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Universidad de Guanajuato

División de Ciencias Económico Administrativas

UDA

Sociología laboral

El manifiesto del partido comunista y la encíclica Renum Novarum

Ensayo comparativo de las dos posturas

Docente: Nicolás Nava

Presentado por:

Andrea del Carmen García Hernández

Licenciatura en Relaciones Industriales

26 de febrero de 2021.
INTRODUCCIÓN

A través de los años, la sociedad ha vivido múltiples sucesos, que, en muchas de las
ocasiones han llevado al mundo a cambiar. Entre guerras, revoluciones,
inconformidades, ideas diferentes entre las clases sociales y muchas cosas más se
encuentran todos los cambios que la historia del mundo ha sufrido.
El manifiesto del partido comunista y la encíclica Rerum Novarum son dos documentos
que, a través de sus propias ideas, las cuales son forjadas desde distintos contextos,
intentan dar a conocer su postura sobre un tema que aquejo por mucho tiempo fue muy
controversial. Se trata de la situación de la clase obrera en la época burguesa, de la
explotación de los trabajadores y su fatal situación de vida, también, como consecuencia
a ello de las diferentes sociedades que se fueron formando a través del tiempo y sus
diferentes objetivos, principalmente el de derrocar a la clase dominante y con ello
cambiar en su totalidad la sociedad.
Las posturas presentadas en los documentos mencionados anteriormente cuentan con
argumentos sólidos dentro del contexto en el que se desarrollan, para disuadir a las
personas para las cuales fueron escritos a que cada uno, por su parte, tiene la razón y
con ello invitarlos a pensar igual.
En el presente trabajo, se pretende hacer una comparación de dichas posturas,
señalando lo que se considera más importante conocer sobre cada una y concluyendo
en las partes en que se contraponen o están de acuerdo. Esperando sea de su agrado y
exhortando su interés a conocer sobre un tema tan interesante como lo es este, se le
invita a continuar con la lectura del presente documento
MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA
El manifiesto del partido comunista es un documento a base del pensamiento comunista,
principalmente en materia política, económica, socióloga. A través de este se
desarrollaron ideas como el comunismo, el socialismo y el marxismo. El manifiesto
comunista está formado por varios capítulos, que en su conjunto describen como fue
evolucionando la sociedad.
Capítulo I. Burgeses y proletarios.
Relata, principalmente, como la burguesía se posiciono como la única sociedad despues
de la edad media. Sin embargo, con el paso del tiempo y con todas las transformaciones
y cambios que los burgueses trajeron consigo, la principal consecuencia fue la división
de la sociedad en dos grandes clases: la burguesía y el proletariado.
Con la sociedad burguesa uno de los principales cambios fue la manufactura por la
industria moderna. La burguesía, también se caracterizó por haber destruido todas las
relaciones feudales, patriarcales e idílicas. Le dio un sentido diferente a la explotación y
con ello saco a la luz lo que se podía conseguir con la actividad humana. La revolución
permanente de la producción, la conmoción incesante de todas las situaciones sociales,
la inseguridad y el movimiento eternos distingue la época burguesa de todas las otras.
La burguesía arrastro a todas las naciones a su civilización, obligándolas a convertirse
en burguesas con el objetivo de forjar un mundo a su imagen y semejanza. Aglomeró a
la población, centralizó los medios de producción y concentró la propiedad en pocas
manos. Todo lo comprimió en una nación, un gobierno, una ley, un interés nacional de
clase, una línea aduanera. Uno de los puntos débiles de la época burguesa, fueron las
crisis comerciales, ocasionadas por consecuencia de la sobreproducción, porque poseía
demasiada civilización, demasiados medios de vida, demasiada industria, demasiado
comercio.
En medida que la sociedad burguesa se iba desarrollando, también se desarrollaba el
proletariado. El proletariado estaba conformado por la clase de los obreros modernos,
que solo vivían mientras encontraban trabajo, dichos obreros durante esta época eran
considerados como una simple mercancía o articulo de comercio, un simple accesorio
de máquina. De ahí que el salario decrezca en la misma medida en que aumenta la
cantidad del trabajo, sea por aumento de las horas de trabajo, incremento del trabajo
exigido en un tiempo dado, por aceleración del movimiento de las máquinas, etc. Los
obreros no solo eran esclavos de la clase burguesa, del estado burgués, sino que son
esclavizados a diario y a toda hora por la máquina, por el capataz y, sobre todo, por el
propio fabricante burgués individual.
El proletariado se recluta entre todas las clases de la población, sin importar las
diferencias de sexo y edad. Todo esto provoca su deseo de luchar contra la burguesía y
en medida que la lucha avanza, el proletariado cada vez va haciéndose más fuerte y
numeroso, pasando de ser una lucha individual a convertirse en una lucha nacional. Con
el creciente número de esta clase, se comienzan a formar coaliciones contra los
burgueses que actúan en común para defenderse. El verdadero resultado de las luchas
no es el éxito inmediato, sino la unificación, cada vez más amplia de esta clase.
Finalmente, cuando esta lucha de clases se acerca a su desenlace la clase dominante
adquiere un carácter violento, sin embargo, el proletariado se convirtió en una clase
revolucionaria en el sentido de defender sus intereses futuros, se convirtió en un
movimiento independiente en favor de la mayoría.
La revolución del proletariado los llevo a derrocar a la burguesía e implantar su dominio.
De modo que, demostró que la burguesía ya no era capaz de seguir siendo la clase
dominante de la sociedad, ni de imponer a esta las condiciones de vida. La existencia y
del dominio de la clase burguesa era la acumulación de la riqueza en manos de
particulares, la formación y multiplicación del capital, lo que la llevo al hundimiento y a la
victoria del proletariado.
Capítulo II. Proletarios y comunistas.
Este capítulo describe principalmente el comunismo, el cual era un movimiento político
de aquella época. El objetivo de los comunistas era la constitución del proletariado como
clase, el derrocamiento del dominio de la burguesía y la conquista del poder político por
parte del proletariado.
Ahora bien, la teoría del comunismo se basaba, principalmente, en la abolición de la
propiedad privada. Argumentan los comunistas, que la propiedad privada burguesa
creaba capital; un capital que se producía bajo la explotación del trabajo asalariado.
Concluyendo que dicho capital es, entonces, un producto comunitario y sólo puede ser
puesto en movimiento por la actividad conjunta de muchos miembros de la sociedad (el
proletariado o la clase obrera). Por consiguiente, cuando el capital se transforma en
propiedad común, perteneciente a todos los miembros de la sociedad sólo cambia el
carácter social de la propiedad.
Otro de los puntos principales en este capitulo es: el trabajo asalariado. Durante esa
época, el precio medio del trabajo asalariado era el mínimo del salario, solo la suma de
lo indispensable para que el obrero siguiera viviendo como obrero. Como lo vimos
anteriormente, era el obrero el que trabajaba para incrementar el capital y la clase
dominante imponía la condición en la que el proletariado debía vivir. Suprimir este hecho,
era una de los objetivos del comunismo, ya que lo consideraban como algo miserable.
La sociedad burguesa pretendía que el trabajo se convirtiera en un medio para ampliar,
enriquecer y mejorar el proceso vital de los trabajadores.
Los comunistas tenían claro que lo que querían era abolir la personalidad, la
independencia y la libertad burguesas. “En vuestra sociedad establecida la propiedad
privada está abolida para las nueve décimas partes de sus miembros”, decían.
Consideraban que la burguesía, únicamente entendía las necesidades de los mismos
burgueses y eso tenía que ser abolido por el bien del resto de la sociedad.
Se señalaba que una consecuencia de la abolición de la propiedad privada, seria el cese
de la producción y con ello una alta holgazanería, a lo que el comunismo refutaba con lo
siguiente: “puesto que los que en ella trabajan, no adquieren, y los que adquieren en ella,
no trabajan. Esta objeción se reduce puesto que, tan pronto como no hay ya trabajo
asalariado, no hay ya capital”.
Los burgueses veían la abolición de su clase como la abolición de la propia familia,
mientras que los comunistas y la demás sociedad veían como las bases de dicha familia
el capital y el lucro privado. Los comunistas pretendían introducir a las mujeres a la
comunidad, mientras que los burgueses veían a sus mujeres como un simple instrumento
de producción. Se pensaba, que la sociedad comunista con todas sus creencias
pretendía terminar con la patria y la nacionalidad. Sin embargo, los obreros no tenían
patria, por ello no era posible quitarles lo que no tenían.
La revolución comunista rompe radicalmente con las ideas dominantes de aquella época,
con ello se expresa el hecho de que en el seno de la vieja sociedad se han formado los
elementos de una sociedad nueva. El primer paso en la revolución obrera es la elevación
del proletariado a clase dominante, la conquista de la democracia. Una vez
desaparecidas las diferencias entre clases sociales se dará paso a una asociación en la
que el libre desarrollo de cada cual es la condición para el libre desarrollo de todos.
Capítulo III. Literatura socialista y comunista.
Como primer punto, este capítulo habla sobre el socialismo reaccionario, el cual se
entiende por aquellas variantes del socialismo que, pretendían defender los intereses de
la clase obrera, sin embargo, su verdadera intención no era esa.
La primera de estas variantes fue catalogada como el socialismo feudal. Dicha clase
surge del eco del pasado y las amenazas del futuro, también intentaron demostrar que
su forma de explotación era distinta a la de los burgueses. Su acusación principal contra
la burguesía era que precisamente bajo su régimen se desarrollaba una clase que,
alteraría por completo el orden social. Dentro de la política, participaban como
defensoras de todas las medidas tomadas para con la clase obrera.
El socialismo pequeño burgués fue otra de estas variables. Esta clase oscilaba entre el
proletariado y la misma burguesía, su propósito era restaurar los viejos medios de
producción y de tráfico y, con ellos, las viejas relaciones de producción y la vieja
sociedad.
Existía, también, el socialismo alemán o verdadero que era conformado por los literarios
alemanes. Esta clase era la expresión literaria de la lucha contra la burguesía, su trabajo
consistió en apropiarse de las ideas francesas desde su punto de vista filosófico. Con
esto, la literatura francesa fue cesada, mientras que los alemanes se convencían de
haberlos superado. Y así, si el socialismo verdadero fue un arma en manos de los
gobiernos contra la burguesía alemana.
El segundo punto que toca este capítulo se trata sobre el socialismo conservador o
burgués, es cual era considerado parte de la burguesía deseaba remediar los males
sociales para asegurar la subsistencia de la sociedad burguesa. Su objetivo era predicar
con la templanza. Estos estaban a favor de las condiciones de vida de la sociedad
moderna, pero sin las luchas y peligros que surgía de ellas. Querían eliminar de la
sociedad los elementos que la revolucionaban y disolvían: una burguesía sin el
proletariado. Intentó disuadir a la clase obrera de cualquier movimiento revolucionario, el
socialismo de la burguesía consistía en afirmar que los burgueses son los burgueses.
El socialismo y el comunismo utópico-críticos, son el último de los puntos de este
capítulo. Se trataba de la literatura que expresaba las exigencias del proletariado. Fue
uno de los primeros intentos del proletariado por imponerse de modo directo. Esta
literatura era reaccionaria, sin embargo, solo surgen dentro del primer periodo de la lucha
del proletariado. El proletariado sólo existe para ellos desde este punto de vista de su
condición de la clase que ha de cargar con un mayor sufrimiento. Esta clase busca
cumplir con sus objetivos mediante la vía pacífica. Dirigen, en consecuencia, sus
esfuerzos a intentar mitigar de nuevo la lucha de clases y a mediar entre los
antagonismos.
Capítulo IV. Posición de los comunistas frente a diversos partidos opositores.
De acuerdo con el apartado II del manifiesto, este capítulo habla sobre la relación entre
los comunistas y los partidos obreros ya constituidos. Juntos luchan por alcanzar los fines
e intereses presentes inmediatos de la clase obrera. Relata cómo algunas de las clases
de países como Francia, Suiza, Polonia y Alemania a su vez, se unen a su propio
movimiento revolucionario contra la monarquía absoluta. Los comunistas apoyan por
doquier todo movimiento revolucionario contra el estado social y político de cosas
existente y en todos estos movimientos ponen en primer término el problema de la
propiedad. Llaman a los proletarios de todos los países a unirse a la revolución
comunista, que pretende acabar de manera violenta de todo orden social preexistente.

ENCÍCLICA RERUM NOVARUM


La carta encíclica es un documento escrito por la Iglesia que habla sobre algún tema de
la doctrina religiosa. En este caso, la encíclica “Rerum Novarum” fue escrita para tratar
la situación de los obreros en el año de 1981.
El cambio operado en las relaciones mutuas entre patronos y obreros, la acumulación de
las riquezas en manos de unos pocos y la pobreza de la inmensa mayoría, fueron
algunas de las razones que llevaron a la iglesia a intervenir en un tema muy importante
como este, dónde lo que pretendían era el bien común. La desigualdad entre la sociedad
en muchos de los aspectos de la vida humana abundaba durante esta época, siendo
pocos los adinerados y una gran parte los proletarios.
Como solución a esta problemática, los socialistas buscaban acaban con la propiedad
privada de los bienes, argumentando que, todos los bienes debían ser comunes y
administrados por quienes dirigen a la nación, para así distribuir las riquezas por igual y
logrando el bienestar de todos los ciudadanos. Sin embargo, la Iglesia refuta esta idea
argumentando que se trataba de una medida inapropiada, pues terminaría perjudicando
a las personas que pretendía beneficiar, en este caso, a la clase obrera. Los socialistas
empeoran la situación de los obreros, puesto que, privándolos de la libertad de colocar
sus beneficios, con ello mismo los despojan de la esperanza y de la facultad de aumentar
los bienes familiares y de procurarse utilidades.
La iglesia manifiesta que es necesidad conceder al hombre el uso de los bienes, también
poseerlos con derecho estable y permanente. Las necesidades de cada hombre se
repiten de una manera constante; de modo que, satisfechas hoy, exigen nuevas cosas
para mañana. Se dice que Dios dio la tierra en común al género humano porque no
asignó a nadie la parte que habría de poseer. A pesar de que se halle repartida entre los
particulares, no deja por ello de servir a la común utilidad de todos, ya que no hay quien
que no se alimente con lo que los campos producen y los que carecen de propiedad, lo
suplen con el trabajo.
La tierra produce las cosas que se necesitan para vivir, pero no podría producirlas por sí
sola sin el cultivo y el cuidado del hombre. Ahora bien, cuando el hombre aplica su
habilidad intelectual y sus fuerzas corporales a procurarse los bienes de la naturaleza,
por este mismo hecho se adjudica a sí aquella parte de la naturaleza que él mismo
cultivó. Estos son parte de los argumentos que la iglesia describe para hacer frente a la
situación propiciada por los socialistas.
Con todo esto, se permite interrogar a la justicia (el Estado), de manera que se
comprenda que no es correcto el que alguien se apropie de una tierra que otra persona
ha trabajado. Añade que es la naturaleza quien otorga el derecho a cada persona de
poseer sus propias tierras, haciendo alusión a los padres de familia como dichas
personas, que tiene que proveer el sustento. Hace una comparación del Estado con la
familia, ambos los ve como sociedades y argumenta que el Estado tiene la obligación
con la sociedad, en este caso la familia (que es parte de la sociedad), de protegerles y
socorrerles en situaciones vulnerables. Sin embargo, también, se debe entender que el
Estado sólo debe intervenir sin excederse a lo que no le concierne.
La iglesia cree, sin duda, que esta cuestión pide también la contribución y el esfuerzo de
los demás; los gobernantes, de los señores y ricos, y, finalmente, de los mismos por
quienes se lucha, de los proletarios. Para esto propone las enseñanzas del Evangelio
para resolver el conflicto. Lo que ella quiere es que todos los órdenes sociales se alíen
con la finalidad de mirar por el bien de la causa obrera de la mejor manera posible.
Dentro de las propuestas señaladas por la iglesia para solucionar este conflicto, se
encuentran, en primer lugar; que se debe de respetar a la sociedad por igual, sin hacer
distinciones en lo alto o bajo, aunque por naturaleza todos los hombres sean diferentes
en todos los aspectos. También es necesario terminar con la creencia de que las clases
sociales son enemigas por sus diferencias. La naturaleza dispone que, dichas clases
deben concordar armónicamente y ajustarse para así lograr el equilibrio, ya que son
complementarias la una de la otra.
En segundo lugar, habla sobre terminar con la lucha. Para lo cual propone las doctrinas
religiosas como su principal solución, pues es por medio de estas que se puede
grandemente arreglar y unir a los ricos con los proletarios, es decir, llamando a ambas
clases al cumplimiento de sus deberes respectivos y, ante todo, a los deberes de justicia.
De esos deberes enlista los que corresponden a los overos y proletarios y los que
corresponden a los patrones y ricos. Habla también sobre los trabajos remunerados, que
son considerados de mucha honra para ganarse la vida y para establecer la medida justa
del salario se deben considerar muchas razones, pero generalmente, se debe tener
presente que oprimir para su lucro a los necesitados y buscar su ganancia en la pobreza
ajena no lo permiten ni las leyes divinas ni las humanas.
Por último, la iglesia describe la importancia de que los ricos han de evitar
cuidadosamente el aprovecharse o perjudicar a los proletarios. En este caso, la iglesia
con Cristo, persigue la meta de tratar de unir una clase con la otra por la aproximación y
la amistad. Argumenta que Dios creo al hombre para cosas celestiales y eternas, y que
la tierra no es su residencia permanente. Así que te el tener abundancia o carecer de
riquezas no es verdaderamente importante para la felicidad, sino que lo verdaderamente
importante es como se usa de ellos. Escribe también que sobre el uso de las riquezas
hay una doctrina de gran importancia que la misma iglesia ha ido perfeccionando, el
fundamento de dicha doctrina consiste en distinguir entre la recta posesión del dinero y
el recto uso del mismo.
De nuevo menciona que poseer bienes en privado Poseer bienes en privado es derecho
natural del hombre, y usar de este derecho, no sólo es lícito, sino incluso necesario en
absoluto. Se resume en que todo el que ha recibido abundancia de bienes, los ha recibido
para perfeccionamiento propio, y, al mismo tiempo, para que los emplee en beneficio de
los demás. Los que, por el contrario, carezcan de bienes de fortuna, aprendan de la
Iglesia que la pobreza no es considerada como una deshonra ante Dios y que no han de
avergonzarse por el hecho de ganarse el sustento con su trabajo. Con esto, la iglesia
quiere enseñar que la verdadera dignidad y excelencia del hombre radica en lo moral,
siendo la virtud algo común en todos, ricos y pobres, de este modo, se logrará sin
dificultades que las voluntades de una y otra clase, se unan también entre sí.
Tales son los deberes y derechos que la filosofía cristiana, a través de su encíclica,
profesa. Por lo tanto, si hay que curar a la sociedad humana, sólo podrá curarla el retorno
a la vida y a las costumbres cristianas, ya que, cuando se trata de restaurar la sociedad,
hay que hacerlas volver a sus principios. Porque la perfección de toda sociedad está en
buscar y conseguir aquello para que fue instituida. En relación a los problemas,
concretamente la iglesia contribuye con su aportación llamando y guiando a los hombres
hacia la virtud.
CONCLUSIÓN

A través del análisis hecho a los dos documentos anteriormente mencionados, se puede
concluir que las posturas se contraponen. Es cierto que los documentos hablan sobre un
mismo tema: la situación de la clase obrera. Sin embargo, no adoptan las mismas ideas
para mejorar o cambiar la situación y es aquí donde se pretende dar a conocer dichas
ideas.
En primer lugar, debido a la situación tan miserable que vivía la clase obrera durante el
dominio de la burguesía, se va creando poco a poco y con más fuerza lo que conocemos
ya como el proletariado. El proletariado y la burguesía se volvieron las dos clases en que
se dividía la sociedad y, por ende, también se consideraban enemigas. Los proletarios
buscaban como principal objetivo derrocar a la sociedad burguesa, cambiar en su
totalidad a la sociedad e imponer nuevas ideas en todos los ámbitos. Ya que la riqueza
durante este tiempo se concentraba en la clase dominante, también, se mencionaba
mucho que el proletariado quería terminar con el derecho de propiedad privada, para que
esta perteneciera únicamente al Estado y fuera este quien repartiera las riquezas del
trabajo que era forjando en ellas en toda la sociedad por igual. Como consecuencia de
toda la situación que se vivía durante ese tiempo, también se fueron creando distintas
sociedades que defendían sus propios intereses dentro de sus respectivas naciones. La
lucha revolucionaria que pretendía cambiar a la sociedad y los objetivos de la misma se
plasmaron dentro del manifiesto del partido comunista, donde también hay varias
contradicciones en cuanto como las distintas sociedades pretendían cumplir sus
objetivos, entre ellas, las más mencionadas eran la violencia y la paz.
Por otro lado, la iglesia a través de su encíclica pretendía hacer conciencia a la sociedad
con la palabra de Dios. Describía también sus propias soluciones a los problemas que
asechaban a la sociedad, esperando que esta se diera cuenta de cuál era la mejor
manera de resolver las cosas. La iglesia también buscaba el bienestar de la sociedad,
en especial el de la clase obrera, sin embargo, se oponía a la forma en que los
revolucionarios querían llevar cabo las cosas. Dentro de esta carta papal se relatan
varios problemas que llevaron a la iglesia a intervenir. Una de las primeras situaciones a
las que se oponía era a la acción de despojar al ser humano de su propiedad y
argumentaba que la naturaleza misma le otorgaba ese derecho al hombre, a pesar de
estar repartida sirve como utilidad de todos. También aboga por los padres de familia y
su necesidad de poseer algo propio que pueda trabajar y heredar después a sus hijos.
La iglesia cree que es cuestión de la participación de todos para ver por el bien de la
clase obrera haciendo a cada quien lo que le corresponde. Propone doctrinas para
terminar con las luchas y unir a la clase burguesa y proletaria. Está en favor de los
trabajos remunerados para ganarse la vida honradamente y que estos sean justos.

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