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En los últimos dos años a raíz de la caída del precio del petróleo y su efecto
en la tasa de cambio en Colombia se ha venido hablando de la
“enfermedad holandesa”. Pero, ¿en realidad está claro el concepto?
Acompáñenme esta semana para revisarlo y analizarlo.
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En principio la lógica nos llevaría a pensar que el hallazgo de un gran yacimiento de gas
natural en Groningen en 1959 debería ser algo positivo para el crecimiento económico de
Holanda, sin embargo, existe un efecto adverso sobre otros sectores debido a la revaluación
de la tasa de cambio. En otras palabras, cuando se presentan este tipo de hallazgos hay un
sector que experimenta un boom, en este caso el gas natural, y lo vuelve mucho más activo,
pero perjudica otros sectores como el de la manufactura.
Para poder aclarar el concepto de la enfermedad holandesa es importante analizar sus
efectos en dos niveles, el efecto de los flujos sobre la tasa de cambio, y el efecto del sector
en boom sobre sobre otros sectores de la economía.
El mercado cambiario
Este aumento de dólares hace que la divisa se vuelve menos escaza y por tanto más barata
en términos de la moneda local lo que hace que la tasa de cambio baje de 5 Tronos/Dólar a
4 Tronos/Dólar. Esta reducción se conoce como revaluación, y quiere decir que los tronos
han aumentado de valor respecto al dólar.
La enfermedad holandesa
¿Pero qué pasa con las demás industrias? Ahí es donde empieza el efecto real de la
enfermedad holandesa, y es que esta reducción en la tasa de cambio tenderá a afectar otros
sectores exportadores que ante el aumento del valor de la moneda local se harán menos
competitivos ya que producirán a costos más altos que antes comparados con otros países y
además deberán enfrentarse a un aumento de importaciones que simultáneamente se hacen
más baratas.
Otro factor igualmente importante es la concentración de los recursos productivos en el
sector del boom mientras los sectores que se deterioran reducen su demanda de mano de
obra o mueven sus operaciones a otros países para reducir los costos. Debido a esta
concentración en un solo producto de exportación el país también se ha ce más vulnerable a
las fluctuaciones en su precio, ya que depende fuertemente de sus ingresos, para no ir más
lejos piensen en cualquier país de la OPEP, por ejemplo.
El problema viene después de que pasa el boom y caen los precios del producto que se
exporta haciendo los efectos de la enfermedad holandesa dolosamente visibles, mostrando
bajas tasas de crecimiento derivada del deterioro de los demás sectores productivos de la
economía, así como aumentos en la tasa de desempleo y una alta correlación de la tasa de
cambio al precio de la exportación. No se sorprendan si las tendencias que he expuesto
anteriormente les suenan familiares, marcada caída de precio del petróleo desde 2014,
último dato de crecimiento 1.1% con una importante reducción en la actividad
manufacturera, tasa de desempleo 8.9% y una fuerte dependencia de la TRM a las
fluctuaciones de los precios internacionales del barril. Estoy seguro que ya lo notaron, no
estoy hablando de Holanda en 1960 sino Colombia en 2017.