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ANTI

VIRU
S
QUINO, EL VECINO
SILENCIOSO
Por Daniel Samper Pizano

E
l pasado miércoles me sor- Mafalda”. Es cierto. Decimos Mafalda para
prendieron las once y pico referirnos a la obra de Quino, así como de-
de la mañana conversando cimos Macondo para hablar de los libros de
por teléfono con un escri- García Márquez, dos nombres paralelos. No
tor argentino residente estamos simplemente ante un gran dibujan-
en Nueva York que prepara un guion te y un gran escritor sino ante creadores de
sobre la vida de Quino. Respondí pre- mundos. Quino no se limitó a inventar una
niña acuciada por pensamientos peligro-
guntas a Julián Troksberg durante
sos y su singular pandilla de amigos, sino un
casi una hora y al terminar estuvi- universo que gira alrededor de un barrio de
mos de acuerdo en que hacía falta un clase media y sus habitantes. La palabra cla-
gran documental que fuese también ve es barrio. Así como Macondo respira en
homenaje al genial dibujante "antes un mundo rural, el de Quino lleva una vida
de que sea tarde". inquieta en una zona urbana. Sin embargo,
nos reconocemos por igual en los persona-
Lamentablemente, ya era tarde. Más o jes de aquella aldea de veinte casas de ba-
menos a esa hora moría Quino en su casa rro y cañabrava y en los que discurren por
de Mendoza, ciudad donde nació y donde las calles, parques y tiendas de ciudad. Tan-
se refugió hace unos años, cuando las en- to Quino como García Márquez lograron
fermedades y la edad los condujeron a él y tomar el pulso a categorías universales sin
a Alicia, su mujer, en busca del reposo fami- salir de estrechas geografías. Por eso desci-
liar antes del reposo definitivo. A partir de fran la humanidad y nos involucran, Consta
la mudanza resultó difícil comunicarse con que se tenían mutuo aprecio: Gabo le diri-
ellos. Los únicos y ocasionales vínculos eran gió una cariñosa carta en que aconsejaba la
el teléfono y el correo electrónico. Alicia fa- quinoterapia como remedio y Quino dibujó
lleció hace tres años, y desde entonces ca- un portero de edificio que parece inspirado
llaron del todo Quino y el buzón colombola- en un joven y flaco GGM. Me temo, sin em-
vado@gmail.com. Hace unos días la endeble bargo, que nunca llegaron a conocerse.
salud de Joaquín Lavado sufrió un nuevo No es por dármelas, pero yo sí tuve esa
tropiezo vascular, y confirmó así aquella fortuna. Fui amigo de Quino y vecino de su
verdad que declaró a la prensa al recibir el apartamento en Madrid. Él y Alicia vivían
Premio Príncipe de Asturias 2014: “La vejez en el último piso, donde la luz entraba cla-
es una mierda”. El día 30 murió a los 88 años. ra y sin condiciones. En Madrid, en Milán o
Nada más delicioso que coincidir a pleni- en Buenos Aires sus historias dibujadas se
tud con un lugar común, y en este caso se nutrían de lo que informaban las noticias y
ha repicado hasta el cansancio el réquiem veía en sus silenciosos paseos por el vecin-
de que “Quino se nos fue, pero nos queda dario. Ese era su primer talento: la obser-

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vación. El segundo era trasladar al papel la Como Quino trabajaba hacia adentro
realidad que le contaban sus ojos, cada vez --por eso era tan callado-- excavaba pre-
más agraviados por problemas y enferme- ocupaciones dignas de Mafalda y pregun-
dades. Pese a ser gente discreta y reserva- tas típicas de Miguelito. He recordado en
da, Quino y señora garbeaban al aire libre algún artículo aquella vez que lo visité en
mucho más de lo que dice la leyenda. Les Buenos Aires. De repente me disparó el si-
gustaba salir a caminar y disfrutaban de los guiente cañonazo:
restaurantes buenos pero no ostentosos, --¿Vos le has visto el culo a Dios?
las películas de países extraños, algunos Confesé que nunca había meditado sobre
conciertos, las reuniones caseras con unos una teología tan concreta y de ubicación
pocos amigos y la vida del barrio. Con fre- tan incómoda.
cuencia me topaba al “papá de Mafalda” en --Pensá: si Dios tiene rostro y cubre el
el mercado de las frutas, donde negociaba cuerpo con una túnica, es normal que tenga
naranjas valencianas, melocotones de Ca- culo, ¿no te parece? Aquí lo tenés.
landa, cerezas picotas extremeñas y chiri- Y me mostró en un libro cierto detalle
moyas granadinas. También de la Capilla Sixtina don-
lo veía entrar a la farmacia de, hace cinco siglos, Mi-
atraído por las medicinas y Decimos Mafalda guel Ángel pintó a Dios
las farmaceutas, a las que para referirnos a en trance de exhibir las
bautizó “hadas buenas”.
Pese a ser argentinos, él y
la obra de Quino, divinas nalgas al Papa y
al resto de la humanidad.
su mujer eran más de pes- así como decimos No sé si gozó más con mi
cado que de carne. Y, sin Macondo para sorpresa o con el atrevi-
que Mafalda se enterase, miento del pintor.
frecuentaban las sopas. De
hablar de los Ha sido emocionante
hecho, Alicia se lucía con un libros de García palpar la condolencia ge-
gazpacho de pepino y men- Márquez, dos neral por la muerte de
ta, plato previo a su famoso
risotto al funghi.
genios paralelos. Quino. En Argentina y en
España, sus dos patrias,
Su relación duró más de fueron días de luto popu-
medio siglo. Funcionaba como un perfecto lar. En Colombia no hubo medio de comu-
mecanismo conyugal cuya portavoz era ella nicación que no le dedicara tiempo, espa-
mientras él (“ultratímido”, según su colega cio o gigas. Sus personajes nos han dado
Miguel Repiso, Rep) disfrutaba de esa pro- muchas lecciones. Pero pocas tan valiosas
tección. Cierto día entró una llamada de Es- como fue la vida de este gran señor de ma-
paña a un programa argentino de radio, y una neras amables, convicciones progresistas,
voz femenina con acento andaluz afirmó que defensor de los pequeños seres, humanis-
su marido era primo de Quino, pero este no ta sencillo y filósofo de nuestro tiempo.
lo sabía. Alicia comentó que debía de tratar- Hace cuatro días se marchó. “¡La pucha!”
se de una patraña, ante lo cual el dibujante como diría la nena.
opinó con una sonrisa burlona: “Pues yo creo
que sí es primo mío, porque una de las carac- Advertencia: Este columnista informa
terísticas de mi familia es que los varones ca- una vez más que no utiliza Twitter. Así,
llamos y las señoras hablan por nosotros”. Ni pues los trinos que están circulando con
Susanita lo habría analizado mejor. mi firma son todos falsos.

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