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LA SABIDURIA DE LOS PADRES DEL DESIERTO.

Este libro de Anselm Grün 1, narra la experiencia espiritual de los monjes del desierto, y enseña
como ese modo de vida, puede llegar a ayudar a que la sociedad contemporánea, se encuentre
consigo mismo y tenga una autentica experiencia de Dios para revalorar el mundo que vivimos. “la
espiritualidad de los primeros monjes es mistagógica, esto es, introduce en el secreto de Dios y en
el secreto del hombre. Y así como la antigua medicina vio en la dietética –la enseñanza de una vida
sana- la tarea más importante, así los monjes entienden sus indicaciones para la vida ascética y
espiritual como la introducción en arte de una vida sana”.

En el desarrollo del libro se realiza en 11 temas y tendrá como referencia las enseñanzas de
distintos monjes (Antonio, Pacomio, Evagrio) entre los años 300 y 600, que describirá las
experiencias de vida comunitaria en las distintas abadías de esa época, y la sabiduría que brotan
de este modo de vida.

1. Espiritualidad desde abajo.

La espiritualidad que nos ofrece la teología moralizadora de este tiempo parte desde arriba, y nos
habla de ideas que debemos alcanzar, como; el total desprendimiento, el domino de si, la constate
amistad, el amor desinteresado, el estar libre de todo enojo y la superación de la sexualidad. Esto
nos lleva a olvidarnos de nuestras debilidades y limitaciones porque no responde a esos ideales.

Los padres de desierto nos enseñan una espiritualidad desde abajo, es decir, comenzando por
nosotros mismos y nuestras pasiones, y así comprender que el camino para llegar a Dios está
basado en el conocimiento de un mismo. Sin este conocimiento, estamos siempre en peligro de
que nuestra idea de Dios se pura proyección de nosotros mismos. Por ejemplo, cuando se refugia
en la piedad y se vale de ella para elevarse sobre los demás, para afirmarse más en su incapacidad
de cometer faltas. Ante esto los padres monacales entienden la piedad de manera distinta basada
en la honestidad y autenticidad.

A los jóvenes no les hace bien ir demasiado pronto por el camino de la mística, ya que primero
debe enfrentarse a su propia realidad, deben examinar sus pasiones y luchar contra ellas; solo así
podrá afianzar su corazón totalmente a Dios. por esta razón, muchos jóvenes que se fascinan
pronto por los caminos espirituales, creen que pueden ir por ellos sin antes haber hecho el difícil
camino del propio conocimiento, el encuentro del lado oscuro de sí mismo. Es así, que es muy
peligroso servirnos de la meditación para apartar de nosotros problemas que, en realidad,
tendríamos que resolver, problemas de nuestra aplastada sexualidad, de nuestra reprimida
agresividad y de nuestros de nuestros miedos.

San Benito describe esta espiritualidad desde abajo a través de la humildad; y la humildad se
entiende en la capacidad de descender a nuestra condición de tierra, de descender a nuestras
propias pasiones, y es ahí donde se encuentra en contacto con Dios, ellas nos elevan a Dios. Así

1
nacido en el 14 de enero de 1945 en Baja Franconia, es un monje y sacerdote alemán, doctor en teología,
famoso por unir la espiritualidad tradicional cristiana con la psicología moderna. Reside en el Monasterio de
Münsterschwarzach, siendo el encargado de asuntos financieros del mismo. Anselm Grün es reconocido
mundialmente por sus escritos sobre espiritualidad, siendo autor de más de 300 libros relativos al tema. Más
de 14 millones de copias de sus libros han sido vendidas y traducidas a una treintena de idiomas. Además,
Anselm Grün dicta cursos y conferencias, incluidas charlas enfocadas al mundo empresarial
podemos comprender que el humilde está dispuesto a admitir su humus, su condición de tierra, su
condición de hombre y sus sombras; que la humildad es para el hombre el valor de reconocer la
verdad; que la humildad es la condición para dejar a Dios ser Dios y así poder descubrir el rostro
de un Dios totalmente diferente, es decir, la humildad es la respuesta a la experiencia de Dios.

La espiritualidad desde abajo nos enseña que a Dios se va por la observación atenta y el sincero
conocimiento de uno mismo; que yo puedo descubrir la voluntad de Dios en mí, solo cuando
tengo el valor de descender a mi realidad, es decir, mis pasiones, mis impulsos, mis necesidades,
mis deseos. Y que en medio de mis impotencias y debilidades construyo el camino hacia Dios,
reconociendo lo que Dios quiere de mí, cuando me llena con su gracia.

2. Permanecer consigo mismo.

Los padres antiguos aconsejan el permanecer, el dominarse, el no escapar de si, para poder
generar una estabilidad, y al perseverar con constancia en el contenerse y en el permanecer, están
construyendo una condición fundamental para todo progreso humano. Por esta razón la
estabilidad consiste en permanecer consigo mismo.

Los monjes conocían el peligro de la dispersión, especialmente en el campo espiritual en el que el


hombre se hace muchas ideas de Dios y de la vida espiritual, de ahí que el permanecer y
mantenerse ayudan a consolidar la maduración humana, y esta maduración lo lleva a dominarse a
sí mismo y encontrarse con su propia verdad. Por lo tanto, hay dos aspectos a tener siempre
presente en el permanecer: el conocimiento de uno mismo, y el estar dirigido totalmente a Dios.

Para los monjes la celda, es el lugar del permanecer, y al permanecer en la celda se convierte en
un test de la verdad, un test de si mi vida está o no de acuerdo, un test de si mi imagen de Dios es
consecuente, de si mi amor a Dios es auténtico. En la celda no tengo la posibilidad de eludirme, de
refugiarme en la actividad, o de esfumarme o de soñar despierto.

3. Desierto y tentación.

El desierto para los mojes es el lugar donde están a solas y buscan a Dios, pero también el lugar
donde se lucha contra los demonios, el lugar en el que uno no puede ocultarse a su propia verdad,
en el que tiene que confrontarse despiadadamente consigo mismo y con sus propias sombras.

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