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rEVISIÓN

Neurobiología del trastorno obsesivo-compulsivo:


aportaciones desde la resonancia magnética funcional (I)
Josep Pena-Garijo, M. Ángeles Ruipérez-Rodríguez, Alfonso Barros-Loscertales

Introducción. En los últimos años, la neurociencia ha experimentado un creciente interés por aplicar sus métodos al cono- Departamento de Psicología
Básica, Clínica y Psicobiología.
cimiento de los trastornos psiquiátricos y una de las herramientas fundamentales para ello son las técnicas de neuroima- Facultad de Ciencias Humanas
gen. No obstante, en general, los estudios de aplicación de la resonancia magnética funcional en este ámbito son escasos y Sociales. Universitat Jaume I.
y, en ocasiones, contradictorios. Castellón de la Plana, España.

Objetivo. En esta primera parte del trabajo se revisa la bibliografía especializada y se describe, de forma crítica, la literatu- Correspondencia:
Dr. Josep Pena Garijo.
ra científica existente hasta la actualidad sobre neuroimagen y neuropsicología de uno de los trastornos más estudiados Departamento de Psicología
desde un punto de vista neurobiológico, como es el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Básica, Clínica y Psicobiología.
Facultad de Ciencias Humanas
Desarrollo. Se exponen los aspectos básicos de la investigación neurobiológica en el TOC, que ha mostrado un especial y Sociales. Universitat Jaume I.
interés en el estudio de sistema corticoestriadotalámico, y que sugiere un déficit en la inhibición de respuesta como posi- Campus Riu Sec. Avda. Sos Baynat.
E-12071 Castellón de la Plana.
ble sustrato cognitivo de los síntomas del TOC. En la segunda parte, se revisarán los artículos sobre la utilización de esta
técnica de neuroimagen indexados en las bases de datos médicas más utilizadas sobre el tema desde 1996. E-mail:
jpena@psb.uji.es
Conclusión. La inhibición de respuesta parece ser un importante dominio cognitivo a la hora de explicar este trastorno. La
mayoría de estudios sugiere que el córtex prefrontal (orbitofrontal y cíngulo), los ganglios basales y el tálamo se relacio- Aceptado tras revisión externa:
22.02.10.
nan con la patogénesis del TOC.
Cómo citar este artículo:
Palabras clave. Neurociencias. Neuroimagen. Neuropsicología. Revisión. RMf. Trastorno obsesivo-compulsivo. Pena-Garijo J, Ruipérez-Rodríguez
MA, Barros-Loscertales A.
Neurobiología del trastorno
obsesivo-compulsivo: aportaciones
desde la resonancia magnética
Introducción reducir esta angustia. Esta condición de alivio es funcional (I). Rev Neurol 2010;
50: 477-85.
temporal, por lo que las compulsiones se repiten a
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es una con­ menudo, llegando a invadir la conducta del sujeto,
dición clínica heterogénea con una breve historia produciendo un intenso malestar y convirtiéndose © 2010 Revista de Neurología

desde la investigación psicopatológica. Las obse- en un círculo vicioso entre la aparición del pensa-
siones y compulsiones fueron descritas por primera miento obsesivo, la ansiedad que éste produce, el
vez por Esquirol en 1838 y desde entonces han ido alivio que acontece tras efectuar el ritual y la apari-
variando en su definición hasta las concepciones ción de nuevo de la idea obsesiva.
categoriales que contempla el Manual diagnósti- Durante años, este trastorno ha sido refractario a
co y estadístico de los trastornos mentales, cuarta todos los tratamientos, y el conocimiento de su etio-
edición, texto revisado [1] y otras más actuales [2], logía ha sido poco menos que tentativo. Sin embargo,
que sugieren propuestas dimensionales, teniendo en desde la aparición de los antidepresivos serotoninér-
cuenta la especificidad sintomática, lo que complica gicos (primero la clormipramina y más recientemen-
el estudio de un trastorno de gran relevancia para la te los inhibidores selectivos de la recaptación de
compresión de la psicopatología humana y de gran serotonina) y las terapias cognitivo-comportamen-
interés clínico por su curso crónico, por lo incapa- tales (con especial interés, la técnica de exposición
citante que puede llegar a ser y por el gran sufri- con prevención de respuesta), el pronóstico de este
miento que genera en el paciente. cuadro clínico ha mejorado significativamente.
La condición clínica del TOC se caracteriza por Desde una perspectiva diagnóstica, y desde hace
la presencia de obsesiones o compulsiones. Una ob- más de 25 años, las técnicas de neuroimagen han en-
sesión es un pensamiento, idea o imagen recurrente trado a formar parte del arsenal diagnóstico en me-
y persistente que se experimenta de forma parásita dicina clínica y en la investigación biomédica, y son
y cuyo contenido produce angustia y, en ocasiones, una herramienta de gran valor en el conocimiento
la necesidad de llevar a cabo alguna acción (una tanto de la etiología como del pronóstico y la tera-
conducta u otro pensamiento) a la que llamamos péutica de los trastornos mentales. Entre ellas, las
ritual obsesivo o compulsión, con la finalidad de técnicas de neuroimagen funcional, como la tomo-

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J. Pena-Garijo, et al

grafía por emisión de positrones (PET), la tomogra- relación entre los síntomas obsesivos-compulsivos
fía simple por emisión de fotón único (SPECT) y la y la posible disfunción del circuito frontobasal. A
resonancia magnética funcional (RMf ), son capaces partir de estos estudios, el conocimiento de las pro-
de mostrar la función cerebral de manera in vivo. yecciones anatómicas que llegan al núcleo caudado
La PET evalúa fundamentalmente el metabolismo procedentes de la corteza orbitofrontal y del cíngu-
de la glucosa y la SPECT visualiza el estado del flu- lo está bien establecido. El caudado, a su vez, envía
jo sanguíneo cerebral. En particular, la RMf es una fibras inhibidoras al globo pálido, que se supone
variante de la RM que ofrece una mejor resolución una vía de salida de la información procesada en los
espacial y temporal que las dos técnicas anteriores, ganglios basales. Esta información fundamental-
además de su carácter no invasivo. La RMf aprove- mente inhibidora que sale del pálido y llega al tála-
cha las propiedades magnéticas diferentes de la oxi- mo, a su vez, se proyecta de vuelta a la corteza, ce-
hemoglobina y la desoxihemoglobina para detectar rrando así el circuito [4]. Un fallo en las estructuras
cambios localizados en el nivel de oxigenación de la basales podría originar una desinhibición general,
sangre, asociados de forma indirecta al nivel de ac- que acabaría produciendo un sistema reverberante
tivación neural de una región cerebral en la que se e hiperactivo.
localizan estos cambios. Varias teorías se afanan en explicar la manera
En 1991 apareció la RMf en neurociencias, pero en que la hiperactividad descrita en algunas áreas
no es hasta 1997 cuando se publica el estudio pio- cerebrales podría relacionarse con la producción
nero de Breiter y Rauch [3] en el que se pone de de síntomas obsesivo-compulsivos. Estos modelos
manifiesto la importancia de esta técnica para el acostumbran incluir en sus planteamientos con-
futuro de la investigación en psiquiatría y en neu- ceptos relacionados con estudios de etología que se
rociencias en general, corroborando las investi- adaptan bien a los contenidos de las obsesiones. Así,
gaciones previas en cuanto a la implicación de los se sabe que las obsesiones más frecuentes que en-
circuitos corticoestriadotalámicos y límbicos en la contramos en humanos se relacionan con conduc-
patogenia del TOC. tas de higiene, agresión, sexualidad o peligro, por lo
Los estudios acerca del TOC contrastan con la es- que algunos autores las han considerado como pa-
casa bibliografía sobre neuroimagen cerebral existente trones instintivos que se instauran en el cerebro por
en otros trastornos de ansiedad según los sistemas de el gran valor adaptativo que poseen. Se han llegado
clasificación actuales. En esta línea de investigacio- a equiparar con los comportamientos de acicalado
nes sobre el TOC, Mataix-Cols et al [2], en su revi- y limpieza (grooming) que se observan en varias es-
sión sobre los avances recientes en neuroimagen y pecies, sobre todo en primates, y que incluso se han
neuropsicología del TOC, resumen los hallazgos de investigado en modelos animales de TOC [5].
neuroimagen estructural a anomalías volumétricas A Rapoport [6,7] se la considera la primera auto-
en el estriado (y otras estructuras), mientras que ra que postula una teoría neuroetológica del TOC.
con técnicas de neuroimagen funcional se observa Para ella, las funciones de los ganglios de la base en
una hiperactividad del circuito corticoestriadotalá- el cerebro son un hecho clave para explicar el cua-
mico, que incluiría el córtex orbitofrontal y el nú- dro obsesivo-compulsivo. De un lado, son vistas
cleo caudado, concluyendo que existiría un estria- como estructuras que contienen un repertorio de
do disfuncional que, secundariamente, produciría patrones fijos de acción característicos de la especie
cambios en otras estructuras. Los mismos autores que poseen significación adaptativa en comporta-
sugieren que estos hallazgos, en ocasiones contra- mientos autoprotectivos y, de otro lado, se organi-
dictorios, podrían reconceptualizarse como déficit zan en un sistema de integración de estímulos sen-
cognitivos secundarios a disfunciones del sistema soriales. Según esta investigadora, en condiciones
ejecutivo, e instan a investigar en el futuro con pa- normales un determinado patrón tan sólo se desen-
radigmas que combinen neuropsicología y neuro- cadenaría ante estímulos específicos (por ejemplo,
imagen funcional. lavarse las manos ante la presencia de la suciedad
o contaminación), y, cumplido su objetivo, señales
sensoriales apropiadas (comprobar que las ma-
Aspectos neurobiológicos nos están limpias) tendrían también la capacidad
en la etiopatogenia del TOC de inhibir esta conducta. De esta forma, las áreas
corticales controlarían, a través de la estimulación
Los estudios neuroanatómicos y neuropsicológicos sensorial adecuada que envían al estriado, el inicio,
que se han desarrollado en pacientes con TOC han mantenimiento y, en última instancia, la inhibición
dado origen a varias teorías que intentan explicar la de un determinado patrón de comportamiento.

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Errores en este sistema provocarían que, por una no proviene del estriado, sino directamente del cór-
parte, estos patrones se desencadenen ante cual- tex frontal, y va a parar al sistema indirecto de con-
quier tipo de estímulo que el sujeto perciba como trol de los ganglios basales. Este sistema de control
peligroso, aunque no lo fuera y, por otra, sería más proyecta entonces al complejo globo pálido/sustan-
costoso interrumpirlos una vez ya se han desenca- cia negra, desde donde ‘engancha’ a la vía común al
denado. De esta manera, el individuo se convertiría tálamo y de vuelta al córtex frontal. Así pues, una
en un ‘escéptico’ que no concede crédito a sus datos vez delimitadas la vía directa e indirecta, proponen
sensoriales ni confía en poder refutar la obsesión a que la patofisiología del TOC proviene de un balan-
través de la lógica [6]. ce incorrecto de ambas vías. Resumiendo, propone
En la misma línea, Baxter et al [8] sugieren que una mayor influencia de la vía directa que acabaría
una intrincada red de conexiones entre los ganglios produciendo una mayor actividad talamocortical.
basales y el área orbital frontal regula estos patro- La hiperactividad de esta vía provocaría una mayor
nes fijos de comportamiento. La hiperactividad de conciencia para temas como el peligro o la higiene
los ganglios basales (por ejemplo, en el TOC) ori- (temas típicamente obsesivos), obligando al sujeto
ginaría la aparición de las secuencias repetitivas con TOC a responder con comportamientos ritua-
que se pueden observar en los rituales compulsivos. les y haciéndole muy difícil cambiar el sentido de su
Por otra parte, la hiperactividad del córtex frontal, conducta hacia comportamientos más adaptativos.
sobre todo la parte orbital, podría exacerbar fun-
ciones asociadas clásicamente a estas áreas cere-
brales, provocando algunos de los síntomas típicos Neuropsicología del TOC
del TOC, como la rigidez cognitiva, el aumento de
la preocupación y los sentimientos de culpa que En los modelos neuropsicológicos actuales, las dis-
acompañan a las obsesiones. funciones cognitivas (funciones ejecutivas y me-
Es bien visible la dificultad que muestran estos moria) se entienden como un problema interme-
sujetos para flexibilizar comportamientos y cam- dio entre las alteraciones neurobiológicas (sistema
biarlos lo que, junto con la pobreza en el control frontoestriado) y la fenomenología clínica del TOC.
de las interferencias de estímulos poco relevantes, Desde un punto de vista del tratamiento del TOC,
acabaría por conducir a la aparición repetitiva de esto sería de gran interés, ya que implicaría reper-
un mismo comportamiento, sobre el que el sujeto cusiones sobre las opciones del tratamiento del
ya no tendría control [9]. trastorno. Así, actualmente, además de los trata-
Los modelos más recientes han modificado y ex- mientos farmacológico y psicoterapéutico empíri-
tendido las primeras teorías del TOC [10]. Saxena camente validados [12], y que han comportado un
et al [11] conciben la etiopatogenia del TOC como cambio terapéutico significativo, se han comenzado
una disfunción en el circuito frontoestriado y pos- a aplicar en el tratamiento del TOC programas de
tulan la existencia de dos vías, a las que denomina, rehabilitación de funciones cognitivas alteradas, al
‘directa’ e ‘indirecta’. En los primates, ‘la vía directa’ igual que se ha propuesto con la esquizofrenia.
se origina en el córtex frontal que estimula el re- Sin embargo, a pesar del incremento de estudios
ceptor D1 del estriado. Éste, entonces, proyecta a neuropsicológicos en la investigación del TOC du-
la porción interna del globo pálido/sustancia negra rante los últimos años, los datos continúan siendo
(complejo parte reticulada), a la que considera la confusos, e incluso contradictorios, sin que se haya
principal estación de los ganglios de la base. Desde encontrado un patrón claro de disfunción cogniti-
este complejo reticular se proyecta al tálamo, que va. Posibles explicaciones a estos resultados contra-
conecta directamente con el córtex frontal. Esta vía dictorios serían que el patrón de déficit descrito no
directa consta de dos proyecciones excitatorias y es el mismo en los diferentes estudios, o la posible
dos inhibitorias, que, de esta manera, desinhiben al existencia de diferentes subgrupos de TOC con al-
tálamo y activan el sistema en un circuito autorre- teraciones cognitivas distintas o, incluso, que sólo
verberante de feedback positivo permanente. sea un subgrupo el que presente alteraciones [13].
Por otro lado, ‘la vía indirecta’, que viene desde el
córtex frontal, activa el receptor D2 del estriado que, Funciones ejecutivas
a su vez, inhibe el sistema indirecto de control de los
ganglios basales. Este sistema de control está forma- Diversos estudios han hallado en pacientes diag-
do por la parte externa del globo pálido y el núcleo nosticados de TOC una afectación de las funciones
subtalámico. Es importante señalar que una gran ejecutivas responsables de la capacidad para captar
cantidad del input que recibe el núcleo subtalámico los aspectos globales de situaciones o problemas,

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y de utilizar esta información para priorizar obje- podría interpretarse como posibles correlatos neu-
tivos, planificar y llevar a cabo la conducta de una rales de algunos síntomas clínicos.
manera estratégica [14]. Recientemente, Henry [18], en un estudio meta-
En un estudio que combina neuropsicología y neu- analítico de la bibliografía que ha investigado con el
roimagen, Lucey et al [15] compararon una muestra WCST [19] y con pruebas de fluencia verbal, encon-
de 19 pacientes con TOC con un grupo de controles, tró que, aunque las tareas de cambio atencional o
equiparadas las variables de edad y sexo. Ambos set-shifting como el WCST se consideran alteradas
grupos se evaluaron mediante el test de clasifica- en el TOC, los déficit en fluencia verbal (fonémica y
ción de tarjetas de Wisconsin (WCST), una prueba semántica) parecen más sensibles a este trastorno.
clásicamente relacionada con el córtex prefrontal y Concluyen, en cualquier caso, que los resultados en
una técnica de neuroimagen funcional (SPECT); el estos test no reflejan sólo una disfunción ejecutiva
objetivo del estudio era relacionar errores cognitivos en el TOC, sino más bien un defecto cognitivo más
con actividad cerebral. Estos autores encontraron en generalizado.
los pacientes diagnosticados de TOC más errores Por lo que se refiere a la investigación de subgru-
perseverativos y respuestas incorrectas, así como un pos de TOC, Lawrence et al [20] examinaron la
número mayor de ensayos para completar cada ca- especificidad de las dimensiones sintomáticas del
tegoría. Asimismo, el total de categorías fue menor TOC y su relación con funciones neuropsicológicas,
respecto al grupo control, no hallando diferencias utilizando un análisis de regresión múltiple. En su
entre los pacientes medicados y los no medicados. estudio, un total de 39 pacientes con TOC y 40 con-
Por lo que se refiere al SPECT, se encontró relación troles completaron el Iowa Gambling Task [21], que
positiva entre las respuestas erróneas en el WCST y es una prueba de toma de decisiones, y el WCST.
el flujo cerebral en el córtex frontal inferior derecho Los resultados fueron que tanto los pacientes obse-
y en el núcleo caudado para el grupo de pacientes. sivos como los controles tuvieron un rendimiento
Se consideró que estas dificultades de categoriza- similar en la tarea de toma de decisiones, mientras
ción estaban relacionadas con el hecho de que los que los pacientes ‘acumuladores’ exhibieron déficit
pacientes obsesivos utilizan un pensamiento ‘sobre- en el Iowa. Asimismo, los pacientes obsesivos tuvie-
inclusivo’, de manera que clasifican la realidad en ron peores rendimientos en el WCST que los con-
exceso, centran su atención en pequeños detalles y troles, asociándose negativamente los síntomas de
tienen dificultad para ejecutar tareas que requieran orden/simetría con esta tarea. Estos resultados nos
razonamiento intuitivo y una visión global. ayudan a explicar las inconsistencias encontradas
Otro paradigma que permite la evaluación de las en estudios neuropsicológicos previos y, a su vez,
funciones prefrontales es la inhibición de una res- apoyan los recientes hallazgos en neuroimagen que
puesta automática. Rosenberg et al [16] hallaron un relacionan diferentes mecanismos neurales con di-
elevado porcentaje de fracasos en la inhibición de ferentes dimensiones sintomáticas en el TOC [2].
respuestas oculomotoras, lo que se asoció a la gra-
vedad del TOC. Estos fracasos se relacionarían con Memoria y aptitud visuoespacial
la dificultad para inhibir las conductas repetitivas,
que configuran uno de los síntomas clínicos funda- Respecto al funcionamiento de la memoria en el
mentales del TOC. TOC, hay una considerable evidencia en la lite-
En resumen, la alteración de las áreas orbito- ratura científica sobre la presencia de déficit en la
frontales afecta a las funciones ejecutivas, respon- memoria no verbal. Sin embargo, diversos estudios
sables de la planificación de las acciones, resolución han aportado evidencia empírica acerca de la pre-
de problemas y adaptación [17], por lo que si estas sencia de alteraciones en el funcionamiento de la
áreas resultan lesionadas, provocan inflexibilidad memoria verbal [22-24].
y disminución de la respuesta de inhibición. Estos Por lo que se refiere a la primera, varias investi-
procesos de flexibilidad cognitiva e inhibición de gaciones observaron una afectación de los procesos
respuesta, que se hallan disminuidos en los suje- de recuperación de la información no verbal. Savage
tos con TOC, podrían indicar una alteración de la et al [25] estudiaron los procesos de recuperación li-
corteza prefrontal, especialmente de las áreas orbi- bre y de recuerdo de información verbal y no verbal
tofrontales. Estas alteraciones cognitivas son aná- aprendida con anterioridad. Hallaron un déficit en
logas a algunos síntomas clínicos del TOC, como la recuperación de la información visual sólo si se
los pensamientos intrusivos y la dificultad para dis- solicitaba al sujeto que evocase dicha información
traerse de ellos y para inhibir compulsiones u otras de forma libre. Sin embargo, no hallaron diferencias
respuestas repetitivas o estereotipadas [14], lo que con el grupo control cuando la recuperación era

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mediante reconocimiento. Posteriormente, se apor- mediante el uso de estrategias que implican la fun-
taron datos que indicaban que los problemas de ción ejecutiva.
memoria no verbal estarían también relacionados Resulta especialmente interesante el trabajo ci-
con alteraciones en la capacidad de codificación de tado de Chamberlain et al [31], en el que revisan
la información [26]. También compararon un grupo las investigaciones realizadas hasta el momento
de pacientes diagnosticados de TOC con sujetos sin y proponen un modelo en el que los déficit en los
diagnóstico de trastorno mental, en la ejecución de procesos inhibitorios, tanto cognitivos como con-
la figura compleja de Rey-Osterrieth, y analizaron ductuales, podrían representar el sustrato neuro-
las estrategias que utilizaron para realizar la copia y cognitivo de los síntomas mayores del TOC. Este
la reproducción inmediata de esta figura. Los resul- modelo vendría avalado por una abundante inves-
tados mostraron peor rendimiento entre los pacien- tigación de su propio grupo (Figura). Los fallos en
tes, probablemente a causa de sus problemas con el inhibición cognitiva y conductual dan cuenta de
uso de estrategias de organización de la información muchos de los déficit cognitivos y clínicos observa-
visuoespacial mientras copiaban la figura. dos en el TOC. Las anormalidades en la circuitería
Estos resultados parecen ser coherentes con la corticosubcortical, particularmente en el circuito
hipótesis de que los déficit en la memoria serían se- orbitofrontal lateral, podrían representar las bases
cundarios a una afectación frontal, lo que impediría neurobiológicas de estos fallos inhibitorios. Estos
un procesamiento global de la situación y, por lo circuitos están implicados en los procesos de inhi-
tanto, una afectación en la codificación de la infor- bición fisiológica y se encuentran frecuentemente
mación y el posterior recuerdo [27]. Así pues, esta alterados en los estudios de neuroimagen.
dificultad para el aprendizaje de nueva información La heterogeneidad del trastorno y las limitacio-
podría representar el sustrato cognitivo del fenó- nes de algunos estudios impiden obtener conclu-
meno de la duda patológica y la necesidad compul- siones definitivas, si bien la alteración neuropsico-
siva de comprobación [28]. lógica que resulta más consistente es el déficit de las
Tolin et al [29] han estudiado los procesos de funciones ejecutivas [32]. Futuros estudios deben
memoria desde una perspectiva metacognitiva y centrarse en el control de las variables extrañas, así
evaluando la confianza que tiene el sujeto en su pro- como en la relación entre los procesos cognitivos y
pia memoria. Los resultados sugieren que, cuando la sintomatología del TOC.
un individuo con TOC está expuesto al mismo estí-
mulo en repetidas ocasiones, su nivel de confianza
en su recuerdo, paradójicamente, disminuye. Estos Neuroimagen en el TOC
resultados son análogos a las situaciones de com-
probación, donde la duda se incrementa cada vez Las diferentes áreas y sistemas cerebrales involu-
que el paciente comprueba, por lo que necesitaría crados en la aparición de los síntomas obsesivo-
comprobar una y otra vez. compulsivos dicen mucho acerca de la complejidad
Moritz et al [30] aportan datos de interés acerca y heterogeneidad de este trastorno. A pesar de ello,
de algunas cuestiones poco claras de los estudios de algunos estudios consiguen iluminar este pano-
memoria y TOC. En un estudio con una tarea de rama. Cabe destacar el trabajo de Pujol et al [33],
memoria, estos autores encontraron que los pa- entre otras cosas por el tamaño de la muestra utili-
cientes con o sin compulsiones de comprobación zada (72 sujetos). En él encuentran que los cerebros
no mostraban diferencias con los controles, ni en de los pacientes con TOC muestran una reducción
recuerdo, ni en metamemoria. Así, los pacientes apreciable del volumen de sustancia gris en el giro
sólo mostraron diferencias en el olvido de ítems au- frontal medial, el córtex orbitofrontal medial y la
togenerados relacionados con depresión comórbida región insular izquierda. También encuentran un
y no con síntomas de TOC. A la vista de los resul­ aumento bilateral del tamaño del putamen en su
tados, podríamos concluir que los hallazgos sobre área ventral, así como en el cerebelo anterior. Todos
déficit de memoria en el TOC no son concluyentes. estos hallazgos son consistentes con los datos pro-
Por esto, sería plausible pensar que los pacientes venientes de estudios con neuroimagen funcional,
sólo tienen problemas de memoria y ejecutan ritua- lo que nos lleva a mantener la hipótesis de la impli-
les obsesivos cuando perciben su propia responsa- cación de áreas específicas del sistema frontoestria-
bilidad de forma exagerada. En la misma línea, au- tal en la etiopatogenia del TOC.
tores como Chamberlain et al [31] sugieren que los En la revisión sobre neuroanatomía funcional del
déficit en tareas de memoria tan sólo acontecen TOC realizada por Friedlander y Desrocher [10], se
cuando la tarea tiene relación con la codificación analizan los trabajos que han utilizado PET o SPECT

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jetos que mostraban una línea base emocionalmen-


Figura. Modelo de Chamberlain (2005). te neutra. Estos resultados confirman los hallazgos
de los estudios de reposo e informan un aumento de
la activación en el córtex orbitofrontal, córtex cin-
gulado, estriado y tálamo. También, aunque menos
evidente, sugieren la implicación del córtex prefron-
tal lateral, la amígdala y la ínsula [36,37]. Una limi-
tación de este tipo de estudios es la falta de control
en cuanto a si los hallazgos reflejan simplemente los
correlatos neurales de los estados de ansiedad nor-
mal, como señalan Mitterschiffthaler et al [35], cuyo
estudio compara los niveles de ansiedad entre pa-
cientes con síntomas obsesivos y voluntarios. En él
encuentra las mismas áreas cerebrales relacionadas
que en los sujetos obsesivos, lo cual le lleva a plan-
tear que las diferencias entre pacientes y controles
pueden ser más cuantitativas que cualitativas.
Otro tipo de estudios, que combina la neuroima-
gen funcional con paradigmas de activación cogni-
tiva, utiliza tareas neuropsicológicas bien validadas.
La principal ventaja de estas pruebas es que sus co-
rrelatos neurales se han establecido en sujetos nor-
males y proporcionan la posibilidad de estudiar las
para estudiar el metabolismo basal o el flujo sanguí- diferencias con los pacientes obsesivos y con otros
neo cerebral regional mientras los pacientes perma- pacientes psiquiátricos. El problema de estos es-
necían en reposo, es decir, sin realizar ninguna tarea tudios es que son más débiles ecológicamente (en
concreta. Los resultados de estos estudios mostra- comparación con los que miden la activación cere-
ron de forma consistente que los pacientes obsesi- bral en estado sintomático) y que asumen que existe
vos, comparados con los controles, presentaban un un déficit neuropsicológico de base en el TOC. Esta
metabolismo aumentado en el córtex orbitofrontal, limitación ha promovido que, actualmente, se in-
el estriado y el tálamo. De forma menos consisten- vestigue una importante variedad de dominios cog-
te, también se hallaron otras regiones implicadas, nitivos diferentes [38]. Con una muestra pequeña,
como el córtex cingulado anterior y el córtex pre- Rauch et al [39] encontraron que durante una tarea
frontal dorsolateral. Un metaanálisis sobre el tema de aprendizaje implícito, los pacientes obsesivos
realizado por Whiteside et al [34] concluye que los exhibieron una menor activación frontoestriatal y
únicos hallazgos consistentes son los que se refieren que utilizaron regiones alternativas, como el hipo-
a un aumento del metabolismo y del flujo sanguíneo campo, quizás para compensar su déficit frontoes-
cerebral en el córtex orbitofrontal y en la cabeza triado primario. Varios estudios con paradigmas de
del caudado en pacientes con TOC al compararlos activación cognitiva encuentran implicados en el
con los controles. Sin embargo, estos resultados se TOC a estos circuitos frontoestriatales [38].
deben tomar con cierta cautela, ya que los estudios Por último, se encuentran una serie de estudios
analizados presentan una importante limitación: el que han combinado paradigmas de reposo o de pro-
escaso control experimental sobre el estado mental vocación de síntomas con diseños longitudinales de
de los pacientes mientras están en el escáner [35]. tratamiento y que han hallado de forma consistente
Esta limitación se subsana en los estudios de pro- que las diferencias detectadas antes del tratamiento
vocación de síntomas, los cuales aportan un mejor tienden a normalizarse tras aplicar con éxito trata-
control experimental, por lo que se consideran de mientos farmacológicos o terapias conductuales [8,
mayor validez, sobre todo ecológica. Los trabajos 40,41]. Estos datos llevan a plantear que quizás una
de neuroimagen funcional han combinado diferen- de las áreas más prometedoras de la investigación en
tes procedimientos para evocar síntomas: hacer a neuroimagen funcional del TOC sea su potencial
los pacientes visionar imágenes o tocar cosas rela- para predecir el éxito terapéutico, dado que diferen-
cionadas con sus ideas obsesivas (por ejemplo, con tes tratamientos podrían tener diferentes mecanis-
la contaminación). Las respuestas de los pacientes mos de acción [35]. Así, varios estudios han relacio-
bajo estas condiciones se compararon con las de su- nado la actividad disminuida en el córtex prefrontal

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Neurobiología del trastorno obsesivo-compulsivo: aportaciones desde la RMf

con el éxito del tratamiento psicofarmacológico, enfermedades neurológicas [46] que nos permiten
mientras que otros han encontrado que el aumento ampliar la visión del TOC a otros trastornos del es-
de actividad en esta región predeciría un mejor re- pectro obsesivo, como es el caso de los tics o del
sultado de la terapia cognitivo-conductual [12]. síndrome de Gilles de la Tourette [47].
La investigación hasta la fecha parece reafirmar-
se en la línea de la disfunción frontoestriatal, tanto
con técnicas estructurales [33] y análisis morfomé- Conclusiones
tricos [10,11,16,42,43] como con técnicas funcio-
nales [34]. Mataix-Cols et al [2] sugieren que estos Las conclusiones a las que podemos llegar en esta
hallazgos, en ocasiones contradictorios, podrían primera parte del trabajo son que la literatura revi-
reconceptualizarse como déficit cognitivos secun- sada dista de ser concluyente. Existen todavía nu-
darios a disfunciones del sistema ejecutivo, e instan merosas discrepancias en la conceptualización de
a investigar en el futuro con paradigmas que com- un modelo neurobiológico unitario del TOC. Los
binen neuropsicología e neuroimagen funcional. sistemas cerebrales frontoestriatales implicados en
Roth et al [44] examinaron los substratos neu- el TOC incluyen el córtex orbitofrontal, el estriado y
rales de la inhibición de respuesta en adultos con el cingulado anterior, entre otros. Estudios con PET
TOC usando la RMf y una tarea go/no-go en un describen un metabolismo anormal del córtex or-
diseño relacionado con eventos con 12 adultos bitofrontal en estudios de reposo. Los estudios con
obsesivos frente a 14 controles sanos. Durante la RMf que han investigado la función ejecutiva tam-
inhibición, los sujetos sanos mostraron activación bién han identificado diferencias en áreas frontoes-
de forma predominante en el hemisferio derecho, triatales en pacientes con TOC, sobre todo el córtex
mientras que los pacientes lo hicieron de forma prefrontal y el núcleo caudado [48]. Existe también
más difusa y bilateralmente. Además, el grupo TOC cierta evidencia de la implicación de las funciones
mostró menor activación que el grupo de control en cognitivas relacionadas con la inhibición de respues-
varias regiones durante la inhibición de respuestas. tas como sustrato neurocognitivo del TOC [31].
Éstas incluyeron los giros frontal medial e inferior
derecho. La gravedad de los síntomas correlacionó
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inversamente con la activación en el orbitofrontal
derecho y en el cíngulo, y positivamente con acti- 1. American Psychiatric Association. Manual diagnóstico y
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Neurobiología del trastorno obsesivo-compulsivo: aportaciones desde la RMf

The neurobiology of obsessive-compulsive disorder: new findings from functional magnetic resonance
imaging (I)

Introduction. In recent years, neuroscience has shown a growing interest in applying its methods to furthering the knowledge
of psychiatric disorders, and one of the fundamental tools used to do so are neuroimaging techniques. Yet, in general,
few studies have been conducted in which functional magnetic resonance has been applied in this field and findings are
sometimes contradictory.
Aims. In this first part of our work we review the specialised bibliography and present a critical discussion on the scientific
literature published to date on neuroimaging and neuropsychology of one of the most widely studied disorders from a
neurobiological point of view, namely, obsessive-compulsive disorder (OCD).
Development. The article outlines the basic aspects of neurobiological research into OCD, which has focused more
especially on studying the cortico-striato-thalamic system. Results of this research suggest the existence of a deficit in the
response inhibition as the possible cognitive substrate underlying the symptoms of OCD. In the second part, we will review
the papers dealing with the use of this neuroimaging technique that have been indexed in the most commonly used
medical databases on the topic since 1996.
Conclusions. Response inhibition seems to be an important cognitive domain when it comes to explaining this disorder.
Most studies suggest that the prefrontal cortex (orbitofrontal and cingulate), the basal ganglia and the thalamus are
related with the pathogenesis of OCD.
Key words. fMRI. Neuroimaging. Neuropsychology. Neurosciences. Obsessive-compulsive disorder. Review.

www.neurologia.com  Rev Neurol 2010; 50 (8): 477-485 485

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