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Revista de Investigación Científica Humanística

de la Universidad Antropológica de Guadalajara


Año 4 / Vol. 7 / 2018

El cuidado del mundo:


La ética como condición material inmanente


Maynor Antonio Mora y Juan Rafael Gómez Torres
María, la Magdalena:

Consideraciones desde la complejidad


M. Fabio Altamirano F.

Relación entre formación y evaluación


de docentes en Educación Media Superior


Rubén González de la Mora
Vacuidad y post-humanismo

ISSN: 2594-2751

La falacia de la calidad, el control


y el juicio correcto
Héctor Sevilla Godínez
Revista de Investigación Científica Humanística
de la Universidad Antropológica de Guadalajara
Año 4 / Vol. 7 / 2018

COMITÉ DE ÁRBITROS DE LA REVISTA GIRUM

Dr. M. Fabio Altamirano Fajardo


Universidad Antropológica de Guadalajara Universidad Antropológica de Guadalajara
Dr. Octavio Balderas Rangel
Universidad Antropológica de Guadalajara
RECTOR Dr. Arturo Benitez Zavala
Mtro. Alejandro Garza Preciado Universidad de Guadalajara / ITESO
Dra. Ana María González Garza
FUNDADOR
Asociación Transpersonal Iberoamericana
Dr. José Garza Mora
Dr. Roberto Govela Espinoza
DIRECTOR DE LA REVISTA GIRUM Universidad del Valle de Atemajac
Dr. Héctor Sevilla Godínez Dra. Margarita Maldonado Saucedo
ITESO
Dr. José Antonio Pardo Oláguez
Universidad Iberoamericana
Dra. Lilliana Remus del Toro
Universidad del Valle de Atemajac/ Remus y Asociados
Dr. Juan Pablo Sánchez García
Universidad Antropológica de Guadalajara / Líder
Consultores, S.C.
Dr. Guillermo Schmidhuber De la Mora
Universidad de Guadalajara
Dr. Juan Manuel Sotelo Vaca
DISTRIBUCIÓN
Universidad del Valle de Atemajac
Universidad Antropológica de Guadalajara
Plantel López Mateos Sur Dr. Juan Carlos Silas Casillas
Av. López Mateos Sur 4195, Col. La Calma ITESO
Zapopan, Jalisco, México. 45087 Dra. Adriana Berenice Torres Valencia
Tel.: 36-31-68-61 Universidad de Guadalajara
Dr. José Alfonso Villa Sánchez
DISEÑO Y SELECCIÓN DE IMÁGENES
Universidad Michoacana de San Nicolás Hidalgo
Demetrio Rangel Fernández
Mtro. Christian Omar Bailón Fernández
IMPRESIÓN Universidad Antropológica de Guadalajara
Pandora Impresores Mtro. Abraham Uriel González Alcalá
Caña 3657, Col. La Nogalera, Guadalajara, Jalisco, México Universidad Antropológica de Guadalajara

GIRUM, Revista de Investigación Científica Humanística, Año 4 / Vol. 7 / 2018, es una publicación semestral, editada y publicada por el
Instituto de Especialidades de Guadalajara, A. C., también conocido como Universidad Antropológica de Guadalajara, a través del De-
partamento de Investigación. José Guadalupe Zuno No. 1881, Col. Americana, Guadalajara, Jalisco, C.P. 45150. Tel. (33) 36304170; Editor
Responsable: Héctor Sevilla Godínez. Reserva de Derechos al uso exclusivo No. 01-2012-032609534600-102; ISSN: 2594-2751, ambos
otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Impreso en diciembre de 2018; tiraje: 1,000 ejemplares. Las opiniones expre-
sadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibido la reproducción
total o parcial de los contenidos e imágenes de la revista sin previa autorización del Instituto de Especialidades de Guadalajara, A. C.
Vacuidad y post-humanismo
La falacia de la calidad, el control y el juicio correcto
Vacuity and post-humanism
The fallacy of quality, control and correct judgment

Héctor Sevilla Godínez

Resumen Abstract

En el presente texto pretende mostrar la This text demonstrates the inefficiency


ineficacia de los modelos de estructuración of structural models focused on gener-
enfocados en generar control excesivo en ating excessive control in diverse social
los diversos sistemas sociales, así como la systems, as well as the alternative of in-
alternativa de introducir una perspectiva troducing a perspective centered on ambi-
centrada en la ambigüedad, la variabilidad guity, variability, and spontaneity, derived
y la espontaneidad, derivadas del enfoque from the perspective of vacuity. It begins
de la vacuidad. Se inicia con un abordaje with a critical approach about education
crítico sobre la educación como esquema as a scheme which propitiates univocal
de propiciación de posturas univocas sobre postures about quality; it continues with
la calidad; se prosigue con un análisis so- an analysis about common business or-
bre los esquemas comunes de las organi- ganizational schemes and the manner in
zaciones empresariales y la forma en que which a suitable perception of causality
una adecuada percepción de la causalidad would allow inclusive strategic thinking
permitiría un pensamiento estratégico in- about the ever-present variables of chaos.
cluyente de las siempre presentes varia- An examination of some common fallacies
bles del caos. Posteriormente, se revisan in family systems will follow, along with
algunas falacias comunes en los sistemas the dangers that this brings to an individu-
familiares y los peligros que éste atrae al al when absolutist schemes are ingrained,
individuo cuando se arraigan esquemas such as the idea of unilateral and univocal
absolutistas, tal como la idea de un desa- human development.
rrollo humano unilateral y univoco.
Key Words: Control, Univocity, Vacuity,
Palabras Clave: Control, Univocidad, Va- Organization, Chaos.
cuidad, Organización, Caos.

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 Héctor Sevilla Godínez

1. La falacia de la educación como de tal modo, aunque no tenga un signifi-


doctrina del orden cado preciso, se induce que significa “algo”
en la mente de los individuos. La pregunta

S uele suponerse con frecuencia que la


eficacia del proceso educativo y los lo-
gros de una institución que se asume como
por el significado individual de la calidad
resulta difusa a menos que comprendamos
la multiplicidad de respuestas implicadas.
agente transformador de la sociedad están Lo que sí puede anticiparse, de mane-
acompañados de lo que se ha dado en lla- ra muy general, es que la calidad se con-
mar “educación de calidad”. Tal concepto, cibe como la mayor adecuación posible a
junto con la dañina y pérfida idea de la estándares y criterios de validez que son
“excelencia”, constituye una línea temática determinados por sujetos o entidades de
de la que me ocuparé para mostrar que en- amplio prestigio. Es notorio que las insti-
tender la “calidad” o la “excelencia” como el tuciones buscan, de manera recurrente,
“deber ser” del ámbito educativo resulta ser evidenciar la alta jerarquía que ocupan las
una falacia. Es fácil observar la debilitación entidades evaluadoras de la calidad, pues-
teleológica en las instituciones educativas, to que ello garantiza que sus propuestas,
las cuales, al ya no ubicar con claridad su modas, teorías o discursos impelen a una
sentido social, han terminado por otorgar visión específica de progreso humano que
primordial importancia a la calidad cuan- las posicione por encima de otras. Natural-
tificable y han limitado su propia duda ha- mente, la concepción que se tenga sobre
cia el mismo sistema que las evalúa; pese lo que es la calidad está sujeta a construc-
a ello, el renacer de la duda podría ser la tos o idearios socioculturales que suelen
pauta para un proceso redentor del sentido determinarse por espacios geográficos,
de la educación. contextuales y temporales. En ese senti-
La palabra “calidad” denota muchas do, cualquiera que se precie por ser crítico
concepciones, de modo que no hay una tendría que revisar si las “calidades” de las
distinción específica que se aplique de ma- que se habla están edificadas en cuestiones
nera universal. Existen tantos conceptos de fondo o de forma. A su vez, tendría que
de calidad como visiones antropológicas; a evidenciarse el conducto epistémico desde
su vez, existen tantas visiones antropoló- el cual se realiza la reflexión sobre la cali-
gicas como condiciones socio-culturales e dad, pues ello determina a qué aspectos de
ideológicas en constante dialéctica entre sí la supuesta calidad se los denominará de
mismas. La pregunta sobre la esencia de la fondo o de forma.
calidad podría ser respondida, con certeza Cuando hablamos de la calidad en la
medida, diciendo que “no es algo univer- educación permanecemos dependientes a
sal”. Sin embargo, el término se utiliza en el una configuración perceptiva; al utilizar
léxico popular de manera común, y aunque la palabra “calidad” nos vemos inmersos
no sea tangiblemente “algo” en sí mismo, el en el problema de la interpretación del
concepto ha alcanzado resonancia social; concepto. Hay tantas ideas de la “calidad

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educativa” como visiones sobre el egresado una ciudad, de un país e incluso del mundo
ideal. La educación siempre manifiesta una entero para delimitar la categoría y nivel
intencionalidad que deviene en referente de cada uno, incluso ofreciendo los resul-
que sustenta el logro de su calidad. Está tados a manera de rankings, como si se
claro que la calidad puede ser encontrada tratase de una competencia entre marcas.
en los procesos, pero usualmente se atien- Lo anterior sería adecuado si estos resulta-
de a los resultados de tales procesos. La dos fueran asumidos como una referencia
amplia diversidad de visiones de la calidad particular, sin olvidar que aluden a crite-
se encuentra dependiente de la importan- rios específicos, parciales y contextuales de
cia que se otorgue a aspectos no siempre cada institución. De manera contraria, ta-
cuantificables, como la acumulación de co- les “mediciones” han sido adoptadas como
nocimientos, el desarrollo de habilidades evidencias absolutistas e inobjetables que
o la vivencia de actitudes que se suponen cuantifican, ingenuamente, todo lo que
deseables. un centro educativo ofrece. Las constan-
En la mayoría de los países existen tes mediciones a las que son expuestas
pruebas o métodos uniformes de evalua- provocan que las instituciones educativas
ción que intentan medir la calidad de las es- queden propensas a vivir de la apariencia
cuelas, colegios o centros universitarios de y buscar la simulación; en tal contexto no

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es importante tener calidad, sino aparecer conocimientos y dejan de lado lo que más
y ser mostradas como instituciones de ca- los humaniza: su capacidad de dudar. Los
lidad. Un par de ojos verdaderamente crí- docentes terminan por vender su tiempo a
ticos saben leer este tipo de cuestiones y cambio de creer en la importancia de “edu-
relativizarlas. Lo anterior no supone que car con excelencia” a sus alumnos, aun-
se reste importancia a las evaluaciones pe- que éstos no participen en la clarificación
riódicas, pero está claro que tal importan- de lo que significa la excelencia misma. El
cia es menor que la atribuida. sistema de consumo ha convencido a las
¿De qué manera podemos reconocer instituciones educativas de que deben ser
mejoras en una institución edu- intermediarios de una calidad y
cativa? ¿Con cuál palabra excelencia mal comprendida
podríamos definir lo que y ofrecen esta droga sin
encontremos? ¿Calidad sombra de duda. A su
o excelencia? Me pa- vez, las familias y la
rece que ninguna. comunidad los juz-
Tanto una como garán de acuerdo
la otra son eti- con la medida en
quetas tranqui- que logren dro-
lizadoras que garse de exce-
evitan la duda. lencia. La calidad
Imaginemos que y la excelencia
la calidad es una son conceptos
especie de dro- amables que se
ga y que nuestro aplican en donde
país es un pequeño sea y logran ser
pueblo en el que los transmitidos acríti-
encargados de los sis- camente a toda la na-
temas educativos son ción, de lo cual deriva la
responsables de vender continua obsesión por me-
la droga llamada “calidad” (la dirse y compararse individual
cual recibieron antes de otros paí- y globalmente. Bajo estos supuestos
ses); supongamos que los profesores de las no es de extrañar la disminución de actitu-
instituciones educativas han sido conven- des solidarias y colaborativas, puesto que
cidos (con cursos de capacitación) de que estudiantes y profesores terminan compi-
desean esa droga y que deben hacer cual- tiendo entre sí para ser mejores alumnos o
quier cosa por obtenerla, de modo que ven- mejores docentes, siguiendo la línea de sus
den sus más íntimos ideales, sacrifican el propias instituciones, centradas en apare-
tiempo de ocio o de convivencia con sus hi- cer como mejores que las demás. Así, unáni-
jos, compiten despiadadamente por los re- memente se anhela lograr lo que dicte una

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idea absolutizada de calidad, al grado que medimos su supuesta calidad han sido de-
se reflexiona sobre qué castigo merecen los masiado centrados en apariencias o simu-
osados rebeldes que no aspiren a “lo mejor”. laciones. Más allá de la calidad que una
En un panorama de tan viles paráme- institución educativa represente, lo funda-
tros resulta normal suponer que las perso- mental es que los estudiantes posean, ad-
nas que no comparten nuestros estánda- quieran, desarrollen o gesten en sí mismos
res de calidad tendrían que ser obligadas la capacidad de dudar. En tal sentido, la ca-
a adecuarse a éstos, de modo que se pre- lidad de un pensamiento alude a su forma
tende juzgarlos como si estuviesen equivo- de reconocer la posibilidad de alternativas
cados. ¿Cómo es posible que exista un hu- aún no vistas. Obviamente, cuando esto se
mano que no desee drogarse de calidad? La logra se está gestando una óptica que no
cuestión es que queremos que los otros se elude la vacuidad, una de la que surgen las
adapten a los esquemas globales de lo que nuevas opciones.
es la calidad, dejando de lado las considera- La muestra más evidente de que exis-
ciones locales sobre su significado. te un criterio personal es el surgimiento de
En su Discurso del método, Descartes la duda con sustento. A partir del criterio
reconoció que lo único de lo que no es po- se logra definir lo que se desea en la vida,
sible dudar es de la duda misma. Visto así, lo cual genera compromiso, propicia un
conviene dudar de la calidad que presun- sentido e implica una búsqueda congruen-
tuosamente nos aseguran las instituciones te. Solamente reflexionando será posible
educativas, vociferando sin ton ni son, enseñar a reflexionar, tal como a través de
como si la reiteración fuese garantía de ve- la duda se logra enseñar a dudar. Por ejem-
racidad. Podemos dudar de que, a pesar de plo, es importante posibilitar la duda sobre
los esfuerzos por medirla parcialmente, la si la educación supone adaptación o trans-
calidad sea un parámetro óptimo para eva- formación social. ¿Estamos realmente dis-
luar una educación que promueva, entre puestos para dudar de que lo que hacemos
otras cosas, el valor de la incertidumbre. y pensamos como sociedad es lo que debe-
¿De qué sirve leer si hemos perdido la capa- mos hacer y pensar? ¿Nos permitimos los
cidad de dudar y aprendemos sumisamen- profesores y formadores la pregunta sobre
te conceptos con los que somos manipula- si lo que creemos es algo con sentido? ¿O
dos? ¿De qué sirve escribir si sólo copiamos cobardemente preferimos acomodarnos
lo que leemos? ¿Para qué conocer de nú- en el rol de directrices y críticos pasivos de
meros, restas y sumas si con ellos apren- la humanidad?
demos a hacer fraudes o a aprovechar- El ejercicio filosófico posibilita el
nos de otros? Poco de lo que enseñemos “fondo” de la labor educativa que está
servirá, a menos que enseñemos a dudar. constantemente atormentada por cuestio-
No afirmo que no deba ilusionarnos nes de forma. La pedagogía no deja de ser
tener mejores instituciones educativas, lo un depósito de procedimientos sin sentido
que digo es que los estándares con los que hasta que es sustentada por una labor filo-

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sófica. El problema recurrente consiste en sugirió una aproximación alternativa al pro-


que se pretenda cuantificar la calidad con ceso de toma de decisiones desde las teorías
una determinada lista de cualidades cuan- psicológicas de la percepción y la cognición.
tificables que deviene en caldo de cultivo El conflicto es algo inherente a la in-
de la torpe tranquilidad de las institucio- teracción social debido a que las soluciones
nes educativas. Es tiempo de quitarnos el que encontramos son siempre falibles y
maquillaje academicista, de no esconder- pueden no coincidir con las soluciones de
nos en las formas aparentes de la calidad. otros. Ahora bien, si el conflicto es algo im-
Es cierto que el sistema educativo puede plícito e inevitable no tendría que tomarse
coadyuvar a la mejora de los países, pero en sí mismo como un problema, sino como
no a través de cualquier educación, sino un indicador de que algo debe hacerse para
por mediación de una educación liberado- obtener los resultados deseados. Es decir, el
ra, no alienante, sustentada en un sistema conflicto no es indicio de que algo va mal,
de comprensión del mundo que asuma la sino sólo de que, de acuerdo a los objetivos
parcialidad de lo humano. planteados, lo que está sucediendo no nos
permitirá ser eficientes.
2. Vacuidad y conflicto El carácter limitado de la racionalidad
en las organizaciones es el principal impedimento de la eficiencia
o la optimización completa; no pueden co-
Herbert Simon estudió la estructura bási- nocerse todas las consecuencias asociadas
ca de la ciencia económica y la denominó a las alternativas de una decisión y tampo-
“ciencia de la elección”, notando su relación co la probabilidad o la causalidad esperada
implícita con el proceso psicológico de la entre éstas. No se saben, en conclusión,
toma de decisiones. Según Simon (1962) la cada uno de los detalles de la relación en-
hipótesis básica de la economía neoclásica, tre los medios y los resultados, por lo que
consistente en que los agentes tienden a cualquier suposición sobre el carácter óp-
maximizar los resultados de sus compor- timo de un proceso es sólo una aproxima-
tamientos, es muy limitada. En la práctica, ción, un invento o buenos deseos. Entre el
ningún ser humano está continuamente conflicto y la cooperación de los miembros
buscando la solución óptima. Aunque se de una organización, así como entre las de-
deseara hacerlo, el coste de informarse so- cisiones y las consecuencias de las mismas,
bre todas las alternativas y la incertidum- existe un evidente espacio incognoscible,
bre sobre el futuro lo harían imposible. una vacuidad que produce lo que suele lla-
Desde esta perspectiva, las personas marse caos.
intentan encontrar una mínima satisfac- Los constructos operan indirecta-
ción, es decir, tratan de alcanzar ciertos ni- mente en las personas y esto explica la
veles de éxito para después ir ajustando esa indeterminación de las organizaciones
solución. Simon denominó “racionalidad li- sociales. Los problemas son tales sólo si así
mitada” a esta estructura de pensamiento y se los concibe; por tal motivo debe redefi-

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 Héctor Sevilla Godínez

Herbert Simon

nirse lo que son los problemas en la orga- El hombre no es una mano en la or-
nización y en las labores relacionadas con ganización como suponía la visión simplis-
las empresas. En ese sentido, para Crozier ta de Taylor (1997); cada humano es una
y Friedberg (1990) no existen sistemas so- cabeza y no hay nada más molesto que ser
ciales controlados en su totalidad, ni tam- visto simplemente como mano, artificio,
poco pueden predecirse por completo las agente de acciones, y no como un ser pen-
situaciones futuras. La movilización e in- sante. Cuando se observa a otro como “re-
terdependencia de los miembros de la or- curso” estamos de nuevo ante un conflicto.
ganización produce un continuo estado de La cooperación y el conflicto son realida-
contingencia. La movilización está sujeta a des entrepuestas, implícitas en toda orga-
la vitalidad de los individuos, que no son nización, en constante interacción. Puesto
estáticos. En las organizaciones, el control que no son instrumentos, sino individuos
es sinónimo de poder. A su vez, el afán por pensantes, los miembros de una organiza-
el poder no es algo que pueda erradicarse ción no podrán nunca pensar igual que la
en todos los empleados. En tal óptica, la “cabeza principal de la empresa” pues cada
eliminación del poder conlleva la genera- uno es su propia cabeza principal y puede
ción de otro nuevo. Todo conjunto de in- pensar por sí mismo. La motivación se in-
teracciones configura un sistema en el que centiva pero no se genera externamente
siempre existen jerarquías. al individuo, los motivos reales son subje-

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 Héctor Sevilla Godínez

tivos; la labor de la organización consiste no es connatural al hombre, puesto que


en no impedir que cada persona genere un el primero acontece únicamente cuando
sentido. coexisten dos agentes que lo configuren,
Los conflictos no tendrían que ser es decir, el par de individuos que viven el
el origen del estrés si se los concibe como conflicto entre sí. Por tanto, que el hombre
parte del sistema. De ahí que el entendi- viva en el conflicto, o en una lucha de po-
miento del caos permita también, debido a der (como dominador o dominado), no es
las situaciones previsiblemente imprevis- debido a su naturaleza humana, sino a la
tas, ser mayormente estratégico. interacción humana, al intercambio social
Suele considerarse al conflicto como que es propio de la condición humana.
una característica de la naturaleza huma- Por su apertura a lo externo, la natu-
na; no obstante, quien así lo observe no ha raleza humana conduce a una interacción
logrado distinguir entre lo adyacente y lo irrenunciable que se experimenta conti-
ontológico, lo causado y la causa. Desde nuamente. Somos seres en relación de-
una perspectiva ontológica, el conflicto es bido a la apertura connatural; un aspecto
un aspecto coyuntural desprendido de la adyacente de tal apertura es la vida social.
vida social. En otras palabras, el conflicto La sociedad es consecuencia de la natural

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extensión humana; de tal modo, en la vida comprensión de la dinámica interna de un


social se propicia el conflicto a partir de la grupo social, cualquiera que éste sea. No es
dominación. un asunto abstracto, siempre se está en co-
Es comprensible que se geste el con- nexión situacional. Sólo pueden realizarse
flicto en las relaciones humanas debido al generalizaciones inciertas de una teoría de
reforzamiento conductual de la domina- las organizaciones y está de más suponer
ción. Sin embargo, lo anterior no implica que existe la organización perfecta.
que el conflicto sea connatural al hombre, Del mismo modo, no hay una teoría
sino que es la consecuencia de un aspecto de la realización humana, sino definicio-
connatural, es decir, la apertura ontológi- nes individuales que parten de una racio-
ca. nalidad limitada sobre lo que significa ser
Pensar que el conflicto es connatural un mejor humano. Por ello, no hay un sólo
al hombre es comparable a concluir que tipo de desarrollo humano, como si fuese
pertenecer a un grupo religioso determi- una abstracción inamovible, sino varias al-
nado es un asunto natural al individuo, ternativas que son derivación de una dia-
cuando lo natural es solamente la apertura léctica emergida socialmente.
o la potencia de contacto, no la pertenen- A manera de remedio de las frustra-
cia a una colectividad específica. Tampoco ciones individuales, como una forma de
es natural comer con cubiertos sobre una eludir la responsabilidad del Estado y los
mesa frente a la que nos sentamos; lo na- sistemas sociales, se propuso que el progre-
tural es comer, el uso de herramientas para so o desarrollo humano debía ser autóno-
tal acto es un asunto cultural. Lo natural mo, restringiendo su logro a la responsabi-
se refiere a asuntos de fondo, no formales. lidad única que compete al individuo. De
El conflicto es una caracterización de la in- este modo, cuando compramos la idea de
teracción, una derivación de la misma; la que la realización del sujeto es posible en
apertura para la interacción es natural, el función de sí mismo la volvemos un asun-
conflicto es una forma (esperable) de ese to tan exclusivo que deriva en exclusión de
fondo. lo colectivo, liberando al Estado y a las ins-
Dejar de lado la concepción de la ar- tituciones de su responsabilidad hacia los
monía como orden y lograr entender la ciudadanos. Pero esto no tendría que ser
armonía de la desarmonía traerá consigo así, el desarrollo de los individuos es tam-
la superación de fatigas innecesarias. En bién un objetivo al que el Estado tendría
el proceso de elaboración de una teoría de que coadyuvar, o al menos no estorbar.
las organizaciones debe entenderse que La propia edificación no se deriva de
no hay forma de establecer una teoría que la lucha contra otros, sino de trabajar junto
especifique una predicción precisa que sea con ellos en comunidades centradas en el
aplicable a todas las organizaciones; por el bien común desde la equidad. Lo contrario
contrario, se requiere de un trabajo especí- a esto es el individualismo voraz, el olvido
fico de consideración, caso por caso, para la del otro y la desconexión con sus necesi-

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dades. Mucho de esto es consecuencia de gación. En la familia se integra de manera


nuestros sistemas socioeconómicos y la inevitable lo que Fromm (1973, pp. 157-172)
eventual despersonalización que sufre llamó “conciencia autoritaria”, la cual se de-
cada individuo en su lucha cotidiana por riva del contacto con agentes moralizado-
“vivir mejor” desde el esquema de lo tan- res como el Estado, los medios de comuni-
gible. cación o la sociedad, alcanzando un mayor
Las concepciones del desarrollo hu- peso en la influencia que la familia ejerce
mano se tendrían que fundamentar a sobre el individuo a través de la rutina y de
partir de una hermenéutica yoica que sea los nexos afectivos.
también una hermenéutica dialéctica, so- La conciencia autoritaria es un men-
cial, caótica y conflictiva. La hermenéuti- saje imperativo que se absorbe a manera
ca de la yoicidad requiere como punto de de regla o ley y que dirige internamente
partida la aceptación personal de la propia nuestra idea sobre cómo deben ser las co-
y específica situación relacional en la que sas. Se inicia con una idea sobre la manera
estamos ubicados y de la que hemos par- correcta de comportarnos y poco a poco
tido, es decir, el reconocimiento crítico del se vuelve un hábito no cuestionado en la
esquema familiar en el cual hemos crecido. mente del individuo. Este esquema moral
es irracional y generalista; además, en caso
3. La autoridad de la familia de haber sido insertado de manera profun-
da en el individuo, se vuelve abrumador.
La familia es una estructura sobrevalo- El castigo, el rechazo o la reprobación son
rada. Si bien cada neonato requiere de consecuencias de no cumplir con lo que la
las atenciones y cuidados de su padre y regla familiar exige. El mandato familiar se
madre, también es cierto que los esque- convierte, por tanto, en una orden interna
mas familiares marcarán de manera con- dogmática que se fortalece mientras no sea
tundente sus estructuras de valoración y revisada, analizada o confrontada por un
sus formas de concebir el mundo. No hay sano y honesto ejercicio ético personal; en
manera de permanecer totalmente atento un panorama así, la persona no se permi-
a las expectativas de la propia familia y al te dudar de las reglas que, en nombre del
mismo tiempo atender las propias visiones. amor, fueron impuestas por la familia. Es
Quien concuerda en todo con su familia ha sabido, en ese sentido, que el amor supo-
acallado sus propias voces discordantes. ne expectativas que nos atan a aquéllos de
Puesto que la familia es uno de esos quienes necesitamos expresiones de afec-
esquemas que parecen intocables, tal como to.
la religión, pocos individuos están real- Hay millones de historias en las que
mente abiertos al reconocimiento de la hombres y mujeres, aun en la edad adul-
coacción que su propia familia ha ejercido ta, siguen buscando el reconocimiento no
en sus capacidades de juicio. Lo que la fa- obtenido de su madre o padre en la etapa
milia solicita se vuelve una especie de obli- infantil. No son pocos los casos de perso-

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 Héctor Sevilla Godínez

nas que viven enloqueciéndose con tal de cada familia nunca eligieron conformarla,
obtener logros debido al mensaje recibido de modo que el parentesco es consecuencia
en el seno familiar de que “nunca es sufi- del azar. Ante ello, lo que cabe promover
ciente”. No son menos los que con el afán es el perdón por el daño que cada miembro
de ser tributarios del amor de su madre no ha aportado a los demás, y la comprensión
se permiten estar en desacuerdo con los alentadora para respetar que cada quien
sistemas aprendidos bajo su dominio. La encuentre sus propias valoraciones.
consideración de la vacuidad presente en En el ámbito familiar, las personas
algunas de las consignas familiares puede se relacionan y se ayudan delineadas por
facilitar la formulación de la duda. el decreto extrínseco de que el destino de
En otras palabras, los esquemas fa- cada individuo es integrarse felizmente a
miliares están sostenidos en creencias uní- ella. No obstante, cuando a las personas
vocas de las cuales puede huirse sin riesgo les resulta más conveniente escapar de su
de ser culpable. Lograr la conciencia de propia familia antes que intentar coadyu-
que se está más emparentado con el vacío var a “la paz en casa”, logran evitar su pro-
que con la familia permite llegar a un pun- pia aniquilación. De tal modo, además del
to mayormente neutral. Los miembros de encuentro con los otros para vernos en

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ellos y dejarlos verse en nosotros, es opor- encuentran estrechamente conectadas


tuno permitir y permitirnos encontrar el con la personalidad y no con aquello que
camino que los propios pies desean andar. uno aprende a ver como correcto. Paulati-
Las rupturas parciales o totales son parte namente, en la medida en que se reconoce
de la vida y son inevitables. el propio valor y la propia capacidad para
Entiéndase bien, no he propuesto fundar en uno mismo las nuevas reglas a
aquí que cada individuo abandone a su seguir, será posible la auto-aceptación y la
familia, que ésta sea lo peor que tenemos capacidad para actuar por derecho propio.
o que deberíamos destruirla. De lo que se De la consideración de estas posibilidades
trata es de asumir que la familia, como es- ha surgido el humanismo, el cual tampoco
tructura social, es propiciadora de esque- está exento de la pretensión de univocidad.
mas y juicios de valor cuyos contenidos
pueden delinear daños y perjuicios a los in- 4. El advenimiento del post-humanismo
dividuos; por tanto, es oportuno estar aler-
ta para guardar la distancia debida, si así En primera instancia, se referirá el huma-
se desea, de tales parámetros familiares. El nismo psicológico como tercera fuerza de
amor al padre o a la madre, cuando lo hay, la psicología y posteriormente se aborda-
no supone la obligación de imitarlos, mu- rán con criticidad las percepciones comu-
cho menos de ser como ellos. Amarlos ja- nes en torno al desarrollo humano o aque-
más implicará que el tributo necesario sea llo que es “mejor” para el hombre.
seguir sus tradiciones, esquemas o anhelos
de vida. Cabe deshacerse de la conciencia
autoritaria y del superego absolutista que
impone tales aspectos en nombre del res-
peto familiar.
Cada miembro de la familia tiene la
posibilidad de ejercer su propio derecho
a equivocarse así como plantear sus pro-
pios esquemas de valoración sin que esto
suponga rechazo. La posibilidad de tomar
las propias decisiones, sin importar su co-
nexión con las reglas de la familia, permite
la responsabilidad de actuar a partir de pa-
rámetros que son más propios, definidos y
aceptados de manera voluntaria.
Asimismo, es inevitable vivir desde
un esquema relacional a partir del cual
se forjan las estructuras valorativas. La
cuestión es revisar si tales estructuras se

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Los excesos de la psicología humanista La responsabilidad es elegida a cada


momento, pero no puede ser asumi-
Como heredero del existencialismo, el da con anticipación. No hay una total
humanismo psicológico, precursor del independencia del individuo y éste
humanismo en otros ámbitos, absorbió la tampoco está separado del resto del
noción de que el centro del individuo debe cosmos. Es certera la consideración
prevalecer por encima de las cuestiones de Adler (1971) consistente en que,
externas, relativizando a éstas para po- como seres que vivimos día a día la
ner atención al interior del hombre. Este contingencia, no asumimos la infe-
esquema radicalizó la intención de creer rioridad y buscamos compensarnos
en la libertad como la esencia humana, al constantemente mientras llenamos
grado que terminó proponiéndose que el de neurosis nuestra vida. Hay tipos
hombre era el arquitecto de su propio des- de humanismo que no escapan de ser
tino (Sartre, 1994); en ese sentido, incluso solamente una compensación egotis-
llegó al punto de considerarlo como un ser ta derivada del deseo de llenar el hue-
capaz de “autorrealización” (Maslow, 1993) co angustiante de nuestra existencia.
o de implicarlo como único protagonista Detrás de cada idea sobre la supre-
en su “proceso de convertirse en persona” macía del humano sólo hay miedo de
(Rogers, 2006). Todo ello es también un ab- no tener el timón.
solutismo del valor de la persona, del poder En esencia, toda psicología debe
de sus decisiones y del carácter de su res- partir de la comprensión del orden
ponsabilidad. Cada uno de estos supuestos social y del entendimiento de que
los abordaré enseguida. todo lo que está en nuestra psique
estuvo antecedido por un esquema
a) Entender al individuo como el único externo que fue interiorizado como
ser que tiene algo que ver, decir y de- directriz de nuestro paradigma valo-
cidir en su propia vida, entraña una rador. No hay manera de juzgar sin
terrible miopía ecológica y sociológi- un esquema de juicio; a la vez, todo
ca. Ninguna persona es plenamente esquema de juicio ha sido tomado de
consciente de todo lo que la rodea, no la vida social, en familia o fuera de
puede considerar todas las opciones y ella, siempre inserto en los conven-
tampoco lo desea así; de modo que su cionalismos colectivos. ¿Dónde queda
decisión es siempre situada, parcial, el hombre cósmico, superador de las
relacional. Si el hombre y la mujer es- enajenaciones, del que hacen men-
tán tan limitados en el momento en ción algunos humanistas?
que eligen sus decisiones no podemos
exigirles plena responsabilidad de las b) La persona nunca podrá conocerse
mismas, ni esperar que conozcan a plenitud a ella misma ni a los de-
anticipadamente sus consecuencias. más. ¿Cómo centrar la esperanza en

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el conocimiento del humano si éste d) La persona no se realiza a sí misma,


sólo se conoce superficialmente? Si sino que requiere de una serie de
cada hombre y mujer se conoce par- aprendizajes, conceptos y creencias
cialmente, ¿de qué manera se supo- que le permitan hacer valoraciones
ne que habrá de convertirse en el desde las cuales, dependiendo la ade-
arquitecto de su vida? A menos que cuación de su propia vida a tales je-
construya en una realidad alterna, rarquías, obtendrá realización. Lo an-
no podemos tomar en serio la afirma- terior es posible en la medida en que
ción sobre la arquitectura de la vida; tales esquemas de valoración no se
tal concepción no sólo está llena de modifiquen, lo cual resultaría anor-
soberbia, sino también de ignorancia mal; además, debe considerarse que
antropocentrista. la gestación de los arquetipos sobre lo
que se entiende por “realización” no
c) El hombre no es el diseñador de su se sujeta a nuestro entero control.
destino, tan sólo es el albañil de sus Todo lo anterior no está to-
remedos de construcción. Aun la edi- talmente en las manos de ninguna
ficación material de una casa no está persona. La opción antropológica
exenta de un carácter contingente; se de Maslow, en su etapa humanis-
requiere de la existencia de materia- ta, así como la de la mayoría de las
les, de un plano diseñado en función propuestas y corrientes psicológicas,
al tipo de tierra en el que se asientan están centradas en el ser; por ello su
los cimientos, se necesita que las con- parcialización deriva de excluir com-
diciones climáticas favorezcan y que pletamente la consideración de la va-
existan otras personas que ayuden a cuidad o de la nada. El éxito que tales
construir o que, en su caso, sepan se- posturas han tenido en Occidente se
guir instrucciones. Si la construcción explica porque responden certera-
de una casa supone tal contingencia, mente a las necesidades de quienes
es derivable suponer ese mismo ca- han centrado en lo tangible sus más
rácter contingente en la construcción aquilatadas esperanzas.
del destino personal, del sentido o in- En lo que se refiere al trabajo de
cluso de las decisiones fraguadas a la Carl Rogers, está claro que tiene in-
sombra de tal sentido. No está de más teresantes vetas que pueden seguir
referir la implicación univocista que construyéndose para el desarrollo de
se otorga al concepto “destino” cuan- su propuesta centrada en la persona,
do se lo observa como algo creado por siempre y cuando se considere real-
el hombre, como suponiendo que es mente a profundidad el centro de la
sólo uno, que se construye de una vez persona en sí misma, es decir, su va-
por todas y que está a nuestra mer- cío. Si hemos de regresar al interior
ced. del hombre tendremos que hacerlo

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de verdad, cabalmente, no a través de La quimera del progreso humano


sobaderas emocionales. Podríamos
comenzar por entender la naturaleza Tampoco puede entenderse, aparte del hu-
humana centrada en el vacío y no en manismo psicológico, un esquema de de-
el ego, delineada en lo absoluto de la sarrollo humano que implique mediciones
incertidumbre y no en autoafirma- unívocas, tales como se hace en la Organi-
ciones vanas y superfluas. La nada, zación de las Naciones Unidas o en los dife-
al ser contenedora de lo humano, no rentes países que suponen poder adjudicar
permite que éste se eleve al punto de un número que describa el desarrollo hu-
la autosuficiencia. La contingencia mano de sus habitantes. Si tal cosa tuviera
propia del humano es la principal que hacerse se debería referir qué modelo
contraparte de la supremacía que de desarrollo humano se está manejando y
tanto desea. establecer una visión antropológica desde
Es obvio que el término “hu- la cual se cimente la concepción de desa-
manismo” puede seguirse utilizando, rrollo humano que se considera preferible.
siempre y cuando incluya una con- Como tales cuestiones no suelen aclararse
notación distinta, probablemente del todo, los organismos mundiales se cen-
paradójica, que permita entenderlo
como la capacidad de
apertura a lo extra-
humano o como una
antesala que conduce a
la contemplación de lo
transpersonal. Sólo en
la afirmación de lo más
allá de lo humano se en-
cuentra el humano con
su valía superior. Esto es
muy distinto del simple
y siempre equívoco an-
ti-humanismo, así como
de cualquier fórmula de
humanismo bonachón
e irreflexivo. La invi-
tación, por tanto, es a
mantener un humanis-
mo crítico, auto-crítico
y abierto a la vacuidad o
al post-humanismo.

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tran en datos numéricos para presentar dituables y convergen con la moda dis-
sus avances políticos; de tal modo, miden cursiva de ser una empresa socialmente
los ingresos económicos de las personas, responsable y centrada en las personas;
evalúan con un estándar fijo su tipo de vi- obviamente esto genera una imagen que
vienda o delimitan su nivel de seguridad da confianza al consumidor y eleva la cre-
pública. Todos éstos son aspectos referidos dibilidad de la organización, muchas veces
a las condiciones de vida de los individuos, sin necesidad de compromisos realmente
no a su desarrollo o superación huma- tangibles que vayan más allá de los dis-
na intrínseca. Ahora bien, pasar por alto cursivo. En el plano educativo se ofrecen
la diferencia entre condiciones de vida y esquemas llamados “integrales” que logran
superación íntima constituye una miopía comprar respeto social a bajos costos. Tan
difícil de elogiar, pero resulta muy obvia y pobre es la visión implícita en tales esque-
comprensible en las instituciones cada vez mas que jamás se ha cuestionado en tales
más dependientes de datos cuantificables y instituciones la supremacía del ser frente a
menos interesadas en la reflexión. la vacuidad. Poco es lo que se entiende de
En los planos organizacionales, los las cuestiones humanistas en sitios en los
conceptos prevalecientes sobre lo que es que la imagen, lo que debe ser, lo noble y
el desarrollo humano han logrado ser re- axiológicamente correcto, ocupa el signifi-

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cado inmediato que se asocia con la idea de bró al racionalismo y a la valoración de


humanismo que se tiene. Esto es bastante lo estrictamente demostrable. El ideal del
peligroso como para asumirlo irrefutable- hombre como individuo capaz de buscar
mente. y encontrar respuestas se modificó con el
La pregunta obligada que debe hacer- tiempo hasta llegar a los dominantes para-
se es sobre lo que es el desarrollo humano. digmas contemporáneos que depositan en
Evidentemente no es algo concreto o al la obtención de ganancias el fundamento
menos no algo unívoco. Esto se muestra de una vida digna; esto ha sido propiciado,
mediante la gran diversidad de supuestos en buena medida, por el neoliberalismo y
acerca de lo que un humano debe reali- los esquemas económicos imperantes que
zar para ser mejor. Podríamos referir, por promueven la idealización del estilo de
ejemplo, los esquemas que han sido cons- vida consumista sin importar la conse-
truidos a partir de las pautas culturales e cuente esclavización laboral de la que es
históricas en las que cada persona se en- objeto el hombre y la mujer actual. No es
cuentre. En la antigua Grecia se valoraba de extrañar que, partiendo de estos plan-
al hombre capaz de respetar la polis con teamientos, no exista en los organismos
una actitud conocida como Paideia (Jaeger, internacionales una forma de entender el
1985) la cual ennoblecía a los individuos y progreso humano que no sea reducida a
los unía a su sociedad; no se cuestionaban una cuestión medible. Sobresale, además,
los mitos (recordemos la causa de la muerte que el ideal de lo humano siempre se haya
de Sócrates como corruptor de la juventud centrado en describir al hombre perfecto,
al proponer su erradicación). Según Altieri dejando de lado toda posible participación
(2003), en la cultura romana se afianzaron de la mujer, como si ésta fuese un instru-
las virtudes bélicas y se concebía al hom- mento del primero.
bre honorable como alguien dispuesto al Con lo anterior se observa que los es-
combate; también se valoraban el arte y los quemas sobre lo que el ser humano debe
oficios. Tal como afirma Pastoureau (2006), lograr varían de acuerdo con la modifica-
en la Edad Media dominó un esquema teo- ción de paradigmas. El que estos paradig-
céntrico que repudiaba la vanidad y juzgó mas se vuelvan estables o difíciles de mo-
como ególatras a aquellos que se proponían dificar se lo debemos al sistema educativo
un entendimiento del mundo; no había que, como tal, vende acríticamente un mo-
posibilidad de manifestarse críticamente delo que ser seguido. Así, el desarrollo hu-
y el buen hombre era, sin ninguna duda, mano, como concepto, termina siendo una
el creyente que estaba dispuesto a servir frágil y móvil manera de nombrar a la ex-
a Dios a pesar de que ello pudiese costar teriorización nominal de un afán unívoco,
los mayores sacrificios. Pasadas las secue- personal o colectivo centrado en lo que la
las del Medievo, aún existentes en ciertos persona debería lograr; esto responde a los
espacios, se siguió propiciado un modelo esquemas de valoración adquiridos dentro
antropocéntrico y modernista que encum- de un contexto o situación particular de la

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vida social. Por ello, el número de formas de entender el pro-


greso de lo humano es proporcional a los individuos que lo
busquen; del mismo modo sucede con la cantidad de mode-
los morales que corresponden a las personas pensantes que
existen.
No se afirma que haya que borrar, negar o simplemente
prohibir los esquemas personales sobre la propia superación
y tampoco se discute que esto contribuye a tratar de darle un
sentido a la vida. No obstante, lo que hemos de reconocer es
la posibilidad de que los esquemas que hemos asumido como
reales y unívocos no sean más que construcciones relativas
que responden parcialmente al significado de la vida o que no
están necesariamente conectadas con la más íntima realidad
depositada en nuestro ser.

Conclusión

Se puede tener cualquier concepción sobre lo humano, siem-


pre y cuando ésta no se considere unívoca o se obligue a otros
a aceptarla. Se propone, entonces, una concepción de progre-
so humano gestada a través de la reconsideración del vacío,
que no encierre y dogmatice, que permita la diversidad de lo
individual y la amplitud de lo ordinario. Por tanto, contem-
plar la vacuidad de nuestras respuestas, la falacia de nuestros
controles, la falibilidad de nuestra idea de calidad, la reducida
certeza de nuestras conclusiones y la falacia insertada en la
supuesta independencia de nuestro juicio constituye, todo
ello, un punto de partida ineludible para el advenimiento de
un post-humanismo que otorgue al humano, por fin, su lugar
concreto en el mundo, sin ambicionar convertirse en el pro-
tagonista unívoco del cosmos. Superar el humanismo impli-
ca permitir realmente lo humano, es decir, la parte sobrante
más allá del ego.

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Referencias

Adler, Alfred (1971). El carácter neurótico. Pastoureau, Michel (2006). Una historia
Buenos Aires: Paidós. simbólica de la Edad Media occidental.
Altieri, Angelo (2003). Roma. Introducción Buenos Aires: Katz.
al estudio del pensamiento romano. Rogers, Carl (2006). El proceso de convertir-
Puebla: BUAP. se en persona. México: Paidós.
Crozier, M. y Friedberg, E. (1990). El actor y Sartre, Jean-Paul (1994). El existencialismo
el sistema. Ciudad de México: Alianza. es un humanismo. Ciudad de México:
Fromm, Erich (1973). Ética y psicoanálisis. Quinto Sol.
Ciudad de México: FCE. Simon, Herbert (1962). El comportamiento
Jaeger, Werner (1985). Paideia: los ideales de administrativo. Madrid: Aguilar.
la cultura griega. Ciudad de México: Taylor, Frederick (1997). Principios de la ad-
FCE. ministración científica. Ciudad de Mé-
Maslow, Abraham (1993). El hombre auto- xico: Herrero Hermanos.
rrealizado. Barcelona: Kairós.

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