Justicia y equidad en la jurisprudencia de la Corte Constitucional

Luis Miguel Gómez Sjöberg

Definir el concepto de justicia ha presentado una gran dificultad no solo en la

actualidad, sino que desde siempre se ha presentado esa dificultad, incluso a
grandes filósofos como Platón, Aristóteles, entre otros, a los cuales en el intento
de encontrar una definición para la justicia se les pone de frente cierta dificultad.
Aristóteles en su obra dedicada a su hijo Confusio ata el concepto de lo equitativo
al concepto de justicia.

La equidad es una especie de instrumento que permite que la aplicación e la ley a

los casos concretos, para superar su natural limitación de la ley, se formule como
un parámetro de carácter general, ya sea para prohibir, permitir o limitar conductas
de todos los asociados. La equidad permite, entonces, superar el texto de la ley, o
mejor lograr su aplicación practica para hacer efectivo el precepto de justicia y
lograr que se materialice.

Por medio del sistema (mal llamado principio) de progresividad (ordenado por la
Constitución política), por ejemplo, es un claro mecanismo para lograr introducir en
el régimen el precepto de la equidad, ya que permite gravar de manera igual a los
iguales y diferente a los que están en una condición distinta.
En lo concerniente a la interpretación misma de la ley (en sentido positivo), se
distinguen dos formas de equidad, que son tres: equidad secundum o propter
legem, equidad extra legem o integrador y equidad contra legem.

De las sentencias analizadas

En sentencia c-1107 de 2001, la corte hace una aproximación al principio de
equidad, en los siguientes términos: “el principio de equidad se desenvuelve como
derecho a la igualdad dentro del campo fiscal, en intima correspondencia con el
principio de la generalidad del tributo que de suyo constituye basamento del
derecho a la igualdad frente a las cargas públicas” también acaba diciendo esta
sentencia que la exención se “acompasa y ensambla justamente con el principio
de equidad”
En la sentencia C-873 de 2002, la Corte al entender la demanda bajo el cargo de
que las leyes atacadas vulneran, entre otros, el principio de equidad tributario, y en
esta la Corte usa expresiones que se alejan de manera algo inconsulta con lo que
la doctrina ya tenía elaborado. En otras sentencias, también se puede notar que la
Corte no hace un análisis exhaustivo del principio de equidad, que hace una
aplicación indebida de este, pero en otras se puede destacar la forma en la que se
ocupa la Corte del principio de equidad y el llamado principio de progresividad.

Por su parte, el principio de progresividad, el cual se predica del sistema tributario,

hace referencia al reparto de la carga tributaria entre los diferentes obligados a su
pago, según la capacidad contributiva de la que disponen, esto quiere decir que es
un criterio de análisis de la proporción del aporte total de cada contribuyente en
relación con su capacidad contributiva.

En la sentencia C-419 del 95, la Corte explicó de donde se deduce el principio de

progresividad, y nos dice que este es deducido del principio de equidad vertical,
debido a que “permite otorgar un tratamiento diferencial en relación con los
contribuyentes de mayor renta, de manera que progresivamente terminan
aportando mas ingresos al estado por la mayor tributación a que están obligados”.