Está en la página 1de 4

Suscríbete a DeepL Pro para poder editar este documento.

Entra en www.DeepL.com/pro para más información.

Resumen de Tristán e Isolda

Rivalen, el rey de Loonois viene a luchar en Cornualles junto al rey Mark para ayudarle a
derrotar a sus enemigos. Se enamora de Blanchefleur, la hermana del rey. La boda de Rivalen y
Blanchefleur se celebra en Tintagel. Pero Rivalen debe volver a luchar en su tierra. Los recién
casados llegan a Loonois. Rivalen lleva a Blanchefleur, que está embarazada, a un lugar seguro
y se va a luchar. Muere antes de que nazca su hijo. Tres días después, Blanchefleur muere de
pena y da a luz a un hijo, Tristán, que debe su nombre a este día de tristeza. Tristán fue criado
por Gouvernal, que le dio una muy buena educación y le enseñó a manejar las armas, a cazar y a
cantar.

Un día, el joven Tristán es secuestrado por mercaderes noruegos que lo abandonan en


Cornualles. Acogido por la corte del rey Marcos, su habilidad y talento musical le hacen llamar
la atención del rey. Gouvernal, en busca de su alumno, viaja a Cornualles. Cuando el rey
Marcos se entera de que este joven es hijo de su hermana, decide tomarlo bajo su protección.

Todos los años, el reino de Cornualles está sometido a un pesado tributo: es el gigante Morholt
quien cada año viene a Cornualles a cobrar lo que le corresponde. Ninguno de los barones está
dispuesto a luchar para detener esta injusticia. Tristán, por su parte, propone luchar contra el
gigante. Le pide a su tío que le haga caballero para poder luchar contra los Morholt. La lucha es
larga y sobrehumana. Finalmente Tristán consigue derrotar al gigante, pero es herido por la
espada de su enemigo. Al estar envenenada el arma del gigante, Tristán parece condenado a una
muerte segura. Se embarca solo en un bote con su arpa y sus armas. Sin vela ni remo, deja su
barco a la deriva, esperando una muerte liberadora o una recuperación inesperada.

El barco desembarca en Irlanda. La reina del país escucha a un músico que toca el arpa. Ella se
deja seducir por su música. Ella le dice a Tristán que está dispuesta a curarlo, si él acepta
enseñar su arte a su hija Isolda. Tristán sabe que la reina que se ofrece a salvarlo no es otra que
la hermana de Morholt, el gigante que acaba de matar. Decide cambiar su identidad y hacerse
pasar por Tantris. Curado, vuelve a Cornualles. Entonces debe enfrentarse a los celos de los
barones de su tío. Temiendo que el rey Marcos haga a Tristán su heredero, instan al rey a
casarse para dar a su reino un descendiente. El rey Marcos acepta casarse con la chica más bella
del mundo, aquella a la que una golondrina dejó caer su pelo rubio sobre su ventana.

Ansiosos por deshacerse de este molesto sobrino, los barones disponen que Tristán sea quien
vaya a pedir la mano de la chica para su tío. Tristán, que reconoció el pelo de Isolda, aceptó ir a
Irlanda.

Llega a Irlanda disfrazado de comerciante. Se entera de que un dragón secuestra a una joven
cada día y que la reina ha prometido la mano de su hija en matrimonio a quien mate al dragón.
Tristán intenta la aventura y consigue matar al dragón. Le corta la lengua para demostrar su
logro. Sediento, se dirige a un abrevadero cercano para saciar su sed. Por desgracia, la lengua
del dragón está envenenada y desprende "humos" nocivos. Tristán se desmaya.

Mientras tanto, otro caballero enamorado de Isolda corta la cabeza del dragón y se hace pasar
por el héroe. Conocido por su cobardía, este caballero no consigue convencer ni a la corte ni a
Isolda. Decide, en compañía de su criado Brangien, ir al lugar de la batalla. Allí descubre a
Tristán sin vida. Una vez más, ella lo cura y lo salva.

La lengua de dragón que posee Tristán demuestra que es el conquistador del dragón. El
caballero que se adjudicó esta hazaña era un impostor.
Mientras limpia las pertenencias de Tristán, Isolda descubre la rotura de su espada y la compara
con el fragmento extraído del cráneo de su tío. Ella entiende que Tristán es el asesino del
Morholt. Ella se lanza sobre él con la espada, pero Tristán consigue convencerla, recordándole
que su duelo con el Morholt fue regular, para que lo perdone. Vacilante, Isolda, que no quiere
casarse con el otro pretendiente, le deja vivir.

La asamblea de barones irlandeses se reúne. La lengua de dragón de Tristán es la prueba de su


hazaña. El caballero impostor renuncia a un duelo con Tristán y abandona a Isolda a su rival. Es
entonces cuando Tristán explica al rey de Irlanda que quiere la mano de Isolda en matrimonio,
no para él sino para su tío, el rey Marcos, y que este matrimonio sellará la paz entre los dos
reinos enemigos. A Isolda le preocupa que la hayan conquistado para otra persona.

Preocupada por el futuro de Isolda, su madre confía a Brangien, el sucesor de su hija, una
bebida mágica. Esta pócima de amor, destinada al rey Marcos y a Isolda, tiene por objeto
provocar un amor mutuo y eterno entre los dos cónyuges: quienes la beban se amarán con todos
sus sentidos y todos sus pensamientos, para siempre en la vida y en la muerte.

En el barco de vuelta a Cornualles, para saciar la sed de Tristán e Isolda, Brangien les hace
beber por error la poción de amor. Desesperado, Brangien lanza la botella vacía al mar. Pronto
aparecen los primeros signos del efecto de la poción. Por lealtad a su tío, Tristán intenta luchar
contra el sentimiento que se apodera de él. Es Isolda la primera en confesar su amor. Al ver a
Tristán e Isolda dispuestos a sucumbir a su pasión, Brangien les confiesa el origen de su amor y
les advierte de su carácter irreversible. En vano. Al tercer día de la travesía, los dos jóvenes se
entregan a su pasión y se convierten en amantes.

Al llegar a Cornualles, Isolda es recibida con todos los honores por el rey Marcos. Se celebra la
boda real. Pero en la noche de bodas, Isolda convence a Brangien para que sacrifique su
virginidad y ocupe su lugar en el lecho matrimonial. En la corte, nadie sospecha que Tristán e
Isolda están enamorados el uno del otro, pero Isolda, temiendo que Brangien los denuncie,
quiere hacerla asesinar. Paga a dos siervos y les pide que lleven a Brangien al bosque para
matarla. Isolda ordena entonces a Brangien que vaya a recoger hierbas medicinales al bosque.
Conmovidos por la bondad de la joven, los dos siervos desobedecen y la dejan vivir.
Finalmente, Brangien e Isolda se reconcilian y las dos mujeres se prometen amistad eterna.

Durante varios meses, Tristán e Isolda viven su pasión sin preocuparse. Pero pronto el enano
Frocin y los cuatro barones celosos descubren el sentimiento entre Tristán e Isolda. A pesar de
su temor al sobrino del rey Marcos, deciden alertar a su soberano. Mark se niega a creerles, pero
poco a poco empieza a tener dudas. A continuación, impone una primera prueba a Tristán
pidiéndole que se aleje de Tintagel durante un tiempo. Pero Brangien organiza entonces
encuentros clandestinos para los dos amantes. El rey Marcos vuelve a ser alertado por los
barones felones. Por consejo del enano Frocin, hace creer a su séquito que se va unos días al
bosque a cazar. De hecho, ha venido a esconderse cerca del gran pino, el supuesto lugar de los
encuentros de Tristán e Isolda.

Cuando Tristán llega, ve la cara de su tío en el reflejo de la fuente. También Isolda adivina la
trampa que se les tiende. Los dos amantes engañan al rey con comentarios inofensivos.
Tranquilizado y convencido de su inocencia, Marcos permite a Tristán volver a la corte y deja
que su sobrino e Isolda se vean libremente.

Los cuatro barones y el enano Frocin no se rinden. Quieren, más que nunca, confundir a los dos
amantes. Frocin idea otra trampa. Vuelve a pedir al rey que mantenga a Tristán alejado del
castillo encomendándole una misión. Está convencido de que Tristán querrá tener una última
charla con la reina antes de irse. Esa noche, Frocin esparce harina alrededor de la cama de
Isolda. Está seguro de encontrar las huellas de Tristán a la mañana siguiente. Tristán, que ha
seguido la escena, visita a Isolda y decide meterse en la cama con ella. Por desgracia para él,
una vieja herida en la pierna se desgarra y deja rastros de sangre en la cama de Isolda y en la
harina que la rodea.

Cuando el rey y los barones regresan a la cámara, Tristán ya no está al lado de Isolda, pero las
manchas de sangre lo acusan. Tristán e Isolda son condenados a muerte. Mientras es conducido
a la hoguera, Tristán convence a sus guardias para que le dejen meditar en una capilla en lo alto
de un acantilado con vistas al mar. Milagrosamente consigue escapar saltando por la ventana.

Algunos leprosos convencen entonces al rey para que castigue a Isolda con un castigo más lento
y cruel que la hoguera: entregarles a Isolda. El rey Marcos está de acuerdo. La reina es llevada
por este grupo de leprosos. Pero Tristán está mirando. Con la ayuda de su amigo Gouvernal,
consigue liberar a Isolda. Los dos amantes huyen.

Tristán e Isolda viven un difícil exilio en el bosque de Morrois, pero su amor les permite
afrontar esta vida errante. Un día, uno de los hombres del rey Marcos sorprende a Tristán e
Isolda dormidos cerca de una frondosa cabaña. Se apresuró a avisar a su soberano. En cuanto
pudo, Mark se adentró en el bosque hasta el lugar que le habían indicado. Ve a los amantes
dormidos, la espada de Tristán entre ellos, prueba de su inocencia. Los perdona, pero quiere
dejar un rastro de su paso. Cambia su anillo por el de Isolda y su espada por la de Tristán.
Cuando se despiertan, Tristán e Isolda se asustan y huyen a Gales.

La actitud caballeresca del rey Marcos ha conmovido a ambos amantes. Tristán implora a Dios
que le dé fuerzas para dejar que Isolda vuelva con el rey Marcos. Por su parte, Isolda piensa con
nostalgia en la agradable vida que llevaba en la corte de Cornualles. Los dos amantes deciden
consultar al ermitaño Ogrin para que les aconseje qué hacer. El ermitaño recomienda a Tristán
que devuelva a Isolda a su marido y se exilie. El ermitaño asegura al rey Marcos la pureza de
Isolda. El rey acepta que su esposa vuelva a la corte. Antes de separarse, los amantes
intercambian pruebas de su amor. Isolda se queda con Husdent, el perro de Tristán, mientras le
regala un anillo de jaspe verde. Isolda es recibida con honores en la corte y es aplaudida por el
pueblo de Cornualles.

Los barones traidores siguen dudando de Isolda. Vuelven a causar problemas y consiguen
convencer al rey Mark para que la someta a un juramento solemne ante las autoridades de
Cornualles. Tiene que afirmar que nunca ha tenido una relación culpable con Tristán. Isolda
acepta someterse a esta prueba, que tendrá lugar ante el rey Marcos, su corte y todos los
barones. También pide al rey Arturo y a su corte que asistan a este juicio, para que puedan
testificar, si alguna vez vuelven a sospechar de ella. Isolda envía entonces un mensaje a Tristán
para que asista al juicio disfrazado de leproso.

El día del juramento, para llegar al lugar llamado el "Mal Pas", Isolda debe llamar a un
peregrino para que la ayude a cruzar un vado. Este individuo no es otro que Tristán disfrazado
de leproso. Así que cruza el vado encaramada a los hombros de Tristán. Luego jura que, aparte
de Mark y el peregrino, ningún hombre la ha tenido en sus brazos.

Tristán puede volver a la corte y los amantes pueden volver a amarse. Todavía vigilado por los
delincuentes, Tristán se venga de varios de ellos matándolos. Un día, el rey sorprende a los
amantes dormidos en un huerto. Esta vez, la espada de Tristán no separa sus cuerpos. El rey,
convencido de su culpabilidad, echa a Tristán.

Tristán se exilió y vagó de reino en reino. Cruza los mares y acaba en la Pequeña Bretaña (la
actual Bretaña). Ayuda al rey Hoël y a su hijo Kaherdin a deshacerse de sus enemigos. Kaherdin
y Tristán se hicieron amigos. Este último le presenta a su hermana, Isolde aux Blanches mains.
Atraído por la joven por su belleza y, sobre todo, por el nombre que lleva, Tristán compone
hermosos poemas de amor. Para agradecerle su ayuda, el rey Hoël le ofrece a Tristán la mano de
su hija. Tristán acepta casarse con ella. En la noche de la boda, lleno de remordimientos, se
niega a consumar el matrimonio, ya que no se atreve a engañar a su primer y único amor. Isolde
aux Blanches mains se sorprende de la indiferencia de Tristán. Tristán justifica su actitud
diciendo que, tras una batalla ganada con la ayuda de la Virgen María, ha jurado un año de
castidad. Un día, Kaherdin descubre, contrariado, que el matrimonio de Tristán y su hermana
nunca se ha consumado. Está tan furioso que planea matar a Tristán para vengar el honor de su
hermana. Pero Tristán le cuenta a Kaherdin la historia de su vida. Confiesa que ama a otra
Isolda, mucho más bella que la Isolda de las blancas. Conmovido y compasivo, Kaherdin
perdona a su amigo.

Kaherdin y Tristán van clandestinamente a Cornualles. Varios malentendidos impiden que


Tristán e Isolda se encuentren. Entonces Tristán vuelve una vez más a Cornualles. Esta vez
consigue disfrazarse y entrar en el castillo de Mark. Gracias a su perro Husdent y al anillo de
jaspe verde, Isolda lo reconoce. Tristán e Isolda consiguen reunirse en secreto durante varios
días. Pero las sospechas pesan sobre él. Tristán tiene que huir de nuevo. Se despide de Isolda y
promete volver pronto.

 De vuelta a Bretaña, Tristán ayuda a Kaherdin a luchar contra un nuevo enemigo. Resulta
gravemente herido durante un combate por una lanza envenenada. Sólo Iseut La Blonde y sus
dotes de curandera pueden salvar su vida. Le pide a Kaherdin que vaya a buscar a Isolda a
Cornualles. Su cuñado está de acuerdo. Ambos acuerdan un código: si consigue traer de vuelta a
Isolda, la vela será blanca, si la empresa fracasa, será negra. Pero Isotta con Manos Blancas ha
escuchado esta conversación y ahora conoce la verdadera causa de la castidad de Tristán.
Kaherdin consigue convencer a Isolda la Bella para que vaya a Bretaña a salvar la vida de
Tristán. Durante la travesía, el barco es azotado por una peligrosa tormenta, luego se calma.
Iseut aux Blanches Mains ve al barco acercarse a la costa. Consumida por los celos, le dice a
Tristán que la vela es negra. Ante estas palabras Tristán se muere de pena. Nada más
desembarcar, Isolda la Rubia se enteró de la muerte de su amante. Va hacia él, se acuesta a su
lado y se une a él en la muerte.

Algún tiempo después, el rey Marcos llevó los dos cuerpos a Cornualles y los hizo enterrar en la
misma capilla. "Pero durante la noche, de la tumba de Tristán brotó una zarza verde y
frondosa, de fuertes ramas y fragantes flores, que, elevándose sobre la capilla, se hundió en la
tumba de Isolda. Los lugareños cortaron la zarza: al día siguiente volvió a brotar, igual de
verde, igual de florida, igual de vivaz, y todavía se sumergió en el lecho de Iseut el Hermoso.
Tres veces intentaron destruirlo, en vano. Por fin, informaron del prodigio al rey Marcos: el
rey prohibió cortar la zarza en lo sucesivo. "

También podría gustarte