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CONSAGRACIÓN DEL MATRIMONIO A LA VIRGEN

Madre Nuestra:

En tu nombre hemos unido nuestros corazones.


queremos que dirijas nuestro amor; que defiendas, conserves y aumentes nuestra
ilusión.

Aparta de nuestro camino cualquier obstáculo que quiera hacer nacer sombras o
dudas entre los dos, apártanos del egoísmo que paraliza el verdadero amor. Que
nuestro Si, sea incondicional como el tuyo desde la anunciación hasta el Calvario.

Líbranos de la tibieza que pone en peligro la Gracia de nuestras almas.

Ilumina nuestros tiempos de alegría y de crecimiento ante la prueba, que no


descuidemos la oración en ningún momento.

Haz que, abriendo nuestras almas, merezcamos la maravilla de encontrar a Dios el


uno en el otro, como nos lo enseña tu Hijo Nuestro Señor en el amor con que ama a
la Iglesia.

Haz que nuestro trabajo sea ayuda y estímulo para realizarnos plenamente.
Conserva la salud de nuestros cuerpos. Atiende nuestras necesidades físicas y
espirituales.

Y haz que el sueño de un hogar nuevo, de un matrimonio santo que hoy iniciamos y
de unos hijos nacidos de nuestro amor, sean realidad y camino que nos lleve
rectamente a tu Corazón Inmaculado, y desde allí, a tu amado Hijo Nuestro Señor
Jesucristo. Amén.
BENDICIÓN DE LAS ARRAS

El sacerdote dice:
Bendice, Señor, estas arras, que N. y N. se entregan, y derrama sobre ellos la abundancia de tus
bienes. Señor Dios omnipotente, que ordenaste a Abrahán tu siervo destinar las arras para Isaac
y Rebeca, como señal de santo Matrimonio, y así por la mutua entrega, representada en los
dones, creciera el número de los hijos:

Te suplicamos que santifiques a tus siervos N. y N. por la ofrenda común de estas arras y que
los bendigas amorosamente a ellos con sus dones; para que así, protegidos con tu bendición,
apoyados y unidos por el yugo del amor, se alegren de estar siempre entre los fieles servidores.
Amén.

El esposo toma las arras y las entrega a la esposa diciendo: N., recibe estas arras como prenda
de la bendición de Dios y signo de los bienes que vamos a compartir.

La esposa igualmente las entrega al esposo, diciendo: N., recibe estas arras como prenda de la
bendición de Dios y signo de los bienes que vamos a compartir.
BENDICIÓN DE LA BIBLIA

MONICIÓN: La Palabra de Dios, contenida en la Sagrada Biblia, es fuente de vida para cristianos.
Hoy N. y N. reciben acogen la Palabra de Dios. Recíbanla como un regalo que les hace Dios.
Amen la Palabra, léanla con frecuencia y mediten lo que Dios nos dice a través de ella, porque a
través de ella, bendice, ama, fortalece, ilumina, alimenta y convierte el corazón de los hombres.

Oremos: Oh Dios que por tu Palabra santificas todas las cosas, derrama tu bendición + sobre
estas Biblia y concede a N. y N., amar tu Palabra, leerla y escucharla de todo corazón,
obedecer tus mandatos y cumplir tu voluntad. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.

Reciban la Palabra de Dios, que sea para ustedes Luz y Vida. Léanla todos los días, mediten lo que
leen y tómenla como luz y guía de sus vidas y de la santidad de su Matrimonio. Amén.

BENDICION DEL ROSARIO

La Virgen María, en sus apariciones por todo el mundo a lo largo de la historia, ha insistido en
pedirnos que recemos el Santo Rosario diariamente, una oración que nos fortalece el alma. Rezar el
Rosario en familia es poner bajo el manto protector de la Madre de Dios a nuestra familia.

Oremos: Dios bueno, que nos invitaste a alabarte y pedirte por medio de Jesucristo. Haz que
mirándolo a Él que te confió como Hijo todos los momentos de su vida terrena, nosotros
también sepamos rezar en medio de nuestros gozos, dolores y esperanzas. Bendice para eso
estas camándulas + que ayudara a N. y N. a ser contemplativos de tus misterios y que la
oraci6n en el cielo de la Santísima Virgen, a quien invocamos con esta tradicional oración, nos
ayude para la Vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen

Reciban el Santo Rosario hijos: - Para que los misterios gozosos que contemplamos en el
Rosario los introduzcan en la Verdad de Jesucristo. - Para que los misterios dolorosos y
luminosos de la vida del Señor, iluminen el camino del sufrimiento y la angustia de nuestros
hermanos que sufren. - Para que los misterios de gloria los encaminen a la eternidad y nos llenen
de esperanza. Amén.

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