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APROXIMACIÓN AL CONFLICTO SOCIAL

Como parte fundamental de la investigación realizada, el Observatorio de la Conflictividad Social indagó en varias refle-
xiones y definiciones de conflicto social a fin de establecer ciertos parámetros que le permitieran elaborar un análisis adecuado
a los objetivos de transformación e la conflictividad social a partir de su visibilización y estudio.

 “Un conflicto es una lucha expresa entre al menos dos partes interdependientes que perciben que sus objetivos son in-
compatibles, sus recompensas son reducidas y la otra parte les impide alcanzar sus metas” (Hocker y Wilmot, 1985)

 “El conflicto es un proceso interactivo que se da en un contexto determinado. Es una construcción social, una creación
humana, diferenciada de la violencia, que puede ser positivo o negativo, según como se aborde y termine, con posibili-
dades de ser conducido, transformado y superado por las mismas partes, suele ser producto de un antagonismo o in-
compatibilidad entre dos o más partes y se expresa en una insatisfacción o desacuerdo sobre cosas diversas” (Jean Paul
Lederach 1996) 1

 “El conflicto es una forma de conducta competitiva entre personas o grupos. Ocurre cuando dos o más personas compi-
ten sobre objetivos o recursos limitados percibidos como incompatibles” (Kenneth Boulding 1982)

 “Situación en la que un actor (una persona, una comunidad, un estado, etc.) se encuentra en oposición conciente con
otro actor (del mismo o diferente rango), a partir del momento en que persiguen objetivos incompatibles (o estos perci-
bidos como tales), lo que les conduce a una oposición, enfrentamiento o lucha” (Vincent Fisas 1987)

 “Un proceso que se inicia cuando una parte percibe que otra la ha afectado de manera negativa o que está a punto de
afectar de manera negativa alguno de sus intereses” (Stephen Robbins 1994)

 “La lucha por los valores y por el status, el poder y los recursos escasos, el curso de la cual los oponentes desean neu-
tralizar, dañar o eliminar a sus rivales” (Lewis. Coser 1956)

A lo largo de este proceso de investigación se trabajó con los aportes teóricos de dichas definiciones enriqueciendo la no-
ción de conflicto social que se tenía. Sin embargo, la definición que propone Lorenzo Cadarso en su texto 2 resultó sumamente
adecuada debido a la precisión y al manejo estructurado de las categorías que emplea, para la sistematización del trabajo reali-
zado por el Observatorio.

“Un proceso de interacción contenciosa entre actores sociales que comparten orientaciones cognitivas, movilizados
con diversos grados de organización y que actúan colectivamente de acuerdo con expectativas de mejora, de defensa de la situa-
ción preexistente o proponiendo un contraproyecto social” (Cadarso, 2001)

Esta definición se convirtió, así en el eje principal del planteamiento teórico del concepto de conflicto social utilizado
por el Observatorio y las siete categorías que se proponen en la misma han sido favorable para la precisión y delimitación del
tipo de conflicto estudiado.

A) Categorías utilizadas en la definición de conflicto social


1) Proceso
Es necesario ubicar el conflicto social al interior de una relación histórico-temporal en la que surge bajo condiciones
previas a su visibilización pública, se manifiesta en distintas formas y va transformándose a lo largo de su existencia a partir de
la manera en que se desarrolla la confrontación. No podemos confundir al conflicto con las formas en que éste se manifiesta, no
toda movilización es un conflicto.3

2) Interacción Contenciosa

El conflicto ocurre cuando existe una relación de confrontación entre partes distintas o diferenciadas, que pueden ser
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dos o mas y en ese caso formar coaliciones o ser un conflicto multipartito.

La lucha abierta entre dichas partes da lugar a un “conflicto abierto”, en el que la confrontación se manifiesta en dos
niveles:

1) Ideológico-cultural, que corresponde a la percepción y las expectativas que cada una de las partes tienen en el con-
flicto.

El conflicto abierto aparece cuando las partes perciben que sus metas son incompatibles, puesto que tienen diferentes
intereses políticos y/o sociales.

2) De acción colectiva, que supone el empleo de tácticas conjuntas para alcanzar las metas.

La convicción de que las metas son realmente accesibles propicia una acción para lograrlas.

Es importante distinguir entre discurso y acción colectiva en base a los intereses que están de por medio. Puesto que
una declaración puede ser utilizada únicamente como una manera de hablar propicia en cierto medio, para lograr objetivos par-
ticulares, sin contar con la organización real de un grupo socialmente activo.4

3) Actores Sociales

Las personas agrupadas en colectivos o comunidades pasan a ser “actores sociales” cuando se hacen concientes de su
incompatibilidad de metas con una contraparte; y vislumbran la posibilidad política de lograr sus intereses por medio de la mo-
vilización social.

Debe considerarse que las personas y los grupos en demanda de algo, no necesariamente se encuentran en una relación
de confrontación con otra parte, puede tratarse únicamente de una solicitud específica en miras de ganar ciertos beneficios.

Podemos ubicar dos dimensiones del conflicto social en base a sus actores:

1) La dimensión vertical que significa la confrontación entre grupos organizados de la sociedad y la autoridad pública.
2) La dimensión horizontal, que implica la confrontación entre grupos organizados de la sociedad.
La autoridad pública, por lo tanto, está presente no necesariamente como contraparte directa o principal.5

4) Movilización

Entendemos por movilización al conjunto de manifestaciones públicas que realizan los actores.

Las acciones colectivas que emprenden los actores sociales en conflicto no son del todo espontáneas existe en ellas un
nivel de compromiso y de organización encaminados a un objetivo específico de índole social, que como hemos dicho forma
parte de un proceso.6

5) Orientaciones Cognitivas

Los actores están aglutinados en torno a ideas y objetivos comunes, lo que genera un grado mínimo de identidad que
les permite actuar colectivamente y mantener una cohesión interna que puede fortalecerse o debilitarse a lo largo del conflicto.7

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6) Organización

Todo conflicto social reúne a un grupo de personas en torno a un objetivo común en búsqueda de alcanzar un bienestar
general. Para alcanzar dicho objetivo el grupo hace uso de distintas formas de participación colectiva que les permita actuar de
manera coordinada.

Podríamos ubicar varios niveles de organización, Al distinguir dichos niveles tendríamos la posibilidad de visualizar
los cambios en el tipo de organización social de acuerdo al momento histórico del conflicto.8

7) Objetivos

Se refiere al fin que se quiere alcanzar y al cual se dirigen las acciones de los actores sociales en conflicto

Las personas involucradas en un conflicto social están organizadas en torno a un objetivo común. Dicho objetivo se
hace público a partir de las demandas que la organización hace explicitas. Sin embargo tanto los objetivos como la manera de
expresarlos están determinados por un conjunto de intereses en juego, que se hacen complejos con la participación de distintos
actores, marcando la dinámica de desarrollo del conflicto.

Debemos tener consciente el papel de los medios en la manera en que concebimos y calificamos los movimientos. Da-
das las condiciones del Observatorio y la pretensión de definir el conflicto, en la medida de lo posible, a partir de los actores,
sería difícil calificar los objetivos de un movimiento, como reformistas, revolucionarios o conservadores a priori. También hay
que tomar en cuenta que la calidad de un objetivo puede variar con el tiempo o puede no ser del todo clara en un inicio.9

B) Metodología

Cuando nos propusimos la tarea de observar la Conflictividad Social en el país partimos de la hipótesis de que los ni-
veles de conflictividad social se están intensificando en nuestro país debido a que las autoridades no reconocen la legitimidad
de los actores sociales en conflicto; existen prácticas viciadas y de desconfianza en los procesos de negociación que se abren;
no existe un método y una estrategia para abordar adecuadamente los conflictos sociales; no existe un acceso adecuado de los
actores sociales a los medios masivos de comunicación; existe una necesidad de fortalecer la visión y capacidades de los acto-
res sociales en los procesos de transformación de conflictos, pues no hay referencias analíticas y sistemáticas sobre los proce-
sos de solución a la conflictividad social10.

Esta hipótesis nos llevó a preguntarnos cómo demostrarla o rechazarla en su caso. Requeríamos instrumentos para poder ob-
servar los procesos en los que los conflictos sociales se desarrollan. De ahí que hayamos iniciado diseñado una base de datos
que nos permitiera captar algunos conflictos sociales y verlos con más cuidado, tratando de establecer ciertos parámetros comu-
nes y desentrañar las diferencias que los hacen peculiares. Después de esta fase de prueba, ensayo y error, encontramos que la
base fue insuficiente para comprender conjuntos complejos de conflictividad y por ello incluimos los reveladores de la conflicti-
vidad social del país. Veamos más ampliamente estos instrumentos.

1) Los Reveladores

Los reveladores de la conflictividad social responden a la necesidad de ubicar aquellos casos complejos de conflicto
que superan la dinámica local y se interrelacionan con distintos espacios del sistema político mexicano. Ello a partir de un en-
tretejido de redes de acción colectiva impulsadas por intereses políticos y económicos, que se relacionan y confrontan entre sí,
en función de los actores que se ven involucrados de diferentes modos en el conflicto. De ésta manera, los reveladores nos pre-

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sentan dos principales focos de atención para nuestro análisis de la conflictividad nacional. El primero en función de la dinámi-
ca de movilidad social que determinan en el país, durante el momento de su surgimiento y proceso de interacción. Y el segundo
en relación a la exposición que hacen de las contradicciones existentes al interior de alguna parte o subsistema del sistema polí-
tico mexicano, así como en la manera de accionar del sistema económico imperante en nuestro país. De ésta forma, nos presenta
– revelan –, alguna crisis del mismo, que responde a su necesidad de transformación o cambio.

Bajo esta lógica y realizando un análisis mucho más minucioso de su proceso, en contraste con resto de los conflictos
monitoreados por el Observatorio, se han seleccionado nueve reveladores de la conflictividad social durante el 2006, que como
se ha explicado anteriormente son también los ejemplos más claros y representativos de la dinámica y los escenarios de conflic-
tividad, movilidad y confrontación social que se observó durante ese año.

Para su estudio es necesario realizar un análisis que contemple tanto el aspecto estructural como sistémico que envuel-
ve a los mismos, ubicando claramente, de éste último, al espacio sociopolítico que pudiesen aludir resaltando una posible crisis:

1) Los conflictos sociales en el contexto de los crímenes de Pedofilia y feminicidios durante el 2006, evidenciaron una
crisis al interior del subsistema de administración de justicia y la incapacidad del Estado de garantizar la seguridad de
todos sus pobladores. También volvió a exponer la red de corrupción existente entre las elites políticas de nuestro país
y empresas o personas pertenecientes a otras instituciones poderosas, como son ciertos jerarcas de la iglesia católica,
empresarios ligados a políticos de alto nivel, como el caso de Lydia Cacho, entre otros.
2) Los conflictos sociales en el contexto de la lucha de los mineros por la reivindicación de sus derechos revelaron así
mismo, una serie de contradicciones al interior del subsistema laboral y la manera cómo el subsistema de justicia en
participa de las acciones políticas de los gobernantes.
3) Los conflictos sociales derivados de las reformas a las leyes federal de radio y televisión y federal de telecomunicacio-
nes revelaron una vez más las redes de influencia entre las grandes empresas como Televisa y grupos políticos con pre-
sencia en el Congreso. Ello en una posible crisis del sistema de representación al interior del mismo y con ello del le-
gislativo a nivel nacional.
4) Los conflictos socales y movilizaciones referentes a la situación de los migrantes mexicanos en Estados Unidos cues-
tionan en gran parte el funcionamiento del sistema económico imperante en nuestro país sobre todo en términos de su
aplicación al interior del subsistema laboral.
5) Los conflictos sociales en el contexto de la disputa por el control y acceso al Agua, evidenciaron en 2006 los proble-
mas de abastecimiento que se tiene del mismo y la crisis existente en nuestro país alrededor del manejo, administración
y distribución de los recursos naturales.
6) Los conflictos sociales en torno al enfrentamiento y represión contra el Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra
(San Salvador Atenco y Texcoco) en el Estado de México demostraron nuevamente ingobernabilidad e impunidad en
las acciones ejercidas por las fuerzas represivas del Estado, al pasar por encima de los derechos humanos de la pobla -
ción.
7) Los conflictos sociales en el contexto del proceso electoral hacen referencia principalmente a una crisis en el Subsiste-
ma Electoral, pero con ello a la de todo el funcionamiento institucional del Estado, que se plantea bajo el sustento de
un régimen democrático.
8) Finalmente los conflictos sociales y movilizaciones ciudadanas en torno a la violencia, consecuencia del narcotráfico y
la falta de seguridad se convierten en un subsistema propio del sistema político mexicano y revelaron una conflictivi-
dad nacional, que toca temas de seguridad y corrupción en el Estado y la sociedad mexicana. Mismos de los que co-
menzó a servirse el nuevo gobierno a finales del 2006 para fortalecer y aumentar la presencia militar en distintas del
país.
De ésta forma se parte de un análisis cualitativo delimitado a ciertos conflictos emblemáticos del año, para corroborar-
lo posteriormente con una observación más general que se hace de 676 conflictos más que se monitorearon a lo largo del año.
Mismos que arrojan también datos de tipo cuantitativo en su conjunto, sujetos de un análisis que se realiza a la par del antes ex-
puesto y que presentamos finalmente en forma compuesta a la luz de ambas partes de la investigación.

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2) La Base De Datos Y Sus Categorías

A fin de contar con un instrumento que facilitara el estudio de los conflictos sociales, el Observatorio creó una base de
datos propia que permite la clasificación y sistematización de la información recogida.

Dicha base de datos está diseñada en consonancia con el tipo de análisis empleado por el Observatorio, el cual propone
como un primer momento la identificación de tres elementos que pueden extraerse del conflicto social: los actores sociales en
confrontación, la localización del lugar y el tiempo en el que se hace visible el conflicto, y los procesos de transformación guia-
dos por los actores sociales.

La Base de Datos consta de 46 campos presentes en dos modalidades, una de catálogos que arrojan un listado de cate-
gorías escogidas y definidas por el Observatorio a partir de su propio proceso de trabajo; otra de “campos memo” que permite
detallar la información que no puede ser contemplada en los catálogos por tratarse de las características particulares presentes
en cada conflicto.

El uso de catálogos permite la cuantificación de los datos obtenidos, resultando de ello una imagen de la conflictividad
social a nivel nacional. A partir de la información obtenida sobre los actores que protagonizan con mayor o menor frecuencia un
conflicto social, de los lugares que presentan mayor conflictividad, de las estrategias de confrontación y las formas de transfor-
mación más recurridas por los actores sociales, de las demandas más frecuentes, etc., se construye una plataforma que puede en-
riquecer el análisis de la situación político-económica del país y sus implicaciones sociales.

Así mismo el uso de los “campos memo” contribuyen a no perder de vista las especificidades de cada conflicto que en
dado momento, darían ciertas pautas en la forma de transformación de los mismos.

a) Clasificación de los actores sociales*

A fin de contar con un instrumento que facilitara la recolección y el estudio de los conflictos sociales en el país, se creó
una base de datos propia que permite la clasificación y sistematización de la información recogida.

Dicha base de datos está diseñada en consonancia con el tipo de análisis empleado por el Observatorio, el cual propone
como un primer momento la identificación de tres elementos que pueden extraerse del conflicto social: los actores sociales en
confrontación, la localización del lugar y el tiempo en el que se hace visible el conflicto, y los procesos de transformación guia-
dos por los actores sociales.

La Base de Datos consta de 46 campos presentes en dos modalidades, una de catálogos que arrojan un listado de cate-
gorías escogidas y definidas por el Observatorio a partir de sus fuentes teóricas y su proceso de trabajo propio; otra de “campos
memo” que permite detallar la información que no puede ser contemplada en los catálogos por tratarse de las particularidades
manifiestas en cada conflicto.

El uso de catálogos permite la cuantificación de los datos obtenidos, resultando de ello una imagen de la conflictividad
social a nivel nacional. A partir de la información obtenida sobre los actores que protagonizan con mayor o menor frecuencia un
conflicto social, de los lugares que presentan mayor conflictividad, de las estrategias de confrontación y las formas de transfor-
mación más recurridas por los actores sociales, de las demandas más frecuentes, etc., se construye una plataforma que puede en-
riquecer el análisis de la situación político-económica del país y sus implicaciones sociales.

Así mismo el uso de los “campos memo” contribuye a no perder de vista las especificidades de cada conflicto que, en
un momento dado proporcionaría elementos para explicar la forma de transformación de los mismos.

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b) Clasificación de los actores sociales


Para identificar a los actores sociales y organizar la información correspondiente a ellos, se distingue un Actor Princi-
pal y un Actor Secundario. El primero se refiere a los actores que están implicados directamente en el conflicto confrontándose
entre sí. El segundo presenta a los actores que tienen una participación complementaria o indirecta en el conflicto.

Con ayuda de los catálogos de Perfil y Sector∗ se clasifica a los actores principales y los actores secundarios.

El Perfil se define como la forma en que se agrupan los actores en relación a su función social y posición en el conflic-
to, en su catálogo se encuentran las autoridades del Estado en sus distintos niveles de gobierno (federal, estatal, municipal) y en
sus niveles administrativos (ejecutivo, legislativo y judicial), así como las autoridades tradicionales y autónomas. Otras categorí-
as incluidas en el catálogo son las comunidades y colectivos ya sean rurales o urbanos, los sindicatos, las organizaciones campe-
sinas, los organismos descentralizados, las empresas e instituciones privadas, las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC),
las Iglesias y los partidos políticos.

El Sector hace referencia a la forma en que se agrupan los actores sociales en torno a la lógica productiva-laboral. En
su catálogo las autoridades del Estado se concentran en la categoría de servidores públicos, los trabajadores del primer, segundo
y tercer sector productivo se contemplan cada uno en las categorías de agropecuario, obrero y empleado respectivamente.

También se incluyen por separado otros sectores como son: comerciantes, artistas e intelectuales, desempleados y jubi-
lados, empleados informales, concesionarios, empresarios, trabajadores de OSC, trabajadores migrantes, periodistas y estudian-
tes. Estos cuentan con su propia categoría al considerarse relevante su tratamiento aislado, ya sea por su carácter o su frecuencia
de aparición en las fuentes del Observatorio.

Los grupos que no están formados por ningún sector en específico, como los grupos de vecinos que radican en zonas
urbanas, son ubicados con la categoría de No Aplica. De igual manera, los grupos formados por varios sectores organizados se
ubican en la categoría de Múltiples.

A los catálogos arriba descritos se suma el de los 44 grupos étnicos reconocidos por la Comisión Nacional para el De-
sarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI).

La definición de los actores sociales es complementada con información sobre el carácter de los objetivos por los cua-
les se confrontan los actores y las formas de llevar a cabo dicha confrontación.

Para el acercamiento a dichos objetivos se emplean los catálogos de Demanda, Origen de Intereses y Origen de Dere-
chos. A su vez, el catálogo de Estrategias de Confrontación permite ubicar las formas de acción colectivas a las que recurren
los actores sociales.

3) Localización Del Conflicto Social En El Tiempo Y El Espacio.

La ubicación del conflicto social en un espacio geográfico y un espacio temporal permite el establecimiento del contex-
to económico, político, social y cultural en el que éste hace su aparición.

Por lo tanto, en la Base de Datos se lleva un registro de las fechas en las que los casos de conflictividad social se visi-
bilizaron en los medios de comunicación, así como las fechas en que tienen apariciones posteriores.

También se encuentran el catálogo de Estados y el catálogo de Municipios de la República Mexicana. En este último


Para conocer a detalle cada una de las definiciones propuestas y utilizadas por el Observatorio consulte el documento anexo
Definición de categorías de la Base de Datos del Observatorio

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se incluyen los municipios autónomos del estado de Chiapas y las Juntas de Buen Gobierno.

4) Transformación Del Conflicto Social

A fin de monitorear el proceso de transformación de los conflictos sociales, se cuenta con un apartado en el que se re-
gistra si hay intervención en el conflicto por parte del Estado u algún espacio de organización de la sociedad civil, a partir de las
acciones de confrontación emprendidas por los actores sociales. Para caracterizar la intervención y los resultados de ésta, se em-
plean varios catálogos.

El catálogo de Tipo de Intervención permite ubicar la calidad de dicha intervención, es decir, si se llevó a cabo una ne-
gociación entre las partes, una mediación, una imposición administrativa, un juicio legal, una deliberación de alguna junta de
conciliación y arbitraje, un acto de represión, etc.

Otro catálogo corresponde a la Formalidad de Acuerdo en caso de que se haya llegado a establecer uno. Por su parte
en el catálogo de Vinculación Legal se reconoce si el acuerdo realizado entre las partes implica obligaciones legales.

Así mismo, en el catálogo de Participación se ubican los referentes sociales, morales o gubernamentales que participan
del acuerdo; también si en éste se involucran los medios de comunicación, observadores extranjeros o únicamente los actores
principales.

Finalmente se registra si el acuerdo tomado ha sido cumplido, y se proporciona en un campo memo un espacio para
describir los acontecimientos del proceso de transformación.

7
1 LEDERACH, John Paul, Preparing for Peace, Syracuse University Press, 1996, pp. 13-19
2
LORENZO CARDASO, Luis Pedro. Fundamentos teóricos del conflicto social. S.XXI de España S.A., España 2001,
272pp
3
“un conflicto no debe confundirse con los actos multitudinarios a que dé lugar, puesto que éstos se inscriben en una suce-
sión lógico-causal de hechos históricos de la que forman parte, sin que su espectacularidad implique, necesariamente,
que tengan una especial trascendencia de cara a la explicación global del conflicto”
4
“el conflicto debe caracterizarse por la lucha abierta entre grupos sociales opuestos. Dicha confrontación tendrá un nivel
ideológico-cultural, caracterizado por la valoración que se haga de la situación preexistente y, por extensión, de las ex-
pectativas de cada grupo, y otro nivel de acción social, concretado en los repertorios tácticos empleados en las formas
de acción colectiva y en la tipología general de los conflictos sociales.”
5
“grupos asociativos o comunitarios, con las autoridades públicas usualmente presentes, bien como víctimas de la acción
colectiva, bien como responsables, cuando menos, del orden público.”
6
“los actos y las críticas deben ser conscientes mentalmente, racionales en términos estratégicos y coordinados socialmen-
te. También hace referencia a las formas y niveles de compromiso de los actores sociales con el movimiento social: cua-
dros dirigentes, militantes, grupos de apoyo, simpatizantes, etc.; y, por último, a las estructuras de movilización de re-
cursos que emplee el grupo.
7
“el grupo ha de compartir ideas y objetivos, una similar valoración de la situación y unas expectativas asimilables, se
conceptual icen éstas como ideologías, cultura o marcos interpretativos. También hace referencia a las llamadas identi-
dades colectivas, esto es, al autorreconocimiento como grupo y a la existencia de lazos de sociabilidad y solidarios en
su seno.”
8
“grado de institucionalización de las entidades que gestionan la movilización, ya sean preexistentes o generadas por el
propio movimiento. También a los tipos concretos de movimientos sociales organizados: partidos políticos, sindicatos,
organizaciones de bases, grupos de presión, etc.; y, por último, al liderazgo que se establezca en su seno.”
9
“su dimensión táctica –objetivos moderados, pragmáticos, radicales, maximalistas, utópicos, etc.- como a su relación con
procesos sociales más amplios: objetivos revolucionarios, reformistas y conservadores.”
10
Cf. Observatorio de la Conflictividad Social. SERAPAZ. Informe de la conflictividad social 2006 (enero - octubre). No-
viembre 2006.

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