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Propiedades del concreto reforzado 3

Contracción
Cuando los materiales del concreto se mezclan, la pasta consistente en cemento y agua llena los
vacíos entre los agregados y los amalgama. Esta mezcla necesita ser suficientemente manejable o
fluida de modo que pueda fluir entre las varillas de refuerzo y entre la cimbra. Para lograr la fluidez
requerida se usa considerablemente más agua (quizás el doble) que la necesaria para que el
cemento y el agua reaccionen químicamente (hidratación).

Después de que el concreto se ha curado y comienza a secarse, el agua adicional que se usó en el
mezclado empieza a aflorar en la superficie, donde se evapora. Como consecuencia, el concreto se
contrae y se agrieta. Las grietas resultantes pueden reducir la resistencia a cortante de los
miembros y pueden dañar el aspecto de la estructura. Además, las grietas permiten que el
refuerzo quede expuesto a la atmósfera, o a productos químicos tales como descongeladores,
aumentando por consiguiente la posibilidad de corrosión.

La contracción continúa durante muchos años, pero bajo condiciones comunes probablemente
90% se da durante el primer año. La cantidad de humedad que se pierde varía con la distancia a la
superficie. Además, cuanto mayor es el área superficial de un miembro en proporción a su
volumen, mayor es la contracción; es decir, los miembros con secciones transversales pequeñas se
contraen más que aquellos con secciones transversales grandes.

Para minimizar la contracción es deseable: 1) mantener en un mínimo la cantidad de agua para


mezclado; 2) curar bien el concreto; 3) colar el concreto para muros, pisos y otros elementos
constructivos grandes en secciones pequeñas (lo que permite que parte de la contracción ocurra
antes de colar la siguiente sección); 4) intercalar juntas constructivas para controlar la posición de
las grietas; 5) usar refuerzo por contracción y 6) emplear agregados apropiadamente densos y no
porosos.

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