La compra compulsiva es el trastorno por el cual una persona adquiere
bienes y/o servicios de forma incontrolable y sin un propósito concreto. Esto le causa problemas a nivel personal y con su entorno familiar y laboral.
¿La compra compulsiva está relacionada con
otras patologías?
Muy a menudo la necesidad obsesiva de gastar es un síntoma de
algún trastorno psicológico. La compra compulsiva es muy frecuente en el contexto de los estados hipomaniacos, cuando la persona se encuentra especialmente eufórica, como un signo más de su conducta expansiva en muchos casos. Elliot también destaca que muchos compradores compulsivos son en realidad enfermos depresivos. No es infrecuente que la compra compulsiva se acompañe de trastornos de la alimentación, especialmente bulimia, y ocasionalmente de cleptomanía.
¿Cuál es el perfil del Comprador compulsivo?
El perfil típico del comprador compulsivo es una mujer, en torno a la treintena, de no importa que clase social, que ha desarrollado este hábito a fuerza de comprar ropa, zapatos, joyas y productos de belleza. También hay hombres, aunque muchos menos, y sus preferencias se decantan por los aparatos eléctricos y las herramientas para el hogar. Pero nadie sabe cuál será el futuro de este nuevo síndrome, todavía no catalogado entre los trastornos mentales. Puede que todo se quede en un moda pasajera o quizá adquiera las dimensiones de una epidemia.
¿Cómo se desarrolla la compra compulsiva?
La compra compulsiva se desarrolla, por dos mecanismos: en unos
casos este hábito inadecuado se adquiere básicamente a fuerza de repetir una conducta que en un principio resulta agradable y luego se realiza de forma compulsiva, mientras que en otros esta conducta hay que entenderla predominantemente como una evasión, como una forma inadecuada de hacer frente a los problemas personales.
¿En la compra compulsiva hay perfiles
socioeconomicos tipo?
Los compradores compulsivos pueden encontrarse en todos los
niveles socioeconómicos y compran cosas para ellos mismos o exclusivamente para otros.
Es frecuente que una madre justifique sus compras colmando de
regalos a sus hijos.
También es frecuente que lo que compre nunca sea desenvuelta, y
por consecuencia, nunca utilizado. La racionalización es que el objeto comprado ya perdió valor.