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El absolutismo su historia y consecuencias

El absolutismo

El absolutismo fue una forma de gobierno y régimen político típicos del Antiguo


Régimen (período histórico previo a la Revolución Francesa de 1789), cuya ideología
dictaba que el poder político del gobernante, es decir, del Rey, no estuviera sujeto a
ninguna limitación como no fueran las propias de la ley divina o de Dios.

Esto significa que el poder del soberano era formalmente único, indivisible, inalienable,
incontrolable y pleno. En otras palabras, era un poder absoluto, y de allí el nombre que se le
confiere como ideología, es decir, el absolutismo.

El absolutismo proclamaba que el monarca era el Estado, por lo que los poderes públicos
emanaban de su voluntad y estaban subordinados a sus consideraciones. No había ninguna
autoridad mayor que la palabra del Rey, por lo que las majestades no se encontraban sujetas
a ninguna ley posible.

En el absolutismo no hay un «Estado» propiamente dicho (y menos aún un partido político)


sino que el Estado se identifica con un individuo que ejerce autoridad sin necesidad de
ideología alguna; de hecho al absolutismo no le interesa imponer su control e influencia
sobre todos los aspectos de la vida social sino que le basta fijar una autoridad omnímoda a
quien los gobernados solo deben obedecer y jamás cuestionar. No debe confundirse con
el totalitarismo, concepto propio de la Edad Contemporánea. En el régimen del totalitarismo el
poder se concentra en el Estado como organización, siendo que a su vez dicho Estado es dominado
y manejado en todos sus aspectos por un partido político; este a su vez impone a la comunidad
una ideología muy definida que penetra en todas las actividades sociales (el arte, las ciencias, la
economía, los hábitos de conducta). 
Origen del termino

El término absolutismo no debe confundirse con otros usos más contemporáneos,


como totalitarismo o dictadura, ya que en estos casos la organización del Estado se
encuentra secuestrada por un partido o una cúpula militar determinada.

En el absolutismo el Estado como tal no existe, ni separación de poderes, y mucho


menos partidos políticos: la ley se adhiere a la voluntad del Rey, simplemente.

Los orígenes del uso político de la palabra son inciertos, pero podrían provenir de la
expresión latina princeps legibus solutus est (“el príncipe no está sujeto a la ley”), acuñada
por el jurista romano Ulpiano. que aparece en el Digesto, y que fue utilizado por los juristas
al servicio de Felipe IV de Francia «el Hermoso» para fortalecer el poder real en el
contexto de la recepción del derecho romano durante la Baja Edad Media. Algo más tarde,
el jurisconsulto Balde (Baldo degli Ubaldi, discípulo de Bártolo), usa la expresión poder
supremo y absoluto del príncipe en contraposición al poder ordinario de los nobles La
utilización del término se generalizó en todas las monarquías, independientemente de su
poder efectivo, como ocurría en la débil monarquía castellana de Enrique IV «el
Impotente», cuya cancillería emitía documentos redactados de forma tan pretenciosos como
esta: E yo de mi propio motu é ciencia cierta é poderío real absoluto...
Según Bobbio, en términos kantianos, el poder absoluto consiste en que
«el soberano del Estado tiene con respecto a sus súbditos solamente derechos y
ningún deber (coactivo); el soberano no puede ser sometido a juicio por la violación de
una ley que él mismo haya elaborado, ya que está desligado del respeto a la ley popular
(populum legis)». Esta definición sería común a todos los iusnaturalistas,
como Rousseau o Hobbes.
Limites del absolutismo

A pesar de que la autoridad del rey está sujeta a la razón, y justificada en último extremo
por el bien común, explícitamente se niega la existencia de ningún límite externo ni ningún
tipo de cuestión a sus decisiones; de modo similar a como la patria potestad se ejerce por
el pater familias (el rey como «padre» de sus «súbditos» —paternalismo—). Tales
justificaciones imponen de hecho el carácter ilimitado del ejercicio del poder por el rey:
cualquier abuso puede entenderse como una necesidad impuesta por razón de Estado.

No obstante, existían límites que no se expresaban de forma explícita, pero que de algún modo
enmarcaban el poder real, y eran:

 La ley de Dios. El Rey estaba sometido, como todo buen cristiano, a las leyes
morales de la religión y de la Iglesia.

 El derecho natural. Ciertas partes del derecho, que atañían a los aspectos más
fundamentales de la cultura y que por lo tanto no eran consideración del Rey, se
preservaban en el absolutismo. Leyes como la herencia, el mayorazgo, etc. que eran
consideradas “naturales”.
Economía absolutista

En el absolutismo la economía solía ser mercantil y contar con una total intervención del


monarca. Probablemente de la alianza entre la política feudal de la aristocracia y
la burguesía insurgente, dependió que este modelo de gobierno durara tanto tiempo a pesar
de haberse sentado ya las bases del venidero capitalismo.

Religión durante el absolutismo

En teoría, el Rey absolutista era el jefe temporal de la iglesia, cuyos hilos debía manejar.
Sin embargo, el clero era demasiado grande y aún poderoso para controlarlo directamente,
por lo que la influencia ejercida por los reyes absolutistas sobre el clero fue más bien sutil y
discreta. En algunos casos, los más católicos, el Papa seguía siendo una institución respecto
a los asuntos religiosos. En otros, el Rey podía nombrar, destituir e interferir en los cargos
clericales.

Instituciones absolutistas

El régimen absolutista no contemplaba poderes públicos de ningún tipo, excepto los


designios del monarca, cuya palabra era ley. Sin embargo, existían cuerpos de funcionarios
encargados de la hacienda, la burocracia, la diplomacia y del ejército, los cuales gozaban de
los beneficios de su cercanía con la clase dirigente.

sociedad absolutista

La sociedad absolutista estaba fuertemente estratificada, separando a los ciudadanos en tres


estratos:

 La nobleza. Los aristócratas y terratenientes, que hacían de consejeros o aliados del


rey, todos protegidos por la fuerza militar.
 El clero. Constituido por la clase eclesiástica, es decir, sacerdotes y monjas, que
vivían del diezmo y de su cercanía con los poderes políticos.
 El pueblo llano. La masa de trabajadores, campesinos y comerciantes.
Consecuencias del absolutismo

Durante el absolutismo se incrementó la desigualdad y la decadencia de las clases bajas.


Los privilegios estaban dirigidos solo para los nobles y los clérigos, cuyos derechos eran
superiores a los de la mayoría sin importar las condiciones de vida del resto.El modelo
político de la monarquía absoluta tiene como rasgo central la concentración de todo el
poder en el rey sin control o límites de cualquier tipo.Afortunadamente los países avanzan
en modelos de equilibrio de poderes.

consecuencias del absolutismo

La guerra civil

Los caballeros del rey del reino unido se opusieron a los cabezas redondas partidarios del
parlamento.
Los cabezas redondas dirigidos por Olivier Combruel acaban a las tropas reales en Naseby
1645. Charles I se escapa a Escocia y es capturado por los escoceses y es entregado al
parlamento, en 1647 es decapitado, con este suceso se pone fin al régimen absolutista en el
Reino Unido.

la guerra de los treinta años:

Con la guerra de los treinta años (1618-1648) se inician las grandes guerras europeas.
Las causas de esta guerra fueron:
La negativa de los protestantes alemanes de observar una de las cláusulas de la paz de
Augsburgo, la cual establecía que en caso de conversión de un dignatario eclesiástico no
debían secualizarse los bienes de la iglesia.
El avance del calvinismo en Alemania
El intento de la casa de Austria de consolidar su poder en Alemania.

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