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Giovanni Pico Della Mirandola-Albin PLatinga
Giovanni Pico Della Mirandola-Albin PLatinga
Índice
1. Vida y obras
2. En vísperas de la modernidad
3. El humanismo de la libertad
4. Protología sapiencial
5. La Unidad Suprema
6. Magia y astrología
7. Conclusión
8. Bibliografía
8.2. Estudios
1. Vida y obras
El 24 de febrero de 1463 nace Giovanni Pico della Mirandola en Ferrara
(Italia). Sexto hijo de Gianfrancesco I y Giulia Bioardo, tomará los títulos de
Conde de Concordia y Príncipe de Mirandola. A los cuatro años queda
huérfano de padre.
Un año más tarde vuelve a Mirandola. Allí se hace muy amigo del fraile
predicador Girolamo Savonarola. Entre 1482 y 1483 recibe en Pavía un
curso de Retórica y de lógica matemática inspirado en la tradición
ockhamista de Oxford. Posteriormente reside en Florencia.
En 1491 redacta De ente et uno. Viaja a Venecia con Poliziano con el fin
de conseguir libros para la biblioteca de los Medici. A finales de año,
renuncia al principado de Mirandola y vende algunos bienes. Se construye
una villa en Corbola, cerca de Ferrara.
2. En vísperas de la modernidad
El ambiente cultural en el que aparece la figura de Pico della Mirandola
se ha dado en llamar Renacimiento. El Renacimiento (siglos XV y XVI) es
una etapa de tránsito entre la edad Media y la Modernidad, y como tal tiene
un carácter crítico con la primera y propedéutico respecto a la segunda. Más
incluso que una época, el Renacimiento son unos hombres: Ficino,
Leonardo, Poliziano, Nicolás de Cusa, Erasmo… que crearon una nueva
atmósfera, en la cual respiró Giovanni Pico della Mirandola.
3. El humanismo de la libertad
3.1. La “Disputa”: el proyecto de una vida
La corta vida de Pico della Mirandola gira en torno a un proyecto que
jamás vio la luz. Se trata de la célebre “Disputa” que propuso a sus
contemporáneos, con el fin de discutir públicamente 900 tesis de omni re
scibili, o Conclusiones philosophicae, cabalisticae et theologicae nongentae
in omni genere scientiarium, (900 tesis sobre todo el saber o Novecientas
conclusiones filosóficas, cabalísticas y teológicas en todo género de
saberes), redactadas por él mismo. A los 24 años estaba Pico dispuesto a
defender 400 conclusiones de diversos autores: escolásticos, árabes,
Platón, Aristóteles, neoplatónicos, pitagóricos, caldeos y, como colofón, 47
proposiciones cabalísticas. A estas 400 tesis ajenas añadió 500 propias,
“secundum opinionem propriam”, sobre todas las ramas del saber. El
contenido de la “Disputa” pretendía ser una recopilación exhaustiva de todo
aquello que se podía concluir sobre todos los conocimientos habidos hasta
el momento. Aunque solamente fueron impugnadas trece proposiciones, la
prudencia del papa Inocencio VIII condenó el proyecto (1487) para evitar
una confrontación quizás innecesaria.
Ningún autor hasta entonces había pensado la libertad tan de raíz, pues
no se trata de una libertad para obrar, sino, más bien, para ser o hacerse.
Entre la tradición y la nueva época que se abría ante sus ojos, Pico della
Mirandola pronunció la palabra “libertad” en un dolce stil nuovo.
4. Protología sapiencial
En el verano de 1489 Pico publica su obra filosóficamente más
sistemática: el Heptaplus: de septiformi sex dierum geneseos enarratione,
(Heptaplus: sobre la septiforme explicación de los seis días de la creación),
que dedicará a Lorenzo de Medici. Dividida en siete partes, y cada parte en
siete capítulos, esta obra representa la interpretación piciana de los seis
días de la creación, un auténtico comentario al comienzo del Génesis, una
actualización personal de la cosmología platónica y la creación de una
Cristología original. Él mismo afirma que su objetivo es «interpretar sin
ayuda alguna de los precedentes comentadores la creación entera del
mundo, no en un solo sentido, sino más bien en siete».
Aquí radica el puesto central que tiene el hombre como mediador de todo
lo creado, como medio entre Dios y el universo. El hombre, por ser imagen
de su Creador, comparte con Él lo que Pico denomina la «mutua continentia
mundorum». Ambos, Dios por ser el origen y el fin de todo y el hombre por
ser «príncipe y cabeza» del universo y ser espiritual a la vez que material,
contienen en sí la naturaleza de los tres mundos. Es en este sentido en el
que hay que entender al hombre como microcosmos y como ser
radicalmente libre, tal y como se ha visto ya.
«Así es Dios, que es la plenitud del ser, que es sólo por sí y por
el cual todas las cosas, sin intermediario, pasan al ser. Según
esta razón, pues, decimos verdaderamente que Dios no es
Ente, sino Super-Ente, y que hay algo superior al Ente, a saber,
Dios mismo, y por darle la apelación de Uno admitiremos, en
consecuencia, que el Uno está por encima del Ente. Llamamos
entonces a Dios Uno, no tanto enunciando lo que es, cuanto el
modo como es todas las cosas que son (quomodo sit omnia
quae sunt) y cómo todas las otras cosas son por él» [Pico 1984:
167-168]
Para el joven filósofo, vale más amar a Dios que conocerlo; sin embargo,
preferimos la vía del conocimiento a pesar de tener conciencia de su
inefabilidad y saber que sin amor jamás lo encontraríamos. La escala del
conocimiento de Dios culmina, paradójicamente, con el desconocimiento
absoluto. Por tanto, Dios no es, como afirma San Anselmo, el ser mayor que
el cual no cabe pensar otro, sino, más bien, el ser infinitamente más grande
que todo lo que pueda ser pensado.
Para afrontar uno de los grandes retos al que se enfrentaron los hombres
del Renacimiento, como era eliminar las diferencias entre académicos y
peripatéticos, Pico se propuso leer a Platón a través no sólo de Plotino y
Proclo, como era lo normal en el momento, sino también a través de
Aristóteles y de los teólogos medievales. De esta manera, el Dux
Concordiae cree poder conseguir la “paz filosófica” que tanto deseaba su
época.
6. Magia y astrología
El Renacimiento es época de contrastes y claroscuros. Frente al elogio
de los espíritus rebeldes aparece la dureza de la Inquisición; frente a la
visión del hombre autosuficiente, una profunda religiosidad; frente a la luz
de la razón, las sombras de los saberes ocultos. El racionalismo naciente se
ve contaminado de irracionalismos antiguos. Y es justamente en el
Renacimiento cuando empiezan a proliferar los mistagogos y los magos,
como Giovanni Mercurio de Corregio. Es como si la intensidad de la luz
hubiese creado sombras todavía más foscas.
Este interés de Pico por todas las formas del saber humano, sobre todo,
por la magia y la Cábala, no impiden que fuese un encendido enemigo de la
hechicería y la astrología. Quizá esto motivó que al final de su vida
escribiera las Disputationes adversus astrologiam divinatricem, (Disputas
contra la adivinación astrológica). Aquí encontramos a un Pico mucho más
equilibrado de lo que su vida y su fama decían de él. Su argumento
fundamental para atacar la astrología consiste en demostrar que dicha
“ciencia” confunde el plano natural y el plano espiritual. Esta confusión de
planos es para Pico un argumento en contra ineludible, porque elimina la
libertad humana. No es de extrañar que el incansable defensor de la
dignidad y la libertad del hombre repudiara la astrología, porque el hombre
—no los astros— se labra su propio destino tal y como mantiene en
su Oratio. En este mismo sentido, se le puede considerar incluso un
precursor de Kepler y Newton en cuanto mantiene que la naturaleza debe
ser interpretada por símbolos físico-matemáticos, no astrológicos.
El gran interés que mostró por los saberes ocultos y en especial por los
cabalísticos en modo alguno enturbió la claridad racional de su investigación
filosófica, sino que, más bien, la enriqueció. Para Pico la Cábala es, más
que un conjunto de doctrinas, una técnica, un método capaz de reducir a la
unidad la diversidad de doctrinas tanto religiosas como puramente
especulativas, y estaba convencido de que el llullismo, por ejemplo, era un
método cabalístico. En el plano teológico, nuestro conde filósofo llega a
afirmar que la magia y la Cábala demuestran la divinidad de Jesucristo:
«Nulla est scientia quae magis nos certificet de Divinitate Christi quam
Magia et Cabala».
7. Conclusión
Pico della Mirandola, junto a otros hombres del Renacimiento, ha tendido
el puente hacia la Modernidad. Él está entre dos mundos, entre la tradición
y la novedad, en el umbral de dos épocas. Gracias a su juventud pudo
soportar la vertiginosa velocidad de cambio que le impuso su época. Murió
joven porque un hombre de su tiempo no se podía permitir el lujo de
envejecer. Vivió deprisa y pensó con urgencia. Y dejó como testamento
nuevos planteamientos llenos de posibilidades.
8. Bibliografía
8.1. Obras de Pico della Mirandola
8.1.1. Ediciones de las obras completas
Omnia opera, Venecia 1498, 1519.
—, Pico della Mirandola ayer y hoy, «Razón y Fe», 169 (1964), pp. 9-24.
Índice
1. Biografía
3. La metafísica de la modalidad
7. Epistemología y garantía
9. Bibliografía selecta
3. La metafísica de la modalidad
En los años sesenta del siglo XX comienza a desarrollarse la lógica
modal y la filosofía no puede dejar de contar con esas nuevas técnicas
intelectuales. En 1959 Kripke publica los primeros resultados de la
aplicación de la teoría de modelos para el desarrollo de la semántica de los
sistemas modales. En 1973 el mismo Kripke publica las lecciones que había
impartido en Harvard y que desde hacía tiempo corrían de mano en mano.
Ese mismo año, David Lewis publica uno de los libros fundamentales de la
metafísica de los mundos posibles: Counterfactuals. Y así Plantinga puede
desarrollar una visión alternativa, sin compromisos con el empirismo y el
pragmatismo que Lewis heredó de W.O. Quine, que a su vez será
acompañada por los trabajos que se publican esos años.
7. Epistemología y garantía
En 1985 J. Tomberlin y P. van Inwagen publican un libro monográfico
dedicado a la filosofía de Plantinga. Se titulará con su propio nombre y él,
además de su primera autobiografía que ocupa casi 100 páginas, redacta
una cuidadosa réplica a cada uno de los artículos de sus colegas que ocupa
cerca de 90 páginas. En esta década comienzan a multiplicarse los estudios
sobre epistemología. Y Plantinga entra de lleno en esa discusión. La
posición heredada por la filosofía analítica académica a partir de la herencia
del neopositivismo lógico, del empirismo inglés y del pragmatismo
americano de James y Dewey, se calificaba como fundacionalismo y
pretendía que el conocimiento debía remontarse hacia un conjunto de
proposiciones directamente verificables a partir de la experiencia sensible.
Junto a ella se desarrolló el coherentismo, que sostenía que no tiene
sentido defender la existencia de conocimientos básicos, sino que el
conocimiento se valida de modo holístico a partir de las ideas de coherencia
y consistencia. Ambas posiciones pueden considerarse como internalistas,
en el sentido que la verdad y la justificación son propiedades de las
creencias que se pueden captar internamente de modo consciente como
tales.
9. Bibliografía selecta
9.1. Obras de Alvin Plantinga (orden cronológico de
publicación)
Faith and Philosophy: Philosophical Studies in Religión and
Ethics, Eerdmans, Grand Rapids (Mi.) 1964.
God, Freedom and Evil, Harper & Row, New Cork 1974 (Grand Rapids
(Mich.) 1977 ). [Plantinga 1974a]
2
1974b]
The Probabilistic Argument from Evil, «Philosophical Studies», 35 (1979),
1-53.