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MODULO XII
Gestión en Salud Ocupacional y Ambiental.
Contenido
ORGANIZACIÓN DE LOS SERVICIOS DE PREVENCIÓN Y
MEDICINA OCUPACIONAL.
EVALUACIÓN
ORGANIZACIÓN DE LOS
SERVICIOS DE PREVENCIÓN Y
MEDICINA OCUPACIONAL.
RESPONSABILIDAD
AMBIENTAL DE LAS
EMPRESAS.
RESPONSABILIDAD SOCIAL
Responsabilidad Social Empresarial
El origen de la RSE data de los años 50 y 60 en Estados Unidos y se asienta en
Europa en los 90, cuando la Comisión Europea utilizó este concepto para involucrar a
los empresarios en una estrategia de empleo que generase mayor cohesión social. El
proceso de incluir a los empresarios en las soluciones de tipo social estableció la
reconciliación entre las empresas y comunidad; tal hecho propició la conexión social,
la solidaridad y el respeto al medio ambiente (Publicaciones Vértice, 2009). En la
década de los 60 y 70, el ambiente político y social se convirtió en una importante
variable para las empresas americanas, dado que la sociedad fijaba su atención en
cuestiones tales como la igualdad de oportunidades, el control de la comunicación, la
conservación de la energía y los recursos naturales, la protección a los consumidores
y a los trabajadores (Bateman & Snell, 2005). El debate público se dirigió a estos
aspectos, estableciendo el modo como deberían responder las empresas ante estos
retos; esta controversia se enfocó en el concepto de Responsabilidad Social
Corporativa. Actualmente, la Responsabilidad Social Empresarial actúa como medio
acomodaticio a través del cual se construyen relaciones de beneficio recíproco entre
los objetivos empresariales y los intereses colectivos de la sociedad. No obstante, la
organización se sirve de estas relaciones para impulsar su crecimiento y garantizar la
sostenibilidad integral del negocio.
El concepto
La Responsabilidad Social Empresarial se define como el compromiso que asumen las
empresas hacia la sociedad en beneficio del desarrollo sostenible, es decir, es el
equilibrio entre el crecimiento económico y el bienestar social. Para Bateman y Snell
(2005), "la empresa socialmente responsable maximiza los efectos positivos sobre la
sociedad y minimiza sus efectos negativos" (p. 147); todo esto conlleva a beneficios a
largo plazo, tendientes a lograr un desarrollo sostenible. Según Daft (2000), entender
el concepto de responsabilidad de la empresa es fácil, como es fácil entender la ética.
Señala que la ética "consiste en distinguir el bien del mal y hacer lo correcto" (p. 147) y
define el término "Responsabilidad Social Empresarial" como la obligación de los
ejecutivos de tomar decisiones y emprender medidas que contribuyan al bienestar y a
los intereses de la sociedad y de la organización. Para Carroll (1991), la naturaleza de
la RSE se encuentra en la creencia general de que la empresa moderna tiene
responsabilidades con la sociedad y que se extienden más allá de sus obligaciones
con los accionistas o los inversionistas.
En este contexto cabe mencionar a Schvarstein (2003, pp. 48 - 49), quien propone
establecer la diferencia entre la responsabilidad interna —que la propia organización
siente hacia sus integrantes y hacia los miembros de la comunidad— de aquella que le
es impuesta y por la cual debe rendir cuentas a alguien que tiene la autoridad para
exigir su cumplimiento, es decir, la responsabilidad exigible. La organización debe
lograr entonces una armonía entre lo que se le exige y lo que ella quiere dar, para así
conseguir el bienestar y aceptación de todos sus grupos de interés (en el sentido más
amplio) y el de la sociedad en general.
Los Principios
Dos visiones básicas y contrastantes surgen acerca de los principios que deben guiar
la responsabilidad administrativa, según lo plantean Bateman y Snell (2005): En la
primera, los administradores están obligados a maximizar el valor presente de la
empresa; este dogma del capitalismo está asociado a los aportes de Smith y
Friedman. Friedman (1970) acuñó la famosa frase: "La responsabilidad social de las
empresas es aumentar las utilidades", y añadió que las organizaciones pueden ayudar
a mejorar la calidad de vida siempre y cuando las medidas que tomen estén dirigidas a
incrementar las utilidades. En la segunda visión, los administradores deben estar
motivados por razonamientos morales con principios; estos principios necesariamente
deben estar inscritos en el proyecto de empresa definido por la organización. Para que
estas dos perspectivas dejen de ser antagónicas se debe buscar el sano equilibrio: por
un lado, las partes involucradas en este proyecto deberían comprender que la
sostenibilidad del medio ambiente y de la sociedad en general depende de la
racionalidad y la ética con que se manejen los negocios; por otra parte, la empresa
tiene que buscar la rentabilidad suficiente para ser viable, alcanzar la riqueza, la
eficiencia y poder crecer; les correspondería a los grupos de interés responder de una
manera activa a los mercados socialmente responsables para equilibrar la balanza en
su justa medida.
Otros principios que deben guiar la Responsabilidad Social Empresarial los presenta
Martínez (2005, pp. 2-11), quien plantea que existen siete valores éticos que sirven de
marco para las prácticas de Responsabilidad Social Empresarial: el respeto por la
dignidad y derechos de las personas, la justicia en el mercado globalizado, la
solidaridad buscando el bienestar social, la responsabilidad en el trabajo por el
desarrollo sostenible, la honestidad en la comunicación, la integridad de la cultura
organizacional y el coraje para enfrentar los retos empresariales. En principio, estos
valores pueden considerarse utópicos, sin embargo, la empresa debe lograr establecer
mecanismos que le ayuden a integrarlos eficazmente en la formulación y desarrollo de
su estrategia; la empresa debe lograr que cada uno de sus empleados y todos sus
grupos de interés comprendan la importancia de la Responsabilidad Social y
coparticipen en ella.
Freeman (1984), por su parte, expone la teoría de los grupos de interés; en ella
expresa la necesidad que tienen las empresas de gestionar las relaciones con los
grupos específicos de stakeholders de un modo orientado a la acción y plantea los tres
Las empresas no manejan relaciones con la sociedad en abstracto, sino con múltiples
grupos de interés, donde esta actividad es mucho más directa, relevante, real y
manejable. Para Bateman y Snell (2005), "los grupos de interés comprenden la
empresa, los empleados, los accionistas, los clientes, los proveedores y los grupos de
interés público" De acuerdo con Cortina (1994), los grupos de interés de las
organizaciones se pueden clasificar en internos, incluyendo a socios, accionistas,
directivos y trabajadores, y externos, incluyendo a clientes, proveedores, competidores
y a la comunidad en general.
Las organizaciones deben establecer claramente los objetivos con cada grupo de
interés, con el ánimo de propiciar un mayor entendimiento entre las partes. 1) Con
respecto a la empresa, la Responsabilidad Social es generar utilidad y vigilar el
comportamiento del valor económico, la misión organizativa o propósito, el ambiente
corporativo y los códigos de la empresa y su permanencia. 2) En cuanto a los
accionistas, garantizar la transparencia y sus derechos mediante el establecimiento y
cumplimiento de reglas de juego justas y concertadas. 3) Los empleados o
colaboradores: el objetivo con este grupo es proveerlos de las herramientas que hagan
posible su desarrollo profesional y personal, garantizándoles así una mejor calidad de
vida (revista Dinero, 2006), reflejada en las compensaciones, recompensas,
programas de salud y asistencia, licencias, despidos, apelaciones, renuncias, paros,
discriminación, acomodo de familia, seguridad, planeación de carrera, entre otros
(Bateman & Snell, 2005). 4) Los asuntos de los clientes: la Responsabilidad Social
5). Los asuntos relacionados con los proveedores: se refiere al poder relativo, al trato,
régimen y otros aspectos que pueden llegar a tener los proveedores sobre las
organizaciones y cómo éstas "manejan" estas situaciones para lograr relaciones ganar
- ganar. 6) Las cuestiones públicas: la Responsabilidad Social en este aspecto busca
promover el desarrollo económico, social y medioambiental. Incluye salud, la
seguridad, conservación de energía, cuestiones ambientales, involucramiento en la
política pública, donativos sociales y relaciones comunitarias (Bateman & Snell, 2005).
7) El Gobierno y la comunidad3 son otros grupos interesados en la organización y que
le realizan constante seguimiento y aprobación formal e informal. Entre los grupos de
interés especiales se encuentran las asociaciones mercantiles 4, los comités de acción
política, asociaciones de profesionales y los relacionados con los consumidores (Daft,
2000).
4. CRECIMIENTO EMPRESARIAL
4.1. El concepto
Algunos autores han planteado definiciones del término "crecimiento"; entre ellos
Cardona y Cano (2005, p. 24), quienes expresan que el crecimiento es un proceso
intangible que depende de elementos tangibles (acumulación de capital físico y
humano), y sobre todo de una adecuada organización y estructura interna. Para
Penrose (1962), el crecimiento se caracteriza por la acción compleja de las
modificaciones internas que desembocan en un aumento de las dimensiones y
cambios en las características de los objetos sometidos a tal proceso. En el caso de
las empresas, la acumulación de capital físico y humano y el aumento en las
dimensiones reflejan cambios que se evidencian después de una mayor aceptación de
los productos y/o servicios de la organización en el entorno; pero, como se percibe
sobre todo en la primera definición de "crecimiento", para estos autores, el crecimiento
es un proceso que se genera de adentro hacia afuera; la adecuada disposición de los
recursos internos permite que la organización logre un posicionamiento externo que le
permita crecer.
(...) el proceso de adaptación a los cambios exigidos por el entorno o promovidos por
el espíritu emprendedor del directivo, según el cual, la empresa se ve compelida a
desarrollar o ampliar su capacidad productiva mediante el ajuste o adquisición de
nuevos recursos, realizando para ello cambios organizacionales que soporten las
modificaciones realizadas; todo lo cual debe venir avalado por la capacidad financiera
de la empresa que permita, a través de dicho proceso, obtener una competitividad
perdurable en el tiempo.
Las dos definiciones anteriores se caracterizan por tener presente la importancia del
ambiente externo (específicamente el mercado) de las empresas y también por
enfatizar en que éstas deben tratar de mantenerse o superar todas aquellas fuerzas
que intervienen en su buen funcionamiento; es por ello que el crecimiento empresarial
es considerado como un proceso dinámico que genera cambios positivos para las
empresas; por lo general, estos cambios suelen ser cuantitativos, o es al menos lo que
la mayoría de los directivos esperan (crecimiento financiero, productivo, de mercado,
entre otros); pero se debe tener en cuenta que para obtener tales cambios, las
organizaciones requieren de otros cambios de naturaleza cualitativa y que son de gran
influencia para el desarrollo o surgimiento de los resultados tan anhelados por los
directivos. Entre tales cambios cualitativos, el de mayor significado y resultado es el
relacionado con las personas (sobre todo en lo relacionado con cambios en la
estructura y los mecanismos de dirección y control), pues son ellas quienes en últimas
se encargan de generar los cambios; sin desconocer, claro, que también intervienen
algunas variables que por más que se quieran controlar no lo permiten y pueden
afectar considerablemente los resultados esperados (todo lo relacionado con el medio
ambiente general y específico).
Factores de crecimiento
Según Blázquez, Dorta y Verona (2006), el crecimiento empresarial depende de
diversos factores que pueden ser internos o externos. Entre los factores internos están
la edad y el tamaño, la motivación, la estructura de propiedad y la gestión del
conocimiento, y entre los factores externos se pueden mencionar algunos relativos al
entorno sectorial (competidores, clientes y proveedores), lo que otros autores llaman
"entorno específico", y otros de nivel superior o macroentorno (la demanda, las
mejoras tecnológicas, la accesibilidad a los créditos y el apoyo gubernamental), que
forma parte de lo que se conoce como "entorno general".
Estos factores tienen diversas formas de medición; entre ellas se pueden citar el valor
para los accionistas, las ganancias por acción, los beneficios y las ventas. Sin
embargo, uno de los factores determinantes para lograr el crecimiento empresarial es
el volumen de ventas; este factor es variable y depende en gran medida de la
percepción, las preferencias, los gustos y los hábitos de compra de los clientes;
recordar y relacionar la imagen de la empresa comprometida con la Responsabilidad
sostenible como "un desarrollo que garantice que se cubran las necesidades
presentes sin comprometer las necesidades de generaciones futuras".
Las tecnologías de la información y las comunicaciones: El avance en las
tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) está presente en
todos los niveles de la sociedad y le ha permitido al hombre acceder fácilmente
a todo tipo de información. En este contexto, la empresa se hace "visible" al
consumidor, y se podría afirmar que es a través de la información que éste
obtiene de la empresa en lo que basa su decisión de compra. Pese a que el
interés por los factores que le aportan beneficios y valor material siguen
delimitando el interés del consumidor (costos, calidad, diseño del producto/
servicio, etcétera), los consumidores de hoy, especialmente las nuevas
generaciones, preferirán comprar a aquellas empresas que persigan una
conducta ética y asuman un compromiso claro con respecto a la RSE. Estos
dos nuevos factores influyen potencialmente en la selección de determinadas
marcas, productos y servicios que ofrecen las empresas que están
comprometidas abiertamente con la sociedad y con el medio ambiente antes
de preferir las marcas, los productos o los servicios de aquellas empresas que
no aportan ningún tipo de beneficio para la sociedad. Hoy, el consumidor tiende
a convertirse en un consumidor socialmente responsable.
Esquema de inclusión: Las estrategias de crecimiento empresarial
determinadas desde el direccionamiento estratégico deben establecer un
esquema de inclusión, que se comprometa en exaltar el valor del cliente, sin
distinciones, eliminado la diferencia en la calidad del trato y la calidad del
producto o servicio que se le ofrece. Este diseño debe enviar un mensaje
positivo a los clientes y a la sociedad, con el objetivo de generar una fuerza
impulsora para el crecimiento empresarial.
Agente de publicidad: El influjo de la Responsabilidad Social en el
crecimiento empresarial invita a las empresas a reconsiderar los niveles de
retribución que hacen a la sociedad y al medio ambiente y a contemplar la
conveniencia de tener en sus planes estratégicos contemplado el tema de
Responsabilidad Social como agente de publicidad; en éste, la empresa les
plantea a sus grupos de interés y grupos especiales, a través de la publicidad,
su gran sensibilidad hacia lo humano y lo ambiental.
La producción limpia: La empresa busca en la Responsabilidad Social
Empresarial el crecimiento económico sostenible; para ello estimula la
producción limpia, estableciendo políticas medioambientales en las compras,
minimizando los residuos contaminantes y estableciendo un sistema de
reciclado que le permita generar el máximo aprovechamiento de las materias
primas y la reducción de su costo.
La responsabilidad social interna: El crecimiento de la empresa se ve
beneficiado al mejorar la confianza y el compromiso de los empleados, se
perfecciona la motivación y se crea la cultura organizacional que propicie la
generación de valor agregado en los productos o servicios, la creatividad y la
innovación. La calidad de vida de los empleados de la organización debe
reflejar el compromiso que tiene la empresa con prácticas responsables que los
ayuden a aportar como individuos al mejoramiento de la sociedad.
CONCLUSIONES
Como se mencionó anteriormente, cada vez más el avance en las tecnologías de la
información y las comunicaciones, la curiosidad y alto nivel de formación de los
clientes y su profundo compromiso con el medio ambiente hacen que éstos prefieran
marcas, productos o servicios de las empresas que producen los mismos bienes y
tienen una responsabilidad con la sociedad y el medio ambiente. Esta conciencia
ambientalista de los clientes o consumidores busca compromisos por parte de las
empresas con el medio ambiente; las empresas deben responder ofreciendo
propuestas que equilibren los intereses de todos los grupos de interés, con el fin de
implantar un crecimiento sostenible. En suma, el compromiso con la Responsabilidad
Social arroja beneficios para los grupos de interés involucrados, ya que las empresas
deben enfocar sus esfuerzos a generar beneficios que no se queden solo en el orden
económico, sino que vayan mucho más allá, uqe transciendan al orden social. Las
estrategias de crecimiento empresarial determinadas desde el direccionamiento
estratégico deben establecer un esquema de inclusión que busque directamente
enviar un mensaje positivo a los clientes y a la sociedad en general; esto con el
objetivo de generar una fuerza impulsora para el crecimiento empresarial; de esta
manera se evidencia la pertinencia de la gestión empresarial.
La sostenibilidad, como elemento clave para el equilibrio social y económico, se
traduce en promover beneficios a través de acciones que afirmen que se está
haciendo lo correcto para de construir futuro para todos. La Responsabilidad Social
Empresarial busca el crecimiento económico sostenible en un contexto complejo y
sensible ante el desequilibrio socioeconómico y ante las actividades económicas que
causan daño irreversible al planeta. Actualmente se está generando un cambio en el
paradigma administrativo que incluye la gerencia del ambiente, la mayoría de las
organizaciones contemplan en sus aspectos estratégicos la forma de minimizar los
impactos negativos de su negocio; el efecto ambiental se considera como un elemento
constitutivo de la labor de la empresa y, por ello, los efectos de su labor son
considerados de manera explícita en los planes estratégicos. Vale la pena mencionar
que en aquellas empresas donde se incluye la Responsabilidad Social dentro de sus
planes estratégicos aumenta la rentabilidad; ésta no tiene por qué deteriorarse, por el
contrario, debe existir una relación complementaria positiva entre la Responsabilidad
Social y los niveles de rentabilidad en el mediano plazo. La sostenibilidad del sistema
es prioritaria para todos los actores que participan en estas interrelaciones; la acción
de los gobiernos es insuficiente para lograr un balance sostenible entre lo económico,
lo social y lo ambiental; por esta razón se hace indispensable que las empresas
desarrollen una conciencia sobre la tarea crítica que tienen en estos frentes, y la forma
de cumplirla es beneficiando a todos sus grupos de interés.
Los accidentes laborales son causas de enorme impacto sanitario y económico para
los trabajadores, las empresas y la sociedad en general. Este impacto negativo es
reflejado en las muertes, incapacidades y sufrimiento personal de los trabajadores, así
como el ausentismo laboral y la pérdida de productividad. Según cifras de la OIT
(Organización Internacional del Trabajo), se calcula que cada año en todo el mundo se
producen cerca de 2,3 millones de muertes debido a enfermedades provocadas por
trabajo, mientras que el número anual total de casos de enfermedades profesionales
no mortales se calcula en 160 millones. En el Perú ocurren 18 muertes al año en
INDICADORES PARA LA
GESTIÓN MÉDICO
OCUPACIONAL.
Revisión de tema
1. Situación Actual del Medico
Ocupacional en el Perú
Hasta hace unas décadas atrás, las funciones de los médicos eran fundamentalmente
clínico-asistenciales, y en parte orientadas hacia los problemas de salud no
necesariamente relacionados con el trabajo. Sin embargo, surgen dilemas éticos sobre
la protección del empleo y la salud; frente a esa situación, la Organización Mundial de
la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el año de 1950,
formulan la práctica de la Salud Ocupacional, siendo actualizados en 1995, por el
Comité Conjunto de Salud Ocupacional OIT/OMS, siendo sus objetivos primordiales:
a) La promoción y mantenimiento del más alto grado de bienestar físico, mental y
social de los trabajadores en todas las ocupaciones, b) La prevención de daños a la
salud causados por sus condiciones de trabajo, c) La ubicación y mantenimiento de
trabajadores en un ambiente de trabajo adaptado a sus capacidades fisiológicas y
psicológicas, d) La adaptación del trabajo al hombre y de cada hombre a su tarea, y e)
El desarrollo de organizaciones y culturas de trabajo basados en la salud y seguridad
en el trabajo, promoviendo ambientes sociales positivos y una operación que permita
la productividad de los procesos. En el Perú, la Medicina Ocupacional se inicia
formalmente el 5 de Agosto de 1940 cuando se crea por Decreto Supremo el
Departamento Nacional de Higiene Industrial. En 1957 con la reestructuración del
Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social cambió su nombre a Instituto de Salud
Ocupacional. Sus primeras acciones estuvieron avocadas al análisis situacional de la
salud ocupacional en el país, encontrándose que era la actividad minera la que tenía
los más altos índice de morbimortalidad. Por ello los primeros esfuerzos preventivos
fueron dirigidos hacia dicha actividad industrial. Durante el siglo XXVI, aparece el
Decreto Supremo N.º 009-2005-TR, donde se reglamentó sobre Seguridad y Salud en
el Trabajo. Luego, la Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo (N° 29783), publicada
como Decreto Supremo N.º 005-2012-TRel 20 de agosto de 2011, estableciéndose la
obligación empresarial de contar con un Sistema de Gestión en Seguridad y Salud en
el Trabajo (SG-SST) en todas las empresas públicas o privadas. Finalmente, el 11 de
Julio del 2014, el Congreso de la República publicó la Ley Nº 30222 que modifica la
Ley 29783 sobre Seguridad y Salud en el Trabajo, permitiendo facilitar su
implementación, manteniendo el nivel efectivo de protección de la salud y seguridad y
reduciendo los costos para las unidades productivas y los incentivos a la informalidad.
Por lo expuesto, en el Perú, se trata de una especialidad médica nueva, reconocida
por el Colegio Médico bajo dos modalidades, una como Médico Especialista en
Medicina del Trabajo y otra como Médico Especialista en Medicina Ocupacional y del
Medio Ambiente. Actualmente se extiende los estudios de especialización en la
modalidad de Diplomados en diversas universidades tanto públicas como privadas.
Por lo tanto, estas nuevas funciones conllevan también a que el profesional médico,
posea nuevas competencias y a ejercer una medicina orientada al trabajo en sus muy
diversos ámbitos; principalmente en los servicios de prevención de las empresas,
propios y externos; en diversos servicios de la administración (Unidades de Salud
Laboral, Unidades de Valoración de Daños) sindicatos, instituciones académicas y de
investigación, y quizás en la inspección de trabajo como ocurre en otros países.
Tabla 1. Cuadro Resumen del Rol Estratégico del Médico dentro del
Proceso de un Sistema de Gestión de Seguridad y Salud Ocupacional
Conclusión
El Rol Estratégico del Médico dentro del Sistema de Gestión de Seguridad y Salud
Ocupacional es de responsabilidad directa en la implementación de políticas y
programas de salud ocupacional; basados en el código de ética propuesta por la
comisión Internacional de Salud Ocupacional (CISO/ICOH), desglosándose de la
siguiente manera:
Legal: Sin duda para una empresa es la razón primordial, pues la ley
determina como obligatorio mantener instalaciones y condiciones de trabajo
que garanticen la salud y seguridad de sus trabajadores. Incluye la protección
de la Vida, la Salud y el Respeto por la Dignidad Humana.
La protección resarcitoria por la vía del pago indemnizatorio al que sufre un daño y la
aplicación de medidas con el objeto de evitar el daño (como es el recurso a los pluses
de "penosidad", peligrosidad, etcétera) cede progresivamente la prioridad a la
protección preventiva para eliminar, en la medida de lo posible, los riesgos derivados
del trabajo o, al menos, disminuir su incidencia, con el objetivo último de lograr el
acercamiento a la situación ideal de salud preconizada por la OMS (bienestar
completo: físico y psíquico).
Gestión de la prevención
Derivado de la relación laboral, se desprende un deber empresarial de protección de
los trabajadores a su servicio frente a los riesgos laborales, que se corresponde con el
derecho del trabajador a conservar su salud, y que incluye, a su vez, la obligación de
éstos de observar los reglamentos internos de la empresa o las medidas de seguridad
impuestas. En el cumplimiento de este deber general de protección, el empresario
debe adoptar cuantas medidas sean necesarias para hacer eficaz los derechos de los
trabajadores respecto a la evaluación de riesgos, información, consulta y participación,
formación de los trabajadores, actuaciones en casos de emergencia y riesgos graves e
inminentes, vigilancia de la salud y constitución de servicios de prevención; todo ello
teniendo en cuenta que el coste de tales medidas de seguridad y salud no debe recaer
sobre los propios trabajadores.
Para llevar a cabo las actuaciones que integran este deber general de prevención, el
empresario debe mostrar un liderazgo y compromiso firme con respecto a las
actividades de seguridad y salud laboral en la organización. Con este fin debe adoptar
las decisiones necesarias para crear un sistema de gestión de la seguridad y salud
que incluya los principales elementos de política preventiva: organización, planificación
y aplicación, evaluación y acciones de mejora continua; todo ello con la participación
de los trabajadores. Así, los principales elementos del sistema de gestión de la
seguridad y salud en el trabajo son:
4. Evaluación de riesgos.
1. Política preventiva
Para conseguir un sistema preventivo eficaz, el primer punto clave a desarrollar en el
sistema de gestión es definir la política empresarial en materia de prevención de
riesgos laborales. Dicha política, que debería ser aprobada por la dirección y contar
con el apoyo de los trabajadores o de sus representantes, consistiría en una
declaración de principios y compromisos que promuevan el respeto a las personas y la
dignidad de su trabajo, la mejora continua de las condiciones de seguridad y salud
dentro de la empresa, y su consideración como algo consustancial al trabajo bien
hecho. Aunque no es obligatoria dicha declaración, es muy recomendable dado su
carácter de compromiso colectivo y refuerzo a la misión empresarial asumida. Esta
declaración debe establecerse de forma clara y sencilla, divulgándose a todos los
miembros de la organización. Puede resultar interesante que su difusión llegue a otras
entidades externas a la empresa como pueden ser proveedores, e incluso clientes,
con el fin de conseguir que todos la conozcan y puedan aprovecharse de ella,
contribuyendo también a mejorar su reputación.
k) Adoptar las medidas necesarias con el fin de garantizar que sólo los
trabajadores que hayan recibido información suficiente y adecuada puedan
acceder a las zonas de riesgo grave y específico.
Para que la política implantada tenga sus frutos, será necesario que la dirección se
comprometa activamente, para ello deberá realizar acciones concretas como las
visitas periódicas a los lugares de trabajo, promover campañas regulares para
mantener vivo el interés por la prevención, además de revisar periódicamente los
elementos del propio sistema.
2. Integración de la prevención
El deber general de prevención que incumbe al empresario debe cumplimentarse a
través de la integración de la prevención en el sistema de gestión empresarial, y en
todas aquellas actuaciones que puedan tener consecuencias sobre la seguridad y la
salud. De esta forma, la integración de la prevención se convierte en la principal
obligación de la empresa, además de que será el factor clave para la eficacia de la
acción preventiva. Esta integración de la prevención presenta las siguientes
características:
3. Plan de prevención
El plan de prevención es el instrumento a través del cual se lleva a cabo la integración
de la actividad preventiva en el sistema general de gestión empresarial. Este plan
debe ser aprobado por la dirección de la empresa, asumido por toda la estructura
organizativa y, en particular, por todos sus niveles jerárquicos, y conocido por todos
sus trabajadores.
La planificación de actuaciones.
A. Evaluación de riesgos
El primer principio general de la acción preventiva es evitar el riesgo, y evaluar
aquellos que no se puedan evitar con carácter previo. Por tanto, el empresario está
obligado a realizar una evaluación de los riesgos que no puedan evitarse, teniendo en
cuenta, con carácter general: la naturaleza de la actividad, las características de los
puestos de trabajo existentes y las características de los trabajadores que deban
desempeñarlos.
La evaluación de riesgos es una actividad que debe ser realizada por personal
debidamente cualificado y que tenga la formación legalmente requerida, bien sean
trabajadores designados por la dirección de la empresa o formen parte del servicio de
prevención propio o ajeno. Su realización es responsabilidad de la dirección de la
6. Organización de la prevención
Derivado del derecho de los trabajadores a la preservación de su seguridad y salud en
el desarrollo de su actividad laboral, el empresario está obligado a prevenir los riesgos
laborales y a adoptar distintas medidas orientadas a la protección de la seguridad y la
salud de los trabajadores, para ello debe disponer de una organización y de los
medios necesarios que aseguren el cumplimiento del deber de protección empresarial
(conjunto de relaciones y personas que integradas en la estructura organizativa de la
empresa asegura el cumplimiento de los objetivos preventivos).
A. delegado de prevención
El delegado de prevención es un representante especializado en materia preventiva en
el centro de trabajo. Salvo que la negociación colectiva estipule otra cosa, estos
representantes se extraen de la representación unitaria, y son elegidos por éstos
conforme a la siguiente escala: si la empresa tiene menos de 50 trabajadores, sólo
contará con uno, que o bien será el mismo delegado de personal, o lo elegirán los
varios delegados existentes (de entre ellos) cuando la plantilla sea superior a 30
personas. A partir de esas dimensiones, los números son: de 50 a 100 trabajadores,
dos delegados; de 101 a 500 trabajadores, tres delegados; de 501 a 1000, cuatro
delegados; de 1001 a 2000, cinco delegados; de 2001 a 3000 trabajadores, seis
delegados; de 3001 a 4000, siete delegados, y, a partir de ahí, ocho delegados de
prevención en todo caso.
Entre sus funciones están las siguientes: la colaboración con la empresa en la mejora
de la acción preventiva; ser consultados por el empresario, previo a su ejecución,
acerca de todas las decisiones empresariales que puedan afectar a la seguridad y
salud de los trabajadores; ejercer una labor de vigilancia y control del cumplimiento de
la normativa de prevención de riesgos laborales; colaborar en la organización de la
evacuación en casos de siniestros, participar en los estudios e investigaciones sobre
los riesgos y accidentes producidos en la empresa, y velar por que los trabajadores
dispongan de los equipos de protección adecuados.
La seguridad y la salud en el trabajo han sido tema de interés en las diferentes etapas
del desarrollo histórico de la sociedad, por lo que la formalización de sus métodos y
fines, así como su cuerpo teórico, son el resultado de la producción investigativa de
profesionales de diferentes especialidades. Sin embargo, todavía existen limitaciones
que deben ser superadas con la misma rapidez con que se ha desarrollado en los
siglos XX y XXI, caracterizados por las nuevas necesidades derivadas del empleo de
las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), así como los nuevos
contextos laborales donde predominan las exigencias mentales sobre las físicas.
Por su parte, Miranda Hernández y Santana Pascual en sus tesis de maestrías, hacen
una propuesta de diseño e implementación de un sistema integrado de la calidad,
dentro de la cual tocan de manera sucinta lo referente a la seguridad y salud en el
trabajo como parte de ese sistema integrado que proponen. En otro orden, Rojas
Casas plantea una metodología para el cálculo de los accidentes de trabajo que
facilitará un mayor control estadístico sobre los mismos en la industria azucarera de
Holguín; por último, se encuentra la tesis doctoral de Velázquez Zaldívar en la que
alude a un modelo de mejora continua para la gestión de la seguridad e higiene
ocupacional, con base fundamentalmente en la industria alimenticia.
Por tanto, del estudio realizado en la doctrina cubana a partir de las investigaciones
referidas, se puede comprobar que ninguna hace alusión a la responsabilidad social
empresarial y mucho menos a la relación que existe entre los sistemas de gestión de
la seguridad y salud en el trabajo; por lo que el aporte de investigación va encaminado
a demostrar la vinculación existente entre la RSE y el derecho laboral,
específicamente con los sistemas de gestión de la seguridad y salud en el trabajo, así
como la incidencia que tienen éstos en las empresas, con vistas a que sean
socialmente responsables.
En este sentido, a partir del diagnóstico realizado a los SGSST en las empresas
seleccionadas del municipio Bayamo, nos permitió dilucidar la existencia de
insuficiencias que persisten en el momento de dimensionar y estructurar sus
elementos, los riesgos laborales a que están expuestos los trabajadores, así como la
función que desempeñan los sujetos en cada una de las fases de su elaboración,
implementación y control, cuestiones que inciden de manera negativa en la correcta
aplicación de la responsabilidad social empresarial y en la concepción de esta
categoría dentro de los SGSST en estas empresas.
Para la posible solución del problema científico se propone como objetivo general:
fundamentar, a partir de un estudio doctrinal, legislativo y comparado, la configuración
de los presupuestos jurídicos de aplicación de los sistemas de gestión de la seguridad
y salud en el trabajo, en pos de su perfeccionamiento y de la adecuada aplicación de
la responsabilidad social empresarial en el ordenamiento jurídico cubano,
contribuyendo a una mayor protección de la fuerza de trabajo. La investigación se
desglosó en dos capítulos que se corresponden con los objetivos específicos
siguientes:
Métodos teórico-jurídicos.
encuestas aplicadas en cada una de las empresas tomadas como muestra. Como
principales resultados se pretende obtener:
y seguros sociales a muy pocos trabajadores, que no cubrían todos los riesgos. En
este sentido, la Ley de Accidentes de Trabajo de 12 de junio de 1916, marca una
trascendencia en esta etapa en cuanto a la temática tratada; en ella se dejaba por
sentado la responsabilidad que tenían los patronos en cuanto a garantizarle las
condiciones seguras a sus obreros para laborar, por lo que debían de asegurarlos
contra todo acontecimiento y en caso de ocurrencia de algún accidente de trabajo, la
forma en que debían de proceder para exigir la correspondiente indemnización
derivada de tal acontecimiento e incluso podía aumentarse la indemnización si se
comprobaba que el accidente es debidamente a falta inexcusable del patrono de
quienes lo sustituyera, en igual sentido regulaba que el empresario o su
representantes estaban obligados dentro del término de 24 horas siguientes a informar
al juez municipal del distrito, quien daba al participante recibo del aviso y del
certificado médico y ponía el accidente en conocimiento de la Compañía de Seguros
en el supuesto de que el obrero estuviese asegurado, así como al alcalde municipal
del término donde hubiese ocurrido el accidente.
Esta Ley fue rígidamente protectora del obrero, estableciendo que sus derechos a la
indemnización eran irrenunciables; sin embargo, en la oportunidad de cobrarla la
abandona, pues resultaba más alarde que realidad no poder renunciar a esos
derechos, la razón se sustentaba en que el propio cuerpo de la norma permitía la
flexibilidad en este aspecto y los derechos irrenunciables, a criterio de este autor, no
pueden nunca negociarse y mucho menos ser flexibles; lo justo y equitativo, según el
principio rígido que establecía esta normativa, sería condenar al pago de las
indemnizaciones exactas a que tuviesen derecho los obreros. Por su parte, el Decreto
núm. 798 de 1938 (Reglamento de los Contratos de Trabajo) regulaba en su capítulo I
"Del Contrato de Trabajo", todas las cuestiones relacionadas con este tópico, dígase,
requisitos, tipos, así como las funciones y obligaciones tanto de los obreros como de
los patronos y en este sentido refiere a que una de las funciones del patrono es
proporcionar condiciones de trabajo seguras a los obreros. La ponderada Constitución
de 1940 estableció los seguros sociales como derecho irrenunciable e imprescindible
de los trabajadores, el carácter obligatorio el seguro por accidentes del trabajo y
enfermedades profesionales, a expensas exclusivamente de los patronos y bajo la
fiscalización del Estado, 15la protección a la maternidad obrera y la responsabilidad por
parte del patrono del cumplimiento de las leyes sociales.
Aunque la Ley 81/1997 Ley de Medio Ambiente,31 no es una norma específica para el
ámbito laboral, sí es oportuno hacer alusión a que dedica el título decimocuarto a la
protección del medio ambiente en las actividades laborales y obliga a los empleadores
a asegurar condiciones ambientales que no afecten o pongan en riesgo la salud o la
vida de los trabajadores y a desarrollar las actividades en armonía con el medio
ambiente sin dejar de garantizar los medios de protección necesarios para laborar.
Este título está muy a tono con la idea que en los contextos actuales se defiende en
A tono con esto, la Resolución 28 de fecha julio del 2002 del Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social (MTSS)29regulaba la identificación, evaluación y control de los
factores de riesgos presentes en las áreas y puestos de trabajo que afecten o que
puedan afectar la seguridad o la salud de los trabajadores. La identificación y
evaluación de riesgos como elemento fundamental de los programas de prevención
que debe tener cada organización para disminuirlos o eliminarlos; el orden, la limpieza
y la higiene, son direcciones en las cuales en la actualidad se dirige la acción en la
seguridad y salud en el trabajo, lo que permite ir sincronizando en nuestro medio una
cultura de trabajo seguro. De ahí parte también el empeño del Estado de lograr que
nuestros trabajadores laboren en condiciones sanas y seguras que permitan una
gestión eficaz y eficiente.
En esta misma línea explicativa, este investigador considera que se debe agregar otra
etapa, situada a partir del 6o. Congreso del Partido Comunista de Cuba con la puesta
en vigor de los lineamientos de la política económica y social del país, lo que trajo
consigo la actualización de nuestro modelo económico y con ello la promulgación de
nuevas normas jurídicas atemperadas al contexto cubano actual, ejemplos fehacientes
de esto lo constituyen la Ley 116 "Código de Trabajo" y el Decreto núm. 326
"Reglamento del Código de Trabajo" aprobados en 2013 y que unifican la dispersión
existente en el país hasta el momento en materia laboral.
Si bien, por un lado el nuevo Código de Trabajo unifica la dispersión que en materia
laboral existía en nuestro ordenamiento jurídico y constituye un logro positivo en este
orden; por otro, no establece una sistematicidad en cuanto a los principios básicos que
rigen la seguridad y salud en el trabajo, tal situación puede provocar flagrante violación
en la apreciación e integración social de esta categoría, trascendente a la unidad y
plenitud de su regulación jurídica, siendo una deficiencia que en la materia laboral aún
persisten en nuestra norma general. De igual manera en esta norma se establecen los
derechos y deberes que tienen las partes y la función que deben ejercer los
organismos rectores de esta materia, con respeto a este apartado es válido aclarar
que el nuevo Código utiliza el término de empleador, incluyendo en este concepto
tanto a las personas jurídicas como naturales, la inclusión de estas últimas personas
se debe al auge que han alcanzado en nuestro contexto económico-social el sector no
estatal.
En este mismo orden también establece que el trabajador tiene derecho a laborar en
condiciones seguras e higiénicas, aludiendo a que éstos participan en la identificación
y evaluación de los riesgos en el trabajo y cumplen las medidas indicadas para
prevenir accidentes y enfermedades profesionales, por lo que tienen el derecho a
recibir las instrucciones sobre la seguridad y salud en el trabajo.
A tenor con esto, refrenda el derecho especial que regulaba la derogada Ley 13 de
1977 "Protección e Higiene del Trabajo", en el ámbito de que el trabajador puede
negarse a laborar en su puesto de trabajo, ya no bajo el título de derecho especial
pero sí establece su contenido íntegro tal y como lo establecía la mencionada
ley. Aparece expresamente que la elaboración, aprobación y control del cumplimiento
de los reglamentos y normas en materia de seguridad y salud en el trabajo está a
cargo de los ministerios que dirigen y controlan las políticas en los distintos sectores,
ramas y actividades, así como los organismos que integran el sistema nacional de
educación y otros que atienden integralmente la formación técnico-profesional y
superior, garantizan en los planes de estudios, la integración de los contenidos
generales y específicos sobre la seguridad y salud en el trabajo. La disposición final
segunda de la Ley núm. 116/2014 ensombrece la reserva de Ley al refrendar que el
ministro de Trabajo y Seguridad Social y los jefes de los organismos rectores a que se
refiere la presente Ley, quedan encargados de dictar en el ámbito de sus
competencias, las disposiciones necesarias para el mejor cumplimiento de este
Código. Resulta extremadamente peligroso, desde el punto de vista del autor, la
remisión a la potestad reglamentaria a los jefes de organismos, en el sentido de dictar
las disposiciones necesarias dentro de su ámbito de la competencia, que contribuyan
al mejor cumplimiento del Código, esto puede traer consigo que no exista una
uniformidad en cuanto a estas disposiciones, conllevando incluso a interpretaciones
contrarias a lo que establece esta norma por parte de estos jefes, aunque esto
parezca algo descabellado pero la praxis jurídica nos lo ha demostrado. Sin embargo,
comparto con lo regulado en el Decreto núm. 326/2014 en su disposición final primera,
que faculta al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social para que dicte las disposiciones
necesarias para la mejor aplicación de este reglamento, por ser este organismo el
rector de la política laboral en el país.
Por su parte, el Decreto núm. 326 (Reglamento del Código de Trabajo) en su capítulo
XI "Seguridad y salud en el trabajo" establece el procedimiento para la investigación,
registro e información de los incidentes y accidentes de trabajo y tal sentido se refiere
a que el empleador está obligado a preservar las condiciones del lugar o puesto de
trabajo donde se producen los daños, determinar las causas que lo originaron, los
responsables y los daños a la salud de las personas, adoptar las medidas que eviten
hechos similares, aplicar medidas disciplinarias, informar a la Oficina Nacional de
Inspección del Trabajo, conservar el informe y registrar los incidentes y accidentes de
trabajo a los efectos de la información a brindar.
En este orden la Norma Cubana 18001 de 2005 establece los elementos que deben
conformar los SGSST implementados en nuestras empresas, en tal sentido refiere:
política de la seguridad y salud en el trabajo, planificación, implementación y
operación, verificación y acción correctiva y por último la revisión por la dirección, los
que guardan una estrecha relación entre sí y por tal motivo una mala elaboración en
uno de ellos afectaría de forma directa a los restantes y en consecuencia un mal
diseño y aplicación del SGSST en la empresa; sus características principales se
detallarán a continuación.
comunicada a todos los trabajadores con el propósito de que ellos conozcan cada una
de sus obligaciones y responsabilidades individuales respecto al SST; f) estar a
disposición de las partes interesadas; y g) ser revisada periódicamente para asegurar
que siga siendo pertinente y apropiada para la organización.
Según los profesores López Gandía y Blasco Lahoz, 39 la seguridad laboral posee
determinados perfiles o caracteres que han de tenerse en cuenta a la hora de diseñar
el sistema de gestión de la seguridad y salud en el trabajo, en tal sentido se esbozan:
La implementación, como otro de los elementos del SGSST, acota que se debe definir,
documentar y comunicar las funciones, responsabilidades y autoridad del personal que
dirige, ejecuta y verifica actividades que tengan efecto sobre los riesgos para la
seguridad y salud en el trabajo, de las actividades, instalaciones y procesos de la
organización, para facilitar una gestión de SST eficaz. La responsabilidad final por la
SST radica en la alta dirección, por lo que la organización debe designar a un
representante dentro de ella (por ejemplo, en una organización, un miembro del
Consejo de Dirección) con la responsabilidad y autoridad particular de asegurar que el
sistema de gestión de la SST esté implementado adecuadamente y que se
desempeña de acuerdo con los requisitos en todos los lugares y esferas de operación
dentro de la organización. La dirección debe proporcionar los recursos esenciales para
implementar, controlar y mejorar el sistema de gestión de la SST.
Con respecto, a esto López Gandía y Blasco Lahoz, en su obra, hacen alusión a
algunas de las motivaciones para la prevención de riesgos laborales y tutela de la
salud laboral; y en este orden refieren que esquemáticamente pueden señalarse los
factores que se relacionan a continuación: las reivindicaciones históricas de los
trabajadores a favor de la mejora de las condiciones de vida y trabajo y de alcanzar un
nivel general de bienestar, la configuración de un deber empresarial de seguridad
(deuda de seguridad) derivado de la existencia de un contrato de trabajo con sus notas
de ajenidad y dependencia del que derivan ciertas consecuencias jurídicas y la
inversión en seguridad y salud laboral como medio indispensable para avanzar en
otros objetivos y programas de mejora de la empresa.
De igual manera refieren que los servicios de prevención se componen por el conjunto
de medidas materiales y humanos, contando con varias etapas. En este mismo
sentido los profesores antes mencionados abordan sobre las funciones del servicio de
prevención; sobre este particular exponen en su libro que las tres funciones principales
que deben cumplir son: asesoramiento y apoyo, estar en función de los tipos de riesgo
y la vigilancia de la salud de los trabajadores, detallando en cada una de estas
funciones cuáles son las acciones que se deben de desarrollar para el logro de los
objetivos de dicho servicio de prevención.
Como último de los elementos del SGSST, se encuentra la revisión por la dirección, en
ella se expresa que la máxima dirección de la empresa debe de acuerdo a los
periodos que determine, revisar el sistema de gestión de SST, para asegurar su
continua aptitud, adecuación y eficacia. En este proceso de revisión debe de reunir
toda la información necesaria para que la dirección pueda efectuar esta evaluación,
por lo que debe ser documentada. La revisión por la dirección debe considerar la
eventual necesidad de cambios en la política, los objetivos y otros elementos del
sistema de gestión de SST en función de los resultados de auditorías, de cambios en
las circunstancias y del compromiso de mejora continua.
Con respecto a los elementos que conforman los SGSST, es importante señalar que
en nuestro ordenamiento jurídico laboral cubano (OJLC) no aparecen regulados de
una manera organizada y coherente en un artículo específico; por el contrario, se
encuentran dispersos por todo el articulado que componen el capítulo XI del Código de
Trabajo en relación con el capítulo XI de su reglamento referentes ambos a la
seguridad y salud en el trabajo, tema con el que no estamos de acuerdo, pues
consideramos que estos elementos deben ser regulados en un artículo específico de
nuestro código laboral, máxime cuando constituyen los pilares fundamentales en los
que se sustenta el SGSST de cualquier empresa para lograr su eficaz resultado -la
Otro aspecto importante a señalar en torno a la SST, que por lo general sucede en
gran parte de nuestras empresas, es que en ocasiones aquellos que más lejos están
de los riesgos, son los realizadores de las actividades correspondientes a los niveles
de política y evaluación, esto trae como consecuencia la presentación a los
trabajadores de procedimientos y medidas que pueden o no tener relación directa con
su trabajo y deben cumplir bajo reglamentación en la mayoría de los casos, siendo
tratados a veces como un objeto más de dirección dentro de las actividades de
seguridad y no como los sujetos protagonistas de los cambios en las empresas,
entonces ¿serían responsables socialmente las empresas donde sucede estas
situaciones?
actividad dentro de la empresa es objeto de una única gestión, por lo que la empresa,
a partir de los conocimientos adquiridos en materia preventiva, debe valorar y
posteriormente ejecutar la acción en torno a la SST, no obstante la praxis jurídica nos
ha demostrado que esto no se ha llevado a cabo con la intensidad que sería deseable
y ello básicamente por la ausencia de una cultura preventiva tanto en la empresa
como en los trabajadores y en la sociedad en sentido general.
Por tanto, una empresa socialmente responsable es la que logra la total integración de
la SST en la empresa, integración que debe realizarse de forma variable atendiendo a
las responsabilidades de cada uno de los directivos que tienen responsabilidad en
cada una de las áreas de la empresa. Será una integración con diferentes variables en
la que su intensidad decrecerá a medida que se asciende en la escala jerárquica, de
esta manera el trabajador se corresponsabiliza en la gestión de la SST, en relación
con la implementación y control del SGSST, aunque es válido aclarar que no todas las
actividades productivas de la empresa requieren del mismo nivel de integración; es
precisamente ahí, a nuestro juicio, donde radica su responsabilidad social, en la
asunción de medidas de SST en beneficio de su fuerza de trabajo.
A criterio de este investigador, la SST es efectiva en la medida en que cumpla con los
objetivos que se propone; es eficiente cuando los recursos que emplee se reviertan en
la eliminación de riesgos y el mejoramiento de las condiciones de trabajo y es eficaz
cuando logra satisfacer las expectativas de los trabajadores y de la organización
incluyendo los elementos referidos a la productividad y la calidad; por tal motivo, un
adecuado modelo de GSST, es aquel que garantice una armónica relación entre los
ejes fundamentales del proceso: dirigentes-trabajadores, administración-sindicato,
capaz de facilitar la ejecución del trabajo de manera segura, a través de la prevención
de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, incidentes en el medio
ambiente del trabajo y con esto contribuir a la eliminación de las insuficiencias que
puedan presentar los SGSST en nuestras empresas, cuestión que constituye una
deuda en estos momentos en el sector empresarial.
A estas valoraciones se une también la deuda que tenemos los juristas con respecto al
estudio de esta problemática, pues consideramos que la misma no constituye tema
fundamental para llevar a cabo la realización de investigaciones desde esta parcela
del conocimiento, cuestión ésta errónea, pues hoy la praxis jurídica nos ha demostrado
que no sólo basta con el estudio de las normas jurídicas laborales con la finalidad de
plantear si son eficaces o no, a ello se le añade la necesidad de enfocar que como
parte de ese centro y destinatario de estas normas laborales se encuentra el
trabajador, en cuanto ser biopsicosocial, por ende, siempre expuesto a riesgos y por
tanto necesita que en el medio donde se desenvuelve estén creadas las condiciones
seguras para el pleno desarrollo de sus capacidades intelectuales y físicas. Para la
realización del muestreo a los actores involucrados en el proceso se aplicó la encuesta
en cada una de las entidades seleccionadas, a tales efectos fueron encuestados 500
trabajadores, de ellos 200 operarios (40%), 150 técnicos (30%), 50 administrativos
En cuanto a los 150 trabajadores que manifestaron que no existe relación entre los
SGSST y la RSE en sus empresas, sustentaron sus criterios en los siguientes
aspectos previstos en la pregunta 2.2 de la encuesta:
Por otro lado, en relación con las sugerencias que recomendarían los trabajadores
para el perfeccionamiento de los SGSST, giraron en torno a las siguientes cuestiones:
mayor participación de los trabajadores en las fases de los SGSST, dígase desde la
elaboración hasta la verificación del mismo; mayor pertinencia de los SGSST con las
condiciones actuales de las empresas; la necesidad de que los SGSST recojan todos
los riesgos existentes en las empresas así como mayor participación de las
organizaciones sindicales en cada una de las actividades planificadas en los SGSSTT.
Por tanto, son propuestos por este investigador un conjunto de supuestos teóricos que
podrán ser tenidos en cuenta para perfeccionar estos sistemas en las empresas del
municipio. En tal caso, es de entenderse como presupuestos que permitan la
sistematización en relación con esta institución estudiada, su conceptualización y su
regulación en las normas jurídicas que conforman el OJLC. Siendo los siguientes
presupuestos a tenerse en cuenta:
Los principios en cualquier rama del derecho, constituyen los fundamentos en los que
se sustentan, así como permiten en el desarrollo de cada una de las instituciones
objeto de estudio en cada una de estas ramas. En este sentido, Arturo de
Diego42 plantea que se le denominan principios a las reglas o pautas inmutables que
Por su parte, Arce y Flores-Valdez43 plantean que los principios sirven de centro o
referencia a la regulación de una parte del derecho o de una determinada institución
jurídica, participan, en cuanto desarrollo de los principios generales del derecho y
respecto del sector o institución en que se enmarcan, de una virtualidad mediata
fundamentadora, orientativa, informadora y crítica. En consonancia con esto, la
profesora Viamonte Guilbeaux44 refiere que el concepto actual de principios del
derecho laboral cubano, tal y como lo establece el Código de Trabajo, es la traslación
de los derechos constitucionales a la dimensión del derecho laboral, de manera que no
constituyen vías rectoras o lineamientos para proyectar esta rama del derecho, sino
una relación de derechos que deben ser garantizados; argumentando además, que
nuestro derecho laboral cubano debe transitar hacia un estadio de perfeccionar y
lograr sus propios principios jurídicos sin confundirlos con otra institución jurídica bien
definida, como son los derechos constitucionales.
Sin embargo, todavía en el OJLC sigue siendo una asignatura pendiente la regulación
de los principios generales del derecho laboral y en particular los de la seguridad y
salud en el trabajo, por ende, la necesidad de un desarrollo dogmático más amplio y
del perfeccionamiento de su regulación, permitirá su reconocimiento y respeto, como
contribución a su correcta interpretación y aplicación en el ámbito laboral.
No basta con tener normas de buena calidad, con elaborar e implementar los SGSST,
con detectar los riesgos laborales a los que están expuestos los trabajadores en las
El factor humano debe ser lo primordial adentro de una empresa, por eso la
identificación de los riesgos en todos los puestos de trabajo constituye la base para la
realización de un efectivo plan de prevención de riesgos en las empresas, en relación
con el compromiso de todos los directivos y trabajadores de laborar con seguridad y
evitar afectaciones a las personas, las instalaciones y al medio ambiente.
En consonancia con lo expresado, el profesor Capella 46 plantea que los Estados tienen
a su cargo la tutela administrativa de estas cuestiones, realizada a través de
funcionarios inspectores y que son infinitos los aspectos de la actividad productiva que
están estrictamente reglamentados desde el punto de vista de la higiene y la seguridad
en cada una de las ramas de producción. Esta tutela administrativa, desde mi opinión,
no ha generado cultura jurídica acerca de los derechos en materia de seguridad y
salud de trabajo entre los trabajadores, pues prefieren ignorar las condiciones actuales
de los puestos de trabajo a cambio de asegurar otros aspectos de la relación jurídica
laboral. Esta debilidad de la cultura acerca de las condiciones de trabajo incide
directamente contra los trabajadores y por consiguiente se convierte en un freno a la
formación de una conciencia ecológica en el ámbito productivo. En estos momentos,
los medios de difusión masiva han comenzado a ejercer función divulgativa en materia
de seguridad y salud en el trabajo, pero le corresponde a la comunidad y sobre todo a
la científica jurídica, contribuir no sólo a la información sino al conocimiento total en
relación con esta temática, máxime cuando nuestro país lleva a cabo la actualización
del modelo económico cubano y con esto la perfección de nuestro sistema
empresarial, lo que traerá consigo el desarrollo de una cultura empresarial y por ende
la utilización de trabajadores con un vasto nivel cultural.
Tal cuestión entra en contradicción con el ideal de lograr una empresa socialmente
responsable, en el sentido de que si una empresa solamente se concentra en el
aspecto objetivo (cumplimiento de su objeto social y el ingreso de ganancias a la
economía nacional) y se olvida del aspecto subjetivo (sus trabajadores y el conjunto de
acciones en pos de su bienestar), esto trae consigo que no funcione como un sistema
integrado de gestión de la calidad, lo que la convertiría en economista sin tener en
cuenta lo que en la actualidad tiene un impacto en el contexto económico, el llamado
valor agregado de las empresas.
Por ello no basta con tener disposiciones legales o con tener implementado un SGSST
en una empresa, sino que se hace necesario que los mismos estén a tono con el
contexto económico del sistema empresarial en sentido general y en particular al de
cada empresa, lo que coadyuvará al logro de la eficiencia económica; por tanto, el
SGSST será eficiente si está en consonancia con las condiciones reales de la
empresa, conducente a lograr una mayor protección de los trabajadores y por ende el
OJLC será operante si está atemperado a la realidad social sobre la base del principio
de la objetividad normativa.
A tono con esto, la profesora Guevara Ramírez47 refiere que en relación con este
aspecto, las ciencias jurídicas consideran que no tiene contenido jurídico como para el
desarrollo de investigaciones, dígase maestría o doctorado, cuando lo que pasa es
que no le han prestado suficiente atención al medio ambiente laboral y los riesgos
existentes, tanto físicos, químicos, radiológicos, como ocupacionales y sicosociales.
De igual manera manifiesta que cuando hablamos de derecho lo vemos como un
apartado muy puro y sin la connotación sociológica que tiene, al ver al ser humano
como lo que es, un ser biopsicosocial que merece muchísima atención, porque de la
seguridad y salud en el trabajo, de la atención que se le preste, de las restricciones
legales que se establezcan, lograremos que sea más duradero como ciudadano, por lo
que un enfoque sociológico de esta problemática debe tomar en cuenta los criterios
anteriores, debe proyectarse a evaluar la conducta y el grado de participación de los
trabajadores en los procesos de la empresa así como el papel responsable de esta
última en la satisfacción de las necesidades sociales basadas en los tres aspectos
fundamentales: económico, social y medio ambiente.
CONCLUSIONES
1. La seguridad y la salud en el trabajo ha sido un tema de interés en las
diferentes etapas del desarrollo histórico de la sociedad, por lo que la
formalización de sus métodos, fines y cuerpo teórico es el resultado de la
producción investigativa de profesionales de diferentes especialidades. Sin
embargo, todavía existen limitaciones que deben ser superadas con la misma
rapidez con que se ha desarrollado en los siglos XX y XXI, caracterizados por
las nuevas necesidades derivadas del empleo de las TIC, de su relación con la
RSE, así como los nuevos contextos laborales donde predominan las
exigencias mentales sobre las físicas.
2. En el derecho internacional con independencia de la diversidad que adoptan
las normativas específicas sobre la seguridad y salud en el trabajo, se
evidencia su tendencia regulativa, así como el reconocimiento en normativas
especiales propias del ámbito del derecho del trabajo de sus elementos, fines,
métodos y su relación con la RSE. En cambio, en el derecho comparado, las
RECOMENDACIONES
A la Comisión de Asuntos Jurídicos y Constitucionales de la Asamblea Nacional del
Poder Popular:
La propuesta
De aquí surge el impulso de un proyecto nuevo y transformador, dirigido a superar la
dualidad de responsabilidad entre las dos administraciones y a preservar un espacio
de gestión propio y especializado para los servicios de salud pública de la ciudad: el
proyecto de Agencia de Salud Pública de Barcelona. Aprovechando que, entre las 2
Administraciones, Ayuntamiento de Barcelona y Generalitat de Catalunya, había una
auténtica voluntad de solventar estos problemas, se planteó una alternativa
organizativa basada en la fórmula consorcial. Es decir, un ente constituido por
administraciones públicas que ponen en común sus recursos y los gestionan
conjuntamente para dar un mejor servicio a los ciudadanos, obviando la concurrencia
o la duplicación de competencias y servicios.
El proceso de construcción
El proyecto de Agencia se configura como una opción de gestión moderna para los
servicios de salud pública. En las elecciones municipales de 1996, todas las fuerzas
plantean su creación para mejorar los servicios municipales. En 1997, los servicios
municipales de salud pública pasan a disfrutar de una mayor autonomía respecto al
Ayuntamiento al crearse el Institut Municipal de Salut Pública (IMSP) como organismo
autónomo municipal. Al IMSP se adscriben los servicios municipales de salud pública,
y en años siguientes algunas responsabilidades y personal de salud pública que se
habían encomendado a estructuras municipales de distrito (inspección de minoristas
de alimentación y de restauración, servicios de salud escolar…). El IMSP está regido
por una Junta de gobierno en la cual están presentes concejales del equipo de
Para todo ello, la herramienta principal fue la negociación. Se llegó a acuerdos con los
representantes sindicales mediante los cuales se preservarían los regímenes laborales
de los diversos profesionales procedentes de cada una de las dos administraciones de
origen, manteniendo todas sus ventajas. Se establecieron grupos de trabajo para tratar
aspectos económicos, jurídicos, de inversiones, compras, acreditación de calidad del
nuevo laboratorio unificado... Pero especialmente se trabajó para crear una cultura
organizativa propia, común para todos sus profesionales, que enraizase y reivindicase
como patrimonio propio algunos de los elementos más distintivos de las culturas
originales. Se trata de un proceso de cambio cultural en una nueva organización, que
aún está en curso. Con la experiencia de 3 años, creemos que los principales
instrumentos para avanzar en el cambio fueron la movilización del equipo de dirección
como actores del cambio y la definición de una estrategia.
Es evidente que los responsables políticos son los agentes que deciden y ponen en
marcha el proceso, pero en lo concreto el cambio se hace operativo con actores
directos. Aquí es donde resulta crucial la opción de la Gerencia de movilizar al equipo
de dirección de la ASPB como motor del cambio, en función de cuatro ejes –
transparencia, participación, capacidad de respuesta y eficiencia–, estructurados en
torno al eje principal de nuestro trabajo, los clientes, entendiendo como tales a los
ciudadanos usuarios o beneficiarios de nuestros servicios, de los que debemos
conocer no sólo sus necesidades sino también sus expectativas y grado de
satisfacción, con la finalidad de poderles prestar el buen servicio al que, como
ciudadanos que son, tienen derecho 7. Entre las acciones con valor añadido realizadas
por el equipo de dirección en esta primera fase destacan un análisis DAFO 8, la
elección del modelo EFQM como modelo de gestión, y la realización de acciones de
refuerzo de la cohesión interna del equipo con apoyo externo.
Creemos imprescindible definir 2 elementos clave: nuestra misión (para qué existimos)
y nuestra visión (a dónde queremos llegar). Asumimos y propusimos a la Junta una
definición de misión preparada poco antes de la puesta en marcha de la ASPB por el
equipo de dirección. La Junta la aprobó, así como una visión propia (tabla 1). Una vez
configurada la estructura, fue imprescindible dotarse de objetivos estratégicos a medio
plazo. Mediante un proceso participativo con profesionales de la ASPB, personajes
clave de las administraciones consorciadas en la ASPB, y representantes de grupos
políticos y entidades relacionadas con la salud pública, se elaboró un análisis
estratégico a medio plazo (4-5 años), a partir del cual se planteó un conjunto de
objetivos estratégicos para la organización, que posteriormente fueron aportados y, en
buena parte recogidos para la elaboración del Plan de Acción Municipal del
Ayuntamiento de Barcelona, y del Plan de Salud de la Región Sanitaria de Barcelona
del Departamento de Salud de la Generalitat.
Herramientas
Una vez planteado el «qué somos» (misión), el «a dónde queremos ir» (visión) y el
«cómo ir» (líneas estratégicas y modelo de gestión), necesitamos un conjunto de
herramientas que nos permitan avanzar. Un primer paso consiste en el diagnóstico de
la situación de partida. Para ello, el Comité de Dirección realizó un análisis DAFO en el
año 2000, que fue revisado al año siguiente. Identificamos entonces como debilidades
Efectuamos también una autoevaluación según el modelo EFQM a partir del modelo
abreviado para PYMES, realizado también en el año 2000 por el Comité de Dirección y
repetido el año 2002 entre el Comité de Dirección y el conjunto de mandos de la
organización. Detectamos como déficits principales la política y gestión de recursos
humanos, derivada del hecho de formar parte de la Administración, con las notables
rigideces que comporta en este terreno, y como máximas fortalezas nuestro nuevo
modelo de liderazgo y el impacto en la sociedad de nuestra actuación.
profesionales con equipos humanos a su cargo, por el que actualmente han pasado
unos 40 profesionales de la Organización, entre ellos la totalidad de los mandos
intermedios. Asimismo, se desarrollan actividades formativas técnicas y de creación de
equipo dirigidas a diversos colectivos profesionales específicos.
por nuestros profesionales, pese a no haber podido desterrar la «radio macuto» como
sistema de información informal.
Desde este punto de vista, la coordinación con los gabinetes de prensa del
Ayuntamiento, en el cual la ASPB cuenta con un referente específico, y del
Departamento de Salud de la Generalitat ha sido siempre máxima. La alta
accesibilidad de los responsables de la ASPB a los miembros de los diversos medios
de información, especialmente en situaciones de crisis, junto con la creación de una
oficina de prensa propia, que inició su puesta en marcha en el cuarto trimestre de
2004, ha sido altamente positiva, hasta el punto de que en el Informe Quiral del año
200416, en el cual se recoge anualmente el impacto de la información sanitaria en la
prensa escrita difundida en Cataluña, la ASPB fue considerada como la tercera fuente
de información más citada en dichos medios. Otras herramientas utilizadas para la
mejora de la comunicación externa de nuestra organización han sido la mejora y la
constante actualización de nuestra web (www.aspb.es), la difusión frente a hechos
concretos de «Salut Pública Informa», un noticiario electrónico destinado inicialmente
a dotar de información rápida, fiable y comprensible a nuestros principales
responsables institucionales ante situaciones de crisis o crisis potencial, y que
posteriormente ha ampliado notablemente su lista de difusión. La presencia de una
imagen institucional clara y específica de la ASPB, difundida mediante stands,
patrocinios o la difusión de nuestros principales documentos e informes, bien editados
convencionalmente o por medios electrónicos, accesibles por Internet, han ampliado y
complementado a la ya históricamente notable presencia de nuestra organización en
los medios científicos profesionales.
Nuestra organización, como cualquier otra que afronta retos complejos, realiza un
conjunto de acciones que, en muchas ocasiones, no están restringidas a la actuación
de un solo servicio, o ni tan sólo de una misma unidad, sino que, por sus
características, debemos considerar como transversales al conjunto o a buena parte
de la organización. Ello puede comportar importantes problemas de efectividad y de
eficiencia. La alternativa consiste en tratarlas como procesos, entendiendo que un
proceso es un conjunto de actuaciones, decisiones, actividades y tareas que se
encadenan de forma secuencial y ordenada para conseguir un fin, producto o servicio.
Un proceso este compuesto por una serie de acciones o etapas orientadas a generar
un valor añadido sobre las entradas para conseguir un resultado que satisfaga
plenamente los requerimientos del cliente, como consecuencia de la actividad
realizada12. Era, pues, del máximo interés definir el mapa de procesos de nuestra
organización, con la finalidad de poderlos gestionar de una forma más efectiva. Para
ello, y mediante la colaboración de una asesoría externa y una importante
participación de los profesionales implicados, se dibujó el mapa de procesos y el
cuadro de contingencia (acciones/responsables) de la ASPB en función de la
metodología IDEFO (fig. 1), la formación de un grupo de profesionales en el manejo de
esta metodología y en la de herramientas de mejora, la identificación de un conjunto
de procesos piloto y el nombramiento de propietarios de proceso18 que, en una
primera fase, recayó sobre los mandos para, posteriormente, transferirlo a
profesionales de base.
Uno de los objetivos estratégicos más importantes para nuestra organización es hacer
de la docencia y la investigación una de las tareas transversales esenciales. Tenemos
claro que la ASPB no es una organización cuya finalidad principal sea la investigación.
No obstante, es evidente que, si queremos avanzar hacia lo definido en nuestra misión
y mantenernos como una organización puntera en el terreno de la salud pública, la
investigación y la docencia deben tener una importante presencia en nuestro quehacer
diario. En este sentido, la ASPB ha establecido una serie de alianzas estratégicas con
diversas organizaciones académicas dedicadas al terreno de la salud pública. Así, con
la Universidad Autónoma de Barcelona y el IMAS tenemos un convenio para actuar en
el terreno de la enseñanza de grado en el área de salud pública. Con la Universidad
Pompeu Fabra nuestra alianza estratégica se concreta en el terreno de la enseñanza
de posgrado, participando en niveles directivos de los programas de máster en salud
pública y en salud laboral, y dejando abierta la puerta a otras posibilidades de
colaboración. Por último, nuestro convenio con la Bloomberg School of Public Health
de la Johns Hopkins University, ha comportado la creación en Barcelona del campus
europeo de dicha escuela, que acoge la realización anual de un Fall Institute.
Los sistemas de salud (SS) surgen como respuesta social organizada para atender las
necesidades de salud de la población y promover su pleno desarrollo, y evolucionan
para adaptarse a los cambios tanto demográficos como epidemiológicos, políticos,
La capacidad organizational del SS para ofrecer servicios con calidad es uno de los
bloques estratégicos reconocidos para conseguir niveles óptimos de
funcionamiento. Lograr capacidad organizational para la calidad tiene dos
componentes: a) contar con la infraestructura, recursos y personal adecuados para los
servicios ofertados, y b) los elementos para la función de calidad, particularmente un
sistema de información que permita vigilar y establecer un esquema de
reconocimientos e incentivos alineados con la calidad y, sobre todo, procurar los
conocimientos y habilidades para gestionar y mejorar la calidad de los servicios
específicos y del sistema en su conjunto. El primer componente, infraestructura y
personal adecuados, se ha vuelto más obvio e indiscutible, mientras que el segundo,
la capacidad para ejercer la función de calidad, es más reciente y se está
reconociendo en toda su trascendencia; es el objeto de este documento,
particularmente en su vertiente en torno a la cualificación necesaria para gestionar la
calidad.
TÓPICOS EN GESTIÓN DE
SERVICIOS DE SALUD.
Evaluar los servicios de salud para determinar acciones que optimicen los
costos de la calidad a través de la formulación de juicios que incluyan
reflexiones sobre las responsabilidades sociales y éticas.
No parece ajena a este hecho la tendencia actual en países como Estados Unidos
para conseguir que en cada servicio o departamento asistencial especializado las
actividades de mejora de la calidad clínica sean lideradas por responsables del propio
servicio o departamento, especialistas en la disciplina asistencial específica. Esta es
una idea que se asocia también con el desiderátum de ejercer de forma explícita en
cada nivel del sistema de salud la responsabilidad para con la calidad y su mejora
continua.
La labor que pueden desempeñar estos especialistas desde las sociedades científicas
y en colaboración con otras especialidades médicas y servicios asistenciales con las
que se relacione su campo de actuación clínica es asimismo altamente prometedora
para cualquier sistema de salud. No hay mejor sensibilización y liderazgo sobre la
mejora de la calidad que los que provienen de los propios colegas; no van a verse
nunca como ajenos a la problemática específica y compleja de cada disciplina y
campo asistencial especializado. Los candidatos a esta subespecialidad son,
lógicamente, médicos especialistas en cualquier otra especialidad médica clínica, y el
programa se ha de centrar en la aplicación de los principios y métodos para la mejora
continua de la calidad en ese campo clínico específico. La transversalidad de estos
principios y métodos hace que, en caso de aspirar a una formación más amplia, esta
subespecialidad pueda completarse con módulos teórico-prácticos adicionales para
acreditar el grado de maestría.
A corto plazo, puede ser también una alternativa razonable para aquellas personas
con responsabilidad en la estructura específica para la función de la calidad, pero sin
posibilidad de acceso a la maestría. Se garantizará al menos una comprensión de la
base teórica de los sistemas de gestión de la calidad y de la práctica de las tres
actividades complementarias (monitorización, planificación, ciclos de mejora) para el
progreso continuo de la calidad.
Hay que tener en cuenta que, tanto para la formación continua en general, y para
mejora de la calidad, las tres fuentes que hay que considerar de forma coordinada son
las necesidades que surjan de la problemática epidemiológica de la población, las
concebidas por los profesionales del sistema y las identificadas por el propio sistema.
En este sentido, la temática de los cursos ha de responder de forma dinámica e
integral a estos tres ámbitos de necesidad.
La metodología docente
Resulta importante recordar que no todos los métodos docentes son igualmente
efectivos y que, si bien la docencia basada en la solución de problemas, en cualquiera
de sus modalidades, es considerada como la metodología de elección en general, 27 en
el caso del aprendizaje de adultos, y particularmente de personas con campos e
intereses profesionales concretos, hay otra serie de principios pedagógicos adicionales
que facilitan el aprendizaje 28'29 cuya efectividad ha sido comprobada en la docencia
sobre calidad para profesionales de salud. 30-32 Si éstos son olvidados, el resultado
puede ser una menor efectividad en cualquiera de los programas que se implementen.
formatos totalmente virtuales en donde todos los materiales y el contacto con los
profesores y tutores suceden de forma virtual, tanto asincrónica como
sincrónicamente. En todo caso, lo más importante es el modelo educativo que
favorece el desarrollo de competencias y está centrado en el alumno que construye su
propio aprendizaje y lo aplica eficientemente en situaciones concretas, porque es un
aprendizaje significativo y asegura el desarrollo, no sólo de conocimientos sino de
habilidades y actitudes que lo hacen competitivo y profesional.
La evaluación de la formación
La evaluación de la actividad educativa es un elemento por lo general deficiente de los
programas académicos, a pesar de que puede ser de una gran ayuda para su
reorientación o reformulación. La mayoría de las evaluaciones que se realizan se
relacionan, a lo sumo, con las primeras y menos útiles fases del clásico esquema de
D.
En relación con la primera limitación, hay que tener en cuenta que la capacitación en
calidad tiene que adaptarse continuamente a la evolución de la propia disciplina. Hay
que superar el enfoque de intervención ocasional transformándolo en formación
realmente continua.
Por otra parte, incidir sobre la capacidad organizational, sea en infraestructura física o
de conocimientos y habilidades del recurso humano, es sólo una de las estrategias
posibles para mejorar la calidad de los servicios de salud. 6 Todas pueden contribuir de
forma positiva a la calidad, pero normalmente se necesitará de intervenciones en
todas, o en la mayoría, para conseguir los mejores resultados.
EVALUACIÓN
I M P O R T A N T E:
El participante desarrollará la presente evaluación y deberá hacerla llegar a nuestra Dirección Académica
preferentemente vía e-mail, o a través de nuestros coordinadores Educativos, si fuera el caso, también lo
puede hacer en nuestras oficinas de manera personal; esto, para su evaluación y calificación.
Las evaluaciones son requisitos PRINCIPALES para hacerse acreedor a las Certificaciones
correspondientes.
CORREO AUTORIZADO
icepreaulvirtual@gmail.com