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Derecho concursal

argentino. Nociones
introductorias

Concursos y
quiebras
Derecho concursal
argentino. Nociones
introductorias
Evolución histórica. Régimen jurídico
vigente. Principales impactos del nuevo
Código Civil y Comercial (Ley N°
26.994)

El derecho concursal es el conjunto de normas jurídicas que tienen


por objetivo el tratamiento integral de las situaciones de
insolvencia, brinda soluciones preventivas consensuadas entre
deudor y acreedores, o liquidativas de la totalidad del patrimonio
del cesante.
En nuestro país, la sanción del Código de Comercio para Buenos Aires en 1859 y
su extensión a toda la Nación en 1862 marcó un hito fundamental en nuestro
derecho. Se regulaba la quiebra con posibilidad de un concordato resolutorio,
aunque por sus deficiencias prácticas se apuró su reforma en el año 1889.

Luego, en 1902 la Ley N° 4.156 modifica en su totalidad el régimen, además de


incorporar el concurso preventivo. Su corte privatístico y los abusos cometidos
por los acreedores determinaron la reforma en 1933 por la Ley N° 11.719,
que produjo una profunda modificación con neta orientación publicística. Esta
ley permaneció vigente por casi cuarenta años, cuando en 1972 entró en
vigor la Ley N° 19.551, reformada en 1983 por la Ley N° 22.917 (que agregó un
nuevo procedimiento concursal: el acuerdo preconcursal).

Esta ley de notable factura, sirvió de base para la reforma de 1995,


sancionándose una nueva ley, la N° 24.522 de Concursos y Quiebras (LQC).
Las leyes N° 25.589 y 26.086 introdujeron modificaciones en unos pocos
artículos, pero la importancia y trascendencia de los mismos hicieron variar
considerablemente los efectos de ciertos institutos concursales. Finalmente, la
Ley N ° 26.684 publicada en el Boletín Oficial de la República Argentina el
30 de junio de 2011 vino a modificar una serie de artículos y propugna acentuar
la defensa de los derechos de los trabajadores en los procesos concursales,
sintetiza a la misma en una serie de proyectos que estaban para ser tratados
por los legisladores nacionales.
A partir de agosto del año 2015 entró a regir el Nuevo Código Civil y Comercial
de la Nación con grandes cambios en las diferentes materias por él regladas, lo
que despertó fervorosas críticas por un lado y encomios por otro, con rasgos
salientes de desnormatización y mayor preeminencia de la figura del magistrado
en su rol de director del proceso. La falta de una mención expresa en el
novísimo cuerpo legal a la legislación concursal como objeto de modificación,
parece minimizar los puntos de contacto existentes y su trascendencia. Sin
embargo, se pueden mencionar como algunas de las principales influencias del
Código unificado a la legislación concursal, las siguientes:

 En orden a los sujetos concursales: se producen algunas


modificaciones en algunos sujetos concursales. Así, a) se ratifica la
calidad de sujeto concursal de la masa indivisa (art. 2360 del Código
Civil y Comercial –CCyC-) ya contemplado en el art. 2 inc. 1° de la Ley de
Concursos y Quiebras; b) se establece al consorcio de propietarios como
personas jurídicas privadas (art. 148 inc. H del CCyC) y por lo tanto son
sujetos pasibles de concursamiento; c) las simples asociaciones civiles
contempladas en los arts. 187 a 192 del CCyC, son también personas
jurídicas privadas (art. 148 inc. C del CCyC ) y por lo tanto, tienen aptitud
para ser sujetos deudores de los procedimientos regulados en la ley
concursal; d) las SAU (Sociedades Anónimas Unipersonales) también
deben ser incluidas dentro de la enumeración del art. 2 de la Ley de
Concursos y Quiebras.
 Bienes excluidos del desapoderamiento: también se producen algunas
modificaciones en orden a la inejecutabilidad de la vivienda individual
protegida y la pérdida de legitimación del síndico (arts. 248 y 249 del
CCyC in fine). Asimismo se excluyen de los bienes desapoderados y
ejecutables en la quiebra a los frutos de los bienes de los hijos del fallido
porque ya no son del padre (art. 698 CCyC). Así, se deroga ipso facto el
inciso 3 del art. 108 de la LCQ.

 Régimen matrimonial patrimonial de comunidad o el de separación de


bienes (art. 446 inc. d y 463 del CCyC) y la solidaridad de deudas
domésticas: la existencia de un doble régimen matrimonial patrimonial
de comunidad o de separación de bienes, determinará la existencia de
deudores unidos en matrimonio por uno u otro régimen. En ninguno de
los dos, como regla, el cónyuge responde por las deudas del otro. Ahora
bien, cualquiera sea el régimen, los acreedores titulares de las “deudas
domésticas”, pueden presentarse al concurso a verificar su crédito, sea
o no la contratante la persona concursada o fallida.

 Efectos sobre obligaciones y contratos: a) no caducidad de los plazos


por presentación en concurso preventivo (art. 353 CCyC); b) exigencia de
fecha cierta para la oponibilidad de los boletos de compraventa en
concurso o quiebra (arts. 1171 CCyC y 146 LCQ); c) la regla consagrada
en el art. 147 de la Ley de Concursos y Quiebras parece haber tenido su
eco en el nuevo código a la luz de las disposiciones específicas de los
contratos en particular de cuenta corriente bancaria (art. 1404 inc. B
CCyC), cuenta corriente (1441 inc. a CCyC); agencia (art. 1494 inc. c
CCyC) y concesión (art. 1509 CCyC); d) en materia de compensación, el
CCyC de la Nación remite a la Ley de Concursos y Quiebras, y consagra
en paralelo la prohibición prevista en el art. 130 de la Ley N° 24.522 en
el art. 930 inc. f) y e) extinción del poder por quiebra (art. 380 CCyC).

 Efectos personales de la quiebra: a) prohibición del fallido para ser


tutor, apoyo o curador (art. 110 inc. b CCyC); b) el fallido pierde la
administración de los bienes de sus hijos (art. 694 CCyC) y c), la
incorporación de la quiebra como causal de disolución de la persona
jurídica privada (art. 163, inciso e) CCyC).

 Privilegios: en un claro intento de unificación en su art. 2579 expresa:


“En los procesos universales los privilegios se rigen por la ley aplicable a
los concursos, exista o no cesación de pagos”1.

Ejecución individual y colectiva.


Diferencias
Ante el incumplimiento de una obligación por parte del deudor, se genera la
posibilidad de que el acreedor ejecute coactivamente parte o todo el
patrimonio de su deudor para satisfacer su acreencia y los daños sufridos. Así,
tiene posibilidades de ejecutar individual o colectivamente. En la primera, se
ejecuta un bien o determinados bienes particulares; mientras que en la
ejecución colectiva o quiebra, se liquidan coactivamente todos los bienes del
deudor (salvo los excluidos expresamente) con el fin de que con su producido
se satisfagan los créditos de todos sus acreedores, quienes tendrán la carga de
insinuarse en el proceso a fin de que le sean verificadas sus acreencias,
condición necesaria e indispensable para percibir los dividendos falenciales.

Procedimientos concursales
Clases
En nuestra legislación concursal se encuentran varios procedimientos
concursales, entre los principales se tienen la quiebra y el concurso preventivo,
los que presentan fundamentales diferencias, a saber.

Concurso preventivo
Así, en el concurso preventivo, el deudor procura llegar a un acuerdo con la
mayoría de sus acreedores para así homologarlo judicialmente. Es un
procedimiento rehabilitatorio que busca superar la crisis patrimonial a través de
una renegociación de las condiciones originarias de contratación entre deudor y

1
Art. 2.579 – Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación.
acreedor a través de propuestas que se hacen a la generalidad de acreedores.
Aprobado el acuerdo en forma mayoritaria se impone incluso a quienes no
adhirieron a la propuesta; caso contrario, deberá declararse la quiebra- como
principio general.

Quiebra
En cambio, el proceso de quiebra, tiene el fin inmediato de liquidar todos los
bienes que componen el patrimonio cesante para, de esa forma, repartir el
producido entre los acreedores. En este proceso, el deudor queda desplazado
de la administración y disposición de sus bienes (salvo los bienes inembargables)
entregándose al síndico el control sobre ellos.

Principios rectores de la legislación


concursal
Los principios son ideas directrices o pautas generales de valoración que sirven
u orientan las soluciones legislativas, además de tener una función de
interpretación e integración del ordenamiento concursal. Finalmente, se puede
decir que actúan como “vallas de contención” y evitan que las soluciones de
otras ramas jurídicas prevalezcan sobre las propias.

Conservación de la empresa
Es recién en el siglo XX cuando comenzó a valorarse a la empresa,
visualizándosela como unidad de explotación económica y fuente generadora
de empleo, lo que provocó que se regularan diversas clases de procesos
preventivos que anteceden a la liquidación, y buscan su salvataje. En
consecuencia, la ley concursal intenta que la empresa se salve, pues es el
corazón de toda organización económica.

Protección del crédito


Es otro de los principios fundamentales del derecho concursal, a tal punto que
la Ley N° 19.551 (Ley de Concursos y Quiebras, promulgada en 1972 por el
Honorable Congreso de la Nación, actualmente abrogada por la Ley N° 24.522)
lo mencionaba en primer lugar. Y sin dudas es así, pues sin el mismo
desaparecería la posibilidad de que el empresario como tal obtenga los fondos
necesarios para financiar por lo menos parte de su estrategia comercial. Lo
contrario haría desaparecer el crédito y por consiguiente dejaría de existir el
sistema económico vigente. Por ello se debe asegurar una rápida liquidación
del crédito y reembolso al acreedor.
Rasgos distintivos del proceso
concursal
Resultan de fundamental importancia los principios que informan el proceso
concursal y que le otorgan sus características particulares.

Estos principios jurídicos clásicos que iluminan el derecho concursal, fueron


analizados en reiteradas oportunidades por la doctrina y son: la universalidad,
la unicidad, la concursalidad, la oficiosidad y la pars condicio creditorum o
igualdad de acreedores.

Universalidad
El art. 1° de la Ley de Concursos y Quiebras, establece el principio de
universalidad patrimonial, que tiene efectos tanto en la faz activa como en la
pasiva.

Faz activa
Así, desde el punto de vista activo, dicho principio se proyecta en relación a
todos los bienes del deudor, no sólo a los que cayeron bajo el efecto del
desapoderamiento, sino también a los bienes que pueden llegar a recuperarse
a través de las acciones de recomposición patrimonial, con excepción de los
inembargables (art. 108 LCQ y 744 del CCyC).

Faz pasiva
Desde el punto de vista pasivo, la universalidad implica que la totalidad de las
deudas del deudor son convocadas a que “concurran” al proceso a hacer valer
sus derechos mediante la aplicación de la ley concursal, como lo ordena el art.
124 LCQ.

Unicidad
Este principio supone que no pueden coexistir dos o más procesos universales
sobre un único patrimonio, o al menos dentro del mismo territorio nacional.
Esta noción se complementa con la necesidad de que haya un juez único y el
fuero de atracción que permita atraer las acciones patrimoniales ejercidas por
los acreedores contra el deudor.

En una palabra, este principio implica que para cada concurso, en sentido
amplio, existe un “único” procedimiento en donde se ventilan todas las
cuestiones relacionadas, a manera de una suerte de contienda material.
Oficiosidad

Otro eje central del proceso concursal es la actuación de los órganos del
concurso a fin de que lo impulsen de oficio, sin que su actuación se halle
subordinada a impulso de partes, salvo la primera parte inicial del proceso.

La dirección del proceso es atribución fundamental del juez, conforme lo


dispone el art. 274 LCQ. Así, se encuentra imbuido de amplias facultades
procesales en cuanto que está llamado a impulsarlo hasta su total culminación,
a la vez que cuenta con facultades inquisitivas tendientes a conocer la real
situación patrimonial del deudor y las razones que pudieron haberlo conducido
a su cesación de pagos como también sobre el destino de los bienes que
debieron existir al tiempo de ser declarada la quiebra.

Colectividad
Todos los acreedores de título o causa anterior a la presentación del
procedimiento concursal deben promover la verificación para hacer valer sus
créditos en el proceso; caso contrario, quedarán excluidos del pasivo concursal.

Igualdad
El principio de igualdad de trato entre todos los acreedores o también llamado
el de la pars condicio creditorum, es la máxima garantía del derecho de los
acreedores.

Esta regla jurídica significa que todos los acreedores deberán soportar
igualitariamente el efecto del acuerdo preventivo o resolutorio homologado, y
dar las mismas quitas, esperas u otras estipulaciones al deudor común; y en la
quiebra, participan pari passu en la distribución del producido de la liquidación
de los bienes del deudor común, y cuando esa liquidación sea insuficiente para
atender a la totalidad de los créditos, se repartirá a prorrata

Reglas procesales. Incidentes


El art. 273 de la Ley de Concursos y Quiebras diseña una nómina de reglas
procedimentales generales aplicables a todo el proceso concursal y a sus
incidentes, las cuales rigen en plenitud, salvo disposición especial en contrario
de la misma ley concursal. Esa enumeración de ningún modo agota el repertorio
de principios y reglas procesales existentes, las que se hayan diseminadas a lo
largo de todo el articulado de la ley.

Las características del ordenamiento concursal tienden a que éste se baste a sí


mismo, es decir que sea “autosuficiente”.

1. Perentoriedad de los plazos: el inc. 1º del art. 273 dispone que todos los
términos son perentorios y se consideran de cinco días, salvo la existencia de
un plazo distinto. La perentoriedad de los plazos implica que su mero
vencimiento imposibilita fatalmente la futura producción del acto del que se
trate. Dicho de otro modo, el acto no cumplido en término no puede ser
cumplido después.

2. Cómputo de los plazos. Días hábiles judiciales: se computan exclusivamente


los días hábiles judiciales, tal como lo establece el inc. 2º del art. 273, salvo
excepción legal expresa en contrario en la misma ley de quiebra, como por
ejemplo: en el art. 190, en el art. 144, en el art. 196, entre otros supuestos.

3. Inapelabilidad: (inc. 3º del art. 273). Se aplica indistintamente al concurso


preventivo y a la quiebra. Y su inclusión apunta a impedir que la celeridad y
agilidad de los trámites concursales. Algunas de las hipótesis en las que la ley ha
previsto expresamente las excepciones son: decisión que rechaza la petición de
concurso preventivo (art. 13 LCQ); la admisión y denegatoria del pronto pago
laboral (art. 16 LCQ); separación de la administración en el concurso (por el
deudor con efecto devolutivo y si se deniega puede apelar el síndico) (art. 17
LCQ), etcétera.

Finalmente cabe consignar que, en caso de ser admitida la apelación, se


concede en relación y con efecto suspensivo, de acuerdo a la previsión legal
contenida en el inc. 4º del art. 273.

4. Sistema de notificaciones: la citación a las partes se hace por cédula y las


restantes notificaciones son automáticas, esto es, por nota o de acuerdo a lo
que disponga el Código Procesal de la provincia (art. 273, inc. 5° LCQ).Sin
embargo, el juez concursal, en uso de las facultades instructorias puede ordenar
la notificación personal o por cédula.

5. Domicilio procesal: el inciso 6º del art. 88 establece que el domicilio


constituido subsiste hasta que se constituya otro o por resolución firme quede
concluido el concurso.

6. Gastos del concurso: diferimiento de pago: el inc. 8º del artículo 273, dispone
que en el concurso, las transcripciones y anotaciones registrales y de otro
carácter que resulten imprescindibles para la protección de la integridad del
patrimonio del deudor son hechas sin pago previo de tasas, sino que se difieren
al momento de la conclusión del proceso concursal.

7. Carga de la prueba. Normas comunes: el inc. 9º dispone que la carga de la


prueba en cuestiones contradictorias se rige por las normas comunes.

8. Actuación del Ministerio Público: el art. 276 LCQ contempla la actuación del
Ministerio Público en el concurso, al establecer que es parte en la alzada en
los supuestos de impugnación del acuerdo preventivo (art. 51) y en los trámites
ante la alzada deberá dársele vista en las quiebras cuando se hubiere concedido
recurso en que sea parte el síndico.

9. Perención de instancia: la regulación contenida en el art. 277 impide la


conclusión del proceso concursal abierto (concurso preventivo o quiebra) por
perención de la instancia y dispone que la perención se opera a los tres meses.

10. Leyes procesales locales: el art. 278 prevé la aplicación subsidiaria de las
normas procesales de la ley del lugar del juicio que sean compatibles con la
rapidez y economía del trámite concursal.
11. Legajo de copias: el art. 279 legisla sobre el legajo de copias destinado a la
consulta de las constancias del expediente, que se forma con copia de todas las
actuaciones fundamentales del juicio y las previstas especialmente por la ley
concursal. Dicho legajo debe estar permanentemente a disposición de los
interesados en secretaría.

Incidentes
Los arts. 280 a 287 estructuraron un procedimiento tipo a través del cual se
encauza toda cuestión que tenga relación con el concurso y que, a su vez, no
tenga un trámite especial. Así, se canalizan por esta vía las verificaciones tardías
y los incidentes de revisión.

El trámite está previsto en el art.281: con la demanda se debe ofrecer toda la


prueba. Admitido el incidente, se corre traslado por 10 días, el que se notifica
por cédula, y quien conteste debe también ofrecer toda la prueba y agregar la
documental. El término máximo de prueba será de 20 días, y podría ser menor
de acuerdo a la prueba ofrecida. Las partes son las encargadas de urgir el
diligenciamiento de las mismas.

A su vez, el art.283 fija una directiva respecto a la prueba pericial: solo un


perito puede actuar salvo que la cuestión sea compleja, en cuyo caso se pueden
designar tres. El art.284 limita el número de testigos a cinco por parte, salvo
complejidad de la causa, en donde se admite un número mayor.

Se admite el recurso de apelación sólo respecto de la resolución que pone fin al


incidente. Respecto de las otras cuestiones que se plantearán en el expediente,
pueden ser subsanadas por el Tribunal de Alzada, siempre que se haya
formulado reserva en su oportunidad y se haya manifestado la disconformidad,
pues de lo contrario, el acto procesal se habrá consentido.

Presupuestos de acceso a los concursos


Se hace referencia a dos presupuestos esenciales para la apertura de los
procesos concursales:

a) Presupuesto objetivo (cesación de pagos), y

b) Presupuesto subjetivo (sujetos concursales).

Cesación de pagos
Es aceptado pacíficamente que crisis e insolvencia revelan dos etapas
endémicas claramente determinadas por las que puede atravesar una unidad
productiva en el despliegue ordinario de su giro comercial, pese a que no son
expresiones equivalentes.
La "insolvencia", como patología empresaria está emparentada con el término
"cesación de pagos" y para la doctrina nacional, ambas denominaciones tienen
idéntica significación.

La cesación de pagos se definió como el estado patrimonial


generalizado y permanente que refleja la imposibilidad de un
sujeto de pagar, de manera regular, obligaciones exigibles,
cualquiera sea la naturaleza de las mismas y las causas que lo
generan. Económica y jurídicamente es el estado de un
patrimonio que se revela impotente para hacer frente a los
compromisos que sobre él pesan. Se trata esencialmente de un
estado.

La generalidad es uno de los rasgos tipificantes del presupuesto objetivo


concursal, el cual hace referencia a la impotencia del patrimonio del deudor en
su conjunto para hacer frente a las obligaciones asumidas. El otro rasgo
tipificante del estado de cesación de pagos es la permanencia, por oposición a
la transitoriedad. Sin embargo, esta cualidad no se la debe identificar con
perpetuidad ni con situaciones de dificultades económicas financieras
temporales.

El estado de cesación de pagos es el presupuesto objetivo de los procesos


concursales que en algunos supuestos se ve morigerado: a) el APE (Acuerdo
Preventivo Extrajudicial); b) el Concurso de agrupamiento (art. 66 LCQ); c)
Quiebra declarada con apoyo en sentencia concursal extranjera (art. 4, primer
párrafo LCQ); d) (iii) Extensión de quiebra (art. 160 y ss.), entre otros.

Hechos reveladores
Rouillon (2003) sostiene que ese estado de cesación de pagos, para funcionar
como presupuesto objetivo del proceso concursal, debe manifestarse a través
de signos visibles. Se clasifican en:

a) Hechos de manifestación directa: reconocimiento expreso o implícito, judicial


o extrajudicial, etcétera.

b) Hechos de manifestación indirecta: cuando se evita revelarse abiertamente


como insolvente, ya sean medios dilatorios (como constitución de hipotecas,
prendas) o ruinosos (venta a precio irrisorio) y fraudulentos (malversación de
fondos).

Se sugiere revisar los arts. 78 y 79 LCQ.

Sujetos. Análisis del nuevo Código Civil y Comercial

El art. 2 de la LCQ da el puntapié para analizar los sujetos concursables:

a) El principio general respecto de personas de existencia física, sin distinción


entre comerciantes o no comerciantes.
b) Una excepción al principio de personalidad jurídica que rige respecto de los
concursables es el art.2, 2º párr.: 1) que establece la posibilidad de que el
patrimonio del fallecido mientras se mantenga separado de los sucesores puede
concursarse. A su vez, el art.8 LCQ estipula la posibilidad de que cualquiera de
los herederos solicite la formación del concurso, pero tal pedido debe ser
ratificado por la totalidad de los herederos en el plazo de 30 días bajo
apercibimiento de tenerlos por desistido. Asimismo, el art. 2360 del Código Civil
y Comercial hace referencia a la posibilidad de declarar en concurso
preventivo o en quiebra a la masa indivisa insolvente.

c) El art. 8 establece la posibilidad que los incapaces e inhabilitados soliciten la


formación de concurso, pedido que deberá ser ratificado por el juez de la
tutela, curatela o el juez competente.

d) Deudores domiciliados en el extranjero respecto de los bienes existentes en


el país (art.2, 2º párr.: 2). Esta es una norma de jurisdicción de Derecho
Internacional Privado.

e) El concurso puede solicitarse por apoderado, que ha de ser abogado


matriculado, y el poder debe tener facultad especial para solicitar el concurso
(art. 9).

f) Las personas jurídicas pueden concursarse, entre otras:

i. De carácter privado: asociaciones, fundaciones y las sociedades


comerciales.

ii. Las asociaciones mutuales: la Ley N°25.374 (Ley que modifica la ley
de mutuales N° 20.321)modificó el art. 37 de la Ley N° 20.321 lo que
permitió el acceso al proceso concursal. La falta de adecuación del texto
del art. 2 de la ley 24.522 no impide entender la inclusión de las mismas
como sujetos concursables.

iii. De carácter público: sociedades del Estado Nacional, Provincial o


Municipal, cualquiera sea que fuere el porcentaje de su participación,
por ejemplo: sociedades del Estado, sociedades de economía mixta, S.A.
con participación estatal mayoritaria, etcétera.

Asimismo, cabe puntualizar que el Código Civil y Comercial de la Nación


incorporó nuevos sujetos concursables. Entre ellos se tienen:

a) El consorcio de propietarios: el reconocimiento por el art. 148 del Código


Civil y Comercial a los consorcios de copropietarios como personas jurídicas
privadas (inc. h), supone que deba admitirse su concursalidad, más allá de
algunos problemas prácticos, sobre todo en caso de quiebra.

b) Las simples asociaciones: el Código Civil y Comercial regula en los arts. 187 a
192 las “simples asociaciones”, entidades que pueden ser constituidas por
escritura pública o por instrumento certificado con firma certificada por notario.
Si bien se establecen normas específicas para el supuesto de insolvencia de las
simples asociaciones, al tratarse de personas jurídicas privadas (art. 148, inc. c),
deben ser incluidas dentro de los sujetos comprendidos en el art. 2° de la
normativa concursal.
c) Las Sociedades Anónimas Unipersonales: por otra parte, cabe hacer
referencia a la SAU (Sociedad Anónima Unipersonal). Se trata de una persona
jurídica de carácter privado que posee un patrimonio propio y encuentra su
regulación en la legislación societaria. El hecho de que esté conformada por un
solo miembro, no obsta a que no se trate de un sujeto concursable, y por lo
tanto, puede requerir su propio concurso preventivo, ser declarada en quiebra,
o en su caso, requerir el acuerdo preventivo extrajudicial previsto por los arts.
69 y ss. de la ley concursal.

d) El fideicomiso: por su parte, el art. 1687 del Código unificado establece en el


último párrafo que si los bienes del fideicomiso son insuficientes para pagar las
obligaciones exigibles del fideicomiso, el patrimonio fiduciario no puede ser
incluido en un proceso concursal. Ante la situación de cesación de pagos o
insuficiencia de bienes, el contrato puede prever que el fiduciante o beneficiario
provea los recursos para zanjar la situación de insuficiencia financiera. Si no
existiera tal previsión contractual, o fracasare este recurso, el fiduciario deberá
pedir la liquidación judicial. El juez determinará el procedimiento aplicable,
sobre la base de las normas previstas por los concursos y quiebras, en lo que
sean pertinentes. Es decir que se procede a la liquidación judicial del
fideicomiso, por ante el juez concursal, que fijará el procedimiento sobre la base
de las normas concursales, en lo que estime pertinente.

Respecto de las exclusiones, se tienen:

1. Compañías de seguros: el art. 51 Ley N° 20.091 establece un sistema


especial de liquidación forzosa de las mismas. No pueden concursarse ni ser
declaradas en quiebra bajo el sistema de la Ley N° 24.522.

2. Entidades financieras: éstas no pueden acceder al concurso preventivo.


Prevén un sistema especial de liquidación (art. 48, de la Ley N° 21.526 de
Entidades Financieras). El pedido de quiebra lo puede hacer el liquidador
forzoso cuando advierte que la entidad se encuentra en estado de cesación de
pagos, o pueden hacerlo los terceros después de los 60 días de la revocación de
la autorización para funcionar por parte del Banco Central de la República
Argentina.

3. Las Uniones Transitorias de Empresas (art. 1463 del CCyC), Agrupaciones de


Colaboración (art. 1453 CCyC), Empresarias y los Consorcios de Cooperación
(art. 1470 CCyC) no pueden solicitar el concurso o la quiebra, pues no son
sujetos de derecho, y en su caso el contrato de creación de los mismos prevé la
manera de saldar las deudas.

Juez concursal
Competencia
La competencia efectiviza uno de los principios fundamentales del derecho
constitucional cual es el de juez natural.
Según el art. 3 LCQ se dice:

a) Personas de existencia visibles

Interviene el juez del lugar de la sede de la administración de sus negocios y en


subsidio rige el lugar del domicilio real del deudor. En el caso de varias
administraciones, entiende el juez de la sede de la administración del
establecimiento principal y en subsidio, el juez que ha prevenido: es el que
primero abrió el concurso, no ante el primero que se hubiere solicitado.

b) Personas de existencia ideal

El art. 3 inc.3° LCQ establece que las personas de existencia ideal de “carácter
privado regularmente constituidas, y las sociedades en que el Estado Nacional,
Provincial o Municipal sea parte ‐con las exclusiones previstas en el Artículo 2
‐ entiende el juez del lugar del domicilio”2. Para las corporaciones,
establecimientos y asociaciones es el determinado en los estatutos o en la
autorización otorgada por el Estado. En su defecto, donde se halle la
administración de la persona. Para las sociedades comerciales, es el domicilio
de la sociedad que se encuentra inscripto en el Registro de Comercio y subsiste
en tanto no sea modificado; modificación que también requiere registración.

Para los deudores con domicilio en el exterior se establece un orden de


prioridad (art. 3, inc. 5): 1) lugar de la administración, o 2) el lugar del
establecimiento. Este inciso regula la competencia del juez argentino ante la
insolvencia transfronteriza, interna en materia concursal. En cambio, el art. 2
inc. 2° establece que “...2) Los deudores domiciliados en el extranjero respecto
de bienes existentes en el país”3. Esta norma establece el criterio atributivo de
jurisdicción internacional.

Finalmente es dable señalar que el juez concursal es competente también para


la liquidación judicial del fideicomiso (art. 1687 CCyC) y en el caso de que se
haya declarado el concurso o la quiebra de uno de los cónyuges, el juez
concursal es competente en la liquidación del régimen patrimonial del
matrimonio (art. 717 CCyC).

Atribuciones y deberes
En el art. 274 de la LCQ y a lo largo del articulado, se establecen las atribuciones
del juez del concurso, quien tiene la dirección del proceso y precisamente, en
función de tal prerrogativa, está provisto de poderes oficiosos. Ello se justifica
en el carácter inquisitivo y publicístico que caracteriza al proceso concursal.

A su vez, la ley también le fijó deberes, y consagra en el último párrafo del art.
273 el deber de los jueces y síndicos de respetar rigurosamente los plazos
establecidos en la ley. De tal modo, la prolongación injustificada del trámite,
puede ser considerada mal desempeño del cargo.

2
Art. 3 - Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.
3
Art. 2. Ley N° 24.522. Op. cit.
Referencias
Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.

Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la


Nación.

Rouillon, A. (2003). Régimen de Concursos y Quiebras. Ley 24.522 (13° edición). Buenos
Aires: Astrea.
Concurso
preventivo

Concursos y
quiebras
Concurso preventivo
Nuestra legislación concursal mantiene la iniciativa exclusiva en el pedido de
concurso preventivo en manos del deudor.

Recaudos formales de apertura


Los requisitos formales de apertura del concurso preventivo, se encuentran
encaminados a dar seriedad al pedido formulado por el deudor, son taxativos y
no pueden agregarse, vía interpretativa, otros no contemplados, y la omisión de
cualquiera de ellos lleva al rechazo de la solicitud. Quien solicita la apertura de
su concurso preventivo debe aportar con claridad, precisión y sin género de
dudas, los recaudos establecidos por la legislación concursal, y facilitar al juez su
captación y comprensión. Ellos están establecidos en el art. 11 de la Ley de
Concursos y Quiebras (LCQ), de la que se sugiere su lectura.

El deudor puede solicitar, de manera fundada y con carácter excepcional, un


plazo adicional, que decidirá el juez, para completar los recaudos formales. Esta
petición debe ser expresa e invocarse y fundarse adecuadamente. La falta de
una causa legítima o ausencia de fundamentación, podría llevar al fracaso de la
presentación concursal, aunque debe señalarse que en caso de duda o conflicto,
deberá estarse por el otorgamiento del plazo de gracia para cumplimentar
dichos recaudos. Ello así, con el fundamento de la conservación de la empresa y
la amplitud que debe asumirse en la interpretación de soluciones preventivas.

Resolución de apertura
Dentro del plazo de cinco días de la presentación concursal o de vencido el
plazo concedido para cumplimentar los requisitos, el juez debe resolver el
pedido de concursamiento. El contenido de la resolución de apertura está
determinado en el art. 14 de la LCQ y es inapelable.

Así las cosas, el juez puede rechazar la apertura del concurso cuando (art. 13 de
la LCQ):

i) el sujeto no sea concursable,

ii) se hayan incumplido los recaudos formales,

iii) el deudor se encuentre en el período de inhibición (art. 59) y

iv) el juez sea incompetente, pues la competencia es de orden público.

El rechazo es apelable solo por el deudor.


Efectos
Los principales efectos que se desencadenan a partir de la resolución de
apertura son:

a) Desapoderamiento atenuado: que se verá en el punto siguiente.

b) ¿Desde cuándo se producen estos efectos? una vez abierto el concordato,


los efectos se retrotraen a la fecha de presentación del proceso concursal. Este
es el principio general, salvo que la ley fije un plazo distinto, por ejemplo:
fuero de atracción (art. 21 LCQ).

c) ¿Y hasta cuándo duran? en gran parte la terminación de los efectos se


subordina a lo pactado en el acuerdo homologado. Pero lo cierto es que hasta
tanto no se dicte la resolución de cumplimiento del acuerdo (penúltimo párrafo
del art. 59), ciertos efectos permanecen en el tiempo.

Desapoderamiento atenuado
El concursado conserva la administración pero bajo estricta vigilancia del
síndico. Es deber del síndico denunciar los actos violatorios de las prohibiciones
legales. Hay un control de legalidad, pero de mérito, pues no se inmiscuye en la
administración. Para cumplir su función puede requerir toda la información
necesaria del concursado. El deudor tiene que colaborar y brindar toda la
información que se le requiera, bajo la sanción del art. 17.

Entonces, se dice que el concursado mantiene la administración de sus bienes,


con control de la sindicatura. Sin embargo, deben diferenciarse los actos de
administración ordinaria y extraordinaria; pues para los primeros no será
necesario solicitar autorización judicial, mientras que para los segundos sí.

En la práctica concursal pueden aparecer como actos que exceden la


administración ordinaria, el cierre de sucursales, celebración de contratos que
modifiquen o alteren el sistema de producción o comercialización. Además, el
art. 16 LCQ en su penúltimo párrafo, enumera de manera ejemplificativa
algunos de los actos que necesitan autorización judicial:

1) los relacionados con bienes registrables;


2) los de disposición o locación de fondos de comercio;
3) los de emisión de debentures con garantía especial o flotante;
4) los de emisión de obligaciones negociables con garantía
especial o flotante;
5) los de constitución de prenda.

Estos actos que exceden la administración ordinaria, requieren autorización del


juez para su realización y esta se tramita con previa audiencia del síndico y del
comité de control.
Inhibición general de bienes
El inc. 7º del art. 14 establece que la inhibición general para disponer y gravar
bienes registrables del deudor y, en su caso, los de los socios ilimitadamente
responsables, deben ser anotadas en los registros pertinentes. La inhibición
es la medida cautelar que impide a una persona efectuar actos de disposición
en relación a los bienes, presentes o futuros, que se encuentren anotados en
un determinado registro. Es una medida que procura la desintegración del
patrimonio del concursado y que alcanza solo a bienes registrables.

Viaje al exterior
El art. 25 de la LCQ establece uno de los pocos efectos personales que pesan
sobre el concursado. El concursado solo debe comunicar al juez del concurso
sobre su viaje, salvo que se ausente por más de 40 días, en cuyo caso debe
requerir autorización judicial.

Actos prohibidos
El art.16 en su 1º párrafo de la Ley de Concursos y Quiebras establece: “El
concursado no puede realizar actos a título gratuito o que importen alterar la
situación de los acreedores por causa o título anterior a la presentación
concursal”1.

El precepto abarca como actos a título gratuito la donación, y todas las


liberalidades, haya o no enajenación de dominio. Asimismo, incluye el mutuo
gratuito, la fianza gratuita, la donación encubierta o simulada bajo la forma de
una compraventa o permuta, otorgamiento a título gratuito de derechos reales
a terceros no acreedores, renuncias de derechos, cesión gratuita del beneficio
de un seguro de vida o la constitución de un seguro de vida a favor de un
tercero, etcétera (Junyent Bas y Molina Sandoval, 2011).

Actos ineficaces
La violación del régimen establecido en el art. 16 LCQ acarrea la ineficacia de
pleno derecho de los actos y además puede provocar la separación de la
administración, o bien designar una veeduría o coadministración.

Intereses
Al respecto, el art. 19 de la ley concursal, dispone que la formación del concurso
suspende el curso de los intereses con relación a todos los créditos de causa o
título anterior. Sin embargo, no se suspende el curso de los intereses de una
deuda con garantía real ni de los créditos laborales correspondientes al pago de
salarios y toda indemnización derivada de la relación laboral.

1
Art. 16 - Ley N° 24.522 (1995) - Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
Régimen de notificaciones
El art. 27 LCQ prevé que la sentencia de apertura del concurso debe publicarse
por edictos.

La resolución de apertura, del concurso preventivo se hace


conocer mediante edictos que deben publicarse durante CINCO
(5) días en el diario de publicaciones legales de la jurisdicción del
juzgado, y en otro diario de amplia circulación en el lugar del
domicilio del deudor, que el juez designe. Los edictos deben
contener los datos referentes a la identificación del deudor y de
los socios ilimitadamente responsables; los del juicio y su
radicación; el nombre y domicilio del síndico, la intimación a los
acreedores para que formulen sus pedidos de verificación y el
plazo y domicilio para hacerlo.

Esta publicación está a cargo del deudor y debe realizarse dentro


de los CINCO (5) días de haberse notificado la resolución.2

Además de esta publicación edictal, el sistema de publicidad se perfecciona a


través de otro instituto previsto en el art. 29 LCQ (carta a los acreedores). De
este modo, la ley le impone al síndico el deber de enviar una carta certificada a
los acreedores en los domicilios denunciados por el deudor en su presentación
concursal, que debe hacer saber los datos del concursado, la fecha de
verificación tempestiva, el juzgado interviniente y todo otro dato que sea de
interés; y también a los miembros del comité de control.

Desistimiento
En nuestra ley concursal es posible encontrar dos variantes del instituto llamado
desistimiento: el legal o impuesto y el desistimiento voluntario.

Legal o impuesto: es aquel que se produce a modo de sanción ante el


incumplimiento de ciertas cargas. Está contemplado en el art. 30 LCQ.

Casos:

a) art. 14 inc. 5: no poner a disposición del Tribunal los libros referidos a la


situación económica a los fines de colocar nota datada y cerrar espacios en
blanco;

b) art. 14 inc. 8: no acompañar en el plazo de 3 días el dinero correspondiente a


las cartas certificadas,

c) no cumplir el deudor con la publicación edictal de la sentencia de apertura


del concurso.

2
Art. 27- Ley N° 24.522. Op. cit.
Desistimiento voluntario: está regulado en el art. 31 LCQ.

a) Desistimiento ad nutum, que es la que opera por la sola manifestación del


deudor, expresada por escrito ante el juez concursal, siempre que sea hasta la
primera publicación de edictos. El art. 31, en su primer párrafo, LCQ prevé
“Desistimiento voluntario. El deudor puede desistir de su petición hasta la
primera publicación de edictos, sin requerir conformidad de sus acreedores”3.

b) Desistimiento posterior a la publicación de edictos.

Puede desistir, igualmente, hasta el día indicado para el


comienzo del período de exclusividad previsto en el artículo 43
si, con su petición, agrega constancia de la conformidad de la
mayoría de los acreedores quirografarios que representen el
SETENTA Y CINCO POR CIENTO (75%) del capital quirografario.
Para el cálculo de estas mayorías se tienen en cuenta, según el
estado de la causa: a los acreedores denunciados con más los
presentados a verificar, si el desistimiento ocurre antes de la -
presentación del informe del artículo 35; después de presentado
dicho informe, se consideran los aconsejados a verificar por el
síndico; una vez dictada la sentencia prevista en el artículo 36,
deberán reunirse las mayorías sobre los créditos de los
acreedores verificados o declarados admisibles por el juez. Si el
juez desestima una petición de desistimiento por no contar con
suficiente conformidad de acreedores, pero después esta
resultare reunida, sea por efecto de las decisiones sobre la
verificación o por nuevas adhesiones, hará lugar al desistimiento,
y declarará concluido el concurso preventivo.4

De tal modo, publicados los edictos y hasta el día del comienzo del período de
exclusividad; el concursado puede desistir del proceso, si logra la conformidad
(extrajudicialmente) con la mayoría de acreedores quirografarios que
representen el setenta y cinco por ciento del capital quirografario. Según la
etapa en que se produzca el desistimiento, variará la base para el cómputo de
las mayorías.

Por su parte, el último párrafo del art. 31 LCQ dispone la inadmisibilidad de


concurso preventivo ulterior. Así, prevé que “Rechazada, desistida o no
ratificada una petición de concurso preventivo, las que se presenten dentro del
año posterior no deben ser admitidas, si existen pedidos de quiebra
pendientes”5.

3
Art. 31- Ley N° 24.522. Op. cit.
4
Art. 31- Ley N° 24.522. Op. cit.
5
Art. 3- Ley N° 24.522. Op. cit.
Es decir, que en los casos de falta de ratificación de la solicitud de concurso
(exigida en los arts. 6° a 8° de la LCQ), desistimiento en cualquiera de sus
variantes, o rechazo de la apertura concursal, cualquier solicitud ulterior de
concurso preventivo del mismo sujeto, formulada durante el año siguiente,
debe ser liminarmente desestimada si existieran pedidos de quiebra
pendientes.

Trámite hasta el acuerdo


Categorización de acreedores
La categorización es la posibilidad que se le concede al concursado de agrupar y
clasificar a los acreedores de acuerdo a distintas pautas objetivas, a los fines de
ofrecer a cada una de ellas una propuesta de acuerdo de manera también
diferenciada. Es una opción que se le concede al deudor; de lo contrario, si no
categoriza, implica que ofrece la misma propuesta de acuerdo a todos los
acreedores.

La oportunidad para presentar la clasificación y agrupamiento de acreedores en


categorías es a los 10 días de dictada la resolución de verificación de créditos.

El art. 41 establece que en caso de categorizar, deben existir tres categorías


mínimas: quirografarios, quirografarios laborales y privilegiados. Sin embargo,
se interpretó que puede perfectamente obviarse categorizar a los laborales o a
los privilegiados. Hay amplia libertad para integrar la estrategia concursal.

A los 10 días de presentado el informe individual por parte del síndico, se emite
la sentencia de verificación sobre la procedencia o improcedencia de los
créditos presentados (art. 36). Ahora bien, dentro de los 10 días de dicha
resolución, se presenta la categorización de acreedores (art. 41). Realizada la
categorización o no, dentro de los 20 días siguientes a la resolución de
verificación de créditos y 30 días después de presentado el informe individual
de los créditos, el síndico debe presentar un informe general (art. 39).
Presentado el informe general, la ley prevé que dentro de los 10 días
posteriores, se puede observar dicho informe por el deudor y por quienes hayan
solicitado verificación.

Así las cosas, pasados esos 10 días, el juez dicta resolución y fija definitivamente
las categorías y los acreedores que quedan comprendidos en cada una de ellas
(art. 42); si el deudor no ha hecho uso de esta prerrogativa, se certifica en el
expediente tal situación y el deudor deberá ofrecer la misma propuesta a todos
los acreedores.

Período de exclusividad
El período de exclusividad es la etapa central del concurso preventivo en orden
a la negociación del deudor con los acreedores concurrentes. Su nombre, se
deriva a que en esta etapa solo el deudor (a diferencia del salvataje) es quien
puede negociar para obtener un acuerdo preventivo.
El período de tiempo que establece la ley en el art. 43 es de noventa días,
prorrogable por treinta días más, cuando las circunstancias del caso así lo
aconsejen.

Propuestas de acuerdo
La propuesta de acuerdo consiste en que el acreedor tratará de “arreglar” el
pasivo, para así superar el estado de cesación de pagos en que se encuentra.
Como se advierte del art. 43 las alternativas que tiene el deudor son muy
amplias y son meramente enunciativas, e incluso se admiten otras. Lo
fundamental para lograr el acuerdo, es que se cuente con la mayoría requerida
por la ley y que el acuerdo concordatario no sea abusivo, pues en tal caso, el
juez no podrá homologarlo.

La propuesta debe presentarse por escrito al expediente con una anticipación


de veinte días al vencimiento del período de exclusividad y las propuestas
deben respetar la igualdad de trato. La violación a la obligación de hacer pública
la propuesta se sanciona drásticamente con la quiebra.

Del último párrafo del art. 43, surge que el deudor podrá presentar
modificaciones a su propuesta original hasta el momento de celebrarse la Junta
Informativa prevista en el art. 45, penúltimo párrafo, esto es, cinco días antes
del vencimiento del plazo del período de exclusividad.

Mayorías para la obtención del acuerdo. Conformidades


Las conformidades deben ser presentadas en el expediente hasta el día del
vencimiento del período de exclusividad. Cada conformidad debe ser
presentada por escrito y contener el texto de la propuesta a la que adhiere el
acreedor.

¿Qué mayoría se requiere para acordar con los acreedores quirografarios?

A) La mayoría absoluta de los acreedores dentro de todas y cada una de las


categorías, es decir la mitad más uno de los acreedores, y

B) Que representen las dos terceras partes del capital computable dentro de
cada categoría.

Acuerdo para privilegiados


El concurso preventivo se orienta a los acreedores quirografarios, sin embargo,
la ley no descarta la posibilidad de que en la estrategia de negociación se
incluyan a los privilegiados, quienes a su vez pueden renunciar al privilegio y
participar en el acuerdo como quirografarios.

El deudor puede formular una propuesta para los acreedores con privilegio
general y otra para quienes tienen privilegio especial. Ahora bien, en orden a
las mayorías previstas, si se trata de acreedores con privilegio general, se
requiere la misma mayoría que se vio para los acreedores quirografarios;
mientras que si se trata de acreedores con privilegios especiales, se requiere la
unanimidad para que el acuerdo sea conformado.

Impugnación del acuerdo


Presentadas las conformidades de los acreedores y si se obtuvieron las mayorías
necesarias para considerar aprobado el acuerdo, se dicta resolución dentro de
los tres días hábiles judiciales, la que hará saber de la existencia de acuerdo (art.
49). Por el contrario, si no se adjuntaron las conformidades, el juez debe
declarar la quiebra del concursado (salvo los casos del art. 48) o que la situación
quede inmersa en la hipótesis del art. 52, inc. 2 b).

Dentro de los 5 días de dictada dicha resolución, los acreedores que votaron el
acuerdo y aquellos que hubieren deducido incidente, sea por no haberse
presentado en término o bien por no haber sido admitidos sus créditos
quirografarios, pueden impugnar el acuerdo por las causales detalladas en el
art. 50 de la LCQ:

1) Error en cómputo de la mayoría necesaria.


2) Falta de representación de acreedores que concurran a
formar mayoría en las categorías.
3) Exageración fraudulenta del pasivo.
4) Ocultación o exageración fraudulenta del activo.
5) Inobservancia de formas esenciales para la celebración del
acuerdo. Esta causal solo puede invocarse por parte de
acreedores que no hubieren presentado conformidad a las
propuestas del deudor, de los acreedores o de terceros6.

La impugnación debe deducirse por escrito y tramita bajo las condiciones de los
incidentes. Si se hace lugar a la impugnación, se declara la quiebra (salvo el
supuesto que luego se verá del art. 48 de la ley concursal); si se desestima, el
juez debe homologar el acuerdo. En ambos casos, la resolución es apelable (art.
51).

Homologación
La homologación supone el dictado de una sentencia judicial que da imperio al
acuerdo preventivo, lo que implica que será obligatorio para todos los
acreedores del concurso comprendidos en él (de causa o título anterior a la
presentación) incluso para aquellos que no dieron su conformidad a la
propuesta hecha por el concursado. Dicho en otras palabras, el acuerdo

6
Art. 50- Ley N° 24.522. Op. cit.
preventivo homologado se impondrá no solo a quienes participaron en la
negociación, sino también a quienes ingresaron mediante verificación tardía.

Así las cosas, se dice que el principio general, de acuerdo al art. 52, es que si la
propuesta recibió aprobación de las mayorías legales previstas en el art. 45, el
juez homologará el acuerdo, salvo que la propuesta sea abusiva o en fraude a
la ley. Hay propuesta abusiva en los términos del art. 10 del Código Civil y
Comercial de la Nación, cuando hay desvío de la finalidad que justifica la
existencia de un derecho; cuando se contrarían los fines que se tuvo en mira al
reconocerlos o cuando se exceden los límites impuestos por la buena fe, la
moral o las buenas costumbres. En una palabra, la propuesta que se homologue
debe ser razonable.

De tal modo, si se obtuvieron las mayorías legales requeridas y la propuesta no


es abusiva, el juez deberá homologar el acuerdo preventivo. Ahora bien, si el
deudor no categorizó, es decir, realizó una única propuesta, la mayoría deberá
obtenerse en relación con todos los acreedores quirografarios; si categorizó,
puede suceder: a) que se hayan obtenido las conformidades legales, con lo que
el juez homologará el acuerdo preventivo; o bien, b) que no se hayan logrado
dichas mayorías y en dicho caso, el juez tendrá dos opciones: declarar la quiebra
u homologar el acuerdo igualmente si se dan los requisitos previstos en el art.
52 inc. 2, b) que es lo que se conoce como cramdown power.

Este instituto, que implica la posibilidad de imponer el acuerdo cuando no se


lograron las mayorías en cada una de las categorías, supone el cumplimiento de
ciertos requisitos que son muy exigentes y de difícil consecución: a) que se haya
categorizado y no se hayan logrado las mayorías requeridas en todas las
categorías, pero se haya aprobado por al menos una de las categorías de
acreedores quirografarios; b) la conformidad de por lo menos las tres cuartas
partes del capital quirografario; c) no discriminación en contra de la categoría
o categorías disidentes; d) que el pago resultante del acuerdo impuesto no
suponga un dividendo menor que el que recibirían en la quiebra los
acreedores disidentes y e) que el acuerdo no sea impuesto a los acreedores con
privilegio especial.

Otra posibilidad que hace factible la homologación del acuerdo preventivo, es


lo que se ha dado en llamar la tercera vía.

Se trata de una la llamada "tercera vía", creación pretoriana, que


hace factible la concesión de una instancia judicial para que el
concursado reformule su propuesta y/o supere los
impedimentos que obstaron a la homologación del acuerdo
celebrado con los acreedores, lo que implicaría en este caso,
conferir a la concursada un plazo adicional a aquél del que ya
dispuso para poner a la consideración de todos los acreedores
una nueva propuesta que no contenga los defectos por los cuales
la Corte atribuyó carácter "abusivo " a la propuesta anterior
(CNCom., Sala A, Sociedad Comercial del Plata S.A. y otros
s/conc. Prev, de fecha 10/5/2011).
Efectos del acuerdo homologado
Homologado el acuerdo preventivo, el principal efecto que produce es que se
produce la novación de todas las obligaciones de causa o título anterior al
concurso, es decir que se extingue la obligación original y se transforma en otra
nueva que nace como consecuencia del acuerdo homologado, es decir que el
acuerdo homologado es la causa fuente de la nueva obligación. Ello así de
conformidad lo prevé el art. 55. Esta novación no causa la extinción de las
obligaciones de los acreedores respecto del fiador ni de los codeudores
solidarios, quienes pueden reclamar el total de la deuda garantizada. En sentido
concordante, el 2º párrafo del art. 1597 del Código Civil y Comercial de la Nación
establece que “la fianza no se extingue por la novación producida por el acuerdo
preventivo homologado del deudor”7.

Es irreversible el efecto novatorio de las obligaciones alcanzadas por el acuerdo,


por lo que en caso de incumplimiento del acuerdo y posterior quiebra, el
acreedor va a cobrar su dividendo concursal conforme la nueva obligación
que surge del acuerdo homologado.

También es dable puntualizar que el acuerdo homologado produce efectos


respecto de todos los acreedores quirografarios, aunque no hayan participado
en el procedimiento. Es decir, que el acuerdo se impone a todos los acreedores
anteriores a la presentación concursal, incluso a los acreedores tardíos (art. 56
LCQ).

Conclusión del concurso


El art. 59 de la Ley de Concursos y Quiebras impone el dictado de una resolución
luego de que se haya dictado la homologación: la sentencia de conclusión del
concurso. Sin embargo, los efectos sustanciales ni procesales del concurso
concluyen, sino que el concurso prosigue, y deben tomarse las medidas
tendientes a asegurar el cumplimiento del acuerdo y se dispone mantener la
inhibición general de bienes por el plazo de cumplimiento del acuerdo.

Una vez que el concursado haya cumplimentado con todas las prestaciones
concordatarias, se dictará el cumplimiento definitivo del acuerdo, y finalizará el
concurso preventivo. A partir de esta sentencia, se inicia un período de
inhibición de un año, durante el cual el deudor no puede volver a presentarse
en concurso preventivo, ni solicitar la conversión de la quiebra.

Nulidad del acuerdo


El acuerdo puede ser declarado nulo cuando es pedido por cualquier acreedor.
Debe solicitarse dentro de los 6 meses de homologado el acuerdo, previsto
como un plazo de caducidad. Las causales son (art. 59): a) dolo para exagerar
el pasivo; b) reconocer o aparentar privilegios inexistentes o constituidos

7
Art. 1.597 – Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación.
ilícitamente y c) ocultar o exagerar el activo.

Declarada la nulidad del acuerdo se producen ciertos efectos. Así:

-Se libera al fiador que garantizó el acuerdo.

-Se deja sin efecto la novación de los créditos. Lo percibido por los acreedores
en virtud del acuerdo no se debe restituir y tienen derecho a cobrar en la
quiebra lo no percibido.

-Son nulas las medidas adoptadas en el acuerdo.

- Se recuperan los privilegios renunciados.

- Se abre un nuevo período informativo o de verificación (arts.200 a 202).

- Los acreedores cuyos créditos fueron exagerados quedan excluidos.

Procedimiento: de acuerdo al art. 280 y siguientes, la sentencia que declara la


nulidad del acuerdo, debe declarar la quiebra del concursado. La resolución es
apelable, pero no suspende su desapoderamiento.

Incumplimiento
De acuerdo al art. 63 LCQ, el acreedor que no pudo obtener la satisfacción de
la obligación comprendida en el acuerdo, puede solicitar la declaración de
quiebra de su deudor. Antes de declararse la quiebra, se da vista al deudor,
quien por lo general intenta satisfacer la obligación acordada; en este caso es
una praxis habitual que no se declare la quiebra, pero se exija al deudor abone
los intereses moratorios. Esta denuncia, no tramita por vía incidental sino en el
mismo expediente principal.

En caso de prosperar el pedido, se declarará la quiebra, y l a resolución será


apelable, pero no suspende su desapoderamiento.

Régimen aplicable para los pequeños


concursos
Solo dos artículos regulan este punto. Así, la última reforma sancionada con
fuerza de ley (Ley N° 27.170) prevé:

ARTÍCULO 288.- Concepto. A los efectos de esta ley se consideran


pequeños concursos y quiebras aquellos en los cuales se
presente, en forma indistinta cualquiera de estas circunstancias:
1. Que el pasivo denunciado no alcance el equivalente a
trescientos (300) salarios mínimos vitales y móviles.
2. Que el proceso no presente más de veinte 20) acreedores
quirografarios.
3. Que el deudor no posea más de veinte (20) trabajadores en
relación de dependencia sin necesidad de declaración judicial.8

Así, cuando se verifique cualquiera de las circunstancias mencionadas en el art.


288, el concurso será pequeño. La decisión judicial de encuadramiento
corresponde al juez concursal en oportunidad de la apertura del proceso, sea
preventivo (art. 14), sea liquidativo (art. 88).

Ahora bien, ¿qué diferencias existen entre el gran concurso preventivo y el


pequeño concurso?

ARTÍCULO 289.‐ Régimen aplicable. En los presentes procesos no


serán necesarios los dictámenes previstos en el artículo 11,
incisos 3 y 5, la constitución de los comités de acreedores y no
regirá el régimen de supuestos especiales previstos en el artículo
48 de la presente ley. El controlador del cumplimiento del
acuerdo estará a cargo del síndico en caso de no haberse
constituido comité de acreedores. Los honorarios por su labor en
esta etapa serán del 1% (uno por ciento) de lo pagado a los
acreedores9.

8
Art. 288 – Ley N° 27.170 (2015). Modificación de la Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación.
9
Art. 289- Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
Referencias
Cámara Nacional de apelaciones en lo Comercial, Sala A, “Sociedad Comercial del
Plata S.A. y otros s/conc. Prev” (10 de mayo de 2011).

Junyent Bas, F. y Molina Sandoval, C. A. (2011). Ley de Concursos y Quiebras


Comentada. Tomos I y II. Buenos Aires: Abeledo Perrot.

Ley N° 27.170 (2015). Modificación de la Ley de Concursos y Quiebras. Honorable


Congreso de la Nación.

Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación


Argentina.

Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la


Nación.
Verificación de
créditos

Concursos y
quiebras
Verificación de créditos
Concepto
El sistema de verificación de créditos es el mecanismo a través del cual se logra
el reconocimiento en el proceso concursal de los distintos créditos adeudados.
También se lo denomina período informativo.

Este proceso se abre con la presentación de quien reclame la calidad de


acreedor y es un proceso necesario por cuanto todos los acreedores que
quieran participar del concurso deberán recurrir a este proceso.

A través de la verificación se tiende a comprobar la existencia y monto de los


créditos, (además de la graduación) privilegiados.

Créditos de causa y título anterior


Según lo establece el art. 32 Ley de Concursos y Quiebras (LCQ), todos los
acreedores por causa o título anterior a la presentación concursal pueden
presentar sus pedidos de verificación.

Causa o título anterior: si ambos son anteriores no hay problema y pueden


verificar. Si el título es de fecha posterior a la presentación y la causa es anterior
a la presentación, cae bajo los efectos concursales.

¿Ante quién se presenta la verificación? ante el síndico (ver inciso 3° art. 14). Es
una etapa extrajudicial. Deben recordar que la sentencia de apertura del
concurso, o la declaración de quiebra fija una especie de cronograma de fecha,
entre las que se incluye el plazo que se cuenta para verificar ante el síndico.

Requisitos del pedido verificatorio

El art. 32 LCQ prevé los recaudos del pedido de verificación. Así dispone que
debe presentarse por escrito, indicar datos personales y domicilio real del
insinuante y constituir domicilio especial, debe especificar el monto, la causa y
el privilegio del crédito y acompañarse los títulos que justifiquen el crédito.
Todo ello, en doble ejemplar. También debe precisarse el monto de la
pretensión verificatoria y de los intereses, pues este constituye el límite que
condiciona no solo el consejo del síndico, sino también las facultades del juez.
Finalmente, este pedido debe estar suscripto por el peticionante y abonar por
cada solicitud de verificación un arancel verificatorio, lo que se verá más
adelante.
Efectos
La presentación de la solicitud de la verificación de créditos tiene los mismos
efectos que una demanda judicial, pues interrumpe la prescripción (se extiende
hasta la finalización del concurso o quiebra) e impide la caducidad del derecho y
de la instancia.

Arancel
Por cada solicitud de verificación de crédito que se presente, sea esta
tempestiva, incidental o tardía, se debe abonar un arancel al síndico equivalente
al diez por ciento (10%) del salario mínimo vital y móvil que se sumará a dicho
crédito. Se excluyen del arancel a: los créditos de causa laboral, y a los
equivalentes a menos de tres (3) salarios mínimos vitales y móviles, sin
necesidad de declaración judicial (según Ley N° 27.170, publicada en el Boletín
Oficial el 8.9.2015, que modifica los arts. 32 y 200 de la Ley N° 24.522).

Verificaciones especiales
Créditos privilegiados: respecto de los acreedores con garantía real, no están
exceptuados de verificar y al hacerlo, deben denunciar la existencia del
privilegio. En efecto, si el acreedor hubiese omitido el carácter del crédito
(común o privilegiado), el juez, al momento de resolver la incorporación de tal
acreencia al pasivo concursal, debe admitirlo como quirografario. Se sostiene
que existe una renuncia implícita al privilegio. Se exceptúan los créditos de
naturaleza laboral, en razón de su carácter especial y su particular modo de
renunciabilidad.

Pagaré y cheques: En los casos “Translinea” (CNCom., en pleno; “Translínea SA


c/ Eloctrodinie SA”, 26/12/1979, LL1980-A, 332) y “Difry” (CNCom., en pleno,
“Difry SRL s/ Convocatoria”, 19/6/1980, ED 88-583) la jurisprudencia plenaria de
la Cámara Nacional de Comercio decidió que el solicitante de verificación en el
concurso, con fundamento en estos instrumentos privados, deberá declarar y
probar la causa, esto es, las circunstancias determinantes del acto cambiario
originario o derivado. El fundamento: evitar la “invención” de acreedores
mediante el simple trámite de otorgarles un pagaré o un cheque. La rigidez de
estos plenarios se morigeró con el transcurso del tiempo, y requiere una
razonable complementación probatoria respecto de aquellos títulos.
Sentencia definitiva en juicios de conocimientos: en la actualidad, se acepta
que la sentencia dictada en procesos de conocimiento, es título hábil para
verificar el crédito en ella reconocido; ni el síndico ni el juez concursal pueden,
en principio, cuestionar su contenido, salvo que se probare que existe cosa
juzgada fraudulenta o exorbitancia de ella en relación a las reglas concursales.

Facultades de información
El órgano sindical puede requerir todo tipo de información necesaria para el
conocimiento de los negocios sociales del deudor y de los derechos de los
acreedores, y en caso de ser negada, puede solicitar al juez concursal que tome
las medidas que estime pertinentes (art. 275 LCQ).
Así, es función de la sindicatura la de investigar la legitimidad y preferencia de
los créditos que corresponden a los acreedores concursales, si se tiene en
cuenta que el trámite de la verificación de créditos no se reduce a la mera
comprobación del carácter que reviste la obligada sino a investigar la causa de
la obligación que da lugar al crédito pretendido.

Período de observaciones
De acuerdo al art. 34 LCQ, después de finalizado el plazo para peticionar la
verificación, se abre una etapa de diez días en la cual, el deudor y quienes
hubieran solicitado verificación pueden revisar los legajos y realizar por escrito
observaciones e impugnaciones a los créditos presentados y los trabajadores de
la concursada, aunque no tuvieren el carácter de acreedores; pueden revisar los
legajos. Vencido el plazo previsto para las observaciones, dentro de las cuarenta
y ocho horas el síndico debe presentar al juzgado un juego de copias de las
mismas, para su incorporación al legajo de copias previsto en el art. 279 LCQ.

Informe individual
Fenecido el plazo para la formulación de observaciones, el síndico debe redactar
el denominado “informe individual” que constituye una pieza instrumental
única, comprensiva de la totalidad de los créditos que pretenden incorporarse
al pasivo.

A través de este informe, el síndico logra ordenar en un cuerpo unificado la


síntesis de las pretensiones esgrimidas por los aspirantes a la concurrencia a
quienes se ofrece una primera opinión (técnica e imparcial) sobre la procedencia
jurídica de aquéllas. El síndico debe dictaminar objetivamente, y guardar
equidistancia de los verdaderos contendientes, que son el deudor y cada
acreedor y a su vez, los acreedores entre sí.

En este informe el síndico se limita a dar su parecer sobre la procedencia o


improcedencia de los pedidos de verificación, pero carece de potestad decisoria,
es decir que su opinión no es vinculante, y el juez puede decidir en contra de su
consejo.

En esta pieza de gran importancia, se debe consignar el nombre completo de


cada acreedor, su domicilio real y el constituido, monto y causa del crédito,
privilegio y garantías invocados; además, debe reseñar la información obtenida,
las observaciones que hubieran recibido las solicitudes, por parte del deudor y
de los acreedores, y expresar respecto de cada crédito, opinión fundada sobre
la procedencia de la verificación del crédito y el privilegio. Todo ello según lo
establece el art. 35 LCQ.
Resolución judicial sobre los créditos
El art. 36 LCQ prevé:

Resolución judicial. Dentro de los DIEZ (10) días de presentado el


informe por parte del síndico, el juez decidirá sobre la
procedencia y alcances de las solicitudes formuladas por los
acreedores. El crédito o privilegio no observados por el síndico,
el deudor o los acreedores es declarado verificado, si el juez lo
estima procedente.
Cuando existan observaciones, el juez debe decidir declarando
admisible o inadmisible el crédito o el privilegio.
Estas resoluciones son definitivas a los fines del cómputo en la
evaluación de mayorías y base del acuerdo, sin perjuicio de lo
dispuesto en el artículo siguiente1.

Así, se distingue entre créditos verificados, admisibles e inadmisibles.

Los primeros son los créditos que no fueron observados ni por el deudor, ni
por los otros acreedores y la sindicatura aconseja que ingresen al pasivo
concursal como verificado y el juzgador así lo decida.

Ahora bien, si los acreedores, el deudor o la sindicatura impugnaron


oportunamente el crédito insinuado, ya no puede declararse verificado, sino
solamente admisible o inadmisible. Se declaran admisibles los créditos y
privilegios que fueron observados por el deudor, los acreedores o la sindicatura
y que el juzgador, a l rechazar las impugnaciones, así lo considerara; por el
contrario, se declaran inadmisibles los que fueron objetados y que el juzgador, al
admitir las impugnaciones así lo resolviera o bien, si aún no median
oposiciones, el director del proceso no los admite (art. 36 LCQ).

Cosa juzgada
El art. 37 LCQ dispone que la sentencia que declara verificado el crédito y en su
caso el privilegio, produce los efectos de cosa juzgada, salvo dolo. Ahora, si el
crédito se declaró admisible o inadmisible, este recién adquiere el carácter de
cosa juzgada si dentro de los 20 días subsiguientes a la resolución de
verificación de créditos, no es revisado, también salvo dolo.

Revisión
En caso de crédito declarado admisible o inadmisible se puede interponer el
recurso de revisión en contra de la sentencia de verificación. Lo puede hacer el
deudor o los acreedores. Hay discusión en la doctrina respecto a la posibilidad
del síndico, aunque mayoritariamente se lo admite. El plazo para revisar es de
20 días siguientes a la fecha de la resolución judicial sobre los créditos. Caso
contrario adquiere firmeza la sentencia de verificación y el trámite que se le

1
Art. 36 – Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.
asigna es incidental, de acuerdo a los arts. 280 y ss. de la Ley de Concursos
y Quiebras; es decir es un expediente desprendido del principal o que se
tramita por cuerda separada.

Invocación de dolo
El crédito verificado o el declarado admisible o inadmisible luego de
transcurrido los 20 días de la revisión adquieren el carácter de cosa juzgada
material, salvo dolo. El dolo hace referencia a la utilización de las formas
procesales para lograr un pronunciamiento judicial fraudulento.

El plazo para interponer el recurso es de 90 días desde la resolución de


verificación (plazo de caducidad) y el efecto de la interposición no altera el
derecho del acreedor a obtener el cumplimiento del acuerdo. El trámite es el
juicio ordinario ante el juez concursal.
Referencias
Cámara Nacional Comercial “Translínea S.A. c/ Electrodinie S.A.”, (26 de diciembre de
1979). LL1980-A, 332.

Cámara Nacional Comercial “Difry SRL s/ Convocatoria”, (19 de junio de 1980) ED 88-
583.

Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.


Fuero de
atracción

Concursos y
quiebras
Fuero de atracción
El fuero de atracción es una figura jurídica de orden público cuya función es
reglar en forma excepcional la competencia, con el objeto de materializar el
principio de universalidad.

En el art. 21 de la Ley de Concursos y Quiebras (LCQ) se regulan los juicios


contra el concursado, y se establecen los siguientes efectos:

 Suspensión del trámite de los juicios de contenido patrimonial por causa


o título anterior.
 Fuero de atracción al juzgado concursal.
 Prohibición de interponer nuevas acciones con fundamento en causa o
títulos anteriores a la presentación, salvo el supuesto de acciones
laborales.

¿Desde cuándo se desencadenan los efectos del fuero de atracción?

Los efectos en el concurso preventivo comienzan desde la publicación de


edictos; mientras que en la quiebra se producen con la declaración de la
quiebra.

Radicación de acciones. Principio general


El principio general asentado en la ley concursal en el art. 21 LCQ, es que todas
las causas de contenido patrimonial por causa o título anterior a la presentación
concursal, deben radicarse ante el juzgado concursal (por ejemplo: procesos
ejecutivos). Sin embargo, este desplazamiento en la competencia originaria
sufre importantes excepciones, a tal punto que se llegó a decir que por esta vía
se ha vaciado de contenido el instituto mismo.

Excepciones
Las excepciones al fuero de atracción están previstas en el art. 21 LCQ, el que
dispone:

a) Procesos de expropiación, ya sea que se tramiten ante la justicia federal o


ante la justicia ordinaria.

b) Juicios fundados en las relaciones de familia: la acción de divorcio; el juicio


de adopción; el de reconocimiento o impugnación de filiación; la rendición de
cuentas por razones familiares; los juicios fundados en la legítima; etcétera.
También, el juicio de alimentos y el proceso de liquidación de la sociedad
conyugal (el síndico no puede iniciar un incidente de liquidación de sociedad
conyugal en el concurso).
c) Procesos de conocimiento en trámite y los juicios laborales: estos procesos
pueden continuarse a opción del actor, y luego de obtenida la sentencia
verificar en los términos del art. 56 LCQ; o bien, suspender el procedimiento y
verificar en los términos del art. 32 LCQ.

d) Procesos en los que el concursado sea parte de un litisconsorcio pasivo


necesario.

Ejecuciones hipotecarias y prendarias


Otra excepción al fuero de atracción en el concurso preventivo, son las
ejecuciones de garantías reales. En este caso, el proceso de ejecución continúa
por ante el juez originario y la cosa asiento del privilegio, podrá ejecutarse si el
acreedor hubiera presentado el pedido de verificación del crédito y su privilegio
por ante el juez concursal.

En cambio, en la quiebra, según el art. 132 LCQ las ejecuciones con garantías
reales sí quedan atrapadas en el proceso falencial, y se ejecutarán por la vía del
concurso especial previsto en el art. 209 LCQ. Esta es una diferencia entre
ambos procesos.

Juicios laborales
Tal como se ha señalado, el art. 21 de la LCQ en su inciso segundo, establece
que quedan exceptuados del fuero de atracción los procesos de conocimiento
en trámite, incluido los laborales. Ahora bien, éstos pueden optar por continuar
la tramitación del proceso ante el juez extraconcursal o bien, suspender el
proceso y procurar la verificación del crédito por ante el juez del concurso de
acuerdo a las previsiones del art. 32 y concordantes.

Asimismo, los acreedores laborales además de estas dos opciones (continuar el


proceso ante el juez natural o verificar en el proceso concursal) pueden también
iniciar (por causa o título anterior a la presentación) acción laboral aunque no la
hubieren iniciado con anterioridad a la presentación concursal o bien, recurrir
también al pronto pago (cuya concesión importa el reconocimiento de la calidad
de acreedor concurrente) y en caso de serles negada tal posibilidad, demandar
a novo en sede laboral.

Pronto pago

El art. 16 regula el instituto del pronto pago, es la vía especial que poseen los
trabajadores para hacer efectivos anticipadamente sus créditos laborales, en
razón del carácter alimentario de tales acreencias. Es decir que se trata de una
tutela legal diferenciada destinada a que el trabajador cobre su crédito, y
permite que los acreedores laborales no se vean forzados, en razón del carácter
alimentario de sus créditos, a esperar el trámite completo de la quiebra o el
concurso preventivo para efectivizarlos, es decir, que se está en presencia de un
especial mecanismo instituido para la rápida cancelación de los créditos
laborales.
De esta manera, como el derecho de pronto pago se manifiesta como una vía
alternativa o sui generis de insinuación de créditos en el concurso, no requiere
verificación ni sentencia previa. Esto es, se alcanza la categoría de acreedor
concursal por esta vía excepcional o sumaria.

A partir de la reforma de 2006, a través de la Ley N° 26.086 (que reforma la Ley


N° 24.522), se distingue:

1) Pronto pago oficioso o automático: para que proceda el magistrado debe


encontrarse frente a remuneraciones que le sean debidas al dependiente del
concursado en razón de la relación laboral habida entre las partes, corroboradas
por la sindicatura a través del informe que debe prestar, en cumplimiento de lo
dispuesto en el art. 14 inc. 11 de la LCQ. Así, presentado el informe respecto del
pasivo laboral denunciado por el concursado y un dictamen, previa auditoría
contable, sobre la existencia de otro pasivo laboral que pueda ser objeto de
pronto pago; el juez dentro de los diez días autorizará de oficio el pronto pago
de aquellos créditos laborales denunciados por el concursado y aquellos no
incluidos, respecto de los que el órgano sindical haya informado y aconsejado la
viabilidad, siempre que fuesen de los incluidos en la nómina del art. 16 LCQ y
que sean privilegiados.

2) Pronto pago dispositivo o a instancia de parte interesada: si el acreedor


laboral fue omitido en el listado sindical y el crédito laboral reúne los recaudos
de ser uno del créditos enumerados en el art. 16 LCQ y goza de privilegio
general o especial, el acreedor podrá pedir su inclusión sin necesidad de
verificación previa del crédito y sin necesidad de contar con una sentencia
dictada en un juicio laboral de pleno conocimiento. Efectuada la solicitud, se
debe correr vista al síndico y al concursado para que opinen al respecto, y luego
de lo cual, el juez estará en condiciones de resolver.

El art. 16 de la LCQ prevé taxativamente cuáles son las únicas razones por las que el
juez concursal puede rechazar total o parcialmente un pedido de pronto pago. Estas
causales son: a) créditos de origen o legitimidad dudosos; b) créditos controvertidos y
c) connivencia dolosa entre el peticionario y el concursado.

La ley concursal en su artículo 16 LCQ, refiere que “en todos los casos la
resolución es apelable”1. Así, de configurarse alguna de las causales previstas de
rechazo, el juez dictará resolución denegatoria de la pretensión del acreedor. En
tal supuesto, el acreedor quedará habilitado para “iniciar o continuar el juicio
de conocimiento laboral por ante el juez natural”2 o bien, apelar dicho
resolutorio. Por su parte, el concursado, sólo podrá apelar en aquellos casos en
los cuales la resolución que admita el pronto pago vaya más allá de lo
denunciado en la presentación del art. 11, inc. 5° LCQ que concede un mejor
derecho.

1
Art. 16 – Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.
2
Art. 16. Ley N° 24.522. Op. cit.
Continuación de acciones
Los procesos excluidos del fuero de atracción (ver art. 21 LCQ) luego de
obtenida la sentencia, deben igualmente verificar por ante el juez del concurso.
Así, el art. 56 LCQ, prevé que la sentencia obtenida en el juicio de conocimiento
no atraído y continuado debe ser objeto de verificación, pues vale como
"título verificatorio", o sea, como título que habilita la verificación.

De tal modo, el acreedor que transitó por ante otro tribunal distinto al concursal
puede verificar su acreencia en el concurso hasta un plazo máximo de seis
meses desde que quedó firme la sentencia, no considerándose tardía dicha
verificación a los fines de las costas. Es por ello, que a esta vía de insinuación se
la denomina “verificación tardía sin costas”. En orden al plazo de los seis
meses, la doctrina se divide, para algunos se trata de un plazo de
prescripción, para otros de caducidad.

Contratos con prestaciones recíprocas pendientes


El art.20 LCQ establece que el deudor está habilitado para optar por la rescisión
o continuación de los contratos con prestaciones recíprocas, según su
trascendencia para el normal desarrollo de la empresa. Si sólo el concursado
tiene que cumplir sus prestaciones y la contraparte ya cumplió la suya, al
acreedor solo le resta verificar su crédito; y si el concursado ya cumplió su
prestación, debe exigir del tercero por la vía ordinaria que cumpla la que
corresponde.

Las prestaciones que el tercero cumpla después de la presentación en concurso


preventivo, y previo cumplimiento de lo dispuesto en este precepto, gozan del
privilegio previsto por el artículo 240 LCQ.

Finalmente, ante la falta de decisión del deudor concursado de ejercer la opción


continuativa, el tercero contratante in bonis tiene la posibilidad de elegir el
cumplimiento o resolver el vínculo contractual cuando no se le hubiere
comunicado la decisión de continuarlo, luego de los treinta días de abierto el
concurso. Debe notificar al deudor y al síndico.

La caducidad del plazo en el concurso preventivo según el Código Civil y


Comercial (CCyC)

El art. 353 del CCyC prescribe: “… La apertura del concurso del obligado al pago
no hace caducar el plazo, sin perjuicio del derecho del acreedor a verificar su
crédito, y a todas las consecuencias previstas en la legislación concursal”3.
Así, del tenor literal de la norma se desprende que la apertura del concurso de
la deudora no conlleva a priori la caducidad de los plazos en relación a las
deudas pendientes de cumplimiento.

Esta norma generó profusa doctrina la que (en prieta síntesis) por una parte,
postula que la presentación en concurso del deudor no acarrea la caducidad de
los plazos, mientras que otro sector boga por la caducidad automática de

3
Art. 353 – Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación.
aquéllos. Así, en comentario al mentado precepto se expusieron tesis
antagónicas, una que sostiene que no caducan los plazos por la apertura del
concurso preventivo (Macagno), y la otra, que entiende que se provoca la
caducidad del plazo de las obligaciones en el concurso preventivo (Graziabile,
2001).

Contratos de trabajo: derogación


La Ley N ° 26.684 derogó todo el sistema referido a los contratos de trabajo
y la suspensión de los convenios colectivos de trabajo, y eliminó los párrafos
4º, 5º, 6º y 7° del art.20 de la LCQ.

Servicios públicos
El art. 20 de la LCQ prevé que no pueden suspenderse los servicios públicos que
se presten al deudor por deudas con origen en fecha anterior a la de la
apertura del concurso; por el contrario, los prestados con posterioridad deben
abonarse a sus respectivos vencimientos y pueden suspenderse en caso de
incumplimiento, mediante el procedimiento previsto en las normas que
rigen sus respectivas prestaciones.

Asimismo, el mencionado artículo prevé que en caso de liquidación en la


quiebra, los créditos que se generen por las prestaciones mencionadas gozan
de la preferencia establecida por el art. 240.
Referencias
Graziabile, D. J. (2001). ¿Se produce el vencimiento anticipado de las obligaciones a
plazo en el concurso preventivo? DJ 2001-2-1163.

Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.

Ley N° 26.086 (2006). Ley de Modificación de la Ley 24.522. Honorable Congreso de la


Nación.
Síndico
concursal

Concursos y
Quiebras
Síndico concursal
Hemos visto, anteriormente, la complejidad y la multiplicidad de intereses
que se entrelazan en el proceso concursal, como así también desarrollamos
sus principales rasgos. Sin embargo, no podemos soslayar que el órgano
jurisdiccional no podría aplicar plenamente la ley concursal sin el auxilio de
funcionarios concursales.

El funcionario más importante y destacado por la profusa actividad que le


encomienda la ley concursal es el síndico concursal.

Naturaleza de su función
Con relación a la naturaleza de la función del síndico en el proceso
concursal, el fallo “Amiano” 1 resuelto por la Corte Suprema de Justicia de
la Nación, resolvió que el síndico es un órgano del concurso cuyas
atribuciones, legitimación y responsabilidades son conferidas por la ley.

En la actualidad, se ha desechado la idea de que el síndico sea un


representante, pues tal noción es insuficiente para explicar su condición.
Tal tesis ha sido superada, pues ya no se discute que el síndico no recibe
sus facultades ni de los acreedores, ni del deudor, en tanto la función que
ejerce le ha sido asignada por la ley, por lo que no puede sostenerse
válidamente que actúe en interés directo de unos u otros, sino en aras del
cumplimiento de las finalidades del proceso concursal. Tampoco es un
funcionario público, dado que la naturaleza del vínculo con el Estado
Nacional resulta insuficiente para adjudicarle tal rango.

Desde esta perspectiva, la estructura organicista de la sindicatura es la que


mejor expresa técnicamente los distintos planos de la actividad del síndico
en el desenvolvimiento del proceso concursal.

1Csjn, “Amiano, Marcelo Eduardo y otro c/ e. N. -m° de justicia- y otros/ proceso de conocimiento”,
4/11/2003, a. 247. Xxxvi.
El síndico del concurso no constituye un órgano mediante el
cual el Estado exterioriza sus potestades y voluntad, sino un
sujeto auxiliar de la justicia, cuya actividad en el proceso
colectivo se desarrolla con autonomía, sin subordinación
jerárquica y en base a la idoneidad técnica que deriva de su
título profesional… Sus funciones están determinadas por la
ley respectiva tanto en interés del deudor, como de los
acreedores y del proceso colectivo en general.2

Designación
El artículo 2533 establece las pautas a seguir para designar a los síndicos y
prevé que:

La designación del síndico se realiza según el siguiente


procedimiento.

1) Podrán inscribirse para aspirar a actuar como síndicos


concursales los contadores públicos con una antigüedad
mínima en la matrícula de CINCO (5) años; y estudios de
contadores que cuenten entre sus miembros con mayoría de
profesionales con un mínimo de CINCO (5) años de
antigüedad en la matrícula. No es un cargo de libre acceso
para cualquier profesional de ciencias económicas. b) Los
integrantes de los estudios al tiempo de la inscripción no
pueden a su vez inscribirse como profesionales
independientes. Se tomarán en cuenta los antecedentes
profesionales y académicos, experiencia en el ejercicio de la
sindicatura, y se otorgará preferencia a quienes posean
títulos universitarios de especialización en sindicatura
concursal, agrupando a los candidatos de acuerdo a todo
estos antecedentes.

2) Cada 4 años la Cámara de Apelación correspondiente


forma DOS (2) listas, la primera de ellas correspondientes a
la categoría A, integrada por estudios, y la segunda,
categoría B, integrada exclusivamente por profesionales; en
conjunto deben contener una cantidad no inferior a QUINCE

2
CSJN, “Amiano, Marcelo Eduardo y otro c/ -E. N. - M° de Justicia- y otros/ proceso de
conocimiento”, T. 326, P.4445 (2003).
3
Artículo 253. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
(15) síndicos por Juzgado, con DIEZ (10) suplentes, los que
pueden ser reinscriptos indefinidamente. Para integrar las
categorías se tendrán en cuenta los antecedentes y
experiencia, otorgando prioridad a quienes acrediten haber
cursado carreras universitarias de especialización de
posgrado. Para integrar las categorías se tomaran en cuenta
pautas indicadas en el último párrafo del inciso anterior.

3) La Cámara puede prescindir de las categorías a que se


refiere el inciso anterior en los juzgados con competencia
sobre territorio cuya población fuere inferior a DOSCIENTOS
MIL (200.000) habitantes de acuerdo al último censo
nacional de población y vivienda.

4) Las designaciones a realizar dentro los CUATRO (4)


años referidos se efectúan por el juez, por sorteo,
computándose separadamente los concursos preventivos y
las quiebras.

5) El sorteo será público y se hará entre los integrantes de


una de las listas, de acuerdo a la complejidad y magnitud del
concurso de que se trate, clasificando los procesos en A y B.
La decisión la adopta el juez en el auto de apertura del
concurso o de declaración de quiebra. La decisión es
inapelable.

6) El designado sale de la lista hasta tanto hayan actuado


todos los candidatos.

7) El síndico designado en un concurso preventivo actúa


en la quiebra que se decrete como consecuencia de la
frustración del concurso, pero no en la que se decrete como
consecuencia del incumplimiento del acuerdo preventivo.
Esta regla ha creado conflicto interpretativo con el art.64 in
fine. Se ha interpretado que el art.64, en cuanto mantiene el
órgano concursal, se aplica se aplica a los pequeños
concursos preventivos en los que el síndico actúa como
controlador del acuerdo pues no cesa en sus funciones. En
cambio, en los casos de gran concurso preventivo, el cese de
la actuación de la sindicatura (art.59) impone la designación
de un nuevo síndico.

8) Los suplentes se incorporan a la lista de titulares


cuando uno de éstos cesa en sus funciones.

9) Los suplentes actúan también durante las licencias. En


este supuesto cesan cuando éstas concluyen.

Funciones
10) Sindicatura plural. El contenga el régimen de coordinación de la sindicatura.
juez puede designar Igualmente podrá integrar pluralmente una sindicatura
más de UN originariamente individual, incorporando síndicos de la
(1) síndico cuando lo requiera misma u otra categoría, cuando por el conocimiento
el volumen y complejidad del posterior relativo a la complejidad o magnitud del proceso,
proceso, mediante resolución advirtiera que el mismo debía ser calificado en otra
fundada que también categoría de mayor complejidad. 4

El síndico actúa a lo largo de todo el proceso concursal y el gran momento


se concreta en la etapa de verificación. Sus funciones son bastantes
heterogéneas y, a lo largo de todo el articulado, se han ido delineando,
algunas de manera expresa, otras implícitamente, y como derivado lógico
de otros deberes.

Dentro del proceso preventivo, el síndico tiene las siguientes funciones:

a) Vigilancia y control de la administración del patrimonio del deudor.

b) Colaboración en el desenvolvimiento del proceso, por ejemplo: envío de


cartas certificadas, diligenciamiento de los oficios pertinentes en los
registros respectivos, a los fines de asegurar el patrimonio prenda común.

c) Las funciones propias en la verificación de créditos.

d) Sus funciones durante el desarrollo del acuerdo, en la impugnación, en


la homologación, etcétera.

Y dentro del proceso de quiebra, tiene funciones de:

a) Administración, conservación y custodia del patrimonio del fallido.

b) Liquidación del patrimonio. En este sentido, cabe recordar lo dispuesto


por el artículo 203 cuando expresa que “la realización de bienes se hace
por el síndico”5. Esto de manera general, pues en particular se verán las
distintas funciones que posee, ya sea en la continuación de la empresa, en
las acciones de recomposición patrimonial, en la confección de los
proyectos de distribución e informe final, etcétera.

4
Artículo 253. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
5
Artículo 203. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
c) En la continuación de la explotación por la sindicatura.

d) De distribución de lo recaudado.

e) En la clausura y conclusión de la quiebra (Junyent Bas y Molina Sandoval,


2011).

El artículo 275 de la Ley de Concursos y Quiebras enumera de modo


ejemplificativo las facultades del síndico.

Legitimación
El artículo 275 establece que:

El síndico es parte en el proceso principal, en todos sus


incidentes y en los demás juicios de carácter patrimonial en
los que sea parte el concursado, salvo los que deriven de
relaciones de familia en la medida dispuesta por esta ley.6

En este sentido, se señala que el síndico, tanto en el concurso preventivo


como en la quiebra, tiene plena legitimación para la postulación procesal
pertinente, destinada a cumplir la finalidad de ambos procesos. Además,
posee legitimación respecto de los incidentes concursales y procesos
individuales en la quiebra, donde se acentúan sus posibilidades de
actuación.

En los incidentes del concurso preventivo, su intervención es limitada y se


afirma que el síndico produce un informe como en el caso de las
verificaciones tempestivas. En la doctrina, se discute si tiene legitimación
para iniciar incidentes de revisión de créditos, y la mayoría se pronuncia a
favor de tal posibilidad.

La Ley 26.0867 le ha dado el carácter de parte necesaria en los juicios de


contenido patrimonial que ahora siguen tramitando ante el juez natural.

Indelegabilidad de funciones
Varios son los caracteres que posee la actuación de la sindicatura, uno de
los más importantes es el de la indelegabilidad, o sea, la imposibilidad de
sustitución de las funciones para la cual ha sido designado. La dedicación
que requiere cada uno de los procesos concursales, por la importancia de
las cuestiones económicas e intereses en juego, imponen la igualdad de
atención de todos los juicios más allá de su dimensión retributiva. Ello

6
Artículo 275. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
7
Ley 26.086 (2006). [Modificación de la Ley 24.522]. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de http://goo.gl/UlgcfM
genera, además, la responsabilidad en el ejercicio de su función, que solo
se logra con el ejercicio indelegable del cargo.

El artículo 252 de la Ley de Concursos y Quiebras8 establece la


indelegalibidad y abarca a todos los funcionarios y no solo al síndico.
Aunque, en relación a la sindicatura, este precepto se encuentra reforzado
por el artículo 258 de la Ley de Concursos y Quiebras 9, que no sólo estipula
la indelegabilidad de las funciones, sino la necesidad de actuación personal.
Este carácter de indelegable, no implica que el funcionario no pueda
valerse de empleados, ya que en relación al síndico, se ha previsto el
asesoramiento profesional10 y la facultad de contratar empleados, previa
autorización judicial11.

Además, y como carácter anexo, se suma la irrenunciabilidad en el cargo.


Esto se ha establecido a los fines de evitar la renuncia de los síndicos en
aquellas quiebras con poco o nulo activo, de manera tal que se ven
reducidos sus emolumentos. El ejercicio de la función de la sindicatura es
una carga y el profesional que se inscribe voluntariamente en un listado
para coadyuvar en la tarea concursal debe saber que se encontrará con
quiebra sin activos, incluso sin los necesarios para cubrir sus emolumentos.
Ello está previsto en el artículo 255 de la Ley de Concursos y Quiebras12.

Actuación personal
La función del síndico, tal como se ha señalado, es personal e indelegable,
por su importancia en el proceso concursal. Su alcance está expresamente
previsto por el plexo normativo.

Así, el artículo 258 de la Ley de Concursos y Quiebras 13 prevé que el síndico


debe actuar personalmente. Rouillon (2003) expresa que la carga de actuar
en forma personal se debió a una corruptela que se producía con la
delegación o apoderamiento que efectuaba el síndico en otros
profesionales. De ahí que las presentaciones y demás actos procesales
deban estar rubricados por el síndico, sin perjuicio de la posibilidad de que
sea asesorado por profesional en derecho.

8
Artículo 252. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
9
Artículo 258. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
10
Artículo 257. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
11
Artículo 263. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
12
Artículo 255. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
13
Artículo 258. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
La actuación personal es el principio general, sin embargo, el precepto
citado prevé algunas excepciones:

 En casos de estudios de contadores, se puede designar a un


profesional integrante de aquel para que actúe personalmente.

 Cuando no existen fondos, se puede requerir la comisión de un


agente fiscal de la jurisdicción donde se deben realizar actos
procesales.

 También, puede el juez autorizar la designación de un letrado, a los


fines de desempeño en otra jurisdicción y sus gastos serán
considerados como gastos del concurso.

Deberes y facultades
Tal como lo hemos señalado, el artículo 275 de la Ley de Concursos y
Quiebras 14 prevé algunas de las facultades que tiene el órgano sindical.

Dicha norma enumera genéricamente y de modo ejemplificativo las


facultades y deberes del funcionario. Dicho precepto debe
complementarse con el artículo 142 de la Ley de Concursos y Quiebras 15
que regula la legitimación del síndico para actuar en el marco de las
relaciones jurídicas patrimoniales trabadas por el deudor, preexistentes a
la quiebra.

Tal como lo hemos señalado anteriormente, las facultades del síndico son
amplísimas y surgen a lo largo de la normativa concursal.

El síndico constituye la pieza maestra del proceso concursal y su actuación


adquiere especial gravitación, no solo en el correcto desarrollo del trámite,
sino también en el cumplimiento de los principios rectores que gobiernan
la legislación concursal.

La misión del síndico asume un rol decisivo en cuestiones centrales del


trámite, como por ejemplo, suministrando el informe individual en la etapa
de verificación de los créditos, informando sobre la viabilidad de la
continuación de la explotación de la empresa fallida, ejercitando las
acciones de recomposición patrimonial, participando de la elaboración del
informe final y proyecto de distribución de fondos, presentando el informe
general, liderando la gestión del trámite liquidativo en la quiebra;
encargándose de la incautación, conservación y administración de los
bienes del deudor fallido, etcétera.
14
Artículo 275. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
15
Artículo 142. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
Asesoramiento profesional
El artículo 25716 autoriza al síndico a designar profesionales, cuando la
materia exceda su competencia, como así también el nombramiento de
asesores letrados. En todos los casos, los honorarios de los profesionales
que contrate serán a cargo de la sindicatura.

Sin embargo, en los casos en que el síndico debe actuar en otra


jurisdicción, puede solicitar al juez autorización judicial previa, a los fines
de contratar apoderado para que se desempeñe en actuaciones que
tramitan fuera de su tribunal, y si el juez lo autoriza, los honorarios del
profesional contratado serán considerados gastos del concurso17.

Causales de remoción
Las causales de remoción de la sindicatura, reguladas en el artículo 255,
son:

i) negligencia;

ii) falta grave;

iii) mal desempeño del cargo18.

Estas situaciones son evaluadas en cada caso en concreto por el juez


concursal.

Martorell (2003) resume algunos de los criterios jurisprudenciales en la


materia:

1) inactividad procesal, 2) actuación en beneficio personal y no del


concurso, 3) falta de estudio en los problemas que se presentan en el
concurso, 4) delegación de funciones, 5) desconocimiento de la ley,
traducido en aconsejar o verificar créditos a acreedores no insinuados, 6)
no contestación de requerimiento del tribunal, 7) efectuar pagos
indebidos, 8) efectuar negociaciones incompatibles con su cargo, 8) no
deducir las acciones de responsabilidad, 9) invertir los fondos del concurso
en operaciones de riesgo, etcétera.

También es posible que el juez aplique otras sanciones previstas por la


misma ley:

16
Artículo 257. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
17
Artículo 258. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
i) apercibimientos,

ii) multas hasta el equivalente a la remuneración mensual de un juez de


primera instancia.

Estas causales de remoción, atento a su naturaleza sancionatoria, deben


ser interpretadas con criterio restrictivo, pues no toda negligencia o falta
supone la remoción directa, sino que debe tener cierta entidad y valorarse
en relación a todo el desempeño del órgano concursal.

Efectos de la remoción:

a) cesación de las funciones en todos los procesos que fuera designado;

b) inhabilitación fijada por el juez que lo remueve con tope mínimo de 4


años y un máximo de 10 años.

c) posibilidad de reducción de honorarios a regular, de entre el 30 % y el 50


%, salvo que exista dolo en el actuar antijurídico del síndico, caso en el cual
se puede superar aquel porcentaje19.

Informe individual
La previsión legal contenida en el artículo 35 de la Ley de Concursos y
Quiebras regula uno de los acontecimientos más importantes que está
presente en la determinación del pasivo concursal y que tiene al síndico
como protagonista:

Informe Individual: Vencido el plazo para la formulación de


observaciones por parte del deudor y los acreedores, en el
plazo de veinte días, el síndico deberá redactar un informe
sobre cada solicitud de verificación en particular, el que
deberá ser presentado al juzgado.
En ese informe el funcionario debe consignar el nombre
completo de cada acreedor, su domicilio real y el
constituido, monto y causa del crédito, privilegio y garantías
invocados; además, debe reseñar la información obtenida,
las observaciones que hubieran recibido las solicitudes, por
parte del deudor y de los acreedores, y expresar respecto de
cada crédito, opinión fundada sobre la procedencia de la
verificación del crédito y el privilegio.
También debe acompañar una copia, que se glosa al
legajo a que se refiere el artículo 279, la cual debe quedar a
disposición permanente de los interesados para su examen,
y copia de los legajos.20

De este modo, la verificación de créditos, por ser la única vía de acceso que
tienen los acreedores al pasivo concursal, se encuentra regulada de
manera minuciosa en la ley concursal. Así, tal como hemos dicho, de
acuerdo al principio de concurrencia, quienes pretendan ser acreedores y
participar en el concurso, deben necesariamente cumplir con la carga de
pedir su verificación al síndico “indicando monto, causa y privilegios” 21 y al
mismo tiempo, el funcionario del concurso debe llevar a cabo las
investigaciones necesarias a fin de aconsejar al juez sobre la legitimidad o
ilegitimidad de cada pretensión, fundando acabadamente su opinión.

El informe individual debe ser detallado y es una “pieza instrumental” de


gran relevancia, aun cuando el consejo del síndico no sea seguido por el
magistrado en la ocasión prevista por el artículo 36 de la Ley de Concursos
y Quiebras 22.

Su opinión más allá de que no sea vinculante para el juez, es sumamente


importante pues el síndico es el auditor contable del proceso concursal.

Informe general
Se ha dicho que el informe general es una pieza fundamental dentro del
procedimiento, pues nos permite conocer el pasado, presente y futuro del
deudor concursado o fallido.

Es el elemento informativo más importante para descifrar la situación


patrimonial del deudor.

El artículo 39 reza que:

Treinta (30) días después de presentado el informe


individual de los créditos, el síndico debe presentar un
informe general, el que contiene”:

1) El análisis de las causas del desequilibrio económico del


deudor. Aquí se enjuicia la conducta empresaria concreta
llevada a cabo por el concursado o fallido, analizando la
rentabilidad concreta, los gastos y sus relaciones con los
ingresos, etc.

20
Artículo 35. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
21
Artículo 32. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
22
Artículo 36. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
2) La composición actualizada y detallada del activo, con
la estimación de los valores probables de realización de cada
rubro, incluyendo intangibles”.

Este inciso fue modificad en forma coordinada con el


art.48 LCQ por la ley 25.589 a los fines de poder brindar más
datos al juez al momento de efectuar la valuación de la
empresa.

3) La composición del pasivo, que incluye también, como


previsión, detalle de los créditos que el deudor denunciara
en su presentación y que no se hubieren presentado a
verificar, así como los demás que resulten de la contabilidad
o de otros elementos de juicio verosímiles.

4) Enumeración de los libros de contabilidad, con


dictamen sobre la regularidad, las deficiencias que se
hubieran observado, y el cumplimiento de los artículos 43,
44 y 51 del Código de Comercio.

5) La referencia sobre las inscripciones del deudor en los


registros correspondientes y, en caso de sociedades, sobre
las del contrato social y sus modificaciones, indicando el
nombre y domicilio de los administradores y socios con
responsabilidad ilimitada.

6) La expresión de la época en que se produjo la cesación


de pagos, hechos y circunstancias que fundamenten el
dictamen.

7) En caso de sociedades, debe informar si los socios


realizaron regularmente sus aportes, y si existe
responsabilidad patrimonial que se les pueda imputar por su
actuación en tal carácter.

8) La enumeración concreta de los actos que se


consideren susceptibles de ser revocados, según lo disponen
los artículos 118 y 119.

9) Opinión fundada respecto del agrupamiento y


clasificación que el deudor hubiere efectuado respecto de
los acreedores.

10) Deberá informar, si el deudor resulta pasible del


trámite legal prevenido por el Capítulo III de la ley 25.156,
por encontrarse comprendido en el artículo 8° de dicha
norma.23

Este es el contenido mínimo indispensable que debe contener este informe


que viene a significar una radiografía panorámica de las causas del estado
patrimonial de crisis, como así también de las soluciones que se vislumbran
en el caso del concurso preventivo y de las perspectivas de cobro en caso
de quiebra.

En la sentencia de apertura del concurso o de declaración de quiebra, el


juez fija el plazo para la presentación, que debe producirse con
posterioridad a los informes individuales y de la sentencia de verificación.
Si la sindicatura no cumple en tiempo, puede ser objeto de sanciones.

Por ser equivalente a un informe técnico, el juez, para apartarse de sus


razones, deberá aportar razones de peso e importancia, provenientes del
conocimiento del concursamiento y de otros datos concretos de la causa.

23
Artículo 39. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
24
Artículo 260. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH. Este artículo fue sustituido por el
artículo 31 de la Ley 26.684.
Bibliografía de referencia
Código Civil y Comercial de la Nación. Aprobado por Ley 26.994 (BO 08/10/2014).
Promulgado según Decreto 1.795/2014 (BO 08/10/2014). Lugar: Editorial o
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Junyent Bas, F., y Molina Sandoval, C. A. (2011) Ley de Concursos y Quiebras


Comentada. Buenos Aires: Abeledo Perrot.

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Martorell, E. E. (2003). Tratado de Concursos y Quiebras. Buenos Aires: Depalma.

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Astrea.

CSJN, “Amiano, Marcelo Eduardo y otro c/ E.N- M° de Justicia- y otros/ Proceso de


conocimiento”, 4/11/2003, A. 247. XXXVI.

CNCom. en pleno, “Pujol, Juan C. s/quiebra”, 30/05/2002, Cita online:


AR/JUR/2643/2002

www.uesiglo21.edu.ar
Comité de control,
coadministradores y
demás funcionarios

Nombre de la
materia
Comité de control,
coadministradores
y demás
funcionarios

Comité de control
En el extenso artículo 260 de la Ley de Concursos y Quiebras 24, se regula el
instituto del comité de control, tal es la nueva denominación que le ha
dado la Ley 26.684.

Es un órgano concursal, integrado por tres acreedores (o sea, colegiado,


con toma de decisiones deliberativas) y por representantes de los
trabajadores de la fallida o concursada, elegidos por ellos mismos y cuya
función principal consistirá en la vigilancia, consejo y contralor de los
acontecimientos que se sucedan en el proceso concursal, en defensa de los
intereses de los acreedores. Tiene amplia legitimación para solicitar al
síndico o al juez concursal todo tipo de información.

Su constitución es necesaria solo en los grandes concursos preventivos o


quiebras, prescindiéndose de él en los pequeños concursos.

Se expresa que existen cuatro comités de acreedores:

23
Artículo 39. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
24
Artículo 260. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH. Este artículo fue sustituido por el
artículo 31 de la Ley 26.684.
I. El inciso 13 del artículo 14 (texto según Ley 26.684) le impone al juez la
necesidad de la designación de este comité de control y nombra para ello a
“los tres acreedores quirografarios de mayor monto, denunciados por el
deudor, y un representante de los trabajadores de la concursada, elegido
por ellos”25.

II. El artículo 4226 establece la constitución de un segundo comité


provisorio, designado a los acreedores de mayor monto de cada categoría y
dos nuevos representantes de los trabajadores, que se incorporarán al ya
electo, conforme el artículo 14, inciso 13 de la ley concursal. Se faculta al
juez concursal para reducir el número de representantes de los
trabajadores, cuando la nómina de empleados lo justifique.

III. El artículo 4527 le impone al deudor la conformación de un comité de


contralor del acuerdo. Este comité debe estar conformado por acreedores
que representen la mayoría del capital y mantener los representantes de
los trabajadores.

IV. En caso de quiebra, el artículo 201 de la Ley de Concursos y Quiebras 28


prevé la conformación del comité de control que tendrá como función
controlar la etapa de liquidación. Los integrantes de este comité serán
designados por los trabajadores y los acreedores, verificados y declarados
admisibles.

Se les aplica el mismo régimen de remoción que a los síndicos, y se puede


reemplazar a los integrantes del comité cuando los acreedores así lo
decidan por mayoría de capital, salvo los representantes de los
trabajadores, que podrán ser sustituidos de igual manera que fueron
elegidos29.

Finalmente, hay que resaltar dos misiones de importancia en el concurso


preventivo:

1. La vista que se le debe correr a los controladores, en caso de solicitud de


cumplimiento del acuerdo30.

25
Artículo 3. Ley 26.684. (2011). [Modificación de la Ley 24.522]. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/tzWPBn.
26
Artículo 42. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
27
Artículo 45. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
28
Artículo 201. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
29
Artículo 260. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
30
Artículo 59. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
2. En caso de incumplimiento del acuerdo homologado, están legitimados a
solicitar la quiebra.

Coadministradores
Es aquel funcionario que designa el juez concursal en aquellos casos en que
se decreta la continuación de la actividad de la empresa en quiebra31.

También, se puede acudir a estos profesionales cuando el concursado haya


actuado en violación de los artículos 16 y 17 de la ley de Concursos y
Quiebras32.

Deben ser profesionales en administración de empresas. Sus atribuciones


vienen de la mano de la particular situación de la empresa en quiebra y de
lo que le ordene el juez en la designación. Depende de cada jurisdicción
provincial la confección de listado de estos profesionales a los fines de su
sorteo.

La remoción se rige por lo dispuesto en el caso del síndico.

Enajenadores. Martilleros
El artículo 261 establece el siguiente esquema:

Enajenadores. La tarea de enajenación de los activos de la


quiebra puede recaer en martilleros, bancos comerciales o
de inversión, intermediarios profesionales en la enajenación
de empresas, o cualquier otro experto o entidad
especializada.

El martillero es designado por el juez, debe tener casa


abierta al público y SEIS (6) años de antigüedad en la
matrícula. Cobra comisión solamente del comprador y
puede realizar los gastos impuestos por esta ley, los que
sean de costumbre y los demás expresamente autorizados
por el juez antes de la enajenación.

Cuando la tarea de enajenación de los activos de la


quiebra recaiga en bancos, intermediarios profesionales en
la enajenación de empresas, o cualquier otro experto o

31
Artículo 259. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
32
Artículos 16 y 17. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de
la Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
entidad especializada, su retribución se rige por lo
establecido en el párrafo anterior.33

El juez a los fines de determinar el tipo de enajenador, tendrá en cuenta el


activo a realizar y la vía de enajenación, que tal como veremos más
adelante, podrá ser por licitación pública, subasta pública, venta directa,
venta en el mercado de valores, etc.

Evaluadores
El artículo 262 de la Ley de Concursos y Quiebras34 refiere a los
evaluadores. Estos funcionarios del concurso son bancos de inversión,
entidades financieras autorizas por el Banco Central o estudios de auditoría
con más de diez años de antigüedad, quienes actuarán en el caso de
cramdown, emitiendo su dictamen de valuación de la empresa, luego de la
existencia de terceros inscriptos en el registro del artículo 4835.

Empleados
ARTICULO 263.- Empleados. El síndico puede pedir al juez
autorización para contratar empleados en el número y por
el tiempo que sean requeridos para la eficaz y económica
realización de sus tareas.

La decisión debe determinar, en su caso, el tiempo y


emolumentos que se autorice.36

El síndico, como ya hemos dicho, debe ejercer su función de manera


personal. Sin embargo, puede solicitar autorización para contratar
empleados, la que debe ser expresa y fundada, en donde se indique el
número de empleados que pretende contratar y el tiempo de duración de
dicha contratación; la que debe ser necesariamente aprobada por el juez.

33
Artículo 261. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
34
Artículo 262. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
35
Artículo 48. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
36
Artículo 263. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
Bibliografía de referencia
Código Civil y Comercial de la Nación. Aprobado por Ley 26.994 (BO 08/10/2014).
Promulgado según Decreto 1.795/2014 (BO 08/10/2014). Lugar: Editorial o
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Junyent Bas, F., y Molina Sandoval, C. A. (2011) Ley de Concursos y Quiebras


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Astrea.

CSJN, “Amiano, Marcelo Eduardo y otro c/ E.N- M° de Justicia- y otros/ Proceso de


conocimiento”, 4/11/2003, A. 247. XXXVI.

CNCom. en pleno, “Pujol, Juan C. s/quiebra”, 30/05/2002, Cita online:


AR/JUR/2643/2002

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Acuerdo
preventivo
extrajudicial

Concursos y
Quiebras
Acuerdo preventivo
extrajudicial
En términos generales, decimos que el acuerdo preventivo extrajudicial,
denominado en forma abreviada APE, consiste en un negocio jurídico que
tiene como fin evitar un proceso concursal judicial. Es decir que se trata de
lograr una autocomposición activa y pasiva, que se establece entre el
deudor y los acreedores, sin intervención judicial. Si bien el juez interviene,
será a los fines de su homologación y esta opera como recaudo para la
oponibilidad, pero no de su existencia y validez.

Concepto
Se ha dicho que el acuerdo preventivo extrajudicial constituye un contrato
complejo que tiene como causa fin tiene por objetivo eliminar la crisis
empresaria. El acuerdo preventivo extrajudicial homologado ha imitado al
concurso preventivo, pues su homologación judicial importa similares
efectos entre el deudor y sus acreedores.

Dentro de las ventajas que proporciona este instituto, pueden señalarse:

a) prioriza la composición privada de un conflicto de intereses de carácter


patrimonial, y por tanto disponibles, a través de la adopción de aquellas
medidas que el conjunto de los acreedores y el deudor consideren más
convenientes;

b) facilita la continuación de la gestión corriente de la empresa, lo que


implica brindarle una capacidad de generar, en la medida de lo acordado,
un flujo de caja con el cual los acreedores serán satisfechos.

c) propende a un mejor saneamiento económico de la empresa, en cuanto


a que el recupero del crédito se deriva de la continuidad empresaria y no
de un tratamiento de favor dispuesto ex legge, como típicamente ocurre
con el concurso preventivo;
d) es más económico que el concurso preventivo, pues el proceso es más
simplificado y no hay órgano sindical.

Sujetos
En los artículos referidos al APE, se omite cualquier determinación respecto
a quien debe considerarse legitimado activo para celebrar un concordato
extrajudicial, limitándose a describir que “el deudor que se encontrare en
cesación de pagos o en dificultades económicas o financieras de carácter
general”37.

Como derivación de la omisión legal, se hace necesario acudir a una


interpretación armónica e integradora del plexo legal, a través de la cual se
concluye que quienes estén habilitados para solicitar su concursamiento
preventivo pueden indudablemente formalizar un acuerdo preventivo
extrajudicial.

Es decir, que están legitimados a solicitar el acuerdo preventivo


extrajudicial, todos los deudores que pueden requerir concurso preventivo
y por ello, nos remitimos a lo desarrollado en el punto 1.6.3 de la Lectura 1.

Requisitos
Presupuesto objetivo

Además de que se trata de un sujeto concursable, el sujeto debe


encontrarse en estado de estado de cesación de pagos (conforme ya vimos
en el punto 1.6.1 del Módulo 1, al que nos remitimos) o en dificultades
económicas financieras.

Esta última expresión debe entenderse como dificultades de carácter


general que suponen una insolvencia en estado inicial. El legislador ha
pretendido el adelantamiento del remedio judicial, enfatizando la consigna
de actuar cuando aparecen los primero problemas económicos, en vez de
esperar a que se instalen de manera definitiva.

Como el único legitimado para la presentación es el deudor, bastará la


confesión de encontrarse en esa situación de carácter general, para
considerar cumplido el presupuesto objetivo (Junyent Bas y Molina
Sandoval, 2011).

La forma del acuerdo

37
Artículo 69. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
El acuerdo puede ser otorgado en instrumento privado,
debiendo la firma de las partes y las representaciones
invocadas estar certificadas por escribano público. Los
documentos habilitantes de los firmantes, o copia
autenticada de ellos, deberán agregarse al instrumento.

No es necesario que la firma de los acreedores sea puesta


el mismo día.38

La firma certificadas por escribano público es un recaudo que persigue


brindar mayores garantías de seriedad al acto, por lo que no puede dejarse
de lado.

Presentación y ratificación

Si el deudor es de una persona jurídica deberá agregarse a la presentación,


de conformidad a lo establecido por el artículo 6 39; y si se trata de personas
incapaces e inhabilitados o personas fallecidas, los recaudos de los
artículos 7 y 8 de la Ley de Concursos y Quiebras 40.

Que la firma de los acreedores no deba ser puesta en el mismo día no es


más que la ratificación del criterio de individualidad de los acuerdos, como
así también del carácter particular y no necesariamente igualitario de lo
convenido.

Requisitos formales del acuerdo

Los requisitos que establece la norma para la homologación del acuerdo


preventivo extrajudicial son los mismos. El artículo 72 no ha sufrido
variante alguna al aspecto:

Art.72. Requisitos para la homologación. Para la


homologación del acuerdo deben presentarse al juez
competente, conforme lo dispuesto en el art. 3°, junto con
dicho acuerdo, los siguientes documentos debidamente
certificados por contador público:

1) Un estado de activo y pasivo actualizado a la fecha del


instrumento con indicación precisa de las normas seguidas
para su valuación.

38
Artículo 70. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
39
Artículo 6. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
40
Artículos 7 y 8. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
2) Un listado de acreedores con mención de sus
domicilios, montos de los créditos, causas, vencimientos,
codeudores, fiadores o terceros obligados y responsables; la
certificación del contador debe expresar que no existen
otros acreedores registrados y detallar el respaldo contable
y documental de su afirmación.

3) Un listado de juicios o procesos administrativos en


trámite o con condena no cumplida, precisando su
radicación.

4) Enumerar precisamente los libros de comercio y de


otra naturaleza que lleve el deudor, con expresión del
último folio utilizado a la fecha del instrumento.

5) El monto de capital que representan los acreedores


que han firmado el acuerdo, y el porcentaje que
representan respecto de la totalidad de los acreedores
registrados del deudor.41

Así, la norma establece el régimen de competencia e impone los requisitos


para la homologación.

Dentro de estos, quedan comprendidos todos aquellos documentos que


importan dar un esquema razonable, documentado y fidedigno de la
situación patrimonial del deudor, con información exhaustiva en cuanto a
su pasivo, acreedores y acreencias, remisión a los registros contables y la
información que permita evaluar el régimen de mayorías.

Asimismo, el ordenamiento exige un listado de acreedores con mención de


sus domicilios, montos de los créditos, causas, vencimientos, etc., el que
constituye la base sobre la que se computarán las mayorías, a los fines de
la homologación del acuerdo. Cabe aclarar que, en este tipo de procesos,
no existe proceso verificatorio que permita establecer los acreedores
concurrentes, y es justamente este listado el que determina cuáles son los
acreedores del deudor, sin perjuicio del trámite de oposición previsto en el
artículo 75 de la Ley de Concursos y Quiebras 42.

También el deudor deberá denunciar los juicios pendientes, a fin de


conocer la totalidad de las pretensiones que afecten el patrimonio del

41
Artículo 72. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
42
Artículo 75. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
deudor. Estos procesos se suspenden al igual que en el concurso
preventivo.

Otro recaudo que deberá cumplir es en orden a los libros de comercio y de


otra naturaleza; y la última exigencia es en orden al cómputo de las
mayorías necesarias para la homologación, que lo veremos seguidamente.

Contenido
El actual artículo 71, al indicar que “las partes pueden dar al acuerdo el
contenido que consideren conveniente a sus intereses y es obligatorio para
ellas aun cuando no obtengan homologación judicial, salvo convención
expresa en contrario”43, establece el principio de autonomía de la voluntad
o libertad de contratación, consagrada en el artículo 958 del Código Civil y
Comercial de la Nación44.

Así, en la medida en que el objeto del acuerdo fuere lícito y conforme a las
pautas establecidas en el artículo 279 del nuevo Código Civil y Comercial de
la Nación45, las partes signatarias pueden adoptar las cláusulas que mejor
consideren para la solución de sus respectivos intereses. El poder
dispositivo y la plenitud negocial —en principio— rigen integralmente en la
materia.

En segundo lugar, del postulado transcripto se desprende claramente la


validez de los acuerdos diferenciales para cada uno de los acreedores.
Desde esta perspectiva, el deudor podría celebrar acuerdos diferentes, sin
que ello importe violación alguna al principio de la pars conditio
creditorum.

El único límite a la libertad de contratación es que con el acuerdo no se


vulnere el orden público ni que las propuestas sean abusivas.

Homologación
El régimen de mayorías

43
Artículo 71. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
44
Artículo 958. Código Civil y Comercial de la Nación. Aprobado por Ley 26.994 (BO
08/10/2014). Promulgado según Decreto 1.795/2014 (BO 08/10/2014). Buenos Aires:
Editorial Hammurabi.
45
Artículo 279. Código Civil y Comercial de la Nación. Aprobado por Ley 26.994 (BO
08/10/2014). Promulgado según Decreto 1.795/2014 (BO 08/10/2014). Buenos Aires:
Editorial Hammurabi.
El requisito de las mayorías es un recaudo tendiente a lograr la
homologación judicial del convenio extrajudicial.

Tal como lo señalamos anteriormente, si el acuerdo no reúne las mayorías


legales, solamente no será homologable y, correlativamente, tampoco será
de aplicación lo previsto por el artículo 76 46, pero sí será obligatorio entre
las partes, en principio por ser un efecto típico de los contratos.

El artículo 73 prescribe:

Para que se de homologación judicial al acuerdo es


necesario que hayan prestado su conformidad la mayoría
absoluta de acreedores quirografarios que representen las
dos terceras partes del pasivo quirografario total,
excluyéndose del cómputo a los acreedores comprendidos
en las previsiones del art. 45. 47

De este modo, se mantiene el sistema de doble mayoría: de personas y de


capital. Por un lado, se exige la mayoría de personas, respecto a la cual no
ha operado modificación alguna, por cuanto se sigue exigiendo que sea
absoluta48.

El cálculo de la presente debe efectuarse considerando la totalidad de los


acreedores denunciados, según el listado exigido por el artículo 72, inciso
249, más los que eventualmente se anexen por haberse presentado a
formalizar una oposición en los términos del artículo 7550. Se excluyen
aquellos acreedores cuyo voto está prohibido por imperio de lo dispuesto
en el artículo 4551.

En orden a quiénes pueden oponerse al acuerdo, el artículo 75 de la Ley de


Concursos y Quiebras52 establece que los únicos acreedores que pueden
oponerse al acuerdo son los denunciados y aquellos que demuestren
sumariamente haber sido omitidos en el listado previsto en el artículo 72,
inciso 2.

46
Artículo 76. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
47
Artículo 73. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
48
Artículo 73. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
49
Artículo 72, inciso 2. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
50
Artículo 75. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
51
Artículo 45. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
El oponente debe deducir oposición dentro de los diez posteriores a la
última publicación de edictos y debe indicar, en su presentación, la causal
de oposición, las que pueden ser: omisiones o exageraciones del activo o
pasivo e inexistencia de la mayoría exigida por el artículo 73 de la Ley de
Concursos y Quiebras53.

Más allá de la taxatividad de las causales de oposición, el acreedor omitido


debería, por esa sola causal, utilizar este procedimiento para pedir su
incorporación al acuerdo (Junyent Bas y Molina Sandoval, 2011).

De admitirse la oposición, el acuerdo no será homologable y el juez pondrá


coto a su intervención, expidiéndose en torno a la imposición de costas por
las tareas desarrolladas en el incidente de oposición y regulará los
honorarios de los profesionales intervinientes. No corresponde la
declaración de quiebra, ya que no es uno de los supuestos previstos en el
inciso 1 del artículo 77 de la Ley de Concursos y Quiebras54.

Efectos de la presentación del APE


Presentado el acuerdo para su homologación, se ordena publicación de
edictos por cinco días en el diario de publicaciones legales de la
jurisdicción del tribunal y en un diario de gran circulación del lugar 55, a fin
de que se haga conocer.

Ahora bien, un efecto decisivo y central del éxito de este instituto es que, a
partir de la publicación de edictos, se suspenden todas las acciones de
causa o título anterior a la presentación, siempre que tengan contenido
patrimonial y sean contra el deudor, con las exclusiones del artículo 2156.

Dicha suspensión no debe extenderse sine die. En este sentido y en


principio, solo deberá mantenerse hasta el dictado de la resolución que
homologue el acuerdo extrajudicial o rechace la petición.

Por imperativo legal, se suspenden todas las acciones de contenido


patrimonial. La remisión a los incisos 2 y 3 del artículo 21 57 no hace nacer el
fuero de atracción propio de los juicios universales. Para los demás
consideraciones, remitimos a lo ya estudiado respecto del artículo 21.

53
Artículo 75. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
54
Artículo 77, inciso 1. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
55
Artículo 74. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
56
Artículo 21. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
Con el acuerdo homologado
Homologado el acuerdo extrajudicial, es un verdadero acuerdo preventivo,
en tanto que es obligatorio para quienes lo aceptaron y también para
quienes no lo hicieron. Es decir que el acuerdo se impone en forma
obligatoria a todos los acreedores de causa o título anterior a la
presentación, aunque no hayan participado en él.

El artículo 76 de la Ley de Concursos y Quiebras remite “a todos los efectos


que se establecen en el artículo 56” 58, en la medida en que su aplicación
devenga compatible con el régimen y las características propias de la figura
en análisis. También dispone que el acuerdo homologado queda sometido
a las previsiones de las Secciones III, IV, y V del Capítulo V del Título II de
esta ley.

En orden a la novación, no hay acuerdo en la doctrina. Así, están quienes


consideran que la novación es un modo extintivo de las obligaciones y que
como tal, debe aplicarse restrictivamente, y por lo tanto, solo podría
aplicarse dicho efecto si se pactó expresamente entre el deudor y los
acreedores. Por otro lado, están quienes consideran que la homologación
sí produce el efecto novatorio, de acuerdo a la previsión literal de la norma
del artículo 76 de la Ley de Concursos y Quiebras.

Por otro lado, cabe aclarar que el acuerdo homologado no tiene efectos en
relación a los acreedores privilegiados, salvo que hayan renunciado a su
privilegio, al igual que para el concurso preventivo.

La propuesta dirigida a acreedores privilegiados especiales requiere


aprobación unánime, ya que no existe razón atendible para sujetar el
acuerdo a una regla menos severa, máxime si tenemos presente las
sustanciales diferencias que existen entre el concurso preventivo judicial y
el acuerdo privado.

Con referencia al tema del cumplimiento del acuerdo, el juez deberá


ordenar la constitución de las garantías de cumplimiento previstas en el
concordato extrajudicial homologado. Esto como consecuencia de que no
hay impedimento para que, en el propio acuerdo, se estipulen limitaciones
a la libre administración y disposición patrimonial del deudor, tendientes a
garantizar el cumplimiento de las obligaciones en él comprometidas.

Finalmente, ponemos de relieve que resulta aplicable, al acuerdo


preventivo extrajudicial, el régimen de nulidad e incumplimiento del
acuerdo preventivo.

58
Artículo 76. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
Concurso en caso de
agrupamiento
Concepto
La figura del grupo económico o societario ha nacido como un instrumento
hábil para el desarrollo de los negocios.

El agrupamiento económico se concreta con la creación de un organismo


económico que somete bajo su dirección unificada a un conjunto de
unidades productivas, entendido este concepto como una pluralidad de
personas físicas o jurídicas que condensa varias empresas que operan bajo
el control y dirección de una sociedad madre o central. Otro elemento
característico del grupo económico es el interés del grupo.

La formación de grupos de esta índole puede devenir de un contrato en el


que una sociedad se obligue a funcionar según directivas previamente
concertadas con otra sociedad, como también, de los particulares vínculos
personales de los órganos administrativos de dos o más sociedades,

Lo determinante es la existencia de una estructura unificada de decisión e


interés, que forma un solo conjunto, con un propósito común de lucro y
una misma voluntad actuante.

En definitiva, los caracteres que debe reunir el agrupamiento son:

 pluralidad de personas,

 unidad de dirección, interés y objetivos comunes del grupo,

 que se deben presentar todos los integrantes del grupo al concurso,

 que lo integren de manera permanente y,

 que estén exteriorizados.

Petición
En nuestro ordenamiento jurídico, no existe un sujeto de derecho
(llamado) grupo económico, conjunto económico o agrupamiento. Cuando
la ley titula el capítulo como Concurso en caso de agrupamiento, eso no
quiere decir que se concursa el agrupamiento, sino que se concursan las
sociedades o personas agrupadas.
El artículo 65 dice: “cuando dos o más personas físicas o jurídicas integren
en forma permanente un conjunto económico, pueden solicitar en
conjunto su concurso preventivo exponiendo los hechos en que fundan la
existencia del agrupamiento y su exteriorización”59.

Exteriorización: la exteriorización del grupo implicará el cúmulo de medios


y otras directrices utilizadas para evidenciar hacia el exterior la comunidad
de fórmulas operativas y direccionales que regentean su funcionalidad y
que permiten conocer que se está frente a un conjunto de sujetos que
desarrollan una misma actividad económica, delineada hacia un objetivo
común.

Esta exteriorización podrá ser probada por infinidad de medios, además de


los formales —como podrían considerarse la existencia de contabilidad
consolidada, libros fiscales o provisionales en común—, por otros no
formales como: la existencia de garantías comunes, la representación
externa común de los componentes, el universo común de mercado para
sus productos, la identidad de fuentes de financiamiento de las
integrantes, la existencia de pasivos cruzados entre los miembros, la
identidad de acreedores, la utilización de idénticos bienes para el
desarrollo de las actividades, etcétera.

Dirección unificada: la dirección unificada se manifestará como la voluntad


de que la gestión de todas las personas del grupo se realice como la de una
empresa unitaria o dirigida al logro de una finalidad única, la que consistirá
en la maximización de los beneficios del grupo en su conjunto.

El artículo 65 indica que: “la solicitud debe comprender a todos los


integrantes del agrupamiento sin exclusiones. El juez podrá desestimar la
petición si estimara que no ha sido acreditada la existencia del
agrupamiento. La resolución es apelable”60.

Así, la presentación de concurso preventivo debe realizarla cada integrante


del grupo económico en los términos del artículo 11 de la Ley de Concursos
y Quiebras61, aunque es claro que en esta presentación deben exponerse
las cuestiones vinculadas con la existencia, permanencia y exteriorización
del grupo, sin excluir a ningún integrante del grupo.

59
Artículo 65. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
60
Artículo 65. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
61
Artículo 11. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
Cesación de pagos
ARTÍCULO 66.- Cesación de pagos. Para la apertura de
concurso resultará suficiente con que uno de los integrantes
del agrupamiento se encuentre en estado de cesación de
pagos, con la condición de que dicho estado pueda afectar a
los demás integrantes del grupo económico.62

Al ser el instituto concursal del artículo 65 una facultad y no un imperativo,


en caso de coexistir, en el agrupamiento, integrantes en estado de
insolvencia y otros in bonis, los presentantes tendrán en sus manos dos
opciones: la presentación singular de las integrantes insolventes o bien, la
concursabilidad de todas bajo la modalidad prevista por el artículo 6563.

De tal modo, se advierte cómo el presupuesto objetivo se encuentra


morigerado, pues podrá presentarse a concurso un sujeto que no se
encuentra en estado de cesación de pagos.

Propuesta de acuerdo
De acuerdo al artículo 67 de la Ley de Concursos y Quiebras , es
competente para entender en el concurso en caso de agrupamiento, el
juez “de la persona con activo más importante según los valores que surjan
del último balance” 64. Esta es una de las excepciones que la misma Ley de
Concursos y Quiebras establece respecto de las reglas de competencia del
artículo 3.

Una vez aceptada la petición, se produce la apertura de tantos procesos


como integrantes posea el pretensor, hasta su unificación procesal con el
informe general consolidado dispuesto por la misma norma. Es decir, el
juez debe dictar una sentencia única de apertura con los requisitos del
artículo 14 de la Ley de Concursos y Quiebras 65. Con copia certificada por el
actuario de la demanda y de la sentencia, se deberán formar los procesos
separados por cada persona física o jurídica concursada.

En el concurso de agrupamiento, cada integrante tramita su expediente


por separado, aun cuando existan piezas concursales que sean únicas. El
juez, a la hora de dictar resoluciones en uno de los procesos, deberá tener

62
Artículo 66. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
63
Artículo 65. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
64
Artículo 67. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
en cuenta todos los procesos conexos. Estos procesos tienen igual
competencia, mismo síndico, mismo informe general, posibilidad de
propuesta unificada, etcétera.

Propuestas unificada. Los concursados podrán proponer


categorías de acreedores y ofrecer propuestas tratando
unificadamente su pasivo.

La aprobación de estas propuestas requiere las mayorías


del artículo 45. Sin embargo, también se considerarán
aprobadas si las hubieran votado favorablemente no menos
del SETENTA Y CINCO POR CIENTO (75 %) del total del
capital con derecho a voto computado sobre todos los
concursados, y no menos del CINCUENTA POR CIENTO (50%)
del capital dentro de cada una de las categorías.

La falta de obtención de las mayorías importará la


declaración en quiebra de todos los concursados. El mismo
efecto produce la declaración de quiebra de uno de los
concursados durante la etapa de cumplimiento del acuerdo
preventivo.

Propuestas Individuales. Si las propuestas se refieren a


cada concursado individualmente, la aprobación requiere la
mayoría del artículo 45 en cada concurso. No se aplica a este
caso lo previsto en el último párrafo del apartado
precedente.

Créditos entre concursados. Los créditos entre


integrantes del agrupamiento o sus cesionarios dentro de
los DOS (2) años anteriores a la presentación no tendrán
derecho a voto. El acuerdo puede prever la extinción total o
parcial de estos créditos, su subordinación u otra forma de
tratamiento particular. 66

El concurso preventivo por agrupamiento, presenta la particularidad de


que en él, el concursado cuenta con la facultad de efectuar, al universo de
acreedores del grupo, propuestas individuales o unificadas, lo que le
permite decidir sobre la estrategia en función de la cual dará cumplimiento
al acuerdo.

La propuesta en la que se trata unificadamente el pasivo de todos los


integrantes del grupo tiene la ventaja de que permite compensar los
excedentes de conformidades logradas en ciertas categorías, con los déficit
de aprobaciones en otras y de calcular los porcentajes respectivos solo
sobre el capital y no sobre personas; la desventaja radica en que la falta de
obtención de las mayorías o el fracaso del concurso preventivo de uno de
los integrantes del grupo acarrea la quiebra de todos los demás
concursados conjuntamente presentados, consecuencia que no tiene lugar
en cambio, si el deudor ha optado por formular propuestas individuales
para las distintas integrantes.

Concurso de garantes
ARTICULO 68.- Garantes. Quienes por cualquier acto
jurídico garantizasen las obligaciones de un concursado,
exista o no agrupamiento pueden solicitar su concurso
preventivo para que tramite en conjunto con el de su
garantizado. La petición debe ser formulada dentro de los
TREINTA (30) días contados a partir de la última publicación
de edictos, por ante la sede del mismo juzgado. Se aplican
las demás disposiciones de esta sección. 67

Sujetos comprendidos: personas físicas o jurídicas que asumieron la


calidad de fiador liso llano y principal pagador, codeudor solidario, tercero
constituyente de hipotecas o prenda, etcétera. Basta ser garante de parte
del pasivo del concursado.

Competencia: el juez del concurso del deudor principal.

Plazo: 30 días posteriores a la última publicación de edictos para solicitar


su concurso.

Reglas particulares para este caso (se aplica por remisión el artículo 6768)

 No es necesario el estado de cesación de pagos del garante, basta el


del deudor principal.

 Se presenta un solo informe general y existe la posibilidad de que


los acreedores del deudor principal observen los créditos del
garante y viceversa.

 El garante puede verificar los créditos que tenga con el deudor


principal.

67
Artículo 68. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
68
Artículo 67. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
 El garante puede presentar propuesta de categorías y de acuerdo,
unificada o separada.

 Existe unidad de sindicatura.

69
Artículo 48. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
70
Artículo 43. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
71
Artículo 46. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
72
Artículo 51. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
73
Artículo 289. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
74
Artículo 48. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
Bibliografía de referencia
Código Civil y Comercial de la Nación. Aprobado por Ley 26.994 (BO 08/10/2014).
Promulgado según Decreto 1.795/2014 (BO 08/10/2014). Lugar: Editorial o
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Junyent Bas, F., y Molina Sandoval, C. A. (2011) Ley de Concursos y Quiebras


Comentada. Buenos Aires: Abeledo Perrot.

Ley 24.522. (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la


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Ley 26.086 (2006). [Modificación de la Ley 24.522]. Honorable Congreso de la


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119999/115424/norma.htm

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Rouillon, A. (2003). Régimen de Concursos y Quiebras. Ley 24.522. Buenos Aires:


Astrea.

CSJN, “Amiano, Marcelo Eduardo y otro c/ E.N- M° de Justicia- y otros/ Proceso de


conocimiento”, 4/11/2003, A. 247. XXXVI.

CNCom. en pleno, “Pujol, Juan C. s/quiebra”, 30/05/2002, Cita online:


AR/JUR/2643/2002

www.uesiglo21.edu.ar
Salvataje -
Conversión

Concursos y
Quiebras
Salvataje - Conversión
Concepto
El cramdown, salvataje empresario o rescate por terceros fue una de las
mayores innovaciones que produjo el legislador de 1995, cuando sancionó
la Ley 24.522. El artículo 4869 regula en detalle este procedimiento.

La no publicitación de la propuesta de acuerdo70, el vencimiento del


período de exclusividad71 o la estimación de alguna causal de impugnación
del acuerdo72 logrado en el gran concurso preventivo73de una S.A., una
S.R.L., una Sociedad Cooperativa o Sociedades del Estado Nacional,
Provincial o Municipal determina la apertura del procedimiento de
cramdown en el cual, ya no solo el deudor, sino también terceras personas
pueden ofrecer propuestas de acuerdo a los acreedores sociales.

Su verdadera naturaleza jurídica no dista de ser una transferencia o cesión


forzosa de participaciones sociales, exista empresa en marcha o no.

¿Cuál es la verdadera importancia del salvataje? Su importancia radica en


ser la última alternativa de solución preventiva frente a la inminente
liquidación forzosa. Así, la ley concursal, plasma una vez más, el principio
de conservación de la empresa. Es una solución preventiva, que puede
llegar de la mano de la renovación interna del grupo de decisión social que
llevó a la concursada al grave estado de crisis económica y que conspiró en
contra del definitivo acuerdo concordatario.

La Ley 26.684 ha incorporado una modificación al inciso primero del


artículo 48 de la Ley de Concursos y Quiebras74, a la vez que ha incorporado

69
Artículo 48. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
70
Artículo 43. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
71
Artículo 46. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
72
Artículo 51. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
73
Artículo 289. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
74
Artículo 48. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
el artículo 48 bis a la Ley de Concursos y Quiebras 75, el cual ha generado
tempranas controversias interpretativas entre los concursalistas.

a) Presupuestos objetivos

En cuanto a los presupuestos objetivos, ellos resultan de la interpretación


armónica de los artículos 43, 46, 48 y 51 de la Ley de Concursos y
Quiebras76. Ellos son:

i) Si el concursado no presenta con 20 días de antelación al vencimiento del


período de exclusividad, la propuesta de acuerdo;

ii) Si el concursado no obtiene las conformidades necesarias para


considerar aprobado el acuerdo preventivo;

iii) Si impugnado el acuerdo en los términos del art. 50 de la Ley de


Concursos y Quiebras, ésta es procedente.

Así, verificado alguno de estos supuestos, si se trata de un sujeto previsto


en el art. 48 LCQ77, se ordena el procedimiento del salvataje.

Sujetos
El artículo 48 LCQ78 enmarca a los siguientes sujetos concursables,
sometidos al procedimiento de gran concurso preventivo, a saber:

1) Sociedades por acciones. La doctrina ha remarcado la dificultad práctica


que tendría la aplicación del instituto a las sociedades en comandita por
acciones.

2) Sociedades de Responsabilidad Limitada.

3) Sociedades Cooperativas.

4) Sociedades donde el Estado Nacional, Provincial o Municipal sea parte,


cualquiera sea el grado y alcance de esa participación.

A su vez, se encuentran excluidos: las sociedades aseguradoras, las


asociaciones mutuales, las administradoras de Fondos de Jubilaciones y
Pensiones y las de Riesgos de Trabajo, las sociedades de carácter
personalista, personas físicas, entre otras.
75
Artículo 13. Ley 26.684. (2011). [Modificación de la Ley 24.522]. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/tzWPBn
76
Artículos 43,46, 48 y 51. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
77
Artículo 48. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
78
Artículo 48. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
Una de las exclusiones más importantes viene de la mano del artículo 289
de la Ley de Concursos y Quiebras 79 que prevé que los pequeños concursos
preventivos están excluidos de esta etapa, en donde se declara
directamente la quiebra del concursado.

Trámite
Apertura del registro

La adecuación a los presupuestos objetivos y subjetivos del salvataje


determinará la apertura de un registro de interesados.

En este registro, que es llevado por secretaría, deberán inscribirse los


terceros interesados en formalizar una propuesta de acuerdo a los
acreedores de la concursada, por lo que la inscripción funciona a la manera
de un presupuesto de proponibilidad.

Dentro de los dos días de acaecidos algunos de los supuestos objetivos, el


juez concursal debe declarar la apertura del registro. La publicidad de la
resolución de apertura del salvataje garantiza el mayor anoticiamiento
respecto a terceras personas, potenciales interesados en la empresa
concursada. A su vez, su diligenciamiento a cargo de la autoridad judicial
garantiza una pronta resolución a esta etapa culminante del concurso
preventivo.

Conforme ello, al día siguiente al de la última publicación de la resolución


de apertura del registro, comienza a correr el plazo de 5 días hábiles para
que terceros interesados, acreedores (quirografarios o privilegiados) o no,
formalicen, mediante un escrito judicial, su intención de participar en el
salvataje.

Solamente terceras personas distintas al concursado deben inscribirse en el


registro; incluso la cooperativa de trabajo conformada por los mismos
trabajadores de la sociedad concursada puede inscribirse, a los fines de
proponer acuerdo a los acreedores y obtener, de esta manera, el derecho a
que se le transfieran las participaciones sociales de la concursada.

Además del escrito de presentación, el tercero interesado deberá


acompañar la suma de dinero destinada a sufragar los gastos de publicidad
edictal que la resolución judicial de apertura determine, único requisito
que la ley le impone al tercero interesado y que debe ser entendido como
de admisibilidad formal.

79
Artículo 289. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
La falta de inscripción de terceros interesados determina la inevitable
declaración falencial de la sociedad concursada.

Por último, esta resolución de apertura puede contener alguna referencia


concreta a la administración de la concursada. El principio general es el
mantenimiento de los integrantes del órgano de administración.

Valuación de la empresa

Entra a jugar aquí una nueva figura concursal: el evaluador, quien deberá
ajustar su dictamen conforme a las genéricas pautas que el inciso tercero
del artículo 48 establece.

A los fines de la valuación, deberá tenerse en cuenta el real valor del


mercado, como así también, deberán ser tenidos en cuenta la incidencia de
los pasivos postconcursales y, por remisión al artículo 39, inciso 2 80, los
activos intangibles.

La facultad de observar el dictamen que produce el evaluador deja a


resguardo el derecho de defensa de los interesados, por ejemplo: los socios
de la concursada. El plazo con el que cuenta el evaluador para expedirse es
de 30 días desde la aceptación del cargo.

Teniendo a la vista el dictamen del evaluador, sus eventuales


observaciones y un pasivo adicional destinado a sufragar los gastos del
concurso, el juez decidirá sobre el valor concreto de las participaciones
sociales.

Negociación y propuestas de acuerdo


A este período se lo denomina de concurrencia, pues compiten terceros
inscriptos y el concursado, a diferencia del período de exclusividad, en el
que solo podía ofrecer un acuerdo el deudor.

Esta etapa se inaugura con la sentencia de valuación. A partir de allí,


debemos contabilizar el plazo de 20 días, en el cual se desarrolla la
concurrencia propiamente dicha.

Durante el desarrollo de todo este procedimiento, el deudor o el tercero


cramdista no tienen la obligación de hacer pública la propuesta en el
expediente, hasta tanto se desarrolle la audiencia informativa. Con 5 días
de antelación al vencimiento del plazo de 20 días para obtener las
conformidades de los acreedores, se desarrolla esta audiencia prevista por

80
Artículo 39, inciso 2. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
el artículo 48, inciso 581, la que constituye la última oportunidad que tienen
los interesados para presentar o modificar la propuesta de acuerdo
concordataria.

Transcurrida la audiencia informativa sin que la concursada o los inscriptos


efectuaran publicidad de propuesta alguna, se declara la quiebra de la
sociedad.

El principio de amplia libertad en la configuración de la propuesta de


acuerdo, establecida por el artículo 4382, tiene plena vigencia en el
salvataje. No es necesario que el concursado mantenga la propuesta de
acuerdo ofrecida en el período de exclusividad, ni siquiera que la mejore;
incluso el tercero inscripto puede ofrecer la misma propuesta de acuerdo
que el concursado.

Cualquier propuesta de acuerdo que respete los principios básicos del


derecho, y que a la vez no resulte abusiva, debe ser admitida en el
salvataje empresario. Respecto de dichos estándares jurídicos, no se
pueden inferir elucubraciones teóricas a modo de principios generales, sino
que serán las circunstancias fácticas de cada caso particular las que
determinarán su contenido concreto.

Categorización: Ninguna referencia concreta se encuentra en el artículo 48


respecto a la facultad de categorización del proponente del acuerdo.

Ahora bien, todos los intervinientes en este procedimiento tienen la más


amplia facultad para mantener, crear, modificar o desechar las categorías
implementadas por el deudor en el período de exclusividad.

Participación de la concursada
A partir de la inscripción de un tercero, el deudor recobra las chances de
proponer acuerdo a sus acreedores.

El punto más conflictivo a resolver en este tópico es la posibilidad concreta


de que el deudor sume, a las conformidades logradas durante el período
de exclusividad, las que en esta fase obtenga. Para la mayoría de la
doctrina, el deudor puede acumular las conformidades obtenidas, siempre
que la propuesta de acuerdo del período de exclusividad se mantenga en
esta etapa. Otros autores entienden que la concursada debe procurar
nuevamente todas las conformidades, para que la competencia con los
terceros interesados sea sin ningún tipo de preferencias.

81
Artículo 48, inciso 5. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
82
Artículo 43. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
Obtención del acuerdo por el tercero
El vencimiento del plazo legal de 20 días dispuesto para el período de
concurrencia marca el límite o tope con que cuentan los intervinientes para
obtener las conformidades de los acreedores.

Se mantiene el criterio por el cual el primero que obtenga las


conformidades necesarias para considerar aprobado el acuerdo y las
comunique al juzgado comercial es, de los interesados, el que adquiere el
derecho a continuar con la tramitación del concurso preventivo. Debe
quedar claro que dos son las acciones que se deben desarrollar: obtener y
comunicar, en primer término.

Respecto de las mayorías necesarias y la forma en que deben estar


revestidas las conformidades, se aplica analógicamente el artículo 4583.

Si el primero en obtener las mayorías necesarias es el concursado, se


aplican idénticas pautas que para el acuerdo obtenido durante el período
de exclusividad, esto es, artículo 49 y siguientes84.

Cuando el acuerdo es alcanzado por el concursado, no debe entenderse


que la sociedad adquiere el derecho a que le sean transferidas las
participaciones sociales de los socios, sino por el contrario, que ha
arreglado su deuda in extremis. Mediante este acuerdo alcanzado, la
concursada está intentado superar su estado de cesación de pagos.

En cambio, si un tercero es el que obtiene las mayorías, previo al dictado


de la resolución del artículo 4985, se debe proceder de acuerdo a lo
estipulado por el inciso 7 del artículo 4886.

La no obtención de las conformidades necesarias determina la quiebra de


la sociedad concursada.

Acuerdo alcanzado por el cramdista o tercero inscripto

A su vez, alcanzado el acuerdo por uno de los terceros inscriptos, se debe


diferenciar dos situaciones:

83
Artículo 45. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
84
Artículo 49 y siguientes. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
85
Artículo 49. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
86
Artículo 48, inciso 7. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
1) Valor negativo o igual a cero de las participaciones sociales: la
inexistencia de valor positivo de las participaciones sociales determina que
el cramdista adquiere el derecho a la transferencia accionaria, sin ningún
otro tipo de gastos o pagos, previo dictado de la resolución de
homologación del acuerdo (artículo 48, inciso 7 a). Esto es, obtenidas las
mayorías necesarias, se dictará la resolución para hacer saber la existencia
del acuerdo.

2) Valor positivo de las participaciones sociales: como consecuencia del


acuerdo alcanzado por el cramdista, y a los fines de concretar el principio
de sacrificio recíproco, la valuación positiva de las participaciones sociales
debe sufrir el mismo detrimento que padecen los acreedores como
consecuencia de la propuesta de acuerdo. La disminución que se debe
trasladar es la que sufren únicamente los acreedores quirografarios.

Toda magnitud positiva a la cual se le aplica un porcentaje de reducción,


configurará siempre un resultado positivo. Este resultado es el valor que,
en definitiva, poseen las participaciones sociales respecto de los socios.

Para establecer este porcentaje de reducción, la misma ley fija parámetros


para que el evaluador desarrolle su tarea: la tasa de interés contractual de
los créditos, la tasa de interés vigente en el mercado argentino y en el
mercado internacional, si correspondiera, y la posición relativa de riesgo de
la empresa concursada, teniendo en cuenta su situación específica.

Una vez emitido el dictamen por el evaluador, corresponde al juez


concursal fijar la definitiva reducción que sufrirá el valor de las
participaciones sociales.

Frente a esta hipótesis, el cramdista puede:

a) Manifestar que cancelará el monto determinado por la reducción de


las participaciones sociales. En este supuesto, tampoco es necesario
obtener las conformidades de los socios; bastará el depósito judicial del
25 %, suma establecida para que el juez dicte la resolución del artículo
49 de la Ley de Concursos y Quiebras, y el cramdista obtendrá, de esta
manera, el derecho a que, una vez completado el valor de las
participaciones dentro de los 10 días de homologado el acuerdo,
adquiera el derecho a que estas le sean transferidas.

b) Intentar obtener la adquisición de las participaciones sociales por un


valor inferior al resultante del valor positivo ya reducido. En este caso, la
ley le acuerda un plazo de 20 días al cramdista, para obtener las
conformidades necesarias de los socios que representen las 2/3 partes
del capital social de la concursada. Obtenida esta mayoría y previo
depósito judicial del 25 % del valor que se le ofreció pagar a los socios,
se dictará la resolución para hacer saber la existencia de acuerdo.
Estas reglas especiales y de complejo cumplimiento han sido incorporadas
por el artículo 13 de la Ley 26.684 en un nuevo dispositivo legal (artículo 48
bis) que establece:

En caso que, conforme el inciso 1 del artículo anterior, se


inscriba la cooperativa de trabajo —incluida la cooperativa
en formación—, el juez ordenará al síndico que practique
liquidación de todos los créditos que corresponderían a los
trabajadores inscriptos por las indemnizaciones previstas en
los artículos 232, 233 y 245 del Régimen de Contrato de
Trabajo aprobado por ley 20.744, los estatutos especiales,
convenios colectivos o la que hayan acordado las partes. Los
créditos así calculados podrán hacerse valer para intervenir
en el procedimiento previsto en el artículo anterior.

Homologado el acuerdo correspondiente, se producirá la


disolución del contrato de trabajo de los trabajadores
inscriptos y los créditos laborales se transferirán a favor de la
cooperativa de trabajo convirtiéndose en cuotas de capital
social de la misma. El juez fijará el plazo para la inscripción
definitiva de la cooperativa bajo apercibimiento de no
proceder a la homologación. La cooperativa asumirá todas
las obligaciones que surjan de las conformidades
presentadas.

El Banco de la Nación Argentina y la Administración


Federal de Ingresos Públicos, cuando fueren acreedores de
la concursada, deberán otorgar las respectivas
conformidades a las cooperativas, y las facilidades de
refinanciación de deudas en las condiciones más favorables
vigentes en sus respectivas carteras.

Queda exceptuada la cooperativa de trabajadores de


efectuar el depósito del veinticinco por ciento (25%) del
valor de la oferta prevista en el punto i), inciso 7 del artículo
48 y, por el plazo que determine la autoridad de aplicación
de la ley 20.337, del depósito del cinco por ciento (5%) del
capital suscripto previsto en el artículo 90 de la ley 20.337.
En el trámite de constitución de la cooperativa la autoridad
de aplicación encargada de su inscripción acordará primera
prioridad al trámite de la misma debiéndose concluir dentro
de los diez (10) días hábiles.87

87
Artículo 13. Ley 26.684. (2011). [Modificación de la Ley 24.522]. Honorable Congreso de
la Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/tzWPBn
En contra de este artículo, la doctrina ha levantado sus voces negativas
inmediatamente. En este sentido, las dificultades, entre muchas, pasarán
porque no todos los trabajadores de la empresa son acreedores. Además,
la compensación tiene lugar cuando dos personas reúnen la calidad de
deudor y acreedor recíprocamente, no configurándose necesariamente
esta alternativa frente al cramdown como para compensar.

Asimismo, se expresa que el modo de redacción del artículo pareciera


pretender una especie de cálculo estimativo de las indemnizaciones de los
trabajadores, en caso de que se incorporaran a la cooperativa de trabajo, lo
que supone un “invento de un pasivo inexistente”.

La norma impone el voto favorable del Banco de la Nación y de la AFIP,


dejando de lado la libertad de la negociación concordataria.

Junyent Bas y Molina Sandoval expresan que es una norma de


cumplimiento imposible e impracticable que afectan los propios derechos
laborales y las garantías de igualdad y propiedad tuteladas en la
Constitución Nacional (Junyent Bas, Molina Sandoval, 2011).

Existencia de acuerdo preventivo

El artículo 4988establece que debe dictarse la resolución haciendo saber la


existencia de acuerdo preventivo dentro de los tres días de presentadas las
conformidades.

Por su parte, el artículo 48, inciso 6 89, establece que las conformidades
suficientes deben presentarse en el expediente antes del vencimiento del
período de concurrencia. Sin embargo, esta expresión debe ser
interpretada tal como dispone el artículo 45: “se pueden acompañar las
conformidades necesarias hasta el día de vencimiento del período de
concurrencia”90.

No impugnado el acuerdo o desestimadas las impugnaciones interpuestas,


el juez debe proceder a la homologación judicial del acuerdo.

Transferencia de la participación social


La resolución homologatoria debe contener la orden de transferir la
totalidad de las participaciones al tercero que arregló el pasivo con los
acreedores sociales.

88
Artículo 49. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
89
Artículo 46, inciso 6. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
90
Artículo 45. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
Sin embargo, se debe distinguir:

a) En el caso de valuación negativa de las participaciones sociales de la


concursada, nada se debe a los antiguos socios, por lo tanto, el traspaso
puede materializarse inmediatamente.

b) En caso de valuación positiva, el cramdista debe depositar judicialmente


el saldo del precio de las participaciones sociales dentro de los 10 días
posteriores a la homologación judicial del acuerdo, oportunidad en la que
el traspaso dispuesto cobrará materialidad, tal como lo dispone el artículo
4891.

La materialización de esta transferencia se logra oficiando a los


correspondientes registros, a los fines de la toma de razón; y también a los
respectivos organismos de contralor de distintas actividades regladas,
como ser el libro de registro de acciones.

Conversión de quiebra en
concurso preventivo
Legitimación
La Ley 24.522 derogó el régimen de acuerdo resolutorio, al introducir una
de las grandes novedades en materia concursal: la conversión de la quiebra
en concurso preventivo.

En relación a quiénes están legitimados a solicitar la conversión, decimos


que solo el deudor puede solicitarla, no así los terceros. Este deudor,
además de ser fallido declarado, debe hallarse en las condiciones del
artículo 5 de la Ley de Concursos y Quiebras 92 (y por remisión, del artículo
2 de la misma ley).

En orden a si el fallido que solicitó su propia quiebra puede solicitar la


conversión del procedimiento en concurso preventivo, fue en el fallo
plenario “Pujol”93 dictado por la Cámara Nacional de Comercio en pleno,
en el que se resolvió esta cuestión, concediéndole tal posibilidad al fallido.

91
Artículo 48, inciso 7, apartados c, i. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras.
Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
92
Artículo 5. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
93 CNCom. en pleno, “Pujol, Juan C. s/quiebra”, 30/05/2002, Cita online: AR/JUR/2643/2002.
Requisitos y efectos
En la sección IV, Conversión, del Capítulo I, Declaración, del Título III,
Quiebra, de la Ley de Concursos y Quiebras, se regula este instituto en
cuatro artículos (del 90 al 93).

Del análisis de las normas involucradas, se desprenden los siguientes


recaudos de procedencia:

1.- Existencia de una sentencia de quiebra: la conversión no puede


pedirse cuando no exista resolución declarativa del estado de
falencia.

2.- Petición del fallido: puesto que no se admite la intervención de


terceros, acreedores o de la propia sindicatura en ese sentido.
Además debe reunir las condiciones del artículo 5 de la Ley de
Concursos y Quiebras (con la pertinente remisión al artículo 2), en
cuanto debe tratarse de un sujeto susceptible de ser concursado94.

3.- Solicitud tempestiva: dentro de los diez días hábiles judiciales


contados desde la última publicación de edictos.

4.- Cumplimiento de los requisitos formales: condicionantes de la


apertura del concurso preventivo95.

5.- Que no se trate de un deudor excluido: debe estar legitimado


para solicitar la conversión.

Con relación a este último recaudo, la ley ha enumerado los supuestos en


los que el deudor está impedido de la posibilidad de peticionar la
conversión:

(i) El deudor que fue declarado en quiebra por incumplimiento del


acuerdo preventivo,

(ii) El deudor que tiene un concurso preventivo en trámite,

(iii) Cuando el concursado se encuentra dentro del período de


inhibición del artículo 5996.

Se ha establecido, además, como hipótesis de exclusión implícita, los casos


de extensión de quiebra previstos en los distintos incisos del artículo 16197.

94
Artículo 5. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
95
Artículo 11. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
96
Artículo 59. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
En estos supuestos, de conformidad lo prevé el art. 90 LCQ98, el fallido no
podrá solicitar la conversión de la quiebra a concurso preventivo.

El efecto de la conversión es que se deja sin efecto la sentencia de quiebra


y en su lugar, se declara la apertura del concurso preventivo.

97
Artículo 161. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH.
98
Artículo 90. Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://goo.gl/cG0lTH
Bibliografía de referencia
Código Civil y Comercial de la Nación. Aprobado por Ley 26.994 (BO 08/10/2014).
Promulgado según Decreto 1.795/2014 (BO 08/10/2014). Lugar: Editorial o
Recuperado de [enlace].

Junyent Bas, F., y Molina Sandoval, C. A. (2011) Ley de Concursos y Quiebras


Comentada. Buenos Aires: Abeledo Perrot.

Ley 24.522. (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la


Nación Argentina. Recuperado de
http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/anexos/25000-
29999/25379/texact.htm

Ley 26.086 (2006). [Modificación de la Ley 24.522]. Honorable Congreso de la


Nación Argentina. Recuperado de
http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/anexos/115000-
119999/115424/norma.htm

Ley 26.684. (2011). [Modificación de la Ley 24.522]. Honorable Congreso de la


Nación Argentina. Recuperado de
http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/anexos/180000-
184999/183856/norma.htm

Martorell, E. E. (2003). Tratado de Concursos y Quiebras. Buenos Aires: Depalma.

Rouillon, A. (2003). Régimen de Concursos y Quiebras. Ley 24.522. Buenos Aires:


Astrea.

CSJN, “Amiano, Marcelo Eduardo y otro c/ E.N- M° de Justicia- y otros/ Proceso de


conocimiento”, 4/11/2003, A. 247. XXXVI.

CNCom. en pleno, “Pujol, Juan C. s/quiebra”, 30/05/2002, Cita online:


AR/JUR/2643/2002

www.uesiglo21.edu.ar
Quiebra:
clases y
requisitos

Concursos y
quiebras
Quiebra: clases y
requisitos
La quiebra es el procedimiento de ejecución colectiva de los bienes del deudor
insolvente, para satisfacer con su producido los créditos de sus acreedores. A
través de este procedimiento, se busca la rápida liquidación de los bienes de
propiedad del fallido y su rápido recupero en el circuito económico, mediante
la distribución de lo producido entre la totalidad de acreedores.

Clases
A la quiebra se llega por:
 Vía indirecta, cuando fracasa el concurso preventivo en las diversas
hipótesis que prevé el art. 77, inc. 1, de la Ley N° 24.522 de
Concursos y Quiebras; y
 vía directa, cuando es pedida por el propio deudor, se denomina
quiebra directa voluntaria, y cuando es pedida por algún acreedor, se
la llama quiebra directa necesaria.

Quiebra indirecta o consecuencial


La quiebra indirecta es la que se declara como consecuencia del fracaso del
concurso preventivo. Algunos autores también la denominan consecuencial, sin
embargo, tal denominación se reservaba en el régimen anterior, para aquellos
casos en los que se llegaba a un acuerdo resolutorio, esto es, era un modo de
conclusión particular de la quiebra, en el cual se homologaba el acuerdo al que
llegaban deudor y acreedores. Si luego de la homologación el deudor incumplía
el acuerdo, se declaraba la quiebra consecuencial del deudor.

Por ello, es preferible hacer referencia a la quiebra indirecta.

En el art. 77 de la ley concursal se mencionan algunos de los casos de quiebra


indirecta, pero no son los únicos. Entre ellos, se pueden mencionar:

a) Cuando el concursado no hace pública su propuesta (art. 43).


b) Cuando el deudor no consigue las conformidades de los acreedores (art.
46).
c) Cuando los acreedores privilegiados no se suman a las conformidades y
el deudor sujetó el acuerdo a este resultado (art. 47).
d) Cuando pese a haber acuerdo, algún acreedor lo impugna en función de
las causales del art. 50 de la Ley de Concursos y Quiebras y consigue
acreditar su existencia, por lo que el juez decreta la quiebra.
e) Cuando en el salvataje de la empresa no se inscribiera ningún interesado
(art. 48, inc. 2).
f) Cuando no se hubieran obtenido las conformidades por el tercero o el
deudor, en el período de concurrencia (art. 48, inc. 6).
g) Cuando el tercero inicia las negociaciones con los socios, a los fines de la
adquisición de las participaciones sociales, por un valor inferior al
determinado por el juez y no las consigue (art. 48, inc. 7).
h) Cuando se estimare alguna causal de impugnación del acuerdo.
i) Frente a la no homologación del acuerdo por encontrarlo abusivo o en
fraude a la ley (art. 52).
j) Por el no pago de los honorarios a la sindicatura (art. 54).
k) Por nulidad del acuerdo (art. 51).
l) Por incumplimiento del acuerdo (art. 63).

En algunos casos (como por ejemplo a) y b)), la quiebra debe ser declarada de
oficio por el juez, sin necesidad de ningún acto de impulso. En otros casos, la
legitimación la tendrán los acreedores comprendidos en el acuerdo, incluso en
el caso de incumplimiento, los controladores, o bien, el síndico (art. 54 de la Ley
de Concursos y Quiebras).

A pedido del deudor

El art. 86 de la Ley de Concursos y Quiebras regula el pedido de quiebra por


el propio deudor. Así, impone el cumplimiento de algunos de los incisos del art.
11, sin que su omisión cause consecuencia alguna, esto es, lo mismo se
declarará la quiebra.

Respecto de los recaudos formales, cabe destacar que la confesión de la


insolvencia configura el presupuesto objetivo de apertura del proceso y en
orden al presupuesto subjetivo, si se trata de una persona humana o física, el
deudor debe acreditar su legitimación sustancial, individualizar sus datos
personales, nombre, apellido, actividad que desarrolla y lugar de la
administración o domicilio, en su caso.

En el caso de personas jurídicas colectivas, el presentante tiene que


cumplimentar los recaudos del art. 6 de la Ley de Concursos y Quiebras, y si se
trata de apoderado facultativo, regirá lo previsto en el art. 9 de la misma ley.

Asimismo, el art. 86 prevé que el deudor tiene el deber de colaborar y


puntualiza que debe poner los bienes a disposición del juzgado para que los
funcionarios puedan tomar posesión de los mismos.

Finalmente, el deudor no puede desistir de su pedido de quiebra, salvo que


demuestre que desapareció su estado de cesación de pagos, antes de la
publicación de edictos. Es decir, que esto supone una especie de retractación
de su confesión judicial de insolvencia, esto es, que desapareció su estado de
cesación de pagos (art. 88).

Finalmente, se dice que la sentencia de quiebra en este caso, como en el caso


de quiebra pedida por acreedor o en los de quiebra indirecta, contiene los
mismos requisitos que luego se verán (arts. 88 y siguientes).
A pedido de acreedor
El texto del art. 80 de la Ley de Concursos y Quiebras define la legitimación
activa para pedir la quiebra y establece que puede hacerlo “todo acreedor cuyo
crédito sea exigible, cualquiera sea su naturaleza y privilegio”1.

Es decir que está legitimado todo tipo de acreedor, sea que se trate de un
acreedor de obligación de dar, dineraria, de hacer o de otras cosas, ya sea de
carácter civil o comercial. También puede pedir la quiebra el acreedor
privilegiado, aunque su legitimación está más limitada, pues debe demostrar
que el asiento del privilegio es insuficiente para cubrir su deuda, saldo que se
convierte en quirografario (ver también el art. 57 de la Ley de Concursos y
Quiebras), salvo que se trate de créditos laborales, en donde no tienen que
demostrar que el asiento del privilegio es insuficiente, pues el hecho de que
todos los trabajadores compartan el mismo asiento del privilegio hace presumir
su posible insuficiencia.

En orden a cómo debe ser el crédito, la ley concursal establece que debe ser
exigible. La doctrina debate en orden a si debe ser líquido o no. Por nuestra
parte, la liquidez no es necesaria, pues no es un requisito que surja del texto de
la ley.

En otro orden, se dice que se encuentran excluidos para peticionar la quiebra, el


cónyuge, los ascendientes o descendientes del deudor y los cesionarios de
sus créditos (art. 81). El fundamento de esta exclusión es proteger los lazos
familiares, y con respecto a los cesionarios, es a los fines de evitar la burla de
esta prohibición.

Requisitos para su declaración. Trámite


El art. 83 de la Ley de Concursos y Quiebras impone tres recaudos al acreedor
que pretende solicitar la quiebra de su deudor:

i) Probar sumariamente su crédito (y que es exigible).


ii) Acreditar algún hecho revelador del estado de cesación de pagos del deudor:
el acreedor no debe demostrar la cesión de pagos del deudor, pues este es un
hecho imposible de probar, sino que debe probar los hechos que exterioricen
que el deudor se encuentra imposibilitado de cumplir regularmente con sus
obligaciones. En la mayoría de los casos, la cesación de pagos se demuestra con
el incumplimiento moroso del deudor.
iii) Demostrar que el deudor es un sujeto concursable.

Ante el incumplimiento de cualquiera de estos requisitos, el juez está habilitado


para rechazar in limine la solicitud de quiebra. La sentencia que resuelve en
este sentido es apelable, así lo decidió la doctrina y la jurisprudencia.

Ahora bien, luego de que se analizaron estos tres requisitos, el procedimiento


continúa de la siguiente manera:

1
Art. 80 – Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.
a) medidas sumarias: el juez puede disponer el libramiento de medidas
sumarias, a los fines de determinar la inscripción de la sociedad y la existencia
de socios ilimitadamente responsables.
b) citación al deudor: si bien no importa un traslado de la demanda, se deben
respetar todas las garantías. La citación del deudor se hace al domicilio, y se
siguen las reglas de competencia del art. 3 de la Ley de Concursos y Quiebras
respecto de los puntos de conexión que esta prevé de manera alternativa. El
emplazamiento se efectúa para que, en cinco días, el deudor invoque y pruebe
cuanto estime conveniente. Debe ser notificado mediante cédula de
notificación.

Las defensas del deudor. Inexistencia de juicio de antequiebra

Este es uno de los temas más espinosos y controvertidos dentro de la disciplina.

En el procedimiento de quiebra pedida por acreedor, no existe juicio de


antequiebra. Las características del pedido no admiten la generación de
controversias que excedan el marco de la solicitud, por ejemplo, a través de un
amplio período probatorio respecto de la legitimidad del crédito invocado, o
pedir la quiebra con un documento que requiere el previo reconocimiento del
deudor.

Las defensas admisibles por el deudor son:

a) El depósito de la suma de dinero, conforme el crédito que se invoca en el


pedido, ya sea en pago directo o a embargo para discutir, en el juicio individual,
ciertas particularidades (art. 96) o bien, a través del recurso de reposición
previsto en los arts. 94 y siguientes de la Ley de Concursos y Quiebras. Es la más
poderosa herramienta con la que cuenta el deudor para desvirtuar el pedido de
quiebra.
b) Incompetencia: la debe invocar y acreditar en forma sumaria.
c) Recusación: no se admite la recusación sin causa.
d) Denunciar que la deuda es de causa anterior a un concurso preventivo
tramitado previamente.
e) Respecto de la deuda, se puede alegar pago, prescripción, compensación,
etc., o que el crédito aún no es exigible por depender de plazo o condición.

De las defensas opuestas, se corre de vista al acreedor peticionario de la


quiebra. Eventualmente, en este procedimiento, el acreedor puede solicitar la
traba de algunas medidas que protejan el patrimonio del deudor, cuando se
demuestre peligro en la demora. Puede ser una inhibición general de bienes,
intervención controlada de sus negocios u otra adecuada a los fines
perseguidos.

Luego de que el acreedor conteste la vista, se dictará resolución. El juez puede


rechazar el pedido de quiebra o bien puede acogerlo y declarar la quiebra del
deudor (art. 84).

Sobre el desistimiento del pedido de quiebra, el art. 87 de la Ley de Concursos y


Quiebras establece que el pedido de quiebra puede ser desistido en tanto no se
haya producido la citación del deudor.
Sentencia de quiebra. Contenido
El art. 88 de la Ley de Concursos y Quiebras establece el contenido mínimo que
debe tener la sentencia que declara la quiebra.

Dictada la sentencia de quiebra, debe publicarse la sentencia, lo que está a


cargo del secretario del juzgado de concursos, quien debe publicar dentro de las
24 horas un edicto en el diario de publicaciones oficiales con el detalle que
imponen los incs. 1, 3, 4, 5 y 7 del art. 88 de la Ley de Concursos y Quiebras, y
en su caso, nombre y domicilio del síndico. La publicación se realiza sin
previo pago, pero adquiere el carácter de gasto del concurso. También se puede
disponer la publicación en otra jurisdicción y si existen fondos, el juez puede
ordenar publicaciones ampliatorias en diarios de circulación masiva. Todo ello
de conformidad a lo previsto en el art. 89 de la Ley de Concursos y Quiebras.

Recursos
Lo primero que cabe puntualizar es que la Ley de Concursos y Quiebras
reguló un sistema recursivo específico para el caso de sentencia declarativa
de quiebra, por lo que no se admiten otros recursos.

Así, la sentencia que declara la quiebra del deudor como consecuencia del
pedido de acreedor solo admite los recursos previstos en la ley concursal:
reposición (art. 94), levantamiento sin trámite (art. 96) e incompetencia (art.
100).

Quiebra propia: solo se puede convertir, no puede interponer recurso de


reposición.

Casos de quiebra indirecta: en el caso de incumplimiento, el art. 63 prevé la


apelación. En los otros casos de quiebra indirecta, en principio, regiría el art.
273, inc. 5 (inapelabilidad), sin embargo, la jurisprudencia se encaminó a favor
de la concesión del recurso de apelación.

El recurso de reposición

Es el recurso de origen concursal que posibilita la reconsideración, por parte del


juez concursal, de la sentencia de quiebra dictada con motivo del pedido de
quiebra de un acreedor.

Este recurso específico de la ley concursal está regulado en los arts. 94 y 95 de


la Ley de Concursos y Quiebras.

Así, de conformidad a los artículos mencionados, están legitimados para


interponer el recurso, el fallido y el socio con responsabilidad ilimitada.

Debe incoarse en el plazo de cinco días desde la última publicación de edictos,


salvo que existiera conocimiento anterior (por ejemplo: acto de clausura o
incautación de los bienes).
En orden a las causales por las que se puede interponer esta vía impugnativa, el
art. 95 de la Ley N° 24.522 prevé “El recurso solo pueden fundarse en la
inexistencia de los presupuestos sustanciales para la formación del concurso” 2.
Es decir, que podría discutirse la concursabilidad del deudor, la exigibilidad del
crédito, que el deudor no se encuentra en cesación de pagos.

En relación al trámite, se interpone por escrito y tramita conforme lo dispuesto


por el art. 280 y siguientes de la Ley de Concursos y Quiebras. Son partes el
fallido, el síndico y el acreedor peticionario.

El juez dictará resolución en el término de diez días desde que el incidente se


encuentra en estado de resolver. La resolución es apelable, ya sea que se
admita o rechace.

El recurso de reposición no suspende los efectos de la quiebra, salvo en lo


relativo a la liquidación patrimonial (art. 203).

Levantamiento sin trámite


Por su parte, el art. 96 de la Ley de Concursos y Quiebras regula este
recurso, el cual es una especie de reposición que no tramita por vía incidental,
sino en el mismo expediente principal, pues se depositó en pago o a embargo la
suma reclamada por el acreedor en su pedido, más los gastos que se
generaron en el proceso universal y accesorios propios del crédito (por ejemplo:
intereses).

El depósito a embargo se realiza a los fines de que el acreedor inicie la


correspondiente acción individual y en esa vía, se podrán discutir todas las
cuestiones relacionadas con el crédito.

El deudor, debe proceder de la misma manera respecto de todos los créditos


que fueron invocados en diferentes pedidos de quiebra, salvo que demuestre
que, prima facie, algunos de los créditos reclamados eran ilegítimos.

Plazo: dentro de los 5 días de conocer la quiebra o desde la última publicación


edictal.

Recursos: “la resolución que deniegue la revocación inmediata es apelable


únicamente por el deudor, al solo efecto devolutivo y se debe resolver por la
alzada sin sustanciación”3. Sin embargo, la doctrina entiende si lo que se discute
es la extensión del depósito efectuado por el deudor, parece innegable la
necesidad de otorgar legitimación a los acreedores para apelar.

Efectos comunes de la reposición y del levantamiento sin trámite:

a) La interposición no tiene efectos suspensivos, y por ende, subsisten los


efectos personales y patrimoniales.
b) Las enajenaciones hechas al amparo del art. 184 quedan firmes.

2
Art. 95. Ley N° 24.522. Op. cit.
3
Art. 96. Ley N° 24.522. Op. cit.
c) La revocación hace cesar los efectos de la quiebra, pero todo lo incautado se
le restituye al deudor.
d) Los contratos resueltos por la quiebra no renacen de sus efectos.
e) Los bienes ingresados en virtud de los arts. 118 y 119 de la Ley de
Concursos y Quiebras se devuelven.
f) Revocada la sentencia de quiebra, quien la peticionó con dolo o culpa grave
es responsable por los daños y perjuicios (art. 99). La acción tramita ante el juez
del concurso.

Incompetencia
El art. 100 de la Ley de Concursos y Quiebras establece la posibilidad de
controvertir la intervención del juez actuante a través de este planteo. En
realidad, al no buscarse el levantamiento de la situación falencial y solo un
desplazamiento de la competencia, muchos autores no lo tratan como un
verdadero recurso.

Legitimados: deudor y cualquier acreedor, siempre que no haya pedido la


quiebra.

Plazos y quiebras a las que se aplica: dentro de los cinco días de conocida la
sentencia y tramita por incidente (art. 280 y siguientes).

Efectos: en ningún caso cesan los efectos personales y patrimoniales de la


quiebra. Si se admite la declaración de incompetencia, pasa el expediente al
juzgado correspondiente, y son válidas las actuaciones cumplidas hasta
entonces.

Efectos patrimoniales y personales


De acuerdo al art. 106 de la Ley de Concursos y Quiebras, la sentencia de
quiebra tiene ejecutoriedad inmediata desde su dictada, es decir que los efectos
se disparan desde el dictado de la sentencia, sin que sea necesario que se
notifique o se publiquen edictos, ni que se encuentre firme.

El dictado de la sentencia de quiebra produce una serie de efectos


patrimoniales y personales en la persona del fallido, los que se verán a
continuación.

Un efecto que produce la sentencia de quiebra y que es de fundamental


importancia es el fuero de atracción. Los arts. 132 y 133 de la Ley de
Concursos y Quiebras regulan el fuero de atracción y el primer precepto prevé
las mismas excepciones que establece el art. 21 de la ley para el concurso
preventivo, a excepción de las garantías reales que tienen un sistema de
ejecución especial dentro de la quiebra y es a través del concurso especial
previsto en los arts. 126 y 209 de la Ley de Concursos y Quiebras. Es decir que
salvo las ejecuciones de garantías reales que quedan atraídas al proceso de
quiebra, el resto de las excepciones previstas en el art. 21 se aplican a la
quiebra.
Inhabilitación
En nuestro actual sistema, la inhabilitación consiste en la limitación en el
ejercicio de ciertos derechos; así:

i) El fallido no podrá ejercer el comercio. Para el ejercicio de profesión u oficio,


se debe tener en cuenta que el art. 104 dispone que “el fallido conserva la
facultad de desempeñarse en tareas artesanales, profesionales o en relación de
dependencia”4, pero se considera la normativa de cada profesión (por ejemplo:
los fallidos no pueden actuar como escribanos).
ii) Tampoco podrá ser administrador, gerente, síndico, liquidador o fundador de
sociedades, asociaciones, mutuales o fundaciones; ni integrante de sociedades
o ser factor o apoderado (art. 238).

La inhabilitación se produce desde la sentencia de quiebra y alcanza a los


fallidos, personas físicas y a los administradores de la sociedad, y en este último
caso, además de los actuales, afecta también a los que lo fueron a la época de
la cesación de pagos, sin importar el límite del art. 116 de la Ley de Concursos y
Quiebras.

Duración: es de un año desde la fecha de la sentencia de quiebra, salvo que:

a) sea reducida o dejada sin efecto, a pedido de parte y previa vista a la


sindicatura, cuando prima facie no estuviera el fallido incurso en un delito
penal;
b) sea mayor al plazo de un año, si el inhabilitado es sometido a proceso penal,
supuesto en el cual, la inhabilitación dura hasta el dictado de la resolución de
sobreseimiento, y “si mediare condena, dura hasta el cumplimiento de la
accesoria de inhabilitación”5.

Respecto del fallido persona física y de los administradores, cesa


automáticamente al año de declarada la quiebra. Sin embargo, esta
rehabilitación, requiere declaración judicial.

Ahora bien, para las personas jurídicas, según el art. 237, la inhabilitación es
definitiva, salvo conversión o conclusión de la quiebra no liquidativa, pues este
revivir solo se puede dar frente al avenimiento o pago total.

Interdicción de salida al exterior


Con la finalidad de asegurar el deber de cooperación del fallido y de los
representantes legales al tiempo de la declaración de la quiebra, se dispone
que:

4
Art. 104. Ley N° 24.522. Op. cit.
5
Art. 236. Ley N° 24.522. Op. cit.
Hasta la presentación del informe general, el fallido y sus
administradores no pueden ausentarse del país sin autorización
judicial concedida en cada caso, la que deberá ser otorgada
cuando su presencia no sea requerida a los efectos del Artículo
102, o en caso de necesidad y urgencia evidentes. Esa
autorización no impide la prosecución del juicio y subsisten los
efectos del domicilio procesal.

Por resolución fundada el juez puede extender la interdicción de


salida del país respecto de personas determinadas, por un plazo
que no puede exceder de SEIS (6) meses contados a partir de la
fecha fijada para la presentación del informe. La resolución es
apelable en efecto devolutivo por las personas a quienes afecte6.

No comprende a los administradores que cesaron en sus funciones, a los


suplentes y a los síndicos societarios.

Régimen de administración y disposición de los bienes

El desapoderamiento implica que todos los bienes dejarán de ser administrados


por el fallido, quien además pierde la posibilidad de disponerlo. Todos los actos
que realice sobre aquéllos, serán ineficaces de pleno derecho (pues la remisión
que se efectúa desde el art. 109 al 119 es errónea, se entiende que la remisión
es al art. 118: actos ineficaces de pleno derecho).

Como se dijo, el fallido conserva la facultad de desempeñar tareas artesanales,


profesionales o en relación de dependencia, etc. Por ello, puede suceder que
contraiga nuevas deudas mientras todavía no está rehabilitado y ellas pueden
dar lugar a un nuevo concurso que recaerá sobre el remanente de la primera
quiebra y sobre los bienes que adquiera luego de la rehabilitación.

Otro efecto, vinculado a la administración, es que al fallido se le intercepta la


correspondencia, a fin de ubicar bienes del fallido. Las comunicaciones se
entregan al síndico, quien las abrirá en presencia del fallido o del juez, y las que
fueren personales, serán devueltas al interesado (art. 114).

Desapoderamiento

ARTÍCULO 107.‐ Concepto y extensión. El fallido queda


desapoderado de pleno derecho de sus bienes existentes a la
fecha de la declaración de la quiebra y de los que adquiriera
hasta su rehabilitación. El desapoderamiento impide que ejercite
los derechos de disposición y administración7.

6
Art. 103. Ley N° 24.522. Op. cit.
7
Art. 107. Ley N° 24.522. Op. cit.
Es el efecto más fuerte que se produce con motivo de la quiebra, a los fines de
enajenar la totalidad de bienes del fallido y distribuirlo entre los acreedores. La
materialización del desapoderamiento se produce a través de la incautación de
los bienes del fallido y la privación de la legitimación del fallido para administrar
y disponer de los bienes.

En la actualidad, se explica que el desapoderamiento:

i) no importa transmisión de propiedad alguna;


ii) no se transmite posesión, sino corpus posesorio;
iii) el síndico administra y participa en la enajenación.

Comienza: con la sentencia de quiebra, de ahí la ineficacia de los actos


otorgados desde esa fecha por el fallido.

Comprende: todos los bienes que son propiedad del fallido al momento de la
declaración de quiebra y los que ingresen durante la inhabilitación. Los que
adquiera luego de la rehabilitación no caen bajo el efecto del
desapoderamiento.

Bienes excluidos
El art. 108 de la Ley de Concursos y Quiebras establece una enumeración no
taxativa de los bienes inembargables. Ahora bien, algunas disposiciones del
Código Civil y Comercial modifican el régimen concursal en lo relativo a los
bienes excluidos del desapoderamiento en la quiebra de la persona humana.
Por ejemplo, el usufructo de los bienes de los hijos menores (art. 108, inc.
3) ya no existe en el Código único, que solo establece la administración de
esos bienes a cargo de los padres (art. 685 del Código Civil y Comercial de la
Nación).

Hoy los bienes excluidos del desapoderamiento son: los derechos no


patrimoniales, los bienes inembargables (art. 108, inc. 2, de la Ley de Concursos
y Quiebras), los bienes excluidos de la garantía de los acreedores (art. 744 del
Código Civil y Comercial); muchos de los enunciados en la norma civil coinciden
con lo establecido en el inc. 6 del art. 108 de la Ley de Concursos y Quiebras.

Por otro lado, en orden a la protección de la vivienda, el Código Civil y Comercial


establece un nuevo régimen de protección de un inmueble destinado a
vivienda, por su totalidad o hasta una parte de su valor, mediante su afectación
e inscripción registral (art. 244 y siguientes del Código Civil y Comercial). De tal
modo, se establece que la afectación debe inscribirse en el registro de la
propiedad de inmueble y el principal efecto es que la vivienda afectada no es
susceptible de ejecución por deudas posteriores a la inscripción, salvo las
excepciones mencionadas en el art. 249 del Código Civil y Comercial.
Legitimación del fallido y de la sindicatura
Respecto de los bienes que se encuentran afectados por el desapoderamiento,
el art. 110 de la Ley de Concursos y Quiebras prevé, como regla general, que “el
fallido pierde la legitimación procesal en todo litigio referido a los bienes
desapoderados, debiendo actuar en ellos el síndico”8. Es una consecuencia
necesaria o refleja, pues la pérdida de la legitimación sustancial sobre los bienes
desapoderados (pérdida de administración y disposición de los bienes) debe ir
acompañada de la pérdida de legitimación procesal sobre los mismos bienes. El
fallido sí puede actuar en las medidas conservatorias judiciales, hasta tanto el
síndico se apersone y realice las gestiones extrajudiciales (art. 110 de la ley
concursal).

Ahora bien, el fallido participa en los procesos de verificación de créditos,


formula observaciones, es parte en las verificaciones tardías y en los incidentes
de revisión. Además puede: 1) cuestionar la fecha de cesación de pagos; 2)
recurrir la sentencia del art. 118 de la Ley de Concursos y Quiebras; 3) ser parte
en todas las acciones de declaración de ineficacia; 4) participar en el
trámite de restitución de bienes; 5) participar respecto de la decisión de los
bienes invendibles; 6) observar el informe final, 7) requerir la conclusión de la
quiebra.

En orden a herencias, legados y donaciones, el art. 111 de la Ley de Concursos y


Quiebras dispone que:

El fallido puede aceptar o repudiar herencia o legados.

En caso de aceptación, los acreedores del causante solo pueden


proceder sobre los bienes desapoderados, después de pagados
los del fallido y los gastos del concurso.

La repudiación solo produce sus efectos en lo que exceda del


interés de los acreedores y los gastos íntegros del concurso. En
todos los casos actúa el síndico en los trámites del sucesorio en
que esté comprometido el interés del concurso9.

La norma prevé que la masa del sucesorio y la masa del patrimonio del heredero
fallido no se confundan. Así, los acreedores del fallido y los gastos del concurso
solo pueden aspirar a ver incrementado el caudal a repartir luego de que se
paguen todos los gastos del sucesorio. Por su parte, los acreedores del causante
tampoco pueden pretender derechos sobre los bienes desapoderados, ya que
primero deben cobrar los acreedores del fallido y recién en caso de haber
remanente, podrán concurrir los derechos del causante.

8
Art. 110. Ley N° 24.522. Op. cit.

9 Art. 142. Ley N° 24.522. Op. cit.


Contratos y relaciones jurídicas preexistentes
Un artículo de fundamental importancia para esta parte de la ley, lo constituye
el art. 142: “La quiebra no da derecho a los terceros al resarcimiento de daños
por aplicación de esta ley”10.

Los arts. 143 y 144 de la Ley de Concursos y Quiebras dan las pautas respecto a
los contratos a los cuales se les aplican los efectos de esta sección:

1) si las prestaciones previstas en un contrato están cumplidas íntegramente


por el fallido al tiempo de la sentencia de quiebra, el tercero debe cumplir con
la suya;
2) si la prestación que está pendiente es la del fallido, el tercero deberá verificar
su crédito en la quiebra;
3) si existen prestaciones recíprocamente pendientes, el contratante no fallido
tiene derecho a resolver el contrato, sometido a las siguientes reglas:

a) Luego de los 20 días de publicación de los edictos, el tercero debe


presentarse y hacer saber la existencia del contrato y su intención de
resolverlo o continuarlo. Otros interesados pueden hacer conocer el
contrato y su opinión sobre su continuación o no.
b) El síndico, al presentar un informe sobre la continuación empresaria,
debe enunciar estos contratos y su opinión.
c) Si hay continuación de la explotación, el juez decide sobre estos
contratos.
d) Si no medió continuación de la explotación, el contrato se suspende en
sus efectos.
e) Pasados 60 días desde la publicación de los edictos sin que exista
pronunciamiento, el tercero puede solicitar definición sobre el tema. Si
transcurren 10 días y no se le comunica de manera fehaciente su
continuación, el tercero puede resolver el convenio.
f) Si existe premura o urgencia, el juez puede pronunciarse sobre la
continuación o resolución antes de las oportunidades fijadas, previa
vista al síndico y al tercero contratante.
g) La decisión de continuación puede disponer la constitución de garantías
frente a la insuficiencia de la preferencia del art. 240 de la Ley de
Concursos y Quiebras y se prevé que es apelable únicamente por el
tercero, cuando se hubiere opuesto a la continuación.

Este esquema general se aplica a los contratos bilaterales; más allá que deban
confrontarse los dispositivos legales respecto de la existencia de alguna
disposición particular para determinado contrato.

En definitiva, si hay continuación de la explotación de la empresa, el contrato,


en principio, continúa con sus efectos. Pero si no se da la mentada continuidad,
el contrato se suspende en sus efectos hasta que se decida, de manera
definitiva, por su continuación o resolución.
El art. 145 de la Ley de Concursos y Quiebras tiene una importancia superlativa
en esta sección, pues declara inoperantes las cláusulas resolutorias,
contractuales o legales.

Boleto de compraventa

El art. 146 segunda parte de la Ley de Concursos y Quiebras prevé en qué


supuestos el boleto de compraventa de inmuebles, otorgado a favor de
adquirentes de buena fe, es oponible al concurso o la quiebra.

Así, establece que los requisitos son:

a) la existencia del boleto de compraventa,


b) el pago de al menos el 25 % del precio total convenido,
c) buena fe del adquirente, en el sentido de que si el boleto fue otorgado
en período de sospecha, el comprador no debe haber conocido el estado
de cesación de pagos,
d) el cumplimiento por parte del comprador en el tiempo acordado; si
fuere a plazo la prestación, debe constituirse hipoteca sobre el bien, en
garantía del saldo.

Si el adquirente por boleto de compraventa cumple con todos los requisitos


antes mencionados, podrá perseguir el reconocimiento de su crédito u
obligación de escriturar, de conformidad al procedimiento previsto para la
verificación de crédito.

De manera concordante, el art. 1171 del Código único prevé que “los boletos de
compraventa de inmuebles de fecha cierta otorgados a favor de adquirentes de
buena fe son oponibles al concurso o quiebra del vendedor si se hubiera
abonado como mínimo el veinticinco por ciento del precio”11.

Como se advierte, además de los recaudos ya vistos, el boleto de compraventa


requiere fecha cierta.

Otras reglas particulares para contratos

En los contratos con prestación personal de fallido, de ejecución continuada, el


art. 147 de la Ley de Concursos y Quiebras prevé:

Los contratos en los cuales la prestación pendiente del fallido


fuere personal e irreemplazable por cualquiera que puedan
ofrecer los síndicos en su lugar, así como aquellos de ejecución
continuada y los normativos, quedan resueltos por la quiebra.
Los contratos de mandato, cuenta corriente, agencia y concesión
o distribución, quedan comprendidos en esta disposición12.

11
Art. 1.171 – Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación.
12
Art. 147 – Ley N° 24.522. Op. cit.
De tal modo, la norma es concordante con las disposiciones de los artículos
380, 1441, 1404, 1494 y 1509 del Código Civil y Comercial de la Nación.

Otras relaciones jurídicas: derecho de receso (art. 149 de la ley concursal),


aportes y concurso de socios (art. 150), contra a término (art. 153), seguros (art.
154), locación de inmuebles (art. 157), renta vitalicia (art. 158). Cuando el art.
158 de la Ley de Concursos y Quiebras refiere al art. 2087 del Código Civil debe
entenderse que se refiere al art. 1604 del Código Civil y Comercial.

Por su parte, el art. 156 de la Ley de Concursos y Quiebras prevé en orden a los
alimentos que “solo corresponde reclamar en el concurso el crédito por
alimentos adeudados por el fallido antes de la sentencia de quiebra” 13. Esta
norma debe estudiarse en consonancia con lo dispuesto en los arts. 537 y 538
del Código Civil y Comercial de la Nación, en cuanto regulan en qué casos los
parientes se deben alimentos.

En orden a la compensación de créditos, la ley concursal prevé que solo es


válida aquella que se produce antes de la declaración de quiebra (art. 130).

Este modo de extinción de las obligaciones está regulado a partir del art. 921
y siguientes del Código Civil y Comercial de la Nación.

Casos no contemplados: reglas. En las relaciones patrimoniales


no contempladas expresamente, el juez debe decidir aplicando
las normas de las que sean análogas, atendiendo a la debida
protección del crédito, la integridad del patrimonio del deudor y
de su empresa, el estado de concurso y el interés general14.

Así, pueden citarse las normas de los arts. 1614 y 1630 del Código Civil y
Comercial, en materia de cesión de derechos, el art. 1237 del Código único, en
materia de leasing, entre otros supuestos.

Régimen de incautación y conservación de los bienes

Este tema está tratado en la ley concursal en los arts. 177 al 188. La
incautación es el modo de efectivizar el desapoderamiento y se concreta
inmediatamente después del dictado la sentencia de quiebra. Es decir, supone
la privación del deudor del corpus posesorio de los bienes.

¿Quién lo practica? El oficial de justicia concreta la orden. Recae sobre bienes y


papeles de comercio.

13
Art. 91. Ley N° 24.522. Op. cit.
14
Art. 921. Ley N° 24.522. Op. cit.
Se practica de acuerdo a la naturaleza de los bienes: clausura del
establecimiento, oficinas y entrega de bienes al síndico, etc., previa descripción
de aquellos. Todo ello de conformidad con lo que prevé el art. 177 de la Ley de
Concursos y Quiebras.

Si los lugares no ofrecen condiciones de seguridad, se pueden solicitar medidas


de conservación y custodia (art. 181).

La conservación y administración de bienes corresponde al síndico (art. 179)


quien puede iniciar el cobro de aquellos créditos cuya titularidad corresponde a
los fallidos y promover juicios. Para estos actos, no necesita autorización. Para
otorgar quitas, esperas o novaciones sí requiere autorización judicial (art. 182).

Los fondos que obtenga de la gestión para la percepción de lo depositado


deberán ser depositados en el banco de depósitos judiciales (art. 183).

En orden a los bienes perecederos, la ley prevé que deberán ser liquidados
inmediatamente (art. 184).

Finalmente, el art. 185 faculta al síndico a efectuar todos los actos de


conservación y administración necesarios sobre los bienes, lo que incluye
realizar todos los contratos que estime oportunos, previa autorización judicial.
Si el acto requiere urgencia, puede disponer la contratación directa al poner
en conocimiento del juez, en forma inmediata, tal circunstancia.

A su vez, y a los fines de obtener frutos sobre los bienes desapoderados, el


síndico puede realizar, previa autorización judicial, convenios de locación u
otros contratos (art. 186).
Referencias
Ley N ° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación.

Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la


Nación.
Quiebra con
continuidad
empresaria

Concursos y
quiebras
Quiebra con continuidad
empresaria
Continuación de la explotación de la
empresa
El principio de "conservación de la empresa" tal como se vio, constituye un eje
indiscutido del derecho actual y por ello, la ley concursal pretende que los ejes
cardinales de “continuidad” y “conservación de la empresa”, se aseguren en el
proceso concursal.

Continuación inmediata
La Ley N° 26.684 tuvo como objetivo priorizar la subsistencia de las empresas, y
posibilitar a las cooperativas de trabajo, conformadas por los mismos obreros
que fueron dependientes de las empresas quebradas. De tal modo, la normativa
mencionada les da un lugar preponderante en la etapa terminal de la
empresa. Está prevista en el art. 189, primera parte de la Ley de Concursos y
Quiebras.

Empresas que prestan servicios públicos


El art. 189 establece que "las disposiciones del párrafo precedente y las demás
de esta sección se aplican a la quiebra de empresas que explotan servicios
públicos imprescindibles"1, calificativo este último que aparece
sobreabundantemente en el texto legal.

Servicio público es definido, modernamente, como

una técnica de regulación sobre actividades de contenido


económico cuya titularidad ostenta el Estado y su gestión los
particulares, destinadas a satisfacer necesidades esenciales de
los habitantes, regulación que permite mantener e impulsar el
bien común y el desarrollo económico social de la persona
humana, asegurando prestaciones de carácter obligatorio y
sujetas a reglas preestablecidas. Es el régimen exorbitante
impuesto por el legislador, garantizado por las autoridades, a
una actividad económica determinada, sustrayéndola - en la
medida necesaria- de las reglas de la libertad de mercado, con la

1
Art. 189 – Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.
finalidad fundada y motivada de asegurar el bienestar general
mediante su satisfacción a la generalidad de la comunidad en
ejercicio de las potestades constitucionales (Pérez Hualde, citado
por Chiavassa, 2008).

La declaración particular por parte del órgano legislativo de que determinada


actividad económica es esencial para la comunidad, y por lo tanto, constituye
un servicio público es una de las características de este concepto.

La mencionada norma también prevé que:

1) Debe comunicarse la sentencia de quiebra a la autoridad que


ha otorgado la concesión o a la que sea pertinente.
2) Si el juez decide en los términos del Artículo 191 que la
continuación de la explotación de la empresa no es posible, debe
comunicarlo a la autoridad pertinente.
3) La autoridad competente puede disponer lo que estime
conveniente para asegurar la prestación del servicio, las
obligaciones que resulten de esa prestación son ajenas a la
quiebra.
4) La cesación efectiva de la explotación no puede producirse
antes de pasados TREINTA (30) días de la comunicación prevista
en el inciso 2)2.

Requisitos de procedencia para la continuación


Un primer presupuesto común para los casos de continuación de la explotación
de la empresa es que ésta detente, actual o contemporáneamente, desarrollo
de actividad económica o bien, posibilidad cierta de desarrollar aquella
actividad. Lo importante, a pesar de la inactividad o paralización de las
operaciones de la entidad fallida, es que cuente con potencialidad profesional
para proseguir en el circuito productivo.

La etapa, dentro del proceso falencial, en la cual se ubica a este instituto es la


propiamente liquidativa. Si bien no es requisito para la apertura del concurso
preventivo o para la apertura del procedimiento de salvataje empresario que la
empresa cuente con actividad presente, esta etapa, que se encuentra en la
postrimería del proceso universal, de ninguna manera admite la continuidad sin
actividad actual o latente.

Finalidad: este instituto no tiene una finalidad en sí misma. Es un medio que


posibilita la concreción de tres pautas fundamentales:

a) lograr una mejor satisfacción de las acreencias concursales;


b) su transferencia como unidad;
c) la conservación de la empresa.

2 Art. 189. Ley N° 24.522. Op. cit.


La idea es que el pasivo concursal sea satisfecho con la liquidación del activo y
no con el resultado de la explotación.

Continuidad inmediata

La continuidad inmediata de la Ley de Concursos y Quiebras establece en el art.


189 que "el síndico puede continuar de inmediato con la explotación de la
empresa o de alguno de sus establecimientos"3.

Como consecuencia de la sentencia de quiebra y del estado de


desapoderamiento, parece lógico que el síndico sea el sujeto legitimado para
decidir la continuidad de la actividad empresarial. Es una facultad excepcional
que genera una continuación esencialmente provisoria e inmediatamente
revocable.

De manera que el impulso del proceso continuativo, en este segmento


normativo, solo lo posee el síndico.

Las pautas generales de difícil contenido práctico que fija la ley, para decidir la
continuación de la explotación, son:

1) Si de su interrupción pudiera provocarse un daño grave al interés de los


acreedores;
2) La conservación del patrimonio. Hace referencia a la necesidad de evitar la
disgregación temprana del conjunto de elementos patrimoniales reunidos por
el fallido.
3) Si se interrumpiera un ciclo de producción que puede concluirse.
4) Si se entiende que el emprendimiento resulta económicamente viable.
5) Por último, si se encuentra en juego la fuente de trabajo y los trabajadores
agrupados en una cooperativa, le solicitan al juez o al síndico hacerse cargo de
la explotación y le hacen saber que presentarán, antes del informe del art. 190
de la Ley de Concursos y Quiebras, el correspondiente plan de empresa con las
proyecciones económicas. La norma requiere que la petición sea formulada por
la mayoría especial de las dos terceras partes del personal en actividad o de los
acreedores laborales.

En definitiva, el síndico deberá tener especial consideración frente al supuesto


de una quiebra de una empresa en la cual exista personal en relación de
dependencia, sobre todo, cuando se le efectúe un concreto pedido de
continuación de la explotación.

Las pautas que incorpora el art. 191 de la Ley de Concursos y Quiebras, para
autorizar la continuación por parte del juez concursal, son condiciones
razonables para aplicarlas en este supuesto.
Informe del síndico

Cuando el síndico informe sobre la continuación de la empresa, deberá detallar


en forma precisa y pormenorizada las razones prácticas que lo llevaron a tal
determinación, con explicación exhaustiva e incorporación al expediente de
aquella documentación que avale o respalde la decisión tomada.

Así, el art. 190 de la Ley de Concursos y Quiebras prevé los distintos aspectos
que deberá informar el síndico en orden a la continuación empresaria, a saber:

1) La posibilidad de mantener la explotación sin contraer nuevos


pasivos, salvo los mínimos necesarios para el giro de la
explotación de la empresa o establecimiento;
2) La ventaja que resultaría para los acreedores de la enajenación
de la empresa en marcha;
3) La ventaja que pudiere resultar para terceros del
mantenimiento de la actividad;
4) El plan de explotación acompañado de un presupuesto de
recursos, debidamente fundado;
5) Los contratos en curso de ejecución que deben mantenerse;
6) En su caso, las reorganizaciones o modificaciones que deben
realizarse en la empresa para hacer económicamente viable su
explotación;
7) Los colaboradores que necesitará para la administración de la
explotación;
8) Explicar el modo en que se pretende cancelar el pasivo
preexistente4.

Este informe es de enorme importancia, pues a partir de él, es posible la


prosecución del trámite. Como una de las excepciones al modo de contar los
plazos, tal como lo estipula el art. 273, se fija en 20 días corridos, a partir de la
aceptación del cargo.

Contratos de trabajo. Régimen aplicable


De acuerdo al art. 196 de la Ley de Concursos y Quiebras, los contratos de
trabajos no se disuelven, sino se suspenden de pleno derecho. Ahora, si no se
decide la continuación de la empresa, el contrato se disuelve y el acreedor debe
verificar; caso contrario, el contrato se reconduce o reactiva y los emolumentos
que se devenguen luego de la continuación serán considerados como gastos del
concurso.

El síndico efectuará la reorganización del personal luego de la continuación.


En cualquier caso de extinción del contrato de trabajo, ya sea despido,
cierre de la empresa o adquisición por un tercero, se resuelve
definitivamente el contrato de trabajo.
Finalmente, cabe puntualizar que, en caso de constitución de una cooperativa
de trabajo, la relación laboral se convierte en un vínculo asociativo propio de
dicha entidad solidaria, de manera que los rubros que se devenguen a la fecha
de la sentencia de la quiebra y dichos créditos son los que se hacen valer en
una eventual compensación para adquirir la empresa.

Elección del personal


El art. 191 prevé que el juez debe expedirse respecto del tema del personal que
se necesitará en la explotación.

La cantidad y calificación profesional hace referencia al elemento humano de la


empresa que continúa ligado a ésta a la fecha de declaración de la quiebra. Si
existe acuerdo entre el síndico y el fallido o sus administradores, podrá
convocarlos para que presten colaboración, pero tal colaboración no podrá
encuadrarse como de dependencia.

El art. 197 de la de la Ley de Concursos y Quiebras establece que:

Resuelta la continuación de la empresa, el síndico debe decidir,


dentro de los DIEZ (10) días corridos a partir de la resolución
respectiva, qué dependientes deben cesar definitivamente ante
la reorganización de las tareas.
En ese caso se deben respetar las normas comunes y los
dependientes despedidos tienen derecho a verificación en la
quiebra. Los que continúan en sus funciones también pueden
solicitar verificación de sus acreencias. Para todos los efectos
legales se considera que la cesación de la relación laboral se ha
producido por quiebra.
No será de aplicación el presente artículo en los casos de
continuidad de la explotación a cargo de una cooperativa de
trabajadores o sujeto de derecho constituido por trabajadores de
la fallida5.

Como los trabajadores pasan a ser cooperativistas, se los considera asociados y,


consecuentemente, la norma no será de aplicación en caso de que se constituya
el ente cooperativo.

5
Art. 197. Ley N° 24.522. Op. cit. Artículo sustituido por el artículo 23 de la Ley N° 26.684.
Continuidad a través de cooperativas de trabajo
El art. 190 de la Ley N° 24.522 expresa que:

En la continuidad de la empresa se tomará en consideración el


pedido formal de los trabajadores en relación de dependencia
que representen las dos terceras partes del personal en actividad
o de los acreedores laborales quienes deberán actuar en el
período de continuidad bajo la forma de una cooperativa de
trabajo. A tales fines deberá presentar en el plazo de veinte (20)
días, a partir del pedido formal, un proyecto de explotación
conteniendo las proyecciones referentes a la actividad
económica que desarrollará, del que se dará traslado al síndico
para que en plazo de cinco (5) días emita opinión al respecto. El
término de la continuidad de la empresa, cualquiera sea su causa,
no hace nacer el derecho a nuevas indemnizaciones laborales6.

El pedido de los trabajadores debería ser inmediato, y tener en cuenta la


sentencia de quiebra. La ley no fija expresamente el plazo.

El síndico a los fines de expedirse sobre la posibilidad de continuación de la


empresa, deberá tener en cuenta el pedido formulado por los trabajadores en
relación de dependencia y que se encuentren en forma organizada. Tal como se
vio, los trabajadores tienen legitimación para solicitar al juez concursal y al
síndico, la continuidad inmediata de la empresa.

Siempre que se verifiquen los presupuestos ya analizados previstos en el art.


189 de la Ley de Concursos y Quiebras para la continuación inmediata —grave
daño a los acreedores y conservación del patrimonio—, el juez puede
autorizarla.

Estructura jurídica

La ley estipuló a las cooperativas de trabajo como el vehículo jurídico a través


del cual los trabajadores deberán organizarse.

Las cooperativas de trabajo según el art. 2 de la Ley N° 20.337, son “entidades


fundadas en el esfuerzo propio y la ayuda mutua para organizar y prestar
servicios”7. Así, a través de estas entidades se proporciona a los socios
cooperativos puestos de trabajo, quienes con su esfuerzo personal y a través
de una organización común, producen bienes o servicios para terceros. La
relación de los socios trabajadores es societaria. Es una verdadera cooperativa,
sometida al régimen de la Ley N° 20.337 y a su autoridad de aplicación. Se
diferencia de las restantes cooperativas en razón del interés social específico
que posee.

6
Art. 190. Ley N° 24.522. Op. cit. [Artículo sustituido por el art. 17 de la Ley N° 26.684].
7
Art. 2 – Ley N° 20.337 (1973). Ley de Cooperativas. Honorable Congreso de la Nación.
No es necesario que estas estructuras tengan constitución definitiva al
momento de efectuar el pedido formal, basta con la decisión de la mayoría de
los trabajadores y el compromiso, en tal sentido.

Mayorías

La ley estableció que la decisión para efectuar el pedido formal debe ser
efectuado por las dos terceras partes del personal en actividad o de los
acreedores laborales (art. 190 de la ley concursal, sustituido por el art. 17 de la
Ley N° 26.684). En este punto, una vez más se debe efectuar una interpretación
flexible.

Los dos tercios se deben computar respecto de los trabajadores en actividad,


pues a ellos interesa, en primer lugar, mantener la fuente de trabajo. Los
dependientes activos son los que continúan en funciones luego de decretada la
quiebra y aún con posterioridad a tal decisión judicial, con la resolución de
continuación. Pero si tal mayoría no se verifica, a los acreedores laborales en
actividad se sumarían los ex trabajadores y es sobre esa base ampliada que se
debe calcular los dos tercios. Los acreedores laborales a los que se refiere la
norma son los ex operarios que tienen crédito reconocido o en vía de
reconocimiento en el proceso universal.

Finalmente, se debe tener en cuenta que el art. 190 (según texto Ley N° 26.684)
en el duodécimo párrafo establece que:

En caso de disidencias o duda respecto de la continuación de la


explotación por parte de los trabajadores, el juez, si lo estima
necesario, puede convocar a una audiencia a los intervinientes
en la articulación y al síndico, para que comparezcan a ella, con
toda la prueba de que intenten valerse8.

O sea que se abre una especie de instancia para que, en caso de dudas, se
puedan aportar elementos de convicción suficientes para favorecer la
continuación de la explotación del proyecto empresarial.

Autorización
De conformidad al art. 191 de la Ley de Concursos y Quiebras, el juez
deberá autorizar para continuar con la actividad de la empresa o de alguno de
sus establecimientos. Al decidir, tendrá en cuenta los informes emitidos por la
sindicatura y los posibles pedidos de los trabajadores, también ponderará el
mantenimiento de las fuentes laborales, las posibilidades de reorganización, la
reinserción de la empresa en la zona geográfica de influencia, etc.

8
Art. 190. Ley N° 24.522. Op. cit. Artículo sustituido por el art. 17 de la Ley N° 26.684.
La resolución del art. 191 debe dictarse dentro de los diez días hábiles
posteriores a la presentación del informe del síndico. La resolución que autorice
la continuación es, en principio, irrecurrible por el síndico. La excepción podría
darse cuando el órgano concursal emite un dictamen en sentido adverso a la
continuidad. En tal caso, correspondería conceder el recurso con igual efecto al
regulado en el último párrafo del art. 191.

Los acreedores del concurso podrían objetar la modalidad continuativa, pues


según la ley concursal, uno de los valores tenidos en cuenta para ordenar la
continuación es la valuación que favorece la situación de los acreedores.
Además, la generación de nuevos pasivos implicaría la postergación de sus
chances de cobro.

También está legitimada la cooperativa de trabajo para apelar la resolución que


deniegue la continuación.

Régimen de administración

El administrador de la empresa continuada debe tener en claro la etapa que


transita el procedimiento falencial. La liquidación inmediata del patrimonio es
reemplazada por un régimen que pretende el mantenimiento de la empresa en
el circuito económico productivo y la satisfacción de la universalidad de
acreedores concursales que se encuentran en expectativas de obtener un mayor
valor, que mantenga la empresa en marcha, y aumentar sus dividendos.

La regla general es que los actos de administración ordinaria no requieren


autorización judicial. Estos actos deben corresponderse a la continuación de la
explotación, en cuanto que son actos destinados a hacer posible que la empresa
continúe.

La prohibición de los actos que enumera el art. 16 de la Ley de Concursos y


Quiebras se extiende en esta etapa, por lo que los actos a título gratuito y los
que alteren la situación de los acreedores por causa o título anterior a la
presentación son nulos, de nulidad absoluta. Los actos que necesitan
autorización son los de administración extraordinaria.

Todas las obligaciones generadas por la actividad continuativa gozarán de la


preferencia de los acreedores del concurso, en paridad de condiciones con
otros gastos de la misma índole, siempre que la continuación se encuentre a
cargo del síndico. En el caso de continuación de la empresa o de algunos de sus
establecimientos a cargo de la cooperativa, el riesgo empresario se encuentra a
su cargo y no hay preferencia del art. 240 de la Ley de Concursos y Quiebras.

Por ello, la sola existencia de la cooperativa de trabajo no justifica la


continuación empresaria, sino que deberán los trabajadores preocuparse por
llevar a cabo una gestión que respete la planificación oportunamente
presentada como sustento de la explotación.
Esta previsión normativa funciona ante el fracaso o el éxito en la enajenación
de la empresa en marcha. Los egresos se compensarán con los ingresos y en
caso de saldo negativo, este tendrá la prioridad del art. 240 de la Ley de
Concursos y Quiebras. El adquirente se hace cargo de un emprendimiento sin
pasivo.

Facultades del juez concursal

El juez, a los efectos del presente artículo y en el marco de las


facultades del artículo 274, podrá de manera fundada extender
los plazos que se prevén en la ley para la continuidad de la
empresa, en la medida que ello fuere razonable para garantizar
la liquidación de cada establecimiento como unidad de negocio y
con la explotación en marcha9.

Se debe tener presente que, en base a todos los datos e informes que se
produzcan, el juez tendrá amplia libertad para ponderar la conveniencia o no
de la continuación, y tendrá que tener en cuenta todos los intereses en juego.
El art. 192 establece que “El juez puede poner fin a la continuación de la
explotación antes del vencimiento del plazo fijado, por resolución fundada, si
ella resultare deficitaria o, de cualquier otro modo, ocasionare perjuicio para
los acreedores”10.

Obligaciones laborales del adquirente de la empresa

De acuerdo al art. 196 de la Ley de Concursos y Quiebras, si continúa la


empresa, se reconduce la relación laboral en relación a los contratados por el
síndico, y según el art. 197 de la misma ley, el trabajador debe verificar los
rubros indemnizatorios devengados con anterioridad a la continuación, a los
cuales se agregan los devengados con posterioridad.

Ahora, transferida la empresa, solo se mantiene la relación con respecto a los


trabajadores que continuaron durante la explotación, y en relación a los otros
trabajadores que no prosiguen, el contrato se extingue y las sumas debidas
deben cobrarse contra el concurso.

Desde otro costado, en caso de constitución de cooperativa de trabajo, la


relación laboral se convierte en un vínculo asociativo propio y por ende, los
trabajadores dejan de ser empleados para pasar a ser asociados y por lo tanto,
no generan deudas laborales.

9
Art. 190. Ley N° 24.522. Op. cit.
10
Art. 192. Ley N° 24.522. Op. cit.
A su vez, el art. 198 establece algunos efectos especiales respecto de las
prestaciones debidas, en caso de continuidad por el síndico (en el primer
párrafo), y algunos efectos frente a la extinción del contrato a favor del
adquirente. Así, la norma prevé que el síndico debe pagar las retribuciones
devengadas durante la continuación de la explotación y gozan de la preferencia
del art. 240 de la Ley de Concursos y Quiebras.

Ahora bien, si se extingue el contrato laboral, sea por despido del síndico o por
cierre de la empresa, debe distinguirse entre los créditos laborales de causa
anterior a la quiebra y los posteriores. En relación a los primeros, estos deben
verificarse y gozan del privilegio general o especial y los posteriores constituyen
gastos de conservación y justicia en los términos del art. 240 de la Ley de
Concursos y Quiebras.

Finalmente, en caso de adquisición por un tercero de la empresa, este es


sucesor del fallido solamente con relación a los empleados que trabajaban en el
período de la explotación.

Régimen especial para entidades


deportivas
De conformidad al art. 1 de la Ley 25.284, el régimen previsto en dicha
normativa se aplica a las asociaciones civiles de primer grado con personería
jurídica, que tengan por objeto la práctica deportiva. En el caso de quiebras
decretadas y encuadradas en el art. 1, es posible aplicar esta ley de oficio:
“cualquiera sea el estado del proceso, siempre y cuando la autoridad judicial
merituare «prima facie» la existencia de patrimonio suficiente para la
continuación de la explotación”11.

La valoración del juez, de acuerdo a las reglas de la sana crítica racional, debe
estar orientada hacia las reales posibilidades del club de generar ingresos de
fondos genuinos, para atender los gastos de mantenimiento, sueldos, impuestos
y demás erogaciones que debe afrontar la entidad.

En cambio, respecto de los concursos preventivos, las autoridades de las


entidades deportivas pueden optar por continuar el trámite bajo la Ley 25.284
o bien, hacerlo bajo la Ley 24.522.

Objetivos de la legislación

Esta ley tiene como objetivos:


a) Proteger al deporte como derecho social.
b) Continuar las actividades que desarrollan las entidades
referidas en el artículo precedente, a los efectos de generar

11
Art. 5 – Ley N° 25.284 (2000). Régimen especial de administración de las entidades deportivas con dificultades
económicas. Fideicomiso de administración con control judicial. Honorable Congreso de la Nación.
ingresos genuinos en beneficio de los acreedores y
trabajadores de las mismas, mediante un accionar prudente y
económicamente sustentable.
c) Sanear el pasivo mediante una administración fiduciaria
proba, idónea, profesional y controlada judicialmente.
d) Garantizar los derechos de los acreedores a la percepción
de sus créditos.
e) Superar el estado de insolvencia.
f) Recobrar el normal desempeño institucional de la entidad12.

Régimen normativo
El art. 26 estipula un orden de aplicación de las normas y prevé que se
aplicarán:

en todo lo que no se oponga a la presente ley, las disposiciones


del Código Civil, de las Leyes 22.315, 24.441 y 24.522, las de
todas las leyes y decretos provinciales de policía en materia
asociativa y las de los Códigos Procesales vigentes en cada
jurisdicción13.

Plazo para la continuación


El art. 22 establece que “el fideicomiso tendrá una duración de tres años,
renovables por resolución judicial, hasta el máximo de nueve años”14.

A su vez el art. 23 limita las posibilidades de prórroga.

Cumplido el plazo de tres años, el Juez analizará la continuidad


del fideicomiso o su liquidación. Decidida esta última,
determinará la forma de llevarla a cabo y designará a los
encargados de dicha misión, que podrán ser los mismos
fiduciarios.

Serán causales de liquidación, la no generación de recursos para


atender el giro ordinario de la entidad o para conformar la masa
a distribuir a favor de los beneficiarios15.

12
Art. 2. Ley N° 25.284. Op. cit.
13
Art. 26. Ley N° 25.284. Op. cit.
14
Art. 22. Ley N° 25.284. Op. cit.
15
Art. 23. Ley N° 25.284. Op. cit.
Fideicomiso con control judicial
Se establece el fideicomiso de administración (art. 14 de la Ley N° 25.284),
debiéndose anotar todos los bienes que lo integran en los registros respectivos.
Dicho patrimonio será administrado a favor de los acreedores.

Órgano fiduciario de administración


Si se aplica la presente ley, se designa un órgano fiduciario que desplaza a todos
los funcionarios mencionados en la ley concursal. Este órgano fiduciario está
compuesto por tres miembros (un abogado, un contador y un experto en
administración deportiva) que actuarán de manera conjunta y serán
controlados judicialmente. Las decisiones se tomarán por mayoría simple y
siempre con opiniones fundadas (art. 8 de la Ley N° 25.284).

Está facultado para conformar un comité asesor honorario, constituido por


asociados de las entidades, de no más de cinco miembros.

En orden a los requisitos que deben cumplimentar, están detallados en el art.


10 de la Ley N° 25.284.
Referencias
Chiavassa, E. N. (2008). Servicios públicos y concurso preventivo. Internet como
servicio universal. Revista de Derecho Concursal, N°. 5, p. 88 y ss.

Ley N° 20.337 (1973). Ley de Cooperativas. Honorable Congreso de la Nación.

Ley N ° 24.522. (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la


Nación.

Ley N° 25.284 (2000). Régimen especial de administración de las entidades deportivas


con dificultades económicas. Fideicomiso de administración con control judicial.
Honorable Congreso de la Nación.

Ley N° 25.284 (2000). Régimen especial de administración de las entidades deportivas


con dificultades económicas. Fideicomiso de administración con control judicial.
Honorable Congreso de la Nación.

Ley N° 26.684. (2011). Modificación de la Ley 24.522. Honorable Congreso de la


Nación.
Actos perjudiciales a
los acreedores.
Período de sospecha

Concursos y
quiebras
Actos perjudiciales a los
acreedores. Período de
sospecha
La incautación en la quiebra abarca los bienes presentes y futuros que ingresen
hasta la rehabilitación. Sin embargo, es factible encontrarse con casos en los
que, en el tiempo anterior al proceso concursal, se efectuaron actos en perjuicio
de los acreedores, y que disminuyeron la prenda común de los acreedores.

Así se tienen: la inoponibilidad de pleno derecho, la revocatoria concursal, la


acción de fraude común y la simulación, susceptibles de ser ejercidas en la
quiebra.

Su fundamento debe buscarse en el concepto de estado de cesación de pagos,


desde que este no se produce súbitamente o de un día para el otro, sino que
normalmente se prolonga en el tiempo.

Período de sospecha
Se denomina período de sospecha al lapso temporal existente entre la sentencia
de quiebra y aquella en que retroactivamente se produjo la cesación de pagos.
Esta fecha de cesación de pagos la fija el juez mediante resolución. Pero tiene
un límite retrospectivo: dos años desde la sentencia de quiebra o desde la
presentación en concurso preventivo (art. 116 de la Ley N° 24.522). Esto se
denomina retroacción técnica.

Ahora bien, a los fines de esta sección de la ley, la retroacción es de dos años
como máximo, pero si la fecha real de cesación de pagos sobrepasa ese límite,
se debe declarar, pues para otros efectos, la ley toma en cuenta la fecha real de
cesación de pagos. Por ejemplo, e l art. 235 de la ley concursal, para
inhabilitar a los que integraron el órgano de administración, o bien el caso del
art. 174, donde la responsabilidad se extiende por actos realizados hasta un año
antes de la fecha de cesación de pagos, sin que se encuentre vigente la
limitación de dos años.

Cesación de pagos. Determinación de su fecha


En primer lugar, se dice que dadas las dificultades y complejidades para
establecer una fecha precisa del estado de cesación de pagos, es preferible
hablar de exteriorización del estado de cesación de pagos.
Trámite: el concursado o el deudor que solicita su quiebra debe expresar la
época en la que se produjo la cesación de pagos (art. 11, inc. 2 de la ley
concursal).El síndico debe expresar, en el informe general, la época en la que se
produjo (art. 39, inc. 6 de la misma ley).

Ahora bien, si bien en el art. 40 se fijan 10 días para la observación del


informe general, el art. 117 de la Ley de Concursos y Quiebras establece el
plazo especial de 30 días para las observaciones específicas al informe general,
respecto de la fecha de cesación de pagos propuesta por el síndico. De todas
estas observaciones, se corre traslado al síndico. Si es necesario, el juez
ordenará la producción de prueba.

Sentencia: el juez debe determinar en forma precisa un día en que considera


que se exterioriza la cesación de pagos.

Recursos: es apelable con efecto suspensivo por el síndico, el fallido y los que
intervinieron en el procedimiento.

Cosa juzgada: esa fecha hace cosa juzgada respecto del fallido y de los que
intervinieron en su determinación. Se discute la eficacia respecto de los
acreedores que no participaron en el procedimiento de determinación. La
conclusión generalizada es que están alcanzados por el efecto de la sentencia.

Impugnación de la fecha por terceros que no intervinieron: terceros son los


extraños al juicio de quiebra, esto es, los que normalmente otorgaron actos con
el deudor en el período de sospecha. También, los administradores que lo
eran al tiempo en que se declaró como inicio de la cesación de pagos, pero que
no lo eran al momento de la declaración de quiebra, o los que son perseguidos
por acciones de responsabilidad prevista en el art. 173. No son considerados
terceros los acreedores.

Procedimiento para impugnar esa fecha: la mayoría entiende que se debe


realizar en la misma acción que se intenta contra el tercero, ya sea acción
revocatoria concursal o acción de responsabilidad, etc. No tiene sentido el inicio
de un incidente autónomo de impugnación de la fecha por terceros.

Acción revocatoria concursal


La ineficacia es un género y comprende a todos los actos jurídicos a los que se
les privan de efectos. Dentro de este concepto amplio de ineficacia, se
encuentran la nulidad, la inoponibilidad, la revocación, la rescisión; que son
distintos supuestos en los que el acto jurídico se ve disminuido en sus efectos.

Ahora bien, debe quedar claro que el efecto que produce la acción revocatoria
concursal de prosperar, es la inoponibilidad. Esto quiere decir, que los bienes
que hubieran salido del patrimonio del cesante, si bien continúan bajo la
titularidad del eventual adquirente, frente a la declaración de ineficacia
concursal, léase inoponibilidad concursal, compondrán el activo falencial y por
ende, los acreedores podrán cobrarse sobre el producido de dicho bien, sin que
sea necesario que el bien vuelva al patrimonio del fallido.
Requisitos del sistema de inoponibilidad concursal:

1) existencia de una quiebra abierta, esto es, una falencia declarada, aun
cuando no se encuentre firme;
2) existencia de resolución firme que determine la data inicial de cesación de
pagos;
3) subsistencia de la masa de acreedores;
4) que se trate de actos contemplados en los arts. 118 y 119 de la Ley de
Concursos y Quiebras;
5) que exista perjuicio a los acreedores.

Actos susceptibles de ser declarados ineficaces:

i) Los negocios jurídicos y no los hechos jurídicos.


ii) Actos válidos. Si el acto es nulo, la inoponibilidad queda absorbida por la
nulidad.
iii) De enajenación.
iv) Que se refieran a derechos o intereses patrimoniales.
v) Que causen perjuicio.

La ley contempla dos supuestos:

a) actos que, por haber sido otorgados en el período de sospecha, son


susceptibles de ser declarados ineficaces de pleno derecho;
b) los actos perjudiciales para los acreedores, otorgados en el período de
sospecha, con conocimiento del sujeto in bonis del estado de cesación de pagos
de la contraparte.

Actos ineficaces de pleno derecho


Aquí, el perjuicio se presume en forma absoluta o iure et de iure. La
enumeración prevista en el art. 118 es taxativa y son los siguientes:

1) Actos a títulos gratuitos: lo relevante es el hecho de conferir a un tercero un


derecho patrimonial sin recibir contraprestación. Ellos son: donación, renuncia o
remisión de crédito o de sus garantías, la no interrupción de la prescripción, la
constitución de garantías reales por la deuda de otro.

2) Pago anticipado de deudas: queda comprendido el pago de las obligaciones


sometidas a condición suspensiva y el pago de obligaciones naturales. No se
comprende el pago de las obligaciones reales, pues en caso de declarar la
ineficacia, renacerá el gravamen.

3) El otorgamiento de garantías reales o cualquier otra preferencia respecto


de obligaciones no vencidas: constitución de garantías reales, también la
reducción de plazos de pago, aumento de los intereses pactados.

Procedimiento: basta la mención de los actos en el informe general, para que el


juez actúe oficiosamente. Lo corriente es que exista una denuncia del síndico o
terceros. No es necesaria la sustanciación con la contraparte del negocio
jurídico. Ello no viola el derecho de defensa de los afectados, pues ellos pueden
recurrir el acto vía apelación ante la alzada o incidental ante el mismo juez.

Actos ineficaces por conocimiento de la cesación de


pagos
Esta acción tiene por objeto la declaración de ineficacia de un acto otorgado
por el fallido durante el período de sospecha, para lo cual debe acreditarse
que la contraparte in bonis conocía el estado de cesación de pagos y que el acto
fue perjudicial para los acreedores.

Legitimación activa: pertenece al síndico concursal. Si el síndico no la


promueve, puede hacerlo cualquier acreedor, previa intimación.

Autorización previa: la legitimación se completa con la autorización que debe


ser otorgada por los acreedores que representen la mayoría simple del capital
quirografario verificado y declarado admisible. Puede manifestarse por
asamblea de acreedores o exigir su conformidad por escrito con firma
certificada.

Legitimación pasiva: tanto el fallido como el cocontratante conforman un


litisconsorcio pasivo necesario. Asimismo, si hubo subadquirentes, ellos también
deber ser demandados a los fines de integrar la litis. Entiende el juez de la
quiebra y puede tramitarse por juicio ordinario, o bien si existe acuerdo, por vía
incidental.

Perención: 6 meses y no 3 como establece el art. 277.

Tasa de justicia: no está sometida a tributo. Luego de concluido el


procedimiento, debe pagarse la tasa de justicia que, en caso de fracaso de la
acción, tendrá carácter de gasto de justicia.

Efecto de la declaración de ineficacia


El acto jurídico tiene como fin hacer inoponible el acto, o sea, no produce
efectos frente a los acreedores, pero el acto entre el fallido y el tercero es
válido. De tal modo, los acreedores podrán cobrarse del bien enajenado sin que
sea necesario que el bien vuelva a la masa falencial. Si ejecutado el bien,
quedare remanente, le pertenece al tercero contratante in bonis, pues el efecto
es la inoponibilidad en relación a los acreedores perjudicados, pero en relación
a él, el acto es válido.
Plazo para ejercer la acción

El art. 124 reza que:

La declaración prevista en el Artículo 118, la intimación del


Artículo 122 y la interposición de la acción en los casos de los
Artículos 119 y 120 caducan a los TRES (3) años contados desde
la fecha de la sentencia de quiebra1.

Acción por los acreedores

La pueden iniciar los acreedores a esta acción cuando: a) hayan intimado el


síndico para que requiera la autorización de los acreedores y sin embargo, no lo
hace; b) si concedida la autorización, el síndico no lo hace; c) haya autorización
denegada, pues tal negativa tiende a evitar costas a la masa.

Otra regla importante es que los acreedores no pueden solicitar el beneficio de


litigar sin gastos (art. 120).

Requisitos de procedencia
Tres recaudos de procedencia:

1) Que el acto haya sido otorgado en el período de sospecha.

2) Que el contratante del fallido hubiera tenido conocimiento de la cesación de


pagos. La prueba de ese conocimiento incumbe al síndico o acreedor que
intente la acción, la que puede producirse por cualquier medio, incluso a través
de presunciones, las que deben ser plurales, graves, precisas y concordantes,
aunque será muy difícil la prueba directa. Algunas de las presunciones serán:
precio vil, prueba de relaciones personales y económicas. No es necesario que
exista ánimo defraudatorio por parte del contratante in bonis.

3) Que el acto cause perjuicio a los acreedores. La idea del perjuicio debe ser
relacionada con el empobrecimiento como consecuencia del acto cuya
ineficacia se pretende. El tercero que pretende enervar la acción debería probar
que no existió perjuicio, pues se sustituyó un bien por otro, en forma
equivalente.

Acción de simulación y pauliana


También se puede ejercer la acción pauliana o de inoponibilidad. Las acciones
concursales caducan a los tres años desde la fecha de la sentencia de quiebra,
en tanto la acción pauliana prescribe a los dos años desde que se conoció o
pudo conocer el vicio del acto (arts. 2562 y 2563 del Código Civil y Comercial de

1
Art. 124 – Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.
la Nación).Se encuentra legitimado el síndico y también la pueden iniciar los
acreedores. Está regulada en los arts. 338 y siguientes del Código Civil y
Comercial.

La simulación puede ser ejercida autónoma o conjuntamente con las acciones


de ineficacia concursal o con la pauliana. El síndico está legitimado para iniciarla.
Está regulada en los arts. 333 y siguientes del Código Civil y Comercial. También
prescribe a los dos años. Entre partes, desde que requerida una de ellas se negó
a dejar sin efecto el acto simulado; y cuando es ejercida por un tercero, desde
que conoció o pudo conocer el vicio del acto jurídico (arts. 2562 y 2563 del
Código Civil y Comercial).
Referencias
Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la
Nación.

Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de


la Nación.
Responsabilidad
por terceros, de
representantes

Concursos y
quiebras
Responsabilidad por
terceros, de
representantes
El art. 173 de la Ley de Concursos y Quiebras (LCQ) establece que:

Quienes de cualquier forma participen dolosamente en actos


tendientes a la disminución del activo o exageración del pasivo,
antes o después de la declaración de quiebra, deben reintegrar
los bienes que aún tengan en su poder e indemnizar los daños
causados, no pudiendo tampoco reclamar ningún derecho en el
concurso1.

Se regula así la responsabilidad patrimonial de cualquier tercero, que haya


participado de alguna manera, sea como autor, cómplice o partícipe, en actos
tendientes a disminuir la responsabilidad del deudor. Se advierte, así, que la
legitimación pasiva es amplia, pues no interesa que haya actuado por el deudor,
sino que basta su participación de cualquier forma en actos que hayan
disminuido el activo o exagerado el pasivo.

Son requisitos para que proceda la acción:

 que el sujeto pasivo puede ser cualquier persona que no sea el propio
fallido;
 que la conducta legalmente reprochada es la participación en actos
tendientes a la disminución del patrimonio falencial;
 que el factor de atribución es el dolo, concepto definido por el art. 1724
del Código Civil y Comercial;
 la existencia de daño;
 la relación de causalidad entre la conducta del tercero y el daño acaecido.

Las consecuencias que se generan son: el deber de reparar los daños causados,
el deber de reintegrar los bienes del fallido que aun tuviera en su poder el
tercero, y la pérdida, para el tercero, de cualquier derecho que quisiera
reclamar en el concurso.

1
Art. 173 – Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.
Responsabilidad de representantes

El primer párrafo del art. 173 de la LCQ regula las conductas configurativas de la
responsabilidad de los representantes, administradores, mandatorios o gestores
de negocio.

Así, lo que pretende la norma es disuadir las negociaciones ruinosas que los
deudores, en estado de emergencia económica, realizan en los momentos de
crisis: daciones en pago, venta simulada, o simplemente enajenaciones a precio
vil.

La acción de responsabilidad concursal pretende sancionar las conductas que


tienden a la insolventación o a la afectación negativa de la responsabilidad del
deudor, y no atrapa toda actuación antinormativa y culpable de los
administradores societarios (Junyent Bas y Molina Sandoval, 2011).

Así, el primer párrafo del precepto citado, prevé “Los representantes,


administradores, mandatarios o gestores de negocios del fallido que
dolosamente hubieren producido, facilitado, permitido o agravado la situación
patrimonial del deudor o su insolvencia, deben indemnizar los perjuicios
causados”2.

Legitimación pasiva: representantes, administradores, mandatarios o gestores


de negocios. Así quedan comprendidos: factor de comercio con atribuciones
generales, mandatarios, interventor judicial, tutores y curadores, padres que
administran los bienes de sus hijos. Se excluye a los que carecen de facultades
de administración, como son el síndico y los miembros del Consejo de Vigilancia.

Requisitos
Que se configure algunas de las “ conductas antijurídicas” que señala la
citada norma, que son:

 Producir: se refiere a aportar una condición esencial al resultado dañoso.


Por ejemplo la apropiación de bienes pertenecientes al fallido, la
constitución de garantías incausadas, etc.
 Facilitar: se trata de actuaciones coadyuvantes a la insolvencia o la
disminución de la responsabilidad patrimonial.
 Permitir: se refiere a la omisión como reproche de las tareas que
impone la ley a los administradores en defensa del patrimonio del
fallido.
 Agravar: supone que el fallido ya se encuentra en estado de insolvencia
y son conductas que permiten el progreso o avance el estado de
insolvencia.
 Prolongar: es continuar dolosamente la empresa insolvente sin que se
busque salida a la crisis.

2
Art. 173. Ley N° 24.522. Op. cit.
Momento en que se produjeron estas conductas: hasta 1 año antes del estado
de cesación de pagos real del fallido.

Resultado dañoso: que se haya permitido o agravado la situación del deudor


(por ejemplo: desaparición de un activo a la fecha de la quiebra sin que haya
ingresado algo que lo sustituya).

Factor de atribución: claramente la ley exige dolo. Ahora bien, este concepto es
el del derecho común y el art. 1724 del Código Civil y Comercial lo define como
“la producción de un daño de manera intencional o con manifiesta indiferencia
por los intereses ajenos”3, es decir que contempla el dolo eventual.

Daño: no hay regla específica, por lo que está sometido a las reglas ordinarias:
debe ser cierto, personal, subsistente y que lesione un interés protegido por la
ley.

Extensión del resarcimiento: se debe diferenciar:


a) si el daño atribuido es la insolvencia, el agente es responsable de la suma
equivalente a la diferencia entre la masa activa y pasiva de la quiebra;
b) pero si el daño atribuido es una concreta disminución patrimonial, la
indemnización será equivalente al valor de esos bienes que han desaparecido
del activo.

Relación de causalidad: el hecho debe ser la causa del daño. Se acepta la teoría
de la causalidad adecuada.

Trámite
Los arts. 174 y 176 fijan las reglas para el trámite.

 Así, es competente el juez concursal y rigen los arts. 119 y 120 de la


Ley de Concursos y Quiebras en lo que sea pertinente. Se discute en
orden a si el síndico requiere de autorización previa de los acreedores
para poder incoar la acción. Aquí la pronunciación de esta cátedra es en
el sentido negativo, pues se considera que la sindicatura está legitimada
por sí misma para promover este tipo de acciones.

 El trámite de la presente acción es por el juicio ordinario y prescribe a los


dos años contados desde la fecha de sentencia de quiebra y a su vez, la
instancia perime a los seis meses.

 Las medidas precautorias son dispuestas bajo la responsabilidad del


concurso y a pedido del síndico.

3
Art. 1724 – Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación.
Extensión de la quiebra
Supuestos
Nuestra Ley de Concursos y Quiebras estableció dos grandes esquemas en la
regulación del instituto:

1) la extensión como consecuencia de la responsabilidad ilimitada de sus


miembros;
2) la extensión por mediar alguna conducta reprochable que menciona el art.
161, que se la denomina quiebra- sanción.

Socios con responsabilidad ilimitada


Es el medio tradicional de extensión de la quiebra, utilizado para hacer efectiva
la función de garantía que los socios tienen respecto de terceros, en las
situaciones en las que los socios tienen responsabilidad solidaria e ilimitada.

Algunos de los casos son: el socio integrante de sociedad con objeto ilícito
después de declarar su ilicitud; el socio que no es de buena fe en las sociedades
de objeto lícito pero con actividad ilícita; los socios en la sociedad con objeto
prohibido en razón del tipo; los socios de las sociedades incluidas en la Sección
IV del Capítulo I de la Ley N° 19.550, cuando hubieran pactado en el contrato su
responsabilidad solidaria e ilimitada en forma directa.

La norma concursal prevé la extensión a los socios ilimitadamente responsables


y a los excluidos, durante el período de cesación de pagos.

Presupuestos

i) Existencia de quiebra social declarada y subsistente.


ii) La calidad de socio responsable ilimitadamente por todo el pasivo social.

La quiebra social y la de los socios tendrán masas separadas. A la masa social


comparecen los acreedores sociales y a la masa del socio concurren los
acreedores sociales y particulares. La sindicatura es única, pero la fecha de
cesación de pagos se fija para cada fallo individualmente. Se debe recordar que
los socios ilimitadamente responsables, a los que se les extendió la quiebra,
pueden convertir sus procedimientos en concurso preventivo (art. 90 de la LCQ).

Actuación en interés personal


El art. 161, en relación a la actuación en interés personal, se refiere a “toda
persona que, bajo la apariencia de la actuación de la fallida, ha efectuado los
actos en su interés personal y dispuesto de los bienes como si fueran propios,
en fraude a sus acreedores”4.
4
Art. 161 – Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.
Requisitos

i) Que se haya declarado la quiebra de una persona física o jurídica.


ii) Que otra persona distinta a la del fallido haya dispuesto los bienes como
propios.
iii) Actuación en interés personal de esta última.
iv) Fraude a los acreedores.

Esta calificación de “disposición de bienes como si fueran propios” es una


calificación que debe realizar el juez concursal al momento de encuadrar la
conducta. Se requiere que el sujeto que realice los actos sea consciente de que
dispone de bienes ajenos y así comete fraude a los acreedores. Esta actuación
debe hacerse bajo apariencia de actuación de la fallida y en beneficio personal
de una persona distinta al sujeto del fallido.

Abuso de control
La segunda hipótesis, controlante abusivo, impone la extensión de la falencia a
aquella persona que desvió indebidamente el interés social de la controlada y la
sometió a una dirección unificada.

Así, cuando se habla de “control”, se hace referencia al poder efectivo de


dirección de los negocios sociales, mediante la posibilidad de formar la
voluntad social, ya sea interno, o externo. Ahora bien, el supuesto que veremos
a continuación excluye el control externo.

2) A toda persona controlante de la sociedad fallida, cuando ha


desviado indebidamente el interés social de la controlada,
sometiéndola a una dirección unificada en interés de la
controlante o del grupo económico del que forma parte.
A los fines de esta sección, se entiende por persona controlante:
a) aquella que en forma directa o por intermedio de una sociedad
a su vez controlada, posee participación por cualquier título, que
otorgue los votos necesarios para formar la voluntad social;
b) cada una de las personas que, actuando conjuntamente,
poseen participación en la proporción indicada en el párrafo a)
precedente y sean responsables de la conducta descrita en el
primer párrafo de este inciso5.

Para que proceda esta segunda hipótesis, se requiere:


a) la declaración de quiebra principal;
b) sujeto controlante;
c) desvío indebido del interés social de la sociedad controlada;
d) desvío en interés del controlante o grupo económico;
e) sometimiento a dirección unificada.

5 Art. 161, inc. 2. Ley N° 24.522. Op. cit.


Junyent Bas y Molina Sandoval (2011) entienden que el control externo no está
contemplado en esta hipótesis, pero sí en la prevista en el inciso primero del
art. 161 de la Ley de Concursos y Quiebras, ya que la noción de control externo,
cuando es abusiva, configura un acto en interés personal del controlante y
permite la disposición de bienes como si fueran propios. Es decir que aquí
únicamente la ley previo el caso de control interno o de derecho, que emana de
la propia estructura de la sociedad.

El control interno que puede ser de hecho o de derecho. El primero es en el que


el socio, según capacidad de voto, puede imponer la voluntad social. Por otro
lado, el control de derecho, es el que ejerce el titular de los votos suficientes
que tiene la mayoría de votos para predominar en la reunión del órgano
deliberativo.

Confusión patrimonial inescindible

Finalmente, el art. 161prevé que la extensión se produce “a toda persona


respecto de la cual existe confusión patrimonial inescindible, que impida la
clara delimitación de sus activos y pasivos o de la mayor parte de ellos”6.

La confusión patrimonial importa un cierto manejo promiscuo del patrimonio,


una gestión aparente. Cada situación concreta tendrá elementos diferenciales a
la hora de determinar si en los hechos existe confusión patrimonial o no. Como
signos reveladores de la posible existencia de confusión patrimonial, se
enuncian: la utilización común de los ingresos sin respaldo real en la evolución
de cuentas corrientes mutuas, mancomunación o solidarización de pasivos sin
contrapartida, utilización de sistemas de caja única, adquisición de bienes en
interés de otra persona, derivación arbitraria de ganancias y pérdidas a efectos
de balancear cuentas fiscales, entre otros supuestos (Junyent Bas y Molina
Sandoval, 2011).

A su vez la confusión debe impedir la clara delimitación de activos y pasivos.

Trámite
El procedimiento de extensión de quiebra tramita ante el juez de la quiebra.
Una vez declarada la extensión, conoce en todos las falencias, el juez donde se
ubique prima facie el activo más importante.

Legitimado para solicitarla: el síndico o cualquier acreedor.

Tiempo: desde la sentencia de quiebra y hasta los seis meses posteriores a la


fecha del informe general del síndico. En caso de votación negativa de un
acuerdo preventivo, se extiende hasta seis meses después del vencimiento del
período de exclusividad o del vencimiento del plazo en el salvataje. En los casos
de quiebra indirecta por no homologación, incumplimiento o nulidad, se
extiende hasta seis meses posteriores a la fecha en que quedó firme la
sentencia respectiva.

6
Art. 161, inc. 3. Ley N° 24.522. Op. cit.
Trámite: juicio ordinario con intervención del síndico.

Perención: a los seis meses.

Al decretarse la extensión, se deben producir medidas de coordinación de los


procedimientos. Interviene el mismo síndico.

Nuestro ordenamiento falencial ha previsto solo dos alternativas de masas:


masa única y masas separadas.

Solo en los casos de confusión patrimonial inescindible se forma masa única


(art. 167 de la LCQ). En el resto de los supuestos, se forman masas separadas.

En el caso de masas separadas, una vez liquidado el activo de cada quiebra y


distribuido el producido entre sus acreedores, puede darse el caso de que
exista remanente. Ante esta situación, los remanentes de cada masa separada
constituyen un fondo común que se distribuirá entre los acreedores no
satisfechos por la liquidación de la masa en que participaron, sin atender a
privilegios. En este fondo común, solo participan los acreedores del quebrado
principal, pero no se distribuirá entre los acreedores no satisfechos en la masa
de los quebrados reflejos.

Grupo económico
Si bien es cierto que los incs. 2 y 3 del art. 161 presuponen, de ordinario,
aunque no fatalmente, algún episodio de agrupación de sociedades, de ello no
debe inferirse que la ley concursal reprueba automáticamente al grupo
económico.

La pertenencia a un grupo societario no implica de por sí la extensión de la


quiebra, pues tal como se vio, para que proceda es necesario: la dirección
unificada y el desvío de interés de la sociedad controlante en beneficio de la
controlada.
Referencias
Junyent Bas, F. y Molina Sandoval, C. A. (2011). Ley de Concursos y Quiebras
Comentada. Buenos Aires: Abeledo Perrot.

Ley N° 19.550 (1984). Sociedades Comerciales. Nuevo Régimen. Denominación del Título
sustituida por punto 2.1 del Anexo II de la Ley N° 26.994 B.O. 08/10/2014 Suplemento.
Vigencia: 1° de agosto de 2015, texto según art. 1° de la Ley N° 27.077 B.O.
19/12/2014. Honorable Congreso de la Nación.

Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.

Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de


la Nación.
Liquidación y
distribución

Concursos y
quiebras
Liquidación y distribución
La Ley N° 24.522 le dedica la sección primera del capítulo VI (artículos desde el
203 al 217) al tema de la liquidación de los bienes del fallido, y la sección II
(artículos desde el 218 al 224) trata sobre el informe general y el proyecto de
distribución. Finalmente, en el art. 225 y siguientes, se verá la conclusión y la
clausura del procedimiento.

Se dijo que la quiebra tiene por finalidad la conversión de los activos del deudor
fallido en dinero, con el cual se van a intentar cancelar las deudas del fallido. A
su vez, esta cancelación se va a producir por medios típicamente concursales.

Además:
i) la condición de enajenante corresponderá al fallido, pues este nunca se
desprende de su propiedad ni la quiebra produce tal efecto;
ii) al producirse las enajenaciones, se estará ante ventas forzosas de carácter
judicial, no pudiéndose responsabilizar al vendedor por los vicios redhibitorios
u ocultos de la cosa (arts. 1051 y siguientes del Código Civil y Comercial de la
Nación), ni por la evicción (art. 1044 y siguientes del Código Civil y Comercial de
la Nación).
iii) El fallido no podrá cuestionar la forma de liquidación que haya decidido ni
oponerse a la liquidación.

Por su parte, el art. 217 estableció que:

Las enajenaciones previstas en los Artículos 205 a 213 y 214,


parte final, deben ser efectuadas dentro de los CUATRO (4)
meses contados desde la fecha de la quiebra, o desde que ella
queda firme, si se interpuso recurso de reposición. En casos
excepcionales, el juez puede ampliar ese plazo en NOVENTA (90)
días, por resolución fundada. En caso de continuación se aplicará
el plazo establecido en el art. 191, inciso 2.

Sanción. El incumplimiento de los plazos previstos en este


Capítulo para la enajenación de los bienes o cumplimiento de las
diligencias necesarias para ello da lugar a la remoción automática
del síndico y del martillero o la persona designada para la
enajenación. Asimismo, respecto del juez, dicho incumplimiento
podrá ser considerado causal de mal desempeño del cargo1.

Se dijo que este artículo es una expresión de deseos. Es un plazo simplemente


ordenatorio, pero se debe tener en cuenta como directiva fundamental, pues
más allá de la imposibilidad material de cumplir ese plazo, el legislador ha
pretendido una rápida y diligente liquidación patrimonial.

1
Art. 217 – Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.
La Ley N° 26.684 ha exceptuado expresamente de la aplicación de este plazo a
los supuestos en los cuales se ha decidido la continuación empresaria, supuesto
en el que se aplica el art. 191 inc. 2, de la Ley de Concursos y Quiebras (LCQ).
Este criterio de flexibilización es razonable, pues al estar de por medio la
explotación de la empresa por parte del síndico o de la cooperativa, el aludido
plazo debe respetar el ciclo de producción.

Forma de realización de los bienes


Sujetos
El síndico es quien lleva a cabo la realización de bienes. Lo que hace, en
realidad, es instar el procedimiento para que el sujeto designado como
enajenador cumpla su tarea.

El objeto de la enajenación, como principio general, son todos los bienes


desapoderados al fallido.

Ahora bien, una vez declarada la quiebra del deudor, junto a la orden de
incautación de los bienes del fallido, se fijan distintos plazos para verificar
créditos, para presentar informes individuales y el informe general, etc.

En la práctica, si la incautación diera resultado positivo y existieran bienes


susceptibles de ser liquidados, se designa audiencia para el sorteo de un
enajenador (normalmente martillero). Y a partir de ahí se pueden dar,
paralelamente, estas actividades de verificación de créditos y de liquidación sin
ningún problema, pues esta debe ser inmediata.

Las “excepciones” a esta regla están dadas cuando se interpone recurso de


reposición, se convierte la quiebra en concurso preventivo o en caso de que se
haya resuelto la continuación de la explotación de la empresa, según lo
normado por los arts. 189, 190 y 191.

Esto es lo que dispone el art. 203:

Oportunidad. La realización de los bienes se hace por el síndico y


debe comenzar de inmediato salvo que se haya interpuesto
recurso de reposición contra la sentencia de quiebra, haya sido
admitida por el juez la conversión en los términos del artículo 90,
o se haya resuelto la continuación de la explotación según lo
normado por los artículos 189, 190 y 1912.

Criterio para la realización de los bienes

La ley concursal trata la realización de los bienes en la Sección I del Capítulo VI,
que se extiende entre los arts. 203 a 217 de la LCQ.

2
Art. 203. Ley N° 24.522. Op. cit.
El síndico es el responsable de la liquidación de los bienes, pero la tarea
concreta de vender, rematar, o de cualquier forma de enajenar los bienes debe
recaer en funcionarios específicos, sean martilleros, instituciones, agentes de
bolsa, etc.

Por su parte, el art. 204 dispone como regla general, que la realización de los
bienes debe hacerse en la forma más conveniente para la quiebra y es el juez
quien establece la forma de liquidación, cuando tiene en cuenta las
características de los bienes que componen el activo.

El orden que fija el mencionado precepto es un orden preferente, aunque no


imperativo, pues la modalidad liquidatoria depende en definitiva del interés del
concurso, es decir, de las circunstancias especiales que hacen al tipo de bienes
que deben venderse.

(a) enajenación de la empresa, como unidad;


(b) enajenación en conjunto de los bienes que integren el
establecimiento del fallido, en caso de no haberse continuado
con la explotación de la empresa;
(c) enajenación singular de todos o parte de los bienes.
Cuando lo requiera el interés del concurso o circunstancias
especiales, puede recurrirse en el mismo proceso a más de una
de las formas de realización3.

Brevemente, se dirá que la “enajenación de la empresa” puede producirse


como una unidad en su integridad, o bien puede salir a la venta bajo algunas de
las mencionadas formas.

El art. 205 regula la venta, sea de la empresa, o bien de uno de sus


establecimientos, en función de un procedimiento estrictamente reglado.

Así, prevé que el designado para la enajenación debe tasar el proyecto a vender,
en función del valor probable de realización. De dicha tasación se corre vista a
la cooperativa de trabajadores, si existiere, y a la sindicatura.

También, prevé el dispositivo mencionado en el inciso segundo, que “la


cooperativa de trabajo podrá realizar oferta y requerir la adjudicación de la
empresa al valor de tasación”4. Es decir que la cooperativa tiene el mejor
derecho de comprar la empresa al precio de tasación. Así, si ésta paga el precio,
adquiere de manera directa la empresa y el proceso liquidatorio culmina,
siempre que el juez lo estime pertinente.

Ahora bien, si no adquiere la cooperativa, el juez debe resolver la forma de


enajenación, ya sea por subasta pública o licitación.

Si se elige el proceso licitatorio, se requiere como primer paso la tasación del


valor probable de la empresa en marcha, según la realización en el mercado.

3
Art. 204. Ley N° 24.522. Op. cit.
4 Art. 205. Ley N° 24.522. Op. cit.
Este proceso requiere necesariamente proyectar un pliego de condiciones por
parte de la sindicatura, el que debe contener la base del precio, la descripción
de los bienes y demás circunstancias pertinentes para asegurar la modalidad
operativa de realización, de conformidad con el activo desapoderado. Este
pliego debe ser aprobado por el juez en resolución fundada. (Junyent Bas y
Molina Sandoval, 2011).

La base de precio será la de la tasación y la ley prevé que debe abonarse el


precio de contado, lo que para algunos no se ajusta a este tipo de negocios de
transferencia de empresas en marcha o venta de bienes, pues parece un criterio
excesivamente rígido y facilita la alternativa de realización (Junyent Bas y
Molina Sandoval, 2011).

Este medio de enajenación requiere de publicidad, la que se encuentra


dispuesta en el inc. 5 del art. 205 de la LCQ. Así, establece:

Una vez redactado el pliego, se deben publicar edictos por dos


(2) días, en el diario de publicaciones legales y en otro de gran
circulación en jurisdicción del tribunal y, además, en su caso, en
el que tenga iguales características en los lugares donde se
encuentren ubicados los establecimientos.
Los edictos deben indicar sucintamente la ubicación y destino del
establecimiento, base de venta y demás condiciones de la
operación; debe expresarse el plazo dentro del cual pueden
formularse ofertas dirigidas en sobre cerrado al tribunal y el día y
hora en que se procederá a su apertura. El juez puede disponer
una mayor publicidad, en el país o en el extranjero, si lo estima
conveniente5.

Luego, los incs. 6° y 7° del art. 205 establecen la metodología de la


presentación de las ofertas, así como la modalidad de apertura por el Tribunal
y el acta que debe labrarse a tal fin.

De tal modo, las ofertas deben presentarse en sobre cerrado, con los datos del
oferente e indicar el precio que ofrece, y tratándose de sociedades, se debe
adjuntar la documentación que acredite la personería del firmante. Asimismo,
el oferente debe acompañar garantía de mantenimiento de oferta equivalente
al diez por ciento del precio ofrecido.

Presentadas las ofertas, se procederá a la apertura de los sobres por el juez en


presencia del síndico, los oferentes y acreedores. Adquiere la empresa o el
establecimiento la oferta más alta; y el juez tiene facultades para llamar a
mejorar la oferta, para lo cual debe notificar a todos los oferentes, para darle la
transparencia necesaria.

Finalmente se estipula, que dentro de los veinte días de notificada la resolución


que aprueba la adjudicación, el oferente debe abonar el precio y el juez ordenar
se practiquen las inscripciones pertinentes y se otorgue la posesión. Si el
oferente no paga, pierde su derecho y el juez puede ordenar la adjudicación al
segundo oferente.

Si fracasa la primera licitación, se llamará a una segunda, pero sin base.

Por otro lado, si se elige la subasta pública, el resolutorio deberá contener los
recaudos aludidos para todo tipo de remate judicial; esto es la base, las
condiciones de la venta y demás circunstancias que el tribunal concursal debe
ponderar al dictar la resolución.

Se debe tener en cuenta que la Ley N° 26.684 incorporó el art. 203 bis que
establece una prerrogativa para los trabajadores.

Artículo 203 bis. Los trabajadores reunidos en cooperativa de


trabajo están habilitados para solicitar la adquisición de
conformidad con el artículo 205, incisos 1) y 2) y podrán hacer
valer en ese procedimiento la compensación con los créditos que
le asisten a los trabajadores de la fallida, de conformidad a los
artículos 241, inciso 2) y 246, inciso 1) de la ley concursal, no
siendo aplicable en este caso la prohibición del artículo 211. El
monto de las indemnizaciones será calculado, a los fines de la
compensación, de conformidad con el artículo 245 de la ley
20.744 (t.o. 1976), los estatutos especiales, convenios colectivos
o contratos individuales, según el que resultare más favorable a
los trabajadores. A tal efecto, podrán utilizarse total o
parcialmente los créditos laborales de los que resulten titulares
trabajadores que voluntariamente los cedan a la cooperativa. La
cesión se materializará en audiencia a celebrarse ante el juez de
la quiebra con intervención de la asociación sindical legitimada.

El plazo del pago del precio podrá estipularse al momento de


efectuarse la venta6.

Por su parte, el art. 206 regula el tema de los bienes gravados afectados a
hipoteca, prenda o privilegio especial dentro de la unidad económica.

Lo natural de las cosas es que los bienes gravados se realicen o liquiden


separadamente del conjunto empresario por las particularidades del derecho al
que acceden. Ahora bien, si se venden junto al conjunto de la empresa como
unidad, estas preferencias se trasladan de pleno derecho al precio obtenido, el
que, en ese caso, no puede ser inferior a la suma de los mencionados créditos,
que el síndico debe hacer constar en una planilla. Si algún acreedor preferente
ha sido omitido de la planilla de créditos, puede requerir su inclusión dentro de
los diez días de publicado el edicto donde se haga conocer la modalidad de la
subasta como unidad empresaria.

6
Art. 203 bis. Ley N° 24.522. Op. cit.
Ahora, si la enajenación de la empresa se realiza mediante licitación sin base, el
síndico practicará un informe en el que haga constar la participación
proporcional que cada uno de los bienes con privilegio especial tuvieron en
relación con el precio obtenido, y el valor probable de realización de los
mismos. De dicho informe se correrá vista a los interesados por cinco días para
que formulen las oposiciones u observaciones que consideren.

Vencido el plazo y agregada la prueba si la hubiere, el juez asignará valor a la


participación de los bienes asiento del privilegio en el precio obtenido; esta
resolución es apelable.

En caso de que resulte conveniente para la mejor realización de los bienes, el


síndico puede proponer que los bienes gravados u otros que determine, se
vendan en subasta, separadamente del conjunto (art. 207) (Junyent Bas y
Molina Sandoval, 2011).

Venta singular. Subasta


También llamada “venta disociada”, la venta singular implica la venta de cada
uno de los bienes que integran el activo del fallido.

Pautas:

1) La venta singular se practica mediante subasta pública.


2) Normalmente, intervendrá un martillero.
3) El art. 208 dispone que “…la venta se ordena sin tasación previa y sin base” 7.
Sin embargo, en algunos casos, se fija base para los remates de inmuebles con
fundamento en la normativa local. Para evitar todo tipo de
cuestionamiento, se suele establecer que los bienes saldrán a la venta con una
base y en caso de que esta fracase, saldrá a la venta sin base.
4) El art. 208 establece algunas pautas para la publicidad:

El juez debe mandar publicar edictos en el diario de publicaciones


legales, y otro de gran circulación, durante el lapso de DOS (2) a
CINCO (5) días, si se trata de muebles, y por CINCO (5) a DIEZ (10)
días, si son inmuebles. Puede ordenar publicidad
8
complementaria, si la estima necesaria .

5) También se prevé que el juez, en todo lo que estime pertinente, puede


aplicar el procedimiento previsto en el art. 205, ya analizado.
6) Y todos los demás requisitos necesarios para la subasta deberán ser extraídos
de la ley procesal local, del capítulo correspondiente a la ejecución (art. 278).

7
Art. 208. Ley N° 24.522. Op. cit.
8
Art. 208. Ley N° 24.522. Op. cit.
Otras ventas particulares

El art. 214 sobre bienes invendibles indica que:

El juez puede disponer, con vista al síndico y al deudor, la entrega


a asociaciones de bien público, de los bienes que no puedan ser
vendidos, o cuya realización resulta infructuosa. El auto es
apelable por el síndico y el deudor, si hubieren manifestado
oposición expresa y fundada9.

La resolución del juez requiere: vista al síndico y al deudor. Algunos autores


entienden que el consentimiento es imprescindible, pues este dispositivo legal
fue controvertido constitucionalmente.

El art. 215 sobre títulos y otros bienes cotizables, por su parte, reza que:

Los títulos cotizables en mercados de valores y los bienes cuya


venta puede efectuarse por precio determinado por oferta
pública en mercados oficiales o estén sujetos a precios mínimos
de sostén o máximos fijados oficialmente, deben ser vendidos en
las instituciones correspondientes, que el juez determina previa
vista al síndico10.

Venta directa
ARTÍCULO 213.‐ Venta directa. El juez puede disponer la venta
directa de bienes, previa vista al síndico, a la cooperativa de
trabajo para el caso de que ésta sea continuadora de la
explotación, cuando por su naturaleza, su escaso valor o el
fracaso de otra forma de enajenación resultare de utilidad
evidente para el concurso.
En ese caso, determina la forma de enajenación, que puede
confiar al síndico o a un intermediario, institución o mercado
especializado. La venta que realicen requiere aprobación judicial
posterior26.

En este caso, se trata de una modalidad de venta singular que se aparta de los
cánones normales de liquidación, ya sea venta en subasta o mediante licitación,
para facilitar la enajenación, ya sea para abaratar costos o por el poco interés
que despiertan los bienes en el mercado.

9
Art. 214. Ley N° 24.522. Op. cit.
10
Art. 215. Ley N° 24.522. Op. cit.
Procedimiento:

 En primer lugar, se debe “dar vista” a la sindicatura y a la cooperativa


de trabajo en caso de que sea la continuadora de la explotación de
la empresa.
 Autorización judicial del juez.
 Para que proceda esta modalidad, se establecen tres criterios:
“ bienes que según su naturaleza” hagan evidente la utilidad de la
una venta directa; el “escaso valor de los bienes” que no justifiquen
acudir otro medio licitario, ello a los fines de evitar gastos y el “fracaso
anterior de otra forma de adjudicación”, esto es que el sistema de la
licitación o de la subasta pública no hayan permitido la venta del bien.
 Finalmente, efectuada la venta, ésta requiere, a su vez, aprobación del
juez.

Concurso especial

ARTÍCULO 209.‐ Concurso especial. Los acreedores titulares de


créditos con garantía real pueden requerir la venta a que se
refiere el Artículo 126, segunda parte, mediante petición en el
concurso, que tramita por expediente separado.

Con vista al síndico se examina el instrumento con que se deduce


la petición, y se ordena la subasta de los bienes objeto de la
garantía. Reservadas las sumas necesarias para atender a los
acreedores preferentes al peticionario, se liquida y paga el
crédito hasta donde concurren el privilegio y remanente líquido,
previa fianzas en su caso11.

Hay una serie de créditos respecto de los cuales se dijo que permanecen casi al
margen del proceso concursal, pues salvo algunos efectos (por ejemplo:
verificar sus créditos), el acuerdo se dirige a los quirografarios. Además, los
créditos con garantía real poseen ius preferendi, lo que implica que tienen el
“derecho de pago anticipado” y separado del concurso general.

Es una vía rápida de cobro. Ahora bien, también se debe tener presente que en
caso de que no se liquide en el concurso especial, el bien será subastado en el
concurso general, respetándose, por supuesto, el privilegio del acreedor con
garantía real. Tanto en uno como en otro caso, el acreedor deberá contribuir al
concurso general conforme el art. 244 de la Ley de Concursos y Quiebras.

El art. 126 incluye el derecho de pago anticipado a los siguientes créditos:


1) hipotecarios;
2) prendarios;
3) originado en warrant;
4) los titulares de debentures y obligaciones negociables con garantía especial;
5) hipoteca naval.

13
Art. 209. Ley N° 24.522. Op. cit.
Trámite: presentado el pedido de formación de concurso especial por parte del
acreedor con garantía real, se corre vista a la sindicatura. Se dice que el análisis
del síndico realiza un estudio formal del título que contiene el derecho con
garantía real. Aquí no se analiza la causa, sino que ello se efectúa en la
verificación del crédito que debe realizar el acreedor. El acreedor no está
exceptuado de su carga de verificar el crédito, lo que supone una ventaja, pues
lo decidido en la verificación se encuentra amparado por los efectos de la cosa
juzgada formal.

Luego se procede al dictado de la resolución judicial sobre el derecho del


acreedor, la que debe contener la orden de subasta, lugar, fecha y hora, etc.
Aunque el concurso especial no es estrictamente un incidente, igualmente se
aplican las normas contenidas en el art. 285 y la resolución deviene apelable,
tanto por el acreedor en caso de rechazo, como por el síndico, si tuviera
motivos fundados de oposición.

Precio. Compensación: el principio general es que ningún adquirente de los


bienes enajenados puede compensar el monto de su crédito con el precio de
adquisición; salvo el acreedor con garantía real sobre el mismo bien que
adquiriese.

Esta es una facultad excepcional y extraordinaria que sólo permite la


compensación del precio de subasta con el crédito con garantía real, hasta el
límite de su acreencia, siempre después que se hayan pagado los gastos de la
ejecución. También se requiere que preste fianza de acreedor de mejor derecho
antes de la transferencia del bien.

ARTICULO 211.‐ Precio: compensación. No puede alegar


compensación el adquirente que sea acreedor, salvo que su
crédito tenga garantía real sobre el bien que adquiere. En este
caso, debe prestar fianza de acreedor de mejor derecho, antes
de la transferencia de propiedad12.

Por otro lado, advertimos que el art. 210 de la LCQ, prevé “Ejecución por
remate no judicial: remisión. En los juicios de quiebra es aplicable el Artículo
24”13.

La doctrina se divide en orden a entender a qué artículo remite el precepto


mencionado. Así, para algunos, remite al art. 24 y por ende, el juez
concursal puede suspender la subasta ordenada en el concurso especial. Para
otros, el legislador incurrió en un error y la remisión es al art. 23, lo que
supone que la venta extrajudicial autorizada a los acreedores por las leyes
especiales es conservada en la quiebra, y se impone la rendición de cuentas en
los términos del art. 23. Respecto de estos créditos, la doctrina expresa que
esta rendición sirve, a su vez, como verificación de créditos.

12
Art. 211. Ley N° 24.522. Op. cit.
Informe final y proyecto de distribución
La ley concursal tiene como idea fuerza que la liquidación se produzca con la
mayor celeridad posible y se distribuya mediante un solo acto. Por ello, la
presentación debe efectuarse a los 10 días de finalizada la última liquidación de
bienes, en doble ejemplar.

El informe final comprende la rendición de cuentas de las operaciones


efectuadas, el detalle de las enajenaciones, la enumeración de los bienes
liquidados y los que se encuentran pendientes de resolución.

Contenido

1) rendición de cuentas de las operaciones efectuadas,


acompañando los comprobantes.
2) resultado de la realización de los bienes, con detalle del
producido de cada uno.
3) enumeración de los bienes que no se hayan podido enajenar,
de los créditos no cobrados y de los que se encuentran
pendientes de demanda judicial, con explicación sucinta de sus
causas.
4) el proyecto de distribución final, con arreglo a la verificación y
graduación de los créditos, previendo las reservas necesarias14.

El proyecto de distribución

Por su parte, este proyecto determina cómo participa cada acreedor sobre los
fondos existentes en el concurso, luego de que fueron liquidados los bienes y
satisfechos los gastos prededucibles (art. 240).

Esto se satisface con la atribución de un porcentaje obtenido en función de la


participación que cada acreedor posee respecto a la totalidad de los montos del
pasivo. Debe ser el reflejo aritmético de la verificación y graduación de los
créditos. Es provisorio y, por ende, sujeto a modificaciones.

Una vez presentado el proyecto, el juez regula los honorarios. El proyecto ya


suele tener una reserva sobre este rubro.

También se tienen en cuenta las reservas destinadas a cubrir los créditos sujetos
a condición suspensiva y los pendientes de resolución judicial o administrativa
(art. 220).

Luego de presentado el informe, se regulan los honorarios, y tal como se verá,


aunque no existiere recurso de apelación a dicha regulación, igualmente se
eleva el expediente a la Cámara a los fines de que confirme o modifique las
resoluciones efectuadas, de conformidad lo dispone el art. 272.

14 Art. 218. Ley N° 24.522. Op.


cit.
Luego de ello, firmes los honorarios, se publica el proyecto de distribución por
dos días en el diario de publicaciones legales. Puede sustituirse por cédula de
notificación, o bien personal (art. 219).

El fallido y los acreedores pueden formular observaciones dentro los diez (10)
días siguientes, en cuyo caso, deben acompañar tres ejemplares, y son
admisibles solo las quejas referidas a omisiones, errores o falsedades del
informe, en cualquiera de sus puntos.

Si el juez lo estima necesario, puede convocar a audiencia a los intervinientes


en la articulación y al síndico, para que comparezcan ante él, con toda la prueba
de la que intenten valerse.

Formuladas las observaciones o realizada la audiencia, el juez resolverá en un


plazo máximo de diez días a partir de que queden firmes las regulaciones de
honorarios. La resolución que se dicte causa ejecutoria, salvo que se refiera a la
preferencia que se asigne al impugnante o a errores materiales de cálculo.

La distribución final se modificará proporcionalmente y a prorrata de las


acreencias. Así, se incorporará el incremento registrado en los fondos en
concepto de acrecidos y se deducirá proporcionalmente y a prorrata, el importe
correspondiente a las regulaciones de honorarios firmes.

Pago del dividendo concursal. Caducidad


El art. 221 prevé que, luego de aprobado definitivamente el estado de
distribución, se procede al pago del dividendo que corresponda a cada
acreedor, directamente por el banco de depósitos judiciales o por planilla que
el juez remita con los datos pertinentes; también se puede disponer que se
realicen mediante transferencias a cuentas bancarias que indiquen los
acreedores, con gastos a costa de estos. Si el crédito constara en títulos‐valores,
el acreedor debe presentar el documento en el cual el secretario anota el pago.

Acreedores dormidos

El art. 223 regula la situación de los acreedores que comparecen luego de


presentado el proyecto de distribución, a los que se suele llamar acreedores
dormidos.

Los acreedores que comparezcan en el concurso, reclamando


verificación de créditos o preferencias, después de haberse
presentado el proyecto de distribución final, sólo tienen derecho
a participar de los dividendos de las futuras distribuciones
complementarias, en la proporción que corresponda al crédito
total no percibido15.
Así, si el acreedor reclama verificación luego de la presentación del informe
final, sólo tiene derecho a participar de las futuras distribuciones
complementarias en proporción al crédito total no percibido.

Caducidad del dividendo

A su turno, el art. 224 prevé un plazo de caducidad, por lo que, si el acreedor


incluido en el proyecto de distribución no concurre dentro del año siguiente
desde la fecha de su aprobación, pierde el derecho al cobro del crédito y se
destina al fomento de la educación común:

El derecho de los acreedores a percibir los importes que les


correspondan en la distribución caduca al año contado desde la
fecha de su aprobación.

La caducidad se produce de pleno derecho, y es declarada de


oficio, destinándose los importes no cobrados al patrimonio
estatal, para el fomento de la educación común16.

Las críticas respecto de la constitucionalidad del precepto tienen dos fuentes


principales: la primera sostiene que al no satisfacer la quiebra la totalidad de las
acreencias, ese monto caduco debería destinarse a los mismos acreedores, en
una suerte de redistribución. Otros, sostienen que tal dividendo sería de
propiedad del fallido.

La Corte Suprema de Justicia en oportunidad de expedirse al respecto, dijo:

La ley de concursos, en su artículo 224, ha establecido un plazo


de prescripción o caducidad (cuya eventual irrazonabilidad sólo
podría invocarse por el acreedor afectado) para que los
acreedores titulares del derecho hagan efectivo el crédito
reconocido y asignado mediante el cobro respectivo en el trámite
del juicio universal y ha previsto que vencido el lapso para el
ejercicio de la pretensión, corresponde su asignación al Estado
Nacional, por tratarse de un bien vacante (art. 2342 ) a los
fines de satisfacer un interés general de la sociedad civil, es decir
la de todos, incluidos los acreedores aquí pretensores, cual es la
de contribuir al fomento de la educación común. Ello descarta la
inexistencia de la supuesta violación a la igualdad de trato,
porque la asignación al Estado del crédito no cobrado no
proviene de otorgarle un privilegio o preferencia respecto de
similares pretensiones sobre algo que comparte con otros
reclamantes (en el caso el activo del deudor como garantía y
prenda común para la cancelación de las obligaciones de sus
acreedores) sino de la disposición de la ley sobre bienes vacantes
o que se han perdido para el dueño -el crédito del acreedor- para
satisfacción de intereses generales a través de los fines públicos
que persigue. Es decir que no se trata más de un bien de la masa,
sino de uno particular del acreedor del que prescribió su cobro y
sobre el que carecen de todo derecho el resto de los acreedores
que no son, frente a su contenido, otra cosa que terceros
totalmente ajenos sin potestades de ninguna índole” (CSJN,
“Carbometal S.A.I.C. s/quiebra s/concurso preventivo”, sentencia
del 14/11/2006, C. 3935. XXXVIII).

Distribuciones complementarias
Finalmente, deben considerarse las distribuciones complementarias:

El producto de bienes no realizados, a la fecha de presentación


del informe final, como también los provenientes de
desafectación de reservas o de los ingresados con posterioridad
al activo del concurso debe distribuirse, directamente, sin
necesidad de trámite previo, según propuesta del síndico,
aprobada por el juez17.

Se sostiene que el trámite de aprobación de las distribuciones complementarias


es más sencillo y que basta con la propuesta del síndico y la aprobación del
juez. Eso sí, la doctrina coincide en la necesidad de publicitar esta distribución,
ante la grave sanción del art. 224.
Referencias
Corte Suprema de Justicia de la Nación, “Carbometal S.A.I.C. s/quiebra s/concurso
preventivo”, sentencia del 14/11/2006, C. 3935. XXXVIII.

Junyent Bas, F., y Molina Sandoval, C. A. (2011). Ley de Concursos y Quiebras


Comentada. Buenos Aires: Abeledo Perrot.

Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.

Ley N° 26.684. (2011). Modificación de la Ley 24.522. Honorable Congreso de la


Nación.

Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la


Nación.
Conclusión y
clausura de la
quiebra

Concursos y
quiebras
Conclusión y clausura de
la quiebra
Modos de conclusión de la quiebra
En primer lugar, cabe señalar que cuando se habla de conclusión de la quiebra,
se hace referencia a la extinción total de los efectos de la quiebra y la
consiguiente desaparición del estado de fallido. Mientras que la clausura del
procedimiento constituye una alternativa meramente procesal, o sea, de cese
del procedimiento, pero se mantienen los efectos sustantivos de la declaración
de quiebra.

Tal como se verá, la conclusión no siempre responde a la realización o


liquidación de los bienes que se lleva a cabo en la etapa liquidativa, sino que
puede lograrse también a través de la “ conversión” de la quiebra en
concurso preventivo, o por la “revocación” de la sentencia mediante el
correspondiente recurso de reposición.

En definitiva, los modos conclusivos de la quiebra no se agotan en los reglados


por los artículos que van desde el 225 al 233 de la ley concursal, sino que están
diseminados a lo largo del estatuto falencial y suponen vías para dejar sin
efecto la declaración de quiebra (Junyent Bas y Molina Sandoval, 2011).

Avenimiento

La doctrina se expresa gráficamente cuando dice que, en este supuesto, se


debe hablar de un “concordato unánime”.

Así, el art. 225 prevé que el deudor puede solicitar la conclusión de su


quiebra, cuando lo consientan todos los acreedores verificados y lo expresen
mediante escrito. Las firmas de los acreedores deben ser autenticadas por
notario o ratificadas ante el secretario. La expresión “todos” hace alusión a la
universalidad de acreedores verificados.

Además, tiene un carácter eminentemente “privatista”, pues lo único que


interesa computar son las adhesiones de todos los acreedores, sin importar el
sustrato material del acuerdo en virtud del cual el acreedor prestó su
consentimiento.
Requisitos y efectos
Además de la unanimidad, se debe tener en cuenta la oportunidad para
presentar el avenimiento. Esta debe ser formulada después de la verificación y
hasta que se realice la última enajenación de los bienes del activo, exceptuados
los créditos, en cualquier lapso temporal.

El efecto del pedido (solo de la solicitud) es la interrupción del trámite del


concurso, cuando se cumplen los requisitos exigidos (art. 226).

Respecto de los acreedores ausentes o pendientes de verificación, el juez puede


requerir el depósito de una suma para satisfacer el crédito de los acreedores
verificados que, razonablemente, no puedan ser hallados y de los pendientes de
resolución judicial.

También al disponer la conclusión de la quiebra, el juez determina la garantía


que debe otorgar el deudor para asegurar los gastos y costas del juicio, y
establece el plazo pertinente. Vencido este, siguen sin más los trámites del
concurso.

Efectos de la resolución de avenimiento: el avenimiento hace cesar todos los


efectos patrimoniales de la quiebra. No obstante, mantienen su validez los
actos cumplidos hasta entonces por el síndico o los coadministradores.

La falta de cumplimiento de los acuerdos que el deudor haya realizado para


obtener las conformidades, no autoriza la reapertura del concurso, sin perjuicio
de que el interesado pueda requerir la formación de uno nuevo.

Se levanta la inhibición general de bienes, se extinguen las acciones de


recomposición patrimonial, cesa el fuero de atracción, etcétera.

Pago total
Producida la liquidación de todos los bienes del fallido, el dividendo concursal
resulta suficiente para abonar la totalidad de los créditos verificados y
declarados admisibles, los gastos y costas de concursos y para efectuar una
reserva suficiente para atender los créditos insinuados en el pasivo concursal
pendiente de resolución. El saldo se debe reintegrar al deudor (art. 227).

La doctrina entiende que, para que proceda la conclusión por pago total, deben
tenerse en cuenta los intereses suspendidos con motivo de la declaración de
quiebra y solo después de ello, el remanente se devuelve al fallido.

Cartas de pago
Es la constancia emanada de los acreedores del fallido de haberse extinguido el
crédito verificado, y puede adoptar diversas formas, como ser: renuncia,
compensación, transacción, novación u otros medios de extinción de las
obligaciones.
Es una expresión categórica del acreedor, en el sentido de que se ha extinguido
el crédito.

Así, el primer párrafo del art. 229 de la Ley de Concursos y Quiebras (LCQ)
contempla este modo conclusivo y establece: “El artículo precedente se aplica
cuando se agregue al expediente carta de pago de todos los acreedores,
debidamente autenticada, y se satisfagan los gastos íntegros del concurso”1.

Así, esta primera hipótesis, prevé que la quiebra concluye por pago total
cuando se agregan al expediente “cartas de pago” de todos los acreedores. Es
decir, es un supuesto de satisfacción plena de los créditos verificados en cuanto
la carta de pago es el instrumento escrito emitido por el acreedor o su
representante, en el que obra declaración de que percibió el crédito. Este
instrumento requiere de autenticación y de atestación del fedatario sobre la
veracidad de la autoría y firma; y si es expedida por representante, que se
acompañe el instrumento de apoderamiento pertinente. Esta alternativa se
puede realizar en cualquier momento posterior a la resolución verificatoria de
créditos.

Finalmente prevé el artículo que deben abonarse todos los gastos a los fines de
que proceda a dictar la conclusión de la quiebra por este modo.

Inexistencia de acreedores

A su vez, el art. 229 en su segundo párrafo, prevé otro modo de conclusión de


la quiebra, y éste opera cuando no se han presentado acreedores a verificar. Así,
reza la mencionada norma: “También se aplica cuando, a la época en que el juez
debe decidir sobre la verificación o admisibilidad de los créditos, no exista
presentación de ningún acreedor, y se satisfagan los gastos íntegros del
concurso”2.

De tal modo, la segunda alternativa que contempla el precepto mencionado es


el cese del proceso por ausencia de acreedores.

Se da la paradoja de que al momento de la resolución de verificación de créditos


no se presenta ningún acreedor. Si es una quiebra pedida por acreedor, la
controversia gira en torno a las costas. En un viejo precedente plenario de la
Cámara Nacional de Comercio, se resolvió que aquéllas debían ser impuestas
al ex fallido (CNCom., en pleno, “Datamedical SRL”, de fecha 18/12/1992,
publicada en JA 1993-11-612).

1
Art. 229 – Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.
2 Art. 229. Ley N° 24.522. Op. cit.
Clausura del procedimiento
Se señaló anteriormente que la clausura supone un cierre provisional del
procedimiento, pero que puede modificarse ante la aparición de nuevos bienes
para liquidar, lo que permitiría la reapertura del procedimiento (art. 231).

Distribución final
Como se vio, la resolución en la que se aprueba el proyecto de distribución,
luego del período de observaciones, normalmente, contiene un punto en la
parte resolutiva que establece la clausura del procedimiento.

El cese del proceso falimentario deriva de la frustración total o parcial de la


finalidad distributiva de la actividad falencial, o sea, de la insuficiencia del
activo.

Este supuesto de clausura por distribución final, se encuentra tutelado en el art.


230 LCQ, el que prevé: “Realizado totalmente el activo, y practicada la
distribución final, el juez resuelve la clausura del procedimiento. La resolución
no impide que se produzcan todos los efectos de la quiebra”3.

Así, concluida la etapa liquidatoria y practicada la distribución final, aun cuando


el producido no haya alcanzado a cubrir todos los créditos, corresponde
disponer la clausura procesal, pues no existe fundamento alguno que justifique
mantener abierto el proceso concursal (Junyent Bas y Molina Sandoval, 2011).

Efectos

No cesa ninguno de los efectos de la quiebra, pues esa resolución provisoria


puede ser dejada sin efecto en caso de que se deban efectuar nuevas
distribuciones.

Otro efecto importante marcado por el art. 231 es que los acreedores
presentados con posterioridad a la clausura del procedimiento tienen la carga
adicional (y muy pesada) de denunciar la existencia de bienes para liquidar.
Finalmente, si transcurren dos años desde la sentencia que declaró concluido el
procedimiento por distribución final, el juez debe disponer la conclusión del
procedimiento y el levantamiento de todos los efectos universales.

Falta de activo
El otro modo de clausura de la quiebra es por falta de activo. Éste es uno de los
supuestos más comunes que se dan en la práctica, donde los bienes subastados
no alcanzan siquiera para cubrir los gastos del concurso, esto es, no se cubren
los gastos de diligenciamiento de oficios, publicación de edictos, honorarios de
los síndicos.

3
Art. 230. Ley N° 24.522. Op. cit.
En estos casos, una vez terminada la liquidación y ante la advertencia de esta
falta de activo denunciada por el síndico, se corre vista al fallido y luego, se
clausura directamente el procedimiento por esta vía y se regulan honorarios
(conforme al art. 272, no es necesaria la consulta obligatoria a la Cámara salvo,
por supuesto, apelación).

Se encuentra regulado en el art. 232 LCQ que dispone:

ARTICULO 232.‐ Presupuestos. Debe declararse la clausura del


procedimiento por falta de activo, si después de realizada la
verificación de los créditos, no existe activo suficiente para
satisfacer los gastos del juicio, incluso los honorarios, en la suma
que, prudencialmente, aprecie el juez.

Del pedido de clausura que realice el síndico, debe darse vista al


fallido; la resolución es apelable4.

En orden a los efectos, este modo de clausura genera una presunción de fraude,
lo que implica que el juez debe comunicar tal hecho a la justicia en lo penal para
la instrucción del sumario. Además, se verifican los efectos desarrollados
respecto de la clausura del procedimiento por distribución final.

ARTÍCULO 233.‐ Efectos. La clausura del procedimiento, por falta


de activos, importa presunción de fraude. El juez debe
comunicarla a la justicia en lo penal, para la instrucción del
sumario pertinente5.

4
Art. 232. Ley N° 24.522. Op. cit.
5
Art. 233. Ley N° 24.522. Op. cit.
Referencias
Cámara Nacional Comercial, en pleno “Datamedical SRL” (18 de diciembre de 1992),
publicada en JA 1993-11-612.

Junyent Bas, F., y Molina Sandoval, C. A. (2011). Ley de Concursos y Quiebras


Comentada. Buenos Aires: Abeledo Perrot.

Ley 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.


Privilegios
concursales

Concursos y
quiebras
Privilegios concursales
En primer lugar, es dable señalar qué debe entenderse por privilegio. El art.
2.573 del Código Civil y Comercial lo define como “la calidad que corresponde a
un crédito de ser pagado con preferencia a otro”1.

A continuación, se verán sus caracteres.

Principios generales
Las reglas imperativas en materia de privilegios concursales están reguladas en
los arts. 239 a 250 de la Ley de Concursos y Quiebras (LCQ) y en otras
disposiciones del texto legal. A ellos pueden agregarse algunos principios
complementarios, compatibles y congruentes con la legislación concursal,
establecidos en el art. 2.573 y siguientes del Código Civil y Comercial de la
Nación (CCyCN).

Rigen los siguientes principios:

I) Autosuficiencia: la legislación concursal en materia de privilegios, aplicable a


los procesos universales, es en principio autosuficiente (art. 239 de la LCQ).
Esto quiere decir, que las preferencias o privilegios previstos en otras leyes se
aplican en caso de concurrencia entre acreedores dentro de procesos de
ejecución singular, no colectiva, salvo remisión expresa de la ley concursal a
ordenamientos ajenos a ella. Por ejemplo, el art. 242 de la LCQ. El CCyCN ratifica
este criterio en la norma del art. 2.579, en cuanto prevé que “en los procesos
universales los privilegios se rigen por la ley aplicable a los concursos, exista o
no cesación de pagos”2.

II) Legalidad: los privilegios únicamente son creados por ley y no pueden crearse
por autonomía de la voluntad. Así lo prevé el art. 2.574 del CCyCN: “los
privilegios resultan exclusivamente de la ley. El deudor no puede crear a favor
de un acreedor un derecho para ser pagado con preferencia a otro, sino del
modo como la ley lo establece”3.

III) Accesoriedad: son accesorios al crédito, pues el privilegio existe en tanto el


crédito exista; por lo que, si se extingue el crédito, también se extingue el
privilegio.

1
Art. 2.573 – Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación.
2
Art. 2.579. Ley N° 26.994. Op. cit.
3 Art. 2.574. Ley N° 26.994. Op. cit.
IV) Indivisibilidad: el privilegio se asienta sobre la cosa, y afecta su totalidad.

V) Son de interpretación restrictiva: es decir que no pueden reconocerse


privilegios por analogía y en caso de duda, ha de estarse en contra su existencia.

VI) Los privilegios no se oponen contra el deudor, sino contra los demás
acreedores que participan en el proceso concursal.

VII) Los privilegios y preferencias reconocidos en el concurso preventivo se


mantienen en la quiebra posterior.

VIII) Acumulación: cuando una quiebra sigue su concurso preventivo, los


privilegios y preferencias reconocidos en aquél se mantienen en la quiebra (art.
239) y los créditos a los cuales se les reconoce privilegio sólo por un período
anterior a la apertura concursal (por ejemplo art. 241) pueden acumular la
preferencia por ambos períodos anteriores al concurso preventivo y a la
quiebra, respectivamente (art. 239).

IX) Transmisibilidad: si se transfiere el crédito principal, también se transmite el


privilegio. Así lo dispone el art. 2.576 del CCyCN.

X) Renunciabilidad y postergación: la norma del art. 2.575 del CCyCN prevé que
el acreedor puede renunciar a su privilegio, en cuyo caso, el crédito se tornaría
quirografario. En materia concursal, la renuncia al privilegio debe ser expresa y
no inferior al 30 % del crédito (art. 43 de la LCQ). Por otro lado, también es
posible pactar la postergación del cobro de sus derechos y, en este caso, el
crédito se rige por las cláusulas convenidas (art. 250 de la LCQ), siempre que
no afecten derechos de terceros (artículo 2.575 del CCyCN).

XI) Renunciabilidad o postergación del crédito laboral: salvo en los procesos


concursales que puede renunciarse al privilegio laboral en los términos del art.
43, no se puede renunciar ni postergar el privilegio laboral (art. 2.575 del
CCyCN).

Definiciones

Concepto y asiento

El privilegio es la calidad que corresponde a un crédito de ser


pagado con preferencia a otro. Puede ejercitarse mientras la cosa
afectada al privilegio permanece en el patrimonio del deudor,
excepto disposición legal en contrario y el supuesto de
subrogación real en los casos que la ley admite. El privilegio no
puede ser ejercido sobre cosas inembargables declaradas tales
por la ley4.
Jerarquía: alude a los distintos tipos de créditos, por ejemplo: crédito con
privilegio especial o con privilegio general.

Rango: hace referencia al orden entre los créditos que tienen privilegio.

Extensión: se refiere a los rubros del crédito que están amparados por el
privilegio de que goza. Ampara al capital, salvo respecto a los intereses para los
créditos laborales y los de garantía real.

Cuándo funcionan: cuando concurren varios acreedores del deudor común.

El art. 239 de la Ley de Concursos y Quiebras dispone:

Régimen. Existiendo concurso, sólo gozarán de privilegio los


créditos enumerados en este capítulo, y conforme a sus
disposiciones.

Conservación del privilegio. Los créditos privilegiados en el


concurso preventivo mantienen su graduación en la quiebra que,
posteriormente, pudiere decretarse. Igual regla se aplica a los
créditos previstos en el Artículo 240.

Acumulación. Los créditos a los que sólo se reconoce privilegio


por un período anterior a la presentación en concurso, pueden
acumular la preferencia por el período correspondiente al
concurso preventivo y la quiebra5.

Régimen aplicable
Con la sanción del Código Civil y Comercial se produjo un sistema más diáfano
en materia de privilegios. Así, la ley concursal es aplicable en materia de
concursos, pero no en supuestos de ejecuciones individuales, para las cuales
rige el Código Civil y Comercial.

En este sentido, el artículo 2.579 del Código prevé que “en los procesos
universales los privilegios se rigen por la ley aplicable a los concursos, exista o
no cesación de pagos”6 y el artículo siguiente establece que “los privilegios
generales sólo pueden ser invocados en los procesos universales”7.

Sistema

1) Primero se pagan los créditos con privilegio especial (art. 241 de la LCQ),
pero deben soportar la reserva de gastos del art. 244 de la misma ley, por la
conservación, custodia, administración y realización de los bienes, calculándose
una suma para atender honorarios y gastos del concurso.

5
Art. 239 – Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.
6
Art. 2.579 – Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación.
7
Art. 2.580- Ley N° 26.994. Op. cit.
2) Luego deben abonarse, los gastos de conservación y justicia (art. 240 de
la LCQ), los que se pagan inmediatamente.

3) En tercer lugar, los créditos con privilegios generales (art. 246 de la LCQ), los
que en principio sólo pueden afectar el 50% de la masa del dinero, salvo el
crédito por capital emergente de sueldo, salario y remuneraciones que puede
absorber el 100 % del dinero.

4) Del 50% que quedó, se pagan a prorrata los créditos los quirografarios.

5) Finalmente, se abonan los acreedores subordinados generales sobre el


excedente que pudiera quedar luego de pagadas las categorías anteriores.

Los privilegios en la verificación de créditos

Ya se vio, al tratar el tema de la verificación de créditos en el Módulo 1, que era


necesario solicitar expresamente el privilegio por el acreedor insinuante. En
caso contrario, se los tiene por renunciados, salvo los laborales, pues ellos
tienen procedimiento especial de renuncia ante el juez concursal y con citación
a la asociación gremial legitimada.

El acreedor que omite peticionar expresamente la verificación privilegiada de


su crédito, se priva de su preferencia, pues la insinuación omisiva (salvo el
supuesto del crédito laboral en razón de su especial modo de renunciabilidad)
no puede ser suplida oficiosamente por el síndico o por el juez.

Es decir, que el acreedor cuando verifica tiene la carga de invocar su privilegio,


pues de lo contrario se lo verificará como quirografario. El acreedor no puede
luego tratar se subsanar dicha omisión y reclamar luego su privilegio.

Gastos de conservación y justicia

Son créditos causados en la conservación, administración y liquidación de los


bienes del concursado y en el trámite del concurso, hechos por supuesto en
beneficio común.

¿Quién adeuda tales gastos?

Actualmente, se expresa que el deudor de tales gastos es el fallido o quebrado.


Algunos autores no lo consideran privilegio, sino un pago anticipado y
necesario.

Tipos:
i) se mantiene la reserva de gastos (art. 244 de la LCQ). En este caso, el gasto prevalece
por sobre los privilegios especiales.

ii) gastos de conservación y justicia (art. 240 de la LCQ).


Enumeración:

El art. 240 establece:

Los créditos causados en la conservación, administración y


liquidación de los bienes del concursado y en el trámite del
concurso, son pagados con preferencia a los créditos contra el
deudor salvo que éstos tengan privilegio especial.

El pago de estos créditos debe hacerse cuando resulten exigibles


y sin necesidad de verificación.

No alcanzando los fondos para satisfacer estos créditos, la


distribución se hace a prorrata entre ellos8.

Dentro de estos gastos, se enumeran los siguientes:

- honorarios del síndico;


- del abogado del deudor en el concurso preventivo o de quien
peticionó la quiebra;
- del abogado del acreedor que peticionó la quiebra;
- de los coadministradores en la continuación empresaria;
- los alquileres devengados después de la declaración de quiebra;
- impuestos, tasas y contribuciones que recaigan sobre los bienes
del deudor, etc.

Además, la actual ley, a lo largo de su articulado, enuncia los siguientes créditos


con carácter de gastos de conservación:

1) Prestaciones del cocontratante in bonis después de la presentación en


concurso preventivo respecto de los contratos con prestaciones recíprocas
pendientes.

2) Intereses posteriores a la suspensión de la subasta dispuesta en los términos


del art. 24 de la Ley de Concursos y Quiebras.
3) Crédito por restitución de gastos en que incurrió el acreedor triunfante en
la acción de ineficacia concursal.

4) Los créditos por publicación de edictos en la quiebra.

5) Tasa de justicia para el cobro de créditos del fallido (art. 182 de la LCQ).

6) Gastos incurridos para la transcripción de medidas cautelares


(art. 2.732 de la CLQ).

8
Art. 240 – Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.
7) Obligaciones nacidas durante la continuación empresaria.

8) Sueldos y jornales que se devenguen en la etapa de continuación empresaria.

Régimen particular de estos gastos

a) No verificación del crédito: Expresamente lo dispone el art. 240. Se


debe presentar en el expediente principal, y solicitar el reconocimiento de
su crédito y reclamo su pago. Si hay controversia, se deberá iniciar juicio y
el juez concursal dirimirá la cuestión, con apelación.
b) Pago inmediato: debe efectuarse cuando resulten exigibles. Sin
embargo, algunos de estos gastos deberán aguardar hasta tanto se
produzca el proyecto de distribución.
c) Prorrateo: cuando los fondos obtenidos de la liquidación no logren
cubrir estos gastos, se producirá el prorrateo. Este peligro que se cierne
sobre el proceso hace que el pago inmediato ceda ante la posibilidad de
insuficiencia de fondos, lo que relega su cancelación a la presentación del
proyecto de distribución.
d) No están alcanzados por la regla de la suspensión de los intereses: si
hay fondos, pero el síndico no paga, se generan intereses moratorios y
punitorios, en cambio, si no hay fondos, se generan solo los
compensatorios.

Créditos con privilegio especial

Es el derecho incorporado a un crédito para cobrarse con preferencia respecto


a otro, sobre el producido de cierta cosa o cosas determinadas.

Así, el art. 241 dispone que son créditos con privilegio especial: “1) los gastos
hechos para la construcción, mejora o conservación de una cosa, sobre ésta,
mientras exista en poder del concursado por cuya cuenta se hicieron los gastos”9.

El art. 2.582 del Código Civil y Comercial reedita el inciso de la Ley de


Concursos y Quiebras e incluye a los gastos por expensas comunes en la
propiedad horizontal:

2) Los créditos por remuneraciones debidas al trabajador por


SEIS (6) meses y los provenientes por indemnizaciones por
accidentes de trabajo, antigüedad o despido, falta de preaviso y
fondo de desempleo, sobre las mercaderías, materias primas y
maquinarias que, siendo de propiedad, del concursado, se
encuentren en el establecimiento donde haya prestado sus
servicios o que sirvan para su explotación10.

La circunstancia de que el privilegio recaiga sobre los bienes que están en el


establecimiento donde se prestaban los servicios lleva a que el síndico deba

9
Art. 241, inc. 1- Ley N° 24. 522.Op. cit.
10
Art. 241, inc. 2- Ley N° 24. 522.Op. cit.
hacer un estado de distribución por cada establecimiento. Se excluye del
asiento al dinero, títulos y depósitos en cuenta bancaria. No se extiende a las
marcas y patentes si son vendidas por separado.

El crédito laboral de este inc. 2 no satisfecho gozará del privilegio general del
art. 246. Es el único que goza de doble privilegio.

Por su parte, el inc. b del art. 2.582 incluye a los operarios contratados por el
dueño del inmueble para la construcción o reparación del edificio y el privilegio
recae sobre estos bienes.
“3) Los impuestos y tasas que se aplican particularmente a determinados
bienes, sobre éstos”11. Abarca a los impuestos que recaen sobre bienes
determinados y comprende los anteriores a la quiebra, pues los posteriores son
gastos del concurso.

Por su parte, el art. 2.852 incluye a las contribuciones de mejores en los


privilegios especiales.
“4) Los créditos garantizados con hipoteca, prenda, warrant y los
correspondientes a debentures y obligaciones negociables con garantía especial
o flotante”12. El inciso se reedita en el art. 2582 del Código Civil y Comercial.

“5) Lo adeudado al retenedor, por razón de la cosa retenida a la fecha de la


sentencia de quiebra. El privilegio se extiende a la garantía establecida en el
Artículo 3943 del Código Civil”13.

Aquí se debe tener en cuenta lo dispuesto por el art. 131 de la Ley de


Concursos y Quiebras:

Derecho de retención. La quiebra suspende el ejercicio del


derecho de retención sobre bienes susceptibles de
desapoderamiento, los que deben entregarse al síndico, sin
perjuicio del privilegio dispuesto por el Artículo 241, inciso 5.
Cesada la quiebra antes de la enajenación del bien continúa el
ejercicio del derecho de retención, debiéndose restituir los
bienes al acreedor, a costa del deudor14.

Este precepto está previsto en el art. 2.582 del Código Civil y Comercial y debe
entenderse a la luz de lo normado en el art. 2.587 y siguientes del Código único.

6) Los créditos indicados en el Título III del Capítulo IV de la Ley


N° 20.094, en el Título IV del Capítulo VII del Código Aeronáutico
(Ley N. 17.285), los del Artículo 53 de la Ley N. 21.526, los de los
Artículos 118 y 160 de la Ley N. 17.41815.
11
Art. 241, inc. 3- Ley N° 24. 522.Op. cit.
12
Art. 241, inc. 4- Ley N° 24. 522.Op. cit.
13
Art. 241, inc. 5- Ley N° 24. 522.Op. cit.
14
Art. 131- Ley N° 24.522. Op. cit.
15
Art. 241, inc. 6- Ley N° 24. 522.Op. cit.
Esto es lo que se denomina “microsistema de derecho”.

Extensión

El art. 242 de la Ley de Concursos y Quiebras establece que:

Los privilegios se extienden exclusivamente al capital del crédito,


salvo en los casos que a continuación se enumeran en que
quedan amparados por el privilegio:

1) Los intereses por DOS (2) años contados a partir de la mora de


los créditos enumerados en el inciso 2 del Artículo 241;

2) Las costas, todos los intereses por DOS (2) años anteriores a la
quiebra y los compensatorios posteriores a ella hasta el efectivo
pago con la limitación establecida en el Artículo 126, cuando se
trate de los créditos enumerados en el inciso 4 del Artículo 241.
En este caso se percibirán las costas, los intereses anteriores a la
quiebra, el capital y los intereses compensatorios posteriores a la
quiebra, en ese orden16.

Así, el art. 242 establece como principio general en materia de privilegios, que
éstos se extienden exclusivamente al capital del crédito, salvo las excepciones
previstas en los incs. 1° y 2°.

La primera excepción es en orden a los créditos laborales con privilegio especial


que cubren no sólo el capital adeudado en concepto de remuneraciones sino
también a sus accesorios, es decir los intereses por los daños causados a partir
de la mora.

La otra excepción favorece a los créditos con garantías reales enumerados en el


inc. 4° del art. 241 y alcanza a las costas, a los intereses por dos años anteriores
a la quiebra y a los intereses compensatorios posteriores a la quiebra, siempre
con la limitación del producido del bien, conforme lo prevé el art. 126 de la LCQ
(Junyent Bas y Molina Sandoval, 2011).

Finalmente el art. 242, en el último párrafo, prevé que “el privilegio reconocido
a los créditos previstos en el inciso 6 del Artículo 241 tiene la extensión
prevista en los respectivos ordenamientos”17.

Principio general

Solo comprende el capital.

16
Art. 242- Ley N° 24.522. Op. cit.
17 Art. 242- Ley N° 24.522. Op.
cit.
Excepciones:

a) Créditos laborales: los créditos por intereses hasta los dos años anteriores a
la quiebra y devengados a partir de la mora del empleador.

b) Créditos por garantía real:

Las costas, todos los intereses por DOS (2) años anteriores a la
quiebra y los compensatorios posteriores a ella hasta el efectivo
pago con la limitación establecida en el Artículo 126, cuando se
trate de los créditos enumerados en el inciso 4 del Artículo 241.
En este caso se percibirán las costas, los intereses anteriores a la
quiebra, el capital y los intereses compensatorios posteriores a
la quiebra, en ese orden18.

Intereses compensatorios: son aquellos que el deudor debe pagar como precio
por el uso del capital o crédito que se le dio y están destinados a retribuir al
acreedor. No se incluyen los punitorios o moratorios.

Orden jerárquico
La prelación o el orden jerárquico de los privilegios especiales resulta del orden
de los incisos del art. 241 de la Ley de Concursos y Quiebras.

Si sobre la misma cosa concurren acreedores incluidos en el mismo inciso, se


aplica la regla del prorrateo.

Sin embargo, tal regla de distribución igualitaria entre privilegios ubicados en el


mismo orden cede frente a dos supuestos:

1) en el caso de los créditos amparados por garantías reales (inc. 4) o los


previstos por leyes especiales, el orden lo determina el respectivo
ordenamiento de origen;
2) el crédito del retenedor prevalece sobre los créditos con privilegio especial,
siempre que la retención se hubiera iniciado con anterioridad al nacimiento de
los créditos con privilegio especial.

Así, el art. 243 dispone que:

Los privilegios especiales tienen la prelación que resulta del orden


de sus incisos, salvo:

1) en el caso de los incisos 4 y 6 del Artículo 241, en que rigen los


respectivos ordenamientos;

2) el crédito de quien ejercía derecho de retención prevalece


sobre los créditos con privilegio especial si la retención comenzó
a ejercerse antes de nacer los créditos privilegiados. Si concurren
créditos comprendidos en un mismo inciso y sobre idénticos
bienes, se liquidan a prorrata19.

Reserva de gastos
El art. 244 contempla la reserva de gastos que debe hacerse antes de pagar a
los acreedores con privilegio especial. Es decir que son los primeros en cobrar.

Recaudos:

Antes de pagar los créditos que tienen privilegios especiales, se


debe reservar del precio del bien sobre el que recaen, los
importes correspondientes a la conservación, custodia,
administración y realización del mismo efectuados en el
concurso. También se calcula una cantidad para atender a los
gastos y honorarios de los funcionarios del concurso, que
correspondan exclusivamente a diligencias sobre tales bienes20.

a) Los gastos deben ser hechos en el concurso general. Para que funcione en el
concurso especial, deberá invocar y probar su existencia con la documentación
pertinente.
b) Si hay remanente suficiente y alcanza para pagar al acreedor y los gastos, no
es necesario que se disminuya el crédito del acreedor.
c) Indicar en qué consistió el beneficio concreto.

Respecto a los honorarios, son aquellos que se corresponden a diligencias sobre


los bienes asiento del privilegio especial y comprenden: los honorarios del
abogado del acreedor que intervino en el concurso especial, del tasador, los
gastos por anotación de embargos, los gastos motivados en la conservación del
inmueble y la custodia para conservarlo libre de ocupantes.

Subrogación real

El art. 245 establece que el privilegio especial se traslada de pleno derecho


sobre los importes que sustituyan el bien sobre el que recaía el privilegio.

Créditos con privilegio general


Es el derecho que se ejerce sobre la masa de dinero que queda en la quiebra,
luego de satisfechos los créditos con privilegio especial y los créditos contra el
concurso.

19
Art. 243- Ley N° 24.522. Op. cit.
20
Art. 244- Ley N° 24.522. Op. cit.
El art. 246 de la Ley de Concursos y Quiebras establece que:

1) Los créditos por remuneraciones y subsidios familiares debidos


al trabajador por SEIS (6) meses y los provenientes por
indemnizaciones de accidente de trabajo, por antigüedad o
despido y por falta de preaviso, vacaciones y sueldo anual
complementario, los importes por fondo de desempleo y
cualquier otro derivado de la relación laboral. Se incluyen los
intereses por el plazo de DOS (2) años contados a partir de la
mora, y las costas judiciales en su caso;

Aquí quedan cubiertos la totalidad de los créditos derivados de


la relación laboral, siempre que se den los límites temporales
planteados por la norma.

2) El capital por prestaciones adeudadas a organismos de los


sistemas nacional, provincial o municipal de seguridad social, de
subsidios familiares y fondos de desempleo;

3) Si el concursado es persona física: a) los gastos funerarios


según el uso; b) los gastos de enfermedad durante los últimos
SEIS (6) meses de vida; c) los gastos de necesidad en alojamiento,
alimentación y vestimenta del deudor y su familia durante los
SEIS (6) meses anteriores a la presentación en concurso o
declaración de quiebras.

4) El capital por impuestos y tasas adeudados al fisco nacional,


provincial o municipal.

5) El capital por facturas de crédito aceptadas por hasta veinte


mil pesos ($ 20.000) por cada vendedor o locador. A los fines del
ejercicio de este derecho, sólo lo podrá ejercitar el libramiento
de las mismas incluso por reembolso a terceros, o cesionario de
ese derecho del librador. (Inciso incorporado por artículo 7° de
la Ley Nº 24.760 Vd. 13/1/97)21.

Extensión

El art. 247 prevé que:

los créditos con privilegio general sólo pueden afectar la mitad


del producto líquido de bienes, una vez satisfechos los créditos
con privilegio especial, los del artículo 240 y el capital emergente
de sueldos, salarios y remuneraciones mencionados en el inciso
1 del Artículo 24622.

21
Art. 246- Ley N° 24.522. Op. cit.
22
Art. 247- Ley N° 24.522. Op. cit.
Luego de pagados estos créditos, si hay remanente, se afecta el 50 % para
atender los demás créditos con privilegio general que menciona el art. 246.

Créditos quirografarios

Estos créditos son aquellos que no tienen ni privilegio general ni especial y sólo
podrán ser cobrados satisfechos los privilegios especiales, los gastos de justicia,
luego de los laborales especiales y generales y concurren tal como se explicó
sobre el 50% del producido del activo falencial. Comparten el dividendo con los
saldos insolutos de los acreedores con privilegio general.

“ARTÍCULO 248.‐ Créditos comunes o quirografarios. Los créditos a los que no


se reconocen privilegios son comunes o quirografarios”23.

Tal como se verá, ellos concurren a prorrata entre sí.

Prorrateo

ARTÍCULO 249.‐ Prorrateo. No alcanzando los fondos


correspondientes, a satisfacer íntegramente los créditos con
privilegio general, la distribución se hace a prorrata entre ellos.
Igual norma se aplica a los quirografarios24.

ARTÍCULO 250.‐ Créditos subordinados. Si los acreedores


hubiesen convenido con su deudor la postergación de sus
derechos respecto de otras deudas presentes o futuras de éste,
sus créditos se regirán por las condiciones de su subordinación25.

Tal como se señaló, esta última norma debe entenderse en consonancia con
lo previsto en el art. 2.575 del Código único.

23
Art. 248. Ley N° 24.522. Op. cit.
24
Art. 249. Ley N° 24.522. Op. cit.
25
Art. 250. Ley N° 24.522. Op. cit.
Referencias
Junyent Bas, F., y Molina Sandoval, C. A. (2011). Ley de Concursos y Quiebras
Comentada. Buenos Aires: Abeledo Perrot.

Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.

Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la


Nación.
Regulación de
honorarios

Concursos y
quiebras
Regulación de honorarios
Honorarios en concursos y quiebras
Como en todo proceso judicial, quienes intervienen en él tienen derecho a la
retribución por la tarea desempeñada. Aunque es útil destacar que la Ley N°
24.522 produjo una importante reforma del capítulo arancelario (destinado a
reducir los costos que el proceso afronta por este rubro)
cabe recordar que el síndico es un funcionario del concurso (en los términos
del art. 275 de la Ley de Concursos y Quiebras) y cuando acepta la designación
para intervenir en el proceso, conoce que debe cumplir las cargas, deberes,
obligaciones y responsabilidades que la ley le asigna. Entre ellas: ser parte en el
proceso principal y en todos sus incidentes, y en los demás juicios de carácter
patrimonial en que sea parte el deudor. Por contrapartida y en retribución a ese
trabajo, sus honorarios se regularán conforme a los casos y en la oportunidad
establecida por la ley, de conformidad a la tarea efectivamente desarrollada.

En la materia, existe una regla aceptada por la jurisprudencia y la doctrina y que


no debe ser vulnerada:
a) la retribución debe ser justa y razonable;
b) debe surgir de la prudente apreciación de la actividad desplegada;
c) los honorarios que se fijen deben ser proporcionados a la índole y extensión
de las labores cumplidas en la causa.

Oportunidad para la regulación

El art. 265 de la ley expresamente prevé la oportunidad en que los honorarios


de los funcionarios que intervinieron en el trámite deben ser determinados por
el juez del concurso, a saber:

1) Al homologar el acuerdo preventivo.


2) Al sobreseer los procedimientos por avenimiento.
3) Al aprobar cada estado de distribución complementaria por el
monto que corresponda a lo liquidado en ella.
4) Al finalizar la realización de bienes en la oportunidad del
Artículo 218.
5) Al concluir por cualquier causa el procedimiento del concurso
preventivo o de la quiebra1.

Como es posible advertir, la ley concursal se encarga de establecer la época


precisa en la que se practicarán las regulaciones de honorarios y las hipótesis
taxativamente contempladas, sea en el concurso o la quiebra, y otorga
previsibilidad al régimen arancelario. Las oportunidades coinciden, en su

1
Art. 265 – Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.
mayoría, con supuestos conclusivos del proceso principal. Por lo tanto, ya están
tasadas las oportunidades en las que se evalúa la labor integral. De esta regla se
deriva que ningún funcionario puede reclamar regulaciones fuera de los
supuestos comprendidos, ni en oportunidades diferentes a las previstas en la
norma (no es posible solicitar regulaciones parciales o segmentadas, provisorias
o anticipadas).

Están exceptuados de este sistema los honorarios que eventualmente


corresponda regular (por caso al síndico y su asesor letrado) por actuaciones
tramitadas en expediente separado del principal. El ejemplo típico son los
incidentes concursales (art. 280 y siguientes), revisión, incidente tardío de
verificación, revocatoria concursal, etc., en los cuales se hayan impuesto las
costas a un tercero (porque, en estos casos, el concurso es vencedor en costas).
También están exceptuados de la regulación general los estipendios que
correspondan al síndico y su asesor letrado por su intervención en los juicios
continuados en sede extraconcursal (tribunal distinto del concurso), por
aplicación de los arts. 21 y 132 de la Ley de Concursos y Quiebras.

Cómputo en caso de acuerdo


En la hipótesis de concurso preventivo, la regulación se practica de acuerdo a las
pautas establecidas en el art. 266 de la Ley de Concursos y Quiebras. Así, los
honorarios de los profesionales que intervinieron en el concurso preventivo
(síndico, asesor letrado, abogado del deudor, etc.) deben calcularse sobre el
activo prudencialmente estimado (esa es la base económica de cómputo) y
tener en cuenta el éxito de la tarea desplegada (eficacia profesional) y el trabajo
efectivamente desarrollado (principio de proporcionalidad de la regulación).
Con el objeto de fijar prudencialmente el activo del deudor, el juez del concurso
debe tomar en consideración especialmente el informe general del síndico
(art. 39), de donde surge esa estimación, y también puede acudir a la propia
manifestación, en tal sentido, efectuada por el deudor en su petición inicial.

Otra pauta ineludible a tener en cuenta a la hora de determinar la base


regulatoria es que la ley dispone un límite condicionante, esto es, que el monto
de las regulaciones no supere el 4 % del pasivo verificado, ni sean inferiores a
dos sueldos del secretario de primera instancia de la jurisdicción donde tramita
el concurso. Tal límite responde a un propósito claro: evitar regulaciones
desproporcionadas, porque en ocasiones, una regulación sobre la única base
del activo podría conducir a soluciones inequitativas para el deudor. Tal como
lo dispone el art. 266 de la Ley de Concursos y Quiebras, en supuestos de
acuerdo preventivo homologado, el juez tiene distintos parámetros para regular
los honorarios. Partir de un mínimo del 1 % del activo prudencialmente
estimado y no superar el 4 %, aquí se aprecia el trabajo llevado a cabo y la
calidad de la tarea emprendida.

Por último, la reforma operada por la Ley N ° 25.563 (art. 14) dispone la
reducción de los honorarios profesionales, en oportunidad del acuerdo
preventivo en la hipótesis (no tan improbable) de que el monto del activo
prudencialmente estimado supere la suma de cien millones de pesos. En esos
casos, la ley establece una alícuota tope por lo que los honorarios previstos en
el art. 266 de la Ley de Concursos y Quiebras no podrán exceder el 1 % del
activo estimado.

Monto en caso de quiebra liquidada

Frente a hipótesis de quiebra liquidada, la regulación de honorarios de los


funcionarios que intervinieron se efectúa sobre el total del activo realizado
(producto líquido final). De las propias constancias de la causa y del informe
final del síndico se extrae, sin inconvenientes, ese dato que constituye la base
regulatoria para practicar la regulación.

Este supuesto lo regula el art. 267 de la Ley de Concursos y Quiebras. Es


aceptado que no forma parte del cómputo (activo liquidado) el producto de los
bienes realizados mediante la formación de concurso especial, debido a que
estos montos deben ser prioritariamente afectados a desinteresar a los
acreedores respectivos, cuyos créditos debes ser satisfechos de modo
prevalente, sin perjuicio de la reserva de gastos contemplada en el art. 244 de la
Ley de Concursos y Quiebras, por lo que el síndico y los demás profesionales
tendrán derecho a percibir los honorarios sobre el monto de la reserva que se
haya hecho en función de la aplicación de esa norma.

Topes y mínimos

Las regulaciones de honorarios en caso de quiebra liquidada deben fijarse entre


un mínimo consistente en el 4% del activo realizado o tres salarios
correspondientes a los secretarios de primera instancia (el que sea mayor) y el
tope máximo del 12% del activo realizado. Ello así de conformidad a lo previsto
en el art. 267 de la LCQ.

¿Qué sucede cuando el mínimo supera el tope máximo? Debe prevalecer la


pauta del 12 %, es decir que cuando el mínimo supera el máximo legal, cuadra
estar por el porcentual máximo previsto en la ley: el 12 % del activo liquidado.

Honorarios en los casos de conclusión y clausura del


procedimiento

El art. 268 de la Ley de Concursos y Quiebras dispone cómo se regulan los


honorarios en caso de extinción o clausura del proceso.

Así, cuando opere la conclusión de la quiebra por pago total, el procedimiento


regulatorio a aplicar es el mismo que el previsto para la quiebra liquidada y se
aplican idénticas reglas (art. 267).

Si concluyera por avenimiento, aun frente a la inexistencia de pautas explícitas,


es razonable que se regulen los honorarios sobre el activo que se haya liquidado
hasta la oportunidad en que dicte sentencia conclusiva de la quiebra por
avenimiento. Por el contrario, si se concluyó la quiebra por avenimiento sin
liquidación de bienes, debe tomarse como base regulatoria al activo estimado.
En supuestos de clausura del procedimiento por falta de activo, la regulación de
honorarios que se practique debe hacerse con estricta sujeción a la labor
realizada.

Honorarios en la continuación de la empresa

Dos normas prevén la regulación de honorarios cuando se decidió la


continuación de la explotación empresaria.

El art. 269 de la Ley de Concursos y Quiebras establece que:

En los casos de continuación de la empresa, además de los


honorarios que pueden corresponder según los artículos
precedentes, se regulan en total para síndico y coadministrador,
hasta el 10% del resultado neto obtenido de esa explotación, no
pudiendo computarse el precio de venta de los bienes del
inventario2.

La regla que establece la primera norma es que la regulación de honorarios se


sujeta a las utilidades obtenidas en la gestión de la continuación empresaria.

Otras alternativas

Por su parte, el art. 270 de la Ley de Concursos y Quiebras estipula otras


alternativas para determinar la remuneración por el mismo concepto, es decir,
en el caso de continuación de la empresa. Tal como lo prevé el precepto
mencionado, el magistrado puede excepcionar esa regla, es decir, apartarse del
criterio de las utilidades que genere la administración (siempre que medie una
decisión fundada al respecto) y ordenar una remuneración única o global, o
bien periódica.

Reducciones
El art. 271 faculta al juez a perforar los mínimos establecidos en la ley, cuando:

la naturaleza, alcance, calidad o resultado de la labor profesional


o el valor de los bienes que se consideren indicaren que la
aplicación lisa y llana de aquéllos conduce a una desproporción
entre la importancia del trabajo realizado y la retribución
resultante.” En este caso, el pronunciamiento judicial deberá
contener fundamento explícito de las razones que justifican esa
decisión, bajo pena de nulidad3.

2
Art. 269. Ley N° 24.522. Op. cit.
3 Art. 271. Ley N° 24.522. Op. cit.
Así, cuando el magistrado del concurso decida reducir los honorarios por debajo
del mínimo legalmente fijado, debe fundar la resolución. El criterio que preside
la norma es restrictivo y la reducción debe ser siempre excepcional. La regla es
la aplicación de los topes mínimos y máximos establecidos en la ley.

¿En qué casos puede producirse la disminución de los honorarios (perforación


del mínimo)? Cuando existe, en el caso concreto, una notoria
desproporción entre la importancia del trabajo realizado y la regulación que
correspondería otorgar, aun con la aplicación de los porcentajes mínimos.

Recursos
Los honorarios regulados por el juez del concurso en las oportunidades
establecidas por el art. 265 de la Ley de Concursos y Quiebras son apelables por
el beneficiario de tales estipendios y por el síndico. Así lo dispone el art. 272 de
la misma ley:

Las regulaciones de honorarios son apelables por el titular de


cada una de ellas y por el síndico. En los supuestos del artículo
265, incisos 1º, 2º, y, según el caso, el inciso 5º, también son
apelables por el deudor. En los restantes, sin perjuicio de la
apelación por los titulares, el juez debe remitir los autos a la
alzada, la que puede reducir las regulaciones aunque el síndico
no haya apelado4.

También tiene derecho a interponer recurso de apelación el concursado,


cuando se trata de cuestionar las regulaciones de honorarios practicada por el
juez, al homologar el acuerdo preventivo. También, el fallido está legitimado,
cuando se produce la regulación por avenimiento, pago total o presentación de
cartas de pago (hipótesis conclusivas de la quiebra).

La norma además prevé la reducción oficiosa de honorarios, aun en ausencia de


apelación por los interesados, cuando el expediente es remitido por el juez a la
Cámara de Apelaciones para que sea el tribunal de alzada el que controle y
valide la regulación practicada en primera instancia.

Las atribuciones de control y revisión que tiene la Cámara, respecto de las


regulaciones de honorarios, alcanzan la facultad de reducirlas o confirmarlas,
pero no de elevarlas. El fundamento de esta prerrogativa es evitar regulaciones
desproporcionadas que puedan causar perjuicio al concurso.

Por otro lado, la apelación prevista en el art. 272 de la Ley de Concursos y


Quiebras no solo contempla la posibilidad de modificación de la cuantía de los
honorarios fijados, sino que también alcanza la discusión sobre la propia
base regulatoria, y compromete en la materia al orden público concursal que se
refleja, en este caso, en el deber de custodia de la integridad del activo
distribuible, a fin de evitar su afectación mediante emolumentos que exceden
los límites legales.

4
Art. 272. Ley N° 24.522. Op. cit.
Leyes locales

El régimen regulatorio del proceso concursal es autosuficiente y a él debe


acudirse para fijar los honorarios de los profesionales que intervinieron en el
trámite. En consecuencia, la Ley N° 24.522 excluye la aplicación de la ley
arancelaria local de cada provincia. Las leyes locales se aplican en subsidio y
solo cuando no esté contemplado el caso en forma expresa por la ley concursal.
Así lo dispone el art. 271 de la Ley de Concursos y Quiebras.

Honorarios en incidentes tardíos de verificación

El art. 287 de la Ley de Concursos y Quiebras se encarga de contemplar los


honorarios en casos de incidentes tardíos de verificación y revisiones. Dispone
que:

En los procesos de revisión de verificaciones de créditos y en los


de verificación tardía, se regularán honorarios de acuerdo a lo
previsto para los incidentes en las leyes arancelarias locales,
tomándose como monto del proceso principal el del propio
crédito insinuado y verificado5.

La norma contempla la fijación de la base económica para la regulación y


establece “tomándose como monto del proceso principal el del propio crédito
insinuado y verificado”6, y deja librado a la legislación local el porcentaje y
escala que corresponda asignar a los incidentes, tal como lo tenga previsto cada
provincia en su ley arancelaria.

Honorarios en revisiones
Lo mismo sucede con el incidente de revisión. Tiene idéntica regulación que los
incidentes tardíos de verificación (aplicación del art. 287 para la base y
remisión a la ley arancelaria local, para la fijación de los porcentajes y escalas
respectivas). Aquí la discusión se centra (con división en la jurisprudencia) en
establecer la base económica que corresponde tener en cuenta para cuantificar
los honorarios, en el caso de que las revisiones hayan sido parcialmente
admitidas. La controversia radica en determinar si para la base es necesario
tomar el valor del crédito verificado o únicamente el insinuado en la revisión.

No hay una regla uniforme, por lo que la solución dependerá siempre del caso
concreto y deberá respetarse en todo momento la pauta de proporcionalidad
que preside el sistema regulatorio.

5
Art. 287. Ley N° 24.522. Op. cit.
6
Art. 287. Ley N° 24.522. Op. cit.
Otras regulaciones

El resto de las regulaciones que pueden practicarse fuera del expediente


principal del concurso o la quiebra involucran materia no contemplada en la
normativa concursal, por lo que debe acudirse a la ley arancelaria local para
fijar las remuneraciones en los casos de revocatoria concursal, extensión de
quiebra, etc.

Solo se señala el caso de desafectación del bien del régimen de vivienda, para el
que el art. 254 del Código Civil y Comercial7 establece la regulación de
honorarios, la que no puede exceder del 3 % de la valuación fiscal.

7
Art. 254 – Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación.
Referencias
Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.

Ley N° 25.563 (2002). Ley de emergencia productiva y crediticia. Honorable Congreso


de la Nación.

Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la


Nación.

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