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America Latina Se Vuelve Protestante - Stoll, David
America Latina Se Vuelve Protestante - Stoll, David
¿América
Latina
se vuelve
protestante?
SoliDeoGloriaBiblioteca Evangélica Virtual
01
ÍNDICE
Prefacio .......................................................................................................6
Capítulo I
La invasión de las sectas en América Latina ...................................................15
Tipologías, tasas de crecimiento y variación por país .......................................17
Evangelismo del desastre ..........................................................................24
Tan cerca de Dios y de los Estados Unidos ......................................................28
La lucha dentro del protestantismo ..............................................................34
Capítulo II
Reforma y contrarreforma en la Iglesia Católica .............................................40
La reforma católica en América latina ...........................................................43
El paso del ecumenismo.............................................................................47
Una explicación para las deserciones hacia el protestantismo............................50
Los dilemas del clericalismo y del activismo ...................................................53
Contrarreforma........................................................................................57
Capítulo III
Desde el día del Juicio Final hasta el dominio en el evangelicalismo
norteamericano...................................................................................60
El eclipse del protestantismo liberal .............................................................62
Organización evangélica ............................................................................65
La teología evangélica ...............................................................................66
Política evangélica ....................................................................................70
La lucha por la NAE y los Bautistas del Sur .....................................................73
Dispensacionalismo nuclear .......................................................................76
La reconstrucción y la última lluvia...............................................................78
El renacimiento de restauración ..................................................................81
Teología del dominio .................................................................................84
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sábado, 18 de novembro de 2006, 11:46:44
"América Latina es una región católica, pero no hay una razón para creer que esto seguirá
siendo así. En algún momento podría convertirse en una región evangélica. Creo que si...
Guatemala se convierte en la primera nación predominantemente evangélica en América
Latina, tendrá un efecto de dominó." Analista en iglecrecimiento, Ministerios de Cruzadas de
Ultramar, 1984{1}
¿Está América Latina convirtiéndose al protestantismo? Desde México hasta Argentina, las
formas de religión impuestas por la conquista española están atravesando por una reforma
de gran trascendencia. Hasta la fecha, la atención se ha centrado en el sector radical de la
reforma, conocido como la teología de la liberación. Debido a que ésta es practicada
principalmente por católicos romanos, con frecuencia se asume que la reforma se discute,
sobre todo, en el interior de la Iglesia Católica. Esto puede ser verdad. A pesar de que la
iglesia establecida ha tenido en América Latina una historia a menudo opresiva,
recientemente ella ha demostrado una sorprendente capacidad de reforma. Una gran
mayoría de latinoamericanos todavía se identifican como católicos. La teología de la
liberación parece encarnar sus deseos de una vida mejor. En la revolución de Nicaragua, en
donde la teología de la liberación es tan marcada, las referencias sobre la inminencia del
Reino de Dios afloran con tanta frecuencia que Conor Cruise O'Brien la ha llamado "una
Ginebra potencial".{2}
Pero ¿qué sucede con las iglesias que descienden de la antigua Ginebra, de Juan Calvino y
de la Reforma en Europa? ¿Qué hay de los protestantes evangélicos de América Latina?
Debido a la influencia de los misioneros norteamericanos, generalmente bastante
conservadores en [4] política, es más fácil observar cómo los evangélicos latinoamericanos
mantienen el statu quo que cómo lo cambian. En todo, excepto en la religión, parecen estar
dedicados menos a la protesta que a la conformidad, y menos a ser autores de las
revoluciones que productos de las fracasadas. En América Latina, es fácil concluir que el
papel que los protestantes desempeñaron en la Reforma Europea ha pasado a los católicos
Tratar sobre el protestantismo a nivel de toda América Latina es una empresa que
generalmente han evitado los estudiosos. Al romper [16] con esta tradición, y antes de seguir
adelante, debo reconocer varias dificultades para la clasificación y cuantificación. Cuando los
estudiosos se ocupan del catolicismo romano, tienen la conveniencia de iniciar con "la
Iglesia" aun si esto resulta ser una especie de ficción. En todo caso, existe una jerarquía
administrativa única. En contraste, mi tema no es una iglesia unificada, y aquellos que se
refieren a ella como tal proyectan un falso optimismo sobre un panorama confuso. El
Desde el siglo dieciséis, los protestantes anglos y los católicos latinos se han disputado la
supremacía política y cultural en el Nuevo Mundo. Para evitar perpetuar dicho conflicto, a
principios del siglo veinte, los protestantes europeos se rehusaron a clasificar a América
Latina como un campo misionero. Como resultado, la contribución norteamericana allí ha
aumentado en proporciones excepcionales, hasta convertirse en la mayor fuerza misionera
protestante. Con el cerrarse de países a lo largo de Asia, más misioneros protestantes
Estos eran movimientos populares, a juzgar por la gran cantidad de conversos. Algunos de
sus líderes hablaban de organizar una reforma. Sin embargo, los evangélicos fueron recibidos
con metáforas de infiltración y de conquista.{*} Gran parte del dinero, planificación [28] y
organización detrás de su crecimiento venía del gigante del norte: incluso los grupos de otras
partes del mundo, como la Iglesia de la Unificación, los Hare Krishna y Bahai, generalmente
llegaban a través de los Estados Unidos.{24} Inevitablemente, surgía la pregunta de si los
misioneros norteamericanos estaban sirviendo a su país o a Cristo.
En 1975, las investigaciones realizadas por el congreso norteamericano confirmaron el
uso de misioneros por parte de la Agencia Central de Inteligencia. Durante los primeros días
de Cruzadas de Ultramar, cuando trabajaba principalmente en el Lejano Oriente, un portavoz
Los latinoamericanos que protestan contra la invasión de las sectas generalmente conocen
poco sobre la diversidad dentro del protestantismo latinoamericano. No saben de los
conflictos internos sobre cómo responder al mundo. En realidad, dichos debates podrían ser
difíciles de detectar debido al conservadorismo político de la mayoría de los líderes
evangélicos.
A diferencia de los protestantes liberales y de gran parte de la Iglesia Católica, figuras
En el año 1900, el misionero metodista Thomas Wood escribió que América del Sur había
proporcionado "la lección más llamativa" sobre el impacto comparativo del romanismo y del
protestantismo en el bienestar humano. Ya que Sudamérica se encontraba al pie de la escala
moral de la cristiandad, argumentaba Wood, proporcionaba el campo más grande en el
mundo para la diseminación de las mejoras morales peculiares a los Estados Unidos. En su
opinión, el principal obstáculo era la superchería del clérigo católico, su idolatría y codicia,
conspiración y malos consejos, lo cual provocaba revoluciones incesantes. Ahora, sin
embargo, se daba a la raza latina una nueva oportunidad para aceptar el evangelio, a través
de su pasión por imitar a los Estados Unidos. Aún si estos esfuerzos no llegaban a nada, Wood
pensaba que este deseo actuaba como una levadura divina. Preparaba a los latinoamericanos
para recibir lo que realmente necesitaban de los Estados Unidos: la Biblia. A través de la
Biblia, América Latina ingresaría, finalmente, en la herencia de bendiciones de América del
Norte, en forma de grandes y arrasadores avivamientos.{1}
Wood no fue ni el primero ni el último protestante en culpar a la Iglesia Católica por la
brecha existente entre las dos Américas.{2} Mientras que la cultura protestante de América del
Norte había fomentado la independencia e innovación, opinaban observadores como Wood,
América Latina había sido refrenada por una cultura moral que ponía énfasis en la obediencia
hacia la autoridad. Aunque estas evaluaciones sean simplistas, es ciertamente relevante que,
como sistema administrativo, el Catolicismo se remonta al Imperio Romano, lo que le
convierte en candidato para ser entendido como la burocracia más antigua del mundo. [40]
El contraste con los evangélicos es dramático. Orlando Costas ha señalado que las
primeras misiones protestantes fueron organizadas de igual forma que las empresas
comerciales del capitalismo mercantilista.{3} A medida que el mundo se convertía en un vasto
mercado, la iniciativa se trasladó hacia las organizaciones religiosas que extraían ventaja de
En Norteamérica y Europa, el movimiento ecuménico dio grandes pasos para unir a los
católicos y a los protestantes, pero esto no sucedió en América Latina. Las autoridades
católicas se encontraban particularmente desilusionadas. Hasta lo que podían ver, el
resultado más visible del ecumenismo era un crecimiento evangélico más rápido. Los
católicos leales que nunca se habían sentido libres para asociarse con evangélicos visitaban
ahora sus cultos y descubrían la realidad de una alternativa atractiva; algunos se convirtieron
en neófitos.{13} La Iglesia Católica deseaba interpretar al ecumenismo como un acuerdo "de
cortesía" entre dos misiones, por el cual cada uno se restringe a cierta esfera para no violar el
trabajo de los otros. A cambio de ser tolerados, los evangélicos tendrían que abstenerse de
proselitizar entre los católicos. [47]
Ciertos protestantes en América Latina eran cooperativos, pero eran aquellos que ya no se
interesaban en convertir a las masas católicas. En cuanto a los de pensamiento más
evangélico, algunos se mostraban deseosos de admitir que parte de la Iglesia Católica se
estaba abriendo a la Biblia y a Cristo. Pero también estaban seguros de que el ecumenismo
era una táctica clerical para asimilarlos, para detener el flujo de católicos insatisfechos hacia
sus iglesias. No estaban dispuestos a aceptar la afirmación de los católicos de que
representaban a la mayor parte de la población. La idea de reunir a los cristianos
institucionalmente la premisa del ecumenismo desde un punto de vista católico era para ellos
un absurdo. Aún los evangélicos moderados continuaban creyendo que lo mejor para la
Iglesia Católica sería que un gran porcentaje de su rebaño se convirtiese al
protestantismo.{14}
Como resultado, los evangélicos mostraban muy poco interés en la negociación. "Somos
¿Por qué existía tanta deserción de fieles hacia el protestantismo? Los pensadores
católicos sugirieron dos razones. La primera era una crítica interna de su iglesia, pastoral por
naturaleza. La debilidad en el [50] cuidado espiritual por parte de la Iglesia Católica hacia sus
rebaños los volvió vulnerables al proselitismo. Para competir con los evangélicos, la iglesia
necesitaba disminuir la burocracia, entrenar a más líderes seglares, y convertirse en una
comunidad más fraterna. Durante la conferencia episcopal de 1983 en Haití, los obispos
latinoamericanos votaron por imitar los medios de comunicación evangélicos, estimular la
lectura de la Biblia, y crear más espacios para la participación seglar.{22} Tres años más tarde,
el Vaticano entregó un informe en los mismos términos.{23}
Desafortunadamente, estas ideas no eran nada nuevo. Gran parte de la iglesia se había
esforzado en ponerlas en práctica desde hace décadas. Quizás esto esclarece por qué muchos
católicos necesitaban una segunda razón, de naturaleza política, para explicar la
Contrarreforma
Organización Evangélica
La idea de que los evangélicos estaban organizados parecería ser una contradicción en sí.
Si el protestantismo ecuménico era una burocracia sin seguidores, el movimiento evangélico
era una multitud de seguidores sin una burocracia.{8} Muchos evangélicos norteamericanos
pertenecían a denominaciones conservadoras que no formaban parte de NCC. Entre éstas se
encontraban los Bautistas del Sur, quienes afirmaban tener unos 14,4 millones de miembros,
y las Asambleas de Dios, que tenían 2,1 millones. Pero eran más conocidos por sus miles de
iglesias y de agencias independientes, un sistema de "libre empresa religiosa" que se originó
en el vacío de autoridad tradicional en la frontera norteamericana.{9}
La principal figura religiosa en la frontera era el predicador de circuito, un hombre que, en
las raras ocasiones en las que podía visitar, se especializaba en avivar las lealtades religiosas,
de ahí el "avivamiento". Lo que contaba era su habilidad para atraer a una multitud, mas no
su entrenamiento formal o sus credenciales. Su principal fuente de autoridad era la Biblia. La
base del éxito la capacidad de apelar a los sectores populares más que a una jerarquía
condujo hacia una dispersión radical de la autoridad y a interminables resquebrajamientos en
las estructuras eclesiásticas. Las combinaciones Iglesia-Estado decayeron, separando a las
esferas religiosa y política, y ayudando a secularizar al estado.{10}
Al ofrecer una amplia autoridad religiosa a cualquiera que tuviera el potencial para el
liderazgo, el avivamiento condujo a la organización de innumerables nuevas empresas para
propósitos religiosos. [65] En el siglo diecinueve, algunos hombres iniciaron las "misiones de
fe", para evangelizar las partes del mundo que ellos consideraban eran ignoradas por las
misiones denominacionales. Sin un financiamiento denominacional, "vivían de la fe y
confiando en el Señor" esto es, de cualquiera que estuviera deseoso de ayudar.
A principios del siglo veinte, las misiones de fe y sus partidarios se unieron a la rebelión
fundamentalista en contra de las interpretaciones liberales de la Biblia. Debido a que los
seminarios establecidos estaban controlados por sus adversarios, los fundamentalistas
La Teología Evangélica
Si aceptamos lo que afirman los fundamentalistas, éstos debían haber acordado la única
interpretación correcta de la Biblia. Desafortunadamente, la experiencia ha demostrado lo
contrario, lo que ha llevado a divisiones sucesivas en las filas fundamentalistas. Debido a que
las vendetas eclesiásticas alienaron a la mayoría de los protestantes conservadores, los
eternos líos de los fundamentalistas los apartaron de las corrientes principales de la vida
americana. La historia de cómo algunos volvieron a la corriente principal se remonta a la
formación de la Asociación Nacional de Evangélicos (NAE) a principios de 1940.
Los líderes de la NAE estaban determinados a vencer el sectarismo. Para expresar su
deseo de diseminar el evangelio, y no solo de defenderlo, se autodefinieron con un antiguo
término, el de "evangélico." Para evitar confundirlos con los evangélicos en el sentido más
amplio, permítanme referirme al movimiento de la NAE con otro término que también
utilizaron, el de "neo-evangélicos". Para calmar a los fundamentalistas recelosos, los neo-
evangélicos continuaron afirmando que [66] sostenían la infalibilidad de las Escrituras. Sin
embargo, debido a las incongruencias de tomarla enteramente al pie de la letra, adquirieron
métodos de interpretación más sofisticados. A diferencia de los fundamentalistas, lograron
una convivencia con la ciencia y acabaron con la oposición a la teoría evolucionista como una
prueba de fe. Finalmente, en lugar de rechazar al "mundo" como solían hacer los
Política Evangélica
Después de que Jerry Falwell anunció que la derecha religiosa iba a "secuestrar" a los
evangélicos de sus líderes moderados, Billy Graham expresó sus dudas. Bueno, decía
Graham, Falwell probablemente no representaba más que el 10% de los evangélicos.{24} El
evangélico más conocido del mundo no apoyaba a la derecha religiosa: pensaba que ésta
había abusado de la religión en la campaña presidencial de 1984. A pesar de ser amigo de
Ronald Reagan durante treinta años, Graham estaba en desacuerdo con "muchas" de las
políticas del presidente.{25} En América Latina, los discursos sobre mantener a la iglesia fuera
de la política se utilizaron en contra de la izquierda. Pero cuando Graham advirtió a los
norteamericanos que no equipararan al evangelio con un sistema político particular, él los
estaba previniendo en contra de la derecha religiosa.
Se había emprendido una batalla para el alma del evangelicalismo norteamericano, entre
fundamentalistas que ligaban su fe al reaganismo, y evangélicos que deseaban mantener la
acostumbrada distancia entre la iglesia y el estado. Un lugar para mirar la contienda era la
Asociación Nacional de Evangélicos (NAE). Con cuarenta y cinco denominaciones y más de
doscientas agencias como miembros, la NAE era el organismo [73] más representativo del
espectro evangélico. Un frente en el que la NAE era vulnerable a ataques fundamentalistas
era la doctrina de la infalibilidad bíblica. El concepto era tan divisorio y frágil que, desde el
origen de la asociación, sus fundadores neo-evangélicos habían tratado de acabar con él. Sin
embargo, mientras los fundamentalistas reaccionaban contra las innovaciones neo-
evangélicas, insistían en que la infalibilidad bíblica era una prueba de fe importante, una
prueba que muchos seminarios y universidades de la NAE no podían pasar.
El otro frente en el que la NAE tenía que defenderse era el de la política. Específicamente,
ésta tenía que soportar a las nuevas organizaciones que marchaban cada año a Washington
D.C., con banderas flameantes la Mayoría Moral de Jerry Falwell, la Voz Cristiana del Coronel
Doner, la Mesa Redonda Religiosa de Ed McAteer, el Concilio de Libertad de Pat Robertson, la
Fundación de Fe para América de John Conlan, la Coalición Americana para Valores
Tradicionales, de Tim LaHaye, la Coalición para el Avivamiento de Jay Grimstead cada uno
Dispensacionalismo Nuclear
Los premilenaristas siempre han mirado al fin del mundo con cierto anhelo. Los últimos
días no solo serán catastróficos, sino que los premilenaristas realmente dedicados están
haciendo todo lo posible para acelerar su llegada. En la década de 1980, más y más personas
se estaban convirtiendo en activistas en este sentido, como si el Señor necesitara su ayuda
para llevar a cabo su plan. Al cumplir personalmente ésta o aquella profecía, esperaban
inclinar la decisión del Señor. Tal vez el esfuerzo más popular, y el menos amenazador, era
completar el evangelismo del mundo, basado en Mateo 24:14, que "será predicado este
evangelio del reino en todo el orbe, para que su testimonio llegue a todos los pueblos; y
entonces vendrá el fin." [76]
Otros intentos por cumplir profecías eran más alarmantes. Pongamos como ejemplo la
campaña para reconstruir el Templo en Jerusalén. Debido a que para esto se debía demoler
El Renacimiento De Restauración
Cuando los entusiastas hablaban acerca del dominio cristiano sobre la tierra, tendían a ser
vagos al señalar si esto ocurriría antes o después del regreso de Cristo. La cronología precisa
era un tema sobre el que la mayoría de los evangélicos preferían no discutir. Pero gran parte
de la urgencia del fundamentalismo se debía a la inminencia del juicio final. Aquellos que
hablaban a favor de la restauración de la iglesia, de la reconstrucción de los Estados Unidos
sobre los fundamentos bíblicos, y de tomar el dominio sobre la tierra, invitaban a la
controversia. Contradecían un dogma central del premilenarismo, según el cual un mundo
sumido en el pecado solo podía ser rescatado por el retorno físico de Cristo.
En el congreso de 1986 de la Coalición para el Avivamiento, una amalgama de
restauracionistas y reconstruccionistas, se proponían galvanizar a la iglesia para tomar el
control de la sociedad. Los organizadores pensaban que no tenía sentido discutir sobre las
cronologías milenarias. Esta era una actitud típica de evangélicos buscando la unidad, y los
quinientos activistas no parecían estar muy interesados en sus diferencias al respecto. No
obstante, mientras la mayoría tenía una formación premilenarista y se reportaba a grupos
premilenaristas, algunos parecían neófitos recientes del postmilenarismo. Este es un cuadro
muy diferente del final de los tiempos: Cristo regresaría a la tierra no en una terrible época de
tribulación anterior al milenio, como lo ha señalado la tendencia premilenial, sino únicamente
después de que sus confiados y victoriosos fieles hayan construido el reino de los mil años.
Otros participantes en la Coalición para el Avivamiento apoyaban a una nueva y politizada
versión de lo que se llama el "amileniarismo". En el debate pre y postmilenial, ésta es una
posición intermedia, la que generalmente ha descrito al Reino de Dios sobre la tierra más bien
en términos espirituales: se dice que el Reino ya ha llegado, por ejemplo, en la forma de una
"Una de las primeras cosas que se aprenden en el trabajo misionero es que cuando arrojas
tu pan al agua, éste regresa a ti en forma de solicitudes de dinero. Muchas veces, las cartas
llegan a casa antes de tu retorno... La mayoría de gente a la que yo ministro alrededor del
mundo sigue en contacto a través de una carta solicitando dinero."
Monte Wilson{1}
El sur de California podría parecer un centro poco probable para la salvación del mundo.
Sin embargo, esta Babilonia de los últimos tiempos fue la casa central de un mayor número
de misiones cristianas que cualquier otra parte del globo.{2} Mucho antes de que el sur de
California se convirtiera en una metrópoli, su clima primaveral atrajo a los buscadores de
salvación, así como de buena salud y fortuna. Entre los hombres que se enriquecían en los
auges y quiebras de la zona, algunos se hallaban preocupados por el pronto retorno del
Señor. Dos de ellos, los fundadores del Union Oil Company, Lyman y Milton Stewart
auspiciaron los libros The Fundamentals, los mismos que, a principios del siglo veinte, dieron
su nombre al fundamentalismo.{3} Lyman era también un colaborador financiero del Instituto
Bíblico de Los Angeles. Por su Iglesia de la Puerta Abierta, cerca de la Biblioteca Pública de Los
Angeles, pasaron los fundadores de dos grupos, los Traductores Wycliffe de la Biblia, y La
Misión Nuevas Tribus, cuyos nueve mil misioneros han trabajado en más de 1.100 idiomas
alrededor del mundo.
El sur de California les brindó a muchos la oportunidad de empezar nuevas formas de
organizaciones religiosas. Al ser la capital de la industria cinematográfica, dio a los
evangelistas nuevas técnicas para [90] atraer al público. A través de la radio o de películas,
podían atraer a contribuyentes de todo el país. Debido a que millones de inmigrantes llegaban
al sur de California, aquellos que tenían el hábito de ir a la iglesia ya no se sentían obligados a
asistir a la misma denominación a la que asistía su familia en su lugar natal. Esto permitió a
Hace cincuenta años, mientras los fundamentalistas reñían entre sí al margen de la vida
norteamericana, habría sido difícil preveer su fuerza actual en el campo misionero. Pero a
finales de los años cuarenta, una generación de fundamentalistas jóvenes marchó al exterior
con el fin de ganar el mundo para Cristo. Muchos eran veteranos militares, en una ola de
interés misionero que se remonta a los avivamientos de la Segunda Guerra Mundial. Muchos
estaban inspirados por una organización llamada Juventud para Cristo. Joel Carpenter ha
señalado que, en una época de catarsis nacional, los evangelistas de Juventud para Cristo
tomaron las técnicas y las imágenes de la cultura de consumo para dar publicidad a la religión
fundamentalista entre una audiencia mayor.
Billy Graham salió de Juventud para Cristo, al igual que los fundadores de otras misiones
conocidas. Simbólicamente, estos hombres transformaron a la guerra contra el fascismo en
una campaña para evangelizar al mundo.{7} Un resultado fue el idioma paramilitar "cabezas
de playa", "invasiones", "avances" las cuales todavía son utilizadas por muchas misiones.
Otro resultado fue una identificación defensiva con los Estados Unidos, en contraste con la
actitud cuestionadora desplegada por muchos misioneros de las décadas de 1920 y 1930
hacia los intereses norteamericanos.{8} A medida que los evangélicos luchaban por unirse
nuevamente a la sociedad norteamericana, abrazaban el nuevo papel de su país como
potencia mundial.
Identificarse con la potencia norteamericana podía, por supuesto, atraer neófitos. Pero en
una era de descolonización, esto también volvía [93] a las misiones más vulnerables al
nacionalismo del Tercer Mundo. Hacia el final de la Guerra de Vietnam, aún los conservadores
empezaron a sentir que estaban quedándose atrás de los tiempos. Un creciente número de
países sesenta y siete de acuerdo a un censo de 1980 no permitía la entrada de misioneros o
restringía sus actividades.{9} Incluso fuertes aliados de los Estados Unidos, como Taiwán e
Israel, estaban ocasionando problemas. No obstante, los gobiernos desconfiados era menos
problema que los neófitos inquietos. Muchos misioneros evangélicos no estaban preparados
para aceptar la descolonización eclesial; permanecían profundamente involucrados en la
administración de las iglesias, las cuales, de acuerdo a su punto de vista, todavía no tenían la
madurez suficiente para su independencia. A pesar de su intención de quitarse el trabajo de
encima, no delegaban sus funciones en las personas a quienes habían entrenado. De los
conflictos resultantes, los más frecuentes eran sobre la inmensa brecha en la remuneración
El Pacto De Lausana
Este podía ser el momento para que los misioneros regresaran a casa. Esa fue la
conclusión a la que llegaron las principales denominaciones del Consejo Nacional de Iglesias
(NCC). Desde 1969 hasta 1979, el número de misioneros afiliados a la NCC disminuyó de
8.279 a 4.817.{14} Pero sus rivales evangélicos se mantenían y, donde era posible,
continuaban expandiéndose. Según los evangélicos, las razones eran enteramente bíblicas.
Mientras que los protestantes ecuménicos se encontraban redefiniendo la misión cristiana en
términos de lograr la paz y servir a la humanidad, los evangélicos seguían convencidos sobre
la necesidad de salvar las almas del infierno. Muchos creían, también, que el evangelizar a las
personas más inalcanzables prepararía el camino para el regreso de Cristo, llevando a la
historia hacia su conclusión triunfante. Para estos cristianos, hablar sobre una "moratoria" en
misiones demostraba que los liberales habían dado la espalda al evangelio. Sugerir que la
necesidad de un trabajo misionero había terminado era tan falso como diabólico.
La defensa del evangelismo tradicional aglutinó a las distintas tendencias representadas
en el Congreso de Lausana de 1974. Los neo-evangélicos atribuyen una gran importancia a
este evento: fue el más notable de dos décadas de conferencias mundiales organizadas por
Billy Graham y su asociación evangelística, en su acostumbrado papel integrador de distintas
facciones como parte de las asociaciones neo-evangélicas. En el Pacto de Lausana, varios
miles de delegados ratificaron [95] los imperativos bíblicos acostumbrados. Al subrayar sus
desacuerdos con los protestantes liberales, expandieron radicalmente la definición de la
necesidad del trabajo misionero, un punto al que regresaremos más tarde. Sin embargo, es
igualmente significativo que adoptaron ciertas posiciones que ampliaron las diferencias entre
Pueblos Escondidos
Antropología Y Etnoteología
Sin importar la nueva dirección que tomaran las misiones evangélicas, desde
iglecrecimiento hasta signos, maravillas y pueblos escondidos, parecía que necesitaban de la
antropología cultural. Para un misionero comprometido en mantener los fundamentos de la
fe, este era un destino cruel. Si los nativos estaban sentenciados al tormento eterno y no
aceptaban al cristianismo, el misionero no podría aprobar la actitud más relajada del
antropólogo, de que todo era relativo. En lugar de desalentar los ritos paganos, era probable
que los antropólogos se unieran a ellos. Un siglo atrás, durante el auge del colonialismo,
cuando todavía se asumía que la cristiandad y la civilización marchaban de la mano, los
misioneros habían ayudado a los antropólogos a fundar la disciplina, al proporcionarles
informes etnográficos. Incluso ahora, los antropólogos acostumbraban a encaminarse a la
misión más cercana para obtener datos, una buena cena y sábanas limpias. Pero las
relaciones se han deteriorado, especialmente con los misioneros fundamentalistas, a quienes
los antropólogos ahora acusan de colonizar a los nativos y de socavar sus culturas. Sin decir
siquiera gracias, según muchos misioneros, los antropólogos se habían convertido en
enemigos del evangelio.
Sin embargo, los misioneros se sentían libres de utilizar la antropología para sus propios
fines. Una vez que los misioneros comprendieron la falta de comunicación entre ellos y sus
conversos, se dieron cuenta de que tenían pocas alternativas. Entre los primeros en sugerir
que el misionero más apto debía ser un antropólogo aplicado se encontraban los consultores
de la Sociedad Bíblica Americana (ABS). Con su oficina central en Nueva York, la ABS era una
de las pocas instituciones [108] que merecía el respeto de los protestantes tanto evangélicos
como liberales. Durante las visitas al campo, sus consultores se espantaron por el
etnocentrismo e ineficacia de misioneros fundamentalistas en culturas que éstos no llegaban
a comprender.{44} Un papel que desempeñaron los consultores de ABS fue la redacción de
Practical Anthropology, un periódico que se fundó en 1953 en la Wheaton College, una
institución neo-evangélica en Illinois. Este publicaba artículos como "Relativismo Cultural
Cristo, Inc.
El Congreso de Lausana había declarado a la misión mundial un esfuerzo mundial por parte
de los cristianos de todas partes, no solamente aquellos de América del Norte y Europa. Bajo
la presión del nacionalismo tercermundista, las principales misiones de los Estados Unidos,
como la Misión Latinoamericana, Visión Mundial, y los Traductores Wycliffe de la Biblia,
internacionalizaron sus estructuras administrativas. Hablaban de la asociación en las
misiones, de fortalecer a la iglesia local y nacional para hacer frente a sus responsabilidades,
y de estimular a las iglesias latinoamericanas para que envíen sus propios misioneros
extranjeros.
Sin embargo, nada de esto significó el debilitamiento de la presencia norteamericana.
Juventud con una Misión estaba lejos de ser la única agencia paraeclesial norteamericana
acusada de seguir su propia agenda a costa de las iglesias locales. "El traer tu propio
programa, hablar sobre colaboración, y terminar haciendo tu propio asunto, es de cada grupo
que viene de los Estados Unidos", me dijo Washington Padilla{72}. Las organizaciones
paraeclesiales más grandes, como la Asociación Evangelística de Billy Graham y la Red
Cristiana de Transmisión de Pat Robertson, podían tener un gran impacto sobre los
movimientos evangélicos locales. Otros promotores de alianzas evangélicas, como la
Cruzada Luis Palau, y los Ministerios O.C (Cruzadas de Ultramar), también podían tener
bastante influencia.
Para empeorar las cosas, ahora que algunas misiones establecidas aminoraban el paso y
reflexionaban sobre sus experiencias, muchos ministerios domésticos norteamericanos
lanzaban operaciones en el exterior, en una nueva ola de descarado empresarialismo. Por lo
Un misionero conocía pocas aflicciones mayores que el ser confundido con otro grupo al
que él consideraba como una secta falsa; que, en el mismo aeropuerto en donde encontraba
a un solo nuevo asistente de los Estados Unidos, dejaba a una docena de estos ayudantes; y
esto era algo que estaba creciendo mucho más rápido que su propia iglesia. A medida que los
Para una izquierda acostumbrada a tratar con fabricaciones baratas de dictaduras, era
difícil contrarrestar la influencia de ideólogos anticomunistas imbuidos con carisma, hombres
que decían estar llenos del Espíritu Santo y que convencían a multitudes de que podían
realizar milagros. El caso más conocido de apoyo pentecostal a una dictadura de derecha
ocurrió en Chile, en donde los pentecostales conformaban más de cuatro quintos de la
población evangélica.{43} Algunos años antes, en 1960, Emilio Willems encontró que los
pentecostales chilenos se mantenían alejados de la política a menos que los líderes de las
sectas les exhortaran a involucrarse, tal vez en nombre de defender la libertad religiosa.{44}
Pero bajo la presidencia de Salvador Allende (1970-1973), las iglesias se dividieron por el
intento del régimen para instituir el socialismo. Numerosos pentecostales respondieron a sus
intereses de clase y apoyaron al programa revolucionario. Sin embargo, los pastores temían
que sus seguidores estuvieran siendo seducidos a dejar la iglesia.{45}
Este fue el contexto en el que se dijo que los líderes evangélicos habían organizado
reuniones secretas para orar por la liberación divina. Estos aclamaron como un acto de Dios el
golpe militar de septiembre de 1973, el cual llevó al asesinato de Allende y de miles de sus
colaboradores. "El pronunciamiento de nuestras Fuerzas Armadas en el proceso histórico de
nuestro país", declararon un año más tarde los líderes de treinta y dos principales
denominaciones pentecostales, "fue la respuesta de Dios a las oraciones de todos los
creyentes que reconocían que el Marxismo era la expresión del poder satánico de la
oscuridad... Nosotros, los evangélicos... reconocemos como la máxima autoridad de nuestro
país a la junta militar, la misma que, en respuesta a nuestras oraciones, nos liberó del
marxismo".{46} [140]
En agradecimiento al apoyo pentecostal, el nuevo dictador, General Augusto Pinochet, se
convirtió en patrocinador de la denominación protestante más grande del país, la Iglesia
Los sueños de los pentecostales para un nuevo reino y una nueva tierra con frecuencia
parecían contribuir a preservar el antiguo. En un estudio realizado en 1966, sobre dos barrios
pobres en la capital de Guatemala, Bryan Roberts encontró que los pentecostales y otros
evangélicos habían llegado en busca de un refugio de las condiciones duras en las áreas
rurales. Ellos explicaban sus muchos infortunios en términos de la sucesión de desastres
apocalípticos que estaba atravesando el mundo. Mientras tanto, trataban de mejorar su
situación con cierto éxito. El abandonar los vicios y mantener una estrecha vida
congregacional proporcionó a los protestantes una mayor seguridad económica [143] y
estabilidad familiar que la de muchos de sus vecinos católicos. Sin embargo, debido a que las
actividades eclesiásticas consumían del 15 al 20% de sus ingresos, no parecían estar en
mejor situación económica que los católicos. Aquellos protestantes que progresaban
parecían hacerlo a través de contactos con no-evangélicos. Mientras más prósperos eran,
tendían a ser menos activos en la iglesia, como si no desearan pagar el diezmo sobre sus
nuevas ganancias.
Los evangélicos de estos barrios pobres condenaban más abiertamente el orden social
guatemalteco que los católicos, pero no querían rebelarse en su contra. Un converso narró su
lucha de toda la vida contra soldados y terratenientes. Pero también daba gracias a Dios por
ayudarlo a darse cuenta de que el sufrimiento en este mundo estaba fuera del caso. No había
razón para perder la vida inútilmente tratando de cambiar al gobierno. La mayoría de los
protestantes en los dos barrios se rehusaban, incluso, a unirse a asociaciones barriales.
Despreciaban las invitaciones católicas para unirse a los comités, e incluso se comprometían
en sabotajes activos, esparciendo rumores en su contra y votando por los partidos políticos
que se oponían a las asociaciones. Por consiguiente, los pentecostales de los dos barrios
estaban sirviendo como "grupos bloqueadores" en contra de los esfuerzos para mejorar la
vida de los pobres.{58}
No sería justo acusar a todos los pentecostales de este comportamiento. Aún las iglesias
de las que habla Roberts pueden haber cambiado desde entonces. Pero la combinación de
reconocer la opresión y, sin embargo, rehusar a unir fuerzas en su contra, se ha reportado lo
suficiente como para sugerir un patrón. En un estudio de pentecostales norteamericanos,
Vision of the Disinherited (Visión de los desheredados), Robert Mapes Anderson atribuye su
"curiosa mezcla de impulsos revolucionarios y conservadores" a un conflicto fundamental
La Evangelización A Fondo
Por temor a otra Cuba, muchos evangélicos dieron la bienvenida a las dictaduras de la
derecha que, durante las décadas de 1960 y 1970, tomaron gran parte de América Latina. A
pesar de que algunos protestantes se unieron a los católicos para denunciar las violaciones a
los derechos humanos, muchos otros defendieron a los gobiernos militares. Los consideraban
un mal menor, algo necesario para proteger la libertad de la iglesia. Cuando las jerarquías
católicas rehusaron bendecir a las dictaduras militares, los evangélicos prominentes
estuvieron listos para proporcionarles su propia marca de legitimidad. A cambio, los
gobiernos autoritarios les dieron plena libertad para diseminar su versión del evangelio,
algunas veces con acceso libre a la radio y la televisión.
El evangelista latinoamericano más conocido cobró atención en esta forma, durante los
años setenta, a través de intensas campañas de comunicación llevadas a cabo con la ayuda
oficial. Luis Palau (1934-) provenía de una familia empobrecida de la burguesía provincial de
Argentina, en donde cobró la atención de los Ministerios O.C. Como parte de su esfuerzo por
entrenar a líderes latinoamericanos, O.C. lo llevó hacia los Estados Unidos, un país que le
gustó tanto que se casó allí y adquirió su ciudadanía.{74} Sin embargo, Palau regresó a
América Latina con Cruzadas de Ultramar, para dedicarse al Evangelismo a Fondo, captando
la atención pública en manifestaciones y a través de los medios de comunicación, mientras
que las iglesias movilizaban a sus miembros de puerta en puerta.
Admirador de Billy Graham, Palau imitó sus métodos y tuvo el éxito suficiente como para
independizarse en 1978. Siendo la personalidad evangélica más atractiva disponible, dio un
enfoque latino al [151] último estilo norteamericano, el evangelismo orientado hacia el
mercado. Sus reuniones fueron diseñadas, sobre todo, para la televisión. En una cruzada en
1982 en Guatemala, por ejemplo, la audiencia llenó únicamente parte del estadio. Por
consiguiente, los organizadores sentaron a la multitud detrás del evangelista, para dar a las
cámaras en el campo de juego la impresión de una casa llena. Cuando Palau agitaba la Biblia
sobre su cabeza, lo hacía hacia los lentes de la cámara y no hacia el público presente.
Al igual que otros evangelistas, Palau dijo que quería evitar la política. Pero aquello no
Sembrando Iglesias
Detrás de los evangelistas como Luis Palau, cuya llegada era anunciada con afiches y
propagandas, y que ocupaba temporalmente la atención pública antes de desaparecer hacia
el siguiente compromiso, se encontraban numerosos avances en estrategia evangélica.
Durante los años setenta, era obvio que las llamadas a los perdidos y la colección de
decisiones a favor de Cristo no eran suficientes. Miles de congregaciones tenían que ser
construidas, lo que significaba una organización sistemática e implacable en las bases.
Debido a que únicamente legiones de latinoamericanos podían cubrir el territorio, muchos
misioneros norteamericanos se retiraron de sus puestos de campo para convertirse en
investigadores y planificadores. [154]
El nuevo papel de los misioneros norteamericanos estaba ejemplificado por los Ministerios
O.C., a través de su Servicio Evangelizador para América Latina (SEPAL) en Brasil, Colombia,
México, Guatemala y Argentina. Desde su origen en el Lejano Oriente a principios de los años
Polarización Política
CLADE I no fue un éxito completo para sus organizadores norteamericanos. Una vez que
los líderes evangélicos latinoamericanos se hubieron reunido, descubrieron que todos
estaban cansados de que los norteamericanos les dijeranoacute;mo pensar.{107} En particular,
los organizadores del congreso cometieron el error de hacer circular una denuncia del
misionero Peter Wagner, en la que calificaba a la ISAL como "la nueva izquierda radical" que
traicionaba al evangelio con el marxismo. Muchos delegados latinos se sintieron tan
ofendidos que llamaron a la comunidad evangélica a hacer frente a sus responsabilidades
sociales, contextualizando su fe en el marco de la opresión latinoamericana.{108}
Este fue el punto de partida para un nuevo movimiento, la Fraternidad Teológica
Latinoamericana (FTL), la cual buscaba ser tanto latinoamericana como evangélica. La
fraternidad quiso dedicarse a la lucha por la justicia social sin dejar de lado al evangelismo,
enfrentar al problema de las estructuras opresivas sin respaldar la violencia, y unir
nuevamente a los protestantes de derecha e izquierda.
Dos teólogos involucrados en la FTL Orlando Costas, de Puerto Rico y René Padilla, de
Ecuador desempeñaron un papel de importancia en la reestructuración de la Misión
Latinoamericana en 1971, varios de cuyos vástagos proporcionarían una base institucional
para su pensamiento. Un colaborador inusitado era la Fundación Nacional de Libertad, [162]
llamada desde entonces la Fundación Arthur S. DeMoss en honor a su fundador, un magnate
de seguros y patrocinador de la Cruzada Estudiantil y Profesional Para Cristo. La fundación
buscaba extender la evangelización del mundo desde un punto de vista conservador. En
América Latina, apoyó al programa "Socios en Misión", el cual pretendía calmar las relaciones
entre las iglesias latinas y las misiones norteamericanas. Socios en Misión resultó estar
administrada por Pedro Savage, un teólogo británico-peruano del FTL y ex-representante de
Billy Graham.{109} Antes de que el financiamiento fuera suspendido, Savage auspició la clase
de cuestionamientos que, en los años ochenta, serían estigmatizados como la teología de la
liberación.
Al igual que los teólogos de la liberación, los miembros de la FTL definían al pecado en
términos sociales tanto como individuales. Reconocían que la dicotomía fundamentalista
CONELA
Teología De La Liberación
Cuba Y Granada
Para probar sus opiniones sobre la teología de la liberación, la derecha religiosa señalaba a
Cuba y a Granada. Durante mucho tiempo, los conservadores habían acusado al régimen de
Castro de perseguir a los cristianos y de infiltrar iglesias a lo largo del hemisferio. Hay que
recordar que, en 1961, exiliados auspiciados por los Estados Unidos invadieron la isla. Aún
Marchando A La Guerra
Resistiéndose A La Guerra
Presión De La Derecha
Los lazos de los evangélicos con la derecha religiosa en los Estados Unidos hacía difícil que
los latinoamericanos aceptaran las afirmaciones de estar fuera de la política. Un ejemplo
flagrante y frecuentemente atacado fue la Cruzada Estudiantil y Profesional para Cristo. Los
fondos para la campaña del grupo para completar la Gran Comisión eran proporcionados por
los que llamaban "el manojo de la historia", predominantemente millonarios de Texas,
quienes hacia 1981 habían prometido cerca de 220 millones de dólares. El presidente de la
campaña era Nelson Bunker Hunt, el petrolero de Dallas que, en su tentativa de monopolizar
el mercado de plata mundial, provocó en 1980 un crac financiero que requirió de una fianza
federal billonaria. Aparte de entregar a la Cruzada Estudiantil seis millones de dólares para su
película épica Jesús, proyectada mundialmente, Hunt también apoyaba a los contras
nicaragüenses y a la Liga Mundial Anticomunista.{62}
No estaba claro si esta clase de hombre estaba invirtiendo en la Cruzada Estudiantil para
salvar almas o para estabilizar el ambiente empresarial. No obstante, lo que más molestaba a
los críticos del grupo, incluyendo a muchos evangélicos, era el uso que su fundador Bill Bright
hacía del evangelismo para alcanzar los objetivos políticos de sus patrocinadores. Durante las
protestas universitarias de la década de 1960, Bright había proclamado una "revolución
espiritual" como la única solución para los problemas del mundo, y llevó a su organización en
contra de los estudiantes radicales. En 1974, se puso de acuerdo con un congresista de
Arizona, John Conlan, para una prueba de las técnicas que, pocos años después, generaron la
Contextualización
Para John Stam era importante haber perdido sus credenciales de pastor por su política, no
por su teología reformada. No obstante, es el destino de los evangélicos que sus argumentos
terminen como argumentos sobre cómo interpretar la Biblia. Los fundamentalistas acusaban
a evangélicos como Stam de ser liberales. Stam negaba que su interpretación era de alguna
manera más liberal o relativista que aquella de sus adversarios. "¡Ellos son los relativistas, no
yo!", exclamó. "El presidente de AIBC se rehusó a entablar un discusión bíblica conmigo,
explicando que, 'no existe final para aquello, la gente puede hacer que la Biblia diga lo que
ellos quieren que diga'. Tienen miedo a la discusión bíblica porque saben que no la dominan.
Quiero razones, ellos dicen que su opinión tiene derecho a ser tolerada aunque sea rígida.
Inconscientemente, están camuflando su política derechista como teología la cual en realidad
no poseen."{103}
Como se mencionó en el capítulo anterior, los innovadores evangélicos como Stam
practicaban la "contextualización". Trataban de abrirse camino a través del literalismo
importado por los fundamentalistas norteamericanos, para interpretar la escritura en el
contexto latinoamericano. [211] "El norteamericano tiende a mirar las escrituras a través del
lente de una perspectiva próspera, de clase media y libre empresa. En sí, no hay nada de
malo en ello", explicó a sus patrocinadores norteamericanos un miembro de la Misión
Centroamericana. "Pero los cristianos del Africa, Asia, y América Latina encontrarán otras
verdades dentro de la Palabra... Estarán más orientados al espíritu comunitario. Mirarán en
"Los guatemaltecos son el pueblo elegido del Nuevo Testamento. Somos los Nuevos
Israelitas de América Central." Efraín Ríos Montt{1}
Las oraciones por el Hermano Efraín no obtuvieron respuesta. Después de una marcha de
dieciséis meses hacia la Nueva Jerusalén, el primer dictador evangélico en la historia fue
derrocado por el mismo ejército que lo había puesto en el poder. Pero mientras el General
Efraín Ríos Montt ocupó el palacio presidencial en Guatemala, atrajo la atención del mundo
hacia el despertar evangélico en América Central. De acuerdo a las proyecciones de
iglecrecimiento, aquel movimiento presumía tener el 21% de la población guatemalteca en
1981, probablemente una mayoría de los feligreses activos. Si las tasas de crecimiento anual
de un 10% o más continúan en los años noventa, Guatemala podría ser el primer país en
América Latina con una mayoría protestante.{2}
Ríos Montt y sus colaboradores esperaban convertir a este movimiento religioso en un
nuevo orden político. Los protestantes siempre han atribuido la violencia y el retraso de
América Latina, no a la dependencia de países extranjeros o a las estructuras de clase, sino a
las tradiciones latino católicas. Si la pobreza y la contienda civil son básicamente problemas
morales, se deduce que únicamente una reforma moral puede resolverlos. Creen que de lo
que América Latina carece es de un fundamento "bíblico".
Esta fue la premisa sobre la cual Ríos Montt anunció que moralizaría la vida nacional de
arriba hacia abajo. Guatemala no sería [220] liberada por una revolución que derribara las
estructuras opresivas, predicaba. Más bien, sería liberada por una revolución en los
corazones de los hombres. En la persona de un errático general del ejército, que se describía
a sí mismo como un líder elegido por Dios, lo que los Melville llaman "el poder en busca de
legitimidad" se volvió hacia una religión de los impotentes para justificarse.{3} Para el
asombro de la opinión mundial, la cual continuaba recibiendo informes horripilantes sobre las
Efraín Ríos Montt acudía a los ancianos de la Iglesia del Verbo para su guía espiritual. Y
para su propia dirección espiritual, los jóvenes norteamericanos y guatemaltecos que
lideraban a Verbo acudían a Eureka, California. Al norte de San Francisco por la costa, la
ciudad tomó ese nombre por el "¡Eureka!" ("lo encontré" en griego) que gritaban los
buscadores de oro en California en el siglo pasado. Después de varios auges y quiebras, la
industria principal del área era el cultivo de marihuana, la cual había sido introducida por los
hippies de San Francisco. A principios de los años setenta, algunos de estos hijos de la paz
redescubrieron el tradicional opio del pueblo. Una década más tarde, se convirtieron en los
consejeros espirituales de una dictadura militar.
El líder del nuevo movimiento en Eureka era una generación mayor que sus seguidores: el
alcohol, no los alucinógenos, había llevado a la ruina a la figura corpulenta y paternal del
Reverendo Jim Durkin. Pero el mismo Señor los había salvado a ambos. Bajo la guía de este
corredor de bienes raíces y predicador laico de las Asambleas de Dios, los penitentes de pelo
largo adquirieron la Comuna Rancho del Faro, un experimento social cercano que también
evolucionaba de las drogas hacia el cristianismo. Aquí, Durkin puso a sus adeptos en un
régimen estricto, tal vez ya influenciado por la facción "pastoral" del movimiento carismático.
Los cortes de cabello eran sólo el inicio. La disciplina moral era tan estricta que, según se dice,
miembros de sexos opuestos no podían estar solos en el mismo cuarto. Originalmente, el
rancho había tratado de modelarse según los comunistas primitivos de la iglesia del primer
siglo. Durkin decidió enseñar a sus discípulos cómo manejar un negocio para mantener su
ministerio, iniciando empresas comerciales donde sus miembros podían ganar su cuarto y
manutención en el rancho. [223] A cambio de múltiples diezmos de las ganancias, los
negocios pasaban a manos de los miembros para que ellos mismos los manejasen. Si es que
Cuando los ancianos de Verbo se encontraron en medio de un golpe militar, la mañana del
23 de marzo de 1982, no estaban totalmente desprevenidos. Ellos ya sabían que, gracias a la
extraordinaria correspondencia entre el conflicto oriental-occidental y la inminente
confrontación milenial, cualquier estallido alrededor del mundo era un paso más en la marcha
hacia Armagedón. Sin embargo, hasta el momento en que fueron arrastrados por la corriente
de los eventos, los ancianos de Verbo estaban lejos de ser activistas políticos. Aún cuando sus
hermanos en los Estados Unidos se unieron a la derecha religiosa, los ancianos
norteamericanos en Guatemala trataron de mantener su distancia de la [225] política al
estilo centroamericano.{*} Estaban muy conscientes de que el gobierno del General Romeo
Lucas García (1978-1982) dejaba mucho que desear como defensor de la libertad religiosa.
Con la sospecha de que activistas cristianos y sindicales se estaban desempeñando como
frentes revolucionarios, Lucas soltó a los escuadrones de la muerte. Coordinados desde un
anexo del palacio presidencial, los escuadrones de la muerte destruyeron el centro político de
El Pastor Nicolás
El 5 de julio de 1982, una pareja del Instituto Lingüístico que había pasado tres décadas en
Nebaj regresó por una visita, para dirigir la primera misión de Puente Internacional del Amor
en el área. Mientras el equipo dental norteamericano extraía novecientos dientes, los
traductores de la Biblia escuchaban muchas historias que contradecían las afirmaciones de
Ríos Montt de hacer respetar los derechos humanos. Los neófitos evangélicos les contaron
sobre golpizas y amenazas de muerte por parte de los soldados. Si el comandante militar
descubría que las víctimas se habían quejado, podían esperar lo peor. Las adolescentes
temían ser llevadas hacia el destacamento, para ser violadas y luego asesinadas como habían
sido muchas otras.
La pareja misionera estaba horrorizada. Sin embargo, consideraban que la victoria del
ejército era un mal menor que continuar la guerra, con su espantoso costo para los civiles y la
victoria guerrillera, la cual temían que convertiría a Guatemala en un campo de concentración
comunista y destruiría la libertad para propagar el evangelio. Para la pareja norteamericana,
además, el liderazgo de Ríos Montt parecía abrir la posibilidad de un nuevo trato para los
indígenas, un punto medio entre la opresión de derecha e izquierda. Ya que el ejército seguía
maltratando a civiles y miles de refugiados todavía tenían miedo de rendirse, la pareja decidió
que los ixiles "necesitaban una alternativa a las presiones impuestas por la guerrilla."
Los misioneros recomendaron a Ríos Montt que el ejército: 1. Se abstenga de disparar a
los civiles desarmados sólo porque estaban escapando o cavando hoyos en donde
esconderse; 2. empiece a remunerar a sus cuadrillas de trabajo forzado, muchas de los
cuales no tenían manera de alimentarse a sí mismas y a sus familias; 3. proporcione maíz y
mantas a los refugiados que había creado; y 4. proporcione armas a sus [241] patrullas
civiles, en lugar de enviarlas a combatir a la guerrilla con machetes y escopetas de caza.
A juzgar por lo que pude ver en Nebaj cinco meses más tarde, se estaba siguiendo el
consejo de los misioneros lingüistas. Tal vez el mejor indicador de la influencia de la pareja
En el primer aniversario del golpe del 23 de marzo, Ríos Montt se encontraba en ropa de
combate, rodeado por los comandantes departamentales del ejército guatemalteco. Cercado
por una falange de impasibles coroneles, empapado en sudor, sus ojos recorriendo el salón
del palacio, parecía ser un César en espera de su Bruto. Para abrir el camino para la Nueva
Israel, Ríos había hecho a un lado a los partidos políticos y al alto mando. Pero nunca se puso
en contra de la panza de acero de la jerarquía militar, los coroneles a cargo de las
guarniciones departamentales. Cuando Ríos se vistió en su traje de combate el 23 de marzo
de 1983 y se colocó entre sus hermanos oficiales igualmente uniformados, ritualmente se
subordinó a ellos y aclamó la supremacía del ejército. Había transcurrido una semana de
rumores acerca de otro golpe, el cual finalmente lo derrocó cuatro meses y medio después.
Mientras que Ríos predicaba a la nación cada domingo, moralizando contra la subversión y
el estado lamentable tanto de la vida pública como de la privada, nunca denunció a la única
institución que, más que ninguna otra, había devastado al país, porque era la institución que
le había llevado al poder. A pesar de que sus asesores evangélicos confirmaron algunas de las
acusaciones contra el ejército, él emitió negativa tras negativa. Puesto que la biografía de
Verbo acerca de Ríos admite "algunos abusos" del ejército a pesar de sus órdenes, los dos que
ésta menciona merecen nuestra atención.{49} [246]
En el primero, en la Finca San Francisco en Huehuetenango, el ejército masacró, en julio
de 1982, a toda una aldea de los Chuj Mayas. No era un caso de civiles atrapados en un cruce
de fuego porque no hubo resistencia. Las violaciones en masa el incentivo del ejército
guatemalteco a los soldados para que masacren a mujeres la tortura y el canibalismo ritual
fueron supervisados por oficiales que bajaban de un helicóptero, lo que indicaba al
comandante del departamento o sus agregados.{50} A pesar de que la evidencia era
inusualmente buena los sobrevivientes recopilaron una lista de 302 muertos y un observador
bastante creíble visitó los restos cuatro días más tarde los ancianos de Verbo, sus consejeros
de FUNDAPI y la embajada de los Estados Unidos se mofaban de aquello. Era otra muestra de
la campaña sucia contra Ríos Montt. Como se comprobó más tarde, la investigación de la
Cuando el alto mando expulsó a Ríos Montt del palacio, anunció que estaba rescatando al
gobierno de los fanáticos religiosos.{63} El arzobispo de Guatemala realizó una misa al aire
libre para el nuevo presidente e hizo un llamado por la reevangelización del país. Hubo
policías que patrullaban los cultos evangélicos. Los funcionarios realizaban inspecciones de
los templos. Las iglesias carismáticas profetizaron siete años de persecución. Con cierto
temor, varios líderes protestantes se nombraron a sí mismos la Comisión Coordinadora de la
Iglesia Evangélica (COCIEG) y fueron a visitar al nuevo jefe de estado, General Oscar Mejía
Víctores. [250] Para su consuelo, Mejía se mostró aún más nervioso que ellos y pidió
disculpas por los incidentes.
Dos años más tarde, los líderes evangélicos al menos los no-pentecostales con quienes
conversé criticaban abiertamente a Ríos Montt. Es cierto, había puesto a la iglesia en el mapa,
había proporcionado a sus hermanos un punto de reunión, y les había brindado la seguridad y
confianza que necesitaban para evangelizar sin miedo. Y sí, su uso de la presidencia como
púlpito, sus homilías semanales a la nación como si ésta fuese una gran congregación, eran
Un cristiano experto en explicar la forma por la cual los eventos adversos que forman parte
del plan del Señor era John Carrette, dueño del Hotel Pan-Americano en la capital y líder de la
Fraternidad de Hombres de Negocio del Evangelio Completo. Todavía un hombre joven,
Carrette había sido entrenado como un boina verde y sirvió como líder de pelotón en
Vietnam. Luego regresó al sur de California, en donde se unió a la Capilla del Calvario del
Pastor Chuck Smith, una superiglesia carismática para jóvenes determinados a acercarse al
Señor. Aquí absorbió la doctrina del arrebatamiento, la quintaesencia del escapismo
evangélico. [259] De acuerdo a estas enseñanzas, recordemos, justo antes de que el mundo
termine en la gran tribulación, los cristianos verdaderos serían elevados por los aires o
"arrebatados" para estar con Cristo.
A finales de los años setenta, dice Carrete, sintió que lo tenía todo y que era feliz. No sólo
que estaba seguro de su salvación y de que escaparía de la gran tribulación: el auge turístico
de Guatemala hacía que su hotel produjera ganancias como una máquina de hacer dinero.
Luego, inesperadamente, guerrillas comunistas tomaron el altiplano. El comercio turístico se
evaporó. Se encontró al borde de la bancarrota. Y Carrette se sintió abandonado por el Señor.
Nunca había pensado que iba a jugar el papel de Job. Ahora que el mundo se aceleraba hacia
la perdición, ¿dónde estaba el arrebatamiento? ¿Por qué no había sido elevado por los aires
para encontrarse con el Señor?
"Puedes pensar que el mundo tiene la respuesta para tus problemas. Pero te digo que La
Habana no tiene la respuesta. Moscú no tiene la respuesta. Y Washington no tiene la
respuesta. ¡Jesucristo es la única repuesta! Sólo Él puede cambiar tu vida y darte paz."
Evangelista Alberto Mottesi, Managua, enero de 1984{1}
Si se tenía fe en el Pastor Fernando, éste había sido expulsado de Nicaragua dejando una
estela de milagros tras de sí. De acuerdo a este joven predicador campesino, un pentecostal
del norte del país, la Revolución Sandinista se había convertido en un campo de
concentración. El había visto a asesinos sandinistas atacar a un avivamiento pacífico en Yali,
el 8 de mayo de 1982, había visto golpear a las mujeres y poner ácido en los ojos de un pastor.
Había solamente una cosa que los revolucionarios no podían resistir, y eso era el poder de
Dios. Cuando los sandinistas enviaban informantes a los cultos, los cristianos únicamente los
convertían. Una vez, cuando los sandinistas dispararon a un creyente, la bala se dio la vuelta
y alcanzó al hombre que la disparó. En otra ocasión, cuando un agente de seguridad trató de
disparar a una hermana que estaba orando, se quedó adherido al piso. Ahora, ese mismo
hombre era un gran predicador del Señor. En cuanto al Pastor Fernando, había predicado en
los batallones mismos de los sandinistas. En una oportunidad, trescientos hombres
aceptaron al Señor, depusieron sus armas y desertaron. Esa era la razón por la cual los
sandinistas lo querían vivo o muerto: los ángeles lo habían protegido de su ira.{2} [264]
Al momento, Fernando era un refugiado en Costa Rica. Sus problemas con los sandinistas
habían empezado alrededor de julio de 1981, dos años después de que lideraron el
derrocamiento del antiguo régimen, cuando él y su congregación se habían rehusado a unirse
a la milicia. Para los sandinistas, aquello significaba rehusarse a defender la revolución frente
a la contrarrevolución apoyada por los Estados Unidos. Después de una larga historia de
enfrentamientos y de detenciones, Fernando escapó a Costa Rica. Pero sus problemas no
Los Miskitos
La desconfianza de los sandinistas hacia los evangélicos estaba alimentada por los eventos
en la costa atlántica. Separada del resto del país por montañas y selvas, la costa atlántica fue
incorporada a Nicaragua en una fecha tardía. Incluso en ese momento, la comunicación con
Entre los miskitos que dejaron el país se encontraban dos docenas de pastores moravos.
En Honduras, estos hombres utilizaron su autoridad espiritual y experiencia administrativa
para ayudar a que Steadman Fagoth dirigiera una insurrección armada. Debido a que la
mayor parte de sandinistas pertenecía a otra región, cultura y religión, esta clase de
provocación facilitó estereotipar a los evangélicos como traidores a la patria. En marzo de
1982, el periódico del FSLN, Barricada, denunció la "invasión de las sectas".{44} {**} En ese
mismo mes comenzó la guerra en el norte, cuando la FDN voló dos puentes importantes y los
sandinistas declararon su primer estado de emergencia.
En Chinandega, los catequistas católicos afirmaban que los familiares de los ex-guardias
nacionales pretendían ser pastores evangélicos para debilitar la resistencia a las invasiones
contra-revolucionarias. Según se decía, estos lobos vestidos de ovejas pedían a la gente que
no se uniera a la milicia sandinista; luego, los ex-guardias llegaban para torturar y matar.{45}
Algunas veces, se decía, tanto los sermones como los ataques eran dirigidos por los mismos
hombres. "Una enorme cantidad de ex-guardias nacionales son ahora pastores evangélicos",
declaró el Comandante Luis Carrión sin ofrecer pruebas. Acusó a las sectas religiosas de
antipatía popular hacia la revolución.{46} Tomás Borge denunció a los Testigos de Jehová, a los
Mormones y Adventistas de Séptimo Día de recibir fondos de la CIA.{47}
A medida que aumentaba la retórica sandinista, las turbas vandalizaban templos y
amenazaban a sus miembros. Pocos días después de que Borge denunció que "noventa y
nueve sectas" habían invadido el país, los Comités de Defensa Sandinista de un barrio de
Managua ocuparon tres templos pertenecientes a los Testigos de Jehová, a la Iglesia de Dios y
a las Asambleas de Dios. De acuerdo a Barricada, un pastor de las Asambleas había cometido
La Iglesia Popular
La toma de varias docenas de edificios costó mucho a los sandinistas, tanto en Nicaragua
como en el exterior, debido a que contradecía su afirmación de respetar la libertad religiosa.
Los evangélicos conservadores decían que parte de la culpa se debía a los líderes eclesiásticos
que apoyaban la revolución, hombres que supuestamente veneraban a los sandinistas más
que a Dios y que estaban erigiendo una "iglesia popular" separatista y apóstata. Algunos
cristianos pro-sandinistas evitaban aquella expresión: se referían a sí mismos como el sector
revolucionario de la iglesia y negaban cualquier intento de dividirla.
La iglesia revolucionaria se originó en los largos años de conspiración contra la dictadura
de Somoza, cuando los sandinistas deseaban tener frentes religiosos por la admirable
cobertura que proporcionaban.{57} Se debe recordar que, en aquel tiempo, la política de
oposición era necesariamente conspiratoria. A pesar de que los sandinistas incorporaron a los
cristianos en sus filas, es posible que no hubiesen logrado la [283] síntesis cristiano-marxista
de la que más tarde se vanagloriaron. Aún si su base popular mantenía una fe vital y
tradicional, este atributo parecía desaparecer en la jerarquía del FSLN.{58}
Una vez que los sandinistas tomaron el poder, sus aliados cristianos organizaron varios
centros de estudio y organizaciones profesionales el Centro Ecuménico Antonio Valdivieso, la
Asociación Nacional de Pastores Evangélicos de Nicaragua (ANPEN), la Comisión Evangélica
para la Promoción de la Responsabilidad Social (CEPRES), y el Eje Ecuménico para defender a
la revolución de la reacción religiosa, en Nicaragua y en el exterior.
Por el lado católico, el ala sandinista de la Iglesia podía reclamar cierto número de
comunidades eclesiales de base. Sin embargo, los líderes de base tendían a ascender hacia
responsabilidades mayores en el aparato político sandinista, lo que determinó que algunas
comunidades declinaran.{59} En cuanto al clero católico, de un 15 a un 25 por ciento apoyaba la
revolución.{60} Como cabeza visible de la iglesia popular quedaron las varias organizaciones
en Managua, conformadas por profesionales eclesiásticos que vivían de las donaciones de
Aunque los sandinistas cristianos fuesen tan inteligentes como la serpiente y gentiles
como la paloma, la cruel realidad de la revolución y de la contrarrevolución los colocaba en
una posición difícil y antipopular. La inflación, el racionamiento, y el colapso del poder
adquisitivo, no eran las únicas razones por las que los evangélicos se indisponían frente a la
revolución. También existía el Servicio Militar Patriótico. Evadir al servicio militar en el siglo
Un miembro inquieto del sector sandinista de la iglesia era el Comité Evangélico Pro-Ayuda
al Desarrollo (CEPAD). Esta organización pandenominacional defendía a la revolución, pero
seleccionaba a lo que apoyaba, en deferencia a los muchos conservadores a quienes [290]
supuestamente representaba. El Frente Sandinista no confiaba plenamente en él: en 1985,
un miembro del directorio fue detenido durante tres días en las Islas Solentiname porque la
esposa del comandante local lo encontró sospechoso de actividades contra.{85} Sin embargo,
a medida que los evangélicos revolucionarias perdían apoyo, los sandinistas comenzaron a
dirigirse a CEPAD para mediar en asuntos como la toma de iglesias, la Costa Atlántica y el
servicio militar. Cuando los evangélicos sufrían abusos, CEPAD presentaba su demanda.
El objetivo original de la agencia era el auxilio y el desarrollo, no representar a las más de
setenta denominaciones del país. La idea de que el CEPAD podría servir como un consejo de
iglesias era un anatema para los conservadores, muchos de los cuales nunca habían confiado
en éste. No les complacía el liberalismo de sus patrocinadores extranjeros, ni su intento por
infundir nuevas ideas como llevarse bien con los católicos, ni su énfasis en la obra social más
que en el evangelismo. ¿No estaba todo este discurso sobre el desarrollo alejando la atención
de la salvación de las almas? Bajo la dictadura de Somoza, sin embargo, los conservadores se
encontraban demasiado ocupados en sus disputas mutuas como para encontrar una
alternativa.
Mientras tanto, las más o menos cuarenta denominaciones de CEPAD y sus nexos con
veinte más, la hacía funcionar como un consejo de iglesias. Aquella tendencia estaba
reforzada, en primer lugar, por las emergencias de la insurrección, y luego por el deseo
sandinista de tratar con una sola entidad en lugar de hacerlo con una denominación tras otra.
Debido a que las iglesias miembros afirmaban representar al 80 por ciento de los evangélicos
de Nicaragua, CEPAD parecía ser la organización más representativa. No así de acuerdo a un
rival organizacional, el Consejo Nacional de Pastores Evangélicos de Nicaragua (CNPEN). Al
afirmar que representaba a 520 pastores en 1985, el CNPEN tampoco era un consejo de
iglesia; más bien, era una asociación de profesionales religiosos, un gremio. Pero sostenía
representar a una mayoría de los 1.600 pastores del país, por lo menos en espíritu, y con
La Guerra De Propaganda
CEPAD realizó otro servicio para la revolución en los Estados Unidos. Invocando a la Biblia,
denunció la ayuda del gobierno norteamericano para los contras y, en dos años, llevó a
ochenta y cinco delegaciones extranjeras a Nicaragua.{98} Movilizó a tanta opinión
antiintervencionista entre las iglesias norteamericanas que se convirtió en el blanco de un
organismo político influyente en Washington, el Instituto sobre Religión y Democracia (IRD).
El IRD apareció al inicio del gobierno Ronald Reagan (1981) y estaba dirigido por
disidentes conservadores de las denominaciones históricas. Estos teólogos y académicos
afirmaban que deseaban rededicar sus iglesias a los valores democráticos. En la práctica,
aquello significaba [296] atacar a los personeros de las iglesias históricas por su oposición a
la intervención militar estadounidense en América Central. En el caso de Nicaragua, el IRD
acusó a los grupos eclesiásticos pro-sandinistas de ser frentes políticos y realizó una
Mientras que Pat Robertson denunciaba a los sandinistas por su trato a los miskitos, nunca
mencionó cómo el gobierno norteamericano había exacerbado el conflicto. Más bien, se unía
a la causa, junto con hermanos de pensamiento similar, al contribuir para que los refugiados
miskitos en Honduras regresasen a la guerra. La principal agencia en la zona era Auxilio
Mundial (WRC), una dependencia de la Asociación Nacional de Evangélicos en los Estados
Unidos. Dada la entusiasta recepción para Ronald Reagan en las funciones de la NAE, se
sospechó rápidamente que Auxilio Mundial era otro componente de la estrategia de
Washington, para establecer una población de refugiados en Honduras como una base para
los contras. Es verdad que Auxilio Mundial entró en escena con la aprobación de la embajada
de los Estados Unidos. También es verdad que su asistencia ayudó a que los refugiados del
Campo Mocorón se convirtieran en la retaguardia para los rebeldes miskitos, y que algunas
de sus provisiones llegaran a manos de los contras. Si esto no era suficiente, la esposa del
embajador norteamericano en Honduras, John Negroponte, coordinaba la labor de Auxilio
Mundial mientras su esposo supervisaba la guerra contra los sandinistas.
Pero cuando la estrategia norteamericana se alejó de las pautas del Alto Comisionado de
las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Auxilio Mundial se alineó con su
patrocinador ACNUR, a pesar de las restricciones de la ONU sobre la evangelización de
refugiados. La primera colisión fue sobre el plan de ACNUR/WRC para la [301]
descentralización del Campo Morocón, donde los refugiados miskitos se hundían en el lodo,
enfermedad, y en la dependencia en donaciones. La idea de esparcirlos por varios sitios, en
En abril de 1985, durante un banquete en Washington D.C. para solicitar fondos para los
contras, Ronald Reagan presentó ante el mundo a una víctima de las atrocidades sandinistas.
Bayardo Santaeliz, declaró el presidente, era un predicador laico de la Iglesia Misionera
Pentecostal. Una noche, después de una reunión de oración, los sandinistas lo habían
amarrado dentro de una casa a la que habían prendido fuego. [304] Las llamas cortaron los
lazos, y Santaeliz pudo escapar, con terribles quemaduras cuyas cicatrices ahora probaban su
historia.{127} Sin embargo, de acuerdo a lo que la prensa sandinista pudo establecer en cierto
detalle, Santaeliz había adquirido las cicatrices mientras peleaba para el dictador Somoza
como un guardia nacional. Sentenciado a treinta años por supuestos crímenes de guerra,
había sido perdonado y puesto en libertad antes de que desapareciese en 1983.{128}
La guerra entre los sandinistas y contras proporcionó un flujo constante de refugiados que
huían de Nicaragua. Cuando cruzaban hacia Honduras o Costa Rica, no tenían recursos, no
eran bienvenidos y muchas veces estaban dispuestos a hacer cualquier cosa que despertara
compasión. La guerra, las penalidades y el servicio militar parecen haber sido sus principales
razones para partir, pero algunos de sus benefactores tenían un hondo interés en encontrar
víctimas de persecución religiosa. No había un déficit de materia prima en la cual se pudiera
leer tales motivos, si correcta o incorrectamente era difícil de decir.
Un refugiado tenía una larga historia, corroborada por espantosas cicatrices, de cómo los
sandinistas trataron de asesinarlo por sus objeciones cristianas al servicio militar.{129} Se
había refugiado con evangélicos costarricenses quienes, durante la semana en que le visité,
iban a bautizarlo. En un caso publicado por la administración de Reagan, los soldados
sandinistas arrestaron a Prudencio Baltodano, un pastor laico de la Misión Pentecostal Unida.
Estado De Emergencia
Cuando salí de Nicaragua, en agosto de 1985, parecía que lo peor había pasado, por lo
menos en términos de las relaciones entre iglesia y estado. En la costa atlántica, la jerarquía
morava se encontraba ayudando a los sandinistas a iniciar un proceso de autonomía para los
grupos étnicos de la región. Durante los años siguientes, muchos guerreros miskitos [313]
aceptaron una tregua, y la mayoría de los refugiados regresaron de Honduras para
reconstruir sus iglesias y comunidades. En Managua, los sandinistas parecían estar
aprendiendo a manejar a sus opositores religiosos domésticos sin violencia. Las turbas eran
un recuerdo y, como un método de control, estaban siendo reemplazadas por los burócratas.
Una vez más, el CNPEN estaba negociando con el Frente Sandinista por su personería
jurídica. Aún el testimonio de evangélicos antisandinistas contradecía el cuadro de
persecución pintado por la derecha religiosa en los Estados Unidos.
No obstante, la mejora gradual en las relaciones sandinistas-evangélicas tenía sus
reveses, del tipo que mantenía un pesimismo entre los conservadores acerca de su futuro. El
mes después de mi partida en 1985, por ejemplo, las celebraciones anuales del Día de la
Biblia no marcharon bien. El CNPEN realizó un avivamiento de una semana de duración en
Managua, aparentemente sin el permiso oficial. Según un visitante que participó en el
evento, las autoridades prohibieron la publicidad, se rehusaron a permitir un desfile,
prohibieron la entrada de predicadores invitados en el aeropuerto, y permitieron que las
turbas molestasen a la multitud.{156}
A 3.300 metros de altitud, el pequeño pueblo de Pilahuín se acurrucaba bajo una nube, en
un frío y ventoso hombro de los Andes, sobre la moderna ciudad de Ambato. Apartado y
abandonado, se veía como muchos otros pequeños poblados en la sierra ecuatoriana,
necesitado de pintura, y desmoronándose lentamente como lo hace el adobe. Pero aunque el
tiempo parecía haberse detenido una generación atrás en Pilahuín, las aldeas de los
indígenas quichuas a su alrededor no habían sido olvidadas. Estos campesinos se
encontraban en la mira de Visión Mundial, la agencia evangélica de desarrollo más grande del
mundo, lo cual no era del agrado de la Iglesia Católica.
"Hace diez años", me dijo el párroco Jesús Tamayo, "el evangelismo aquí predicaba la
Biblia, nada más que moralismo. De pronto, en un arranque de entusiasmo por la
responsabilidad social, los evangélicos cambiaron su rumbo, y comenzaron a repartir
grandes cantidades de dinero. Ahora, Visión Mundial es el problema más serio que se da a
nivel del desarrollo campesino. Minimizan el esfuerzo y la reflexión de la gente, destruyendo
la organización popular. Los evangélicos dicen a nuestra gente que son estúpidos porque
están haciendo algo a cambio de nada. Entra la mentalidad de que quien exige esfuerzo es
enemigo de la comunidad. De sacar todo el dinero que pueden. De oportunismo. Del
aprovecho. Con esa entrega de dinero tan fácil, se regó la idea de que no se deben pagar los
préstamos." Los préstamos que Tamayo había extendido para los tractores eran
irrecuperables ahora, en parte debido a los generosos términos de Visión Mundial. "Es
imposible que Visión Mundial continúe con esta política de entrega, entrega, entrega",
concluyó Tamayo, "porque una vez que disminuyen las entregas, la gente pierde interés."{1}
[320]
En la aldea de Pallaloma existía un templo evangélico nuevo y una escuela nueva, esta
última aún sin terminar. Los progresos más visibles eran extrañas cajas de cemento
Chimborazo era solamente uno de los varios lugares en las regiones indígenas de América
Latina en donde la propagación del protestantismo se hallaba matizada por la violencia. Al sur
de México, en el altiplano guatemalteco, al suroeste de Colombia, alrededor del Lago Titicaca
entre Perú y Bolivia, algunos de los campesinados más oprimidos de América Latina se
estaban convirtiendo al protestantismo en grandes cantidades. Pequeñas capillas
evangélicas parecían estar materializándose en todas partes.
No es difícil ver cómo el evangelismo podía dividir a las comunidades en facciones hostiles.
Las poblaciones a las que los evangélicos se referían como "no-alcanzadas" habían sido ya
evangelizadas por siglos, por un clero establecido que trataba de obstruir a la nueva ola de
evangelizadores. Al mismo tiempo, la tradición religiosa se encontraba bajo presiones
poderosas provenientes de su interior. Mientras que los tradicionalistas defendían las
obligaciones religiosas comunitarias, otros se rehusaban a cumplir con esos mismos deberes.
En Chimborazo, los conflictos a menudo rompían la tranquilidad decepcionante de una
aldea quichua a través de una carpa grande y colorida. Generalmente, la campaña era
organizada por la Asociación Indígena Evangélica del Chimborazo (AIECH), es decir, la
denominación local de la Unión Misionera Evangélica. A medida que las reuniones crecían en
tamaño y en entusiasmo, los altoparlantes resonaban hasta altas horas de la noche, no
siempre con permiso de las autoridades locales. Los católicos tomaban represalias golpeando
a los evangélicos; AIECH acudía a la policía; la policía maltrataba a suficientes católicos como
para desalentarlos de volverlo a hacer. Cuando los evangélicos morían, generalmente era
después de haber pasado por las manos de una turba. Cuando los católicos morían,
generalmente era de balas de la policía o del ejército. Los casos que se presentaban ante la
ley los ganaban, generalmente, los evangélicos. A pesar de que el estado protegía la libertad
de los individuos, no reconocía el derecho de grupos corporativos [335] para expulsar a
disidentes. Respaldados por el estado, los protestantes estaban clavando una estaca en el
corazón de la antigua forma de comunidad.
Tanto los líderes católicos como los protestantes defendían el principio de la libertad
religiosa, pero más de palabra que en la práctica. Todos los líderes decían que aborrecían la
violencia y que habían tratado de dialogar con el lado opuesto, sólo para ser rechazados. No
obstante, la actitud predominante era la intolerancia. Tanto los evangélicos como los
católicos podían utilizar un lenguaje inflamatorio. Las primeras etapas de la reforma
Una razón por la que Visión Mundial invitaba a la sospecha en América Latina era que la
organización era un producto de la Guerra Fría. Su fundador, Bob Pierce (1914-1978), había
sido uno de los evangelistas de Juventud Para Cristo que condujo al avivamiento en los
Estados Unidos a finales de la Segunda Guerra Mundial, y que luego vertió las energías
resultantes hacia el evangelismo mundial. Sus primeras campañas se realizaron en China, en
donde Juventud Para Cristo esperaba que el cristianismo evangélico fortaleciera la resistencia
al avance comunista. Después de que cayó el régimen Kuomintang, Pierce dirigió campañas
en Corea del Sur justo antes de que estallara la guerra en 1950. A medida que la marea roja
avanzaba, regresó a los Estados Unidos con una película mostrando la condición de los
refugiados y solicitó dinero para ayudarlos.
Pierce era un hombre dominante, un empresario de fe, que frecuentemente chocaba con
su directorio sobre la forma de utilizar el dinero.{39} Cuando renunció en un arranque de ira en
1967, fue reemplazado por el calmado y organizacional Stanley Mooneyham, ex-secretario
de prensa para Billy Graham y organizador del primer congreso mundial de evangelización
financiado por Graham. Bajo Mooneyham (1969-1982), Visión Mundial se convirtió en la
eficiente multinacional de la actualidad, con un ingreso de 232 millones de dólares en
1985.{40} Visión Mundial iba directo hacia cualquier lugar en donde golpeara el desastre. En
1984, estaba financiando cien operaciones de auxilio, dos mil quinientos proyectos de
asistencia a niños y a la familia, seiscientos programas de desarrollo para la comunidad, y
unas ciento cincuenta campañas de evangelismo en setenta y siete países.{41} [338]
Visión Mundial se desarrolló con una base financiera más amplia que la usual para una
organización evangélica. Desde el inicio, la combinación de evangelismo con el enfoque social
de su fundador alienó a la clase de fundamentalista cuyos dogmas constreñían tantos
programas. Otra influencia fue el apoyo financiero por parte de USAID, la misma que prohibía
el uso de fondos oficiales para el proselitismo. Debido a que Visión Mundial no debía
condicionar la asistencia provista por el gobierno con criterios religiosos, se acostumbró a
presentarse como una agencia no sectaria, humanitaria, como otros grupos religiosos en la
misma línea de trabajo. Finalmente, cuando Visión Mundial cambió sus películas
documentales como su principal forma de reunir fondos por la televisión, su alcance se amplió
desde los sótanos de las iglesias hacia los hogares, en donde adquirió un mayor número de
donantes. A pesar que el directorio de Visión Mundial era evangélico, un porcentaje
Una de las primeras cosas de las que los ecuatorianos se dieron cuenta sobre Visión
Mundial era la discrepancia entre lo que decía y lo que hacía. A pesar de que el grupo se
describía como cristiano, no como evangélico, canalizaba su ayuda exclusivamente a través
de evangélicos. En lugar de trabajar a través del cabildo el consejo electo en las comunidades
quichua lo pasaba por alto y dirigía sus fondos hacia los líderes evangélicos. Las disputas
resultantes estaban terminando con las mingas, los días de trabajo comunitario en la cultura
quichua.
Los ecuatorianos todavía debatían sobre una discrepancia similar en el trabajo del
Instituto Lingüístico de Verano. A pesar de que sostenía ser una organización científica, no
sectaria, resultó ser una misión evangélica. Ahora que SIL había perdido su contrato
gubernamental, los oponentes ecuatorianos sospechaban que Visión Mundial había heredado
los mismos objetivos. Era como si toda la operación estuviera calculada para agudizar los
conflictos entre católicos y protestantes, dividir a las comunidades y hacer cada vez más
difícil para los campesinos luchar por sus derechos.{68} [346]
Visión Mundial fue colocada en la mira pública por una cadena de escándalos en media
docena de comunidades alrededor de Otavalo, una ciudad en la provincia de Imbabura en la
que habitaban consumados tejedores y comerciantes quichuas. Cuando los administradores
locales de Visión Mundial entregaban ropa e invitaban a los niños a programas de
alimentación diaria, favorecían a sus propios hermanos evangélicos, no a aquellos que tenían
más necesidad. Luego, Visión Mundial empezó a entregar préstamos a almacenes
comunitarios y a proyectos de artesanía, los cuales otra vez beneficiaron únicamente a una
minoría evangélica. Pronto se dieron una hilera de desastres en la contabilidad, una
combinación de ignorancia administrativa, de la práctica de compartir los recursos con los
familiares y del robo.
En septiembre de 1982, una turba asaltó la casa del promotor de Visión Mundial en
Ilumán. Sosteniendo que habían sido timados de los beneficios prometidos, los atacantes
distribuyeron el contenido de un gallinero financiado por Visión Mundial. No obstante, cuando
trataron de tomar las máquinas de coser financiadas por Visión Mundial, el botín fue
destruido en la refriega.{69} De acuerdo a Visión Mundial, a los hombres que lideraron el asalto
se les había confiado un almacén comunitario. Estos habían supervisado la evaporación de
sus fondos y, para desviar la atención, habían atacado al administrador local.{70} Un año más
En Chimborazo, las críticas más fuertes contra Visión Mundial llegaron, no de los católicos,
sino de los propios correligionarios en la Unión Misionera Evangélica (GMU) y la Asociación
Indígena Evangélica de Chimborazo (AIECH). Al igual que Monseñor Proaño, decían que
Visión Mundial tenía demasiado dinero, que lo estaba malgastando, y por lo tanto estaba
dividiendo al pueblo en nombre de Cristo.
La Asociación Indígena había sido establecida en 1966-67 como la denominación local del
GMU. Con sus campañas, [351] programas de entrenamiento, emisora de radio,
cooperativas de ahorro y transporte, era la organización indígena evangélica más
impresionante en América del Sur. Ultimamente, Visión Mundial había hecho bastante por la
Asociación Indígena. Pero cuando conocí a sus directores, en junio de 1985, éstos acusaban a
Visión Mundial por muchos problemas. Declararon que había sido "más daño que ayuda" y
que estaba "haciendo robadores a nuestros hermanos."
En un caso, un pastor había ido a trabajar para Visión Mundial, parecía ser un coordinador
de mucho éxito, y anunció su candidatura para el comité ejecutivo de la asociación. Fue en
este punto que Visión Mundial lo acusó de falsificar recibos para comprar una parcela de tierra
y un auto. Una nube también opacó al anterior presidente de AIECH. Este dejó su puesto para
presidir la federación indígena evangélica a nivel nacional, después de mostrarse incapaz de
explicar un déficit en fondos de construcción que Visión Mundial había canalizado a través de
él. Las cuentas de la asociación eran un desorden, y el nuevo consejo ejecutivo no sabía
donde estaba parado. Un contador de GMU estaba ayudándoles a descifrar la situación
Un Escape Revolucionario
Unicamente era cuestión de tiempo para que los evangélicos trasladasen sus energías de
las preocupaciones espirituales hacia las políticas, sugerían Roberto Santana y Blanca
Muratorio.{99} Este fue uno de los temas que se encontraba detrás de las quejas evangélicas
en contra de Visión Mundial en 1985. ¿Debía la Asociación Evangélica Indígena del
Chimborazo tomar un camino diferente al de la Unión Misionera Evangélica, el camino de la
política electoral? La asociación estaba orgullosa de su independencia administrativa
respecto de la GMU, pero Henry Klassen todavía era un consejero de mucha influencia. Y
había problemas en el interior. Misioneros católicos habían oído rumores de un cisma interno
en la época de la última elección nacional. Aquella elección, según un dirigente misionero,
"casi había destruido la unidad de la iglesia evangélica en la sierra."{100}
La Asociación Evangélica Indígena del Chimborazo había sido un bloque político potencial
durante algún tiempo. Ya para 1978, por lo menos tres partidos políticos se le habían
acercado.{101} Pero los misioneros desaprobaban el alineamiento de la iglesia con partidos
políticos o con demandas políticas, salvo para el caso de obras públicas y protección contra
Pilahuín
"Aquellos americanos son los franciscanos y dominicos de nuestro tiempo. Ellos podrán no
verlo de esa manera, pero son el arma religiosa de un sistema económico, político y cultural."
Salomón Nahmad, Instituto Nacional Indigenista de México.{1}
"Una iglesia es solamente una estructura. Depende de cómo se la llena." R. Dayton
Roberts, Misión Latinoamericana y Visión Mundial.{2}
En febrero de 1988, Jimmy Swaggart llevó el evangelio a la capital de la revolución
sandinista. Fue una semana antes de que saliera del aire, después de confesarse a su
teleaudiencia un domingo por la mañana, de un pecado que resultó ser adicción a la
pornografía. Algunos se preguntaban si la repentina confesión le había sido exigida como
represalia por su viaje a Nicaragua. Al ir, había permitido a los sandinistas que demostraran
su respeto por la libertad de culto, incluso para un partidario de los contras como él. Durante
la cruzada, la televisión sandinista pasó sus propagandas y se transmitió una reunión en vivo
a través de la radio nacional. Unos pocos días después, las fotos que lo implicaban en el
pecado llegaron a su denominación, las Asambleas de Dios.{3}
La visita de Swaggart fue planeada por dos empresarios texanos, quienes habían
organizado banquetes de oración para los comandantes sandinistas en 1980. Año tras año,
Newman Peyton Jr. y Glen Norwood, este último uno de los más grandes constructores de
viviendas en [364] el sur de los Estados Unidos, habían recorrido América Central y el Caribe,
algunas veces hasta América del Sur, dando testimonio a los presidentes y hombres fuertes
de la región. Algunas veces llevaban consigo a su buen amigo el General Charles Duke, el
decimoprimer hombre en la Luna. Estos dos hombres se habían sentado con George Price en
Belice, Forbes Burnham en Guyana, Alfredo Stroessner en Paraguay, Ríos Montt en
Guatemala, cinco presidentes en Honduras, presidente tras presidente en Costa Rica, sin
hablar de los comandantes sandinistas Tomás Borge y Daniel Ortega. Cualquiera que fuese el
Este estudio no ha analizado en profundidad por qué la teología de la liberación puede ser
más efectiva en llenar facultades, estantes de libros y tumbas que en llenar iglesias. A pesar
Este trabajo se ha centrado principalmente en América Central, en parte debido a que los
conflictos allí iluminan la política del crecimiento evangélico en nuevas y obvias formas. Un
dictador evangélico en Guatemala, más una contrarrevolución apoyada por los Estados
Unidos en Nicaragua, colocan a nuestro tema en alto relieve. Sin embargo, el centro de
gravedad en el protestantismo latinoamericano no se encuentra en América Central. Está en
el Brasil, el cual representa a más de la mitad de los evangélicos en esta parte del mundo.{11}
¿Qué hay sobre las gigantes iglesias pentecostales del Brasil y de aquel otro centro de
crecimiento, Chile? Al ser los grupos evangélicos más grandes en América Latina, ¿es posible
que éstos se conviertan en la base para una reforma social?
La respuesta más probable es no. A partir de los estudios de Emilio Willems y de Christian
Lalive d'Epinay en la década de 1960, los sociólogos se han preguntado si las iglesias del
Brasil y del Cono Sur se comprenden mejor como una forma de protesta social o de control
social.{12} Mientras tanto, las iglesias de tales países han llegado a ejemplificar la misma
polarización entre el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) y la Confederación
Evangélica Latinoamericana (CONELA), como lo han hecho las iglesias de América Central.
Existe la misma lucha solitaria de disidentes, a menudo miembros de la Fraternidad Teológica
Latinoamericana (FTL), contra los líderes conservadores que generalmente tienen el poder
institucional.
Sólo se necesita poner como ejemplo las críticas de los protestantes ecuménicos, como
Rubem Alves y Jean Pierre Bastián, y las cautelosas evaluaciones de la Fraternidad Teológica
Latinoamericana, para ver cuán conservador y reprimido es el ambiente evangélico en Brasil
y Chile,{13} en reacción a los esfuerzos del pasado para la concienciación. En el Brasil, las
iglesias más antiguas e "históricas" expulsaron a los disidentes después del golpe militar de
Los eventos recientes no han sido buenos para la derecha religiosa. Una vergüenza es la
caída y ruina de los televangelistas, o por lo menos de sus reputaciones. Es cierto que Pat
Robertson tiene aún que fracasar. Pero su campaña presidencial de 1988 no pudo llegar, más
allá de sus partidarios carismáticos, a la más amplia población evangélica, no se diga a los
conservadores no religiosos. Jim Bakker, el fundador y estrella de los Ministerios PTL, está
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www.graciasoberana.com
sábado, 18 de novembro de 2006, 11:46:44