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En Toyota, la calidad es atender a los clientes. El plan de la empresa se llama “El toque de
Toyota”, porque requiere una filosofía a largo plazo, que coloca al cliente en PRIMER
LUGAR.
Para lograr la calidad, Toyota presta gran atención a las personas que incluye en su redil.
En Toyota Motor Manufacturing de Canadá, los solicitantes tenían que demostrar
capacidad para la comunicación, flexibilidad departamental, capacidad para trabajar en
equipo e iniciativa para buscar debilidades y superarlas.
Queríamos un personal que quisiera hacer las cosas de otra manera—recuerda Billl Taylor,
vicepresidente de producción de Toyota.
La planta de Canadá es responsable de parte del éxito de Toyota ahí. Esta equipada con
maquinaria moderna y está limpia y bien iluminada. Los competidores locales como
Honda, Hyundai y Cami no gozan de los mismos beneficios.
Sin embargo, lo más importante de la filosofía “El toque de Toyota” es que esta
entremezclada con todas las operaciones. Los muros están decorados con letreros como
“La satisfacción de los clientes es el corazón de nuestro negocio”.
Estos pueden parecer valores cursis—comenta Taylor—pero si uno cree en ellos producen
magníficos dividendos.
No obstante, en Toyota, la palabra “cliente” tiene una aceptación muy amplia. Los
gerentes nos esperan que los obreros de la línea inicial piensen en el usuario a lo largo de
toda la línea.
Este enfoque hacia los clientes internos presenta a los trabajadores a una persona real
que pueden atender con su propio desempeño.
El respeto por los compañeros acompaña la atención prestada al cliente. Por ejemplo,
cuando ocurre un error, la línea se detiene y los trabajadores juntos tratan de establecer
que ocurrió. No se culpa a nadie ni hay quejas.
Lo significativo es lo que hace el equipo con el problema cuando se ha detenido la línea—
explica Taylor--. Nadie señala con el dedo al trabajador responsable del problema. Hay
que darles espacio a las personas para que ellas mismas resuelvan sus problemas, de lo
contrario se ahoga su iniciativa.
Por otra parte, Toyota aprovecha los errores para beneficio de la empresa aplicando el
proceso japonés del KAIZEN o la mejora continua.
Hay pruebas de kaizen regadas por toda la planta de Toyota. Por ejemplo, las pistas de
aire de las cuales cuelgan las herramientas eléctricas—al alcance cómodo de los
trabajadores—son resultado de una sugerencia de un trabajador.
La filosofía del kaizen también llega a las oficinas administrativas. Una sensación de
comunidad permea a los 200 empleados administrativos, que en su mayoría trabajan en
un salón, del tamaño de un gimnasio, más o menos.