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Los indicadores agrarios, ambientales y económicos señalan a la reforma como parte del
crecimiento agrario de los sesentas y setentas. Asimismo, se le atribuye a la distribución de
tierras en los planes de reforma agraria el aumento de la pequeña propiedad en números
absolutos y relativos. Aunque no existe un catastro confiable, se estima que la reforma ha
afectado a 12 millones de hectáreas, entre 1960 y el 2000, período en el cual se han dotado
o entregado alrededor de 8 millones de hectáreas. No obstante, a partir de los ochentas, se
observa que el diseño de los planes de reforma agraria se desvió de la concepción integral
de la reforma y de la planificación nacional. Esto ha creado una demanda potencial de unos
400.000 productores que actualmente explotan menos de 100 has. Y que ocupan alrededor
de 17% de la superficie total aprovechable. Parte de esta demanda se podría satisfacer con
la disponibilidad de unos 3,3 millones de has que posee el Instituto Agrario Nacional.
Asimismo, se calcula en 120.000 los ocupantes de tierras del referido Instituto o que
explotan bajo arrendamiento tierras municipales, todos los cuales deben regularizar la
tenencia de sus explotaciones.
Cuando han transcurrido 25 años de esa primera evaluación, es decir, a 35 años de iniciada
la Reforma Agraria, la situación parece no haber cambiado substancialmente. Debido a que
el Informe Anual de Provea sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela,
correspondiente al período de octubre de 1994 y septiembre de 1995 hacía la siguiente
reseña:
La ausencia de títulos de propiedad sigue siendo el principal problema que afecta a los
medianos y pequeños productores, sin que se observen medidas claras tendientes a resolver
esta situación.
En este sentido, el mencionado informe afirma que “si apenas el 27% reportó disponer de
este documento, no cabe duda de que aún existe una gran precariedad jurídica en el campo”
(MAC: Evaluación de la Reforma Agraria. Caracas, 1995). Por eso la actuación del
Instituto Agrario Nacional (IAN), que es el organismo rector de la Reforma Agraria y por
ello posee una gran responsabilidad en la regularización de la situación de la tenencia de la
tierra de miles de campesinos, merece particular atención.
Procuraba la adquisición de las tierras por parte de la masa campesina, eliminando así el
arrendamiento de tierras.
Buscaba propulsar el regreso al campo del hombre campesino que había dejado el campo
atrás, en busca de la mejor vida de la ciudad (con el boom petrolero).
Buscaba otorgar una adecuada organización del crédito y la asistencia integral para los
productores del campo a fin de que la tierra constituya para el hombre que la trabaja, base
de su estabilidad económica, fundamento de su progresivo bienestar social y garantía de su
libertad y dignidad.
- Aspectos legales: La Ley de Reforma Agraria de 1960 Artículo 1: “La presente ley tiene
por objeto la transformación de la estructura agraria del país y la incorporación de su
población rural al desarrollo económico, social y político de la Nación, mediante la
sustitución del sistema latifundista por un sistema justo de propiedad, tenencia y
explotación de la tierra, basado en la equitativa distribución de la misma, la adecuada
organización del crédito y la asistencia técnica integral para los productores del campo a fin
de que la tierra constituya para el hombre que la trabajaba, base de su estabilidad
económica, fundamento de su progresivo bienestar social y garantía de su libertad y
dignidad”.
- Ley de Tierras y Desarrollo Agrario de 2001 Articulo 1: El presente Decreto Ley tiene por
objeto establecer las bases del desarrollo rural integral y sustentable, entendido este como el
medio fundamental para el desarrollo humano y crecimiento económico del medio rural
dentro de una justa distribución de la riqueza y una planificación estratégica, democrática y
participativa, eliminando el latifundio como sistema contrario a la justicia, al interés general
y a la paz social en el campo, asegurando la biodiversidad, la seguridad agroalimentaria y la
vigencia efectiva de los derechos de protección ambiental y agroalimentario de la presente
y futuras generaciones.
No obstante los justos propósitos que persigue la Ley de Reforma Agraria, el resultado de
su aplicación en los últimos 20 años de su vigencia, deja mucho que desear. En este sentido
se habla con frecuencia del fracaso de la Reforma Agraria. He aquí un ligero balance de la
política agraria de nuestros gobiernos desde 1960 hasta 1980. Cabe destacar que el IAN ha
adquirido 600 fincas con una superficie de 1.891.391 hectáreas, lo que representa, apenas,
el 8% de la tierra monopolizada. Sobre estas tierras han sido asentadas 100.000 familias
campesinas, lo que significa que aún faltan más de 250.000 familias por asentar. Pero si
tenemos en cuenta el crecimiento de la población campesina en los últimos 20 años, resulta
que para esa época había más de 400.000 familias campesinas sin tierra. El ritmo de
asentamiento no ha estado de acuerdo a las necesidades y los propósitos de la Reforma
Agraria, y en consecuencia, hoy tenemos más campesinos sin tierra de los que había cuando
se promulgó la ley. Al mismo tiempo se ha operado un proceso regresivo de reconstitución
de los latifundios comparados por el IAN, muchos de los cuales, por diferentes medios
ilegales, han venido pasando de nuevo a manos de los latifundistas.
Por último, es importante señalar que la política de nuestros gobiernos se ha orientado más
bien a impulsar el desarrollo capitalista y a fortalecer la burguesía agraria, mediante una
fuerte inyección de capital en el campo. Tal política se ha venido realizando sin
investigación previa de la materia agropecuaria y mediante la utilización de una tecnología
importada, no adaptada a las condiciones ecológicas de nuestro país.
Buscaba propulsar el regreso al campo del hombre campesino que había dejado el campo
atrás, en busca de la mejor vida de la ciudad (con el boom petrolero).
Buscaba otorgar una adecuada organización del crédito y la asistencia integral para los
productores del campo a fin de que la tierra constituya para el hombre que la trabaja, base
de su estabilidad económica, fundamento de su progresivo bienestar social y garantía de su
libertad y dignidad.
Artículo 115: Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona tiene derecho al uso,
goce, disfrute y disposición de sus bienes. La propiedad estará sometida a las condiciones,
restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés
general. Sólo por causa de utilidad pública o interés social, mediante sentencia firme y pago
oportuno de justa indemnización, podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase de
bienes.
Artículo 305: El Estado promoverá la agricultura sustentable como base estratégica del
desarrollo rural integral a fin de garantizar la seguridad alimentaria de la población;
entendida como la disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito nacional y
el acceso oportuno y permanente a éstos por parte del público consumidor. La seguridad
alimentaria se alcanzará desarrollando y privilegiando la producción agropecuaria interna,
entendiéndose como tal la proveniente de las actividades agrícola, pecuaria, pesquera y
acuícola. La producción de alimentos es de interés nacional y fundamental para el
desarrollo económico y social de la Nación. A tales fines, el Estado dictará las medidas de
orden financiero, comercial, transferencia tecnológica, tenencia de la tierra, infraestructura,
capacitación de mano de obra y otras que fueren necesarias para alcanzar niveles
estratégicos de autoabastecimiento. Además, promoverá las acciones en el marco de la
economía nacional e internacional para compensar las desventajas propias de la actividad
agrícola. El Estado protegerá los asentamientos y comunidades de pescadores o pescadoras
artesanales, así como sus caladeros de pesca en aguas continentales y los próximos a la
línea de costa definidos en la ley.
Artículo 306: El Estado promoverá las condiciones para el desarrollo rural integral, con el
propósito de generar empleo y garantizar a la población campesina un nivel adecuado de
bienestar, así como su incorporación al desarrollo nacional. Igualmente fomentará la
actividad agrícola y el uso óptimo de la tierra mediante la dotación de las obras de
infraestructura, insumos, créditos, servicios de capacitación y asistencia técnica.
2 Esta Ley tiene por objeto la transformación de la estructura agraria del país.
4 Las tierras baldías del Estado, son compradas y adquiridas por los interesados con
capacidad económica y adquisitiva para ello al IAN.
5 Son sujetos beneficiarios de esta Ley, todo ciudadano o extranjero, capaz de explotar el
trabajo rural.
4 Las tierras baldías del Estado, son cedidas por adjudicación (concesión) por parte el INT.
5 Son sujetos beneficiarios del régimen establecido en este Decreto Ley, todos los
venezolanos y venezolanas que hayan optado por el trabajo rural.
La ley busca básicamente una justa distribución de la riqueza, por lo tanto las tierras podrán
ser trabajadas por los campesinos sin ser explotados, los trabajadores podrán evitar
mantenerse en un bajo nivel de vida.
En cuanto a los ingresos del fisco por la aplicación de la Ley de Tierras, estos provendrán
de la recaudación en concepto del impuesto sobre tierras ociosas,
Se otorgaran el crédito agrícola al cual se le puede considerar como una de las herramientas
del desarrollo en el sector agropecuario.
Se pretende que los campesinos tuvieran mayores oportunidades de adquirir las tierras,
eliminando así el arrendamiento de las mismas
El Estado debe prestar una atención que incluye salud, educación, y ciertos subsidios a los
insumos agropecuarios.
Incorporación del campesino al proceso productivo a través del establecimiento de
condiciones adecuadas para la producción.
Se procura que los campesinos cultiven las tierras de manera coordinada y no aislada, lo
cual sería muy bueno para lograr comunicación entre los campesinos
Incrementando la demanda del uso intensivo de mano de obra se puede lograr combatir la
influencia que tienen la clase industrial, la clase media, las ciudades y el sector moderno en
la creación de políticas que deterioran las condiciones del sector primario y la clase pobre
informal y rural
Para el caso de expropiaciones se proponen vías de conciliación las cuales permiten a las
personas afectadas contar con plazos para adecuar su producción a las necesidades
generales de la economía territorial o nacional, según el tipo de tierra que posea.
Al rechazar las invasiones se apoya al dueño de las tierras, lo cual puede prevenir los
problemas que puede causar una invasión
La Ley de Tierras y Desarrollo Agrario pretende lograr una distribución más justa de las
tierras rurales (la tierra y la propiedad no son privilegios de unos pocos) y aumentar la
productividad del sector agrario. Se pretende eliminar el latifundio. Se pretende mejorar el
uso de la tierra evitando la acumulación o tenencia de tierras ociosas que no cumplan una
función social determinada, principalmente la seguridad agroalimentaria.