PROGRAMA DE DERECHO 4° AÑO 2021 Esta sentencia con enfoque de género deja al descubierto como en Colombia a pesar de tener una Constitución ideal en términos generales, en la práctica los jueces siguen arraigados a culturas desiguales e inequitativas para la mujer que fueron superadas con la misma Carta, y que constituyen actualmente una evidente violación a los avances que ha tenido el tema de violación contra la mujer internacionalmente y que en nuestro país constituyen Ley. El órgano Legislativo se ha encargado en Colombia de regular normativamente el Principio de igualdad y no discriminación en el tema de género, una de las obligaciones primordiales del sistema judicial entonces es escuchar y responder a estas en derecho. En esta caso, vemos cómo influye de gran manera en la violencia a la mujer la violencia doméstica, que por años en Colombia el Estado le hizo caso omiso a la misma, y que en este proceso judicial en particular, no sólo a nuestro concepto se violó el principio de no discriminación e igualdad y debido proceso sino que además el mismo órgano judicial que tiene como obligación prevenir todo tipo de violencia contra la mujer en el Derecho Civil y de familia revictimiza a la mujer, desconociendo todo tipo de Derecho Humano que pueda tener la misma, dejándola en una posición de vulnerabilidad al punto de tener que encontrarse en un estado de máxima gravedad para que le puedan hacer valer sus derechos ya en una última instancia penal. Por otro lado, son los niños, niñas y adolescentes dentro de las familias colombianas quienes sufren y padecen la peor parte, y debe ser por ellos que los jueces de familia deben fallar en derecho, teniendo en cuenta la primacía de sus derechos en cualquier proceso que los involucre como afectados, que el juzgado demandado haya omitido en su totalidad las pruebas, a nuestro concepto ha desconocido también la prevalencia de los derechos de los niños ya que al desconocer esos hechos, los cuales evidenciaban la violencia física y psicológica que tenía el padre con su hija y la madre de esta y aún así considerar que esta merecía la misma sanción que el padre, las pone en una posición inferior, vulnerable y denigrante debido a la manera cómo sucedieron los hechos, porque debió prever que esa “violación” a la medida impuesta de no generar violencia frente a la niña, constituyó una reacción de la madre frente a tantos abusos y violencias y no fue iniciada por ella. Lo que hizo entonces, fue ponderar los derechos de este agresor frente las víctimas, y no acudió a ningún criterio de proporcionalidad y razonabilidad de las conductas desplegadas. Concluimos que lo que hace falta en Colombia para erradicar estas conductas discriminatorias, como bien lo menciona la sentencia es crear en la sociedad una mentalidad que las conciba como iguales y no como inferiores, pues esta es la causa estructural de la violencia contra las mujeres. Y bien hizo en ordenar la asistencia obligatoria de todos los jueces del país de la jurisdicción de familia, a las capacitaciones sobre género en determinada institución. Debería ser más frecuente y debe haber un mayor control en nuestro país para aquellos que se encargan de impartir justicia, aún más en este tema tan primordial de familia, puesto que esta es la institución base de toda sociedad, y es deber del Estado velar por la protección de la misma, y que mejor que iniciar desde todos los aspectos básicos y necesarios en toda instancia judicial y de acompañamiento familiar.
Orientaciones para la defensa de los derechos de las mujeres víctimas de violencia cometida por parejas y exparejas: Un estado del arte de la respuesta judicial