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HUMORISTAS

La reconstrucción 1
1 Cuántos años lleva esta reunión de
humoristas, a la que pudiéramos
\# llamar "los jueves de José Fran-
cés"? Muchos, muchísimos. Primero,
ja. Su curva de la felicidad pasó de
convexa a cóncava, como las naves de
Ulises. Tropezaba al nadar, se caía. Lle-
nas de erosiones estaban sus piernas y
CHUMY CHUMEZ
si mal no recordamos, tuvo lugar en un sus brazos.
rincón del viejo "Lyon D'or"; después Los demás contertulios, los que su-
1terminar la llamada Cruzada se inició una espe- en el café de Jorge Juan, y por último, frieron en zona roja, quedaron también
cie de plan de reconstrucción de las regiones de- la peña sentó sus reales en este ele- reducidos a su más mínima expresión.
vastadas del humor. La mayoría de los humoris- gante hotel de la g!arieta de Atocha. Por eso, hasta el jueves, no se pudo
tas republicanos y marxistas habían muerto, esta- Alma de la reunión es el ilustre es- dar la señal de llamada y tropa. Y el
ban encarcelados o vivían en patéticos exilios. Un critor, que marca el ritmo, mantiene el jueves acudieron todos con los kilos de
año después de la victoria, K-Hito inició dicha re- tono y da a la charla señorío. reglamento.
construcción editando el semanario " Dígame ", Humor de altura, con té, empareda- La primera sesión ha transcurrido
que dedicaba un buen número de sus páginas al dos y bucles de mantequilla. Porque bajo el peso del recuerdo de los ausen-
humor. " Dígame " apareció diecisiete meses antes de que Miguel hay otro humor que consiste en arrojar- tes.
Mihura se decidiese a cumplir la promesa de volver que hizo en se los humoristas, unos a otros, miga- Samuel Ros, elocuente y atinado, ha
el último número de "La Ametralladora" . jas de pan después de la cena. ¡Men- establecido un parangón entre el teatro
Creemos que el artícu lo aparecido en " Dígame " con el título guado exponente del ingenio humano! y el cine. Ya no puede haber teatro de
de " Auge del humorismo" es un documento excepcional para en- Faltan muchos. Esa silla vacía es la del costumbres, porque el cine, en eso, lo
tender el humor de aquellos años. Lo tienen ustedes aquí aliado maestro Xaudaró, a quien esperamos ver supera. A Manchón, el gran dibujante,
en la página tercera . No tienen más que girar imperceptiblemente llegar de un momento a otro, pulcrísimo, le aburre la pantalla. A Francés le inte-
el pescuezo hacia la derecha para comprobar el ta lante nacional- correctísimo, con su aire de gran señor, resa mucho.
sindicalista con que se iniciaba la andadura, como se llamaba en- sus zapatos charolados, sus albos calceti- "Zas", el médico caricaturista. inter-
tonces a cualquier intento de asomar la cabeza fuera del sepulcro nes y su corbata de maripcsa que se pesó viene.
colectivo, del nuevo humor español. en su faringitis crónica. Samuel Ros, que lleva el peso del
En el famoso " Auge " se pedía que se desterrase definitiva- Falta Sirio, con su mirada turbia, de debate, acude a Lope de Vega, con
mente todo el humor crítico que se había hecho antes de la famo- miopía, su mal genio perenne y su sáti- gran éxito.
sa contienda, a la que desde este mismo instante no nos vol- ra cruel. Después se leeñ las bases del próxi-
veremos a referir en esta historia, y se exigía un humor optimista, Falta Estévez-Ortega; falta su bon- mo Salón de Humoristas, de carácter
alegre, cantarín, lleno de flores y mariposas, sin críticas y sin las dad ilimitada, su charla amenísima; su internacional. Acudirán al certamen di-
maldades propias de la tosca ordinariez de los derrotados rojos. risa sana y contagiosa. bujantes alemanes, italianos y portu-
Esa alegría y ese optimismo impuestos coinciden curiosamen- Tampoco están Sancha, ni Ximénez gueses. Habrá medallas de oro, plata y
te con los planteamientos estéticos y sentimentales de Mihura Herráiz. cobre.·
-cuyas ideas sobre el humor podrán ustedes leer en la página La tertulia ha estado suspendida A las nueve se levanta la sesión.
cinco-, aunque en esos planteamientos haya una destacadísima desde el comienzo de la guerra hasta el Llueve.
diferencia. Los vencedores imponían el tipo de humor que les jueves, por falta de peso. Un humorista, Cuando los humoristas abandonan
convenía y Miguel Mihura, que era tan independiente y libre que peso pluma, no se concibe. El humor el local, una de las coplas flamencas
jamás impuso a nadie nada más que su talento, siguió haciendo necesita magras para su completo de- prendidas en el zócalo se arranca por
el humor que siempre había hecho con libertad o sin ella, y que sarrollo. Y ha habido que esperar a que soleares:
continuaría haciendo, no se sabe por qué desdén o temor a la vu l- los humoristas se recuperasen. José Er verdugu ito apretó...
garidad del mundo, hasta el fin de sus días. Dentro de dos núme- Francés fue el más terrible caso de de- mi pare sacó la lengua,
ros podrá usted leer, querido lector, la correspondencia entre pauperación física durante la etapa ro- mi mare se desmayó.
Mihura y Alvaro de Laig lesia cuando el correr de los años hizo
que los humoristas españoles pudiesen abrir los ojos y mirar sor-
prendidos la felicidad que les rodeaba.
Miguel Mi hura dio a luz a " La Codorniz " el 8 de junio de 1941
y ésta desapareció, hasta que se produzca su próxima resurrec - ALGUNAS DE LAS ILUSTRES PERSONALIDADES QUE
ción , en la semana del 11 al 17 de diciembre de 1978. Vivi ó sus
años mozos como " Dígame" deseaba que fuese el humor en Es-
paña, "sin necesitar para sonreír de la agresividad a la flaqueza
particular, ni del insulto persona l, ni de la alusión chocarrera; al
público que vive esta hora españo la clara y limpia, sin sofismas
ni necedades, ni torpezas, le basta para sonreír la gracia fina y el
donaire leve, que ni dañan ni lastiman . ¡Y pobre del pueblo que
no logre una sonrisa si no es a base de chocar con el escánda-
lo!". Ahora, como ustedes saben, las cosas han cambiado y he-
mos vuelto a las andadas de siempre. Así es la vida .
Conchita Montes, Antonio Mingote, Mercedes Ballesteros y
Alonso lbarrola nos ayudan a comprender esos tiempos de " La
Codorniz" .
Recuerden que con nuestro trabajo sólo intentamos alentar al
lector a adentrarse en la historia del humor español de los últi -
mos cincuenta años, cosa nada fácil. Encontrar una colección de DE IZQUIERDA A DERECHA: don Pablo Merry de Val; señor Casariego, direcH
"La Codorniz " es una difíci l aventura con pocas pos ibil idades de Marcelino Sa ntamaría, don Ma riano Benlliure, don Vicente Gállego, director de la Ag<
éxito. En nuestra portada publicamos el número uno, apergami - sa y Propaga nda señor Tovar; don César A. Gullino, director de la Agencia Stéfani; el
Embajada de Italia; don Víctor de la Serna, director de " Informaciones"; el jefe del Si
nado, semidestruido y con flecos, porque hemos tenido la suerte laya; el presidente de la Asociación de la Prensa, señor Ruiz Albéniz y·el secretario de
de encontrarlo, tras peligrosísimos viajes , en una de las salas del de "ABC", Señor Losada de la Torre; el embajador de la Argentina, doctor Escobar;
Museo Arqueológico de El Cairo. Ocasi. presidente del Consejo de Administración de la Editorial Católica, don Antonio Es.
Pasen y vean y lean. Estamos seguros de que ustedes com- Francisco de Luis Díaz y el secretario general de Correos y Telecomunicaciones, don In
prenderán lo que quiero decirles.e A una fiesta de " Dígame" asistió el "todo Madrid" del periodismo. El propio K-Hita dibujó

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EL INDEPENDIENTE/ 50 AÑOS DE HUMOR
1Ngiillie
......
AUGE DEL HUMORISMO F. CASTAN PALOMAR

ue DIGAME ha tenido propicio el momento psicológico del público, es cierto.


~ Poco después de la liberación de Madrid, escribía Antonio Botín Palanca:
~ "Quizá lo que nos produjo una impresión más dolorosa al adentrarnos por las
calles de la ciudad el día de su liberación fue comprobar que se había secado la.
risa de Madrid ". Esto ocurría en todas las poblaciones que habían sufrido el marti-
rio rojo. La furia zamarra, vengativa y tumultosa de los del puño cerrado había es-
trangulado la risa y la sonrisa de las ciudades y de las gentes. Para aquellos ener-
gúmenos. agrios, rencorosos, sombríos, la sonrisa era como un trallazo en mitad
de su barbarie, y no la toleraban. Por eso proscribieron el humorismo. El humoris-
mo no podía tener clima en aquella agreste confusión de necios montaraces.
El humorismo es para gentes cultivadas. A medida que un pueblo refina más y más
su sensibilidad, mayor comprensión abre al humorismo. Ese refinamiento es, en defini-
tiva, elegancia, y el humorismo es elegancia también. Mal podía cuajar en la tosca ordi-
nariez de los rojos, entre los cuales los más presumidos de "intelectuales" eran acaso
los más cerriles, los más torvos y los más acres. Hasta el derecho al humorismo nega-
ban aquellos hombres enquistados en hiel, hombres tremendamente tristes, que no
querían sino un mundo chirriante de malos humores y de interjecciones atroces. Les
irritaba, les endragonaba la sonrisa. Y la retorcieron el cuello, con la brutalidad con que
retorcían todo: la verdad y la farsa.
Y los bravos ejércitos de Franco abrieron las puertas del cautiverio. Y las gentes
salieron de él, radiantes de alegría y deslumbradas por el sol fuerte y triunfal de la
nueva España, hambrienta de paz y de justicia, pero también hambrienta de sonri-
sas amables, que es éste gran goce del espíritu, cuando el espíritu está limpio y
llano y abierto. ¡Y millones de espíritus propicios no habían sonreído en cerca de
tres años!
Ahí caló rápidamente el humorismo que, años antes, entraba muy ronceramente en
el temperamento español. La reacción de los espíritus le era favorable. Yfavorable tam-
bién ese fondo que el humorismo tiene de preocupación por algo trascendente. Madrid,
acaso por primera vez, se asomó resueltamente al humorismo. Sentía ansias de sonreír.
No buscaba, no podía buscar, en la convalecencia en la que estaba, sobre los dolores
tan próximos aún, la carcajada escandalosa. Quería la sonrisa placentera que el humo-
rismo trae como consecuencia de una concepción armónica de la vida.
Y así el año 1940, en Madrid singularmente, ha acusado bien esa preferencia del
público por el humorismo.
Han aparecido, y han tenido muy buena acogida, varios libros humorísticos; algunos
de ellos como el de Marque ríe y el de Miquelarena, que han alcanzado un éxito grande.
En el teatro, el sutil humorismo de Jardiel Poncela ha triunfado plenamente en el
escenario de la Comedia.
En el cine, este mismo autor ha hecho brillantes ensayos de humorismo que el pú-
blico ha estimulado con sus aplausos; como ha recibido "Un bigote para dos"; como
: ASISTIERON A NUESTRA FIEST. \ ha acogido la producción humorística extranjera.
Ha renacido el circo. expresión eterna del humor, y más acusada cuando --como
'~
.,. en el reciente experimento de Price- se busca la gracia en el contraste de dos épo-
cas.
El Salón de Humoristas, en Bellas Artes, ha motivado el mayor desfile de visitantes
que ha tenido aquí exposición ninguna.
Casi todos los periódicos han llevado a sus páginas secciones de humor y algunos,
_.,
. : ' como ABC, han destacado una bien entendida preferencia por la colaboración de los
escritores que cultivan especialmente el humor: Camba, Fernández Flórez, Miquelare-
~ 1
na ...
En este ambiente, tan adecuado, ha crecido DIGAME. Su crecimiento es una gran
satisfacción para cuantos en él trabajamos. Por cuanto tiene de recompensa para el
i esfuerzo. Pero también por cuanto representa la comprensión de un público que no
--- - -- - ·. :.:/
necesita para sonreír de la agresividad a la flaqueza particular, ni del insulto personal,
or de "El Alcázar"; don Federico García Sanchiz, don ni de la alusión chocarrera; al público que vive esta hora española clara y limpia, sin
mcia Efe: : maestro Taurina, el subsecretario de Pren- sofismas ni necedades, ni torpezas, le basta para sonreír la gracia fina y el donaire leve,
, marqués de Antinori, agregado de Prensa de la Real
ndicato de Prensa y Artes Gráficas, señor Guillén Sa- que ni dañan ni lastiman. ¡Y pobre del pueblo que no logre una sonrisa si no es a base
dicha Asociación, don Francisco Canarés; el director de chocar con el escándalo!
el director de la Agencia Lagos, señor García Gil; el
:udero; el consejero-delegado de dicha entidad, don
ocencio García Rojo.
unas magistrales caricaturas, que publicó en su revista.

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EL INDEPENDIENTE/ 50 AÑOS DE HUMOR
EL-Ya estamoa caaadoa.. ELLA.-¡ Hola 1
ELLA.-Es verdad. Ya estamos' caaadoa.. EL-¡ Hola!
EL.-¿ Y qué podemos hacer ahora? ELLA.-¡Qué guapo eres, Pepe!
ELLA.-Es verdad. ¿Qué podemos hacer ahora? EL.- ¿ Verdad que soy muy guapo, Adela?
EL.-como yo tenía la costumbre de ir a verte todas ELLA.-Sí. Eres muy guapo y tienes una nariz pre-
ias tard.es a esta misma hora... ciosa.
EL-En caaa tengo más.
~-Es verdad. Y yo tenía la costumbre de espe·
rarte en el balcón todas las tardes a esta misma hora. ELLA.-Ya ·me lo figuro.
EL-¡ Hola!
EL-¡ Claro 1 Eso ya no lo podemos hacer, porque ELLA.-¡ Hola!
estamos casados. EL-¿ Y mi corbata? ¿Te gusta mi corbata?
ELLA.-Es verdad. Y porque no tenemos balcón. ELLA.-¿A qué corbata te refieres?
EL....:..Pues es una lata. EL.-A esta que tengo aquí.
ELLA.-Sí. Es una (ata. ELLA.-¡Ah! ¡Creí que te referías a la nariz!
· EL-Es una lata, pero . el matrimonio es así: en EL-¡ Hola!
cuanto uno se· casa, ya no puede uno ir a ver a su novia ELLA.-¡ Hola!
todas las tardes. EL-¡Adelal
E~-¿ Y qué hacen entonces los matrimonios? ELLA.-Eso de Adela ya me lo dijiste ayer.
EL-Pues no sé qué decirte. Como yo nunca he sido EL.-Yo no soy de esos ha,nbres que hoy dicen una
matrimonio. coaa y mañana otra.
ELLA.-Los hombres debían ser matrimonio antes ELLA.-¡ Pepe!
de casarse. .EL-¡Qué ganas tenía de oírte decir esto! ¡Dímelo
EL'-Y las mujeres. otra vez!
ELLA.-Y los niños. ELLA.- ¡ Pepe!
EL-Pero algo bar~ los matrimonios. EL--Júrame que no se lo has dicho. antes a otro
ELLA.-Sí. Romper platos y poner un piso. hombre.
EL-¡Ciaro! Pero nosotros no tenemos piso. ELLA.-¡Qué cosas dices! ¿Cómo voy a llamar Pepe
ELLA.-Ni platos. a otro hombre? ¿Crees que soy tonta?
EL-Ni romper. EL-Sí.
ELLA.-Pues es una lata. ELLA.- ¡ Hola !
EL-Sí. Es 'Una l~ta. EL.-¡ Hola!
COMO NACIO "LA CODORNIZ"
MIGUEL MIHURA
e "Al acabar la guerra yo estuve pidiendo a todo el mundo · co, y mi colaboración cesó en La Codorniz después que nos cru-
que me dejaran sacar una revista de humor. Pero que si quieres. zamos unas cartas Alvaro y yo.
Hasta que nombran a Ercilla lo equivalente a director general de
Prensa. Voy a verle, me da la autorización, y a los pocos días le
destituyen. Pero yo tenía el permiso en el bolsilo y me hago so- e En realidad. lo que se reprocha a La Codorniz es que influya
cio de Manuel Halcón. con su estilo en la manera de expresarse de nuestra juventud.
lbamos a tirar la revista en Rivadeneira y nos pusimos a pen- Mejor dicho, que nuestra juventud hable en Codorniz
sar en el título, hasta que decidimos que la La Ametralla- Pues bien. sí. Este era mi deseo al lanzar la revista: en dife-
dora era un símbolo de guerra, había que buscar algo que fue- renciar a los jóvenes de los viejos. Desde niño, sentado a la
ra lo más pacífico del mundo. Y escogimos el pájaro más ino- puerta de mi palacio y siempre envuelto en mis ricos pañales, yo
cente de todos: La Codorniz': pensaba que se debía inventar algún procedimiento para diferen-
ciar a los viejos de
los jóvenes y a los
e "Tuvimos la tira jóvenes de los vie-
de dificultades con jos. ya que nunca
los cupos de papel y había manera de
todo eso, pero el éxi- distinguirlos, pues
to fue colosal. Así tanto los unos como
estuvimos tres años, los otros hablaban
hasta que se empe- de la misma manera.
zaron a marchar al- Uno entraba, por
gunos: Tono, Nevi - ejemplo, en un café
lle, a sus comedias; y veía sentarse a un
Alvarito, que se me joven en una mesa y
larga a la División decirle al camarero:
Azul y le tuve que "Un café con leche".
pagar el sueldo de todo un año. Yo había ido a Italia y había E inmediatamente llegaba un viejo y decía también: "Un café
fichado a Mosca , Manzoni , Pitigrilli , que hacían en Milán el con leche".
humor que nosotros habíamos empezado en España. Pero a Y si viajaba uno en un tranvía podía escuchar que, tanto los
mí me estaba aburriendo el asunto, porque era una paliza: viejos como los jóvenes. le decían al cobrador de la misma ma-
había números en que tenía que tirarme yo solito doce pági- nera: "Uno de quince".
nas. Este era el motivo de que los viejos, para diferenciarse de los
jóvenes. se tuviesen que poner pelucas blancas y pintarse arru-
gas en la cara, y apoyarse trabajosamente en un bastón, y hablar
e Hubo un momento en La Codorniz en que me quedé yo de la guerra de Cuba y de Canalejas. y toser. y llevar bufandas, y
solo. Alvaro se fue a la División Azul. Tono fundó Foco Ne- hasta alguno, para diferenciarse más todavía. ser portador de un
vil le no sé lo que hacía. Herreros tamb ién estaba ocupado gran cartel que decía: "Viejo segoviano" o "Senectud".
en otras cosas. Yo me tenía que hacer diez o doce páginas Los jóvenes, mientras tanto, para diferenciarse a su vez, te-
semanales. Entonces fue cuando empecé a coger material nían que salir a la calle tocando la bandurria y formando estu-
de revistas extranjeras. Y esos trabajos firmados con una diantinas, y algunos se veían obligados a llevar carteles que de-
inicial , o con M. M., son trabajos de otros humoristas que cían: "Joven marroquí", "Estudiante de bachillerato" o "Soldado
yo corregía, transformaba, alargaba, adaptaba, dándoles un de cuota".
poco de mi estilo o del de La Codorniz. Pero que, natural- Era urgentísimo encontrar un procedimiento para terminar
mente, no eran del todo míos. con este estado de cosas, y por eso. después de profundos estu-
dios, salió La Codorniz con un lenguaje especial para los jóve-
nes.
e A los tres años de fundar y dirigir La Codorniz, un her- Ahora ya son inútiles las barbas blancas, las toses , las
moso día de primavera me cansé de estar todo el día encerrado conversaciones sobre Canalejas y los carteles de "Viejo se-
en la Redacción y anuncié en la revista que los lectores y yo nos goviano" y " Senectud". Los viejos no necesitan pintarse
íbamos a tomar unas vacaciones de tres meses. arrugas ni llevar pelucas para que la gente sepa que son
Esta idea, por no ser corriente en una publicación periódica, viejos y los respete . Son inútiles también las bandurrias y
les molestó bastante a los editores. Y hubo disgustos. Pero de las estudiantinas.
todos modos yo dejé de publicar la revista cuando dije, aunque Ahora sube usted en un tranvía , y si oye que un viajero
el negocio iba muy bien y la tirada de La Codorniz era de unos le dice al cobrador "Uno de quince", es que el viajero es un
cincuenta mil ejemplares. viejo elevado al cubo. Pero si el viajero le dice al cobrador:
Entonces los señores Godó, Pradera y Pamba me hicieron " Un huevo frito ", es que es joven y distinguido.
una proposición para comprarme los derechos de propiedad, a Y aún hay más.
condición de que yo siguiera colaborando y la dirigiera. Dije que Si el cobrador . al oír esto, le da al viaje ro un billete, es
no, e impuse como director a Alvaro de Laiglesia. Y sólo quedé que es un cobrador viejísimo y tiene asma. Pero si saca de
obligado a supervisar la revista durante un año, a colaborar en la cartera un huevo frito , con su yema y su clara, y se lo da
ella a base cuatro páginas semanales y a comprometerme a no al viajero, es que el cobrador es joven, simpático, moderno,
lanzar otra revista de humor que pudiera hacer competencia a La lleno de vitalidad, de deseos de aventuras y llegará a vivir
Codorniz fel iz con un castillo hecho de rosas y de jamón, que él mis-
Vendí la revista. Me gasté el dinero en Tánger. Seguí colabo- mo se habrá construido con su propia fantasía y su desen-
rando. Pero mi supervisión, como era de esperar, duró muy po- fado . e

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EL INDEPENDIENTE/ 50 AÑOS DE HUMOR
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La escena representa el salón pr:ineipal en EL TORE,RO.-(AI Toro.) Usted sabrá per- EL T'().RO.-No sé.
<".asa del Tnrero. AJ . levantarse e.l telón están donarla. Es tan nerviosa ... LA MUJER DEL TO.RE"BO.-¡Ah, si! Se pa-
en escena la. Mujer del Torero, el Torero y el EL TORO.-Ya me bago car!;'o. A mi vaca rece usted a otro toro.
Toro. En el fondo se ve el cajón en donde ha le pasa lo mismo. . EL TORO..-No me extnUlaria. Ya me lo ha.
LA MUJER DEL TO.R'ERO.-¿Es usted ca- dlcho mucha A'ente.
venido el Toro. El Torero lee una carta de
sado? LA MUJER DEL TORERO.-¿-Es usted .tono
presentación que ha traido 'el Toro. EL TO.RO.-SI, soy casado. únlcot
LA MUJER DEL TORERO.-¿ Y tl.<:ne usted EL TORO~No, IIODlOII ftricMI henn&DM. El
EL TORERO.- (Leyendo.) "Apreciable T~ alguna temen'! mayor es buey, el se~do es va.ea, el tereeo
rero: Como el calor empieza a apretar y este EL TORO. - La del raclonamJento nada es cordero lecbaÍ y el cuario soy ;ro.
año llevamos el trabajo ai!;'O retrasado, le en- más. .. J'ero con ensalada... LA MUJER DEL TOREBO-;Vasa eoo <aloll
~io al dador a su casa para que lo mate us- LA MUJER DEL TORERO.-¡ Cómo se llaD)a. ".Ballaor"! .....
ted en compañía de su esposa y J)f'rsonas ele usted! ' 'EI. TORE"BO.-Bueno, bué- .. BMta de pa-
su Al:'l"ado. Con recuerdos para los picadores, EL TO.RO.-"BaJJaor". lique... Se está haeiendo muy tarde. -
queda de usted a1ectisimo, el Presidente!' LA MUJER DEL TORERO.- ¡Que estu- LA MUJER DEL TORERO.-Pues ~ •
LA MUJER DEL TORERO.- ¡Esto es un pidez! ... se vaya esta. noche a su C&lla y lo Jnataa ....
abuso, Rafael! Te hacen trabajar demasiado. EL TORERO.-MujeT, no torees a este señor. ñana.
Comprenderás que no vas a estar toda la vida EL TORO. - No, si n.o me molesta. Estoy EL TORERO.-.;Cómo t1e va a Ir - toro
con elle sueldo. Debes aprovechar este momen- ac.ostombrado. solo a estas ho~ r ¡Qué peiUI&.ria la 'Xente!
to y J)f'dlrle a1 Presidente que te lo aumente. EL TORERO.-Bue\¡o, pe-ro eon e~>to no ha- T..A l\IUJER DEL TORER-o. -Le puede
EL TO.RE"BO.-¡Pero, mujer! cemos más que perder el t.!empo, y yo tt'.ngo acompañar la criada.
t,A MUJER DEL TO.RERO..-No hay mujer que mataTle pronto, porque mañana debo ma- EL TORO.-Por nú 110 se preocupen.. Tam-
que valga. ~ Presidente es un roftoso. Te tie- drugar. • bién me puedo pasaT la noche aquí. Yo duer-
ne todo el dla .matando toros como un nepo L."- MUJER DEJ, TORERO.-No tengas pri- mo en cualquier sitio.
y tcdavia qulel'e que te traigas toPos a easa . sa, hombre. A lo mejor este Toro quiere tomar LA MUJER DEL TORE"BO.-o.No le bnpo:r-
pa1'a matarlos por las noches. algo antes. ¿Quiere ustt>d un poco de caté con ta dormir en un sofá t
EL TO.RERO..-Es que esta temporada hay ICM:he? EL TORO.---cGmo si quiere usted que duer-
mucho trabajo. (Al Toro.) ¡,Vndad Ubt~dr EL TORO.-No. Eso es lo que me da la ~.,.ea Jru& en la cuadra. ·
EL TO.RO.-Es verdad. J.Jevamos muy atra.- it'mpn. l'reftero tomar dos varas. LA l\IUJER DEL TO.RERO.-No, en Ji cua.-
'lllda la labor ... LA MUJER DEL TORERO..-¿ Y un poco dt"& no, porque tenemos los caballo& y lo<l pU&-
I..A MUJER DEL TORERO. - (Al Toro.) de hierlla? ¿No prefiere usted un poco de de usted coger por la ln!;'le.
Más vall.ua que no estu~era U5ted moviendo hierba? " EL TORO.-;Por Dios, señora! ¿Por quién
t•l rabo todo el tiempo. EL TORO.-;Por Dios, st'ñon! A Jo mejor me toma usted 't
EL TORO.-trsted peTdotW, señora; no sabia la necesitan para ustedes. LA MUJER DEL TORERO.-Por un ton.
que le nto~taba a U5ted... Como t'~toy aco J..A l\IUJER DEL TORERO.-(Mirándole. de EL TO.RO.-Eso · también es vudad..
tumbrado a los corrales ... pronto.) ¿A qul#n me recut>rda usted? . TONO
TABLAS INSTRUCTIVAS SO·
~ lSTORIA dd NDAR BRE EL PROGRESO HUMANO
;:~;::~ ,;-;:}~~¡: Ht:id tt;!\C9 TEXTO· MOSCA llUST.: HERREROS

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t'f~Hc,~N ~"' COSTL! MSRf l'E
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"1NOPtN4D.\MENTE· EH "'VAtl(t.OOWO. EN IJlo'iA~
Ot)M~ CÁYO , SUS CONWATRIOTAS
p '·'"'"'"·-·
~
n.- '
A~¡PENTtDoS, t~t<¡lt.RC'lN ut.1 f\10N0\.lTO e
4. G ::=.:...=
' 11:1 _....

~-=-.t~·r.:.:
,·.:-.::.· ri .; ·.. ~ :~ ;, . . . ·,~¡·
O "'.::!"'.:...~.:..- 1
, ;;;;; ;; -;-;; • ;

Arriba, una de las "historias"


;1: H~ ~:.... 1 ·,;. • ,;; ., ~ : . R '":::;:..-.... , 1 ;;;;;;;-;;:-..- ~:,.·
publicadas por "La Codorniz" S·~ . l ¡;¡¡¡;~-;;;-;;;;; ~
con texto de Mosca e 1 ·s;~~?,E.!
---~f
••·•~~ T ";..;;;:.-:. ···-·! ;;;; :;;;~;
ilustraciones de Herreros. A la
derecha, el célebre "Damero
Maldito" inaugurado por
~

• ,....eAAe••••~
Conchita Montes .

MI QUERIDO MIGUEL CONCHIT A MONTES

uve la suerte de conocer a Miguel Mihura lonesco, porque muchos años antes de conocerle Yo tenía una extraña colaboración que con-
hacia el final de la guerra civil. Ya en Madrid yo escribió esa joya que es los "Tres sombreros de sistía en una crítica de traducciones, bajo dife-
cenábamos casi todas las noches con su copa". rentes títulos, como por ejemplo, "Agárreme
hermano Jerónimo, Edgar Neville, Joaquín El no conocía el teatro que se hacía fuera de Es- esa mosca por el rabo" "Departamento de con-
Calvo Sotelo, José López Rubio, Tony Román y otros paña, no le interesaba conocerlo, incluso en sus fusión completa" etc. etc. Un día, me preguntó
amigos. Fue un privilegio escuchar las chispeantes con- viajes era limitadísimo. Sólo iba a San Sebastián a si se me ocurría algún pasatiempo para esta pu-
versaciones de todos ellos, sobre todo de Miguel, de Ló- comer, igual que en Madrid, merluza a la romana. blicación , yo entonces recordé un juego que yo
pez Rubio y de Edgar Neville. Creo que me quería mucho y yo a él ; era uno de mis había resuelto con frecuencia en inglés, cuando
Más adelante interpreté una obra suya "A media mejores amigos. estaba en Norteamérica, en el Vassar College ,
luz los tres", que nos costó mucho trabajo hacer pa- Frecuentábamos diferentes restaurantes a los que era un doble acróstico y le hice dos o tres
sar por la censura porque se llamaba "Pisito de sol- que íbamos siempre alternándolos. "La /-lrrumba- de ellos bajo el nombre de "El damero maldito".
tero" y eso les parecía a los censores de aquella bambaya", también "Salvador", "Chipén" y "Valen- El lo recibió con gran escepticismo, asegurán-
época muy pecaminoso. Yo, personalmente, pienso Un". A este último es al que guardamos definitiva dome que no le iba a gustar a nadie y su asom- f
que lo de "A media luz los tres", que es el título que fidelidad, hasta el punto de que el dueño, el encan- bro fue mayúsculo cuando gracias al " Damero
nos sugirieron, lo era bastante más. tador Félix Fernández, nos había hecho con biom- maldito" subió de manera espectacular la tirada
Durante los ensayos con Pedro Porcel y Rafael bos de madera un comedor para nosotros. iAhl y de "La Codorniz ".
Alonso en el reparto, nos divertíamos horrores. Era además precios especiales. Podría seguir hablando de Miguel, siempre con
una delicia ser dirigidos por Miguel, gruñonamente En el año 1941, Miguel Mi hura, que ya durante mucho cariño, de nuestra entrañable amistad, de su
dirigidos debería decir, porque le costaba trabajo la guerra había fundado " La Ametralladora", si- ingenio insuperable durante folios, pero creo que no
aceptar que nos salía muy bien, aunque luego él guiendo esa misma línea, sacó a la luz "La Codor- añadiría más a lo que hago ahora en síntesis. Le re-
mismo se mostró, por fin, muy satisfecho con nues- niz", en la que colaborábamos casi todos sus ami- cordaré mientras viva, como a todos aquellos queri-
tra interpretación gos Entre ellos, Alvaro de la Iglesia, que iba a la dos personajes que bajo su batuta hicieron "La Co-
Inventó el teatro del absurdo mucho antes que redacción todavía con pantalón corto. dorniz".

56
EL INDEPENDIENTE/ 50 AÑOS DE HUMOR
llOWflH 30 SO!)[V OS / 3.LN310N3d3GNJ13
L. S
111
LA APARICION DE
LA CODORNIZ
MINGOTE*
parece La Codorniz en 1941, y la elatx:Jran, casi
exclusivamente el director Miguel Mihura con To-
no, Edgar Neville y Enrique Herreros. Pronto se in-
corporarán Jardiel Poncela, Jacinto Miquelarena y,
en cuanto salga de la cárcel, Fernando Perdiguero, que ha-
bía popularizado la firma de Menda en periódicos de iz-
quierda. Es redactor jefe Alvaro de Laiglesia, un ado-
lescente, aunque un adolescente listísirno, por cierto.
En el número 2 se publica la lista de colabora-
dores. Entre ellos, Fernández-Fiórez, Manuel Halcón,
Joaquín Calvo Sotelo, aunque de estos dos últimos es
difícil encontrar textos firmados, y José López Rubio,
cuatro académicos, como lo fue, electo, el director Mi-
guel Mihura. Eso hubiera dejado estupefactos a los
humoristas de Madrid Cómico si hubieran levantado
su cabeza de furibundos antiacademicistas.
Entre el mundo de Madrid Cómico y el tiempo de La
Codorniz han transcurrido la generación del 98, la del
27, el modernismo, el surrealismo, el cubismo, el dadaísmo,
el tuturismo. Una Primera Guerra Mundial y una segunda
que se está produciendo en esos momentos; y si la primera
se llamó la Gran Guerra, esta segunda, por la muestra, ten-
drá que llamarse la Grandísima. Han existido Einstein, Picas-
so, Edison, Freud, Chaplin, los Hermanos Marx. Y están
abiertas las heridas de nuestra última cruel guerra civil. Muy
obtusos, rutinarios e insensibles tendrían que haber sido los
humoristas de este tiempo para parecerse a los del siglo ante-
rior. (Aunque, por supuesto, los había parecidos y, lo que es
peor, con numerosos y no siempre provectos seguidores.)
La transición del humor de Madrid Cómico al de La
Codornizfue casi un salto circense de trapecio a trape-
cio. Pero es justo señalar que en el intermedio hubo
humoristas eminentes que abrieron nuevos caminos:
Julio Camba, Wenceslao Fernández-Fiórez, RAMON ,
todos ellos admirados por la generación de La Codor-
niz. Y se publicaron algunas revistas, Buen Humor,
Gutiérrez, donde los hombres que luego harían La Co-
dorniz convivían con dibujantes y escritores de los lla-
mados festivos. Es en La Codorniz donde se manifies-
ta espléndido, con enorme pujanza, el humor de nues-
tro tiempo. La Codorniz, recibida con entusiasmo por
los jóvenes que ya habían disfrutado el anticipo de La
Ametralladora, provocó serios trastornos en los ma-
yores que venían del viejo chiste de "Chufla, chufla,
que como no te apartes tú ... " para darse de sopetón
con la primera portada de Tono:
-Le encuentro muy cambiado, don Jerónimo.
-Yo no soy don Jerónimo.
-Pues más a mi favor.
Aquello y lo que seguía provocó traumas graves, indig-
naciones estentóreas, rechazo implacable.
Es natural que a los jóvenes les resulte difícil imaginar lo
que significó la aparición de La Codorniz. Como les tiene
que resultar difícil imaginar el país en que aquello su-
cedía, la España de la posguerra civil, arruinada, en-
tristecida, marginada ... con unos gobernantes empe-
ñados en celebrar jubilosamente la victoria de unos
españoles sobre otros, y recordar a los vencidos que
lo eran y habían de pagarlo, lo que fomentaba el des-
consuelo y el resentimiento.
·Del discurso de ingreso en la Real Academia Española.

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EL INDEPENDIENTE/ 50 AÑOS DE HUMOR
EL HOMBRE TRISTE
uénteme usted alguna cosa graciosa, que estoy muy triste. una copa con el tenedor para que se hiciera el silencio en la mesa y todos los

C sa?
-¿Cómo la quiere usted? ¿Desopilante? ¿Risueña? ¿Chisto-

-No, por favor; chistosa, no. Cuénteme usted algo de hombres


distraídos, de hombres distraídos que no sean sabios. Me basta con que
sean transeúntes. Como yo.
comensales escucharan su opinión sobre aquel lenguado, exclamó, con cierta
solemnidad: "Señor marqués: ¡qué maravilla de bacalao!". Reconozca usted
que la cosa tiene gracia.
-Sí; pero no comprendo bien. ¿Quiere usted decir que el anfitrión, por error,
había ordenado que metieran bacalao en el hojaldre, en lugar de lenguado?
- ¿Usted también es transeúnte? -¡No, hombre; no! Lo que sirvieron fue lenguado; pero mi amigo ...
-Un poco. Pero soy distraído, sobre todo. Por eso me encantan las -¡Ah, vamos!
peripecias de mis colegas. Mire usted: una vez, en casa de mi dentista, me -¡Claro!
quedé estupefacto cuando aquel hombre, después de haber terminado su -Su amigo, que era un distraído, confundió el acantopterigio, con el
intervención en mi dentadura, tomó un cepillo, me cepilló la americana y malacopterigio.
dijo que yo le debía dos pesetas con cincuenta céntimos por el servicio. -Oue no, que no, que no... Mi amigo se había equivocado de casa y, en
-¡Ah, ya caigo' Ocurrió que el dentista era un distraído y creyó que lugar de dirigirse a la de la familia que le había invitado a-almorzar, se presentó
debía conducirse en aquel trance como un peluquero ... a cenar en la de un señor cualquiera. Se aclaró la equivocación cuando el se-
-No, señor. El dentista no se había distraído nada, porque era un au- ñor cualquiera dijo: "Bueno..., ¿y usted, quién es?". Este es el chiste.
téntico peluquero, e hizo .. como peluquero, lo que tenía que hacer. Fui yo el -Ya caigo.
culpable; yo, que tenía una muela careada y había ido a una peluquería -¿Quiere usted que le cuente otro de distraídos?
para que me la empastasen. - Es lo mismo. Estas cosas tan divertidas me ponen triste. Preferiría
-¿Y se la empastaron a usted? que me contase algún crimen.
- No, hombre, no ... -Los crímenes también se cometen por distracción. Un caballero
-Entonces, ¿por qué le cobraban a usted las dos pesetas con cin- piensa en que debe de ir a un teatro porque se ha citado en la función con
cuenta céntimos? · varios amigos, y se distrae y entra en la casa de una señora anciana para
-No me acuerdo. Supongo que sería porque ~e aprovecharon de mi envenenarla. Ha ocurrido muchas veces. Con los robos pasa lo mismo. En
distracción para cortarme el pelo. ¡Una canallada! un tranvía, por ejemplo, es difícil conservar la serenidad necesaria para
-Total, que el que puede contar cosas muy buenas de distraídos es saber que la pluma estilográfica de un vecino de plataforma no es nuestra
usted. pluma estilográfica. Uno llega a desechar esta duda algunas veces pero se
-Pero ya me las sé. Además, como me han ocurrido a mí, las encuen- dice que en la raza calé es frecuente el ejemplar de hombre que necesita
tro muy pesadas. No me hacen gracia. arrebatar el "calamarium" del bolsillo ajeno y venderlo luego en un café
- Bueno; pues le contaré a usted lo que le sucedió a un amigo mío un día para estar seguro de que no era el suyo.
que le invitaron a cenar en una casa. El dueño de la casa le advirtió: "No sé si -¡Total, que tampoco eso es gracioso!
cenaremos bien o cenaremos mal, porque mi cocinero está enfermo desde ha- -Pues yo no puedo hacer más ...
ce días y he tenido que encargar la cena en un restaurante". Creyó entonces mi - Recomiéndeme usted a alguien que me arranque de esta horrible
amigo que su obligación, su deber de invitado, era decir que la cena era estu- tristeza.
penda en cuanto se le presentara una oportunidad para ello. Trataría de que el - Vaya usted a ver alos que hacen LA CODORNIZ. Tienen mucha chispa.
anfitrión se tranquilizase en seguida, y esto no podía ser un trabajo excesivo, - ¡Imposible!
en realidad, porque la cena era muy buena. Mi amigo encontró la mejor oca- -¿Porqué?
sión cuando le sirvieron unos "supremos" de lenguado, deliciosamente suaves -Porque los que hacen LA CODORNIL., soy yo.
y finos, que aparecían ocultos en un hojaldre perfecto. Y, después de golpear J. MIQUELARENA

LA ANGULA MIGUB. MIHURA

uando traen a las angulas en la ca- Los demás mamíferos las envidian, por- nura y quisieran quedarse con una para que
zuela todas vestiditas de blanco y que ellos, en la mesa, son unos muertazos re- les alegrara la mesa. Pero el que las ha pedi-
dando gritos y saltando, parecen ni- pugnantes, y fas angulas, en cambio, están do no da ninguna, y se las come todas, po-
- ñas de colegio que están en el siempre muy contentas y dandp saltos y pa- niendo cara de comer fideos, que es una cara
recreo jugando al "rugby" con el ajo. Pero no rece que van a ir de excursión a una playa en que no hay que poner.
importa. un autocar de gasógeno. Como cuestan veintidós pesetas, las angu-
También parecen niños disfrazados de fan- Es inútil que el besugo y el salmonete se las es el plato que más les gusta a las muje-
tasmas. Pero tampoco importa. pongan unos vestiditos rosa para disimular res, y siempre están pidiendo angulas y zapa-
Las angulas sirven para dos cosas: para que están muertos y se adornen con un limón tos.
comérselas y para no comérselas. Cuando del año pasado que les ha arreglado la abueli- -¡Que vengan las angulas! --<Jicen pal-
sirven para comérselas, se llaman angulas. Y ta. A pesar de todo se les conoce que son moteando, con ese gesto de madre moderna
cuando no sirven para comérselas, se llaman unos cadáveres más grandes que nadie, y que ha estado todo el día en la calle y que no
cerillas de cocina. eso resulta muy feo en una mesa. En cambio, ha tenido tiempo todavía de ver a sus angulas
Cuando la angula sale del mar es igual de las angulas parece que acaban de nacer y es- de su alma.
grande que una merluza, pero mayor. Entonces tán deseando saltar a la comba y beber agua. Y entonces vienen las angulas, como n1-
el que la ha pescado saca una navaja del bolsi- -¡Deje usted que vengan las angulas'- ñas en camisa de dormir, a darles el beso de
llo y la va cortando en pedacitos pequeños, en hay que decirle al camarero para que les abra antes de ir a acostarse.
forma de angulas, hasta hacer cien. Cuando a las angulas la puerta de la cocina y puedan -En vez del camarero debía traer las an-
llega a cien, descansa y vuelve a empezar otra salir. gulas el ama de cría o la niñera -piensan
vez hasta llegar a cien. Y así sigue hasta llegar Cuando vienen las angulas alborotando el esas señoras modernas, que le tienen tanto
a cien. Y cuando, por fin, llega a cien, se va a comedor y riéndose mucho de todo el mundo, cariño a las angulas.
su casa y se come entera la merluza. los de las mesas de aliado las miran con ter- Ydespués se las comen, y ya está.

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EL INDEPENDIENTE/ 50 AÑOS DE HUMOR
HUMOR YHUMORICISMOS
scribía el catedrático español Santiago Vilas, que ejer-

E ce su docencia en una Universidad de los Estados


Unidos, en los años 70, que "el humor es lo más au-
ténticamente racial que ha creado la literatura española, lo
que le ha dado más brillo y relieve en la cotización interna-
cional ", pero enseguida se apresuraba a aclarar que hay
distintas "categorías de humor" e inventaba un nuevo gé-
nero, "La humoricidad", "manifestación del humor en su
aspecto práctico, realista y vulgar, sin las inquietudes artís- L\. l\IUt:RTt: DU st; ~OR ILU.STRt;
-Dudor, ~ UJ>no: ram e a lgo ;: hOJlll" acut"tdo de mu¡;una. fra!le
ticas, filosóficas o estéticas que caracterizan al humoris- hL..tóru·a.

mo".
Este "humoricismo" es el que privó durante la dictadura
franquista, hasta el "boom" de los años setenta. Durante
esos cuarenta años, el humorismo español constituyó una
gran desolación, salpicada de honrosas excepciones. La
dictadura franquista solamente toleró una publicación "La
Codorniz", pero "la revista más audaz para el lector más
inteligente" no podía ni quería ofrecer más que un "humo-
ricismo" falsamente crítico, falsamente inconformista, fal-
samente rebelde, un "humor" desde dentro del "sistema"
imperante y jamás "desde fuera".
Un "Humoricismo" mitificado y ensalzado hasta la sa-
ciedad. Un "humoricismo" falsamente crítico, falsamente
inconformista, falsamente rebelde, en cuya trampa cayeron
muchos. Resultaba curioso observar el divorcio que existía
entre un público "enterado" y los lectores habituales de
"La Codorniz", ignorantes generalmente del juego político
que dicha publicación llevaba a cabo, pero impresionados
siempre por la "aureola" de secuestros y multas que
acompañaban antaño a la publicación, la mayoría de ellos
inexistentes, creación del bulo y mentideros.
Se podía comprobar -siempre que se viajara, cosa que ADVERTENCI.\ LEAL
aconsejaban no hacerlo y si leer más la prensa- en Italia, la -Señor, no pa~;e entre nosotro.,; podría m:!.tarse. t:ntre mi
correlativa semejanza que existía entre el humor de la "La Co- y esta St'ñora, a quien ya no amo, existe un abismo infran-
dorniz" y el de las publicaciones de la época "mussoliniana", queable.
tales como "Bertoldo", "Marc Aurelio", "11 travasso delle
idee". En ellas colaboraron -caso del "Bertoldo"- firmas ~··
tales como Giovanni Mosca, y Giovanni Guareschi, militantes
que fueron posteriormente de la línea reaccionaria del perio-
dismo político italiano en la democracia que llegó más tarde.
No ha de extrañarnos, por lo tanto, que la censura de Mussoli-
ni impusiera paz y tranquilidad en el sector del humorismo,
que no tuvo más remedio que ser "surrealista", costumbrista,
nacional, folklórico, insípido y graciosamente tonto, como las
películas de los "teléfonos blancos" de Camerini y en nuestro
país, las de CIFESA.
Y es que, olvidándonos ya de "La Codorniz" y de los
"humoricistas", es irreversible que "el humor por el hu-
mor" no conduce a nada. Suele ser en determinadas situa-
ciones políticas cuando se da esa clase de "humor por el
humor", de "humor dirigido", que droga al individuo con el
juego fácil de la palabrería, con la situación equívoca, con
el retruécano. Y si como final , introducían la moraleja pro-
vechosa -en el caso de obras teatrales y cinematográfi-
cas- huelga todo comentario. Un humor con moraleja in-
cluida es siempre detestable. No digamos nada si encima CONVERSACION DE VIAJE
la moraleja es simple latiguillo acomodaticio. Las denun- -¿ };s usted de Palencia?
cias amables y graciosas de unas situaciones sólo sirvie- -No; soy de La Coruña, pero , -h·o en 1\lurcia; ahora no
ron para ocultar otras situaciones más graves. a Burgos, sino a Santander, a saludar a mi hermano, que
\ 'OY
está de paso par" Bilbao, pero que reside en Barcelona.
ALONSO IBARROLA

60
EL INDEPENDIENTE/ 50 AÑOS DE HUMOR
.:·•.:;~:·....JT~i!·~~;.;t~·~~~::.,
LAS TRAGICAS .ENCUESTAS DE

l(l]l!ll!llffJ
¿QUE ES MEJOR?
¿SER PERITO ELECTRICISTA
OTENER UN CAMELLO?
a discusión va haciéndose ya intolerable. En los ca-

L fés, en los teatros, en los cafés otra vez, en los tea-


tros otra vez y en los tranvías otra vez no se oye
otra cosa otra vez.
-¿Ha visto usted las palitas de "bailaor" que tengo,
señora? .
-Usted tendrá las palitas de "bailaor" que quiera; pe-
ro ¿a qué no tiene usted un camello?
-Yo no tendré un camello; pero ¿a qué usted no es
perito electricista, que es bien bonito?
-Yo no seré perito electricista, que no es tan bonito
como dice el vulgo; pero tampoco tengo un camello. Con-
que estamos empatados.
-Entonces me voy a morder un ratito las uñas.
-Es usted muy dueño; mejorando lo presente.
-Yo no seré perito electricista, que no es tan bonito co-
mo dice la Prensa; pero ¿a qué usted no tiene un camello?
-Basta ya de discusiones absurdas. Vamos a ver qué
es mejor. Aver, usted mismo, responda: ¿qué prefiere: ser
perito electricista o tener un camello?
-¿Un qué?
-Un camello.
- ¿Qué es un camello?
-¿Qué quiere usted que sea un camello? Pues una cosa.
-Yo no quiero que el camello sea nada. Si es una co-
sa, mejor para el camello.
-¿Y si no es una cosa?
-Entonces, mejor para el perito electricista.
-En eso no anda usted descaminado, la verdad. Ya lo
decía mi pobre cuñado.
-¿Su cuñado era pobre?
- Mi cuñado era más bien rubio.
- Entonces, ¿por qué !e llama pobre?
-El cuñado de quién era, ¿de usted o mío?
-Podía ser del perito electricista.
-Pues en eso tampoco va usted descaminado, la verdad.
-Y usted, don Almudeno, ¿qué prefiere?
- ¡Ay de mi Alhama! ¡Si yo tuviera un camello! ...
ARTISTA, por Xonllo. -¿Le gustaría mucho tener un camello, don Almudeno?
liMe un día l':ldiante de primavua. La ¡:ente pasea alegre por blt roliE'S. Todo in'\ita -¡Ay de mi Alhamal Sí.
a tom:lr el !101 y a ~hartar y a nír. Pero la \'leja cantante prefiere quedarse en ca.<;a,
rodeada de SU!! , -lejos .re~erdos. -¿Y qué es eso?
-¿El qué?
-Eso que lleva usted de la mano.

=, f~
- No sé. No caigo. Lleva uno tantas cosas de la mano...
-Me refiero a eso con patas y jorobas y que rumia y
que tiene color de camello.
ALONSO IBARROLA especialista en humor
italiano, opina de la influencia política que tuvo ese
humor entre los humoristas españoles de aquellos
~i~
~d . o:._;;,
-¡Ah, sí! Es mi novia.
-Pues parece un camello.
-Es que me adora. ¡Ay de mi Alhama! Me adora y
años. Muchos intelectuales piensan lo mismo que conoce mi pasión por los camellos. Por eso se viste de
lbarrola. Hay otros, tan intelectuales o más que los camello para pasear conmigo. A esto le llama ella matar
primeros, que opinan de distinta manera. Ustedes, dos pájaros de un tiro.
queridos lectores, ahora que vivimos en libertad - ¿Qué haría usted si tuviera un camello, don Almudeno?
democrática, pueden escoger de tan rico
-Lo vestiría de novia y lo llevaría cogido de la otra

~
muestrario de ideas y opiniones, el tejido que más
les guste o convenga para la confección de sus mano. Entonces sería feliz.
sayos. Pero, ojo con lo que digan, o mejor dicho: -Pues ¿qué es eso que lleva usted de la otra mano?
, - ¿El qué?
oído a lo que dicen que hay muchas escuchas
telefónicas. . -Eso con patas y jorobas, que rumia y que tiene co-
-. ~: -;:·-: lor de camello.
- ¡Ah, sí! Esto es el hermano pequeño de mi novia,
que también se viste de camello.
-¿Y usted quién es, don Almudeno?
-Yo soy el camello.

61
EL INDEPENDIENTE/ 50 AÑOS DE HUMOR
LAS PELMAZAS
La clasificación de las especies de Méndel está La pelmaza suele citarse con sus amigas en una sacarse de una conversación sobre tartas rancias,
hecha muy a la ligera. Su falta de base científica se cafetería a las siete de la tarde, pero no llegará ja- sólo pueden apreciarse después de haber oído a
advierte al comprobar que en sus escalas no tienen más hasta las nueve menos cuarto. Justificará su una pelmaza tratar el tema durante toda una tarde.
cabida las pelmazas, las cuales, sin embargo, for- tardanza con tan patéticos detalles, que no quedará Claro que en el asunto toma mucha parte la incom-
man legión nutridísima dentro de los habitantes del más remedio que reconocer que el hado ha sido el prensión de los maridos.
globo terráqueo. único responsable. Encima llegará tan enfadada Una de sus ocupaciones predilectas es jugar a
La pelmaza tipo (tipus pelmazae especificus) con el hado, de tan mal talante y pésimo humor, las cartas, a pesar de atravesar por una mala racha,
suele ser de pelaje claro (aureus pelajem) aunque que a poco que pueda le amargará la tarde a las que suele durar años.
se dan algunos ejemplares de tez morena, pero mu- amigas que merienden con ella y en mayor o me- La pelmaza suele salir de casa por la mañana a
cho más escasos, la epidermis sonrosada y una nor medida, a los de las mesas colindantes. La -ba- "hacer tiendas", como el que va a hacer los "cha-
cierta tendencia a la gordura son características de se de su conversación versará sobre la deficiencia teaux" de la Loire o los lagos de Escocia. Los hor-
la especie. de los transportes, la inclemencia del tiempo, la ce- teras se repliegan al verla, porque su instinto ante
Se producen en el norte y en el mediodía, en el rrilidad de las criadas y, sobre todo, la incompren- la presencia de la pelmaza es tan agudo como el
litoral y tierra adentro, y se tienen noticias de que sión de los maridos. del pescador de Islandia ante la aleta del tiburón.
en las islas ltitis del Mar Jónico ya hubo pelmazas Su escrupulosidad para elegir entre un batido Después de manosear kilómetros de "creppe de
350 años antes de Nuestra Era. de fresa con nata, o de nata con fresa, suele ser Chine", se va sin comprar nada, cargada de mues-
La pelmaza está particularmente dotada para te- tarea cuya duración oscila entre los veinte minutos tras, a seguir su batida mientras quede un comer-
lefonear y, en diferentes ocasiones, ha batido los y la media hora. Llegada a este límite acabará por cio abierto.
"records" de permanencia en el teléfono con mar- pedir un pedazo de tarta, que dejará en su plato na- Yllegan las pelmazas rendidas a sus casa, a enfren-
cas de tres y cuatro horas, abandonando el campo da más probarla porque está hecha con mantequilla tarse las pobres con la incompresión de los maridos.
sólo ante el fallecimiento del interlocutor. rancia. Los mil matices y sugerencias que pueden BARONESA ALBERT A

El diálogo con el Conde de Pepe no se mantuvo, creo re- sían tiempo atrás) pero no por ello se las puede llamar
DOS PREGUNTAS cordar, más que durante un par de semanas. Luego yo
seguí colaborando asiduamente como Baronesa Alberta
modistas porque no cosen para fuera ni cobran. Las hu-
moristas se manifiestan en el trato diario, en la conversa-
hasta el último número de La Codorniz, ya bajo el mando ción, en saberle ver el lado risible a la vida. Pero sus ta-
Me preguntas. para evocar los primeros tiempos de La de nuestro inolvidable Alvaro de Laiglesia. lentos los reparten gratis. Sucede en cambio que mu-
Codorni;, cómo fue mi entrada en la querida revista. También me preguntas por qué hay tan pocas muje- chos humoristas de profesión resultan en sociedad más
Pues verás: Miguel Mihura, que era entonces el director, res humoristas. Esa es una verdad a medias. Cierto que sosos que una patata y será tal vez porque no quieren
me propuso un día que colaborara, cosa que me sorpren- hay más libros de humor escritos por hombres que por llevarse el trabajo, que supone su jornal, a la vida diaria
dió porque en mi vida había escrito nada de humor. Pero mujeres y más labor periodística de tal especialidad obra y se ahorran sus gracias para poderlas cobrar a tanto la
Miguel hacía sus propuestas como quien da órdenes y de varón; pero eso no significa, sin embargo, que el sen- línea. Claro está que éstos son los menos. Todos co-
no había más remedio que obedecerle. El hacía entonces tido del humor sea patrimonio exclusivo de los que han nocemos a muchos humoristas derrochadores que rega-
una sección que se llamaba El Conde de Pepe y me sugi- ·nacido niño. Hay muchas mujeres humoristas que po- lan su ingenio a lo largo de la conversación. Tú Chumy,
rió que yo crease un personaje femenino para entrar en dríamos llamar "amateur", no profesionales. Tenemos el eres uno de ellos.
diálogo con su conde. De ahí surgió la Baronesa Alberta. hecho de que casi todas las mujeres cosen (al menos co- MERCEDES BALLESTEROS

REVISTAS FEMENINAS
A cuenta de la belleza femenina y sucedáneos, se editan en el mundo millones de pinta, o toman el sol en una playa, bebiendo "gin fix" con una pajita. Es una malé-
revistas. Al leerlas, recibimos la sensación de que las mujeres son una masa de seres vola manera de presentar a las gordas paraísos prohibidos, a los que nunca po-
angustiados que vociferan y lanzan alaridos de dolor porque les ha salido una cana. El drán aspirar con sus 70 kilos y pico. Hora es ya de que las gordas levanten la
tono de sus titulares es, más o menos, éste: "No se desespere por su pata de gallo"; "No cabeza y digan: i Bastal Hora es de que proclamen que sus vidas suelen ser, en
su1ra por sus poros dilatados"; "El tormento de las mujeres a las que se les parten la general, más atractivas que las de las flacas.
uñas" ... La cosa es particularmente irritante. No dudamos de que a una mujer le produz- Es deprimente, lo repito, esta campaña empeñada en demostrar que todas las
ca cierto disgusto verse una arruga en el espejo, pero no hasta el punto de rasgarse las mujeres viven pendientes de sus pestañas y de sus espinillas, de su cintura y de
vestiduras. Ni pecas ni espinillas, ni padrastros, ni uñas partidas siembran tanto dolor y su cana. Habría, sin embargo, un modo de paliar este estado de cosas tan humi-
desolación como quieren hacer creer esas revistas del diablo. llante. Deberían publicarse revistas masculinas igualmente memas, en las que se
Habitualmente se nos presenta un mundo de señoras memas que andan de- pintase la zozobra de un señor al que le ha salido un grano, o la depresión moral
trás de un pollo con brillantina, procurando agradarle a base de "rimmel" y poma- del caballero al que no le llega el cinturón.
das. Todo tiende a demostrar que, a la que no se entrega de lleno a un tratamiento Hasta ahora, el único paso que se ha dado con sentido, trata de la calvicie.
de belleza, la parte un rayo. Y ya saben ustedes que un tratamiento-de belleza es Más de un anuncio de loción capilar nos muestra a un varón sumido en la amar-
una esclavitud sólo comparable a la de los forzados de las Guayanas o la de los gura, porque se da cuenta de que el cráneo se le va quedando un poco mondo.
oposilores a nolarías, pero en peor. Naturalmente que esto es tan falso como la tristeza de las gordas. Ni a unas ni a
Hay, entre todo esto, una malvada campaña conlra las gordas. A las gordas, otros les hace ni pizca de desgraciados la cosa. Sería aconsejable que ambos
desde luego, se las trata despiadadamente. Una mujer que no se pasa horas ente- unieran sus fuerzas. Que frente a las publicaciones malvadas que se llaman "Si-
ras haciendo gimnasia y sin comer en todo el día más que una espinaca, no pue- lueta parisién", o "Belleza y masaje", se publicase una buena revista a todo color,
de esperar de la vida más que sinsabores y desdichas. titulada: "Calvos y gordas". Sería una revista optimista, risueña, que en lugar de
Acompañan a estos artículos contra la obesidad, fotografías de muchachas be- meter el corazón en un puño levantase el espíritu como una brisa refrescante. Se-
llísimas, de cinturas minúsculas, a las que les va la mar de bien. Generalmente se ría un alegre mentís a toda esa literatura truculenta. Sería el canto jocundo de
están subiendo a un "haiga" a todo color, donde las espera un muchacho con un calvos y gordas que son, a fin de cuentas, los que se dan la gran vida.
"foulard" al cuello; o se pasean en "yatch" con señores maduros de muy buena BARONESA ALBERT A

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EL INDEPENDIENTE/ 50 AÑOS DE HUMOR
Ll CODORNIZ
PRESENTA
al
dibu¡ante español
JAEN
en
algunas de sus magníficas
creaciones.

MIGUEL MI HURA
fue muy exigente a la hora de escoger sus colaboradores.
No aceptó uno solo que no se acomodora a su particular
concepción del humor. Mientras dirigió "La Codorniz",
salvo Nacher y Manuel Jaén, de quien ofrecemos en esta
página sus primeros dibujos, apenas incorporó a " La
Codorniz" firmas nuevas.
Miguel Mihura acabó haciendo él solito la casi totalidad
de su revista hasta que se hartó y se fue a Tánger a
descansar como ustedes saben si han leído atentamente
nuestra página número cinco en la que Mi hura habla de
los placeres y las desventuras de ser un humorista
independiente.

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EL INDEPENDIENTE/ 50 AÑOS DE HUMOR
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50 AÑOS DE HUMOR ESPAÑOL dirigido por CHUMY CHUMEZ
• Edita: Ediobser S.A. • © EL INDEPENDIENTE

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