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KO UN (Kunsan, Corea del Sur, 1933) es un poeta, novelista, autor de literatura infantil, ensayista y

traductor de poesía clásica china; con un centenar largo de libros, desde su inaugural Sensibilidad desde
la otra orilla (1960), ha sido vertido a numerosos idiomas y publicado en más de 20 países, y ha recibido
importantes premios, entre los que se cuentan El Premio Coreano de Literatura en 1974 y 1987, el
Premio Manhae de Literatura en 1989, el Premio Sueco de Literatura para autores asiáticos en 2006 y el
premio canadiense Griffin Poetry Prize Lifetime en 2008, además de ser un recurrente candidato al
Premio Nobel.
Procedente de una familia campesina, desde muy pequeño estudió los clásicos chinos y se interesó por
el cultivo de la poesía. No pudo acabar sus estudios de Secundaria a causa de la Guerra de Corea:
precisamente, traumatizado física y psicológicamente por la muerte y las secuelas padecidas por
muchos de sus familiares y amigos en la contienda, superó un primer intento de suicidio profesando de
monje budista hasta 1962. La inestabilidad emocional, la afición al alcohol, y la lucha infructuosa por los
derechos humanos y la democracia, lo llevaron a un nuevo intento de suicidio años más tarde, hasta
que logró estabilizar su vida a sus 50 años: en las décadas de 1970 y 1980, durante las que el Gobierno
de su país frenaba de diversos modos la democracia, Ko Un se volvió muy activo, lo que le costó la
cárcel en cuatro ocasiones, llegando incluso a estar acusado de traición y ser sentenciado a 20 años de
cárcel con la Dictadura militar de 1980; dos años después se benefició del indulto general decretado
por el Gobierno democrático, y su vida entró en cauces más tranquilos: se casó, retomó con fruición la
escritura y empezó a viajar, y a partir de 2007 fue nombrado profesor invitado de literatura en la
Universidad Nacional de Seúl.
Desde su debut literario en 1958 con los poemas "Tuberculosis" y "El mensaje de la noche de
primavera" ha publicado numerosos poemarios, siendo su primera publicación importante Cantos a la
orilla del mar (1966). Su primera poesía se basa en la confrontación desesperada y existencial con el
sinsentido: Ko Un rescata la desesperanza de la vida absurda, y sus dificultades propias como poeta,
hechizado por las omnipresentes sombras de la muerte que dominan la posibilidad de apreciar la vida;
pero ya desde entonces su poesía está también marcada por un lenguaje emocional muy cultivado, que
muestra la ansiedad del poeta. Los años setenta fueron un punto de inflexión en la carrera del poeta,
que con la publicación de Tras ir al pueblo Munui (1974), Escalar una montaña (1977) y Carretera de
madrugada (1978) se aleja del disgusto y el vacío de sus dificultades personales anteriores para
confrontarse con las fuerzas de la historia y la realidad. A partir de la década de 1980, con un ojo crítico
puesto en la sociedad contemporánea, los cambios sociales y la injusticia, su poesía evolucionó de
nuevo, componiendo poemas épico-dramáticos como "Diez mil vidas" y "Monte Baekdusan", en los que
retrata de forma imaginativa varios aspectos de la a veces trágica y desafiante realidad: el primero
merece destacarse por su alcance, pues el poeta teje los colores y contornos de la vida de las personas,
rechazando restricciones espaciales y temporales, y a través de la repetición y los efectos de capas
superpuestas de sentidos hace que resplandezca la belleza del poema; Baekdusan es una obra narrativa
sobre la fe en la historia, destacando por el lenguaje emotivo que sintetiza las realidades de la vida de la
gente y profundiza y expande la conciencia histórica.
POEMAS

 Poemas en versiones de Suh Sung-Chul y Paciencia Ontañón de Lope en la antología “Ko


Un, Fuente en llamas” (Edic. del Colegio de México, CD Mexico, 1999):

CORAZÓN DE POETA (De “Sensibilidad desde la otra orilla”, 1960)

Un poeta ha nacido entre chirriar de crímenes,


hurtos, asesinatos, fraudes o violencias
en algún oscuro rincón del mundo.
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Primero las palabras del poeta van deslizándose
en chirridos, en ásperas y espantosas blasfemias
que se escuchan en los barrios más pobres y violentos
y por un tiempo dominan a la sociedad.

Después el corazón del poeta forja un grito


con todas las verdades, como vienen, rezumando,
a través de las grietas del mal y la mentira
y los demás corazones que lo golpean hasta la muerte.

El corazón del poeta está condenado, es cierto.

ZUMBIDO DE INSECTOS (De “Sensibilidad desde la otra orilla”, 1960)

Todo el follaje otoñal ha caído;


las ramas, extendidas, están desnudas.

¿Fluye el arroyo subterráneo en tal estación?

Un sonido sorpresivo me despierta del sueño


como agua que se va corriendo en lo subterráneo;
se desvanece el zumbido en la noche azul y profunda.

Cuando trato de volver a dormir, lo oigo de nuevo


no con los oídos
sino con los ojos.

El zumbido del insecto en mis ojos


¡tan profundo grito!

No oídos;
no sonidos.

Se rompe el alba por la noche de los ojos.

NOSTALGIA (De “Cantos a la orilla del mar”, 1966)

Cuando niño, de pie en la playa de mi pueblo,


a menudo contemplaba el mar esmeralda.
Las olas venían azotando hacia mí
y yo siempre retrocedía.
No podía ir a su encuentro
y el mar era simplemente el mar.
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Los tendederos se estiraban con el peso;
la ropa, tendida, aleteaba y volaba.

La enfermedad que sufro hace tanto tiempo,


nacida de las ropas lavadas (banderas de otro mundo)
y el mar (cuerpo de este mundo)
infectó a mi delicada hermana que se vestía de terciopelo
hasta que finalmente fue enterrada para siempre,
profundamente, bajo el seno de una paulownia.
Mi hermana no tenía un amor por quien clamar;
solo "¡Dios!, ¡Dios!",
o algunas veces "¡Padre!".
Con mi pálido cuerpo oía yo un sollozo,
un campo de cañas crujiendo en sus venas.

La primavera siguiente se retrasó un poco;


se quedó apenas en el patio y partió.
Todavía quedaban
algunas flores tardías.
Las azaleas blancas la recordaban
especialmente,
hasta que llegó el verano.
Durante todo el verano comí tierra y lloré.
La lluvia caía a raudales.
Detrás del pueblo las anchas tierras labrantías se llenaban de sal,
bajo las profundas aguas.
¡Un mundo de agua!
Las casas flotaban, nadaban.
Mi hermana era más hermosa que nunca
y vino el otoño.
¡Así es! Realmente, sí, en verdad
el otoño era ella.
En el agua fría en que me lavaba, las arrugas nacían
en mi frente joven y tierna.
Una vez que terminaba de lavarme
el otoño pretendía ser el cielo,
allí, llorando.
Entonces, un lejano silbido de tren se oía con fuerza
y el otoño se hacía todavía más profundo.
Cuando solo algunas hojas quedaban en los árboles
y nosotros nos convertíamos en árboles desnudos del otoño,
mi hermana hablaba con las hojas.
Sin instrucción alguna ni conocimientos poéticos,
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hablaba bastante bien.
Y todo el tiempo, debajo de la tierra,
las raíces retozaban en jardines de agua clara
como debían.
Ciertamente,
el cielo era el reino del paraíso,
aunque pretendía ser nuestro mundo.
Gritaba y era más azul que nunca.
Dejé de lavar mis ojos.
En alguna parte,
mi destino me esperaba silencioso, una y otra vez.

Mi hermana empezó a toser


y poco a poco me llené de aflicción.
Alcé la cabeza y miré fijamente
las obras de la Naturaleza, pero mis pies no se movieron.
La senectud sería mi última venganza.
Un día, mi hermana tosió sangre.
No pude soportarlo, no pude sollozar.
Ella la tapó con sus faldas que la envolvían
antes de derrumbarse.
Ese día vi por primera vez
lo que estaba escondido en mi hermana.
En su virginidad se encerraba
todo el flujo y el reflujo del mar vecino.
Desde entonces mi sueño fue el sueño marchito de mi hermana.
Su cuarto se llenaba con los vibrantes tímpanos
de los vivos y de los muertos.

Noche a noche yací despierto, junto a su puerta,


hora tras hora vagando.
El día que ella se quitó su chaleco de terciopelo
para prolongar las horas de su feliz vida,
yo anduve caminando por la invernal orilla,
yendo y viniendo,
y regresé.
En la primavera temprana del año siguiente
la pálida mano de mi hermana cayó,
como si señalara el tendero vacío
todo adornado con gotas de niebla
y ella diera su adiós al mundo.
No derramé ninguna lágrima
pero me recosté en su almohada blanca como de porcelana
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y seguí su muerte algún tiempo
antes de regresar.
Dentro de su ataúd estaba muy oscuro;
dudé que fuese mi hermana
o yo
o alguna alegría.

SENSACIONES EN EL TEMPLO DE LA MONTAÑA (De “Cantos a la orilla del mar”)

Allí arriba libélulas arrogantes; viendo ahora por primera vez;


el cielo está cayendo un corazón vacío
en mi frente, lágrimas; da a luz a otro corazón vacío.
no, lágrimas cayendo.
El futuro de aquel monje anciano
No había un soplo de aire, está en el cielo nacido en su espalda.
ni pensaba en la brisa;
las hojas del árbol están cayendo. Con la campana arrogante del viento otoñal
la noche llega al patio.
Con los ojos del ciego

De “En la aldea Munui” (1974):

***

En invierno fui a Munui y vi


cómo la muerte abraza la vida y la acoge con fuerza
en la tumba.

Hasta el fin, ¡tan tolerante!,


la muerte oye la señal del Mundo
y se vuelve atrás, retirándose.

LOS ÚLTIMOS RELOJES

En una noche, mil, diez mil veces más oscura,


una flor se ha abierto
después de gritar sola,
y cerca, a su lado,
una flor roja se ha abierto
muda como el hierro

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¡MATA A LOS SERES VIVOS!

¡Despedaza a tus padres! ¡Despedaza a tus hijos!


Haz lo mismo a esto y aquello,
a cualquier cosa.
Despedaza y despacha con el filo agudo de la noche.
Cada mañana
el cielo y la tierra apilados con las cosas muertas.
Nuestro trabajo es enterrarlos durante el día

y construir allí un nuevo mundo.

PARA MÍ MISMO (De “El retiro en la montaña”,1977)

¡No cubras mis ojos para dispararme!


Moriré de pie.
Acusado injustamente en esta hermosa tierra,
¡moriré de pie!
No llamaré a mi madre
ni a nadie más.
Cuanto más espantosa la muerte,
más gozosa es.
La muerte no es derrota,
ni desgracia, ni senilidad.
Debería ser una flor roja, un jacinto blanco.
Debería ser la oscuridad de la filosofía
que es como un acantilado en la más profunda noche.
¡Dispara ahora, dispara
cinco balas de un M16!
Después, el tiro de gracia.
Este es el único momento
en toda la historia de nuestra nación
en que puedo ser un artista.
¡Dispara ahora!
¡Dispara!
¡No cubras mis ojos!
¡He vivido con mis ojos,
con mis ojos moriré, joven guardia!

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CHAE-SUK (De “Diez mil vidas”, 1986-97)

Chae-suk, la hija casadera de los Shiam,


mira a la lejanía
mientras camina con el cántaro rebosante de agua
en la cabeza.
¡El camino abierto del otoño temprano
está totalmente franco!
El próximo año
Chae-suk dejará la aldea, Chae-suk, cuyo corazón
                está lleno
de expectación.
Chae-suk, como la oscuridad que queda
cuando la luna se pone.

De “¿Qué son: poemas zen? (1991):

AMIGO MÍO

¡Amigo mío! a la tierra.


Hice un Buda
con la tierra que cavaste. ¡No discutas!
El cielo se ha despejado
Llovió con la lluvia.
y el Buda regresó de nuevo

BORRACHO

Nunca fui una entidad individual. que avanza bamboleándose en zigzag.


¡Sesenta billones de células!
Soy una colección viviente ¡Sesenta billones! Todas ebrias.

BOSQUIMANO

Bosquimano de África.
Durante toda una vida
acaso son suficientes
unas docenas de palabras.

¡Oh!
¡Eres verdaderamente Padre, Hijo, Espíritu Santo!
¡Oh, bosquimano!
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CIMA DEL MONTE

¿Dices que hay algo en la cima? Flores de melocotón,


¡No, baja! camino de tres vías
que yo cruzo.

EL AGUACERO

Innumerables Budas corre apresurado.


caen. Flotan más cadáveres.
Aquel arroyo
¡Qué frescura!

EL CAMPO DE CHEJU

Noviembre comienza En él pongo un espantapájaros.


en el campo de carrizos de Cheju,
campo de carrizos blancos. Ve al mar,
el mar lo ve.

EL CHAPARRÓN

Diluvia todo el día. jueguen juntos bajo la lluvia,


No se ven bestezuelas que el cielo sale
en la tierra. mañana
¡Está bien' o
Salgan bestezuelas pasado mañana.

EL ECO

A la montaña crepuscular ¿Qué eres tú?


grito: ¿Pero eres?

EL MOSQUITO

Un mosquito me ha picado. ¡Gracias! ¡Estoy vivo!

EL ROLLO DEL MAESTRO

Ta Hui, anciano monje de la dinastía Sung      Los recuerdos del risco azul.
echó al fuego el rollo de su maestro: Bien hecho. Hizo muy bien.

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Pero la memoria permanece.
EL VIEJO BUDA

¿Hablaban del viejo Buda? El verdadero Buda es un pez


El viejo Buda no es Buda. agitándose en la red, brincando.
EL VIENTO

Sopla el viento. ¡Ah, este mundo! ¡Ah, el otro mundo!

EN LA NAVE DEL TEMPLO


¡Gran error! Haberse vuelto antes de entrar
habría sido mejor.

ESTRELLA FUGAZ
¡Eso es! ¡Tú me reconoces!

LA OTRA ORILLA

¿Puedo vivir sin ti?

LA SENDA

Toma esta senda. Conduce al Nirvana.


Perdón.
Iré por donde quiera.
Por riscos pedregosos. Sobre el agua.

La senda del Maestro es la del cadáver.

LA TARDE

Al estiércol seco ¿No es ya pura tierra?


ni la mosca se arrima. ¿No?

MONTE KYONGHO

¿Tú no serías tú Pero de lo demás nada sabrías,


si no supieras todo así que mira
del vino y las mujeres?          la pareja de urracas
que pusieron su nido en tu cabello.

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ROPA LIMPIA

La ropa limpia ondea mecida por el viento


sin saber que es ella misma
Boddhisattva.

SONRISA

De pie, frente a la sonrisa ¡No seas menos generoso!


en la cabeza de un cochinillo
recién horneado.

UNA SONRISA

Shakiamuni sostuvo un loto Mentira:


y Shakiapa sonrió. sonrió el loto
y Shakiapa sonrió.

¡No había Shakiamuni!

 Versiones de Joung Kwon Tae revisadas por Isabel R. Cachera en “Ko Un, 108 poemas Zen"
Editorial Casariego; Madrid, 2005)

BAJANDO DE LA MONTAÑA

Al mirar atrás la brisa otoñal agita


¡ah! indolente
la montaña de la que desciendo la piel que mudó la serpiente
ha desaparecido.
En el lugar donde estoy

BEBÉ

Antes de tu nacimiento
antes que tu padre tu balbuceo ya estaba ahí
antes que tu madre

CUCÚ

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Al alba tres cucús se sientan juntos Los cucús de ayer fueron olvidados
ni una palabra aún es temprano para los cucús de hoy.

ni qué bueno es otro mundo El mejor momento del día


ni qué bueno es este mundo
EFÍMERO

Una trescientomillonésima de segundo, ¿Piensas que un día es demasiado corto?


si eso es lo que dura una partícula,
considera qué interminable es un día ¡Qué codicia!

EL VIENTO

Nunca le pidas clemencia al viento una vez que se hayan marchitado sus hojas
altas lilas silvestres y otras brotarán nuevos tallos
blancas lilas aromáticas y otras
flores sin nombre y otras No es demasiado tarde

EN TU REGAZO

Un siglo en tu regazo sin amigos


sin patria sin camino que pueda emprender

¡Qué delirio, el territorio de la oscuridad!

LUCES LEJANAS

Haciendo el camino de noche por sí solas


las luces distantes me dieron fuerza
ayer, hoy y mañana también

OLAS

Mira, ¿acaso todas las olas se mueven No


porque una sola empieza a moverse? Simplemente se mueven todas a un tiempo
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desde el principio
Todo ha sido una equivocación

POSADA EN EL CRUCE DE CAMINOS

Despierto tomo tres copas de vino y miro afuera


si estoy despierto hay alegría en la posada del cruce de caminos
en ningún lugar existe tristeza se lo oí decir al camino bajo la lluvia

REMINISCENCIA

Durante decenas de años


esperé un copo de nieve De la cigarra, su canto
mi cuerpo, que ardía como una brasa, cesó
se apagó

SIMPLEMENTE

Se dice que seguimos


el camino que cada uno ha tomado
porque alguien nos dijo que lo tomemos
se dice que el agua que fluye simplemente
por el valle
está fluyendo
porque alguien le dijo que lo hiciera

¡Qué pobre es la sabiduría humana!

UN CALLEJÓN

Un callejón sin salida. Me vuelvo En un callejón de Chongnung


Aquí y allá
Luces brillantes

UN DÍA

Un relámpago en la colina de enfrente Entre las dos


Un trueno en la colina de atrás una piedra muda

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UNA PALABRA

Tienes prisa Le dice un leño al fuego.


mucha prisa

VERANO TARDÍO

Entrar en el agua ¡plaf! así voy avanzando


entrar en las llamas mientras las frutas maduran
¡Ay, quema!
más allá

VESTÍBULO PRINCIPAL DEL TEMPLO

Un gran error darse la vuelta en la puerta


Hubiera sido preferible

 Versiones de Jong-Tae Min en su antología “Ko Un, Unas horas con los poetas muertos.
Poesía esencial 1997-2011” (Huerga & Fierro editores; Madrid, 2015):

ALIENTO
 
Qué quietud en la cara del hombre que acaba de morir
Aún permanece el hilo del aliento
en el borde de aquel rostro
quieto
 
Prohibidas las lamentaciones

ANNAPURNA
 
Voy al pico Annapurna en el Himalaya
Yo he estado ya
desde hace mil quinientos años
Es una cosa reciente:
por fin nos encontramos de golpe
con un agasajo emocionante y caluroso al recibirme allí
los dos oyes nos chocamos
nos destruimos con todo brillo:
destrucción deslumbradora
que no perdona ninguna letra ni alfabeto
Así nace una oscuridad total analfabeta

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allí al pie del Annapurna
Ya no hay yo
¡yo que he sido mendigo, a veces hipócrita durante demasiado tiempo!
 
AUTORRETRATO
 
Las canciones que yo he cantado
las canciones que no he podido cantar
todas vienen corriendo con luz encendida
en tropel
hacia donde yo
yo no sabía que se dirigía a mí
este remordimiento deslumbrante que era yo
FASCINACIÓN
 
Me voy cayendo en el pozo de tus ojos
Mis pies se han parado en el tiempo del meteoro tan rápido
como una flecha, entre tu palabra y palabra.
Desde ahora en adelante, la oscuridad espléndida de tus huesos
se quedará quieta y silenciosa hasta después de cien años.
Te amo.

 Otros en las versiones de Suh Sung-Chul en “Ko Un, Flores de un momento” (Ediciones
Linteo, Ourense, 2017)

***

Semillas de sauce Al tocar tierra,


llevadas por un presuroso arroyo se abren.
Trata de comenzar así.

***

Una primera gota de lluvia Luego a esta otra hoja


al caer despierta y a esa.
a una hoja de magnolia.

***

14
Hubo un día
en que no había nadie a quien preguntar por el camino;
entonces partí en la dirección
que indicaba una larga rama de pino.

Era el sendero que quería.

***

Luz de hogar al otro lado del río. Nadie preguntó.


Nadie contestó.

***
A la puesta del sol Convertirme en lobo
sólo un deseo: bajo una enorme Luna llena.

***
 
Pasé  el día entero viviendo una historia ajena
Y cuando vuelvo a casa
Los árboles me miran

***
 
En el Monte Kariwang de Chongson, provincia de Kangwon
Las corrientes cayendo
Están ocupadas, pero más lo están
Los peces pequeños,
Nadando hacia arriba
Luchando contra la corriente

***

Mi nirvana es nirvana errante.  lluvia, 


Aprendí eso  agua de acequias. 
del viento. 
Aprendí más de cosas como  Soy un estudiante siempre errante.
nubes, 

***

Remando con un solo remo Perdí el otro


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  la extensión de agua es inmensa.
Miro a mi alrededor por vez primera:
***
 
Fuera de la cueva el aullido del viento, la lluvia.
Dentro,
el chillido de los murciélagos llena el techo
 
***
La tumba de su esposa ríe en silencio
 
***
 
Sí, algunos dicen que pueden recordar mil años
Y algunos dicen que ya han visitado los próximos.
Es un día de viento
Estoy esperando el autobús
 
***
Fuimos a Auschwitz
Sobre el camino de regreso
cada uno de nosotros miró por una ventana distinta.
Vimos montones de vidrios y
pilas de zapatos
 
***
 
Siguiendo las huellas de un animal en la nieve
Vi atrás seguirme mis propias huellas.
 
***
 
Dos personas están comiendo y al mismo tiempo
uno frente a otro la mejor cosa
La cosa más rutinaria Como si dijeran: esto es amor.
 
***
 
En silencio
La resina enterrada se transforma en ámbar
Por encima, comienza a caer la primera nevada.
 
***
16
 
En medio del camino
un ciervo
contemplando tranquilamente la Luna en un arroyo
 
***

El pico de un pollito picando la comida


Mis estudios también están lejos de concluir

***

Una hilera de hormigas  poco a poco, 


está cruzando una calle. de que este Mundo no le pertenece 
Quizá para que podamos darnos cuenta  solo a la  humanidad.
hoy, 
mañana  Al mediodía, caliente como un brasero,  
y pasado mañana,  el cuclillo ha dejado de llamar.
***

Cuando los puestos cierran el último día de venta


vislumbro de repente
a la madre de Samman que murió el año pasado.
Y supongo que volvió para hacer las compras.
 
***
 
¿Qué puedo hacer?
Pétalos de flores de durazno
Se han ido acumulando todo el día en el patio de la casa abandonada.
 
***
 
Hace treinta años
Una mujer hambrienta vió
Un millar de sacos de arroz en un espejismo.
 
***
 
Todo, traspasada mi puerta, Maestro -una mierda
Es mi maestro Maestro -qué tontería
  Maestro, las pecas de los niños.
 
17
***
 
La gigantesca mansión de un magnate de negocios
La impotencia  de los necesitados
La esperanza de los ladrones.
 
***
 
¿Por qué? Para niños de cinco años
¿Por qué? Seguramente ellos saben
¿Por qué? Que sin esos porqués
  Todo sería nada.
Ocupar un día brillante con preguntas

 Poemas de la antología “Ko Un, Poesía dejada atrás” (Círculo de poesía ediciones; Puebla;
México, 2018), por diferentes traductores:
 
ALMA

Éramos escarabajos. Después de morir regresamos. Éramos


Éramos polillas. bebés recién nacidos, olas
Grillo de pino éramos. que se agitaban toda la noche sin parar éramos.
Nos lanzamos ciegamente a cualquier fuego.
Tú y yo en aquellos tiempos.

Adalberto García López

BYEONG-OK (De “Diez mil vidas”,1986-97)


 
Nació ordinario,
empezó a trabajar a los cinco años
tenía que trabajar con su padre.
Cuando llegó el otoño,
fue a los arrozales a cazar caracoles de barro,
fue a los amplios arrozales,
como su madre le dijo que hiciera.
 
Era divertido
la mitad del día cazar caracoles,
divertido alejarse del penoso trabajo.
Byeong-ok,
tan hábil atrapando caracoles de barro,
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murió al beber agua de lejía por error.
Ningún niño del pueblo conoció su tumba.
No hubo sepultura para niños, ni funeral para niños, solo nació y murió.
Versión de Andrea Rivas

DESCUBRIR EL CAMINO
 
Idiotas, preguntan qué es Dios
en vez de preguntarse qué es la vida.
Encuentren un puerto donde florezcan limoneros.
Pregunten por los sitios donde se puede beber.
Pregunten por los parroquianos.
Pregunten por los limoneros.
Pregunten y pregunten hasta que no quede nada por preguntar.
Versión de Alí Calderón

DESIERTO DE TAKLAMAKÁN
 
Por qué me dirijo al desierto de Taklamakán
si ahí sólo el vacío?

Por qué me dirijo al desierto de Taklamakán


a mis setenta y cinco años, olvidando todas las palabras
si ahí sólo el grito de la ausencia?

Por qué me dirijo al desierto de Taklamakán


si no tolero la ambición del mundo,
mi propia ambición?

Ahí, en el desierto de Taklamakán,


datada en mil años,
el silencio de una calavera.
Versión de Alí Calderón
DOS CIEGOS
 
En Changmi-dong, Kunsan,
varias personas ciegas viven juntas,
varias personas ciegas que son buenas con los masajes,
felices juntas.
Si llega una llamada para que uno vaya a una posada,
un hombre mayor lleva a una joven

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y juntos toman los bastones,
es una ruta familiar, incluso si no pueden ver,
porque la toman todo el tiempo.
Sus bastones apenas tocan el suelo.

Ese hombre ciego no es su padre, ella no es su hija,


pero las relaciones adoptivas entre ellos son firmes.
La que usa lentes oscuros y no
tiene miedo a la lluvia, es la hija.
El que tiene los ojos abiertos, sin ver una sola cosa,
guiando el camino, es el padre.

Cuando no hay nadie


hablan en tonos bajos
y ríen: cosa que de otro modo no hacen.
En medio de toda la perversidad del mundo
hay bondad también:
incluso la oscuridad puede ser una bendición.
Versión de Andrea Rivas

 MEMORIA DE LAS TUMBAS

¡Cómo me gustaban las tumbas en mi juventud!


680 tumbas en el cementerio público Hwangdeung de Chollabokdo
y también las tumbas del Cementerio Sarabong en la Isla Jeju.
En el camino a casa de noche
me recostaba y me dormía junto a ellas.
Se propagaba el dicho en la Isla Jeju,
que mis amigos me llamaban el Fantasma de Sarabong.

El día en que alguien moría y una nueva tumba se edificaba,


¡ah, qué gran día era para mí!
“¡Tú, también, has venido hasta acá finalmente!
¡Bienvenido!
¡No hay mejor lugar que éste!” Le decía.
Qué día tan magnífico era para mí.

Un día después de eso


estaba totalmente borracho,
pasé por esa tumba,
me desmayé y me quedé dormido,
fui mordido por un ciempiés en el amanecer.
Por una semana completa uno de mis cachetes
se me hinchó del tamaño de una calabaza
aquello fue un gran escozor.
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Una vez antes de que me volviera un monje novicio
en mi camino al Templo de Miraesa en Tongyeong
me pasé un mediodía en un cementerio
olvidándome completamente del encargo que me habían hecho.
Más tarde el monje principal me reprendió rigurosamente.

Hace décadas que pienso en esto


y ahora finalmente lo he entendido:
los animales no hacen tumbas.
Los animales son mejores que los humanos.
Ellos son mejores que Dios.
Siempre y cuando no dejen tumbas
son varias veces mejores que yo.

¿Entonces fue esto todo lo que al final aprendí


de amar demasiado a las tumbas,
hacer un gran alboroto,
llorando y sonándome la nariz?
Versión de Mario Bojórquez 

NOCHE TIBETANA

Algunos pisos
más arriba de otra noche en la tierra,
estaba la noche tibetana.
Extensa.

Extensa significa al menos diez veces diez mil años.

Fermentándose dentro de la oscuridad,


las sombras se fueron convirtiendo en vino.

OÍDO
 
Alguien está acercándose,  
viene del otro mundo. Alguien está yéndose ahí ahora mismo.
  Con seguridad van a cruzarse.
Nocturno rumor de lluvia.
Versión de Alí Calderón

POESÍA DEJADA ATRÁS


 
Si fuera posible, si de verdad fuera posible,
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¿por qué no habría momentos en que podríamos comenzar de nuevo
desde el vientre de nuestra madre
como si fuéramos un recién nacido?
La vida siempre debe estar lista para escuchar
el sonido de la próxima ola.
 
Aun así, ¿no deberíamos volver atrás en el camino que una vez tomamos?
Jirones de aquellos años en que yo erraba
siguen revoloteando y agitándose aquí y allá
como en un tendedero de ropa.
 
Cuando era pobre hasta las lágrimas me faltaban.
 
Algunas noches
me calenté la espalda congelada con un fuego menguante,
luego, me di la vuelta sin alegría, para calentarme el pecho.
Algunas otras noches
simplemente me congelé, y estremecido, temblaba.
 
Cuántas innumerables mañanas hasta el día de hoy
no he sido yo el extraño del asiento trasero.
En el atardecer de las montañas en que profundamente
he tomado un camino
que parece mucho más largo que aquel por donde venía.
 
El viento sopla…
Está soplando…
 
La tristeza es algo que nunca se puede vender ni comprar.
Entonces, estar triste
es como ser una lámpara
muy lejana.
 
No debería haber nada que me quedara en las manos,
pero quizá sintiendo que había algo
que había dejado atrás,
me levanté rápidamente del sitio en que estuve sentado mucho tiempo
probablemente cerca del extremo más alejado de la Península Tae-an
en la costa oeste donde se levantaba la niebla.
 
¿Era eso un espíritu aullando, o era la poesía?
Versión de Mario Bojórquez 

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 Otros poemas:

(1960)

Allí se concentra la luz del Sol.


Pero aunque tú y yo corramos para alcanzarlo
Ese lugar está siempre más allá de nuestro alcance.

ARREBATO DE LA NOCHE

¿Estás durmiendo, madre?


¿No duermes? ¿Estás segura?

Todas las cosas que fluyen


por el día, en la noche
están ahora quietas.

¿Cuán lejos, me pregunto, han ido


los murmullos del agua
que he oído todo el otoño?

Frío, sí, más lleno de alegría.

Muy pronto, en la profunda oscuridad,


verás mi corazón reflejado en el murmullo del agua
levantándose dentro de mí.

(Fragmento de) VISITA A UN BOSQUECILLO DE ABEDULES (1984)

… O mejor, anhelaba ser amable y suave


como un brote nuevo nacido en esta fría soledad;
amable y suave
como la carne bien cocida en una taberna de encrucijada.
Porque fue mi vida demasiado dogmática,
porque yo fui áspero hasta con la brisa.
[...]
Ha de llegar el tiempo en que se dé cuenta la gente
de que cada uno es parte de una muchedumbre.
Cuando yo era niño, ya era viejo.
Llegando aquí, he vuelto a nacer…

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EL “DELANTE” DEL ÁRBOL

Mira, los humanos de espaldas. No tiene palabras, el árbol,


Si Dios existe pero siente palabras de amor,
ésta su forma tiende más hojas al soplo del viento.
y de este modo? Las hojas del nuevo año
Todo árbol son aún más verdes.
tiene un delante y un detrás. Y cuando el verano haya pasado
No necesariamente por culpa de la luz destellará allí,
del Sol. con un rojo de fuego
No necesariamente por el Norte y por que nadie podrá nunca igualar.
el Sur. Con un rojo de fuego
Cruzo su delante y encuentro el árbol, al que ningún final de una amistad
cruzo su detrás y me despido de él humana
y ya me falta, ese árbol. podrá extinguir.

Versión de Clara Janés

EL CAMINO

De ahora en adelante, esperanza. y la oscuridad que viene.


Me falta el aliento, Oscuridad
de ahora en adelante, esperanza. es solo ausencia de luz.
Si no hay camino De ahora en adelante, esperanza.
lo construyo mientras lo hago. El camino no existe.
De ahora en adelante, historia. Por esto lo construyo mientras lo hago.
Historia no como pasado, He aquí el camino.
sino como todo lo que es. He aquí el camino,
Del futuro, de sus peligros, y lleva siempre consigo, impecable,
en mi vida presente, numerosos mañanas.
hasta lo desconocido que viene,
Versión de Clara Janés

LA VELA BLANCA

Nadie desea la tempestad, ¡esto es cierto!


Y, en cambio tú, blanca vela ahí fuera en el mar,
en lo hondo del corazón esperas que llegue la tempestad.
Porque sólo durante la tempestad
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logras estar viva.

Oh, blanca vela paciente y nostálgica en el gran mar azul!


La lucha ha empezado.

Mi mirada no se aparta de ti.

Entre la hierba, bajo mis pies,


incluso una brisa suave es tempestad.
Versión de Clara Janés

ROCÍO MATUTINO

El éxtasis sin palabras:


mi deseo ardiente, al final,
vuelve a ser una gota del rocío matutino.

FIN

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