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1.- FORMA GENERAL O UNIVERSAL DEL VALOR.

Como resultado del crecimiento de la producción, del avance del proceso de cambio y de la profundización de
la división social del trabajo, los hombres, que siempre han vivido en sociedad, acaban por fijar una mercancía,
un producto, como equivalente de todas las demás mercancías, equivalente universal. La forma desplegada del
valor se convierte paulatinamente en forma universal del valor:

4 sacos de trigo =
2 sacos de sal =
10 libras de té = 1 oveja
10 libras de café =
½ toneladas de fierro =
2 onzas de oro =

Polo Relativo Polo Equivalencial

La siguiente evolución de la expresión formal del valor es la forma general que se da precisamente cuando el
cambio entre los hombres ya se ha generalizado. Por su aceptación general una mercancía se convierte en
equivalente general de todas las demás. Se produce la inversión total de los polos. Es una de las formas mas
avanzadas de la expresión del valor, porque ya existe una equivalente general que expresa en su valor el valor
de todas las demás mercancías.
Esta forma representa el transito a la forma mas acabada del valor que es la forma dinero o dineraria del valor.
La consigna "forma de valor " dada para el presente trabajo es sumamente amplia. En efecto, puede ser
abarcada de distintas maneras y a través de diferentes estrategias expositivas por lo que hemos de elegir la que
mejor se ajuste a nuestros objetivos. Por mi parte, pienso que la mejor forma de abordar el problema a efectos
de lograr un buen equilibrio entre abarcatividad y profundidad es mediante la siguiente exposición.
Comenzaremos por definir brevemente algunos conceptos fundamentales y necesarios para comprender la
forma de valor como, por ejemplo, "valor de uso", "valor de cambio " y "valor". Luego, estudiaremos cómo se
llega, partir de esta base, al concepto de "forma de valor". Aquí veremos por qué Marx encuentra la necesidad
de introducirlo y en qué consiste su aporte. Por último, realizando ya un análisis más específico, veremos la
vital importancia que reviste este concepto dentro de la economía marxista. En efecto, es éste un paso ineludible
para comprender en qué consiste el dinero. Pienso que si logramos desarrollar satisfactoriamente estos objetivos
habremos alcanzado ya una buena comprensión sobre la "forma del valor", una comprensión que, lejos de ser
exhaustiva, al menos esbozará los rasgos fundamentales de uno de los mayores aportes de Marx
a ciencia económica.
Algunos conceptos básicos.
El valor de uso es la primera condición de posibilidad para la existencia de una mercancía pues consiste en sus
características materiales. En efecto, no existe mercancía alguna que no cuente con ciertos rasgos corpóreos. Por
lo tanto, lo primero que podemos afirmar sobre la mercancía es que existe en el mundo fenoménico con una
causa final bien determinada: satisfacer necesidades humanas. Ahora bien, esto último es, sin duda, una
condición necesaria que debe cumplir cualquier mercancía, pero no constituye condición suficiente para serlo.
En efecto, no todo bien que satisfaga necesidades humanes merecerá el nombre de "mercancía".
Entonces, debemos observar nuevamente dentro de la sociedad capitalista para desentrañar algún otro aspecto
de eso que llamamos "mercancía". De este modo se nos aparece una segunda respuesta. Cualquiera puede ver
que, en nuestra sociedad, los bienes circulan y se intercambian incesantemente. Gracias a este curioso modo
de producción que es la división social del trabajo, el zapatero no se ve obligado a comerse los zapatos que
produce, sino que puede intercambiarlos por la carne del carnicero en una cierta proporción. Por lo tanto, a
partir de la pura observación ya podemos llegar al valor de cambio que es justamente la proporción en que se
intercambian dos valores de uso. Este valor de cambio es un concepto confuso y misterioso para ese zapatero
que no logra comprender por qué un buen día se encontró con que debía producir más zapatos que antes para
comprar la misma cantidad de otras mercancías. Es decir, él no comprende por qué sus ingresos han caído y
más adelante en nuestra exposición, veremos si podemos ayudarlo, si no a recomponer sus ingresos, al menos a
explicarle por qué éstos se han reducido. Por ende, observamos que el valor de cambio es contingente y es
precisamente por esta contingencia que no puede constituirse en una propiedad esencial de la mercancía (pues si
formara parte de su esencia no podría ser accidental).
Una de las cuestiones centrales de la economía política es, justamente, el estudio de cómo se determina el valor
de cambio de las distintas mercancías. Este mismo problema, ya tratado por muchas generaciones de
economistas anteriores a Marx, terminará derivando en el desarrollo de la forma del valor que es lo que nos
proponemos esclarecer.
Ahora bien, debemos bucear más profundo dentro de la mercancía para encontrar ese "algo", aún indefinido,
que nos permitirá resolver el problema del zapatero quien se halla, quizá sin saberlo, inmerso en una compleja
división social del trabajo. En efecto, entre la multiplicidad de mercancías que produce esta división social,
podemos hallar una unidad, un hilo imperceptible que conecta a todos estos valores de uso tan diferentes en
apariencia. Esta unidad consiste en que todas las mercancías son productos del trabajo humano abstracto.
Abstrayendo todas las características específicas de las mercancías (peso, color, ancho, largo) abstraemos
también las características específicas de los trabajos que las producen (los martillazos del zapatero y las
cuchilladas del carnicero) y nos quedamos con una amorfa gelatina de trabajo o trabajo social abstracto.
Ahora ya podemos afirmar que todo producto fabricado para intercambiarse dentro de una sociedad capitalista,
por productores privados e independientes organizados en una división social del trabajo será una mercancía.
Por otro lado, el hecho de que esta mercancía sea un producto de este trabajo social abstracto, hace de ésta un
valor. La magnitud de valor que posee una mercancía se mide por el tiempo de trabajo abstracto y social que se
necesita para reproducirla. De aquí, podemos extraer que dos mercancías que requieran el mismo tiempo de
trabajo abstracto para ser reproducidas, contendrán una misma magnitud de valor.
Transición hacia la forma de valor.
¿Pero qué tiene que ver toda esta reducción metafísica con el valor de cambio y con la forma de valor que es lo
que realmente nos interesa en este trabajo?
En efecto, así, por sí mismo, el valor es un concepto abstracto, alejado de la realidad del hombre de carne y
hueso y que parece no decirnos demasiado sobre el funcionamiento de la sociedad capitalista. Sin embargo, este
valor es también un concepto al que hemos llegado a partir de algo que sí percibimos: la mercancía como valor
de uso que se intercambia en el mercado. Realizando un ascenso dialéctico platónico desde lo observado hacia
lo no observado hemos viajado desde la mercancía aparencial hasta el valor. Ahora debemos realizar el
descenso viendo cómo se articula este valor abstracto con el problema del valor de cambio que es el que
pretendemos resolver.
En efecto, si hemos logrado aislar el valor a partir de fenómenos que se nos aparecen a los sentidos, es
razonable creer que el valor se nos manifiesta, en el mundo sensible, de algún modo. Si éste no fuera el caso, el
valor sería sólo una creación mental, un concepto vacío sin relación con la realidad sensible. Por lo tanto, cabe
plantear la siguiente pregunta:
¿De qué modo pudo haberse manifestado el valor puesto que no lo hace sensiblemente de una manera directa?
La respuesta de Marx es que se manifiesta en el valor de cambio. ¿Y por qué en el valor de cambio? Por la
existencia de una dualidad en las mercancías. En efecto, ya hemos mencionado que éstas tienen dos propiedades
básicas que no pueden estar ausentes para que un objeto pueda llamarse "mercancía": una forma material (valor
de uso) y una forma inmaterial (valor).
También nos hemos explayado sobre por qué la mercancía debe tener materia (pues sólo así puede ser útil para
satisfacer necesidades humanas) y, además, hemos establecido que tiene valor pues se fabrica bajo un
determinado tipo de organización social de la producción que es la división social del trabajo con productores
privados e independientes. También sabemos que el valor no puede percibirse directamente. Éste sólo puede
manifestarse dentro de una curiosa relación social que se da entre mercancías que es el "valor de cambio". Por
lo tanto, la forma de manifestación del valor, la forma del valor es el valor de cambio. Sólo a partir de éste
podemos acceder al valor, es la forma en que el valor nos dice "aquí estoy". Ahora sí, si volvemos a nuestra
primera definición del valor de cambio podemos ver claramente que es errónea. El valor de cambio no es una
propiedad de las mercancías, sino que es la forma en que se manifiesta el valor.
El valor de cambio como la forma de manifestación necesaria del valor.
Pero Marx no se conforma con realizar esa afirmación, sino que también agrega que el valor de cambio es la
forma de manifestación necesaria del valor. En otras palabras, el valor no podría manifestarse de otro modo que
no fuera por el valor de cambio. ¿Por qué no puede manifestarse de otra forma?
El valor es un concepto al que se llega por abstracción, es una substancia que no se nos aparece
inmediatamente. ¿Cómo podría manifestarse entonces? El valor de uso por sí solo no es una buena respuesta a
esta pregunta pues sólo se refiere a las características materiales de las mercancías en virtud de las cuales
satisfacen necesidades humanas. En efecto, existen valores de uso que no son frutos del trabajo, que no son
valores (como el aire). Tampoco el valor se manifiesta por una gracia divina que nos revele el tiempo de trabajo
abstracto necesario para reproducir cada mercancía. Por lo tanto, la única forma en que puede sernos revelado el
valor es a través de la forma de valor, el valor de cambio. Y este valor de cambio no podría existir si las
mercancías no fueran valores de uso, cosas materiales con determinadas propiedades físicas. Por lo tanto, vemos
que los conceptos de "valor de uso", "valor de cambio" y "valor" han sido necesarios para definir la forma de
valor.
Ahora bien, hasta aquí hemos definido el concepto de forma de valor observando cómo Marx llega a él y
también hemos respondido al por qué de su necesidad. Nuestro análisis ha sido bastante general pues nos
proponíamos aproximarnos a nuestro objeto de estudio de la manera más simple posible delineando tan sólo sus
características básicas. Esperando haber cumplido con nuestro objetivo, nos abocaremos a partir de este punto, a
realizar un análisis más detallado. Intentaremos esbozar las distintas variantes de la forma de valor: la forma
simple, la desplegada y la general de valor. Por último, veremos que este estudio nos conducirá, al fin, a
comprender la forma de dinero que es la más desarrollada expresión de valor en las sociedades capitalistas.
La forma simple del valor.
En primer lugar, nos dedicaremos al estudio de la forma simple de valor. Como ya hemos visto, el valor es una
substancia intangible y puramente inteligible. También hemos establecido que esta substancia se expresa
materialmente como valor de cambio. Para introducir la forma simple del valor, apelaremos nuevamente a
nuestro buen zapatero quien nos ayudará a echar luz sobre este concepto. El zapatero desea saber cuál es el
valor de un par de los zapatos que produce. Una persona apresurada nos diría que él ya lo conoce pues sabe cuál
es el tiempo que le insume la producción de esa mercancía. Sin embargo, debemos contestarle a este hombre
que esta respuesta es falsa ya que lo que determina el valor no es el tiempo de trabajo individual y concreto que
le requiere al productor la fabricación del bien en cuestión, sino que es el trabajo socialmente necesario y
abstracto. Como ya hemos mencionado, es imposible conocer directamente el valor. Por lo tanto, el zapatero no
conoce este tiempo socialmente necesario y, por lo tanto, no conoce el valor de la mercancía (lo único que él
conoce es el tiempo de trabajo concreto y particular que a él le insume producirla). Sin embargo, esta no es una
respuesta satisfactoria pues, como ya hemos establecido, si el valor no puede conocerse, acabará por
transformarse en un concepto sin utilidad. Por lo tanto, debemos sortear rápidamente este obstáculo para evitar
que todo el análisis se derrumbe. La respuesta la encontraremos en el hábitat natural de la mercancía, el
mercado. Imaginemos al par de zapatos marchando al mercado con la voluntad de intercambiarse. El término
"intercambiarse" ya nos sugiere lo que es obvio: para que los zapatos se cambien, es necesaria la existencia de
otro producto (pues nadie cambia zapatos por zapatos de la misma clase). Por lo tanto, este par de zapatos se
intercambiará por una cantidad determinada de, digamos, la mercancía lienzo. Por ejemplo, un par de zapatos se
cambia, en el mercado, por dos varas de lienzo. Esto que nos parece el acto más común del mundo es, para
Marx, un hecho casi mágico. En efecto, está expresándose el valor contenido en la mercancía "zapatos" (valor
que es gelatina de trabajo abstracto e inasequible por los sentidos) en dos varas de lienzo (valor de uso que los
sentidos sí perciben). Así, el valor de una mercancía queda expresado en el valor de uso de la otra.
A estas varas de lienzo, Marx las llama "equivalente" y éste es absolutamente necesario para expresar el valor
de los zapatos pues éstos no pueden expresar su valor en ellos mismos (en efecto, es tautológico sostener que un
par de zapatos vale un par de zapatos). Por lo tanto, el equivalente ha de ser una mercancía directamente
intercambiable por aquella que expresa su valor.
Ahora bien, si se nos presenta la proposición "un par de zapatos es igual a dos varas de lienzo", nuestra primera
reacción podría ser la de afirmar que esto es falso pues, obviamente, los zapatos difieren del lienzo en cuanto a
su forma natural, son distintos valores de uso con diferentes cualidades corpóreas (peso, color etc). Sin
embargo, esta misma proposición se vuelve verdadera desde el punto de vista del valor. La igualdad se cumple
ya que los zapatos y el lienzo tienen igual valor pues son cristalizaciones de una misma substancia social que es
el trabajo abstracto. Por lo tanto, esta misma igualdad podría expresarse bajo la forma tautológica "X tiempo de
trabajo social abstracto = X tiempo de trabajo social abstracto". Es esta la expresión que subyace a la igualdad
entre los valores de uso "zapato" y "lienzo". No estamos igualando aquí, valores de uso distintos sino iguales
magnitudes de valor.
Damos aquí por concluido el estudio de la forma simple de valor, pero no así nuestro análisis. En efecto, aún no
podemos darnos por satisfechos pues debemos recordar que nuestro objetivo (y el de Marx) consiste en
dilucidar las leyes de funcionamiento de la economía capitalista. Sabemos que en el capitalismo no se
intercambian tan sólo dos mercancías sino una enorme multiplicidad de productos. Por otro lado, la mercancía
rara vez se intercambia directamente por otra mercancía sino por dinero cuya génesis es, justamente, lo que
Marx desea hallar. Pero abordemos un problema por vez y veamos qué ocurre cuando la cambiabilidad de una
mercancía se extiende a toda una constelación de otros productos. Así nos introducimos de lleno en la forma
desplegada del valor.
La forma desplegada del valor.
En efecto, generalizando el caso de la forma simple, vemos que los zapatos no sólo pueden expresar su valor en
el lienzo sino en una infinidad de otras mercancías. Por lo tanto, puede escribirse la igualdad "un par de zapatos
= dos varas de lienzo = una lechuga = dos tomates = 0,005 automóviles etc.". Observemos ahora que el lienzo,
la lechuga, los tomates, los automóviles y todas las demás mercancías que puedan entrar en la relación, ofician
de equivalentes del valor de los zapatos. Es decir, que podemos expresar el valor del par de zapatos en los
valores de uso "dos varas de lienzo", "una lechuga" etc.
La forma desplegada del valor trae con ella una importante novedad que nos permite conocer con mayor
profundidad la relación que se establece entre el valor y el proceso de intercambio. En efecto, todas las
mercancías que entran en esa igualdad poseen una misma magnitud de valor pues esto es condición de que sean
directamente intercambiables (como ya hemos observado en el análisis de la forma simple). Por lo tanto, el
valor del par de zapatos se mantiene invariable ya sea que se lo exprese en lienzo, en lechugas o en tomates. De
aquí se sigue que las cantidades de zapatos que podrán intercambiarse por todas estas otras mercancías no son
fortuitas, sino que responden siempre a una igualdad de magnitudes de valor. Por lo tanto, las magnitudes de
valor de las mercancías rigen las relaciones de intercambio. Aquí vemos que la forma desplegada del valor nos
trae un enorme avance por sobre la forma simple ya que nos permite tener una mayor aproximación al principio
regulador del intercambio. Aquí debemos dejar en claro que no estamos sosteniendo que efectivamente siempre
se intercambien mercancías que posean iguales magnitudes de valor. Nada nos hace suponer que sea esto lo que
ocurra. Todo lo que podemos afirmar es que las mercancías se intercambian porque son valores lo que las hace
cualitativamente iguales. La afirmación de que se intercambian magnitudes iguales de valor es tan sólo el
resultado de una primera aproximación que realizamos al problema y podemos considerarla como
una hipótesis que Marx habrá de testear más adelante en su obra. De todos modos, Marx ya nos sugiere que la
magnitud de valor presente en cada mercancía desempeña un papel importante para explicar el intercambio. En
efecto, el autor señala: "no es el intercambio el que regula la magnitud de valor de la mercancía sino a la inversa
la magnitud de valor de la mercancía la que rige sus relaciones de intercambio".
Ahora bien, la introducción de este universo de mercancías en la forma desplegada no nos es de mayor utilidad
si se lo presenta de esta manera pues lo que hemos conseguido es una multiplicidad de expresiones de valor
simples. En efecto, lo que tenemos es "un par de zapatos = dos lienzos", "un par de zapatos = una lechuga". Hay
una misma magnitud de valor que se expresa en distintas mercancías. Esto no acarrearía problema alguno si
nuestro objetivo no fuera encontrar una unidad en el equivalente, un equivalente único. ¿Pero por qué se nos
presenta esta imperiosa necesidad de hallar algo unitario? Una posible respuesta a esta pregunta consiste en
decir que, desde los tiempos de Platón, los filósofos se han interesado en hallar una unidad que subyace a la
multiplicidad y Marx parece no ser una excepción a esta regla. Recordemos que el objetivo perseguido por
Marx al introducir la forma del valor es mostrar cómo ésta constituye la base del dinero (que es una mercancía
unitaria). De aquí se sigue que, si deseamos cumplir con nuestro objetivo de comprender el dinero, primero
debemos encontrar una mercancía única en la cual pueda expresarse el valor de mercancías múltiples. La forma
desplegada del valor que justamente fracasa en esta cuestión será el trampolín que utilizaremos para saltar hacia
esta unidad.
La forma general del valor.
En efecto, retomemos la relación que habíamos establecido para la forma desplegada "un par de zapatos = dos
varas de lienzo = una lechuga = dos tomates = 0,005 automóviles". Aquí observamos que el par de zapatos
adopta la forma relativa del valor y las demás mercancías ofician de equivalentes. Ese es, precisamente, el
problema que hemos de resolver pues no deseamos que el valor se exprese en múltiples mercancías sino en una
sola.
Ahora bien, si invertimos esta serie, obtendremos:
Dos varas de lienzo
Una lechuga
Dos tomates = un par de zapatos.
0,005 automóviles
Así se resuelve nuestro problema. Ahora tenemos una multiplicidad de mercancías que expresan su valor en el
cuerpo de una mercancía única que actúa como equivalente para todas ellas. Hemos logrado nuestro objetivo de
hallar el equivalente unitario y, de este modo, presentamos la forma general del valor. Gracias a este equivalente
común o general, todas las mercancías se manifiestan ahora no sólo como cualitativamente iguales (pues todas
son expresión de esa substancia que es el valor) sino también como cuantitativamente iguales (pues las
cantidades de las distintas mercancías que se intercambian por la misma cantidad del equivalente común poseen
la misma magnitud de valor). En efecto, si dos varas de lienzo, una lechuga, dos tomates y 0,005 automóviles
pueden intercambiarse por un par de zapatos, esto significa que poseen la misma magnitud de valor.
Notemos cómo hemos ido despojando a las mercancías de sus diferencias para alcanzar, al final, a la unidad que
las enlaza a todas. Hemos abstraído valor de uso y trabajo concreto para quedarnos, al final sólo con el valor y
la cantidad de trabajo abstracto y social que lo genera. ¿Y cómo se expresa esto? En el valor de cambio de las
distintas mercancías respecto de ese equivalente general. Es decir que, en la forma general del valor, todas las
mercancías (menos la que oficia de equivalente) expresan su valor en un polo común.
La forma de dinero.
Hemos recorrido un largo camino desde el comienzo en que sólo se nos presentaba la mercancía tal como
aparece y ahora nos hallamos ante el umbral del dinero. En realidad, ya casi lo hemos encontrado pues el dinero
es el equivalente general en el que expresan su valor las mercancías (en nuestro caso, el par de zapatos). Sólo
una cosa distingue el equivalente general del dinero propiamente dicho: la aceptabilidad social como
equivalente. Si, de pronto, toda la sociedad se decidiera a aceptar los zapatos como equivalente general (o sea
que todos decidieran medir el valor de sus mercancías en "pares de zapatos"), éstos se convertirían en mercancía
dineraria. Por lo tanto, ahora vemos que la forma de valor es la base del dinero y éste es la forma más acabada
de expresión del valor. Basta con reemplazar el par de zapatos por una determinada cantidad de oro cuya
magnitud de valor sea equivalente con las distintas cantidades de las diversas mercancías para llegar al dinero
tal como lo presenta Marx.
Solución del problema del zapatero.
Luego de realizar todo este largo estudio, nos encontramos en condiciones de resolver el problema del zapatero
y explicar por qué caen sus ingresos. En efecto, él no cambia sus zapatos directamente por otras mercancías sino
por dinero. Es decir que el valor de sus zapatos se expresa en una determinada cantidad de dinero (cierta
cantidad de onzas de oro) y esa cantidad de dinero es el precio de su mercancía.
Una posible respuesta a la caída de sus ingresos es la siguiente. Por algún motivo, el tiempo de trabajo
socialmente necesario para producir zapatos podría haber disminuido (quizá porque los otros zapateros
aumentaron su destreza). Por lo tanto, el valor de esta mercancía también ha disminuido. Esto significa que,
cuando el valor de un par de zapatos se expresa en el equivalente general "oro", la cantidad de oro es menor que
antes (suponiendo que el valor de la mercancía dineraria se hubiera mantenido). Es decir que el valor de cambio
de los zapatos se ha reducido. Pero nuestro zapatero sigue produciendo con la misma destreza de siempre y
fabrica la misma cantidad de zapatos en el mismo lapso de tiempo (sólo que ahora es relativamente más torpe).
Sabemos que el valor es una substancia social y que se determina por el tiempo de trabajo socialmente
necesario. Por lo tanto, nuestro zapatero obtendrá menos oro que antes por cada par de zapatos mientras que su
cantidad producida es la misma. La mercancía dineraria le está diciendo al zapatero que la magnitud de valor de
la mercancía "zapatos" ha disminuido. Realizando "precio * cantidad = ingreso" podemos resolver el problema:
sus ingresos decaen.
Vemos que hemos resuelto este problema utilizando los conceptos expuestos en este trabajo como "valor",
"trabajo socialmente necesario", "valor de cambio", "forma de valor" etc. Por lo tanto, pienso que hemos
logrado, al menos en parte, nuestro objetivo: comprender un poco mejor que antes el funcionamiento de la
economía capitalista. Vemos que en la economía muy simple en que aún nos encontramos (sin distinciones
entre tipos de capital, tiempos de rotación etc) ya hemos podido avanzar en nuestro conocimiento. Por supuesto
que ésta no será la interpretación definitiva del capitalismo, es tan sólo el punto de partida.
Partiendo desde la mercancía tal como se nos aparece, hemos desarrollado los conceptos necesarios para
resolver este problema práctico. Observemos cómo la forma de valor ha jugado un papel central en la solución
de nuestro ejercicio. En efecto, si no fuera por ella, no podríamos haber realizado la transición desde la
substancia social que es el valor hacia el valor de cambio. En realidad, si deseamos expresarnos con más
corrección diremos que hemos inferido la variación del valor pues hemos observado una variación en el valor
de cambio. Justamente aquí radica la importancia de la forma de valor. Esta inferencia no hubiese podido
realizarse si no contáramos con esta conexión entre valor y valor de cambio. Esta conexión es precisamente, el
aporte que realiza Marx a través de su forma del valor.

https://www.monografias.com/trabajos14/formvalor/formvalor.shtml#top

2.- FORMA DINERO DEL VALOR

Cuando se amplio el cambio a la sociedad y rebasó el marco del mercado lucral, surgió la necesidad de que las
funciones del equivalente universal las cumpliese una sola mercancía: surge así el dinero. Constituye la forma
acabada de equivalente universal, una mercancía especial con cuyo valor de uso se ha fundido firmemente la
forma equivalente del valor.
El análisis del desarrollo del cambio de la sociedad y en la forma del valor, permite poner en claro la esencia del
dinero. La sucesión lógica de las fases del desarrollo de la forma del valor corresponde al proceso histórico del
cambio social. Refleja el desarrollo de las contradicciones reales del cambio y la producción mercantil, que se
señaló líneas adelante.
Distintas mercancías han cumplido el papel de medio de cambio, pero, paulatinamente, con el desarrollo de la
producción, dicha función acabó de pertenecer al oro.
Inicialmente, la moneda se acuñaba en cobre, bronce y plata, y solo mas tarde paso a emplearse el oro para tales
fines.
Por sus cualidades naturales (homogeneidad, divisibilidad y posibilidad de ser conservada) mostró que los
metales nobles (plata, oro) eran los mas adecuados para cumplir el papel de dinero en la sociedad. La expresión
del valor en la forma dinero se representa de la siguiente forma.

4 sacos de trigo =
2 sacos de sal =
10 libras de té = 1 oveja
10 libras de café =
½ toneladas de fierro =
2 onzas de oro =

Polo Relativo Polo Equivalencial

LA FORMA DINERO DEL VALOR DE LA MERCANCÍA


Al desarrollarse el cambio, en la etapa de descomposición de la sociedad primitiva, una mercancía comienza a
destacarse como equivalente universal, es decir, que las mercancías expresaban su valor en una mercancía
especial que en algunos lugares fue la sal en otros, pedazos de piel (el copeck, Rusia) en otros las hojas de
tabaco y en otras el ganado vacuno (pecus)
50Kg de maíz          = 1 vaca
10 azadones             = 1 vaca
5 gramos de oro      = 1 vaca
Pero la vaca como equivalente universal representó un problema en la medida en que avanzaba el cambio por
cuanto no podíamos cambiar 5 azadones por media vaca, al fraccionarse la vaca perdía valor, es por ello que el
equivalente universal evoluciona hacia los metales como el oro y la plata, es lo que se denomina forma dinero
del valor
50Kg de maíz          = 5 gramos de oro   
10 azadones             =   5 gramos de oro   
1 vaca                      =   5 gramos de oro  
El oro tiene una ventaja sobre las demás mercancías y es que es divisible, al fraccionarse no pierde su valor, es
homogénea su materia y en pocas cantidades contiene un gran valor.
En la Edad Media, se intercambiaban las mercancías por barras de oro. Para evitar el fraude   se fraccionaban
las barras de oro y así comprobar su contenido, había que determinar el grado de pureza de tal manera que hacía
dificultoso el intercambio, entonces, aparece el rey creando monedas y fijando con su sello el contenido de las
monedas. En Inglaterra “por ejemplo la palabra libra era el nombre monetario con que se designaba una libra
efectiva de plata, cuando el oro sustituyó la plata. el mismo nombre pasó a designar 1/15  de libra de
oro”1(Carlos Marx . El Capital tomoI)
Con el paso del tiempo unas monedas se desgastaban más que otras, tenían distintos pesos, sin embargo,
circulaban igual. Cuando compramos un artículo no miramos si la moneda es nueva o desgastada simplemente
esperamos que nos la acepten, lo cual se demuestra   que no es importante el valor para poner a circular
mercancías de tal manera que se reemplazaron por papel moneda, quedando el oro en los bancos como
representante de ese papel. Luego evoluciona el papel moneda sin respaldo en oro, el denominado papel
moneda de curso forzoso.
La aparición de la moneda metálica, del papel moneda, se presenta en la sociedad capitalista en determinado
momento histórico y representando determinados intereses, pero el dinero es una categoría que   no es propio de
la sociedad capitalista, lo encontramos en épocas anteriores en la China, en Roma.
“El mandarín de las finanzas Wan- Mao –In tuvo un día la idea de presentar al Hijo del Cielo un proyecto cuya
finalidad encubierta era convertir los asignados del imperio chino en billetes de banco canjeables.  El comité de
asignados le reprendió, y severamente, en abril de 1854. Lo que no se dice es si le hizo propinar la tradicional
tunda de azotes de bambú. “El comité (incluye el informe) ha examinado atentamente el proyecto y encuentra
que todo en el tiende a favorecer los intereses de los comerciantes, pero no ofrece ventaja alguna a la corona”
(Carlos Max, El Capital tomo I).
Existen formas de sociedad muy desarrolladas y sin embargo históricamente inmaduras en las que se encuentran
las formas más elevadas de la economía por ejemplo la cooperación, una división desarrollada del trabajo…sin
que exista tipo alguno de dinero como por ejemplo en el Perú…Aunque el dinero haya desempeñado desde muy
temprano un papel múltiple, sin embargo, como elemento dominante, pertenece a la antigüedad solo a
naciones unilateralmente determinadas, a naciones comerciales. Y hasta en la antigüedad más culta, entre
griegos y romanos, solo en el periodo de su disolución alcanza el dinero su pleno desarrollo, el cual en la
moderna sociedad burguesa constituye un supuesto…Por ejemplo el impuesto en especie y las prestaciones en
especie continuaron siendo el fundamento del imperio romano en su punto de mayor desarrollo. Allí el sistema
monetario …Solo se había desarrollado completamente en el ejército. Jamás llegó a dominar en la totalidad de
la esfera del trabajo”

http://blogdemacroeconomic.blogspot.com/2015/07/la-forma-dinero-del-valor-de-la.html

3.- VALOR Y PRECIO. -

El surgimiento del dinero condujo al desarrollo de las formas de cambio mercantil. Con la aparición del dinero,
todas las mercancías se equiparán al dinero, y el valor de cualquier mercancía se expresa en dinero.
De esa manera, las mercancías adquieren precio. El precio es la expresión en dinero del valor de la mercancía.
Antes de surgir el equivalente universal, las condiciones de cambio de cada mercancía dependían enteramente
del azar, de las circunstancias, que determinaban la transacción mercantil.
Al aparecer el dinero y el precio en el valor de cambio de las mercancías comenzaron a influir no ya solo las
circunstancias que daban lugar a la transacción concreta, si no también el estado general de la producción del
mercado.
Pueden adquirir precio cosas que no tienen valor, a los que no se a aplicado trabajo humano como por ejemplo
los terrenos no trabajados. Es posible la existencia de precios que no expresan valor. Por consiguiente, la
aparición del precio refleja el desarrollo de la producción al mismo tiempo que la profundización de las
contradicciones de la economía mercantil.
¿Qué es el Valor?

Cuando hablamos del valor, en términos económicos, será la cantidad monetaria estimada que se está dispuesto
a pagar por dicho producto o servicio en base a valores contextuales o personales, por lo que estamos hablando
de una atribución subjetiva.
Según en la rama que nos movamos, el significado de valor tendrá diferentes significados, por ejemplo, en la
rama de las finanzas, el valor se define como los flujos de caja futuros descontados de un activo que generará a
su titular.
Si nos vamos por la rama del marketing, el valor será la diferencia percibida entre los costes y los beneficios de
un producto en relación a la competencia.
En ambos, el componente subjetivo es claro, por un lado, en el significado financiero, la subjetividad radica en
el riesgo del activo y las perspectivas que disponga el inversor y por otro, la subjetividad en el marketing se ve
reflejada en las perspectivas y experiencia vividas por el cliente frente a un producto de un mercado.

Características del Valor


A continuación, te voy a enumerar algunas características del término valor.

 No depende de la oferta y la demanda: Se rigen más bien bajo de la perspectiva del sujeto, el valor que
le da al mismo.
 Es un valor subjetivo: Es posible cuantificar en valores monetarios que puede no ajustarse al precio y
esto estará basada en componentes subjetivos tales psicológico, social, personal, etc.
 Poca volatilidad: El valor otorgado de primera mano no suele variar con el tiempo. El precio puede
variar, pero la percepción del valor no.
La paradoja del valor de Adam Smith
Esto no sería un buen artículo hablando de la definición de valor si no mencionamos a Adam Smith y la
definición de valor que ofrece mediante la famosa paradoja del agua y el diamante.
Adam Smith explica que el agua es un bien necesario para la supervivencia del ser humano, sin ella,
sencillamente, no viviría, por lo que su valor de uso es altísimo. Pero la capacidad de trabajo necesaria para
obtenerlo es mínima dado que es la naturaleza la que proporciona este bien.
En cambio, el diamante, es un bien con un valor escaso de uso, pero requiere de un procedo de trabajo más
complejo de transformación desde el diamante en bruto hasta la joya, por lo que su valor en el mercado es
superior al del agua.
¿Qué es el precio?
El precio es el importe a pagar por cualquier producto o servicio en un determinado momento. Es un valor
monetario fijado y publicado.

Por tanto, su definición es más objetiva, es el precio que ves en cualquier etiqueta o lo que ves anunciado.
Generalmente la fijación de precios tiene un componente lógico y económico, es decir, se fija un precio que
soporte los costes de producción y genere un margen de beneficio. Pero también puede disponer un componente
psicológico, como es el caso de los bienes o servicios de lujo.

Características del precio


Al igual que te he mencionado las características del término valor, también quiero exponer las características
del precio.

 Depende de la oferta y la demanda: El precio se rige bajo la ley de la oferta y la demanda.


 Es un valor objetivo: El precio es un valor monetario fijado y publicado, es lo que el cliente ofrece a
cambio de un producto o servicio, por lo que es un valor cuantificable y objetivo.
 Muy volátil: Al depender de la ley de la oferta y la demanda y otros agentes de la economía, el precio
puede cambiar bruscamente y no se mantiene estable a lo largo del tiempo.
Diferencia entre valor y precio
Para diferenciar rápidamente, nada mejor como la definición del oráculo de Omaha, Warrent Buffet para
entenderlo.

Price is what you pay, valueo is what you get”


El precio es lo que pagas, el valor es lo que recibes.
Con esta definición podemos diferenciar el precio de un producto o servicio de su valor, que en resumidas
cuentas, el precio será lo que veas en la etiqueta de un producto o un servicio y el valor dependerá de tu
experiencia y otras variables de carácter subjetivo para determinar si ese precio es caro o bien barato.

Por otro lado, el valor, al ser subjetivo se diferencia del precio en otros tres puntos importantes.

 En la valoración no tiene por qué haber compradores u vendedores, dado que un sujeto puede estimar en
conciencia y no publicarla.
 Siguiendo con lo indicado anteriormente, el valor no es necesario informar debidamente, algo que en el
precio es intrínseco
 Y por supuesto, el valor no tiene porqué ser independiente, es decir, cualquiera de las partes puede tener
los mismos intereses, aunque no estén debidamente relacionados.
Caso práctico
Vamos a poner nuestra vista en el mercado y vamos a imaginar un mercado entre dos agentes, el vendedor y el
comprador, el vendedor ofrece la venta de un terreno sin cultivar por un precio de 1000 € (PRECIO). Pero para
que exista la compra, el comprador al menos debe prever que sacará beneficios de ella y realiza una estimación
futura de dichos beneficios, es decir, quiere sacar un (VALOR) de la inversión que quiere realizar.

Con un ejercicio mental rápido, el comprador estima que el terreno es muy fértil, porque su padre le enseñó a
estimar la calidad del suelo por lo que piensa que el valor de la tierra en sí es superior al precio ofrecido, por lo
que decide comprarlo.
Como puedes ver, en este ejemplo se ha cumplido al menos uno de los tres puntos anteriormente señalados, ya
que ha habido compra.

 La valoración del comprador no se ha informado al vendedor

https://elnuevoempresario.com/diferencia-entre-valor-y-precio#gs.7uwhv9

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