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Parroquia San Joaquín

Villa Canales

Guía para Posadas

“ ADVIENTO, camino de preparación espiritual


hacia la NAVIDAD”
Posadas

Origen:
Se cree que la práctica de
las posadas se originó en
el poblado de Agustín
(México). Hasta allí
llegaron los españoles a
realizar su evangelización
e introdujeron esta
costumbre. Fue en 1587,
cuando fray Diego de
Soria obtuvo de papa Sixto V la bula, autorizando la
celebración en el virreinato de la nueva España de unas misas,
denominadas aguinaldo, las cuales iban del 16 al 24 de
diciembre. Se realizaban en los atrios de las iglesias y se
representaban escenas de la navidad. En el siglo XVIII, la
celebración tomó fuerza en los barrios y en las casas, y la
música religiosa fue sustituida por el canto popular.

Las posadas representaron el peregrinar de José y María desde


Nazaret hacia a Belén, lugar donde debían empadronarse
debido al censo ordenado por César Augusto; incluyen
además, el nacimiento de Jesús en un pesebre. Se trata de
pedir posada a lo largo del camino hacia Belén hasta el día 24
de diciembre, fecha del nacimiento de Jesús. Durante la
peregrinación se destacan las dificultades que tuvieron que
pasar los padres del Redentor hasta encontrar albergue en un
establo de Belén, donde María dio a luz.

[2]
Día primero

Oración de inicio para todos los días de las posadas

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Benignísimo Dios de infinita caridad que nos haz amado tanto


y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para
que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la
Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te
damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno te
ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este
mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran
mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos,
Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que esta
Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad
un estímulo a fin de que, viviendo como hermanos,
busquemos más y más los caminos de la verdad, la justicia, el
amor y la paz. Amén.

Oración para la familia

Señor haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya


injuria porque Tú nos das comprensión. Que no haya
amargura porque Tú nos bendices. Que no haya egoísmo
porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos
das el perdón. Que no haya abandono porque Tú estas con
nosotros. Que sepamos marchar hacia ti en tu diario vivir.
Que cada mañana amanezca un día más de entrega y
sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz
Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena
de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a
[3]
educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en
el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para
amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu
encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti.
Amén.

Oración a la Virgen María

Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro


país; haz que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea
fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar.
Que estas fiestas de Navidad, que nos reúnen alrededor del
pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor,
nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para
reconocer los errores que hayamos cometido.

Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros.


Amén.

Oración a San José

Santísimo San José esposo de María y padre adoptivo del


Señor, tú fuiste escogido para hacer las veces de padre en el
hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia; que ellos
sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a
ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran
responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles,
con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los
hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus
padres. San José modelo de esposos y padres intercede por
nosotros. Amén.

[4]
Primera lectura

Del libro del Profeta Jeremías (23, 5-6)

“Miren: viene un tiempo dice el Señor, en que haré surgir un


renuevo en el tronco de David: será un Rey justo y prudente y
hará que en la tierra se observe la ley y la justicia”. Palabra
de Dios.

Evangelio

Evangelio según San Lucas (1, 26-


31)
En aquel tiempo, el Ángel Gabriel
fue enviado por Dios a una ciudad
de Galilea, llamada Nazaret, a una
virgen desposada con un varón de la
estirpe de David, llamado José. La
Virgen se llamaba María. Entro el
Ángel a donde ella estaba y le dijo:
“Alégrate, llena de gracia, el Señor
está contigo”. Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y
se preguntaba qué quería decir semejante saludo. El ángel le
dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios.
Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre
Jesús”. Palabra del Señor.

[5]
Reflexión:

El primer anuncio de Salvación es dado por el Ángel Gabriel


a María. Por medio de ese anuncio, Dios nos da la señal de su
amor incondicional, especialmente para los pobres, los
sencillos y los humildes de corazón. El anuncio del Ángel,
María lo recibe con gran alegría y confianza en el Señor.
María se alegra desde lo más profundo de su corazón,
experimenta la gracia, la bondad y la misericordia que Dios
tiene para todos los que creen y esperan en Él. Este día el
Evangelio hace énfasis en la confianza a Dios, hace el
llamado a no tener miedo ante la voluntad del Señor, resalta
que Dios cada vez que nos llama para servirle nos da la gracia
necesaria para llevar a cabo el encargo que él nos hace, en
este caso nos pide ir y predicar a los demás lo que hemos
recibido de parte de Él.

Hoy que iniciamos este camino de espera es necesario que


evaluemos todo el camino que hemos recorrido para llegar
hasta este día, hoy en el Evangelio recordamos un llamado, un
anuncio, una invitación a decir sí al Señor, a comprometernos
con el anuncio de la Buena Nueva de Salvación, a llevar a
todas las personas el deseo de recibir a Jesús en su corazón.
Aunque al principio María se preocupó y no sabía que
significaba el saludo que el Ángel le había hecho, por gracia
de Dios supo abandonarse a la voluntad de Aquel que ella
sabía, todo lo puede, de Aquel del cual viene todo y a Él se
dirige. María no se va corriendo, espera con humildad y
paciencia la respuesta de aquel Ángel enviado por parte de
Dios. Pidamos por intercesión de María la gracia de no tener
miedo y de abandonarnos cada día al amor y a la voluntad de

[6]
nuestro Señor que viene para salvarnos y darnos vida en
abundancia.

Oración comunitaria

Lector: Para que todos, como la Virgen María, le digamos sí


al Señor y esperemos con alegría su llegada.

Todos: Te lo pedimos, Señor.

Lector: que todos nos hagamos dignos de recibir al Mesías en


nuestro corazón.

Todos: Te lo pedimos, Señor.

(Pueden agregarse oraciones espontáneas)

Oración Final: Dios de la esperanza, portador de la


esperanza, ayúdanos en nuestros momentos de desesperación.
Haz que nuestras mentes y corazones se vuelvan a las
promesas del Evangelio… hacia tu Hijo amado, Jesucristo.
Fortalece la fe que tenemos en lo que hemos oído. Haznos
recordar, especialmente en nuestras pruebas, que nuestro
verdadero hogar está contigo en el cielo. Ayúdanos a esperar
la vida eterna contigo. Que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén

[7]
Día segundo

Oración de inicio (como el primer día)

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Primera lectura

Del libro del profeta Isaías (1, 1-5)

En aquel día brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago


florecerá de su raíz. Sobre él se posará el Espíritu del Señor,
espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y
fortaleza, espíritu de piedad y de temor de Dios. No juzgara
por apariencias, ni sentenciara de oídas; defenderá con justicia
al desamparado y con equidad dará sentencia al pobre; herirá
al violento con el látigo de su boca, con el soplo de sus labios
matará al impío. Será la justicia su ceñidor, la fidelidad
apretará su cintura. Palabra de Dios.

Evangelio

Evangelio según San Lucas (1, 31.


34-38)

El ángel le dijo a María: ´´Vas a


concebir y a dar a luz un hijo y le
pondrás por nombre Jesús´´. María le
dijo entonces al ángel: ´´ ¿Cómo
podrá ser esto, puesto que yo
permanezco virgen? ´´. El ángel le contestó: ´´El espíritu
Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá
[8]
con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será
llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a
pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto
mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible
para Dios´´. María contestó: ´´Yo soy la esclava del Señor;
cúmplase en mí lo que me has dicho´´. Y el ángel se retiró de
su presencia. Palabra del Señor.

Reflexión:

Cuando nosotros en nuestra vida recibimos algún anuncio,


reaccionamos de diferente manera, dependiendo de qué es lo
que se nos anuncia o lo que se nos cuenta. Ante el anuncio y
la invitación de Dios por medio del Evangelio a seguirlo y a
hacer su voluntad: ¿cómo respondemos?, ¿cómo
reaccionamos?, es bueno que nos preguntemos ¿cómo está
nuestra disponibilidad ante el anuncio del llamado que Dios
nos hace a todos a seguirlo y servirle?, ¿seremos capaces de
responder como María?, ¿seremos capaces de sentirnos
seguros, confiados y abandonados a las manos de Dios que
viene para salvarnos? María responde confiada, sabe que para
Dios no hay nada imposible y esa seguridad la hace exclamar
“yo soy la esclava del Señor”, se abandona totalmente a la
voluntad del creador, se deja abrazar por su amor, se confía a
la voluntad del que todo lo puede.

Las palabras de la Virgen María deben repetirse cada día en


nuestro corazón, deben hacerse vida, deben transformarse en
acción, en práctica, en compromiso, deben hacernos semilla
que germine, crezca y de frutos buenos en abundancia,
nuestra respuesta a Dios debe ser siempre como la respuesta

[9]
de María, sin esperar nada a cambio, desinteresada, libre y
sobre todo confiada a la voluntad de Dios.
Pidamos este día por intercesión de María la gracia de
responder siempre generosamente a la llamada que Dios nos
hace, que a ejemplo de ella nosotros podamos decir: Señor
aquí están tus esclavos, haz en nosotros según tu voluntad.

Oración comunitaria:

Lector: Que todos estemos dispuestos a servir del mismo


modo que lo hizo María.

Todos: Te lo pedimos, Señor.

Lector: Que nuestra sociedad reconozca que Dios está


presente en los más pobres y desfavorecidos como lo
estuvo en María, la más humilde de las mujeres.

Todos: Te los pedimos, Señor.

(Pueden agregarse oraciones espontáneas)

Oración Final: haznos receptivos, Señor, ante las nuevas


enseñanzas respecto a ti y a tu iglesia. Ayúdanos a aprender
los uno de los otros, que no creamos nunca que tenemos todas
las respuestas o que las nuevas respuestas no pueden llegar de
los lugares más inesperados. Haznos esperar lo inesperado,
Maestro eterno, ayúdanos a ser mejores cristianos de nuestro
tiempo y proclamarte a ti en todo momento y lugar de nuestra
existencia.

[10]
Día tercero

Oración de inicio (como el primer día)

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


Primera lectura

Del libro del profeta Isaías (7, 10-14)

En aquellos tiempos, el Señor le habló a Ajaz diciendo: ‘‘Pide


al Señor, tu Dios, una señal de abajo, en lo profundo o de
arriba, en lo alto’’. Contestó Ajaz: ‘‘No la pediré. No tentaré
al Señor’’. Entonces dijo Isaías: ‘‘Oye, pues, casa de David:
¿No satisfecho con cansar a los hombres, quieren cansar
también a mi Dios? Pues bien, el Señor mismo les dará por
eso una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un
hijo y le pondrá el nombre de Emmanuel, que quiere decir
Dios-con-nosotros’’. Palabra de Dios.

Evangelio

Evangelio según San Mateo (1,


18-21)

Cristo vino al mundo de la


siguiente manera: Estando María,
su madre, desposada con José, y
antes de que vivieran juntos,
sucedió que ella, por obra del
Espíritu Santo, estaba esperando
un hijo. José, su esposo, que era un
hombre justo, no queriendo
[11]
ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto. Mientras
pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños:
‘‘José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María,
tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu
Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús,
porque Él salvará a su pueblo de sus pecados’’. Palabra del
Señor.

Reflexión:

El tiempo de Adviento nos hace encontrarnos con varios


personajes importantes en la Historia de la Salvación, los días
anteriores hemos visto la figura de María la Madre de Jesús,
hoy nos encontramos con la figura de San José, el padre
adoptivo de Jesús. Este día es importante resaltar la
importancia de la familia en el mundo, como escuchamos en
el Evangelio, Dios quiso también nacer en el seno de una
familia como la nuestra y por lo tanto hoy el Evangelio nos
recuerda la importancia de la familia cristiana, el deber de
vivir de acuerdo a las enseñanzas de la Palabra de Dios, José
y María educaron a Dios hecho hombre para nuestra
salvación, lo vieron crecer en tamaño y en sabiduría, sabiendo
que era Dios y que todo lo podía y sabia cumplieron con el
papel de los padres de familia normales que saben que la
educación de los hijos es parte fundamental dentro de
cualquier familia.

San José, acepta también la voluntad de Dios para su vida, él


no duda en llevarse a María a su casa, la recibe y la protege de
la ley que mandaba apedrear a las mujeres que quedaban
embarazadas fuera del matrimonio, como un buen esposo
cuida y resguarda a su esposa y al Hijo que ella iba dar a luz.
[12]
José también experimenta la presencia de Dios por medio del
sueño donde se aparece el Ángel y lo llama a no tener miedo
y a ser parte de la obra redentora de Dios. Como San José
también nosotros hemos experimentado miedo, angustia,
dificultades y muchas veces hemos querido apartarnos de
Dios a causa de esto, pero hoy debemos recordar que para ser
Santos tenemos que superar todos los obstáculos que
encontremos en el camino. Que por intercesión de San José
nosotros aprendamos a ser capaces de educar a nuestros hijos
en el buen camino de la vida, que como él los esposos
aprendan a cuidar y defender a sus esposas y a sus hijos todos
los días de la vida, y que como él podamos todos confiar a las
manos del Señor s todas las familias de nuestra comunidad,
para que todos puedan ser en la vida, como la familia de
Nazaret, la familia de Jesús, María y José.

Oración comunitaria

Lector: Señor enséñanos a ver en el hermano la presencia de


Jesús, como lo hizo José cuando aceptó la maternidad
de su esposa, la siempre Virgen María.

Todos: Te lo pedimos, Señor.

Lector: Que recibamos el don de la fe para que sepamos ver a


Dios en cada episodio difícil de nuestra vida.

Todos: Te lo pedimos, Señor.


(Pueden agregarse oraciones espontáneas)

[13]
Oración Final: Gracias Señor por enviar a tu Hijo unigénito
y por hacerte pobre para que pudiéramos ser ricos
espiritualmente. Gracias por aparecerte revestido en modesta
humildad ennobleciendo así al hombre común. Que tu
ejemplo de mansedumbre nos motive a tener solidaridad con
los pobres del mundo y a tener compromiso en la búsqueda de
la justicia social.

Día cuarto
[14]
Oración de inicio (como el primer día)

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Primera lectura

Del libro del profeta Isaías (35, 1-2)


Esto dice el Señor: “regocíjate, yermo sediento. Que se alegre
el desierto y se cubra de flores, que florezca como un campo
de lirios, que se alegre y de gritos de júbilo, porque le será
dada gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón.
Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios.”
Palabra de Dios.

Evangelio

Evangelio Según san Lucas (1,


39-45)
En aquellos días, María se
encamino presurosa a un
pueblo de las montañas de
Judea, y entrando en la casa
de Zacarías, saludo a Isabel.
En cuanto ésta oyó el saludo
de María, la criatura saltó en
su seno. Entonces Isabel
quedó llena del Espíritu Santo y
levantando la voz, exclamó.
“¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu
vientre! ¿Quién soy Yo para que la madre de mi Señor venga
a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de
gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se
[15]
cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor. Palabra
del Señor.

Reflexión

María nos da ejemplo de hacer camino, y en ese camino llevar


en nuestro corazón el mensaje que viene de Dios. Todos
estamos llamados a caminar para anunciar la salvación a
todos los pueblos y ciudades, a proclamar donde quiera que
vayamos la alegría que causa encontrarse con el Señor por
medio del Evangelio. María no se queda con el mensaje de
Dios sólo para ella, más bien se decide a emprender el camino
que la lleve a encontrarse con más personas con las cuales
pueda compartir el gozo y la alegría que el Señor ha causado
en ella.

La alegría con la que la saluda el Ángel Gabriel la hace suya y


la contagia a los demás, en este caso a Isabel y al niño que
lleva en su vientre (Juan el Bautista) que salta de gozo al
escuchar el saludo de María. Nosotros también estamos
llamados a compartir con los demás la alegría de encontrarnos
con el Señor, de anunciar a otros sus maravillas, sus
grandezas, los detalles que cada día tiene para con todos.

Pidamos al Señor nos de la gracia que de hoy en adelante


podamos sentir en nuestro corazón el deseo de anunciar a los
demás la alegría que viene del Señor, la alegría que brota de
la escucha atenta de su Palabra, y al igual que María,
caminemos siempre en nuestra vida al encuentro del Señor y
que podamos, como ella, hacer que todos se encuentren con el
Señor, a través de nuestro testimonio gozoso de tener a Jesús
en nuestro corazón.
[16]
Oración comunitaria

Lector: Que las mujeres de nuestra sociedad sean iluminadas


para que sean ejemplo de fe, de humildad y fraternidad
como lo fue Santa Isabel.

Todos: Te lo pedimos, Señor.

Lector: que sepamos recibir en nuestros corazones el saludo


que nos envía el Mesías en esta navidad.

Todos: Te lo pedimos, Señor.


(Pueden agregarse oraciones espontáneas)

Oración Final: Señor, que el adviento y la navidad sean


profundas en nuestros corazones y nos ayuden a prepararnos
mejor, que en sus símbolos traigan potencial riqueza para
alimentar nuestra fe. No permitas que adulteremos el mensaje
con tantas acumulaciones culturales y que, de este modo,
terminemos perdiendo de vista el sentido de la navidad.
Amén.

Día Quinto

[17]
Oración de inicio (como el primer día)

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Primera lectura

Del libro del profeta Miqueas (5, 1-4)


Esto dice el Señor: “De ti Belén de Efratá, pequeña entre las
aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel, cuyos orígenes se
remontan a tiempos pasados, a los días más antiguos.
Por eso el Señor abandonara a Israel, mientras no dé a luz la
que ha de dar a luz. Entonces el resto de sus hermanos se
unirá a los hijos de Israel. Él se levantará para pastorear a su
pueblo con la fuerza y la majestad de Señor, su Dios. Ellos
habitaran tranquilos, porque la grandeza del que ha de nacer,
llenará la tierra y él mismo será la paz”. Palabra de Dios.

Evangelio

Evangelio según San Lucas (2, 1-


7)
Por aquellos días, se promulgó un
edicto de Cesar Augusto, que
ordenaba un censo en todo el
imperio. Este primer censo se hizo
cuando Quirino era gobernador de
Siria. Todos iban a empadronarse,
a cada uno en su propia ciudad; así
es que también José, perteneciente
a la casa y a la familia de David,
se dirigió desde la ciudad de
Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, llamada Belén, para
[18]
empadronarse, juntamente con María, su esposa, que estaba
en cinta. Mientras estaba ahí, le llego a María el tiempo de dar
a luz y tuvo a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo
recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en la
posada.

Reflexión:

Hoy Jesús nos pide un lugar donde poder nacer, José y María
tocan nuevamente a nuestras puertas, ya no a lo que ahora
conocemos como puerta de una casa, sino más bien a la puerta
de nuestro corazón, donde Jesús quiere nacer nuevamente
como lo hizo en Belén hace más de dos mil años. Este día se
nos hace un llamado a la humildad, como la humildad de
Jesús, que siendo Dios quiso nacer en un lugar sencillo y
humilde apartado de todos los lujos que uno puede
imaginarse, quiso nacer apartado de la grandeza del mundo,
quiso nacer en un pesebre.

Nuestro corazón debe convertirse en un pesebre como en el


que nació Jesús, en un lugar sencillo, pobre y capaz de recibir
con amor a nuestro Salvador Jesucristo. Nosotros somos
ahora los encargados de preparar el lugar para que nazca
Jesús, en aquel tiempo no hubo lugar para recibirlo
dignamente como Él se lo merece pero hoy ¿hay lugar para
que nazca Jesús? Meditémoslo personalmente y pidamos al
Señor nos dé un corazón generoso para acogerlo en su Palabra
y para verlo reflejado en los demás, especialmente en los
enfermos, ancianos y necesitados que buscan, como nosotros
un encuentro con aquel que es la vida plena.
Oración comunitaria

[19]
Lector: Que en nuestro peregrinaje por la vida, tengamos la
misma fe, fortaleza y humildad, cuando fueron
rechazados de casa en casa hasta el nacimiento de
nuestro Dios.

Todos: Te lo pedimos, Señor.

Lector: Que la humanidad de Jesús se refleje en nuestra


patria y en la vida de cada uno para que reine en el
mundo la paz.

Todos: Te lo pedimos, Señor.


(Pueden agregarse oraciones espontáneas)

Oración Final: Señor, nuestro días son cortos, pero no hemos


hecho nada para merecer ni siquiera los pocos años de vida
que nos das. Enséñanos a ser agradecidos por cosas pequeñas,
la comida, la bebida y el trabajo, recordando todo lo bueno
que nos enseña San Francisco con sus buenas obras para
prepararnos y ser agradecidos en esta navidad, quien
verdaderamente nunca espero nada y disfrutó todo lo que
tenía.

Día sexto

[20]
Oración de inicio (como el primer día)

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Primera lectura

Del libro del profeta Sofonías (3, 14-15)


Canta, hija de Sión, de gritos de júbilo, Israel, Gózate y
regocíjate de todo corazón, Jerusalén. El Señor ha revelado su
sentencia contra ti, ha expulsado a todos tus enemigos. El
Señor será el rey de Israel en medio de ti y ya no temerás
ningún mal. Palabra de Dios.

Evangelio

Evangelio Según San Lucas (2, 8-


14)
Cerca de Belén se hallaban unos
pastores que pasaban la noche en el
campo, vigilando por turno sus
rebaños. Un ángel del Señor se les
apareció y la gloria de Dios los
envolvió con su luz y se llenaron de
temor. El ángel les dijo: “no teman.
Les traigo una buena noticia, que
causará gran alegría a todo el
pueblo: hoy les ha nacido, en la
ciudad de David, un Salvador, que es el Mesías, el Señor.
Esto les servirá de señal: encontraran al niño envuelto en
pañales y recostado en un pesebre”. De pronto se le unió al
ángel una multitud del ejército celestial, que alababa: Gloria a

[21]
Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena
voluntad. Palabra del Señor.

Reflexión:

Dios, después de nacer quiso manifestarse a personas


sencillas, que vivían en las afueras del pueblo pero que
esperaban se cumpliera en ellos el anuncio que los profetas
habían hecho de que llegaría el salvador de todos, esta
promesa se cumple en Jesús y se da a conocer a estas personas
que desde los más profundo de su corazón aguardaban esta
espera.

Jesús hoy sigue manifestándose a nosotros como lo hizo a los


pastores, sigue pidiéndonos tener un corazón humilde y
sencillo que espere con alegría su venida gloriosa para
salvarnos. Los pastores sintieron miedo ante la presencia de
aquellos ángeles venidos del cielo, pero ante la invitación a no
tener miedo, ellos se unen a la alabanza que aquellos seres
rendían al Dios hecho hombre y sin ninguna duda emprenden
el camino que los lleva a encontrarse con aquel niño acostado
en una pesebrera y envuelto en pañales. Pidamos hoy que a
ejemplo de los pastores de Belén podamos también nosotros
salir al encuentro de Dios que se hace hombre para procurar
nuestra libertad de la esclavitud del pecado.

Oración comunitaria

[22]
Lector: Que, siendo fieles a nuestro Salvador, acudamos a los
más pobres y desfavorecidos y veamos en ellos el reflejo de
Dios.

Todos: Te lo pedimos, Señor.

Lector: Que en nuestros corazones reine la humildad y


sencillez de los pastores de Belén, y en esta navidad,
acudamos como ellos, con fe, a recibir a Jesús en el
seno de nuestros hogares.

Todos: Te lo pedimos, Señor.


(Pueden agregarse oraciones espontáneas)

Oración final: Oh Dios, que dijiste: “de las tinieblas brilla la


luz” (2Co 4,6), que tu luz arda con toda tu fuerza en nuestro
corazón y en nuestro hogar en este adviento. Condúcenos
hacia la luz verdadera, de Cristo e infúndenos prevención
hacia los impostores. Ayudadnos a ver más allá de los ornatos
de este tiempo. Sobre todo, que no tengamos miedo de que tu
luz ilumine en la oscuridad de nuestras almas, y descubra
aquello que está dañado y enfermo. Que tu luz traiga la
sanación y la plenitud en nuestras vidas, amen.

Día séptimo

[23]
Oración de inicio (como el primer día)

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Primera lectura

Del libro del profeta Isaías (41, 17-18)


Los miserables y los pobres buscan agua, pero es en vano;
tienen la lengua reseca por la sed. Pero yo, el Señor, les daré
una respuesta; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Haré
que broten ríos en las cumbres áridas y fuentes en medio de
los valles; transformaré en desierto el estanque y el yermo, en
manantiales. Palabra de Dios.

Evangelio

Evangelio según San Lucas (2, 15-


16)
Cuando los ángeles los dejaron para
volver al cielo, los pastores se
dijeron unos a otros: “vallamos
hasta Belén, para ver eso que el
Señor nos ha anunciado”. Se fueron,
pues, a toda prisa y encontraron a
María, a José y al Niño, recostado
en el pesebre. Palabra del Señor.

Reflexión:

[24]
Los mensajeros se fueron, los pastores nuevamente se
quedaron solos, pero ante esta soledad reaccionan y
emprenden el camino, sienten en su corazón el deseo de ir y
comprobar que era cierto lo que aquellos ángeles les habían
comunicado. Estos hombres quizás desconsolados porque
hacía mucho tiempo que esperaban al Salvador y no llegaba,
fueron con mucho gozo a encontrarse con Aquél que ha
venido para salvarnos.

También nosotros tenemos que sentir el deseo de conocer al


Salvador, de conocer a Aquel que ha venido para quedarse
con nosotros, para acompañarnos y para mostrarnos la
misericordia de Dios. que el Señor nos conceda este día, tener
un corazón como el de los pastores, humilde, sincero,
creyente y lleno de alegría para recibir con gozo al Señor que
una vez más viene a nacer a nuestro corazón y quiere
quedarse habitando en Él para sacarnos de todas las penas y
tristezas de este mundo.

Oración comunitaria

Lector: Que en esta navidad, dejemos en el portal de Belén


todas nuestras necesidades, angustias y
preocupaciones, y seamos acogidos por el amor del
Niño Jesús.

Todos: Te lo pedimos, Señor.

Lector: Que nuestro encuentro con Jesús se prolongue todos


los días del año y seamos testigos fieles de su amor.

[25]
Todos: Te lo pedimos, Señor.
(Pueden agregarse oraciones espontáneas)

Oración final: Señor, nuestra cultura huye de la pobreza


como si fuera la plaga; procuramos con todas nuestras fuerzas
convencernos de que estamos a salvos y protegidos. Maestro,
solo tendremos seguridad mientras nuestras vidas estén
cimentadas en ti. Enséñanos a morar en ti, a apreciar nuestras
posesiones sin aferrarnos a ellas, como administradores que
han recibido de ti el encargo de poner, de nuevo, en tus
manos, todo aquello con lo que nos bendices cada mañana,
libera nuestros corazones para que vivan la generosidad;
danos la oportunidad de servir al pobre, especialmente,
dándole respeto, dignidad y amor.

Día octavo

Oración de inicio (como el primer día)


[26]
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Primera lectura

Del libro del profeta miqueas (3,1)


Esto dice el Señor: “He aquí que yo envío a mi mensajero. Él
preparará el camino delante de mí. De improviso entrará en el
santuario del Señor, a quien ustedes buscan, el mensajero de
la alianza a quien ustedes desean. Miren: ya va entrando, dice
el Señor de los ejércitos. Palabra del Señor.

Evangelio

Evangelio según San Lucas (1,6-


7.9-12.14)
Hubo un hombre enviado por Dios,
que se llamaba Juan. Este vino
como testigo, para dar testimonio
de la luz, para que todos creyeran
por medio de Él. Aquel que era la
palabra era luz verdadera, que
ilumina a todo hombre que viene a
este mundo. En el mundo estaba; el
mundo había sido hacho por Él y sin
embargo, el mundo no lo conoció.
Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron les concedió
poder llegar a ser hijos de Dios. Y aquel que es la palabra se
hizo hombre y habito entre nosotros. Palabra del Señor.
Reflexión:

Hoy nos encontramos con otro personaje del tiempo de


Adviento: Juan el Bautista, que viene a preparar el camino al
[27]
Salvador. Juan es un personaje esencial en la vida cristiana, ya
que, después de los profetas es él quien anuncia la llegada del
Mesías, Juan es considerado como el último de los profetas,
ya que, predica un mensaje de conversión, anuncia la llegada
de Dios que se hace carne en el seno de María, exige con que
para recibir a Jesús debemos tener un corazón arrepentido,
alejado del pecado y dispuesto a recibir la palabra hecha
carne.

Hoy también se nos sigue invitando como a la gente de aquel


tiempo a que preparemos el camino del Señor, a que nos
reconozcamos como sus hijos y más que reconocernos como
sus hijos, a vivir como Él nos manda. Además, también
nosotros tenemos que ser capaces de ser otro Juan, un Juan
actual que anuncie y predique con convicción la llegada del
Mesías que viene y que debemos esperar con mucha alegría
en nuestro corazón.

Lector: Que todos logremos liberarnos de la oscuridad que es


el pecado y veamos a Jesús en nuestros hermanos y en
cada episodio de nuestra vida cotidiana.

Todos: Te lo pedimos, Señor.

Lector: Que el Mesías habite en nuestros corazones y se


quede para siempre entre todos nosotros; que le
reconozcamos y le recibamos con amor y alegría.

Todos: Te lo pedimos, Señor.

(Pueden agregarse oraciones espontáneas)

[28]
Oración: Señor Jesús, gran modelo de la conducta en el amor,
ayúdanos a amar como tu lo hiciste, sacrificada y
personalmente, muéstranos a aquellas personas que quieres
que amemos, hoy, ahora mismo. Sacúdenos de nuestros
egoísmos rutinarios y danos el deseo de ayudar a los demás.
Que podamos seguir tu nuevo mandamiento, el de amarnos
los unos a los otros. Que seamos verdaderos discípulos tuyos,
te lo pedimos. Amén.

Día noveno
Oración de inicio (como el primer día)

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

[29]
Primera lectura

Del libro del Profeta Isaías (40, 3-5)


Una voz proclama: “preparen el camino del Señor en el
desierto, construyan en el páramo una calzada para nuestro
Dios. Que todo valle se eleve, que todo monte y colina se
rebajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane.
Entonces, se revelará la gloria del Señor y todos los hombres
lo verán.” Así ha hablado la boca del Señor. Palabra de Dios.

Evangelio

Lectura del Santo Evangelio Según


San Juan (1, 1-18)
En el principio ya existía la
Palabra, y la Palabra estaba junto a
Dios, y la Palabra era Dios. la
Palabra en el principio estaba junto
a Dios. Por medio de la Palabra se
hizo todo, y sin ella no se hizo
nada de lo que se ha hecho. En la
Palabra había vida, y la vida era la
luz de los hombres. La luz brilla en
la tiniebla, y la tiniebla no la
recibió. La Palabra era la luz
verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino y en el
mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el
mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la
recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser
hijos de Dios, si creen en su nombre. Estos no han nacido de
sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. y
la Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros, y hemos
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contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre,
lleno de gracia y de verdad. Palabra del Señor.

Reflexión:

Una vez más el Señor nos concede llegar al final de esta


jornada de camino, de misión, de evangelización, de preparar
nuestro corazón para recibir la llegada del Salvador. Estos
días hemos reflexionado en torno al tema de la Encarnación
del Hijo de Dios que nos comunica el amor misericordioso del
Padre. Dios se hace hombre y viene a habitar entre nosotros,
Aquél que ha existido desde siempre pone su morada entre
nosotros y nos comunica la alegría de ser sus hijos.

Hoy Jesús quiere que nosotros lo recibamos en lo más


profundo de nuestro corazón y que lo comuniquemos de
persona a persona con nuestro propio testimonio de vida, que
seamos capaces de evangelizar donde quiera que estemos, en
la calle, como lo hemos hecho estos días, en el mercado, en la
tortillería, en el parque, en todo lugar donde vayamos
debemos ser signo de unidad, signo de luz, como lo es Jesús
nuestro Señor, que nos recuerda que viene para dar vida y
darla en abundancia, especialmente a aquellos que más lo
necesitan. Hagamos nuestros los sentimientos de Jesús que
quiere que nos amemos los unos a los otros y recibámoslo en
nuestro corazón y en nuestra mente para salir a gritar por las
calles que Cristo vive en nuestro corazón.

Que, a ejemplo de maría y San José, nosotros también


aprendamos a hacer camino, aprendamos a ir por las calles
anunciando la Buena Nueva de Salvación y que ante todo,

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Jesús encuentre siempre en nosotros un corazón dispuesto y
preparado para recibirlo y dejarlo habitar entre nosotros.

Oración comunitaria

Lector: Señor, ayúdanos a prepararnos para recibir a Jesús en


esta navidad, para purificarnos y recibir con verdadero
amor y verdadera fe al Hijo que se humillo por
nosotros.

Todos: Te lo pedimos, Señor.

Lector: Que seamos capaces de amar a nuestros hermanos


como Jesús nos amó.

Todos: Te lo pedimos, Señor.


(Pueden agregarse otras oraciones espontáneas)

Oración final: Señor, ayúdanos a evitar toda locura de este largo


periodo de frenesí consumista que comienza mucho antes del 31 de
octubre y termina después del año nuevo con un vacío y un
agotamiento que merman nuestra alma. Muéstranos en que cosas
podemos hacer más simples nuestras vidas propiciando mayor
tiempo para la meditación, y la oración. Sabio Señor, concédenos
en este adviento y navidad, el don de la sensatez.

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