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CAPITULO I

CUESTIONES GENERALES DEL PROCESO

1. INTRODUCCIÓN
La denominación de nuestro curso, Derecho Procesal del Trabajo, nos plantea una serie de
interrogantes, siendo una de ellas y tal vez la más importante, aquella que interroga sobre
su contenido y objeto. Puede afirmarse que la razón primera y fundamental del Derecho
Procesal, es resolver el conflicto, éste será su objeto. En cuanto a su contenido, puede
decirse que el Derecho Procesal del Trabajo, comprende todas aquellas normas procesales
que tienen por objeto resolver los conflictos jurídicos o de interés que provengan de las
relaciones de trabajo.
En mérito de tales explicaciones, bien puede justificarse la denominación que adopta
nuestro curso y la existencia de otras ramas del Derecho Procesal, como son: Derecho
Procesal Civil, Derecho Procesal Penal, Derecho Procesal Constitucional, Derecho Procesal
Administrativo y otras, que según un criterio común, importan la actuación de las distintas
normas materiales o sustantivas, que se refieren, al Derecho Civil, Derecho Penal, Derecho
Constitucional y Derecho Administrativo.
En el caso del Derecho Procesal del Trabajo, también se alude a proceso laboral, siendo un
punto común utilizar estas denominaciones como, sinónimos; hecho que lleva a
interrogarnos, si tales denominaciones', tienen o no el mismo significado. Nuestras escasas
lecturas sobre materia procesal, nos han convencido de que una correcta denominación
sería la de proceso laboral, porque aun, con sus propias características, se desgaja de la
"Teoría General del Proceso" y por tanto tiene un punto común que lo acerca a otros
procesos, como el civil, penal, constitucional, administrativo, etc., en cuanto a su origen,
pero que al mismo tiempo se distancian en relación al derecho material que actúan (leer
pág. 9 del texto base).

2. PROCESO Y DERECHO PROCESAL


2.1 Proceso
Veamos primero, el significado del término "proceso" desde una doble perspectiva: el
significado común y corriente y su significado jurídico, para luego abordar el significado
de "proceso laboral". El vocablo proceso (processus) viene de pro, que significa "para
adelante" y cederé", de "caer", "caminar". Implica un desenvolvimiento, una sucesión,
una continuidad dinámica. Es, como todos los procesos (inclusive el fisiológico,
fisicoquímico) una sucesión de actos que se dirigen a un punto. En este caso, que
persiguen un fin".
Desde el punto jurídico es "una secuencia de actos que, constituyendo en sí mismo una
unidad, se desenvuelven de manera progresiva y dinámica con la finalidad de dar
solución, vía la apreciación que tenga el órgano jurisdiccional, al conflicto de intereses
o incertidumbre jurídica puesto a su consideración. El proceso así considerado aparece
como un medio o estructura organizada y predispuesta a establecer y ejecutar el
derecho de fondo, ejerciéndose dentro de aquél la potestad jurisdiccional del Estado y
los derechos procesales de los justiciables". Es un conjunto de actos que se encaminan
a determinar la inobservancia de la norma jurídica, a fin de establecer el
correspondiente castigo o sanción. Para entender lo dicho, es preciso tener presente
que el derecho objetivo es un conjunto de mandatos jurídicos, que se establecen
dentro de un grupo social con la finalidad de garantizar la paz amenazada por los
conflictos de intereses. Tales mandatos son de cumplimiento obligatorio, por lo que al
producirse su incumplimiento se aplicarán las sanciones correspondientes.
A decir de Carnelutti, en el proceso se destaca su carácter teleológico. "Está
constituido por un conjunto de actos mediante los cuales se realiza la función
jurisdiccional, y, por consiguiente, persigue el fin de ésta".
Por tanto, nos dice Véscovi, "el proceso es el medio adecuado que tiene el Estado para
resolver el conflicto reglado por el derecho procesal, que establece el orden de los
actos (procedimiento), para una corriente (legal) prestación de la actividad
jurisdiccional. Que, recordemos, se pone en marcha, normalmente, cuando una de las
partes ejerce su derecho (poder) de acción". Concluye el mismo autor que "el proceso
como conjunto de actos regulados mediante el procedimiento que liga a los referidos
tres sujetos, constituye un haz de situaciones (o relaciones jurídicas) en el que se dan
diversos derechos, deberes, poderes, obligaciones o cargas".
"Los actos que se dan al interior del proceso, son variados y múltiples, sin que ello
rompa la unidad procesal, siendo, precisamente esta unidad, la que crea un conjunto
de vínculos entre los sujetos que participan en él. "La unidad del proceso da lugar a
que los actos que lo integran se interrelacionen y se encaminen de modo armónico a la
finalidad que con aquel se pretende, y hace además que el valor conferido por la ley a
cada uno de los actos procesales dependa de este todo. Es así que los actos de!
proceso crean otros, o los determina, complementan, restringen o anula, en virtud de
la dependencia existente entre ellos".
Respecto al proceso, Francesco Carnelutti, dice: "La voz proceso indica portante un
método para la formación o para la actuación del Derecho, el cual tiende a garantizar
la bondad del resultado, esto es, aquella regulación del conflicto de intereses que
obtenga realmente la paz y sea por ello, "justa y cierta", la justicia debe ser una
cualidad interior y substancial, la certeza, su cualidad exterior o formal, si el derecho
no es cierto, los intereses no saben lo que es preciso para obedecer, sino es justo, no
sienten lo que precisa para obedecer".
Eduardo Couture, por su parte, precisa: "El proceso es, en sí mismo, un método de
debate. En el participan elementos humanos, jueces, auxiliares, partes, testigos,
peritos, etc., los cuales actúan según ciertas formas preestablecidas en la ley. A su vez,
estos actos se registran en documentos emanados de las partes, de los jueces y de sus
auxiliares. De aquí deriva la circunstancia de que el proceso es, indistintamente el
conjunto de actos y el expediente en el cual esos actos quedan registrados. Los
documentos del proceso representan, vale decir, presentan de nuevo la voluntad
jurídico procesal". El proceso, constituye otra forma de hetero composición de
solución del conflicto, en la que interviene un tercero y lo resuelve imperativamente.
"Es la manera de solucionar los conflictos que brinda el Estado mediante su función
jurisdiccional" (leer pág. 10 a 13 del texto base).

2.2 Derecho Procesal


No es posible concebir una sociedad humana sin la presencia de conflicto de intereses
y de derechos, de modo que aun existiendo normas jurídicas regulatorias de la vida en
sociedad, éstas pueden ser violadas, "ante tales hechos, únicamente caben dos
soluciones, o permitir que cada uno persiga su defensa y busque aplicarlo que
entienda ser su justicia, personal y directamente; o atribuir al Estado la facultad de
dirimir tales controversias". En el primer caso estaremos ante lo que la doctrina
procesal ha denominado acción directa o autodefensa, cuya característica es que uno
de los sujetos en conflicto (persona individual, asociación obrera o patronal, consorcio
económico, partido político oficial, profesión o cuerpo, Estado nacional, etc.), y aun a
veces los dos, a través del duelo o la guerra, resuelven o intentan resolver el conflicto
pendiente, mediante la acción directa, en lugar de servirse de la acción dirigida hacia el
Estado a través de! proceso. En el segundo caso, estaremos ante la acción civil, que
importa la presencia de un tercero para resolver el conflicto y que marca propiamente
el nacimiento del proceso, en el que éste dirime el conflicto suscitado entre las partes.
Si como se ha sostenido, que no es posible concebir la existencia de una sociedad
humana sin conflictos de intereses y de derechos; y que modernamente se atribuye al
Estado la facultad de dirimir tales controversias, debe afirmarse que ésta es la razón
primera y fundamental del Derecho Procesal. Es decir, que responde a la necesidad
"de encauzar la acción de los asociados en el deseo de proteger sus intereses o de un
hecho perturbatorio consumado". "El Derecho (objetivo) impone normas de conducta,
sin embargo, la simple producción y dictado de esas normas no es suficiente, pues los
individuos pueden desconocerlas, por lo que debe establecerse el mecanismo para que
se respeten".
En cuanto a la definición de Derecho Procesal, podemos citar las siguientes: Véscovi,
Enrique, precisa que "el Derecho Procesal es el conjunto de las normas que establecen
los institutos del proceso y regulan su desarrollo y efectos y también la actividad
jurisdiccional". Hugo AIsina, lo define como "el conjunto de normas que regulan la
actividad del Estado para la aplicación de las leyes de fondo". Eduardo Couture, por su
parte, lo concibe como la rama del saber jurídico que estudia en forma sistemática la
naturaleza del proceso civil, su constitución, desenvolvimiento y eficacia". En el mismo
sentido Guasp, lo define como "la que regula los requisitos, el desarrollo y los efectos
del proceso".
Una definición que nos parece interesante, es la que nos proporciona Devis Echandía,
según el cual "el Derecho Procesal puede definirse como la rama del derecho que
estudia el conjunto de normas y principios que regulan la función jurisdiccional del
Estado en todos sus aspectos y que por tanto fijan el procedimiento que se ha de
seguir para obtener la actuación del derecho positivo en los casos concretos y que
determinan las personas que deben someterse a la jurisdicción del Estado y los
funcionarios encargados de ejercerla".
En nuestro país, Jorge Camón Lugo precisa que el Derecho Procesal es la "ciencia
jurídica que tiene por objeto central de su estudio al proceso, instrumento jurídico
mediante el cual el Estado, ejecutando su función jurisdiccional, resuelve los conflictos
de intereses de orden jurídico o dilucida las incertidumbres jurídicas que se someten a
su decisión".
Admitido, desde la Teoría General del Derecho, que el Derecho Procesal es una
disciplina, de la cual se desgajan todos los tipos de procesos que conocemos, no
resulta difícil admitir que el Derecho Procesal Laboral es una rama de aquél, como lo
es, el Derecho Procesal Civil, Derecho Procesal Penal, Derecho Procesal Constitucional,
etc. (leer pág. 13a 17 del texto base).
3. DERECHO PROCESAL DEL TRABAJO
3.1 Concepto.
El Derecho Laboral o Derecho del Trabajo, tiene su origen en la necesidad de "regular
el trabajo remunerado y el sistema de relaciones laborales, tiene entre sus objetivos o
finalidades compensar la 'debilidad' contractual del trabajador en la relación de
trabajo asalariado", como lo indican Martín Valverde Antonio, Rodríguez - Sañudo
Gutiérrez Fermín y García Murcia Joaquín. Para e! efecto implementa "una legislación
de condiciones mínimas de empleo y trabajo, que impone a los empresarios límites o
barrera a posibles abusos de su posición dominante".
En cuanto a las formas de resolver los conflictos, reconoce "a los trabajadores medios
de auto tutela o autodefensa colectivos, y, con la regulación de instrumentos
procesales y administrativos que permitan la igualdad efectiva de los actores sociales.
Desde esta óptica se afirma que el proceso de trabajo "es una exigencia del propio
Derecho del Trabajo", lo anota Rodríguez - Pinero, citado por Paúl Paredes. En
consecuencia, "el surgimiento del derecho procesal del trabajo es sólo una etapa
dentro de una vasta obra de política legislativa de amparo al trabajador y
aseguramiento de ciertos resultados mínimos de justicia dentro de este tipo especial
de relación jurídica, en la cual está en juego lo más noble de todas las sustancias del
derecho: la sustancia humana".
De otro lado, nos informa Paredes Palacios, citando a Rodríguez - Pinero, que es un
hecho reconocido por la doctrina que el proceso laboral ha surgido como consecuencia
de la "inadaptación del proceso civil común para resolver adecuadamente los litigios
de trabajo". Han sido las nuevas exigencias de justicia y de la necesidad de hacer
efectiva la igualdad de las partes ante la "desigualdad originaria entre trabajadores y
empresario, que tiene su fundamento no sólo en la distinta condición económica de
ambos sujetos, sino en su respectiva posición en la propia y especial relación jurídica
que los vincula, que es la dependencia y la subordinación de uno respecto del otro".
El mismo Paredes Palacios precisa que desde una perspectiva del Derecho Procesal,
moderno, publicístico, uniformista y unificador se concluye que "el proceso laboral se
inserta en la dogmática de la Teoría General del Proceso (que configura lo que
podemos llamar un Derecho Procesal General), o como lo queremos, acentuando el
elemento jurisdicción por sobre el elemento proceso, en el Derecho Jurisdiccional,
manteniendo particularidades que el Derecho del Trabajo requiere para ser actuado
para lo cual -en general- se requiere la acentuación de los poderes de dirección del
juez y la presencia del principio inquisitivo. Desde este punto de vista se justifica el
estudio particularizado del Derecho Procesal Laboral o, más propio, del simplemente
proceso laboral".
El Derecho Procesal del Trabajo tendrá, entonces, como objeto de regulación el
proceso laboral y por tanto de los institutos que lo conforman, sus principios, normas y
garantías que lo regulan, como instrumento del Estado, para el ejercicio de su función
jurisdiccional en materia laboral. Constituye una rama del Derecho Procesal, cuyas
características lo distancian, de otras disciplinas: Derecho Procesal Civil, Derecho
Procesal Penal y otros. Constituye una rama de la ciencia procesal cuyo objeto es el
estudio de la naturaleza, desenvolvimiento y eficacia de aquellas normas que regulan
el proceso laboral. Se incluye el estudio de los principios e instituciones que conforman
esta parcela del Derecho Procesal.
Se le define como, "...el conjunto de normas que regulan la actividad jurisdiccional de
los tribunales y el proceso del trabajo, tendiendo al mantenimiento del orden jurídico y
económico de las relaciones entre los trabajadores y sus patrones. El Derecho Procesal
como jurisdicción y actos del proceso, comprende a la solución de los conflictos que se
generan en las relaciones entre trabajadores y sus principales o empleadores" (leer
pág. 17 a 19 del texto base).

3.2 Diferencia entre proceso y procedimiento.


"El proceso representa una serie de actos sucesivos que conforman entre sí una unidad
y que tienen como recorrido último y normal, la sentencia emanada de una autoridad
imparcial, esto es, desvinculada de las partes intervinientes. El procedimiento es la
forma como tales actos se manifiestan, ya sea al considerarlos aisladamente o
enlazados unos con otros, vale decir, el proceso visto exteriormente, en sentido
dinámico".
El procesalista peruano Juan Monroy Gálvez, precisa que el proceso "... es el conjunto
dialéctico, dinámico y temporal de actos, que se realizan durante la ejecución de la
función jurisdiccional del Estado, bajo su dirección, regulación y con el propósito de
obtener fines privados y públicos, los que son comunes a1 todos los participantes". El
procedimiento, para el mismo autor "es el conjunto de normas o reglas de conducta
que regulan la actividad, participación y las facultades y deberes de los sujetos
procesales y también la forma de los actos realizados en un proceso o en parte de este,
provistos por el Estado con anticipación a su inicio" (leer págs. 19 a 20 del texto base).
3.3 Origen y evolución del proceso laboral
Montoya Melgar precisa que "la existencia de un proceso laboral, especializado frente
al proceso civil, tiene una explicación histórica, cuyo fundamento en buena parte
permanece. Desde finales del siglo XIX, continúa diciendo, del mismo modo que se
propugna un derecho sustantivo "nuevo frente al civil -un derecho 'social', apartado de
la tradición del individualismo liberal-, con el fin de garantizar la efectiva protección
jurídica de los trabajadores, se defiende el establecimiento de un proceso laboral
específico, ágil y económico, libre de complicación, lentitud y costo del proceso civil".
El proceso laboral, como lo indica Rodríguez - Pinero, en cita de Paredes Palacios, Paúl;
"...surge de la inadaptación del proceso civil común para resolver adecuadamente los
litigios de trabajo". Por su parte éste último agrega, citando una sentencia del Tribunal
Constitucional de España, citada, a su vez por Martín Valverde, Rodríguez - Pinero y
García Murcia, que ello "... resultaba de las nuevas exigencias de justicia y de la
necesidad de hacer efectiva la igualad de las partes ante la desigualdad originaria entre
trabajador y empresario, que tiene su fundamento no sólo en la distinta condición
económica de ambos sujetos, sino en su respectiva posición en la propia y especial
relación jurídica que los vincula, que es de dependencia y subordinación de uno
respecto del otro".
Contundente prueba de lo que decimos y como clara evidencia del triunfo, de aquellas
posiciones que distancian el proceso laboral del proceso civil, dada su particular
peculiaridad expresada en principios propios, lo constituye el hecho de que se
encuentre regido por una norma especial, como lo es la Ley Procesal del Trabajo
actualmente vigente, en cuya aprobación estuvo presente el debate respecto, a sus
características específicas, siendo por ello que no se aceptó la tesis de que el proceso
laboral se rija como proceso abreviado, según el Código Procesal Civil.
Teniendo en consideración que en el caso peruano, la evolución de! proceso laboral,
ha seguido la misma trayectoria del Derecho del Trabajo, en su constante pugna por
constituirse en una disciplina autónoma separada del proceso civil, sólo quiero
referirme a los antecedentes de la reforma procesal del trabajo y las necesidades del
sistema imperante. Además, como quiera que la vigente Ley Procesal del Trabajo es
objeto del presente curso, resulta coherente la exposición que a continuación sigue
(leer págs. 20 a 25, texto base).
3.4 Características del Proceso Labora!.
Las características del proceso laboral, serían las siguientes, en palabras de Paúl
Paredes Palacios:
Primera: "Estructurarse a partir del principio dispositivo con notas relevantes del
principio inquisitivo. Es decir, un "proceso dispositivo atenuado" o como lo llama
Kieímanovich un "proceso del tipo dispositivo actual".

Segunda: "Fuertemente ligada a la primera, sería la acentuación de los poderes de


dirección formal y material del proceso que poseería el juez laboral como producto de
las notas inquisitivas involucradas y de la necesidad de alcanzar - y mantener - la
"igualdad por compensación".

Tercera: "Atañe a la igualdad de las partes en el proceso. Los requerimientos de


compensación o equilibrio no sólo son de cargo de los jueces sino que siendo la
relación laboral naturalmente descompensada es posible diseñar - y aquí se involucra
el legislador - normas procesales tendenciosamente tutelares del trabajador". La
aplicación de las presunciones y los indicios, forman parte de esta necesidad de
compensación, desde que la actividad probatoria no siempre resulta fácil para un
trabajador que reclama por ¡a violación de sus derechos laborales.

Cuarta: "Sería la "aspiración" de todo proceso: lograr una justicia más rápida, más
oportuna, más limpia y más cierta, es decir, una justicia más eficaz". En este caso
resulta imprescindible y necesario, la aplicación irrestricta de los principios de
concentración, publicidad e inmediación.

Quinta: La conclusión del proceso vía conciliación, como expresión del principio de
economía procesal. Se trata de la promoción que debe procurar el juez de la
conciliación, cuidando de que no se produzca renuncia de derechos (artículo 45° y 66°
LPT y art. 185° LOPJ),

Sexta: La justicia laboral debe ser impartida por Tribunales Especializados, pues ella
exige: a) "Una formación jurídica especializada en Derecho Laboral tanto individual
como colectivo: el cabal conocimiento de la ley laboral se torna en garantía de los
justiciables, b) jueces dispuestos a "hacer vivir" el Derecho Laboral, dadas sus
particularidades (que lo alejan de su par más próximo, el derecho civil); y c) sobre todo
jueces más sensibles a lograr la igualdad por compensación".

Sétima: La búsqueda de la verdad (real), para cuyo efecto en su condición de director


del proceso, investido de facultades, debe disponer la actuación de las pruebas que le
permitan encontrar la verdad de los hechos narrados. El juez no es un ente totalmente
divorciado de las partes que actúa como al margen de ellas. Se ha dicho que "los
poderes de dirección formal y material con que cuenta para conseguir e! equilibrio de
las desigualdades lo constituyen en un juez director, conciliador y, excepcionalmente,
asesor". El juez no es un arbitro o espectador del proceso, es un director del proceso
(leer págs. 25 a 28, del texto base).

3.5 Instrumentalidad y autonomía del Proceso Laboral.


La instrumentalidad del proceso laboral, supone concebir a éste como una
herramienta o utensilio al servicio del derecho material, en nuestro caso, del Derecho
Laboral. Por ello para facilitar el debate conviene interrogarnos, ¿Es el proceso un
instrumento del Derecho Laboral? Si la respuesta es afirmativa, bien puede asegurarse,
igualmente, que entre el proceso laboral y e! proceso civil existe una
interdependencia, constituyéndose aquél en un "proceso especial que únicamente
goza de autonomía funcional o de competencia", con "principios comunes, como el de
impulsión oficial" y "principios específicos como el de la oralidad o el de unidad e
instancia".
Paúl Paredes Palacios precisa: "Algo de cierto hay en el predicado de carácter
instrumental del proceso laboral, puesto que, gráfica la naturaleza o finalidad de las
normas jurisdiccionales que como normas ordenadas para solucionar el conflicto de
intereses en forma mediata sirven de medio, de puente - y en ese sentido decimos - de
instrumento para la actuación de las normas materiales o sustantivas".
Entre las consecuencias negativas que trae tal concepción, señala las siguientes:
 Se centra la mirada en el derecho materia! y a partir de allí se estructura el proceso
o Derecho Jurisdiccional, restándole significativa importancia, acentuada, si se
estudia, además, el proceso laboral como parte del Derecho del Trabajo, negándole
así su propia autonomía.
 Se concluye "que el proceso laboral solo adquiere sentido en la actuación del
Derecho del Trabajo, que además, le imprime su carácter protector o tuitivo hacia
el trabajador".
 "Desconoce que el objeto del proceso son las pretensiones y resistencias deducidas
en él y que, en ella la dinámica procesal, la realidad se recrea y no (necesariamente)
se reproduce (tal como ocurrió en la realidad) en pos de la búsqueda del valor
justicia que se intenta alcanzar en la solución del conflicto (que es la finalidad, y no,
la mera actuación del derecho material que ciertamente ocurre pero, como vimos
de manera mediata)".

En definitiva el ejercicio del derecho de acción o tutela judicial que lleva a la


instauración de un proceso, no se reduce sólo a hacer efectivo el derecho material
violentado, sino que implica otras actuaciones de igual o mayor importancia, como por
ejemplo, el derecho de acción, la función jurisdiccional del Estado, el debido proceso,
deberes y derechos de las partes, siendo su finalidad, a tenor de lo establecido por el
artículo III del Título Preliminar del Código Procesal Civil, "... resolver un conflicto de
intereses o eliminar una incertidumbre jurídica, ambas con relevancia jurídica,
haciendo efectivos los derechos sustanciales, y que su finalidad abstracta es lograr la
paz social en justicia".
De otro lado, con respecto a la autonomía, se considera que no es posible hablar de
autonomía del Derecho Procesal del Trabajo, con relación a otros procesos y en
especial al Derecho Procesal Civil, desde que todos tienen un tronco común, que les
deriva de la Teoría General del Proceso o Derecho Procesal en general, por lo que,
además, existen principios uniformes que también resultan siendo válidos para ellos;
hecho que importa, igualmente, reconocer la acentuación de algunos de aquellos
principios, sobre todo en el proceso laboral (leer págs. 28 a 30 del texto base).

4. LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL DEL TRABAJO


4.1 Palabras introductorias
Cuando nos referimos a los principios, además de las naturales funciones que ellos
cumplen; hecho que ya crea un problema en su estudio, encontramos aquel problema
que se refiere a su identificación, separando los que pertenecen al derecho positivo de
los que pertenecen estrictamente, al derecho procesal, aun cuando puede pensarse
que los segundos tienen su fundamento y se explican por los primeros, es decir, por los
principios generales. A ello se suman los llamados principios constitucionales o
principios de la función jurisdiccional, como los denomina la Constitución del Estado en
su artículo 39°, entre los que se encuentran la unidad y exclusividad de la función
jurisdiccional, la independencia, el debido proceso, la tutela jurisdiccional y otros.
En la vigente Ley Procesal del Trabajo, Título Preliminar, se han recogido algunos
principios que también regula, el Código Procesal Civil y la propia Ley Orgánica del
Poder Judicial. Los principios que la Ley Procesal del Trabajo, recoge son cuatro:
inmediación, concentración, celeridad y veracidad. La circunstancia, de que nuestra
norma procesal laboral, no incluya todos los principios, no importa una exclusión para
su aplicación, dada su naturaleza general y universal y sobre todo, porque la propia Ley
Procesal del Trabajo, en su artículo I, del Título Preliminar, al enumerar los principios
que inspiran el proceso laboral, utiliza el término "entre otros", en clara alusión a la
existencia de los demás principios que también pueden aplicarse.
Los principios de interpretación favorable y de aplicación de la norma más favorable,
así como el de irrenunciabilidad de los derechos laborales, como parte del principio
protector del Derecho del Trabajo, se encuentran ubicados en los artículos II y III, del
citado Título Preliminar de la Ley Procesal del Trabajo, regulados en forma imperativa,
imponiéndole al juez la obligación de cumplirlos (leer págs. 30 a 31 del texto base).

4.2 Enumeración y comentario de los Principios del Proceso Laboral


a. Principio de inmediación: este principio está referido no a la forma de exteriorizar
las actuaciones procesales, sino ante quien tienen lugar. Por él se produce una
comunicación inmediata entre quienes intervienen en el proceso y el juez, quien
tiene una participación activa, razón por la que resulta siendo obligatoria la
presencia de las partes en la audiencia única.
b. Principio de concentración: está referido a la reunión de la mayor parte de los
actos procesales en una unidad o acto, como podría ser la audiencia única, así
como la reunión de la mayor cantidad y calidad posible de todo el material que las
partes aportan al proceso.
c. Celeridad Procesal: el proceso para ser efectivo debe ser rápido, por ello es que la
audiencia única, en el proceso ordinario laboral, resulta clave para el cumplimiento
de este principio. Lo mismo puede decirse de los plazos y términos establecidos
por la Ley Procesal del Trabajo. Es el resultado de aquellos otros principios de
oralidad y concentración. "Justicia que tarda no es justicia".
d. Veracidad: está referido a la conducta procesal o deberes de las partes y se
encuentra relacionado directamente con el principio de moralidad. El Código
Procesal Civil, recoge este principio, en el artículo IV del Título Preliminar, junto
con otros principios referidos a la conducta procesal de las partes. Igualmente, la
Ley Orgánica del Poder Judicial, lo recoge en el artículo 8°, como deberes
procesales de las partes. Este principio alcanza a todos los que intervienen en un
proceso, sin excepción alguna. Asimismo, la taxativa referencia al principio de
veracidad, que la Ley Procesal del Trabajo hace, no excluye ninguno de los
principios que se relacionan con la conducta procesal o principio de moralidad.
Este principio, como parte del principio de moralidad o conducta procesal, nos
recuerda la estrecha vinculación que existe entre el Derecho, la Moral y la Ética;
relación que resulta íntima y necesaria.
e. De Economía procesal: tiene que ver con el ahorro del tiempo, esfuerzo y costos,
tanto para los justiciables como para el propio Estado. Busca el menor costo, que
interesa tanto a los litigantes como al propio Estado, toda vez que la jurisdicción,
para su actuación requiere de un conjunto de elementos que intervienen en el
proceso que constituyen egresos para el fisco. Se trata del logro del mayor
resultado con el menor costo y esfuerzo.
f. Principio de Socialización: si bien este principio no se encuentra recogido por la
Ley Procesal del Trabajo, también lo es que no está excluida su aplicación en el
proceso laboral. Es el Código Procesal Civil, el que regula este principio en el
artículo VI del T. P. Se ha dicho que este principio tiene que ver con el fin abstracto
(mediato) o público del proceso de "lograr la paz social con justicia".
g. Principio de Gratuidad: se trata de un principio de rango constitucional, como
puede verse del artículo 139°, numeral 16, en el que se establece que: El principio
de la gratuidad de la administración de justicia y la defensa gratuita para las
personas de escasos recursos, y, para todos, en los casos que la ley señala". Dentro
de esta lógica, el primigenio artículo 24° de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
prescribía que la administración de justicia "es gratuita con carácter general en
materia constitucional, penal, laboral y agraria y en las demás que la ley señala".
h. Principio de oralidad: se ha dicho que el principio de oralidad es el principio rector
del cual se desgajan otros principios, que en lenguaje de Enrique Véscovi, podemos
denominar sub principios. Este principio, con el de publicidad responden, ya no al
principio dispositivo, sino al principio inquisitivo, dentro del proceso de
socialización del proceso que linda con el intervencionismo estatal a favor de una
de las partes, considerada débil dentro de la relación procesal.
i. Principio de Publicidad: la publicidad es una consecuencia de la oralidad, de modo
que ésta se logra con la posibilidad de que cualquiera que lo desee, pueda
participar en la audiencia o estar presente en el debate oral. Tiene como finalidad
se cumpla el control que debe ejercer la ciudadanía sobre la actuación de los
órganos jurisdiccionales. Este principio resulta de difícil aplicación con un proceso
escrito. Por este principio el proceso se abre, a fin de que "la potestad
jurisdiccional pueda ser controlada por quienes tienen interés en hacerlo.
j. Interpretación favorable al trabajador en caso de duda insalvable: se trata de un
principio que corresponde al Derecho del Trabajo y que tiene reconocimiento
constitucional, a través del artículo 26°, numeral 2) de la Constitución del Estado,
aplicable "cuando una norma ofrece varios sentidos y conduce a elegir el más
ventajoso para el trabajador". En la Ley Procesal del Trabajo, se encuentra
regulado en el Artículo II del T. P.
k. Aplicación de la norma más favorable: principio recogido en el artículo II del T. P.
de la Ley Procesal del Trabajo. El supuesto para la aplicación de este principio, es
que existan varias normas aplicables al caso, en cuyo caso, el juez deberá aplicar la
norma que más favorezca al trabajador. El supuesto se cumple cuando existen
varias normas que pueden ser aplicadas simultáneamente, pero siempre y cuando
exista incompatibilidad o conflicto entre ellas.
l. Principio de irrenunciabilidad de derechos laborales: este principio, también tiene
reconocimiento constitucional, según es de verse del artículo 26°, numeral 2), de la
Constitución Política del Estado: "En la relación laboral se respetan los siguientes
principios: Carácter irrenunciable de los derechos reconocidos por la Constitución
y la ley". La Ley Procesal del Trabajo, lo recoge en el artículo III del T. P.,
imponiéndole como obligación al juez, "velar por el respeto del carácter
irrenunciable de los derechos reconocidos por la Constitución y la Ley". "... opera
para la invalidez del abandono voluntario por el trabajador de sus derechos
reconocidos por norma imperativas" (leer págs. 31 a 41 del texto base).

5. LOS CONFLICTOS LABORALES Y SUS FORMAS DE SOLUCIÓN


5.1 Ubicación y concepto del conflicto de trabajo
"Los conflictos sociales se encuentran en la propia esencia de los mecanismos sociales.
La contraposición de intereses y valores entre los individuos y grupos sociales es parte
integrante de la urdimbre social, estructura social viva y no mera patología del
funcionamiento social. La sociedad no se desenvuelve, pues, sino profundamente
sacudida por contradicciones y tensiones".
En lo que se refiere a la definición de conflicto laboral, debe anotarse que éste se nos
presenta como una divergencia o controversia entre empleadores y trabajadores,
individual o colectivamente considerados, respecto a intereses de carácter legal
(jurídico) o económico (leer págs. 41 a 43 del texto base).

5.2 Clasificación de los conflictos laborales


Los problemas que la doctrina confronta respecto a la clasificación de los conflictos de
trabajo, son casi los mismos que enfrenta con relación a su definición. El profesor
Orlando González Nieves nos hace conocer que "Trueba Urbina, De la Cueva y
Castoreña nos hablaron desde hace muchísimos años de conflictos obrero - patronales,
conflictos interobreros, conflictos interpatronales, conflictos integremiales.
Tissembaun los subdivide en: conflictos de derecho -individuales o colectivos -.
Conflictos de interés, conflictos intersindicales, conflictos entre la asociación gremial y
sus agremiados, conflictos interobreros o interpatronales y conflictos entre sindicatos
o patronos u obreros y el Estado". Nos indica, además que Manuel Alonso García,
divide los conflictos laborales de la siguiente manera: "A) Por su naturaleza: a)
individuales y, b) colectivos; B) Por la pretensión que encierran: a) jurídicos (o de
aplicación de derecho), y, b) de intereses o económicos (o de revisión del derecho); C)
Por su significación: a) estrictamente laborales (propios); y, b) no estrictamente
laborales (impropios). Agrega que Guillermo Cabanellas clasifica los conflictos laborales
en: A) Conflictos individuales: B) Conflictos colectivos y que estos pueden subdivirse
en: a) conflictos jurídicos; b) conflictos económicos. "Los conflictos colectivos pueden
clasificarse en la siguiente forma: A) Por razón de los sujetos que participan: a)
sindicales; b) huelgas; c) Lock-out; B) Por las causas que los producen: a) voluntarios, b)
involuntarios; C) Según la observancia de las normas legales: a) justos; y b) injustos.
Finalmente, en relación con su origen: a) de derecho; b) de intereses; y, c) gremiales"
(leer págs. 43 a 47 del texto base).

5.3 Formas de solución de los conflictos


También en este tema encontramos algunas dificultades para los efectos de encontrar
las formas de solucionar los conflictos. Una las primeras propuestas a decir de Ermida
Uñarte, es la de Víctor Russomano, quien diferencia las soluciones directas de las
indirectas. Una segunda propuesta, nos informa el mismo Ermida Uñarte, es la del
Brasileño Bueno Magano, recogida por Elios Sarthou en Uruguay "es la que distingue
tres grandes formas de solución de los conflictos laborales" (leer pág. 47 del texto
base).
5.4 La solución del conflicto laboral en la Ley Procesal del Trabajo.
El artículo 1° de la Ley Procesal del Trabajo prescribe que: "La potestad jurisdiccional
del Estado en materia laboral se ejerce por los órganos judiciales que contempla la Ley
Orgánica del Poder Judicial". El fundamento de este artículo se encuentra en el artículo
138° de la Constitución del Estado, según el cual "La potestad de administrar justicia
emana del pueblo y se ejerce por el Poder Judicial a través de sus órganos jerárquicos
con arreglo a la Constitución y a las leyes". Los órganos judiciales, a través de los cuales
el Estado ejerce su potestad jurisdiccional en materia laboral son las Salas Laborales de
la Corte Superior, los Juzgados de Trabajo y los Juzgados de Paz Letrados. Corresponde,
entonces, a los órganos jurisdiccionales de carácter laboral, resolver los conflictos de
derecho, individuales o colectivos que surjan entre los empleadores y trabajadores, ya
sea por violación o incumplimiento de una ley, convenio colectivo, laudo arbitral,
costumbre, reglamento interno de trabajo o contrato individual de trabajo (ver
competencia por razón de materia, artículo 4° de la Ley Procesal del Trabajo) (leer pág.
48 del texto base).

6. JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA LABORAL.


6.1 Jurisdicción Laboral
"La jurisdicción laboral conoce de los conflictos y litigios surgidos del trabajo asalariado
y de relaciones jurídicas paralelas, como la seguridad social". La actividad jurisdiccional
en materia laboral, al igual que la de otras materias (civil, penal, constitucional, etc.),
debe desarrollarse de conformidad con las normas previstas en la Ley Orgánica del
Poder Judicial, en forma general, y en la propia Ley Procesal del Trabajo, de manera
específica. Asimismo, con el carácter de supletorio en el Código Procesal Civil.
En lo que se refiere a la jurisdicción laboral, es el artículo 1° de ¡a Ley Procesal del
Trabajo, e! que prescribe remitiéndonos a la Ley Orgánica del Poder Judicial, que "la
potestad jurisdiccional del Estado en materia laboral se ejerce por los órganos
judiciales que contempla la Ley Orgánica del Poder Judicial". En sus artículos 4° y 5°,
prescribe, a su vez, que la competencia por razón de la materia y de función,
corresponde a las Salas Laborales de la Corte Superior, a los Juzgados de Trabajo, la
Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema y los Juzgados de Paz
Letrados (leer págs. 49 a 51 del texto base).
6.2 Competencia en materia laboral
6.2.1 Concepto.
Hugo Alsina expresa que la competencia puede definirse como "la aptitud de!
juez para ejercer su jurisdicción en un caso determinado". Para Enrique Véscovi,
"la competencia es la porción o parte de jurisdicción de los diversos órganos
jurisdiccionales y, a la vez, la aptitud de ellos para juzgar determinados asuntos".
La competencia, según lo precisa Jorge Carrión Lugo, "implica distribución de
trabajo entre los jueces, recurriendo a una serie de criterios. En efecto, todos los
jueces tienen la facultad de ejercer la función jurisdiccional, esto es, la de dirimir
conflictos. Pero no todos los jueces, en países dilatados como el nuestro, tienen
la facultad de dirimir todos los tipos de conflictos que se presentan en el
territorio. Por ello es que a cada juez o grupo de jueces se les ha atribuido la
capacidad de conocer determinados tipos de conflictos" (leer págs. 51 a 52 del
texto base).
6.2.2 La Competencia en la Ley Procesal del Trabajo.
La Ley Procesal del Trabajo, Ley N° 26636, regula la competencia en el Capítulo I,
del Título II, Sección Primera: Jurisdicción y Competencia, artículos del 2° al 6°.
Respecto a las formas de determinar la competencia, el artículo 2°, prescribe:
"La competencia se determina por razón de territorio, materia, función y
cuantía".
En conformidad con el trascrito artículo 2° de la Ley Procesal del Trabajo, la
competencia se determina en base a cuatro criterios: territorio, materia, función
y cuantía. Esta distribución de la competencia responde "a la necesidad práctica
de una mejor y eficiente administración de la justicia. Se atiende a la mayor
facilidad de administrarla, preferentemente, y al mejor acceso a ella de quienes,
como partes, deben acudir o están sometidos a la misma". Dentro de este
conjunto de criterios para determinar la competencia, la vigente Ley Procesal del
Trabajo, sigue el del territorio, materia, función y cuantía (leer págs. 52 a 53 del
texto base).

6.2.2.1 Competencia por razón de territorio


Los criterios elegidos por nuestra Ley Procesal, para la determinación de
la competencia por materia, son dos: El primero, es el centro de trabajo
donde se haya desarrollado la relación laboral; y el segundo, el domicilio
principal del empleador. Siguiendo la tradición en el establecimiento de
este tipo de competencia, se ha buscado proteger al demandado, de
modo que en su condición de tal pueda defenderse con los menores
gastos y las menores molestias (Leer págs. 53 a 54 del texto base).

6.2.2.2 Competencia por razón de la materia:


"La competencia por razón de la materia se regula por la naturaleza de
la pretensión y en especial por las siguientes normas...", prescribe la
primera parte del artículo 4° de la Ley Procesal del Trabajo, repartiendo
dicha competencia entre las Salas Laborales de la Corte Superior, los
Juzgados de Trabajo y los Juzgados de Paz Letrados.
El listado de pretensiones que pueden ser de competencia de las Salas
Laborales y de los Juzgados de Trabajo, con excepción de los Juzgados de
Paz Letrados, importan la impartición de una justicia especializada en
materia laboral, excluyendo cualquier otro tipo de pretensiones, como
por ejemplo civiles, penales, constitucionales o cualquier otra que no
tenga que ver con ios conflictos derivados de la relación laboral (leer
págs. 54 a 56 del texto base).

6.2.2.3 Competencia por razón de la función:


Encontramos su fundamento, salvo mejor parecer, en el Principio de
pluralidad de instancia, recogido por el numeral 6) del artículo 139° de la
Constitución del Estado, lo que importa el derecho a que toda resolución
expedida en primera instancia debe ser revisada por un Tribunal
Superior. La Ley Orgánica del Poder Judicial, recoge este principio en el
artículo 11°. Nuestra Ley Procesal del Trabajo, regula la competencia por
razón de función en el artículo 5°, reconociendo tal función a la Sala de
Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema, a las Salas
Laborales o Mixtas de las Cortes Superiores y a los Juzgados
Especializados de trabajo (leer págs. 56 a 57 del texto base).

6.2.2.4 Competencia por razón de la cuantía:


La competencia por razón de la materia se determina en mérito de la
cuantía del petitorio cuando se trata de sumas líquidas. Se trata de un
criterio generalizado en la doctrina y en los códigos de los distintos
países, a través del cual se asigna la competencia de conformidad con el
valor dinerario contenido en las pretensiones que se plantean en el
proceso. La competencia por razón de la cuantía se encuentra regulada
en el artículo 6° de la Ley Procesal del Trabajo (leer pág. 57 del texto
base).
6.2.3 Cuestionamiento de la Competencia.
La competencia, entendida como "la distribución y atribución de la jurisdicción
entre los distintos jueces" es irrenunciable, inmodificable e indelegable y por
tanto de estricto cumplimiento, como consecuencia del carácter público de las
normas procesales. La Ley Procesal del Trabajo, nada dice sobre el particular, sin
embargo, ello se encuentra prescrito en los artículos, 6° y 7° del Código Procesal
Civil. "La incompetencia por razón de materia, función o cuantía puede
declararse de oficio". Igualmente "puede deducirse como excepción por la parte
demandada en la oportunidad debida" (artículo 7° LPT). Se prescribe, entonces,
dos maneras de cuestionar la competencia (leer págs. 57 a 58 del texto base).

7. COMPARECENCIA AL PROCESO Y ACUMULACIÓN


7.1 Comparecencia al Proceso
Para intervenir en un proceso laboral, cualquiera que fuera, es preciso cumplir
determinadas condiciones y requisitos. Estas condiciones o requisitos son cuatro:
Capacidad procesal, legitimación, representación y defensa. Se encuentran reguladas
en la Ley Procesal del Trabajo y supletoriamente, en el Código Procesal Civil. Veamos
cada una de ellas:
a) Capacidad Procesal: se le llama también Legitímatio ad procesu, o capacidad para
comparecer en juicio. "Se trata de una manifestación específica de la capacidad de
obrar, y corresponde en principio a toda persona que se encuentre en pleno
ejercicio de sus derechos". Como regla general, la capacidad procesal deriva de la
mayoría de edad, para el caso del trabajador. Por el lado del empleador, la
capacidad procesal le corresponde directamente cuando se trata de una persona
natural. Tratándose de una persona jurídica, la capacidad corresponderá a su
representante legal. Dentro de las personas jurídicas, se consideran a los sindicatos
y asociaciones empresariales.
b) Legitimación: a la capacidad procesal, se suma la legitimación suficiente
(Legitimatio ad causam). "El compareciente deberá tener, además, algo
sustancialmente distinto y añadido a la aptitud general que se deriva de su calidad
de persona, deberá ser (o afirmar ser) titular de un derecho subjetivo o de un
interés legítimo que se ha visto lesionado (...), legitimación activa; poder de
disposición sobre el derecho controvertido (...), frente a otro que tiene la obligación
de reparar la violación producida en el derecho o interés legítimo (legitimación
pasiva).
c) Representación: prescribe el artículo 10° de LPT, que las partes pueden comparecer
por sí mismas. Sin embargo, pueden conferir su representación a persona
civilmente capaz, mediante poder extendido con las formalidades que la ley
permite. En este caso es de aplicación como norma supletoria el Código Procesal
Civil.
d) Defensa: está referido al patrocinio obligatorio que las partes deben tener, labor
que cumple el abogado. Esta obligación se encuentra regulada por el artículo 11° de
la LPT, en los siguientes términos: "Es obligatorio el patrocinio por abogado, salvo
exoneración expresa que conceda la ley" (leer págs. 58 a 60 del texto base).

7.2 LA ACUMULACIÓN PROCESAL.


En el proceso laboral, la acumulación puede ser de tres clases, según regulación del
Capítulo II, Título I, Sección Segunda, artículos, 12°, 13° y 14° de la Ley Procesal del
Trabajo.
a) Acumulación objetiva: En este tipo de acumulación la regla es que "las
pretensiones o extremos de la demanda correspondan al mismo titular del derecho
y sean de competencia del mismo juez". Los factores que determinan la
acumulación objetiva son dos y deben darse simultáneamente: El primero, está
referido a las pretensiones o extremos de la demanda, cuyo requisito, para que
tipifique acumulación objetiva, es que correspondan a un mismo titular, y el
segundo, referido a la competencia del juez.
b) Acumulación subjetiva: La regla es que haya una "pluralidad de
demandantes" que "interponen una sola demanda fundamentada en los mismos
hechos o en títulos conexos que requiera un pronunciamiento común o uniforme".
En este tipo de acumulación, se requiere de la existencia de dos factores comunes:
uno de orden material y el otro de orden formal. El primero, referido a los títulos
o hechos conexos entre si. El otro, como complemento del anterior.
c) Acumulación Sucesiva: Se produce cuando los procesos, objeto de la
acumulación, se encuentran en trámite y las pretensiones reclamadas
correspondan a una pluralidad de demandantes, se funden en los mismos hechos o
títulos conexos y que requieran un mismo procedimiento común o uniforme. Es
decir, reúnan las características señaladas en el artículo 13° de la Ley Procesal del
Trabajo (leer págs. 60 a 61 del texto Base).

8. POSTULACIÓN DEL PROCESO.


8.1 Una aclaración necesaria respecto a la postulación del proceso
En la Ley Procesal del Trabajo, encontramos regulada la postulación del proceso, en la
Sección Tercera, Título I, capítulos I y II, demanda y emplazamiento (artículos 15° al
20°), contestación de la demanda, excepciones y rebeldía (artículos 21° al 24°) y Título
II, Capítulo I, Medios Probatorios, con sus respectivos sub capítulos (artículos del 25° al
44°).
La estructura de la Ley Procesal, respecto a la postulación del proceso, nos sugiere que
ésta estaría integrada, no solamente por la demanda y su correspondiente
contestación, como parece ser la idea común y corriente, sino, además, por otros actos
procesales, como el de la calificación de la demanda y el ofrecimiento y actuación de
los medios probatorios, pasando por la propia audiencia única, en que se fijan los
puntos contradictorios, cuando no hubo conciliación (leer págs. 61 a 63 del texto
base).

8.2 Demanda.
Es un acto procesal por el cual se inicia e! proceso. "Es un acto del procedimiento que,
normalmente, da comienzo al proceso. En él se ejerce el poder de acción y se deduce
la pretensión. Es la petición que el actor, dirige al juez para que produzca el proceso, y
a través de él, satisfaga su pretensión. Es un acto jurídico procesal, no un derecho. Es
también algo que hace alguien, dando comienzo al procedimiento". Su importancia
dentro de! proceso es incuestionable, pues sin ella, éste no existe o no puede iniciarse.
En ella el actor plantea sus pretensiones y por lo tanto constituye el límite sobre lo que
va a versar el proceso, sobre lo que debe contradecir, oponerse o contestar e!
demandado y respecto a lo cual deben ofrecerse y actuarse las pruebas.
Se diferencia del derecho de acción y de la pretensión, por lo que es preciso, de una
vez, establecer sus diferencias (leer pág. 63 a 64 del texto base).

8.3 Concepto de demanda:


Por demanda, debe entenderse, según Hugo Alsina "toda petición formulada por las
partes al juez en cuanto traduce una expresión de voluntad encaminada a obtener la
satisfacción de un interés". El uruguayo Eduardo Couture precisa que la demanda es un
acto procesal introductivo de la instancia, por virtud del cual el actor somete su
pretensión al juez, con las formas requeridas por la ley, pidiendo una sentencia
favorable. Para Rodríguez de Rezende Filho: "Es la materialización de la voluntad del
actor por la cual se transforma el derecho abstracto de accionar en derecho concreto".
La palabra "demanda", pedir, encargar, encomendar, etimológicamente significa
súplica, petición, encomienda (leer pág. 64 del texto base).

8.4 Requisitos de !a demanda y anexos de la demanda.


Los requisitos de la demanda y los correspondientes anexos que forman parte de ella,
se encuentran establecidos en los artículos, 15° y 16° de la Ley Procesal del Trabajo.
"Los primeros son los elementos intrínsecos que deben estar presentes en toda
demanda y, los segundos, son los documentos que se agregan a la demanda a fin de
cumplir, en forma conjunta, con los requisitos de admisibilidad y procedencia de ésta".
"Como todo acto procesal, la demanda no puede ser una manifestación del "estilo
personal" de su autor, sino que debe cumplir con los requisitos que señala la ley".

a) Designación del Juez ante quien se interpone la demanda: La demanda es una


solicitud dirigida al órgano jurisdiccional, por lo que debe precisarse a que órgano
jurisdiccional va dirigida. En el caso del proceso laboral, será al Juez competente
encargado de resolver las controversias laborales surgidas entre el empleador y el
trabajador, teniendo en cuenta las reglas que determinan la competencia,
según la Ley Procesal del Trabajo.
b) Nombre o denominación, datos de identidad, dirección domiciliaria y domicilio
procesal del demandante o el de su representante, si no pudiera comparecer
o no comparece por sí mismo: Se trata de identificar al accionante. La
individualización e identificación de cualquier persona es posible a través del
nombre, derecho al que tiene toda persona natural. Tanto el nombre como el
documento de identidad nacional (DNI), permite al juez tener certeza respecto a la
capacidad procesal del accionante, esto es, la aptitud para ejercer su derecho por
s'\ mismo, así como su legitimidad para obrar, vale decir, identificar a la persona
que conforma la relación jurídico sustancial. Ello, además, permite al juez conocer
si tiene impedimento para dirigir el proceso y las causas por las cuales podría ser
recusado, según lo establecido por los artículos 305° y 307° del Código Procesal
Civil.
c) El nombre o denominación de la persona natural o jurídica demandada, con
indicación de la dirección domiciliaria donde debe ser notificada: Se trata de la
obligación de identificar al demandado, sea ésta persona natural o jurídica, a fin de
que pueda ser emplazado por el órgano jurisdiccional y además, se pueda
determinar su legitimidad para obrar pasiva; es decir, identificar al otro sujeto de
la relación jurídica sustancial. El correcto señalamiento del domicilio del
demandado encuentra su fundamento en dos principios básicos y fundamentales:
el debido proceso y el derecho de defensa.
d) Situación laboral del demandante, si es un trabajador individual, con indicación
del tiempo de servicios, función o cargo desempeñados y la última remuneración
percibida: El Juez debe conocer la situación del demandante, si se encuentra
laborando o se trata de un trabajador con vínculo laboral concluido. De este modo
conocerá la urgencia de concluir el proceso, teniendo en cuenta que un
desocupado tiene más urgencia de ello. El récord laboral, el cargo desempeñado y
la última remuneración percibida constituyen datos que permitirán liquidar con la
mayor exactitud los montos que debe pagar el demandado.
e) Determinación clara y concreta del petitorio contenido, con indicación de
montos cuando los derechos tenga naturaleza económica o expresión
monetaria: Estos requisitos son medulares en la demanda, porque en ellos se
concretiza el objeto del proceso o contenido de la acción: La pretensión, que se
dirige a demandado y respecto a la cual ejerce su derecho de defensa sin poderlo
modificar, contradiciendo, oponiéndose o deduciendo excepciones. El petitorio es
el resumen claro y preciso de la pretensión, que el juez tampoco puede modificar y
sobre el cual debe emitir la sentencia. El monto del petitorio, tiene su fundamento
en el principio de congruencia, porque el juez debe resolver respecto a las
pretensiones de las partes, salvo que se trate de errores de cálculo que sí puede
rectificar, disponiendo el pago de sumas mayores. El juez debe resolver según lo
alegado y probado.
f) Enumeración de los hechos y los fundamentos jurídicos de la
pretensión: Los hechos, que constituyen la historia, deben ser narrados en forma
secuencial y ordenada, clara y precisa, de modo que pueda facilitar su lectura,
contestar la demanda y fijar los puntos controvertidos. "Alvarez Julia, señala que
se han planteado dos teorías respecto a la exposición de los hechos. Una
denominada sustanciación y, la otra denominada individualización de los hechos.
La primera sostiene que toda relación jurídica litigiosa proviene de hechos que
deben ser expuestos detalladamente, porque son constitutivos de dicha relación
jurídica litigiosa.
g) Los medios probatorios.
h) Firma del demandante, su representante legal o su apoderado y del abogado
patrocinante. Huella digital certificada ante el Secretario de Juzgado si el
demandante es analfabeto: La firma en la demanda, sea del propio demandante,
su representante legal o su apoderado y de la huella digital de quien no sabe leer
ni escribir, constituye !a ratificación de la voluntad de demandar, de solicitar la
tutela jurisdiccional.
Los anexos que deben acompañarse a la demanda, se encuentran enumerados en el
artículo 16° de la Ley Procesal del Trabajo, son los siguientes (leer págs. 65 a 67 del
texto base).

8.5 Calificación de la demanda.


La demanda una vez presentada inaugura irrevocablemente el proceso. Lo dicho no
invalida que, por ejemplo, por un déficit en las condiciones de procedibilidad de la
demanda, el Tribunal no le de curso en el sentido de no reputarla idónea para servir de
pie para la prosecución del trámite. Los principios de autoridad y de economía procesal
justifican que el juez no pueda permanecer impasible ante la proposición de demandas
cuya sustanciación sólo se traduciría en un inútil dispendio de actividad jurisdiccional".
En nuestro ordenamiento procesal laboral se admite que la demanda sea sometida a
examen del juez y determine, si es inadmisible, improcedente o infundada.
La calificación de la demanda, constituye una decisión que exige la mayor ponderación
y prudencia del juez, de modo que no incurra en abuso y califique negativamente una
demanda que debió ser admitida a trámite. Abordemos, entonces, los temas de
admisibilidad e improcedencia de la demanda (leer págs. 67a 69 del texto base).

8.5.1 Inadmisibilidad de la demanda


Nuestra Ley Procesal del Trabajo en forma genérica concede al juez la facultad
de admitir provisionalmente la demanda, pero sin tramitarla, cuando es
presentada sin los requisitos o anexos señalados en los artículos 15° y 16°, lo que
debe entenderse que cualquier requisito de los señalados en los precitados
artículos, que faltare, dará lugar a la inadmisibilidad de la demanda, más no a la
improcedencia que se encuentra regulada por el artículo 18° de la misma Ley. Se
considera como causal de inadmisibilidad, por ejemplo, no acompañar los
anexos exigidos por la ley, entregar un petitorio impreciso o incompleto, no
presentar las pruebas de las que intenta valerse, faltó la firma del demandante,
apoderado o representante legal del demandante, entre otras (leer pág. 69 del
texto base).

8.5.2 Improcedencia de la demanda.


La declaración de improcedencia de la demanda, es la decisión que adopta el
juez al verificar que carece de uno o más requisitos de fondo. Su decisión debe
constar en una resolución "especialmente fundamentada". La remisión al Código
Procesal Civil es con relación a los requisitos de procedibilidad que debe
contener la demanda, pero igualmente con respecto a la sanción que se impone,
que en este caso, es el archivo definitivo del proceso, la nulidad de lo actuado y
la devolución de los anexos. Las causas que dan lugar a la declaración de
improcedencia de la demanda, se encuentran contempladas en una lista cerrada
del artículo 247 del Código Procesal Civil.
a. El demandante carezca evidentemente de legitimidad para obrar.
b. El demandante carezca manifiestamente de interés para obrar.
c. Advierta la caducidad del derecho.
d. Carezca de competencia.
e. No exista conexión lógica entre los hechos y el petitorio.
f. El petitorio fuese jurídica o físicamente imposible.
g. Contenga una indebida acumulación de pretensiones.
h. La existencia de la voluntad de la ley, que asegure al actor algún bien y que
obligue al demandado a alguna pretensión.

En el penúltimo párrafo del artículo 427°, se prescribe que si el juez estimare


que la demanda es manifiestamente improcedente la declarará así de plano,
expresando los fundamentos de su decisión, disponiendo la devolución de los
anexos (leer págs. 69 a 72 del texto base).

8.6 Emplazamiento del demandado.


"El emplazamiento es un acto procesal a través del cual se pone en conocimiento del
demandado el inicio de un proceso en su contra. Es un típico acto de notificación, sin
embargo, tiene una considerable trascendencia en el proceso, habida cuenta de que es
el momento en que la relación jurídica procesal queda perfeccionada". El
emplazamiento sólo será válido, si el emplazado, ha notificado correctamente
notificado que le garantice su derecho de defensa (leer págs. 72 del texto base).

8.7 Contestación de la demanda.


La contestación de la demanda, según ¡o indica Carrión Lugo, "constituye un medio
procesal por el cual e! demandado hace uso de su ineludible derecho de defensa
frente a la demanda con la que se le ha emplazado". Con algunas variantes, los
requisitos de la contestación de la demanda son los mismos que se exigen para la
demanda (leer págs. 72 a 73 del texto base).

8.8 Excepciones y defensas previas.


Un hecho que queda claro es que la Ley Procesal del Trabajo, no contiene una
referencia expresa respecto a las excepciones y defensas previas, limitándose a hacer
una referencia a la excepción de transacción, en su artículo 23°. La inclusión de la
transacción y su reconocimiento como excepción por nuestra Ley Procesal del Trabajo,
nos parece un hecho carente de lógica, desde que el Código Procesal Civil no la incluye
en el cerrado listado del artículo 446°, por considerar, a decir de Monroy Gálvez, que
constituye una defensa de fondo.
No obstante, al margen de tal discrepancia, las excepciones, que regula nuestra norma
jurídica adjetiva, forman parte del proceso laboral, cuando son invocadas por el
demandado, en aplicación supletoria de la Tercera Disposición Final de la Ley Procesal
del Trabajo.
"Llamadas también defensas de forma, las excepciones son el medio a través del cual
el demandado denuncia la existencia de una relación procesal inválida, sea porque se
ha omitido o se ha presentado defectuosamente un presupuesto procesal o una
condición de la acción".
La excepción por su propia naturaleza es procesal; de aquí que se considere incorrecto
(pleonasmo), agregarle el término "procesal", toda vez que su finalidad es "paralizar o
extinguir la relación jurídico procesal por omisiones o insuficiencias de requisitos o
condiciones que pueden hacer o hacen nulo el proceso".
Las excepciones se encuentran enumeradas en el artículo 446° del C. P. C. y se
proponen al contestar la demanda (leer págs. 73 a 75 del texto base).
8.9 Oposición a la pretensión. Contradicción
La contradicción es la facultad del demandado a oponerse a la acción promovida por el
demandante. Es el equivalente al derecho de acción (poder) del accionante, mediante
la cual el accionado, ejerce su derecho de contradicción, mediante la oposición. Este
derecho (poder), precisa Véscovi, lo tiene el demandado, comparezca o no, y acepta la
demanda (reconocimiento, confesión, etc.) o no lo haga (leer pág. 75 del texto base).

8.10 Rebeldía
La rebeldía importa una actitud de indiferencia frente al emplazamiento del Juez y
supone un correcto emplazamiento. Se le define como un no apersonamiento a la
acción promovida. Sin embargo, ello no significa que el rebelde se le aparte
definitivamente del proceso, porque de acuerdo con la Ley Procesal del Trabajo
puede incorporarse en cualquier momento, pagando una multa equivalente a dos
(02) URP. En definitiva, la rebeldía, es la situación en que se coloca el demandado,
que no comparece al juicio, dentro del plazo legal respectivo, habiendo sido
debidamente notificado. Es el artículo 24° de la Ley procesal del Trabajo, el que
regula esta institución. Los efectos de la rebeldía son claros: "causa presunción legal
relativa sobre la verdad de /os hechos expuestos en la demanda" (leer págs. 75 a 76
del texto base).

CAPÍTULO II

LA PRUEBA EN EL PROCESO LABORAL, FORMAS DE CONCLUSIÓN DEL PROCESO Y MEDIOS


IMPUGNATORIOS

1. LA PRUEBA EN EL PROCESO LABORAL.


La Ley Procesal del Trabajo en el Título II, denominado Actividad Procesal, Capítulo I Medios
Probatorios, dividido en ocho sub capítulos, regula la actividad probatoria, artículos que van
del 25° al 44°. Dada su importancia dentro del proceso y para una mayor comprensión del
tema, lo trataremos siguiendo el esquema trazado por la Ley, con la mayor rigurosidad.
El acto de probar es innato al ser humano en su permanente búsqueda de la verdad. Devis
Echandía, precisa que "la noción de prueba está presente en todas las manifestaciones de
la vida humana". No obstante, es en el interior del proceso donde la prueba y la actividad
probatoria adquieren mayor relevancia; de aquí la importancia del tema, que dígase de
paso, no será abordado con la amplitud y rigurosidad que lo requiere dada la naturaleza de
éste trabajo (leer pág. 77 del texto base).

1.1 Concepto.
Una observación inicial y necesaria para abordar el tema del concepto de prueba, será
aquella que dilucide el verdadero significado y alcances de los conceptos de prueba y
medio probatorio. La Ley Procesal del Trabajo, en el Capítulo I, de! Título II, hace
expresa referencia a los medios probatorios, siendo necesario establecer las
diferencias que existen entre uno y otro, a) Medios Probatorios: Se le concibe como el
instrumento para conseguir probar. Los medios de prueba vienen a ser "los modos u
operaciones que, referidos a cosas o personas, son susceptibles de proporcionar un
dato demostrativo de la existencia o inexistencia de uno o más hechos", b) Prueba: Es
lo que se obtiene del medio probatorio (leer págs. 79 a 80, Texto Base).

1.2 Finalidad.
La finalidad que deben cumplir los medios probatorios en el proceso laboral, se
encuentra prescrita en el artículo 25° de la Ley Procesal del Trabajo. La finalidad de la
prueba responde a la pregunta ¿Para qué probar en el proceso? Sobre el particular, en
la doctrina existen tres respuestas: La primera señala que se prueba para establecer la
verdad de los hechos. La segunda, señala que se prueba para fijar los hechos en la
sentencia. La tercera, precisa que se prueba para obtener la certeza del juez de la
ocurrencia, existencia o verdad de un hecho.
Para nuestra Ley Procesal, los medios probatorios cumplen una doble finalidad:
Acreditar los hechos expuestos por las partes y producir certeza en el juez respecto de
los hechos controvertidos y fundamentar sus decisiones (leer págs. 78 a 79 del texto
base).

1.3 Oportunidad del Ofrecimiento de Prueba.


La norma imperativamente fija la oportunidad en que las partes deben aportar el
material probatorio: los actos postulatorios. En el caso del accionante, lo hará
juntamente con la demanda, por ser un requisito de ésta, por prescripción expresa del
numeral 7), artículo 15° Ley Procesal del Trabajo. El accionado, lo hará al momento de
contestar la demanda, por ser, igualmente, un requisito de ésta, según puede verse del
numeral 4), artículo 21° Ley N° 26636 (leer pág. 79 a 80 del texto base).
1.4 La carga de la prueba.
En la doctrina se ha discutido mucho si la carga de la prueba es un deber, una
obligación, una facultad o un poder. Paredes Palacios, dice que quizás la respuesta más
exacta a las interrogantes, es decir simplemente, que se trata de una carga. La
distribución de la carga de la prueba, en nuestra Ley Procesal del Trabajo, se encuentra
regulada por el artículo 27°.

a) Actividad probatoria del trabajador: La regla general es que las partes prueben sus
afirmaciones, correspondiéndole esencialmente al trabajador probar la existencia
del vínculo laboral y en el caso del despido, la existencia de este, su nulidad si
la invoca y la hostilidad.
b) Actividad probatoria del empleador: Probado el vínculo laboral,
correlativamente, le corresponderá al empleador probar que ha cumplido con
todas sus obligaciones, legales, convencionales, establecidas por la costumbre, el
reglamento interno de trabajo y el contrato individual de trabajo. Con respecto al
despido, la causa invocada que lo justifique, le corresponde probarla al empleador
(leer págs. 80 a 81 del texto base).

1.5 Clases de Medios Probatorios.


1.5.1 Declaraciones.
Las declaraciones son medios probatorios a través de los cuales, las partes,
buscan probar los hechos que afirman y consecuentemente la demanda se
declare fundada o infundada, según corresponda. Pueden ser de dos clases:
Declaración de parte y declaración de testigos. Nuestra Ley Procesal del Trabajo
en sus artículos 32° y 33°, regula ambas:
a. La Declaración de parte: En la anterior norma procesal, se le denominó
"confesión", siguiendo al derogado Código de Procedimientos Civiles. "Es una
de las llamadas pruebas personales e históricas", nos dice
Hinostroza Minguez, Alberto.
b. Declaración de testigos: Son terceras personas ajenas a la litis
(terceros) que declaran sobre hechos que han percibido por sus propios
sentidos con relevancia probatoria en el proceso. Es la llamada prueba
testimonial que consiste en la declaración de una persona que no siendo
parte en el proceso, depone ante el juez sobre los hechos que conoce
relacionados con los puntos controvertidos, ya sea de primer grado o de
segundo grado (leer págs. 82 a 84 del texto base).

1.5.2 Documentos.
"El documento es un medio probatorio real, objetivo, histórico, y representativo
e, inclusive, declarativo. Puede encerrar una declaración de ciencia así como una
expresión de voluntad disponible". "Los documentos por lo general son ad
probationem, vale decir, sirven como medios de prueba, pero no son
considerados elementos indispensables para la existencia o validez de un
determinado acto.
En la Ley Procesal del Trabajo, los artículos 34° y 35°, se refieren únicamente a
las boletas de pago y a las planillas. Sin embargo, es claro, que no son los únicos
documentos que constituyen medios probatorios en el proceso laboral.
a) Boletas de Pago: La boleta de pago es un medio probatorio, a través del cual
se prueba la relación de trabajo. La boleta de pago fue creada por el D.S. N°
015-72-TR, del 28 de setiembre de 1972. Actualmente se encuentra
vigente el D. S. N° 001-98-TR, según el cual, en la boleta de pago se
consignan los siguientes datos: el nombre completo del trabajador,
sexo y fecha de nacimiento, domicilio, nacionalidad y documento de
identidad, fecha de ingreso y de reingreso a la empresa, cargo u ocupación,
número de registro o código de asegurado o afiliado a los sistemas
provisionales correspondientes y la fecha de cese.
b) Planillas: Es un registro obligatorio que todo empleador está obligado a llevar
y en el que consigna los nombres de los trabajadores que tome a su servicio,
dentro de las 72 horas de iniciada la relación de trabajo. El registro puede
tratarse de un libro de planillas, hojas sueltas o micro formas y en él se
consignan los siguientes datos del trabajador: remuneraciones
percibidas, tiempo de servicios, vacaciones, gratificaciones y demás
derechos económicos, jornada de trabajo, horas extras, así como todos
los derechos derivados de obligaciones convencionales o
consuetudinarias.
c) Informe revisorio de planillas: Realizada la revisión de planillas, se
procederá a evacuar un informe, denominado "informe revisorio de
planillas" conteniendo "la trascripción de los asientos o los datos
contenidos en los libros o documentación correspondiente referidos a la
materia señalada por el Juez y será puesto en conocimiento de las partes"
(art. 34° LPT) (leer págs. 84 a 86 del texto base).

1.5.3 Inspección Judicial.


"La inspección judicial, llamada también reconocimiento o percepción judicial,
es aquel medio probatorio por el cual el Juez en forma directa y mediante sus
sentidos (vista, oído, olfato, tacto y gusto) puede apreciar los hechos materia de
debate procesal. Sirve, pues, este medio de prueba para verificar hechos
materiales" (ver págs. 87 a 88 del texto base).

1.5.4 Pericia contable


La prueba pericial es un medio de prueba, dentro del conjunto de medios
probatorios que pueden actuarse en el proceso laboral. No es una declaración
de verdad o de voluntad, sino una declaración de ciencia porque se emite por
una persona que cuenta con una preparación especializada en alguna ciencia,
técnica o arte. Su objeto es esclarecer algún o algunos hechos materia de
controversia, cuyos conocimientos escapan a los del juez.
Para nuestra Ley Procesal del Trabajo, la finalidad de la pericia contable "es
presentar al órgano jurisdiccional la información obtenida de los libros y
documentación contable que sirvan para calcular los montos de los beneficios
en litigio" (art. 36° LPT) (leer págs. 88 a 90 del texto base).

1.5.5 Sucedáneos de los medios probatorios: Indicios y Presunciones.


Los sucedáneos de los medios probatorios son dos: las presunciones y los
indicios. Siguiendo e! esquema trazado por nuestra Ley Procesal del Trabajo,
abordemos, cada uno de ellos:
a) Presunciones: "La presunción es un juicio lógico del legislador o del juez
(según sea presunción legal o judicial), en virtud del cual se considera como
cierto o probable un hecho (lo segundo cuando es presunción judicial o de
hombre) con fundamento en las máximas generales de experiencia, que le
indican cuál es el modo normal como se suceden las cosas y los hechos" 1)
Presunción legal: "Desde el punto de vista legal la presunción es el hecho o
circunstancia que por disposición legal se debe tener como verdadero".
Puede ser de dos clases: a) Presunción legal absoluta: Se le denomina
"también yuré et de jure, es aquella que considera cierto el hecho de modo
definitivo, es decir, no admite prueba en contrario, b) Presunción legal
relativa: "...llamada también juris tantum, es aquella en virtud de la cual se
considera cierto el hecho presumido mientras no se demuestre lo contrario".
La Ley Procesal del Trabajo, en su artículo 40°, se refiere no a la presunción
legal relativa, sino a las "Presunciones Legales Relativas". 2) Presunción
Judicial:"... la presunción judicial o inferencia lógica es la conclusión
del razonamiento que a aquellos (los indicios) se aplica. La Ley Procesal del
Trabajo lo incluye tangencialmente en la última parte del artículo 41°, al
prescribir que "los indicios pueden ser, entre otros, las circunstancias en las
que sucedieron los hechos materia de la controversia y los
antecedentes de la conducta de ambas partes".
b) Los Indicios: Para Devis Echeandía, la palabra indicio, proviene de la voz
latina indicium,' que deriva, a su vez, de indicere, que significa "indicar"
"hacer conocer algo". "Se entiende por indicio cualquier hecho conocido (o
una circunstancia de hecho conocida), del cual se infiere, por si solo o
conjuntamente con otros, la existencia o inexistencia de otro hecho
desconocido, mediante una operación lógica basada en normas generales
de la experiencia o en principios científicos o técnicos especiales"
(leer págs. 90 a 94 del texto base).

1.6 Valoración de la Prueba


Respecto a la valoración de la prueba, el artículo 30° de la Ley Procesal del Trabajo,
prescribe: "Todos los medios probatorios son valorados por el juez en forma conjunta,
utilizando su apreciación razonada". La imputación prescriptiva que la norma impone
al juez, es que valore "todos los medios probatorios en forma conjunta", no por
separado o aisladamente, cada uno de ellos, ni tampoco obviando o ignorando, un
medio probatorio que es parte del proceso. Igualmente, se le impone la obligación de
utilizar "su apreciación razonada", que significa la utilización de "las reglas de la lógica,
de la psicología y la experiencia, dando a cada uno de los medios probatorios, el valor
que considere que tiene, con una adecuada motivación y apreciándolas en su
conjunto".

a) Sistema de la prueba tasada o tarifa legal: "Consiste en el establecimiento por


parte del legislador, de los medios probatorios admisibles en el proceso, a los
cuales, se les ha fijado previamente su valor probatorio o el grado de convicción
que deben tener para el juez, estando el juzgador obligado a someterse a la
respectiva regla. La función del juzgador en este sistema es mecánica, porque sólo
confronta al hecho que se le quiere demostrar con el alcance de convicción que la
norma otorga a dicho medio probatorio.
b) Sistema de la Libre Convicción: Se halla en el extremo opuesto de la prueba tasada
o tarifa legal. En este sistema "... el valor de convicción de cada medio probatorio
no está tasado ni medido de antemano por el legislador, no estando el juez
obligado a dar cuenta de los medios por cuyo conducto se convenció, o de las
dudas que lo condujeron a absolver al demandado.
c) La libre valoración de las pruebas: Conocido también como el sistema de la
apreciación razonada. Si bien se parece al de la libre convicción, la diferencia está,
en que en este sistema debe el juez, motivar su resolución, fundamentar su
decisión. "Según este sistema el juez es libre de formularse su convencimiento,
pero tiene que dar razones que expliquen como o el porque de su convicción sobre
la masa de pruebas o determinado medio de prueba".
Nuestra Ley Procesal del Trabajo, siguiendo la misma línea del Código Procesal Civil,
adopta este último sistema, según es de verse del artículo 30° de la LPT y del artículo
197° del C. P. C., respectivamente (leer págs. 95 a 98 del texto base).

1.7 Impertinencia, improcedencia de las pruebas y prueba innecesaria.


Nuestra Ley Procesal del Trabajo lacónicamente regula estos hechos en el artículo 31°:

a) Prueba impertinente: Se dice que es impertinente, lo que no viene al caso, o mejor


"lo ajeno al caso, lo inoportuno, lo extraño al asunto controvertido". Una prueba
será impertinente cuando no tiene ninguna relación con los hechos o con la
pretensión.
b) Prueba improcedente: Será improcedente "lo que no se ajusta a derecho, lo
inoportuno, lo extemporáneo". El Código Procesal Civil, califica como
improcedentes, los medios probatorios que tiendan a establecer: 1. "Hechos no
controvertidos, imposibles, o que sean notorios o de pública evidencia".
c) Prueba Innecesaria: "Es innecesario lo superfluo, lo fútil, lo evitable".

La declaración de impertinencia, improcedencia o innecesaria de un medio probatorio,


la hará el Juez en resolución debidamente fundamentada (leer pág. 98 del texto base).
1.8 Cuestiones Probatorias.
"Las cuestiones probatorias son instrumentos procesales dirigidos a poner en tela de
juicio algún medio de prueba con la finalidad de que el juez declare su invalidez o
tenga presente su ineficacia probatoria".
Los cuestionamientos que las partes pueden proponer en contra de los medios
probatorios son dos: La tacha y la oposición, regulados por los artículos 42° y 43° de la
Ley Procesal del Trabajo. Veamos cada uno de ellos.

1.8.1 Tachas.
"La tacha constituye una especie de impugnación cuyo objeto es quitar validez o
restarle eficacia a un medio de prueba, en razón de existir algún defecto o
impedimento respecto de él". La tacha procede contra los testigos o los
documentos.
a) Tacha de testigos: "La tacha de testigos es un acto procesal facultativo por el
cual los litigantes pretenden enervar la eficacia de un testimonio a ser
rendido por una persona afectada por alguna causal de prohibición,
impedimento o recusación, inclusive por manifiesta inidoneidad (como
cuando se ofrece la declaración de un testigo que tiene mermado el sentido -
vista, oído, olfato, gusto o tacto - con el cual se supone captó o apreció el
hecho sobre el que atestigua*'.
b) Tacha de documentos: "Es aquel acto procesal potestativo por el cual las
partes, alegando la nulidad o falsedad de la prueba documental, cuestionan
su validez o eficacia, a fin de que sea excluida de la actuación o valoración
probatoria". Como puede verse el documento puede ser tachado de nulo o
de falso. El Código Procesal Civil, en sus artículos 242°, 243° y 244°,
hacen expresa referencia a la ineficacia del documento, por falsedad,
nulidad o inexistencia (leer págs. 98 a 100 del texto base).

1.8.2 Oposición
"La oposición es un instrumento procesal dirigido a cuestionar un medio de
prueba incorporado al proceso, para así lograr que no se realice su actuación o
que se evite asignarle eficacia probatoria al momento de resolver".
a) Oposición a una declaración de parte: "La oposición a la actuación de una
declaración de parte tiene por finalidad impedir que tenga lugar la deposición
de un sujeto procesa! (demandante o demandado) o lograr que se descarte
dicho medio de prueba de la valoración que haga el juez del material
probatorio".
b) Oposición a la actuación de una exhibición: "...encaminada a
obstaculizar su práctica o hacer que el juez no le otorgue eficacia
probatoria a los documentos suministrados al proceso en virtud de tal
exhibición".
c) Oposición a la actuación de la prueba pericial: "La oposición a la actuación
de la prueba pericial es aquella destinada a impedir que personas
especializadas en alguna ciencia, arte, industria u oficio procedan a
examinar el asunto debatido en juicio y emitir opinión al respecto, o sino a
objetar el contenido del dictamen para de esta manera tratar de anular su
mérito probatorio".
d) Oposición a la actuación de la inspección judicial: "La oposición a la
actuación de una inspección judicial es el medio de defensa dirigido a evitar
que se realice la verificación directa y personal del magistrado de los hechos
materia de conflicto entre las partes procesales. También se dirige a
cuestionar su desarrollo, buscando de este modo restarle su eficacia
probatoria".
e) La oposición a la actuación de medios probatorios atípleos: La finalidad
de esta oposición es "entorpecer su práctica o enervar su fuerza probatoria".
Los argumentos para la oposición serían los mismos que para las oposiciones
antedichas.

Nuestra Ley Procesal del Trabajo, en una clara coincidencia con el Código
Procesal Civil, en el artículo 43°, prescribe que: "Puede formularse oposición a la
actuación de una declaración de parte, exhibición o cotejo de documentos,
pericia o inspección judicial" (parte pertinente). No incluye la oposición a la
actuación de medios probatorios atípleos (leer págs. 100 a 102 del texto base).

2. FORMAS DE CONCLUSIÓN DEL PROCESO.


La forma normal y hasta natural de conclusión del proceso es la sentencia. Sin embargo, en
la doctrina procesal, se admiten otras formas de conclusión, que el Código Procesal Civil, las
denomina "formas especiales de conclusión del proceso". La Ley Procesal del Trabajo en la
Sección Cuarta - Conclusión del Proceso - Título Primero, se refiere a la "conclusión
anticipada del proceso", ubicando dentro de ellos, la conciliación y el desistimiento,
artículos 45° y 46°.
La Ley Procesal del Trabajo, prescribe dos formas de concluir el proceso. Una de ellas es la
forma anticipada, a través de la conciliación y el desistimiento y otra, a través de la
sentencia, sin que ello impida que pueda concluirse el proceso, de conformidad con alguna
de las modalidades contempladas en el Código Procesal Civil (leer págs. 102 a 103 del texto
base).

2.1 La Sentencia
Es el acto procesal mediante el cual el juez, pone fin a la instancia, resolviendo el
conflicto de intereses o la incertidumbre jurídica. Es el modo normal de concluir un
proceso, declarando fundada o infundada la demanda.
La palabra sentencia deriva del latín "sentiendo", que significa "sentir". En la sentencia,
nos dicen Sagástegui Urteaga, Pedro y Alfaro Pinillos Roberto, el juez "expresa lo que
siente, frente a los alegatos y pruebas presentadas por las partes en el proceso".
De conformidad con el artículo 47° de la Ley Procesal del Trabajo, el proceso se
encuentra expedito para sentenciar en ios siguientes casos: a) Ha concluido la
actuación de todos los medios probatorios admitidos y actos de investigación
ordenados por el juez, b) La cuestión debatida sea de puro derecho o, siendo de
hecho, no haya necesidad de actuar medio probatorio alguno en la audiencia
respectiva, c) Saneado el proceso, la rebeldía del demandado produzca convicción al
juez respecto de los hechos y pretensiones contenidos en la demanda y c) Se haya
producido allanamiento o reconocimiento admitidos por el juez.
En cuanto al contenido de la sentencia, éste se encuentra fijado en el artículo 48° de la
Ley Procesal del Trabajo. La sentencia para ser válida debe cumplir con los requisitos
de forma y de fondo exigidos por la Ley. Asimismo, tiene una estructura conformada
por las siguientes partes:

a) Parte expositiva: Forma parte de la estructura de la sentencia y en ella el


Magistrado narra en forma sucinta, secuencial y cronológica los principales actos
procesales acontecidos desde la interposición de la demanda hasta el momento
previo a la expedición de la sentencia.
b) Parte considerativa: Se parte de la premisa que los puntos controvertidos han sido
debidamente fijados, cuyo análisis se efectuará mediante un razonamiento que
debe seguirse. En esta parte el Magistrado plasma el razonamiento lógico - fáctico
y/o lógico - jurídico, que ha efectuado para resolver la controversia. El contenido de
esta parte de la sentencia, es el razonamiento lógico - fáctico y/o lógico - jurídico,
efectuado por el Magistrado para resolver la controversia y comprende: El listado
de las situaciones de hecho que guardan relación sustancial con cada uno de los
puntos controvertidos. Selección y análisis valorativo de los elementos probatorios
y/o necesarios para crear la respectiva convicción sobre cada una de dicha
situaciones de hecho. Análisis del marco jurídico al punto controvertido evaluado y
emisión de una conclusión. Considerando final que permita a los justiciables
anticipar el sentido del fallo definitivo.
c) Parte Resolutiva: Debe contener una exposición clara y precisa de la solución que
el juez da a la controversia, con el objeto de evitar equivocadas
interpretaciones al momento de ejecutar el fallo (leer págs, 103 a 106 del texto
base).

2.2 La Conciliación.
Nuestra Ley Procesal del Trabajo, la recoge en sus artículos 102° y 103°. La conciliación
extrajudicial, en la concepción de nuestra Ley Procesal del Trabajo, puede ser privada o
administrativa. En ambos casos es promovida por el Estado. La conciliación
extrajudicial privada es voluntaria y a elección de los interesados, puede realizarse
ante un Centro de Conciliación o ante un conciliador individual. Sin embargo, para que
tenga validez y adquiera autoridad de cosa juzgada, debe ser homologada por una Sala
Laboral. La conciliación extrajudicial administrativa, se realiza ante el Ministerio de
Trabajo y Promoción Social, siendo facultativa para el trabajador y obligatoria para el
empleador.
La conciliación judicial o procesal o iníraprocesal, es aquella que se realiza dentro del
proceso, de donde proviene su denominación. Se encuentra recogida en el artículo 45°
de la Ley Procesal del Trabajo. En el proceso laboral, el juez, luego de saneado el
proceso, en la audiencia única, está obligado a invitar "a las partes a conciliar el
conflicto" (art. 66° LPT).
En el ámbito laboral, la conciliación es considerada por la Organización Internacional
del Trabajo (OIT)"... como una práctica que consiste en utilizar los servicios de una
tercera neutral para que ayude a las partes en un conflicto a allanar sus diferencias y.
llegar a una transacción amistosa, o a una solución adoptada de mutuo acuerdo" (leer
págs. 107 a 109 del texto base).
2.3 El desistimiento.
El desistimiento constituye otra de las formas anticipadas de concluir el proceso,
regulado por el artículo 46° de la Ley Procesal del Trabajo. Admite tres tipos de
desistimiento: a) desistimiento de la pretensión, b) desistimiento del proceso; y c)
desistimiento de algún acto procesal.
En nuestro proceso laboral, el desistimiento, conforme puede verse del artículo 46° de
la Ley Procesal del Trabajo, tiene su fundamento en el principio dispositivo, por el cual
las partes disponen del proceso y por tanto pueden darlo por concluido en cualquier
momento de acuerdo con sus intereses. Sin embargo, tal facultad, podría decirse no es
irrestricta, toda vez que por el principio protector, corresponde al juez cuidar "que no
se vulnere el principio de irrenunciabilidad respecto de los derechos que tengan ese
carácter" (art. 46° LPT). Por ello mismo, la ley prescribe como obligación al
demandante, que en materia laboral, es normalmente el trabajador, motive "su pedido
para obtenerla aprobación del juez" (art. 46° LPT).

a) Desistimiento de la pretensión: La pretensión, es el contenido del derecho de


acción que expresa lo que el demandante quiere lograr. El desistimiento de la
pretensión en materia laboral, tratándose de un trabajador, se encuentra
estrechamente ligado con el principio de irrenunciabilidad de los derechos
laborales, siendo por ello que se impone como obligación que se motive el pedido,
al proponer el desistimiento, estando obligado el juez a cuidar "que no se vulnere el
principio de irrenunciabilidad respecto de los derechos que tenga ese carácter" (art.
46° in fine LPT).
b) Desistimiento del Proceso: El desistimiento, constituye una forma
anticipada de concluirlo, según es de verse del artículo 46° de la Ley Procesal del
Trabajo, encontrándose su fundamento en e! principio de disponibilidad del
proceso que tienen las partes para terminarlo por terminado en cualquier
momento a través del desistimiento. Se le denomina también "renuncia al estado
de lítispendencia (según la doctrina alemana) o renuncia a los actos del juicio
(según cierto sector de la doctrina italiana) o desistimiento de la acción o de
la instancia o de la demanda, es aquel acto jurídico procesal a través del cual el
demandante manifiesta expresamente su voluntad de apartarse del proceso
(quedando incólume su pretensión).
c) Desistimiento de algún acto procesal: Los actos procesales forman parte de la
actividad procesal y corresponden a las partes y al juez. En el caso del desistimiento
de algún acto procesal, se alude a los actos procesales de las partes y no del órgano
jurisdiccional. No está referido a la totalidad de ellos, sino de alguno o algunos (leer
págs. 109 a 113 del texto base).

3. MEDIOS IMPUGNATORIOS.
Bajo la denominación "Medios impúgnatenos", la Ley Procesal del Trabajo, regula dos tipos
de recursos: Los que se sustancian ante el mismo órgano jurisdiccional que emitió la
resolución objeto de impugnación, son los llamados recursos de reposición "que procede
contra los decretos", expedidos por el órgano jurisdiccional con la finalidad que subsane la
omisión o el error en que se incurrió. El segundo tipo de recursos, está constituido por
aquellos que se sustancian ante un órgano jerárquico superior. Estos recursos, según la Ley
son los recursos de apelación, casación y queja (leer pág. 113 del texto base).

3.1 Concepto.
Se entiende por impugnación en el ámbito procesal "al acto que consiste en objetar,
rebatir, contradecir o refutar un acto jurídico procesal de cualquier naturaleza, sea que
provenga de las partes, de un tercero legitimado, del juez, es decir de cualquier sujeto
del proceso". Puede, entonces, decirse que medio impugnatorio, es un acto procesal,
por el cual, cualquiera de las partes solicita se reforme o anule total o parcial, la
resolución que lo perjudica o agravia. Este derecho, encuentra su fundamento en el
principio de pluralidad de Instancia o doble instancia, a que se refiere el artículo 139°,
inciso 6), de la Constitución Política del Estado (leer pág. 116, Texto Base).

3.2. Fines.
Los fines de los medios impugnatorios se desgajan del concepto antes expuesto y del
propio contenido del artículo 355° del Código Procesal Civil (leer pág. 113 del texto
base).

3.3. Clases de Medios Impugnatorios.


3.3.1. Reposición.
El recurso de reposición se interpone contra los decretos que expida el órgano
jurisdiccional, a fin de que los modifique o revoque. Se encuentra regulado por
el artículo 51° de la Ley Procesal del Trabajo. Este recurso sólo puede
interponerse en contra de los decretos, mas no contra las sentencias o los
autos. El plazo para interponer el recurso de reposición es de dos (2) días,
contados desde la notificación de la resolución impugnada. Se interpone ante
el órgano jurisdiccional que la ha expedido y el auto que lo resuelve es
inapelable (leer págs. 114a 115 del texto base).

3.3.2 Apelación.
Nuestra Ley Procesal del Trabajo, regula el recurso de apelación en los
artículos 52° y 53°. El primero se refiere a los requisitos y al plazo y el segundo
a los casos de procedencia.
a) Requisitos del recurso de apelación: Requisitos de fondo: Son los
siguientes: 1) Fundamentación, precisando el error de hecho o de derecho
(error in iudicando de hecho y error in iudicando de derecho). Requisitos de
forma: 1) Ser interpuesto por la parte que se sienta agraviada con la
resolución (legitimidad para apelar); 2) Interponerse contra la resolución,
para la cual la Ley, admite su interposición (sentencias y autos); 3)
Proponerse dentro del plazo establecido (cinco días para la sentencia y tres
días para los autos.
b) Apelación de sentencia: Según el artículo 53° de la Ley Procesal del Trabajo,
procede contra las sentencias de primera instancia y se interpone
dentro del término de cinco días, tratándose de sentencias dictadas en un
proceso ordinario laboral y de tres días, tratándose de sentencias dictadas
en los procesos sumarísimos. Se concede con efecto suspensivo, porque
en tanto se resuelve la apelación por la segunda instancia, los efectos de
la sentencia quedan suspendidos.
c) Apelación de autos: La apelación de autos procede en dos casos: 1) Contra
los que ponen fin a la instancia y cuya apelación se concede con efecto
suspensivo, postergándose su ejecución, en tanto se resuelva la
impugnación propuesta. 2) Contra los que no ponen fin a la instancia: La Ley
Procesal del Trabajo prevé dos situaciones: La primera corresponde a los
autos que se expiden en el transcurso del proceso y que por tanto al no
poner fin a la instancia, se conceden con la calidad de diferida. La segunda
situación prevista, está referida a los autos que se expidan después de
dictada sentencia. El plazo para la interposición de apelación en contra de
autos, es de tres días, según la última parte del artículo 53° de la Ley
Procesa! del Trabajo (leer págs. 115a 117 del texto base).
3.3.3 Queja
La Ley Procesal del Trabajo regula el recurso de queja en el artículo 60°
a) Concepto: Es un medio ¡mpugnatorio que se interpone contra las
resoluciones expedidas por los jueces denegando el recurso de
apelación o casación (art. 60° LPT) o "contra la resolución que concede
apelación en efecto distinto al solicitado" (art. 400° CPC). Dicho en otras
palabras es "un medio impugnatorio que se concede al litigante que
habiendo apelado o recurrido en casación es agraviado por la
denegatoria de los mismos".
b) Piazo para interponer el recurso de queja: El plazo para interponer el
recurso de queja es de tres días de notificada la resolución. Se
interpone, ante órgano jurisdiccional distinto al que emitió la resolución
(art. 60° LPT).
c) Requisitos de admisibilidad e improcedencia: El recurso de queja, debe
contener los correspondientes requisitos de forma, que darán lugar a su
admisibilidad o inadmisibilidad y los requisitos de fondo, que darán lugar a
su procedencia o improcedencia.
d) Trámite del recurso de queja y sus efectos: La Ley Procesal del Trabajo
nada dice sobre ello, por lo que es necesario recurrir a la norma supletoria,
el Código Procesal Civil, artículos, 404° y 405°, a los que nos remitimos (leer
pág. 118 del texto base).

3.4 Recurso de Casación


El recurso de casación tiene fundamento constitucional, según puede verse del
artículo 141° de la Constitución. Igualmente, la Ley Orgánica del Poder Judicial
contiene una referencia expresa, respecto al órgano jurisdiccional que conoce
de este recurso.
La Ley Procesal del Trabajo, regula el recurso de casación, en el Capítulo III,
Casación, del Título I, Medios Impugnatorios, de la Sección Quinta, artículos
54° al 59°, respecto a sus fines, procedencia, causales para su interposición,
requisitos de fondo y de forma y el pronunciamiento de la instancia respectiva
(leer pág. 119 del texto base).
3.4.1 Finalidad
En concreto, la finalidad del recurso de casación es triple: Obtener la correcta
aplicación del derecho objetivo, obtener la correcta interpretación del
derecho objetivo y unificar la jurisprudencia nacional.
El recurso de casación, tiene que ver esencialmente con las cuestiones de
derecho y no de hecho. "Responde al propósito de mantener la correcta
observancia de la ley y la revisión de las actividades realizadas en el
desarrollo del proceso, permitiendo denunciar las nulidades que las afectan y
la infracción de la ley cuando alguna resolución es pronunciada con violación
de la forma y solemnidad que señala el ordenamiento procesal".
Atendiendo a la finalidad de la casación, la Ley Procesal del Trabajo, en la
segunda parte del artículo 54°, prescribe que ésta tendrá "por objeto anular
las resoluciones de las Salas Laborales o Mixtas de las Cortes Superiores
únicamente por las causales siguientes: 1. Por evidente violación,
interpretación errónea o incorrecta aplicación de la ley. 2. Por estar en
contradicción con otros pronunciamientos emitidos por la misma Sala, por
otra Sala Laboral o Mixta de la República o por la Corte Suprema de Justicia,
en caos objetivamente similares" (leer págs. 119a 122 del texto base).

3.4.2 Requisitos de forma y de fondo. Efectos.


El recurso de casación y como no puede ser de otra manera, para su
admisibilidad y procedencia, debe cumplir con los respectivos de forma y de
fondo que exige la Ley Procesal del Trabajo, respectivamente, en sus artículos
56° y 57°.
a) Requisitos de Forma: Se encuentran señalados en el artículo 56° de la Ley
Procesal del Trabajo y son los siguientes: 1. Debe presentarse dentro del
plazo de diez (10) días de notificada la resolución que se impugna, ante la
Sala que la expidió. 2. Debe señalarse con claridad y precisión la fuente
de contradicción jurisprudencial. 3. Debe acompañarse el documento que
acredite su existencia y fundamentando expresamente los motivos de la
disconformidad.
b) Requisitos de Fondo: Se encuentran regulados por el artículo 57° de la Ley
Procesal del Trabajo. Son los siguientes: 1. Que el recurrente no hubiera
consentido previamente la resolución adversa de primera instancia,
cuando ésta fuera confirmada por la resolución objeto del recurso. 2. Que
se fundamente con claridad y precisión, expresando en cuál de las
causa/es descritas en el artículo 54° de esta Ley se sustenta y, según sea el
caso.
c) Efectos: La Sala de Casación al declarar fundado el recurso de
casación, deberá declarar "la nulidad de la resolución impugnada" y
resolver "en forma definitiva el fondo del asunto, sin devolver el proceso a
la instancia inferior" (leer pág. 123 del texto base).

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