Está en la página 1de 3

27-28/10/19

No me había dado cuenta, hasta empezar estas líneas, lo diferente que es escribir algo
dirigido a ti, como si de una carta se tratara, de pensar en ti o incluso escribir sobre ti.

Debo decir, que al plasmar mis pensamientos en la página, como si fueras a recibirlos, te
siento más cerca de mí. Quizás es esa una de las razones por las que he decidido hacer
esto.

Al pensar en las palabras correctas, mis dedos tiemblan y en mi pecho se revuelve la duda.
Parece una simulación de lo que siento cuando estás frente a mí. Aunque me duele, quiero
revivir esas sensaciones, porque con ellas engaño a mi cuerpo y a mi mente.

Estoy contándote tu propia historia, en un intento de reconstruirte, de hacerte real para mí,
ahora que ya no estás. Y ya no estás porque yo te he ahuyentado. Y es que,
paradójicamente, es también eso lo que quiero hacer. Estos retazos de memoria, hechos
letra, son mis intentos de darle cuerpo a tu fantasma, porque así puedo matarle
definitivamente. Estoy intentando exorcizarte de mí. Esto se trata tanto de ti como de mí
mismo.

No estoy seguro si al terminar de escribir, me habré librado de ti, o si habré envenenado


más mi alma contigo, pero necesito seguir este camino y aun más, quiero hacerlo.

Me he percatado que lo que exprese, no puede ser un solo texto. Tengo tantas ideas sobre
ti que me cuesta reconciliarlas entre ellas, y creo que tú misma, eres una maraña de
verdades contradictorias. Una sola misiva, plana y uniforme, no te hará justicia. Estas
elaboraciones, aunque un tanto más episódicas, seguramente, también se quedarán cortas,
pero tal vez, en la vorágine que voy a crear, pueda hallarse un atisbo genuino de ti. Esta
eres tú, filtrada a través de mí.

¿Hallarás algo que reconozcas en éstas páginas? Más importante aún, ¿siquiera las leerás
algún día? Una parte de mí desea que nunca lo hagas, porque ya te he hecho demasiado
daño, disfrazándolo de cariño. Pero otra parte deseo que si las recibes y las lees, sea
porque nuestras ansias mutuas se han consumado, y estas palabras sean tan sólo la
introducción de nuestra historia.

29/10/19
Hoy me encontraba, como suelo hacerlo estos últimos meses,leyendo una historia de amor.
Ahora que lo pienso, quizá para evocar lo que me haces sentir, sin evocarte a ti. Mi modus
operandi, todo el placer sin nada del dolor.

En el relato, una pareja de colegiales camina por Tokio, y la chica pregunta al chico:
"¿Recuerdas el día en que empezaste a gustar de mí?" Para el muchacho,relajado y hasta
simplón,ese día no resurge. Para ella, neurótica y cursi, es una fotografía.

Estos papeles ya los actuamos.

Ese día me senté en el atrio de aquel edificio antediluviano y estridente de la universidad, y


te vi pasar, como hormiga apresurada, entre sus patas de elefante.
Hacía meses, tu risa nerviosa, tus ojos pícaros y tu labial rojo vulgar, me habían querido
explicar lo que en ese momento entendí con tu carrera. Llevabas una blusa azul con pintas
blancas.

Ahí me entregué.

19/11/19

Hay dos chicas que he sabido están interesadas en mí. Una me interesa un poco y otra me
molesta.

He invitado a almorzar a una chica del trabajo y me he sentido culpable.

Otra chica me ha dicho guapo y me he sentido enojado.

No quiero que nadie me quiera si no eres tú.

Cuando salgo, veo constantemente a todas las mujeres a mi alrededor, soñando que no
encontremos. Estoy buscándote en todas las mujeres.

San Salvador jamás se siente tan grande como cuando te busco. A veces se me cruza la
idea, que vivimos vidas tan distintas, y por eso, nunca nos volveremos a ver.

Pienso que te extraño. Que quiero estar contigo. He pensado en escribirte estos días, y
sacar todo lo que siento, incluso mostrarte estos textos, en un intento desesperado de que
vuelvas a mí. He sentido pánico y no lo he hecho.

Es posible, incluso si volvemos a estar juntos, que la niña de la que me enamoré no exista
más. Como tú me dijiste, has cambiado. Y la imagen que tenemos sobre las personas es
tan frágil. Volátil, me dijiste.

Qué es lo que me gusta a de ti? Qué extraño de esos meses juntos?

Tu melancolía, a la vez aparente y escondida. Ríes a carcajadas y bromeas con amigos,


pero estás llena de lágrimas. Quisiera haber cuidado esa fragilidad, porque yo también la
cargo por dentro.
Es como tu me lo dijiste alguna vez: "te quiero porque te entiendo". Decías entender mi
soledad, la sensación de no importarle a nadie. Esa misma soledad en ti es la que desearia
curar, pero no se si bastaré.

Tu lujuria. Desearme sin tener yo nada excepcional que dar. Tu desesperación por amar. Tu
abandono en un beso. El hambre que se esconde detrás de la vergüenza. Tus ojos caídos y
húmedos , rogandome amarte. Hoy quisiera cumplir su deseo.

Tu picardía , tus dobles sentidos, tu tosquedad, tu infantilidad, tu hablado suave. Tu amor


por lo mundano de la vida. Como yo.
Si volvemos, podremos amarnos de la misma manera de antes? Aunque esta sea viciada.
Nos amaremos mejor, más entrañable y puramente, pero más aburrido? Aunque sea un
amor de libro de texto? O no hallaremos forma alguna de desearnos?

Si no volvemos, es porque me odias?me odias ahora? O el mismo hecho de no volver hará


que me ames más a la distancia? Precisamente por esa distancia. Porque de lejos verás
sólo lo bueno de mí,aunque es muy poco. Si te acercas, me verás oscuro, y vencido y
amargado.

Podrán dos amantes estar juntos sólo en mente y no en cuerpo? Será la clave del amor
eterno? Preservarlo embalsamado y en caja de cristal. Como una reliquia. Cuál tragedia
escogeremos?

También podría gustarte