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Por Carlos HERRERA

ROSITA FERRER
E L año 1935 no fue precisa-
mente un año de verbe-
nas en Barcelona. La
guerra se estaba incubando y le
faltaba poco para estallar e im-
a escuelas, aprender a cantar; la
posguerra no estaba para dema-
siadas .alegrías. Por aqu!:)l enton-
ces tenían dinero los de si-empre,
que eran pocos, y los estraperlis-
roe . En un principio el la quiso
bailar.
Como es de ley, los padres
acabaron enterándose y, como
corresponde a unos buenos pa-
ciendo cárcel y castigo, pero co-
nociendo también los atractivos
incomparables de una urbe dis-
tinta a todas . De ello le quedó
amor y dependencia por la ciu-
pregoarlo todo. Francisco Ferrer tas, caso en el que no se encon- dres, decidieron que continuara dad, así como trabajo, mucho
era violinista y había casado con traban ellos. Así que, como vere- aprendiendo. Ya verían cómo sa- trabajo, que en aquellos años se
María, una aragonesa con la que mos en más casos, resuelta y au- lir de ésa. desarrollaba en la Ciudad Con-
compartía penas y alegrías en el daz, contando escasos ocho dal.
número 10 de la calle Diputación, años y siendo, por tanto, lo que Pero llegó el momento de de-
allá en el Ensanche, frente al ma- se dice una manifiesta mocosa,
Con el maestro Quiroga butar. Debía de ser el año 51 . El
tadero. Francisco alternaba su se hacía con algún dinerillo gra- Rosita acabó en la academia Paralelo era el Paralelo, ése que
violín con el oficio de ebanista, lo cias al infalible método de pedir en que tenía que acabar. En la tantos vaivenes sufrió, siendo
que aliviaba alguna que otra fa- diez céntimos para el tranvía, la mejor en la que podía acabar: la todo para no ser luego nada y
tiga. perra gorda, a todo el que pillara academia barcelonesa del maes- volver a serlo todo. Era el Teatro
El 29 de agosto hacía ese ca- por delante. Con lo apañado tro Quiwga. ¡Cuántas voces no Talía. Era, por lo tanto, el inolvi-
lor pegajoso y mediterráneo tí- pudo costearse alguna clase (su- pasaron por esa academia! Y no dable Paco Martínez Soria. Era
pico de Barcelona, ese calor que pongo que no muchas) en una menos cuántas conocieron a Ra- «Menta y Canela", un espec - :'
te impide el paso y ei sueño, y academia de la calle Mendizábal fael de León, que tenía un piso táculo nacido para ella, que ha-
ése fue el día en que el Hacedor a la que asistía una amiga (siem- en el mismo edificio. El poeta ha- bía sido descubierta por el ara-
quiso que les naciera una niña pre hay una cómplice en estos bía vivido en Barcelona los años gonés en uno de esos muchos
de ojos claros a la que llamar casos) y que regía Carmen Mon- claves de la guerra civil, cono- programas de radio en los que
Rosita y a la que rP.galarle el se iba a cantar (en concreto, uno
magnífico don del cantábile. de Joaquín Soler Serrano).
Hay una constante en la época La vida y sus cosas le llevaron
de. novicíado de la mayoría de a Madrid. Tenía 20 años y ado-
las estrellas. En gran número an- raba a la Piquer. Conocía sus es-
dan cortitas de posibles, tram- pectáculos al dedillo, sabía sus
peando aquí y allá como corres- canciones y era capaz de retra-
ponde a una franja de años du- tar sus momentos más intensos.
ros y sórdidos, sólo resueltos Y llegó el momento de conocerla.
desde la ilusión y la solidaridad. La casualidad, en forma de Boby
Muchas se trabajaron el estrellato . Deglané, les reunió en la Cadena
desde la más absoluta de las na- SER, la banda sonora de. la Es-
das . Los medios de comunica- paña de la época. El programa
ción no eran lo que hoy, que no era otro que «Cabalgata Fin
consagran como estrella a la pri- de Semana", ese foro por el que
mera petarda que cimbree el desfiló todo lo que se movía,
área pubiana con acierto; había desde actrices de éxito a toreros
que pasar un largo trecho antes retirados, cantantes por estrenar,
de que te conociera alguien más inventores enloquecidos, concur-
que tus vecinos, y, cómo no, ése santes ansiosos y glorias del ce-
también fue el caso de la Ferrer. luloide. Era la radio, querida ra-
Los Ferrer, mal que les pesara, dio, amiga inseparable de la ilu-
no podían atender los ruegos dé sionada sociedad española. Y en
la niña, .que quería ser artista, ir la radio , Boby Deglané, aquel
ch il eno que trajo una nueva
forma de decir que revolucionó el
med io de arri ba a abajo y de l
que_f)odemos deci r que le dió
impmancia real.
Importanc ia y trascendenc ia.
Ros ita acud ió a can tar y, para
sorpresa suya , alcanzó a ver
cóm o lo hac ía Concha Piquer.
As í conoció a la valenciana, una
estaba comenzando y la otra se
encontraba a un año de su reti-
rada. Con ello comen zó otra ca-
balgata. Fue la cabalgata del tra-
bajo que le llevó del circo Price
al teatr o Albéniz y as í. En el
Price, Juan Carceller le impuso la
consab ida ins ignia de oro de
"Circu itos Carceller, y en el Al-
béniz act uó junto a Miguel de
Malina en su reaparición y des-
pedida en España, nada menos.
Miguel había vuelto después de
qu ince años de exilio. Era u·na
estrella en Amér ica , espec ial-
mente en Argentina, aún bien de
que su retirada estaba próxima.
El fallecimiento de su madre le
había devuelto a su país y quiso
reencontrarse con un público, el
español , que le había adorado
No pasó nada más allá de algún
desengaño y algún ramalazo de
nostargia.
A raíz de un espectáculo pre-
sentado en Barcelona, le llegó la
oportun idad de grabar un disco.
Se homenajeaba en la función al
legendario teatro El Dorado y
Rosa compartía escena y cartel
con La Bella Dorita, aquel torbe-
llino almeriense, de Cuevas de
Alman zora , que en 1936 pro -
clamó la Dictadura de las Muje-
res y nombró, incluso. Consejo
de Ministros, que ella misma pre-
sidía y cuyas carteras eran ocu- ·
padas por otras figuras del cu-
.• plé. De aquel entonces son co-
p l as como « Besos f rios " y
" Capote de Paseo»: En el taller
de bordados 1donde voy a traba-
jar... 1Como me tienen por dies-
tra 1 me dijo la maestra 1 que lo
bordara yo ...
«Morena Clara))
Más tarde, año 63, hizo una ver-
sión nada menos que de «Mo- ' Siendo una manHiesta
rena Clara", la obra que borda- lñocosa, s'e hacía con
ran Imperio Argentina y Lola Flo- -~ dinerillo gracias al
lnfiilible métodó de pedir
res. La estrenó en Lisboa, siendo diez céntimos para el
ap laud ida por los Condes de tranvía. Con lo apafiado
Barcelona, que le enviaron una pudo costearse algunas
cesta de flores con la bandera clases en la acailemia
'- de España. Con "Morena Clara, que ntgfa Carmen Monroc
llega al teatro Martín , de Madrid,
y es cuando empieza a tomar

- 1b-
La copla Recorrió las Españas con es-
pectáculos de todo color y sabor.
novia de El Cordobés. Otros ha-
rán memoria y encontrarán "Co-
Tampoco se pueden pedir exce- razón de España•• , estrenada en
cuerpo la figura de Rosita . Em- lencias a diario. Se le recuerdan el Maravillas, de Madrid.
pieza a verse en ella a una actriz "Cine , pun y toros» , con Fred
de la canción. (Entonces, decían Galiana (!) y Enrique Vera, visto <<Pasodoble ))
erróneamente tonadilla. Bueno, en el Cómico de Barcelona. Igual Pero la cita histórica funda-
entonces y ahora. Craso error que en Barcelona pudo verse, en mental de la Ferrer se sitúa en el
que alguien puso de moda. La el Victoria, "Los Globos•• , donde teatro de la Zarzuela en el año
tonadilla es algo mucho más anti- algunos recordarán a la malo- 68 del siglo veinte de la era cris-
guo y que nada tiene que ver grada Soledad Miranda, aquellla tiana. Se estrena "Pasodoble" , el
con la copla). sobrina de Paca Rico que fuera gran espectáculo. ·El cartel lo for-
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man dos artistas de diferente he-
chura y procecer, de diferente
procedencia y de distintas mane-
ras, Rosita Ferrer y Roc ío Jurado,
ambas pletóricas y con una en-
grosada lista de seguidores. Es
hoy y se sigue cons iderando
aquel espectáculo dirigido por
Joaquín Deus como uno de los
mejores del género. Era enfrentar
dos formas distintas de entender
este negociado que tantos bue-
nos ratos nos ha hecho pasar.
Un concepto cimbreante y fla-
menco y otro intenso y vertical.
Los partidarios de una y de otra
se transformaban en auténticos
uhooliganS•• y protagon izaban
controversias mil. Ellas dos ase-
guran que se llevaban la mar de
bien, cosa que yo no me creo,
claro está, pero se lucían con
sus cosas. Rosita cantaba algu-
nos temas de la Piquer (que ya
era amiga suya y que estuvo
sentada en la platea el día del
esteno) y algunos otros de Juana
Reina, entre las que se encon-
traba la copla que después ha
sido la más personal de todqs
las interpretadas por ella, una de
las más difíciles y agotadoras y
A raíz de un que exige una puesta en escena
espectáculo grabado vehemente y dramática, "Tú eres
en Barcelona le llegó mi mado,: ¿Por qué inclinas la
la oportu nidad de cabeza? 1¿Por qué llegas a la
grabar un disco. mesa 1 sin mirarme cara a
Rosa compartía cara? 1¿Qué cavilas, dónde es-
cartel con la Bella
Dorita. De aquel tás? 1 Como si un remord i-
entonces son coplas miento 1 te amargara el pensa-
como «Besos fríOS>> y miento 1 y un delito me oculta-
«Capote de paseo» ras 1 que no puedes confesar
Se lo dijo la valenciana cuando
t pasó a saludarla, cosa muy de
los estrenos:
- Esa interpretación no la me-
1 joro ni yo.
"Pasodoble·• fue un éxito Ro-
tundo y memorable . Más • de

.... .....'
( viajó a Barcelona, pero ya sin la
Ferrer Su lugar lo ocupo una
magnífica y no menos corajuda
" Carmen Jara.
l No me olvido de América .
También resultó viajada. Especial
A la derecha de Antes del silencio le dio tiempo
estas líneas vemos a a viajar y a ser condecorada por
Rosita Ferrer personal tan singular como el
acompañada de Sha de Persia, por extraño que
Mary Santpere y les parezca. _
Pedro Ruiz . La cita
istórica de la Ferrer Independientemente de deter-
se sitúa en el teatro minadas incursiones en géneros
t la Zarzuela en el más ligeros y de sus pinitos
como letrista, la obra de la Ferrer
año 68 . Se estrena
<<Pasodoble» , el gran pasa inexorablemente por can-
espectáculo. El ciones como «Gitanos en cara-
cartel lo forman dos vana " , "Cariño motorizado" ,
artistas de diferente "Isabel de Salís,, "Qué guapa
hechura y proceder,
Rosita Ferrer y es mi mare•> ... y «Sie rra de
Rocío Jurado Luna, , la copla de Francisco de
Val de la que Rosa no acabó de
estar convencida hasta que se
hizo un éxito a través de peticio-
nes de los oyentes .
<<Suspiros de España))
No puedo pasar por alto la ver-
sión que la catalana hace de
«Suspiros de España", diferente,
como todos sabemos, de la de
Estrellita Castro, letra que fue de
Antonio Quintero: Siento en mí,
triste emoción, 1 me voy sufriendo
lejos de ti 1y se desgarra mi co-
razón. 11 España mía, cuánto te
quiero, 1 qué no daría 1 por mi-
rarme, patria mía, 1 en tu cielo
azul.
El mejor pasodoble de todos
los tiempqs, el compuesto por el
maestro Alvarez, fue acariciado
por la garganta de Ros ita , un
prodigio de dulzura. Su manera
es elegante, tal vez la más de
toda la pléyadé de intérpretes. El
mismo empaque y transparencia
de Barcelona, de su historia, de
sus calles, de sus gentes, de su
habla, habita en el decir de la
Ferrer. Ella es voz de trazo fino.
Es voz aprendida en la frescura
mediterránea de ese mar que si-
gue siendo piscina de los dioses.
Las maneras de la Ferrer son las·
aprendidas del rigor de las mejo-
res. La Piquer la señaló siempre
como su discípula y continua-
dora más directa, cosa que sé
que enorgullecía a Rosa.
La copla Quedará su aire de señora ca-
talana, la culta mesura de su ha-
éxito en el Avenida de Buenos bla, el esperanzador brillo verde
Aires, como tantos otros españo- de sus ojos, el universal tino con
les. el que tratar a las ganaderas sal-
LAS MANERAS DE LA FERRER SON Rosita nacería a la vera del mantinas y a las loteras agitana-
LAS APRENDIDAS DEL RI.GOR DE Llobregat, pero a veces se ha das; quedará, en suma, el grado
LA~ MEJ,ORES. LA PIQUER LA comportado como el Guadiana. justo, de compromiso con el que
A su vocerío le ha seguido su si- esta hija de violinista ha asumido
SENALO SIEMPRE COMO SU 1encio. Bien es verdad que casó. un género que, habiéndole na-
DISCÍPULA Y CONTINUADORA Lo hizo con Pino Pugliese, mú- cido tan lejos, parece que se lo
_..,
MÁS DIRECTA, CO~A QUE SÉ QUE sico italiano con quien compartió
vida, hacienda y dos hijos. Reno-
hubieran llevado hasta la puerta
de casa.
ENORGULLECIA A ROSA vada su vida. renovado su arte. Carlos HERRERA

- j 1_

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