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Trabajo final: Recopilación de los puntos principales de lo estudiados desde Josué hasta Esther

Introduccion

La historia de Israel encierra un importante mensaje para la Iglesia de hoy: el plan de Dios
triunfa a pesar de las vicisitudes que sufra su pueblo, la oposición de sus enemigos y el fracaso
humano

Estos libros narran la conquista de Canaán y el establecimiento de Israel en ese país, su posterior
florecimiento, decadencia y. caída. Relatan también el cautiverio babilónico y la restauración del
pueblo Abarca aproximadamente un período de ochocientos a mil años: desde la invasión
efectuada por Josué en el siglo XV o posiblemente en el siglo XIII a.C., hasta Nehemías, a
mediados del siglo V a.C. a Palestina.

Este complementa la historia contenida en el Pentateuco y hace comprensibles algunos Salmos y


los libros proféticos. También ilumina verdades neotestamentarias. Por ejemplo, Jesús en
Nazaret se comparó a sí mismo con los profetas Elías y Eliseo, los cuales ministraban a paganos,
pues sus propios ciudadanos eran indignos. Así señala que un profeta es rechazado en su propio
país (Lucas 4:24-27).

La historia sagrada enseña además grandes lecciones morales y espirituales. El escritor de la


carta a los Hebreos menciona en el undécimo capítulo algunos de los héroes del Antiguo
Testamento como ejemplos que inspiran fe en los lectores. A través de los siglos de la Iglesia
cristiana, los creyentes han extraído lecciones de incalculable valor del estudio de la historia
sagrada.

Tiene también gran importancia, porque Dios se ha revelado a través de su trato con el pueblo
escogido. Dios no es una idea abstracta, sino un Ser personal que obra a favor de los hombres
que confían en El. Su personalidad se pone de relieve en su relación con ellos a través de
encuentros personales y sucesos históricos

Desarrollo

Josué

De todos los israelitas que salieron de Egipto durante el Éxodos, solo Josué y Caleb llegaron a la
tierra prometida. Dios usa a Josué para conquistar a Canaán. Josué fue un hombre que guio al
pueblo en su nuevo hogar y en la adoración a Dios. El libro de Josué fue escrito entre los años
1400-1375 a.C.

Título:

Este es el primero de los doce libros históricos, y obtuvo su nombre de las hazañas de Josué, el
discípulo por quien Moisés oró y al que comisionó como líder de Israel (Nm 27:12-23). "Josué"
quiere decir "Jehová salva", o "el Señor es salvación", y corresponde al nombre "Jesús" en el NT.
Dios libró a Israel en el día de Josué cuando Él estuvo personalmente presente como el jefe
Salvador que peleó por Israel (5:14-6:2; 10:42; 23:3, 5; Hch 7:45

En su trasfondo Histórico podemos decir que el libro de Josué lleva ese nombre en honor de uno
de los dos espías que más tarde llegó a ser el sucesor de Moisés. Josué condujo a los israelitas en
el cruce del Jordán, atacó y conquistó a los Cananitas, y dividió la tierra entre sus seguidores.
Los capítulos que siguen contienen un discurso de Josué en el cual lleva al pueblo a normas
elevadas de conducta personal, amonestándolos a honrar a Dios.

El nombre del libro es en honor del espía sucesor de Moisés. Como líder político, religioso y
militar condujo a los israelitas en el cruce del Jordán; atacó y conquistó a los cananeos, y dividió
la tierra entre quienes lo siguieron. En su discurso, Josué dirige al pueblo a observar elevadas
normas de conducta personal, y los exhorta a honrar a Dios. Se destaca la intervención
sobrenatural de Dios en el cruce del Jordán y en la conquista de Jericó y Hai. Dios es siempre
fiel, y cumple con sus promesas al conducir a su pueblo y concederle la entrada a la Tierra
Prometida.

Contexto Histórico de Josué 

     Cuando Moisés pasó el liderazgo a Josué antes de morir (Dt 34), Israel estaba al final de su
travesía en un período de cuarenta años por el desierto 1405 a.C. Josué estaba llegando a los
noventa años de edad cuando se convirtió en el líder de Israel. Él murió a la edad de ciento diez
años  (24:29), habiendo guiado a Israel a sacar a la mayoría de los cananeos y
habiendo dividido la tierra entre las doce tribus. Estando en las llanuras de Moab, al Este del río
Jordán y la Tierra Prometida (Gn 12:7; 15:18-21), los israelitas esperaban la dirección de Dios
para conquistar la Tierra Prometida. Ellos enfrentaron a pueblos en el lado occidental del Jordán
que se habían sumergido tanto en iniquidad que Dios haría que la tierra, por decirlo así, vomitara
a estos habitantes (Lv 18:24, 25). Él le daría a Israel la tierra por conquista, primordialmente para
cumplir el pacto que Él le había dado a Abraham y a sus descendientes, pero también para juzgar
justamente a los habitantes pecaminosos (Gn 15:16). La posesión por mucho tiempo atrás de
diferentes partes de la tierra por parte de varios pueblos se remontaba aún antes de la época de
Abraham (Gn 10:15-19; 12:6; 13:7). Sus habitantes habían continuado en un declive moral en la
adoración de muchos dioses hasta el tiempo de Josué.     

Jueces

Aunque los israelitas tenían su propia tierra y su propia identidad como el pueblo de Dios, no
tenían a un rey pues Dios gobernaba sobre ellos. Este libro contiene la historia de 12 hombres y
la única mujer, Deborah, que actuaron como jueces, o lideres, del pueblo durante momentos de
grandes pruebas y opresiones. Jueces fue escrito alrededor de 1050-1000 a.C. posiblemente por
Samuel.

El origen y la fecha del Libro de Jueces


Precisamente cómo llegó a existir el libro y cuándo se completó en la forma que ahora lo
tenemos, continúa siendo un asunto de debate entre los eruditos. El punto de vista tradicional
judío es que fue escrito por el profeta Samuel y éste puede contener al menos un elemento de
verdad. Pero hay indicaciones de que el proceso de composición del libro fue mucho más
complejo y prolongado que lo que sugiere este punto de vista tradicional.

Propósito de la Escritura: El Libro de Jueces puede dividirse en dos secciones: 1) Capítulos 1-


16, donde se relatan las guerras de liberación comenzando con la derrota de los cananeos a
manos de los israelitas y terminando con la derrota de los filisteos y la muerte de Sansón; 2)
Capítulos 17-21 conocidos como un apéndice y sin relación con los capítulos previos. Estos
capítulos son indicados como un tiempo “cuando no había rey en Israel (Jueces 17:6; 18:1; 19:1;
21:25)”. Originalmente, el libro de Rut formaba parte del Libro de Jueces, pero en el 450 d.C.
fue separado para convertirse en un libro independiente.

En resumen

 El Libro de Jueces es una trágica narración de cómo Yahvé [Dios] fue subestimado por Sus
hijos año tras año, siglo tras siglo. Jueces es un triste contraste con el libro de Josué, que narra las
bendiciones que Dios otorgó a los israelitas por su obediencia a Dios al conquistar la tierra. En
Jueces, ellos fueron desobedientes e idólatras, lo que los condujo a sus muchas derrotas. Sin
embargo, Dios nunca dejó de abrir Sus brazos en amor a Su pueblo, cada vez que se arrepentían
de sus malvados caminos e invocaban Su nombre. (Jueces 2:18). A través de 15 jueces de Israel,
Dios honró Su promesa a Abraham de proteger y bendecir a sus descendientes (Génesis 12:2-3).

Después de la muerte de Josué y sus contemporáneos, los israelitas se volvieron a servir a Baal y
Astarot. Dios permitía que los israelitas sufrieran las consecuencias de su adoración a dioses
falsos. Era entonces cuando el pueblo de Dios imploraba a Yahvé por Su ayuda. Dios envió
jueces a Sus hijos, para que los guiaran en una vida recta. Pero vez tras vez, ellos le daban la
espalda a Dios y se volvían a sus vidas de maldad. Sin embargo, guardando Su parte del pacto
con Abraham, Dios salvó a Su pueblo de sus opresores a lo largo de los 480 años del Libro de
Jueces.

Probablemente el más notable fue el 12º juez, Sansón, quien llegó a dirigir a los israelitas
después de 40 años de cautividad bajo el gobierno de los despiadados filisteos. Sansón condujo
al pueblo de Dios a la victoria sobre los filisteos, donde él perdió su propia vida después de 20
años de ser juez sobre Israel.

Rut
La historia de Rut es conocida por la gran amistad entre ella y su suegra Noemí. Este libro se
puede considerar como una transición entre la etapa de los jueces de Israel y la monarquía. Rut y
Noemí eran inmigrantes entre las tribus de Israel durante el tiempo de los jueces. La historia
personal de Rut termina con su matrimonio a Booz. De su linaje salió el eventual rey David. Rut
fue escrito posiblemente por Samuel entre 1050-500 a.C..

Samuel 1 y 2

Samuel fue el último juez de Israel. En 1 Samuel vemos como este gran profeta fue dedicado a
Dios desde su niñez y como Dios lo uso para dirigir al pueblo durante el reinado de su primer
rey, Saúl. En 2 Samuel, David es ungido rey de Judá por Samuel. Los detalles de su reino, su
vida personal, el castigo que recibió por sus pecados, pero también las promesas de Dios para él
e Israel están escritos aquí. La fecha de estos libros son alrededor del 931 al 733 a.C..

Una mirada panorámica a los dos libros de Samuel (que en realidad son una sola obra, en dos
tomos) descubre al punto la presencia sobresaliente de tres nombres de la historia de Israel:
Samuel, Saúl y David, y de un acontecimiento que no por efímero resulta menos importante: la
integración de las tribus israelitas en un cuerpo nacional gobernado por un único soberano.

La época a la que corresponden los hechos aquí narrados se puede situar aproximadamente entre
la primera parte del s. XI y la primera del s. X a.C. Comienza con el nacimiento de Samuel y
concluye con los últimos tiempos de la vida de David.

Con Samuel se cierra la etapa de los jueces o caudillos de Israel. Él fue el último representante
de los tiempos de anarquía en que las tribus carecían de cohesión entre sí, y las “juzgó” a lo largo
de toda su vida (1 S 7.15). Sin embargo, Samuel no solo significó el punto final de aquel periodo,
sino que, al iniciar la serie de los grandes profetas de Israel con el ungimiento (es decir, la
consagración) de sus dos primeros reyes, Saúl y David (1 S 9.27-10.1; 16.13), dio paso a la
institución de la monarquía y a la dinastía davídica.

Reyes 1 y 2

David muere en los primeros capítulos de 1 Reyes y su hijo Salomón toma su lugar. Conocemos
al profeta Elías que continuamente predicaba sobre el arrepentimiento a un pueblo desobediente.
Israel se convirtió en una nación dividida. Los reyes de Israel y Judá no siempre siguieron la
voluntad de Dios y varias veces llevaron el pueblo a la idolatría. Las consecuencias fueron
graves. En 2 Reyes Israel cae en manos de Babilonia. Estos libros fueron escribo alrededor del
530 a.C...

Crónicas 1 y 2
Estos dos libros fueron escritos por el sacerdote Esdras después del exilio del pueblo a Babilonia.
Su intención era mantener la identidad de Israel como el pueblo de Dios mientras estuvieran en
el extranjero. Los dos libros complementan a 1 y 2 de Samuel y a 1 y 2 de Reyes. Fueron escritos
entre 425 y 400 a.C...

En conclusión para los libros de 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes y 1 y 2 de Crónicas, podemos ver que
las cuestiones de gobierno y liderazgo afectan todos los aspectos de la vida. Cuando las naciones
y las organizaciones son bien gobernadas, las personas tienen la oportunidad de progresar.
Cuando los líderes no actúan para el bien de sus organizaciones y comunidades, todo deriva en
desastre. El éxito o el fracaso de cada uno de los reyes de Israel y de Judá dependían de su
cumplimiento del pacto y las leyes de Dios. Con las excepciones parciales de David, Salomón y
pocos más, los reyes decidieron adorar dioses falsos, lo que los llevó a seguir principios poco
éticos y enriquecerse a sí mismos a costa del pueblo. Su infidelidad llevó a la destrucción
eventual de Israel y Judá.

Sin embargo, la culpa no recae únicamente en los reyes. Fue el pueblo mismo el que trajo sobre
sí la aflicción de la tiranía cuando pidieron que el profeta Samuel les diera un rey. Al no confiar
en que Dios los protegería, estuvieron dispuestos a someterse a sí mismos al gobierno de un
autócrata. “Cada nación tiene el gobierno que merece”, como lo indica Joseph de Maistre. La
influencia corruptora del poder es un peligro que siempre está presente, pero aun así, es necesaria
que las naciones y las organizaciones sean administradas. El antiguo pueblo de Israel escogió un
gobierno fuerte por cuenta de la corrupción y la tiranía, una tentación que está muy presente en la
actualidad. Otros pueblos se han rehusado a hacer alguno de los sacrificios pagar impuestos,
obedecer leyes, abandonar las milicias tribales y personales requeridos para establecer un
gobierno funcional y pagaron el precio en anarquía, caos y asfixia económica autoimpuesta.
Tristemente, esto sigue ocurriendo actualmente en varios países. Se necesita un balance
espléndido para dar lugar a un buen gobierno, un balance que está prácticamente por encima de
las capacidades humanas. Si hay una lección principal que un pueblo puede tomar de Samuel,
Reyes y Crónicas, es que solo al comprometernos con la gracia y la guía de Dios, Su pacto y
mandamientos, podemos encontrar las virtudes necesarias para un gobierno bueno y duradero.

La buena administración y liderazgo son esenciales para que las personas sean exitosas y
prosperen económicas, relacionales, personal y espiritualmente. Samuel, Reyes y Crónicas
exploran diferentes aspectos del liderazgo y el gobierno en una gran variedad de trabajadores.
Las especificidades incluyen los peligros de la autoridad y las riquezas heredadas, los peligros de
tratar a Dios como un amuleto de buena suerte en nuestro trabajo, las oportunidades que surgen
para los trabajadores fieles, las alegrías y tristezas de la paternidad, el criterio piadoso para la
escogencia de los líderes, la necesidad de la humildad y la colaboración en el liderazgo, el rol
esencial de la innovación y la creatividad y la necesidad de la planeación para la sucesión y el
desarrollo del liderazgo.
Los libros le prestan mucha atención al manejo del conflicto, mostrando tanto la carrera
destructiva del conflicto reprimido como el potencial creador del desacuerdo abierto y
respetuoso. También indican la necesidad de personas diplomáticas y conciliadoras, tanto
formales como informales, y el rol indispensable de los subordinados que tienen la valentía de
decirles la verdad respetuosamente a aquellos que están en el poder, a pesar del riesgo que esto
represente para ellos mismos. En estos libros llenos de figuras de autoridad imperfectas, los
pocos líderes que siempre demostraron un buen desempeño incluyen a Abigail, cuyas buenas
habilidades de resolución de conflictos salvaron la integridad de David y la vida de sus
familiares, y a la niña del nombre desconocido, que era esclava de la esposa de Naamán, cuya
valentía en el servicio a la misma persona que la hizo esclava (Naamán) trajo paz entre naciones
en guerra. El profeta más destacado, que fue un líder excelente en estos libros, es Eliseo, el
profeta de Dios. De todos los profetas, es él quien le presta más atención al liderazgo en la vida
diaria, el trabajo y los temas económicos. Él restaura el sistema hídrico de una ciudad, capitaliza
comunidades económicas emprendedoras, reconcilia naciones por medio de las misiones
médicas (gracias a la sugerencia de la niña esclava mencionada anteriormente), crea una cultura
ética en su propia organización y mejora las condiciones de vida de viudas, hombres
trabajadores, comandantes y campesinos. Traer la palabra de Dios a la humanidad da como
resultado un buen gobierno, desarrollo económico y productividad agrícola.

Por desgracia, cuando se trata de los reyes, hay muchos más ejemplos malos que buenos de
liderazgo y gobierno. Además de manejar mal el conflicto, como se describe anteriormente, los
reyes reclutan trabajadores por la fuerza, separan familias, promueven una clase élite de
funcionarios públicos y oficiales del ejército perjudicando a las personas del común, le imponen
impuestos insoportables al pueblo para sustentar sus estilos lujosos de vida, asesinan a aquellos
que obstaculizan su camino, confiscan propiedades arbitrariamente, desvirtúan las instituciones
religiosas y eventualmente llevan sus reinos a la subyugación y el exilio. Es sorprendente que la
causa de estos males no es el fracaso y la debilidad de los reyes, sino su éxito y su fuerza. Ellos
tergiversan el éxito y la fuerza que Dios les da y las convierten en arrogancia y tiranía, lo que
trae como consecuencia que abandonen a Dios y violen Su pacto y Sus mandatos. El corazón
oscuro del liderazgo desastroso es la adoración de dioses falsos en lugar del Dios verdadero.
Cuando vemos un mal liderazgo hoy día en otras personas o en nosotros mismos sería bueno
preguntarnos antes, “¿qué dioses falsos se están adorando en esta situación?”

Así como la luz brilla más claramente en la oscuridad, en los fracasos de los reyes se resaltan
algunos episodios de buen liderazgo. La música y las artes florecen bajo la administración de
David. La construcción del tempo en la época de Salomón es una maravilla de la arquitectura, la
construcción, la artesanía y la organización económica. Los sacerdotes en el tiempo de Joás
desarrollaron un sistema para rendir cuentas en el aspecto financiero, el cual todavía se usa hoy
en día. Abdías es un modelo del bien que pueden hacer las personas fieles dentro de los sistemas
corruptos y las situaciones espantosas.
En la actualidad, Abdías es un mejor ejemplo para nosotros que David, Salomón o cualquiera de
los reyes. El interés dominante de los reyes era, “¿cómo puedo adquirir y mantener el poder?”,
pero el de Abdías era, “¿cómo puedo servir a las personas como Dios lo desea en la situación en
la que estoy?” Ambas son preguntas de liderazgo. Una se centra en los bienes que se necesitan
para tener el poder, y la otra en el poder necesario para el bien. Oremos que Dios llame a Su
pueblo a tomar posiciones de poder y que Él nos dé el poder necesario para cumplir nuestros
llamados, pero antes o después de pronunciar tales oraciones, comencemos y terminemos con,
“hágase Tu voluntad”.

Esdras y Nehemías

Tema, La Restauración, Reorganización y Reforma de Israel

Esdras

En este libro Israel sale de exilio y regresa a Jerusalén y Esdras los guía en la reconstrucción del
templo. En el último capítulo el pueblo se arrepiente de sus pecados. Esdras y Nehemías fueron
escritos entre el 538 y 475 a.C...

Nehemías

Como Esdras, este libro se trata de los esfuerzos del pueblo para re estabilizarse en Jerusalén. En
particular, Dios usa a Nehemías para organizar la reconstrucción de las murallas de la ciudad.

Propósito. El autor inspirado escribió los dos libros para demostrar: a. Cómo Dios cumplió la
promesa hecha a los profetas, de que haría regresar a Palestina a su pueblo cuando lo llevaran al
destierro los monarcas paganos. Se relata la restauración material, religiosa y moral de la nación
judaica después del exilio en Babilonia. Esta fue una manifestación de la providencia de Dios,
quien no solamente disciplinó a su pueblo y terminó con el mal de la idolatría mediante el 240
Los libros históricos cautiverio, sino que también lo hizo volver a Palestina. b. Cómo Dios
levantó grandes hombres para llevar a cabo su obra. Los planes de Dios triunfaron, aunque sus
enemigos presentaron toda clase de oposición y a veces provocaron demoras. Dios hizo surgir a
grandes profetas como Hageo y Zacarías para despertar en su pueblo el ánimo de reedificar el
templo, y al príncipe Zorobabel para dirigir la construcción. Dirigió a Nehemías en la reparación
de los muros, y a Esdras en el restablecimiento del culto y para refrenar la tendencia a transigir
con los samaritanos. Esta restauración no es definitiva ni completa, sino señala algo mejor. Tiene
el fin de continuar la revelación de Dios a través de su pueblo y preparar el camino para la
redención del mundo. La restauración final se producirá de acuerdo al nuevo pacto (Jeremías
31:31-33). La primera gira alrededor de la Ley de Moisés, pero la final tendrá su centro en Cristo
crucificado y resucitado (Zacarías 12:10). 3.

Orden histórico. El retorno del pueblo escogido se realizó en tres etapas y bajo varios
dirigentes: el primero y más numeroso se efectuó alrededor del año 538 a.C., bajo la dirección de
Zorobabel; el segundo, cerca del año 458, dirigido por Esdras (según la fecha que da la tradición,
la cual algunos estudiosos ponen en tela de juicio); y el tercero alrededor del año 444, dirigido
por Nehemías.

Ester

Este es el único libro dela Biblia que no menciona a Dios directamente. Por los acontecimientos
en el podemos ver que Dios sin duda estaba presente. Ester fue una joven judía cuya familia
vivía en exilio en Persia. Fue escogida como reina de Persia y estuvo en la posición adecuada
para intervenir cuando había una amenaza de matar a todos los israelitas. La tradición dice que
su tío Mardoqueo fue quien probablemente escribió este libro en el 465 a.C.

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