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DEL
ARCHIVO NACIONAL DE C U B A
ClONES DEL AR MAGIONAL DE CUBA
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GR
DEL
ARCHIVO NACION
DE CUBA
CONFERBNCfA
LEIDA XN LA
UNNBRSIDN) DE XA HABANA
POR EL W I T A N
JOAQUIN LLAVERIAS Y MARTlNEZ
EL DIA 26 DE NOVIEMBRE DE 1954.
LA HABANA
1954
EL POR QUd DE ESTA CONFERENCIA
El ilustre profesor de la Cátedra de Historia de Cuba de la
Universidad de La Habana, Dr. Elías Entralgo, nos honró con su
visita a mediados del año en curso para entregarnos la grata mi-
siva que se copia a continuación:
ELIAS ENTRALGO
-
La Habana, 29 de julio de 1954.
Sr. Cap. Joaquín Llaverías, Director del Archivo Nacional.
Estimado amigo:
En el próximo curso académico 1954 - 55 de nuestra Universidad de
La Habana vamos a terminar la serie de conferencias sobre Siograftas de
Znstituciones Cubanas. Quiero incluir una sobre el Archivo Nacional, y a
ese efecto le escribo las presentes letras. Las condiciones que constituyen
como el marco de cada una de esas conferencias, son las que paso a expo-
nerle. No puedo ofrecer a nombre de la comisión de Extensión Cultural
de la Universidad sino el pago de cien pesos, cantidad seguramente inferior
al mérito del trabajo que va a escribirse, pero que es con la que podemos
contar para esos fines. La extensión del escrito debe ser alrededor de 25
hojas de papel de carta en máquina de escribir con interlíneas, que lleva
aproximadamente cincuenta minutos de lectura, es decir lo que debe durar
una de nuestras clases. Esas disertaciones se van a recoger en un volumen.
Las mismas tienen lugar en el anfiteatro del nuevo edificio de la Escuela
de Filosofía y Letras (esquina de la Avenida de la Universidad y Zapata)
los viernes a las 6 de la tarde. Hasta ahora las hemos comenzado con bas-
tante puntualidad. Como se c o € m por orden cronológico de fundación,
1á destinada al Archivb Nacional vendrá a ser el viernes 26 de Noviembre.
Si alguna circunstancia imprevista nos obligara a alterar la fecha se lo co-
municaremos con cierta antelación, y también con alguna anticipación le
entregaremos 25 invitaciones. Asisten a la lectura de esos trabajos los alum-
nos de la cátedra de Historia de Cuba.
Pidiéndole excusa por la molestia, y esperando su respuesta favorable,
se reitera su amigo y compañero,
(fdo.) Elías Entrdgo.
Al doctor Entralgo hubimos de expresarle en aquella ocasión
que aceptábamos con verdadero gusto la distinción de que se nos
hacía objeto, dirigiéndole a la terminación del trabajo de referen-
cia la carta siguente:
VI PUBLICACIONES DEL ARCHWO NACIONAL DE CUBA
REPUBLICA DE CUBA
CONSEJO DIRECTOR PERMANENTE
DE Los ARCHNOS DE LA REPUBUCA DE CUBA
ARCHIVO NACIONAL
P A R T I C U L A R
LA COLONIA.
esta Isla; pues en 1569 aparecen las Ordenanzas del Rey Don
Felipe 11 por las que se disponía tratar bien los libros y demás
papeles y que se hiciera de la Contaduría un inventario jurado y
f u m d ~de sus nombres, con relación clara numerándolos y PO-
niéndoles su contenido.
De igual manera en las Ordenanzas del Rey Don Felipe 111
correspondientes al año de 1602, se recomendaba el cuidado de los
libros de relaciones y los demás de la Real Hacienda, que debían
estar bien guardados y custodiados, renovándolos a su vejez.
He aquí, señoras y señores, el origen de nuestros archivos, los
primeros gasos hada la formación de los fondos que más tarde
habían de constituir las grandes masas de documentos con que
hoy contamos, que parcialmente se fueron formando en distin-
tas dependencias del gobierno que nos regía, hasta llegar al nom-
brado Archivo General de Real Hacienda de la Isla de Cuba, que
más tarde fué Archivo General de la Isla de Cuba, después Archi-
vos Nacionales hasta convertirse en el actual Archivo Nacional
de la República de Cuba. I
El historiógrafo español D. Jacobo de la Pezuela refiere en el
tomo 111 de su Historia de la Zsla de Cuba (Madrid, 1878, ps. 50-
51) el estado de los papeles y documentos oficiales cubanos, des-
pués de la toma de La Habana por los ingleses, de este modo:
Hasta el fin del gobierno de'Ricla, la averiguacion de los hechos his-
tóricos de Cuba fué difícil y penosa; porque en la isla no habia mas archivos
que los libros de actas de los ayuntamientos y los cuadernos de la antigua
escribanía de gobierno de su capital; y aun esa escasa documentacion, co-
rroida de gusanos, estaba interrumpida en muchas épocas, habiendo en gran
parte desaparecido despues del sitio y toma de la Habana en 1762 Papeles
hubo que cerca de un siglo despues halló y rescató el autor en Londres.
Pero despues de ñicla vino h gobernar á Cuba en 1766 el Bailio y ge-
neral D.Antonio Bucarely, que desde sus primeros pasos y con su solo ayu-
dante el capitan Peramás, empezó á organizar la primera secretaría de la
capitanía general, en donde desde entonces hasta 1822, se despacharon in-
distintamente todos los asuntos de gobernacion civil lo mismo que los mili-
tares. La escribanía de gobierno ya no corrió mas que con los judiciales y
contenciosos. Lo singular de los principios de aquella secretaría fué que su
fundador, sin mas conocimientos que los propios de su carrera, apenas podia
escribir y lo que escribia, apenas se podia interpretar mas que por su secre-
tario y ayudante.
La secretaría ecabó de organizarse por el metódico marqués de la To-
4 PUBUCACIONES DEL ARCHIVO NACIONAL DE CUBA
rre, que trajo de Caracas como secretario suyo á un oficinista de gran expe-
dicion y despejo, D. Miguel José de Azanza, tan conocido despues en esferas
superiores, y sobre todo en una gran crisis polftica por sus servicios, sus vir-
tudes y sus desgracias. Azanza dejó completamente ordenada la secretaría
en 1776; y nada perdió con pasar despues á manos del teniente coronel D.
Antonio Remon Zarco del Valle, casado con una hija del ingeniero director
de la isla D.Luis Huet, y padre del sabio general de su mismo nombre arre-
batado hace algunos años á las ciencias. .
Constituida desde la época de Bucarely la secretaría del gobierno
general de Cuba con toda la documentacion que le era propia, ya no tuvo
el autor necesidad de recurrir á los archivos de la Penfnsula para la averi-
guacion de sucesos posteriores. Durante años enteros, y con la autorizacion
de los capitanes generales D. Gerónimo Valdés, D. Leopoldo O’Donnell y
D.Federico Roncali, tomó allf copia de todos los documentos útiles para su
objeto que se hallan en su coíeccion.
Por la Real Cédula de 7 de octubre de 1764 se resolvió que
con ningún pretexto se sacaran los libros y papeles que estuviesen
archivados en las oficinas, ni que los entregaran por ningún moti-
vo los funcionarios a cuyo cargo estuviesen, y solamente podrían
los Virreyes, Presidentes y Gobernadores enviar un Ministro de la
Audiencia del Distrito con el Escribano de Gobierno para que,
por testimonios, sacase la razón que necesitaran para satisfacer
los informes que pidieran, o para despachar o evacuar algún ex-
pediente que se considerase indispensable el tener presente.
También se prohibió por otra Real Cédula más antigua,
fechada en17 de noviembre de 1693, la extracción de papeles y
libros de los archivos de las oficinas de Cuba, aunque los pidieran
los jueces.
Con motivo de la creación de la Secretaría de la Intendencia
de Ejército y Real Hacienda de la isla de Cuba y Superintendencia
del Ramo de Tabaco que le era anexa, y en consecuencia con las
facultades conferidas por el Rey en Real Orden de 21 de noviem-
bre de 1791, se formó una Instrucción para el mejor régimen y
gobierno de dicha Secretarla en que se dictaban reglas para el
mejor cuidado y colocación de sus archivos. Fué esta medida un
gran adelanto y el Intendente José Pablo Valiente atendió con
verdadero interés lo que tocaba a la conservación de los papeles
públicos.
De la misma manera IalReal Cédula de 4 de abril de 1795
que erigió el Consulado de Agricultura, Industria y Comercio de
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la Isla de Cuba, los Sres. José del Rosario Nattes, Mariano Torren-
te, Blas María de San Millán, Rafael Barhen y Acosta, Manuel G.
Chaple, Nicolás de Cárdenas y Rodríguez, Manuel Bulnes, Anto-
nio María de Capetillo, Cosme Gómez de la Mata, Francisco Fer-
nández de Rodas, Francisco de Ortega y López de Ayala, Avelino
Batanero, Rafael Eguileor, Eduardo Martínez Cadraria, Alvaro
de Undabeytia, Ignacio de Cárdenas y O'Farrill, Adolfo Cao-
Cordido, Manuel Díaz y Díaz y Manuel Fernández Linero.
Los servicios prestados a la Administración Pública por h
Institución de que hablamos han sido espléndidos en todos los
tiempos, si nos contraemos a sus libros registros que hemos exa-
minado 'prolijamente y los cuales se conservan en admirables con-
diciones desde su fundación. De igual manera los intelectuales
extranjeros y cubanos han recibido la mejor ateiición, debiendo
citarse entre los más significados al Sr. Mariano Torrente quien
en 1852 se le permitió consultar cuantos datos necesitara para su
obra Bosquejo Económico de la isla de Cuba; al Sr. Manuel Zapa-
tero en 1856 para tomar antecedentes para imprimir un periódi-
co titulado Archivo de la Habana; en 1859 al Sr. Ramón de la
Sagra sobre lo que oficialmente hubiese para la redacción de un
suplemento complementario de su obra Historia Física, Política
y Natural de la isla de Cuba; en el propio año a los Dres. José
Silverio Jorrín, Antonio-Bachiller y Morales, Gabriel de Cárdenas
y Cárdenas, Francisco J. Saravia y al Marqués de Aguas Claras
para seleccionar materiales para un luminoso informe que pre-
sentaron acerca del Ayuntamiento de La Habana; en 1879 tam-
bién fué autorizado el escritor público Sr. Manuel Villanova para
consultar, extractar y transcribir los expedientes relativos al sistema
monetario con el propósito de reunir datos de carácter histórico
para un estudio referente a asunto de tanto interés, material que
en colecciones facticias existen hoy en nuestro Archivo Nacional;
en 1882 el ilustre historiador Dr. Vidal Morales y Morales recibió
permiso para tomar apuntes y notas de aquellos documentos que
pudieran serle necesarios para la obra que escribía denominada
Historia de las Américas; en 1883 a virtud de una Real Orden se
consintió al Sr. Salvador Vidal para que recogiera lo que le fuese
de utilidad para publicar una serie de biografías de hombres de
la Administración Civil y Militar que por sus actos y servicios
26 PUBLICACIONES DEL ARCHIVO NACIONAL DE CUBA
LA I N T E R V E N C I ó N .
tos que obren en el Archivo General de esta Isla, se dirija al Director del
mismo para que la expida sin intervencion de esta Secretaria; y
2P.-Que en dichas instancias los solicitantes expresen con claridad el
lugar de su domicilio para que les sean remitidas las certificaciones que in-
teresen, corriendo á su cargo el costo del Canqueo. Esto se entenderá en
casos en que los interesados no deseen recogerlas personalmente.
Lo que se hace público por este medio para general conocimiento.
Habana, 21 de Octubre de 1899.
Domingo Méndez Capote,
Secretario de Estado y Gobemacion.
LA R E P ~ B L I C A .
tido que no podía ni debía el Jefe del Archivo Nacional expedir do-
cumentos explicativos, ni comprobatorios, ni negativos, de los
documentos allí existentes y que mero custodio de ellos había 'de
limitarse a expedir copias o certificaciones concretas de lo que se
le pidiera, pues toda otra práctica, entronizaría la confusión en
las distintas funciones del servicio público, agregando que una
certificación del Archivo debía ser siempre un traslado literal, de
la totalidad o bien de parte, explicándolo así, del documento allí
existente.
Efímero puede considerarse el paso por la Jefatura del Ar-
chivo Nacional del señor Alcover, quien por motivo de una de-
nuncia hecha a la Comisión del Servicio Civil por un empleado
poco escrupuloso en el cumplimiento de su deber, que lo acusó
de no haber sido nombrado observándose los preceptos de la Ley
citada que creó dicho organismo, se dispuso por el gobierno en
cumplimiento de un acuerdo de la propia Comisión, su cese en el
expresado cargo, designándose en igual forma que a su antecesor
al Sr. Julio C. Ponce de León, quien ya había ocupado antes una
de las plazas de Auxiliar, entonces ya suprimidas.
El nuevo jefe continuó la labor eficiente de reorganización
que se venía realizando a tenor de lo dispuesto en las Instruccio-
nes en vigor desde septiembre de 1907, firmando los informes que
periódicamente eran enviados a la Superioridad sobre adelantos
de los trabajos efectuados.
El Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes nos desig-
nó para ocupar en comisión el cargo de Jefe del Archivo Nacional
en 7 de noviembre de 1921, habiendo ejecutado hasta esa fecha
las funciones de Oficial encargado del Despacho.
Un año después por Decreto número 1595 de 3 de noviem-
bre de 1922, fué ascendido quien tiene el honor de hablaros por el
Sr. Presidente de la República para desempeñar la Jefatura del
Archivo Nacional por haber promovido el señor P o n e de León
su expediente de jubilación, y que aceptamos a condición de que
fuesen trasladados a otros lugares dos empleados de mala repu-
tación, uno de ellos el que denunció al señor Alcover, y que se
nos diese completa autonomía para terminar de una vez y para
siempre con los dialos procedimientos hasta aquel momento exis-
tentes. Complacidos nos encontramos por que aquel gobierno
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los Prefacios de cada uno de esos tomos los juicios u opiniones fa-
vorables recibidas de ingenieros, arquitectos, delineantes y del pú-
blico en general.
Además hemos formado un nuevo fondo denominado “Asun-
tos Políticos” para los que deseen escribir, basados en datos verí-
dicos, los acontecimientos pretéritos y cosas memorables encuen-
tren la autenticidad documental de los tópicos de distintas épocas
y que alcanza a todos los sectores de nuestra historia, como tam-
bién de la de España en relación con Cuba y el resto de la Amé-
rica, que abarca los siglos XVIII, XIX y XX, agregándose a este
archivo los valiosos papeles de la colección manuscrita e inédita
dejada a su muerte al Establecimiento por el notable periodista y
economista D. Manuel Villanova, quien como hemos expresado
antes, tuvo acceso al antiguo Archivo General de la Isla de Cuba
durante el período de la dominación de la Metrópoli.
Hemos formado una Biblioteca de consulta que comprende
cuanta publicación ha hecho el gobierno, como son la Gaceta
Oficial, informes, estadísticas, aranceles, boletines, colecciones le-
gislativas, periódicos varios, presupuestos, etc. y una cantidad de
obras sobre la historia de Cuba, que resultan de suma utilidad
para consulta de los investigadores, fondo que ha sido aumentado
considerablemente con el magnífico donativo hecho al Archivo
por la Sra. Terina Souza de del Valle y su hermano el coronel del
ejército americano Dr. Pedro Manuel Souza al fallecer su padre
el cultísimo historiador y sobresaliente médico Dr. Benigno Souza
y Rodríguez y cuyo provisional “Catálogo Diccionario” está muy
adelantado.
De la propia manera hemos constituido un fondo especial con
las actuaciones civiles recibidas por diferentes donantes, que se
denominan “Varios-Judicialyy.
Y, recientemente, se ha principiado el fomento de otro fondo
llamado “Benigno Souza y Rodríguez”, compuesto de fotografías,
láminas, etc. y que ha engrosado muchísimo el donativo de los
papeles del meritísimo cubano cuyo nombre lleva.
Ahora antes ‘de proseguir, debemos continuar relatando que
el Presidente de la Comisión de Cooperación Intelectual de la
Sociedad de las Naciones remitió un cuestionario referente a las
BIOGRAFfA 41
Muchas gracias.
INDICE GENERAL
La Intervención ................................................ 26
La República ................................................... 30
O B R A S P U B L I C A D A S