Señorita y aún desconocida Natalia.

Creo que haré bien en poner estas líneas en tus manos. Son para pedir unas excusas bien merecidas. El respeto y la
sinceridad me hacen hacerlo. Por lo demás, espero que te encuentren bien, alegre y siempre con esperanza. Que estas
letras sean una sorpresa o tal vez una alegría, o, por qué no un saludo de esos inesperados o esos tal vez esperados pero
que no se tienen tan presentes.

Quiero pedirte excusas, debo ser franco contigo. Las últimas letras que te envié no fueron mías. Te contaré. Sucede que
soy una persona un poco alejada de las redes también, alejada de ciertos procesos de la socialización y sé que me cuesta
la socialización, así que le dije a una amiga que hice lo imposible. Para mí lo imposible fue que materialicé escribirte y
enviarte lo que te envié. Simplemente para saludarte, para saber de ti, para conocerte. Es algo inesperado para mí, fue
algo que muy pocas veces podría decir que podría pasar en la humanidad. Para mi humanidad. Es la única vez. Podría
parecer ser insólito y no creíble, pero si me conocieras un poco, tanto como me conocen las personas que me han
distinguido, lo sabrías con cierta exactitud. Y bueno, le conté porque te escribí y que hemos conversado y que me gustaría
saber más de ti. Así que cuando recibí tu mensaje realmente fue sorpresivo, y agradable. Pensé que no sabría de ti. Le
pregunté a mi amiga que decir porque no sabía –espero que esto no sea como una de esas confesiones extrañas entre
humanos–. Ella me dijo, que tal vez tal vez, si tú lo preferías podríamos comunicarnos de otra forma. Sin embargo, yo
pienso que el otro medio no existe. Que me gustaría simplemente hacer algo como si se pudiera revivir el pasado. O una
simulación de la realidad, dada la situación.

Este texto escrito de a poco, pensado en cada una de sus frases para no quedar en ridículo como tal vez siempre lo diré,
es con un sólo propósito, poderme comunicar contigo, poder conversar tal vez en la distancia, tal vez en ese destiempo,
tal vez en que hay algo que no sé qué es, que me gustaría saber de ti, que me gustaría conocerte, saber un poco más de ti.
Lo diré de la siguiente manera: me parece que eres una persona impresionante, una mujer inteligentísima, muy tranquila,
muy comprometida, y eso lo puedo decir por ese a primera vista de nuestras conversaciones. Así qué tal vez, si de ahora
en adelante es posible, no lo sé también depende de ti, lo que yo te pueda escribir sea por correo electrónico, tal vez este
asunto de la correspondencia, del género epistolar tan abandonado en nuestra época de querer entender más cosas que la
simple apariencia, se puede tramitar por ese lado, así que bueno, yo te dejaré mi correo electrónico y pues este texto
también debería ser entregado en físico, es lo que creo. Simular lo impreso en un portátil de formato de lectura, es lo
posible ahora.

Por último, te agradezco la lectura, espero no haber ocupado el tiempo. Me es algo difícil escribirte, pero me gusta
hacerlo. Me siento como si experimentara por primera vez en la humanidad aquello de la comunicación con cartas. El
género epistolar lo he conocido por lectura y nunca por realizarlo. Pero debe ocurrir que lo diferente y lo novedoso es lo
que rueda como el aire en el día en que se aspira por lo concreto. Además, es una entrega a la perplejidad, esta
comunicación. Escribirte se me hace necesario, fue parte de mi día. No es fácil cuando yo sé que soy muy mal escritor y
también, cuando no nos conocemos, aún somos unos desconocidos, somos unos extraños alrededor de unos nódulos de
comunicación organizados por unos cables de colores que nos permiten encontramos, sin coincidencia.

Espero que tu semana sea excelente. No importa el día en que leas esto, si lo llegas a leer espero que tu semana sea muy
alegre, que tu semana seste a favor de todo lo que piensas, de todo lo que quieres.

Con mi más cordial saludo.

DPG

Bogotá, abril 2021

PS. Mi mail es lic.davidpg@gmail.com. Tal vez, podamos encontrar nuestras letras por allí. Me gustaría seguir
escribiendo, es lo que pienso.