Claves para Lograr Tu Realización Personal

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Claves para lograr tu realización personal

Comencemos…

Si has llegado hasta aquí es porque estás interesado/a en trabajar sobre vos para
superarte cada día y evolucionar tu conciencia. Estoy convencida de que cuando uno
se sitúa como protagonista, encuentra su misión de vida y sin duda no hay mejor
antídoto contra la depresión y el sinsentido que sentir que uno está haciendo algo
significativo con su existencia humana.

¿Acaso hay algo más valioso que lograr sentirnos

realizados en nuestra vida?

Seguro coincidis conmigo de que pocas cosas lo son y que no hay sensación más
plácida que sentirnos satisfechos con quienes estamos siendo. Y si hasta entonces,
esta sensación te resulta extraña o lejana, es alentador que sepas que todos contamos
con el potencial para realizarnos y vivir una vida de satisfacción.

Ahora bien, ¿realmente tenemos claro que es
realizarnos a nosotros mismos?

En una sociedad tan exitista viene muy bien aclararlo puesto que podemos confundir
reconocimiento externo con verdadero regocijo interno. Pues bien, se trata de lo segundo, de
sentir júbilo por sentir que estamos exprimiendo todo nuestro jugo, si pensamos nuestra vida
como una fruta deliciosa.

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Realizarnos a nosotros mismos es volvernos cada vez más reales y auténticos y ser capaces

de poner en acto el potencial que anida dentro nuestro. Esto supone poner el “foco” en
nosotros y dejar de compararnos o querer cambiar a los demás.

A veces cometemos el error de invertir demasiada energía en cuestiones que no están en
nuestras manos. Esa actitud solo nos genera desgaste. Lo único y no por eso de menor
alcance que está en nuestra manos es dedicarnos a hacer de quienes somos, lo mejor que
podemos llegar a ser . Mahatma Gandhi, con la sabiduría de quien ha dedicado su vida a
aportar algo valioso de sí, afirmó:

“He tomado sobre mis espaldas el monopolio de mejorar sólo a una persona, esa
persona soy yo mismo y sé, cuán difícil es conseguirlo”.

Si en lugar de mirar hacia fuera, miramos dentro y hacemos de cada uno nosotros una mejor
versión no solo sentiremos una inmensa expansión en el pecho, sino que además haremos un
aporte altruista al conjunto de la sociedad. El trabajo sobre sí es la llave que abre la puerta
al cambio que queremos ver en el mundo que habitamos.

Cuando trabajamos sobre nosotros mismos intervenimos positivamente en una doble
dimensión, la personal, al sentirnos cada vez más orgullosos de nuestra superación, y la
trascendente, al sentir que estamos sirviendo a un fin mayor para hacer de este mundo un
lugar mejor.

Muchas personas se preguntan ¿cuál es el sentido de mi vida? ¿Cómo es que no puedo
hallarlo? Pensando que el sentido es una especie de piedra filosofal que alguien ha
escondido y debemos encontrar. El sentido a la vida se lo ponemos nosotros cuando
asumimos la responsabilidad de ser cada día una versión mejor y más original,
despojándonos de las corazas de nuestra limitada personalidad.

Cuando comenzamos a tomar decisiones direccionadas hacia nuestra expansión, superando
lo que nos cuesta, animándonos a lo que deseamos, diciendo sí a lo que antes no y teniendo
también la fortaleza ¿por qué no? para decir que no a lo que antes decíamos sí,
sintonizamos con esa gratificante sensación de estar cumpliendo con nuestra misión.


Y… ¿Por dónde empiezo? Esta pregunta admite
una sola respuesta: El Autoconocimiento.

El primer paso en todo proceso de transformación y desarrollo personal es
conocernos a nosotros mismos. Hacer contacto con lo más auténtico e íntimo de uno
mismo requiere de la auto-indagación.

Cuando acompaño en este proceso a quienes me eligen para transitar juntos este
fascinante camino, es increíble atestiguar cómo se sorprenden de cuánto hay debajo
de apenas un nombre propio, de una serie de roles sociales desempeñados, de gustos,
de preferencias y de rechazos que decimos tener.

Quienes verdaderamente somos reposa detrás de todos nuestros condicionamientos,
etiquetas y mandatos. Durante este proceso vamos despojándonos de capas y más
capas que nos han puesto y nos hemos ido adosando en el camino abrirnos paso en la
vida como pudimos, desde que nacimos hasta hoy ¡Es natural y esperable que sea
así! Todos los seres humanos en el desesperado deseo de adaptarnos y ser queridos,
intentamos ser lo que suponemos que lo demás quieren que seamos.

Así, nos vamos olvidando de quienes somos en verdad y eso queda dormido en el
interior esperando ser despertado. Sin embargo, ese despertar no sucede por azar ni
por arte de magia, e s fruto de un trabajo personal que podemos decidir realizar o
dejar pasar.

Se abren aquí dos caminos que dan lugar a dos tipos de personas muy
distintas:

Te invito a que te animes a preguntarte con cuál de ellas te identificas…

1- Por un lado, aquellas personas que ponen piloto automático y
viven toda su vida enajenadas respecto de aquel núcleo real donde
anida su verdadera realización.

Secretamente sienten una insatisfacción que confunden con “falta de” e intentan
llenar equivocadamente con sustancias o cosas externas buscando llenar un vacío
que no se sacia con lo que la sociedad promete como garantía de felicidad. Así, más
zanahorias persiguen queriendo hallar la felicidad, más sienten que se les escapa de
entre los dedos lo que tanto dicen que les falta. No alcanzan a comprender que no se
trata de hacer más sino de comenzar a hacer distinto, de dejar de buscar fuera y
orientar la mirada hacia dentro para ir al encuentro de aquello de sí que se dejó
morir y necesita ser revivido.

Es allí donde anidan nuestros verdaderos sueños y deseos, aquellos que sí nos
colmarán de felicidad y satisfacción. De lo contrario, mientras vivamos una vida
auto-impuesta que nada tiene que ver con nuestra esencia, una vida a medias por no
animarnos a hacer grandes apuestas, sentiremos un sabor insípido y frustrante. Y es
de esperar que con los años, se vaya edificando en el interior de quienes asumen esta
forma de vida, un profundo sentimiento de auto-traición por haber renunciado a
vivir una vida elegida desde la plena conciencia.

Quedan atrapados en el temor a la desaprobación y en la exigencia autoimpuesta de
responder a los mandatos de una sociedad que sabe mucho de productividad y muy
poco de felicidad.

Cuando viviendo como vivimos nos sentimos mal, lo inteligente es “pausar” y
preguntarnos dónde estamos yendo si es que ese camino que estamos transitamos nos
repliega en lugar de desplegarnos, nos hace sentir tristeza y llenos de ansiedad.

¡Y no se trata de “bajarse” del sistema! Se trata de que nuestra productividad y
nuestra energía estén en coherencia con lo mejor que tenemos de nosotros para
ofrecer: nuestros dones y talentos puestos en actos, en un proyecto de vida y de
trabajo que nos realice además de que nos permita subsistir.

La vida siempre nos da más de una oportunidad, así que… ¡no todo está perdido
para las personas que andan por la vida enajenadas de sí! Cuando la insatisfacción
que sienten es mayor a la comodidad de vivir una vida sin hacerse demasiadas
preguntas, estas personas anestesiadas tienen la posibilidad de despertar y
replantearse su rumbo. Es tiempo ahora y sin excusas, de comenzar un trabajo
personal que les ayude a re-encontrarse con lo perdido, a re-significar lo vivido y a
re-construir una vida que sientan como propia y significativa.

Saturarnos de la vida que llevamos es una oportunidad para decidirnos de una vez
por todas a iniciar un cambio. Decir “basta” puede llegar a ser la bendición que nos
salva de una vida de insatisfacción y desencanto.

2- Por otro lado, hay otras personas que no esperan a que la
vida les oprima para reencontrarse con su verdadera esencia.

Por decisión y maduración, dejan de ansiar la aprobación, se animan a despojarse de
lo que no les es propio, a sacudirse el polvo de lo ajeno y a hacerse cargo de sus
propios sueños. Este trabajo muchas veces cuesta sudor y lágrimas pero la
recompensa de vivir una vida elegida desde la plena conciencia no tiene
comparación. Personalidad y esencia se “acoplan” y comienzan a trabajar juntas en
mutua cooperación para construir una vida que no es de color rosa pero sí tiene
nuestra firma y es original, y desde esa autenticidad se afrontan las desavenencias
con más entereza y herramientas.

Cuando nos sentimos alineados con nuestro propósito, en lugar vivir como barcos a
la deriva, estamos mucho más dispuestos a afrontar nuestros miedos, a provocar
cambios, a crecer y a salir de nuestra zona de confort ¿por qué? Porque en el camino
de conocernos y a medida que vamos desplegando lo mejor de sí, vamos volviéndonos
más seguros y confiados de nosotros mismos. Y sin duda, el Universo conspira con
nuestra evolución cuando miramos la vida de frente, en lugar de agachar la cabeza,
mirar hacia otro lado o echar las culpas fuera.

Acompañarte de regreso a tu originalidad y a construir una vida de realización es mi
misión personal. Si seguiste leyendo hasta aquí, es porque tu insatisfacción es mayor
que tu temor al cambio o porque aun sintiéndote a gusto, sabes que podes desplegar
alas y volar más alto.

A medida que nos vamos conociendo en profundidad comenzamos a “darnos cuenta”
y a poner consciencia allí donde nos domina la inconsciencia y los automatismos que
nos conducen una y otra vez a los mismos lugares en los que ya no queremos estar.

¿Cuáles es el recurso que nos acompaña en esta

desafiante etapa de conocernos en profundidad?

La Auto-observación, herramienta imprescindible en el trabajo sobre sí. El aprender
a observarnos a nosotros mismos es un recurso de la mente del cual todos,
absolutamente todos, disponemos pero pocos se animan a activar porque implica
comenzar a mirarse con absoluta honestidad e iniciar un camino de no retorno: el de
“darnos cuenta”, ¿de qué? de lo que nos pasa y nos cuesta aceptar y también de lo
que no nos pasa y quisiéramos que sí. Nada podemos transformar si somos
ignorantes respecto de nosotros mismos. En este heroico acto de observarnos
comienza a instalarse lo que en las tradiciones de sabiduría oriental se conoce como
discernimiento. E
l discernimiento opera como un bisturí que la mente a medida que
se va entrenando va afilando y nos permite diferenciar…

★ Qué de nuestra vida se fue dando desde la absoluta inconsciencia y qué fue
consecuencia de una construcción deseada…

★ Qué seguimos eligiendo y que decididamente queremos cambiar…

★ Qué es lo propio y que es lo ajeno, qué es lo auténtico y qué es impostado por
mandatos externos…

★ Que desde nuestro pasado nos sigue pesando y no nos deja avanzar en la
dirección deseada…

★ Que deseamos desde la más honda autenticidad y qué pensamos que los demás

esperan de nosotros y nos resulta una carga…

★ Qué es lo que no queremos y que queremos pero nos da miedo.

★ Qué es lo adquirido por mandatos familiares y culturales y qué pertenece a
nuestra verdadera esencia que está sepultada.

★ Qué emociones y sentimientos nos generan las personas que nos rodean
¿Quiénes nos suman y quiénes nos restan?

★ Qué es lo que pensamos que “deberíamos ser” y quienes sentimos que realmente
somos o queremos ser.

Esta indagación y toma de conciencia nos salva de quedar anclados a una vida que
no es la nuestra, nos resguarda de “darnos por sentado” y ni siquiera preguntarnos
qué es lo que hoy a diferencia del pasado, nos convoca, nos entusiasma y nos hace
vibrar.

No tenemos que preguntarnos de una vez y para siempre ¿quiénes somos? La
pregunta correcta tiene movimiento y es la siguiente:

¿Quiénes estamos siendo momento a momento?

Puesto que no somos productos acabados sino procesos en continua transformación y
evolución… o en su defecto, involución, si la desidia y la apatía se apodera de la
vida que late dentro nuestro.

Una vida de realización es dar a luz lo mejor de sí.

Y en este trabajo intransferible y arduo no existe la cesárea, depende de nosotros
pujar para alumbrar aquello que hasta el momento permanece en la oscuridad…

Estamos llamados a parirnos a nosotros mismos muchas veces en la vida, en un
continuo nacer y renacer donde vamos sacando capas de condicionamientos hasta
llegar a la verdadera autenticidad de nuestro ser.

Cuando asumimos la responsabilidad de auto-observarnos, nos vamos convirtiendo
en testigos internos de lo que se mueve dentro nuestro y desde esa toma de conciencia
podemos decidir qué actitud vamos a asumir de ahora en más.

Decididamente trabajar sobre sí supone toda una postura ante la vida. Una
verdadera conquista de la soberanía en lugar de seguir posicionándonos como
víctimas de los acontecimientos externos o de lo que hicieron con nosotros siendo
pequeños.

A la autoobservación le sigue la plena Aceptación de lo que es, sin tapujos ni
disfraces… puede que nos demos cuenta de... que nuestra vida necesita una
reactualización, que estamos postergando indefinidamente nuestra realización, que
seguimos en una relación que no va ni para atrás ni para adelante, que nos tratamos
mal, que nos dejamos maltratar, que no nos animamos a lo que tenemos más que
claro, que no sabemos siquiera dónde estamos parados, qué nos sentimos solos pero
más miedo nos da una relación de verdad, que nos equivocamos al elegir, que si no
elegimos es más por miedo que por imposibilidad, que los sueños no se cumplen solo
con la intención, que nada se mueve de su lugar ni cambia si seguimos haciendo todo
en nuestra vida exactamente igual…

La Aceptación puede llegar a ser incómoda y dolorosa pero a la vez descomprime la
energía que invertimos en negar lo que está aconteciendo y nos cuesta aceptar.
Cuando “nos enteramos” de lo que nos pasa, nos volvemos “enteros” y dejamos de
estar tan divididos por dentro…

En la instancia de la Aceptación el camino se bifurca
una vez más…

Aquellas personas a quienes la verdad les incomoda tanto que

hacen con ella un paquetito con moño y la acomodan en algún lugar que aprieta de a
ratos pero que no duele lo suficiente como para hacer algo con ella. Por supuesto que
esta trampa deshonesta para consigo mismo tarde o temprano trae consecuencias…

Aquellas otras que tras revelaciones que antes ignoraban, se
arremangan y tienen la valentía de hacerse cargo. Con miedo y todo
y sorteando la humana tendencia a hacernos trampa, aprenden a gambetear el temor
al cambio ejercitando día a día la destreza más difícil: la Voluntad para
transformar lo que tenga que ser transformado…

Quienes se animan a seguir avanzando acaban por darse cuenta que aceptar las
circunstancias no es suficiente para cambiar, la Voluntad e s el tercer paso para que
lo reflexionado, pensado, admitido y deseado se vuelve acto.

La buena noticia es que la voluntad se entrena a diario, en el gimnasio de la vida, en
las decisiones que tomamos, rompiendo con los patrones habituales a los que estamos
acostumbrados… No hay personas más o menos dotadas con la virtud de la
voluntad como gracia celestial. Hay personas que la entrenan más y otras a quienes
la voluntad les parece una cualidad que quizás con suerte pueden llegan a adquirir
en otra encarnación…

Sin voluntad podemos analizar nuestra vida de arriba abajo, saberla del derecho y
del revés, tener todo más que claro pero lo que nos jode la vida va a seguir estando y
aquello que deseamos tampoco va a acontecer como magia. Sin voluntad, la vida es
como ser pintor y pretender admirar el propio cuadro sin dar siquiera un trazo o dar
solo algunos, débiles e insignificantes muy de vez en cuando.

Necesitamos…

★ Fuerza de voluntad para decir que no a lo que nos daña…

★ Fuerza de voluntad para sostener lo bueno para sí aunque nos cueste sacrificio
y renuncia…

★ Fuerza de voluntad para irnos a tiempo de vínculos enfermos…

★ Fuerza de voluntad para quedarnos cuando apenas hemos llegado…

★ Fuerza de voluntad para no hacer caso a todo lo que nuestra mente nos
manda…

★ Fuerza de voluntad para postergar un placer inmediato en pos de una
gratificación mayor…

★ Fuerza de voluntad para actuar en congruencia con quienes queremos llegar a
ser…

La fuerza de voluntad es la columna vertebral para desplegar nuestras alas. Sin
voluntad nos convertimos en personas flácidas y laxas, errantes y dispersas. La
voluntad nos ayuda a darle forma a la vida que vamos eligiendo y nos hace sentir
orgullosos de lo que vamos consiguiendo con cada paso que nos vamos animando a
dar, primero más tímidamente y luego con mayor confianza, en la medida en que
invertimos en el más valioso capital: el desarrollo de nosotros mismos para vivir una
vida con sentido y convertirnos en personas valiosas y útiles a los demás.

A la fuerza de Voluntad hemos de sumarle dos condimentos más que nos hacen el
camino más transitable: la Amorosidad y la Paciencia en el trato que nos damos.
Cuando nos comprometemos en un trabajo de re-actualización de identidad y de
desarrollo personal, hemos de tener muy en claro que no todo será con viento a favor.
Evolucionar es un camino en espiral en donde a veces nos mareamos y perdemos el
rumbo. Sin embargo, nunca regresaremos al mismo lugar porque si nos sentimos caer,
lo haremos con más conciencia y muchas veces esa “vuelta a lo mismo” es para
recordarnos ese sabor amargo y renovar nuestro compromiso con el cambio. El
camino está repleto de desafíos y aprendizajes, tener paciencia con nuestras torpezas
y actos de inconsciencia es condición para no frustrarnos y sentenciar: yo soy así y no
puedo cambiar. C ambiar hábitos y patrones de personalidad fuertemente instalados
por años lleva su tiempo.

Entonces… ¿tenemos que darnos tiempo? Sí. Pero eso no supone justificarnos una y

otra vez ni tomarnos la vida entera para hacer los cambios que tenemos que hacer o
dar los pasos que queremos dar.

A quienes acompaño en este proceso, me toca alertarlos para que no confundan darse
tiempo con “dejarse estar”. Una mirada externa que conoce de cerca los mecanismos
de la personalidad ayuda a no hacerse trampas y opera como un faro para iluminar
lo que cuesta ver.

Autoconocimiento. Autoobservación. Aceptación.

Voluntad. Paciencia. Amorosidad…

Son los pasos necesarios en todo proceso de evolución personal orientado a lograr
una de las sensaciones más satisfactorias: la auto-realización personal.

Y… ¿Por qué es importante auto-realizarnos ?

¿Todos podemos lograrlo?

Todos los seres humanos poseemos el potencial necesario para lograr desplegarnos.
Ahora bien, una condición es solo una posibilidad, no un hecho concreto y real. De
cada uno de nosotros dependerá convertir en árbol frutal, una pequeña semilla que
anida como potencial. Esto significa que si bien todas las personas cuentan con la
posibilidad de realizarse a sí mismas, no todas lo logran. Solo aquellos ejemplares
humanos que toman en sus manos la comprometida decisión de hacer algo
significativo con sus vidas alcanzan este propósito que promete enorme satisfacción
al estar ligado con lo más ansiado de la existencia humana: hallar el sentido de la
propia vida.

El budismo nos dice que la vía regia a la felicidad y la realización personal es la
“disciplina”, pero no a la manera en que entendemos este término en la cultura
occidental. Para las tradiciones de sabiduría oriental, esta palabra esconde una
maravillosa frase: “ser discípulo de uno mismo”. De este modo, disciplinarse es
convertirse uno mismo en su propio discípulo.

¿Discípulos de qué? De las partes más evolucionadas de nuestra esclarecida
consciencia.

No todas las voces que nos hablan en la cabeza son sabias. Poder diferenciar las
voces que estorban de la voz de la Consciencia que nos anima a evolucionar, es una
habilidad que se entrena cuando se cultiva el arte del despliegue y el desarrollo
personal.

A todos nos sucede que en momentos de buen ánimo y lucidez nos proponemos
determinados objetivos, sentimos una confianza hacia nosotros mismos descomunal,
vemos las cosas con más claridad y con una consciencia mucho más despejada… Sin
embargo, cuando ese estado excepcional pasa, volvemos a más de lo mismo, caemos
en las mismas costumbres, en las rutinas de todos los días, en los automatismos
inconscientes y nos olvidamos de todo lo que nos prometimos en ese estado de
consciencia clara.

Es bien conocida la frase “somos maestros de nosotros mismos”, pero esa frase está
incompleta sino aprendemos a ser también “discípulos de nosotros mismos”.
Necesitamos aprender a ser coherentes con las ideas, los valores, los propósitos y los
proyectos que nuestras partes más evolucionadas nos señalan. Un buen discípulo no
cede ante la fatiga, ante los vicios, los miedos y la desidia. Sin embargo, nosotros
muchas veces, nos traicionamos y nos olvidamos de responder a lo más evolucionado
de nuestro ser.

Volverse un buen discípulo de uno mismo es tener la determinación de obedecer a
nuestra claridad magistral aun cuando otras voces menos evolucionadas nos dicen…
“no vas a poder”, “será muy difícil”, “déjalo para más adelante”.

El camino hacia la realización personal supone una alianza incondicional entre
nuestra maestría y nuestra disciplina. De ello resulta la puesta en acción, a pesar del
miedo y de la desilusión que siempre acompañan como cantos de sirenas para que nos
echemos hacia atrás.

Realizarse a sí mismo es plasmar en el mundo nuestros talentos, dones y
capacidades, a través de una vocación o de una dedicación que al realizarla, nos
expanda y nos haga sentir que ese es el mejor lugar en donde podemos “servir”, como
una pieza de rompecabezas que ha encontrado su justo lugar .

Lo opuesto a realizarnos es sentirnos totalmente enajenados respecto de aquello a lo
cual dedicamos nuestro tiempo y energía. Esto nos genera frustración y la secreta
sensación de sentirnos siempre en el mismo lugar y de tener siempre el mismo “sabor”
personal.

Muchos estados de ansiedad, responden a una negación del propio potencial. Hay
una energía que pugna por expresarse que al no encontrar su caudal se transforma
en ansiedad. Es como si una parte nuestra muy íntima quedará presa y buscará
liberarse. Ex/presar nuestros dones, es entonces, dejar salir a la esencia de la cárcel
en la que habita.

¿Qué conductas sostienen las personas que se realizan

a sí mismas?

★ En primer lugar, consideran la vida como una sucesión de elecciones continuas
y reconocer que existen dos tipos de elecciones en la vida: las progresivas y las
regresivas. Las elecciones progresivas alientan el crecimiento y las elecciones
regresivas se fundamentan en el miedo. Las personas auto-realizadas ante cada
elección se preguntan ¿me hará crecer? ¿es bueno para mí evolución a pesar del
miedo que me provoca?

★ Se comprometen y perseveran en cada nueva tarea o aprendizaje. Esculpen sus
talentos hasta sacarle brillo. Trabajan incansablemente para hacer de lo potencial
una realidad concreta. La psicología budista llama a este atributo interno vigor, que
es el empeño orientado a mantener el foco en lo que se pretende alcanzar. Una
especie de esfuerzo gozoso que contrarresta la tendencia humana a la pereza.

★ Están donde están. Se dejan absorber por el momento presente para que la
energía del cuerpo, de la mente y del espíritu se alineen en una misma dirección.

★ Propician aquellos estados de consciencia que el psicólogo Maslow denominó
“experiencias cumbres”, momentos sacros en donde experimentamos dicha, gozo y
bienaventuranza, en los cuales sentimos nuestra consciencia más despejada y
dispuesta.

La autorrealización no es un estado final al cual llegar, tampoco ha de entenderse
como un objetivo a alcanzar. Realizarse a sí mismo es un estilo de vida, es un
proceso continuo en el cual vamos desplegando gradualmente nuestros dones y
talentos de manera consciente con cada decisión y elección que nos presenta la vida.
Haciendo de cada ocasión una oportunidad de crecimiento.

¿Qué cualidades poseen aquellas personas que se

sienten realizadas?

La auto-realización va transformando la personalidad favorablemente. Luego de
leer las cualidades que adquieren las personas que se sienten a gusto con su vida,
seguro te darán ganas de comprometerte con tu propio proceso de despliegue…

★ Adquieren espontaneidad: se comportan de manera simple y natural,
prescinden de disfraces y máscaras sociales.

★ Disfrutan de su soledad porque saben “contar con ellos mismos”, se tienen a sí
mismos y por lo tanto no se sienten solos cuando están sin gente a su alrededor.
Gozan de lo que yo llamaría “soledad fértil”.

★ Son conscientes de la finitud del tiempo y de sus energías, no gastan
vanamente sus recursos, los invierten en lo que previamente han definido como
importante.

★ Se vuelven personas autónomas: como primera opción recurren a sí mismos
cada vez que necesitan resolver una situación o satisfacer una necesidad.

★ Su curiosidad y su conexión con la vida están a flor de piel, no están
anestesiados por preocupaciones o atosigados de ansiedades. Saben estar donde
están y por lo tanto están disponibles para apreciar, admirar o dejarse sorprender.

★ Su realización personal no es egoísta. Vive su realización como una
contribución a hacer de este mundo, un lugar mejor.

★ Se vuelven más creativas, son capaces de generar ideas originales para abordar
situaciones o problemas. Su buen ánimo les permite ver posibilidades donde otros
quizás no las ven.

Una persona realizada es aquella que ha sabido a hilvanar sus pequeñas metas para
componer el lienzo mayor de su existencia

Sentirnos a gusto y realizados con nuestra vida requiere de un profundo trabajo
personal. Quienes lo consiguen experimentan no solo contento sino también una
profunda paz. De la misma forma que quienes no, sienten ansiedad, tensión e
incluso un miedo mayor a la muerte porque sienten que todavía no han vivido su
vida como quieren.

Entre quién sos y quién quieres llegar a ser solo te separa la firme decisión de
convertir tu plomo en oro. Siendo alquimistas de vos mismo/a puedes transformar lo
que te avergüenza en orgullo, lo que te cuesta en potencia, el miedo en osadía y la
ansiedad en acciones concretas que vayan edificando la vida que sueñas.
Para lograr tus sueños tienes que estar más despierta/o que nunca… ¿Te animas a
desplegar tus alas? Allí estaré para acompañarte si necesitas despejar el paisaje y
aliento para animarte...


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¿Acaso hay algo más valioso que lograr sentirnos

Realizarnos a nosotros mismos es volvernos cada vez más reales y auténticos y ser capaces

¿Cuáles es el recurso que nos acompaña en esta

★ Que deseamos desde la más honda autenticidad y qué pensamos que los demás

¿Quiénes estamos siendo momento a momento?

Aquellas personas a quienes la verdad les incomoda tanto que

Entonces… ¿tenemos que darnos tiempo? Sí. Pero eso no supone justificarnos una y

Autoconocimiento. Autoobservación. Aceptación.

Y… ¿Por qué es importante auto-realizarnos ?

¿Qué conductas sostienen las personas que se realizan

¿Qué cualidades poseen aquellas personas que se

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Real​izarnos a nosotros mismos es volvernos cada vez más ​reales y auténticos y ser capaces

¿Cuáles es el recurso que nos acompaña en esta

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¿Quiénes estamos siendo momento a momento?

Aquellas personas a quienes la verdad les incomoda ​tanto que

Entonces… ¿tenemos que darnos tiempo? Sí. Pero eso no supone justificarnos una y

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