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Lengua Castellana y Literatura II IES de Tafira-Nelson Mandela

‘Hipomadres’
Nunca tuve ni un deseo loco de ser madre ni un rechazo visceral a serlo. Lo fui, soy y seré como lo
fueron, son y serán tantas otras desde que los anticonceptivos nos hicieron dueñas de nuestros úteros.
Porque tocaba, porque podía, porque por qué no iba a serlo, pudiendo. El caso es que, resueltas las
dudas por la vía de los hechos consumados, y consumado el enamoramiento de la mamífera por sus
crías, tampoco fui nunca una madre modelo. Y desde la primera noche de mi primera hija, en la que
les supliqué a las enfermeras que se la llevaran de mi vista para descansar del parto ante el escándalo
de mi compañera de cuarto, que se negaba a separarse ni un segundo de su cachorro, he sentido la
mirada reprobadora de muchos hombres y casi todas las mujeres por ser, o parecer, una madre
despegada, descreída, desnaturalizada, oh anatema: egoísta.

Todo esto fue antes de que se llevara el dormir con los críos hasta que te echen de tu cama, la lactancia
sine die, el no dejar no ya que tropiecen, sino siquiera que conozcan los baches del camino. La
hiperpaternidad, según el título del libro de Eva Millet (Plataforma) que ilustra el fenómeno. Aun así,
y aunque no me lo dicen a la cara, sé de algunas —en esto la mujer es loba para la mujer— que me
denunciarían al defensor del menor por no hacerle el desayuno a mi niña de 15 añitos y dejar que vaya
andando al instituto, ya me vale, madrastrona. Lo curioso es que solo se les afea la conducta a las
madres. Los padres están exentos y, mientras hay hombres que dimiten del cargo ante la tolerancia
general por el mero hecho de ser varones, a las mujeres se les exige entrega total a los hijos hasta que
la muerte rompa el vínculo. Bien; soy hipomadre, confieso. Creo que hay tantas formas de serlo como
progenitoras. Pero, igual que me repatean los que dan lecciones morales no solicitadas, no pretendo
dar ninguna a nadie. Hacemos lo que podemos.

Luz Sánchez-Mellado, El País, 19 de enero de 2017


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PROPUESTA:

(Consulta el guion para saber las demás cosas que debes añadir y que ya hemos visto en clase)

PREGUNTA 1 (COMENTARIO)

(ADECUACIÓN)

El texto objeto de este comentario pertenece al ámbito periodístico, más concretamente nos
encontramos ante un…

(COHERENCIA)

La polémica a la que hace alusión Sánchez-Mellado es un tema de actualidad…

(COHESIÓN)

En este apartado, deben mencionarse las cuestiones que ya vimos en la unidad 1 y en la actual, a
lo que habría que sumar el plano gramatical (que lo veremos en el tercer trimestre).

En cuanto a los aspectos relacionados con el léxico, destaca especialmente el empleo, tanto en el título
como en el cuerpo de la noticia, de un neologismo creado por la propia autora: “hipomadres”, el cual
quiere trasmitirnos el significado de una madre que se preocupa poco por sus hijos; se trata de un caso
de derivación formado por el morfema derivativo prefijo “hipo-”, que significa ‘escasez de’. Nos
encontramos además con otro caso parecido en el texto, “hiperpaternidad”, que utiliza un prefijo
opuesto al caso anterior, que sirve de inspiración a Luz Sánchez para redactar este artículo y que toma
de un libro recientemente publicado. El neologismo “hipomadre” se puede incluir dentro de la familia
léxica a la que pertenecen otras palabras empleadas, como “madre” o “madrastrona”, que consiguen
que el texto tenga coherencia léxica. A esta última, además, la autora le ha añadido un sufijo derivativo
de tipo despectivo, “-ona”, para enfatizar la imagen de mala madre que expone en el texto.
Precisamente, una de las palabras clave de este es “madre”, que se repite en cuatro ocasiones, y del
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que deriva un campo asociativo compuesto por otras palabras como “útero”, “parto”, “hija”,
“anticonceptivos”, “cachorros”, “lactancia”, “sentir”, etc. Para evitar la continua repetición del mismo
término y dar mayor cohesión léxica, emplea mecanismos de sustitución como el caso del sinónimo
total “progenitoras”, o el parcial “mamífera”. Otra de las palabras clave es “mujer”, que en el texto
presenta un claro sinónimo complementario: “hombre”.

Llama la atención el empleo de los tres adjetivos valorativos que acompañan al sustantivo “madre” y
que aportan una connotación negativa: “despegada”, “descreída” y “desnaturalizada”, todos ellos
formados a través del mecanismo de la derivación, añadiéndoles el prefijo “des-”, y que forman parte
de una enumeración que se encuentra al final del primer párrafo y que enfatiza dicha connotación
negativa. Al mismo tiempo, y al elidir la conjunción copulativa en dicha enumeración, se evidencia un
caso de asíndeton. Otros verbos que siguen esta línea a modo de protesta son “afea” o “exige”, los
cuales contrastan con el “repatea” del final del texto y que pretende dar a conocer el sentir de la
periodista.

Precisamente, el carácter altamente subjetivo de un texto argumentativo como este hace que estén
presentes numerosos adjetivos junto a sus correspondientes sustantivos y que guardan estrecha relación
con la tesis defendida. Además de los ya mencionados, se encuentran “mirada reprobadora”, “lecciones
morales” o “rechazo visceral”. Este último, además, es un antónimo de “entrega total”, en referencia a
lo que la sociedad demanda a las mujeres por regla general y lo que ella ha hecho en primera persona.
Esta experiencia está descrita fundamentalmente con el empleo de verbos en pasado (“fui”, “supliqué”,
“tuve”), mientras que cuando en el segundo párrafo expone su tesis predominan los tiempos en presente
o la impersonalidad, para mostrar aparente objetividad y convertir aquello que defiende en verdades
universales, como cuando añade que de los cuidados de los hijos “los padres están exentos”, mientras
que “a las mujeres se les exige entrega total”.

Conviene también destacar los casos de términos como “anatema”, compuesto culto de origen griego,
el uso de latinismos como “sine die” o la adaptación de una frase célebre del filósofo Hobbes, “el
hombre es un lobo para el hombre”, modificada por la autora para dar solidez a sus argumentos y que
mantenga la consonancia con el tema que trata.

Por otro lado, la escritora emplea el lenguaje literario con un doble objetivo: llamar la atención del
lector y aportar un estilo más personal con un fin estético. Los ejemplos a lo largo de la columna son
numerosos, aunque podemos destacar varios casos como el del término “cachorro”, empleado como
sinónimo parcial de “bebé”, o “consumado el enamoramiento de la mamífera por sus crías”, que hace
referencia al amor de las madres hacia sus hijos y que podría considerarse un uso metafórico. Además,
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se puede apreciar que la autora se ayuda del polisíndeton en el primer párrafo, repitiendo
continuamente el conector “porque” y creando un juego de palabras con el pronombre interrogativo
“por qué”, lo cual busca causar impresión al lector, así como hacer hincapié en sus aportaciones. Del
mismo modo, se aprovecha del participio del verbo consumar para crear un juego de palabras, debido
a que, en sus contextos respectivos, funciona como una categoría gramatical diferente (adjetivo y
verbo, respectivamente). A esto hay que sumar el paralelismo sintáctico que emplea en las líneas 1 y
2, sirviéndose de diferentes personas y tiempos del verbo “ser”.

Otro de los mecanismos de cohesión empleado es la deixis, con la que se señala a la realidad
extralingüística: a las personas y a las coordenadas espaciotemporales del contexto. En cuanto a la
deixis personal, observamos pronombres personales de primera persona (“me”), determinantes
posesivos (“mi primera hija”, “mi vista”, “mi compañera”) y, en especial, las desinencias verbales
(“tuve”, “pretendo”, “supliqué”), que señalan de forma directa al emisor. No obstante, también
aparecen referencias a la tercera persona (“la mujer es loba para la mujer” o “no me lo dicen a la cara”)
y de primera del plural (“hacemos”), como forma de involucrar al lector en aquello que defiende. En
la mayoría de casos, la autora recurre a la elipsis de pronombres y mantiene activado el referente sujeto
en las desinencias verbales.

Otra forma de apelar al lector la encontramos en aquellas expresiones que también pretenden acortar
las distancias entre la autora y los lectores. Destacan “ya me vale, madrastrona” o “Bien; soy
hipomadre, confieso”, las cuales parecen ser más propias del discurso oral y de un registro coloquial.

En definitiva, la postura de la autora a propósito del papel de las madres en la actualidad pretende…

PREGUNTA 2 (POSICIONAMIENTO)

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