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UNIVERSIDAD LIBRE SECCIONAL BARRANQUILLA

SINTESIS SENTENCIA T 338/2018

PRESENTADO POR:

PABLO ANDRÉS BARRERA LEGUÍA


IRMA LORENA CAMPO PALOMINO
FIORELLA ROJAS CHACÓN
LAUREN VANESSA LÓPEZ BERMUDEZ

PRESENTADO A:
DRA. VILMA RIAÑO

DERECHO DE FAMILIA Y DEL MENOR

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES


PROGRAMA DE DERECHO
4° AÑO
2021
Esta sentencia con enfoque de género deja al descubierto como en Colombia a pesar de
tener una Constitución ideal en términos generales, en la práctica los jueces siguen
arraigados a culturas desiguales e inequitativas para la mujer que fueron superadas con la
misma Carta, y que constituyen actualmente una evidente violación a los avances que ha
tenido el tema de violación contra la mujer internacionalmente y que en nuestro país
constituyen Ley. El órgano Legislativo se ha encargado en Colombia de regular
normativamente el Principio de igualdad y no discriminación en el tema de género, una de
las obligaciones primordiales del sistema judicial entonces es escuchar y responder a estas
en derecho.
En esta caso, vemos cómo influye de gran manera en la violencia a la mujer la violencia
doméstica, que por años en Colombia el Estado le hizo caso omiso a la misma, y que en
este proceso judicial en particular, no sólo a nuestro concepto se violó el principio de no
discriminación e igualdad y debido proceso sino que además el mismo órgano judicial que
tiene como obligación prevenir todo tipo de violencia contra la mujer en el Derecho Civil y
de familia revictimiza a la mujer, desconociendo todo tipo de Derecho Humano que pueda
tener la misma, dejándola en una posición de vulnerabilidad al punto de tener que
encontrarse en un estado de máxima gravedad para que le puedan hacer valer sus derechos
ya en una última instancia penal.
Por otro lado, son los niños, niñas y adolescentes dentro de las familias colombianas
quienes sufren y padecen la peor parte, y debe ser por ellos que los jueces de familia deben
fallar en derecho, teniendo en cuenta la primacía de sus derechos en cualquier proceso que
los involucre como afectados, que el juzgado demandado haya omitido en su totalidad las
pruebas, a nuestro concepto ha desconocido también la prevalencia de los derechos de los
niños ya que al desconocer esos hechos, los cuales evidenciaban la violencia física y
psicológica que tenía el padre con su hija y la madre de esta y aún así considerar que esta
merecía la misma sanción que el padre, las pone en una posición inferior, vulnerable y
denigrante debido a la manera cómo sucedieron los hechos, porque debió prever que esa
“violación” a la medida impuesta de no generar violencia frente a la niña, constituyó una
reacción de la madre frente a tantos abusos y violencias y no fue iniciada por ella. Lo que
hizo entonces, fue ponderar los derechos de este agresor frente las víctimas, y no acudió a
ningún criterio de proporcionalidad y razonabilidad de las conductas desplegadas.
Concluimos que lo que hace falta en Colombia para erradicar estas conductas
discriminatorias, como bien lo menciona la sentencia es crear en la sociedad una
mentalidad que las conciba como iguales y no como inferiores, pues esta es la causa
estructural de la violencia contra las mujeres. Y bien hizo en ordenar la asistencia
obligatoria de todos los jueces del país de la jurisdicción de familia, a las capacitaciones
sobre género en determinada institución. Debería ser más frecuente y debe haber un mayor
control en nuestro país para aquellos que se encargan de impartir justicia, aún más en este
tema tan primordial de familia, puesto que esta es la institución base de toda sociedad, y es
deber del Estado velar por la protección de la misma, y que mejor que iniciar desde todos
los aspectos básicos y necesarios en toda instancia judicial y de acompañamiento familiar.

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