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DOCUMENTO DE USO INTERNO N°1

Apuntes sobre “Conceptos básicos de aprendizaje-servicio”1

Este apunte es una primera aproximación al aprendizaje-servicio solidario. Antes de realizar


una profundización teórica y abordar las diferentes definiciones, les presentamos una
variedad de experiencias de diversos países de Latinoamérica. Éstas son representativas
de los miles de escuelas y centros educativos latinoamericanos que ponen en práctica el
aprendizaje-servicio, en las que los conocimientos adquiridos en el aula son aplicados
solidariamente a la atención de problemáticas locales.
En el punto 2 encontrarán una herramienta útil para analizar y ubicar las experiencias
educativas según los cuadrantes del AYSS.
En el punto 3 presentamos una síntesis de las principales transiciones que pueden
atravesar las experiencias educativas en función de la presencia o ausencia de algunos de los
componentes o características fundamentales de un proyecto de AYSS.

1. Experiencias y definiciones
…/“Una buena manera de empezar a conocer la pedagogía del aprendizaje-servicio puede ser
a través de algunas buenas prácticas desarrolladas en instituciones educativas de nuestra
región.
• Los niños de la Institución Educativa los Comuneros (Sede José Antonio Galán) en
Popayán, Colombia, generaron un programa de “Agricultura Urbana Orgánica”,
contribuyendo a desarrollar huertas comunitarias en baldíos y espacios no convencionales
de su barrio, investigando sobre los valores nutricionales de las especies más comunes en la
región y promoviendo entre sus vecinos recetarios y actividades de agricultura urbana para
mejorar la alimentación de las familias (Collazos Ardila y Ordoñez Flor, 2010).
• En la hora de escritura Braille, los alumnos de 6° grado de la Escuela Especial N° 12 para no
videntes de General Roca, Argentina, escribieron cuidadosamente muchísimos carteles. No
se trababa de un dictado cualquiera: lo que escribieron a lo largo del año escolar fueron los
nombres de todas las calles y monumentos de su ciudad. Conscientes de que las calles no
estaban pensadas para personas no videntes, decidieron pasar a la acción: sus carteles en
Braille fueron entregados a los estudiantes de la vecina escuela técnica, que en el taller los
imprimieron en chapas metálicas. Ambas escuelas donaron esas señalizaciones a las
autoridades del municipio para que las instalaran, convirtiendo a General Roca en la primera
ciudad argentina en estar completamente señalizado en Braille2

1
Selección adaptada de Tapia, M.N., con Bridi, G.,Maidana, M.P. y Rial, S. (2015): El compromiso social
como pedagogía. Aprendizaje y solidaridad en la escuela. CELAM –CLAYSS Parte 1 Cap. 1.1. / 1.2/ 1.3.
a, b, c.
2
Experiencia ganadora del Premio Presidencial “Escuelas Solidarias” 2003,
http://www.me.gov.ar/ME/archivoppescsol.html#pp2003
1
• Los estudiantes de 5° a 8° de la escuela Pedro Chaves dos Santos (Mace), de Campo
Grande (MS), Brasil, acompañados por sus docentes actúan como “monitores” de un curso
de Informática dictado en el Hogar de ancianos de su localidad. Gracias a la acción de los
estudiantes, los participantes -de entre 65 y 81 años- pudieron familiarizarse con las nuevas
tecnologías, aprender a usar planillas de cálculo y herramientas de texto, a comunicarse con
sus familiares y amigos y realizar trámites por Internet. (Instituto Faça Parte, 2006:11)
• El Liceo Industrial Remehue, ubicado en una zona rural cercana a Osorno, en la Patagonia
chilena, organizó las pasantías requeridas para la graduación de sus técnicos en construcción
de manera que los estudiantes no tuvieran que viajar hasta la ciudad para hacerlas. En
cambio, los estudiantes dialogan con las comunidades mapuche y criollas de la zona,
analizan las necesidades presentadas y realizan sus pasantías construyendo y reparando
hogares y centros comunitarios en su región. (Garrido, 2003)
En nuestras escuelas se desarrollan muchísimas experiencias de aprendizaje-servicio, incluso
en instituciones que las llaman de otra manera o no conocen la bibliografía especializada.
Con diferentes nombres o con ninguno, en clase de Biología se desarrollan materiales para
campañas de promoción de la salud, se promueve el reciclado y el cuidado del medio
ambiente a través de proyectos concretos que impactan en la calidad del aire, del agua y de
la vida urbana. En Lengua se preparan actividades de alfabetización y de promoción de la
lectura. En los talleres de muchas escuelas técnicas se producen muletas, sillas de ruedas o
juegos didácticos para niños con necesidades especiales. La lista podría seguir, y se irá
desplegando en los más variados ejemplos a lo largo de estas páginas.
Muchas de estas experiencias han surgido de la pura creatividad de los docentes. Otras
comenzaron a partir de inquietudes de los propios niños y adolescentes, o por demandas de
organizaciones de la comunidad hacia la escuela.”/.../ “En diversos países y contextos de
nuestra región, este tipo de prácticas puede adquirir diversos nombres: “servicio social
curricular” en México, “voluntariado educativo” en Brasil, “escuelas solidarias” en Ecuador,
“proyectos sociocomunitarios solidarios” en Argentina, A+S en Chile. Más allá de los
orígenes y formatos que adquieren en cada institución educativa este tipo de experiencias, en
las últimas décadas un número creciente de educadores las reconoce como expresión de una
pedagogía que –si bien es centenaria en las prácticas educativas de América Latina– sólo en
los últimos años ha comenzado a ser conocida y sistematizada con el nombre de
“aprendizaje-servicio” o “aprendizaje-servicio solidario”/...

En la bibliografía especializada se pueden encontrar centenares de definiciones. Los


ejemplos que seleccionamos a continuación nos permiten identificar algunas características
comunes y enfoques diferentes ya sea por el nivel educativo o el énfasis que se pone en
alguna de sus finalidades o concepciones pedagógico-didácticas.
.
…/“Veamos algunos ejemplos:
“El aprendizaje-servicio busca involucrar a los estudiantes en actividades que combinan el
servicio a la comunidad y el aprendizaje académico.” (Furco, 2002:25)
2
“Actividades de aprendizaje comunitario planificadas desde el liceo, con la participación de
la comunidad educativa y al servicio tanto de una demanda de la comunidad como del
aprendizaje de los estudiantes que la realizan. Es una experiencia que permite a los
estudiantes aplicar conceptos, procedimientos y habilidades provenientes de los
aprendizajes formales de las diversas asignaturas, en su entorno cotidiano.” (Ministerio de
Educación de Chile, 2006:15)
“En esta propuesta la solidaridad es a la vez objetivo, contenido y estrategia de enseñanza.
La formación de individuos solidarios requiere coherencia entre los valores a los que
apelamos y la forma en que los promovemos. (…) El aprendizaje-servicio impulsa a la
intervención educativa integral, mediante el desarrollo de un servicio comunitario al cual se
integran los contenidos curriculares, contextualizando los aprendizajes académicos y
promoviendo la formación de ciudadanía basada en la solidaridad, actitud crítica y
participación.” (Centro del Voluntariado del Uruguay, 2007:15-17)
“Una acción solidaria preocupada por la formación del joven voluntario. (…) Es un
voluntariado de acción y reflexión, un espacio de educación sociopolítica, que ayuda al
desarrollo del sentido crítico, a la concientización sobre los derechos humanos y sociales, al
respeto de las diferencias culturales y al testimonio y vivencia de la solidaridad.” (Sberga,
2003)
“Una propuesta educativa que combina procesos de aprendizaje y de servicio a la
comunidad en un solo proyecto bien articulado donde los participantes aprenden al trabajar
en necesidades reales del entorno con la finalidad de mejorarlo.” (Centro Promotor del
Aprendizaje-servicio de Cataluña, 2010)
“El aprendizaje-servicio se diferencia de otras formas de servicio comunitario o
voluntariado en que la educación de los estudiantes y los jóvenes es siempre central. Los
estudiantes participan activamente en el proceso de comprender, integrar y aplicar
conocimientos de diversas áreas mientras trabajan para mejorar sus comunidades.”
(Berger Kaye, 2010)
“Un método por el cual los estudiantes aprenden y se desarrollan a través de la activa
participación en un servicio cuidadosamente organizado, que es conducido y que atiende las
necesidades de una comunidad; está coordinado con una escuela primaria o secundaria,
con una institución de educación superior, o un programa de servicio comunitario y con la
comunidad; contribuye a desarrollar la responsabilidad cívica; valoriza el currículo
académico de los estudiantes y está integrado con él, o con los componentes educativos de
los servicios comunitarios en los que están enrolados los participantes; provee tiempo
estructurado para que los estudiantes o participantes reflexionen sobre la experiencia de
servicio.” (Ley sobre Servicio Nacional y Comunitario. Congreso de los Estados Unidos de
Norteamérica, 1990)”/...
En este curso definiremos a las prácticas de aprendizaje-servicio en función de las tres
características o rasgos programáticos que consideramos esenciales.

3
Entendemos por “aprendizaje-servicio solidario”:

• Acciones de servicio solidario destinadas a atender en forma acotada y eficaz necesidades


reales y sentidas con una comunidad3, y no sólo para ella.

• protagonizadas activamente por los estudiantes desde el planeamiento a la evaluación,

• articuladas intencionadamente con los contenidos de aprendizaje (contenidos


curriculares, reflexión, desarrollo de competencias para la ciudadanía y el trabajo,
investigación). (Tapia, 2009b:21).

…/“El término “aprendizaje-servicio” se utiliza con diversos alcances, y se emplea para


denominar:

• Experiencias, proyectos o prácticas específicas desarrolladas por grupos determinados, o


programas desarrollados a nivel institucional. Estos proyectos o programas pueden ser
implementados tanto por niños, adolescentes y jóvenes, como por adultos y adultos
mayores, en el contexto de instituciones educativas formales o no formales, y también en el
marco de organizaciones sociales y grupos juveniles y de voluntariado (PASO JOVEN,
2004; Tapia, 2006).

• Una metodología de enseñanza-aprendizaje que permite optimizar el aprendizaje de


conocimientos, competencias y actitudes por parte de los estudiantes (HALSTED, 1998).
Desde este punto de vista, es un conjunto de estrategias didácticas, una innovación
pedagógica o un método activo de enseñanza para generar “aprendizajes significativos”, es
decir puestos en contexto y con el educando como protagonista (Rogers &Freiberg, 1993).

• Una pedagogía o filosofía de la educación: numerosos autores subrayan que en los


fundamentos de las prácticas de aprendizaje-servicio se encuentra una concepción integral
de la educación y, en ese sentido, definen al aprendizaje-servicio no sólo como un “método”,
sino también como una pedagogía (Furco&Billig, 2002) o una filosofía de la educación:

“…El aprendizaje-servicio es una manera de pensar la educación y la enseñanza (una


filosofía) con las correspondientes herramientas y estrategias de enseñanza (una
pedagogía) que requiere de los estudiantes aprender y desarrollarse a través de la activa
participación en actividades de servicio para alcanzar objetivos definidos por
organizaciones comunitarias…” (Osman y Petersen, 2013:7)

3
Reconociendo la variedad de aproximaciones y teorías que diversos autores plantean en relación a los
conceptos de territorio y de comunidad, seguiremos la práctica frecuente en las Ciencias Sociales de usar el
término “territorio” como abarcativo de las escalas locales y regionales, y el de “comunidad” tanto para hacer
referencia a la escala microsocialdesde un abordaje territorial (barrial y/o vecinal), como en su sentido de
“identidad compartida” tanto en lo territorial como en una comunidad de interés (Diéguez, 2000:83), como
en el caso de la “comunidad educativa”.
4
“El aprendizaje-servicio, sin dejar de ser un programa, es también una filosofía. Es decir,
una manera de entender el crecimiento humano, una manera de explicar la creación de
vínculos sociales y un camino para construir comunidades humanas más justas y con una
mejor convivencia.” (Puig, 2007:18)

“(es) una filosofía de crecimiento humano y sentido, una visión social, un modo de
aproximación hacia la comunidad y una manera de conocer.” (Kendall, 1990:23).

El aprendizaje-servicio solidario ha sido definido como una innovación pedagógica, pero al


mismo tiempo está profundamente enraizado en la tradición escolar.

“Al describir experiencias de aprendizaje-servicio, todo lo que se nos cuenta resulta


cercano, pero algo en ellas es también nuevo. (…) Se trata de una propuesta conocida en
cada una de sus etapas y en cambio original cuando la enlazamos en una sola actividad
compleja de aprendizaje y servicio.” (Puig Rovira-Palos Rodríguez, 2006)

No se trata entonces de proponer la “última moda” pedagógica, modas que los educadores
sabemos que pueden evaporarse casi tan rápido como se imponen. En este caso se trata de
una novedad que crece a partir de prácticas y tradiciones pedagógicas ya existentes, y que
innova precisamente porque enlaza, articula y genera sinergias entre actividades que ya
están presentes en la institución educativa. No se trata de generar nuevas cargas de trabajo,
sino de aprovechar y articular más inteligentemente actividades que en general ya están
desarrollándose en la escuela.

Entendido como pedagogía, el aprendizaje-servicio involucra cuestiones centrales de la


reflexión educativa. Propone un modo de vinculación pedagógica en la que educador y
educando aprenden juntos de la experiencia y se comprometen juntos en la transformación
de la realidad. Implica acción y reflexión sobre la práctica y el establecimiento de vínculos
solidarios que permitan actuar y aprender recíprocamente con y de la comunidad. Propone
aprendizajes activos y significativos, centrados en el protagonismo de los estudiantes.

La pedagogía del aprendizaje-servicio involucra también una concepción de la formación


para la ciudadanía activa que no se agota en el conocimiento de las normas y valores y en
el diagnóstico de las problemáticas políticas y socioeconómicas, sino que avanza en la
elaboración de propuestas y en la activa participación en iniciativas que incluyen no sólo la
denuncia y el reclamo, sino también la asunción de responsabilidades y compromisos con la
construcción de alternativas superadoras, y el trabajo en articulación con las autoridades y
las organizaciones de la sociedad civil.

El aprendizaje-servicio es también una mirada innovadora sobre la identidad misma de


las instituciones educativas, superadora de las “torres de marfil” y las “islas” vinculadas
por “puentes” a la realidad. En esta propuesta, las instituciones educativas no se
“extienden” hacia un supuesto “afuera”, ni se transforman en una suerte de centro
comunitario que intenta atender todas las múltiples demandas sociales. En cambio, se

5
reconocen como parte de su territorio y su comunidad, y se articulan como nodos de redes
en las que se trabaja en alianzas, estableciendo vínculos de recíproco enriquecimiento
(Tapia, 2000:141-50).

En una institución educativa tradicional se aprende sólo en las aulas y laboratorios. La


pedagogía del aprendizaje-servicio reconoce que también se puede aprender de la comunidad
y en la comunidad Desde lo epistemológico, concibe al conocimiento como bien social, y
propicia la investigación-acción participativa y comprometida, y el diálogo entre el
conocimiento científico y los saberes populares y ancestrales (GUNI, 2014).

Si bien en muchas obras en castellano se suele traducir literalmente la expresión inglesa


original “service-learning” como “aprendizaje-servicio”, en este curso hemos optado por
utilizar también el concepto más extendido en América Latina de “aprendizaje-servicio
solidario”, enfatizando que no nos referimos a cualquier tipo de servicio, sino a una práctica
efectivamente solidaria, orientada más al “hacer juntos” que al “hacer para”, a la acción
colectiva por el bien común y a la ciudadanía activa que promueve derechos y asume
responsabilidades más que a la acción altruista individual.

Como lo sintetiza una publicación del Ministerio de Educación de Argentina:

“Las experiencias de aprendizaje–servicio:

• Fortalecen la calidad educativa porque para solucionar problemas concretos hay que saber
más que para dar una prueba y porque en el terreno se aprenden conocimientos y se
adquieren competencias y habilidades que no se encuentran en los libros.

• Educan para la ciudadanía porque no se agotan en el diagnóstico o la denuncia sino que


avanzan en el diseño y ejecución de proyectos transformadores de la realidad.

• Son prácticas inclusivas porque alientan el protagonismo —aun de aquellos con


capacidades diversas o condiciones de máxima vulnerabilidad— y contribuyen a superar la
pasividad al comprometerse activa y eficazmente en proyectos de desarrollo local.

• Permiten articular redes entre la escuela y las organizaciones de la comunidad, lo cual


facilita la tarea educativa y permite encontrar soluciones conjuntas a problemas comunes.

• Cambian la visión social de los niños, niñas y jóvenes, que dejan de ser un “problema” o
“la esperanza del mañana” para convertirse en activos protagonistas del presente.” (ME,
2014:11)

2 - Los “cuadrantes” del aprendizaje y el servicio

6
En este punto podremos encontrar criterios para ubicar los puntos de partida y de
llegada de las deferentes experiencias educativas solidarias o comunitarias, en
función de la calidad del servicio y la calidad del aprendizaje, haciéndoles algunas
preguntas clave:
¿Cuál es el servicio solidario que realizan los estudiantes? ¿Cómo lo hacen? ¿Qué aprenden
en y para desarrollarlo? ¿Cómo se integran estas experiencias en la escuela y en la
comunidad? ¿Con quiénes las realizan? ¿Cómo se integran sus componentes de Aprendizaje
y de Servicio, con la participación protagónica estudiantil?

…/“Así como no toda actividad que se pretenda solidaria es igualmente eficaz en su impacto
en la realidad, no todas las actividades solidarias desarrolladas en el marco de las
instituciones educativas son igualmente formativas. En el descarnado análisis de Cooper:
“Cuando los estudiantes se involucran en actividades de servicio a la comunidad,
esencialmente pueden pasar tres cosas.
Primero, los estudiantes pueden aprender algo acerca de sí mismos, su comunidad, y
cuestiones sociales acuciantes.
Segundo, puede ser que no aprendan nada: un grupo puede salir y dar de comer a los sin
techo y permanecer incólume ante la cuestión.
Finalmente, los estudiantes pueden aprender la lecciónequivocada: prejuicios y
estereotipos pueden ser reforzados o creados a través de actividades de servicio
irreflexivas o planeadas pobremente.” (Cooper, 1999)
En demasiadas ocasiones, las actividades solidarias escolares tienen más buena voluntad que
planeamiento reflexivo y crítico. Con las mejores intenciones, la escuela puede llegar a
desarrollar formas de activismo ingenuo que tranquilizan las conciencias pero no
transforman la realidad.
Las típicas “campañas” de recolección de alimentos no perecederos, ropa o útiles escolares
son sin duda necesarias para paliar necesidades urgentes, pero no siempre hacen mella en la
conciencia de niños y adolescentes que tienen todas sus necesidades satisfechas, y por
supuesto no solucionan las problemáticas sociales de fondo. Cabría preguntarse cuántas
escuelas que educan a los hijos de las clases dirigentes latinoamericanas enseñan
involuntariamente la “lección equivocada” de que basta una limosna ocasional para
considerarse solidario o un viaje una vez al año a una zona rural para considerar que se ha
hecho todo lo posible por resolver sus problemas.
Hace unos años, el responsable de un centro comunitario en un barrio de extrema pobreza en
las afueras de Buenos Aires, comentaba que durante mucho tiempo habían recibido grupos
escolares que venían a organizar juegos para los niños del centro comunitario y distribuirles
golosinas y juguetes. Al constatar que la mayoría de estos grupos -luego de haber conocido a
los niños del barrio y de haberles generado expectativas en cuanto a la continuidad del
vínculo con sus nuevos “amigos”- nunca regresaban, prefirió dejar de recibir grupos
escolares bienintencionados. En términos algo duros pero muy gráficos, Alberto Croce
califica a este tipo de experiencias como “excursiones a la pobreza” (Croce, 2000).
7
Entendemos que el problema con este tipo de “excursiones” no es sólo que se generan
expectativas infundadas en la comunidad, sino que además los estudiantes aprenden “la
lección equivocada”. Es cierto que para estudiantes que nunca hayan estado en contacto con
las condiciones de vida de las poblaciones excluidas en nuestros países puede resultar
educativo conocerlas. Pero no resulta formativo “visitar un barrio pobre” con el mismo tipo
de actitud con el que se iría a adquirir conocimientos a una reserva ecológica o un
monumento histórico, ni dejar que los estudiantes crean que lo único que importa es que “se
sintieron bien ayudando a los niños pobres”, cuando en realidad no sólo no contribuyeron a
resolver ningún problema sino que les sumaron a esos niños un abandono más a todos los ya
sufridos.
Por eso resulta tan relevante la pregunta de qué se aprende en la actividad solidaria. Una
actividad solidaria educativa y transformadora exigirá reflexionar críticamente sobre las
prácticas y los contextos, y tomar conciencia de todo lo aprendido. Prestar un servicio
efectivamente solidario y eficaz requerirá de conocimientos específicos sobre la realidad a
abordar, poner en juego conocimientos provenientes de distintos campos disciplinares,
desarrollar habilidades comunicacionales y de gestión, cuestionarse reflexivamente las
propias actitudes, y tantos aprendizajes más.
Seguramente, en la vida real de cualquier institución educativa abundan las zonas grises entre
actividades solidarias y actividades formativas, entre el puro asistencialismo y la
intervención social eficaz, entre el compromiso social, la formación integral y la excelencia
académica.
Para facilitar la identificación de las propuestas que articulan más claramente la
intencionalidad solidaria y la intencionalidad formativa, la bibliografía propone diversas
herramientas. Entre ellas consideramos de utilidad recurrir a los “cuadrantes del aprendizaje
y el servicio” (FIGURA 2), una herramienta, desarrollada originalmente en la Universidad de
Stanford, y que nos hemos permitido traducir y adaptar a nuestro contexto latinoamericano
(Tapia, 2000; 2006).

+
VOLUNTARIADO S APRENDIZAJE-
INSTITUCIONAL SERVICIO
E
sin vinculación SOLIDARIO
curricular R

V +
- APRENDIZAJE I INTEGRADO

INICIATIVAS C
Investigación escolar-
SOLIDARIAS Y I Trabajos de campo-
VOLUNTARIADOS O Pasantías sin
ASISTEMÁTICOS intencionalidad social
-
8
FIGURA 2: Los cuadrantes del aprendizaje y el servicio4

El eje vertical del gráfico refiere a la menor o mayor calidad del servicio solidario que se
presta a la comunidad, y el eje horizontal indica la menor o mayor integración del
aprendizaje sistemático o disciplinar al servicio que se desarrolla.

En el eje vertical se registra la menor o mayor calidad servicio ofrecido, entendido como la
potencialidad del proyecto para atender efectivamente una problemática o una demanda
social, y la efectiva satisfacción de la comunidad con respecto a los resultados obtenidos.
Por dar solo un ejemplo, realizar una colecta anual de útiles escolares no ofrece la misma
calidad de servicio que desarrollar una campaña de alfabetización o un programa de tutorías
para contribuir a la inclusión educativa. Entre ambos extremos se despliega toda la gradación
que va de la atención ocasional a las emergencias hasta los programas de desarrollo local
integral.

El eje horizontal, por su parte, se refiere a la mayor o menor integración de los


aprendizajes curriculares o de contenidos educativos intencionados con la actividad solidaria
desarrollada. Subrayamos el término “intencionados”, por cuanto sabemos que a menudo las
actividades solidarias generan impactos formativos importantes en la vida y trayectoria
personal de niños y adolescentes, aun cuando estos no hayan sido planeados.

En función de estos ejes quedan delimitados los “cuadrantes”, que permiten diferenciar
cuatro tipos de experiencias educativas:

• Investigación escolar-Trabajos de campo-Pasantías sin intencionalidad social: en este


cuadrante ubicamos aquellas actividades de investigación y práctica que involucran a los
estudiantes con la realidad de su comunidad, pero considerándola exclusivamente como
objeto de estudio. Este tipo de salidas a terreno permiten aplicar y desarrollar
conocimientos y habilidades en contextos reales que apuntan al conocimiento de la realidad,
pero no se proponen ni su transformación ni el desarrollo de vínculos solidarios. El
principal destinatario del proyecto es el estudiante, el énfasis está puesto en la adquisición
de aprendizajes y el contacto con la realidad es instrumental.

• Iniciativas solidarias y voluntariados asistemáticos: incluimos en este cuadrante las


iniciativas ocasionales, promovidas y gestionadas con escasa o nula articulación con los
contenidos curriculares. Son “asistemáticas” en cuanto surgen en general como respuesta a
emergencias (inundaciones, terremotos), atienden una necesidad específica por un lapso
acotado, y no son planificadas institucionalmente, sino que surgen de iniciativas individuales

4
Fuente: adaptación propia de los cuadrantes publicados por el Service-learning 2000 Center, Stanford
University, California, 1996. Ver: TAPIA, 2006:26; CLAYSS, 2013.

9
o de un grupo escolar. El principal destinatario es la comunidad beneficiaria, y el énfasis está
puesto en atender una necesidad, no en generar una experiencia educativa. La participación
es, generalmente, voluntaria, y no se evalúa ni formal ni informalmente el grado de
participación de los estudiantes ni los aprendizajes desarrollados. A menudo este tipo de
actividades caen en formas de activismo irreflexivas o en asistencialismos que enseñan “la
lección equivocada”. Sin embargo, aún la más ocasional de las campañas solidarias puede
resultar educativa si:

 estimulan de algún modo la reflexión y la formación de actitudes participativas y solidarias;

 apuntan a la sensibilización hacia ciertas problemáticas sociales o ambientales;

 ofrecen a los estudiantes la posibilidad de aprender procedimientos básicos de gestión;

 contribuyen a generar un clima institucional abierto a las problemáticas sociales.

• Voluntariado Institucional sin vinculación curricular: este cuadrante incluye a las


actividades solidarias que forman parte explícita de la misión institucional. Son diseñadas y
gestionadas con el apoyo de la gestión institucional, con una decisión intencionada de
promover el valor de la solidaridad y desarrollar en los estudiantes actitudes de servicio, de
compromiso social, de participación ciudadana. Las actividades solidarias pueden ser
voluntarias u obligatorias para los estudiantes y forman parte explícita de la oferta
institucional. El sostén institucional suele permitir que las acciones solidarias sean
sostenidas en el tiempo, y de mayor eficacia y sustentabilidad. Los programas
institucionales de Acción Social, los programas de la Pastoral Educativa o del Voluntariado
institucional en general apuntan simultáneamente a atender necesidades sociales, y a la
formación de los estudiantes en el compromiso social y la participación ciudadana, pero no
suelen relacionarse con la formación académica. Por su continuidad y su intencionalidad
formativa, estas actividades suelen tener un fuerte impacto en el desarrollo personal de los
estudiantes, aunque los aspectos formativos de las acciones solidarias no siempre sean
planificados intencionadamente y discurran en paralelo con la formación académica sin
enriquecerse mutuamente.

• Aprendizaje-servicio: como ya se ha señalado, son aquellas experiencias, prácticas y


programas que ofrecen simultáneamente una alta calidad de servicio y un alto grado de
integración con los aprendizajes formales; que atienden simultáneamente objetivos de
aprendizaje y de servicio efectivo a la comunidad, en las que los destinatarios del proyecto
y los estudiantes son a la vez proveedores y beneficiarios de servicios ya que ambos se
benefician con el proyecto; y en los que la población atendida es percibida al mismo tiempo
como co-protagonista del proyecto y como “servidora” de los estudiantes, en cuanto la
comunidad se constituye en lugar de aprendizaje y de enriquecimiento mutuo.

En definitiva, las prácticas de aprendizaje-servicio se caracterizan por una doble


intencionalidad, solidaria y formativa al mismo tiempo. No se trata simplemente de

10
sumar algo de aprendizaje a una actividad solidaria. Ambas intencionalidades, así como los
objetivos y actividades, deben estar profundamente articulados, como lo grafica la metáfora
empleada por el especialista norteamericano Andrew Furco:

“Por un lado, imaginemos una esfera azul que representa la muy rica experiencia
académica. Por el otro lado, tenemos una esfera roja, que representa la necesidad real que
tiene la comunidad. A partir de la investigación, hallamos que no basta con que ambas
esferas estén simplemente en contacto entre sí. Hemos descubierto que lo que necesitamos
es una ‘esfera violeta’, es decir que lo que sucede en la comunidad se sepa dentro de la
escuela y viceversa. Es decir, que ambas esferas estén inextricablemente vinculadas, porque
una informa a la otra.” (Furco, 2005:20)

Utilizando otra metáfora -culinaria, en vez de geométrica- podríamos decir que la clave de la
“receta” del aprendizaje-servicio solidario es que sus ingredientes fundamentales estén bien
amalgamados. Si a la hora de comer encontramos en la mesa un cuenco de harina y un plato
con queso y tomate, sin duda no es lo mismo que si encontramos una buena pizza. De la
misma manera, articular lo que sucede en el aula con lo que se hace en la comunidad, lo que
se aprende en las disciplinas con lo que se practica en el terreno, produce una
transformación sustantiva tanto en los procesos de aprendizaje como en los abordajes a la
realidad.

“La integración de la acción solidaria y los esfuerzos de aprendizaje:

- transforma ambos componentes

- añade valor a cada uno de ellos

-crea nuevas cualidades educativas propias del conjunto ‘aprendizaje + servicio’.” (Batlle,
2010:13)

Un proyecto de aprendizaje-servicio solidario que genera una biblioteca


barrial y facilita la inclusión educativa
Escuela N° 128, Montevideo, Uruguay 5

La escuela primaria N° 128 se encuentra en Conciliación, un barrio del norte de la


ciudad de Montevideo, de población socialmente vulnerable. Sus docentes se
enfrentaban a un alumnado repitente, a episodios de violencia y alto ausentismo. En
busca de herramientas para resolver esta situación, evaluaron que una institución

5
Experiencia presentada en el I Encuentro de Escuelas Solidarias de MERCOSUR, Buenos Aires, 2005.
11
cultural en el vecindario convocaría a las familias y les permitiría trabajar juntos
sobre la problemática, construyendo identidad y sentimiento de pertenencia.
Así se armó el proyecto “Biblioteca”, previa consulta a los padres, a través de una
encuesta armada por los niños y niñas de 5to y 6to año. Con una vasta práctica de
trabajo en redes, los docentes consiguieron la colaboración del Centro de
Voluntariado del Uruguay, la intendencia de Montevideo, comerciantes y vecinos, y
así se logró obtener un local adecuado y los recursos para acondicionarlo.
Los chicos trabajaron en la experiencia tanto en clase como fuera del aula, y lo
hicieron desde diversas asignaturas. Analizaron los beneficios institucionales y
comunitarios de contar con una biblioteca, diseñaron el logo, redactaron textos y
afiches que convocaban a las familias a participar, armaron los modelos de fichas
bibliográficas y de inventario. Redactaron las reglas de convivencia y
comportamiento en la sala de lectura. También salieron a la calle a pedir donaciones
de libros y aprendieron a restaurarlos con la colaboración de un especialista, ex
alumno de la N°128. Organizaron una fiesta de inauguración y desde la fundación –
en 2005– los alumnos de la escuela convocan a escritores a leer sus obras en la
biblioteca.
La experiencia contribuyó a mejorar la motivación y la asistencia de los niños a la
escuela, y a promover la lectura dentro y fuera de la institución educativa. Además
de los contenidos puntuales que pusieron en práctica en su momento, aquellos niños
son hoy jóvenes que cuentan en su haber con la experiencia real y concreta de haber
contribuido a mejorar el barrio y la vida de sus vecinos.

3 - Transiciones hacia el aprendizaje-servicio solidario


En este punto encontraremos recomendaciones para transformar experiencias valiosas
de investigación escolar, de intervención comunitaria, o de voluntariado estudiantil,
transitando hacia proyectos de AYSS.
…/“En la vida real, las fronteras entre los “cuadrantes” pueden presentar múltiples zonas
grises, pero entendemos que la herramienta puede resultar orientadora en los procesos de
transición hacia formas sistemáticas de aprendizaje-servicio solidario a partir de otras
experiencias previas.
Muchos docentes destacan que en vez de agregar “una cosa más” a la generalmente
sobrecargada agenda de actividades, la propuesta del aprendizaje-servicio les permite
articular y generar sinergias entre colegas, con las familias y con otros actores comunitarios,
contribuyendo a simplificar y dar mayor valor a actividades antes fragmentadas y
dispersas.”/...
…/“Si bien algunos proyectos de aprendizaje-servicio se planifican como tales desde el
primer momento, la experiencia muestra que más frecuentemente las prácticas de
12
aprendizaje-servicio se desarrollan a través de procesos no siempre intencionados de
transición, partiendo de otro tipo de actividades hasta llegar a definir todos los rasgos
programáticos del aprendizaje-servicio. En la experiencia latinoamericana pueden
encontrarse experiencias hoy altamente institucionalizadas, pero que surgieron gradualmente
a partir de iniciativas informales, de la tradición y cultura de la propia institución educativa
(Tapia, 2006:31ss)”/...
Los procesos denominados “transiciones hacia el aprendizaje-servicio solidario” consisten
básicamente en incorporar elementos solidarios a las prácticas exclusivamente académicas, o
en articular contenidos curriculares, reflexión e investigaciones escolares con actividades
solidarias ya existentes. (Ver figura 3).

FIGURA 3: Transiciones hacia el aprendizaje-servicio solidario.


Retomando los cuadrantes del aprendizaje y el servicio, podríamos identificar tres grandes
“transiciones” que se pueden dar para llegar a desarrollar proyectos de aprendizaje-servicio
solidario a partir de otro tipo de actividades, y que presentaremos brevemente a
continuación.

a) De las iniciativas solidarias asistemáticas al aprendizaje-servicio solidario


En este proceso de transición, las actividades solidarias con poco valor educativo agregado
comienzan a sistematizar intencionadamente su articulación con los contenidos educativos.
Para transformarse en aprendizaje-servicio deben considerar qué saberes podrían ser
aplicados y desarrollados en el contexto de la actividad solidaria, articular las acciones
solidarias con los aprendizajes curriculares pertinentes, sistematizar los objetivos
formativos del proyecto y evaluar los logros no sólo en referencia a la comunidad, sino
también al impacto del proyecto en el trayecto educativo de los estudiantes.
A menudo, las iniciativas solidarias ocasionales tienen escaso impacto en la realidad, o se
vuelven excesivamente paternalistas o asistencialistas. Para transformarse en proyectos de
13
mayor calidad e impacto, y en la medida en que se vuelvan proyectos institucionales, se
podrá progresivamente avanzar hacia actividades que apunten a las problemáticas de fondo
en el mediano y largo plazo.
En el proceso de vinculación de las actividades sociales a la articulación con la formación
académica y la investigación escolar, se debería:
• Valorar las iniciativas estudiantiles y acompañarlas desde los contenidos académicos,
las áreas de catequesis y pastoral, etc.
• Identificar oportunidades de aprendizaje en las actividades en terreno.
• Desarrollar investigaciones escolares susceptibles de enriquecer la proyección social
del proyecto.
• Poner en juego mecanismos institucionales para dar continuidad y sustentabilidad a
iniciativas individuales o de grupos particulares.
• En la medida en que se desarrollen actividades de diagnóstico y reflexión, y miradas
multidisciplinares a la problemática a abordar, será posible articular equipos docentes en
torno al proyecto, superando los proyectos individuales.
• Desarrollar alianzas institucionales con los actores comunitarios involucrados.
Cuando en una institución se están desarrollando actividades solidarias inconexas con las
áreas académicas, a menudo bastará preguntarse qué conocimientos específicos de cada área
podrían ponerse en juego o ya están aplicándose en el contexto de la actividad solidaria.
Por ejemplo, si la escuela está organizando un viaje de un grupo de estudiantes a un área
rural, desde las asignaturas de Ciencias Sociales se puede dedicar un espacio a investigar la
historia y características geográficas del lugar de destino, a presentar algunas herramientas
básicas de indagación que puedan ser aplicadas durante la estadía. En algunas instituciones
con materias de Economía y gestión, la organización de un evento de recaudación de fondos
para el comedor comunitario se transforma en un trabajo práctico que permite aplicar los
conocimientos adquiridos…”

…/“A continuación presentamos una experiencia que puede resultar ejemplificadora de este
proceso de transición desde una actividad solidaria tradicional a un proyecto de aprendizaje-
servicio.

Una campaña solidaria de recolección de papel y cartón a beneficio del


hospital, que se vuelve parte de una unidad didáctica
Escuela Nº 13, Distrito Escolar 11, Ciudad de Buenos Aires, Argentina

Los niños de 6º grado de esta escuela primaria pública de la Ciudad de Buenos Aires,
provenían en su mayoría de familias inmigrantes muy carenciadas, hijos de
“cartoneros” o “recicladores urbanos”.
14
El proyecto solidario comenzó, como tantos otros, por una inquietud personal. La
maestra de ese sexto grado, vio una noche por televisión un informe sobre las
necesidades de la Casa Garrahan, un espacio creado para albergar a las familias que
llegan a Buenos Aires provenientes de diversos puntos del país para internar a sus
hijos en el Hospital de Pediatría de alta complejidad “Juan Garrahan”, y que deben
permanecer allí a veces durante meses acompañando el tratamiento de sus niños. La
nota periodística subrayaba la necesidad de donar alimentos, abrigo y otros recursos
necesarios para mantener abierta la Casa Garrahan.
La docente, sensibilizada por las necesidades puestas de manifiesto, hubiera podido
responder a título personal, o podría haber pensado que sus alumnos, por ser de tan
escasos recursos, eran impotentes para ayudar a otros. En cambio, al día siguiente en
clase preguntó si alguien había visto el noticiero, y ante el comentario de algunos
niños que lo habían visto, planteó la pregunta: “¿Y nosotros qué podríamos
hacer?”.
Espontáneamente, los niños propusieron hacer la actividad que por experiencia
conocían para recaudar fondos: recolectar papel y cartón. Conscientes de que
muchos de los niños internados en el Hospital eran tan pobres como ellos, pero
además estaban enfermos, se propusieron con mucho entusiasmo iniciar en el barrio
una campaña de recolección de papel y cartón para vender a beneficio del Hospital
Garrahan.
Podría haber sido simplemente una campaña de recolección. Sin embargo, la maestra
transformó esta campaña solidaria en un proyecto de aprendizaje-servicio solidario,
al planificar una unidad didáctica en la que las diversas áreas se conectaban con la
campaña solidaria (ver figura 3 y cuadro 2): desde Lengua se analizaron textos
periodísticos sobre el Hospital, y se redactó un volante para informar a la comunidad
educativa y los vecinos sobre el sentido de la campaña; en Ciencias Naturales se
realizó una experiencia de reciclado de papel; en Matemática se trabajó como
problema la relación entre cantidad de papel y cartón recolectado, y el monto de
dinero a obtener; en Informática se diseñaron los volantes y una planilla de cálculo
para llevar el control de lo recolectado y recaudado, y en Ciencias Sociales y
Formación Ética y Ciudadana se trabajó el rol del hospital en la comunidad, el
sentido solidario del proyecto, y otros contenidos pertinentes.

15
FIGURA 4: Del servicio al aprendizaje: redes curriculares en torno al proyecto
solidario.

Al cabo de un mes, la unidad didáctica había generado motivación y aprendizajes


impensados en los niños, y la campaña había recolectado una tonelada de papel y cartón a
beneficio de la Casa Garrahan. Los niños, además de aprender Lengua, Matemática, Ciencias
Naturales y Sociales, habían aprendido a organizarse autónomamente en función de un
objetivo común, a pensarse como ciudadanos solidarios, y habían desarrollado sus
habilidades comunicacionales y de gestión. Cuando la escuela fue reconocida con el “Premio
Ciudad Escuelas Solidarias” en 2002, un grupo de los niños presentó con muchísima
seriedad y solvencia su experiencia ante el propio Jefe de Gobierno y el Secretario de
Educación de la Ciudad de Buenos Aires.
De esta manera, la campaña solidaria reunió los tres elementos fundamentales del
aprendizaje-servicio solidario: se desarrolló una actividad efectiva al servicio de una
necesidad concreta, hubo un activo protagonismo por parte de los niños, y aprendizajes
planificados en forma articulada con la acción solidaria. (Marcos, 2002; Secretaría de
Educación, 2002)

6º GRADO OBJETIVOS CONTENIDOS ACCIONES


EDUCATIVAS
Formación Ética y Organizarse Reflexionar sobre los Dar ejemplos personales de
Ciudadana grupalmente con conceptos de solidaridad y participación.
autonomía creciente solidaridad y Planificar en forma conjunta
para lograr objetivos participación. acciones solidarias para
comunes y realizar llevar a cabo en la escuela
tareas compartidas.
Informática Utilizar Codificación y Diseñar volantes
correctamente los organización de comunicando los resultados
comandos básicos de datos. de la campaña realizada y
EXCEL, leer e Gráficos (Excel) agradeciendo la colaboración
interpretar la Tablas (Word ) (Word).
información. Gráficos y tablas mostrando
índice de pobreza de la
Argentina y también
gráficos mostrando el
16
resultado obtenido en la
campaña (Excel)
Matemática Organizar, relacionar Resolución de Resolver situaciones
y utilizar estrategias situaciones problemáticas. Registrar
para la resolución de problemáticas. tablas.
problemas. Cálculos de
aproximación.
Lengua Acudir a la prensa El texto periodístico.
escrita para Sinónimos.
confirmar, ampliar o
confrontar la
información.
Ciencias Analizar y establecer Medio ambiente. Planificar y desarrollar la
Naturales relaciones Salud. Prevención de experiencia.
responsables entre la enfermedades. Experimentar el reciclado de
contaminación del papel.
medio y la salud.
Ciencias Sociales Participar en modo La Ciudad de Ubicar en el plano de la
productivo y Buenos Aires. Plano. Ciudad de Buenos Aires el
comprometido en hospital Garrahan.
experiencias y Investigar qué medios de
proyectos en donde transporte llegan a este
se desarrollen su lugar.
capacidad de
compartir.

FIGURA 5: Contenidos curriculares del proyecto “Por la sonrisa de un niño”,


campaña de recolección de papel y cartón a beneficio de la Casa Garrahan, desarrollado por
la Escuela Nº 13 D.E. 11. Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Marcos, 2002)

b) De las actividades de aprendizaje al aprendizaje-servicio solidario


Muchas instituciones educativas desarrollan actividades académicas que promueven que los
estudiantes tomen contacto con la realidad y la investiguen. Esas actividades educativas a
menudo generan un amplio conocimiento de problemáticas de la realidad, pero no se
proponen hacer nada por solucionar los problemas diagnosticados. Esas actividades de
aprendizaje pueden convertirse en motivación para comenzar a proyectarse fuera del aula
con una intencionalidad solidaria y de respuesta a las problemáticas analizadas.
Para realizar la transición entre el aprendizaje disciplinar tradicional y el aprendizaje-
servicio solidario, los objetivos y contenidos curriculares y las investigaciones escolares
realizadas deberían vincularse con objetivos solidarios y actividades solidarias específicas,

17
de modo que los saberes se apliquen y enriquezcan en el contexto real de la acción al servicio
de una necesidad social.
En el proceso de aplicación de los contenidos y actividades de una disciplina o área de
conocimiento a una misión social, será necesario:
• Organizar actividades sociales acordes a la edad de los estudiantes, o identificar actividades
sociales ya en curso en la escuela, y vincular los contenidos académicos con las
problemáticas abordadas.
• Reorientar actividades académicas pre-existentes a una finalidad social.
Muchos excelentes proyectos de aprendizaje-servicio solidario surgieron a partir de
investigaciones escolares. Es el caso de escuelas que investigaban la calidad del agua de sus
localidades, y terminaron generando programas de concientización de sus vecinos,
movilizaron el establecimiento de plantas potabilizadoras, el saneamiento de la fuente de
provisión y mejores usos del agua por parte de la población. Varios museos y circuitos
turísticos locales han surgido o se han enriquecido a partir de investigaciones históricas
realizadas por estudiantes como parte de sus proyectos de aprendizaje-servicio.
Veamos a continuación el caso de una institución que -a partir de investigaciones escolare-s
desarrolló un programa institucional de aprendizaje-servicio solidario de gran relevancia para
la salud pública en su región.

De la Feria de Ciencias a la prevención de accidentes con animales venenosos


Colegio Pablo Apóstol, Yerbabuena, Argentina6
El Colegio Pablo Apóstol es una escuela católica de nivel primario y secundario,
ubicada en Yerbabuena, una localidad cercana a la capital provincial de San Miguel de
Tucumán. La escuela se destacó desde sus inicios por una exigente formación
científica y conocimiento del medio, y un importante número de estudiantes de la
secundaria participaban anualmente con investigaciones escolares en la Feria de
Ciencias, un certamen organizado a nivel nacional, con excelentes resultados.
En 1996, un grupo de estudiantes preparó una investigación escolar sobre serpientes,
escorpiones y vinchucas, tres especies con alto impacto en la problemática sanitaria
del noroeste argentino. A partir de esa investigación, los estudiantes –en su mayoría

6
Experiencia ganadora del Primer Premio en el Premio Presidencial “Escuelas Solidarias” 2005. Ministerio
de Educación, República Argentina.
18
provenientes de ámbitos urbanos con un cómodo nivel de vida- tomaron conciencia
del gran número de muertes y accidentes provocados en su provincia y en toda la
región debido a la escasa prevención frente a estas especies. Al investigar las causas
de tan alta incidencia, comenzaron a contrastar algunas de las creencias populares en
torno a estas temáticas con la información científica. Descubrieron, por ejemplo, que
en su provincia tradicionalmente se suele perseguir a un tipo de lagarto que no sólo
no es dañino, sino que podría contribuir a disminuir la incidencia de algunas especies
venenosas.
Con la información reunida y el estímulo de su docente de Ciencias Naturales, el
proyecto de investigación se convirtió en una primera experiencia de aprendizaje-
servicio solidario: los estudiantes elaboraron, en base a la información recolectada,
una muestra itinerante para difundir lo aprendido en escuelas rurales y de la periferia
de la ciudad de Tucumán. De esa manera, comenzaron a difundir de una manera
sencilla y seria diversas formas de prevención de accidentes y enfermedades
causados por serpientes, escorpiones y vinchucas.
La muestra itinerante fue muy valorada por las escuelas rurales donde se presentó, y
comenzó a ser solicitada por otras instituciones educativas y organizaciones
comunitarias. Al constatar el entusiasmo y la motivación por seguir investigando que
la experiencia había generado en los estudiantes, así como los impactos concretos en
la vida de la comunidad, el Colegio decidió adoptar institucionalmente la pedagogía
del aprendizaje-servicio solidario7.
Desde 1996 e ininterrumpidamente hasta hoy, fue surgiendo un sistema articulado de
promoción de salud escolar y comunitaria en colaboración con organismos públicos
y privados y diversas instituciones educativas y organizaciones comunitarias,
incluso en otras provincias del norte argentino. De esa manera se fueron
desarrollando nuevas investigaciones y nuevos programas de aprendizaje-servicio
vinculadas a la calidad de vida de la comunidad. Los estudiantes de los cursos
superiores capacitan a los más pequeños para dar continuidad a los programas y
trasmitir lo aprendido hasta el momento, y las nuevas promociones revisan lo hecho
por las anteriores.
Mediante la elaboración de material didáctico, jornadas y talleres de capacitación, los
alumnos transfieren el conocimiento derivado de la investigación a la comunidad, y se
multiplicaron las investigaciones presentadas a la Feria de Ciencias. En los últimos
años, el programa adquirió tal visibilidad y reconocimiento, que incluso el Instituto
de Formación Docente invita anualmente al Colegio a dictar charlas a los futuros
maestros rurales de la provincia, para prepararlos a enfrentar las problemáticas
sanitarias en las que los estudiantes del Pablo Apóstol se han convertido en
especialistas (ME, 2006:86-89; ME, 2006b:17-19)

c) Del voluntariado institucional al aprendizaje-servicio solidario:

7
http://www.colegiopabloapostol.edu.ar/paginas/4/Proyecto_Institucional.php
19
Probablemente esta sea la transición más sencilla, en el sentido de que la escuela ya ha
desarrollado actividades sociales con continuidad y apoyo institucional, ya hay un
determinado número de estudiantes involucrados en actividades sociales y educadores –
docentes, animadores de pastoral u otros– involucrados en los proyectos. En muchos casos,
la institución ya ha desarrollado vínculos estables con organizaciones de la comunidad y
referentes significativos, así como espacios de participación en las actividades para las
familias de los estudiantes, para ex alumnos o para otros aliados. El único aspecto que falta
desarrollar tiene que ver con la vinculación de la actividad solidaria con las áreas
académicas y con la sistematización de los aprendizajes que –aun informalmente– sin duda
se han desarrollado.
En los procesos de transición, se tratará de articular intencionadamente las actividades
solidarias ya en curso con los contenidos educativos formales. Junto a los objetivos
solidarios, habrá que plantearse qué oportunidades de aprendizaje ofrece la actividad
solidaria, tanto en cuanto a los conocimientos disciplinarios como a la posibilidad de
desarrollo de habilidades y competencias para la vida, el trabajo y la participación
ciudadana, e incorporar formalmente al proyecto objetivos de aprendizaje que puedan
evaluarse. La incorporación de vínculos entre las asignaturas y la acción solidaria permitirá
sistematizar más las acciones, generar nuevos espacios de reflexión y de indagación sobre las
problemáticas abordadas, y dar mayor solidez científica a las intervenciones comunitarias.
En este proceso será importante:
• Identificar oportunidades de aprendizaje en las actividades en terreno.
• Desarrollar investigaciones escolares susceptibles de enriquecer la proyección social del
proyecto.
• Vincular a los docentes o animadores comunitarios a cargo de las actividades solidarias con
los docentes de las asignaturas disciplinares más pertinentes según las problemáticas
abordadas.
Veamos a continuación el caso de una escuela que, a partir de un programa institucional de
catequesis en un barrio con altos niveles de pobreza y exclusión, desarrolló un proyecto
integral de aprendizaje-servicio solidario.

Del voluntariado y la catequesis a un programa interdisciplinario al servicio


de las poblaciones ribereñas
Instituto “Santa Teresa de Jesús”. Goya, Corrientes, Argentina8

La ciudad de Goya se encuentra a orillas del Río Paraná. La población de la zona


ribereña de la ciudad es frecuentemente afectada por las crecidas del río, y las
inundaciones cíclicamente provocan la pérdida de todos los bienes de las familias

8
Experiencia ganadora de una Mención de honor en el Premio Presidencial “Escuelas Solidarias” 2001.
Ministerio de Educación, República Argentina.
20
más carenciadas, que habitan en viviendas precarias en las “villas” de la orilla del
Paraná.
El Instituto “Santa Teresa de Jesús”, de las Hermanas Carmelitas Misioneras
Teresianas, venía realizando sistemáticamente campañas solidarias para atender las
necesidades de los pobladores inundados. La institución había tejido lazos con varias
de las comunidades a través del voluntariado institucional, que iba todas las semanas
a dictar catequesis en el barrio de la ribera. El conocimiento de la dura realidad que
enfrentaban las familias de la zona impulsó a la escuela a plantearse un
involucramiento mucho más integral y complejo en el barrio, que apuntara no sólo a
paliar las emergencias, sino a atender a las problemáticas de fondo.
Se desarrolló un proyecto institucional orientado a mejorar la calidad de vida de las
familias ribereñas, que involucró interdisciplinariamente a las distintas áreas de
conocimiento en la búsqueda de respuestas a las diversas problemáticas.
Con la participación de docentes, estudiantes y familias, se desarrollaron o iniciaron
diversas actividades. Con el apoyo especialmente de las áreas de Lengua y
Matemática, se organizaron actividades de apoyo escolar para los niños del barrio.
Desde el área de Tecnología, y con el apoyo de las familias, se inició la construcción
de viviendas dignas y también el diseño y construcción de hornos de pan
comunitarios, para contribuir a la alimentación y también al surgimiento de
microemprendimientos. Desde Ciencias Sociales y Formación Ética y
Ciudadana se trabajó en la regularización de la situación de los pobladores
indocumentados y en las gestiones para el tendido de agua potable en el barrio. Se
impulsó también el mantenimiento de una huerta comunitaria y la gestión de un
ropero comunitario.
Desde hace más de 15 años, el Instituto sigue desarrollando “proyectos
interdisciplinarios que conectan a los estudiantes con la comunidad”, como parte del
Proyecto Educativo Institucional en el nivel primario y secundario9.

9
http://www.colstateresagoya.edu.ar/niveles/nivel-
primario.htmlhttp://www.colstateresagoya.edu.ar/niveles/nivel-secundario.html
21
FIGURA 6: Del voluntariado institucional al aprendizaje-servicio: redes
curriculares.
Sugerimos ver el pptCLAYSS (2011) Transiciones- María Nieves Tapia

22

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