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Historias

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Por Carlos HERRERA · . , . ' ,~. ~ --"

CONCHA
,N
PIQUER
O supo bien el género lo para el registro, debutó en el tea- Ruzafa o del teatro de la Eslava, artista con el traje de su primera
comunión. Relatan sus hagiógra-
que se avecinaba a tro Soqueros, aquél de la calle pero que es el que se llevó la
unos años vista el día en Jordana, el cual no tenía la cate- gloria de haber visto por primera fos que el maestro Lagu na se
que, en una Valencia que prepa- goría del Principal, del Apolo, del vez a aquella estrella vestida de puso manos a la obra con la niña
raba su Exposición de 1909, na- y que comenzó a enseñarle el
cía la hija de un albañil y de una oficio instado a ello por el empre-
modista. Nadie era adivino, o no sario del teatro, que quedará en
había alguno lo suficientemente los archivos como el primero en
versado, tal como ahora parecen darse cuenta de lo que había pa-
proliferar, para saber que aquella sado por allí. Después de él , un
niña de nombre Concepción ve- ciento más: el del Apolo, el del
nía al mundo con un portentoso Kursaal, el de todo pueblo que
sentido de la medida y el matiz, organizara funciones y espec·
y con una extraordinaria pericia táculos. Hasta que llegó Penel!a
para la interpretación. Venía con y mandó parar.
más cosas: personalidad, fuerza,
voz, buena voz, agudeza, verti- Hecha en América
calidad. tozudez y no demasia- Algo tuvo que ver Penella en la
dos panes debajo de l brazo. niña, y verlo muy claro, porque
odo ello, que no es poco, fue a uno no se lleva a una niña y a su
dedicarlo a un género que de su madre de gira por América así
mano se convirtió en la banda como así y menos aún con tan-
sonora original de la película ro- tas cosas por aprender. Pero con
dada por generaciones enteras él las aprendió. A América se fue
de españoles. una Piquer y volvió otra, de aquí
Pascual era su padre, algo de- se fue una niña de catorce años
· licado de salud , y Ramona su que hablaba valenciano y volvió
madre. El 18 de la calle Ruaya, una mujer de veinte que hablaba
en el barrio de Sagunto, su casa, y pensaba en inglés y, sobre
y Benicalap, hoy ya barrio de Va- todo, que traía en su quehacer la
lencia, allá donde fu era a vivir experiencia de haber pasado por
más tarde. Nació el 8 de diciem- los teatros de Broadway y de no-
bre de 1908 y su circunstancia, secuantos Estados norteamerica-
la comcidencia de su nacimiento nos, de haber trabajado con Ed-
con la muerte del campanero Mi- die Cantor y con Al Johnson y de
quelet, fulminado por un rayo , haber sido para la crítica neoyor~
como bien la historia sabe. quina, famosa por su mala uva,
La historia no ignora que la Pi- "The girl who stop show .. , la
quer, Concepción Piquer López ch ica que para el espectáculo.
En el relato quedan los nombres
o había adivinos lo de John Cort y de los hermanos
suficientemente versados Schubert, el primero por hacerla
para saber c¡ue aquella niña
de nombre Concepción venía cantar en el entreacto de << El
al mundo con un gato montés, y los segundos por
portentoso incluirla en el espectáculo que la
sentido de la haría conocida en toda América.
medida y el matiz Allá era "The flower's boy " , la
Se ha dicho que
era soberbia e
intransigente,
arisca y orgullosa.
Quizá cuadre más
decir que era
endemonladarnente
disciplinada,
profesional y
vanidosa

1
¡

- 2-
generación de poetas hijos natu-
La copla rales de Góngora. Y le espera el
público español que ya había
que había estremecido al público oído hablar de ella y que se cita
cantando «El florero", la copla en el teatro Romea de Madrid
que con la urgencia de una no- para escucharla cantar una can-
che y a petición del empresario ción melancólica y patria llamada
del Winter Garden había com - «Tierra extraña, y que habla de
puesto Penella y que, según la nostalgia por España y sus
cuentan las crón icas, debió de suspiros en aquel Manhattan de
repetir seis veces. la ley seca desde el que, por
Después hab ía de ser «The cierto. los hermanos Schubert le
Dancing Girl" con el mentado estuvieron enviando un telegrama
Eddie Cantor, pero vete a saber diario durante meses suplicán-
si la nostalgia, la necesidad de dole que volviera.
los suyos o el acabar harta de Es el mismo año en que canta
los americanos la hacen regresar «La Maredeuta», en que empieza
antes de que eso ocurra, año 27, a hacer cine (cosa en la que
dejando atrás aquel Nueva York nunca fue como para quitar el
de las oportunidades , que a tan- hipo) con Benito Perojo en «El
tos viera llegar, a algunos triunfar negro que tenía el alma blanca»
y que se hallaba a las puertas de y en que esta Casa, ABC , a tra-
su Gran Depresión. vés de un Jurado presidido por
Aqu í la espera la España de Julio Romero de Torres, la pre-
Primo de Rivera y la de toda una mia por su belleza en una foto-

Supo ser la intérprete grafía que le realizó Walken . En


justa de cada uno de los lo del cine, lo dicho, sus obras
personajes: la gitana no pasarán a la crítica eterna.
altiva de <<Cárcel de
Películas como «La bodega » y
oro>> , la suplicante en
<<Dime que me quieres», «Yo canto para ti", hechas con
la amante apasionada de Pe.rojo, o «La Dolores» y «Fili-
<< Me embrujaste>> y la grana" , hechas con Florián Rey,
cursi Adelina en «La el que fuera marido de Imperio
niña de la estación>> . Argentina, y Luis Marquina, no
Supo darle el tono pasan. de tener resultados medio-
preciso a canciones de cres, lo que le lleva a rodar su úl-
difícil puesta en escena, timo filme en Buenos Aires: «Me
siendo despreciativa en
<<No me quieras tanto>>, casé con una estrella".
dolida en <<Romance de
la otra>>, madrileña en Sevilla y Rafael de León
<< Rosa de Madrid»,
andaluza en <<Siempre Esto fue en alguna medida lo
Sevilla>> y valenciana en que pudo decir Antonio Márquez,
<<La Maredeutea>> su marido, matador de toros ya
retirado y que se convirtió en su
«manager", su consejero , su
amigo, su sombra. su gran amor
y que le brindó la mejor de las " Mañana sale" , dolida en "Ro-
estabilidades hasta su muerte.
RECHAZÓ EL LAZO DE
mance de la otra" , madrileña en
Y ocurre de todo hasta que ISABEL LA CATÓLICA "Rosa de Madrid" , andaluza en
llega a Sevilla. Ella a Sevilla y Se- ARGUMENTANDO QUE "Siempre Sevilla, y valenciana
villa a su vida , en plena guerra en " La Maredeueta ". La Piquer
civil. Y hasta que, con Sevilla, NO IBA A RECIBIR UN siempre fue aquello que precisó
llega Rafael de León , quien le dio LACITO QUE TEN ÍAN la copla que debía cantar, nada
a la Piquer la hondura que le fal- «PELÉ, MELÉ Y EL CHICO más, pero tampoco nada menos.
taba a sus muletazos, el acento Tanto lo que compuso Rafael
debido a sus decires, el drama- DE BENGALÉ» como lo que realizaron letristas
tismo a sus coplas y el contenido
necesario a cada historia.
Teatro Exposición de Sevilla, De su mano , la copla se
13 de julio. Rafael llama a la convirtió en la banda sonora
puerta del camerino: original de la pelicula rodada
por generaciones enteras de
-¿Es usted Concha Piquer? españoles
-Sí, y usted maricón.
-¿En qué lo ha notado?
- En la gorra.
'---
A partir de entonces decidie-
ron que no podían vivir el uno sin
el otro.
Nace en ese instante una de
las uniones más fructíferas de la
escena española. Rafael había
encontrado a quien de forma
concisa y concreta podía repre-
sentar sus historias. Ya no se tra-
taba sólo de cantar, cosa que
muchas hacían muy bien, sino
de explicar y desarrollar un argu-
mento sin desmanes, griteríos ni
falsas sobreactuaciones. Eso
exactamente era la Piquer: ex-
traordinario sentido de la medida,
intención por encima de todo,
mesura, medio tono ...
En 1940, 2 de enero, el éxito
revienta: teatro Calderón de Ma-
drid, espectáculo titulado «Las
calles de Cádiz, y una copla que
pasa a ser de la calle de inme-
diato: «La Parrala,: La Parra/a di-
cen que era de Moguer 1 y otros
aseguran que fue de La Palma, 1
pero nadie pudo de cierto saber
1 de dónde sería Trini, La Parra/a.
La letra se debía a la inspira-
.~
ción de Rafael y de aquél gran
poeta de Huelva llamado Xandro
Valerio. La música, a qué decir,
de Quiroga, el compositor más
inspirado e irres istiblemente po-
pular que dio este siglo. Tras la
historia de Trini la Parrala llega-
ron otras hechas a la medida de
la Piquer. Ésta supo ser la intér-
prete justa de cada uno de los
personajes; fue la gitana altiva de
«Cárcel de oro", la suplicante en
«Dime que me quieres» , la
amante apasionada de «Me em-
brujaste", la cursi «Adelina, en
«La niña de la estación,; supo
darle el tono preciso a canciones
de difícil puesta en escena ,
siendo así despreciativa en "No
me quieras tanto", asesina en
LLEVABA EL RESPETO La copla
AL PÚBLICO HASTA de la categoría de José Antonio
EXTREMOS Ochaita, Valverde o Valerio, hu-
INIGUALABLES, LO biera quedado en otro plano muy
distinto de no caer en manos de
QUE HACÍA QUE PARA quien cayó.
ELLA CADA DÍA Mención aparte merecen las
FUERA UN ESTRENO dos coplas más populares de
Concha Piquer. Respetando gus-
tos y clasificaciones de todo pi-
querista que se halle bajo el sol ,
habremos de convenir que «Ta-
tuaje" y "Ojos verdes , son las
dos menciones históricas que de
forma inmediata surgen cual re-
flejo condicionado con la so la
mención de la valenciana.
«Tatuaje, es arrabalera, arras-
trada, vehemente, volcánica: Es-
cúchame marinero 1 y dime qué
sabes de él, 1 era gallardo y alta-
Sobre estas líneas, junto a Pierre
nero 1 y era más rubio que la
Ciare!, en un atrevido gesto de
destape . La Piquer tenía un miel. 1 Mira su nombre de extran-
extraordinario sentido de la jero 1 escrito aquí sobre mi piel, 1
medida, intención por encima de si te lo encuentras. marinero, 1
todo, mesura, medio tono ... dile que yo muero por él.

110jos verdesn
Es vals y tango. Es el marinero
y la prostituta. Es la esperanza y
el desespero. Es canción perma-
nentemente. Pasarán los años y
seguirá sonando exactamente
igual de entera, de nueva, tal
como ocurre con las obras maes-
tras. Tal como ocurre con una de
las coplas más bellas jamás
compuesta, "Ojos verdes, :
Ojos verdes. verdes 1 como la
albahaca. 1 verdes como el trigo
verde 1 y el verde verde limón.
Con esta copla alcanzó la Pi-
quer su mayor popularidad. Y si
me apuran su mayor trascenden-
cia. «Ojos verdes , es el amor re-
pentino e inaudito, de nuevo en-
tre la meretriz y el soldado, na-
cido de un trato horizontal y
llevado hasta los luceros de
mayo. Aquello del "quicio de la
mancebía, pasó a ser un dicho
Sobre estas líneas , a la izquierda , la
fotografía que realizó Walken y que fue
publicada en la portada de ABC tras
ganar el primer premio en un concurso de
belleza organizado por esta Casa. La
valenciana tenía una gran personalidad,
fuerza , voz, buena voz, agudeza,
verticalidad y tozudez

de uso común desde que fuera


escuchado en los primeros com-
pases de esta canción , y ello a
pesar de la censura de la época
que no acababa de ver dema- como para ll evar la marca. Mi-
siado bien la frasecita de marras. guel marchó de España no por
El censor, a quien Dios tenga en una cuestión estrictamente polí-
su inodoro, pugnó porque fuera tica (ya lo contaremos en su día)
" apoyá en la puerta de mi casa y aún en su residencia argentina
un día". Sin comentarios. se vieron cada vez que la valen-
Hubo otra letra y ésa fue la ciana iba a trabajar a Buenos Ai-
que interpretó Miguel de Malina, res . No eran grandes amigos,
el gran rival de la Piquer durante eso está claro, menudos eran los
aquellos años de -guerra y pos- dos , eran simp lemente rivales ,
guerra. La versión de Miguel, es- muy rivales si se quiere, pero no
pléndida y anterior, es bien dis- enemigos a sangre como se ha
ti nta, aunque también imperece- querido vender.
dera y lleva a partidarios de uno
y de otro a la discusión de siem-
pre : ¿Fueron Miguel y Concha
enemigos irreconciliables que li-
deraban las dos facciones en las
que España se desangraba? La
respuesta es rotundamente no .
Ni Concha Piquer echó a Miguel
de Malina de España (y eso es él
el primero que lo dice) ni el suyo
era od io africano , ni el uno era
c laramente de un bando ni la
una del otro. A cada cual le pil ló
la guerra donde estuviera y eso
era suficiente (más siendo artista)
pectáculos con una minuciosidad
<< Me casé con
una estrella» desesperante. Claro que así sa-
pudo decir lían luego. Cada día era un es-
Antonio treno, siendo para ell a igual el
Múr4uez. su públ ico de Almendralejo que el
marido. matador de Buenos Aires , donde , por
de toros retirado cierto, da una idea de sus arres-
que se convirtió tos el que se empecinara en
en su «manager>>, anunciarse como Concha en los
su conseJero. su
amigo . su carteles en lugar de Concepción
sombra. su gran como le sugirieron (Concha en el
amor. El hombre argot porteño significa ro mismo
4ue le brindó la que el masculino de coña) .
mejor de las
estabilidades Tozuda y valiente
hasta su muerte y Su estricto sentido del ritmo la
con el que llevaba a no hacer nunca bises,
aparece junto a lo que le valió algun pateo , un
estas líneas
par de ellos en Zaragoza. Afir-
maba que las canciones no de-
bían repetirse para no desencan-
tar y de ese burro no la bajó na-
die . La tozudez , como ha
quedado dicho, era algo que no
le resultaba ajeno. La tozudez ,
puede que algo de mal gen io,
también una incomparable agu-
deza humorística y, a no olvidar,
una valentía nada desdeñable
que la llevó, por ejemplo, a re -
chazar el Lazo de Isabel la Cató-
lica que pretendían imponerle en
atención a su incomparable que-
hacer artístico. Rec hazar en
aquel rég imen el dichoso lacito
no es tan de uso común. Ell a ar-
gumentó que no iba a recibir un
lazo que tenían " Pelé, Melé y el
chico de Bengalé,. No diré que
ahí no hubiera soberbia, pero sí
admitiremos que había narices.
Un buen día, año 57 , en Isla
Cristina, percibió un pequeño fa-
llo en su voz del que ni siquiera
se dio cuenta su maestro Lu is
Posada. Cuando llegó al came-
rino decidió que era su última ac-
La copla tuación . Y en consecuencia con
su proceder de siempre, fue di-
cho y hecho. Abandonó los esce-
Casi tanto como de su inequí- narios para nunca más volver.
voca maestría artística se ha ha- Dejó grabadas 116 canciones ,
blado del difícil carácter de esta algunas de ellas obras maestras,
mujer voluntariosa, trabajadora y llenó teatros, creó compañ ías ,
recta. Se ha dicho que era so- distrajo y emocionó a tantos es-
berbia e intransigente, arisca y pañoles como la conocieron ,
orgullosa. Puede. Qu izá cuadre creó escuela y método, inspiró a
más decir que era endemoniada- letristas y poetas, renovó la es-
mente disciplinada, profesional y cena , animó el espectáculo y,
vanidosa. Su método de trabajo, tras su marcha, dejó en quienes
aprendido con los americanos , la siguieron ese maldito frío de la
era inflexible, y eso en una Es- ausencia.
paña bastante escorada a la im-
provisación genialoide no debía
ERA RIVAL DE MIGUEL DE Fa ll ec ió a los ochenta y dos
años en su domicilio en la Gran
sentar muy bien. Llevaba el res- MOLINA, NO SU ENEMIGA Vía de Madrid. Dios la tenga en
peto al público hasta extremos A SANGRE COMO SE HA su gloria y sepa sacar partido de
inigualables , lo que hacía que ello.
pusiera siempre a punto sus es- QUERIDO VENDER Carlos HERRERA

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