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Traumatismos de la columna
cervical alta
F. de Peretti, M. Challali

Las fracturas, luxaciones y esguinces de la columna cervical alta tienen la particularidad


de que o bien pueden causar el fallecimiento inmediato del paciente o bien se observan en
personas que, en general, no tienen trastornos neurológicos. Estas lesiones se encuentran
básicamente en los ancianos; la más frecuente es la fractura de la apófisis odontoides.
Comprometen el pronóstico vital a causa del riesgo neurológico, de las complicaciones
por decúbito en ancianos y de las complicaciones del tratamiento, sea éste ortopédico o
quirúrgico. El tratamiento de estos pacientes no está bien definido. Las fracturas de los
arcos anterior y posterior de C1, de las masas laterales de C1, las fracturas aisladas del
arco posterior de C1 y C2 y las fracturas verticales del cuerpo de C2 se tratan, en general,
con métodos ortopédicos. Los esguinces del ligamento transverso de C1 y las luxacio-
nes occipitocervicales, muy infrecuentes en traumatizados vivos, en general se tratan
mediante cirugía. Las demás lesiones, en especial las fracturas de la odontoides y de los
istmos de C2, pueden someterse a un tratamiento quirúrgico u ortopédico. La indicación
quirúrgica suele plantearse si la lesión parece inestable y el paciente puede soportar la
intervención, si se pretende instaurar la alimentación precoz en un politraumatizado,
etc. En los ancianos, que es el caso más frecuente, las cuestiones son: ¿hay que intervenir
quirúrgicamente para evitarles un tratamiento ortopédico penoso? ¿Hay que indicar un
método ortopédico para evitarles el riesgo quirúrgico? La sensatez, la experiencia y las
condiciones locales orientan hacia el tratamiento quirúrgico o el tratamiento ortopédico.
Por estas razones, es necesario trasladar a los pacientes a un centro especializado.
© 2013 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: Fractura; Luxación; Axis; Atlas; Odontoides

Plan  Definición
■ Definición 1 La columna cervical alta se extiende de la articulación
■ Lesiones de la columna cervical alta 2 occipitoatlantoidea al disco C2-C3. Los traumatismos de
Lesiones ligamentosas: esguince y luxación de la columna la columna cervical alta comprometen el pronóstico vital,
cervical alta 2 ya sea provocando de inmediato trastornos neurológi-
Fracturas de la columna cervical alta 2 cos mortales o bien por desplazamiento secundario. Son
Lesiones y traumatismos asociados de la columna cervical muy frecuentes en los ancianos y presentan una doble
alta 6 morbilidad: los trastornos por decúbito y los riesgos de

aparición de trastornos neurológicos. Sean cuales sean la
Manejo del paciente traumatizado 6
edad y el nivel afectado, hay que establecer la diferencia
Personas traumatizadas conscientes 7
entre las lesiones óseas con inestabilidad temporal hasta la
Pacientes confusos 7
consolidación, las lesiones ligamentosas definitivamente
Resonancia magnética 7
inestables y la lesiones mixtas. El tratamiento sólo puede
■ Datos generales del tratamiento ortopédico 7 iniciarse después de establecer el tipo de la lesión. Se
■ Conclusión 8 estudiarán en primer lugar las diversas lesiones y a con-
tinuación las conductas terapéuticas y los tratamientos
disponibles.

EMC - Aparato locomotor 1


Volume 46 > n◦ 1 > marzo 2013
http://dx.doi.org/10.1016/S1286-935X(13)64177-5
E – 14-840  Traumatismos de la columna cervical alta

 Lesiones de la columna
cervical alta
Lesiones ligamentosas: esguince y
luxación de la columna cervical alta
Luxación occipitoatlantoidea
Es una lesión infrecuente, en general rápidamente letal
y, por esta razón, subestimada. Bucholz et al [1] la halla-
ron en nueve de 112 personas fallecidas después de un
traumatismo. Se individualizan:
• la luxación por tracción pura, verdadera decapitación
subcutánea y probablemente mortal, que los autores
han encontrado una sola vez, en un paciente traumati-
zado que llegó con vida al hospital y falleció en la sala
de radiología;
• las luxaciones y subluxaciones anteriores que se obser-
van en muy pocos sobrevivientes;
• las luxaciones posteriores, rarísimas.
La tomografía computarizada (TC) de cuerpo entero
con reconstrucción a veces permite establecer el diagnós- Figura 2. Inestabilidad C1-C2 tras ruptura del ligamento trans-
tico con más seguridad que las defectuosas radiografías verso.
realizadas de urgencia. En la Figura 1 se observan las El diagnóstico es radiológico y tomográfico; la lesión,
referencias radiológicas que pueden aprovecharse para inicialmente invisible, puede revelarse en radiografías
apreciar la reconstrucción mediante TC en 2D. La cim- dinámicas y/o tardías. Hay dos diagnósticos diferenciales
bra odontoidea de Roy-Camille et al [2] sería muy útil para típicos: en el niño, una separación de 5 mm es normal y,
diagnosticar los desplazamientos anteriores. en el adulto, las lesiones reumáticas de la columna cervi-
cal alta producen las mismas imágenes. Los signos clínicos
Lesiones ligamentosas C1-C2 son triviales y los signos neurológicos, si están presen-
Pueden subdividirse en inestabilidades sagitales y rota- tes, suelen ser poco intensos, porque en caso contrario el
torias. paciente probablemente habría fallecido antes de llegar al
hospital.
Inestabilidades sagitales Inestabilidades rotatorias C1-C2
Son los esguinces graves del ligamento transverso No hay que confundirlas con las subluxaciones del
(Fig. 2). Las lesiones del ligamento cruciforme pueden aso- niño, que no son otra cosa que tortícolis. Pueden ser uni-
ciarse a lesiones de los ligamentos alares. Los estudios de laterales o bilaterales; su frecuencia probablemente esté
sección ligamentosa [2, 3] han revelado que la separación subestimada, debido a que a menudo son letales. Pueden
radiológica normal entre la odontoides y el arco anterior asociarse a una ruptura del ligamento transverso. Se han
del atlas es inferior a 3 mm en el adulto. La sección ais- descrito casos de luxación bilateral rotatoria sin trastorno
lada del ligamento transverso produce una separación de neurológico [4] . El diagnóstico presuntivo radiográfico se
5 mm. Si además se seccionan los dos ligamentos alares, la confirma mediante TC (Fig. 3). En la resonancia magné-
separación es de al menos 8 mm. La sección del conjunto tica (RM) se busca una lesión del ligamento transverso.
ligamentoso produce una separación de 8-15 mm. Según nuestra experiencia, las luxaciones rotatorias son
comunes en personas de sexo femenino hiperlaxas.

Fracturas de la columna cervical alta


Fracturas de C1
Hay cuatro tipos:
• la fractura aislada del arco posterior, a menudo debida
a un traumatismo en extensión que rompe el arco pos-
terior de C1 entre la escama del occipital y el arco
posterior de C2. El desplazamiento suele ser nulo y la
fractura se descubre en la TC;
• la fractura aislada del arco anterior, infrecuente, debida
a un traumatismo en extensión, a causa del cual la
odontoides choca contra el arco. También se suele des-
cubrir en la TC;
• la fractura aislada y parcial de una masa lateral. Se debe
a una compresión lateralizada y a menudo se confirma
en la TC;
• la fractura de los arcos anterior y posterior del atlas
o fractura de Jefferson (Fig. 4). Es una fractura de los
arcos del atlas con desplazamiento lateral divergente de
Figura 1. Referencias radiológicas laterales para apreciar las las masas laterales. La orientación inversa de los cóndi-
relaciones del occipucio y de la columna cervical alta. ab: línea los occipitales y de las apófisis articulares superiores de
de Chamberlain que prolonga el paladar óseo y pasa por encima C2 provoca una expulsión lateral de las masas laterales
de la odontoides, cerca del vértice o rozándolo. cd: línea basilar de C1 durante una compresión axial sobre el vértice.
que prolonga el clivus y pasa justo por detrás del vértice de la La lesión tiene la reputación de ser estable, pero Roy-
odontoides. efg: cimbra occipitoodontoidea regular y visible en Camille et al [2] consideran que si la separación de las
una buena radiografía lateral. masas laterales es mayor de 5 mm, hay ruptura del

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Figura 3. Inestabilidad
rotatoria de C1.
A. Radiografía lateral.
B. Tomografía computa-
rizada 3D.

A B

Figura 4.
A. Mecanismo de impacto sobre el vértice en la fractura de Jefferson.
B. Esquema de la pérdida de alineación de un lado una masa lateral con el cóndilo occipital correspondiente.
C. Vista superior de una fractura de Jefferson.

ligamento transverso e inestabilidad. En la placa con Fracturas del pedículo o istmo de C2


la boca abierta se busca la fractura del arco anterior, Corresponden a un conjunto de fracturas localizadas
a veces visible, y el rebasamiento lateral de las masas entre los procesos articulares superiores e inferiores de
laterales. En una radiografía con la boca abierta nor- C2. Los autores anglosajones las agrupan bajo la denomi-
mal, las masas laterales son perfectamente verticales a nación de Hangman’s fracture [8] , y los francófonos como
los cóndilos occipitales y a las apófisis articulares supe- fractura del ahorcado, por analogía con las lesiones obser-
riores de C2. Sin embargo, si la cabeza está inclinada vadas en las víctimas de pena de muerte en la horca,
hacia un lado, una masa lateral puede rebasar lateral- con caída de la persona por una trampilla. Se dice que
mente del lado de la inclinación sin que haya fractura. algunos verdugos habían notado que la muerte era inme-
Para Dosch [5, 6] , la exploración ideal es la TC porque diata por «ruptura de la nuca» si el nudo de la cuerda se
precisa la localización de los trazos y la magnitud del apoyaba contra la cara de la víctima, favoreciendo una
desplazamiento. Además, permite seguir el proceso de hiperextensión brusca de la columna cervical. La direc-
consolidación. ción del trazo varía entre la parte posterior de los procesos
articulares superiores y la parte anterior de los procesos
articulares inferiores. En nuestra experiencia, todos los
Fracturas de C2 pacientes presentan un impacto facial anterior, por lo que
Representan el 20% del total de las fracturas de el vector lesivo principal es la extensión (Fig. 5); o bien la
la columna cervical [7] , con un 8,5% de trastornos fuerza es considerable y la muerte súbita o bien la fuerza
neurológicos y un 2,4% de fallecimientos repentinos es más débil, sin lesión medular; las fracturas del istmo
inmediatamente después del ingreso. Se observan con fre- pueden ensanchar el conducto vertebral. Los pacientes
cuencia en los pacientes fallecidos por un accidente en la que los autores han observado presentaban una fractura
vía pública. no desplazada o una fractura asociada a una lesión del

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Figura 7. Fractura del ahorcado de tipo II de Effendi y Laurin.


Sin trastorno neurológico.

Figura 5. Mecanismo de las fracturas del ahorcado. este segmento en la personas mayores de 80 años. Se
deben a un mecanismo de cizalladura anterior o poste-
disco C2-C3, con o sin arrancamiento óseo en lágrima rior, asociado a una compresión axial. La cizalladura sola
(tear drop) del ángulo anterior de C2. Puede asociarse un no permite reproducir la fractura de manera experimental.
vector traumático de compresión o de flexión secundaria. La vascularización de la odontoides es abundante, pro-
La clasificación más empleada, que señala la inestabili- cede de las arterias vertebrales, faríngeas y occipitales [11] ,
dad creciente de las lesiones, es la de Effendi y Laurin [9] no es de tipo epifisario como en el cuello femoral y el
(Fig. 6). Las que más se observan son las lesiones de tipo flujo extraóseo es difícil de interrumpir (Fig. 8). No hay
I o II (Fig. 7). Los autores nunca han visto una lesión de que buscar una causa vascular para explicar la frecuencia
tipo III, es decir, asociada a una luxación de los proce- de las seudoartrosis. El complejo occipitoatlantoidoaxoi-
sos articulares C2-C3. Roy-Camille et al [2] añaden un tipo deo [12] ejerce sobre la odontoides una presión vertical,
IV cuando la fractura de C2 se asocia a una fractura de la ligeramente oblicua hacia abajo y hacia atrás. Según Maes-
odontoides. La localización exacta del trazo es menos rele- tro y Argenson [12] , esto se debe a que una parte del peso
vante. De cualquier modo, la característica fundamental de la cabeza se aplica sobre la odontoides a través del arco
de las lesiones de tipo II es que son producidas por un trau- anterior de C1 y, además, a que la odontoides es oblicua
matismo en extensión y se pueden desplazar en flexión, hacia arriba y muy ligeramente hacia atrás (Fig. 9).
pero se reducen mediante tracción en extensión. Las dificultades de reducción y de contención, así como
las exigencias mecánicas sobre la apófisis son el origen de
Fracturas de la apófisis odontoides las seudoartrosis. Antes de los 50 años, las excepciona-
Se las conoce por el riesgo de muerte y de seudoar- les fracturas diagnosticadas se deben a un traumatismo
trosis. Son las más frecuentes de la columna cervical violento. Las fracturas se observan más a menudo en
alta y representan el 9-15% de todas las fracturas de la ancianos y se producen por un traumatismo de baja
columna cervical [10] . También son las más frecuentes de energía. Los pacientes hospitalizados rara vez tienen

Figura 6. Clasificación de Effendi y Laurin con los tres tipos de fractura de los istmos de C2.
A. Tipo I.
B. Tipo II.
C. Tipo III.

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Figura 8. Vascularización de la odontoides.

Figura 10. Clasificación de Anderson y D’Alonzo.


A. Fractura de la punta.
B. Fractura del cuello.
C. Fractura de la unión con el cuerpo de C2.

Figura 9. La oblicuidad hacia arriba y hacia atrás de la odon-


toides transforma una parte de las fuerzas verticales en fuerzas
de cizalladura dirigidas hacia atrás.

trastornos neurológicos, pero si éstos están presentes, son


gravísimos y exponen a un riesgo de parada cardiorrespira-
toria. Los autores han observado algunas tetraplejiaplejias
incompletas regresivas. También hemos constatado muy
a menudo un síndrome confusional, asociado a una alte-
ración neurovegetativa, que necesitó asistencia médica en
un ámbito vigilado y especializado. Este estado puede ser
regresivo tras estabilización y no es por sí solo una con-
traindicación quirúrgica.
El diagnóstico se establece a menudo gracias a la radio-
grafía anteroposterior con la boca abierta y lateral. La
lectura de las radiografías es difícil. La TC helicoidal con
reconstrucción 2D y 3D proporciona una imagen perfecta
de la fractura y es la exploración clave. Los cortes axiales
son poco útiles.
La clasificación comúnmente utilizada es la de Ander-
son y D’Alonzo [13] (Fig. 10).
El tipo I corresponde a las fracturas de la punta, que son
estables e infrecuentes. Se trata de arrancamientos de los
ligamentos occipitoodontoideos.
El tipo II incluye las fracturas en la unión del diente
con el cuerpo de C2. Representan [7] el 54-60% de las frac-
turas de la odontoides. Las fracturas asociadas a residuos
óseos anteriores o posteriores se consideran como las más Figura 11. Los tres tipos de oblicuidad del trazo según Roy-
inestables. Camille (A-C).
El tipo III corresponde a las fracturas propagadas en el
hueso esponjoso del cuerpo del axis. Representan [7] el 39-
42% de las series. Roy-Camille et al [2, 14] incorporaron el de desplazamiento, los OBAAD se deslizan hacia delante,
concepto de desplazamiento y de inestabilidad en función los OBAAT hacia atrás y los horizontales, hacia delante y
de los trazos. Distinguen tres tipos de trazo (Fig. 11): obli- atrás. La variedad horizontal (Fig. 12) con fractura con-
cuo hacia abajo y hacia delante (OBAAD), oblicuo hacia minuta presenta un aspecto radiológico en «sombrero de
abajo y hacia atrás (OBAAT) y horizontal (HTAL). En caso policía londinense», su inestabilidad es máxima y tiene un

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Figura 12. Reconstrucción 2D de una fractura horizontal de


la odontoides con aspecto de «sombrero de policía londinense».

Figura 14. Fractura en lágrima (tear drop) invertida de C2.


Radiografía de control después de colocar la tracción: decoapta-
ción entre C2 y C3.

• fractura de tipo I, de trazo frontal, debida a un trau-


matismo en extensión. Cuando el trazo es posterior,
en realidad se trata de fracturas del ahorcado. Una
forma especial es el arrancamiento del ángulo inferior
de C2 [21] o fractura en lágrima. En la inmensa mayoría
de los casos, se debe a un traumatismo en extensión y
Figura 13. Fracturas del cuerpo de C2. merece la denominación de fractura en lágrima inver-
A. Las tres flechas indican los tres trazos frontales. tida de C2 (Fig. 14). En general la lesión es estable,
B. Trazo vertical. pero hay que sospechar una lesión del disco C2-C3,
aun cuando la lesión no esté desplazada, y solicitar una
radiografía dinámica;
alto riesgo de seudoartrosis. Para este tipo de fractura, Had- • fractura de tipo II, de trazo sagital, probablemente
ley et al [15] han modificado la clasificación de Anderson debida a una compresión axial;
y D’Alonzo añadiendo un tipo II A. Las fracturas OBAAD • fractura de tipo III, que en realidad es una fractura trans-
son más estables que las otras porque el voladizo de la corporal de la odontoides.
charnela occipitovertebral somete el trazo a compresión.
Las fracturas OBAAT desplazadas son inestables porque las
uniones ligamentosas posteriores están rotas. Lesiones y traumatismos asociados de la
En las personas jóvenes y correctamente tratadas, las columna cervical alta
fracturas de la odontoides son menos graves de lo que
creían los antiguos autores, quienes no indicaban el trata- Una asociación a otra lesión vertebral es tan frecuente
miento quirúrgico. En las personas mayores, el problema a este nivel como en los otros niveles de la columna
es distinto. A la gravedad neurológica de la fractura se vertebral, de alrededor del 20% según nuestra experien-
añaden las complicaciones por decúbito y las dificultades cia y la de otros autores. La fractura de la odontoides
del tratamiento quirúrgico. Así pues, la mortalidad tras se asocia a menudo a otra lesión de la columna cervical
el ingreso del paciente varía entre el 4% [16, 17] y el 35% alta [2, 22, 23] . Estas asociaciones se diagnostican gracias a la
[10]
, con una mediana del orden del 10% [16–18] . La morbi- TC con reconstrucción. Desconocerlas expone al riesgo
lidad es mayor y las complicaciones posterapéuticas son de efectuar un tratamiento incompleto. Las lesiones de la
del 16-17% [16, 17] , sean cuales sean los tratamientos, con columna cervical alta pueden asociarse a cualquier otra
un índice de seudoartrosis de hasta el 54% [19] . lesión traumática extrarraquídea, pero sobre todo son
Después del período postraumático, a veces viene el frecuentes en asociación con un traumatismo craneal,
período de tratamiento de una seudoartrosis. La radio- incluso benigno [24] . Sólo la prudencia, la repetición de
grafía dinámica con movimiento activo (los movimientos las pruebas de imagen y su lectura minuciosa permiten
pasivos o forzados están, desde luego, contraindicados) desarmar las trampas diagnósticas.
permite diferenciar entre las seudoartrosis apretadas e
inmóviles y las seudoartrosis laxas y móviles, que son una
verdadera espada de Damocles.
 Manejo del paciente
Fracturas del cuerpo de C2 traumatizado
Son infrecuentes como lesiones aisladas y a menudo
se visualizan mal en las radiografías simples. La TC con En el lugar del traumatismo, cualquier persona con
reconstrucción ayuda al diagnóstico. Benzel et al [20] pro- dolor en el cuello, en estado de confusión o politrauma-
ponen la siguiente clasificación (Fig. 13): tizada es sospechosa de padecer lesiones de la columna

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cervical. El segmento cefálico debe desplazarse en un solo


bloque con el tronco y hay que trasladar al paciente con
la columna cervical inmovilizada.
En el centro asistencial conviene distinguir los trau-
“ Punto fundamental
matizados en la región craneocervical perfectamente
Una vez realizado el primer tratamiento médico en
conscientes, sin estado de shock ni pérdida de cono-
cimiento, de los pacientes en estado de confusión, función del estado del paciente y después de esta-
politraumatizados o intoxicados. blecer un diagnóstico de certeza o presuntivo, el
equipo médico debe plantearse la siguiente cues-
tión: ¿se es competente para tratar al paciente? Si
Personas traumatizadas conscientes la experiencia es limitada o se carece de medios
Respecto a los traumatizados perfectamente conscien- adecuados, conviene derivar al paciente a un cen-
tes que sufren dolor en la región craneocervical, se tro de referencia.
registran los resultados de la exploración neurológica,
se inmoviliza la columna cervical con un collar y se
toman radiografías de la columna cervical. Clásicamente,
se toman cinco incidencias: anteroposterior, lateral, ante-  Datos generales
roposterior con boca abierta y oblicuas. Mal realizadas,
las incidencias oblicuas son peligrosas, por lo que se con- del tratamiento ortopédico
sidera suficiente el siguiente protocolo: anteroposterior,
lateral y anteroposterior con la boca abierta [25, 26] . No es El collar de gomaespuma y el collar rígido de tipo
necesaria la realización sistemática de radiografías de la Filadelfia, que causan pocas molestias, representan básica-
columna cervical (que podrían ser inútiles o mal interpre- mente un método terapéutico de espera antes de formular
tadas por un médico con insuficiente entrenamiento) en el diagnóstico definitivo. Pueden constituir el tratamiento
un paciente sin politraumatismos que no siente dolor en definitivo en un anciano incapaz de soportar un tra-
la región craneocervical. tamiento más complejo. La costumbre de colocar un
En el estudio estadounidense Nexus [27] se señala que no collar de tipo Filadelfia a los pacientes politraumatizados
es necesario tomar una radiografía en ausencia de dolor durante la valoración o en espera de circunstancias más
a la presión de las apófisis espinosas, de déficit neuroló- favorables presenta riesgos [30] que aumentan con los días
gico, de alteraciones de la vigilancia, de intoxicación o de de uso, la presencia del paciente en cuidados intensivos,
otra lesión dolorosa que pudiera ocultar una fractura de la los trastornos respiratorios y la espera a veces prolongada
columna vertebral. Estos cinco criterios tendrían un valor para poder efectuar una RM.
predictivo negativo del 99,8%. La minerva amovible hecha a medida o inamovible
En el estudio canadiense [28] sobre los pacientes sin tras- moldeada en posición de reducción es claramente más
torno de la vigilancia se señala que en ausencia de criterio incómoda. Tiene una venda frontal para bloquear los
a favor de un traumatismo de la columna cervical, incluso movimientos de la columna cervical alta y tres puntos
benigno, las radiografías se indican si existe un riesgo vin- de apoyo: mentoniano, occipital y esternal. Es necesa-
culado al contexto, a la circunstancia del accidente, a la rio un acolchado para minimizar los riesgos de escara
exploración física inicial o si el paciente es incapaz de del mentón, del ángulo de la mandíbula y de la región
efectuar una rotación cervical de 45◦ hacia la derecha y occipital. Se moldea con la boca abierta en al menos
la izquierda. 2 cm para permitir la alimentación y, si es posible, en
Si las radiografías ponen de manifiesto o despiertan la posición sentada, ya que una minerva moldeada en decú-
sospecha de una lesión de la columna cervical alta, se soli- bito tiene pocas posibilidades de resultar adecuada en
cita una TC por ser inigualable en la exploración de este el momento de la verticalización. En las lesiones ines-
segmento raquídeo [29] . tables y reducidas, se moldea bajo control radioscópico
con la boca abierta y con una cincha mandibular de
tracción vertical o estribo de tracción para mantener la
Pacientes confusos reducción. Una ventana anterior permite los movimien-
tos de la laringe. La vigilancia clínica es fundamental.
En los pacientes politraumatizados con estado de La inmovilización con minerva expone a la formación
confusión, intoxicados, la TC es más sensible que las de escaras en los pacientes de piel fina a causa de la
radiografías [26] y rara vez produce menos resultados que la edad o de una corticoterapia prolongada. La minerva está
RM. La TC de multicortes milimétricos permite explorar contraindicada en los pacientes cuya conciencia no es per-
en algunos segundos la columna cervical y puede aso- fecta, con trastornos respiratorios o que corren el riesgo
ciarse la exploración de otras zonas. El beneficio obtenido de necesitar maniobras urgentes de reanimación o que
compensa la irradiación. además tienen un traumatismo facial. El desplazamiento
secundario de las lesiones es frecuente, por lo que es nece-
Resonancia magnética sario el control radiológico mientras las lesiones no estén
consolidadas.
No es eficiente para explorar el arco posterior [26] , El halo craneal o halo de yeso (halo vest o halo cast
pero sí para estudiar las lesiones ligamentosas. Noso- de los anglosajones) consta de tres partes: una corona
tros no hemos obtenido resultados satisfactorios, por lo fijada al menos por cuatro punzones al cráneo, un cha-
que creemos que es necesario contar con radiólogos con leco toracoescapular y barras de unión entre el halo y el
mucha experiencia y un equipamiento de alta calidad. La chaleco. Es un tratamiento clásico para las lesiones de la
RM sigue siendo inigualable para estudiar el contenido columna cervical alta, más aún cuando las barras de unión
del conducto vertebral. Las indicaciones en traumatolo- son regulables y permiten la modificación del montaje.
gía raquídea [26] están limitadas por las dificultades para Se debe vigilar igual que a la minerva y tiene las mismas
acceder al estudio, la duración de la exploración, la com- contraindicaciones. Expone [31] al desmontaje del sistema,
patibilidad del material de reanimación y ortopedia y la al arrancamiento de los punzones, a la infección local y
dificultad para vigilar al paciente. En realidad, la RM está a las escaras, así como al desplazamiento secundario de
indicada en los casos en que la TC no permite establecer la lesión. Al igual que la minerva, el control radiológico
perfectamente el diagnóstico de las lesiones o en caso de regular de las lesiones es necesario en espera de la conso-
discordancia entre las lesiones halladas y la exploración lidación. El halo de yeso se utiliza con frecuencia, aunque
física. en Francia no tanto y hay pocas publicaciones al respecto.

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La tracción con estribo craneal se aplica con el paciente [6] Dosch JC. Traumatisme du rachis cervical (Pièges et
en la cama en posición semisentada y el tronco a 30-45◦ en erreurs diagnostiques). Rachis cervical traumatique. Cahiers
relación con los miembros inferiores. En la columna cer- d’enseignement de la SOFCOT (no 76). Paris: Elsevier; 2000.
vical alta no hay que pasar de los 3 kg de tracción, salvo p. 63–70.
si se quiere reducir una lesión de larga data. Las radio- [7] Pryputniewicz DM, Hadley MN. Axis fractures. Neurosur-
grafías de control se hacen al menos una vez por día al gery 2010;66:A68–82.
principio, ya que el riesgo de distracción de las lesiones [8] Schneider RC, Livington KE, Cave A, Hamilton J.
es grande y puede causar una «decapitación subcutánea». Hangman’s fracture of the cervical spine. J Neurosurg
La tracción es el tratamiento ortopédico más incómodo 1965;22:141–50.
y expone a todos los riesgos antes descritos. Se usa como [9] Effendi B, Roy D, Cornish B, Dussault R, Laurin C. Fractures
recurso de espera en una lesión inestable o como manio- of the ring of the axis. J Bone Joint Surg [Br] 1981;63:319–27.
bra de reducción y contención de una lesión inestable que [10] Maak TG, Grauer JN. The contemporary treatment of odon-
toid injuries. Spine 2006;31:553–60.
no se desea someter a una intervención quirúrgica. En este
[11] Argenson C, Francke JP, Sylla S, Dintimille H, Papazian S,
caso, puede ser previa a un tratamiento con minerva o
Di Marino V. Les artères vertébrales (segment VI-II). Anat
halo. Clin 1979;2:2–41.
El estudio del tratamiento ortopédico de las lesiones de [12] Maestro M, Argenson C. Nouvelle approche bioméca-
la columna cervical alta demuestra que no carece de ries- nique de la jonction crânio-rachidienne. En: Poitout D,
gos y que impone una vigilancia clínica. Se usa a menudo editor. Biomécanique orthopédique. Paris: Masson; 1987.
en ancianos, a los que no se desea o no se puede some- p. 439–48.
ter a una intervención quirúrgica. La experiencia indica [13] Anderson L, D’Alonzo R. Fractures of the odontoid pro-
que este tratamiento se tolera mal. Hay que comenzar cess of the axis. J Bone Joint Surg [Am] 1974;56:
entonces por el tratamiento ortopédico más indicado y, en 1663–74.
caso de intolerancia, continuar con tratamientos cada vez [14] Roy-Camille R, Saillant G, Judet T, de Botton G, Michel C.
menos penosos. Un simple collar de gomaespuma puede Eléments de pronostic des fractures de l’odontoïde. Rev Chir
ser demasiado para un anciano en estado de confusión y Orthop 1980;66:183–6.
que respira mal. En este caso extremo, la abstención de [15] Hadley MN, Browner CM, Liu SS, Sonntag VK. New
cualquier elemento de contención es una opción absolu- subtype of acute odontoid fractures (Type IIA). Neurosurgery
tamente aceptable. 1988;22:67–71.
[16] Platzer P, Thalhammer G, Sarahrudi K, Kovar F, Vekszler
G, Vécsei V, et al. Non operative management of odontoid
 Conclusión fractures using a halothoracic vest. Neurosurgery 2007;61:
522–9.
[17] Platzer P, Thalhammer G, Oberleitner G, Schuster R, Vécsei
Las lesiones de la columna cervical alta rara vez V, Gaebler C. Surgical treatment of dens fractures in elderly
se acompañan de trastornos neurológicos en los patients. J Bone Joint Surg [Am] 2007;89:1716–22.
pacientes traumatizados que solemos atender en nues- [18] White AP, Hashimoto R, Norvell DC, Vaccaro AR. Mor-
tro centro de trabajo. Comprometen el pronóstico bidity and mortality related to odontoid fracture. Spine
vital a causa del riesgo de desplazamiento secunda- 2010;35:146–57.
rio y de la edad avanzada de la mayoría de los [19] Koivikko MP, Kiuru MJ, Koskinen SK, Myllynen P, San-
pacientes. tavirta S, Kivisaari L. Factors associated with nonunion in
Algunas lesiones, como las fracturas aisladas de los arcos conservatively-treated type II fractures of the odontoid pro-
posteriores, son benignas y curan sin problemas. Otras, en cess. J Bone Joint Surg [Br] 2004;86:1146–51.
especial lesiones ligamentosas como la ruptura del liga- [20] Benzel E, Hart B, Ball P, Baldwin N, Orrsion W, Espi-
mento transverso, son difíciles de diagnosticar si no es nosa M. Fractures of the C2 vertebral body. J Neurosurg
con RM y se las trata con preferencia de forma quirúrgica. 1944;81:206–12.
Las fracturas más frecuentes son las de Jefferson, las del [21] Vialle R, Schmider L, Levassor N, Rillardon L, Drain O,
ahorcado y las de la odontoides. Para tratarlas es necesa- Guigui P. Fracture “tear drop” en extension de l’axis. À
rio conocer perfectamente la lesión y tener en cuenta la propos d’un cas traité chirurgicalement. Rev Chir Orthop
inestabilidad potencial. Las fracturas de la odontoides en 2004;90:152–5.
el anciano son, con mucho, las más frecuentes. Su gra- [22] Green K, Dickman C, Marciano F, Drabier J, Drayer B, Sonn-
tag V. Transverse atlantal ligament disruption associated with
vedad se debe al riesgo potencial de desplazamiento, a la
odontoid fractures. Spine 1994;19:2257–78.
seudoartrosis y a la edad del paciente. El tratamiento no
[23] Przybylski G, Welch W. Longitudinal atlanto-axial dis-
es unívoco. Si es posible, la cirugía no está contraindicada
location with type III odontoid fracture. J Neurosurg
en el anciano. Así pues, cada lesión debe ser analizada 1996;84:666–70.
para proponer al paciente la relación beneficio/riesgo más [24] Holly LT, Kelly DF, Counelis GJ, Blinman T, Mac Arthur
justa. En resumidas cuentas, la experiencia del terapeuta DL, Cryer HG. Cervical spine trauma associated with mode-
es un elemento principal de decisión. rate and severe head injury: incidence, risk factors and injury
characteristics. J Neurosurg 2002;96:285–91.
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8 EMC - Aparato locomotor


Traumatismos de la columna cervical alta  E – 14-840

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F. de Peretti (deperetti.f@chu-nice.fr).
M. Challali.
Service de traumatologie-orthopédie, Hôpital Saint-Roch, Centre hospitalo-universitaire de Nice, 5, rue Pierre-Dévoluy, 06006 Nice cedex
1, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: de Peretti F, Challali M. Traumatismos de la columna cervical alta.
EMC - Aparato locomotor 2013;46(1):1-9 [Artículo E – 14-840].

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Algoritmos Ilustraciones Videos/ Aspectos Información Informaciones Auto- Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias evaluación clinico

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