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En la construcción de túneles se avanza siempre con un

cierto grado de indeterminación, debido a la dificultad de conocer con exactitud las


características del terreno a atravesar antes de iniciar la excavación del túnel. Debido a la
variabilidad del terreno, en los Proyectos siempre se incluyen varios tipos de
sostenimiento, debiéndose aplicar uno u otro según las características de la roca
observadas en cada punto.
La auscultación desempeña un papel fundamental para comprobar en qué medida una
tipología de sostenimiento es adecuada a un concreto tipo de roca, así como para
evaluar el grado de estabilidad conseguida en la excavación y sostenimiento del túnel. La
auscultación permite detectar posibles inestabilidades que pudieran producirse durante el
proceso constructivo, e incluso controlar deformaciones diferidas, una vez terminada la
ejecución del túnel, durante su etapa de explotación.
La instrumentación empleada con más frecuencia en las obras subterráneas es la
encaminada a medir los movimientos relativos del terreno hacia el interior de la
excavación, que proporciona una información directa y, por tanto, con menor posibilidad
de error. Mediante las CONVERGENCIAS se miden los desplazamientos del contorno del
túnel, mientras que con los EXTENS~METROS y con los INCLINÓMETROS se miden los
movimientos en el interior del macizo rocoso. Además, se emplea también una
instrumentación cuyo fin es medir las tensiones en los elementos del sostenimiento:
CÉLULAS DE PRESIÓNpara evaluar tensiones del hormigón proyectado, CÉLULAS DE
CARGA para medir tensiones en los bulones, incluso EXTENSÓMETROS adheridos a las
cerchas para conocer su deformación y, por tanto, su estado tensional.
De todas formas, la auscultación del sostenimiento suele ser de tipo indirecto: se miden
deformaciones para luego calcular tensiones, con márgenes de error elevados por la
heterogeneidad del problema. Por este motivo se debe tender siempre, en primera
instancia, a auscultar los movimientos del terreno y dejar las otras medidas como
información adicional que puede resultar de interés.
Existen otros aparatos de instrumentación que proporcionan otras medidas generalmente
de menor uso: PIEZÓMETROS para conocer la profundidad del nivel freático,
TERMÓMETROS para medir las temperaturas de la roca, MEDIDOR DE ASIENTOS para
medir los asientos superficiales o de edificios, etc.
Muchas veces se usa también la topografía convencional para medir movimientos,
aunque deben emplearse aparatos de alta precisión (+/- 1 mm). La aplicación más
utilizada es la relativa al control de los asientos superficiales sobre un túnel en
construcción. Menos empleada es, sin embargo, en la medición de los desplazamientos
del contorno de la excavación: convergencias, asientos de clave, etc.
El instrumento concreto de medición, su manejo y la forma de adquisición de datos es
muy variable de unos modelos a otros. En España existen actualmente varias firmas
comerciales dedicadas a distribuir aparatos de auscultación, debiéndose consultar a cada
fabricante sobre las características concretas de un determinado aparato.
La adquisición o lectura de datos puede ser manual o automática. La lectura manual se
hace habitualmente con un reloj comparador, y tiene el problema de una menor
precisión y la posibilidad de que el operario cometa errores de lectura. La lectura
automática se hace mediante cuerda vibrante o potenciómetros, según el tipo de
aparato, y se lee de forma digital mediante una centralita de lectura. Incluso es posible
hoy en día transmitir los datos directamente en tiempo real a un ordenador central. Este
método evita los errores de lectura y transcripción de datos, que de otra forma suelen ser
bastante frecuentes.
En la tabla 8.1 se han resumido las mediciones de auscultación más frecuentes hoy en día
dentro del campo de las obras subterráneas. En los apartados posteriores se incide más
en profundidad en los principales sistemas de instrumentación.

La medición de convergencias es la
instrumentación más rápida, económica y más utilizada para el control de la excavación
de un túnel.
En la figura 8.1 puede verse una sección típica de medida de convergencias mediante
cinta extensométrica. La medición se hace entre unos puntos que se anclan a la roca o al
hormigón proyectado en el contorno del túnel. Según los diversos sistemas, estos puntos
poseen en su extremo una rosca o un gancho donde se aplica el aparato de medición. El
punto de medida debe ir protegido con un tapón a fin de aislarlo del polvo del ambiente,
que suele ser muy abundante en los túneles en construcción.
La cinta extensométrica es una cinta métrica metálica junto con un sistema que permite
ponerla a una cierta tensión constante y un reloj comparador que aprecia, como mínimo,
la décima de milímetro. La cinta debe tensarse para que se aproxime lo más posible a la
línea recta entre los puntos de medida.
En una sección generalmente se colocan entre tres y cinco puntos o clavos de
convergencia. Lo más habitual es un punto en clave y otros dos, uno en cada hastial.
La sección de medida debe colocarse y empezarse a medir lo más rápidamente posible
tras la excavación, ya que de otro modo se pierden gran parte de las deformaciones
producidas.
De todas formas, hay un porcentaje importante del movimiento que se produce por
delante del frente (un 30% aprox.), y otro porcentaje que se produce antes de
empezar a medir (un 20% aprox.), por lo que con las convergencias únicamente se mide
un 50% del movimiento total, o incluso menos. Las medidas deben hacerse diariamente
hasta que se haya alcanzado la estabilización de los movimientos, e incluso dos lecturas
diarias si la variación es muy brusca. Es conveniente realizar además medidas posteriores
de comprobación con periodicidad mensual.
La medida de conver-
SECCION DE CONVERGENCIA gencias es una medida
relativa, es decir, sólo se
conoce la variación de
distancias entre los puntos
de medida, pero no su
movimiento real.
Todas estas características
hacen que las conver-
gencias se usen más bien
de forma cualitativa que
/////\\\\\ cuantitativa. Lo que interesa
es conocer si la deforma-
CINTA EXTENSOMETRICA ción se estabiliza y cuánto
tarda en estabilizarse,
así como comparar unas
secciones con otras, lo que
nos da una idea de la
calidad de la roca y de si el
Medida de sostenimiento es adecuado
convergeencim para cada tipo de roca. Al
ser una medida rápida de leer y económica, se puede colocar en muchas secciones.
Normalmente se coloca una sección cada 25 metros en túneles normales de carretera, y
cada 10 ó 15 metros en zonas de especial problemática o en grandes cavernas.
Modernamente se utilizan también estaciones totales topográficas de precisión para la
medida de convergencias. En este caso se colocan unas dianas reflectantes pegadas al
hormigón en lugar de los clavos anclados. Otra posibilidad es estacionar el aparato en
una base fija y durante la medida ajustar el prisma sucesivamente en cada punto de
lectura. El primer sistema es más rápido de leer, pero tiene el inconveniente de la
suciedad que se deposita sobre las dianas, que imposibilita su lectura, y también la
oscuridad del túnel, que dificulta la puntería del topógrafo hacia la misma. El segundo
sistema resulta más caro al tener que colocar una base fija para el aparato y otra en cada
punto de control y necesitar un operario adicional.

En ciertas ocasiones
resulta muy conveniente controlar los asientos superficiales por encima del túnel. Esto es
especialmente evidente en túneles urbanos, donde existen edificaciones próximas y la
cobertera sobre la excavación es pequeña. En túneles de montaña no se suele hacer,
salvo circunstancias especiales.
El método habitual de medida es topográfico, utilizando un nivel de precisión, que
permite apreciar el medio milímetro. Los hitos o puntos de nivelación se distribuyen
sobre la traza del túnel, situando uno o varios lo suficientemente alejados del mismo para
que sirvan de referencia. De este modo el nivel puede estacionarse dentro de la zona de
influencia de la excavación.
Los puntos se deben proteger del tráfico y de los transeúntes mediante arquetas con
tapa. El clavo de medida irá bien anclado en el terreno.
Las medidas deben comenzarse antes de que la excavación del túnel alcance la sección
de medida, y prolongarse por lo menos hasta que el frente se aleje dos o tres diámetros.
Las lecturas suelen tener bastante dispersión por causas meteorológicas, ya que el
volumen del terreno superficial resulta ser bastante sensible al contenido de humedad,
que varía estacionalmente.
Existen aparatos más espe-
cíficos que controlan un
edificio en concreto que se
halle próximo al túnel.
Pueden instalarse medidores
de asientos con mecanismo
hidráulico, mucho más
sensibles; también clinó-
metros para control de la
inclinación de las fachadas,
fisurómetros o testigos de
yeso para controlar la
apertura de grietas exis-
tentes, etc.

Los extensómetros de varillas


y los inclinómetros son los aparatos más usados para medir los movimientos del interior del
macizo rocoso. Son caros de instalación, por lo que únicamente se colocan en puntos de
especial problemática, que requieran un análisis más detallado.
En los túneles conviene normalmente concentrar todos los aparatos de medida en una
misma sección completa de auscultación (véase figura 8.3), situada en una zona que
pueda considerarse a priori más complicada que el resto.
Las secciones completas necesariamente han de ser pocas en número debido a su alto
coste, pero a lo largo del túnel tendremos gran número de secciones de convergencia,
con lo que podremos extra-
polar los resultados de las
secciones completas a toda
la excavación.
E l funcionamiento del
extensómetro de varillas
puede observarse en esque-
ma en la figura 8.4. Está
formado por un taladro en el
que van alojadas una o
varias varillas. Las varillas
están protegidas por una
vaina de plástico excepto en
su parte final. Al rellenar el
taladro con una inyección de
mortero se consigue anclar
Sec cada varilla a profundidades
de medida 1 distintas.
En la cabeza se coloca una pieza especial que permite leer la posición de cada varilla, bien
mediante un reloj comparador, bien de forma automática mediante un potenciómetro.
El extensómetro, pues, proporciona la variación de la distancia relativa entre la cabeza y
cada punto de anclaje. No se trata de una medida absoluta, y si queremos conocer los
movimientos absolutos debemos controlar topográficamente la cabeza o bien suponer
que la varilla más profunda no sufre desplazamientos. Las lecturas son de gran precisión
(hasta la centésima de milímetro) y con poca dispersión en
los resultados.
Los extensómetros suelen ser de una a cinco varillas, que
normalmente van alojadas en el mismo taladro, aunque
puede resultar conveniente en ocasiones efectuar un taladro
distinto para cada varilla. El extensómetro puede colocarse
desde el interior o desde el exterior del túnel (figura 8.3).
En general será preferible desde el exterior, pues puede
comenzar a medirse antes del paso del frente por la
sección, y además la lectura es mucho más cómoda.
Desde el interior tendremos el mismo problema que con
las convergencias: gran parte del movimiento ya habrá
ocurrido cuando empiecen las lecturas. El problema de los
extensómetros de exterior es que únicamente pueden
instalarse en el caso de túneles relativamente someros.
Por otra parte, el esquema del funcionamiento de un
inclinómetro se muestra en la figura 8.5. Este aparato de
medida permite medir movimientos del terreno en dos
direcciones perpendiculares, pero contenidas en un mismo
plano horizontal. En un taladro, realizado desde el exterior, se
introduce y se fija, mediante inyección de mortero, un tubo
provisto de ranuras que sirven de guía. En el tubo se introduce
una sonda que se desplaza por el tubo siguiendo las guías.
Esta sonda es capaz de medir su desviación con respecto a la
vertical, con lo que podemos calcular el desplazamiento
horizontal entre ambos extremos de la sonda, que normalmente distan un metro.
La sonda se introduce hasta el fondo y se va extrayendo, efectuando una lectura a
profundidades dadas. De este
modo se obtiene la deformación
horizontal del terreno en función
de la profundidad. Es una curva
relativa, y para hacerla absoluta
hemos de suponer que el fondo
del inclinómetro tiene movi-
miento nulo, o bien controlar
topográficamente la cabeza.
La precisión conseguida con un
inclinómetro llega a la centésima
de milímetro, pero, al tratarse de
una lectura manual, está sujeta a
posibles errores de lectura. Sólo
puede colocarse desde el ex-
terior, por lo que en túneles
profundos no puede utilizarse.
Para medir las tensiones a las
que trabaja el hormigón proyectado, o el anillo de hormigón encofrado de un túnel, se
utilizan las células de presión. Su funcionamiento es hidráulico y constan de una placa hueca
elástica rellena de un Iíquido a presión. Midiendo las variaciones de presión de dicho Iíquido
conoceremos los incrementos de presión del material que rodea a la placa, que es el hormigón.
Las células pueden colocarse de forma radial o tangencia1 (figura 8.6). Las radiales miden
la presión que el terreno ejerce sobre el revestimiento, mientras que las tangenciales
miden las compresiones dentro del anillo de hormigón. Con los espesores habituales de
hormigón proyectado (5-20 cm) no hay espacio suficiente para colocar células
tangenciales, por lo que su uso se limita a los revestimientos de hormigón encofrado.
Estas medidas tienen una probabilidad alta de contener errores debido a defectos en la
colocación de las células: el apoyo entre placa y terreno no es perfectamente liso, el
hormigón no envuelve perfectamente a la placa, el mecanismo hidráulico de la célula
pierde presión, etc. Por otra parte, sólo se miden las tensiones diferidas, pues la mayor
parte de las deformaciones han ocurrido antes de colocar la célula. Por todo ello las
células de presión no se utilizan nada más que en ocasiones especiales en que puedan
tener interés, fundamentalmente para controlar las cargas diferidas sobre los
revestimientos de hormigón del túnel.
Mediante pequeños extensómetros de cuerda vibrante colocados dentro del hormigón,
pueden medirse, con relativa precisión, las deformaciones de éste, y pasar a tensiones
supuesto conocido el módulo de defor-
mación del material. Este es un método
indirecto que no se utiliza habitualmente
por su poca precisión.
Las células de carga (figura 8.7) miden de
forma mecánica o hidráulica la fuerza que
la placa de cabeza de un anclaje ejerce
sobre la roca. En los anclajes es de mucha
utilidad para su control, pero la aplicación
a los bulones de un túnel no es inmediata.
En efecto, los bulones usados como
Disposiciórz radial sostenimiento de excavaciones subte-
y tramvei"sal de las rráneas son generalmente pasivos y de
céhlas de pesión anclaje repartido en toda su longitud, por
lo que teóricamente su placa no ejerce
presión sobre la roca.
Si en un bulón normal colocamos una célula
de carga no mediremos nada. Por tanto,
para controlar el bulón lo que se suele hacer
es instrumentar un anclaje de barra en lugar
de un bulón. Es decir, el bulón con célula
deberá ser activo y anclado sólo en la punta,
dejando el fuste libre. De este modo
podremos medir la evolución de la carga del
bulón a lo largo del tiempo. Como se puede
apreciar, la instrumentación no se
Células de
m g a mecázica 1 corresponde directamente con el elemento
de sostenimiento empleado, por lo que su
interés es escaso.
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epresentación tos e interpretación
La utilidad principal de la instrumentación es poder disponer a diario, durante la
ejecución del túnel, de gráficos con curvas donde se representen las lecturas
actualizadas para cada día. Esto permite observar rápidamente la tendencia a la
estabilización, o no, de cada sección, con lo que los técnicos a pie de obra pueden
tomar decisiones en lo relativo a sostenimientos a aplicar, refuerzos, medidas
especiales, longitud y velocidad de avance, etc. Esto exige, lógicamente, que los
técnicos de la obra tengan cierta experiencia en construcción de túneles.
La auscultación exige un tratamiento informático de no demasiada envergadura. Se
necesita un ordenador personal con un programa de hoja de cálculo y una impresora. En
la hoja de cálculo se prepara una tabla de introducción de datos y otra tabla de
resultados. Los cálculos para pasar de una a otra son muy sencillos: en general será
suficiente con restar a cada lectura la lectura origen. Se preparan también unos gráficos
XY y basta cada día con introducir la nueva medida e imprimir la gráfica actualizada.
Las casas que comercializan los aparatos de medida, suministran también programas
específicos y el hardware necesario para que los datos puedan introducirse directamente
al ordenador, desde la centralita de lectura sin necesidad de teclearlos, pero en general
suele ser suficiente el primer método.
En la figura 8.8 y sucesivas se observan ejemplos de gráficas de auscultación.
Normalmente se representa el movimiento medido con las convergencias o
extensómetros en función del tiempo en días, ó de la distancia al frente en metros. En el
inclinómetro se representa el movimiento horizontal en función de la cota para varios
días. En cada caso concreto podrá ser de interés una cierta representación, que siempre
será fácil de obtener con la hoja de cálculo.
Otra utilidad interesante de la auscultación, es comprobar si los cálculos efectuados
durante la fase de proyecto proporcionan valores similares a los reales en cuanto a las
deformaciones del terreno, o bien, visto de forma inversa, calcular qué parámetros
debemos dar en el modelo de cálculo al
terreno para obtener los movimientos
reales medidos.
Para este retro-análisis es necesario
utilizar datos muy precisos y lo más
completos posible. Esto sólo se consigue
con la instrumentación colocada desde el
exterior y comenzada a medir con
suficiente antelación al paso del frente,
en concreto con los resultados de
extensómetros e inclinómetros. No es
válida la instrumentación de interior ya
que las lecturas empiezan cuando ya se
ha producido una parte importante de la
deformación. En este caso puede
suponerse, como hipótesis, el porcentaje
de deformación ocurrido antes del inicio
de las medidas.
Resultados de
medidas con
inclinómetros

(1) Dutro, Howard D.: "Underground Structures: Design and Instrumentation. Chapter 11
- Instrumentation ", Elsevier, 1989.
(2) Wittke W.: " Rock Mechanics", Springer-Verlag, 1990.
(3) Catálogos de fabricantes: GEODATA, INTERFELS, SOIL-EXPERTS, SOIL-INSTRUMENTS, etc

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