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CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
Introducción:
Hoy es un día especial porque tendremos un encuentro con Dios y Un encuentro
supone una gran alegría y una gracia incomparable. Éste es el tipo de encuentros que nos
espera con el Señor en esta Navidad. Los encuentros son aún más profundos cuando Dios
es compañero y parte en el mismo encuentro. Por ello cantaremos con alegría y gozo
Director:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
EN aquellos días, María se levantó y puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad
de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó
Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis
oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que
le ha dicho el Señor se cumplirá».
Reflexión
Después de que María es visitada por Dios, ella misma se dedica a visitar.
La visita de Dios, que le trajo bendición, confianza y gérmenes de vida, es devuelta por María a
Isabel, llevándole eso mismo que ella ha recibido.
E Isabel lo nota. Porque lo que llevamos en el corazón, lo muestran el rostro y las palabras.
“Tan pronto como tu saludo llegó a mis oídos, saltó de alegría la criatura en mi vientre”. Las
cosas importantes se transmiten así: por contagio. Como la fe, la confianza, el amor, la
esperanza… “Y ella quedó llena del Espíritu Santo”.
En la visita a Isabel, María también recibe. Recibe la confirmación del camino que ha
comenzado: “Dichosa tú que has creído…”. Y seguro que, tras un tiempo, volvió a Nazaret
también llena de alegría.
Las visitas de Dios son don y tarea. Desde la gratuidad, somos queridos y elegidos para una
misión. Esa misión nos pone en camino hacia los demás. Y en ese camino, recibimos nuevos
dones. Como María.
CANCIÓN : VEN,VEN SEÑOR NO TARDES.
Señor , ilumina las tinieblas de nuestros corazones, danos FE recta, ESPERANZA cierta, y
CARIDAD perfecta, para que cumplamos tus Santos Mandamientos roguemos al señor.
Oremos
Oh Dios, cercano y amigo:
Nosotros tendemos a perdernos
en el ajetreo y en la barahúnda del día,
en nuestro trabajo y en nuestros nimios afanes.
Danos frescura de corazón
para buscar las cosas que son realmente importantes,
ésas que hacen nuestra vida profundamente humana;
y al mismo tiempo ábrenos
a tu mundo, a tu visión y a tus valores.
Haz que anhelemos encontrarte con alegría,
para que descubramos de nuevo el valor incomparable
de la entrega gratuita, del respeto al otro,
del amor espontáneo y olvidadizo de sí mismo,
por Jesucristo nuestro Señor. Amen.
Canción: villancico.