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Periodos Y Movimientos

Renacimiento
Andrea Imaginario
Especialista en artes, literatura e historia cultural

El renacimiento fue un movimiento cultural y artístico europeo basado en el "renacer" de los


valores de la Antigüedad clásica. Alcanzó su auge en el siglo XV y se extendió hasta la primera
mitad del siglo XVI, cuando dio paso al período barroco. Tuvo su origen en la región de Italia,
desde donde se extendió al resto de Europa.

En cuanto al arte, dice el investigador Pierre Francastel que se conformaron dos grandes
centros de difusión, a pesar de que el Renacimiento se expresó mucho más allá de esos
límites. Estos dos grandes centros de difusión artística serían:

Italia: con urbes comerciales opuestas en carácter a la rigidez romana-bizantina.


Norte de Europa: a través de las cortes principescas de la casa real de Francia.

Antes de más nada, conozcamos las características del arte del Renacimiento y,
seguidamente, comprendamos el contexto y los valores culturales que hicieron posibles
estos rasgos distintivos.

Características del Renacimiento

Renacimiento

Miguel Ángel Buonarroti: David. 1501-1504. Mármol blanco. 5,17 m de altura. Galería de la Academia, Florencia.

Aunque el Renacimiento tuvo diferentes expresiones en toda Europa, los estilos e intereses
desarrollados tienen características comunes que nos permiten comprenderlo e identificarlo.
Veamos.

Imitación del arte clásico grecorromano en todas las disciplinas

El arte clásico era para los renacentistas la referencia fundamental, tanto al nivel de
contenidos como en lo que a estilo se refiere. Buscaron en la antigüedad clásica la
inspiración y, con ello, renovaron el universo de temas y criterios para la creación estética en
todas las disciplinas.
Simetría, equilibrio y proporción

Renacimiento

Brunelleschi y Ghiberti: Cúpula de Santa María del Fiore. 1420-1436.

Parte de este interés por la antigüedad clásica se expresó en la adopción de estos tres
aspectos fundamentales del cañón clásico: equilibrio, proporción y simetría. No sólo fueron
vistos como elementos estéticos al servicio de la composición elegante, clara y diáfana, sino
como expresión del racionalismo científico y filosófico de la época.

Percepción del arte como forma de conocimiento

En el arte también penetró el espíritu científico, ya que los artistas estudiaban asiduamente
geometría, anatomía y otras ciencias. Si en la Edad Media las artes plásticas estaban
consideradas artes manuales, por debajo de las artes liberales, durante el Renacimiento se
luchó para que se comprendiera a las artes plásticas como forma de conocimiento.
Estudio de la naturaleza

De acuerdo con Pierre Francastel, a diferencia de la Edad Media, el arte del Renacimiento ya
no es un código de conducta, sino un inventario del universo, por lo cual el hombre comenzó
a pensar en función de las leyes físicas del universo. Se aplicaron conocimientos geométricos,
matemáticos, botánicos, anatómicos, filosóficos, etc.

En las artes plásticas, por ejemplo, esto permitió el desarrollo de los siguientes elementos:

Estudio de la luz diáfana (en detrimento de la luz colorida del gótico), lo que dio origen al
claroscuro;
Estudio de la geometría espacial, lo que perfeccionó la perspectiva lineal o en punto de
fuga.

El estudio de la naturaleza trajo como consecuencia el perfeccionamiento del naturalismo,


es decir, el principio de imitación de las formas naturales en búsqueda de la verosimilitud.

Separación del arte y la artesanía

La relación del arte con el espíritu racional y científico trae consigo la especialización artística
y, poco a poco, los gremios medievales de artesanos dan lugar a los talleres de artistas, con lo
cual el arte gana autonomía como objeto, relegando a la condición de artesanía todos
aquellos objetos subordinados a una función pragmática.

Cambio de la función social del arte

Ante los nuevos cambios, que implican un refinamiento intelectual de los contenidos, el
público se va reduciendo y el circuito elitesco (especialista) se ensancha, aun cuando el
artista se sigue dirigiendo a todos. El arte se vuelve un objeto de distinción social y ya no solo
un vehículo para la promoción de contenidos institucionales.

Temas
Renacimiento

Alberto Durero: La melancolía. 1514. Grabado. 31 cm x 26 cm. Galería Nacional de Arte de Karlsruhe, Alemania.

Si en la Edad Media el arte sacro era más valorado que el profano, en el Renacimiento se
valorará el arte en sí gracias al avance de la secularización, que abrió el abanico de temas. Se
revalorizaron los temas profanos como la mitología, la historia, los individuos, además de los
temas religiosos.

La muerte no solo se reflejó en la preocupación por el más allá medieval, sino que la mirada
antropocéntrica de inspiración grecolatina, que rescataba el placer, favoreció el interés por
los tópicos tempo fugit (fugacidad del tiempo), collige virgo rosas ('corta las rosas, doncella') y
carpe diem (aprovecha el día).

En temas religiosos, fueron de gran interés las madonnas con el niño, en sus diferentes
variantes, las cuales respondían ala creatividad del artistas y los deseos del cliente/patrono.
Géneros

Renacimiento

Rafael Sanzio: Retrato de Maddalena Doni. Óleo sobre lienzo. 65 cm × 45,8 cm. Palacio Pitti, Florencia.

En el Renacimiento aparecieron nuevos géneros gracias al espíritu pujante y secular de


aquellos años, y se continuaron desarrollando otros que provenían de la tradición antigua
y/o medieval.

En pintura, gracias a la aparición de la técnica de la pintura al óleo, aparece la pintura sobre


lienzo. Esto permite el desarrollo de nuevos géneros. Destaca la creación de un
importantísimo género como el retrato pictórico (individual). Asimismo, la escultura también
se independiza definitivamente de la arquitectura. Florecen la escultura exenta y los
monumentos públicos.

En la literatura, aparece un nuevo género de gran importancia para la modernidad: el


ensayo, de quien el francés Michel de Montaige es el impulsor. En la lírica, se desarrollan los
géneros mayores como la canción, el himno, la oda, la sátira, la égloga y la elegía. Los
géneros menores desarrollados son el madrigal, la letrilla y el epigrama.

En narrativa en verso, se practica la epopeya, el poema épico, el romance. Dentro de la


narrativa en prosa destaca el cuento, la leyenda, la fábula y, en particular, la novela en sus
diferentes subgéneros: la picaresca, la novela de caballería, la pastoril, la morisca y la
bizantina, entre otros. También se desarrolla el arte dramático que, hacia finales del
Renacimiento, alcanzará gran importancia.

En la música, el giro más importante lo supuso la aparición de la polifonía, gracias a lo cual


aparecieron géneros como el motete, el madrigal, la misa, el romance, la ensalada, el
villancico, la chanson polifónica, etc. Dentro de las formas instrumentales florecieron las
danzas, la toccata, el preludio, etc.

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Contexto histórico del Renacimiento


Renacimiento

Rafael Sanzio: La escuela de Atenas. 1510-1511. Fresco. 500 cm × 770 cm. Museos del Vaticano, Vaticano.

Identificar la fecha de origen del Renacimiento es complejo, ya que responde a un proceso


paulatino. Algunos autores toman como referencia el fin de la peste negra en 1348. Otros
autores establecen el origen del Renacimiento en el año 1453, cuando el Imperio bizantino
cayó tras el asedio otomano.

En cualquier caso, no es de extrañar por qué surgió el Renacimiento y, además, porqué tuvo
su origen en la península itálica. Veamos algunos de los aspectos más importantes.

De la Edad Media al Renacimiento

Durante la Edad Media dominaba el feudalismo, un sistema económico cerrado que no


permitía el ascenso social. Europa, dividida en reinos, sostenía su unidad cultural en el
cristianismo, por lo que la organización social y cultural era teocéntrica.
Hacia finales de la Edad Media, el desarrollo de la tecnología agrícola permitió el incremento
de la producción. Con ello, creció el comercio y aparecieron los burgos, es decir, centros
urbanos en los que habitaban los burgueses, dotados con actividad comercial y cultural
diversificada.

La peste negra detuvo momentáneamente este crecimiento. Llegó primero a Génova, Venecia
y Mecina entre 1347 y 1348, coincidiendo con la guerra entre los reinos húngaro y napolitano.
La peste se extendió rápidamente por Francia, Inglaterra, España, Rusia y el resto de Europa.

La mortandad producida por la peste negra también trajo consecuencias culturales. Por un
lado, la prostitución aumentó al morir los hombres que sostenían el hogar. Por el otro lado,
muchas personas se entregaron a la satisfacción de sus apetitos carnales ante la amenaza de
la muerte.

El origen del Renacimiento

Con el fin de la peste comenzó un proceso de restauración. Coincidían en la escena


campesinos que recuperaban tierras sin dueño y las ponían a producir; citadinos asalariados
con mejores pagas debido a la escasez de personal; comerciantes y prestamistas. Se
consolidó así una economía protocapitalista, es decir, un capitalismo temprano.

Las ciudades-estado italianas de aquel entonces comenzaron a anhelar la grandeza del


pasado imperial romano. Al sumarse las condiciones económicas y políticas propiciadas por
la caída del Imperio bizantino y el crecimiento de la producción y el comercio occidental, se
renovó el interés por la literatura, la filosofía y el arte de la gloria imperial, es decir, se renovó
el interés por la antigüedad clásica.

Significado de la palabra Renacimiento

Por qué el Renacimiento se llamó así suele ser una de las cuestiones que despierta más
curiosidad. Este período histórico recibió el nombre de Renacimiento por tratarse,
justamente, de un renacer del interés en el pasado grecolatino, de particular importancia
para el orgullo de las ciudades-estado italianas, que se sentían herederas de primera mano
de la gloria imperial.
Pero en tanto que toda Europa occidental había estado bajo el dominio de Roma en el
pasado, aquella tradición cultural no resultaba extraña fuera de los límites de la península
itálica.

La superación de la inmovilidad social propia del medioevo fue también un elemento que
hizo despertar la conciencia de un nuevo orden social y cultural.

Muy pronto el Renacimiento se irradió por toda Europa, convirtiéndose en una auténtica
transformación cultural. Ese nuevo espíritu pujante y optimista ahora centraba la atención en
el ser humano, lo que llevó al desarrollo que una cultura antropocéntrica.

Valores del Renacimiento

Renacimiento

Leonardo da Vinci: Hombre de Vitruvio. 1490. Tinta sobre papel. 34,4 cm x 25,5 cm.

Humanismo y antropocentrismo
Un valor esencial del Renacimiento es el antropocentrismo, que consiste en hacer del ser
humano el centro de referencia de la vida social y cultural. Parte de este cambio hunde sus
raíces en el humanismo teocéntrico del medioevo, que da lugar al humanismo
antropocéntrico del Renacimiento. Sin embargo, de acuerdo a Pierre Francastel, no se
derrumba la creencia en la divinidad, sino la fe en la esencia mística del mundo.

Pierre Francastel informa asimismo que el paso de la Edad Media al Renacimiento no se


explica por la refinación de la técnica, sino por la transformación de las relaciones humanas,
pues el hombre no está ya a la merced del destino que le imputa el clero, sino que
comprende la relatividad de la condición humana.

Valoración de la antigüedad clásica

Los valores de la antigüedad clásica son retomados en el Renacimiento. Así, se leen y


traducen los textos de los autores grecolatinos y se estudia el arte de la antigüedad con
especial interés, al que consideran expresión culta y de alta factura que subraya lo humano
por excelencia.

Racionalismo y cientificismo

Este afán por el pensamiento de los antiguos favorece una vuelta al racionalismo y al
cientificismo. Una gran curiosidad por comprender el universo lo infunde todo. El
Renacimiento retira el velo místico de la naturaleza y decide investigarla y descubrir sus
últimos secretos. Las ciencias experimentan un importante crecimiento derivado por el
interés en la investigación en todas las áreas.

Individualismo
renacimiento

Donatello: Condottiere Gattamelata. 1445-1450. Escultura ecuestre en bronce. 3,5 x 4 metros. Piazza del Centro, Padua.

Si la Edad Media era comunitaria, el Renacimiento permite el florecimiento del


individualismo, pero no en el sentido que actualmente le damos a esta palabra. El
individualismo del Renacimiento se fundamentaba en la compresión del hombre como
totalidad, resaltando el placer, la dignidad y la libertad.

Secularización del saber y la cultura

Durante el Renacimiento, la Iglesia deja de ser la única o principal promotora cultural de


Occidente, y los sectores civiles asumen parte protagónica en la producción artístico-cultural,
la promoción y la protección de las artes y las ciencias.

Aparición del gentil-hombre

Con el Renacimiento y todos los valores asociados a este, aparece la ideal del hombre
múltiple y docto, que conoce de todas las ciencias y áreas, y las integra. Es el ideal del gentil-
hombre.

Mecenazgo

En el Renacimiento se llamó mecenazgo a la práctica de la promoción del arte y la protección


de los artistas. Las personas que actuaban como "protectores" fueron llamadas mecenas.
Ambos nombres derivaron de Cayo Cilnio Mecenas, un noble romano etrusco del siglo I a.C.
que, a título personal, destacó por ser un apasionado promotor de las artes y la literatura.
Fue, de hecho, amigo de Horacio y Virgilio.

El mecenazgo renacentista fue liderado también por sectores seculares, nobles y burgueses,
que buscaban dar honra a Dios, a su ciudad y a sí mismos por medio de la promoción de las
artes. Entre los mecenas más importantes del Renacimiento destacan: la familia Medici, la
familia U!izi, los Gonzaga, los Sforza, los Borgia, los D'Este, entre otros.

Con frecuencia, los mecenas, llamados también donantes, patronos o comitentes, aparecían
en las obras artísticas que promovían. Eso era inadmisible en los tiempos medievales, pero el
nuevo orden cultural del Renacimiento lo permitía.

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Etapas del arte renacentista

Si bien es cierto que el pleno Renacimiento ocurre en el siglo XV, algunos autores establecen
en el siglo XIV sus inicios y, por lo tanto, en lo que respecta a las artes y la cultura, comienza el
despertar de una nueva conciencia estética.

Si la mirada se fija en la historiografía italiana, el Renacimiento se divide en etapas


designadas de acuerdo a ciclos temporales que abarcan toda la producción cultural. estas
son: Trecento, Quattocento y Cinquecento.

Trecento
Renacimiento

Giotto: Maestà di Ognissanti. 1306. Pintura al temple. 3,25 m x 2,04 m. Galería U!izi, Florencia.

Trecento es una expresión italiana que se refiere al siglo XIV, es decir, al ciclo de los años 1300
en Italia. Se trata de la transición al pleno Renacimiento.

Durante ese período, se da la individualización de los personajes, diferenciándose así de la


Edad Media que tendía a la estereotipación. Asimismo, se procura la expresión de los rasgos
emocionales, se presta mayor atención a la anatomía, comienza a trabajarse el fondo de la
composición que incluye el paisaje y se perfecciona la técnica del fresco. Esta renovación
estética da lugar a dos grandes escuelas: la sienesa y la florentina.

Quattrocento
Renacimiento

Sandro Botticelli: Venus y Marte. 1483. Temple y óleo sobre tabla. 69 cm × 173 cm. National Gallery, Londres.

Corresponde a los años 1400, es decir, siglo XV y constituye el pleno Renacimiento. Su centro
de mayor desarrollo estuvo en Florencia. El medievalismo queda atrás y reaparece la
mitología clásica. Se independiza definitivamente la escultura de la arquitectura y se
favorece la escultura de bulto redondo. Se desarrolla la pintura al óleo y aparece el género
del retrato pictórico. Se perfecciona el uso de la geometría espacial. La arquitectura vuelve al
canon clásico grecorromano.

Cinquecento
Renacimiento

Leonardo da Vinci: La Virgen, el Niño y santa Ana. 1503. Óleo sobre tabla. 168 cm × 112 cm. Museo del Louvre, París.

Este período corresponde a 1500 o siglo XVI. El Renacimiento alcanza su máxima expresión y
comienza una nueva etapa llamada manierismo, que convive junto a la tendencia clasicista.
El centro de la producción del Cinquecento estuvo en Roma, donde se financiaron las obras
más extraordinarias del período renacentista, como la Capilla Sixtina.

Etapas del arte renacentista en España

En cuanto a la historiografía del arte español, el Renacimiento se clasifica de acuerdo a las


fases por las que transita su arquitectura, que fue de vital importancia, ya que en España
imperaba un orden monárquico. Estas etapas son: el período plateresco, el período
grecorromano y el período herreriano.
Período plateresco

Diego de Riaño: Ayuntamiento de Sevilla (fachada a la Plaza de San Francisco).

Se trató de un período que abarcó entre el siglo XV y los primeros años del siglo XVI. Se
manifestó una integración del estilo de la península itálica con el estilo gótico español y otros
elementos de tradición hispana. El plateresco recibió ese nombre debido a la semejanza de
sus patrones decorativos con los trabajos de platería. Tuvo su manifestación en América
durante el período colonial.

Período grecorromano o purista


Palacio de Carlos V en Granada, de Pedro Machuca

Pedro Machuca: Palacio de Carlos V, Granada.

Fue un período que abarcó entre los años 1530 y 1560. En esta etapa mermó el interés en la
decoración gótica, considerada finalmente excesiva, lo que dio lugar a la aplicación de los
valores plásticos del pleno Renacimiento, como la austeridad decorativa y la valorización de
la cultura clásica grecolatina.

Período herreriano
escorial

Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Arquitectos: Juan Bautista de Toledo, Juan de Herrera, Juan de Minjares,
Giovanni Battista Castello "El Bergamasco" y Francisco de Mora.

Recibió el nombre de período herreriano por la influencia del arquitecto Juan de Herrera,
quien desarrolló un estilo caracterizado por los volúmenes geométricos -especialmente
cúbicos-, el uso de la línea recta y la sobriedad en materia de decoración. Tuvo su apogeo en
los siglos XVI y XVII.

Artistas y obras del Renacimiento

Giotto di Bondone. Florencia, 1267-1337. Pintor. Obras destacadas: Frescos de la Capilla


de los Scrovegni; la Santa Croce de Florencia; serie Vida de San Francisco en la iglesia
superior de San Francisco de Asís.
Cenni di Pepo Cimabue. Florencia; 1240 - Pisa; 1302. Pintor. Crucifijo de Arezzo; Crucifijo de
Santa Croce; Majestad del Louvre.
Filippo Brunelleschi. Italia, 1377-1446. Arquitecto. Obras destacadas: Catedral de Santa
María del Fiore, Florencia.
Leon Battista Alberti. Génova, 1404 - Roma, 1472. Arquitecto. Obras destacadas: Basílica
de Santa Maria Novella, Palacio Rucellai.
Fra Angélico. Florencia, 1395-Roma, 1455. Pintor. Obras destacadas: La Anunciación;
Retablo de San Marcos; La coronación de la Virgen.
Sandro Botticelli. Florencia, 1445-1510. Pintor. Obras destacadas: El nacimiento de Venus;
La primavera.
Paolo Uccello. Florencia?, 1397-1475. Pintor. Obras destacadas: Batalla de San Romano;
San Jorge y el dragón.
Donato di Niccolò di Betto Bardi, conocido como Donatello. Florencia, 1386-1466.
Escultor. Obras destacadas: Estatua ecuestre de Gattamelata; David; Púlpito exterior de la
catedral de Prato.
Lorenzo Ghiberti. Florencia, 1378-1455). Escultor, arquitecto, orfebre. Obras destacadas:
Puerta del Paraíso del Baptisterio de Florencia.
Leonardo da Vinci. Vinci, 1452-Amboise, 1519. Pintor, escultor, arquitecto, inventor,
ingeniero. Obras destacadas: La Gioconda o Mona Lisa; La Virgen de las rocas; La última
cena.
Miguel Ángel Buonarrotti. Escultor, pintor y arquitecto. Obras destacadas: frescos de la
Capilla Sixtina; escultura La piedad; escultura David.
Donato d'Angelo Bramante. Fermignano, c.1443-Roma, 1514. Arquitecto. Obras
destacadas: Basílica de San Pedro; Templete de San Pietro in Montorio.
Andrea Palladio (Padua, 1508-Maser, 1580). Arquitecto. Obras destacadas: Villa la
Rotonda, Teatro Olímpico y Villas palladianas.

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Escritores

Dante Alighieri. Florencia, 1265 - Rávena, 1321. Escritor. Obras destacadas: La divina
comedia.
Petrarca. Arezzo, 1304 - Padua, 1374. Escritor. Obras destacadas: Cancionero y Secretum.
Boccaccio. Certaldo, Italia, 1313 – 1375. Escritor. Obras destacadas: Decamerón.
Ludovico Ariosto. Reggio Emilia, 1474-Ferrara, 1533. Escritor. Obras destacadas: Orlando
furioso.
Michael de Montaigne. Francia, 1533-1592. Escritor. Obras destacadas: Ensayos.
Erasmo de Rótterdam. Países Bajos, 1466-1536: Elogio de la locura; Coloquios; Adagia.

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Músicos

Juan del Encina (1469-ca.1529). Músico. Obras destacadas: Cancionero.


Giovanni Pierluigi da Palestrina. Palestrina, 1526-1594. Músico. Obras destacadas: Misa del
Papa Marcelo.
Orlando di Lasso. Bélgica, 1532-1594. Músico. Obras destacadas: Lágrimas de San Pedro.

Andrea Imaginario
Profesora universitaria, cantante, licenciada en Artes (mención Promoción Cultural), con maestría en
Literatura Comparada por la Universidad Central de Venezuela, y doctoranda en Historia en la Universidad
Autónoma de Lisboa.

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