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María Lopez Hurtado Uned Bizkaia

Lewis H. Morgan: Teoría evolutiva unilineal


El presente trabajo, pretende realizar una breve evaluación de la lectura; P. Bohannan & M.
Glazer (1992)  Antropología. Lecturas: "MORGAN" sobre la teoría de la evolución la cual surgió
en el siglo XIX y fue defendida, entre otros, por el antropólogo Lewis H. Morgan. Trataremos
de explicar algunos de los postulados que forman esa teoría y por qué han dejado de ser
válidas para explicar el desarrollo de las sociedades humanas.

El surgimiento de la Antropología, como ciencia formal, data del siglo XIX. Se trata de una
época marcado por ideas evolucionistas, biologicistas y una situación política caracterizada por
la expansión y hegemonía europea. Este contexto, dio lugar al descubrimiento de otras
culturas y a preguntarse: ¿Por qué estos hombres son diferentes? La antropología surgió con el
objetivo de conocer la “otredad cultural”, es decir, de analizar otras culturas distintas a las
occidentales.

Este entorno resulta idóneo para el surgimiento de teorías antropológicas que intentan
explicar la evolución humana como la teoría del evolucionismo unilineal. Esta, afirma que las
sociedades se desarrollan de acuerdo con un orden universal de evolución cultural, es decir,
siguen en su evolución un mismo e invariable camino que conduce al progreso. Las sociedades
pasan por los mismos estadios de desarrollo, desde lo más bajo irán evolucionando a lo más
alto. Las diferentes sociedades son a causa de estar distribuidas en distintos escalafones de los
estadios. Esta, se divide en tres estadios principales: salvajismo, barbarie y civilización. Las
culturas humanas evolucionan de especies simples, y por lo tanto de estadios más simples, a
especies más complejos y por lo tanto a estadios más complejos. Para la determinación de
cada estadio tuvieron en cuenta la innovación tecnológica (artes de subsistencia), el
parentesco, derecho a la propiedad y sistema político como las causas más importantes.
Morgan, otorgó a su civilización, la europea, el más alto en el desarrollo evolutivo, es decir, los
colocó en el estadio de la civilización, seguido a las sociedades occidentales irían los indios
americanos que representarían el escalafón de la barbarie y por último están las tribus
australianas y polinesias correspondiéndoles el escalafón del salvajismo.
Antes de nada, debemos de tener en cuenta que la exposición de la cultura europea como la
máxima expresión de la civilización y por tanto como ejemplo para el resto de las culturas de
cómo han de evolucionar y a qué se tienen que parecer, no es un pensamiento exclusivo de la
Antropología, sino de toda una sociedad occidental. El etnocentrismo fue un elemento
ideológico fuertemente arraigado en la sociedad occidental de siglo XIX, que se extendió entre
los distintos campos de estudio del momento, entre ellos la Antropología, y tuvo gran impacto
en sus teorías. Esto no quita responsabilidad a la antropología del siglo XIX de subsumirse en la
creencia de superioridad ante otros pueblos, pero sí explica, en gran medida, el enfoque
etnocentrista que los estudiosos de esta materia les dieron a sus teorías. Hemos de aclarar,
igualmente, que a pesar de que Morgan posicionaba a la cultura occidental como cúspide de la
evolución humana, creía que la liberación de la propiedad privada de las sociedades
occidentales traería consigo una etapa superior. Por lo tanto, pese a que posiciono a las
sociedades occidentales en lo más alto de la evolución creía que esa evolución podía continuar
y ser superiores.

Al contrario de lo que decían los los evolucionistas, existen representaciones artísticas y


lenguas primitivas que, en muchos casos, resultaban más complejos que las manifestaciones
artísticas occidentales (por ejemplo, musicales) y lenguas europeas como el latín o el inglés.
Por lo tanto, no es cierto que todos los sistemas socioculturales evolucionasen de simple a
complejo. Esto desmiente la idea de lo evolucionistas de que todas las culturas pasan por las
mismas fases de progreso. Luego, las culturas no podían ser evaluadas según criterios
universales, como pretendía el evolucionismo.

Las culturas no occidentales, eran evaluadas comparándolas con las occidentales. Los
evolucionistas no tomaban en cuenta la historia de cada pueblo y sus condiciones de vida. A
pesar de que Morgan ya se dio cuenta de las diferentes condiciones en las que se desarrollaba
la humanidad en los distintos puntos del planeta en el mismo periodo, diferenciando entre
este y oeste en algunos estadios, adjudica características parecidas a todas las culturas para
progresar en los estadios correspondientes y además, utiliza a la civilización europea como
método comparativo para el resto de culturas. Las condiciones de vida; el clima, la fertilidad de
las tierras, los peligros, las enfermedades… podían resultar significativamente diferentes en los
distintos puntos del planeta y en consecuencia lo que para una cultura podía suponer un logro
que ayudase a mejorar su vida y a progresar en la evolución, para otra cultura podría resultar
algo insignificante. Los logros eran siempre relativos y estaban determinados culturalmente.

Además de esto, está el hecho de promulgar la cultura occidental por encima del resto. Como
hemos comentado con anterioridad este no debe ser un hecho que nos extrañe, los
evolucionistas, tenían la certeza de que solo existía una sola cultura válida y superior en sus
logros y manifestaciones: La europea. Este tipo de creencias de superioridad tan arraigadas en
la sociedad europea, puede hacer ver al resto de sociedades como menos válidas y legitimar a
esta sociedad, que se encuentra en la cúspide, a defender su superioridad frente a las demás y
creer la necesidad de mantenerse aislada o separada del resto dentro de una comunidad o un
país (racismo), incluso podría llevarla a explotar al resto tanto económica como políticamente
por el mero hecho de creer que al estar más evolucionados van a saber manejar mejor al resto
de sociedades y que por lo tanto la mejor opción es que ellos mismo las dirijan. Tanto Lewis
Henry Morgan como Edward Burnett Tylor creían que las personas en varias sociedades tienen
diferentes niveles de inteligencia, lo que lleva a diferencias sociales. Esta visión de la
inteligencia ya no es válida en la ciencia contemporánea.

Los antropólogos contemporáneos ven el evolucionismo del siglo XIX una serie de ideas
demasiado simplistas para explicar el desarrollo de varias sociedades. Como acabamos de
decir, la teoría evolucionista, no aceptaba que algunas sociedades menos evolucionadas
fuesen más complejas que las más evolucionadas, no respetaba las diferencias condiciones de
las distintas sociedades, colocaba el baremo de sociedad avanzada a la europea y podría
sacarse conclusiones erróneas fácilmente de ellas. El evolucionismo del siglo XIX fue
fuertemente atacado posteriormente por estas cuestiones.

Hoy día, estos postulados de la teoría unilineal han queda totalmente apartadas por la
comunidad científica aunque en la sociedad sigue habiendo una creencia generalizada de en
las sociedades europeas (también Estados Unidos y Canadá) de ideas etnocéntricas, las cuales
parecen difíciles de hacer desaparecer.

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