Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
GIRUM, Revista de Investigación Científica Humanística, Año 4 / Vol. 7 / 2018, es una publicación semestral, editada y publicada por el
Instituto de Especialidades de Guadalajara, A. C., también conocido como Universidad Antropológica de Guadalajara, a través del De-
partamento de Investigación. José Guadalupe Zuno No. 1881, Col. Americana, Guadalajara, Jalisco, C.P. 45150. Tel. (33) 36304170; Editor
Responsable: Héctor Sevilla Godínez. Reserva de Derechos al uso exclusivo No. 01-2012-032609534600-102; ISSN: 2594-2751, ambos
otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Impreso en diciembre de 2018; tiraje: 1,000 ejemplares. Las opiniones expre-
sadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibido la reproducción
total o parcial de los contenidos e imágenes de la revista sin previa autorización del Instituto de Especialidades de Guadalajara, A. C.
Vacuidad y post-humanismo
La falacia de la calidad, el control y el juicio correcto
Vacuity and post-humanism
The fallacy of quality, control and correct judgment
Resumen Abstract
73
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
74
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
educativa” como visiones sobre el egresado una ciudad, de un país e incluso del mundo
ideal. La educación siempre manifiesta una entero para delimitar la categoría y nivel
intencionalidad que deviene en referente de cada uno, incluso ofreciendo los resul-
que sustenta el logro de su calidad. Está tados a manera de rankings, como si se
claro que la calidad puede ser encontrada tratase de una competencia entre marcas.
en los procesos, pero usualmente se atien- Lo anterior sería adecuado si estos resulta-
de a los resultados de tales procesos. La dos fueran asumidos como una referencia
amplia diversidad de visiones de la calidad particular, sin olvidar que aluden a crite-
se encuentra dependiente de la importan- rios específicos, parciales y contextuales de
cia que se otorgue a aspectos no siempre cada institución. De manera contraria, ta-
cuantificables, como la acumulación de co- les “mediciones” han sido adoptadas como
nocimientos, el desarrollo de habilidades evidencias absolutistas e inobjetables que
o la vivencia de actitudes que se suponen cuantifican, ingenuamente, todo lo que
deseables. un centro educativo ofrece. Las constan-
En la mayoría de los países existen tes mediciones a las que son expuestas
pruebas o métodos uniformes de evalua- provocan que las instituciones educativas
ción que intentan medir la calidad de las es- queden propensas a vivir de la apariencia
cuelas, colegios o centros universitarios de y buscar la simulación; en tal contexto no
75
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
es importante tener calidad, sino aparecer conocimientos y dejan de lado lo que más
y ser mostradas como instituciones de ca- los humaniza: su capacidad de dudar. Los
lidad. Un par de ojos verdaderamente crí- docentes terminan por vender su tiempo a
ticos saben leer este tipo de cuestiones y cambio de creer en la importancia de “edu-
relativizarlas. Lo anterior no supone que car con excelencia” a sus alumnos, aun-
se reste importancia a las evaluaciones pe- que éstos no participen en la clarificación
riódicas, pero está claro que tal importan- de lo que significa la excelencia misma. El
cia es menor que la atribuida. sistema de consumo ha convencido a las
¿De qué manera podemos reconocer instituciones educativas de que deben ser
mejoras en una institución edu- intermediarios de una calidad y
cativa? ¿Con cuál palabra excelencia mal comprendida
podríamos definir lo que y ofrecen esta droga sin
encontremos? ¿Calidad sombra de duda. A su
o excelencia? Me pa- vez, las familias y la
rece que ninguna. comunidad los juz-
Tanto una como garán de acuerdo
la otra son eti- con la medida en
quetas tranqui- que logren dro-
lizadoras que garse de exce-
evitan la duda. lencia. La calidad
Imaginemos que y la excelencia
la calidad es una son conceptos
especie de dro- amables que se
ga y que nuestro aplican en donde
país es un pequeño sea y logran ser
pueblo en el que los transmitidos acríti-
encargados de los sis- camente a toda la na-
temas educativos son ción, de lo cual deriva la
responsables de vender continua obsesión por me-
la droga llamada “calidad” (la dirse y compararse individual
cual recibieron antes de otros paí- y globalmente. Bajo estos supuestos
ses); supongamos que los profesores de las no es de extrañar la disminución de actitu-
instituciones educativas han sido conven- des solidarias y colaborativas, puesto que
cidos (con cursos de capacitación) de que estudiantes y profesores terminan compi-
desean esa droga y que deben hacer cual- tiendo entre sí para ser mejores alumnos o
quier cosa por obtenerla, de modo que ven- mejores docentes, siguiendo la línea de sus
den sus más íntimos ideales, sacrifican el propias instituciones, centradas en apare-
tiempo de ocio o de convivencia con sus hi- cer como mejores que las demás. Así, unáni-
jos, compiten despiadadamente por los re- memente se anhela lograr lo que dicte una
76
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
idea absolutizada de calidad, al grado que medimos su supuesta calidad han sido de-
se reflexiona sobre qué castigo merecen los masiado centrados en apariencias o simu-
osados rebeldes que no aspiren a “lo mejor”. laciones. Más allá de la calidad que una
En un panorama de tan viles paráme- institución educativa represente, lo funda-
tros resulta normal suponer que las perso- mental es que los estudiantes posean, ad-
nas que no comparten nuestros estánda- quieran, desarrollen o gesten en sí mismos
res de calidad tendrían que ser obligadas la capacidad de dudar. En tal sentido, la ca-
a adecuarse a éstos, de modo que se pre- lidad de un pensamiento alude a su forma
tende juzgarlos como si estuviesen equivo- de reconocer la posibilidad de alternativas
cados. ¿Cómo es posible que exista un hu- aún no vistas. Obviamente, cuando esto se
mano que no desee drogarse de calidad? La logra se está gestando una óptica que no
cuestión es que queremos que los otros se elude la vacuidad, una de la que surgen las
adapten a los esquemas globales de lo que nuevas opciones.
es la calidad, dejando de lado las considera- La muestra más evidente de que exis-
ciones locales sobre su significado. te un criterio personal es el surgimiento de
En su Discurso del método, Descartes la duda con sustento. A partir del criterio
reconoció que lo único de lo que no es po- se logra definir lo que se desea en la vida,
sible dudar es de la duda misma. Visto así, lo cual genera compromiso, propicia un
conviene dudar de la calidad que presun- sentido e implica una búsqueda congruen-
tuosamente nos aseguran las instituciones te. Solamente reflexionando será posible
educativas, vociferando sin ton ni son, enseñar a reflexionar, tal como a través de
como si la reiteración fuese garantía de ve- la duda se logra enseñar a dudar. Por ejem-
racidad. Podemos dudar de que, a pesar de plo, es importante posibilitar la duda sobre
los esfuerzos por medirla parcialmente, la si la educación supone adaptación o trans-
calidad sea un parámetro óptimo para eva- formación social. ¿Estamos realmente dis-
luar una educación que promueva, entre puestos para dudar de que lo que hacemos
otras cosas, el valor de la incertidumbre. y pensamos como sociedad es lo que debe-
¿De qué sirve leer si hemos perdido la capa- mos hacer y pensar? ¿Nos permitimos los
cidad de dudar y aprendemos sumisamen- profesores y formadores la pregunta sobre
te conceptos con los que somos manipula- si lo que creemos es algo con sentido? ¿O
dos? ¿De qué sirve escribir si sólo copiamos cobardemente preferimos acomodarnos
lo que leemos? ¿Para qué conocer de nú- en el rol de directrices y críticos pasivos de
meros, restas y sumas si con ellos apren- la humanidad?
demos a hacer fraudes o a aprovechar- El ejercicio filosófico posibilita el
nos de otros? Poco de lo que enseñemos “fondo” de la labor educativa que está
servirá, a menos que enseñemos a dudar. constantemente atormentada por cuestio-
No afirmo que no deba ilusionarnos nes de forma. La pedagogía no deja de ser
tener mejores instituciones educativas, lo un depósito de procedimientos sin sentido
que digo es que los estándares con los que hasta que es sustentada por una labor filo-
77
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
78
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
Herbert Simon
nirse lo que son los problemas en la orga- El hombre no es una mano en la or-
nización y en las labores relacionadas con ganización como suponía la visión simplis-
las empresas. En ese sentido, para Crozier ta de Taylor (1997); cada humano es una
y Friedberg (1990) no existen sistemas so- cabeza y no hay nada más molesto que ser
ciales controlados en su totalidad, ni tam- visto simplemente como mano, artificio,
poco pueden predecirse por completo las agente de acciones, y no como un ser pen-
situaciones futuras. La movilización e in- sante. Cuando se observa a otro como “re-
terdependencia de los miembros de la or- curso” estamos de nuevo ante un conflicto.
ganización produce un continuo estado de La cooperación y el conflicto son realida-
contingencia. La movilización está sujeta a des entrepuestas, implícitas en toda orga-
la vitalidad de los individuos, que no son nización, en constante interacción. Puesto
estáticos. En las organizaciones, el control que no son instrumentos, sino individuos
es sinónimo de poder. A su vez, el afán por pensantes, los miembros de una organiza-
el poder no es algo que pueda erradicarse ción no podrán nunca pensar igual que la
en todos los empleados. En tal óptica, la “cabeza principal de la empresa” pues cada
eliminación del poder conlleva la genera- uno es su propia cabeza principal y puede
ción de otro nuevo. Todo conjunto de in- pensar por sí mismo. La motivación se in-
teracciones configura un sistema en el que centiva pero no se genera externamente
siempre existen jerarquías. al individuo, los motivos reales son subje-
79
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
80
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
81
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
82
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
nas que viven enloqueciéndose con tal de cada familia nunca eligieron conformarla,
obtener logros debido al mensaje recibido de modo que el parentesco es consecuencia
en el seno familiar de que “nunca es sufi- del azar. Ante ello, lo que cabe promover
ciente”. No son menos los que con el afán es el perdón por el daño que cada miembro
de ser tributarios del amor de su madre no ha aportado a los demás, y la comprensión
se permiten estar en desacuerdo con los alentadora para respetar que cada quien
sistemas aprendidos bajo su dominio. La encuentre sus propias valoraciones.
consideración de la vacuidad presente en En el ámbito familiar, las personas
algunas de las consignas familiares puede se relacionan y se ayudan delineadas por
facilitar la formulación de la duda. el decreto extrínseco de que el destino de
En otras palabras, los esquemas fa- cada individuo es integrarse felizmente a
miliares están sostenidos en creencias uní- ella. No obstante, cuando a las personas
vocas de las cuales puede huirse sin riesgo les resulta más conveniente escapar de su
de ser culpable. Lograr la conciencia de propia familia antes que intentar coadyu-
que se está más emparentado con el vacío var a “la paz en casa”, logran evitar su pro-
que con la familia permite llegar a un pun- pia aniquilación. De tal modo, además del
to mayormente neutral. Los miembros de encuentro con los otros para vernos en
83
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
84
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
85
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
86
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
87
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
tran en datos numéricos para presentar dituables y convergen con la moda dis-
sus avances políticos; de tal modo, miden cursiva de ser una empresa socialmente
los ingresos económicos de las personas, responsable y centrada en las personas;
evalúan con un estándar fijo su tipo de vi- obviamente esto genera una imagen que
vienda o delimitan su nivel de seguridad da confianza al consumidor y eleva la cre-
pública. Todos éstos son aspectos referidos dibilidad de la organización, muchas veces
a las condiciones de vida de los individuos, sin necesidad de compromisos realmente
no a su desarrollo o superación huma- tangibles que vayan más allá de los dis-
na intrínseca. Ahora bien, pasar por alto cursivo. En el plano educativo se ofrecen
la diferencia entre condiciones de vida y esquemas llamados “integrales” que logran
superación íntima constituye una miopía comprar respeto social a bajos costos. Tan
difícil de elogiar, pero resulta muy obvia y pobre es la visión implícita en tales esque-
comprensible en las instituciones cada vez mas que jamás se ha cuestionado en tales
más dependientes de datos cuantificables y instituciones la supremacía del ser frente a
menos interesadas en la reflexión. la vacuidad. Poco es lo que se entiende de
En los planos organizacionales, los las cuestiones humanistas en sitios en los
conceptos prevalecientes sobre lo que es que la imagen, lo que debe ser, lo noble y
el desarrollo humano han logrado ser re- axiológicamente correcto, ocupa el signifi-
88
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
89
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
90
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
Conclusión
91
Vacuidad y post-humanismo
Héctor Sevilla Godínez
Referencias
Adler, Alfred (1971). El carácter neurótico. Pastoureau, Michel (2006). Una historia
Buenos Aires: Paidós. simbólica de la Edad Media occidental.
Altieri, Angelo (2003). Roma. Introducción Buenos Aires: Katz.
al estudio del pensamiento romano. Rogers, Carl (2006). El proceso de convertir-
Puebla: BUAP. se en persona. México: Paidós.
Crozier, M. y Friedberg, E. (1990). El actor y Sartre, Jean-Paul (1994). El existencialismo
el sistema. Ciudad de México: Alianza. es un humanismo. Ciudad de México:
Fromm, Erich (1973). Ética y psicoanálisis. Quinto Sol.
Ciudad de México: FCE. Simon, Herbert (1962). El comportamiento
Jaeger, Werner (1985). Paideia: los ideales de administrativo. Madrid: Aguilar.
la cultura griega. Ciudad de México: Taylor, Frederick (1997). Principios de la ad-
FCE. ministración científica. Ciudad de Mé-
Maslow, Abraham (1993). El hombre auto- xico: Herrero Hermanos.
rrealizado. Barcelona: Kairós.
92