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Introducción
de Nueva York en 1987, el escritor estadounidense Larry Kramer rompía con Gay
Men's Health Crisis (GMHC), una organización sin fines de lucro que reunía a
pacientes con sida, cofundada por él en 1982 al tiempo que iniciaba la formación de
AIDS Coalition to Unleash Power (Coalición del sida para desatar el poder en español
A veces creo que deseamos la muerte, que queremos morir. No soy capaz de
entender por qué en seis largos años nos hemos acobardado y hemos dejado
que nos golpeen uno a uno sin defendernos. Me han hablado de la negación,
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La descripción de las acciones de ACT UP se encuentra disponible en:
https://actupny.org/documents/capsule-home.html. Acceso el 17 de mayo de 2021.
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Kramer acusaba a GMHC de inoperancia política, de concentrarse en la recaudación
sanitarias de largo alcance. Sin dudas, la epidemia del sida en la década del ochenta
dejó una marca indeleble en la sociedad occidental, agravada por la indiferencia de los
gobiernos, pero también por una tendencia a convertir a los homosexuales en chivos
Arte, activismo y muerte son conceptos que juntos constituyen una tríada que nos
explorar una selección de producciones artísticas que pueden ser concebidas como
y político.
medicamentos del cóctel antiviral evidencian una belleza (marcada acaso por la
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“El síndrome fue inicialmente llamado GRID (Gay Related Inmuno Deficiency) pero ese
nombre fue reemplazado en 1982 por el término más neutral: HIV/Aids” (Meruane, 2012, p. 36).
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Cuando hablamos de arte contemporáneo seguimos a Catherine Millet (2018) quien explica
que: “arte contemporáneo es una expresión que se impuso sobre todo a partir de los años
ochenta, cuando reemplazó a vanguardia, arte vivo y arte actual” (p. 9). Más allá de que estas
obras pueden no ser del gusto de todo el público, su estatus como obras de arte ya no está en
discusión. Millet agrega que: “sigue habiendo un amplio consenso que ubica el nacimiento del
arte contemporáneo en algún momento entre 1960 y 1969” (p. 21) y explica que la exposición
que registró por primera vez el nuevo panorama fue Live in your head: When Attitudes Become
Form (Cuando las actitudes se vuelven forma), en la Kunsthalle de Berna en 1969. El curador
fue Harald Szeemann y en ella irrumpió el postminimalismo, el arte povera, el land-art y el arte
conceptual y participaron las obras de artistas como Joseph Beuys, Alighiero Boetti, Carl André,
Walter De Maria, Richard Serra, Mario Merz, Robert Smithson, Sol Hewitt.
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experiencia del artista en el mundo publicitario) que hace eco en una ironía mordaz
sobre los objetos de los que dependía la vida de muchas personas. Las austeras
tanto políticas como culturales en los debates sobre el estado del arte contemporáneo.
Hay consenso en que el archivo rige desde hace al menos tres décadas como un
Hal Foster (2016) o Anna María Guasch (2011) observan que se asiste actualmente a
consideración blanchotiana que indica que ya no existe la biblioteca, sino que cada
cual lee con libertad. De modo que la biblioteca desaparece en cuanto corpus
hay que saber porque eso excedería cualquier límite, en cambio, hay tantos itinerarios,
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como Foucault (1969) sustrae a la biblioteca la autoridad que tenía como proyecto
Cuando Derrida (1997) indaga el sentido de la palabra archivo, observa que confluyen
en ella las ideas de comienzo y de ejercicio de una autoridad (esto es, de imposición
de un orden social). Por lo tanto, en ella se integran dos clases de orden, primero el
latín archivum y este del griego arjeion término que está emparentado a su vez con el
verbo arjo: yo mando, yo gobierno, soy jefe) abriga la memoria del sustantivo griego
que detentaban, allí se depositaban los documentos oficiales y eran ellxs lxs únicxs
lo archivable y lo archivante: aquello que puede llegar a ser objeto de los archivos y
aquello otro que, obrando como una fuerza, posee la pulsión acumulativa que da
Florencia Garramuño (2015): “La diferencia de la noción de archivo con la que trabajan
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lleva al surgimiento de otras historias que abandonan el pasado en favor de la
De modo que la idea del arte como un artefacto cuya especificidad tiene que estar
forma conocida. Estas obras del arte inespecífico apuestan por la no especialización y
arte arraigadas.
Como veremos más adelante, mientras que Kuropatwa toma y reformula géneros
forman parte tanto del ambiente de la crítica como del circuito comercial del arte 4. No
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En este sentido, podemos señalar que la obra de Kuropatwa tuvo alguna aceptación en el
mundo del arte, como lo prueba la presentación de Cóctel en la galería Ruth Benzacar entre el
10 de octubre y el 2 de noviembre de 1996 y que un par de años después consiguió mostrarla
en espacios importantes tanto de San Francisco como de Gran Canaria. Por su parte, la obra
de González-Torres ha establecido récords de ventas (el retrato de Marcel Brient fue vendido
por más de 4,5 millones de euros y el de Ross Laycock por 7 millones de euros). Pero,
además, algunas de sus exhibiciones se hicieron en museo importantes como el Museum of
Contemporary Art en Los Ángeles, el Hirshhorn Museum en Washington D.C., The
Renaissance Society en la University de Chicago, así como su retrospectiva en el Guggenheim
Museum en New York (1995), una exposición que viajó a varios países.
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obstante, un punto de encuentro medular en sus producciones tiene que ver con el
persona.
finales de los 80, Sontag (1996) escribe acerca de una enfermedad descubierta
autora cuestiona una serie de figuras con las que se piensa dicha enfermedad. Señala
sexuales de la sociedad. En otro tiempo sucedió algo parecido con la sífilis, cuyas
primeras descripciones médicas, a fines del siglo XV, sostuvieron la idea de una
enfermedad infecciosa cuya vía de transmisión más importante es de tipo sexual, pone
Pero sin dudas las que resultan más problemáticas son las metáforas militares 5, las
que hablan de invasión, lucha y guerra porque contribuyen a estigmatizar tanto a las
cáncer se vive como algo vergonzoso, el sida también, pero acompañado de una
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Al final de su ensayo, Sontag explica que: “el efecto de la imaginería militar en la manera de
pensar las enfermedades y la salud lejos está de ser inocuo. Moviliza y describe mucho más de
la cuenta, y contribuye activamente a excomulgar y estigmatizar a los enfermos” (p. 93). La
autora señala que no hay una invasión que habilite a defenderse de cualquier modo y a
cualquier costo.
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Debido a una infección, una complicación derivada del sida, el director británico Derek
Jarman sufrió un daño en la retina que hizo que en un ojo solo pudiera ver destellos
azules. La ceguera parcial trajo una pregunta: ¿qué vas a hacer ahora? Su respuesta
artística fue Blue (1993), filme revolucionario que pone al espectador ante una pantalla
cuya única imagen es el color y de esa manera transforma una limitación en una
anuncio público de que estoy infectado con HIV (…) no tuve ninguna
alternativa, siempre odié los secretos, ese cáncer corrosivo; prefiero que las
cosas salgan a la luz y sacármelas de encima. Pero ojalá fuera tan fácil (p. 61).
En su película, Jarman repite con frecuencia los nombres de los amigos que murieron
por esta enfermedad y da así un tono elegíaco a la obra. El espectador asiste no solo
a los aspectos más íntimos de quien transita la enfermedad (como por ejemplo la
acompaña en el proceso médico de atención a la salud. Escucha una larga lista de los
efectos secundarios de uno de los medicamentos que forman parte del cóctel de 30
pastillas que toma cada día y que le permiten definirse como un laboratorio químico
andante.
1987), esto es, una construcción discursiva a la que el arte dio respuestas. Lemus
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manera ubicua, otras veces como un subtexto o una evocación parcial que se resiste a
ser fijada en una imagen cuya eficacia solo radica en el carácter ilustrativo” (p. 80) 7.
relaciones sociales y el gobierno de los cuerpos (Giorgi, 2009) al tiempo que dejó
huellas en el arte.
El estilo del creador cubano, Félix González-Torres está marcado por una austeridad
dinámica, renovable, vital y mutable y cuyos temas pueden parecer simples e invitan a
2013) en los tiempos del sida. González-Torres, miembro del Group Material (cuyos
que constituye una experiencia sensible del intercambio y que dota de protagonismo al
público.
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Lemus (2020) indaga algunos casos de finales de los 80 como instalaciones, performances y
obras expuestas en la segunda edición de Mitominas en 1988 cuyo tema fue “Los mitos de la
sangre”, se concentra en las producciones de Liliana Maresca, con Cristo y con la obra de Ilse
Fuskosá. Además, revisa el trabajo de Alejandro Kuropatwa en su exposición Naturalezas
muertas y finaliza con las actividades llevadas adelante por Gulmier Maier en el Centro Cultural
Rojas.
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“El acontecimiento es aquello que surge de improvisto, que irrumpe insospechadamente, que
trastoca la temporalidad dejando por un momento todo desajustado” (Vaggione, 2013, p. 25).
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Sin dudas, diversas han sido las respuestas artísticas y políticas a la epidemia, en tanto
sinuosa expresión de lo real, en la literatura, por ejemplo, hay un corpus seropositivo con la
presencia abierta o enmascarada del virus que hacen del sida su escenario crítico. La epidemia
alcanza a América Latina a partir de 1983 (dos años después de su diagnóstico mundial) y la
producción literaria seropositiva del continente se inaugura con una novela de 1984 escrita por
Severo Sarduy en su exilio parisino, Colibrí. En la obra de Sarduy el tratamiento del virus se
caracteriza por un parcial ocultamiento que tenía como correlato el estigma social, pero eso se
irá transformando en la literatura posterior. Vaggione señala que: “El deslizamiento metonímico
entre el origen del virus y el viajero que lo incuba será una de las repeticiones más poderosas
en la representación discursiva de la epidemia” (p. 69).
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La serie de los caramelos10, realizada entre 1990 y 1993, tiene 19 piezas de las cuales
6 son retratos del propio artista con su pareja Ross Laycock (quien murió por
porque el público se lleva y se come, en un acto que simula el canibalismo, las piezas
estas vidas.
Pero no solo el retrato de Ross (Fig. 1) funciona como una meditación sobre el amor y
la pérdida. Dos relojes de pared que se encuentran en sincronía conforman una pieza
que evoca una relación de pareja. Los aparatos tienen la misma hora, pero
de los relojes se termina antes que la del otro. La instalación Amantes perfectos (1988)
(Fig. 2) va acompañada de una carta del artista que está dirigida a su pareja y dice lo
siguiente:
Amantes, 1988. No tengas miedo de los relojes, ellos son nuestro tiempo, el
tiempo ha sido muy generoso con nosotros. Imprimimos el tiempo con el dulce
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Las instalaciones no tienen título, pero entre paréntesis llevan alguna descripción que permite
diferenciarlas.
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Entre 1991 y 1995, González-Torres creó la serie de las cortinas. Se trata de cinco
piezas: “Sin título” (Quimio), 1991; “Sin título” (Sangre), 1992; “Sin título”
(Comenzando), 1994; “Sin título” (Dorada), 1995; y “Sin título” (Agua), 1995. Sangre
(1992) (Fig. 3) es una cortina de cuentas acrílicas que emulan los glóbulos sanguíneos
(por cada cuenta blanca hay 6 cuentas rojas). La ocupación sugestiva del espacio y la
participación física del visitante se reactivan en esta pieza. El modo en que se dispone
en la sala del museo o galería la vuelve un obstáculo para el tránsito del espectador.
Este telón ceremonial que es inevitable atravesar opera como un pasaje que da cuenta
enfermedad.
Otra pieza distintiva de su producción son las instalaciones de luces (Fig. 4). En Última
manera libre. También queda a criterio del curador de la muestra si las lámparas se
dejan fundir o se reemplazan. Esta decisión del artista pretende reflexionar acerca de
la mutabilidad que nos pone ante la paradoja de una decadencia vital y de una energía
regenerativa.
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Fig. 3. Sangre. Fig. 4. Última luz.
Otro artista que se ocupó de hacer un registro de su tiempo fue Alejandro Kuropatwa,
aunque su trabajo se interroga en especial por lo que significa vivir con el virus. La
2018). Sus imágenes son vibrantes debido al uso del código de la fotografía comercial.
Kuropatwa construye una imagen incómoda que usa el lenguaje del género
solemnidad en sus fotografías, más bien una pulcritud casi minimalista que por
momentos recuerdan a una sobria naturaleza muerta (Fig. 5, 6 y 7). Pero debajo de
del artista (Fig. 8), cuyo acercamiento se da por medio a la referencia a las terapias
reflexión a partir del cual se genera un discurso en torno a las relaciones entre el yo y
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representación del enfermo que acabe con la discriminación, en segundo lugar, se
prejuicios11.
Rodríguez Arias, se recoge el testimonio de los familiares, amigos y del propio artista
quien en las participaciones televisivas que hizo en programas con gran cantidad de
espectadores habló acerca de los derechos de las personas con VIH. De un modo
claro, sin sutilezas ni rodeos, Kuropatwa se sentó el 23 de julio de 1998 a almorzar con
televisión nacional sobre cómo era la vida de una persona seropositiva, puso sobre la
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Fig. 7. Cuchara. Fig. 8. Autorretrato.
Sus fotografías se caracterizan por el uso de colores brillantes, por la preferencia por
el formato grande, por el protagonismo dado a objetos individuales que se sustraen del
contexto, por una composición centrada de los elementos, pero también por una
Douglas Crimp, otro miembro reconocido de ACT UP, analiza el trabajo de los
activistas contra el sida. Discute que haya una oposición o incompatibilidad entre
activismo y duelo y advierte que la sociedad ataca con ferocidad a los individuos en su
momento de pérdida por lo que plantea que como esa violencia: “también profana la
memoria de nuestros muertos, nos alzamos airados para vengarlos. Para muchos de
nosotros, el duelo se convierte en militancia” (Crimp, 2005, pp. 104-105). Porque vivir
con sida conlleva el conflicto de la culpa por estar sobreviviendo, así como la falta de
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Crimp (2005) se pregunta por la conexión entre homosexualidad y sida en el imaginario
social. Considera un porcentaje importante de las imágenes de personas con sida que se
muestran en los medios de comunicación son hombres gays. Asimismo, es esta población la
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Tanto las obras de González-Torres como las de Kuropatwa están atravesadas por la
reproductivo, así como por la crítica. En este sentido, podemos afirmar que los
Referencias bibliográficas
https://19bienal.fundacionpaiz.org.gt/wp-content/uploads/2014/02/agamben-
que se ha movilizado de manera más visible contra la epidemia. Pero también muchas de las
representaciones alternativas del sida son producidas por artistas, escritores y realizadores
gays y lesbianas y agrega que: “El arte ha intentado transmitir lo que se siente cuando tratas
con la epidemia: estar enfermo, cuidar a los que están enfermos, enfrentarse a la muerte, estar
de luto, haber sido ultrajado, ser derrotado. Pero el arte sobre el sida también ha intentado
combatir directamente la epidemia -enseñando prácticas de sexo seguro, informando a la gente
sobre los riesgos, luchando contra la discriminación, exponiendo las mentiras de los gobiernos
y de los medios de comunicación y estimulando el enfado y la protesta de los grupos afectados”
(pp. 128-129).
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Halberstam (2015) cuestiona los trabajos de Leo Bersani (1998) y de Lee Edelman (2014),
sobre ellos advierte que: “La negatividad puede ser anti-política, pero no necesariamente es
apolítica” (p. 115). Luego agrega que: “Si queremos darle un giro antisocial a la teoría queer,
tenemos que estar dispuestos a alejarnos de la comodidad del intercambio político, para
adoptar una verdadera negatividad política, una que prometa, esta vez, fracasar, hacer lío,
arruinar las cosas, gritar, desobedecer, ser maleducados, resentidos, criticones, liberar los
pensamientos para perturbar, asesinar, conmocionar y aniquilar y como dijo Jamaica Kincaid,
¡lograr que todos seamos un poco menos felices!” (p. 121).
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Bourriaud, Nicolas. (2013). Estética relacional. Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora.
Crimp, Douglas. (2005). Posiciones críticas. Ensayos sobre las políticas de arte y la
Derrida, J. (1997). Mal de archivo. Una impresión freudiana. Madrid: Editorial Trotta.
Ebeling, K. (Eds.). Das Archiv brennt. Berlín: Kadmos, pp. 7-32. Traducción de
de 2020.
Foster, H. El impulso de archivo. Traducción de Constanza Qualina Nimio (N° 3), pp.
Giorgi, Gabriel. (2009). “Después de la salud: la escritura del virus”, en Estudios 17:33
https://biblat.unam.mx/hevila/EstudiosRevistadeinvestigacionesliterariasycultura
Palinodia, 2010.
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Guasch, A. Arte y archivo, 1920-2010: Genealogías, tipologías y discontinuidades.
Halberstam, Jack (2015). “El giro antisocial en Estudios Queer”, en AAVV: El cuerpo
Jarman, Dereck. (1993). Blue. Basilisk Communications, Uplink Co, Arts Council of
Great Britain.
Jarman, Derek. (2019). Naturaleza moderna. Los diarios de Derek Jarman. Buenos
Martín Hernández, Rut. Los discursos del VIH/SIDA en las prácticas artísticas. Arte e
Morey, M. (2006). “El lugar de todos los lugares. Consideraciones sobre el archivo”. En
Comunidad de Madrid.
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Rodríguez Arias, Miguel. (2007). Kuropatwa. Retrato de su vida y obra. Ecuación
Films.
Madrid: Taurus.
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