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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGIA

MONOGRAFÍA

“FOBIAS ESPECIFICAS”

AUTORES:

ALVA VEGA, Marco Edu

CASTILLO ELECTO, Eva María

CHURANO MONTORO, Araceli Maura

GAMARRA SANTAMARIA, Janixa Briyith

ROJAS CRISANTO, Yamaly Sahara

ASESOR:

RODRIGUEZ JULCA, Jose Francisco

CHIMBOTE - PERÚ

2020-II
INDICE
I. INTRODUCCIÓN
II. DESARROLLO DE FOBIAS ESPECIFICAS
II.1. Origen
II.2. Definición
II.3. Prevalencia
II.4. Marco Teórico
II.5. Diagnóstico de Fobias especificas
II.6. Plan de tratamiento
III. CONCLUSIONES
IV. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
INTRODUCCIÓN:
Todas las personas en alguna circunstancia de la vida han experimentado algún
evento fuerte que le ha provocado algún tipo de miedo, pero estos miedos han sido
parte de la normalidad porque nos han permitido de cierta forma adaptarnos a
nuestro entorno, sabiéndolo despejarlo y superarlo adecuadamente, siendo bueno
para el aprendizaje de las personas porque nos ayudan a la autoprotección de cierta
forma.
Pero existen situaciones que han sido determinantes, que de repente han marcado
nuestra vida convirtiéndose en un desencadenante y en un verdadero problema para
nuestra salud mental, ya que esto nos genera una constante preocupación
convirtiéndose en un problema que perjudica nuestra estabilidad emocional; el tener
una preocupación constante y permanente quiere decir que hemos adquirido una
fobia, causando otro tipo de problemas, acarreando una serie de consecuencias ya
que los pensamientos que podamos generar en el transcurso de nuestra vida nos
pueden causar daños significativos tanto en lo físico, psicológico y emocional .
Es importante cuidar de nuestros procesos mentales para evitar padecimientos
psicológicos que traen como consecuencia dificultades físicas, a estos signos y
síntomas corporales se les etiqueta como dolencias psicosomáticas
Por ello el objetivo de la investigación es analizar las definiciones, las causas y la
prevalencia de las fobias específicas, para de esta forma poder intervenir con algún
plan de tratamiento para las personas que la padecen, puesto que sabemos cómo
profesionales de la salud mental como estos miedos excesivos afectan muchas áreas
una de ellas, como la interacción social, entre otras; con esta finalidad es el siguiente
trabajo de investigación.
II. DESARROLLO DE FOBIAS ESPECIFICAS
2.1. Factores etiológicos
Las personas son muy emocionales, durante el día atravesamos distintas situaciones
que generan sentimientos, pensamientos y conductas dependiendo la circunstancia
en la que nos podamos encontrar, permitiéndonos reaccionar ante cualquier estímulo
de riesgo o satisfacción, por ello son importantes estas reacciones automáticas de
nuestro cuerpo.
Hurtado (2015) nos informa que el ser humano desde el momento que está expuesto
con el mundo va estar constantemente estimulado para generar continuamente
sentimientos y emociones, que estarán expuestos a diferentes cambios dependiendo
a la circunstancia.
Por ello también nos expone que estas reacciones que nuestra mente y cuerpo tiene
son totalmente normales ya que son mecanismos biológicos que se presentan
instintivamente, siendo procesos neuroquímicos y neurofisiológicos, permitiéndonos
la supervivencia para buscar la satisfacción y alejarnos del dolor, permitiéndonos
protegernos ante cualquier factor que nos ponga en riesgo, siendo estas respuestas
totalmente innatas para preservar nuestras vidas.
Campodónico (2014) refiere que el término fobias tuvo sus inicios clínicos en el
siglo XIX con Westphal en 1872 y Legrand du Saulle en 1877, fueron ellos los que
introdujeron el término agorafobia siendo esta palabra el inicio de posteriores
investigaciones y alargando una lista de fobias, posteriormente Morel (citado en
Campodónico,2014) utilizo el término y describió sistemáticamente la neurosis
fóbica y las obsesivas, después se demostró las características de cada fobia
emparentándola con las obsesiones, por otro lado hizo distinciones entre la neurosis
y la histeria.
Por otro lado, Sigmund Freud en su libro también utiliza esta palabra, pero
haciendo referencia de que las fobias son el inicio de la neurosis, que si no se trata a
tiempo se puede transformar en una histeria y las neurosis obsesiva (perversión).
Campodónico (2014) nos transmite que Freud en este libro expresa las alteraciones
del aparato psíquico y cuáles son las causas y consecuencias de estas, ya que este
fenómeno consistes en alteraciones sensorio motores y que están estrechamente
relacionados con la angustia, y que su origen consiste en una tensión somática (de
origen sexual) causada por la abstinencia sexual o por una insatisfacción, de esta
manera la dividiéndolas en 4 tipos de fobias:
a) Fobias típicas o primarias, consiste en temores heredados de la humanidad en
general.
b) Fobias histéricas, consiste en el miedo relacionados con los recuerdos traumáticos
reprimidas.
c) Fobias obsesivas, consiste en el miedo basado en el mecanismo de la
“transposición de afectos” de la neurosis obsesiva.
d) Agorafobia y otras fobias contingentes, son la crisis de angustia, sin mecanismo
psicológico definido.
Asimismo, Rachman (1976, citado en Tortella 1998) nos menciona que desde
mediados de los años ochenta, este ámbito ha experimentado un nuevo impulso
investigador que llega con plena vigencia hasta estos mismos momentos. Este
hecho, en mayor medida, podría tener su origen en el rejuvenecido interés por el
paradigma del condicionamiento clásico, a través del re-análisis cognitivo sobre
procesos de aprendizaje. Este autor establece la posibilidad de conexión entre las
diferentes vías de adquisición y el perfil sintomático (gravedad /intensidad de los
comportamientos fóbicos) y postula una eficacia terapéutica diferencial en función
de dichos factores. Sus planteamientos no sólo han estimulado el crecimiento del
interés genérico por la cuestión, sino que han moldeado de forma decisiva su futura
forma de abordaje.
Por otra parte, con respecto a las relaciones entre vías de adquisición e intensidad-
gravedad de las respuestas fóbicas, se establece que el miedo fóbico condicionado
clásicamente sería más intenso y se asociarían principalmente a conductas de
evitación y activación autonómica, mientras que la instauración relacionada con vías
indirectas se asociaría con miedos fóbicos menos intensos y con una mayor
afectación del canal cognitivo de respuesta. En la mayoría de estos casos se afirma
que es necesario seguir investigando y se apunta que los métodos utilizados hasta la
fecha pueden no ser adecuados. (Tortella, 1998).
2.2. Definición
Las fobias específicas son un temor abrumador e irracional a objetos o situaciones
que plantean un peligro real pequeño, pero provocan ansiedad y conductas de
evitación. A diferencia de un momento de ansiedad breve que puedes sentir cuando
das un discurso o haces un examen, las fobias específicas son duraderas, producen
reacciones físicas y psicológicas intensas, y pueden afectar tu capacidad de
desempeñarte normalmente en el trabajo, en la escuela o en entornos sociales. Por lo
que, durante muchos años nos hemos dado cuenta que las emociones nos han
acompañado de generación en generación desde nuestros ancestros nos lo han
heredado; diariamente estamos expuestos a estimulas diarios donde de alguna
manera dan respuesta automática en este caso nos enfocaremos a las emociones,
pero específicamente en la fobia, ya que es una manifestación ante el miedo de
alguna situación específica. El miedo es un proceso normal ante cualquier situación
de riesgo, pero esta situación se convierte en un problema cuando es constante y
permanente a ciertos estímulos de nuestro entorno. Este tipo de respuestas puede
ocasionar un alto índice de ansiedad convirtiéndose en manifestaciones físicas que
pueden causar daños a nuestra salud o quien la padezca. (Gómez et al, 2006)
2.3. Prevalencia
Dentro de la prevalencia de fobias podemos mencionar, los datos existentes son
muy dispares. En un estudio epidemiológico llevado a cabo a nivel nacional en
Estados Unidos con 8.098 personas, por lo que se encuentra que la prevalencia
mensual, anual y vital de las fobias específicas fue 5,5%, 9% y 11%
respectivamente (2,3%, 4,4% y 6,7% en varones y 8,7%, 13,2% y 15,7% en
mujeres respectivamente), las prevalencias más bajas han sido halladas en un
estudio realizado en seis países europeos (entre ellos España) con 21.425 adultos,
mediante entrevista y con criterios del DSM-IV (2014). Asimismo, la prevalencia
anual de las fobias específicas fue 3,5% (1,9% en varones y 5,0% en mujeres) y la
vital, 7,7% (4,9% en varones y 10,3% en mujeres). Por otro lado, el 90% de las
fobias a animales, el 84% de las fobias a la sangre/inyecciones y el 67% de las
fobias de tipo ambiente natural (alturas) empezaron en la infancia (≤ 12 años) en
comparación a sólo el 18% de las fobias de tipo situacional (conducir, ascensores,
espacios cerrados) (Lipsitz y et al, 2002). Otros autores como Antony, Brown y
Barlow (1997) han señalado que la cosa se complica si se distingue la edad del
comienzo del miedo/evitación y la edad de comienzo de la fobia (cuando el
miedo/evitación empezaron a causar malestar o deterioro significativos) tal como
han hecho con muestras muy pequeñas, estos autores descubrieron las siguientes
edades de comienzo del miedo y la fobia en las siguientes fobias: animales (11 y
20), sangre/inyecciones (8 y 14,5), conducir (25,5 y 32) y alturas (20,5 y 34).
2.4. Marco teórico
2.4.1. Triple sistema de respuesta y fraccionamiento de respuesta
Este sistema tripartito se considera que las respuestas emocionales pueden
efectuarse de forma multidimensional, las cuales se manifiestan en tres
sistemas distintos de respuesta: subjetivo o cognitivo, fisiológico o somático,
y motor o conductual. El componente subjetivo o cognitivo, también
llamado verbal-cognitivo, es el componente de la ansiedad relacionado con
la propia experiencia interna. En el cual encontramos pensamientos, ideas e
imágenes como las experiencias de miedo, pánico, alarma, inquietud,
preocupación, etc. El componente fisiológico, por su parte, está relacionado
con los cambios orgánicos que se producen en distintos sistemas biológicos.
Y por último el componente motor responde a los componentes observables
de la conducta en movimiento. Como, por ejemplo, la expresión facial y
movimientos o posturas corporales, siendo especialmente importantes las
respuestas instrumentales de escape o huida y la evitación. (Toledo et al.,
2009).
2.4.2. Sintomatología
La sintomatología dentro del desarrollo de una fobia específica será
abundante, ya que se encontrarán diversos aspectos comprometidos como la
parte cognitiva, fisiológica y social. Por lo que genera un malestar
significativo en el desarrollo integral del individuo, es por ello que dentro de
la sintomatología encontrada podemos mencionar: dolores o molestias,
sensaciones de vértigo o inestabilidad, opresión precordial, disnea o
dificultad para respirar, sensación de ahogo, palpitaciones o taquicardia,
sudores o sensación de frío, sudoración excesiva en manos, boca seca,
mareos, aturdimiento, náuseas, diarrea, vómitos, dolor abdominal, sofocos o
escalofríos, micción frecuente, dificultades para tragar o sensación de “nudo
en la garganta, asimismo también podemos observar temor inmediato e
intenso, ansiedad y pánico cuando estás expuesto a lo que te produce temor,
o simplemente piensas en eso, evitación hacia la situación u objeto fóbico,
dificultad para desarrollar la vida cotidiana o normal debido al temor, por
otro lado en niños se pueden evidenciar posiblemente berrinches, que se
aferren a los padres o a alguien cercano, llorar, negarse a alejarse de la madre
o del padre o negarse a acercarse a lo que les produce temor. (Ruiz, 2017)
2.4.3. Delimitación terminológica entre miedo, ansiedad y fobia
Ruiz (2017) nos refiere que es importante establecer la diferencia entre
miedo y ansiedad, por una parte; y, miedo y fobia, por otra. En primer lugar,
miedo es una reacción de alarma inmediata ante el peligro que se caracteriza
por fuertes tendencias a manifestar conductas de escape y, con frecuencia,
por un impulso de la rama simpática del sistema nervioso autónomo. El
miedo implica una focalización específica ante una amenaza, existe una
conexión conocida entre la amenaza y la respuesta. La ansiedad, por su
parte, tiene un origen incierto respecto a la amenaza, en tanto que no existe
conexión conocida entre la amenaza y la respuesta, la cual es prolongada
produciendo intranquilidad generalizada. En relación al miedo y la fobia
ambos términos se han venido empleando también en el argot científico para
describir el mismo fenómeno, si bien, tienen características particulares que
pueden ayudar a diferenciarlos. De este modo, el miedo consistiría en una
respuesta apropiada, normal y razonable, ajustada ante un peligro potencial,
que actuaría como una reacción de alarma inmediata ante el peligro, que
orienta al individuo al escape y a menudo provoca un impulso en la rama
simpática del sistema nervioso autónomo. Mientras que la fobia, y según los
criterios establecido por Sandín y Chorot (citado en Ruiz, 2017) deben
cumplirse algunos requisitos para poder conceptualizarse de este modo, a
saber:
- Existencia de miedo desproporcionado en relación al carácter
amenazante de la situación. Es decir, el miedo es claramente superior al
que debiera esperarse dadas las demandas situacionales.
- El miedo conduce necesariamente a la evitación de la situación temida.
- Esta es una característica típica de las fobias. La persona cuando se
encuentra en una situación amenazante escapa o si prevé que puede
encontrarse en ella la evita activamente.
- No existe una posible explicación lógica del fenómeno. Tienen un
carácter irracional y las personas son conscientes de esta irracionalidad.
- Sobrepasan el posible control voluntario.
- Producen cierto grado de malestar o sufrimiento.
2.4.4. Tipología de fobias especificas
Asimismo la Asociación Americana de Psiquiatría (2014) establece que
dentro de la tipología de fobias específicas, se puede encontrar fobias hacia
al animal, que suelen iniciarse en la infancia y se van atenuando con el
tiempo; al ambiental (alturas, tormentas, etc.), de igual manera se inician en
la infancia y son las más frecuentes en menos de 10 años; sangre-inyección-
daño presentan un mayor componente familiar, se caracteriza por presentar
tras la habitual taquicardia una respuesta de bradicardia e hipotensión
arterial; situacional (ascensor, coche, túnel, etc.), las más frecuentes en torno
a los 20 años; y otras como la fobia a atragantarse, a vomitar, al SIDA, etc.
2.5. Criterios Diagnósticos
La Asociación Americana de Psiquiatría (2014) nos especifica los criterios de
evaluación a tener en cuenta para realizar el diagnóstico de Fobias específicas:
A. Temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la
presencia o anticipación de un objeto o situación específicos (p. ej., volar,
precipicios, animales, administración de inyecciones, visión de sangre).
B. La exposición al estímulo fóbico provoca casi invariablemente una respuesta
inmediata de ansiedad, que puede tomar la forma de una crisis de angustia
situacional o más o menos relacionada con una situación determinada.
Nota: En los niños la ansiedad puede traducirse en lloros, berrinches, inhibición
o abrazos.
C. La persona reconoce que este miedo es excesivo o irracional.
Nota: En los niños este reconocimiento puede faltar.
D. La(s) situación(es) fóbica(s) se evitan o se soportan a costa de una intensa
ansiedad o malestar.
E. Los comportamientos de evitación, la anticipación ansiosa, o el malestar
provocados por la(s) situación(es) temida(s) interfieren acusadamente con la
rutina normal de la persona, con las relaciones laborales (o académicas) o
sociales, o bien provocan un malestar clínicamente significativo.
F. En los menores de 18 años la duración de estos síntomas debe haber sido de 6
meses como mínimo.
G. La ansiedad, las crisis de angustia o los comportamientos de evitación fóbica
asociados a objetos o situaciones específicos no pueden explicarse mejor por la
presencia de otro trastorno mental, por ejemplo, un trastorno obsesivo-
compulsivo (p. ej., miedo a la suciedad en un individuo con ideas obsesivas de
contaminación), trastorno por estrés postraumático (p. ej., evitación de estímulos
relacionados con un acontecimiento altamente estresante), trastorno de ansiedad
por separación (p. ej., evitación de ir a la escuela), fobia social (p. ej., evitación
de situaciones sociales por miedo a que resulten embarazosas), trastorno de
angustia con agorafobia, o agorafobia sin historia de trastorno de angustia.
2.6. Planes de tratamiento
Creemos que el tratamiento más popular para las fobias específicas es la
psicoterapia. Dentro de las diferentes corrientes de psicoterapia, es la terapia
cognitivo conductual, la que mayor eficacia tiene. Se denomina terapia de
exposición a la técnica cognitivo-conductual que se utiliza para tratar las fobias.
Palacio y Toro (2018) sostienen que el mejor tratamiento para la fobia especifica
es la psicoterapia cognitivo conductual o la terapia de conducta. Se utiliza
desensibilización sistemática (exposición en imaginación y uso de técnicas de
relajación durante la exposición), exposición virtual, exposición en imaginación
y en vivo.
La exposición al estímulo fóbico es el ingrediente común de la técnica de
desensibilización sistemática. La desensibilización sistemática consiste en la
presentación, generalmente en imaginación, de escenas jerarquizadas
relacionadas con el estímulo temido mientras el paciente se encuentra en
relajación. Esta técnica a mostrado niveles de eficacia satisfactorios en el
tratamiento de las fobias específicas. Sin embargo, una de sus desventajas podría
ser su principal beneficio ya que estamos rodeados de tanta información,
saturándonos por todos los medios de comunicación y cuyos contenidos,
mezclándose entre sí, con mensajes verdaderos y tergiversados que al llegar todo
esto a nosotros, y encima nosotros estar saturados de información como estamos,
no los procesamos, ni siquiera empleamos, en muchos casos, el criterio propio
para formar nuestra opinión entonces comenzamos el proceso de descartar lo
que llega o simplemente no reaccionar ante ello. (Sosa y Capafóns, 2014)
Generalmente, la psicoterapia que emplea terapia de exposición tiene resultados
satisfactorios en el tratamiento de fobias específicas. Sin embargo, a veces los
medicamentos pueden ayudar a reducir la ansiedad y los síntomas de pánico que
experimentas al pensar en el objeto o la situación que te da miedo, o al exponerte
a dicho objeto o situación.
Se pueden administrar medicamentos durante el tratamiento inicial o a corto
plazo en situaciones específicas y poco frecuentes, como volar en avión, hablar
en público o someterse a una resonancia magnética: (Pérez, 2015)
 Betabloqueantes. Estos medicamentos bloquean los efectos estimulantes
de la adrenalina, como frecuencia cardíaca elevada, presión arterial alta,
palpitaciones y temblores en la voz o las extremidades a causa de la
ansiedad.
 Sedantes. Los medicamentos llamados «benzodiazepinas» te ayudan a
relajarte porque reducen el nivel de ansiedad que sientes. Los sedantes se
deben usar con cautela, ya que pueden causar adicción, y se deben evitar
si tienes antecedentes de dependencia del alcohol o las drogas.

CONCLUSIONES

La fobia específica viene a ser un trastorno que se caracteriza por un miedo excesivo o
irracional que se tiene cuando se enfrenta con objeto con cierta particularidad, o
situaciones o hasta podríamos decir que el pensamiento también podría considerar algo
que normalmente no se considera peligroso.

Los individuos que presentan fobia especifica no son ansiosos en su mayoría; solo lo
son cuando se enfrentan a un objeto o situación en particular, esto les genera diferente
reacción tanto a nivel cognitivo, fisiológico como motor.

El trastorno de fobia específica, en general, es uno de los trastornos más prevalentes en


la población, ya que están asociadas con cierta dicacidad y estrés de una manera
sumamente significativa, además de contener sintomatología grave que puede conllevar
a cuadros de ansiedad severos.

El tratamiento más efectivo para intervenir en un problema de fobia especifica vendría a


ser la terapia de explosión ya que as u vez tiene una base de acción en la extinción
general de las respuestas condicionadas de ansiedad que presente el paciente.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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in DSM-IV. Behaviour Research and Therapy, 35(12), 1089-100.
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/9465442/

Campodónico N. (2014) La delimitación de la clínica de las fobias a partir de los


cambios introducidos por el contexto cultural del Siglo XXI. Revista Dialnet,
11(2), 75-82. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5113964.pdf

Asociación Americana de Psiquiatría (2014). Manual diagnóstico y estadístico de


trastornos mentales (5a. Ed). México: Ed. Medica Panamericana
Hurtado F. (2015). Antropología del miedo. Revista Redalyc, 3(2), 262-275.
https://www.redalyc.org/pdf/4415/441542974008.pdf

Lipsitz, J.D., Barlow, D.H., Mannuza, S., Hofmann, S.G. y Fyer, A.J. (2002). Clinical
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Palacio, C. y Toro, A. (2018). Psiquiatría (6a ed). Bogotá: Editorial Ecoe Ediciones.

Pérez, C. (2015). Trastornos fóbicos. Barcelona: Editorial Herder.

Ruiz, A. (2017). Eficacia de un tratamiento de exposición progresiva multimedia para


fobias específicas: Un estudio clínico y experimental. [Tesis de grado doctoral,
Universidad de Málaga]. Repositorio de la UMA.
https://riuma.uma.es/xmlui/bitstream/handle/10630/15534/TD_RUIZ_GARCIA
_Antonio.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Sosa, C. y Capafóns, J. (2014). Manual de psicopatología y trastornos psicológicos (2ª


ed). Madrid: Editorial Pirámide.

Toledo, M., Ferrero, J. y Barreto, P. (2009). Trastornos de ansiedad en la infancia y


adolescencia. Pirámide: Madrid.

Tortella, M. (1998). Una revisión de los estudios retrospectivos sobre el origen de las
fobias específicas. Researchgate, 6(2), 555-580.
https://www.researchgate.net/publication/266609140_Una_revision_de_los_estu
dios_retrospectivos_sobre_el_origen_de_las_fobias_especificas

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