Está en la página 1de 3

CARTA DE UN ARREPENTIDO

LUNES 20 DE MARZO DEL 2017

DE: OCTAVIO HERNÁNDEZ BARUCH

PARA: ELIZABETH QUINTANA DEL RÍO

Hola Elizabeth, te escribo esta carta como una de las únicas maneras que me quedan para poder hablar
contigo, es probable que no tenga contestación de esta carta, o que la tires después de leerla, o cualquiera otra
cosa. De cualquier manera solo quiero decirte un par de cosas antes que hagas algo con ella, así que si estás
leyendo esto, te pido que la termines de leer antes que nada.

Lo primero que quiero decirte, o mejor dicho, lo que quiero pedirte, es una disculpa, y te la pido
sintiéndome totalmente arrepentido por lo que te hice. Siento haber comenzado los problemas entre nosotros,
siento haberte lastimado con lo que te dije, siento lo que te hice sentir, siento haber dicho todas aquellas cosas
que te dañaron, siento no haber podido decirte las cosas de una mejor manera, siento haber explotado contigo,
en especial cuando sólo intentabas aconsejarme, siento haberte arruinado tu día de trabajo con Gladys, siento
haberte hecho sentir mal los días que siguieron, siento haberte pedido que ya no me hablaras, siento no poder
expresarme contigo como realmente quisiera. Por todas estas cosas, y muchas otras más, me disculpo Elizabeth.
Sólo te pido que me disculpes.

Sabes, ya casi ha pasado un año desde que nos conocemos, y he compartido contigo muchas cosas, pero a
pesar de todas, una es la que se me viene a la mente. El día que por primera vez me contaste que escribías
historias, ese día no lo puedo olvidar. Ese día estábamos en el Parque Juárez, y recuerdo perfectamente que nos
sentamos sobre el Quetzalcóatl que está ahí, nos pusimos a platicar, y si no mal recuerdo fue nuestra tercera cita.
Ese día, de pronto, unos policías pasaron caminando, y fue uno de ellos él que nos dijo– ¡Jóvenes! Ustedes no
pueden estar ahí, esa zona es para niños solamente-, y como si no nos importara nos fuimos atrás de las Cuatro
Virtudes. Fue ahí por primera vez que me hablaste de tus historias, me contaste acerca de ellas, y que te gustaba
hacerlas, pero fue hasta un día en mi casa cuando me las contaste, no todas obviamente, pero si dos, o bueno al
menos una y la mitad de otra que, por cierto, nunca terminaste de contarme, pero que aún conservo en mi
computadora para leerla. Yo desde esa tercera cita sabía que quería que fueras mi novia, sabía que debía hacer
todo lo que fuera para poder estar contigo, porque aunque no lo creas, en verdad me gusta mucho ese universo
que has creado, pero en especial me encantada todo lo que eres y lo que haces. Me encanta que gran parte de las
veces estés feliz, porque cuando te sientes de esa manera tienes tantas energías para hacer tantas cosas Tienes
tanta energía que en lo que yo me mueve para seguirte ya estás corriendo hacia otro lado para hacer otra.
Sencillamente es como si nunca pudiera alcanzarte, y aunque yo mismo pensaría que me vuelve loco, resulta
que no es así, sino todo lo opuesto, me siento con ganas de seguirte a lo que haces, te intentar lograr alcanzarte,
y por eso es que te amo. ¡Te amo Elizabeth!, no puedo dejar de sentir amor hacia ti, y es por esa misma razón
por la cual te escribo esta carta, porque te amo y estoy dispuesto hacer todo lo que esté en mi alcance para poder
recuperarte.
Puedo decir con bastante alegría que hemos pasado muchos momentos felices juntos, como el día de tu
graduación, pijamas, una fogata, muchas salidas de fiesta, hemos ido incluso a Veracruz juntos y a la playa y
demás. Nada de esto puede ser olvidado por mí tan fácilmente. Sin embargo también hemos tenido momentos
malos entre nosotros, y estos días ciertamente que si han sido malos. Como te dije arriba, me disculpo en verdad
por todo lo que paso, lo único que intento con esta carta es el poder disculparme y poder volver hablar contigo.

Sabes, si nada de esto hubiese pasado, hoy tal vez hubiésemos estado juntos viendo alguna película, o
viendo alguna serie, hubiésemos estado comiendo algo como palomitas o tal vez una pizza, y no tendría que
estar escribiendo esta carta, que ni siquiera sé o llegaré a saber que alguna vez leíste, para poder disculparme.

No tengo planeado, de ninguna manera, justificarme por lo que te hice, sencillamente porque tuve que
haber actuado de una manera distinta, y no haber explotado contigo, tuve que haberme controlado, y haber
medido mis palabras, pero aunque quiera cambiar lo que paso, supongo que no puedo hacerlo, y ahora tendré
que vivir con eso.

Lo segundo que te quiero decir es que he intentado hablarte por teléfono, he intentado mandarte mensajes,
para poder hablar contigo y poder disculparme de frente, pero sencillamente ya sé lo que ocurre, me tomo un
par de días notarlo, y no creo que sea necesario explicarlo.

Debes saber que cuando me di cuenta me lastimo bastante, al menos por un par de días, y digo esto
porque al principio no me di cuenta, pensé que si me estabas leyendo, que al menos podías leer mis mensajes.
Luego intente marcarte, y al principio pensé que no querías contestarme, al final comprendí. Entiendo por qué
hiciste lo que hiciste; querías evitar que pudiera hablar contigo, querías alejarte de mí para que ambos
pudiéramos continuar con nuestros caminos aparte, querías evitar que intentara resolver las cosas por esta
misma razón, y es por eso mismo que temo por la suerte de esta carta, temo que no la llegues a leer, o que sea
muy tarde cuando la hayas leído. Pero si has leído hasta esta parte, al menos con eso me siento tranquilo.

Intenté aceptar la idea de estar separados al principio, por qué pensé que era lo mejor para ambos, después
de todo tú te irás a Mazatlán, mientras que yo me iré a Puebla a terminar mis estudios. Por ese lado entiendo
cual fue una de las razones por la que me dejaste; para que cada quien pudiera comenzar con su nueva vida
aparte, separada el uno del otro. Pero en estos días que hemos estado separados me he dado cuenta que
realmente no quiero estar con nadie más que no seas tú. Ya te escucho diciéndome algo como que “cada quien
debe seguir con su vida”, “que encontraré a alguien” o “no busque a alguien que se parezca a mi” o algo
semejante a eso, y si no es así, al menos puedo alegrarme de ello. Pero ¡Elizabeth! En verdad me gusta estar
contigo, y estoy seguro que a ti también, y te conozco, una vez que te metes una idea en la cabeza, y realmente
quieres apegarte a ella, sencillamente no te la sacas de ahí, y en este momento esa idea es la de que ya no
estemos juntos. Déjame preguntarte algo, ¿Todas esas veces que me dijiste que me amabas no fueron a caso
verdad?, ¿o las veces que me dijiste te quiero?, ¿todas esas palabras a caso ya no existen, se espumaron tan
rápido?, ¿o tal vez nunca existieron? Estas ideas han estado en mi cabeza está semana, y la verdad es que de
estar pensando en ellas solo me estoy lastimando. Antes pensaba estar seguro acerca de ellas, pero ahora ya no
sé. De lo que sí estoy seguro Elizabeth es que te amo… ¡Te amo Elizabeth!, y no me canso de decirlo porque
realmente lo siento, y es por eso que hago todo esto.

Si realmente lo piensas solo ha sido nuestra primera pelea, todas las parejas discuten a veces, tú y yo
hemos pasado largo tiempo sin hacerlo porque no hemos tenido razones para hacerlo, y créeme nunca más
volverá a suceder. Pero te pido que pienses en esto ¿si realmente solo una pelea nos va a separar, si sólo algo
malo en nuestra relación va a arruinar todo lo bueno que hemos pasado juntos? Y quede claro, no por esto le
doy menos importancia a lo que sucedió, por ello me disculpo. Lo mejor que podemos hacer en este caso, es
resolver las cosas para que no vuelva a pasar, pero al final tú tienes la última palabra.

Realmente no ha sido fácil para mí estar separados este tiempo. El otro día recordé tantas cosas de ti.
Pusieron la canción del Tri que tanto te gusta, vi una pequeña criatura en una mesa, incluso te busque por todos
los lados de la ciudad a los que sueles ir durante varias horas, recorrí los mismo lugares dos veces. Esta parte no
es para que sientas lastima por mí, sino para poder decirte como me siento muy mal con todo esto, y que sólo
quiero poder hablar contigo para poder disculparme.

Te amo Elizabeth y es por ello que te escribo esta carta con la esperanza de poder hablar contigo.

Si llegas a leer esta carta el lunes 20 de Marzo del 2017, debes saber que el día de mañana, martes 21 de
Marzo del 2017 te estaré esperando en el café de Don Justo que está abajo del Parque Juárez de 12am a 13pm,
además te esperare otros 15 minutos más por si tienes algún contratiempo o cualquier otro evento que no te
permita llegar a tiempo.

En caso de que esta carta no la leas el lunes 20 de Marzo del 2017, también debes saber que el día jueves
23 de Marzo del 2017 te estaré esperando en el mismo café Don Justo que está abajo del Parque Juárez a la
misma hora, de 12am a 13pm, e igual te esperaré otros 15 minutos por cualquier cosa que te haya atrasado.

No quiero decir esto, y en verdad que no quiero decirlo porque no quiero que suceda, sin embargo siento
que debes saberlo. Si no llegas a ir el jueves después de la 13pm, considerando además los quince minutos,
sabré que realmente no quieres hablar conmigo y que realmente te he perdido para siempre, que lo nuestro por
fin termino, y que ya no hay remedio para solucionar esto. A partir de entonces comenzaré a olvidar lo nuestro e
iniciar mi vida, dejaré de mandarte mensajes, dejaré de hablarte y dejaré por fin de buscarte.

Ya no tengo más cosas que escribirte, he escrito todo lo que he querido decirte, ahora sólo me queda
esperarte a que vayas al café alguno de estos dos días. Sin más que decirte, me despido diciéndote adiós,
esperando que no sea el último que te doy.

Te ama, te piensa y extraña

OCTAVIO HERNÁNDEZ BARUCH

(SCHROEDER)

P.D. Me gustaba mucho cuando me decías así –Schroeder-, y la verdad me gustaría que me lo dijeras otra vez.

P.D. A pesar de toda esta situación aún te amo, y como todas las noches cuando hablábamos te deseo un feliz
día, o feliz noche dependiendo de la hora.

P.D. No te olvides de mí, porque ciertamente yo no lo haré contigo.

P.D. Si vuelves a leer esta carta en unos años, por favor hazme saberlo.

TE AMO ELIZABETH

También podría gustarte