detuvo a
alrededor de un kilómetro de la bestia, pero a esta escala de tamaño todavía se sentía cerca.
Separarlo del cuerpo y permitirle moverse libremente es básicamente aumentar el número

de enemigos. No habría fin a cosas como esta...
Definitivamente estaba haciendo daño con ataques de cierta escala. Pero la

autorrecuperación instantánea estaba anulando ese daño. Hasta este momento, Rio había
estado haciendo daño de forma unilateral, pero era difícil decir que la batalla estaba a su favor.
Difícilmente podría llamarse un combate parejo.
Si me golpean una sola vez, tendré problemas.
Ocho haces de luz disparaban a Rio sin cesar, y evadirlos todos era mentalmente agotador.
¿Qué podía hacer? ¿Cómo podría prevalecer?
¿Qué es esta cosa? Apareció de repente en el cielo de la ciudad. ¿Un espíritu? ¿Pero
pueden los espíritus tener tanto poder cuando no tienen forma humanoide? La santa lo está
controlando... ¿verdad? Si su poder secreto es controlar la tierra, ¿cómo puede crear criaturas
como esta? ¿Cuál es la habilidad oculta en su Arma Divina?
Consideró las posibilidades de la identidad de la bestia para encontrar sus debilidades, pero
no pudo llegar a una conclusión. Rio se devanaba desesperadamente los sesos mientras
esquivaba los rayos.
No veo el fin de esa capacidad de regeneración, pero... ¿Debería intentar hacer otro ataque
al cuerpo? Si puedo decapitar a la propia bestia...
Una idea llenó su cabeza: no había criatura que pudiera vivir con la cabeza cortada. El
corazón era otro punto débil de una criatura viva, pero era difícil saber dónde se encontraba el
corazón en un cuerpo tan enorme. Por eso apuntaba al cuello, tal vez pudiera derrotarlo así.
Eso esperaba.
Sin embargo, para hacerlo, tendría que esquivar los ocho rayos de luz y acercarse de nuevo
al cuerpo. Ya le costaba mucho evadirlos a esta distancia, así que sería aún más agotador
acercarse.
Además, por la regeneración que había observado hasta ahora, no había garantía de que
decapitarlo fuera suficiente para derrotarlo. Justo entonces...
¿Es esa... la santa?
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Divisó a Santa Erica saliendo por la puerta de la ciudad. Había venido corriendo desde la
finca oficial con su cuerpo realzado por sus Armas Divinas. Natalia y los demás, que sólo
podían usar el encantamiento de habilidad física más débil, aún no habían llegado.
¿Esta bestia está siendo controlada por ella después de todo?
La bestia era tan grande que no sería extraño que la ciudad se viera afectada por sus
ataques, pero hasta ahora había salido completamente ilesa.
Si ella es la que la controla...
A Rio se le ocurrió una posibilidad. Quizás si la santa muriera, la bestia también

desaparecería. Si la santa tenía el control, entonces era una posibilidad. De hecho, basándose
en la situación, estaba casi seguro de ello.
La batalla sólo empeoraría para él a este ritmo. Y si la santa podía controlar a esta bestia,
podría hacer que atacara al Reino de Galarc.
No había más remedio que intentarlo.
Rio se preparó. Rápidamente modificó su rumbo para descender sobre la santa junto a la
puerta de la ciudad, y tampoco descuidó seguir refinando esencia mágica en su cuerpo para
hacer frente a los ataques de la bestia. Estaba enviando esencia a su espada incluso mientras
evadía los ataques.
Justo en ese momento, el rayo de luz dirigido al descenso de Rio se desvió hacia el cielo.
Los ocho rayos comenzaron a evitar a Rio. Era como si estuviera evitando activamente causar
cualquier daño a la ciudad.
¡El ataque de la bestia falló! ¡Lo sabía! La hipótesis en la cabeza de Rio cambió a una
certeza.
"..." Erica observó a Rio descender con una inquietante sonrisa en su rostro. Había más de
un kilómetro de distancia entre ellos, pero ahora mismo Rio se movía a una velocidad que
superaba los límites de su cuerpo. A su velocidad, podría cerrar esa brecha en menos de diez
segundos, incluso moviéndose erráticamente para esquivar los ocho rayos de luz.
Sin embargo, la bestia divina no iba a dejar que Rio se acercara a Erica sin luchar. El cuerpo
principal y las tres colas se movieron con pasos ligeros impropios de su enorme tamaño,
interponiéndose en el camino de Rio para proteger a Erica y a la ciudad.
¡Qué rápido...!
La velocidad de la bestia divina estaba a la altura de la de Rio. Su enorme cuerpo, que

medía fácilmente más de cien metros, podía desplazarse rápidamente. El viento que soplaba
a su alrededor era como una tormenta. Pero su direccionalidad parecía estar controlada, ya
que enviaba una fuerte contracorriente en dirección a Rio.
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Era el momento de la verdad. Si retrocedía aquí, la bestia divina interferiría para proteger a
Erica, sin dejar ninguna esperanza de mejorar la situación. Dejar que se posicionara ante la
ciudad significaba que los movimientos de la santa y su bestia se verían restringidos. Utilizarían
ataques más feroces para alejar a Rio de la ciudad, dificultando aún más su aproximación.
Por lo tanto, este momento en el que su oponente acababa de pasar a la defensiva era su
mejor oportunidad. Rio activó sus artes espirituales para interferir con los vientos tormentosos
que soplaban contra él. Repelerlo requeriría una enorme cantidad de esencia mágica, pero no
podía usar su esencia en exceso si quería acabar con el cuerpo principal de la bestia.
En otras palabras, tenía que asegurar una ruta de vuelo y abrirse paso. Rio reforzó la barrera
de viento a su alrededor con esa imagen en mente.
Su velocidad hacia la bestia divina aumentó aún más. Cuanto más rápido iba, más se
enderezaba su trayectoria, pero quería acortar la distancia antes de que su oponente pudiera
prepararse lo más posible.
"¡Grah!" El cuerpo principal de la bestia divina reanudó repentinamente el disparo de su rayo

de luz. Las tres colas también se movieron cerca, escupiendo sus láseres para bloquear la
aproximación descendente de Rio.
"Ugh..."
Para evadir los ocho gruesos haces de luz, Rio comenzó a moverse en una línea en zigzag.
Pero los movimientos erráticos, además de su velocidad máxima, eran una gran carga para su
cuerpo, y su cara se retorcía de dolor.
Las fuerzas g de su aceleración ya eran lo suficientemente fuertes; era evidente que los
movimientos acrobáticos adicionales harían más pesada esa carga. Sin embargo, no conseguir
esquivar un ataque significaría la muerte instantánea. Rio mantuvo su velocidad mientras tejía
entre las vigas, acercándose al cuerpo principal de la bestia.
La distancia a la bestia divina era de menos de cien metros. Sólo habían pasado tres o
cuatro segundos desde que Rio comenzó a acercarse. Cuanto más se acercaba a la boca de
la bestia, más se fusionaban los haces de luz para formar un grueso láser.
Se tragó a Rio... o eso parecía. En el siguiente instante, utilizó un arte de espíritu de viento
para forzar su trayectoria en un ángulo de 90 grados.
"Ngh..." Las mayores fuerzas de la batalla fueron puestas en el cuerpo de Rio. Pero gracias
a eso, fue capaz de evadir el ataque.
Se había movido a una posición adecuada para cortar la cabeza de la bestia. Todo lo que
quedaba era acercarse más rápido de lo que la bestia podía reaccionar.
"¡Haaah!"
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Un tajo brillante de varias decenas de metros de largo salió disparado hacia el cuello de la
bestia. Se necesitaba una cantidad considerable de esencia mágica para cortar el cuello de un
enemigo tan grande. Por lo tanto, el ataque contenía toda la esencia que había acumulado
hasta ahora en una sola ráfaga.
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¿Qué te parece?
Volvió su atención a la bestia divina para observar el resultado, aterrizando en el suelo cerca
de ella. Al mismo tiempo, mantuvo la guardia contra Santa Erica detrás de la bestia.
Inmediatamente después, la bestia perdió fuerza en todas sus patas y se desplomó. Un

tiempo después, las tres colas que flotaban en el aire cayeron al suelo. Aterrizaron con un
impacto tremendamente fuerte.
¿Lo he derrotado...?
Rio comprobó que la esencia mágica que la bestia divina esparcía por los alrededores se
había desvanecido de golpe.
"..."
El retroceso al impulsarse para volar por todas partes desequilibró a Rio, estropeando su
intento de atacar a la santa mientras aterrizaba.
Sin embargo, pronto sintió una presencia acercándose por su lado y reajustó su espada.
Quien se acercaba a él era Erica, la santa.
"Guh..." Rio hizo una leve mueca mientras atrapaba el bastón de Erica con su espada.
"Bravo... Has captado mi interés. He venido porque quería hablar", dijo Erica, observando a
Rio con una mirada evaluadora. Su expresión era totalmente seria.
"Estas no fueron las acciones de alguien que quiere hablar..." Rio murmuró con amargura.
"No, realmente quiero hablar. Sinceramente, esa bestia era muy especial para mí".
"Eso espero. Más vale que no haya más de esas cosas".
"Podría devolverte esas palabras. Si hay más monstruos como tú por ahí, mis planes se
arruinarán. Eso es lo que quería comprobar".
"¿Tus planes...?"
"¿Te gustaría saberlo? Si es así, ¿qué tal un intercambio de información?"
"¿Qué pides a cambio?"
"Sólo hay una cosa que deseo saber. Me preguntaba si eras un héroe, pero... bueno, eso
ya no importa. ¿Hay más gente como tú en las principales naciones? Gente que pueda luchar
con esa bestia por sí misma".
"...No tengo intención de responderte sin escuchar lo que tienes que ofrecer a cambio".
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"Puedes preguntar lo que quieras, ya sea sobre mis planes o sobre esa bestia. Pero sólo
intercambiaré una información. Responderé a preguntas concretas con respuestas concretas,
pero una pregunta abstracta puede obtener una respuesta abstracta. Así que, por favor, cuida
la redacción de tu pregunta".
"¿Cómo puedo estar seguro de que dices la verdad?"
"No puedes. Pero puedo prometer que no mentiré. Y me gustaría que tú hicieras la misma
promesa. Necesito saber la verdad, después de todo". Erica tenía una expresión muy seria.
"...Bien. Lo haré". Rio también tenía muchas cosas que quería preguntar. Reducirlas a una
sola pregunta era bastante difícil, pero si tenía que elegir...
"Ya que fui yo quien propuso el intercambio, te permitiré preguntar primero como muestra
de buena voluntad. Por favor, adelante".
"Entonces... ¿De quién quieres vengarte?"
"Je... Jeje. Jejeje. Qué pregunta tan maravillosa. Bien, te diré la respuesta por esta vez",
dijo Erica como prefacio. "No tengo un objetivo específico. Es el mundo entero. Este mundo
fue creado por humanos insensatos. Si no fuera por este mundo, no habría muerto. Por eso
me vengaré de todo el mundo. Deseo ver este mundo destruido: ése es mi objetivo". Había
comenzado su discurso sin expresión, pero su rostro se fue llenando de odio a medida que
hablaba.
"¿Venganza del mundo?"
"No voy a responder a nada más. Por favor, responda a mi pregunta a continuación. ¿Hay
más gente como tú con la fuerza necesaria para luchar contra esa bestia que está ahí sola?"
preguntó Erica, mirando fijamente a Rio.
"¡Santa Erica!"
En ese momento, los diez soldados que seguían a Erica aparecieron desde el interior de la
ciudad. Natalia, que iba en cabeza, vio a Rio y a Erica apuntándose con sus armas.
Inmediatamente se movieron para proporcionar apoyo rodeando a Rio.
"Vaya, por fin todos se han puesto al día. Bien hecho. Buen momento". Erica habló
alegremente, elogiándolos por su fiabilidad.
"La situación ha cambiado. Supongo que el intercambio de información termina aquí".
"Por supuesto que no. Todavía no has respondido a mi pregunta. Perderé mi confianza en
la naturaleza humana si no cumples con tu mitad del trato".
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En otras palabras, la respuesta a cuánta gente había como Rio en las naciones más
grandes, que podía luchar sola contra una bestia divina. Erica lo miró fijamente en busca de
una respuesta.
"No lo sé todo sobre todos los reinos de ahí fuera, pero ya he luchado con el 'espadachín
más fuerte' de un reino vecino. Creo que habría luchado contra la bestia". Sin bajar la guardia
ante los soldados que le rodeaban, Rio se enfrentó a Erica con su mayor cautela. Dio una
respuesta de profundidad similar a la de ella.
"Ya veo. Es un alivio escuchar eso. Podemos terminar el intercambio de información aquí,
entonces. Parece que eres la única que se ha quedado atrás; estoy seguro de que tus amigos
ya se han llevado a Liselotte. Eso es un pequeño problema..." Erica dejó escapar un suspiro
preocupado.
"Podría decir lo mismo. Has declarado la guerra a Galarc mientras poseías semejante poder.
No puedo dejarte libre".
"Así que estás diciendo que quieres matarme".
"Preferiría no hacerlo, pero si no me dejas otra opción..."
Sería su último recurso. Si no, Rio y aquellos importantes para él serían asesinados en su
lugar.
No sabía nada de la bestia, así que no podía descartar la posibilidad de que la santa creara
otra. Tenía que impedir absolutamente que la santa invadiera Galarc con esa bestia a cuestas.
"Jejeje. Parece que tienes un buen concepto de mí. Sin embargo, yo pienso lo mismo de ti.
Ahora que te has enterado de mi secreto, no puedo permitir que vuelvas con esa información.
Sería problemático si causara que esas naciones principales tuvieran un sentimiento de
cautela. Pero apoyo que no hay manera de detener la fuga de información con Liselotte fuera.
Me hubiera gustado matarla como mínimo, pero eso no será una tarea fácil sin la bestia
divina..."
Erica suspiró como si estuviera realmente preocupada, y luego miró a los soldados que
rodeaban a Rio.
"Bueno, estoy segura de que todo saldrá bien", dijo, sonriendo con alegría.
"¿Qué...?" Rio la miró con desconfianza.
"¡Rah!" Una de las colas de la bestia divina que aún estaba dentro de su campo de visión
adquirió de repente un brillo en su ojo. A continuación, arrojó un rayo de pura energía
destructiva hacia Rio, la santa y los soldados.
"¿¡Eh!?"
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Con el fin de priorizar la velocidad de activación, el rayo era más débil y más limitado en el
rango de ataque, y por eso fue capaz de golpear a todos los presentes.
"¡Grah...!"
Rio había levantado un muro de viento en el momento en que detectó el aumento de la

esencia mágica, pero aun así recibió la energía destructiva de forma corporal. Fue incapaz de
bloquear todo el daño.
Además, su cuerpo salió despedido por los aires, haciéndole caer a varios metros de
distancia y rodar por el suelo.
¿No estaba muerto...? Y lo que es más importante, ¿la santa se atacó a sí misma con sus
aliados alrededor? Eso no puede ser... ¿No tiene ella el control de esa bestia?
Las preguntas se agolpaban en su cabeza mientras luchaba por mantener la conciencia.

Pero no había tiempo para pensar las cosas con tranquilidad.
"G-Guh..." Rio se puso en pie dolorido, mirando hacia donde estaba parado para ver qué
había pasado. El suelo estaba abierto y la tierra había volado por todas partes. Rio había sido
herido con su cuerpo mejorado físicamente tras una barrera de viento. No podía imaginar que
los soldados allí presentes estuvieran ilesos.
"Hehehe".
Justo entonces, con su báculo de obispo en la mano, Erica cargó contra Rio. Usó la espada
de su mano derecha para bloquearla por reflejo, pero-
"Ngh..."
El golpe contenía una tremenda potencia. En circunstancias normales podría haberlo

manejado, pero el daño que había recibido debilitó el control de su esencia, haciéndole perder
el empuje.
Ella también debería haber sido herida... ¿¡Cómo puede moverse tan bien!?
Erica también había sido golpeada por el ataque anterior, y su aspecto era bastante
desaliñado. Sin embargo, puso suficiente fuerza en su bastón para enviar a Rio volando hacia
atrás. Rio apenas logró saltar en la dirección opuesta y sofocar el impulso de su aterrizaje,
pero-
Mierda... Mis órganos internos fueron golpeados...
Con una tos, la sangre salió de la boca de Rio. Dio un salto hacia atrás mientras colocaba
su mano izquierda sobre el lugar que más le dolía.
"Tch..."
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El dolor le atravesó al aterrizar, haciéndole palidecer aún más.
"Pensé que podría derrotarte con eso, pero sobreviviste. Qué persona más aterradora".
Erica acortó la distancia hacia donde Rio volaba. Evidentemente, tenía la intención de
acabar con él mientras estaba debilitado.
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"Tú eres la aterradora... Ngh. ¿Por qué... harías eso a tus aliados...?" Rio tosió,
interrogándola con voz demacrada. El dolor que recorría su cuerpo le dificultaba refinar
cualquier esencia mágica. En el momento en que dejaba escapar su mente, se derrumbaba.
Su visión era borrosa; no estaba seguro de si se debía a la pérdida de conciencia o a la sangre
en sus ojos. No tenía esencia mágica para curarse. Lo único que podía hacer era mantener la
mejora de su cuerpo físico para ignorar los gritos de su cuerpo.
"Tú eres el que los ha matado".
"Qué..."
"Basta de hablar."
"Ngh."
Los movimientos de Rio eran claramente lentos, probablemente por el dolor. Él estaba
luchando para mantener el ritmo de los ataques de balanceo que no eran más que la velocidad.
Incluso así, de alguna manera se las arregló para ganar algo de distancia entre ellos.
"Ahora, date prisa y muere". Erica apuntó hacia donde Rio se encontraba y golpeó el suelo
con su bastón. Una onda de choque surgió del punto de impacto, haciendo volar la tierra. Rio
dio un gran salto hacia atrás para evitar el área de daño.
"Gah. Urk..." Rio tosió sangre mientras se movía enérgicamente. Los ataques de Erica
contra el suelo continuaron tres veces más.
"Qué terca". Erica trató de acercarse a Rio por impaciencia. Sin embargo...
Sería malo si esto se alarga. ¡Tengo que terminar aquí!
Era la oportunidad de Rio para contraatacar. Agudizó sus sentidos, preparándose para
asestar el golpe final en el momento en que ella se acercara.
"Se acabó". Erica dejó que la mejora de su cuerpo físico hiciera el resto de la conversación
y bajó su bastón antes de tiempo. Rio acabó blandiendo su espada con retraso. Podía sentir
que el daño en su cuerpo sobrepasaba el punto de lo que podía ignorar con una mejora física,
pero-
"¡Nn!"
Fue Rio quien predijo correctamente. Aprovechó el impulso del golpe descendente de Erica
y empujó su espada hacia abajo en la punta. El bastón del obispo se estrelló contra el suelo
con una fuerza tremenda, haciendo volar la tierra.
Previendo eso, Rio dio un enorme salto hacia adelante y utilizó su impulso para dirigir un
golpe de rodilla a la mandíbula de Erica.
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"¡Ah!"
Se aplicó suficiente fuerza a la mandíbula inferior de Erica para hacer volar todo su cuerpo
hacia atrás. Si no hubiera tenido su cuerpo mejorado, el hueso se habría hecho añicos,
rompiendo su columna vertebral en el cuello.
Fue un golpe con la suficiente fuerza como para noquear incluso a un cuerpo físicamente
mejorado. De hecho, Erica también se tambaleó por el daño, pero...
"..."
Mientras volaba hacia atrás, Erica balanceó su bastón de izquierda a derecha con su mano
dominante. Intentaba hacer volar a Rio, que aún no había aterrizado en el suelo tras recibir su
golpe. Rio parecía haber predicho que Erica seguía consciente, ya que la agarró del hombro
antes de que pudiera caer hacia atrás y la acercó, levantando su cuerpo. Para cuando soltó su
mano, estaba de nuevo en el suelo con los pies corregidos.
Por el contrario, Erica trató de empujar su bastón hacia delante con todas sus fuerzas
cuando Rio la soltó, pero acabó inclinándose demasiado hacia delante, tambaleándose sin
equilibrio.
"Ngh". Rio ignoró el dolor en sus órganos y aprovechó esa oportunidad para apuntar una
estocada a la espalda de Erica. Adivinando que iba a ser atacada por la espalda tras mostrar
por fin una abertura, Erica hizo girar su bastón hacia atrás sin mirar. Pero Rio pudo ver
fácilmente ese golpe.
Se detuvo a propósito justo fuera de su alcance, reanudando su avance después de que el

bastón terminara su movimiento completo.
"¡Ah!"
Se deslizó hasta su frente, aprovechando la amplia abertura de su movimiento para apuntar

su espada, clavándosela en el corazón sin dudarlo. A continuación, dio a la hoja un firme giro
con todas sus fuerzas.
"Guh... Gahah..."
A pesar de haber asestado el golpe definitivo, la cara de Rio parecía estar más cerca de la
muerte. Sin embargo, una vez que su espada se había hundido lo suficiente, la arrancó y se
alejó de Erica todo lo que pudo.
"Je. Heheh..." Erica había caído sobre una rodilla, pero su boca estaba torcida en una
inquietante sonrisa. La puñalada en su corazón tiñó rápidamente sus ropas de un rojo
sanguinolento. Por muy resistente que fuera la mejora del cuerpo físico, no se podía evitar la
muerte una vez que el corazón era atravesado.
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"Hah..." Rio estaba completamente sin aliento. Clavó su espada en el suelo y la utilizó para
sostener su cuerpo mientras se hundía en una rodilla, al igual que Erica.
Inmediatamente después, Erica se desplomó boca abajo en el suelo. "Hurk... Guh..."
Rio observó la figura de Erica en el suelo durante un momento antes de acercarse, mientras
tosía sangre. Luego se arrodilló junto a ella y la volteó, comprobando si tenía pulso.
Había una posibilidad de que estuviera viva, así que no podía bajar la guardia todavía.
Todavía tenía su cuerpo físico mejorado también.
No hay pulso... Está muerta. La bestia también ha desaparecido.
Con eso, toda la tensión de sus nervios se rompió como un hilo.
Todo se ha vuelto borroso... Esto es malo. Tampoco puedo respirar bien. Tengo que
curarme... y reunirme con Aishia...
Luchando por pensar, Rio se puso en pie tambaleándose y lanzó un arte espiritual curativo
con esencia mágica mal controlada. Luego, para reunirse con los demás, comenzó a caminar
hacia el sur.
Tras avanzar unos diez metros...
Ha...to... Yo... camino...
Pudo escuchar la voz de alguien.
¿Ai...shia?
Rio cayó de rodillas, mirando al frente aturdido. En ese momento, Aishia descendió ante él.
"Todo está bien ahora".
Lo abrazó suavemente, envolviéndolo en una luz sanadora.
"..."
Cuando Rio cayó inconsciente, Aishia lo levantó y voló hacia el sur.
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◇◇◇
Muy por encima de los cielos donde Erica yacía...
¿Qué es ese chico, realmente? Tiene mucha más fuerza de la que puede explicar un
contrato con un espíritu humanoide. Era capaz de enfrentarse a una heroína despierta, por
muy imperfecta que fuera.
Reiss se quedó mirando en la dirección a la que había volado Aishia durante un rato,
habiendo visto todo de principio a fin.
Aparte de eso, esta santa... ¿En qué estaba pensando...?
Esta vez, miró a Erica tumbada en el suelo, desconcertada.
Los humanos son difíciles de entender... pero da igual. Con el Caballero Negro volviendo
con vida, menos mal que tenía a Arein y a los demás a la espera.
Reiss sacó un cristal de teletransporte del bolsillo de su pecho...
"Transilio".
...y se dirigió a las afueras del Reino de Galarc.
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Epílogo
Unos minutos después de que Aishia se llevara a Rio, Andrei y los demás refuerzos salieron
corriendo de la ciudad. Descubrieron a una Erica ensangrentada tirada no muy lejos de la
puerta.
"¡A-Aaah! Santa Erica... ¡Santa Erica...!"
"¿Qué... ¿Qué debemos hacer...?"
Todos estaban devastados por su muerte. Todos estaban afligidos. Pero entre esas voces-
"No hay necesidad de preocuparse, todos".
Erica, manchada de sangre, se levantó de repente.
"¿¡Qué...!?"
Todos se quedaron sin palabras; era una reacción natural al ver que la persona que daban
por muerta se levantaba de repente. Todo su pecho estaba empapado de rojo, y había señales
de que una espada le había atravesado la ropa.
"¿¡Estás viva!? ¿P-Pero cómo? Toda esta sangre..." Andrei estaba desconcertado por la
cantidad de sangre que había en la ropa de Erica.
"¿No lo sabías, Andrei?"
"¿Saber qué...?"
"Una santa no puede morir sólo por ser apuñalada en el corazón".
"Qué..."
Incluso Andrei y los demás encontraron eso difícil de creer.
"Sólo estoy bromeando", río Erica, mirando a todos con una sonrisa cariñosa. "No puedo
morir todavía; aún tengo un papel que cumplir. Me alegro de volver a veros a todos, pero..."
Su rostro cayó de repente con tristeza.
"Lo siento... No pude proteger a Natalia y a los demás".
Agachó la cabeza y tembló, como si estuviera afectada por su propia impotencia.
"¿Qué ha pasado?" preguntó Andrei, pálido como una sábana.
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No había rastro de los soldados que habían perseguido a Erica en las cercanías. Andrei
podía adivinar vagamente el motivo, pero esperó las palabras de Erica.
Y, efectivamente...
"Él -ese espadachín- tomó como rehenes a Natalia y a los demás. Para derrotarme, él... les
apuntó... ¡Oh, fue terrible! ¡Ese chico! ¡Ese chico era tan cruel! ¡Un cobarde! No, fue mi culpa.
Yo... ¡no fui capaz de salvarlos a tiempo!" Erica se cubrió la cara con las manos y se afligió
con desesperación.
"Natalia y los demás están muertos... Los mataron..." Andrei y los demás refuerzos
enrojecieron de ira. Tras un momento de silencio...
"¡Qué despreciable!"
"¡Qué crueldad!"
"¡Qué cobarde!"
"¡El Reino de Galarc es cobarde!"
"¡Ese espadachín mató a Natalia!"
"¡Maldito sea!"
"¿¡Rehenes!? ¡Cómo se atreve!"
Su furia salió disparada en una violenta explosión. Una vez que se decidieron, no hubo
manera de detener su ira. No pudieron ser detenidos por nadie hasta que se convirtieron en
un alboroto.
"..."
Erica los observó con una fría mirada de desprecio.
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Historias Cortas De Bonificación
Sólo por un rato
El lugar era el pueblo de los espíritus, en la casa donde todos vivían juntos mientras Rio
estaba en el pueblo.
Una mañana en la aldea de los espíritus, en la casa donde todos vivían con Rio antes de
que todos regresaran a la región de Strahl...
Rio se despertó y salió de la casa para hacer su rutina diaria de entrenamiento. "Buenos
días, Sayo". Vio a Sayo blandiendo una espada de entrenamiento de madera ella sola.
"¡Ah! Buenos días, señor Rio".
"Parece que hoy eres el primero", dijo Rio tras comprobar que no había nadie más.
La rutina de entrenamiento matutino de Rio fue algo que empezó solo a una edad temprana,
pero después de llegar al pueblo de los espíritus, se le unieron Sara y los demás. Tras hacerse
mayor y volver a la región de Strahl, Miharu y Celia se unieron; ahora, tras reunirse con el
grupo de Sayo y Gouki, todos participaban juntos.
Sus rutinas estaban adaptadas a sus propias áreas de especialidad: Rio y Sara con sus
armas, Miharu con las artes espirituales y Celia con el control de la esencia mágica.
En el caso de Sayo, trabajó tanto en sus armas como en sus artes espirituales. Al parecer,
su entrenamiento había comenzado en su pueblo natal, pero el grupo de Gouki le había dado
un entrenamiento completo en su viaje al pueblo de los espíritus. Su crecimiento fue
impactante para Rio.
"¡Sí! Me desperté temprano. Acabo de empezar", respondió Sayo con energía, sonriendo
de oreja a oreja.
"Estás trabajando mucho. Me uniré a ti en la práctica del swing".
"¡Por favor, hazlo!"
Los dos blandieron sus espadas en silencio durante un rato. Pero varios minutos después...
"..." Sayo dejó de blandir y empezó a observar los movimientos de Rio, cautivada.
"¿Pasa algo...?" Al notar su mirada fija, Rio detuvo sus balanceos.
"¿Eh...? ¡Oh, no! Umm...!" Sayo jadeó y empezó a asustarse. "Es que pensé que tus
movimientos eran maravillosos...", admitió avergonzada.
"Es que estoy blandiendo mi espada con normalidad".
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True Flames Project
"¡No! Cuando te miro de reojo, tu espada se detiene tan rápidamente. Has borrado
perfectamente cualquier signo de tu movimiento. Ahora que el señor Gouki me está enseñando
el uso correcto de las armas, entiendo lo increíble que eres realmente..." Dijo Sayo, destacando
las habilidades de Rio.
"Ahaha. Gracias", dijo Rio tímidamente.
"N-No, en absoluto... Umm, ¿podría ver cómo blandes tu espada un poco más?" Sayo se
sonrojó y bajó la vista, con los ojos clavados en la cara de Rio.
"Claro, pero realmente no es tan impresionante". Rio asintió avergonzado y volvió a blandir
la espada. Dicho esto, no era el tipo de persona que se dejaba llevar por los nervios como para
estropear sus movimientos.
Y así, durante algún tiempo después de eso...
"..." Durante algún tiempo después de eso, Sayo envió a Rio una mirada acalorada
cautivadora mientras blandía su espada. Su rostro de perfil era precisamente el de una joven
doncella enamorada: era una mirada de pura felicidad. Mientras el momento entre ellos
continuaba, había alguien que los observaba en secreto y en silencio. Era el hermano mayor
de Sayo, Shin. Probablemente estaba examinando el ambiente en el aire por el bien de su
hermana. Tenía su propia espada de entrenamiento de madera en la mano, pero no se movió
de las sombras de los árboles.
"Si no es Shin. ¿Qué estás haciendo ahí?" Gouki llegó para participar en el entrenamiento
de la mañana y lo descubrió.
"No mucho..." Shin respondió torpemente.
"Hmm..." Gouki vio a Rio blandiendo su espada en la distancia, y a Sayo de pie junto a él.
Pareció darse cuenta de la situación sólo con eso.
"Jaja. Ya veo, ya veo", sonrió.
"He dicho que no es nada", espetó Shin para ocultar su vergüenza, y luego marchó hacia
Rio y Sayo.
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Un Intercambio Una Mañana
El día después de que Rio y Aria comenzaran su persecución de Santa Erica, los dos
utilizaron la casa de piedra como refugio. Era por la mañana, y Aria se había levantado
temprano para preparar el desayuno. Pero cuando salió de la habitación que le habían
prestado, fue recibida con el aroma de algo delicioso que salía de la cocina.
"Buenos días, Aria". Rio se había levantado antes que ella y había preparado el desayuno.
"Buenos días, señor Amakawa... Se ha levantado muy temprano". Aria parpadeó

sorprendida. Esperaba disminuir su carga de trabajo preparando ella misma el desayuno, pero
él lo había hecho primero.
"Siempre me levanto temprano para practicar con mi espada".
"Es una rutina maravillosa".
"Tú también te levantas temprano".
"Siempre tengo trabajo que hacer por la mañana, así que es un hábito para mí".
"Ya veo. Casi he terminado de preparar el desayuno, así que, por favor toma asiento", dijo
Rio, reanudando sus preparativos con los ingredientes.
"Si no te importa, me gustaría ayudar. De hecho, estoy dispuesto a preparar todas las
comidas para nosotros mientras estemos en este viaje..."
"Tú eres la invitada en esta casa, así que no hay necesidad de que lo hagas".
"Tú estás proporcionando el refugio, por lo que es justo que yo te pague haciendo el trabajo",
insistió Aria.
Rio se río "Bien... En ese caso, vamos a cocinar juntos. Me sentiría mal si me sentara y te
dejara hacer todo el trabajo", sugirió.
"Lo entiendo. Entonces te pediré un delantal".
Aria entró en la cocina y se puso uno de los delantales que había colgados. Así, Rio y Aria
hicieron el desayuno juntos.
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Elemental ☆ Alice
En Japón, en la escuela a la que asistían Amakawa Haruto y Ayase Miharu...
Una tarde de diciembre, Haruto y Miharu estaban visitando el aula donde el club de teatro
realizaba sus actividades. Habían sido convocados allí por Satsuki, un miembro del consejo
estudiantil. Satsuki y otros dos miembros del club de teatro les estaban esperando en la sala.
"Eh, así que nuestro club de teatro va a participar en la fiesta de Navidad de nuestro
preescolar".
Rio y Miharu escucharon la explicación de Satsuki.
"Sí. El preescolar está adscrito a nuestra universidad afiliada y no a nosotros directamente,

pero es lo mismo. Se enteraron de que teníamos un club de teatro, así que nos preguntaron si
podíamos celebrar una fiesta de Navidad para ellos."
"Ya veo. Entonces, ¿por qué nos llamaron aquí...?" Haruto ya tenía una vaga idea, pero
preguntó de todos modos.
"El director vino al consejo estudiantil con la petición. El club de teatro sólo tiene unos pocos
miembros, así que el consejo estudiantil también va a participar en la fiesta."
"¿Eso significa que vamos a aparecer en el escenario? Ni Mii-chan ni yo tenemos

experiencia actuando..." Dijo Haruto, intercambiando una mirada con Miharu.
"Sí, eso es lo que esperaba preguntar. Es una simple obra de teatro que se realizará frente
a niños pequeños, así que no tienes que sentirte demasiado presionado..."
¿Qué te parece? Satsuki miró entre Haruto y Miharu disculpándose.
"Por cierto. La profesora Celia y la profesora Aishia se unirán a nosotros de entre el

profesorado", añadió.
"Huh. ¿Qué tipo de obra será?"
"Hmm... Yo no he leído el guion, pero al parecer es una reproducción de un viejo guion de

hace unos años. En él aparecen personajes de todo tipo de cuentos de hadas que los niños
conocerían. La profesora Celia y la señorita Aishia están en el aula de al lado mirando los trajes
ahora mismo, pero..."
Justo cuando Satsuki hablaba, la puerta del aula se abrió y entró Aishia. "Profesora...
¿Aishia?"
"Vaya..."
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"Vaya, qué adorable..."
Miharu y Satsuki dejaron escapar sonidos de asombro al ver a Aishia, que había entrado
con uno de los disfraces de la obra.
"¿Es de Alicia en el País de las Maravillas?" preguntó Haruto.
"Sí. ¿Se ve bien?" Aishia miró a Haruto y ladeó la cabeza.
"Sí, mucho", asintió Haruto con firmeza. Realmente le quedaba bien.
"¿No es precioso?" Celia entró en la habitación después de Aishia y se unió a la

conversación.
"¿Eh? ¿No se ha probado ninguno de los trajes, profesora Celia?" preguntó Satsuki con una
sonrisa juguetona.
"No. Sólo fui a comprobar el estado de los trajes. No fui a probármelos".
"Entonces, ¿por qué la señorita Aishia está disfrazada?".
"Los chicos del club de teatro lo pidieron expresamente", explicó Celia con una sonrisa
irónica.
"Ah, ya veo... Pero los trajes son una parte vital de la obra, ¿no? ¿Por qué no vamos también
a echar un vistazo, Miharu? ¿Haruto?" Satsuki se volvió hacia los dos con un brillo curioso en
los ojos.
"Vamos a echar un vistazo, Haru-kun".
"Bueno... Claro, de acuerdo".
Miharu invitó a Haruto, un poco avergonzado, y todos juntos fueron a ver los trajes.
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Palabras Del Autor
Hola a todos, soy Yuri Kitayama. Gracias por leer Seirei Gensouki: Spirit Chronicles 18 -
Beast of the Land. Estoy seguro de que muchos de los que están leyendo este epílogo ya lo
saben, pero antes tengo que darles una noticia muy importante.
Seirei Gensouki: Spirit Chronicles va a tener un anime.
La productora es TMS Entertainment, y ya se ha publicado información sobre el equipo

principal y el reparto. Se ha creado una página web oficial y una cuenta de Twitter para el
anime, así que no dudes en consultarlas si estás interesado.
Y así, ¡por fin puedo dar la noticia a todo el mundo...! Es gracias al apoyo de todos a la serie
que Seirei Gensouki ha sido bendecido con una adaptación al anime, así que les agradezco a
todos de todo corazón.
También me gustaría aprovechar este espacio para dar las gracias a todos los que han
participado en la realización de este anime y de esta serie hasta ahora, incluidos Riv y mi
editor, que han estado conmigo durante cinco años.
Habrá más información en el futuro, así que no dejes de visitar el sitio oficial y el Twitter del
anime. Para celebrar el lanzamiento del volumen 18 y la adaptación al anime, Melonbooks
organiza su tercera tienda exclusiva de Seirei Gensouki.
El volumen 19 de la novela saldrá a la venta en primavera, ¡así que espéralo también!
¿Qué te ha parecido el volumen 18? El flujo de la historia dificultará las escenas de la vida
cotidiana durante un tiempo, pero escribí toda la vida cotidiana que quería en el último volumen,
así que podré cargar con las escenas serias sin reservas a partir de ahora. La historia principal
dará algunos cambios importantes en el futuro, así que seguid disfrutando de la versión
novelada de Seirei Gensouki: Spirit Chronicles.
¡Volvamos a encontrarnos en el volumen 19!
Yuri Kitayama
Noviembre 2020
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Seirei Gensouki - Spirit Chronicles - Volumen 18 Beast of The Land Light Novel) (Premium)

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Seirei Gensouki: Spirit Chronicles

Volumen 18 Beast Of The Land [Light Novel]

Autor: Yuri Kitayama

Traducción al español: Jaden

Página de Facebook: Re: TFP

"Por favor, permíteme acompañarte en la misión de rescatar a la Dama Liselotte".

En cuanto a la habilidad, no había preocupación de que Aria se convirtiera en un obstáculo.

Entendido. Continúa siguiéndola en forma de espíritu.

Su conversación terminó rápidamente.

No puedo ver nada a simple vista, así que ¿cómo ha podido...?

Parecía que Erica no tenía a Liselotte cerca de ella.

Entonces, efectivamente, el mal presentimiento de Rio dio en el clavo.

"Parece que se suben a los grifos y se van".

"Seguirlos a pie será difícil..."

"Y así, me gustaría empezar a seguirlos por aire, pero..."

Algún tiempo después, en los cielos de las afueras de la capital...

"Lo siento... Me he convertido en un completo estorbo", se disculpó Aria débilmente desde

"No, yo también lo siento..."

"Eso es aún menos relevante para ser un noble".

"Gracias... Pero ¿por qué estás dispuesto a llegar tan lejos?"

"Muchas gracias... Por actuar para ayudar a mi maestra".

"Gracias... No. Vamos a rescatarla".

"Ella lideró la revolución sobre un reino, eh... También mencionó la abolición de la

"Eso es lo esencial, sí".

"Comenzaron con el asunto de la exploración de la Dama Liselotte y el Gremio Ricca, antes

Aria dudó por un momento, haciendo que Rio la incitara a continuar.

"¿Hubo algo que le pareciera extraño en esa conversación?"

"Cuando el tema pasó a ser el secreto de mi maestra, la personalidad de la santa de

"Su verdadero yo antes de convertirse en santa..." Algo de eso le pareció a Rio.

Eso no sonó muy pacífico.

No tiene sentido hacer más hipótesis en este momento.

Si quería la cooperación de Liselotte, no recurriría a medios violentos inmediatamente. Eso

"¿Dices que actúa así a propósito?"

"Efectivamente. Llegué a la misma conclusión después de ver su actitud en el castillo.

¿Tiene un as en la manga? Algo que la haga estar absolutamente segura de su victoria

O eso, o el hecho de asistir sola a la negociación le daba la posibilidad de inventar lo que

Rio miró en dirección a Santa Erica en la distancia, ponderando la probabilidad de guerra

"Eso, o si ella ya estaba planeando agravar el Reino de Galarc en ese momento,

"Aun así, no habría sido una oponente para ti, ¿verdad?".

"¿Aplicaste suficiente fuerza para neutralizar a un oponente promedio?"

La fuerza de esa mejora dependía de la competencia de la espada o del lanzador, pero

"Entendido". La expresión de Rio se endureció mientras asentía.

Al mismo tiempo, en los cielos de las afueras de la capital de Galarc...

Reiss analizó la situación y esbozó una sonrisa escalofriante.

Con ese pensamiento, Reiss continuó su persecución.

"No puedo creer que haya pasado algo así..."

Las chicas del pueblo espiritual estaban claramente conmocionadas.

Sus palabras resonaron en los corazones de todos.

Satsuki parecía conmovida.

Sara, Orphia y Alma soltaron una risita de acuerdo.

"Y no sabemos cuándo ocurrirá eso..."

"Si el regreso de Haruto se prolonga, probablemente deberíamos ponernos en contacto con

"Tienes razón. Se preocuparía si su regreso se retrasa".

"¿Tenía planes de reunirse con alguien?" preguntó Charlotte.

"No hay problema. Ahora volveré al castillo".

"Oh, ¿ya te vas?" Preguntó Satsuki mientras Charlotte se levantaba.

"Ya veo... Gracias, Char".

"Esto es simplemente mi deber como realeza. Déjalo en mis manos".

Con esas palabras, Charlotte salió de la habitación.

"Ya veo..." Aria murmuró después de un rato.

"Aquí tienes". Rio dejó a Aria en el suelo.

"Te estarás preguntando cómo puedo verlos u oírlos", comentó Rio.

"¿Entonces es algún tipo de artefacto mágico?"