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Sus obras más importantes son: El ser y la nada, Los caminos de la libertad, La náusea, El
existencialismo es un humanismo y Crítica de la razón dialéctica.
“La Náusea es el sentimiento que invade al ser jumano cuando siente que la existencia (su
existencia) es una cosa absurda, un simple estar ahí, que las determinaciones que damos a las
cosas tienen relación con nosotros, no con ellas y que detrás de estas determinaciones de que las
revestimos, de acuerdo con la función que desempeñan en el cuadro de nuestras posibilidades, no
queda más que una masa confusa, indefinible, caótica y repulsiva. Quien llegue en un momento a
ese sentimiento de la absurdidad de las cosas y del ser humano mismo, sentirá náuseas, verse
como un ser arrojado al mundo, sin haber tenido parte en este acto fundamental, sentir luego este
mundo y a nosotros mismos abocados a la nada, no siento en realidad nada, pero moviéndonos
como fantasmas, con ilusiones que en los momentos de máxima lucidez se desvanecen: esto
produce náuseas.
Ningún ser necesario puede explicar la existencia (mi existencia), la contingencia no es un falso
semblante, una apariencia que se puede disipar, es lo absoluto, por consiguiente, la gratuidad
perfecta. Todo es gratuito, este jardín, esta ciudad y yo mismo. Cuando acontece y uno se da
cuenta de ello, el corazón da un vuelco y todo comienza a vacilar, he aquí la náusea.
Como el existencialismo, por exigencia misma de su métodos trata de desvelar las estructuras
fundamentales de la existencia humana, lo que ellas, revelan y ellas implican, dicha revelación de
la absurdidad de todo, que Sartre descubre en el sentimiento de la náusea será básica para todo
sus sistema.”
Cohen, Solae A. “Sartre 1905 -1980” Edhada, Barcelona, 1989, pág. 336.
LA INCOMUNICACIÓN
LA PASIÓN INÚTIL
“No puedo vivir nada sin integrarlo a mi situación, comprometerme en ello íntegramente y
marcarlo con mi sello, debo ser sin remordimiento, ni pesar así como soy, sin excusa, pues desde
el instante de mi surgimiento al ser, llevo exclusivamente sobre mí el peso del mundo, sin que
nadie mi nada pueda aligerármelo.