El Caracazo o Sacudón fue una serie de fuertes protestas y disturbios en
Venezuela durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez, que comenzó el 27 de febrero y terminó el 8 de marzo de 1989 en la ciudad de Caracas, e iniciados en Guarenas, cerca de Caracas. El nombre proviene de Caracas, la ciudad donde acontecieron parte de los hechos, aludiendo a otro hecho violento ocurrido en Colombia el 9 de abril de 1948, el Bogotazo. La masacre ocurrió el día 27 de febrero cuando fuerzas de seguridad de la Policía Metropolitana, Fuerzas Armadas del Ejército y de la Guardia Nacional salieron a las calles a controlar la situación. Aunque las cifras oficiales reportan 276 muertos y numerosos heridos, algunos reportes extraoficiales hablan de más de 3000 desaparecidas Causas económicas[editar] La economía venezolana cayó a partir del endeudamiento que generó el país después del "boom" petrolero en los 70. A partir de ese momento, comenzó una caída paulatina a medida que el Estado venezolano aumentaba su recaudación y gastos. Esto causó una devaluación de la moneda en 1983. A partir de entonces las políticas económicas de los gobiernos de Luis Herrera Campíns y Jaime Lusinchi no fueron capaces de frenar las espirales inflacionarias, generando desconfianza en las inversiones y pérdida de credibilidad en la moneda nacional. Algunas de las políticas que emplearon estos gobernantes para frenar los efectos estructurales fueron controles de cambio a través de RECADI (Luis Herrera Campins) y un control de precios (Jaime Lusinchi), medidas que devinieron en corrupción administrativa y mercados negros de divisas y bienes. Sin embargo la quiebra estructural del mercado interno, la falta de Soberanía Económica y Alimentaria, generó una escasez gradual. En 1988 resulta electo Carlos Andrés Pérez en los comicios del 4 de diciembre con 3.879.024 votos (52,91% de los sufragantes), una cifra muy alta, con un discurso populista que apelaba a la justicia social. Con este gran respaldo electoral, el gobierno de Pérez, en lugar de buscar un cambio hacia la inclusión social, giró al liberar la economía, imponiendo su desregulación a través de un programa de ajustes macroeconómicos promovido por el Fondo Monetario Internacional (FMI), al que se le llamó "Paquete Económico", también conocido como "El Gran Viraje", concebido para generar cambios sustanciales en la economía del país dentro del modelo neoliberal. Se anunciaron medidas de aplicación inmediata y otras de aplicación gradual en plazos breves. El paquete comprendía decisiones sobre política cambiaria, deuda externa, comercio exterior, sistema financiero, política fiscal, servicios públicos y política social. Sin embargo, la liberación de precios y la eliminación del control de cambio generó un reajuste sumamente brusco para las personas de menores ingresos, que eran la gran mayoría, lo que derivó en más hambre y desempleo. Las principales medidas neoliberales anunciadas fueron: Someterse a un programa bajo supervisión del Fondo Monetario Internacional con el fin de obtener aproximadamente 4500 millones de dólares en los 3 años siguientes. Liberación de las tasas de interés activas y pasivas en todo el sistema financiero hasta un tope temporal fijado en alrededor del 30%. Unificación cambiaria con la eliminación de la tasa de cambio preferencial. Determinación de la tasa de cambio en el mercado libre de divisas y realización de todas las transacciones con el exterior a la nueva tasa flotante. Liberación de los precios de todos los productos a excepción de 18 renglones de la cesta básica. Anuncio del incremento no inmediato, sino gradual, de las tarifas de servicios públicos como teléfono, agua potable, electricidad y gas doméstico. Aumento anual en el mercado nacional, durante 3 años, de los precios de productos derivados del petróleo, con un primer aumento promedio del 100% en el precio de la gasolina. Aumento inicial de las tarifas del transporte público en un 30%. Aumento de sueldos en la administración pública central entre el 5 y el 30% e incremento del salario mínimo. Eliminación progresiva de los aranceles a la importación. Reducción del déficit fiscal a no más del 4% del producto territorial bruto. Congelación de cargos en la administración pública. A solo pocas semanas de asumir el gobierno el entonces presidente Pérez, se decide poner en práctica de manera inmediata el paquete de ajustes y de medidas económicas, financieras y fiscales. El 26 de febrero el Ministerio de Energía y Minas anuncia el alza en 30% de los precios de la gasolina y el incremento de las tarifas del transporte público urbano e interurbano también en un 30% a partir del 27 de febrero, válido para los 3 meses siguientes, después de los cuales podrían aumentarse hasta el 100%. Las medidas económicas y sociales impuestas por el gobierno y la creciente tasa de pobreza originaron las protestas populares y la posterior masacre por parte del gobierno de Carlos Andrés Pérez, de su ejército y su policía. Protestas[editar] Las protestas se iniciaron en Guarenas (ciudad ubicada a 25 km al este de Caracas), la mañana del 27 de febrero de 1989, también se desatan los saqueos y la violencia en Caracas, la gente de escasos recursos de la capital, en zonas populares como Catia, El Valle, Coche y Antímano, toman el control de las calles. Los canales de televisión transmitían en vivo los hechos, al principio en los sectores populares había protestas pacíficas, pero ante el abuso, la brutalidad y la ineficacia de los cuerpos de seguridad, se producen más enfrentamientos, motines y protestas, cada vez tornándose de forma más violenta.3 En horas de la tarde, había problemas en casi todos los barrios populares y urbanizaciones de Caracas, los comercios habían cerrado y el transporte público no prestaba servicio. En los días siguientes, los medios de comunicación mostraron imágenes que permitieron ver la magnitud de los saqueos. Durante muchos meses se discutió cómo pudo acontecer algo tan violento en Venezuela. Protestas violentas también se originaron en otras ciudades como La Guaira, Maracay, Valencia, Barquisimeto, Mérida y Ciudad Guayana. Desbordado por los saqueos, el Gobierno declaró el toque de queda, militarizó las ciudades principales y aplastó las protestas con violencia. En la ciudad de Caracas se activó el "Plan Ávila", el cual confería al Ejército la custodia de la ciudad, habilitándolos para el uso de armas de guerra al momento de contener las manifestaciones. Hay un número de muertos no calculado, organismos de Derechos Humanos hablan de miles, hubo también enormes pérdidas materiales y miles de heridos. El Comité de Familiares de las Víctimas (COFAVIC) determinó con identificación exacta de las víctimas (cédula de identidad, nombre y apellido, circunstancias de la muerte)un número de 380 que siempre se consideró parcial (la lista fue entregada al Ministerio Público). La represión fue especialmente dura en la Universidad Central de Venezuela, así como en los barrios pobres de la capital.4 El poder ejecutivo de Carlos Andrés Pérez, suspendió las garantías constitucionales. Durante varios días la ciudad vivió sumida en el caos, las restricciones, la escasez de alimentos, la militarización, los allanamientos, la persecución política y el asesinato de personas inocentes. El 2 de marzo, es decir, cuatro días después de iniciadas las protestas, fue fundado -bajo la coordinación de Enrique Ochoa Antich, exdiputado y para entonces Coordinador del Comité para los Derechos Humanos- a las puertas de la morgue de la ciudad el Comité por los Desaparecidos y las Víctimas Inocentes que luego cambiaría su nombre por el de COFAVIC (Comité de los Familiares de las Víctimas). Fue este Comité el que informò a los medios nacionales e internacionales de las dimensiones de la violación masiva y sistemática de los derechos humanos por parte del Estado venezolano durante los sucesos. Consecuencias[editar] La consecuencia evidente del Caracazo fue la inestabilidad política. El programa de gobierno fue modificado durante el mismo año tras los hechos, pero hacia la derecha. El 7 de marzo se decreta la liberación de precios, volviendo más caros los alimentos. Se acelera el proceso de descentralización con la primera elección directa de Gobernadores y Alcaldes celebrada en diciembre de 1989; lo cual permite un respiro democrático. En 1992 se producen dos intentos de golpe de estado, uno en febrero y otro en noviembre. La creciente desaprobación de la gestión del Presidente Pérez, la ruptura con el partido Acción Democrática, la falta de nuevos liderazgos, la corrupción de la "clase" política y del Bipartidismo tradicional, y el paquete de medidas aplicado tuvo como consecuencia una gran falta de legitimidad del Gobierno de turno y un descontento popular mayoritario. En marzo de 1993 el Presidente Carlos Andrés Pérez es acusado oficialmente de corrupción y apartado del cargo, asumiendo la Presidencia por decisión del Congreso Nacional (Actual Asamblea Nacional) Ramón J. Velásquez, quien es sucedido por Rafael Caldera tras la convocatoria electoral de 1994. El teniente coronel Hugo Chávez, uno de los organizadores de la primera intentona golpista de 1992, es declarado culpable de dirigir la rebelión militar, siendo encarcelado y luego sobreseído por el Presidente Rafael Caldera, tras lo cual gana las elecciones presidenciales celebradas en 1998. Como fruto político principal de esta tragedia popular y del descontento de las clases subalternas, salió fortalecido el proyecto liderado por Hugo Chávez, quien luego fuese elegido Presidente en 1998. La Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó la actuación del gobierno. El Estado se comprometió a indemnizar a las víctimas, hecho cumplido parcialmente en el año 2004 con aquellas víctimas representadas por la organización de derechos humanos Cofavic.5 Sin embargo, a finales de 2006 el gobierno del Presidente Hugo Chávez, a través del Ministerio del Interior y Justicia, anunció mecanismos para indemnizar también a las víctimas que no tuvieron acceso a la Corte Interamericana.6 En 2005 se estrenó en los cines venezolanos "El Caracazo", una película dirigida por Román Chalbaud, cuyo argumento está basado en los sucesos del mismo. Cifras[editar] Muertes: Según la cuestionada cifra oficial emanada por el gobierno de Carlos Andrés Pérez, los sucesos de febrero y marzo de 1989 dejaron un saldo de 276 muertos, numerosos lesionados, varios desaparecidos y cuantiosas pérdidas materiales. Sin embargo, estos números de víctimas quedaron desvirtuados por la posterior aparición de fosas comunes como La Peste, a consecuencia de una solicitud a los tribunales de Enrique Ochoa Antich a la sazón Coordinador General del Comité de Familiares de las Víctimas, en el Cementerio General del Sur, donde aparecieron otros 68 cuerpos sin identificar, fuera de la lista oficial. “Nunca pudo conocerse la cifra exacta de civiles muertos en estos sucesos”, según se cita en el portal del Comité de Familiares de las Víctimas (Cofavic), de los sucesos ocurridos entre el 27 de febrero y los primeros días de marzo de 1989. En esta organización no gubernamental sólo se reunieron 42 familiares de fallecidos y desaparecidos y otras tres víctimas que quedaron incapacitadas, no obstante, la cantidad de civiles masacrados el 27 de febrero y los días posteriores es difícil de calcular. De hecho, se habla de entre 2.000 y más de 3.500 personas asesinadas, aunque el entonces ministro Italo del Valle Alliegro contaba poco más de 300. En el libro Desaparición Forzada, sus autores, Yahvé Álvarez y Oscar Battaglini, señalan que las acciones por parte del gobierno de Carlos Andrés Pérez el 27 de febrero alcanzan proporciones que las acercan al más brutal genocidio de la historia venezolana. Un fallo de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, 10 años después de la masacre al pueblo venezolano, ordenó al Estado venezolano indemnizar a los familiares de 45 personas asesinadas durante la revuelta social, todas representadas por Cofavic. Todavía no se conoce el número exacto de muertos, heridos y desaparecidos en esos día de febrero y marzo de 1989. Aunque los hechos ocurrieron mucho antes de su mandato, el Gobierno del presidente Hugo Chávez reconoció la responsabilidad del Estado venezolano y en el año 2006, a través de su Ministerio de Interior y Justicia, anunció mecanismos para indemnizar también a las víctimas que no tuvieron acceso a la Corte Interamericana. Pérdidas Materiales: Negocios asegurados en Caracas: Bs. 3.073.862.416,03. Negocios no asegurados en Caracas: Se estiman más de 3 mil millones de Bolívares. Locales Saqueados en Caracas: 900 Bodegas, 131 Abastos, 95 Ferreterías, 62 Papelerías, 850 Negocios de Mercancía en General. En la Pastora sólo quedó en pie el Abasto "El Guanábano", gracias a la protección de la Catequista "Alicia de Luis Ramos" y su hijo "Juan Miguel Luis Ramos" Incendios en Caracas: 154 Personajes[editar] Carlos Andrés Pérez, Presidente de Venezuela por Acción Democrática (febrero de 1989 - mayo de 1993), Comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, gobernante durante los hechos. Gral. de División (Ej) Italo del Valle Alliegro, Ministro de la Defensa. Citado en calidad de Imputado por el Ministerio público para el 22 de junio de 2009. Gral. de División (Ej) José María Troconis Peraza Comandante del Ejército (junio de 1988 - junio de 1989) Alejandro Izaguirre Angeli, Ministro de Relaciones Interiores Virgilio Ávila Vivas, Gobernador del Distrito Federal (2 de febrero de 1989 - enero de 1992) designado por el presidente Pérez. Gral. Manuel Antonio Gil, Comando Estratégico del Ejército Gral. Manuel Heinz Azpúrua, para el momento de los hechos, era Jefe del Comando Estratégico del Ejército, posteriormente fue Director de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip). Imputado por el Ministerio Público el mes de junio de 2009. Gral. (GN) Freddy Maya Cardona, Comandante del Regional 5 de la Guardia Nacional. Reinaldo Figueredo Planchart, Ministro de la Secretaría de la Presidencia. Gral. Oscar González Beltrán, jefe de la Casa Militar. Miguel Rodríguez Fandeo, Ministro de Cordiplan (Oficina Central de Coordinación y Planificación de la Presidencia), responsable de la planificación económica
El martes 4 de febrero de 1992, un grupo de militares ejecutó un intento de golpe
de Estado en Venezuela contra el entonces presidente constitucional Carlos Andrés Pérez. El intento golpista no logró sus objetivos y los rebeldes se rindieron. Entre los oficiales rebeldes que comandaron esta maniobra se encontraban, principalmente, cuatro tenientes coroneles del ejército: Hugo Chávez, Francisco Arias Cárdenas, Yoel Acosta Chirinos y Jesús Urdaneta. Este evento transformó radicalmente la vida política venezolana, introduciendo nuevos actores en la escena: de estos cuatro protagonistas, el primero fue presidente de la república desde 1999 hasta 2013; sin embargo, Arias también ha incursionado en política: fue electo gobernador del estado Zulia, candidato presidencial en 2000 -compitiendo con su propio excompañero Hugo Chávez-, ha sido nombrado embajador de Venezuela en la ONU, activista en la conformación del PSUV y desde 2012 es nuevamente gobernador del estado Zulia. Acosta ha mantenido un bajo perfil, mientras que Urdaneta se ha convertido en un crítico de las políticas llevadas a cabo por el gobierno de Chávez. Todos los participantes en esta acción fueron llevados a prisión por su actuación en el hecho, siendo su causa posteriormente sobreseída y puestos en libertad dos años después, durante la presidencia de Rafael Caldera.
Venezuela había gozado de un período de estabilidad económica y social que era
notable en América Latina en las décadas de 1960 y 1970. Dicha estabilidad estaba basada en la cuantiosa entrada de divisas extranjeras producto de la venta de petróleo y en el alineamiento político con los Estados Unidos, principal socio comercial del país. Varias circunstancias produjeron una caída internacional de los precios durante los años 1980 y los gobiernos de Luis Herrera Campins y Jaime Lusinchi se mostraron incapaces de diversificar la economía venezolana, fuertemente dependiente del petróleo. Adicionalmente, políticas internas no acertadas llevadas a cabo por ambos gobiernos fueron deteriorando la calidad de vida de la población: el modelo rentista petrolero -antes exitoso- empezaba a colapsar y frente a una nueva realidad mundial, Venezuela comenzó a transitar un largo camino de crisis económicas. Carlos Andrés Pérez, que en su primer gobierno (1974-1979) logró un gran crecimiento económico, regresa a la escena política diez años después, portando dicho aval: esto le valió resultar ganador en las elecciones de 1988, con una considerable mayoría que esperaba resolviese la fuerte crisis económica. Sin embargo Pérez, con políticas diametralmente opuestas a las de su primer gobierno, aplica un programa neoliberal (el llamado Gran Viraje), directamente influenciado por las teorías económicas de moda en ese entonces en el FMI, el Banco Mundial y en los principales grupos económicos de los Estados Unidos. Este programa incluía, entre otros aspectos, la liberación de precios controlados por la anterior administración, principalmente de la gasolina, pero su aplicación inmediata no hizo sino profundizar los problemas de la mayoría de la población. [cita requerida] Las consecuencias sociales no se hacen esperar: en Caracas, en 1989 se producen intensos disturbios, saqueos a gran escala, protestas y una subsecuente represión militar, conocida como el Caracazo. Además de la crisis económica, estos hechos demostraban la existencia de una latente pero muy fuerte crisis social: este fue el germen del intento golpista de 1992.[cita requerida] Para 1992 la situación se había complicado. Las "razones aducidas"1 por los militares fueron las siguientes: La gestión económica y política del presidente Pérez. Las políticas neoliberales Implementadas en el país que produjo un inmenso atraso en la población. El descontento de los sectores medios y bajos de las Fuerzas Armadas por los hechos de corrupción verificados en los altos mandos militares. La subordinación de las Fuerzas Armadas ante un liderazgo político que consideraban incapaz y corrupto. La utilización de las Fuerzas Armadas, en particular del Ejército y de la Guardia Nacional, en la represión del Caracazo. El cuestionamiento a la posición sostenida por el presidente Pérez en las negociaciones relativas a la delimitación limítrofe con Colombia. El deterioro de las condiciones socioeconómicas de la oficialidad media y baja y de las tropas. El empleo de las Fuerzas Armadas en labores como repartición de útiles escolares, becas alimentarias, campañas de vacunación y de arborización, etc. Durante ese año de 1992 se rumoreaba públicamente la posibilidad de que se ejecutara un golpe de Estado[cita requerida]. Antecedentes ideológicos[editar] Varios participantes en el golpe de Estado formaron parte del Partido de la Revolución Venezolana, fundado por el ex guerrillero Douglas Bravo, quien concibió la estrategia de infiltrar las Fuerzas Armadas venezolanas2 como requisito para la toma del poder en Venezuela. Golpe de Estado[editar] En el intento de golpe militar participaron 5 tenientes coroneles como cabezas visibles del movimiento, seguidos de 14 mayores, 54 capitanes, 67 subtenientes, 65 suboficiales, 101 sargentos de tropa y 2.056 soldados alistados",34 Los participantes, pertenecientes a 10 batallones, formaban parte de las guarniciones militares de los estados Aragua, Carabobo, Miranda, Zulia y el Distrito Federal, y fueron dirigidos por los jóvenes oficiales encabezados por Hugo Chávez y Francisco Arias Cárdenas, así como también Yoel Acosta Chirinos, Jesús Urdaneta y Miguel Ortiz Contreras. Este grupo formaba parte de una organización conocida como Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200), con una ideología política revolucionaria, mezclados con el pensamiento de Simón Bolívar. La movilización militar se inició el 4 de febrero, cuando Pérez regresaba del Foro Económico Mundial de Davos, Suiza. Gracias a la oportuna actuación del jefe y supervisor de la Escolta Civil presidencial, comisarios de la DISIP Hernán Fernández y Ángel E. Sierra Sánchez y el jefe de la división general de investigaciones Jesús Barrientos habían hecho respectivamente adelantos de un supuesto rumor de insubordinación, trabajo que se le fue entregado al comandante del ejército el general Heinz Azpurua de los militares miembros, así como también del Ministro de la Defensa, Fernando Ochoa Antich, quienes contaban con el apoyo de tres funcionarios más de la DISIP, coronel Gerardo Dudamel y de la compañía EDECAN, de turno, el presidente Pérez logra por la actuación de todas estas personas (miembros de la Escolta Civil presidencial) refugiarse exitosamente en el Palacio de Miraflores. Gracias a Hernán Fernández y Jesús Barrientos (ex jefe del grupo de Escolta Civil en el primer mandato del presidente Pérez) , el Presidente Pérez consigue llegar a la estación de televisión Venevisión, desde donde se dirigió al país en dos ocasiones para informar sobre la situación. El asalto al palacio presidencial se inició a las 12 de la medianoche del 4 de febrero. Al mismo tiempo militares al mando de Miguel Rodríguez Torres asaltaron la residencia presidencial (La Casona) y otras importantes ciudades del país. Los enfrentamientos fueron intensos en algunos casos.5 Fracasado el intento de toma de la ciudad capital, Caracas, los insurgentes se rindieron luego que las guarniciones del interior del país fueran recuperadas por las fuerzas del gobierno constitucional. Chávez fue arrestado y privado de su libertad por fuerzas de seguridad de la DISIP, aunque poco antes se le dio la oportunidad de dirigirse al país en una alocución transmitida ante los medios de comunicación, en donde asumía la responsabilidad del alzamiento y ordenaba a los insurgentes que aun luchaban en Aragua y Valencia que se rindieran para evitar mayores derramamientos de sangre, a la vez que pedía a sus partidarios deponer las armas. La Escolta Civil Presidencial logró el objetivo. Consecuencias[editar] Con la imagen pública de Pérez desacreditada por las reformas económicas emprendidas, descrédito impulsado por visiones izquierdistas, luego que la propuesta económica de Pérez tenía una visión liberal, el estallido social del Caracazo, otros políticos comenzaron a desafiar su autoridad, poniendo en peligro el sistema democrático en el país, que dio paso al chavismo en 1998. Pérez decretó la suspensión de las garantías constitucionales, la cual tenía que ser discutida por el congreso al día siguiente. En esta reunión, Rafael Caldera rompió la unanimidad que existía entre los parlamentarios, que apoyaban al poder ejecutivo, para criticar la situación del país y desestimar la interpretación de magnicidio que defendía Pérez. Este discurso sirvió para aumentar su popularidad, lo que le permitió ganar las siguientes elecciones presidenciales. La población no manifestó su apoyo al gobierno, y tampoco salió a las calles a apoyar el Golpe de Estado como lo pedían los militares golpistas. La alocución televisiva en la que la Hugo Chávez anunció su rendición sirvió para aumentar su popularidad entre muchos venezolanos, especialmente de bajos recursos, que se veían especialmente afectados por las medidas económicas. La cifra oficial de muertos fue de 32 personas.6 Los militares involucrados fueron juzgados y hallados culpables de rebelión. Algunos fueron sobreseídos, otros dados de baja y el resto encarcelados, para después ser finalmente sobreseídos por el gobierno de Caldera en 1994, este lo hizo para tener una alianza con grupos políticos de izquierdas que apoyaron el golpe y así mantener su gobierno. Entre los sobreseídos se encontraba Hugo Chávez.
El 27 de noviembre de 1992 se lleva a cabo un intento infructuoso de golpe de
Estado en Venezuela contra el gobierno del entonces presidente Carlos Andrés Pérez, apenas nueve meses después de otro intento en febrero del mismo año. En esta ocasión en el golpe participaron civiles y militares. Los nombres más destacados de este intento fueron Hernán Grüber Odremán, Luis Enrique Cabrera Aguirre, Luis Reyes Reyes, Francisco Visconti Osorio; y los partidos políticos Bandera Roja y Tercer Camino. El movimiento de las tropas rebeldes se inició a las 11pm del día anterior, con el objetivo principal de capturar al presidente constitucional Carlos Andrés Pérez, y de establecer una junta cívico-militar como gobierno de transición.1 También estaba planeado liberar a Hugo Chávez, encarcelado luego de su intentona golpista de febrero.2 La sede de la televisora pública Venezolana de Televisión, así como las antenas repetidoras de RCTV y Venevisión fueron tomadas por el teniente Jesse Chacón, quien tenía órdenes de transmitir un video grabado por los cabecillas golpistas en el cual se explicaba el por qué de la rebelión y llamaban a las Fuerzas Armadas a unírseles.1 No obstante, en su lugar fue transmitido un vídeo grabado previamente por Chávez, quien no había participado en la planificación del golpe, para sorpresa de los cabecillas.1 Por su parte, el presidente Carlos Andrés Pérez se comunicó con la nación a través de la señal de Televen, la única televisora nacional en su poder, donde anunció que este golpe era un "coletazo" del de febrero de 1992, y que el gobierno tenía la situación controlada.2 A las 3.30 de la tarde, los rebeldes en VTV se rindieron, luego de un enfrentamiento con las fuerzas constitucionales que dejaron un saldo de nueve muertos.3 En la mañana aviones OV-10 Bronco piloteados por oficiales golpistas despegaron de la Base Aérea Libertador en Maracay, y atacaron diversos objetivos en todo el país, donde destaca el bombardeo al Palacio de Miraflores, El Helicoide y la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda, en Caracas, pero fueron derribados por fuerzas leales al gobierno a bordo de F-16.12 A las cuatro de la tarde varios revolucionarios se rindieron, aunque muchos escaparon a Perú, donde fueron recibidos en calidad de perseguidos políticos por el presidente Alberto Fujimori; en abril de ese año, el gobierno venezolano había roto relaciones diplomáticas con Perú por el autogolpe que Fujimori había dado.4 En la noche, aunque la situación se encontraba controlada en el plano militar, se reportaron enfrentamientos entre la policía y el pueblo en rebelión en las parroquias caraqueñas de Caricuao y 23 de Enero.3 En el retén de Catia ocurrió un motín y varios presos lograron escapar, muriendo varias decenas en enfrentamientos con la Guardia Nacional de Venezuela.3 Las cifras oficiales hablan de 171 muertos (142 civiles y 29 militares), las extraoficiales de 300.5 Además se contabilizaron 95 heridos militares.5 Quinientos oficiales y suboficiales fueron arrestados tras los acontecimientos, junto con 800 soldados sin rango y 40 civiles;5 no obstante, solamente 196 personas, entre civiles y militares, fueron llevadas a un tribunal militar, incluyendo a las que huyeron a Perú, a los que se le abrió un proceso en ausencia.6 De estos, 97 fueron condenados, y el resto fueron absueltos.6 No obstante, unas semanas después la Corte Suprema de Justicia anuló los juicios, y dentro del período de un año, todos los implicados ya habían sido liberados por los gobiernos de Ramón J. Velásquez y Rafael Caldera.