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En 1958 el partido socialdemócrata Acción Democrática (AD), el Partido

Comunista de Venezuela (PCV) y un sector de las Fuerzas Armadas


Nacionales derrocaron al Presidente General Marcos Pérez Jiménez.
Posteriormente, AD se alía con el partido demócrata cristiano COPEI para
permitir la gobernabilidad, formando así una alianza llamada Pacto de
Puntofijo; en la práctica, sin embargo, ambos partidos se alternaron en el poder
y el sistema se volvió bipartidista. Esto, según alega la izquierda, fue en parte
consecuencia de la fuerte presión estadounidense que en plena guerra fría
trataba de asegurarse el control de América Latina impidiendo que accedieran
al poder tendencias izquierdistas.

Ante lo que los sectores más radicales de la izquierda ven como una coartación
democrática se inician las actividades guerrilleras, promovidas por el PCV y el
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), desprendimiento de la juventud
de AD. Casi una década más tarde, se logra un diálogo que los reintegra a la
vida civil y política. Muchos de ellos son asimilados por los partidos aliados o
forman sus propias agrupaciones, el contexto político desmoviliza la guerrilla y
los pocos irreductibles son reducidos por las Fuerzas Armadas. De esta forma,
durante la segunda mitad del siglo XX se puede decir que se ha pacificado el
país y los dos partidos dominantes son Acción Democrática y COPEI.

Luego de la crisis del petróleo de 1973, durante el primer periodo presidencial


(1974-1979) de Carlos Andrés Pérez, los ingresos aumentaron tan rápidamente
que el país se convirtió en uno de los más desarrollados de Latinoamérica.

Durante su segundo periodo presidencial (1989-1993), Carlos Andrés Pérez,


siguiendo las recomendaciones del FMI (Fondo Monetario Internacional), aplicó
un polémico paquete de medidas económicas que provocó el 27 de febrero de
1989 el llamado “Caracazo”.

El Caracazo fue una serie de fuertes protestas y disturbios en Venezuela


relacionados con medidas económicas anunciadas durante el gobierno de
Carlos Andrés Pérez, que comenzaron el 27 de febrero en Guarenas y
finalizaron el 8 de marzo de 1989 en la ciudad de Caracas. El nombre proviene
de Caracas, la ciudad donde acontecieron parte de los hechos. El saldo de
muertes empezó el 27 de febrero cuando fuerzas de seguridad de la Policía
Metropolitana, Fuerzas Armadas del Ejército y de la Guardia Nacional salieron
a las calles a controlar la situación. Aunque las cifras oficiales reportan 276
muertos y numerosos heridos, algunos reportes extraoficiales hablan de más
de 3000 desaparecidos.

A solo pocas semanas de asumir el gobierno, el entonces presidente Pérez, se


decide poner en práctica de manera inmediata el paquete de ajustes y de
medidas económicas, financieras y fiscales. El 26 de febrero el Ministerio de
Energía y Minas anuncia el alza en 30% de los precios de la gasolina y el
incremento de las tarifas del transporte público urbano e interurbano también
en un 30% a partir del 27 de febrero, válido para los 3 meses siguientes,
después de los cuales podrían aumentarse hasta el 100%.

Los disturbios se iniciaron en Guarenas (ciudad ubicada a 25 km al este de


Caracas), inicialmente en forma de protestas, la mañana del 27 de febrero de
1989 cuando comenzó a haber problemas de transporte hacia la capital,
Caracas. En un principio parecía una protesta de los usuarios por la subida del
precio del transporte y de los transportistas porque esa subida les parecía
escasa. Con una rapidez sorprendente, lo que comenzó como una protesta
focalizada en una pequeña ciudad, en cuestión de horas se transformó en una
ola de vandalismo, violencia y saqueo a nivel nacional.

El Caracazo fue una de las consecuencias y agravantes de la inestabilidad


política que vivía Venezuela desde el comienzo de la crisis económica e
institucional. El programa de gobierno fue modificado tras los hechos; Carlos
Andrés Pérez convocó un Consejo Consultivo en el que estuvo también la
oposición, en un intento de reconducir la situación social de Venezuela. El 7 de
marzo se decreta la liberación de precios. Se acelera el proceso de
descentralización lo cual permite un respiro democrático.

El clima de descontento popular agravado por el Caracazo fue seguido en 1992


por dos intentos de golpe de estado: uno en febrero y otro en noviembre. Se
trataba de una logia conspirativa que venía operando en el ejército desde 1982
y que ya tuvo un intento de golpe también frustrado en octubre de 1988.
El martes 4 de febrero de 1992, un grupo de militares ejecutó un intento de
golpe de Estado en Venezuela contra el entonces presidente constitucional
Carlos Andrés Pérez. El intento golpista no logró sus objetivos y los rebeldes se
rindieron. Entre los oficiales rebeldes que comandaron esta maniobra se
encontraban, principalmente, cuatro tenientes coroneles del ejército: Hugo
Chávez Frías, Francisco Arias Cárdenas, Yoel Acosta Chirinos, Jesús Miguel
Ortiz Contreras y Jesús Urdaneta.

La movilización militar se inició el 4 de febrero, cuando Pérez regresaba del


Foro Económico Mundial de Davos, Suiza. Gracias a la oportuna actuación del
jefe y supervisor de la Escolta Civil presidencial, comisarios de la DISIP
Hernán Fernández y Ángel E. Sierra Sánchez y el jefe de la división general de
investigaciones Jesús Barrientos habían hecho respectivamente adelantos de
un supuesto rumor de insubordinación, trabajo que se le fue entregado al
comandante del ejército el general Heinz Azpurua de los militares miembros,
así como también del Ministro de la Defensa, Fernando Ochoa Antich, quienes
contaban con el apoyo de tres funcionarios más de la DISIP, coronel Gerardo
Dudamel y de la compañía EDECÁN, de turno, el presidente Pérez logra por la
actuación de todas estas personas (miembros de la Escolta Civil presidencial)
refugiarse exitosamente en el Palacio de Miraflores. Gracias a Hernán
Fernández y Jesús Barrientos (exjefe del grupo de Escolta Civil en el primer
mandato del presidente Pérez), el Presidente Pérez consigue llegar a la
estación de televisión Venevisión, desde donde se dirigió al país en dos
ocasiones para informar sobre la situación.

El asalto al palacio presidencial se inició a las 12 de la medianoche del 4 de


febrero. Al mismo tiempo militares al mando de Miguel Rodríguez Torres
asaltaron la residencia presidencial (La Casona) y otras importantes ciudades
del país. Los enfrentamientos fueron intensos en algunos casos.

Fracasado el intento de toma de la ciudad capital, Caracas, los insurgentes se


rindieron luego que las guarniciones del interior del país fueran recuperadas
por las fuerzas del gobierno constitucional. Chávez fue arrestado y privado de
su libertad por fuerzas de seguridad de la DISIP, aunque poco antes se le dio la
oportunidad de dirigirse al país en una alocución transmitida ante los medios de
comunicación, en donde asumía la responsabilidad del alzamiento y ordenaba
a los insurgentes que aun luchaban en Aragua y Valencia que se rindieran para
evitar mayores derramamientos de sangre, a la vez que pedía a sus partidarios
deponer las armas. La Escolta Civil Presidencial logró el objetivo.

Por otro lado el 27 de noviembre de 1992 se lleva a cabo un nuevo intento


infructuoso de golpe de Estado en Venezuela contra el gobierno del entonces
presidente Carlos Andrés Pérez. En esta ocasión en el intento de golpe
participaron civiles y militares. Los nombres más destacados de este intento
fueron Hernán Grüber Odremán, Luis Enrique Cabrera Aguirre Luis Reyes
Reyes, Francisco Visconti Osorio; y los partidos políticos Bandera Roja y
Tercer Camino.

El movimiento de las tropas rebeldes se inició a las 11pm del día anterior,
jueves 26 de noviembre, con el objetivo principal de capturar al presidente
constitucional Carlos Andrés Pérez, y de establecer una junta cívico-militar
como gobierno de transición.1 También estaba planeado liberar a Hugo Chávez
Frías, encarcelado luego de su fallido golpe de estado de febrero.

La sede de la televisora pública Venezolana de Televisión, así como las


antenas repetidoras de RCTV y Venevisión fueron tomadas por el teniente
Jesse Chacón, quien tenía órdenes de transmitir un video grabado por los
cabecillas golpistas en el cual se explicaba el porqué de la rebelión y llamaban
a las Fuerzas Armadas a unírseles. No obstante, en su lugar fue transmitido un
vídeo grabado previamente por Chávez, quien no había participado en la
planificación del golpe, para sorpresa de los cabecillas.

Por su parte, el presidente Carlos Andrés Pérez se comunicó con la nación a


través de la señal de Televen, la única televisora nacional en su poder, donde
anunció que este intento de golpe era un "coletazo" del de febrero de 1992, y
que el gobierno tenía la situación controlada a las 3:30 de la tarde, los rebeldes
se rindieron, luego de un enfrentamiento con las fuerzas constitucionales que
dejaron un saldo de nueve muertos, todos personal de la televisora VTV, a
manos de los insurgentes quienes eran comandados para ese momento por el
teniente, Jesse Chacón.
Las cifras oficiales contabilizan 171 muertos, 142 civiles y 29 militares, mientras
que las extraoficiales de 300. Además se contabilizaron 95 heridos militares.
Quinientos oficiales y suboficiales fueron arrestados tras los acontecimientos,
junto con 800 soldados sin rango y 40 civiles; no obstante, solamente 196
personas, entre civiles y militares, fueron llevadas a un tribunal militar,
incluyendo a las que huyeron a Perú.

Chávez, junto con los principales líderes de la intentona, pasó dos años en la
prisión de San Francisco de Yare esperando juicio. Allí co-escribió Cómo salir
del laberinto, mientras su popularidad aumentaba. Fue liberado el 27 de marzo
de 1994 tras el sobreseimiento que le otorgó Caldera, como parte de un
acuerdo político con sectores de izquierda, como el MAS y el PCV, para lograr
apoyo a su gobierno.

Ya libre, Hugo Chávez empezó una campaña de no votar en las siguientes


elecciones, alegando que era la mejor manera de demostrar que el país no
quería seguir con las políticas económicas y sociales vigentes en la época. El
colapso de los partidos tradicionales y el crecimiento del rechazo popular a las
medidas políticas y económicas, sumado al apoyo de políticos como Luis
Miquilena y José Vicente Rangel, hicieron que Hugo Chávez decidiera iniciar su
propio movimiento político-electoral, denominado inicialmente como
Movimiento Quinta República (MVR). Entre 1995 y 1997. Chávez recorrió
Venezuela explicando su proyecto político, que se basó, principalmente, en la
necesidad de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente que "refunde
la República", según sus palabras.

El 6 de diciembre de 1998, Hugo Chávez fue elegido presidente de Venezuela


con el 56,5% de los votos, con la promesa de cambiar la constitución de 1961
por medio de un proceso Constituyente.

Chávez asumió el poder el 2 de febrero de 1999 y juró sobre la Constitución de


1961. Después del acto en el Capitolio Federal, sede del Congreso de la
República se dirigió al Palacio de Miraflores acompañado por un grupo de
simpatizantes. Desde allí decretó la activación del "Poder Constituyente". Se
realizó el Referéndum constituyente el 25 de abril de 1999 con el que se buscó
modificar la Constitución de 1961 y que fue aprobado por más del 81% de la
votación. Para el 20 de noviembre de 1999, la Asamblea Nacional
Constituyente terminó el proyecto de Constitución y el 15 de diciembre de
1999, el gobierno del presidente Chávez impulsó un segundo referéndum
constitucional que fue aprobado con más del 71% de la votación popular que
resultó en la ratificación de la Constitución de Venezuela de 1999.

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