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Nicolas Maquiavelo

Biografía
Niccolò di Bernardo dei Machiavelli nació el 3 de mayo de 1469 en una
pequeña localidad cercana a Florencia en el seno de una familia relativa a la
nobleza, aunque empobrecida.

Aunque de su juventud se conocen pocos datos se sabe que durante esta


etapa tuvo una educación humanística.

En el año 1498 comenzó a trabajar para la república como Secretario de la


Segunda Cancillería y de los “Diez de la Guerra” para encargarse de las tareas
de Asuntos Exteriores.

Más tarde, en sus labores como diplomático, se dirigió la guerra contra Pisa. En
1502 se casó con Marietta Corsini, con la que tuvo más de seis hijos.
Asimismo, ese mismo año, tuvo lugar su primera labor diplomática en Francia
ante la embajada de César Borgia.

En el año 1503 se marchó a Roma tras la muerte de Pío III. Un año después,
realizó una segunda misión diplomática en Francia. En 1506 comenzó a
trabajar en la delegación frente a la corte de Julio II y, poco tiempo después,
fue nombrado canciller de los “Nueve Oficiales” de la milicia florentina. Durante
un periodo de 6 meses, Maquiavelo se puso al frente de la embajada ante el
emperador Maximiliano I.

Hacia 1511 tuvo lugar su última misión como diplomático en Francia y un año
después fue apartado de todos sus cargos y obligado al exilio en Florencia.

Durante este periodo recluido en su hogar, Maquiavelo escribió El


príncipe (1513) y los Discursos sobre la primera década de Tito Livio (1513-
1516), poema Asno de oro (1517), Belfegor archidiablo (1519) y Del arte de la
Guerra (1521), el único tratado que publicó en vida.

En el año 1526 volvió a adentrarse en la actividad política por un periodo breve


de tiempo ya que un año después, en 1527, murió en Florencia.

Obras principales

El príncipe

Es la obra más importante del autor, asimismo, es clave para poder entender
su pensamiento político. El príncipe fue escrita durante su periodo de exilio en
1513 y está inspirada en César Borgia.
En el libro Maquiavelo tiene la necesidad de explicar cuáles son los métodos
más eficaces para fundar un Estado, hacerse con el poder, o mantenerlo, ajeno
a las consideraciones morales o religiosas.

Una de las finalidades de El príncipe es la descripción de una teoría que ofrece
una idea de cómo sería el gobernante ideal. Para ello, el diplomático enumera
una serie de rasgos esenciales que caracterizan a un buen político, entre ellos
destacan:

 Manipulación, haciendo uso de los medios necesarios para alcanzar los


fines
 Tenacidad y astucia para esquivar obstáculos
 Inmoralidad, debe estar por encima del bien y el mal
 Ingenio, carencia de escrúpulos
 Experto en el engaño

De este modo, El príncipe supone la exposición de un conjunto de estrategias


que debe seguir todo aquel gobernante que desee alcanzar y conservar el
poder político.

Discurso sobre la primera década de Tito Livio

Escrita entre 1512 y 1517, Discurso sobre la primera década de Tito


Livio supone otra de las grandes obras que hacen comprender el pensamiento
político de Maquiavelo. Sin embargo, a menudo, es comparada con El
príncipe ya que parece contradecir aquí algunos supuestos que defiende en su
obra más popular.

Al contrario que ocurre en El príncipe, en este libro Maquiavelo defiende una
república con ciudadanos libres e iguales. Asimismo, la república se alza como
el sistema político ideal, ya que es el único que garantiza el bien común y
conduce a la igualdad.

Del arte de la guerra

Esta obra de Maquiavelo tiene su origen en 1520 y es un tratado militar


destinado a Lorenzo Filippo Strozi. Está estructurado en forma de diálogo y
desarrollado en siete capítulos, en los cuales Maquiavelo hace una crítica hacia
el arte militar de la época y ofrece sus propuestas y estrategias en lo referente
al terreno político y militar.

El fin de esta obra es abordar de manera exhaustiva cómo debe ser la política
militar de los gobernantes. Para asegurar su estabilidad como gobernante, este
debe poner todos sus esfuerzos en construir un aparato militar fuerte.

Aportaciones
Estas son algunas aportaciones de Maquiavelo en lo referente al pensamiento
político:

El método

Se trata de una de las aportaciones más novedosas de Maquiavelo. Está


relacionado con la forma que tiene el autor de analizar la realidad política. A
diferencia de cómo se hacía anteriormente, Maquiavelo sigue un sistema
empirista. Algo poco usual entre los ideólogos, teólogos y moralistas de la
época. Para ello, parte de una base realista, y acata el comportamiento
humano y la situación política tal como son y no como deberían ser.

Análisis de los elementos políticos

Puso de manifiesto los elementos políticos que debían someterse a estudio.


Con ello, el filósofo trató de describir una forma de Estado estable y
permanente. Asimismo, plasmó las instrucciones necesarias para obtener el
poder y conservarlo.

Análisis del comportamiento de los líderes

En su obra El Príncipe establece las características de un buen gobernante y


cómo este debe comportarse para aspirar a ser el mejor. A su juicio, esto se
consigue mediante la astucia, la inteligencia o el pragmatismo.

Separación entre Iglesia y Estado

En este sentido, Maquiavelo pone de manifiesto la influencia y fuerza política


que la Iglesia había tenido sobre el Estado hasta ese momento.

Frases de Nicolás Maquiavelo

Existe un adjetivo que se suele emplear para calificar actitudes similares a las
que Maquiavelo defiende a lo largo de sus obras, este es “maquiavélico”. La
palabra sirve para referirse a alguien o algo que resulta “astuto o engañoso”.

Asimismo, al autor se le atribuye erróneamente la frase “el fin justifica los


medios”, ya que esta afirmación resume muy bien su pensamiento. Sin
embargo, hay citas que sí mencionó en sus libros, estas son algunas de ellas:

 “Nunca intentes ganar por la fuerza lo que se puede ganar mediante el


engaño”.
 “Nada grandioso fue jamás conseguido sin peligro”.
 “El que desea ser obedecido debe saber cómo mandar”.
 “Es mejor actuar y arrepentirse que no actuar y arrepentirse”.
 “La habilidad y la constancia son las armas de la debilidad”.
FRANCIS BACON

Biografía
(Londres, 1561 - 1626) Filósofo y político inglés. Su padre era un alto
magistrado en el gobierno de Isabel I, y fue educado por su madre en los
principios del puritanismo calvinista. Estudió en el Trinity College de Cambridge
y en 1576 ingresó en el Gray's Inn de Londres para estudiar leyes, aunque
pocos meses después marchó a Francia como miembro de una misión
diplomática.

En 1579, la muerte repentina de su padre lo obligó a regresar precipitadamente


y a reemprender sus estudios, falto de recursos para llevar una vida
independiente. En 1582 empezó a ejercer la abogacía, y fue magistrado cuatro
años más tarde. En 1584 obtuvo un escaño en la Cámara de los Comunes por
mediación de su tío, el barón de Burghley, a la sazón lord del Tesoro; durante
treinta y seis años se mantuvo como parlamentario y fue miembro de casi todas
las comisiones importantes de la cámara baja. La protección de Robert
Devereux, segundo conde de Essex, le permitió acceder al cargo de abogado
de la reina.

Su situación mejoró con la subida al trono de Jacobo I, quien lo nombró


procurador general en 1607, fiscal de la Corona en 1613 y lord canciller en
1618, además de concederle los títulos de barón Verulam de Verulam y de
vizconde de St. Albans. Sin embargo, en 1621, procesado por cohecho y
prevaricación, fue destituido de su cargo y encarcelado. Aunque fue puesto en
libertad al poco tiempo, ya nunca recuperó el favor real.

Durante toda su carrera persiguió una reforma coherente de las leyes y el


mantenimiento del Parlamento y los tribunales a salvo de las incursiones
arbitrarias de los gobernantes; pero, sobre todo, su objetivo era la reforma del
saber. Su propósito inicial era redactar una inmensa «historia natural», que
debía abrir el camino a una nueva «filosofía inductiva», aunque la acumulación
de cargos públicos le impidió el desarrollo de la tarea que se había impuesto, a
la que, de hecho, sólo pudo dedicarse plenamente los últimos años de su vida.

Francis Bacon sometió todas las ramas del saber humano aceptadas en su
tiempo a revisión, clasificándolas de acuerdo con la facultad de la mente
(memoria, razón o imaginación) a la que pertenecían; llamó a este esquema «la
gran instauración», y muchos de los escritos dispersos que llegó a elaborar,
como El avance del conocimiento (Advancement of Learning, 1605) -superado
más tarde por el De augmentis scientiarum-, estaban pensados como partes de
una Instauratio magna final.
Criticando las ideas de Aristóteles, Francis Bacon consideró que la verdad sólo
puede ser alcanzada a través de la experiencia y el razonamiento inductivo, de
acuerdo con un método del que dio una exposición incompleta en su Novum
organum scientiarum (1620). El método inductivo que elaboró pretendía
proporcionar un instrumento para analizar la experiencia, a partir de la
recopilación exhaustiva de casos particulares del fenómeno investigado y la
posterior inducción, por analogía, de las características o propiedades comunes
a todos ellos; ese procedimiento había de conducir, gradualmente, desde las
proposiciones más particulares a los enunciados más generales. Por estos
planteamientos, Bacon es considerado el primer representante del empirismo
inglés, corriente filosófica que postula la experiencia como fuente de todo
conocimiento y que tendría un amplio desarrollo en la obra de John
Locke, George Berkeley y David Hume.
Aun cuando el método baconiano ejerció, nominalmente, una gran influencia en
los medios científicos, lo cierto es que el filósofo desarrolló su pensamiento al
margen de las corrientes que dieron lugar al surgimiento de la ciencia moderna,
caracterizada (conforme a las ideas de Galileo) por la formulación matemática
de sus resultados, a la que él mismo no concedió la importancia debida. Bacon
concibió la ciencia como una actividad social ligada a la técnica, elaborando
una utopía, Nueva Atlántida (The New Atlantis, publicada póstumamente en
1627), basada en la organización científica de la sociedad.

OBRAS
Se propuso ante todo reorganizar el método de estudio científico. Percibió que
el razonamiento deductivo destacaba entonces a expensas del razonamiento
inductivo y creyó que, eliminando toda noción preconcebida del mundo, se
podía y debía estudiar al hombre y su entorno mediante observaciones
detalladas y controladas, realizando generalizaciones cautelosas. Para ello, el
estudio que el hombre de ciencia hace de los particulares debe realizarse
mediante observaciones que deben validarse. Los científicos deben ser ante
todo escépticos y no aceptar explicaciones que no se puedan probar por la
observación y la experiencia sensible (empirismo).
Los escritos de Bacon se engloban en tres categorías: filosófica, literaria y
política. Sus obras filosóficas más prominentes son El avance del saber (1605),
y Novum organum o indicaciones relativas a la interpretación de la
naturaleza (1620).
La filosofía de Bacon influyó en las ideas, que la modernidad haría cada vez
más generales, de que la gente es a la vez sierva e intérprete de la naturaleza,
la verdad no nace directamente de la autoridad y el conocimiento deriva ante
todo de la experiencia. Se le reconoce haber aportado a la Lógica el método
experimental inductivo, ya que anteriormente se practicaba
la inducción mediante la simple enumeración, es decir, extrayendo
conclusiones generales de datos particulares. El método de Bacon consistió en
inferir a partir del uso de la analogía, desde las características o propiedades
del mayor grupo al que pertenece el dato en concreto, dejando para una
posterior experiencia la corrección de los errores evidentes. Este método
representó un avance fundamental en el método científico al ser muy
significativo en la mejora de las hipótesis científicas.

Disputas históricas
Bacon y Shakespeare
La teoría baconiana sobre la autoría de las obras de Shakespeare, propuesta
por primera vez a mediados del siglo XIX, sostiene que Francis Bacon escribió
las obras de teatro que se atribuyen en forma convencional a William
Shakespeare, en contra del punto de vista aceptado de que fue William
Shakespeare de Stratford quien escribió los poemas y obras que llevan su
nombre.

La principal evidencia baconiana se funda en la presentación de un motivo para


el ocultamiento, las circunstancias que rodean la primera puesta en escena de
La comedia de las equivocaciones, la proximidad de Bacon a la carta de
William Strachey a partir de la cual muchos estudiosos creen que se basó La
Tempestad, interpretación de alusiones en las obras al conocimiento legal de
Bacon, los numerosos supuestos paralelismos con las obras publicadas de
Bacon y anotaciones en el Promus (su libro de notas personal), el interés de
Bacon en las historias civiles, y alusiones sostensiblemente autobiográficas en
las obras de teatro. Como Bacon contaba con conocimiento de primera mano
de los métodos de codificación del gobierno, muchos baconianos piensan que
él escribió pistas de su autoría en la obra de Shakespeare en forma codificada.

La mayoría de los estudiosos de fuste rechazan todos estos argumentos en


favor de Bacon, y critican a la poesía atribuida a Bacon como demasiado
diferente de la de Shakespeare como para haber sido escrita por la misma
persona.

Teorías sobre ocultismo


A menudo Francis Bacon se encontraba con otros hombres en el Gray's Inn
para discutir sobre política y filosofía, y para ensayar actos de obras de teatro
que estaba escribiendo. La supuesta conexión de Bacon con los Rosacruces y
la Francmasonería ha sido ampliamente comentada en numerosos libros por
distintos autores y estudiosos. Sin embargo, otros entre los que se encuentra
Daphne du Maurier (en su biografía de Bacon), han sostenido que no existe
evidencia sustancial que avale la teoría de su relación con los Rosacruces.
Frances Yates no indica que Bacon fuera un Rosacruz, pero, presenta pruebas
de que él se encontraba vinculado con algunos de los movimientos
intelectuales más herméticos de su época. Yates sostiene que la iniciativa de
Bacon sobre la promoción de la enseñanza se encontraba muy ligada con el
movimiento Rosacruz alemán, mientras que en la obra La Nueva Atlántida
Bacon presenta una tierra que es gobernada por los Rosacruces.
Probablemente él consideraba que su movimiento por la promoción del
aprendizaje se encontraba alineado con los ideales de los Rosacruces.
Una crítica al aristotelismo
Dentro de la doctrina baconiana se hallan dos grandes e importantes asuntos
que se van desarrollando durante su estudio. El primero de ellos es un estudio
exhaustivo sobre los problemas del método científico; el segundo hace
referencia a la técnica aplicada a la vida humana. Bacon emprende una lucha
decisiva focalizada en Aristóteles, debido a que este había, según él,
imposibilitado el progreso de la ciencia aplicada. Tanto la Antigüedad como la
Edad Media no concibieron la posibilidad de mejorar las condiciones de vida
humana por medio de los descubrimientos de la ciencia; por ello Bacon orientó
su atención a tal problema, proclamando una ruptura concentrada
específicamente en la doctrina de Aristóteles, pues este pensador, según
Bacon, es el autor de los más grandes errores que alimentaban a la época
renacentista, que lo tenía como modelo. Además, criticaba su ineficaz método;
su inutilidad práctica, debido a que este, así como su filosofía, tenían solo una
utilidad discursiva, dispuesta únicamente para debates y discusiones, pero no
en provecho de producir obras que sirvieran a la vida humana.

Bacon se refiere a la lógica aristotélica, como aquella que deja sin bases a la
investigación científica, porque su silogística gira en torno a un grupo de
conocimientos, con el fin de solo reafirmarlos, a esto llama anticipaciones de la
naturaleza; a su propuesta metodológica la designa interpretaciones de la
naturaleza, estas consistían en tener un acercamiento sistemático a la
experiencia y así, gradualmente ascender a premisas generales, para después
retornar al estado sensible y hallar el carácter práctico del conocimiento, pero
para llevar a cabo lo anterior, se debe aplicar la verdadera inducción que va en
contra de la inducción por enumeración simple; esta última, es rechazada en
sus conclusiones, al tropezarse con un caso, donde las mismas (conclusiones)
no pueden aplicarse. Es por ello que la verdadera inducción es la más viable,
en cuanto que, toma los casos negativos y tras un gran número de ellos,
concluye los afirmativos.

Al controvertir la filosofía y especialmente el método del estagirita, a la vez


hace notorio la idea preponderante de su pensamiento; de aumentar el dominio
sobre la naturaleza, para así mejorar la vida del hombre. Bacon hace una
analogía entre el nuevo científico y la abeja, pues el primero debe ser como las
segundas en cuanto que ellas recolectan de las flores el material para
transformarlo después en miel. Su propuesta de una nueva lógica es
experimental, para así poder dominar la naturaleza, a través del obrar.

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